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AUTORIDADES

GOBIERNO DE LA PROVINCIA DE MENDOZA


Dr. Francisco Pérez

MINISTERIO DE SALUD
Dr. Matías Roby

DIRECCIÓN GENERAL DE SALUD MENTAL Y ADICCIONES


Dr. Alberto Navarro

PLAN PROVINCIAL DE ADICCIONES


Lic. Carina Stehlik

ÁREA CAPACITACIÓN, DOCENCIA E INVESTIGACIÓN


Lic. Laura Alcaráz

ÁREA PREVENCIÓN
Lic. Paula Llanes

ÁREA ASISTENCIA
Lic. Gustavo Moreno

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AUTORES

Los lineamientos generales del documento estuvieron elaborados por el equipo


interdisciplinario del Plan Provincial de Adicciones y la Dirección General de Salud Mental-
Área Comunidad coordinado por la Lic. Laura Alcaráz. Conformado por: Lic. Daniela Navarro,
Dr. Mauro Garay, Lic. Ramiro Morán, Lic. Constanza Depretris, Lic. Leonardo Camus, Lic. Pablo
Requena, Lic. Cecilia Pelliza, Lic. Fernanda Bertranou, Abogada Paula Logotetti, Lic. Valeria
Bauza, Lic. Maximiliano Coria, Lic. Liliana Pérez, Profesor Diego González.

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Taller N°1
Construcción social de las problemáticas del consumo.

Licenciada en Sociología, Daniela Navarro.


danielanavarromza@gmail.com
Licenciado en Psicología, Ramiro Morán.
ramiroernestomoran@gmail.com
ppacapacitacion-salud@mendoza.gov.ar

La problemática de las drogas es un tema que impacta emocionalmente, produce


temor, rechazo, angustia, curiosidad… Todos tenemos alguna opinión formada sobre el tema
fundada muchas veces en preconceptos y representaciones sociales, que terminan por obstruir
el conocimiento real sobre el fenómeno desde una verdadera perspectiva social e histórica. Es
por este motivo que proponemos abordar el tema desde una perspectiva ampliada, en donde
las drogas son uno de los objetos con los cuales nos podemos vincular de modo problemático,
pero no los únicos.
Para empezar a reflexionar de cualquier fenómeno social, en este caso las
problemáticas del consumo, es importante contextualizarlo históricamente. Ya que ningún
fenómeno puede ser comprendido por fuera del contexto socio-histórico- económico y político
por el cual se encuentra determinado.
Nos centraremos principalmente en las transformaciones que presentan las
sociedades tradicionales y las actuales para intentar profundizar la comprensión de esta
problemática. En la sociedad de mercado la gente se vincula a través de los objetos
transformados en mercancía, de las cuales algunas de ellas adquieren un significado mágico,
superador de las características propias del objeto, esto es lo que Marx llamó, Fetichismo de la
mercancía.
Etimológicamente, “consumo” implica usar algo y/o alguien para el propio
funcionamiento, y que ese “algo” se agote en la operación, significa “extinguir”. En latín
consumere, es usar algo hasta que se agota o se acaba, absorber del todo, emplear, gastar.
También consumir un plazo de tiempo o llevar algo hasta su final.
Arendt en su escrito “La condición Humana”, supone que los individuos consumen
porque asocian consumo con felicidad, no como una diada natural sino más bien como el

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resultado de las nuevas formas de vinculación entre sujetos y objetos que el sistema capitalista
va imponiendo. Es decir que la búsqueda de la felicidad aparece como el complemento cultural
necesario para el avance del consumo.
Desde otras lecturas “Malestar en la cultura” de Sigmund Freud el ser humano busca
incansablemente la felicidad que desde la posición actual posmoderna, montada en la sociedad
capitalista tal felicidad podría ser suministrada por la adquisición constante de objetos que
siempre fracasan en este intento de brindar felicidad.
Este hábito del consumo no se asienta en la demanda emocional del placer y la
ausencia del dolor. Para Baudrillard en “La sociedad de consumo” la insatisfacción emocional es
el motor del consumismo. El consumo como modo de satisfacción de deseos y necesidades se
refiere a la acumulación de bienes o servicios considerados no esenciales. Como también, por su
parte el sistema político y económico promueve por diferentes mecanismos, la adquisición de
riqueza como signo de status y prestigio que es asimilada directamente con la satisfacción
personal. Desde esta perspectiva es importante poder indagar en todo el abanico de consumos
de bienes y prácticas que nuestra época ofrece: indumentaria, deportes, comida, juegos,
tecnologías, sexo, drogas legales, ilegales, etc.
En este sentido, asistimos a la llegada de una nueva subjetividad socialmente
instituida: la del “consumidor”. La búsqueda de una felicidad nunca alcanzada en su totalidad,
forma un vacío que puede ser llenado con diversos objetos de consumo que cubren todos los
rubros (alcohol, sexo, drogas, hidratos de carbono pero también trabajo y actividad informática).
En el capitalismo las cosas adquieren propiedades humanas (se dice por ejemplo:
“los mercados se tranquilizan”, “sube el dólar” “las drogas matan”) mientras que las personas se
vuelven objetos, se cosifican. Como lo planteaba Marx, hace mas de 150 años, que existe una
especie de embrujo que rodea a los bienes producidos en las sociedades industriales que hace
que los hombres se vinculen a través de esos bienes que se han ido subjetivando.
Ahora, queremos aclarar, que no toda persona que usa un objeto se transforma en
un dependiente. No todos los consumos se vuelven problemáticos. Lo cierto es que la lógica
actual del consumo como inclusor social natural, nos vulnera a todos y nos ubica en situación de
presentar algún consumo problemático.
No sólo el consumo de sustancias psicoactivas puede ocasionar vínculos
problemáticos o dañinos para un sujeto y la sociedad en su conjunto, sino cualquier otra
práctica. La gran pregunta es ¿por qué y cuándo un consumo determinado comienza a ser
problemático? ¿Por qué la sociedad capitalista consigna algunos consumos como problemáticos

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y a otros no? Antes de entrar en estos interrogantes necesitamos comprender la construcción
del problema y las transformaciones estructurales que han vivido las sociedades en menos de
cincuenta años.
Con el advenimiento de la sociedad capitalista actual se ha producido un
vaciamiento de las sociedades tradicionales que conduce a una serie de incertidumbres que
ponen en riesgo la seguridad del individuo. El mismo busca un re anclaje que le permita acceder
a ciertas certezas (por ejemplo: seguridad laboral). Sin embargo las soluciones que se buscan
siguen estando arraigadas al modelo industrializador, aun no se han modificado ni las
instituciones ni en las formas de conocimiento, esto trae aparejado una gran contradicción y un
sentimiento melancólico hacia un pasado industrial como forma de organización social.
En la búsqueda de las certezas el sujeto se encuentra en un dilema de quedar
arraigado a la sociedad industrial- tradicional en donde las personas conseguían un trabajo del
cual podían vivir y jubilarse, donde la educación garantizaba el ascenso social, vivíamos bajo un
Estado de Bienestar; y frente a la incertidumbre de la vida actual, los objetos nos devolverían la
tranquilidad de aquellas certezas de otra época.
En la actualidad, es decir la etapa globalizada del capitalismo, existe casi una única
respuesta y la misma viene dada por la vía del “CONSUMO”. En este contexto, tenemos que
elegir como actuar y como ser, no hay nada dado, nada natural, ningún orden permanente. El
estilo de vida se transforma en la conformación a la elección de nuestra identidad. Esta
identidad no está sujeta ya a verdades incuestionables, sino por el contrario a la duda
permanente y pocas seguridades ya que los riesgos a los cuales nos enfrentamos no es algo que
podamos medir. (Manipulación genética, los problemas ambientales, la flexibilización laboral,
etc.)
El mundo ya no es ese lugar seguro plagado de certezas, ni el del orden religioso que
le confería toda explicación a Dios, pero tampoco el de la razón que se asentaba en la fe en la
ciencia, el orden y el progreso como su resultado inequívoco. La sociedad industrial, el Estado
benefactor y el orden burgués crearon estructuras que expresan ficciones de seguridad hoy
resquebrajadas y reemplazadas por la compulsión de encontrar y buscar seguridades inéditas
para uno mismo, ya que la angustia, la no certeza, la inseguridad, la desigualdad es vivenciada
de manera individual sin posibilidades de constituirse como un proceso colectivo.
Las estructuras tradicionales como la familia, la escuela, el sindicato interpelaba a los
sujetos de manera colectica por tanto tenían un gran efecto homogeneizador. Se trató de un
proceso de desarrollo que buscó absorber las diferentes tensiones por medio del progreso

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industrial y la promesa de garantía de movilidad social ascendente para los sectores urbanos.
Hoy los sujetos se encuentran interpelados por una compleja interacción discursiva en la que
prima como característica general la inexistencia de mensajes únicos.
La individualización como producto de estas nuevas sociedades nos impulsa a
fabricar y autodiseñar la propia biografía, los compromisos, las redes de relaciones sino también
las diferentes respuestas para enfrentar los riesgos personales.
Actualmente las sociedades se asientan en un sistema basado en la desconfianza de
cualquier certeza abriendo la puerta a la ambigüedad y a la incertidumbre y emerge el caos, lo
difuso como el nuevo “orden” imperante. Se vive en un “presente eterno”, el tiempo se vive
lleno de actividades, esto conlleva al desencanto en los proyectos de vida. Cabe destacar que
esta nueva sociedad es producto del proceso del sistema capitalista, es decir: es la radicalización
de la modernidad y no producto de un cambio del modo de producción.
El “Consumo” en la actualidad se basa en un goce perpetuo, producto de un proceso
de diferentes épocas que provoca un condicionamiento cultural muy fuerte que promueve el
Individualismo; esto es, una moral sin prescripción dura que promueve sujetos con nociones
más micro, que pueden “elegir libremente” y a la carta; hay un predominio de lo imaginario (lo
que creo que es para mí) sobre lo simbólico (lo que significa para mí), de la imagen sobre la
palabra.
A raíz de esto los objetos se valoran por el significado que tienen para el sujeto, si se
acumulan dan bienestar, dan la promesa de satisfacción inmediata, tienen duración breve, son
efímeros y tiene soportes identificatorios, es decir que tienen alguna forma de prestigio.
Lo que es especialmente problemático de cualquier consumo es el hecho de perder
el control de si mismos o en el haber incurrido en prácticas de riesgo para sí o para los demás.
Podemos considerar problemático al consumo que conlleva la afección de la salud física o
mental, sus relaciones sociales primarias (familia-pareja-amigos), sus relaciones sociales
secundarias (trabajo-estudio) y/o sus relaciones con la ley.
A partir de esta línea teórica sostenemos que los problemas tradicionalmente
entendidos como “adicción”, hoy los diferenciamos y podemos sostener que algunos consumos
problemáticos, y solo algunos, pueden tornase en adicciones o dependencias. Y ya no sólo a
sustancias psicoactivas legales o ilegales sino también en relación a otras conductas tales como
el sexo, el deporte, el trabajo, la tecnología, entre otras.

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En la actualidad co-existen dos miradas, los consumos problemáticos que atraviesan
a todos los sujetos de una sociedad y la creencia que el problema son las drogas consideradas
ilegales.
Esta última nos lleva a la construcción de un acuerdo social hegemónico que insiste
con la necesidad imperiosa de erradicarlas, produciendo un discurso socialmente aceptado que
concibe a los consumidores/usuarios de drogas desde una de las dos lógicas que lograron la
hegemonía en el tratamiento de estos temas: la que pretende su cura, o lógica sanitaria
(hospitales- comunidades terapéuticas) o la que busca el control, o lógica punitiva (servicio
penitenciario- justicia- policía).
Partimos del supuesto de que el carácter conflictivo del tema de las drogas reside en
la significación que la sociedad asigna al consumo de drogas, sobre todo ilegales. En este sentido
es necesario interrogarnos acerca de los efectos de ciertos mensajes y del tratamiento de la
información por parte de los medios, aparatos que producen y reproducen ideologías que dan
sustento a las connotaciones sociales de la drogodependencia, las cuales adquieren un estatuto
de verdad a través del mismo poder que los legitima, reproduciendo de este modo ideológico y
materialmente este mecanismo en el cual los actores sociales van confirmando su propia
imagen de la realidad.
El consumo de drogas fue considerado por siglos como un elemento ritual, mientras
que hoy aparece como una amenaza al bienestar y al orden social. El consumo de drogas no es
un tema nuevo, ya que ha estado presente en la gran mayoría de las culturas de la historia de la
humanidad, variando los patrones de uso, funciones y frecuencia. Lo que actualmente reviste
importancia es que su uso se ha problematizado, transformándose la significación que la
sociedad tiene acerca del mismo.
Es por esto que es imprescindible no sólo pensar en los efectos de las sustancias sino
también en los efectos del discurso sobre el uso de las drogas. Es preciso conocer el tipo de
discurso (o discursos) hegemónicos en relación a las drogas y sus usuarios, como base para
poder repensar y re-significar discursos menos ideologizados.
Lo cierto es que las sustancias vienen de hace mucho tiempo, desde el principio de
los tiempos. Por tal motivo, pensar en sacarla a un costado sería imposible, acaso una
ingenuidad. En palabras de Escohotado “Salvo comunidades que viven en zonas árticas,
desprovistas por completo de vegetación, no hay grupos humanos donde no se haya detectado
el uso de varios psicofármacos…”

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Resulta importante partir de la premisa fundamental que hay que tener una
perspectiva relacional, esto quiere decir que “la droga” no existe como algo independiente a los
sujetos y a las variadas y diferenciadas formas de su uso.
“Lo determinante no es el producto, sino la relación con el producto y el modo de
vida en que se inscribe… Así existen varios modo de consumo, que comprenden las frecuencias y
las cantidades, pero también el tipo de compromiso en el uso de la droga definido por un
sistema de relaciones, con sus rituales organizados alrededor de la toma del producto” (Castel y
Coppel).
Las drogas en sí mismas no pueden ser consideradas ni buenas ni malas, si algunas
personas consumen droga al punto que no pueden manejar sus vidas, debemos preguntarnos
por los motivos más no sobre las sustancias.
Decir que “la droga es mala”, hablar de “guerra contra las drogas” o “el flagelo de
las drogas”, es darle a las sustancias características de “sujeto”, provocando una identificación,
una clasificación y una enucleación (rodear, encapsular y/o expulsar).
Esta noción nace de un concepto defensivo, parte de entender que la sociedad “está
bien” y el problema está afuera; es una noción facilista. Por lo tanto es un modelo de control
que surge de términos militares (como “detección”, “lucha”, etc.) y presupone que la droga
viene a distorsionar lo que está bien; por lo que se transforma en un problema social y mundial.
Esta “universalidad” trae aparejado que en torno a las sustancias surjan:
 Pactos y acuerdos internacionales.
 Tomar a las sustancias como “mercancía”, ya que tiene un valor de uso y un valor de
cambio; hoy tienen un valor de moneda que permite ser cambiada por bienes y servicios,
hace a que también sea funcional, además de permitir “Poder” y “Dinero”.
 Establecer un Sistema de control, en primer lugar sobre los países y dentro de éstos por
sectores y a su vez por grupos.

Las drogas en la cultura

“Tras milenios de uso festivo, terapéutico y sacramental, los vehículos de ebriedad


se convirtieron en una destacada empresa científica, que empezó incomodando a la religión y
acabó encolerizando al derecho, mientras comprometía a la economía y tentaba al arte”.
(Escohotado; 2008:25)

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La historia de las drogas es mucho más amplia y antigua que la historia de las
toxicomanías, para comprender mejor esto, vamos a establecer a modo breve qué vamos a
entender por droga, Antonio Escohotado, sociólogo español especializado en la temática, toma
el concepto griego de “pharmakon”, en donde prima la idea que las drogas en general se
entienden como fármacos, entendiendo que tiene en si mismas un doble sentido: “remedio y
veneno a la vez”, de acuerdo a cómo es utilizada, si como veneno o como remedio, es lo que ha
consensuado socialmente en llamar uso o no indebido de drogas.
Resulta indispensable comprender este sentido intrínseco de lo que son las drogas
para comprender en qué medida se puede o no problematizar el consumo.
Partimos del hecho que las personas pueden usar drogas en diferentes momentos
particulares de sus vidas y de las maneras más diversas. Hay muchas teorías sobre por qué las
personas usan drogas pero no hay ninguna respuesta simple. En este sentido algunas de las
razones incluyen:

 Tradición: como parte de ceremonias simbólicas o religiosas.


 Automedicación: para relevar sentimientos de miedo, ansiedad y depresión.
 Alivio del dolor: para relevar síntomas físicos de dolor.
 Goce: para los efectos agradables, para la diversión.
 Estilo de vida: para pertenecer a un determinado grupo.
 Olvidar: para aliviar situaciones de miseria, pobreza y desventaja.

Sabemos que muchas de las sustancias que hoy llamamos drogas han estado
presentes sobre la faz de la tierra, al alcance de los hombres y han sido usadas por ellos.
Podríamos considerar que en general han desempeñado el doble papel de facilitadores del
vínculo social y de vehículo hacia lo sagrado, los consumos ritualizados nunca se han
considerado un problema.
El fenómeno de las drogas vamos a considerarlo plural en tanto se presenta en una
pluralidad de tiempos, lugares, diversas sustancias y no existe grupo humano que no haya hecho
uso de algunos de ellos. A partir de estas consideraciones podemos comprender entonces que
el problema de las drogas no es un problema de sustancias sino de hombres. Históricamente se
constituyó como problema recién en la modernidad, es decir es un problema característico de
las sociedades urbano-industriales.

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Así mismo plantearse las adicciones como problemática significa cambiar del
paradigma tradicional, en donde el objeto droga es entendido como la causa del padecimiento
del individuo, a otra concepción en donde el sujeto responde a lo que la realidad le demanda
continuamente desde su particularidad, siendo las adicciones una consecuencia de múltiples
causas.
Esto significa que este vacío genera un malestar y un sufrimiento que debe ser
tratado y que puede ser “sustancializado” pero que no genera la búsqueda de sus causas; hay
una sustancialización de los problemas.
Todo parece esperarse del objeto, nada del sujeto que ya no elige conocer que es lo
que necesita o desea, sino que cosas u objetos necesita para su deseo. La pregunta ya no es ¿por
qué algunos sujetos se tornan consumidores y otros no?, sino ¿por qué algunos consumidores
(todos nosotros) problematizan algún consumo y otros no?
Hacia 1960 y 70 el uso de drogas ilegales se constituyó en un símbolo de la
contracultura, y quedó asociada al conjunto de jóvenes con actitudes rebeldes, transgresión a
las prohibiciones y la ruptura de tabúes. A comienzos de la década del 60’ más de 60 naciones
firmaron la Convención Única sobre Estupefacientes, en donde se pudo materializar lo que hasta
hoy persiste, como la llamada “guerra a las drogas”.
La práctica de utilizar drogas para alterar los estados de conciencia o anímicos con
drogas ilegales aparecieron asociadas a la improductividad, por tanto los usuarios de drogas
también se constituyeron como un grupo social que atenta contra el sentido de la productividad
que la misma sociedad capitalista preconiza como un principio básico. A pesar que en la
actualidad nadie podría considerar que fumar marihuana implica una manera de rebelarse sino
más bien implicaría una mayor adaptación, igual persiste esta noción como tantas otras
concepciones que persisten de la sociedad salarial, como el caso de lo que representa
contradictoriamente al usuario de drogas.
En concreto, un sujeto con problemas de consumo, encuentra en “ese consumo”
una respuesta para su angustia.
Pensar en las adicciones significa plantearse un problema multicausal el cual nos
pone frente a un cúmulo de factores en permanente interrelación dinámica entre los que
podemos destacar algunos como: factores sociales, factores culturales, factores económico-
políticos, factores familiares y factores psicológicos.
Proponemos una mirada sobre los fenómenos desde el paradigma que llamamos de
la COMPLEJIDAD, el cual no tiene por finalidad complicar las cosas, sino poder entender este

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tema como una totalidad determinada por la interacción de diversos elementos, que no pueden
considerarse aisladamente. Es decir intentar comprender los fenómenos desde el paradigma de
la complejidad tiene que ver con no caer en simplismos, ni reduccionismos que terminen por
obstaculizar las posibilidades de generar conocimientos que más se aproximen a la realidad.
Para esto es necesario revisar nuestras ideas previas y poner entre paréntesis nuestras certezas.
Podríamos considerar que tradicionalmente el fenómeno de las drogas ha sido mono
disciplinario, es decir se ha concentrado la información solo en torno los efectos y consecuencias
negativas del consumo de drogas, siempre dando preeminencia a los aspectos biológicos y/o
farmacológicos.
Existen factores que predisponen a una adicción, tales como los macrosociales, los
microsociales, los individuales, y por otro lado existen factores desencadenantes, es decir alguna
situación que ha impactado fuertemente en la vida de una persona. Son cuestiones que por su
fuerte carga emocional provocan en la vida del individuo un desajuste que pone en juego los
antecedentes hasta ese momento silenciosos.
Es por esto que proponemos un concepto más amplio de la adicción, siempre
ponderando la multiplicidad de factores intervinientes condicionando, predisponiendo y
desencadenando en cada caso particular.

Qué entendemos por Adicción

ES LA FORMA DE RELACION COMPULSIVA QUE ESTABLECE UN SUJETO, CON UN OBJETO.


En este sentido la adicción es una, pero “no la única” forma de relacionarse que un
sujeto tiene con un objeto.
En efecto, al hablar de “relación COMPULSIVA”, se hace referencia a una relación,
caracterizada fundamentalmente por la conducta de búsqueda del objeto que se necesita para
satisfacer una determinada demanda del sujeto.
Es decir, a diario y permanentemente las personas se relacionan con diversos
objetos, consumen diversos objetos para satisfacer diferentes necesidades (comida, diversión,
trascendencia, alivio del dolor, etc.) pero no por consumir, una persona es adicta; salvo que
consumir un determinado objeto, que es exclusivo, se convierta en el eje de su existencia, en el
centro de su vida y todo lo que haga gire en torno a ese objeto.

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Una primera acepción del término “adicción” la encontramos en la época de los
romanos, las personas se dividían en por lo menos dos clases: los ciudadanos y los esclavos. Los
ciudadanos eran aquellas personas que, básicamente, tenían la posibilidad de elegir y decidir
sobre sus vidas y sus cosas. Por el contrario, los esclavos eran aquellos que dependían de otros
para satisfacer sus necesidades para quienes trabajaban sacrificadamente.
Con esta impronta, al hablar “hoy” de adicciones, estamos diciendo que las drogas se
obtienen sin necesidad de prestaciones, avales, certificados y/o garantías, esto significa una
cadena de retenciones, de “esclavitudes” inconscientes y conscientes a las que se va atando de a
poco el individuo, esto es lo que no se ve; lo que se ve y funciona como atractivo es que esta
mercancía es una de las más fáciles de obtener y comerciar.
Una segunda acepción del término la encontramos a inicios del siglo XIX, aunque no
fue aceptado en el vocabulario médico y científico hasta principios del siglo XX. Es un término
que sustituyó a “embriaguez” que se había venido usando para designar, de manera poco
específica, los efectos conductuales que producía el uso continuado no solamente de alcohol,
sino también de opio, morfina, cloroformo, éter y otros depresores del Sistema Nervioso Central
(SNC).
Los consumos problemáticos se relacionan con tres tipos distintos de usos:
Intoxicaciones agudas: consumo esporádico pero en exceso y llegan a una
sobredosis, poniendo en riesgo su salud sin que haya adicción.
Uso regular crónico: consumo habitual de sustancias, no abarca usos médicos, que
por la frecuencia del mismo pueden interferir en la salud o en las relaciones de la vida cotidiana.
Las adicciones: siempre problemáticas, invalidan al sujeto en su esfera familiar y
social, el sujeto no logra conformar un proyecto vital o lo pierde permanentemente.

Algunas definiciones

Recordemos entonces que el hombre siempre ha consumido drogas, las drogas más
antiguas eran naturales se obtenían generalmente de plantas, en la actualidad existen drogas
fabricadas enteramente en los laboratorios. Todas ellas tanto naturales o artificiales responden
a la definición de DROGA.
Las cosas que entran en nuestro cuerpo por cualquier vía –oral, epidérmica, venosa,
rectal, intramuscular, subcutánea- pueden ser asimiladas, y convertidas en materia para nuevas

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células, aunque pueden también resistir esa asimilación inmediata. Las que se asimilan de modo
inmediato merecen el nombre de alimentos, pues gracias a ellas renovamos y conservamos
nuestra condición orgánica. Entre las que no se asimilan inmediatamente cabe distinguir dos
tipos básicos: a) aquellas que –como el cobre o la mayoría de los plásticos, por ejemplo- son
expulsadas intactas, sin ejercer ningún efecto sobre la masa corporal o el estado de ánimo; b)
aquellas que provocan una inmensa reacción. Este segundo tipo de cosas comprende las drogas
en general. (A. Escohotado), y retomando la idea siempre presente que una droga es un veneno
y un remedio al mismo tiempo, dependiendo su uso.
La OMS entiende por Droga: “Es toda sustancia terapéutica o no, que introducida en
un organismo, por distintas vías, es capaz de actuar en el Sistema Nervioso Central y provocar
una respuesta física y/o psíquica acorde a su forma de actuar”.
Es decir que cualquier sustancia que tiene acción sobre los seres vivos y que
incorporamos al organismo y produce cambios llamamos droga. Dentro de las innumerables
variedades de sustancias que responden a la definición de droga se encuentra un grupo que se
denomina drogas psicoactivas.
El rechazo o aceptación de una sustancia por parte de la sociedad no se relaciona
necesariamente con los efectos farmacológicos de esa sustancia, ni con los daños que pueden
produce sino fundamentalmente con la historia y la cultura. Una sustancia adquiere significados
y significantes que van más allá de sus propiedades farmacológicas y que su uso pueda generar
daños a la salud no solo tiene que ver con sus propiedades sino también con el contexto
personal y social en que se inscribe en un momento de la historia.

Sujeto, sustancia y entorno

Cuando se menciona la palabra “droga” por lo general se piensa en las drogas


ilegales, se habla de droga en singular y de esta forma se concentran en una sola categoría los
consumos, sujetos y contextos, ocultando las diferencias.
Entre las drogas se incluyen sustancias cuyo consumo forma parte de nuestros
hábitos alimentarios (alcohol y café), hasta medicamentos (analgésicos), pasando por sustancias
en donde su elaboración y distribución es ilegal. (LSD)
Por lo tanto si comprendemos que “el problema de la droga” es un fenómeno plural,
multicausal, siempre debemos tener en cuenta cuatro factores al mismo y no reducir el

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problema a un tema únicamente de sustancias. Si bien las sustancias son importantes por su
interrelación biológica genera cambios fisiológicos, afectivos y en lo relacional, pero los
principales protagonistas somos los individuos y nuestras relaciones.
-¿Qué se consume? Cuál es la procedencia de las sustancias, su composición química, sus
efectos sobre el SNC, su calidad, pureza y grados de nocividad, su estatus legal, su uso clínico y
farmacológico, su modo de presentación y de preparación.
-¿Quién la consume? Las personas tenemos una realidad física y psíquica diferente unos de
otros y reaccionamos de manera distinta por edad, género y sector social. Las efectos al
consumir una sustancia difieren mucho de una persona a otra.
-¿Cómo se consume? Dosis, frecuencia de consumo, vía de administración, si se utiliza una o
varias sustancias combinadas, la intencionalidad.
-¿Cuándo y dónde se consume? Los escenarios del consumo condicionan material y
simbólicamente el tipo de uso, no es lo mismo consumir solo o en compañía, en un ámbito
público o privado.
A partir de este advertimos que la diferencia entre uso, abuso y adicción no remite
únicamente a la cantidad y frecuencia de las drogas consumidas, sino también y no en menor
medida de las diferencias respecto a las motivaciones y el contexto del consumo.
Las diferencias dependen mucho más de las características de las personas y de su
entorno que del tipo de droga que se consume. Los consumos problemáticos de drogas se
relacionan con tres tipos de usos: las intoxicaciones agudas, los usos regulares crónicos, y las
dependencias.

El “problema droga” no es un problema de las sustancias sino de los hombres.


Uso: “Es el consumo esporádico y circunstancial de una droga u otro objeto; es ni más ni menos
que la utilización de sustancias u otros objetos”
Abuso: “Cualquier consumo de droga u objeto que dañe o amenace dañar la salud física, mental
o el bienestar social del individuo”. Se incluye aquí: el consumo en demasía y con cierta
periodicidad, es característico la intencionalidad del consumo. (Divertirse, reducir la fatiga,
evadirse de los problemas)
1. Es excesivo (situación de riesgo orgánico).
2. Es dañino (el consumo de sustancias por personas conlleva una disminución importante
o total de la tolerancia a las mismas).

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3. Es disfuncional (implica un patrón des-adaptativo de consumo que genera una alteración
del funcionamiento psicológico y social).
En términos generales se establece cuando el consumo se reitera para una misma
droga en similares o diferentes situaciones o cuando se recurre a diferentes drogas.
Adicción: “Cuando alguien siente o cree que no puede vivir sin una sustancia, objeto
o practica, y la utiliza o la realiza en forma permanente y de manera compulsiva”.
La adicción a las drogas es una de las formas de consumir drogas. Pero no es ni la
única ni la más habitual, desarrollar una adicción con las drogas es haber llegado al final de un
proceso que se ha comenzado mucho tiempo antes, de manera gradual, casi siempre sin
conciencia de ello y por diversos motivos los cuales generalmente son desconocidos o no
aceptados por la persona.
Aquí, nos referimos al individuo integro, considerando que de ambas maneras
prevalece en la persona la compulsión, imperiosa necesidad de consumir la sustancia y, como
dijimos en el concepto de adicción, la patología está dada por la modalidad de búsqueda.
Además de la adicción a las drogas, tal como lo venimos planteando, existen otros
objetos o situaciones con los cuales podemos establecer relaciones adictivas, comida, juego,
compras, velocidad. Cuando existe adicción a una sustancia se produce también una
“dependencia” a la misma. Su consumo reiterado no se da ya por el placer que genera sino para
evitar el displacer que su ausencia causa.
La dependencia es el estado psíquico o físico provocado por el consumo continuo y
reiterado en el tiempo de una sustancia, la dependencia implica que ante la supresión del
consumo se hará evidente el llamado síndrome de abstinencia.
Síndrome de Abstinencia: Cuando una persona ha llegado a ser dependiente de una
sustancia, tiene una relación con la misma. El consumo es continuo y las dosis, según los casos,
son administradas en períodos de tiempos más o menos cortos. Cuando por alguna razón la
administración de dicha sustancia es suspendida, durante determinado tiempo, se produce un
cuadro psicofísico denominado "síndrome de abstinencia". Los signos y síntomas que el
síndrome representa pueden ser muy variados y puede derivarse hasta en un cuadro clínico de
gravedad.
Estas son algunas definiciones construidas y utilizadas por una mirada que tiende a
poner más énfasis en la sustancia que en la relación del sujeto con la misma, es importante
conocerlas para poder repensarlas desde otro lugar.

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Drogodependencia: “Estado de intoxicación periódica o crónica producida por el
consumo repetido de una droga natural o sintética y caracterizado por: deseo dominante de
seguir tomando la droga y obtenerla por cualquier medio, una tendencia a aumentar la dosis,
dependencia física o psíquica, con síndrome de abstinencia por retiro o disminución brusca de la
droga y efectos nocivos para el sujeto y para la sociedad” (O.M.S).
Toxicomanía: Etimológicamente el vocablo se halla compuesto por dos raíces:
tóxico, del griego "toxikon" que significa veneno, y manía del latín "manía" que significa locura
parcial con la obsesión de una idea fija. Desde un enfoque etimológico toxicomanía sería la
obsesión de consumir tóxico o veneno.

El enfoque de derechos como alternativa

Siguiendo la concepción de Castel, a partir de la crisis de la sociedad salarial o del


modelo industrial también se produjo una ruptura con lo que podemos llamar la metáfora del
progreso. Es decir la creencia férrea en que la trayectoria individual y social estable nos
impulsaba de manera evolutiva hacia un futuro que inevitablemente sería mejor que el pasado.
Es el quiebre con la noción de movilidad ascendente producto del esfuerzo laboral. Esta
representación social implicaba una confianza positiva en el futuro, como una forma de
controlar el devenir de la historia.
Si entendemos que el cambio de la sociedad salarial a la posindustrial redefinió un
modo particular de relación entre el Estado y los ciudadanos, y en América Latina se caracterizo
por el desmantelamiento del Estado desarrollista y con el desmantelamiento de las políticas de
protección social se fueron sustituyendo hasta llegar en los 90 mecanismos de individuación de
riesgos (seguros sociales) y de individualización de la pobreza (políticas compensatorias).
La persistencia de un modelo económico excluyente aparece tal vez como el factor
de mayor fragilidad de las instituciones democráticas y enfatizando en América Latina un
elevado nivel de desigualdad y exclusión, produjeron también la proliferación de situaciones de
vulnerabilidad desde los 70’, implicando al mismo tiempo la configuración de nuevas
subjetividades.
El desempleo aparece como el aspecto más visible de las transformaciones a partir
de la ruptura con la sociedad salaria, al mismo tiempo la precarización laboral es otra
característica sumamente importante a tener en cuenta para comprender estas nuevas
subjetividades

17
La nueva cuestión social está marcada por la precarización del trabajo entendida
como proceso regido por las nuevas exigencias tecnológicos-económicas de la evolución del
capitalismo moderno. Probablemente parte del discurso que circula como “la ausencia de la
cultura del trabajo” sea más bien “la ausencia de empleo”, que conlleva a un desencanto en el
trabajo como el gran dignificador social, a partir de su escasez.
Desde este ángulo es que intentamos pensar acerca de la desestabilización de los
estables, es decir los peligros de “caer” de las clases medias, y la “castificación” de las clases
bajas, promoviendo la sensación de andar a la deriva, y partir de aquí los nuevos escenarios que
favorecen determinados que consumos sean experimentados como la única forma de alcanzar
el bienestar, que poco tiene de bienestar, sino más bien de un placer efímero. Frente al riesgo,
el miedo y la angustia aparece en la necesidad de decir que “si” a todas las ofertas laborales, en
donde es imposible rechazar cualquier oferta laboral, se empiezan así a entorpecer los
proyectos personales más a largo plazo, por tanto desde estas lógicas del “stress” es que el
mundo del consumo de drogas parece aplacar momentáneamente estos sentimientos. Frente a
la dificultad de poder generara verdaderos proyectos de vida identificatorios aparece la
satisfacción inmediata como un mecanismo evasivo, que alivia este malestar.
A partir de las nuevas condiciones de producción, precarización de las relaciones
laborales y las reducciones de protección social a partir de los 70’ y consolidadas en los 90’
surgió como respuestas los Estados con enfoque de derechos, la valoración de la teoría de la
ciudadanía como fundamento para las nuevas políticas. La ciudadanía como fundamento del
deber político y del orden social se desataca por, su carácter expansivo, basado en la moral y
legalmente respaldad de ser humano como responsable, razonable y autónomo. El
reconocimiento del individuo como portador de derechos legalmente sancionados y
respaldados, entre otros. En este sentido si bien reconocemos la importancia de lograr el
derecho como importante pero hasta que no se ejerza no se transforma en ciudadanía.
A partir del proceso político dado en la última década se dio mayor predominio de lo
público sobre lo privado se logro recuperar el rol del Estado sobre el mercado. El estado implica
una noción más integradora social que el mercado. La protección social debe surgir por fuera del
mercado laboral. El enfoque de derechos permite la superación de algunos de los problemas
graves estructurales, en relación a las brechas de igualdad formal y real.

18
BIBLIOGRAFÍA

 ALFIE COHEN; Miriam- Méndez Luis, “La sociedad del riesgo: amenaza y promesa. Rev.
Sociológica N 15, 17-2000 www.revistasociologica.com.mx/pdf/4308.pdf
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 CALABRESE, Alberto, “Aspectos sociales de la drogadicción”, Publicación Técnica de FAT Nº 26,
Buenos Aires.
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 DEL OLMO, Rosa, “Drogas. El conflicto de fin de siglo”, cuadernos de Nueva Sociedad, 1997.
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 ESCOHOTADO, Antonio “Aprendiendo de las drogas: usos, abusos, prejuicios y desafíos” Ed.
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 LANDI, Oscar, “Devórame otra vez”, editorial Planeta Espejo de la Argentina.
 LE MONDE DIPLOMATIQUE, “Geopolítica del Caos”, Temas de Debate ediciones.

19
 LIPOVETSKY, Gilles, “El crepúsculo del deber”, editorial Anagrama Colección argumentos.
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 MARX, KARL, El Capital: Crítica de la Economía Política, Tomo 1 (en Español). México: Fondo de
Cultura Económica. (Edición 1: 1946, Edición 2: 1959, Reimpresión 25: 1995) ISBN 968-16-0026-6.
 NAPARSTEK Fabián y colaboradores. “Introducción a la clínica con las toxicomanías y
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 NÁPOLI, Mónica, “Epistemología. Aspectos generales de las adicciones”, Curso de postgrado en
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 Prevención del consumo problemático de drogas: desde el lugar del adulto en la comunidad
educativa. Ministerio de Educación de la Nación.
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 ROJAS, María Cristina y STERNBACH, Susana, “Entre dos Siglos. Una lectura psicoanalítica de la
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 TOUZÉ, Graciela, “Prevención del Consumo problemático de drogas. Un enfoque educativo”,
Ministerio de Educación. Presidencia de la Nación. Editorial TROQUEL.
 Portal. Educación.gov.ar/primaria/files/.../cuadernillo-para-primera-web

20
Taller Nº 2
Enfoque de derecho: Ley de Salud Mental

Lic. en psicología Fernanda Bertranou


ferbertranou@hotmail.com
Lic. en psicología Valeria Bauzá
valeria_bauza@yahoo.com.ar
Abogada Paula Logotetti
paulalogo@gmail.com

Definición de derechos humanos

Los derechos humanos suponen la satisfacción de las necesidades y el desarrollo de


las capacidades y libertades de las personas. Promueven la creación de mecanismos
institucionales que faciliten o garanticen el disfrute y el acceso a esas necesidades, capacidades
y libertades. Por ello: asume que el desarrollo de las capacidades y libertades son un derecho de
las personas que otros tienen el deber y la responsabilidad de facilitar o garantizar.
Establece que ese deber tiene que expresarse en normativas, instituciones, medidas,
estrategias y otras iniciativas para garantizar y proteger los logros en materia de desarrollo
humano.
Esto permite, identificar responsabilidades de distintos actores institucionales y
sociales, y demandarle cuando se hacen efectivos los derechos a los cuales están obligados.

CARACTERISTICAS DE LOS DERECHOS HUMANOS

Los derechos humanos pueden ser caracterizados en base a los siguientes aspectos:
 INHERENTES a los seres humanos: todas las personas son titulares de los derechos.
 UNIVERSALES: las políticas deben ser planificadas para todas las personas, por lo que los
programas, proyectos y acciones específicas, deben formularse con el objeto de
acompañar el acceso a las prestaciones universales cuando por diversos motivos esto se

21
ve obstaculizado. Las estrategias de focalización previstas en programas sociales,
destinados a grupos expuestos a situaciones de vulnerabilidad, deben ser diseñadas, no
como intervenciones alternativas a los servicios ofrecidos a todas las personas, sino
como intervenciones que apunten a complementar los servicios universales, tendiendo
así a la inclusión en los mismos.
 INTRANSFERIBLES, IRRENUNCIABLES E INALIENABLES: ninguna persona puede renunciar
o transferir los derechos. Asimismo, tampoco los Estados pueden disponer de los
derechos de las personas.
 INDIVISIBLES: todos los derechos tienen el mismo rango, no hay derechos más
importantes que otros.
 INTERDEPENDIENTES E INTEGRALES: la vigencia de unos derechos es condición para la
plena realización de otros; la satisfacción de cada derecho, tiene efecto en el ejercicio de
otros derechos. Por otro lado, la violación y desconocimiento de alguno de ellos implica
poner en riesgo el ejercicio de otros derechos. La satisfacción integral de los derechos,
conlleva a la identificación de una variedad de responsables, quienes en forma
compartida, (corresponsablemente) o complementaria deben garantizar el acceso a los
derechos: el Estado y sus tres poderes y niveles de gobierno, las instituciones sociales y la
comunidad.
 PASO DE LAS NECESIDADES A LOS DERECHOS: tener derechos no significa que las
necesidades desaparezcan. Implica la posibilidad de que toda persona, portadora de
necesidades se perciba a sí misma, y a su vez, organice su relación con el entorno como
sujetos de derechos que pueden ser exigidos.

PRINCIPIOS GENERALES DE LOS DERECHOS HUMANOS

 No discriminación. Los instrumentos de derechos humanos son tratados contra la


discriminación. Exige que todas las personas sean tratadas del mismo modo con
independencia del género, la raza, la religión, la etnia o la edad. etc.
 Participación. Implica plena libertad de expresión, asociación y participación de las
personas en el proceso de toma de decisiones en los asuntos que le conciernen. En el
caso de los niños, niñas y adolescentes es en función de su edad y madurez.

22
 Recurso efectivo. Los instrumentos de derechos humanos no son textos declarativos,
sino que representan compromisos de los Estados, quienes deberán establecer
mecanismos administrativos, legislativos y de otra índole para garantizar esos derechos.

INSTRUMENTOS DE DERECHOS HUMANOS

Los Estados que forman parte del sistema internacional de protección de los
derechos humanos están obligados a cumplir los tratados en la materia. Las personas que
ejercen funciones públicas tienen la responsabilidad de promover, respetar, garantizar y
proteger el efectivo goce de los derechos y libertades fundamentales de los habitantes de la
jurisdicción en la que se desempeñan.

Es por esto que los instrumentos de derechos humanos promueven:


 Orientaciones y limitaciones al Estado y sus órganos a los cuales les imponen deberes y
les definen objetivos a realizar.
 Cambio de relaciones entre el Estado y el ciudadano, incorporación de nuevos actores.
 Instituciones que corporicen las nuevas relaciones, e incorporen a los nuevos actores.

Los instrumentos de derechos humanos incluidos en el artículo 75, inc. 22 de la


Constitución Nacional Argentina, reformada en el año 1994 son:

 Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre.


 Declaración Universal de Derechos Humanos.
 Convención Americana sobre Derechos Humanos.
 Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
 Pacto internacional de Derechos Civiles y Políticos y su protocolo facultativo
 Convención sobre la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio.
 Convención internacional sobre la Eliminación de todas las formas de discriminación racial.
 Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la Mujer.
 Convención contra la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanas o degradantes.
 Convención sobre los Derechos del Niño.

23
OBLIGACIONES BASICAS A LAS QUE COMPROMETEN LOS DERECHOS HUMANOS

Al firmar y ratificar los distintos instrumentos internacionales, los Estados asumen


obligaciones y deberes en virtud del derecho internacional. Estas son:

 Obligación de respetar: abstenerse de interferir o limitar el disfrute de los derechos


humanos, sea por acción u omisión.
 Obligación de proteger: requiere la prevención de violaciones de los derechos por
terceras personas, implementando medidas estatales para prevenir o poner fin a la
violación: normativas y mecanismo para su cumplimiento.
 Obligación de promover: requiere aumentar la conciencia pública tanto de los derechos
como de los procedimientos para asegurar cómo proteger los derechos, creando y
publicitando, oportunidades para la participación y la construcción de capacidades para
posibilitar una participación significativa.
 Obligación de realizar: requiere que el Estado tome medidas para asegurar que cada
persona satisfaga aquellos derechos que no pueden ser asegurados a través de un
esfuerzo personal.

LEY NACIONAL DE SALUD MENTAL Nº 26.657

La Ley Nacional de Salud Mental nº 26.657 fue sancionada en el mes de diciembre de


2010, y reglamentada en mayo de 2013. Implica la primera legislación y regulación normativa de
las temáticas relacionadas con la salud mental. Se encuentra enmarcada en el paradigma de
derechos humanos.
Esta ley asegura, para todas las personas, el derecho a la protección de la salud
mental, el que deberá ser respetado en todos los servicios y efectores de salud del país, tanto
del sector público como del privado.
Se reformula y amplia el concepto de salud mental, que queda definida como “un
proceso determinado por componentes históricos, socioeconómicos, culturales, biológicos y
psicológicos cuya preservación social está vinculada a la concreción social de los derechos
humanos y sociales de toda persona” (Art. 3).

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Además, parte de la presunción de capacidad de todas las personas, refiriendo que
en ningún caso puede hacerse Diagnóstico en el campo de la salud mental sobre la base de:
status político, socioeconómico, pertenencia a un grupo cultural, racial o religioso; demanda
familiares, laborales, falta de conformidad o adecuación con valores morales, sociales,
culturales, políticos o creencias religiosas prevalecientes en la comunidad donde vive la persona;
elección o identidad sexual; la mera existencia de antecedentes de tratamiento u hospitalización
(Art. 3).

La Ley reconoce:
1- PRINCIPIOS GENERALES DE SALUD MENTAL Y DERECHOS HUMANOS Y PROTECCIÓN
CONTRA LA DISCRIMINACIÓN.
2- PRINCIPIOS GENERALES SOBRE LA MODALIDAD DE ABORDAJE EN SALUD MENTAL.
3- DERECHO AL CONSENTIMIENTO INFORMADO.
4- DERECHO DE LOS USUARIOS EN LOS TRATAMIENTOS.
5- DERECHOS DE LOS USUARIOS EN LAS INTERNACIONES.

1- PRINCIPIOS GENERALES DE SALUD MENTAL Y DERECHOS HUMANOS Y PROTECCIÓN


CONTRA LA DISCRIMINACIÓN

La Ley garantiza el derecho de toda persona usuaria de los servicios de salud mental y adicciones
a:
 Ser reconocida como sujeto de derecho, y a que se presuma su capacidad;
 No ser discriminada por un diagnóstico, padecimiento mental, antecedentes de
tratamiento u hospitalización;
 Recibir información adecuada y comprensible acerca de los derechos que puede ejercer
en la relación con el sistema de salud mental.
 Que las situaciones de consumo problemático de sustancias, deban ser abordadas como
parte integrante de la salud mental, y por ello las personas con uso problemático de drogas
gozan de todos los derechos y garantías reconocidos por la Ley, en su relación con los servicios
de salud.

25
2- PRINCIPIOS GENERALES SOBRE LA MODALIDAD DE ABORDAJE EN SALUD MENTAL
La Ley garantiza el derecho de toda persona usuaria de los servicios de salud mental a:
- Acceder de modo gratuito, igualitario y equitativo a atención integral de la salud mental,
desarrollada preferentemente fuera del ámbito de internación, en el marco de un abordaje
interdisciplinario e intersectorial;
- La atención en la comunidad. La internación sería una medida de última instancia y la misma
debe realizarse en hospitales generales (sin discriminación) intentando que sea en el menor
tiempo posible (Art. 28).
- A ser tratada en base a la estrategia de atención primaria de la salud en el lugar más cercano a
su domicilio.
- A que los equipos de profesionales tienen que ser interdisciplinarios. Se suman abogados para
asesorar a las personas con sufrimiento mental y sus familias sobre sus derechos (Art.22)
- Trabajar para la inclusión social de las personas con sufrimiento mental (actividades laborales,
educativas etc.) a partir de abordajes comunitarios.
- Que no se creen nuevos manicomios, y a que los existentes se adapten a los principios de esta
ley, hasta su sustitución por dispositivos basados en la comunidad;

3- DERECHO AL CONSENTIMIENTO INFORMADO

La Ley garantiza el derecho de toda persona usuaria de los servicios de salud mental al
consentimiento informado para todo tipo de intervención, y en especial a:
- Recibir información adecuada y comprensible a través de los medios y tecnologías que sean
necesarias acerca del estado de salud, el tratamiento y las alternativas de atención.
- Que la información sea brindada a familiares o representantes legales de la persona, en caso
de que ésta tenga dificultades de comprenderla;
- Es dinámico. Se presta previo al tratamiento y debe ser consensuado de manera continua a lo
largo del mismo. El usuario puede retirarlo en cualquier momento.

26
4- DERECHO DE LOS USUARIOS EN LOS TRATAMIENTOS

La Ley garantiza, durante el tratamiento, el derecho de toda persona usuaria de los servicios de
salud mental a:
- Poder tomar decisiones relacionadas con la atención y tratamiento, y a que ésta sea
personalizada, en un ambiente apto con resguardo de la privacidad y la libertad de
comunicación, y que promueva la integración familiar, laboral y comunitaria;
- Conocer y preservar la identidad, los grupos de pertenencia, la genealogía y la historia
personal;
- Ser acompañado por familiares, afectos o cualquier allegado a quien se designe, durante todo
el periodo del tratamiento,
- Que la medicación sólo se prescriba con fines terapéuticos, a partir de evaluaciones
profesionales en el marco de abordajes interdisciplinarios, y nunca de forma automática, como
castigo, por conveniencia de terceros, o para suplir la necesidad de cuidados especiales;
- Acceder a la historia clínica (en forma personal, o a través de familiares, un abogado o
cualquier allegado a quien se designe), en la que debe registrarse diariamente la evolución de la
salud y todas las intervenciones del equipo tratante.

5- DERECHOS DE LOS USUARIOS EN LAS INTERNACIONES

La Ley garantiza, durante una internación, el derecho de toda persona usuaria de los servicios de
salud mental a:
Que la internación:
- se prescriba en función de criterios terapéuticos interdisciplinarios e integrales, con dictamen
fundado y firmado por al menos 2 profesionales (uno debe ser psicólogo o médico psiquiatra).
Que sólo se lleve a cabo cuando aporte mayores beneficios terapéuticos que el resto de las
intervenciones realizables en el entorno familiar o comunitario.
- Sea lo más breve posible,
- Nunca se prescriba mi prolongue para resolver problemáticas sociales o de vivienda;
- mantener los vínculos y comunicación con familiares, allegados, y el entorno laboral y social
- abandonar en cualquier momento un internación voluntaria.
En caso de Internaciones Involuntarias:

27
- que la misma se aplique de modo excepcional, sólo cuando a criterio del equipo de salud exista
situación de riesgo cierto o inminente para sí o para terceros, y únicamente en el caso de que
no sean posibles los abordajes ambulatorios.
-que en un plazo máximo de 10 hs, se notifique la internación a un juez y al órgano de revisión,
para que controle periódicamente la legalidad y condiciones de la medida.
-contar con un abogado defensor proporcionado por el Estado, desde el momento en que se
inicia la internación, quien se podrá oponer a la medida y solicitar la externación en cualquier
momento.

BIBLIOGRAFÍA

 Declaración Universal de los Derechos Humanos


 Lechner, Norber. Los derechos humanos como categoría política. Conferencia pronunciada en el
foro “Los derechos humanos y las ciencias sociales en América Latina” con ocasión de la XII
Asamblea General de CLACSO en Buenos Aires, noviembre de 1983.
 Abramovich, Víctor. La situación de los Derechos Humanos en América Latina. Exposición
realizada durante el Panel Derechos Humanos, Autoritarismo y Democracia. Los aprendizajes de
la lucha por los derechos humanos para intervenir en los problemas del presente que tuvo lugar
en Buenos Aires el 18 de mayo de 2009.
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 Ase, Iván. Capacidades estatales, APS y derecho a la salud mental. Trabajo presentado en las
Jornadas Nacionales de APS y Salud Mental, Mendoza, Octubre 2013.
 Plan Nacional de Salud Mental, octubre de 2013.
 Reglamentación de la Ley Nacional de Salud Mental, mayo de 2013.

28
Taller N°3
Multiplicidad de los Consumos Problemáticos

Licenciado en Psicología Leonardo Camus.


leonardocamus@hotmail.com

Multicausalidad vs. Multiplicidad


Enfocarnos sobre la clásica multicausalidad de factores que implica la problemática
del consumo resulta al menos engañosa, ya que no sólo nos confronta a situar una determinada
cantidad de causas- no podríamos dar cuenta de una cantidad exacta- sino que también nos
interpela a situar la implicancia de cada causa, y esto es lo más difícil.
Tomemos un ejemplo clásico para entender mejor este punto. Situemos un factor
familiar ocurrente: separación de los padres, aquí tendríamos que definirlo como favorecedor o
como protector frente al surgimiento de una problemática de consumo. Rápidamente
podríamos afirmar que pertenecería a la categoría de un factor favorecedor respecto a la
aparición de un consumo problemático, pero que ocurre si esta separación es justamente una
causa de alivio frente a recurrentes peleas, situaciones de violencia intrafamiliar, etc. Es aquí
donde comienza a perder consistencia este intento por universalizar y categorizar dichos
factores, y ya no sólo resulta difícil sino imposible.
Propondremos la noción de multiplicidad para dar cuenta de la variada implicancia
de factores y de la importancia no sólo de la particularidad de cada factor en cada sujeto sino
también de la singularidad respecto de la vivencia de cada uno. Una separación parental puede
ser un alivio para un hijo, pero para otro ser vivenciado como una catástrofe y tal vez para un
tercer hijo no tener mayor relevancia. Así entonces podríamos orientarnos a sostener que ni
uno, ni múltiples factores dan cuenta acabadamente por sí sólo de una problemática de
consumo.

Adicción vs. Consumos Problemáticos

Nos adentráremos más adelantes en la conceptualización y etiología del término


adicción, por mientras haremos foco sobre la construcción social imperante del mismo en la
actualidad, de acuerdo a ésta, si preguntamos por la descripción de un adicto tendremos muy

29
probablemente la siguiente descripción: "adolescente con consumo de sustancias ilegales,
preferentemente de clase social baja, en consonancia con actividades delictivas, en una plaza,
escondido, etc...". El significante adicción está sobrecargado negativamente en esta dirección,
generando una dificultad para pensarnos como parte de una sociedad de consumo que favorece
los excesos, que no ayuda a morigerar ciertos imperativos de la misma y frente a la cual muchos
sujetos se esclavizan ante los mismos tomando posiciones en las que distintos consumos
resultan sufrientes y problemáticos.

El concepto de consumo problemático al ser de uso relativamente nuevo, no


conlleva la carga del término "adicción". Luego avanzaremos sobre la conceptualización del ser
humano y su lugar frente al instinto pero propongamos por mientras que ningún consumo en el
Hombre puede satisfacer plenamente algo del orden de la necesidad, sino sólo de forma parcial,
tendremos entonces que todo consumo de los sujetos conlleva un monto de problematización.
Esto resulta importante a la hora de pensar la extensión de los consumos problemáticos, ya que
todos quedamos insertos como sociedad de consumo. Y aquí se comienza a dificultar sólo
atribuirlo a una franja etárea, una clase social, una posición frente a la legalidad, etc.

Desencadenante Histórico-socio-cultural del consumo

A principios de siglo pasado, podríamos situar la Revolución Industrial como un


hecho histórico que promueve un viraje en la concepción y manera de fabricación de los objetos
producidos por el "Hombre". Hasta entonces lo imperante eran los oficios artesanales, en los
cuales había un "maestro" que poseía un "saber hacer con" del cual se desprendía un "aprendiz"
o "discípulo". Cada producto era artesanal, original y particular. Los objetos representaban una
marca distintiva, pero algo muy importante es que lo construido por el hombre en su mayoría
era utilitario, tenían un fin que respondía a una necesidad existente.
Con el auge del Industrialismo comienza la producción en serie y una
homogenización del producto, es decir, que con este avance se puede construir un objeto
idéntico a otro, innumerable cantidad de veces. Se incorpora el concepto de productividad y de
serialidad. Aparece la oferta de productos en serie para el consumo de muchos, borrando las
diferencias de los sujetos, con esto la marca pasa a ser algo que engloba productos en serie y a
la vez propone un plus, un beneficio extra con la introducción del "slogan". El "slogan" es una
frase que representa al producto y que se añade a la "marca". La marca Nike propuso en

30
determinado momento su slogan con la frase "just do it", ("solo hazlo" en castellano). Al
comprar un producto Nike ya no sólo se adquiere una prenda sino que también actitud para la
acción.
Impacto de lo Social (Lo Mass-mediático)Si hacemos un rastreo histórico de la
publicidad encontramos rastros que datan de 3000 años A.C. en papiros egipcios que ofrecían
recompensas a quien devolviera esclavos prófugos, pero es recién a mediados del siglo XIX que
los medio masivos de comunicación crecieron rápidamente. En 1900 había cuarenta y dos mil
solicitudes de patentes en Washington. Se inventaron el teléfono (1876), el telégrafo (1840), la
prensa rotativa de alimentación continua (1871), el fonógrafo (1877), el rollo fotográfico (1884),
la radio (1891), etc. Sólo en EE.UU., hacia 1900 se publicaban alrededor de diez mil periódicos
con una circulación estimada de diez millones de ejemplares. En 1902 COSMOPOLITAN tenía una
tirada de setecientas mil revistas y LADIE’S HOME JOURNAL llegaba al millón. La cantidad de
publicidad que aparecía entonces era comparable a la de las revistas modernas. La publicidad a
través de la comunicación tuvo interés de provocar deseos y apetencias, hubo que redactar de
otro modo, sugerir, insinuar, etc. y la publicidad se convirtió en un medio para acercar el
producto al comprador y aumentar las ventas, a su vez se ha valido de las invenciones
tecnológicas de comunicación, primero la radio, luego televisión, actualmente internet y
celulares y una serie de "dispositivos" o "gadgets" para acceder al consumidor. De la mano de la
publicidad surge el concepto de consumidor en esta época como así también la creación de
necesidades.

La vulnerabilidad de sujeto en la particularidad de la Época: el empuje al consumo


Arribamos a la era de la globalización, la comunicación se plantea como instantánea y múltiple,
hay un borramiento de las barreras del tiempo y el espacio. Se inicia la lógica del "todo es
posible", y "el consumo" se posiciona como medio de acceso a esto- "Impossible is nothing"
(slogan de Adidas)-, pero siempre ligado al consumo de un determinado producto. El consumo
traspasa lo material, actualmente no solo se consumen cosas sino también ideales, imágenes,
estilos de vida, modos de hablar, etc. La dialéctica imperante subvierte el lugar consumidor-
consumido y el sujeto sin darse cuenta consume su vida y su salud cuando queda entrampado
en esta lógica. Ya que se desdibuja la capacidad para disfrutar, en la incesante búsqueda de un
nuevo objeto de consumo, porque si nada es imposible (Adidas), lo que tengo siempre es
insuficiente, siempre hay algo nuevo en el horizonte. Y el consumo se hace infinito. Estamos en
la era de la hipermodernidad, lo moderno elevado al cénit. Y lo moderno plantea lo nuevo, lo

31
innovador, esta cualidad de los objetos se desvanece rápidamente al adquirirlos, ya que dejan
de ser nuevos e innovadores, y este es e empuje que lleva a la búsqueda de un nuevo objeto, y
así se abre un sin límites, del cual el sujeto es vulnerable a quedar atrapado.
Freud plantea en su escrito sobre "El malestar en la cultura", que el hombre no es
más feliz a medida que la cultura progresa y que la civilización puede constituir una amenaza
para la humanidad. Es decir plantearse por qué la cultura hace desdichado al hombre que la ha
creado, precisamente para subsanar los males que lo aquejan. Freud define a la cultura como:
todas las actividades y valores que son útiles para el ser humano en tanto ponen la tierra a su
servicio, lo protegen contra la violencia de las fuerzas naturales, etc. Los animales no poseen
"una Cultura", ésta es una cualidad humana. La cultura comprende normas necesarias para
regular los vínculos recíprocos entre los hombres. A partir de la cultura los hombres se protegen
de la naturaleza que, los pone ante su endeblez y desvalimiento. En la cultura los lazos se reglan
entre los seres humanos: como vecinos, dispensadores de ayuda, como objeto sexual de otra
persona, como miembro de una familia, etc. Si no hubiera regulaciones, los lazos quedarían
sometidos a la arbitrariedad del sujeto y el de mayor fuerza física los resolvería en el sentido de
sus intereses. Es decir que el sujeto por obra del desarrollo de una cultura experimenta límites.
A romper estos límites es a lo que apunta el mundo publicitario. Da consistencia a la ilusión de
que todo se puede mediante el consumo de los bienes y servicios que ésta ofrece.
Freud dice "la vida como se nos es impuesta, resulta gravosa: nos trae hartos
dolores, desengaños, tareas insolubles. Para soportarla no podemos prescindir de calmantes".
Enumera tres clases en principio: poderosas distracciones (actividades científicas, trabajo, etc.)
que nos hagan valuar en poco nuestra miseria; satisfacciones sustitutivas (el arte, la fantasía),
que la reduzcan y sustancias embriagadoras (las que influyen sobre nuestro quimismo), nos
vuelvan insensibles a ellas. Luego agrega un cuarto a nivel de la religión, lo que estaría ligado a la
creencia de cada uno. Define a los tóxicos como “quita-penas” que permitirían esquivar los
límites que la realidad impone al sujeto, refugiándose en un mundo que ofrecería mejores
condiciones de sensación. Luego sostiene que: “...es que al fin todo sufrimiento es sólo
sensación, no subsiste sino mientras lo sentimos, y sólo sentimos a consecuencia de ciertos
dispositivos de nuestro organismo. El método más tosco, pero también más eficaz, para obtener
ese influjo es el químico: la intoxicación...”. Bien se sabe que con los “quita-penas” es posible
sustraerse en cualquier momento de la presión de la realidad y refugiarse en un mundo propio
que ofrece mejores condiciones para la sensación Continua exponiendo que: cada una de la

32
respuestas para evitar dicho malestar, así como pueden contener un remedio o beneficio ante el
mismo, a la vez pueden entramar un peligro.
Si tomamos el concepto de Farmakon de la antigüedad, vemos que en su
concepción posee una doble acepción: lo que funciona como remedio o también como veneno.
Esto se corrobora constantemente por ejemplo en cualquier medicamento modernos
encontramos que no pueden evitar las contraindicaciones y los efectos secundarios. Esto nos
invita a pensar que en lo humano, lo que hace de solución es a la vez lo que genera malestar. En
todo consumo problemático hay una ruptura muy fuerte del lazo social, en pos de una
satisfacción en soledad y aislamiento, Tudanca propone el concepto de no-lugares en relación a
este tipo de satisfacción, lugares donde la gente va para no hacer lazo con el otro, sino
solamente a consumir objetos que impone el mercado, por ejemplo los shoppings: un lugar
hecho para el encuentro con objetos de consumo, no para el lazo social. En la actualidad vemos
como lo que era un menú de posibilidades ante un malestar, ha sido monopolizado al servicio
del consumo. El cual se ofrece una única respuesta ante una necesidad, dando un paso más
constituyendo nuevas preguntas que inauguran nuevas necesidades, la vía del consumo. La
Globalización implica que hay una sola respuesta para todo el mundo por igual, todos se
satisfacen de la misma manera, lo que indefectiblemente lleva a la segregación, es decir, el que
no se satisface de esta manera queda por fuera. Ejemplos de segregación hay muchos por
ejemplo los country, donde se supone que todos se satisfacen de la misma manera, y quedan
por fuera los que no. Grupos etarios, niños en la institución escolar, etc. Lo Natural vs. Lo
Humano (Entrada del Lenguaje)

Prematurez e Indefensión

El ser humano nace en una situación constitutiva de desamparo, un prematuro,


fisiológicamente inacabado, y no tendría chance de satisfacer sus necesidades sin la ayuda de
otro ser humano. Podríamos decir que el bebé nace en un estado de inmadurez, por si mismo no
puede trasladarse para evitar peligros (camina alrededor del año), no puede ver ya que el nervio
óptico tarda varios meses en madurar (sólo ve manchas), no puede brindarse acceso al
alimento. Debido a estas imposibilidades el cachorro humano no puede defenderse ni
procurarse una vía para la satisfacción de aquellas necesidades que lo mantendrían vivo. Sin un
Otro que medie, no puede sobrevivir, un otro de los primeros cuidados maternos, un otro cuya
característica es que habla y que desea-al menos anhela cuidarlo y algo representa para este. No

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importa si ese otro ser humano es bueno malo, adecuado o no, sino cuál es su posición como
deseante. Antes de nacer estamos inmersos en un mundo simbólico (por ejemplo quien nos
nombra cuando todavía estamos en la panza, o aún antes como proyecto).
Estas contingencias nos determinan simbólicamente, seremos nietos de tal o
sobrinos de cual, venimos al mundo en un lugar determinado, que establecen un orden, somos
parte de un mundo reglado. En donde al nacer algo se recibe por parte de ese Otro al que se
hacía mención, algo nos dio, fuimos interpretados, nos dieron de comer cuando interpretaron
que teníamos hambre, nos abrigaron cuando interpretaron que teníamos frío, etc. Pero a la vez
que algo llegó, calmo una necesidad, también algo no lo hizo, ya que a la vez que tuvimos
hambre tal vez otra cosa más nos aquejaba. Esta es la condición humana, una condición de no
completud. Esta incompletud nos marca una búsqueda, abre camino al deseo. El deseo en tanto
inconciente, es aquello que se ubica en la diferencia entre lo que llego y lo que no llego como
satisfacción de parte de ese otro que nos cuidó, es la diferencia entre la necesidad y lo que
quedo satisfecho.

La Particularidad de lo Humano: Necesidad, Demanda y Deseo.

Este otro de los primeros cuidados maternos, es un Otro que habla, y es quien
traduce el llanto del bebé y lo interpreta. Dirá tiene hambre, le duele el estómago, tiene frío,
etc. El sujeto al ser interpretado pierde lo natural de la necesidad, ya que ese otro al interpretar,
algo de su necesidad satisfará, pero algo inevitablemente quedará por fuera dado que el bebé
tiene una multiplicidad de sensaciones simultáneas que no pueden ser abarcadas por la
interpretación ni de bebe, ni de niño y tampoco como adulto o mayor. El Otro no está siempre a
disposición, a veces está presente y otras veces ausente. Esto es muy importante ya que inscribe
una diferencia. Entonces este otro convertirá la necesidad en demanda, pedido. Así el ser
humano se convierte en un ser parlante, un ser mediado por el lenguaje y sólo accederá al
mundo a través de éste No hay complementariedad entre madre e hijo, entre novio y novia,
entre unos y otros. Siempre hay una diferencia, y esta diferencia es la que da origen al deseo,
como decíamos antes.
Con todo esto se puede sostener que la necesidad como natural no existe, ya que
el ser humano utiliza el lenguaje para pedir lo cual incluye una deformación y también hay otro
que interpreta esa necesidad según su código, según el registro simbólico. Entonces la necesidad
cambiaría de biológica (animal), a lógica (hombre).

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La puesta en palabras de la necesidad se denomina demanda, que implica un cierto
empleo de significantes, es la obligación de entrar al código significante materno, lo que
denominamos la lengua materna. Entre demanda y el Otro también aparece el deseo, porque el
Otro no tiene lo que se le pide, éste también tiene una falta. En un estado de urgencia el bebé
realiza acciones que no son efectivas en sí para disminuir la tensión que lo aqueja. Por lo tanto la
intervención de su cuidador será decisiva.
Este otro de los primeros cuidados será quien acuda ante los gritos de descarga
como quien responde a un llamado. Es el otro quien interpreta que lo llaman, quien da valor de
mensaje a las conductas reflejas del niño.
La única posibilidad de dirigir una acción de alivio por parte del cuidador
dependerá de la particular interpretación que, basado en su lógica, en su conjunto de
significaciones, dé al comportamiento observado en el niño.No se está hablando ya de un objeto
naturalmente prefijado que se acoplará perfectamente a la necesidad en cuestión.
La percepción en el niño de una diferencia con respecto a un estado crítico se
inscribirá, dejará un signo perceptivo, una huella mnémica denominada primera experiencia de
satisfacción. Marca de la satisfacción conseguida que quedará registrada asociada al estado de
necesidad. Luego, frente a un nuevo aumento de tensión, se buscará la reanimación alucinatoria
de esta huella como alivio. No existió un acoplamiento perfecto entre el estado de urgencia y el
objeto, aunque la huella de éste (primera experiencia de satisfacción) será tratada como la de
un objeto que satisfizo plenamente.
Siempre quedará algo de displacer, algo no satisfecho como efecto de la no
complementariedad entre la necesidad y el objeto que llegó. Como resto de esta satisfacción
incompleta se pone en marcha el Deseo. Éste queda definido como “... una corriente que
arranca del displacer y apunta al placer...”. Es el nombre de este margen existente entre la
necesidad y la demanda. Se puede pensarlo también como la consecuencia de la falla propia del
objeto como un objeto que satisface.

Instinto vs Pulsión

Una definición conductual del concepto de instinto es lo que se denomina PAF


(patrones de acción fija) y consiste en un: -saber hacer heredado genéticamente que varía muy
poco de un individuo a otro de la misma especie. Así vemos que una hormiga del continente
sudamericano si es trasladada a un hormiguero del continente africano se adecuará

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perfectamente. Así también será tomada por la colonia como una más. Como vimos antes con la
entrada del orden simbólico al mundo humano (el lenguaje), éste ya no será como el de la
hormiga.

Etimología del Concepto de Adicción (El Origen)

Proviene, del latín a-dictio: ‘no dicción’ o sin palabras, el término adicto se referiría a
alguien que sigue ciegamente al líder (Amo), sin criticarlo ni decirle nada, sin cuestionamiento.
Luego se llamó addictusa un ‘esclavo’ por deudas, de allí addictio: ‘adjudicación, cesión al mejor
postor, consagración, dedicación’. Estas significaciones aluden a un sujeto, alguien sujetado a
algo o alguien.

Adicción en la Lógica de Consumo


(Del Objeto al Sujeto)

Dos miradas, un mismo problema:


Desde un perspectiva conductual la droga es la que hace adicto a un sujeto, el
consumo reiterado lo convierte en adicto, e incluso éste e nombrado de a cuerdo a su objeto de
consumo: “drogadicto”, "ludópata", etc., remarcándose el poder del objeto que llega a ser
considerado incontrolable o demoníaco, proponiéndose la siguiente relación: OBJETO ---
>SUJETO Así el objeto droga, juego, etc. entra en la serie de objetos listos para el consumo y que
nominan al sujeto, anoréxico, ludópata, comprador compulsivo, sexópata, alcohólico, etc. Y
vemos aparecer terapéuticas que actúan acorde a esto. Entonces tenemos a un sujeto que no
consume alcohol hace diez años, pero todas las semanas asiste a un grupo donde debe
autodenominarse alcohólico, porque si no está negando su ser, su nominación. Tal vez no tome
más alcohol en su vida pero su vida girará en torno a ese lazo con el objeto alcohol. Por lo
menos en el caso de las neurosis esto es cuestionable.Otra perspectiva propone invertir la
lógica: es el sujeto quien construye un objeto como tal, le otorga tal o cual valor. No es el
drogadicto quien, en tanto consume reiteradamente una sustancia queda dependiendo de ella
por su acción, por los efectos que produce (sin negar el efecto real sobre el cuerpo), sino que el
sujeto le da estatuto o lugar de tal, a determinado objeto que constituye su toxicomanía, pero
puede no ser una manía tóxica para otros.

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La relación sería entonces: SUJETO--->OBJETO Así pues, no es una toxicomanía
cualquier objeto, sino la que el sujeto define para sí como tal, otorgándosele importancia al
sujeto en esta lógica. Algunas consideraciones sobre lo que puede ser tóxico para Freud y Lacan.

La tesis Freudiana sobre la Adicción

Freud en la "Carta 79" a Fliess dice: "Se me ha abierto la intelección de que la


masturbación es el único gran hábito que cabe designar "adicción primordial", y las otras
adicciones sólo cobran vida como sustitutos y relevos de aquella". En su texto "Malestar en la
Cultura", Freud da dos indicaciones muy precisas que aluden a lo autoerótico, a ese placer en el
propio cuerpo: "Bien se sabe que con los “quita-penas” es posible sustraerse en cualquier
momento de la presión de la realidad y refugiarse en un mundo propio que ofrece mejores
condiciones para la sensación". Freud en su escrito "Introducción al Narcisismo", distingue dos
tipos de Neurosis, por un lado las Neurosis Narcisistas (amor a la propia imagen) y las Neurosis
de Transferencia (las que pueden hacer lazo al analista), para distinguir neurosis de psicosis. Las
primeras son las que no tienen lazo transferencial, no pueden establecer un lazo con el Otro.
Esta distinción nos ayuda a desplegar algo central en las adicciones, y es la presencia
de una ruptura muy fuerte en el lazo con el Otro. ¿En qué consiste este lazo? Es justamente
poder someterse a los requerimientos del otro social, a las normas sociales. Y a partir de esto
funcionar socialmente aceptando ciertos límites, que introducen una diferencia entre lo que se
quiere (lo que brinda satisfacción) y lo que se puede (los límites que imponen las normas
sociales). En esta diferencia vemos también que se perfila un malestar.
Ante el malestar Freud propone un menú de opciones, la salida por el amor, por la
sublimación, por la intoxicación, por la religión, etc. En la actualidad, de la mano de la
globalización, habría un empuje a una sola manera de satisfacción: "el consumo". Esta idea
postula que todos deben satisfacerse de una misma manera, es el germen de lo que ubicamos
como segregación, es decir, aquel que se satisface de un modo distinto queda por fuera,
excluido. Esto es lo que está en la base de la segregación, segregar al que goza o se satisface de
modo diferente, ya que esto marca una diferencia y abre la posibilidad de que el modo propio
de gozar puede terminarse. Esto se ve en las distintas colectividades, por ejemplo, los tanos, los
judíos o los gallegos tienen rasgos de satisfacción diferentes, y es manifiesto como unos modos

37
de satisfacción tienden a rechazar otros. Esto es importante porque desde que se plantea la
toxicomanía es una constante el tratar de recluirlos, internarlos, etc.
Es importante hacer una distinción entre dos términos: el de segregación del de
discriminación. Discriminar connota "distinguir las diferencias", se da la posibilidad de soportar
las diferencias, por ejemplo en la época feudal coexistían en el mismo lugar el rey y los feudales,
en un mismo lugar se soportaban diferencias y podían coexistir. En la actualidad la tendencia es
inversa, los barrios privados concretizan esta dificultad, los que pueden estar dentro se supone
que se satisfacen de las mismas cosas, por ejemplo estatus social, nivel educativo, preferencias,
etc.
Con el tóxico se trata de un goce que no pasa por el otro, el otro social, el encuentro
con los otros y sus dificultades, ya que siempre en el encuentro con los otros algo del
malentendido se juega, como dijimos antes, nos enfrentamos con la interpretación que cada
cual hace sobre lo que sea que ocurra. Y que sea un goce que no pasa por el campo del Otro
implica que no se encuentra con la diferencia, por eso es un goce autoerótico, se da en el propio
cuerpo. Esto se plasma claramente en la película "dejando las vegas" (Leaving Las Vegas), trata
de un alcohólico que ante el encuentro con una mujer, no hace lazo al amor, sino que sigue
tomando alcohol hasta morir en esa satisfacción mortífera que pasa por el propio cuerpo, a
través de la intoxicación. Continuamos esta tesis de Freud "masturbación como adicción
primordial", una satisfacción que tiene que ver con el autoerotismo, es decir en el propio
cuerpo. Sin que pase esta satisfacción por un encuentro con otro.
En un primer momento esta satisfacción que pasa por el propio cuerpo tuvo que ver
con movimientos activos mecánicos, esto se llamaría puro autoerotismo, y en un segundo
momento se agregaría y fusionaría la fantasía. Esto es algo cotidiano, generalmente no hay
masturbación sin fantaseo. Y el fantaseo detona reacciones corporales luego, con solo hacerse
"el bocho" se mueve el cuerpo. Y lo importante en Freud es poder ubicar este momento en que
la satisfacción es puramente autoerótica, prescinde de la fantasía que es lo que da la entrada al
otro y por lo tanto fuera de la palabra, del lenguaje, habría una ecuación entre masturbación y
adicción, se hablaría de una génesis tóxica ya que no está dentro del síntoma que se enlaza a la
palabra, que sería posible de ser interpretado, atenuado por el lenguaje. Entonces la adicción
como sustitución directa del autoerotismo mostraría su efecto tóxico.

38
La Tesis Lacaniana sobre la droga

En unas jornadas durante la década del 70, Lacan menciona que: "La droga es lo que
permite romper el casamiento del cuerpo con el pequeño pipi".
Para entender mejor esta frase es necesario introducir el concepto de inscripción del
falo, ¿Qué significa esto?: Lacan va a decir en el seminario 23, que: “Cuando uno se cree macho
porque se tiene un pequeño cabo de cola...", haciendo alusión al pene, y para creerse macho
hace falta más. Y agrega: "El falo es la conjunción de ese parásito, el pequeño cabo de cola y la
función de la palabra". Es decir que el pene responda al lenguaje-como mencionábamos antes
con el hacerse "el bocho" se moviliza el cuerpo- eso es lo que llamamos falo. Entonces la
inscripción del falo coincide de alguna manera, con esa relación entre un órgano y la palabra, es
lo que Lacan llama hacer de un órgano un instrumento", que funcione como una herramienta. Y
cuando esto no funciona uno ve en el caso de los hombres toda la problemática sexual.
Cuando uno rastrea la etimología de la palabra falo, se encuentra siempre una
referencia a un pene erecto, un pene potente, que puede. Ahora bien ¿Por qué un pene erecto?
Es porque la erección marca una presencia, por lo tanto la detumescencia marca una ausencia y
esto es lo importante porque introduce la castración, el no todo se puede. Es lo que deviene
luego del complejo de Edipo, no se puede tener acceso al menos a una mujer- la que pertenece
al padre-como objeto de amor. Resumiendo, diríamos que a veces uno puede acceder a una
satisfacción mediante el falo, otras veces no se puede. El falo es una medida de potencia.
En el verdadero toxicómano lo que vemos es que el tóxico rompe con esa medida,
rompe con la posibilidad de enfrentarse a la castración en una relación de satisfacción plena,
ésta es la cara mortífera de la toxicomanía ya que el sujeto se queda en el principio del placer,
por ejemplo el chupeteo del bebé. Y no accede al principio de realidad, salir del chupeteo para
alimentarse. En el ejemplo se plasma bien que si el bebé se queda en el chupeteo y no se
alimenta, por detrás está la muerte. Es esa satisfacción que no sirve a los fines de la vida.
Entonces habrían dos momentos, el primero con la inscripción del falo y en un segundo
momento la puesta en función del falo donde se haría uso o no del mismo. Y estaría esta otra
manera de satisfacción por fuera del falo, que sería el puro autoerotismo- que sería la verdadera
toxicomanía- con esa satisfacción que no sirve para nada, lo que lleva a la muerte. Y en esto no
todo sujeto que consume va a parar al mismo lugar, dependerá de la función del tóxico.

39
Funciones del calmante

Naparstek propone tres funciones que puede cumplir un tóxico para un sujeto. Por
un lado la función del rompimiento con el falo, aquí se pierde toda medida, ya que la función del
falo es la de poner medida a las cosas.
Esta sería la verdadera toxicomanía como refiriéramos antes. En donde se queda el
sujeto en el puro autoerotismo, fuera del lazo con el otro social y del encuentro con la
diferencia, es decir con la castración, con lo que no cuadra, lo que hace obstáculo, la no
complementariedad. Entrando en el campo de la manía, lo ilimitado, lo que no tiene medida,
terreno de la sobredosis. El ejemplo por excelencia es el que se intoxica hasta morir. Otra
función es la que permite a ciertos sujetos tomar coraje enfrentar la dificultad del encuentro
con el otro, y con las fallas que esto conlleva, ya que siempre en el encuentro con el otro hay
algo del orden del malentendido, de la dificultad. y a partir de ese coraje poner en función al
falo. Es una función de "muleta". Por ejemplo consumidores del rendimiento, aquellos que a
través de cierto consumo pueden hacer lazo con el otro. Como ejemplo podríamos situar alguien
que tiene una limitación para acercarse al otro sexo, a partir de cierto consumo como podría ser
alcohol, desinhibirse para poder acercarse. Aunque el riesgo siempre está a nivel de caer en la
manía y en una verdadera toxicomanía. Y la última función está referida a un encuentro con el
otro pero en donde no aparece la diferencia, sino que en el otro se busca lo propio, que tenga lo
mismo que lo de uno, de lo semejante. Es quedarse estancado con el onanismo, con la
masturbación. Como ejemplo se propone el goce del homosexual, que va en busca de lo mismo
que tiene.

40
BIBLIOGRAFÍA

 Freud, Sigmund. “La interpretación de los sueños”. Tomo V, Cap. VII. Amorrortu, 1986, Bs. As.
 Freud, Sigmund. “El Malestar en la cultura”. Tomo XXI, Amorrortu, 1986, Bs. As.
 Lic. Alberto Calabrese: “Una visión actual sobre los modelos preventivos” – Serie Publicaciones
Técnicas del Fondo de Ayuda Toxicológica FAT – Buenos Aires – República Argentina. Buenos
Aires
 Plan Provincial de Adicciones – Documento de Apoyo 2003 - Ministerio de Gobierno – Gobierno
de Mendoza. Mendoza 2003.
 Adicciones, Desde el fantasma del flagelo a la dimensión de la pregunta. Ed. Letra Viva. Plan
Provincial de Adicciones. Gobierno de Mendoza. Mendoza 2007.
 Fabián Naparstek y colaboradores. Introducción a la clínica con toxicomanías y alcoholismo.
Buenos Aires. Ed. Grama. 2007.

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Taller N°3
Modelos de intervención en adicciones

Licenciada en Trabajo Social, Liliana Pérez


lilianaargentina@gmail.com
Prof. de Educación Física, Diego González
diego_gonzalezch@yahoo.com.ar

Sociedad y sustancias

Cada sociedad dispone de los estimulantes y de las drogas que de alguna forma
necesita y es capaz de asimilar. Las sustancias y las pautas de administración dependen
enormemente de lo que se piense sobre ellas en cada tiempo y lugar. Tal es el caso del alcohol,
que desde la antigüedad es la droga por antonomasia de la civilización occidental, cualquiera sea
la forma que se consuma vino, cerveza…ha quedado tan firmemente integrado en nuestra
sociedad que ya no se podría concebir una vida sin él, a pesar de que su consumo pueda en
ocasiones tornarse problemático.
El tabú en lo referido a las drogas y su ilegalidad en el mundo es un fenómeno
relativamente nuevo. Hasta finales del siglo XIX estaba tolerado el consumo de ciertas sustancias
que hoy aparecen como peligrosas.
Varios descubrimientos contribuyeron a que finales del siglo XIX las drogas ya no
fueran consideradas tan inocuas como a principio de dicho siglo. Ejemplo: la heroína.
De algún modo pensar en la historia de los estimulantes o pensar el consumo de
sustancias como proceso social nos hace pensar que todo cambio en la historia de las drogas es
en parte el acostumbramiento de grandes masas de la población a un nuevo producto. Su
carácter conflictivo reside pues en la significación que la sociedad asigna al consumo de
drogas. Así como fue considerado por siglos como un elemento ritual, hoy aparece como una
amenaza al bienestar y al orden social.
Las representaciones y creencias que una sociedad tiene de un fenómeno, están
fuertemente condicionadas por el tipo de respuestas que dan las diversas instituciones que

42
conforman una sociedad. Por lo tanto, los mecanismos sociales que se ponen en juego para
intentar controlar al “fenómeno” son coherentes con la percepción social dominante. Dicha
percepción no está aislada de la situación histórica social que vive el mundo y particularmente
una sociedad determinada. La variación histórica que encontramos con la temática de las
drogas, responde a condiciones socio-políticas más que a patrones epidemiológicos y
científicos.
Podemos considerar que el conjunto social, los expertos, las instituciones, el público
y la prensa se refuerzan recíprocamente, desarrollando a nivel real y simbólico la guerra contra
el problema de la droga. Mayormente está dirigida hacia los consumidores. En estos casos
fácilmente los consumidores actúan como chivo expiatorio generando un alto consenso que
otorga la integración de la mayoría, ejerciendo control sobre la minoría desviada. Por efecto
tanto de la estigmatización y discriminación de los adictos se configura el sentido estereotipado
hoy dominante.
El punto es que existen innumerables consumidores que pueden o no problematizar
su consumo y son distintos del estereotipo, pues estos que continúan desarrollado su rol
profesional, por ejemplo pasan invisibles por la concepción general de la problemática tal como
hoy se la concibe.
Las intervenciones que realizan los distintos actores de la comunidad se sostienen
desde un marco teórico y desde un sistema de creencias acerca del fenómeno de las
problemáticas de consumo.
Por lo tanto esta problemática nos convoca continuamente a revisar concepciones
previas. Analizar, descubrir y repensar el marco ideológico, develar los mitos acerca de las
problemáticas de consumo, de las sustancias, de las drogas, de las personas que consumen. Para
así poder pensar nuestras prácticas y desde qué lugar las llevamos a cabo.
Sólo desarrollando un meta-discurso que tenga por objeto el círculo de la droga y los
discursos que forman parte del mismo, de expertos, políticos, instituciones, medios de
comunicación y la opinión pública será posible encontrar respuestas más sólidas que permitan ir
transformando la realidad.

43
REPRESENTACIONES SOCIALES

Representar es la lectura o la idea que el sujeto se hace del objeto. En cierta forma
el sujeto crea al objeto en tanto tiene que ver siempre con la subjetividad.
Las representaciones sociales pueden definirse como las formas de percibir la
realidad compartidas socialmente y construidas culturalmente. Las representaciones sociales
pueden aparecer como estereotipos, opiniones, creencias, valores y normas. Se constituyen
como sistema de códigos, valores, lógicas clasificatorias, principios interpretativos y
orientadores de las practicas (ej.: qué y cómo comer, vestirse, etc.).
Las representaciones sociales orientan la manera de designar y definir
conjuntamente los diferentes aspectos de nuestra realidad diaria, la manera de interpretarlos,
influir sobre ellos y, tomar una posición ante ellos y defenderla (Dense Jodelet).
Las representaciones sociales de la problemáticas del consumo no corresponden
necesariamente con las características objetivas del fenómeno en sí. En los fenómenos
sociales, es tan importante lo que en realidad pasa como lo que la gente cree que pasa.
Estereotipos sociales: (etimológicamente proviene de la palabra griega stereos que
significa sólido y tipos marca): Es una imagen mental muy simplificada con pocos detalles acerca
de un grupo de gente que comparte ciertas cualidades, características y habilidades. Se trata
pues de una creencia generalizada, exagerada, simplificada, asociada con o acerca de las
costumbres y atributos de algún grupo social. (Ej.: los hombres deben ser varoniles y fuertes).

Cuando los estereotipos están ligados a valoraciones negativas hablamos de


prejuicios. (Todas las mujeres son locas, los abogados corruptos).
La diferencia entre estereotipo y representación social es que el primero se trata de
atributos específicos asignado a un grupo, siendo su característica principal la rigidez; el segundo
se distingue por su dinamismo.
La estigmatización es el proceso por el cual los atributos negativos adjudicados a
una persona o un grupo quedan fijados a su identidad como estables e inmutables. Cuando la
estigmatización y el prejuicio implican la adopción de conductas de rechazo hacia grupos
sociales específicos hablamos de discriminación (el prejuicio es la idea previa y la
estigmatización es atribuir esa idea a un sujeto por un atributo).

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Estereotipos en relación al consumo de drogas
 Cuando se habla de “la droga” como causa de muchos de los males sociales se está
concibiendo a una sustancia, es decir, a una “cosa” como protagonista de un proceso, sin
advertir que el consumo de drogas es una consecuencia de una serie de influencias que
llevan a que las personas incurran en esa práctica. Por otra parte, hablar de la droga en
singular lleva a no tener en cuenta las diferencias entre los tipos de sustancias y sus
efectos, así como a ocultar la importancia del consumo de las drogas cuyo uso está
legalizado, especialmente el alcohol.
 Cuando se asocia el consumo de drogas a los jóvenes se limita el análisis del tema a la
adopción de conductas por parte de un determinado grupo etario.
 Cuando se habla del vínculo causal entre consumo de drogas y criminalidad como si las
drogas llevaran a cometer actos delictivos se establece una relación espuria, dado que las
dos variables están a su vez, en muchos casos, asociadas con marginalidad.
Estos y otros estereotipos vinculados al consumo de drogas pueden dar lugar a la discriminación
de los usuarios, es decir, a su descalificación como sujetos de derechos. Una forma de la
discriminación es la estigmatización, que implica las siguientes operaciones:
 Generalización: por ejemplo, como vimos: todos los drogadictos son delincuentes;
 Descalificación: por ejemplo: los consumidores de drogas son vagos e inútiles;
 Segregación: por ejemplo: es mejor que los usuarios sean recluidos en comunidades
aisladas;
 Quitar derechos: por ejemplo: no vale la pena intentar recuperar a los adictos porque
recaen en el hábito o porque no tienen "cura";
 Impedir el ejercicio de los derechos, por ejemplo: los adictos no pueden tratarse en los
servicios de salud comunes;
 Negar la capacidad de elección de los usuarios: por ejemplo: los adictos no pueden
elegir el tratamiento que consideren más apropiado a su estilo de vida porque han perdido la
capacidad de discernir entre lo que está bien y lo que está mal.

La problemática del consumo de sustancias es una construcción social en las que


intervienen de manera preponderante las representaciones estigmatizantes, produciendo
significaciones hegemónicas, caracterizadas por la criminalización y estigmatización de las
personas que usan drogas. El discurso, ha tenido entre sus consecuencias, que los “adictos” se

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configuren como “peligrosos para la sociedad” y por tanto con problemas específicos para el
cumplimiento de sus derechos. Entre ellos: el derecho a la atención en salud.
Podemos decir que el lugar que una sociedad concede a las drogas, la percepción
que tiene de ellas, la manera como tolera algunas y excluye a otras, se debe principalmente al
modo de significarlas.
La ley, la norma, estuvieron presentes en cualquier constitución de poder. Toda
forma estatal siempre se ha formado como organización jurídica, concibiéndose dentro del
derecho. El sistema jurídico va construyendo la demarcación de lo que será considerado legal o
ilegal, pues entonces obedecemos a las leyes porque son leyes y más allá que sean buenas,
justas o útiles en sí mismas. El hecho es que en la problemática de las drogas hay más exorcistas
que demonios, es decir que la ideología al que circunda alrededor de las drogas la sataniza, la
magnifica, y ésta aparece como responsable de la delincuencia en el mundo. El papel de la ley
es fundamental ya que no sólo va a delimitar lo legal de lo ilegal sino que al mismo tiempo va
instaurando un campo de mandatos y prohibiciones, en donde se van codificando todas las
prácticas ilícitas y sus castigos. Todo está conectado mediante la vigilancia (deliberada o no)
de unos seres humanos por otros, en busca siempre de la NORMALIZACIÓN, en este caso
convirtiendo en anormales a los consumidores de sustancias psicoactivas ilegales. Por lo que el
consumo de drogas ilegales aparece como el problema y no el síntoma.
Verdaderamente consideramos que el problema no es la droga, pero parece ser que
las mismas resumen y justifican muchos de los problemas de la sociedad. Esta forma de
comprender la realidad tiende más que a resolver el “problema droga” a agudizarlo y trae
aparejado una serie de problemas sociales que son mayores que el consumo en sí mismo.
El “problema droga” remite hoy más que a datos objetivos de la realidad del
fenómeno, a una determinada percepción basada en concepciones estereotipadas e
irracionales. Tal percepción social varía históricamente y responde más a condicionamientos
de tipo socio-político.

Un poco de historia…

Podemos ubicar el origen de esta concepción del uso de drogas como problema, en
los Estados Unidos donde se advirtió con mayor claridad la “empresa moral” encarada por los
grupos anglosajones, que dio lugar al prohibicionismo. Es importante también considerar que la

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condena social anglosajona del uso de drogas se identifica en un comienzo con algunos grupos
peligrosas, primordialmente inmigrantes que competían por la con el proletariado
norteamericano en la mano de obra.
“La historia nos muestra así como, en menos de un siglo, el consumo de drogas pasó
de ser una práctica privada a evaluarse como una muestra de la “debilidad moral” de grupos
considerados amenazantes (chinos, negros, latinos, irlandeses, e italianos), para convertirse
durante el siglo XX en un delito de carácter planetario, merced a los convenios de Ginebra”.
Graciela Touzé (2006).
Hacia 1780 y 1800, se realizaron en Estados Unidos las primeras campañas de
prevención de alcoholismo, ya en esta apoca quedaba claro la tendencia prohibicionista, se
exaltaron los valores puritanos y la sociedad se dividió en los bebedores de los no bebedores el
alcohol, pasó a ser sinónimo de peligrosidad, desviación social. Alrededor de 1937 esta misma
idea se traslada al consumo de otras sustancias, como la marihuana. Teniendo en cuenta la
importancia del discurso alrededor de cualquier fenómeno social para comprender el tipo de
respuestas que se van encontrado, proponemos comenzar a preguntarnos la nocividad no solo
de las sustancias o el discurso generado alrededor de ellas.
Sabemos que al igual que en el discurso criminológico y psiquiátrico de principios de
siglo, el alcohólico y el drogadicto vuelven a ser objeto de prácticas correctivas.
Alrededor del discurso de las drogas continúan apoyándose en la causalidad y por
tanto las drogas siguen apareciendo en primer plano, antes que las personas. De esta forma las
drogas son mostradas como algo que ejerce un poder supremo, por tanto la reclusión, el
encierro y la estigmatización aparecen como una única solución.

Discursos, políticas y prácticas de intervención

Las drogas constituyen un fenómeno plural, con múltiples manifestaciones según


el momento histórico, la cultura, el modelo económico, la situación particular de un país, los
diversos significados que les asignan los sujetos, las propias diferencias entre las sustancias y
la particularidad de cada sujeto.
Pero se ha insistido en homogeneizar el “problema droga”, como si fuera un mismo
fenómeno universal, atemporal y ahistórico. Tan importante como la sustancia y su definición,
lo es el discurso que se construye en torno a ella. El discurso sobre “la droga” puede adoptar
diversas versiones, según sea quien hable. Por lo tanto hay diferentes discursos que definen el

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“problema droga”. Varía así la definición del problema a ser prevenido/tratado y por lo tanto
los propósitos y orientaciones de las estrategias de acción.
Los discursos sobre las drogas tienen un impacto directo en las políticas e
intervenciones. Para ello es importante poder observar la interacción que se da entre la
sustancia, la persona y el contexto.

Para reflexionar

Nuestras creencias juegan un papel importante en nuestra toma de decisiones,


muchas veces estas creencias son erróneas, es necesario entonces ponerlas en discusión y
ampliar las fuentes de información que tenemos, ya que las creencias son construidas en lo
social, y tienen carácter normativo, por lo tanto generan expectativas rígidas de conductas y son
transmitidas desde la cultura”, las creencias que son erróneas las llamamos MITOS.
Algunos de ellos son:
 Las personas que consumen son delincuentes (droga-delito-inseguridad).
 Las personas que consumen son violentas.
 Ese joven consume porque tiene malas juntas.
 La pobreza es la causa de las adicciones.
 La droga es la causa de la drogadependencia.
 La droga es la causa del SIDA.
 La persona que consume es un enfermo.
 Los hijos de padres separados consumen.
 La persona que consume sustancias es un adicto.
 El exceso de alcohol me desinhibe.
 Abusar de las sustancias de vez en cuando no es riesgoso.
 El cigarrillo y el alcohol producen menos daños que la marihuana y cocaína.
 La marihuana es la puerta de entrada para otras sustancias.
Es probable que hace 15 años atrás nadie hubiera puesto en duda estas afirmaciones, esto se
debe justamente a que lo que la sociedad toma como verdadero en determinado momento está
determinado socio-históricamente.

48
Modelos de Prevención

Nos referiremos a los cinco enfoques que habitualmente constituyen el punto de partida de
quienes se plantean la tarea de la prevención, sobre el consumo de drogas. Algunos, hacen
énfasis en las sustancias, trabajando en sus clasificaciones y efectos; otros equiparan, como en
una ecuación consumidor – enfermo; también están los que ven en las situaciones sociales de
privación la causa de las adicciones y finalmente los modelos que parten de la conducta humana
enmarcada en contextos complejos y variables.
Antes de desarrollar cada modelo de intervención es importante conceptualizar lo que significa
el término Modelo: éste designa un esquema sintético y abstracto que ordena los elementos
de la realidad. Es una determinada visión del mundo.

1). Modelo ético-jurídico

Construye el “problema droga” desde la perspectiva de la defensa social, lo define


como trasgresión al orden y privilegia la intervención de los agentes de control social “duro”. La
droga es pensada como sujeto, como elemento activo, “la droga te atrapa”.
Este modelo reconoce dos grandes grupos de sustancias: lícitas e ilícitas, y designa
a estas últimas como el agente causal del “problema droga”.
Este discurso presenta al consumidor como un “vicioso” y declara ilegal aquellas
conductas que se asocian con los estupefacientes, por lo tanto el consumidor de drogas viola
la ley, por lo que se caracteriza como transgresor.
Desde este modelo la persona es víctima de esa sustancia poderosa con capacidad
de atraer y producir situaciones por sí misma, se considera al que consume drogas como
delincuente y víctima simultáneamente.
Caracterizado así el problema, las acciones se orientan a controlar el agente que lo
causa. La legislación penal (ley 23737, actualmente en discusión y reformulación) constituye el
principal instrumento tendiente a impedir la producción, distribución, comercialización, tenencia
y consumo de sustancias ilícitas.

49
La prevención entonces se orienta directamente a evitar el consumo de drogas
prohibidas. Los mensajes se centran en la información acerca de las sanciones (jurídicas y
morales). La prevención se asimila al control. El discurso preventivo pone énfasis en que el uso
de drogas es ilegal y moralmente malo.

2). Modelo médico-sanitario

Este modelo define a las sustancias como el agente causal de las adicciones, por lo
tanto considera al consumidor como enfermo. Al señalar al usuario como “enfermo” y a la
droga como “virus”, “epidemia” o “plaga”, se asimila el uso de drogas a una enfermedad
infectocontagiosa, “¿se puede contagiar mi hijo si tiene un amigo drogadicto?”.
Este discurso pone énfasis en la toxicidad o potencial adictivo de las sustancias.

50
La prevención también se orienta hacia la abstención del uso de drogas pero no ya
a través de la amenaza de sanción sino mediante la información de los daños producidos por
las mismas. El temor es considerado un instrumento eficaz.
El mensaje preventivo desde este modelo privilegia una exhaustiva descripción de
los efectos de cada sustancia en el organismo y recalca la información acerca de las propias
sustancias: color, olor, forma de presentación. Estos mensajes se asientan en el presupuesto de
que las personas sólo se producen daño involuntariamente y de que nadie entraría en contacto
con un agente infeccioso si pudiera identificarlo.
Este modelo incorpora la noción de tratamiento en tanto utiliza la categoría de
enfermedad. Este se refiere a la eliminación de la droga mediante la desintoxicación o
deshabituación.

3). Modelo psico-social

Desde este modelo el eje de interpretación es desplazado de las drogas a la


persona, el protagonista es el sujeto. El interés de este modelo reside en el tipo de vínculo que
una persona establece con una sustancia, cualquiera sea su status legal o farmacológico.
En este enfoque el consumo va asociado a un problema de comportamiento humano
en contextos sociales y culturales complejos y variables. El contexto es considerado en una
dimensión micro social, pone énfasis en la familia y el grupo de pares.
Así este modelo introduce la categoría de síntoma, señala una patología de base en
el sujeto y su contexto inmediato que produce el consumo de sustancias.
La estrategia privilegiada de prevención para este modelo, es a través de la
Educación para la Salud entendida como un proceso de enseñanza-aprendizaje, ético,
dinámico, participativo, interdisciplinario e intersectorial. La información debe estar
relacionada con las actitudes, valores y hábitos de un individuo o grupo, si se desea que
influya en el comportamiento.
Aparece así, la noción de prevención inespecífica como aquellas acciones
tendientes al desarrollo de actitudes de autocuidado y el mejoramiento de las relaciones
interpersonales.

51
4). Modelo socio-cultural

El eje de análisis para este modelo se sitúa en el contexto. Plantea que es en el


medio social donde deben buscarse las causas de uso de drogas. Toma en cuenta las
características de la estructura social y define como determinantes a los factores culturales y
socio-económicos.
Las acciones preventivas apuntan a disminuir los efectos de estas condiciones
socio-económicas sobre los individuos. Es la presión de estos factores sobre los individuos lo
que conduciría al consumo de sustancias, “la droga como evasión de la realidad”.
Se considera el uso de drogas como síntoma social que manifiesta las “disfunciones”
del sistema. A partir de este enfoque se comienza a asociar el consumo de sustancias con
poblaciones marginales.
Encara la prevención dando información respecto de algunas causas (pobreza,
desempleo, industrialización, etc.) y mediante acciones de mejoramiento de las condiciones de
vida.

5). Modelo Multidimensional

Algunos centran su atención en la sustancia, otros en el individuo, otros en el


contexto, pero todos coinciden en su visión parcial de la realidad. Esta parcialidad de los
modelos clásicos fue advertida ya en 1975, por lo que se propone el modelo ético social,
encuadrado en una sociología crítica y ética de transformación social.
Este modelo incluye elementos de los anteriores, reconociendo limitaciones en cada
uno. Postula la existencia de un problema ético, ya que hoy es necesario aclarar la visión, la ética
construida acerca de las sustancias, a veces la perspectiva de quienes trabajan en prevención,
difiere de la que tiene el consumidor, y cada uno se para sobre ella desde el lugar de la
“verdad”, generando imposiciones entre sí. Admite nuevas construcciones culturales con un
compromiso activo de todos los interesados, también de los consumidores.
El modelo que vamos a proponer en parte recupera esta mirada. Como dijimos el
consumo de drogas es un fenómeno complejo y por esto lo comprendemos como un
fenómeno multidimensional. Por tanto vamos a considerar al modelo superador de los
anteriores como el modelo multidimensional.

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Vamos a considerar que cualquier uso de drogas supone la interacción entre tres
subsistemas: la sustancia, los procesos individuales del sujeto que toma posición en la
sustancia, la organización social, es decir el marco en el que se da la relación.
Los efectos de una sustancia no tienen que ver únicamente con sus características
farmacológicas, sino también con las características del sujeto que la consume, el contexto en el
que se produce esta relación entre sujeto y sustancia y el momento histórico en el que acontece
la interacción.(D. Comas y . Arza)
Las problemáticas de consumo, siempre encubren situaciones de conflictos sociales,
familiares y personales. En general existen factores predisponentes y factores
desencadenantes. No es posible hablar de “un motivo”, sino que suelen incidir una multiplicidad
de factores.
Entre los factores que predisponen a la adicción, podemos mencionar algunos, tales
como:
Factores sociales: indiferencia institucional, ausencia de proyectos, falta de
compromiso, descreimiento.
Factores familiares: dificultades para comunicarse, ausencia de pautas y límites
claros, falta de momentos para compartir, poca contención.
Factores individuales: estructura psicológica y biológica de cada individuo. La
adicción, como fenómeno contemporáneo, las drogas no usuales (prohibidas) sólo puede ser
revertida si se ofrecen alternativas de inclusión social adecuadas a cada persona. Si ésta percibe
que su proyecto vital tiene medios y fines, y si toda la sociedad desea encontrar en sí y desde sí,
las respuestas adecuadas a este verdadero desafío por medio de la prevención primaria; el
tratamiento adecuado y el conocimiento de que el adicto es un hombre con derechos a un lugar
en la sociedad.
El inter-juego de los factores sociales, familiares e individuales puede predisponer
para la emergencia de prácticas adictivas, pero en general es necesaria, además, la aparición
de alguna situación de crisis, de un “factor desencadenante”.
Estas situaciones críticas pueden ser diversas: frustraciones, problemas, carencias
afectivas, crisis evolutivas, pérdida del trabajo, mudanza, pérdida de un familiar, de un amigo,
de la pareja, fracaso escolar, etc. Los factores desencadenantes son situaciones que generan
angustia y que si no se elaboran adecuadamente pueden llevar, como problema no resuelto, a
problematizar algún consumo (drogas, comida, juego, tecnología, trabajo, etc.).

53
Es necesario entonces reconocer que la adicción es la expresión de una conjunción
de factores. Entendiendo que la misma es un síntoma visible de un malestar más profundo.

Modelos de Asistencia

Actualmente el abordaje de la problemática del consumo, está influido por dos


grandes paradigmas que guían las intervenciones, el paradigma abstencionista y el de
reducción de daños, los mismos no son excluyentes entre sí, sólo que tiene diferentes
estrategias y objetivos.
El paradigma abstencionista, es la política dominante en Norteamérica, enfatiza la
disminución del uso de drogas, tiene como objetivo primordial lograr la abstinencia del consumo
de sustancias en los usuarios de drogas. En nuestro país y en nuestra provincia se utiliza este
tipo de abordajes, tanto en modalidades ambulatorias como en Comunidades terapéuticas
(tratamientos intensivos).

El Modelo de Abstinencia

Naturaleza y orígenes.

El modelo de abstinencia surge con el aumento en el abuso particularmente de


alcohol, luego de la ley seca en EEUU aproximadamente en 1935. Dicho modelo emerge en un
contexto social en el que urgía la necesidad de establecer un especial orden. Los primeros
intentos del modelo de abstinencia se llevan a cabo con los grupos de Alcohólicos Anónimos, en
donde se habla de recuperación total y de enfermedad permanente, por lo cual la recuperación
se controla día a día, se presentan como dependientes “alcohólicos” y el único requisito para
ingresar es querer “dejar la bebida”. En 1952 se acuña en Inglaterra el término “Comunidad
terapéutica” y en 1958 se crea la primera comunidad terapéutica.
A partir de las dos guerras mundiales se constituye un clima social preocupante en
relación al alto porcentaje de toxicómanos que abusaron de los opiáceos, suministrados por los
estados durante la guerra, particularmente EE.UU e Inglaterra.

54
La primera comunidad terapéutica en EE.UU. es “CYANON”, que exige a todo recién
llegado que: “se entregue a las pautas de vida de la comunidad, dejando atrás todas sus
pertenencias ya que todo lo previo no sirve”. La autoridad no es cuestionada en ésta micro
sociedad piramidal, donde los más viejos tienen roles y funciones jerarquizadas, donde cada
responsabilidad es un premio, generándose un control social interno y sumamente estricto.
En 1963 surge la primera comunidad profesionalizada e incluyen el trabajo con la
familia: “DAYTOP”, quienes son actualmente consultores de la OEA, en la creación de
programas destinados a pacientes adictos. Tomando este último antecedente los italianos
generaron el proyecto UOMO en Italia, en 1979 adaptándolo a las necesidades culturales.
Se sostiene que el objeto (droga) es la causa del padecimiento del sujeto y por ello se
lo desintoxica de las sustancias, se saca el objeto de la adicción.
Desde este marco se define como fin último de la clínica lograr la abstinencia al
tóxico, la que a veces puede ser también una condición para el ingreso al tratamiento. Por
ejemplo, las Comunidades Terapéuticas, entre otras instituciones, incluyen en sus reglas el “no
drogas”, siendo su consumo motivo de expulsión la mayoría de las veces.
Mientras tanto, en Argentina en 1966 se crea la Fundación de Ayuda Toxicológica
siendo el primer programa ambulatorio de nuestro país. En 1971 el Poder Ejecutivo Nacional
crea la Comisión Asesora de Toxicomanía, integrada por el Ministerio de Salud y Acción social y
organismos del área educativa. A esto se le suma la presión internacional, lo que propició que en
1973 se creara por ley el CENTRO NACIONAL DE REEDUCACION SOCIAL (CENARESO). En 1988 se
crea a nivel de Secretaría de Estado, la Secretaría de Programación para la Prevención de la
Drogadicción y Lucha contra el Narcotráfico (SEDRONAR).

En 1989 surge la unión de nuevas comunidades terapéuticas dando origen a la


Federación de Organismos no Gubernamentales de la Argentina para la prevención y el
tratamiento de la Adicciones. En este mismo año y con motivo de presiones internacionales y de
ciertos lugares de poder se sanciona la ley 23.737 LEY DE ESTUPEFACIENTES, REPRESION Y
LUCHA CONTRA EL TRAFICO ILICITO, con los que se crean las Medidas de Seguridad Educativa y
Curativa. Sin lugar a dudas, el sólo mencionar estas palabras clarifica de manera contundente
los objetivos implícitos en el modelo de política pública que hasta el día de hoy se viene
implementando en diversos centros de atención y prevención.
En 1993, se crea en diferentes provincias las “Secretarías de Prevención y
Asistencia”. En 1996 se constituye en Mendoza el Plan Provincial de Prevención y Asistencia de

55
Drogodependientes, un año después en septiembre de 1997 se crea el primer Centro Preventivo
Asistencial en Adicciones de la de Provincia de Mendoza.
En la actualidad desde el enfoque abstencionista, se entiende a las adicciones como
una enfermedad compleja, resultado en gran parte de los efectos de la exposición prolongada
de la función cerebral a la droga. La drogadependencia es una enfermedad del cerebro que
afecta a múltiples circuitos cerebrales, entre ellos relacionados con la gratificación y la
motivación, el aprendizaje, la memoria, y el control de las inhibiciones sobre el comportamiento.
El tratamiento no se considera sencillo dada que el abuso de drogas altera muchos aspectos de
la vida de la persona.
Se pueden reconocer tres etapas en este tipo de tratamiento, la desintoxicación, se
puede realizar dependiendo el caso en un hospital, o un establecimiento con plan ambulatorio o
residencial. La segunda etapa es el tratamiento-rehabilitación biopsicosocial: se realiza un
diagnóstico de efectos y consecuencias del consumo problemático, se deciden los objetivos
terapéuticos. La tercera etapa es la fase de reinserción social, se realizan actividades orientadas
al entrenamiento de habilidades que favorezcan la integración social de la persona normalizada.
Igualmente la reinserción aparece como objetivo en todo momento del proceso de
rehabilitación.
El tratamiento debe ayudar al paciente a dejar de usar drogas, a mantener un
estilo libre de ellas y a lograr un funcionamiento productivo en la familia, el trabajo y la
sociedad.

Características:

o Especial énfasis en el objeto como causa del problema.


o El objetivo es el retiro de la sustancia previo al tratamiento como condición principal de
la mejoría.
o Control de la oferta como estrategia del tratamiento.
o Condiciona al sujeto al hecho del futuro logro de la abstinencia.
o El consumo es tolerable sólo en el marco del tratamiento (recaída).
o La adicción es una enfermedad compleja que se puede tratar y afecta el funcionamiento
del cerebro y el comportamiento.

56
o La permanencia en el tratamiento durante un período adecuado de tiempo es esencial
para su eficacia.
o La consejería individual o de grupo y otras terapias conductuales son las modalidades de
tratamiento usadas con más frecuencia.
o Los medicamentos constituyen un componente importante en el tratamiento para
muchos pacientes, dentro de las instituciones profesionalizadas.
o El tratamiento no necesita ser voluntario para ser eficaz.
o El manejo médico de la desintoxicación es apenas la primera etapa del tratamiento, y por
si solo poco hace para modificar el abuso a largo plazo.
o Se debe tener una vigilancia continua para detectar posibles recaídas en el tratamiento.

Paradigma de Reducción de Daños

La reducción de daños relacionado con drogas es una política social, relativamente


nueva, que en los últimos años ha ganado popularidad, especialmente en Australia, Gran
Bretaña y los países bajos, como respuesta a la transmisión del VIH/SIDA entre usuarios de
drogas inyectables. Asimismo puede usarse la reducción de daños como marco para intervenir
en todas las problemáticas de consumo tanto de drogas incluidas el alcohol, como a otras
practicas.
La reducción de daños tiene como prioridad disminuir las consecuencias negativas
del uso de sustancias psicoactivas y sus problemas asociados y reconoce que la abstinencia
puede ser un objetivo ni realista ni deseable para algunos sujetos, especialmente a corto
plazo.
Esto no significa, como mencionamos al principio, que la reducción de daños y la
abstinencia sean mutuamente excluyentes, pero sí que esta abstinencia no es el único objetivo
aceptable o importante. La reducción de daños incluye establecer una jerarquía de objetivos,
para alcanzar los más inmediatos y realistas en el camino hacia el uso libre de riesgos, o, si
corresponde, la abstinencia.

57
Modelo de Reducción de daños

La reducción de daños también conocida como reducción del riesgo o minimización


de los daños, es una política social, preventiva y asistencial de los daños potenciales
relacionados con el uso de drogas.
Tiene como objetivo prioritario disminuir los efectos negativos producto del uso de
drogas, (O’Hare, 1994). Este modelo acepta el hecho de que el uso de drogas ha persistido a
pesar de todos los esfuerzos para evitarlo.
Se orienta a disminuir la morbilidad y mortalidad, prevenir las enfermedades
transmisibles, favorecer la accesibilidad a los servicios asistenciales y mejorar la calidad de vida
de los usuarios.
La reducción de daños incluye establecer una jerarquía de objetivos, para alcanzar
los más inmediatos y realistas en el camino hacia el uso libre de riesgos o si corresponde, la
abstinencia de drogas.
Los programas de reducción de daños no pretenden la abstinencia en el consumo de
drogas, sino que tratan de reducir las consecuencias que éste provoca, admitiendo la dificultad
que muchas personas presentan para suspender el consumo. No procuran reemplazar los
servicios dirigidos a la abstinencia, sino que son un complemento indispensable.
La reducción de daños no constituye una política social nueva. De hecho, se
considera que sus principios fueron establecidos en 1926, en Gran Bretaña, por el Comité
Rolleston, que recomendó a los médicos prescribir drogas no sólo en base a la suspensión de las
dosis, sino también en dosis decrecientes.
El concepto de reducción de daños empezó a utilizarse a finales de los años 80 en la
provincia de Merseyside (Inglaterra), en respuesta a dos factores principales:
El problema de la infección por VIH entre usuarios de drogas inyectables (UDls)
La sospecha creciente de que las estrategias adoptadas hasta el momento no habían
mejorado la situación, y en algunos casos, habían tenido el efecto no deseado de aumentar los
daños asociados al uso de drogas.
La elaboración de intervenciones eficaces derivadas del enfoque de reducción de
daños ha promovido su reconocimiento internacional.
La reducción de daños involucra una amplia variedad de intervenciones. Puede
mejorar la accesibilidad de los usuarios de drogas a los servicios de tratamiento; puede tender a

58
cambios en la conducta de los usuarios de drogas a través de la educación; puede también
dirigirse a modificar la percepción social acerca de las drogas y de los usuarios de drogas.
Como indica la Organización Mundial para la Salud, las intervenciones eficaces
respecto de los usuarios de drogas, deben tener un enfoque escalonado, jerárquico y
pragmático. La difusión del uso de drogas inyectables y de enfermedades de transmisión sexual
y sanguínea ha propiciado que en muchos países se abandonaran como prioritarios los objetivos
ideales de la abstinencia y se promoviesen las propuestas con objetivos intermedios o
priorizados.
Su objetivo es reducir los daños relacionados con las drogas, no focalizándose en el
consumo en sí mismo o en la abstinencia, reconociendo que los daños son mayores que los
producidos por las drogas mismas. Reducción de daños no es sólo un programa de jeringas o
sustitución opiácea. Es fundamentalmente garantizar el acceso de todos a la información y a la
prevención, facilitando el contacto con los sistemas de salud, evitando los costos sociales y
subjetivos que acompañan a la penalización.
El objetivo central y principal es crear acciones e instituciones de salud que se
preocupen por el sufrimiento subjetivo y no por la droga. No significa decir que la reducción de
daños y la abstinencia sean mutuamente excluyentes, pero sí que la abstinencia no es el único
objetivo para aliviar el padecimiento de una persona. La reducción de daños incluye una serie de
objetivos, con etapas a alcanzar, las más inmediatas y realistas en el camino para disminuir los
riesgos.
El consumo de drogas es una conducta compleja y recurrente, por lo que la
reducción de daños significa proveer de atención médica, psicológica y social, con el objeto de
evitar alguna de las más dañinas consecuencias del uso de drogas.

LAS INTERVENCIONES DE REDUCCIÓN DE DAÑOS

Las estrategias de intervención que se desprenden de la política de reducción de


daños se caracterizan por:

 Ampliar el abanico de la oferta de atención, estableciendo objetivos múltiples e


intermedios.

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 Adaptar las intervenciones a la heterogeneidad de usuarios de drogas y a sus trayectorias
individuales.
 Establecer una relación profesional-usuario de drogas más flexible y participativa en la
toma de decisiones.
 Aceptar la ayuda para lograr el consumo controlado como un objetivo posible.

Estas estrategias dan lugar a varios tipos de acciones, que pueden ser
implementadas conjunta o separadamente, de acuerdo a las realidades de cada comunidad.
Entre las más habituales, pueden señalarse:
Acciones orientadas a disminuir situaciones de riesgo, dirigidas a proporcionar
educación sanitaria; suelen actuar en los entornos próximos a los lugares de consumo.
Acciones preventivas orientadas a promover prácticas sexuales seguras, que
proporcionan educación sobre sexualidad y favorecen el acceso a preservativos.
Acciones orientadas a brindar cuidados mínimos, que ofrecen servicios de ayuda
social y sanitaria de base, adaptados a los estilos de vida de los usuarios y facilitan el acceso a la
red socio-sanitaria. Incluyen los programas de bajos requerimientos.
Acciones orientadas a reemplazar el uso de sustancias adquiridas en el mercado
ilegal por sustancias prescriptas. Incluyen los programas de mantenimiento con metadona o los
programas de dispensación controlada de heroína.
Acciones orientadas a promover el trabajo entre pares y la auto organización de los
usuarios de drogas, que propician el protagonismo de los propios usuarios como agentes de
prevención y por la defensa de sus derechos ciudadanos.

Aunque en la mayoría de los países, los programas de reducción de daños se han


desarrollado prioritariamente en torno al consumo de drogas inyectables, su campo de acción es
más amplio y su metodología es aplicable a cualquier tipo de usuario de drogas y a diversos tipos
de daños.

Es importante recordar que cada uno de estos modelos asistenciales ha sido


formulado desde un determinado encuadre teórico-conceptual, en función de distintos marcos
ideológicos y valorativos. Por tanto el ¿qué prevenir?, ¿para qué? y ¿para quién?, es diferente
de acuerdo a la forma de comprender la problemática, por tanto es imposible en

60
problemáticas tan complejas que exista un acuerdo y consenso único y homogéneo acerca de
la prevención y asistencia.
La prevención no puede ser concebida como una actividad linealmente orientada a
la búsqueda de un efecto (reducción del uso de drogas), sino más bien debe ser pensada como
un replanteo global desde el cual el conjunto social encara la comprensión y la resolución de
sus problemas.(Touzé:1992,121)

61
BIBLIOGRAFÍA

 Calabrese Alberto (1992). Una visión actual sobre los modelos preventivos en en Publicación
Técnica Nº 20 del Fondo de Ayuda Toxicológica. Buenos Aires, República Argentina.
 Ministerio de Educación de la Nación. Prevención del consumo problemático de drogas desde el
lugar del adulto en la comunidad educativa.
 Touzé Graciela (1992). “Prevención y alternativas de rescate del sentido de la vida” en La Calidad
de Vida de la Persona: Desafío Actual del Nuevo Milenio. Santiago de los Caballeros, Editorial
PUCMM
 Touzé, Graciela (2005). “Prevención de adicciones. Un enfoque educativo” Ed. Troquel.
Argentina.
 Touzé, Graciela. Ministerio de Educación de la Nación. Prevención del consumo problemático de
drogas. Un Enfoque Educativo. Ed. Troquel Argentina.

62
Taller N°5
Sustancias

Médico Psiquiatra Mauro Garay


garaymauro@yahoo.com.ar

CONCEPTOS BÁSICOS ACERCA DE LAS DROGAS

USO
“Implica la utilización de sustancias, sin que exista una necesidad imperiosa de
consumir el tóxico”.

ABUSO (Según la OMS)


“Cualquier consumo de droga que dañe o amenace dañar la salud física, mental o el
bienestar social del individuo”. Se incluye aquí:

63
Uso no aprobado legalmente.
Es peligroso (situación de riesgo orgánico).
Es dañino (el consumo de sustancias por personas conlleva una disminución
importante o total de la tolerancia a las mismas).
Es disfuncional (implica un patrón des-adaptativo de consumo que genera una
alteración del funcionamiento psicológico y social).

64
65
DEPENDENCIA
“Cuando alguien siente o cree que no puede vivir sin una sustancia, y la utiliza en
forma permanente y de manera compulsiva”.

66
Tipos de Dependencia
o DEPENDENCIA FISICA: Es un estado caracterizado por la necesidad de mantener unos
niveles determinados de droga en el organismo. Sus componentes principales son la
TOLERANCIA y SÍNDROME DE ABSTINENCIA AGUDO. Es decir, que si se interrumpe el
consumo de la sustancia aparecen intensos trastornos físicos.
o DEPENDENCIA PSÍQUICA: Es un deseo irresistible de repetir la administración de la droga
para obtener la vivencia de sus efectos agradables, placenteros y evasivos y evitar el
malestar psíquico que se siente con su ausencia.
o DEPENDENCIA MIXTA: No solo compromete la esfera psicológica, sino que también se
integra, según la droga, al metabolismo celular y su transformación en sustrato esencial,
cuya supresión ocasiona la muerte celular y del organismo en general.
Algunos autores hablan de la existencia de una DEPENDENCIA SOCIAL, donde el
consumo es un signo de pertenencia a un grupo social, que proporciona una clara señal de
identidad personal.
Los efectos de las sustancias varían según las características individuales del sujeto y
aunque se administren dosis iguales de un fármaco o droga a diferentes personas las
concentraciones sanguíneas son distintas, por lo que los efectos no son iguales.
Las diferentes drogas comparten ciertas propiedades capaces de producir:
o Placer y recompensa.
o Alteraciones, en principio reversibles del cerebro.
o Síndrome de abstinencia.
o Tolerancia.
o Refuerzo conductual.

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Los factores que influyen en los efectos que producen son:
o Dosis
o Vías de administración: Masticación (coqueo), Intranasal, inhalatoria, endovenosa,
intramuscular, gastrointestinal.
o El estado físico y factores inherentes al consumidor: a) Herencia (1. Tolerancia innata, 2
Rapidez con que se desarrolla la tolerancia adquirida) b) Antecedentes psiquiátricos, c)
Tendencias a conductas peligrosas.
o El contexto de consumo. (Circunstancias, las presiones que ejercen las compañías, las
expectativas.)
o Frecuencia de consumo

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69
SUSTANCIAS
Según efectos
De acuerdo a los efectos sobre el S.N.C. se clasifican en:
o Excitantes o Estimulantes: cocaína, nicotina anfetaminas, metanfetaminas,
cafeína, bebidas energizantes.
o Depresoras: alcohol, pastillas para dormir (hipnóticos), ansiolíticos, opiáceos
(morfina, codeína, heroína), inhalantes.
o Alucinógenas o Distorsionantes: Marihuana, LSD, hongos, éxtasis, cucumelo.
Los efectos de las sustancias varían según las características individuales del sujeto y
aunque se administren dosis iguales de un fármaco o droga a diferentes personas las
concentraciones sanguíneas son diferentes, por lo que los efectos varían.

Las drogas más utilizadas en nuestro medio tienen efectos específicos. A modo de
resumen se exponen las principales:

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Sustancia Efectos
Alcohol Sustancia depresora de funciones cerebrales.
Genera desinhibición social. Aumento de la
sociabilidad
Cocaína Estimulante, produce euforia, irritabilidad
ansiedad, paranoia, hostilidad, taquicardia,
midriasis, sudoración, hipertensión
Marihuana Bienestar general, euforia, hilaridad,
locuacidad, alteración sensorial.
Psicofármacos Sedación, relajación. Pueden producir estados
confucionales
Inhalantes Hilaridad, euforia, alucinaciones,
comportamiento agresivo. Inyección
conjuntival, tos, vómitos, convulsiones.

Nicotina Es un excitante altamente adictivo

Situación Actual:

Representan un alto porcentaje de asistencia hospitalaria y de servicios de traslado,


sobre todo los fines de semana y días feriados.
Afecta alrededor de un 20% de los menores de edad en situación de vulnerabilidad.
Involucra a niños y adolescentes cada vez más pequeños.
Afecta a todos los niveles socio-económicos.

MARIHUANA

Generalidades
Se extrae de la planta Cannanabis sativa, la cual contiene el principio activo
delta-9- tetrahidrocannabinol (THC).
Cada cigarrillo contiene entre 0,5 a 1 gramo de la planta, y la concentración
promedio de THC es de 10 mg (hasta 100 mg). El efecto aparece en pocos minutos, el pico se

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produce a los 30 minutos y la duración de acción es de 2 a 4 horas. El THC y sus metabolitos son
muy liposolubles, lo que quiere decir que hay un secuestro rápido y una liberación lenta por
parte de la fracción lipídica en tejidos corporales (importante a nivel de SNC).
Tanto la marihuana como el hachis se obtienen de diferentes partes de la planta
cannabis sativa (flores y hojas).
El ingrediente químico más importante y principio activo de la marihuana es
específicamente el Delta 9 Tetrahidrocannabinol (THC). Puede ser retenido en el cuerpo hasta
45 días después de haber sido introducido al organismo.
Hachís: la fuente más concentrada de THC es la resina pura, su potencia es de 5 a 10
veces mayor que la marihuana.
Cuando los cannabinoides (marihuana o el Hachís) se consumen en grandes dosis
presentan efectos psicoactivos similares a los alucinógenos, crisis de angustia, ideación
paranoide, delirante, etc.
El metabolismo es hepático, siendo el principal metabolito el 11-hidroxi-THC él cual
se detecta en sangre y tejidos varios días después.

Mecanismo de acción
Existe un receptor específico para cannabinoides en el SNC. Así, los cannabinoides
endógenos actúan en la modulación del dolor.

Signos y síntomas
Son similares a los de la intoxicación alcohólica aguda moderada. Produce estado de
euforia y relajación, disartria, vértigo, vómitos, taquicardia e inyección conjuntival. Ilusiones
(distorsión) en la percepción del tamaño de objetos y las distancias, en el sentido del tiempo, en
la discriminación de colores, en la detección precisa de cualquier estímulo luminoso en la
periferia visual. Y deterioro de la coordinación motora.
Puede ocasionar alucinaciones, delirio, “malos viajes”. Episodio agudo de pánico.

72
73
Trastornos psiquiátricos: ansiedad, despersonalización, disociación, y en sujetos
con patología pre-existente aumentaría el riesgo de descompensación, especialmente paranoia
y trastornos afectivos.
Puede producir dependencia y tolerancia. No produce síndrome de abstinencia
específico, aunque si un cuadro de ansiedad e irritabilidad inespecífico.
En nuestra cultura la marihuana aparece en forma de piedra, con un color muy
característico diferente al tabaco.
El nombre mas vulgar del cigarrillo de marihuana el “porro”; al estado de
intoxicación se lo llama “estar fumado”, y al olor “barandazo”.
Una forma habitual de consumo es prender un porro, darle una o dos pitadas y
pasarlo. Dicha pitada recibe el nombre popular de “seca”.
A medida que el porro se va consumiendo, la sustancia psicoactiva THC se va
concentrando hacia el final del cigarrillo; por lo tanto el final del cigarrillo tiene un gran valor y
recibe el nombre de “tuca”. Para poder fumarse toda la tuca sin quemarse los dedos hay un
sinfín de formas; apoyarla en el agujero del cinturón y aspirar del otro lado, usar una llave, una
caja pequeña de fósforos con un orificio arriba.
El deterioro por consumo de marihuana se ve luego de muchos años generando el
mentado “síndrome amotivacional” que produce el empobrecimiento emocional y consecuente
deterioro de la personalidad.

74
Exámenes complementarios
- Toxicológico. Determinación de metabolitos de THC en orina (se pueden encontrar,
hasta 7 días posterior al consumo).
Tratamiento
- Medidas generales de sostén
- Medidas específicas.
Reposo en lugar tranquilo y con mínimos estímulos. Hidratación. Control clínico.

COCAINA

Generalidades
La cocaína (benzoilmetilecgonina) es el principal alcaloide de las hojas del
arbusto Erytroxylon coca. La planta puede ser silvestre o cultivada en América del Sur y Central.
Antiguamente se utilizaba el alcaloide como anestésico local; hoy, en cambio la
cocaína se comercializa mundialmente en forma ilegal. Es un potente estimulante cardíaco y
del sistema nervioso central, con propiedades vasoconstrictoras. Se absorbe por vía nasal, oral e
intravenosa.
El pico plasmático es de 20 a 30 minutos, por vía nasal y 60 a 90 minutos por vía
oral. Se metaboliza en hígado por intermedio de varias enzimas, entre ellas colinesterasas. El
80% se excreta por orina como metabolitos: benzoilmetilecgonina.

Mecanismo de acción
Su acción se debe al aumento de la liberación de catecolaminas y bloqueo de su
recaptación, al bloqueo de la recaptación de dopamina y serotonina, y a estimulación de
aminoácidos excitatorios (aspartato y glutamato). Bloquea además canales de sodio y posee un
efecto directo sobre el hipotálamo en la producción de hipertermia.
La vida media es de 90 minutos, sus metabolitos se determinan en orina, hasta 3
días después de una única dosis y desde 7 hasta 21 días después de la última dosis, en
abusadores crónicos.

75
Formas de presentación
Clorhidrato de cocaína: 89 % de su forma de uso, polvo cristalino blanco, soluble en
agua, no se puede fumar porque se descompone antes de llegar al punto de ebullición.

Base libre de cocaína (crack): se produce por la ebullición del clorhidrato de cocaína,
en una solución de bicarbonato de sodio, seguido de la extracción con un solvente que se
evapora, obteniéndose cristales.

Body packers: forma de contrabando de drogas, utilizando a personas como


medio de transporte de la misma, que ingieren paquetes rellenos de droga, envueltos
en preservativos, dedos de guantes de látex o tizas (cilindros de papel films); su principal
complicación es la ruptura de uno de los paquetes o la obstrucción intestinal.
El clorhidrato de cocaína es la forma más frecuente de consumo en Mendoza,
éste es adulterado usualmente con distintos agentes: azúcares, lidocaína, dipirona, bicarbonato
de sodio, almidón y otros.

76
77
Signos y síntomas
o Cardiovasculares: Hipertensión arterial, crisis hipertensiva, arritmias
cardíacas, taquicardia sinusal, taquicardia supraventricular, taquicardia
ventricular, angor, isquemia miocárdica, infarto agudo de miocardio,
miocarditis, shock, muerte súbita.

78
o Neurológicos: Agitación, excitación psicomotriz, paranoia, psicosis,
temblores geneneralizados, convulsiones, accidente
cerebrovascular isquémico o hemorrágico, hemorragia subaracnoidea, coma.
o Pupilas: Midriasis.
o Respiratorios: Edema agudo de pulmón, neumotórax, neumomediastino
(fumada), paro respiratorio.
o Otros: Hipertermia, diaforesis, insuficiencia renal aguda, rabdomiólisis,
hepatitis, isquemia intestinal o mesentérica, perforación del tabique nasal.

Tratamiento
- Medidas generales de sostén
- Medidas específicas. No hay un tratamiento específico: el tratamiento es de
soporte.

ALCOHOL ETÍLICO

Generalidades
Al igual que el consumo de otras drogas, el alcohol puede dar lugar a trastornos
somáticos (corporales), mentales y sociales. Los problemas de salud mental se agrupan según
las dos grandes clasificaciones actuales: la CIE-10 promovida por la Organización Mundial de la
Salud (OMS, 1996), bajo el nombre de Trastornos mentales y del comportamiento debidos al
consumo de sustancias psicotrópicas; y la DMS-IV elaborada por la Asociación Psiquiátrica
Americana (APA, 1995) como trastornos relacionados con sustancias.
El etanol es un compuesto hidro y liposoluble, aunque se disuelve más en agua
que en lípidos, hecho que le permite ser absorbido con facilidad por cualquier vía, y
distribuirse rápidamente tanto en los compartimientos acuosos como en los lipídicos.
Merced a su hidro-solubilidad es distribuido disuelto en el plasma sanguíneo,
siendo la concentración de alcohol en sangre o alcoholemia el factor decisivo para la
impregnación tisular y los efectos consecuentes en el sistema nervioso central (SNC). El
etanol es un depresor del sistema nervioso central (SNC), que actúa aumentando la inhibición
mediada por los receptores GABAA, inhibiendo canales de calcio tipo L y aumentando la
adenosina a nivel extracelular.

79
Tras una toma aislada, la alcoholemia va aumentando hasta alcanzar un máximo
que se consigue entre los 15-30 minutos cuando el estómago está vacío y puede tardar 90
minutos si el estómago contenía alimentos sólidos y grasos, aceptándose que el valor de la
alcoholemia disminuye cada hora un valor medio de 0,15 g/l. Consecuentemente, un
individuo que posea una alcoholemia de 1,5 g/l, tardará 10 horas en eliminar todo su
alcohol.
La eliminación del alcohol se realiza fundamentalmente (el 90%) por
biotransformación excretándose, sin cambios, por la orina tan sólo el 5% y otro 5% por los
pulmones y las heces. La curva de eliminación urinaria está retrasada con respecto a la
alcoholemia y no guarda relación alguna con ella, por lo que no es útil a efectos de
investigación de la impregnación alcohólica, por el contrario, el aire espirado, que tiene su
máximo de alcohol a los pocos minutos de ingerido éste, resultando muy útil a efectos
analíticos.
Se ha mencionado que el 90% del alcohol absorbido se elimina mediante
biotransformación, por tres sistemas enzimáticos que operan dentro del hepatocito
- Se excreta por pulmones, orina, sudor y leche materna. Atraviesa la placenta.
El alcohol etílico es un potente irritante gastrointestinal, produce
vasodilatación, disminución de la neo-glucogénesis, de la hormona antidiurética y de la
resorción tubular de agua. La hipotermia se debe a pérdida de calor e inhibición del centro
termorregulador.
La determinación de alcohol etílico en sangre (alcoholemia) es de gran utilidad
médico-legal en accidentes de tránsito; para efectuar diagnósticos diferenciales, sobre todo en
niños con ingestas involuntarias y adolescentes con tentativa suicidas, que nieguen la
ingesta de alcohol; así también como para evaluar la gravedad de la intoxicación.
Intoxicación en pediatría. Los niños se intoxican a través de paños de alcohol
colocados sobre el abdomen o por la ingesta accidental de productos que lo contienen.

Fuentes
Bebidas alcohólicas, alcohol medicinal, perfumes, lociones de afeitar, disolventes,
etc.

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Signos y síntomas
o Neurológicos: Somnolencia, disartria, ataxia, obnubilación, nistagmus,
convulsiones, coma, hiporreflexia y depresión respiratoria.
o Oftalmológicos: Miosis. Midriasis transitoria por aumento de catecolaminas.
o Temperatura: Sensación de calor (con sudoración), hipotermia.
o Digestivos: Náuseas, vómitos, gastritis erosivas y pancreatitis.
o Cardiológicos: Taquicardia, vasodilatación cutánea, vasoconstricción en cerebro y
corazón. Depresión cardiovascular. Muy raramente: fibrilación auricular y
ventricular, por hipotermia prolongada.
o Metabólicos: Hipoglucemia: más común en niños. Hiperglucemia transitoria por
aumento de catecolaminas, hiponatremia, hipopotasemia, acidosis láctica.
Aumentan las lipoproteínas de alta densidad.
o Renales: Aumento de la diuresis.
o Si la persona es un alcoholista crónico, se pueden agregar las manifestaciones
clínicas descriptas a continuación:
o Digestivos: Hígado graso, hepatitis alcohólica, cirrosis, úlceras gástrica y
duodenal y pancreatitis crónica.
o Cardiovasculares: Cardiomiopatía, hipertensión, arritmias.
o Neurológicos: Encefalopatía de Wernicke, psicosis de Korsakoff, atrofia
cerebral, demencia, degeneración cerebelosa, polineuropatía.
o Respiratorios: Alteraciones ciliares, infecciones.
o Nutricionales: Hipoproteinemia, hipovitaminosis.
o Metabólicos: Hipomagnesemia, hipofosfatemia, hipocalcemia.
o Endocrinológicos: Disminución de la testosterona.
o Psiquiátricos: Cambios en la personalidad y en la conducta, ansiedad, síndrome
depresivo, demencia.
o Hematológicos: Anemia macrocítica, leucopenia y trombocitopenia.

Diagnósticos diferenciales
Ingestión de psicofármacos, ingestión de otro tipo de alcoholes y traumatismo de
cráneo.
Las manifestaciones clínicas de intoxicación dependen de la concentración del
alcohol en sangre, siendo su acción farmacológica:

81
Depresión del Sistema Nervioso Central,
Por ello, a bajas dosis y al principio de sus efectos actúa como excitante, al inhibir los
centros corticales normalmente inhibidores, produce la liberación de los inferiores con la
consiguiente euforia, (desinhibición de las funciones psíquicas).
Tras una ingestión de bebida alcohólica, y dependiendo de la dosis y la
progresión del tiempo, como consecuencia de la acción sobre el SNC, se puede experimentar:
- Síndrome excitatorio: excitación, euforia.
- Síndrome confusional: confusión o embotamiento mental.
- Síndrome cerebeloso: somnolencia, problemas en el equilibrio y ataxia (andar
dificultoso).
- Síndrome comatoso: progresiva disminución de la conciencia, coma y paro
respiratorio.
Horas después de la toma aparece la llamada “resaca”, con enrojecimiento facial,
cefalea, torpeza mental, sed, motivada por el metabolismo del alcohol y la acción vasodilatadora
del acetaldehído.

Relación entre alcoholemia y síntomas clínicos

Alcoholemia Síntomas

Las pruebas psicométricas muestran una prolongación en los tiempos de


Adultos 0,20 a respuesta al estímulo y a la posibilidad de accidentes. Según la
1,50 g/l susceptibilidad individual, se observa un discreto estado de excitación
acompañada de leves alteraciones sensoriales y disminución de la
Alteración delpsíquica
concentración juicio, con
la atención,
alteración delala compresión y la memoria.
asociación de ideas.
0,50 a Desinhibición, euforia, verborrea y excitación psicomotriz. Alteración de los
1,50 g/l movimientos reflejos automáticos y de áreas sensoriales que
distorsionan las percepciones auditivas y visuales, disminuyen los
Excitación,
reflejos y elconfusión, agresividad, alteraciones de la percepción y pérdida
campo visual.
1,50 a de control. laDisartria,
Es frecuente producciónmarcha atáxica, diplopía y nistagmo. Hipotensión
de sueño.
2,50 g/ arterial, taquicardia, hipoglucemia e hipotermia.
Depresión del SNC, con alteración de los movimientos reflejos rápidos.

82
2,50 a Depresión de SNC, sueño profundo, estupor y coma. Hipotensión arterial,
3,50 g/l bradipnea, hipotermia, hiporreflexia, hipoalgesia y amnesia temporal.

Coma, broncoaspiración, marcada bradicardia, hipotensión, arrefléxia y


Mayor a analgésia superficial y profunda. Depresión respiratoria, cardiovascular.
3,50 g/l Con niveles mayores a 3.5 g/l hay riesgo de muerte por paro

Niños 0,50 a cardiorrespiratorio.


Síntomas moderados a severos.
1,00 g/l

Tratamiento de la intoxicación aguda

- Medidas generales de sostén


- Medidas específicas: Colocar sonda nasogástrica y rescatar contenido gástrico.
Hidratación endovenosa con dextrosa al 5% y reposición de electrolitos, previa toma de
muestra para determinación de glucemia.
- Hipoglucemia: Depende de las horas de ayuno transcurridas. En la mayoría de los
casos, se corrige con solución endovenosa de dextrosa al 10% o 25%.
- Hipotermia: En general son hipotermias leves: 35 - 32 °C o moderadas: 32 – 29,5
°C. Se debe abrigar al paciente y mantenerlo en un ambiente templado. Oxígeno humedificado
entibiado, solución fisiológica endovenosa a 38º y lavado gástrico o vesical con soluciones
entibiadas. Aunque no es lo habitual, en casos extremos se puede efectuar hemodiálisis con
calentamiento de la sangre, en forma extracorpórea (hipotermia severa con menos
de29,5º). Monitoreo cardiológico, en todos los casos.
- Excitación psicomotriz. En los casos moderados o severos, a pesar de que el alcohol
es un depresor del SNC y las benzodiazepinas pueden potenciar ese efecto, se pueden utilizar
con precaución (lorazepam o diazepam).
- Convulsiones. Diazepam endovenoso, hasta que ceda el episodio agudo, luego
continuar con diazepam o lorazepam, por vía oral.
Pacientes alcohólicos crónicos o que han ingerido gran cantidad
- Tiamina (vitamina B1). .

83
Todos los pacientes tienen que ser evaluados por riesgo de suicidio y por su situación
social, deben tener un seguimiento médico organizado y ser motivados para tratamiento
psicoterapéutico.
ALCOHOLISMO CRÓNICO – CUADROS AGUDOS
SÍNDROME DE ABSTINENCIA ALCOHÓLICA
El etanol produce tolerancia y dependencia física. La tolerancia al etanol tiene lugar
por tres mecanismos:
- La tasa metabólica puede estar aumentada significativamente, debido al
aumento del metabolismo por el sistema microsomal hepático.
- Tolerancia celular, por adaptaciones neuroquímicas de las membranas neuronales.
- Tolerancia del comportamiento.
La adicción tiene lugar, después de la adaptación celular, cuando se requiere etanol
para una óptima función neuronal. El síndrome de abstinencia aparece de 6 a 48 horas
después de la reducción y/ó suspensión de la ingesta de etanol, y dura de 2 a 7 días sin
tratamiento.

Signos y síntomas
Neurológicos: Insomnio, irritabilidad, temblor, desorientación, ansiedad, anorexia,
hiperreflexia, hipertermia, delirio onírico, alucinaciones auditivas, cenestésicas y visuales,
convulsiones.
Cardiológicos: Hipertensión, taquicardia.
Otros: Sudoración.

Exámenes complementarios
Hemograma, hematocrito, ionograma, urea, creatinina, glucemia, coagulograma,
calcemia, fosfatemia, magnesemia, estado ácido - base, hepatograma y amilasemia.

Tratamiento
- Medidas generales de sostén
- Medidas específicas
Benzodiazepinas (BDZ). Lorazepam. Diazepam,
Tiamina.
Hidratación oral o parenteral,

84
Monitoreo cardiovascular.
Alucinaciones. Haloperidol
Convulsiones. Diazepam endovenoso.

DELIRIUM TREMENS
También llamado síndrome de abstinencia mayor, aunque no siempre se
desencadena por una suspensión o reducción del consumo de alcohol; puede desencadenarlo
una injuria metabólica o infecciosa.
Se caracteriza por:
- Delirio onírico con desorientación temporo-espacial.
- Temblor generalizado.
Alteraciones metabólicas: sudoración, deshidratación, hiponatremia.
Exámenes complementarios
Hemograma, hematocrito, ionograma, urea, creatinina, glucemia,
coagulograma, calcemia, fosfatemia, magnesemia, estado ácido - base, hepatograma y
amilasemia.

Tratamiento
Hidratación parenteral.
Corrección del desequilibrio hidroelectrolítico.
Benzodiazepinas (BDZ).
Oxígeno humidificado.
Tiamina. Se indican 300 mg endovenoso diluida en solución fisiológicaAlucinaciones.
Haloperidol, 2.5 a 5 mg por día por vía endovenosa o intramuscular.
Convulsiones. Diazepam endovenoso.

ENCEFALOPATIA DE WERNICKE
Se produce por el déficit agudo de tiamina (Vitamina B1). Puede evolucionar a
psicosis de Korsakoff. Se caracteriza por:
- Desorientación temporo-espacial.
- Somnolencia y ataxia.
- Oftalmoplejía: nistagmus bilateral, parálisis del VI par craneal (motor ocular
externo), miosis.

85
- Disartria, temblores y rigidez
Tratamiento
Tiamina, 300 mg EV, continuar con 100 mg/día. Hidratación parenteral. Control
clínico. Internación en Unidad de Cuidados Intensivos.

ALUCINOSIS ALCOHOLICA
Puede ser aguda, subaguda y crónica. El paciente se encuentra vigil y
compensado metabólicamente.

Signos y síntomas
Alucinaciones auditivas (de voces acusadoras), delirio de persecución.
Tratamiento
Tratamiento de deshabituación. Complejo B. Neurolépticos (haloperidol, 5 a 10 mg
EV ó IM

BENZODIAZEPINAS
Generalidades
Las Benzodiazepinas son drogas depresoras selectivas del sistema nervioso central.
Actúan potenciando los efectos del ácido gama amino butírico, debido a su unión al receptor
GABAA, aumentando la frecuencia de descargas de apertura de los canales de cloro. De esta
manera se potencia la inhibición gabaérgica.
Usos
Sedantes. Hipnóticos. Miorrelajantes. Ansiolíticos. Anticonvulsivantes.

86
Clasificación según su vida media de eliminación

Ultracorta Midazolam 1.3 a 2.5 horas


Triazolam 2 a 4 horas
Corta Alprazolam. 10 a 14 horas
Lorazepam. 10 a 20 horas

Intermedia Clonazepam 20 a 40 horas


Bromazepam 20 a 32 horas
Diazepam 33 a 53 horas
Larga

Signos y síntomas

o Oftalmológicos: Miosis, nistagmo


o Cardiovascular: Depresión cardiovascular (en grandes sobredosis)
o Neurológicos: Marcha atáxica, disartria, mareos, somnolencia, estupor,
obnubilación, coma
o Muscular: Hipotonía.
o Respiratorio: Depresión respiratoria
o Síndrome paradojal: Gran excitación psicomotriz, alternando con períodos de
depresión del sensorio, alucinaciones. Más frecuente en niños y ancianos

87
Exámenes complementarios
Toxicológico: determinación de benzodiazepinas en suero u orina.

Tratamiento
- Medidas generales de sostén
- Medidas específicas
Vía oral. Lavado gástrico y carbón activado.
- Antídoto: Flumazenil. Revierte los síntomas producidos por benzodiazepinas. En
el paciente intoxicado se utiliza si aparece sueño profundo o coma; se busca superficializar al
paciente y no despertarlo bruscamente, ya que podría desencadenar un síndrome de
abstinencia. En el síndrome paradojal puede utilizarse con cuidado.

Tolerancia y Síndrome de abstinencia


Las benzodiazepinas inducen tolerancia con rapidez. La supresión brusca después
del uso habitual puede dar lugar a la aparición de un síndrome de abstinencia
(irritabilidad, agresividad, convulsiones, etc.). El grado de dependencia y la gravedad del
síndrome de abstinencia está en relación con la cantidad total consumida y la duración de la
sustancia (las benzodiazepinas de duración corta producen dependencia con mayor rapidez).

88
Desintoxicación/deshabituación: la sustitución de benzodiazepinas de duración
corta por otras de duración larga y la reducción progresiva de la dosis es la base del tratamiento
farmacológico. La deshabituación está centrada en un abordaje de tipo psicoterapéutico.

OPIACEOS

Generalidades
Opioides son todos los compuestos naturales, sintéticos y peptídicos, que
entran en interacción con los receptores estereoespecíficos de los sistemas nervioso central y
periféricos.
Estos receptores están relacionados con las tres familias conocidas de péptidos
endógenos: encefalinas, endorfinas y dinorfinas.
La amapola, Papaver somníferum, es la fuente de opio natural, que contiene más
de 20 alcaloides, entre ellos la morfina y la codeína. Tienen diferencias farmacológicas
importantes, que derivan de sus interacciones complejas con receptores múltiples del
sistema nervioso central (SNC). Se fijan en receptores específicos, en especial mu, delta y kappa,
produciendo analgesia a niveles suprarraquídeo, raquídeo y periférico, con efecto depresor
sobre el SNC, desarrollando tolerancia y dependencia física.
La tolerancia se caracteriza porque, con la administración repetida, se requieren
dosis cada vez mayores para producir el mismo efecto. Se desarrolla tolerancia a ritmos
diferentes, para los diversos efectos de los opioides. Por ejemplo, se desarrolla tolerancia a la
depresión respiratoria con rapidez, en contraste con la lenta, si es que la hay, a los efectos
astringentes. A pesar que un paciente adicto se haya hecho tolerante al efecto de depresión
respiratoria, puede ocurrir que desarrolle depresión respiratoria con una dosis mayor a la que
estaba acostumbrado

Usos Médicos
Analgesia. Supresión de la tos. Control de la diarrea.

Clasificación
- Agonistas: morfina, heroína, codeína, metadona, meperidina, propoxifeno,
fentanilo. Usadas para el alivio del dolor, con excepción de la heroína.
- Antagonistas: naloxona y naltrexona, no tienen efectos analgésicos.

89
Signos y síntomas
o Respiratorios: Bradipnea, depresión respiratoria, apnea, edema pulmonar.
o Cardiovasculares: Bradicardia, hipotensión (taquicardia compensatoria).
o Digestivos: Náuseas, vómitos, constipación.
o Urinarios: Retención urinaria.
o Cutáneos: Prurito.
o Oftalmológicos: Miosis puntiforme.
o Musculares: Rigidez muscular (fentanilo).
o Neurológicos: Sedación, confusión, depresión del sensorio, convulsiones y
coma.
o Psiquiátricos: Disforia, alucinaciones.

Exámenes complementarios
- Toxicológicos. Determinación de opiáceos en orina.
- Otros. Estado ácido - base. Hemograma. Ionograma. CPK. Radiografía de tórax.

Tratamiento
- Medidas generales de sostén
- Medidas específicas
Lavado gástrico, carbón activado.
Antídoto: Naloxona. Se utiliza en caso de depresión respiratoria, convulsiones o
depresión del sensorio.
Meperidina: en forma continuada, durante varios días de tratamiento, puede
producir excitación, fasciculaciones y más raramente convulsiones. Este síndrome debe
tratarse en una unidad de cuidados intensivos y reemplazarse la meperidina por otro opiáceo.

SÍNDROME DE ABSTINENCIA A OPIÁCEOS


Generalidades
Todas las drogas que actúan sobre receptores a opiáceos ocasionan un
síndrome de abstinencia una vez discontinuadas. La aparición en tiempo de los síntomas, varia
según la vida media de la sustancia en particular.

90
Clasificación de opiáceos según su vida media
o Vida media corta: morfina, codeína, heroína, nalbufina, fentanilo,
propoxifeno, meperidina.
o Vida media mediana: buprenorfina.
o Vida media larga: metadona.
Tiempo de aparición de síntomas de abstinencia
Vida media corta: 12 a 36 hs. Vida media mediana: 18 a 48 hs. Vida media larga: 18 a
72 hs.
En todo paciente dependiente a drogas, con problema clínico agudo, se debe
obtener en detalle una historia actual y pasada sobre las sustancias consumidas, dado que es
frecuente que desarrollen múltiples formas de abstinencia.

Signos y síntomas
o Neurológicos: Ansiedad, nerviosismo, irritabilidad, insomnio, temblor,
midriasis.
o Cardiovasculares: Hipertensión, taquicardia. Gastrointestinales: Náuseas -
vómitos – diarrea. Respiratorios: Hiperventilación, taquipnea.
o Otros: Bostezos, lagrimeo, rinorrea, piloerección, diaforesis, dolores
musculares, hipertermia.
o Voluntarios: Ruegos y demandas del paciente por la medicación, imitación y
exageración de los síntomas de abstinencia.

Tratamiento
Médico, debe estar internado en Hospital General.
El paciente debe estar internado, con control estricto de signos vitales. Este
esquema de deshabituación debe estar acompañado de asistencia psicoterapéutica.
En muchos países se utiliza la sustitución por opiáceos de larga vida media,
administrados por vía oral, como la metadona o el LAAM (L-acetil- metadol). De esta forma, se
logra una transición más leve hasta el estado libre del opiáceo. Este programa se usa en Europa
y USA, países donde es frecuente la heroína y el uso endovenoso (no siendo así en nuestro

91
medio) y en pacientes muy crónicos. De todas maneras, es difícil llegar al estado libre de
opiáceos, con una terapéutica de tipo sustitutivo.
Una vez deshabituado el paciente, puede ser que persista el craving (deseo
compulsivo de la droga), en estos casos, además del tratamiento psicoterapéutico, se
aconseja el uso de naltrexona, antagonista opiáceo de vida media larga, que se usa por vía oral,
50 mg, una vez al día, todos los días o tres veces por semana. El fundamento, es el bloqueo del
circuito de la recompensa, que está mediado por receptores opioides.
Para indicar el uso de naltrexona el médico debe estar seguro que el paciente esté
completamente deshabituado.

INHALANTES

Son un grupo muy heterogéneo de sustancias químicas que se caracterizan por ser
gaseosos o evaporizarse a temperatura ambiente.

Clasificación química y formas de consumo


La mayoría son derivados hidrocarbonados que pertenecen a diferentes
grupos. Se encuentran ampliamente distribuidos: gas natural, derivados del petróleo
(butano, propano), nafta, kerosén, como solventes de grasas, pegamentos y pinturas.
Como propelentes de aerosoles, extintores, etc. Con lacas, barnices, tintes, quitamanchas,
cementos, aceites, plásticos y resinas.
Los usuarios suelen ser niños o adolescentes con vulnerabilidad social, con
problemas escolares, familiares o de nivel socioeconómico bajo, generalmente viviendo en
barrios marginales en las grandes ciudades. Suelen utilizar diferentes tipos de productos
esfingándolos o bien inhalándolos en bolsas, cajas o trapos impregnados de ellos.
Sniffing: inhalación de vapores directamente de un recipiente abierto o de una
superficie recientemente impregnada.
Huffing: inhalación de vapores desde una tela recientemente impregnada que se
coloca cubriendo boca y nariz
Bagging: inspiración y espiración dentro de una bolsa de papel o plástico en la que
se ha colocado la sustancia

92
La mayoría de estos productos son altamente lipofílicos (afinidad por las grasas) por
lo que difunden rápidamente en el SNC (sistema nervioso central). Tienen después de la
absorción pulmonar, unos niveles pico en 15 o 30 minutos dependiendo de la concentración,
de la función cardiaca y del volumen respiratorio, haciéndose notar sus efectos en pocos
minutos y pueden durar horas. La eliminación suele ser pulmonar, renal y por metabolismo
hepático en menor o mayor medida.
Intoxicación por sustancias volátiles
Al inicio, producen hiperactividad y euforia posteriormente son depresores del SNC
hasta llegar a la anestesia profunda. Generalmente producen alteraciones del estado mental
con excitación, euforia, alucinaciones visuales y auditivas, hiperactividad, paranoia, conducta
extraña y agresiva, y pueden llegar al coma con depresión respiratoria, hipotensión y
convulsiones.
Otras manifestaciones son ataxia, confusión, visión borrosa, diplopia, cefalea,
incoordinación, letargia, midriasis, nistagmo, habla confusa y tinnitus. Pueden tener
molestias gastrointestinales, como náuseas, vómitos, dolor abdominal y diarrea. También
pueden tener una historia crónica de tos, estornudos, disnea, palpitaciones, y dolor torácico.
Se utilizan por las propiedades euforizantes de sus vapores.

Peligros para la salud

o Encefalopatía crónica: ataxia, temblor, labilidad emocional, perdida de


la atención, disminución del cociente intelectual, trastornos de memoria,
cefaleas recurrentes, psicosis, ataxia cerebelar permanente, disminución de
la velocidad psicomotriz, alteración de la habilidad visuoespacial. Afección
de la sustancia blanca cerebral y axonal.
o Síndrome neurasténico: insomnio, fatiga, ansiedad, aislamiento, trastornos
del conocimiento, inestabilidad emocional, disminución de la destreza
motora.
o Polineuropatía: sensitivo-motora a predominio motora.
Su inhalación puede producir diferentes grados de hipoxemia (falta de oxígeno en la
sangre) por disminución de la FiO2 (fracción inspirada de oxígeno) y también neumonitis al ser
fuertemente irritantes, presentándose con síntomas respiratorios como roncus, sibilancias y

93
cianosis. La cianosis (color azul de las mucosas) es debida a asfixia, neumonitis, fallo cardíaco o
metahemoglobinemia.
En algunos casos síncope por hipoxemia, arritmias, hipotensión, intoxicación por
CO o metahemoglobinemia. Algunos pueden ser arritmogénicos y producir efectos depresores
cardiocirculatorios.
Se puede producir la muerte después de un estado de coma por depresión
respiratoria o aspiración de vómitos y obstrucción de la vía aérea, así como por arritmias,
depresión cardiovascular y traumas.
En los expuestos es frecuente encontrar inyección conjuntival (ojos rojos) y al ser
potentes irritantes cutáneos y de las mucosas evidenciar marcas y manchas cutáneas en la
cara, alrededor de boca y nariz, así mismo halitosis (aliento) característica al solvente.
La intoxicación por tolueno produce debilidad generalizada incluso tetraparesia
(parálisis leve que consiste en la debilidad de las contracciones musculares en los cuatro
miembros), náuseas, vómitos, dolor abdominal y hematemesis (vómitos con sangre) por
gastritis irritativa, moderada acidosis metabólica, hipopotasemia e hipofosforemia, elevación
de CPK, proteinuria, hematuria, piuria y acidosis renal tubular distal.
Producen dependencia psíquica y tolerancia.
El síndrome de abstinencia consta de cefaleas, vómitos, contracciones
musculares y calambres.
La utilización crónica acarrea manifestaciones neuropsiquiátricas como ataxia,
confusión, ilusiones, alucinaciones, afectación de la memoria, paranoia, movimientos
incontrolados, trastornos visuales, demencia y neuropatía periférica sensitivo-motora.
Trastornos gastrointestinales en forma de dolor abdominal, hematemesis por
gastritis crónica, depresión medular, disfunciones hepática, renal, cardíaca y rabdomiolisis.

Exámenes complementarios
Otros. Electrocardiograma. Hemograma Completo. Hepatograma

Tratamiento:
Médico.
- Medidas generales de sostén
- Medidas específicas.

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Reposo en lugar tranquilo. Hidratación. Control clínico. Control y tratamiento
sintomático de arritmias cardiacas Agitación psicomotriz

Complicaciones del abuso de inhalables


Otros efectos irreversibles causados por la inhalación de disolventes específicos
son los siguientes:
- Pérdida de la audición: tolueno (pintura en aerosol, sustancias adhesivas y
removedores de cera) y tricloroetileno (líquidos de limpieza y de corrección).
- Neuropatía periférica o espasmos de las extremidades: hexano (sustancias
adhesivas y gasolina) y óxido nitroso (crema batida en aerosol y cilindros de gas).
- Lesiones del sistema nervioso central o del cerebro: tolueno (pintura en aerosol,
sustancias adhesivas y removedores de cera).
- Daño a la médula ósea: benceno (gasolina). Alteraciones fetales: la
exposición al tolueno ocasiona alteraciones en el embrión, la llamada 'embriopatía toluénica'.
Entre los efectos graves pero posiblemente reversibles cabe citar:
- Lesiones hepáticas y renales: sustancias que contienen tolueno e hidrocarburos
clorados
(Líquidos de corrección y de lavado en seco).
- Agotamiento del oxígeno de la sangre: nitritos orgánicos (conocidos popularmente
en los Estados Unidos con los nombres de "poppers", "bold" y "rush") y cloruro de metileno
(quita barnices y disolventes de pintura).
- Muerte por inhalantes suele ser causada por una concentración de vapores muy
elevada. La inhalación deliberada a partir de un papel pegado o una bolsa plástica o en un
espacio cerrado aumenta mucho las posibilidades de asfixia. Aún cuando los productos volátiles
o en aerosol se usen con fines legítimos (como pintura y limpieza), conviene hacerlo en lugares
bien ventilados o al aire libre.

ESTIMULANTES

Las anfetaminas son utilizadas para el tratamiento de la narcolepsia, déficit de


atención, hiperactividad, trastornos depresivos y tratamientos de la obesidad.

95
Se clasifican en:
CLÁSICAS: dextroanfetaminas, metanfetamina y metilfenidato
Ejercen su efecto sobre el sistema dopaminérgico, liberándo DA del terminal
presináptico
Se consumen por vía endovenosa o por vía oral.
Anfetaminas de diseño: MDMA, MDEA, MMDA y DOM.
Ejercen su efecto sobre el sistema dopaminérgico y serotoninérgico (efecto
combinado entre anfetamina clásica y alucinógeno).
Se consumen por vía endovenosa, vía oral o inhalada.
Tipo de acción 24 hs.

ANFETAMINAS
Generalidades
Pertenecen a la familia de las feniletilaminas y tienen propiedades euforizantes,
estimulantes y anorexígenas. Pueden prescribirse legalmente para la narcolepsia, el trastorno
del déficit de atención e hiperquinesia. Se utilizan comúnmente en los preparados magistrales
para adelgazar (mazindol).
Como droga de abuso se utilizan en la actualidad el éxtasis (metilen-dioxi-
metanfetamina: MDMA) y la metilen-dioxi-anfetamina (MDA). Produciendo ambas tolerancia y
dependencia física.

Mecanismo de acción
Aumentan la liberación e inhiben la recaptación de las catecolaminas en la biofase y
tienen efectos directos en sus receptores. A altas dosis pueden liberar serotonina y tienen débil
actividad como inhibidores de la monoaminooxidasa (MAO). El incremento de la noradrenalina
(NA) en el locus ceruleus ejerce efectos anorexígenos, de alerta y estimulantes psicomotores.
El incremento en la dopamina central (caudado y putamen) ejerce conducta
estereotipada. Los efectos sobre la serotonina y dopamina en el mesolímbico alteran la
percepción, y causan conductas psicóticas variadas.
Dosis Letal: 500 mg.
Las anfetaminas producen una depleción de NA en la neurona y esto explicaría el
síndrome de abstinencia y el estado depresivo que acontece cuando se suspende su ingesta.

96
Vida media: 7 a 30 horas. La acidificación del pH urinario incrementa la excreción
renal, pero no disminuye la toxicidad, al contrario puede incrementarse el compromiso renal
consecuencia de la rabdomiolisis.

Signos y síntomas
Son similares a los de cocaína, pero con una duración mayor.
o Cardiovasculares: Hipertensión, taquicardia, arritmias, isquemia de
miocardio, miocardiopatía, vasoespasmo coronario y periférico.
o Neurológicos: Convulsiones, hemorragia intracerebral, cefalea, euforia,
hiperreflexia, agitación psicomotriz, movimientos coreoatetósicos, paranoia.
o Sistema Nervioso Autónomo: Hipertermia, sudoración.
o Otros: Vasculitis (por la inyección). Anorexia, bruxismo.
Cuando un abusador de anfetaminas experimenta psicosis, es más probable que
haya una recurrencia, incluso después de abstinencias prolongadas y esto se debe al fenómeno
de kindling.
Durante el período de abstinencia los sujetos pueden dormir por períodos
prolongados y sentirse hambrientos y deprimidos cuando se despiertan. También presentan
craving (deseo compulsivo de la droga).
¿Qué se puede encontrar en los preparados callejeros?
Cafeína, fenilpropanolamina, efedrina, lidocaína, fenciclidina, maltosa, talco,
estricnina, quinina y acetato de plomo, entre otras. Las anfetaminas de diseño, MDA y MDMA,
poseen diferencias en sus efectos, pero en sobredosis, tienen la misma toxicidad.
La muerte se produce por arritmias, hipertermia maligna o convulsiones.

Exámenes complementarios
Toxicológico. Anfetaminas en orina.
Otros exámenes. Hemograma. Urea. Creatinina. Glucemia. CPK. Ionograma. Estado
ácido
– base. Electrocardiograma.

Tratamiento
- Medidas generales de sostén.
- Medidas específicas.

97
Lavado gástrico, carbón activado.
Monitoreo cardiovascular. Plan de hidratación parenteral.
Alucinaciones: haloperidol
Convulsiones: diazepam.
Excitación psicomotriz: se puede utilizar diazepam o lorazepam.

ALUCINOGENOS

98
ÁCIDO LISÉRGICO (LSD)

Derivado sintético del alcaloide ácido lisérgico producido por el hongo claviceps
purpúrea que parasita el centeno (cornezuelo del centeno). Es el más potente de los
alucinógenos se comenzó a usar en la década de los años 60, con la expectativa de explorar el
“espacio interno” y obtener una “realidad alternativa”.
Actúa como agonista de receptores serotoninérgicos 5HT-2, 5HT-1a, 1c, 1d y
agonista de receptores dopaminérgicos DA-1, DA-2.
La vía de ingreso puede ser oral, inhalatoria, EV, SC ó conjuntival (LSD líquido).
Vida media: 8 a 12 horas.
Dosis callejera: 100-200 µg.

Signos y síntomas
o Inicialmente puede haber nauseas, taquicardia, hipertensión, temblores. A
partir de los 30 a 60 minutos aparecen:
o Ilusiones visuales: colores intensos y brillantes, imágenes caleidoscópicas.

99
o Sinestesias: escuchar los colores, ver los sonidos.
o Distorsión temporal: lentificación del tiempo, movimiento en paso de
imágenes.
o Distorsión en la percepción de la autoimagen corporal: envejecimiento
rápido,
o “derretimiento” de la persona (como vela), estiramiento grotesco.
o Labilidad afectiva, ambivalencia.
o Psicosis inducida por LSD.
o “Mal viaje”: ansiedad grave, ataques de pánico, depresión extrema.
o Flash-back: relampagueos de escenas retrospectivas de lo sentido y vivido
bajo el efecto de la droga, que se presentan meses o años después del último
consumo. Son espontáneas y recurrentes, duran segundos o minutos,
ocurren del 15-77% de los pacientes. Pueden desencadenarse por
intoxicación con alcohol, marihuana u otro alucinógeno; o por salida a un
ambiente oscuro y no familiar.
No produce dependencia física. Desarrolla rápida tolerancia. No produce síndrome
de abstinencia.

Exámenes complementarios
Toxicológico. Determinación del metabolito, 2-oxo-LSD en orina (se puede encontrar
hasta 24 horas post-consumo).

Tratamiento
- Medidas generales de sostén
- Medidas específicas
Agitación y alucinaciones
Diazepam. Lorazepam. Si no hay respuesta a las benzodiazepinas, se puede
administrar haloperidol.
Reposo en lugar tranquilo, silencioso, con baja luz, y mínimos estímulos.
Dosis alucinógena: 50 a 150 mg.
La vía de ingreso es oral, inhalatoria o anal.

100
Duración del efecto: 8 a 12 horas.
Vida media: 12 a 36 horas.

ÉXTASIS (MDMA)

Es una anfetamina metoxilada, cuya sigla MDMA significa metilen-dioxi-met-


anfetamina. Dosis alucinógena: 50 a 150 mg.
Se han reportado muertes después de ingerir tan sólo una cápsula.
Actúa como agonista de receptores serotoninérgicos, específicamente 5HT-1a y
como estimulante de los receptores simpáticos adrenérgicos y dopaminérgicos (liberación de
NA, inhibición de su recaptación e inhibición de la MAO).
La vía de ingreso es oral, inhalatoria o anal. Duración del efecto: 8 a 12 horas.
Vida media: 12 a 36 horas.

Signos y síntomas
Inicialmente hay un estado de empatía aumentada, luego alucinaciones,
taquicardia, hipertensión, hipertermia, agitación psicomotriz, midriasis, trismus, diaforesis,
rabdomiólisis. En sobredosis importantes puede aparecer coagulación vascular diseminada,
arritmias, convulsiones, fallo renal agudo.
No produce dependencia, ni síndrome de abstinencia. Produce tolerancia con
rapidez y el fenómeno de tolerancia crónica (es necesario administrar dosis crecientes para
alcanzar los mismos efectos, pero este efecto no revierte con la abstinencia).
Las primeras experiencias suelen vivirse de forma especialmente intensa, pero en
posteriores ocasiones es difícil alcanzar este efecto (fenómeno de «pérdida de la magia»).

Tratamiento
- Medidas generales de sostén
- Medidas específicas
Agitación y alucinaciones
Diazepam. Lorazepam.
Si no hay respuesta a las benzodiazepinas, se puede administrar haloperidol,

101
Rabdomiólisis. Mantener una buena hidratación y un buen ritmo diurético. Reposo
en lugar tranquilo, con baja luz y mínimos estímulos.

FENCICLIDINA (PCP ó Polvo de ángel)

Fue usado cómo anestésico, pero se suspendió su uso en el año 1963 por sus
efectosadversos alucinógenos. Vida media 24 horas. Es agonista de los receptores opioides
sigma (disforia) y antagoniza los receptores glutamatérgicos-NMDA (sedación).

Signos y síntomas
Nistagmus, hipertensión, alucinaciones, disforia, agitación, rigidez muscular,
hipertermia, rabdomiólisis. Pueden presentarse combinación de síntomas de estimulación y
depresión del SNC (hasta coma), efectos colinérgicos (miosis, diaforesis, sialorrea,
broncoespasmo), y anticolinérgicos y adrenérgicos (midriasis, taquicardia, retención urinarina)

Tratamiento
Hidratación. Control clínico.
Sedación con benzodiazepinas si la agitación es marcada
Alucinaciones. Haloperidol
Reposo en lugar tranquilo y con mínimos estímulos.

KETAMINA

Es un anestésico derivado de la fenciclidina. Es una droga popular entre jóvenes


porque es la única que permite una combinación de efectos hipnótico, analgésico y amnésico,
con limitada depresión respiratoria. La ketamina “callejera” difiere de la preparación
farmacéutica en que el solvente ha sido evaporado. La dosis habitual es de 1 a 2 mg/kg EV o
intranasal. Vida media: 2 a 4 horas. Su acción ilusógena es similar a la del LSD, mescalina y PCP.

Signos y síntomas

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Alucinaciones, taquicardia, midriasis, nistagmus, ansiedad, hipertensión leve,
disartria, confusión, vómitos, distonías. En altas dosis puede producir depresión respiratoria.
Produce dependencia y desarrolla tolerancia.

Tratamiento
Hidratación. Sedación con benzodiazepinas si la agitación es marcada. Reposo en
lugar tranquilo y con mínimos estímulos.

FLORIPONDIO (Datura arbórea)

Toda la planta es tóxica. Se consumen las flores. Contiene en mayor proporción


escopolamina.
Signos y síntomas
Alucinaciones, propiedades hipnóticas, efectos anticolinérgico (taquicardia,
midriasis, sequedad de mucosas, rubicundez, excitación psicomotriz).
Tratamiento
Hidratación. Control clínico. Sedación con benzodiazepinas si es marcada la
agitación.

ANTIPARKINSONIANOS

TRIHEXIFENIDILO (Artane) – BIPERIDENO (Akinetón)


Se usan en el tratamiento de la enfermedad de Parkinson. El trihexifenidilo tiene
una vida media de 4 horas y el biperideno de 18 a 24 horas. Producen efecto anticolinérgico a
nivel del sistema nervioso central y periférico.

Signos y síntomas
Alucinaciones, taquicardia, hipertensión, midriasis, sequedad de mucosas,
rubicundez, excitación psicomotriz, retención urinaria.

Tratamiento

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Hidratación. Sedación con benzodiazepinas si la agitación es marcada. Control
clínico.
Reposo en lugar tranquilo y con mínimos estímulos.

104
BIBLIOGRAFÍA

 DROGODEPENDENCIAS. Farmacología. Patología. Psicología. Legislación. 3° edición. De


Fernández, Quesada, Leza cerro, Hernández. Ed. Panamericana 2009.
 ATENCION PRIMARIA EN SALUD “Ante el consumo problemático de drogas”. Plan Provincial de
adicciones. Dirección General de Salud Mental. Ministerio de Salud. Gobierno de Mendoza. 2011.
 DSM IV, “Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales”, Masson S.A., 1995.
 Clasificación Internacional de Enfermedades 10°
 CIE 10° REVISION
 LOPEZ, Luis; HERRERA, Karina; ROJAS GILES, Alejandra; MERINO, ISABEL; “Las Drogas”, Argentina,
1999.
 MANUAL DE ADICCIONES para médicos especialistas en formación. Cesar Pereiro Gomez (editor).
Ministerio de Sanidad y politica social, Gobierno de España. 2010.
 INFORME SOBRE CANNABIS. Comisión Clínica de la Delegación del Gobierno para el plan nacional
sobre drogas. 2006. Ministerio de Sanidad y consumo. Secretaría general de sanidad. Plan
nacional sobre drogas. Madrid. España.
 GUIA SOBRE DROGAS. Ministerio de Sanidad y consumo. Secretaría General de Sanidad. Plan
nacional de drogas. 2007. Madrid. España.

105
Taller Nº 6
Consumo excesivo de alcohol

Licenciado en Psicología Maximiliano Coria


coriamaxi@hotmail.com

CONCEPTOS GENERALES

“La familiaridad de todos con vinos y licores excusa epígrafes sobre posología,
efectos subjetivos y usos sensatos. La cultura occidental ha logrado convertir la elaboración de
estos fármacos en un arte, tan sutil como diversificado, y la larga experiencia con ellos ha
permitido que bastantes sepan disfrutar sus virtudes, eludiendo a la vez sus principales
desgracias. No obstante, nuestra cultura paga un precio considerable por los favores de
Dionisio/Baco, que se hace presente como violencia, embrutecimiento, graves males orgánicos e
infinidad de accidentes ulteriores, derivados básicamente de esas tres cosas.
Sin duda porque solemos ver en las bebidas alcohólicas algo positivo o negativo de
acuerdo con su uso por seres humanos determinados, y no como algo siempre bueno o siempre
malo en sí, cuando abrimos los principales textos científicos sobre alcoholismo no nos
encontramos con una definición de las propiedades farmacológicas del alcohol, sino con
conceptos dirigidos a perfilar la personalidad básica o constelación social del alcohólico. Se trata
de un tema muy estudiado, donde destacan las interpretaciones psicoanalíticas («madre mala»,
«madre sobreprotectora», angustia de castración, complejo de Edipo, codicia oral, celos,
ambigüedad sexual, narcisismo), las hereditarias y las ambientales.
Es una lástima que no apliquemos el mismo criterio a otras sustancias psicoactivas,
iluminando lo que de otro modo quedará sumido permanentemente en sombras”.

Antonio Escohotado Historia General de las Drogas.

106
El consumo de bebidas alcohólicas aparece en el ser humano desde la prehistoria,
siendo posiblemente la droga más antigua del mundo.
En la mayoría de las culturas, el alcohol es el depresor del sistema nervioso central
utilizado con más frecuencia y el responsable de una morbilidad y una mortalidad considerables.
Pero, ¿qué es el alcohol?
El alcohol o el etanol, es una sustancia que se encuentra en las bebidas que pueden
ser fermentadas, destiladas y artificiales. Las fermentadas se obtienen por la actuación de unas
levaduras microscópicas sobre frutos o granos: uva, manzana, cebada o arroz. Las más conocidas
son: el vino (8 a 23 grados), la cerveza (3 a 10 grados), los vermouth y aperitivos (14 a 24 grados,
la sidra (2 a 3 grados).
Las destiladas o aguardientes se producen mediante la destilación de una bebida
fermentada, con lo que, al eliminarse parte de su contenido en agua, se eleva la graduación de
alcohol. Entre ellas está el coñac o brandy (38 a 42 grados), la ginebra y el aguardiente (40 a 50
grados) y el ron (45 a 70 grados).
Las artificiales o licores se obtienen al mezclar alcohol con otros elementos, en
especial agua, azúcar y diversas sustancias aromáticas. Entre ellas están el benedictine, curaçao,
etc. (todas entre 25 y 50 grados).
El alcoholismo es un término que se emplea como un sinónimo de la adicción al
alcohol, que puede consistir en la dependencia o el abuso de esta sustancia.
Hay que diferenciar el Alcoholismo AGUDO (ebriedad), del Alcoholismo CRÓNICO. El
Agudo es la consecuencia de la ingestión masiva de bebidas alcohólicas, en algún momento
determinado, pudiendo ser un consumo esporádico. El Crónico deriva de la intoxicación lenta y
progresiva que constituye una auténtica enfermedad. La intoxicación aguda no depende de la
cantidad de alcohol ingerido sino de la concentración alcohólica en los tejidos.
Para la OMS (Organización Mundial de la Salud) serían alcohólicos, aquellos
bebedores excesivos cuya dependencia del alcohol hubiese alcanzado tal nivel que diera lugar a
claros trastornos mentales y somáticos o a conflictos en sus relaciones interpersonales, sus
funciones sociales y laborales. Considera la población de riesgo aquella que consume más de 80
g de alcohol diario.
La alcoholemia es todo el alcohol que el hígado no es capaz de absorber, pasa a la
sangre y de allí va directamente al cerebro, afectando al sistema nervioso central. Existe una
enzima en el cuerpo llamada “aldehído deshidrogenasa” que se encarga de absorber o destruir
el alcohol, pero no todas las personas la poseen por igual. En el caso del hombre, esta enzima

107
está ubicada en la mucosa del estómago y en el hígado; en el caso de la mujer, solamente en el
hígado. Por lo tanto, un hombre puede llegar a absorber el 25% de lo que consume en el
estómago y la mujer no; por eso, la mujer es menos resistente a sus efectos.
En efecto, una vez absorbido, el alcohol pasa a la sangre y se distribuye por todos los
líquidos del organismo; aparece en la sangre a los 5 o 10 minutos después de la ingestión, y llega
al máximo a los 30 a 90 minutos, para descender luego. Debido a la variación individual, se
establece la concentración crítica de alcohol en la sangre, indicadora de intoxicación (ebriedad)
es de 250 mg/100 cm³ o 2,5 mg/l.
La ingestión se torna anormal cuando antes de eliminar la dosis anterior se reitera la
siguiente. Lo que daña es la repetición regular y continua de una misma falla alimenticia y el
alcohol se convierte en un factor de desequilibrio nutricional. Así mismo, como el alcohol se
distribuye por toda el agua del organismo, la dosis de 1 cm³ o 0.8 g por kilo de peso producirá
una concentración un poco mayor de 1 g/kg aproximadamente. A partir de estos datos puede
calcularse que una persona de 70 Kg. es necesario que ingiera alrededor de 150 cm³ de alcohol,
o sea unos 300 cm³ de whisky o coñac, 1.5 litros de vino o unos 3 litros de cerveza para alcanzar
la concentración crucial de 250 mg/100 cm³. En general, el organismo adulto promedio, es capaz
de metabolizar aproximadamente una bebida por hora, puesto que el nivel de alcoholemia suele
disminuir en una proporción de 15-20 mg/dl/hora o 30 cm³ cada 3 horas y con un límite diario
de 450 cm³. Los signos y síntomas de la intoxicación probablemente son más intensos cuando
los niveles de alcoholemia van aumentando que cuando van disminuyendo.
En definitiva, la dependencia es el trastorno adictivo más grave y mejor definido. La
dependencia fisiológica indica la existencia de procesos neuroadaptativos, influye sobre los
patrones de consumo, se asocia con recaídas frecuentes y suele requerir un tratamiento
específico.

Los criterios de dependencia y abuso de alcohol son los siguientes:

Alcohol dependencia

Un patrón des adaptativo de consumo de alcohol que conlleva un deterioro o


malestar clínicamente significativos, expresado por tres (o más) de los ítems siguientes en algún
momento de un período continuado de 12 meses:

108
Tolerancia, definida por cualquiera de los siguientes ítems: (a) una necesidad de
cantidades marcadamente crecientes de alcohol para conseguir la intoxicación o el efecto
deseado (b) el efecto de las mismas cantidades de alcohol disminuye claramente con su
consumo continuado.
Abstinencia, definida por cualquiera de los siguientes ítems: (a) el síndrome de
abstinencia característico (b) se toma alcohol para aliviar o evitar los síntomas de abstinencia.
El alcohol es tomado con frecuencia en cantidades mayores o durante un período
más largo de lo que inicialmente se pretendía.
Existe un deseo persistente o esfuerzos infructuosos de controlar o interrumpir el
consumo de alcohol.
Se emplea mucho tiempo en actividades relacionadas con la obtención de alcohol (p.
ej., desplazarse largas distancias), en el consumo de alcohol (p. ej., tomarse un traguito tras
otro) o en la recuperación de los efectos del alcohol.
Reducción de importantes actividades sociales, laborales o recreativas debido al
consumo de alcohol.
Se continúa tomando alcohol a pesar de tener conciencia de problemas psicológicos
o físicos recidivantes o persistentes, que parecen causados o exacerbados por el consumo de
alcohol (p. ej., continuada ingesta de alcohol a pesar de que empeora una úlcera).

Abuso de alcohol

Un patrón des adaptativo de consumo de alcohol que conlleva un deterioro o


malestar clínicamente significativos, expresado por uno (o más) de los ítems siguientes durante
un período de 12 meses:
 Consumo recurrente de sustancias, que da lugar al incumplimiento de
obligaciones en el trabajo, la escuela o en casa (p. ej., ausencias repetidas o rendimiento
pobre relacionados con el consumo de alcohol; ausencias, suspensiones o expulsiones de
la escuela relacionadas con el alcohol; descuido de los niños o de las obligaciones de la
casa)
 Consumo recurrente de alcohol en situaciones en las que hacerlo es
físicamente peligroso (p. ej., conducir un automóvil o accionar una máquina bajo los

109
efectos del alcohol) problemas legales repetidos relacionados con el alcohol (p. ej.,
arrestos por comportamiento escandaloso debido al alcohol)
 Consumo continuado de alcohol, a pesar de tener problemas sociales
continuos o recurrentes o problemas interpersonales causados o exacerbados por los
efectos del alcohol (p. ej., discusiones con la esposa acerca de las consecuencias de la
intoxicación, o violencia física)

ASPECTOS CLINICOS DEL ALCOHOLISMO

Los efectos del alcohol dependen de diversos factores:


La edad (beber alcohol mientras el organismo todavía se encuentre madurando es
especialmente nocivo) El peso (afecta de modo más severo a las personas con menor masa
corporal) El sexo (por factores fisiológicos, la tolerancia femenina es, en general, menor que la
masculina) La cantidad y rapidez de la ingesta (a más alcohol en menos tiempo mayor
intoxicación) La ingestión simultánea de comida (el estómago lleno, sobre todo de alimentos
grasos, dificulta la intoxicación) La combinación con bebidas carbónicas (tónica, Coca-Cola, etc.)
que aceleran la intoxicación.
Los comportamientos y síntomas que componen el cuadro clínico de alcoholismo
son los siguientes:
Patrón des- adaptativo de consumo de alcohol
Consiste en consumir alcohol en demasía o en situaciones inadecuadas ¿Cómo se
mide el consumo?
Es importante conocer el tipo de bebida que se consume, ya que el contenido de
alcohol no es el mismo en todas las bebidas y tendrá utilidad para calcular la cantidad de alcohol
puro ingerido al cabo del día. En cada envase, viene indicado el grado alcohólico, por ejemplo
12º significa que en 1000 ml o cc de bebida hay 120 ml o cc de alcohol de 96º.
La unidad de bebida estándar (UBE) es el contenido de alcohol puro de cada
consumición de vino o cerveza que se sirve en los locales públicos. En nuestro medio, el valor de
cada UBE es de aproximadamente 10 g. Las copas de bebidas destiladas contienen 20 g de
alcohol puro, es decir, 2 UBE.
La medida de consumo es imprescindible para conocer la intensidad con la que el
etanol ha ejercido sus efectos biológicos sobre el sistema nervioso central y todo el organismo

110
en general. El “consumo de riesgo” está comprendido entre 40 y 60 g/día para los varones y 20 y
40 g/día para las mujeres. Una ingesta superior se considera “consumo perjudicial” porque
causa indefectiblemente algún tipo de daño.

En resumen:
Gramos Consumo de riesgo
Consumo de: UBE de
Hombres Mujeres
Alcohol
De 4 a 6 De 2 a 4
Vino o Cerveza 1 10 g
consumiciones/día consumiciones/día
De 2 a 3 De 1 a 2
Fernet, Ron, Whisky, etc. 2 20 g
consumiciones/día consumiciones/día

1) Intoxicación

La intoxicación suele ser un síntoma de abuso o dependencia, pero se puede


producir en personas que no sufren alcoholismo. La característica esencial de la intoxicación
alcohólica es la presencia de un cambio psicológico o comportamental des adaptativo
clínicamente significativo (sexualidad inapropiada, comportamiento agresivo, labilidad
emocional, deterioro de la capacidad de juicio y deterioro de la actividad laboral o social) que
aparece durante la ingestión de alcohol o poco tiempo después.
Estos cambios se acompañan de lenguaje farfullante, falta de coordinación, marcha
inestable, nistagmo, deterioro de la atención o la memoria, estupor o coma. Los síntomas no son
debidos a enfermedad médica y no se explican mejor por otro trastorno mental. La falta de
coordinación puede interferir la capacidad de conducir hasta el punto de provocar accidentes.
La demostración de que la persona ha bebido se puede conseguir por el olor de su
aliento, por la historia obtenida a través de la información del propio sujeto u otro acompañante
e incluso, si es necesario, practicando análisis de orina y de sangre.

2) Tolerancia

111
Los efectos del alcohol dependen de la cantidad presente en la sangre (tasa de
alcoholemia, medida en gramos por litro de sangre)
La desinhibición del comportamiento aparece con una alcoholemia de 0.5 mg/l (cifra
máxima permitida a los conductores) 0.5 g/l: euforia, sobrevaloración de facultades y
disminución de reflejos. Si los valores ascienden a 2 g/l, se producen ataxia y descoordinación
motora graves; si es de 3 g/l, corresponde a un cuadro de confusión y estupor; y el coma o la
muerte por depresión respiratoria o aspiración del vómito se observa en concentraciones de 4-5
g/l.
La ausencia de signos como incoordinación motora o ataxia con una alcoholemia de
1.5 g/l, demuestra que existe tolerancia. La tolerancia se desarrolla por mecanismos
farmacocinéticos y farmacodinámicos que reducen la cantidad de alcohol que accede al sistema
nervioso central y reducen la respuesta neuronal a los efectos del alcohol, respectivamente.
En términos más sencillos, es la necesidad de consumir más alcohol para obtener el
efecto deseado o la disminución de los efectos con la cantidad habitual de consumo.

3) Abstinencia

La característica esencial de la abstinencia alcohólica es la presencia de un


SÍNDROME DE ABSTINENCIA característico que se desarrolla después de interrumpir o reducir el
uso prolongado de grandes cantidades de alcohol.
El síndrome de abstinencia incluye dos o más de los siguientes síntomas:
hiperactividad autonómica (p. ej., sudoración o pulsaciones por encima de 100); aumento del
temblor distal de las manos; insomnio; náuseas o vómitos; alucinaciones visuales, táctiles o
auditivas transitorias, o ilusiones; agitación psicomotora; ansiedad, y crisis epilépticas. Los
síntomas pueden provocar un malestar clínicamente significativo o un deterioro de la actividad
laboral, social y de otras áreas importantes de la actividad del sujeto. Los síntomas se alivian con
frecuencia tras la administración de alcohol u otros depresores del sistema nervioso central.
Los síntomas de abstinencia empiezan cuando las concentraciones de alcohol en la
sangre disminuyen bruscamente (p. ej., entre 4 y 12 horas) después de haber interrumpido o
reducido la bebida. Sin embargo, los síntomas de abstinencia pueden aparecer tras largos
períodos de tiempo (p. ej: unos días). Debido a la vida media corta del alcohol, los síntomas de
abstinencia alcanzan su mayor intensidad durante el segundo día de abstinencia y mejoran de

112
forma marcada al cuarto o quinto día. Sin embargo, a los síntomas de abstinencia pueden seguir
síntomas de ansiedad, insomnio y disfunción autonómica en distintos grados de intensidad
durante períodos de 3 a 6 meses.
Menos del 5 % de las personas presentan síntomas de abstinencia más graves (p. ej:
hiperactividad autonómica intensa, temblores y delirium por abstinencia de alcohol). Las crisis
comiciales de “gran mal” aparecen en menos del 3 % de las personas. El delirium por abstinencia
de alcohol incluye alteraciones cognoscitivas y de la conciencia, y también alucinaciones
visuales, táctiles o auditivas («delirium tremens»). Cuando aparece el delirium por abstinencia es
probable que exista una enfermedad médica asociada (p. ej: insuficiencia renal, neumonía,
hemorragia digestiva, secuelas de traumatismos craneales, hipoglucemia, alteraciones del
equilibrio electrolítico o estado postoperatorio).

4) Deterioro de la capacidad de control de la ingesta

La falta de control se hace evidente cuando la persona se propone no beber y


termina haciéndolo (incapacidad de abstenerse), o no consigue beber de la manera que
previamente había planificado y cuando desea reducir o interrumpir el consumo de alcohol, no
lo consigue (incapacidad de detenerse). Estos elementos son los que también define lo que se
conoce como USO COMPULSIVO de alcohol.

5) Complicaciones sociales

La ingesta de etanol y los estados de intoxicación ocupan cada vez más tiempo y no
dejan lugar para el desarrollo de otras actividades. Al principio, la ingesta se limita a los períodos
de descanso; después aparecen las resacas o los síntomas de abstinencia y se producen
accidentes, enfermedades o complicaciones psiquiátricas. Esto, deteriora gravemente el
rendimiento laboral, específicamente por tres vías: ausentismo, accidentología y disminución del
rendimiento y acaba por originar graves problemas económicos.
El comportamiento agresivo, la labilidad emocional, el deterioro de la capacidad de
juicio y la sexualidad inapropiada, afectan directamente a las relaciones interpersonales.

113
El alcoholismo es una la causa principal de violencia en el ámbito familiar y fuera de
él; además, no sólo afecta a las personas que sufren la adicción, sino que también el resto de la
comunidad sufre directa o indirectamente el problema. El 30 - 50 % de los accidentes de tráfico
con víctimas mortales se atribuyen a la ingesta excesiva o inadecuada de alcohol.
La intoxicación alcohólica grave, especialmente en sujetos con trastorno antisocial
de la personalidad, se asocia con la ejecución de actos criminales. Por ejemplo, más de la mitad
de todos los asesinatos y sus víctimas se cree que presentaban intoxicación por alcohol en el
momento del asesinato. La intoxicación alcohólica grave contribuye también a la desinhibición y
a los sentimientos de tristeza e irritabilidad que contribuyen a los intentos de suicidio y a los
suicidios consumados. Los trastornos relacionados con el alcohol contribuyen al ausentismo
laboral, a los accidentes laborales y a la disminución de la productividad.

7) Complicaciones orgánicas

Se producen por los efectos tóxicos directos del alcohol sobre las membranas
celulares (MICROMOLECULARES) y como consecuencia de accidentes, malnutrición, falta de
cuidados, tabaquismo y otras adicciones (MACROMOLECULARES). Además, son muy
importantes los factores de vulnerabilidad individual. Las personas con dependencia alcohólica
crónica pueden presentar una disminución del tamaño testicular y signos de feminización a
causa de la disminución de los niveles de testosterona.
Las complicaciones más características son las siguientes:
 Sistema digestivo: en el esófago disminuyen la frecuencia de amplitud de
las ondas peristálticas y la presión del esfínter inferior. En el estómago puede aparecer
gastritis aguda y con el reflujo gastroesofágico se altera la mucosa del esófago,
produciéndose una lesión con riesgo de malignización. La pancreatitis alcohólica aguda
que cursa con náuseas, vómitos, fiebre, etc., que puede evolucionar a una crónica que
cursa con diabetes. La hepatitis alcohólica que puede evolucionar a la cirrosis alcohólica.
 Sistema cardiovascular: eleva la presión arterial, altera las propiedades
electrofisiológicas del corazón (estas arritmias suelen manifestarse junto a la ingesta),
insuficiencia cardíaca, etc.
 Sistema hematológico: altera el desarrollo y maduración de los
componentes celulares de la sangre. El 75% de los alcohólicos sufren anemias.

114
 Sistema osteomuscular: el consumo excesivo de alcohol es la segunda
causa de osteoporosis en la población general y la primera en los varones; se desarrolla
por malabsorción de calcio, vitamina D y otros nutrientes.
 Sistema neurológico: los efectos más persistentes del sistema nervioso
central incluyen déficit cognoscitivo, deterioro grave de la memoria y cambios
degenerativos en el cerebelo. Estos efectos están relacionados con la deficiencia de
vitaminas (en especial déficit de vitamina B, incluyendo el de tiamina). El síndrome de
Wernicke se produce por déficit de tiamina y su clínica consta de nistagmo, ataxia,
oftalmoplejía y delirium; el síndrome de Korsakoff que es un trastorno amnésico, en el
que está gravemente deteriorada la capacidad para procesar nuevos datos en la
memoria; entre otros.
 Metabolismo: el alcohol produce hipoglucemia porque aumenta la
secreción de insulina e inhibe la captación de glucosa. La ingesta excesiva de alcohol,
aumenta la excreción renal de magnesio, calcio y potasio.
 Complicaciones infecciosas y oncológicas: las infecciones que con más
frecuencia sufren los alcohólicos son las hepatitis B y C, la neumonía, la tuberculosis, la
peritonitis, la endocarditis y la meningitis bacteriana. El consumo excesivo de alcohol es
un factor de riesgo muy importante para el desarrollo de cáncer en la cavidad oral,
faringe, esófago, estómago, hígado, colon y recto.
 Síndrome alcohólico fetal: el alcohol atraviesa la barrera placentaria y
puede inducir abortos espontáneos. Los niños afectados por este trastorno, sufren
retraso en el crecimiento intrauterino, talla pequeña persistente, microcefalia moderada
y dismorfia facial; además, son muy frecuentes el retraso mental, la hiperactividad y las
alteraciones de la coordinación.

8) Complicaciones psicopatológicas

Los efectos biológicos del alcohol sobre el sistema nervioso central pueden inducir
nuevos trastornos mentales y agravar los ya existentes; además, sufren con frecuencia otras
adicciones.
En cuanto a los trastornos mentales inducidos por alcohol, la mayoría surgen tanto
durante la intoxicación, como durante la abstinencia. Estos son:

115
Delirium: el más conocido es el delirium tremens que comienza entre 3 y 4 días
después de interrumpir la ingesta y se acompaña de temblor en manos o lengua, sudación,
ansiedad y taquicardia. Los trastornos perceptivos visuales vívidos y corpóreos poseen muchas
veces un contenido terrorífico y suscitan una intensa reacción emocional. Son característicos las
zoopsias y el delirio ocupacional.
Demencias: el efecto tóxico del alcohol puede causar demencia; no obstante, más
del 60% de los alcohólicos desintoxicados sufren un deterioro cognitivo leve que no puede
considerarse demencia.
Otras adicciones: en la dependencia del alcohol y el abuso de alcohol puede
encontrarse también el uso o abuso de otras sustancias como Cannabis (marihuana), cocaína,
anfetaminas, sedantes, hipnóticos y ansiolíticos, y nicotina. El alcohol puede usarse para aliviar
los efectos secundarios del uso excesivo, para combinarlas o para sustituirlas o intercambiarlas
entre ellas.

ETIOLOGÍA

La relación que un sujeto tiene con un objeto, en este caso, con el alcohol, puede ser
de uso, abuso o dependencia. Por lo que no podemos considerar el alcoholismo como una
enfermedad que se trasmite genéticamente, ni por predisposición, ni por factores psicológicos o
sociales estáticos.
Entendemos que la forma en que los sujetos pueden relacionarse con este u otros
objetos de consumo puede ser compulsiva y perjudicial para la salud, dependiendo del caso por
caso y de las circunstancias siempre particulares de los sujetos y sus vinculaciones con el medio.
Si bien la ciencia se empeña en determinar generalizaciones, adherir a ellas coloca a
la problemática, a los sujetos, a sus familias y a la cultura en una visión reduccionista y
estigmatizante. La etiología de esta problemática podemos ubicarla junto a las otras sustancias,
como dice Sigmund Freud:
“Tal como nos ha sido impuesta, la vida nos resulta demasiado pesada, nos depara
excesivos sufrimientos, decepciones, empresas imposibles. Para soportarla, no podemos
pasarnos sin lenitivos («No se puede prescindir de las muletas», nos ha dicho Theodor Fontane).
Los hay quizá de tres especies: distracciones poderosas que nos hacen parecer pequeña nuestra
miseria; satisfacciones sustitutivas que la reducen; narcóticos que nos tornan insensibles a

116
ella”… “El más crudo, pero también el más efectivo de los métodos destinados a producir tal
modificación, es el químico: la intoxicación. No creo que nadie haya comprendido su
mecanismo, pero es evidente que existen ciertas sustancias extrañas al organismo cuya
presencia en la sangre o en los tejidos nos proporciona directamente sensaciones placenteras,
modificando además las condiciones de nuestra sensibilidad de manera tal que nos impiden
percibir estímulos desagradables. Ambos efectos no sólo son simultáneos, sino que también
parecen estar íntimamente vinculados. Pero en nuestro propio quimismo deben existir asimismo
sustancias que cumplen un fin análogo, pues conocemos por lo menos un estado patológico -la
manía- en el que se produce semejante conducta, similar a la embriaguez, sin incorporación de
droga alguna”.

FACTORES SOCIALES

El consumo de alcohol en sociedades capitalistas, con las contradicciones mismas


del sistema, con su lógica de funcionamiento, tanto al estar excluidos o incluidos de la función
productiva supone que muchos ciudadanos se sientan alienados en su propia sociedad. El
consumo de alcohol es sin duda el consumo mas tolerado y naturalizado al mismo tiempo que es
el consumo que epidemiológicamente más problemas aparejados trae. Es una droga legal,
aceptada y popular debido tanto a criterios históricos como comerciales pero por esto no se
puede ocultar el grave problema que su consumo genera cuando este se torna problemático.
Las ideologías en relación al consumo de alcohol que determinan en parte las formas
de vincularnos con el mismo son:
1- ) El significado que tiene el alcohol para determinados grupos sociales o
profesionales: fuerza, virilidad.
2- ) Presión social a la que está sometido el individuo donde la abstinencia se juzga
como propio de débiles y de enfermos. Especialmente en la etapa de la adolescencia.
3- ) Publicidad a favor del alcohol. No hay prácticamente lugar de diversión, de
vacaciones, de juventud donde la publicidad de las bebidas alcohólicas no esté presente.
Para algunos autores el motivo principal para el consumo de alcohol en los hombres,
no es el alivio de tensión, sino el afán de sentirse más fuerte, más macho, y las mujeres tratan de
reforzar su feminismo. También aquí se incluyen las actitudes culturales acerca de la bebida y los
bebedores, la disponibilidad de acceso al alcohol (incluyendo su precio), las expectativas de los

117
efectos del alcohol sobre el estado de ánimo y el comportamiento, las experiencias personales
adquiridas por el alcohol y el estrés.
Por su parte, investigaciones demuestran que los jóvenes de nuestra sociedad,
toman bebidas alcohólicas:
 para sentirse bien y divertirse
 para descansar y olvidar el estrés
 para escapar
 porque les gusta el sabor de las bebidas alcohólicas
 para estar más a gusto en reuniones
 para ser parte del grupo
 para emborracharse y tener otras experiencias

FACTORES BIOLÓGICOS

Formulaciones Fisiológicas consideran que el organismo del alcohólico funcionaría


mejor en presencia del tóxico. Esto se debería a un error genético en la utilización de algún
elemento nutricional, esta deficiencia se vería aliviada por la ingesta de alcohol. Se supusieron
también carencias de elementos concretos (sodio, cinc, magnesio) así como posibles
insuficiencias endocrinas. Teoría en la que se basan muchos psiquiatras para sostener que
algunos sujetos buscan a través de una sustancia, una forma de medicar aquello que de alguna
forma les resulta molesto.

FACTORES PSICOLÓGICOS

Las investigaciones apuntan a un sistema etiológico multidimensional, en el que la


pluralidad de factores implicados estaría en relación con los diferentes tipos de alcoholismo o las
diferentes formas que la enfermedad alcohólica puede adoptar; además, no todas las personas
que consumen alcohol, son alcohólicas.
Deseo (craving) de beber: el núcleo psicopatológico de la adicción
La manifestación característica del síndrome de dependencia es el deseo (a menudo
intenso y a veces insuperable) de ingerir la sustancia, junto con una reducción de la capacidad

118
de controlar tal deseo. Entre los pacientes alcohólicos, el consumo de la primera copa entraña
un gran riesgo, porque se produce un incremento importante del deseo de beber. El deseo y la
capacidad de control son valoraciones subjetivas del paciente o inferencias del observador.
Personalidad
No se ha identificado un tipo de personalidad especialmente vulnerable al
alcoholismo. Sin embargo el bebedor enfermo psíquico y el bebedor alcoholómano, presentan
con mucha frecuencia antecedentes significativos de impulsividad o ansiedad. Las personas
impulsivas adolecen de una capacidad reducida para controlar sus impulsos.
Formulaciones de la Teoría del Aprendizaje
El alcohol posee un efecto ansiolítico importante que por un mecanismo de
condicionamiento operante puede intervenir en la adquisición del hábito. El individuo
angustiado por problemas personales o ambientales descubre en la bebida un efecto ansiolítico
inmediato y la conducta de beber resulta reforzada. Junto a este hecho debe existir también una
deficiencia nutricional para que el alcoholismo se instaure como conducta habitual.

FORMAS ESPECIALES DE ALCOHOLISMO

Alcoholismo en la tercera edad: en realidad, el pronóstico es a veces mejor que el del


alcoholismo de la persona joven, por lo que su tratamiento debe siempre intentarse. Es
frecuente que esta forma de alcoholismo pase inadvertida.

Alcoholismo femenino: se caracteriza por un hábito de bebida solitario y clandestino,


cargado de sentimientos de culpa. Su inicio es, en general algo tardío. La mujer presentaría
frente al alcohol una vulnerabilidad fisiológica y una mayor propensión al desarrollo de la
cirrosis hepática. Son peores sus consecuencias psicosexuales, mayor el número de intentos de
suicidio y de suicidios consumados, de cuadros paranoides crónicos y de psicosis de korsakov. La
absorción de alcohol es más rápida durante el período premenstrual y reduce la tensión de éste,
por lo que el consumo de alcohol en estos períodos puede verse incrementado.

Alcoholismo en los jóvenes: se ha registrado un descenso en la edad del primer


consumo. Entre los jóvenes con mayor riesgo de acabar desarrollando problemas relacionados
con el alcohol, Bernard ha señalado

119
Jóvenes cuyos padres son consumidores importantes de alcohol.
Aquellos que presentan dificultades escolares.
Los que estando capacitados no encuentran empleo.
Los que por razones bioquímicas tienen una tolerancia menor al alcohol.
Los jóvenes alcohólicos tienen mayor tendencia al neurotismo y al suicidio y sufren
un número mayor de detenciones por embriaguez, conductas violentas, robos o por conducir
bajo los efectos de la bebida.

ALGUNAS GENERALIDADES

En términos generales hay una serie de síntomas dependientes de la cultura, la edad


y el sexo. Las tradiciones culturales que fomentan el consumo del alcohol en la familia, en la
religión y en la vida social, especialmente durante la infancia, afectan tanto los patrones de
consumo de alcohol, como la probabilidad de que se presenten problemas relacionados con él.
Los patrones de consumo de alcohol en diferentes países se caracterizan por las
acusadas diferencias en la cantidad y frecuencia de su consumo. En muchas culturas asiáticas la
prevalencia global de los trastornos relacionados con el alcohol es relativamente baja; en
cambio, la proporción varones a mujeres es alta. Estos hallazgos parecen estar relacionados con
la ausencia, en casi el 50 % de los japoneses, chinos y coreanos, del aldehído-deshidrogenasa
responsable del metabolismo del alcohol a través del acetaldehído. Cuando estos sujetos
consumen alcohol experimentan rubefacción facial y palpitaciones, lo que disminuye la
probabilidad de un consumo excesivo. En Estados Unidos los blancos y los afroamericanos
presentan la misma proporción de abuso y dependencia; los latinos presentan proporciones más
altas, siendo la prevalencia menor entre las mujeres latinas que entre las mujeres de otros
grupos étnicos.
Aunque es difícil separar causa y efecto, el bajo nivel educacional, la falta de empleo
y un bajo status socioeconómico se asocian con trastornos relacionados con el alcohol. Los años
de escolaridad no son importantes en la determinación del riesgo de problemas alcohólicos,
pero sí lo es el hecho de que la escolaridad no se culmine (p. ej., quienes abandonan la escuela
presentan una mayor proporción de trastornos relacionados con el alcohol).

120
Entre los adolescentes, el trastorno disocial y el comportamiento antisocial
reiterativo coexisten con frecuencia con el abuso o dependencia alcohólica y con otros
trastornos relacionados con sustancias.
Los cambios físicos de la vejez producen un aumento de la susceptibilidad cerebral a
los efectos depresores del alcohol, disminuyen el metabolismo hepático de algunas sustancias,
entre las que se incluye el alcohol, y reducen el porcentaje de agua en el organismo. Estos
cambios pueden provocar que la gente mayor presente intoxicaciones más graves y, por
consiguiente, problemas con menores niveles de consumo. En los ancianos, los problemas
relacionados con el alcohol tienen mayor probabilidad de asociarse con otras complicaciones
médicas.
El abuso y la dependencia del alcohol son más frecuentes en varones que en
mujeres, en una proporción 5:1. Sin embargo, esta proporción varía en función de la edad. Las
mujeres tienden a empezar más tarde el consumo abundante de alcohol en comparación con los
varones y, por tanto, también presentan más tarde los trastornos relacionados con el alcohol.
Una vez establecido el abuso o dependencia alcohólica en las mujeres, progresa con mayor
rapidez, y en la edad media de la vida éstas pueden tener los mismos problemas y en la misma
proporción que los varones (problemas de salud, consecuencias laborales o interpersonales).
Con la misma cantidad de alcohol ingerida/kg de peso las mujeres tienden a
presentar concentraciones de alcohol en la sangre más altas que los varones debido al menor
porcentaje de agua en su organismo, al mayor porcentaje de ácidos grasos y al hecho de que
tienden a metabolizar el alcohol más lentamente (debido, en parte, a los menores niveles de
alcohol- deshidrogenasa en la mucosa del estómago). A causa de estos niveles más altos de
alcohol su salud corre un mayor riesgo que la de los varones (sobre todo en lo que concierne a
problemas hepáticos) cuando el consumo de alcohol es abundante.
Así mismo, es probable que el primer episodio de intoxicación alcohólica aparezca en
la juventud, con una edad de inicio de la dependencia alcohólica entre los 20 y los 30 años. La
primera demostración de abstinencia no aparece probablemente hasta que se han desarrollado
muchos otros aspectos de la dependencia alcohólica.
El abuso y la dependencia del alcohol presentan un curso variable que se caracteriza
frecuentemente por períodos de remisión y de recaídas. La decisión de interrumpir la bebida, a
menudo como respuesta a una situación de crisis, es seguida con toda probabilidad por semanas
o meses de abstinencia. Sin embargo, una vez reanudado el consumo de alcohol reaparecen de
nuevo rápidamente los problemas graves.

121
ANEXO 1

CEEA: Consumo Episódico Excesivo de Alcohol


A lo largo de la historia las bebidas alcohólicas han sido consumidas en muchas
sociedades con diferentes propósitos. Dependiendo de cada cultura, tomar alcohol puede ser un
símbolo de inclusión y/o exclusión al grupo social, un símbolo de celebración o un acto sacro.
El alcohol es una droga psicoactiva legal, ampliamente consumida por los
adolescentes en nuestro país. Se entiende por droga psicoactiva, toda aquella capaz de producir
efectos sobre el sistema nervioso central, alterando la percepción, la conducta y/o el ánimo.
Dado que nadie es igual ante una misma sustancia, los efectos dependen de la
graduación, del contexto, del género, de las expectativas de quien la consume, del estado de
ánimo y de las características psicológicas y corporales. También depende de la cantidad, de la
tolerancia del sujeto, presencia de otras drogas y enfermedades pre- existentes
En la actualidad se reconoce un nuevo modo de consumo, consumo episódico
excesivo de alcohol, especialmente en adolescentes. La OMS recomienda la abstinencia
completa de alcohol en menores de 18 años, debido a que el riesgo de dependencia disminuye
en relación inversa a la edad de inicio de consumo de dichas bebidas. Define como trastornos
relacionados con el alcohol a cualquier deterioro del funcionamiento físico, psíquico y social de
un individuo, cuya naturaleza permite inferir que este consumo mantiene una relación causal
directa o indirecta con dicho trastorno.
Todo consumo en menores de edad y embarazadas es de riesgo
En nuestro país en las últimas décadas se ha observado una variante en el modo de
consumo. El modo de consumo que caracterizaba a los inmigrantes españoles e italianos que
bebían con las comidas, generalmente vino fue dando paso a un consumo episódico, excesivo e
intermitente, generalmente los fines de semana. Las nuevas bebidas son los destilados, cerveza

122
y jarra loca (mezcla de bebidas alcohólicas y psicofármacos) por fuera de las comidas y de la
situación familiar, vinculado a espacios de la nocturnidad.
Definimos el CEEA como la ingestión de gran cantidad de alcohol (60 gr/cc) en una
sola ocasión o en un período corto de tiempo (horas). Esta práctica se registra con mayor
frecuencia los fines de semana, en escenarios nocturnos, por fuera del marco alimentario y del
ámbito de la familia, siendo su motivación principal la búsqueda del estado de embriaguez.
Este tipo de consumo produce significativas alteraciones comportamentales y del
estado de conciencia, ocasionando daños en el individuo que ingiere la sustancia además de
efectos socio-sanitarios negativos (accidentes de tránsito, domésticos, laborales, situaciones de
violencia, prácticas sexuales de riesgo, etc.).
Se ha observado también nuevas formas de incorporación a través de las mucosas,
como gotas oftálmicas o tampones embebidos en alcohol que se introducen en vagina y recto,
entre otros.
300 cc de cerveza = 150 cc de vino = 100/80 cc de ron, whisky, vodka

EPIDEMIOLOGÍA CEEA

En Argentina 1.700.308 personas mayores de 15 años padecen trastornos de abuso


y/o dependencia de alcohol. Es la sustancia psicoactiva de mayor consumo en adolescentes y
una de las primeras sustancias de inicio. Una muestra tomada en estudiantes secundarios arroja
que la edad de inicio en nuestro país es de 13 años. Una buena parte de esta población son
menores de 18 años, lo que resulta llamativo ya que en nuestro país está prohibida la venta a
menores de edad.
El 46,3% ha consumido una bebida alcohólica en el último mes.
El 60% reconoce haber tomado 5 tragos o más en una ocasión en las últimas dos
semanas (2009).
La OMS afirma que entre el 20% y el 50% de las muertes por accidentes de tránsito
en las Américas están relacionados con el alcohol.
“Una de cada 5 muertes en jóvenes están relacionadas con el alcohol” (OMS)

123
ANEXO 2

Ampliación agregados de algunos conceptos de interés:


o Uso: consumo esporádico y circunstancial de una sustancia
o Abuso: se establece cuando el uso se reitera para una misma SPA
(sustancia psicoavtiva) en similares o diferentes situaciones, o cuando se
recurre a diferentes SPA
o Dependencia: se caracteriza por una adaptación psicológica, fisiológica y
bioquímica. Es consecuencia de una exposición reiterada a una SPA
Dependencia psíquica: es la compulsión a repetir el consumo de una SPA para sentir
placer o evitar el displacer que produce la carencia de SPA
Dependencia física: estado de adaptación del organismo que se caracteriza por la
reiteración del consumo para evitar malestares físicos ocasionados por la falta de la sustancia en
el organismo
Consumo de riesgo: nivel o patrón de consumo que acarrea riesgo de consecuencias
perjudiciales para la salud en caso de persistir el ánimo. La OMS sugiere como valores de
referencia un consumo diario de 20 a 40 gr de alcohol para las mujeres y 40 a 60 gr de alcohol
para varones.
Consumo perjudicial: nivel de consumo que afecta la salud de las personas tanto
desde un aspecto físico (cirrosis, gastritis, etc.) como psicológico (por ejemplo, depresiones post
consumo). Como valor de referencia se interpreta como perjudicial un consumo superior a 40 gr
/día
Síndrome de abstinencia: conjunto de signos y síntomas que aparecen relacionados
con la brusca supresión de la administración de SPA
Tolerancia: es la adaptación del organismo por la cual se produce la necesidad de
aumentar la dosis consumida para conseguir el efecto buscado.

124
BIBLIOGRAFÍA

 ALFORJA (Equipo de Educación Popular), “Técnicas Participativas de Educación Popular”, editorial


humanitas, Buenos Aires, 1984.
 BUSTOS, Eleazar y otros, “Alcoholismo. Respuestas desde el hospital público. El modelo GIA”,
Editorial Ciencias y Artes, Mendoza 2001.
 CABELLO, Vicente, “Psiquiatría Forense en el Derecho Penal”, editorial hammurabi.
 DSM IV, “Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales”, Masson S.A., 1995.
 LIMANSKY, Rodolfo. PROFAM, Programa de Educación a Distancia de Medicina Familiar y
Ambulatoria. Unidad de Medicina Familiar y Preventiva. Hospital Italiano de Buenos Aires.
Edición 1997, T III p 221ss.
 MARINS, José F. y otros, “Dinámicas”, editorial “Enrique de Ossó”, México, 2001.
 VALLEJO RUILOBA, J., “Introducción a la Psicopatología y la Psiquiatría”, tercera edición, ediciones
Salvat, México, 1994.
 VILAPRIÑO, Juan José, “Monografía sobre alcoholismo”, sin editar, 2006.
 Programa nacional de Salud Integral en la Adolescente – Dirección Nacional de Salud Mental y
Adicciones. “Lineamientos para la atención del consumo episódico excesivo de alcohol (CEEA) en
adolescentes” año 2012

125
Taller Nº 7
El cuerpo como síntoma de la época
Otras formas del malestar contemporáneo
El cuerpo como efecto de las subjetividades consumidas

Licenciado en Psicología Pablo Requena


pablomrequena@yahoo.com.ar

Breve contextualización de algunos aspectos del malestar actual

Uno de los aspectos propios del proceso denominado globalización es el de producir


modificaciones del lazo social a un ritmo tan vertiginoso que afecta el corazón mismo de la
relación entre hombres y mujeres. Pareciera que no hay lugar en el mundo donde los valores
que regían hasta hace no tanto, en lo que hace a la estructura de la familia y la sociedad, no
hayan sido interpelados. Los dispositivos tradicionales que regulaban las relaciones de los
sujetos con el Estado, pero también las relaciones entre hombre y mujeres entre si, se han visto
fracturados. La ciencia a través de los numerosos objetos de la tecnología ha ido ocupando
progresivamente el lugar que otrora era ocupado por los lineamientos simbólicos tradiciones
(ideales, proyectos), lo que en términos psicoanalíticos se denomina, la declinación del nombre
del padre.
“El escepticismo generalizado del hombre occidental, la caída de los ideales que
otrora sostuvieron el proyecto de vida de generaciones de jóvenes ha colapsado (aunque no
desaparecido)”1. Se ha denominado a esta época como postmodernismo, donde los meta-relato
que organizaban la existencia de los individuos dejan de ser eficaces, dejando sólo un “vacío
rodeado de escepticismo y anclado en un pragmatismo cotidiano”. En la actualidad prima una
ética donde lo único que parece importar es la utilidad, pero utilidad en términos de consumo.
La proliferación de semblantes introducidos por la tecnología y la ciencia producen
un plus de gozar a menudo mucho más a mano (autoerótico) que el que se desprende del
encuentro sexual de un hombre y una mujer, en el que el deseo siempre introduce aspectos que
escapan al cálculo, y cualquier apuesta es puesta en cuestión. A través de los gadgets

1
Sinatra Ernesto, “¿Todo sobre las drogas?”, Grama Ed. Buenos Aires, 2010

126
(dispositivos tecnológicos comercializados a escala planetaria) no entran en juego aspectos
propios del mundo humano del lenguaje, como la frigidez femenina, ni la impotencia masculina
o las dificultades en el amor: es decir que en el goce autoerótico que se proveen, se forcluye, se
deja por fuera de la posibilidad de simbolización, la puesta en acto del deseo singular.
Ernesto Sinatra refiere que “las transformaciones actuales de los semblantes
producen nuevos síntomas sociales: toxicomanía y anorexia –pero no menos ataque de pánico,
bulimia, depresión y estrés- son algunos de sus nombres de goce. Pero la existencia de síntomas
sociales es a la vez una consecuencia de la amenaza que pesa sobre el lazo social que colectiviza
a los individuos. Los ideales han sido devorados por el plus de gozar, consecuencia es que
prevalece la dimensión autista del síntoma. Es por ello que el toxicómano deviene emblemático
del modo de gozar contemporáneo: es un goce cínico-canalla en el que el usuario pasa del otro,
de los otros semejantes –y del cuerpo del Otro- para encontrar refugio en la infiltración del goce
en el propio cuerpo”2.
En la actualidad la tecnología de última generación ofrece infinidad de gadgets que
se introducen en el punto exacto de la falla estructural del sexo para ofrecer renovados modos
de gozar, que se acercan cada vez más a la realización de una sexualidad virtual, pero que
sobretodo, enmascaran sutilmente una vertiente mucho más próxima al autoerotismo.
Las consecuencias inmediatas del vaciamiento y decadencia de los ideales en la
postmodernidad producen y muestran un goce que se presenta desencarnadamente, agitado,
sin anclajes ciertos, pero a la vez, sin regulación ni medida. El autor también menciona que “la
soledad globalizada encuentra su razón de existir en la época en la que los ideales han sido
devorados por el plus de gozar, mostrando el predominio de la dimensión autista del síntoma” 3.
Cita la canción de Gustavo Cordera, ex Bersuit Verbarabat, “Por las noches la soledad
desespera…”. Individuos, uno más entre todos, casi sin particularidades, ya sin ideales en los que
sostenerse, que al finalizar su día y al desprenderse de sus “gadgets cotidianos”, entre ellos,
sustancias, tecnología, etc. se encuentran inexorablemente solos, es decir, “sin partenaire
vestido por el amor, sino sin ningún acumulador ya para su plus de gozar. La soledad es tan
tóxica como el goce que no puede pasar al Otro”.

2
Ibídem
3
Ibídem

127
La globalización de los consumidores

La industria farmacológica en los últimos años ha logrado penetrar en un espectro


del mercado otrora soñado, extendiendo su radio de impregnación y rompiendo las barreras
que sólo la especificaban para la enfermedad. El mercado de la salud, ya no sólo el de la
enfermedad, ofrecen un marco para que esta industria se polarice como uno de los poderes
hegemónicos de la actualidad. Mediante la oferta masiva de vitamínicos (de los más variados,
pero también cremas preventivas, medicamentos que mejoran la concentración, el rendimiento,
etc), ha ido creciendo de un modo inimaginado, extendiendo el segmento consumidor ya no a
los enfermos…sino a los sanos. La categoría sano- enfermo deja de ser una categoría
orientadora…y emerge como un resultado impactante el “Todos consumidores”. Con estos
planteos se enmarca lo que se considera una “toxicomanía generalizada”. El aplastamiento de la
subjetividad por esta globalización farmacológica es un indicador que no puede pasar
desapercibido. Frases como “No digo que estés enfermo, pero con esto podrías dormir mejor”,
ilustran de alguna manera algo de esto. En este sentido, hay numerosos ejemplos que se
presentan, tanto como las drogas lícitas ofrecidas para remediar “lo que no tiene remedio: la
contingencia del deseo humano, lo perecedero de la vida, la falta de armonía entre los sexos…4”
Esto mismo tiene como consecuencia una forma de “depresión contemporánea”,
promovida por los laboratorios internacionales que encubre la soledad real que el imperio del
capitalismo induce por medio del mercado consumista. “El imperio del tener acrecienta su
figura. El tanto tienes, tanto vales, adquiere un protagonismo dramático”, lo que depara como
consecuencia directa la depresión y el desgano de los que quedan a los márgenes del poder
adquisitivo.
El autor plantea que el empuje a la toxicomanía generalizada encuentra su
complemento ideal en el empuje al olvido generalizado. En este sentido se hace evidente que el
olvido actual, no es el mismo olvido que en la época freudiana. De las “grandes amnesias
histéricas de fin de siglo pasado a la historicidad autorecusada de los toxicómanos de este final
de siglo, hay un abismo”5. En este punto se evidencia un corte con cualquier posibilidad de
rememoración o elaboración, donde la instantaneidad es la que enmarca las motivaciones
emergentes, a modo de antojos encaprichados.

4
Ibídem
5
Ibídem , pág. 66

128
Todos consumidores, quizás no exactamente de lo mismo, pero sí con similares
propósitos. Mientras las drogas ilegales parecen ser el recurso desesperado para algunas
personas confrontadas con la “inexistencia del Otro”, las drogas legales, “milagrosas”, son el
recurso con el que los amos modernos intentan restablecer cínicamente al Otro por un sesgo
químico para reparar “científicamente” las “injusticias” subjetivas de género, raza, condición
socioeconómica o credo.

Patologías del acto

Los síntomas emergentes del malestar actual no se presentan como el retorno de


algo reprimido, sino como un empuje al goce que depara otras formas, y resultantes de ello son
las patologías y el empuje al acto. Es necesario delimitar desde el psicoanálisis que definimos
como “patologías del acto”, en tanto no es una clasificación psicoanalítica, sino una descripción
fenoménica extraída de la psiquiatría, pero hoy en día junto con la inhibición, son formas que
asume la subjetividad del presente.
En la actualidad las situaciones clínicas que se presentan cada vez con mayor
frecuencia están asociadas a angustia inespecífica o masiva (ataques de pánicos), depresión,
patologías del acto y no por algún síntoma que involucre alguna pregunta.
El declive del discurso del amo es congruente con síntomas que no son producto de
la represión. Esto lleva a que el síntoma, en el sentido clásico freudiano como formación del
inconciente, haya cedido su espacio a las patologías del acto.
Estos nuevos síntomas comportan una manera diferente de tramitar el goce y la
angustia. En ellos la angustia no se tramita por lo simbólico, y el goce o la satisfacción pulsional,
no se abrocha al inconciente como ocurre en el síntoma histérico u obsesivo.
Con “Inhibición, síntoma y angustia”, Freud ubicó una triada que es ordenadora, y la
angustia tiene un papel protagónico en estos síntomas actuales, en tanto emergen
directamente de ella y no de la represión, es decir que el goce no es tratado por el inconciente, y
es así que surge como hipótesis que la angustia suple a la represión.
Podrían pensarse también como patologías del lazo, ya que el lazo que está
perturbado es el lazo al discurso del inconsciente.
En “El Otro que no existe y sus comités de ética”, Miller y Laurent plantean que en lo
que respecta a la cultura ya no se está en la época del malestar, se ha entrado decididamente en

129
un callejón sin salida como consecuencia de la promoción de lo imaginario, que ha sojuzgado lo
simbólico. El discurso capitalista, el empuje al aislamiento del goce, ha permitido la promoción
de lo tóxicos, pudiendo agregarse aquí los gadgets más variados, que, al ser utilizados por
alguien se convierten en sustancias con las cuales se procura rechazar el inconciente. Los
psicoanalistas estamos exactamente para lo contrario: para reintroducir esa relación del sujeto
con su inconciente devolviéndole su estatuto ético6.
Este recorte es una clara orientación en relación a las toxicomanías, pero también
todas las problemáticas del consumo, y deja de lado el debate abstencionista-reduccionista,
para poner en el centro de la escena la relación del sujeto con su inconciente, orientándose las
intervenciones por la incidencia o no que puede tener el consumo en esta relación.
Esto permite precisar a la vez que las adicciones en psicoanálisis no son una
estructura nueva, ni en el fondo requieren de un abordaje especializado, porque quien trabaja
con las mismas no necesita una especialización en relación a las drogas, ni a los objetos, sino que
continúa la posición analítica tradicional de intentar ser un especialista en el inconciente, en
dejarse orientar por esto, y que las maniobras en relación a la sustancias tengan esta única
fundamentación, intentando y orientando las intervenciones a detectar cual es la función
psíquica del objeto interviniente.
Es decir que nos autorizamos a intervenir con un sujeto adicto no en base a ningún
ideal social, ni de salud, ni familiar, sino en tanto esto entorpece, embarra el acceso al
reconocimiento de las condiciones inconciente de goce, con las consecuencias psíquicas que tal
proceder tarde o temprano deparan.
Se puede ser el agente de un síntoma social, como es el caso generalizado de las
problemáticas del consumo, sin verificar un síntoma subjetivo. Hace falta creer que se trata de
un fenómeno a descifrar, un fenómeno donde es preciso leer algo, eventualmente una
causalidad. Causalidad que pondría en el centro de la escena las particularidades del sujeto.
Miller dice que en los estados de consumo, intoxicación, hay estado de
conocimiento, no de saber. En el fondo nada más alejado de la elaboración del saber. Y la
definición, en el fondo, conduce a borrar el inconsciente. Por lo tanto la toxicomanía no vale en
el mismo sentido del síntoma, en la medida que su disfunción no está tomada en su articulación
al lenguaje, en tanto podemos admitir que el síntoma freudiano se define por su articulación con
el lenguaje y por el sentido que es allí visible.

6
Miller, J-A., y Laurent, Eric, “El Otro que no existe y sus comités de ética”, Paidos, Bs.As., 1998.

130
“Es necesario extraer de estas tres demarcaciones de Lacan la conclusión siguiente:
la intoxicación, bajo todas sus formas, es una respuesta no sintomática que tiende a anular la
división, la marca de una posición subjetiva caracterizada por un no querer saber nada del
inconsciente. Se trata, en estos “estados”, de una elección entre la afánisis y el significante,
donde el sujeto opta por la primera”7. En este punto la toxicomanía en nada en un síntoma, es
antes que nada una pseudo-solución, a una problemática que ni siquiera ha sido evidenciada,
pero que su consecuencia inmediata es la desaparición, la inoculación del sujeto.
La toxicomanía es una nueva forma del síntoma, en la medida que define a un sujeto
por una práctica, no por su síntoma. Y tanto lo define, le otorga una identidad que es
problemática, en tanto lo enlaza a una práctica y una modalidad de goce que lo esclaviza, que es
eficaz para su desreponsabilización, y que le brinda una ficción de relación que encubre la
extrema soledad de las sensaciones encontradas.

Efectos de la época: cuerpos estandarizados, subjetividades anestesiadas, singularidades


inoculadas.

En relación al cuerpo, el psicoanálisis introduce una diferencia de fondo entre el


cuerpo humano y el organismo viviente. Este último esta gobernado por leyes biológicas fijadas
hereditariamente. El instinto es su expresión más directa en cuanto suministra al organismo un
esquema de respuesta a las solicitudes internas y ambientales determinado natural y
genéticamente. En este sentido, resulta evidente que el cuerpo humano no es reductible al
campo biológico-natural del instinto. Afirmar que el cuerpo humano en cuanto tal no tiene nada
de natural significa decir que es, ya antes de nacer, un cuerpo habitado, signado, marcado por el
lenguaje. El nacimiento de un niño es anticipado por Otro en la elección del nombre, en los
espacios que los familiares le prepararon en la casa, en las expectativas imaginarias creadas
antes de su propia concepción. De esa forma su cuerpo será vestido, educado en la limpieza,
cortado (cordón umbilical, uñas, cabellos) y tatuado según la cultura de pertenencia en la cual se
inscribirá. En este sentido, los signos que producen el cuerpo son del lenguaje y no de la
naturaleza. Lacan sintetiza esta dependencia estructural del cuerpo al lenguaje, afirmando que
el cuerpo es el lugar del Otro. Donde el lugar del Otro es exactamente aquel desde donde se
efectúa el tratamiento significante del cuerpo.
7
Ibídem

131
Es lo que Lacan llama alienación significante por la cual el sujeto debe pasar en su
entrada al campo del Otro y que tiene como efecto fundamental el ofrecer al sujeto mismo una
inscripción simbólica, pero sólo a cambio de una pérdida de ser, de una pérdida de goce.

El cuerpo hipermoderno

Podríamos decir que tras el declive del Nombre del Padre, y la pluralización del S1
efecto de la caída del Otro, el orden del discurso ya no organiza ni regula los cuerpos de la
misma manera que antaño; por el contrario, tal vez estemos asistiendo a un efecto de inversión.
Ahora parece ser el cuerpo en tanto materialidad, sustancia (gozante), o pregnancia imaginaria,
lo que permitiría que muchos sujetos encuentren un discurso que ordene sus identificaciones.
En este marco, la ciencia y el mercado tienen una función imprescindible.
A estos cuerpos contemporáneos, “modificados terapéuticamente, rellenados con
sustancias aditivas, vaciados de sus propios productos, moldeados en quirófanos o spa,
transformados por la tecnología, alterados por células madres”, etc., cuerpos que se difunden
de manera cada vez más masiva y por los medios de comunicación, se los podría llamar “cuerpos
hipermodernos”8. Los mismos darían testimomio de hasta que punto las palabras y los cuerpos
se han separado, donde lo que se buscaría es una marca en el cuerpo ya no a través de los
significantes que se presentan insuficientes, sino a través de incisiones en lo real de la carne vía
intervenciones de la ciencia o del mercado, muchas veces en su impacto puro y otras moduladas
por ciertos parámetros imaginarios de belleza, salud, longevidad, etc.
Diversos autores plantean que las preocupaciones que antaño tenían como centro
aspectos propios de la razón, la trascendencia, en términos simbólicos, ha sido trastocada,
presentando muchos sujetos en la actualidad una clara preocupación en torno al cuerpo. Pero
en tanto el cuerpo pasa a ser soporte de la posibilidad de una identidad, ante la fragilidad o
inconsistencia de los parámetros simbólicos que signaban una trascendencia en la vida de algún
sujeto, una trayectoria subjetiva.
Hay autores que afirman que frente a la fragmentación de los sujetos y las
identidades (individuales y colectivas) que se experimentan en la actualidad, el cuerpo en “su
materialidad funciona como una especie de anclaje para algunos individuos”, resultando una

8
Assef, Jorge, “El Cuerpo Hipermoderno. Postales almodovarianas sobre los efectos de la época”, en
Revista Lacaniana de Psicoanálisis, N° 14, EOL, 2013.

132
“especie de materia prima para fabricarse un personaje”9. Estos autores dan cuenta de cómo el
sujeto en la actualidad requiere de la materialidad del cuerpo para poder conformar alguna
identidad. Una necesidad de aferrarse al cuerpo para construirse un ser.
En la actualidad hay un uso del cuerpo para la obtención de una identidad compacta.
Cuerpo como recurso para sostener una identidad, aunque por tomar en prioridad
este aspecto imaginario, se torna altamente generalizada. En este sentido la gran implicancia
que tienen los medios de comunicación actual a la hora de ofrecer modelos identitarios de los
cuales agarrarse o tomar atributos según preferencias varias.
De esta época actual se pueden establecer dos factores fundamentales:
-El “pos” caída de los grandes relatos, del Nombre del Padre, del Otro, que deja a los
sujetos con muy pocas referencias simbólicas con las cuales orientar su existencia, desde donde
“capitonear su subjetividad”.
-El “hiper” del empuje del discurso capitalista de la mano del desarrollo
tecnocientífico aplicado a un creciente individualismo10.
Resulta necesario pensar cómo estos factores se combinan en la actualidad, y cómo
afectan en la forma del trato, de la construcción y representación del cuerpo en el sujeto. Y si
bien aparecen claras posturas que se paran desde cierta nostalgia por las referencias simbólicas,
con una actitud crítica a las manifestaciones actuales, también es importante poder reconocer
que en algunos sujetos, la posibilidad de contar con estas representaciones imaginarias del
cuerpo dan una cierta estabilidad ante el agujero de otros anclajes, resultando para algunos
sujetos la única herramienta con la que cuentan.
El autor plantea que de la asociación del discurso capitalista y la ciencia, resultan los
instrumentos que ponen al alcance del sujeto la posibilidad de fabricarse una identidad a la
“carta”, al antojo de cada quien, emergiendo una especie de “identidad ecléctica”, fabricada de
los retazos voluntariamente escogidos de la fascinante vida moderna. Es sólo con el poder que
ha alcanzado el progreso de la ciencia y la lógica capitalista como podemos entender los nuevos
modos de construir, tratar, pero sobre todo inventar un cuerpo-identidad. Pedazos de cuerpo
como objetos en el menú del consumo (pechos, nariz, labios, mandíbula, mentón, etc.).
Se observa una nueva religiosidad cuyo ídolo es el cuerpo, al que se le proponen, a
modo de ritos y ceremonias, prácticas (gimnasia, relajación, etc.) en pos de un bienestar,
bienestar que sólo se consigue a través de su envoltura, su imagen. “El cuerpo es tratado como

9
Ibídem
10
Ibídem

133
un gadget, una máquina, como lugar de un capital, que hay que preservar, acumular y gestionar,
cuya forma es necesario cuidar”11. Desde esta concepción, se trata de un cuerpo sin falla, previo
a la diferencia de los sexos, es decir, imagen ideal que reniega de la castración. Desde este lugar,
no se procura una armonía con el ideal sino con el objeto de satisfacción, el cuerpo gadget, en
una práctica de gestión de los cuerpos.
En este sentido, “los ejercicios, la dieta, suelen acompañarse de la cirugía estética,
que responde a la demanda de cambiar una forma o de reencontrarla, en el sentido del
rejuvenecimiento. De este modo, la forma es vivida como una anomalía y la cirugía ofrece un
ideal de armonía (lifting). Esta nueva versión de la existencia es reglada por la norma estándar,
masificante, que segrega la singularidad en nombre de lo universal y que forcluye al sujeto como
tal”12.
Hellen Brouse, autora francesa citada por Jorge Assef, afirma que lo que ha ocurrido
en los últimos años es una “ruptura entre lo que Lacan llama la imagen I(A), el Ideal del yo y la
imagen narcisista o el yo Ideal. Frente a esta ruptura, el yo ideal va reemplazando más y más al
Ideal del yo por medio de la ciencia”. En este sentido, cuando más avanza la ciencia, tanto en el
conocimiento como en las posibilidades de modificación del organismo, menos fuertes se tornan
los ideales tradicionales (significantes amos), que provenían del Otro, y que marcaban tanto el
cuerpo como el goce. Continúa y expresa que “esta extensión del imperio de la imágenes, no
reguladas por el imperio del lenguaje sino por el imperio de la escritura científica, son procesos
para cambiar este yo ideal…”. El riesgo es que las imágenes suelen funcionar bajo el modo de la
fascinación, aspectos donde radica su debilidad y riesgo, siendo lo efímero una condición de lo
llamativo, lo sorpresivo, lo encantador que las imágenes en su pregnancia conllevan.

Problemáticas contemporáneas, cuerpo y sexualidad

Mauricio Tarrab en “Algo peor que un síntoma”, dice: “Sigo pensando que la droga
no solo es un goce, sino que es también un goce usado como defensa. Pero una defensa, que
ahora pienso, en el sentido de aquellos con lo que el sujeto se defiende de lo real. Los incito a
encontrar, a situar cómo sus pacientes se defienden con la droga de la confrontación a la falta

11
Nepomiache, Ricardo, “Mens sana in corpore sano”, en Revista Lacaniana de Psicoanálisis, N°14, EOL,
Bs.As., 2013.
12
Ibídem

134
de relación entre los sexos, a esta segregación. Los incito a verificar cómo el problema de sus
pacientes es el de no poder salir de la repetición del uno, sólo, autoerótico y encarnar en
alguien, en un ser existente al Otro como partenaire de goce”.
Desde este punto de vista, y desde lo que se percibe con claridad en la clínica es que
las sustancias otorgan una seudo solución a una pregunta que no se llega a formular, que
fundamentalmente tiene que ver con la pregunta por la sexualidad. Estas prácticas, que si bien
pueden hacerse en compañía, no dejan de reducirse a sensaciones claramente autoeróticas,
dejando a cada uno por su lado, solo con su goce. Es la solución cínica del toxicómano, cínica en
el sentido en que de desliga de la responsabilidad subjetiva que tal pregunta conllevaría,
destituyendo la creencia en el Otro del lenguaje, a la par que se afianza en la certeza del goce
encontrado en la sensación del efecto del consumo. Es una solución que rechaza la del falo, que
se libera de los problemas que impone la función fálica, pero también elude lo que implicaría el
encuentro con el Otro sexo. Se evita el encuentro con el problema de la sexualidad, a la vez que
se afianza una identidad sostenida por la práctica del consumo: adicto.
El toxicómano es un personaje, en nada un sujeto, un personaje que por su hacer
crea con la droga un “yo soy”, un yo soy toxicómano que le permite escapar de las obligaciones
impuestas por la función fálica. El “yo soy toxicómano” es la fórmula a partir de la cual el hecho
de ser hombre o mujer no tiene importancia. No hay en la toxicomanía masculino o femenino,
solo hay consumidores conforme al sueño del discurso capitalista.

Consumos Problemáticos y otras manifestaciones del malestar: Anorexia y Bulimia.


Aproximaciones al modo de funcionamiento psíquico.

El miedo al hambre, que ha condicionado profundamente durante siglos la relación


de los hombres con el alimento, no tiene ningún lugar en el discurso del capitalismo avanzado.
Sólo en una sociedad donde el alimento ya no pertenece al campo de la necesidad pura puede
existir, en realidad, un discurso como el de la anorexia-bulimia que requiere la sobreabundancia
del alimento, ya sea para poder negar su poder de encantamiento (rechazo anoréxico), ya sea
para abandonarse a su asimilación desenfrenada (exceso bulímico). Las prácticas del ayuno y la
dieta ya no tienden a la educación moral y religiosa del espíritu, sino a la realización de un puro
ideal estético. La estética se hace fundamente de la ética. La decisión ética, la voluntad, el deber
parecen estar, en efecto, al servicio del canon estético. Se traduce en un discurso que
instanteiniza el tiempo, extirpando el pasado y la responsabilidad que implica su asunción ética,

135
de donde se desprende “el rechazo del inconciente, de la historicidad del inconsciente, rechazo
de la función letal del significante, afirmación falsa de una subjetividad sin vínculos, sin el vínculo
del Otro; de una subjetividad dispersa en su misma vana excitación”. Un mundo que no radica
en lo simbólico sino que opera más bien como un desmembramiento imaginario. “Declinar
progresivo de la acción (colectivizante) estructurante del orden simbólico”.
Una totalidad de cosas, una montaña de regalos, toda la abundancia posible del
tener no hacen el amor. Esto explica quizás el origen de la anorexia como enfermedad de la
burguesía o la actualidad de la anorexia-bulimia como epidemia social en las sociedades
postcapitalistas. También se trata aquí de una oposición a la lógica del tener. La acumulación y la
disponibilidad de las mercancías no son suficientes para obturar la falta-en-ser del sujeto.

El discurso anorexico-bulímico13

Massimo Recalcati en su Libro “La última cena: Anorexia y Bulimia”, realiza una
elaboración teórica inédita en el ámbito de estas patologías, siguiendo y profundizando con
precisión los lineamientos lacanianos.
Si bien los manuales de clasificación diagnóstica de los cuadros nosográficos
estandarizados más recientes (como el DSM IV), distinguen la anorexia nerviosa de la bulimia, el
autor antes mencionado plantea que son las dos caras de una misma moneda, donde la anorexia
indica la realización del ideal del sujeto, mientras la bulimia representa su naufragio asociado a
la irrupción de lo real pulsional en la escena del Ideal. Donde, en otros términos la anorexia
realiza una apropiación a través de una identificación idealizante (delgadez) y una practica de
privación (no comer), mientras la bulimia manifiesta la caída de este mismo sistema que cede
bajo los golpes de una compulsión a la repetición desenfrenada (comilonas seguidas de vómito).
El polo bulímico y el polo anoréxico constituyen los índices de una sola oscilación en vez de
indicar dos posiciones subjetivas diferenciadas.
Sería un único discurso del que es posible distinguir dos declinaciones: la anoréxica,
que presenta el dominio del Ideal, el dominio imaginario del yo; y la bulímica que presente el
dominio de la pulsión, de la sumisión del sujeto bajo el imperativo del goce. La anoréxica

13
Ideas y desarrollos extraídos del Libro “La última Cena: Anorexia y Bulimia, de máximo Recalcati, Ed.
Del Cifrado, 2004.

136
diciendo NO, introduce un principio de separación con el Otro, generalmente el Otro materno; la
bulímica parece en cambio abandonar el sujeto al Otro, a la voluntad del Otro.
Esta lógica planteada, tiene, en general, una primera articulación de tipo anoréxica y
sólo en un segundo momento tiende a transformarse en bulimia. Sin embargo esta evolución
hacia el polo bulímico, no suprime la función reguladora del Ideal anoréxico del cuerpo delgado,
el cual continúa gobernando en la bulimia. En este sentido se puede decir que “la bulimia es un
dialecto de la anorexia.”
La anorexia-bulimia, al igual que la toxicomanía, no es una estructura subjetiva como
los son las neurosis, las psicosis y las perversiones. Indica más bien un fenómeno, un fenómeno
que por sus características específicas – serialidad, monotonía discursiva, rigidez identificatoria,
narcisismo exaltado- tiende a ocultar más que a revelar la estructura del sujeto. Con el concepto
de “discurso anoréxico-bulímico” se tiende a individualizar la especificidad de esta posición
subjetiva que no puede ser abolida con el reenvío a la estructura. Porque es con este discurso y
su lógica que la dirección de la cura se las tiene que ver, aspecto que también es trasladable al
abordaje de las toxicomanías.
Como planteamos con anterioridad el psicoanálisis enseña a entender el síntoma no
como alteración de una función, sino como el índice fundamental de la verdad reprimida de un
sujeto. Desde esta posición en la práctica se considera a estos trastornos no como
enfermedades del apetito –patologías de la alimentación-, sino principalmente como posiciones
subjetivas. Hipótesis tan elemental como crucial al orientar la dirección de la cura no hacia una
normalización de la función orgánica alterada –aquella precisamente del apetito- sino hacia la
escucha de la palabra del sujeto y de la apertura del inconsciente que tal palabra consiente.
“El rasgo discursivo dominante de la anorexia-bulimia es la pasión, una pasión del
sujeto causada por un objeto-sustancias (la comida), nunca simbolizable en su totalidad, sea allí
donde orienta al sujeto hacia su rechazo obstinado (anorexia), sea cuando se le apropia en
modo demoníaco imponiéndole una asimilación tan voraz como infinita (bulimia)”. Sin embargo,
lo que termina revelándose en última instancia es que esta pasión aparece como una pasión por
el vacío. No un vacía anátomico, como podría ser el vacío del estomago, sino al vacío estructural
que constituye el punto más íntimo del sujeto, aquel vacío que “abre una falta radical,
incolmable, que no puede ser suturada por ningún objeto”. Este vacío es a su vez de falta,
condición necesaria para la existencia del deseo, vacío a partir del cual la maquinaria deseante
entra en escena. Esto es lo que la anoréxica defiende de un modo tan tenaz como problemático,
a la manera de la identificación, convocando a todo su ser en “hacerse ella misma vacío puro,

137
pura falta-en-ser”. Este vacío la bulímica se lo procura al final de cada una de sus comilonas,
donde la bulímica con su voracidad sin límites capta en su misma acción la inconsistencia del
objeto comida. Es por medio de la práctica del vómito que se procura el vació en su propio
cuerpo, vaciando de este modo la pesadez que el objeto comida en esta voracidad sin límites
conlleva. Es como si al final de cada episodio de hambre voraz pudiera mostrar al Otro que nada
podrá jamás llenarla verdaderamente, ya que del vacío del que se trata es el vacío estructural de
la falta-en-ser.
El funcionamiento propio de la anorexia y la bulimia están decididamente más allá
del principio del placer, es decir, más allá del principio regulador de la homeostasis del
psiquismo humano. Los extremos evidenciados en estas práctica, como comer hasta reventar o
rechazar la comida hasta morir, “son posiciones del sujeto” que resultan incomprensibles si se
recurre a la lógica del principio del placer. “En la anorexia-bulimia el sujeto realiza una forma de
goce pulsional que excede el marco equilibrado del principio de placer y que rehúsa como tal la
imposición de la educación pulsional dictada por el principio de realidad, ya que ambas ponen
en peligro su vida”.
El hambre está en la cabeza. Y no puede ser arreglado, ajustando la función del
apetito, como pretenden las teorías de reeducación cognitiva, apuntando a los
comportamientos o rutinas.

El sujeto y el Otro

La satisfacción de las necesidades básicas no es suficiente para garantizar el


nacimiento psicológico del humano. El sujeto no es un conjunto de necesidades primordiales
sino que es fundamentalmente “deseo de ser deseado”, deseo de ser lo que puede faltarle al
Otro, lo que puede cavar una falta en el Otro.
En relación a esto, clínicamente se puede percibir que el sujeto anoréxico tuvo otro
materno casi con exclusividad y rapidez listo para responder a sus necesidades. “Un Otro que se
ocupó de asistirlo pero omitió cederle junto a la comida el propio deseo, el propio amor.
Sentirse “cero”, una “nada”, “sin identidad”, como frecuentemente se lamenta la anoréxica-
bulímica es la expresión de la ausencia de la acción particularizante del deseo del Otro sobre el
sujeto”. En vez de particularizarlo al sujeto aceptando su demanda de amor, el Otro de la
anoréxica lo hartó de cosas, lo redujo a una bolsa vacía que debía rellenarse. Respondió a la

138
demanda de amor dando cosas, desde su tener. Al contrario, la anoréxica apunta al deseo del
Otro. Quiere del Otro aquello que el Otro no tiene, quiere del Otro el signo de su falta, pero
también signo de su amor.
Si bien tanto la bulimia como la anorexia, mantienen una relación dialéctica con el
Otro, pudiendo inferirse la existencia de una estructura neurótica histérica que funciona con
maniobras subjetivas para convocar al Otro del deseo, en lugar del Otro que asiste, “no obstante
la clínica enseña su incompleta anexión de la anorexia-bulimia a la estructura histérica del
sujeto”. En este sentido, ya sea porque puede presentarse en una estructura psicótica o porque
“en el interior del discurso anoréxico-bulímico se advierte una especie de desarticulación
estructural entre deseo y goce que no responde completamente a la lógica del discurso
histérico”.
La posición del sujeto anoréxico-bulímico es, en efecto, una posición signada por una
forma de paralelismo estructural entre el circuito del goce y el circuito del deseo, según plantea
el autor, lo que se asocia con la dificulta de articular una demanda de cura genuina, una
demanda subjetiva, propia, en tanto la organización cerrada del goce, no entra en la dialéctica
del deseo. “El circuito del goce tiende a excluir al Otro, lo orienta la compulsión a la repetición,
es una temporalidad autística, bloqueada. El goce no se encuentra del lado del Otro, sino de la
Cosa. De la parte del Otro, orientado hacia el Otro está el deseo, que en cuanto humano es
siempre deseo del Otro. La dimensión del goce es una dimensión signada por un pleno, o mejor
dicho, por un demasiado pleno. Es una dimensión real que excluye por principio la dimensión de
la falta y la del sentido”. Su modelo clínico más evidente puede quedar representado por la crisis
cíclica, de permanente repetición de la bulimia: el alternarse entre comilonas y vomito.
El vómito como se destacó con anterioridad que asume una función en relación con
la incorporación excesiva del goce, pudiendo evacuar, vaciar el exceso de la crisis de hambre. Sin
embargo el vómito en otras ocasiones puede ocupar la posición dominante, resultando que “no
se come más para comer, sino que se come para vomitar”. En este sentido, no es que se vomita
para continuar comiendo, sino que se come para continuar vomitando, mostrando en este caso
el goce especial del vacío.
Tomando en consideración la función del vómito, en tanto instaura un límite al
exceso, estipula un borde, un límite, podría concebírselo como una prefiguración arcaica de la
función paterna.
En la experiencia de este autor, destaca que los sujetos anoréxicos que no logran
vomitar son aquellos que muestran una mayor angustia persecutoria hacia el objeto comida,

139
porque una vez incorporado, promueve en el sujeto violentos sentimientos de indignidad,
malignidad, destrucción bajo el signo de una angustia radical. El vómito sirve entonces al sujeto
también para atenuar esos efectos. “Es ésta su función esencial de sustitución del Nombre del
Padre en los sujetos anoréxicos-bulímicos de estructura psicótica: conservación de la propia
unidad imaginaria amenazada por la sensación de fragmentación del cuerpo causada por su
deformación real provocada por la asimilación de la comida. Como prefiguración primordial de
la función paterna –primordial porque es real y no simbólica-, el vómito erige una especie de
barrera respecto a otro maligno que se presenta imaginariamente en la persecución del objeto-
comida”.
Lacan en el seminario XI precisa que “se trata de entender la anorexia mental en
estos términos: no en el sentido que el niño no come, sino que come nada”. Comer nada
significa imponer la diferencia entre necesidad y deseo. A la demanda del sujeto, que es en el
fondo una demanda de amor, que pueda oscilar entre la presencia y la ausencia sin rigidizarse
en ninguno de ambos polos, no se puede responder con la lógica mercantilista del consumo,
leyendo cada demanda como necesidad, excluyendo de esta forma el deseo. La nada funciona
aquí para el sujeto de objeto separador del Otro, que cava en el Otro el enigma del deseo.
Sin embargo, en la anorexia el deseo es débil. Ello no se funda sobre la falta-en-ser
sino sobre su rechazo. En la psicosis no existe deseo propiamente dicho, porque el sujeto está
constituído como objeto del goce del Otro. El deseo en la anorexia se revela débil porque
aunque vaciándose para salvaguardarlo, el sujeto no se encuentra en grado de asumirlo como
tal.
La anorexia llenando su vida “mental” de comida, tiende a rechazar la dimensión de
la falta que el significante abre en el sujeto.

Metáfora Paterna Débil

Esta función diferenciadora desarrollada por el Nombre del Padre, pero transmitida
en la palabra de la madre, sirve como condición para la creación de un lugar para el sujeto, que
de otra forma sería reducido al objeto del goce exclusivo de la madre: Lacan llama a esta
operación: “metáfora paterna”: un significante –el Nombre del Padre- se sustituye a otro
significante –Deseo de la Madre- y esta sustitución introduce la función normativa y ordenadora

140
de la castración, de la limitación del goce y, al mismo tiempo, predispone la significación fálica;
orienta el deseo de la madre hacia la incógnita fálica separándola del objeto-niño.
A través de la metáfora paterna, Lacan estructuraliza el Edipo de Freud haciendo
coincidir el principio de la castración con la inscripción del sujeto en el campo del Otro. En este
sentido la castración es la acción del lenguaje que desprende al sujeto en modo irreversible del
estado de naturaleza subordinado a las Leyes de una Civilización históricamente determinada.
En esta operación, una parte del goce del sujeto se pierde irremediablemente, en cuanto la ley
prohibitiva de la castración impone la pérdida de la Cosa, objeto mítico de la primera
satisfacción, como diría Freud, donde el objeto (a) constituye el residuo, aquel residuo que
incansablemente el sujeto buscará durante toda su vida, en cuanto es la causa última de su
deseo.
La clínica de la anorexia es una clínica del Otro materno. La dependencia absoluta del
Otro materno es un rasgo fenomenológicamente recurrente de la experiencia anoréxica
bulímica. Esta dependencia asume muchas veces la forma de estar pegado al Otro. El sujeto
queda pegado al Otro. No existe separación del Otro, una especie de especularización del Otro.
La bulímica no tolera ni la presencia ni la ausencia del Otro. Sólo con el vómito puede
intentar encarnar la función del significante, aunque esta encarnación sea una suplencia fallida
del Nombre del Padre. El vómito introduce un umbral a la incorporación ilimitada de la comida,
pero este umbral se revela más funcional al circuito del goce compulsivo más que a su
regulación simbólica.
El autor plantea que el valor idealizante de la identificación anoréxica es que es el
índice de un defecto en la articulación de la metáfora paterna, resultando que algo de esta
metáfora se inscribió demasiado débilmente. El deseo de la madre no estuvo suficientemente
barrado, limitado, contenido por la función paterna. Pero no se trata necesariamente de una
forclusión del Nombre del Padre sino más bien de una debilidad en el ejercicio de su función
ordenadora respecto al deseo de la madre. El sujeto anoréxico se encuentra en la boca del
cocodrilo, sosteniendo por sí mismo la suplencia de la barra, cuya titularidad justamente
correspondería al Nombre del Padre. Entonces, la anoréxica transforma, por así decir, la imagen
de su propio cuerpo, convirtiéndolo en la barra que encarna la función paterna (Hansel y Gretel).
En la posición anoréxica si el sujeto intenta salir de la boca del Otro devorador, se arriesga a ser
devorado; el único modo de sobrevivir al canibalismo del Otro es, entonces, permaneces
inmóvil, en una posición de rechazo total de lo que proviene del Otro. Por ello es necesario
mucha delicadeza en el analista, al desidentificar al sujeto de esta posición: se arriesga a que

141
caiga en las fauces del Otro. Riesgo particularmente preocupante en las anoréxicas-bulímicas de
estructura psicótica donde justamente para protegerse del Otro el sujeto erigió el dique
anoréxico.
El nombre del padre no se inscribió lo suficientemente en el inconsciente del sujeto.
Esta inscripción faltante puede depender del Otro materno, que inicialmente debe introducir la
función normativa del Padre. La clínica igualmente evidencia la relación ambivalente del sujeto
anoréxico-bulímico con el Otro materno; si bien está todo el accionar tendiente a la separación,
por otro lado asistimos a una importante simbiosis, donde el sujeto se siente nada sin el Otro
pues vive en realidad con el Otro.
En el discurso anoréxico se percibe una obsesión y un método riguroso de control
del porpio cuerpo, asociado con el rechazo del alimento, la dieta ascética, el cálculo de calorías,
que parece excluir la sorpresa, lo impredecible, la incertidumbre, la contingencia. Hacer de la
vida un desierto, un campo inanimado. Es este el valor de la dieta y de los infinitos
ceremoniales: la realización de una forma de control del Otro por sustracción. Se puede inferir
que en realidad el control, resulta un modo de tratar de darle reglas a la contingencia real del
cuerpo sexuado y de sus transformaciones en relación al deseo del Otro, o de tratar de encausar
una voluntad de goce del Otro que parece no tener límites, que se presenta como sin reglas,
privada de orden, caprichosa.
Frecuentemente se encuentran en la novela familiar del sujeto anoréxico-bulímico el
personaje de una madre tanto intrusiva como seductora e irresponsable, carente de afectividad
y absolutamente perdida en el propio narcisismo o el de un padre en el que no se puede confiar,
débil y temeroso o seductor, incapaz de sostener el significante de la ley. Queda como objeto, o
no reconocido por su distancia con el ideal o en una especie de relación incestuosa con el padre,
o el padre sometido al capricho de la madre.
De frente a este vínculo parasitario con el Otro, la anoréxica– es decir, la elección del
sujeto por la nada- parece configurarse como una senda, una vía que aunque trágica y
desesperada, está abierta por una invención subjetiva que elude salvar al sujeto de la catástrofe
de su total anulación. Una vía para evitar ser fagocitado por el Otro, una vía para introducir un
principio de separación, aquella separación del Otro que la función paterna no ha inscripto en
letras claras, sino sólo esbozado.

142
Cuerpo anoréxico

El cuerpo anoréxico viene vaciado de la pulsión y rellenado del Ideal.


Es un cuerpo sutil, etéreo, descarnado. Su faz sexual ha sido reemplazada por una
geometría aséptica que aplasta todos los relieves y los salientes. Pero igualmente algo resiste
(en las rodillas, en las caderas, en el trasero), algo sobresale, hace relieve. El cuerpo pulsional
está allí, existe. La anoréxica lo puede limpiar, secar, reducirlo a un papel de calcar pero el
cuerpo pulsional resiste. No se puede huir de la pulsión. En el cuerpo algo se muestra, a pesar
de todo, heterogéneo al Ideal.
El cuerpo delgado de la anorexia evoca la imagen de un cuerpo inmaculado,
asexuado, extraño a la diferencia sexual. La virginidad anoréxica es el rechazo a la relación
sexual expresado como paralelo al rechazo de la comida. Es un modo para mantenerse en el
registro del ser, para no ser absorbidos en el registro del tener (un cuerpo sexuado).
En Lacan el ser del cuerpo lleva a dos coordenadas:
-la identificación, campo narcisistico, de la imagen del cuerpo unificado, completud.
-las pulsiones.
Habría en el sujeto anoréxico-bulímico, según estas dos coordenadas una
amplificación del valor libidinal de la imagen del cuerpo y del efecto de dominio que su
constitución provoca en el sujeto.

El estadio del espejo en la Anorexia-Bulimia

El cuerpo del niño se presenta como un cuerpo fragmentado, disgregado, roto,


discordante, desprovisto de coordinación motriz y del poder de la palabra, a merced total del
Otro y encuentra gracias al aporte de la imagen especular, su unidad, su Gestalt ideal completa.
La acción de la Imago ofrece al cuerpo fragmentado una solución posible: repara la discordancia
real con una unificación y un dominio imaginario. La relación con la imagen reflejada no es un
obrar unilateral sino que implica que lo que yo hago lo pueda ver reflejado en el otro y a través
del hacer del otro, de su imagen, pueda reconocer mi identidad.
La mirada del Otro que debe poder acompañar el reconocimiento de parte del niño
de la propia imagen especular en la anorexia-bulimia fue una mirada crítica, superyoica, no una
mirada simbólica, testigo de un posible reconocimiento recíproco. Generalmente son madres

143
que tienen una cuenta pendiente con su propia imagen, la sienten defectuosa y asignan a la hija
la tarea de completar ese defecto. No respondió con una sonrisa acogedora, sino con el rechazo
y el juicio superyoico.
Es en la escena primaria donde la especularización encuentra un obstáculo: la
mirada del Otro se burla, muestra un daño en la imagen. Un fragmento del cuerpo no entra en la
especularización de la imagen, irreconocible allí donde el Otro no lo admitió, provocando una
lesión destinada a no cicatrizar. Para reparar esta mueca del Otro es que la anoréxica elige
amplificar el valor narcisístico de la imagen. (Ejemplo de pacientes que repiten infinitamente
frente al espejo la mueca del Otro, en una identificación adhesiva). Dominar la imagen que
exalta es la forma sanar aquella antigua afrenta. Para tratar de reducir la mueca del Otro, para
tratar de recuperar una especularización nunca cumplida de la propia imagen y de intentar
fallidamente salir de la repetición traumática de la escena del espejo.
Este pasaje a la constitución imaginaria del cuerpo esta acentuado en la anorexia-
bulimia, asumiendo la imagen una especia de valor absoluto, como un más de la imagen al
cuadrado. Este “doble” de la imagen funciona para la anoréxica como una especie de objeto,
que funciona más bien como una prótesis imaginaria que trata de saldar una unidad del sujeto,
destruida, en realidad, por un defecto especular originario. En esta función del estadio del
espejo asociada con el dominio, el júbilo, anida a su vez un goce, el goce de la imagen, asociado
al narcisismo como un modo de gozar de la propia imagen, que en la anorexia-bulimia adquiere
significativa relevancia.
La anorexia es un modo de hacer valer el poder de la imagen, y el efecto de dominio
que esta suscita en el sujeto, contra el poder significante. El poder significante es el que impone
un “sacrificio de la carne”, como dice Lacan, es decir que introduce un vacío, una pérdida de
goce. El cuerpo mellado por el significante es el cuerpo pulsional, que se abre siguiendo los
bordes de las zonas erógenas.
Igualmente perdura un elemento discordante en este proceso que es el sujeto como
sujeto dividido. Consiste en el hecho de que la imagen que me constituye es al mismo tiempo
una imagen sustraída para siempre, perdida para siempre. Se revela así el drama del estadio del
espejo, el drama de un dominio y de una unidad ideal que recomponen la fragmentación del
cuerpo pero llegan demasiado anticipadas respecto a lo real del cuerpo que resta en cambio
fragmentado y descoordinado. Esto significa que la imagen para Lacan no es constituida
intencionalmente por el sujeto (no es el producto de la conciencia) sino que es constituyente del
sujeto. Al contrario la anoréxica-bulímica quiere hacer de la imagen de su cuerpo una imagen

144
constituida por voluntad, por el sacrificio superyoico, completamente subordinado al propio
Ideal. Se cuida cuidando al cuerpo del sacrificio simbólico de la castración, de la división
subjetiva.
Lo que causa la fijación a la imagen es exactamente el hecho de que la imagen está
embebida, está amasada de goce. Esto resalta la elevación del cuerpo anoréxico a la función
perversa del fetiche, denegando la castración a través de este cuerpo-delgado. Esto lo torna un
cuerpo indiferente a la diferencia de sexos. Es el cuerpo del Uno. Un cuerpo recubierto de Ideal.
El cuerpo-delgado es un no-cuerpo, un cuerpo descorporizado, pareciendo reflejar un vaciado
de goce, cuerpo convertido en un desierto de goce. Pero esta apariencia se disuelve
rápidamente de frente al goce puro (relacionado con la pulsión de muerte) que la anoréxica
obtiene de su propio cuerpo-delgado. Su rasgo perverso consiste en mantener vacío el vacío y
gozar de esta excavación operada sobre el cuerpo. Elevar la abstinencia del goce a una forma de
goce pulsional. Donde entonces la palpación del cuerpo, las purificaciones continuas que llegan
a verdaderas torturas como depilaciones, quemaduras, cortes, moretones, subrayan el hacer
(autoerótico) del cuerpo un instrumento de goce. Así la búsqueda y el hecho de palpar el hueso
apuntan a cubrir fetichísticamente la ausencia de falo. Es esta operación la perversión
fundamental de la anoréxica: hacer aparecer en el cuerpo-delgado el falo ausente en el Otro.

Adolescencia y la reedición del estadio del espejo

La crisis adolescente consiste en el hecho de que se verifica una especie de aumento


de espesor real de la pulsión que el adolescente no enfrenta a través de lo simbólico, no a través
de ideal del yo, sino que recurre a un simétrico aumento de espesor del registro imaginario, o
sea por medio de una inflación excesiva, narcisística, del yo ideal. Es como si el problema del
adolescente fuese aquel de lograr gobernar el aumento de espesor real de la pulsión a través de
un aumento de espesor imaginario del Ideal. Es una tentativa precaria, como se evidencia en el
fenómeno clínico de la dismorfofobia, que muestra la imposibilidad de realizar a fondo este
movimiento de dominio del ideal por la pulsión. Ven su propia imagen deformada en el espejo o
irreconocible. La dismorfofobia subraya la hendidura entre lo real –que es un real ingobernable,
lo real de la pulsión- y la imagen. El adolescente se observa y no ve el Ideal, sino su alteración
monstruosa. Podemos incluir la anorexia-bulimia en este movimiento, en esta operación
específicamente adolescente, de gobernar la transformación puberal del cuerpo a través del
refuerzo de la imagen. A su manera, la anoréxica sufre de una especie de dismorfofobia

145
estructural, pues el espejo le devuelve siempre una imagen “monstruosa” si no está
perfectamente ajustada a la imagen idealizada del cuerpo-delgado.
Hay una imagen con la que podemos representarnos al sujeto anoréxico: es la de un
alpinista que escaló tan alto que le es imposible dar un paso más, ni para subir, ni para
descender. Se encuentra perdido a una altura que no sabe cómo dominar y cualquier
movimiento significa un peligro mortal. El sujeto se fija respecto a un Ideal que lo protege
(cuerpo-delgado) pero al mismo tiempo lo expone a una inmovilidad radical. El sujeto no puede
abandonar esta posición, se siente como si estuviera encadenado.
¿Por qué las mujeres?
Una posible respuesta implica la incidencia particular del discurso social sobre el
sujeto, que en los últimos años incentivó la importancia del cuerpo-delgado como semblante
fundamental del ser femenino. Presentarse delgada, esbelta, se transforma en una cuestión de
vida o de muerte porque indica el ajuste del cuerpo al ideal de femineidad transmitido por el
discurso social.
Pero para el psicoanálisis igualmente la causalidad social jamás es pensada como una
causa eficiente. La anorexia es una posición del sujeto estructuralmente afín a la feminidad. La
esencia del discurso amoroso enmarca la afinidad estructural: por amor, para ser la única, ella
sola para el Otro, en el deseo del Otro, una mujer puede llegar a consumir sin reservas el propio
ser.
La problemática anoréxico-bulímica indica la incidencia de este vínculo con el Otro
materno en la estructura del sujeto, subrayado por Freud como el rasgo propio de la
subjetividad femenina. No casualmente es en la adolescencia (tiempo de cambio en lo real del
cuerpo y del objeto de amor) donde se desencadena la respuesta anoréxico-bulímica del sujeto.
El ideal anoréxico demanda el sacrificio y no la realización de la feminidad. La
potencia de la imagen del cuerpo-delgado no está para nada en relación a un más allá del goce
fálico, sino que refleja plenamente el régimen obsesivo del tener. El cuerpo anoréxico no
encarna, de ninguna manera, el Otro goce de la feminidad, sino una cierta degradación de la
feminidad, una feminidad que se inspira aún en el espejismo fálico del dominio. En este sentido,
el cuerpo anoréxico, más que radicalizar la feminidad se presenta simplemente fuera de sexo,
asexuado, indiferente a la diferencia de sexos, unisex. El estrago anoréxico es una extremización
patológica de la dificultad de subjetivar el cuerpo en cuanto femenino. El estrago anoréxico del
cuerpo realiza un goce más allá del falo, pero sin castración; mientras la condición para alcanzar
el más allá del goce fálico es justamente el encuentro con el límite de la castración.

146
La “identificación” anoréxico-bulímica

La anorexia ofrece al sujeto un nombre, un reconocimiento simbólico, una bandera.


Hay evidencia, más que enigma. Manifiesta sobre todo la identificación idealizante del sujeto a
la Anorexia, a la evidencia de la Anorexia, y del lado de la bulimia, al objeto comida como algo
no simbolizable, causa del deseo. Esta evidencia es sostenida por el discurso social que valoriza
de modo inaudito, respecto de las épocas precedentes, el valor del cuerpo flaco (anorexia) y
pone a disposición de todos –en el mercado- una cantidad ilimitada de bienes de consumo
(bulimia).
“El diagnóstico psiquiátrico de la “anorexia” se basa en una serie de evidencias:
disminución del peso, amenorrea, percepción alterada de la imagen corporal, tendencia al
adelgazamiento. En efecto la anorexia alienta al discurso médico de hacer un diagnóstico a
“primera vista”. Un diagnóstico de la mirada”.
Pero este diagnóstico a primera vista encubre el aspecto diferencial de la estructura,
además de no decir nada de la subjetividad del sujeto.
Es posible distinguir dos almas fundamentales en la posición anoréxica. La primera es
el alma histérica, dialéctica, intersubjetiva que inscribe el rechazo anoréxico en el campo de la
relación con el Otro. La anoréxica, orquestando su deseo como rechazo, apunta a modificar la
posición de otro que no sabe dar sino lo que posee. (Neurosis)
La segunda es el alma “fija”, “nerviosa”, de la anorexia, la que indica la inclinación
holofrásica del discurso anoréxico que tiende a desautorizar al Otro congelando al sujeto en una
identificación antidialéctica. Idea fija, con rasgos abiertamente delirantes, fuera-de-discurso,
que lo impulsa al rechazo de la comida para preservar una imagen del cuerpo adecuada al
propio ideal narcisístico.
La anorexia-bulimia no es una estructura específica aunque indica una constitución
subjetiva específica, cuya particularidad no hay que descuidar. Pero el problema será igualmente
delimitar cual es la estructura que habita en el discurso anoréxico-bulímico. Por la posición de
imbricación respecto al Otro materno en la cual se encuentra el sujeto, habría que presuponer
siempre una estructura psicótica, al menos mientras no se compruebe lo contrario. A veces nos
encontramos frente a verdaderas suplencias imaginarias respecto de una estructura subjetiva
minada por la forclusión del nombre del padre.

147
El problema es que ni la sustancia ni la identificación idealizante asumen para el
sujeto el valor enigmático del síntoma. Se imponen más como evidencia que obtura la división
subjetiva. La droga y el alimento no funcionan como objeto efectivamente separadores. La
clínica evidencia una fijeza obstinada, sin dialéctica. Algo no se mueve, parece no entrar en el
movimiento del significante. No se produce la histerización, la transformación en enigma con
valor de verdad para un sujeto que se dirige a un sujeto supuesto saber.
El rasgo que más llama la atención en el sujeto anoréxico-bulímico no es en efecto la
división del sujeto sino su solidificación- holofrásica- particular, una inercia profunda en la
economía del goce que vuelve bastante problemática la introducción de un principio de
histerización del discurso. La anoréxica no hace síntoma. No hace síntoma para el sujeto –y este
dato se presenta sobre todo en las anorexias infantiles, puberales o adolescenciales- porque es
índice de un malestar que no concierne al sujeto, sino al Otro.
Por lo tanto es importante y fundamental la tarea preliminar, que consiste en activar
dos maniobras:
Para quien presenta demanda sin síntoma (padres), operar un trabajo sobre la
demanda para producir un síntoma que no esté representado por la anorexia de la hija.
Las anoréxica-bulímicas pretenden, en particular del padre, ser vista sólo a causa de
su “trastorno alimentario”. Si así se presenta, el problema será exclusivamente el de restablecer
una alimentación normal. Ver solo el trastorno alimenticio es entonces un modo de no ver el
malestar subjetivo que en el síntoma se representa. Aunque, generalmente el Otro, a pesar de
todo, no ve, no quiere ver. La anoréxica-bulímica invoca la mirada.
Se puede transformar el drama bulímico (padre, ¿acaso no ves que como?) en un
drama de amor (padre, ¿no ves que te amo?). ¿Se puede entonces, experimentar una falta que
sea de un orden diverso de la comida? ¿Una falta que no sea del estómago sino del deseo? Creo
que este es el giro que una cura debe poder hacerle hacer a la demanda del sujeto: de la
demanda de comida (o su negación) a la interrogación sobre el enigma del deseo del Otro.
Lacan insistió en la importancia del tratamiento preliminar como condición para
realizar una efectiva entrada del sujeto en el dispositivo del análisis, que solo se da si se asume
la responsabilidad de la situación de la que se queja, que es posible una vez que se ha operado
la rectificación subjetiva de la relación del sujeto con lo real. Esta rectificación se apoya en un
sujeto que no pretende descargar su mal sobre el Otro, sino que asume el peso de este mal y lo
eleva a la dignidad de un enigma.

148
Sin embargo en esta por las dificultades que se presentan tiene que cumplirse algo
más radicalmente preliminar. Esta operación no concierne tanto al sujeto como a la posición del
Otro. El encuentro traumático con la mueca del Otro impone que el que encarna el lugar del
Otro en la cura inicialmente, no permita al sujeto repetir aquel encuentro. No se trata entonces
de operar una rectificación del sujeto sino una rectificación de la mirada del Otro, que permita al
sujeto entrar en una relación posible con el Otro sin sentirse en la condición de objeto-
rechazado. Se trata de realizar una aceptación del sujeto, no sólo y no tanto psicológica, sino
estructural. Se trata de “decir que sí” al sujeto, sosteniendo su ser. No se trata de querer el bien
del sujeto, sino de sostener su deseo. Esto puede hacer posible el advenimiento de una
verdadera demanda de análisis, demanda de un saber radical, más allá de toda promesa de
curación.
Del lado de quien tiene síntoma sin demanda, habrá que operar una rectificación
para producir una demanda subjetiva, que no este colonizada por la voluntad del Otro.
A menudo uno de los primeros movimientos que es necesario desarrollar en la cura
es el de hacer emerger lo real sufriente del cuerpo. Despegar el cuerpo-sufriente del cuerpo-
imagen. En este sentido la acción del analista no debe descuidar este contenido escandaloso del
cuerpo mortal. Pero tampoco delegarlo al discurso médico (aunque a veces exige
hospitalización); más bien debe poder presentificarlo justamente allí donde el diseño anoréxico
querría cancelarlo. Un elemento fundamental de la dirección de la cura es la de hacer visible el
riesgo mortal del cuerpo.
A menudo en sus presentaciones no hay exigencia de saber, sino un pedido de
auxilio suscitado por una dependencia que causa un goce maligno. Se trata, preliminarmente, de
hacer posible una reducción, una atenuación del goce, de introducir en lo pleno del goce un
elemento vacío. De agujerear un poco la identificación idealizada de la anorexia o la compulsión
a la repetición de la bulimia.
Además desde la posición analítica es fundamental la rectificación de la oferta: las
pacientes se dirigen al terapeuta con la expectativa imaginaria de encontrar un experto en
patologías alimentarias. Dar vuelta esto para que pueda reconocer su implicancia. Adviene ante
todo deshaciendo la ilusión del especialista en patologías alimentarias. Quedar ubicado más
como un experto en el inconsciente. Además se pretende propiciar la emergencia del valor de
verdad subjetiva, que concierne al sujeto, tiende a volverlo analizante. Debe poder producir el
evento de la subjetivación del discurso. La condición mínima pero esencial, para que esto se
verifique, es el vaciamiento del Otro del saber.

149
Hay que hurtarle la evidencia. El analista funciona como soporte. No ofrece su saber,
sino su presencia. La escucha no llena al sujeto con la papilla del saber: le reserva un lugar. Lo
reconoce como sujeto.

“El Siglo XXI ya no es lo que era”. De la sensación nostálgica a la Pregunta por los
abordajes posibles.

Al igual que en otras patologías del acto, ya sea anorexia, bulimia, adicciones, etc,
definirla, diagnosticarla, en un sujeto no da las bases o la orientación en relación al tratamiento.
Si bien va a permitir una orientación en cuanto a la escucha, en cuanto al modo de intervenir, lo
único que puede resultar orientador en relación a la dirección de la cura, es poder captar el
detalle singular, lo inclasificable del sujeto, única vía del análisis. Es ir a contramano de lo que
esta clínica, tan asentada en las condiciones contemporáneas de globalización y universalización
del malestar, intenta presentar. Captar lo singular del sufrimiento, del goce, más allá de las
estruendosas manifestaciones expuestas y evidenciadas por estas patologías.
Igualmente consideramos que sí es importante hacer un diagnóstico tanto de
consumo como de las problemáticas anoréxica- bulímica, porque hay situaciones donde si bien
hay algunos indicadores tanto en el consumo como en relación al manejo del apetito y la
delgadez, no hay ninguna condición subjetiva que se entrelace, quedando más del lado de lo
social propio de la época (consumos esporádicas de sustancias, sociales, pero también
cuestiones de dietas, ciertos cuidados corporales), por lo tanto no habría que perderse en estas
coordenadas para evitar darle consistencia a algo que se ubica en forma intrascendente. Por eso
las entrevistas preliminares tienen que ver con esto de si alguien es alojado por eso o no en una
institución, por ejemplo.
En este sentido el diagnóstico de toxicomanía o anorexia-bulimia desorienta. Porque
en tanto tiene una connotación social tan fuerte, se encuentra tan ligado a la época, que es una
buena forma de padecer de algo que encubre de manera significativa y eficaz el malestar
subjetivo. Esto se puede percibir en los repetitivos modismos verbales populares, como si con
dos o tres palabras la mayoría de los consumidores podrían describir sus sensaciones, sus
pensamientos en torno a las sustancias y otros objetos, modismos que de alguna manera
intentan sostener esta creencia de que es posible un único modo de goce para todos, sin
diferencias, dejando de lado las particularidades.

150
Como planteamos a lo largo de estos lineamientos, el objeto de la tecnología
generalizado con el nombre “droga” ha usurpado en la modernidad el lugar del sujeto. Por
medio de un psicoanálisis, el sujeto podrá (volver a) ocupar su lugar, con la interrogación
respecto de sus condiciones de goce, el lugar que la droga había tomado prestado. Producir un
sujeto en función del discurso analítico constituye, siguiendo a J. Lacan a la letra, “nuestro deber
en el mundo”, como plantea Sinatra. “Es decir que con la función tóxica y por vía de la
localización del sujeto en el discurso analítico se reinstala la castración de goce que afecta a
todos los parlantes”14.
Efectivamente, los toxicómanos, tal como se ve, hacen de la droga la causa de eso
que les pasa y utilizan todos los artilugios significantes para justificar esa posición, que coincide
con la evidencia estética mostrada por las patologías alimentarias.
La dificultad radica en cómo desalojarlos de alguna manera de esta posición, que
como dijimos es a su vez una cierta solución. La vía que abre cierta posibilidad es la de crearle un
síntoma, síntoma como salida posible de la toxicomanía, que consistiría en el fondo en
“enfermar al toxicómano” o al anoréxico-bulímico. Enfermar al sujeto de cosas que están
ocultadas y veladas en su propia trama, tras el fetiche de la sustancia/imagen.
El planteo que surge ante estas presentaciones es: “¿Cómo hacer parea que un
sujeto que encontró la solución al orden de las cosas, a la relación sexual, al inconsciente,
incluso al síntoma, cómo hacer para volverlo de algún modo sujeto de un síntoma freudiano? La
cuestión me parece consiste simplemente en hacerle amar, de una forma u otra, la palabra”15.
Miller responde que quizás, más que hacerlo amar la palabra, introducirlo a gozar
por la palabra y así sustituir de alguna forma a la droga que es la droga normal, a saber, la
palabra-goce.
Para que pueda subjetivarse que la droga es una solución tiene que plantearse
previamente un problema, y este siempre esta velado. La solución ha llegado antes, provista por
el mercado. El sujeto se presenta bajo ese significante que articula un goce, la droga o el alcohol,
significante que no abre otros sentidos ya que no se presenta en su equivocidad. Ocupa el lugar
que podría ocupar la restitución delirante que mostraría al menos la particular respuesta de
cada uno, o el síntoma en su singularidad, ya que ese lugar es obturado por el producto provisto
por el mercado que iguala a todos en su goce. Cuando éste no está, es la nada, y ahí emerge el

14
Sinatra, Ernesto, “¿Todo sobre las drogas?”, Ed. Grama, 2010.
15
ibídem

151
fenómeno casi corporal que empuja a salir en busca de algo que de color, que pueble ese vacío,
sin pasar por la subjetivación del mismo, por la confrontación con el agujero.
La condición preliminar es la del consentimiento por la vía de la palabra, tomada en
su valor de enunciación y no de mensaje (tal como la entienden las psicoterapias).
“Lacan llamó rechazo de la castración a este rasgo decisivo de la subjetividad
posmoderna, rasgo que fundamenta la modalidad discursiva del capitalismo: “Para ti todo es
posible, con la posesión de los bienes que te ofertamos no te faltará nada y serás feliz”. “¿Quién
quiere saber sobre la consecuencia de sus actos? ¿Quién se avergüenza por sus consecuencias?
Desde la practica analítica tenemos un respuesta a estas interrogaciones: un analizante; es el
quien, como sujeto de la experiencia, sostiene el honor de la interrogación sobre sus
condiciones de satisfacción; el que tiene vergüenza necesaria para cuestionar su relación con los
significantes amos de su goce”16.
La desaparición actual de la vergüenza resulta un límite de la práctica analítica. Si no
hay vergüenza no hay análisis posible. En este sentido llamamos analizante al sujeto que respeta
su singularidad, y que por esto mismo, se encuentra implicado en sus condiciones de goce
mucho más de lo que quisiera.
Desde esta perspectiva, el toxicómano, pero también por lo que vimos la anorexia-
bulimia, adviene como un signo que define la época. Son quienes, por excelencia, no se
avergüenzan de su goce, lo muestra hasta el extremo de inventarse un ser a partir de una
nominación que le viene como anillo al dedo desde el Otro social para seguir gozando en el
autismo tóxico.
Mauricio Tarrab al abordar el tema de “La eficacia del psicoanálisis”17 refiere que no
hay ninguna eficacia en el desciframiento de la anorexia, ni de la intoxicación, etc., ya que no
sería algo descifrable, sino que habría que producir un corte en su funcionamiento, para “que lo
que se realiza como goce se enrede en esas pocas hilachas de goce-sentido, que permita que ese
goce opaco tenga una nueva orientación”.
El declive de la autoridad paterna produce un déficit de dos cuestiones
fundamentales: déficit de la función del No, déficit en la creencia en el inconsciente. Siguiendo
con esta línea, no es que haya que reinstalar al padre sino al significante Amo del cual no se
puede prescindir, es lo que marca a un sujeto, en tanto es lo que representa a un sujeto.

16
Sinatra, Ernesto, “El toxicómano es un sin-vergüenza”, en Psicoanálisis Aplicado a las Toxicomanias,
TyA, Bs. As., 2003.
17
Tarrab, Mauricio, “La eficacia del psicoanálisis”, en “Los inclasificables de las toxicomanías”, Ed. Grama
2011.

152
Notamos que la función del padre se ha devaluado, teniendo como correlato algo de
lo que podríamos llamar la devaluación de la palabra. Como que todo es igual, todo es lo mismo.
(TV, dicen lo que quieren, se contradicen, se juntan, con programas que registran todo pero que
a la vez parece que nadie registra, a nadie le importa mucho, total es para pasar el rato). Hay
una abolición de la palabra en su valor de verdad.
Al analista le queda intentar hacer creer en el síntoma, sólo que para ello
necesitamos el consentimiento de un sujeto, que implica una elección: elegir entre creer en su
síntoma o creer en el goce del Otro hasta reventar. Es creer o reventar.
Se busca en un análisis buscar en el seno donde aparecieron los padecimientos. No
es restituir a la familia, sino a los lazos del sujeto con el Otro, que busque en su análisis los
significantes a los que está sujetado. Nos confrontamos así con sujetos agentes de síntomas
sociales, pero donde no se verifica un síntoma subjetivo, en tanto para constituirse como tal es
preciso creer en él.
En este sentido podemos referir que en esta patologías, si bien hay situaciones de
significativo riesgo inmediato, muchas veces vital, lo que si aparece como una constante y es
imprescindible antepones a cualquier intervención es una especie de urgencia subjetiva, de que
emerja algún sujeto que se pueda comenzar a implicar y responsabilizar en estos
comportamientos colectivos, anónimos y aceptados socialmente muchas veces porque resultan
funcionales a ciertas dinámicas, y sólo resultan preocupantes cuando hay otras miradas
presentes: escuela, policía, otros familiares, etc.
En muchas situaciones se presentan como comportamientos sin sujetos,
desconociendo motivaciones acerca del porque del consumo, o de su elección, utilizándose
rótulos cliché que dicen algo sin decir nada, que también son utilizados desde medios de
comunicación, donde todos los escuchan y no permiten involucrar a nadie.
Emergen como comportamientos maníacos, impulsivos, compulsivos, sin dimensión
simbólica, sin historia, sin dar cuenta de nada personal. Son modos generalizados de gozar,
impuestos desde afuera, que se ajustan muy bien a las exigencias de la actualidad de consumo,
de no preocupación, de un efímero presente con un futuro próximo de iguales condiciones.
Un solo deseo puede sostener nuestra intervención: la posibilidad de suponer una
subjetividad allí donde nada parece indicarlo. En este punto adicto no sería aquel que ha
perdido el control del consumo, sino aquel que ha renunciado a responder por la consecuencia
de sus actos, que ha renunciado a preguntarse si existe otra voluntad que no sea la de obedecer
el deber de consumir como la cultura le pide.

153
Se intenta introducir algo singular desde donde se pueda enlazar el padecimiento
anónimo y defensivo, y que enlace el cuerpo desde la emergencia de lo subjetivo no como mero
objeto de lo social.
El trabajo de un tratamiento es precisamente cómo desmasificarlos o cómo
particularizarlos uno por uno. En este sentido no hay respuestas para todos. Tenemos que
ubicar un goce y el sufrimiento que conlleva ese goce. De lo que se trata es ayudar a que se
constituta un síntoma.
En esto es fundamental en cualquier intervención la ubicación no desde el deseo de
curar sino de brindar una posibilidad de ser escuchado hasta tanto el sujeto pueda estar en
condiciones de poder elegir y asumir un tratamiento, no focalizando de esta manera las
intervenciones en el objeto “droga” sino intentar recortar lo singular de la subjetividad. Si bien
hay situaciones que se presentan de gravedad, hay que poder evaluar y considerar las
intervenciones a fin de no estropear la puesta en juego de la subjetividad. Cuando el deseo de
curar del equipo tratante se anticipa a la posibilidad del paciente de constituirse como tal, lo que
le permite poner en cuestión su adicción, la intervención terapéutica se queda trunca ya que no
se constituye como un vínculo diferente a los que el sujeto establece en sus lazos sociales.
De nuestra experiencia en el trabajo con sujetos que presentan problemáticas de
consumo de sustancias podemos recortar que la ausencia de demanda propia es una condición
que se repite. Trabajamos a fin de que algo de esta demanda, algo de la implicancia del sujeto
pueda recortarse y entrar en escena. Es lo que se propone, asociado a un espacio de escucha
donde algo de la demanda pueda constituirse, al escucharse, al hablar, al tropezar con frases
que en la reiteración, o en la puntuación ya no dicen lo mismo, dejando de ser modismos
populares para poder comenzar a ubicarse en una dimensión subjetiva. Es la implicación en sus
dichos y la puesta en juego de una demanda singular lo que va a permitir que el tratamiento no
sea una impostura, en el sentido de falsedad, pero también como el resultado de la imposición
penal, que atenta en gran medida contra la emergencia de lo inherente a la responsabilidad
subjetiva.
Como institución pretendemos salvaguardar la especificidad asistencial y preventiva
en la problemática de consumo actuales, reconociendo las dificultades que la práctica clínica con
estos pacientes conlleva, evitando caer en un furor curandis que sólo produciría una nueva
anulación de la dimensión subjetiva con el consecuente e inevitable fracaso terapéutico, no
dando espacio para que el sujeto pueda comenzar a preguntarse acerca de lo que
inevitablemente le compete.

154
BIBLIOGRAFÍA

 Assef, J. “El Cuerpo Hipermoderno. Postales almodovarianas sobre los efectos de la época”.
Revista Lacaniana de Psicoanálisis Nº14, EOL. 2013.
 Ideas y desarrollos extraídos del Libro “La última Cena: Anorexia y Bulimia, de máximo Recalcati,
Ed. Del Cifrado, 2004
 Miller, J-A, Laurent, E. “El Otro que no existe y sus comités de ética”. Paidos, Bs. As, 1998.
 Nepomiache, R. “Mens sana in corpore sano”. Revista Lacaniana de Psicoanálisis Nº14, EOL.
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 Sinatra, E. “¿Todo sobre las drogas?”. Grama Ed. Buenos Aires, 2010.
 Sinatra, Ernesto, “El toxicómano es un sin-vergüenza”, en Psicoanálisis Aplicado a las
Toxicomanias, TyA, Bs. As., 2003.
 Tarrab, Mauricio, “La eficacia del psicoanálisis”, en “Los inclasificables de las toxicomanías”, Ed.
Grama 2011.

155
Taller Nº 8
Espacio de orientación

Lic. en Psicología, Constanza Depetris.


c_depetris@hotmail.com

La orientación no sólo se da en el marco de la intervención, que realizan los


profesionales de la salud, en función de las problemáticas de consumo. Los padres, docentes y la
sociedad en general van configurando saberes que se convierten en puntos de referencia hacia
donde luego se orienta a niños, niñas y adolescentes.
Muchas veces dichos saberes se sostienen en estereotipos o prejuicios dejando de
lado la particularidad del sujeto que ha tenido algún tipo de contacto con situaciones de
consumo.
Por lo que la finalidad de este espacio es abrir un cuestionamiento acerca del modo
de posicionarse, con respecto a las problemáticas de consumo, en el contacto con niños, niñas o
adolescentes, ya sea desde la función de padres, profesionales, docentes, etc.
En tanto que la función y el lugar, desde donde se sostenga una teoría, un saber, una
ideología, determinarán la modalidad de intervención en el tiempo de realización de un
diagnóstico, una derivación, una actividad educativa, una actividad preventiva, una orientación o
un tratamiento.

Objetivos

Abrir un cuestionamiento acerca de las diferentes modalidades en que se configura


una intervención en el marco de las problemáticas de consumo.
Posibilitar un espacio de intercambio de modo de lograr una articulación entre el
saber teórico con respecto a las problemáticas de consumo y la experiencia adquirida en el
contacto con niñas, niños y adolescentes.
Delimitar cuál es el lugar y la función desde donde se va a intervenir.
Trabajar conceptos relacionados con el contexto actual y la función de la familia para
reflexionar sobre el posible impacto que tienen en la subjetividad individual.

156
La orientación como modalidad de intervención

Según la Real Academia Española orientar es:


• Colocar algo en posición determinada respecto a los puntos cardinales
• Dirigir o encaminar a alguien o algo hacia un lugar determinado.
• Dirigir o encaminar a alguien o algo hacia un fin determinado.
Lo que hace a la definición misma de orientación es que sitúa una referencia. ¿Quién
es el que establece la referencia en la orientación como forma de intervención? ¿Qué saber se
pone en juego a la hora de orientar? ¿Qué se toma de referencia cuando se orienta?
El marco teórico, la técnica y la metodología delimitarán la modalidad en que se
introduzca el concepto de orientación en el momento de intervenir.
En general, las teorías que sostienen como referencia al tóxico apuntan a que la
orientación a padres, docentes, profesionales, etc., se sustente en la detección, por parte de los
mismos, de conductas de riesgo o conductas asociadas al consumo que se suponen universales.
Estas conductas serían las que dan indicios de un posible consumo, en tanto, dependen de los
efectos del tóxico y no del impacto a nivel subjetivo que puede tener el mismo.
Dichos modelos teóricos dan al objeto (por ejemplo la droga) una entidad
independiente del sujeto, situándolo desde la legalidad o la ilegalidad, desde los daños que
genera a nivel orgánico; o bien, apuntan a establecer como causa principal de acceso al
consumo al contexto (social, económico, familiar, etc.).
Frente a esas posturas teóricas se encuentran aquellas que sitúan al consumo como
una problemática multicausal, en donde lo primordial es establecer qué concepción se sostenga
del sujeto. En tanto, de ello va a depender cómo se pueda pensar el impacto de las múltiples
causas en la subjetividad individual.
Los modelos teóricos que toman como referencia la particularidad de cada sujeto,
sostienen que el sujeto es atravesado por una cultura y los discursos que la soportan,
atravesado por una familia, por una realidad social y económica, etc.; y es en el encuentro del
sujeto con dichos factores donde se configuran diferentes formas de relación, del mismo, con
los objetos que lo rodean.
Siguiendo esta lógica, el consumo, en general, puede pensarse como respuesta de un
sujeto frente a una articulación singular y compleja de múltiples causas como otro sujeto, por
ejemplo, puede responder con agresión, aislamiento, síntomas, inhibición o angustia. Por lo que

157
dependerá de cómo un sujeto se inscriba en el contexto, en la familia, en el trabajo, en la pareja,
etc., que podrá o no responder estableciendo una relación con diferentes objetos, por ejemplo,
con un tóxico.
La función de quien intervenga, desde este tipo de posicionamiento con respecto a
las problemáticas de consumo, está orientada a escuchar ahí dónde el sujeto puede
fundamentar su acto, dónde pueda situar la función que tiene la relación con determinado
objeto, de modo de ir recortando a través de la escucha qué se juega desde lo individual.
Asimismo, la orientación, como una de las modalidades de intervención, estará
destinada a poner en juego un marco teórico, una técnica y una metodología para que
conjuntamente con el otro (padre, docente, profesional, etc.) se pueda producir un saber
particular acerca de la situación por la que consulta. En tanto, se sostiene, por ejemplo, que no
existe un modelo único de ser padres, ni saberes universales de como dichos padres tienen que
actuar frente a sus hijos.
Entonces hay un sujeto, hay factores sociales, familiares e individuales y está el
objeto.

Factores Sociales
Sujeto Factores Familiares Objeto
Factores Individuales

El acento va a estar puesto en cómo y desde dónde se conceptualice la singular


articulación entre estos elementos. Lo cual delimitará, a su vez, el lugar desde donde se va a
conceptualizar la temática, desde donde se va a intervenir, desde donde se va a escuchar, desde
donde se va a orientar, etc.
Si se pone el acento en una sola causa para explicar el consumo se deja por fuera la
posibilidad de escuchar que le pasó a ese sujeto, en particular, que ha establecido un vínculo
problemático con una sustancia. Por ejemplo, si el acento esta puesto, solamente, en el tóxico y
sus efectos, se puede establecer, teóricamente de acuerdo a investigaciones y a la estadística,
que la cocaína genera sensaciones de omnipotencia, euforia, hiperexcitación, etc., pero no se
interroga qué le produce a ese sujeto en particular la cocaína, en qué momento comenzó su
consumo, cuándo consume, para que consume, etc.
En esta línea se sostiene que no existe una sumatoria de causas que den como
resultado problemáticas vinculadas al consumo, ni que el sujeto es una sumatoria de síntomas.

158
El sujeto es productor de síntomas y esos síntomas hablan de una modalidad particular en que
se expresa el padecimiento humano. Por lo que cuando el encuentro con un objeto resulta
problemático se puede pensar que se ha vuelto un recurso que ha encontrado un sujeto para
contar, para hacer un relato de lo que padece.

Lo cultural, lo familiar y el sujeto

En “El Malestar en la Cultura” (1930) Freud define a la cultura como “... la suma de
operaciones y normas que distancian nuestra vida de la de nuestros antepasados animales, y
que sirven a dos fines: la protección del ser humano frente a la naturaleza y la regulación de los
vínculos recíprocos entre los hombres”.
Es decir, que una de las funciones de la cultura es establecer un sistema normativo
por el cual las pulsiones originarias del ser humano, la pulsión de muerte y la pulsión de vida,
sean limitadas. En tanto las mismas en un estado desenfrenado imposibilitarían la persistencia
de una cultura.
Dicha limitación pulsional permite un ordenamiento de las relaciones, en tanto, el
amor mantiene cohesionados a los miembros de la cultura estableciendo vínculos recíprocos
como efecto de la trasmutación de una moción de amor con meta sexual por una moción de
amor con meta inhibida; posibilitando lazos de fraternidad, amistad, ternura etc. A su vez, la
agresión es vuelta hacia la propia persona bajo la forma de consciencia moral a partir de la
interiorización de los preceptos culturales.

Siguiendo esta línea, Lacan, introduce el concepto de ley como aquello que ordena
las relaciones y que regula la satisfacción pulsional. Se trata de una ley fundamental que limita,
normativiza, configura un orden externo e instituido, que antecede y predetermina al sujeto.
Esta ley es la ley del lenguaje, en tanto, que la misma establece una distancia entre
los seres humanos y los animales no sólo porque regula los intercambios sociales sino, también,
porque el lenguaje es privativo del ser humano.
La institución encargada de transmitir esta ley fundamental es la familia. En ella se
transmiten ideales, identificaciones, preceptos culturales, prohibiciones pero, también, la
posibilidad de una satisfacción pulsional que sustituya a la descarga directa.
Desde antes de nacer ya estamos inscriptos en un mundo de palabras: “será como el
padre” “será alegre” “será jugador de futbol” “será contadora”. Son palabras que portan lo que

159
los otros esperan de nosotros. Pero siempre habrá una inadecuación entre lo que los padres
desean y lo que luego el sujeto pueda producir desde la diferencia. Esta imposibilidad de colmar
al otro queda inscripta en el psiquismo como una falta, luego ni el Otro sexo, ni el Otro del
trabajo, etc., llegarán a colmar esa falta.
El concepto de falta es muy importante porque se articula con el concepto de deseo,
en tanto, que es en relación a una falta donde se desea. No se desea lo que se tiene se desea lo
que falta.

o Función de la madre

La primera persona que introduce al niño en la trama del lenguaje es la madre. Es la


primera que cuida al bebé quien en esa época todavía es incapaz de satisfacer sus propias
necesidades y, por lo tanto, depende absolutamente de otro que lo cuide.
La madre comienza a poner en palabras lo que supone que al bebé le pasa (llora
porque tiene frio, llora porque tiene hambre, etc.). Así, cada sensación, que el bebé tiene, va
siendo asociada con una palabra.
Cuando la madre atiende al bebé, también, le brinda objetos que satisfacen sus
necesidades, estos objetos adquieren el valor de muestras de amor de parte de ella. Más tarde
la misma presencia de la madre quedará simbolizada en relación al amor y su ausencia como
pérdida de amor.
Una vez colmadas las necesidades se instala una demanda de amor incondicional
que resulta imposible. Esto persiste como un resto que constituye el deseo.
A partir del interjuego simbólico, de presencia y ausencia, el niño descubrirá que su
madre no es completa, que le falta algo, que desea algo más allá de él por lo que buscará
ponerse como objeto de deseo de la madre. De ahí que ser deseado por la madre es su primero
deseo, pero esto supone el riesgo de no acceder al deseo propio, lo que le imposibilitaría
advenir como sujeto diferente.

o Función del padre

El padre, desde su función, será el representante de los preceptos culturales. Esto


posibilita regular el deseo al establecer una distancia simbólica entre el deseo de la madre y el

160
deseo del sujeto. Distancia que opera a partir de unir el deseo a una prohibición. En este acto el
niño se da cuenta que su madre también esta sujetada a dichos preceptos que hay algo más que
los determina.
De este modo, el padre aparece como privador en tanto priva al niño de ser objeto
de deseo materno y priva a la madre de que el niño se convierta en un objeto que la complete;
pero al mismo tiempo aparece posibilitando el acceso al deseo. Asi el niño asumirá que no
puede completar a la madre.
Además de regular el deseo, la función paterna, también, establece un
ordenamiento a la satisfacción pulsional, es decir, que establece límites, rodeos para lograr la
descarga.
El padre no es un ser real es una función que puede ser desempeñada aún ante la
ausencia del padre. Del mismo modo, ante la presencia del padre puede que no operen los
efectos de su función.
Esto supone una operación que viene a hacer que el niño tenga que asumir que no
puede completar a la madre que el no tiene lo que la madre desea.
En cada época, las formas de vida y de relacionarse han ido cambiando. En la
actualidad, el debilitamiento de figuras de autoridad, las nuevas modalidades de establecer
lazos sociales a través del consumo, la preponderancia del discurso científico y tecnológico
anudado, todo ello, a la lógica del capitalismo, no sólo ha dado lugar a nuevas configuraciones
familiares sino que, también, ha tenido un fuerte impacto en la subjetividad individual.
En la posmodernidad, asistimos a lo que se ha dado en llamar declinación de la
función paterna y, con ello, a la caída de todos los ideales que han encarnado dicha función. Esto
ha generado el debilitamiento de las instituciones, los sistemas normativos, las creencias
religiosas, etc., como reguladores del pensamiento y el hacer. En consecuencia prevalece una
tendencia a la satisfacción directa e inmediata, en tanto, origina que la brecha entre la
necesidad y su satisfacción se reduzca.
A su vez, la ciencia y la tecnología construyen objetos que parecen completar al
sujeto y colmar la falta estructural taponando, cuando no, extinguiendo el deseo.
La lógica del discurso capitalista alberga como imperativo un empuje al consumo,
por lo cual la relación con los objetos se da en el plano de los excesos precipitando al sujeto a un
hacer mortífero con los mismos.
El dolor encuentra su “remedio” de cualquier forma, en cualquier envase, con
cualquier efecto; y el sujeto es compelido, intimado, por fin obligado a hacer uso o, incluso,

161
abuso de “productos y/o servicios” que se proponen ilusoriamente como un freno al
sufrimiento.
El impacto, que esto genera a nivel subjetivo, muchas veces aparece vinculado a la
violencia, adicciones, abusos, muertes, conductas de riesgo, fiestas interminables, etc.
El debilitamiento de figuras de autoridad y modelos identificatorios en el seno de la
familia, producen una fractura a nivel de los lazos sociales que se cristaliza en otras modalidades
de padecimiento como la segregación, incomunicación, soledad, depresión, rechazo de las
particularidad, individualismo extremo, retraimiento, etc.
Sin embargo, ni el contexto ni la familia puede pensarse como la causa del
padecimiento de un sujeto; la causa, radica en las decisiones del sujeto y por las contingencias
del encuentro del sujeto con su realidad.

162
BIBLIOGRAFÍA

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