Santiago Gaztelumendi
Conocer el clima, "tiempo pasado", de una determinada región y cómo fluctúan las variables
meteorológicas a lo largo del año y durante las estaciones climáticas, puede facilitar a las
empresas una herramienta de trabajo para planificar actividades varias como construcción,
ingeniería, arquitectura, turismo, industria alimentaria y textil, agricultura, recursos hídricos
etc. Por ejemplo el estudio del comportamiento de los vientos predominantes auxilian en la
elección de la ubicación apropiada para parques eólicos o en la construcción de pistas de
aeropuertos, mientras que el estudio de la insolación determina la ubicación óptima de
instalaciones de placas solares.
A continuación veamos como un buen conocimiento del medio atmosférico pasado,
presente y futuro puede ayudar a la correcta gestión y desarrollo de distintas actividades
económicas, bien sean industriales, del sector agrícola o de servicios.
En el sector energético la información meteorológica es esencial tanto en fase de
planificación como en la explotación y distribución. El conocimiento de la climatología local
es esencial a la hora de determinar la utilización de diferentes tipos de energías (térmica,
hidráulica, eólica, solar, etc.). A la hora de establecer la ubicación idónea de centrales
térmicas, para minimizar posibles problemas medioambientales, o eólicas y solares, con
objeto de situarlas en zonas de máximo potencial energético, es imprescindible disponer de
una buena caracterización del medio atmosférico. Los valores extremos de temperatura son
un factor determinante en la planificación de la demanda energética, de forma que
conocerlas con antelación permite ajustar la producción a la demanda. Por su parte las
condiciones de temperatura y humedad tienen una incidencia directa sobre el rendimiento
de las centrales térmicas. El conocimiento del viento y las condiciones de estabilidad, entre
otras, son esenciales a la hora de determinar la dispersión de contaminantes.
En la construcción, las aplicaciones meteorológicas van desde la ejecución de obras
públicas hasta la planificación urbanísticas. La predicción del tiempo a corto y medio plazo,
particularmente el conocimiento de umbrales de viento y precipitaciones previstas, es
esencial a la hora de organizar el trabajo en la construcción, especialmente en la
temporización de tareas que requieren condiciones despejadas o ausencia de viento.
Dentro de la planificación urbanística son esenciales los estudios climáticos en cuanto al
estudio de orientación y la minimización de los costes de climatización. El viento, los
cambios de temperatura y el volumen de precipitación son factores a tener en cuenta en
cuanto a la elección de materiales, cálculos de dilatación y contracción de materiales,
sobrepesos y estudios de cargas.
Cualquier tipo de actividad industrial que se desempeñe total o parcialmente al aire libre
puede sacar ventaja del conocimiento meteorológico, fundamentalmente a partir del
correcto almacenaje de materias primas y productos y la posibilidad de adopción de
medidas preventivas en casos de meteorología adversa. Especialmente delicadas serán
aquellas actividades que requieran de ciertas condiciones de humedad ambiental con
objeto de proceder a reposo o secado de materiales diversos.
En las actividades relacionadas con turismo y ocio el conocimiento del clima es esencial a
la hora de determinar las zonas adecuadas para cada tipo de actividad. El conocimiento del
tiempo actual y la previsión a corto plazo, condiciona el desarrollo de eventos lúdicos y
deportivos, permitiendo la adopción de medidas preventivas, especialmente frente a
situaciones potencialmente peligrosas. La predicción del tiempo a medio y largo plazo
posibilita una correcta gestión de personal y almacenamiento de productos perecederos en
el sector hotelero y de instalaciones lúdicas (parques temáticos, atracciones, acuáticos,
etc.). Disponer de una adecuada información sobre el tiempo previsto y el estado del mar
es esencial en la operativa de puertos deportivos, o en el desarrollo de actividades
acuáticas.
En el sector del comercio, la previsión del tiempo permite
planificar la demanda de determinados productos de calzado,
textiles o alimentarios.
En las actividades de transporte las aplicaciones posibles de la
meteorología van desde la planificación de rutas de transporte
adecuadas, pasando por la determinación de situaciones de
riesgo durante el transporte marítimo, aéreo o terrestre, hasta la
correcta orientación de pistas de aterrizaje en función del viento
dominante. La presencia de nieve o hielo en las carreteras es
un factor de riesgo para el transporte terrestre. Así mismo las condiciones de temperatura
y humedad son determinantes a la hora de establecer las condiciones de transporte de
alimentos, animales y mercancías.
El sector agrícola es especialmente delicado, las fluctuaciones del tiempo son uno de los
factores responsables de la variabilidad anual de la producción. Los factores más relevantes
son la temperatura del aire, la precipitación, la humedad del aire y del suelo, la
evapotranspiración y los fenómenos extremos como granizo, heladas y sequías. El
conocimiento de las condiciones meteorológicas permite tomar decisiones estratégicas
para la planificación a largo y medio plazo, particularmente en la utilización de maquinaría
de diverso tipo, las estrategias de regadío y la selección de cultivos.