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Hna.

María de las Virtudes

“Os ha nacido hoy un Salvador”

Obras de teatro sobre la Navidad


para toda la familia
“Por la palabra oral y escrita queremos prolongar al Verbo”
Constituciones de las “Servidoras del Señor
y la Virgen de Matará “, Nº 16.
A los niños y a todos los responsables de su formación cristiana:
padres, maestros, catequistas, sacerdotes y religiosas.
Índice

Presentación
El pesebre viviente
Prólogo

Pesebres vivientes
Pesebre Viviente “Francisco ayuda a Francisco”
Pesebre Viviente “Dios ha nacido en mi casa”
Pesebre Viviente “El cielo nos cuenta la navidad”
Pesebre viviente: “Mi pequeño corazón para Jesús Niño”
Pesebre Viviente “La estrella nos guía a Belén»
Pesebre Viviente “Los dos José»
Pesebre Viviente “Francisco hacia Belén”
Pesebre Viviente “Navidad sobre el altar”
Pesebre Viviente “Hagamos a Jesús un pesebre espiritual”
Pesebre Viviente: “Nos lo contó María”

Recreaciones piadosas de Navidad


Un alma en la Navidad
Cordero, Rey y Pastor
El Don
Cristo, esperanza de la Gloria
Y fueron prefigurados

Suplemento
Carta del papa Juan Pablo II a los niños en el año de la Familia 1984
Santo Rosario de la Natividad para rezar en familia.
Poesías de Navidad
Presentación

El pesebre es un gran misterio y un gran milagro.


Interviene la Santísima Trinidad, el Padre, el Hijo y el Espíritu
Santo; la Santísima Virgen, San José, los Pastores, los Reyes
Magos, la Estrella (y nunca debería faltar la estrella), el buey y
el burrito, y todo lo que quisiésemos poner, porque, sobre todo,
estaba el Niño, y por el Niño estaba y está toda la humanidad a
su alrededor, haciéndole regalos y rondas, cantando villancicos y
comiendo cosas ricas, con la alegría que sólo poseen los que han
tocado el manto de Jesús.
Ningún hombre sabio se burla jamás de lo que iluminó
nuestros corazones infantiles.
Como explica Fray Luis de Granada: Es uno de los misterios
de la vida de nuestro señor Jesucristo, más dulces, más devotos,
y más llenos de maravillas y doctrinas este de su glorioso
nacimiento.

“En esta día, los cielos están destilando


gotas de miel por todo el mundo”.

¡Miremos hermanos a Jesús! no sólo con la corona con que


lo engendró Dios Padre desde toda la eternidad, sino con la que
lo coronó la Madre cuando lo dio a luz y lo vistió de nuestra
humanidad. ¡Venid a ver a Dios! no ya en el seno del Padre, sino
en los brazos de la Madre; no entre los coros de los ángeles, sino
entre viles animales; no sentado a la diestra de la majestad, sino
reclinado en su pobre pesebre; no tronando y relampagueando
en el cielo, sino llorando y temblando de frío en un humilde
portal.

Presentación | 11
¡Venid a ver al Cristo de Dios! llegó aquella hora tan
deseada por todas las gentes, tan esperada en todos los siglos,
tan prometida en todos los tiempos, tan cantada y celebrada en
todas las escrituras divinas. ¡Venid a ver al Hijo consustancial
con el Padre! llegó aquella hora de la cual depende la salvación
del mundo, la reparación del cielo, la victoria sobre el demonio,
el triunfo sobre la muerte y el pecado, por la cual lloraron y
suspiraron todos los santos.
Era la medianoche, mucho más clara que el mediodía,
cuando todas las cosas estaban en silencio y gozaban del sosiego
y reposo de la noche quieta. En esa hora dichosa sale de las
entrañas virginales de la Santísima Virgen, el unigénito Hijo de
Dios. ¡Contemplémosle!
En esa tan dichosa hora, aquella Omnipotente palabra de
Dios, el Verbo Eterno, el Hijo Divino, habiendo descendido del
cielo, apareció vestido de nuestra carne, en todo semejante a
nosotros menos en el pecado. ¡Miremos al Dulce Niño! ya sabe
de bien y de mal, sabe de llorar, sabe de penas, sabe de lágrimas,
sabe de trabajos, de dolores y gemidos; y pasa por todo eso por
amor a nosotros. ¡Admirémonos del Santo Pesebre! Hasta tanto
llegó la bondad, la misericordia, y el amor de Dios para con los
hombres, que cambió su Santo Templo por el establo y el cielo
por el Pesebre, por amor a nosotros: obras llenas de amor que
aquellos mismos por quienes las hacia tuvieron por locura (cfr.
1 Cor 1,18).
¡Aprendamos viendo al Divino Infante! Aquí condena
la codicia, raíz de todos los males. Desde la cuna del pesebre,
desde esa cátedra celestial, es esa la firme lección que nos da.
¡Oh glorioso pesebre dónde la palabra de Dios, enmudecida
tanto más claramente habla, cuanto más calladamente avisa!
Mira hermano, no te apartes de este establo donde la palabra de
Dios, callando, llora; más este llanto es más dulce que todas las
palabras de los hombres y aún que toda la música de los ángeles
del cielo.

12 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


¡Gocemos viendo al Niño Misericordioso! Dulce cosa es
contemplarlo y no solo dulce, sino poderosa y eficaz para curar
nuestras llagas. Él estaba en la gloria y yo en la miseria. Él
admirable y yo miserable, pero inclinó los cielos, descendió a la
tierra y me sacó del barro y me lavó y vistió y reparó y confirmó.
Me dio su mano cuando nació, me sacó cuando predicó, me lavó
cuando murió, me vistió cuando resucitó, me reparó cuando
subió al cielo, me confirmó cuando envió al Espíritu Santo.
Pero ¿quién es este tan alto y tan bajo, tan grande y tan
pequeño? Pequeño en la carne, en el pesebre, en el establo, más
grande en el cielo a quién las estrellas servían; grande en los aires
dónde los ángeles cantaban; grande en la tierra dónde Herodes y
Jerusalén temían. ¡Extasíate en la humildad y grandeza de Jesús!
Grande humildad es ser Dios concebido, más grande gloria
es ser concebido del Espíritu Santo.
Grande humildad es nacer de una mujer, pero grande gloria
es nacer de una Virgen, y tal como es María.
Grande humildad es nacer en un establo, pero grande gloria
es ser anunciado por una estrella.
Grande humildad es estar entre animales, pero grande gloria
es ser cantado y alabado por los ángeles.
Grande humildad es ser circuncidado, pero grande gloria es
el nombre que allí le ponen de Salvador.
Todo esto para que supiésemos, quién era y a lo que venía. Si
miras quién Él era, a Él convenía toda gloria y toda honra, porque
era Hijo de Dios; más si miras a lo que venía, a Él convenía toda
humildad y toda pobreza, porque venía a curar nuestra soberbia.
Con lo uno confirma nuestra fe, con lo otro edifica nuestras
costumbres.
¡Miremos a Jesús!:

-Aprenderemos la humildad del corazón,


-el menospreciar las glorias del mundo,
-la desnudez y pobreza de espíritu tan celebrada en el Evangelio.

Presentación | 13
¡Mirémoslo! Es hermosísimo en el cielo y hermosísimo en el
establo, hermosísimo en el trono de su Iglesia y hermosísimo en
el pesebre de Belén, hermosísimo entre los coros de los ángeles y
hermosísimo entre el burrito y el buey.

“En este día, los cielos están destilando gotas de miel por todo el
mundo”.

Les deseo la alegría pura y sin par de Navidad a todos los


lectores de este bello libro.

Padre Carlos Miguel Buela, IVE.


Génova (Italia), 1 de noviembre de 2015.

14 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


El Pesebre Viviente

El “pesebre viviente” es un “auto”, es decir, una composición


dramática de breves dimensiones y en la que, por lo común,
intervienen personajes bíblicos o alegóricos. Pero tiene
como curiosa característica que mientras su antecedente más
próximo, o al menos “mediano”, se remonta a la costumbre
medieval de celebrar la fiesta del Santísimo Sacramento del
Altar representándolo dramáticamente (se llamaba “misterio” a
este evento) y mientras alcanzó su máxima expresión religiosa
en el “auto-sacramental” español (que ha hecho inmortales los
nombres de Calderón de la Barca, Lope de Vega, Tirso de Molina,
Mira de Amescua o Francisco de Rojas), con el que esta católica
nación hizo el mayor acto de artística afirmación religiosa
contra la herejía protestante, digo que, mientras encontramos
en estas expresiones medievales y renacentistas sus antecedentes
medianos, el más remoto debemos buscarlo en el mismo relato
evangélico de san Lucas donde se nos narra el primer pesebre
viviente. Al llamar “pesebre viviente” al histórico acontecimiento
del nacimiento de Cristo, no quiero simplemente decir que
nuestros tradicionales pesebres o belenes (realmente antiguos,
pues si atendemos, por ejemplo, a la breve historia del catolicismo
argentino, el primer pesebre en la Quebrada de Humahuaca,
en Jujuy, fue levantado por el misionero Gaspar de Monroy, en
1594, en el Vallecito del Cerro) sean una re-presentación de los
hechos ocurridos el día del Nacimiento de Jesús, lo que se cae de
maduro. A lo que me refiero con esta expresión es que considero
que el mismo Nacimiento de Cristo fue un “auto”, es decir, una
composición dramática donde Dios dio vida, con personajes
reales, a todo el drama de la historia humana y de los insondables
misterios celestiales.

El Pesebre Viviente | 15
María tenía carne y huesos, y un alma resplandeciente;
también José; aún más real que ellos era aquella naturaleza
humana asumida por el Verbo eterno que se hamacaba en los
brazos delicados de la flor de Nazaret. Y también eran reales
los pastores de ovejas, los ángeles que se asomaban en el cielo,
los magos que montaban empinados camellos por el desierto,
los sabihondos que estrujaban sus cabezas para responder las
preguntas de Herodes y los esbirros que éste preparaba en sus
caballerizas para comenzar la primera persecución “cristiana”.
Todos eran reales, pero todos eran también símbolos vivientes
de verdades eternas. Cada uno representaba alegóricamente una
verdad (una virtud o un vicio). María representaba la Pureza
virginal, única flor sobre la que se posa el Espíritu de Dios que
fecunda cuanto toca; José el Silencio paternal y providente
del Padre eterno; Jesús, el Amor hecho visible; los pastores, la
Humildad y la Pobreza de corazón, virtudes sin las que no hay
anuncios eternos de parte de Dios al corazón del hombre; los
ángeles representaban al Cielo vuelto hacia la tierra con la misma
intensidad y curiosidad con que los hombres miran el cielo en
las noches estrelladas (porque las estrellas esta Noche habían
nacido bajo tierra); los magos o sabios de Oriente, encarnaban
la Sabiduría verdadera que está atenta a los mensajes de Dios
en las cosas ordinarias y no teme sacrificarse por conocer la
verdad; los sabios de Jerusalén, la Ciencia del hombre y el
Conocimiento divino despojados del amor a Dios, hábiles para
señalar a Dios, pero, por desamorados, estériles para unirnos a
Él; Herodes, la Inquietud y el Temor del poder mundano, que ve
en la cueva de Belén no ya una fría gruta escavada en las entrañas
de la tierra para albergar a Dios, sino una grieta y una brecha
que hacía tambalear sus palacios, su poder y su corona. Y toda
esa historia maravillosa se iba a repetir cientos de veces en la
historia de los hombres en cada manifestación oculta de Dios a
los sencillos, en cada virgen que ve nacer en su corazón al Hijo
de Dios por el amor y la consagración, en cada varón providente

16 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


que vela sobre los desamparados, en cada humilde a quien Dios
descubre los secretos del Cielo, en cada sabio que corre tras la
verdad y descubre que se ha encarnado por los hombres, en cada
ambicioso que persigue y mata la inocencia para perpetuar su
esencialmente efímero poder terreno.
Si esa Navidad primera que narra la limpia pluma de san
Lucas, es al mismo tiempo historia y profecía, realidad y alegoría,
¿cómo no comprender que de modo espontáneo el espíritu
cristiano tarde o temprano la perpetuara con imágenes de yeso
o barro, o personajes de carne y hueso? La Navidad explica la
historia de los hombres y de la relación de los hombres con Dios.
Habla del pecado del hombre que hace necesario que Dios baje
a las entrañas de la tierra y se esconda en una gruta de tierra
como una semilla para hacer nacer un nuevo linaje de hombres
que sean trigo de Dios. Habla del infinito amor de Dios, capaz de
surcar la infinita distancia que separa al Creador de la creatura.
Habla del bien, habla de la frialdad de los corazones que cierran
sus puertas a la mujer que debe dar a luz la Luz y habla de la
maldad del malvado que quiere apagar la Luz que Dios acaba de
encender en la oscuridad del mundo.
El “pesebre viviente” es la adaptación de ese misterio a los ojos
de los niños y una misericordiosa catequesis para los grandes que
ven representadas sus virtudes y defectos en aquellos personajes
infantiles. Y para muchos puede ser una nueva personificación
de ese Dios que pide albergue en las almas de los hombres
golpeando sus corazones en esta fría noche de la historia que
estamos viviendo.

P. Miguel Ángel Fuentes, I.V.E.

El Pesebre Viviente | 17
Prólogo

Durante la tradicional bendición de las figuras de la Natividad


que se hace cada año en el Vaticano, el Santo Padre Benedicto XVI,
con sus propias palabras, ha hecho hincapié en que “el pesebre es
una forma eficaz de transmitir la fe” (Ángelus 11/12/2005). Fue,
pues, sólo este fin el que me impulsó a escribir para nuestros niños
esta serie de representaciones navideñas en las que, junto con sus
familias, pueden descubrir, a través de una forma diferente de
catequesis, como puede ser y es precisamente el de la obra teatral,
el tesoro de fe cristiana contenida en cada misterio de la vida de
Nuestro Salvador Jesucristo. De esta manera el niño aprende a
profundizar en el misterio del que ya es parte por la gracia del
bautismo, pero que debe y será siempre necesario profundizar
y desarrollar a lo largo de su vida cristiana. Y la escena de la
natividad es una valiosa forma de enseñar y ayudar a nuestros
hijos a orar y contemplar “desde dentro” a Jesús y María cerca de
sus corazones. Creo firmemente además que adorar al que nace
en Navidad nos ayudará a conocer y amar más a quien muere
por nosotros en Pascua, de este modo la adorable Persona del
Salvador marca toda la vida cristiana reviviendo sus misterios.
Este libro es simplemente una propuesta de trabajo para todos
aquellos que quieren ofrecer en sus parroquias y apostolados una
manera diferente de VIVIR la Navidad, un misterio tan grande
y maravilloso que, lamentablemente, a veces perdemos de vista
en su principal mensaje de salvación, dejándonos llevar de lo que
no es Navidad. OS HA NACIDO UN SALVADOR: esto es lo que
descubrimos en cada Navidad, amar a Dios encarnado y nacido
por nuestra redención. Se trata, en definitiva, del mayor misterio
que no tiene ni tendrá ninguna comparación en la historia e
ilumina toda nuestra existencia.

Prólogo | 19
Espero fervientemente que nuestros niños puedan ser los
cristianos de la fe madura del mañana, que puedan redescubrir
las raíces cristianas de nuestro continente y del mundo, y que al
vivirlo plenamente se conviertan en la nueva generación a la que
Cristo se dirigió como el Niño frágil de Belén para encontrar ese
fuego de amor que arde en el día de su retorno glorioso como
Rey de Reyes y Señor de todos los corazones.
En este libro están contenidos algunos pesebres vivientes del
primer libro sobre los mismos escrito en italiano “Un Bambino é
nato per noi” y otros, escritos en diversos años y según el público
al que iba destinado.

¡Feliz Navidad!

Agradezco sinceramente a todos los que me ayudaron


e hicieron posible con su generosidad cristiana, la presente
publicación. Especialmente agradezco a nuestro padre Fundador,
Revdo. P. Carlos Miguel Buela por haber accedido a redactar la
presentación de este libro.

Hermana María de las Virtudes S.S.V.M.

20 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


Francisco ayuda a Francisco

La historia de la primera escena de la natividad


hecha por San Francisco de Asís.

San Francisco de Asís quedó tan conmovido por el misterio de la


Encarnación que decidió reproducirlo en Greccio como Pesebre viviente,
convirtiéndose así en el fundador de una larga tradición popular que
todavía conserva su valor para la evangelización.
El Pesebre viviente puede, de hecho, ayudarnos a comprender el
secreto de la verdadera Navidad, porque habla de la humildad y de la
bondad misericordiosa de Cristo, que “siendo rico, se hizo pobre” (2 Cor
8,9) por nosotros. Su pobreza enriquece a quien la abraza y la Navidad
trae alegría y paz a aquellos que, como los pastores de Belén, aceptan
las palabras del ángel: “Esta es una señal: un niño envuelto en pañales,
acostado en un pesebre” (Lc 2,2). Esta es la señal, incluso para nosotros,
los hombres y mujeres del tercer milenio. NO HAY OTRA NAVIDAD.

Benedicto XVI
Elenco de personajes

Francisco
Ángel de la guarda
Antonio
Pablo
Marisa
Ana
Hombre 1
Hombre 2
Mujer 1
Otros niños
San Francisco
Giovanni
Gente
Padres
Escena Uno

(Hora de salida de los niños de la escuela. Se forman pequeños


grupos que conversan, se saludan y se van. Francisco se encuentra
en el centro de uno de estos grupos)

Francisco:- Chicos, ¿qué piensan ustedes de la propuesta de la


profesora? ¡Tengo una idea!
Antonio:- Dínosla.
Francisco:- Podríamos hacer una investigación sobre los orígenes
de la escena del nacimiento de Jesús, Nuestro Señor, quién fue el
primero en hacerlo, dónde, etc...
Pablo:- ¿Y cómo se te ocurrió hacer eso? ¿Por escrito?
Francisco:- No, pensé en presentarlo como...obrita de teatro.
Marisa:- ¡Hermosa idea!
Ana:- Creo que puedo ayudar con los trajes. Mi mamá y mi abuela son
costureras, podrían darnos una mano.
Antonio:- Y mi padre es carpintero, también podría ayudarnos.
Francisco:- Todo sirve. Hablen con sus padres; incluso abuelos,
hermanos o primos, todo el mundo puede ayudar. El lunes nos
volvemos a ver y nos ponemos de acuerdo sobre el trabajo a
realizar. ¿Verdad? Adiós.
Todos:- ¡Adiós, hasta el lunes!

Escena Dos

(Francisco en su casa en medio de muchos libros. En una esquina


está su ángel de la guarda, pero Francisco no ha advertido
todavía su presencia)

Ángel:- ¿Necesitas una mano?


Francisco:- ¡Ángel Guardián, llegaste justo a tiempo!
Ángel:- Yo estaba aquí desde hace tiempo esperando que invocaras
mi nombre. Ya sabes que siempre estoy a tu lado para ayudarte en
todo. Es mi trabajo.

Francisco ayuda a Francisco | 23


Francisco:- Es cierto. A veces me olvido de tu presencia y todas las
cosas son más fáciles cuando estás allí, querido ángel.
Ángel:- Entonces, dímelo todo.
Francisco:- En la escuela, la profesora nos pidió que hiciéramos algo
para Navidad. Tuve la idea de hacer una cosa particular en la que
toda la familia pudiese intervenir, cada uno haciendo lo que sabe
y puede hacer. Siento mucho que en las otras escuelas ni siquiera
piensan en estas celebraciones de nuestra fe y celebran estas fechas
como una fiesta cualquiera. Jesús nació y nadie se da cuenta.
Ángel:- Es verdad eso que dices. Entonces, ¿cuál es propiamente el
trabajo que debo hacer?
Francisco:- Ayudarme a encontrar los orígenes del primer pesebre
viviente.
Ángel:- ¡Muy buena idea! Lo primero que haré es llamar a un gran
ejército de ángeles para hacer el anuncio a los pastores, y también
para cantar el “¡Gloria a Dios en las alturas.”
Francisco: - Ángel, ¡eres realmente grande! Pero me falta material para
escribir algo...
Ángel:- (Saca de debajo de un ala un libro) ¿Qué?
Francisco:- Y esto, ¿qué es?
Ángel:- La Vida de San Francisco de Asís.
Francisco:- Bueno, tal vez no me expliqué bien, Ángel. Necesito un
libro sobre los orígenes de la escena de la natividad.
Ángel:- Ábrelo... en la página 136 encontrarás lo que buscas.

(Francisco toma el libro y lee).

Francisco:- “La historia de la primera escena de la natividad hecha por


San Francisco de Asís en Greccio”.
Ángel:- Y creo que el lunes lo tienes que llevar a tus amigos para el
trabajo a realizar, ¿no es cierto?
Francisco:- Cierto. Pero ¿por qué me haces esa observación?
Ángel:- Por nada... por nada (Él camina por la habitación con un aire
de misterio). Extraño... ya debería estar aquí.

24 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


Escena Tres

(Entra en escena San Francisco de Asís. Francisco lo mira con


asombro.)

San Francisco:- Siento llegar tarde, ángel de la guarda. Tenía algunas


cosas que hacer hoy fuera de lo normal. He tenido un montón de
oraciones que pedían por mi intercesión por diferentes necesidades
y yo no podía dejar a nadie sin una respuesta. Ya sabes que en el
cielo nuestro trabajo es ayudar a nuestros hermanos y hermanas
que están todavía en la tierra. (Mirando a Francisco) Tú debes ser
Francisco, ¿verdad?
Francisco:- Sí.
San Francisco:- Y yo soy San Francisco de Asís. (Se estrechan la
mano) Estuve presente el día de tu bautismo en la pila bautismal
porque llevas mi nombre, por eso me he convertido en tu patrono
particular.
Francisco:- Gracias, San Francisco. Pero tú... tú has venido...
San Francisco:- Sí, para ayudarte en tu trabajo para la escuela.
Francisco:- ¿En serio?
San Francisco:- ¡Por supuesto! Y luego, hablando de la Navidad es el
misterio más querido y más dulce para mi corazón. Por lo tanto,
¿tienes un lápiz y papel a mano?
Francisco:- Aquí estoy listo. ¿Qué tengo que hacer?
San Francisco:- Escuchar y rezar al Niño Jesús y a la Virgen María
para que todas las almas del mundo puedan vivir en plenitud la
Navidad.
Francisco:- ¡Así lo haré!

(Francisco y su ángel de la guarda se sientan junto al santo, uno


a cada lado, y lo escuchan con mucha atención)

San Francisco: - Así que ... fue un día del año mil doscientos ... cuando
yo estaba hablando con un muy querido amigo mío, llamado
Giovanni, a quien le dije...

Francisco ayuda a Francisco | 25


(Se apagan las luces. Comienza la representación de la historia
del pesebre)

Escena Cuatro

San Francisco:- Me gustaría llevar Asís a Belén...


Giovanni:- ¿Cómo?
San Francisco:- No, no, espera. Más bien, traer Belén a Asís.
Giovanni:- Lo siento Francisco, pero todavía no te entiendo.
San Francisco:- Simple. Me gustaría volver a vivir el misterio del
nacimiento de nuestro Salvador viéndolo con los ojos del cuerpo
para despertar los ojos del alma y del corazón y así se abrasen de
amor. Greccio es un lugar adecuado. Hay varios establos que nos
pueden servir. ¿Me darías una mano, amigo?
Giovanni:- ¡Por supuesto! ¡Cuenta conmigo!
San Francisco:- Entonces, mira antes de hablar con los dueños de
algunos establos en Greccio. Les puedes decir que una familia lo
necesita: lo cual es cierto, porque la Sagrada Familia todavía va en
busca de un lugar en la historia de cada hombre para dar a luz al
Salvador. Mientras tanto pongámonos en camino, que la Divina
Providencia nos ayudará con el resto.

Escena Cinco

(Greccio. Establo con paja, un buey y un burro y una cuna en el


centro. San Francisco revestido como diácono)

Giovanni:- Todo está listo, Francisco.


San Francisco:- ¿Y los corazones? ¿También ellos están listos?
Giovanni:- Sí, pues esperan que los instruyas con tu palabra.
San Francisco:- Queridos todos.1 Cubierto con los ornamentos
sagrados, sirvo hoy al gran misterio del Señor, pensando en
esta cuna como el primer altar en el que El se da a sí mismo por

1
Puede acortarse el texto.

26 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


nuestra salvación. Él, Dios, el poderoso Dios que hizo los cielos
y la tierra se hizo hombre, queriendo El mismo encarnarse por
su mucho amor, haciendo fuerza a su adorable corazón a más
amarnos para salvar a la humanidad de la esclavitud, en la que
cada hombre estaba sumergido a causa de sus pecados; porque el
diablo quiso robarle el corazón del hombre a Dios, nuestro Padre y
Creador, para arrastrarlo al infierno. Pero no, queridos hermanos
y hermanas. Sus corazones en esta noche no se encuentran más en
el pecado, sino en la cuna del Divino Corderito pobre y pequeño
que ha nacido.
Nadie está excluido de esta buena noticia. Todos, queridos míos,
están llamados a dejar la vida que antes llevabais para retomarla
de nuevo y dejarla rendida aquí en este pesebre, en la dignidad
de los hijos en el Hijo, porque hoy también celebramos nuestro
nacimiento espiritual, el verdadero nacimiento del hombre creado
para el amor y destinado a vivir eternamente en el amor.
Él vino a nosotros y nos mostró lo mucho que nos ha amado
donándose a nosotros, que siendo aún pecadores no merecíamos
tanta gracia y misericordia. Al hacerse hombre nos muestra cuán
grande es el hombre a sus ojos, por lo que no debe perderse ni
desperdiciarse nuestra vida en la vanidad que este mundo nos
ofrece engañándonos con sus alabanzas.
Miradlo. Nace pequeño, no puede hacer nada por sí mismo, para
darnos a entender que nuestra debilidad es fortaleza en sus manos
omnipotentes.
Nació desnudo así que no te preocupes más de comer, beber,
vestirte, porque el que viste los lirios del campo y alimenta las aves
del cielo, piensa en cada uno de nosotros.
Nace envuelto en pañales para enseñarnos a ser libres. Jesucristo
es nuestra libertad. Sí, queridos, envueltos en pañales en los brazos
de la Virgen, nos enseña a vivir como hombres libres, con sujeción
únicamente a la ley del amor que abre la puerta del corazón para
vivir nuestra verdadera vocación, que es el amor.
¡Acerquémonos hermanos, vamos a acercarnos y arrodillarnos ante
el misterio de Dios que es nuestro misterio y lloremos de alegría
agradecida por tener un Dios que no escatimó ni a su propio Hijo
para que le amemos!

Francisco ayuda a Francisco | 27


Hoy es también la noche santa de Belén, también nosotros somos
los pastores, los Reyes Magos, e incluso pequeñas ovejas que vienen
a adorar al Gran Rey y Señor.

(La gente se acerca lentamente. Se apagan las luces, y la misma


escena continúa en la representación de los niños. Estarán los
mismos personajes que estaban en Greccio, sólo que ahora son
los niños en su lugar).

Escena Seis

Hombre1:- ¡Un milagro! ¡Milagro!


Hombre 2:- ¡Es cierto! ¡Es cierto! Mira esta luz. ¡Es de noche y esta luz
es más fuerte que el sol!
Mujer 1:- ¡Y mira la cuna! ¡Hay un niño!
Niño 1:- ¡Un niño hermoso! ¡Es un milagro!

(Francisco - que hace las veces de San Francisco - toma al Niño


en sus brazos y lo sostiene con ternura)

Francisco:- Sí, este niño hermoso eres Tú, Jesús. Te reconocemos y


agradecemos por venir en esta noche santa a nuestros corazones.
Eres la luz que nos ilumina, el fuego que enciende la alegría que
llena de esperanza. Naciste hoy como en aquella noche bendita.
Renueva en nosotros tu misterio para que podamos acoger tu amor
y ser salvos. Adoremos todos al Niño Jesús nacido por nosotros. ¡Y
Feliz Navidad a todos!

(La obra, que los niños presentaron termina con el aplauso de la


gente, los padres y los maestros. Saludan a los niños y luego se
oye que hablan entre sí)

Francisco:- ¡Lo hicimos, lo logramos, amigos!


Antonio:- Sí, creo que todo el mundo ha aprendido una cosa
importante: que Jesús volvió esta noche a nacer en Belén, y nos dio
el mismo amor como en aquella noche santa.

28 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


Francisco:- Es cierto. Feliz Navidad, amigos. Volvamos ahora a
nuestros hogares que todavía estamos viviendo la alegría de ser
cristianos.

(Se saludan y se abrazan unos a otros. Entre ellos también estará


el ángel de la guarda).

Ángel de la Guarda y San Francisco:- ¡Feliz Navidad, Francisco!


Francisco:- ¡Feliz Navidad y gracias por ayudarnos a vivir una Navidad
como le agrada a Jesús!

(Los padres y los maestros se acercan a los niños y se saludan).

Fin

Omnia pro Te, Puer Iesu.

Francisco ayuda a Francisco | 29


Dios ha nacido en mi casa

Te agradecemos, Padre Celestial, por el Niño que ha sido


puesto en el pesebre: en El ‘se han manifestado la Bondad de
Dios, Salvador nuestro, y su amor por los hombres’ (Tt 3, 4) Te
agradecemos, Eterno Padre, por este amor, que desciende como un
débil Infante en la historia de cada hombre.

San Juan Pablo II


Elenco de personajes

Raquel
Sara
Ismael
Ana
Jacob
Judit
Médico
Simón
María Santísima
San José
Dueño de la posada
Ángeles
Gente del pueblo
Débora
Rebeca
Rahuel
Escena Uno

(Ambiente judío. Es el tiempo del nacimiento de Jesús. El padre


de familia, Simón, está gravemente enfermo. En esta primera
escena está la mamá, Raquel, rezando con sus hijos. Sara es la
mayor. Después de mayor a menor están Ismael, Ana, Jacob y
Judit)

Raquel:- Dios, Padre y Creador, nosotros te bendecimos por tus


inmensas misericordias y aceptamos de corazón tanto el bien
como el mal que ahora nos aflige y decimos junto al justo y santo
Job: “si de Dios aceptamos los bienes, ¿por qué no hemos de
aceptar los males?” Porque todo Tú haces, Señor, según tu justicia
y misericordia por amor de tu nombre glorioso bajo cuyas alas nos
encomendamos. Escúchanos y ten piedad de tu pueblo. Amén.
Todos:- Amén.

(Sale el médico de la habitación donde esta Simón. Raquel lo


mira angustiada.)

Médico:- Lo siento mucho, Raquel, pero le queda poco, muy poco. El


frío de este invierno es mucho más duro que los años anteriores.
No resistirá... lo siento.
Raquel:- No se preocupe doctor, estamos preparados para afrontar
cualquier prueba por amor de Dios. Le agradezco mucho.
Médico:- Llámame a cualquier hora, estaré siempre disponible. Simón
es un gran amigo mío y quiero acompañarlo hasta el fin.
Raquel:- De nuevo doctor, gracias y se haga siempre la voluntad de
Dios.
Médico:- Si, se cumpla siempre en nosotros. Hasta luego.

(Los niños corren alrededor de su madre a los cuales ella abraza


fuertemente, los más pequeños lloran)

Raquel:- Tranquilos hijitos míos. Dios nos asistirá; confiemos en El


porque El es nuestro Padre.

Dios ha nacido en mi casa | 33


Ana:- Pero sin papá todo será muy triste...
Jacob:- El me estaba enseñando el oficio de pastor y ahora...
Sara:- También papá me ha dicho que siendo yo la más grande podía
hacerme responsable del rebaño, al mismo tiempo que aprendería
los oficios de la casa como tú, mamá.
Judit:- (La más pequeña) Y a mí papá me ha dicho que le podría dar de
comer a los corderitos más pequeños...
Ismael:- Mamá, si rezamos por papá Dios nos escuchará ¿verdad?
Raquel:- Si, tened confianza. Es verdad que papá está muy grave, pero
Dios es omnipotente y nos visitará con su gracia si nosotros se la
pedimos unidos en la oración y si somos buenos y obedientes a su
Santa Voluntad.
Sara:- Entonces mamá, recemos, recemos juntos, porque como dices
tú, Dios nos visitará pronto, muy pronto, estoy segura.
Raquel:- Ahora es muy tarde. Haced vuestras oraciones en vuestro
corazón y descansad bien, que mañana si Dios quiere, tenemos
mucho que hacer. Hace mucho frio, cubríos bien. Buenas noches y
que Dios os bendiga.

(Todos besan a la madre y se acuestan. Raquel y Sara permanecen)

Raquel:- ¿Qué pasa Sara, estas triste hija?


Sara:- Un poco, si mamá. Pienso en ti, en él, en mis hermanitos.
Mamá, yo quiero ser de gran ayuda para ti, cuenta conmigo en
todo y siempre porque yo soy la más grande y creo que papá estaría
orgulloso de su mujercita mayor.
Raquel: -(Abrazándola y sonriendo) Querida Sara, eres muy buena y
tanto yo como tu padre estamos muy orgullosos de ti. Te quiero
tanto hija, pero claro que contaré contigo siempre y en todo. Tú
solo sé obediente y generosa, recuérdalo siempre, obediente y
generosa, para que el Señor te bendiga a ti y tus hermanitos,
viéndote trabajar con tanta alegría, no se sientan tristes, con eso
puedo asegurarte que me serás de gran ayuda. Vamos, vamos a
dormir ahora que mañana será un nuevo día. (Raquel se levanta y
prepara algunas cosas de la casa)
Sara:- (Para sí) Obediente y generosa... obediente y generosa...

34 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


Escena Dos

(Es la mañana temprano del día siguiente. Rumor de gente y


carros con caballos que llegan a Belén para el censo. Sara se
despierta y viendo por la ventana se levanta con prisa y corre
hacia la mamá que ya esta preparando unos cestos. Los demás
niños duermen todavía)

Sara:- ¡Buen día mamá!


Raquel:- Buen día, Sara.
Sara:- ¿Y papá?
Raquel:- Aun está igual.
Sara:- ¿Puedo verlo?
Raquel:- No; podría contagiarte, es muy peligroso, su enfermedad es
grave, Sara, y si tú te enfermaras...
Sara:- Oh, mamá, no te preocupes. Entonces di a papá de mi parte que
yo me encargaré de todo, de las ovejas, del establo, de todo.
Raquel:- Sara, a propósito de esto quería hablarte. He pensado hacer
un poco de pan para venderlo en el mercado. Ahora que está
viniendo tanta gente a Belén para el censo, creo que podríamos
ganar un poco vendiendo este pan. Las ovejas las podrán cuidar
tus hermanos.
Sara:- Pero mamá, yo puedo con todo, de verdad, puedo encargarme
de todo y también de vender este pan.
Raquel:- ¿Recuerdas lo que hablamos anoche antes de dormir?

(Sara piensa por un momento)

Sara:- ¡Ah, sí! Obediente y generosa, así debo ser para que Dios me
bendiga y yo te pueda ayudar mejor.
Raquel:- Muy bien, la obediencia, Sara, es muy agradable a Dios y
si nosotros pensamos hacer cosas aún mejores Dios prefiere que
seamos hijos obedientes y hagamos siempre lo que El nos manda
con amor de Padre para que seamos felices con su misma felicidad.
Así han obrado nuestros padres en la fe: Abraham, Isaac, Jacob...
Por su obediencia, Dios los bendijo abundantemente y a través de

Dios ha nacido en mi casa | 35


ellos a todo Israel. Toma. Esta mañana me levanté tempranito para
cocinar algunos panes. Te acompañarán tus primitas más grandes
que trabajan en el mercado con los tejidos.
Sara:- Está bien mamá, haré todo lo que me digas y con alegría. Nos
vemos más tarde.

Escena Tres

(Sara llega al mercado donde tropieza con tanta gente que va


y viene con sus bultos y animales. Se coloca en un lugar libre y
comienza a vender los panes)

Sara:- Pan, pan fresquito, ¿quién quiere comprarme unos ricos


panecitos? ¡Pan... pan fresquito!

(Aparecen sus dos primas, Débora y Rebeca)

Débora:- Hola, Sara, ¿qué has venido a hacer al mercado?


Sara:- Vine a vender unos panes que ha hecho mi madre para ayudar
a papá que esta muy enfermo.
Rebeca:- ¿Y hasta que hora trabajarás?
Sara:- Hasta el mediodía para después ir a casa y ayudar a mamá en las
otras tareas de la casa.

(Débora y Rebeca se miran con picardía)

Débora:- Sabes, primita, el pueblo se ha convertido en una gran


diversión. Hay muchísima gente. Belén se ha transformado en
una gran ciudad, al menos por unos pocos días, y quisiéramos
aprovecharlo. Ya hemos hecho algunas amistades.
Rebeca:- Nosotras nos vamos a curiosear un poco entre tanta gente
nueva y después volvemos a nuestro puesto de trabajo. Ven, Sara,
ven a divertirte con nosotras. Mientras no nos vean nuestros
padres, nosotras nos divertiremos un buen rato.
Sara:- Pero eso no está bien.
Débora:- ¡Bah! ¿Qué sabes tú? ¡Vamos! Ven también tú y verás como
la pasamos bien.

36 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


(Sara se niega con la cabeza)

Rebeca:- ¿No quieres venir? Está bien, mejor para nosotras. Porque
eres la persona justa para cuidar nuestro negocio. Nos vemos mas
tarde primita, gracias por el favor

(Las primas se ríen)

Sara:- Claro que no voy ni iré con vosotras. Mi madre me ha dicho


que vosotras me haríais compañía ya que sois más grandes que yo.
Débora:- Pues lo siento, nos vemos más tarde, ¡hasta lueguito! (Se van).
Sara:- Oh, ¿que haré? ¡Que lío! Bueno, haré lo que me ha pedido
mamá... Pan... pan fresquito, ¿quien me compra unos panecitos?

Escena Cuatro

(Se acercan San José y la Virgen María)

San José:- Oh, pan fresco, mira María, que providencial, hallar un
poco de comida. Oye, ¿cómo te llamas?
Sara:- Sara, señor.
San José:- Estos panes son distintos de los otros, tienen un olor muy
bueno y se ven muy sabrosos, como los que se hacen en casa...
Sara:- (Sonriendo ante la dulzura de sus compradores) Sí, señor, los ha
hecho mi madre.
María:- Mmmm, sí es muy bueno el olor, podemos comprar, ¿verdad
José?
San José:- Si, María, compraremos dos, al menos por hoy, mañana
Dios dirá.
María:- ¿Eres de aquí, Sara?
Sara:- Sí, señora.
San José:- Sabes, mi mujer y yo estamos buscando un lugar reparado
donde alojarnos. Estamos cansados del camino y...
Sara:- Y la señora espera un niño...
María:- (Con mucha dulzura) Sí, Sara.

Dios ha nacido en mi casa | 37


San José:- Pero no encontramos ningún lugar. Tenemos prisa y en
Belén no hay lugar para nosotros en la posada. Y como somos
pobres...
Sara:- Oh, ¡cómo quisiera ayudaros! (Le viene una idea) Un momento
(Pone los panes en el cesto y les hace una seña de que la acompañen.
Llegan a una casa) ¡¡¡Raquel, Raquel!!! Soy yo Sara, hija de Simón,
¿hay aquí un lugar para estos dos pobres peregrinos? La señora
debe dar a luz y no hay lugar para ellos en la posada del pueblo.
Raquel:- ¿Qué cosa? ¿No tienen otra cosa que hacer toda esta gente
extraña que ha venido a molestar la tranquilidad de nuestra aldea?
Aquí no hay lugar para nadie, ni para dos ni para uno. Este censo
es un lío. ¡Váyanse! ¡No me molesten!

(Sara mira a José y María como disculpándose)

Sara:- Os pido perdón, yo pensé que podría ayudaros...


San José:- No te preocupes, Sara. Casi todos tienen sus casas ocupadas.
Para preparar un lugar a este Niño es necesario el desapego a todo
aquello que impida acogerlo con amor. Vamos, Dios nos preparará
un lugar mejor, estoy seguro.
Sara:- Pero no, esperad aún...
María:- ¿Qué sucede, Sara?
Sara:- Yo quiero ayudaros de verdad. Venid a mi casa. Mi casa es muy
pobre, pero nuestros padres nos han enseñado que Dios bendice
a quien acoge los huéspedes con veneración como lo mandan
nuestras santas leyes, y mamá y papá nos han enseñando a ser muy
observantes de nuestra religión con su palabra y con su ejemplo.
San José:- ¡Buenos padres! Te agradezco de corazón, Sara. Ve delante
nuestro y pregunta a tus padres si ellos nos pueden acoger en
vuestra casa.
Sara:- Sí, voy enseguida.

Escena Cinco

Sara:- ¡¡¡Mamá... mamá!!!


Raquel:- (Saliendo de la casa asustada)- ¿Pero quién es el que grita de
esa manera? ¿Qué pasa?

38 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


Sara:- Soy yo mamá, soy Sara. No te preocupes, no pasa nada malo. Te
tengo que pedir una cosa.
Encontré en la plaza mientras vendía los panes una pareja pobre
y humilde y la señora espera un niño y debería dar a luz muy
pronto, tal vez esta misma noche. Mamá, están cansados, tienen
frío y hambre. El señor me ha comprado dos de tus panes y los
ha elogiado mucho. También su buena esposa. Mamá, te pido por
favor que vayas al patrón de nuestra casa para pedirle si podemos
acogerlos en nuestra humilde casita.
Raquel:- Has hecho bien en decírmelo, Sara. Voy enseguida. Tú diles
que mientras tanto vengan y coman algo y se calienten junto al
fuego.

Escena Seis

Patrón:- Si me pagan, está bien. De otro modo, ¡fuera! Tengo ya


suficiente con vosotros que no me pagan el alquiler desde hace
meses.
Raquel:- Tenga piedad, por favor. Yo trabajo. Usted sabe cómo está
mi marido de mal, está muy enfermo y si no sucede un milagro
creo que morirá muy pronto. Mis hijos y yo nos vemos obligados
a trabajar desde la mañana a la noche. Le pagaré, pero por favor,
espérenos un poco más.
Patrón:- Esperar, esperar... es la única cosa que hago desde que os
recibí en esta casa. Mientras tanto podéis decir a esa gente que
venga. Si me pagan bien, pero si no ya os lo dije, fuera, ellos y
vosotros también con ellos, ¿entendido?

(Raquel sale llorando y en la puerta encuentra a José y María)

San José:- No te preocupes Raquel, Dios ha ya actuado en su


providencia. Hemos escuchado todo y has hecho por nosotros
cosas que ninguno ha hecho. Por esto Dios te recompensará
abundantemente. Ten fe.
Raquel:- Pero ¿cómo sabéis mi nombre?
María:- Raquel, Dios nos ha conducido hasta aquí porque tiene

Dios ha nacido en mi casa | 39


grandes designios de misericordia sobre tu familia. Pero ahora yo
necesito tu ayuda. ¿Podrás ayudarme?
Raquel:- Sí, claro que sí. Sara me ha hablado del futuro niño que está
por venir, tal vez esta misma noche.
San José:- He pensado pagar a tu patrón con algún trabajo en madera,
soy carpintero de profesión. El nos ha permitido venir a su casa
que está detrás de la suya, es un establo, creo.
Raquel:- El mismo en el que vivo con mi esposo y mis hijos porque
no pudimos pagar el alquiler de una casa más digna. Es un establo
viejo en el que el patrón tenía sus animales y conserva algunos
todavía, un buey y un asno.
María:- Entonces compartiremos nuestra suerte, Raquel, y Dios,
que protege a los pobres, nos bendecirá desde el cielo. Quédate
tranquila y no temas, porque esta noche nace la salvación para el
mundo entero y los pobres serán los primeros en experimentar la
alegría y la paz de este nacimiento.

Escena Siete

(José y María van al establo. José prepara todo lo necesario y


María extiende algunas mantitas blancas que trae en su bulto de
viaje. Raquel y los niños los ayudan juntando paja, acomodando
algunas cosas desordenadas. Luego se van. María entra en oración
muy profunda. La luz se concentra sobre ella y van apareciendo
varios Ángeles que cantan -puede ser el villancico “Noche
anunciada”- mientras la rodean, del centro del círculo donde se
halla la Virgen sale una luz muy intensa. Los Ángeles se inclinan
y mas tarde forman un semicírculo dejando ver a María y al Niño
en sus brazos. Todo va acompañado con una música apta)

Escena Ocho

(Casa de Raquel. Los niños más pequeños advierten la fuerte luz


que proviene del establo)

40 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


Judit:- ¡Mamá, mamá, ven, ven pronto! ¡Mira cuánta luz viene del
establo donde está esa linda familia!
Jacob:- Es verdad, mamá, mira cuánta luz, y mira son ángeles, cantan
y bailan junto a un hermoso niño. Mamá ¡vamos!
Ismael:- Mira qué hermoso niño, mamá, tiene la señora en sus brazos
y mira con cuánta ternura lo mira su papá. ¡Vamos a ver este niñito,
mamá!
Raquel:- (Asomándose a la ventana) ¡Oh Dios, es maravilloso!
Simón:- (Se escucha desde su cama) ¿Qué sucede Raquel? ¿Que están
diciendo los niños?
Raquel:- Simón parece que el cielo ha bajado a la tierra. Si pudieras ver
lo que vemos nosotros, es algo en verdad grande.
Simón:- Ve con los niños y ved, tal vez el Señor ha visitado a sus
siervos, ha visitado nuestra casa con su gracia y amor.
Ana:- Ven tú también papito. Nosotros te podemos ayudar a caminar.
Ven, es muy hermoso lo que vemos allí en el establo.
Simón:- No puedo hijita, no puedo moverme. Pero id vosotros y seré
igualmente feliz viéndoos felices a vosotros.
Raquel:- ¿No puedes hacer un esfuerzo Simón por venir? Te puedo
sostener y ayudarte a llegar allí.
Simón:- No te preocupes, Raquel, no, no puedo, las piernas ya no
las siento, aparte podría contagiar a los niños y esa gente que
está hospedándose en nuestra casa, menos si hay un niño recién
nacido. Ve tu Raquel, tú sabes que la alegría de uno es de los dos.
Raquel:- Sí... Simón... sí

Escena Nueve

(Raquel llega al establo con los niños y apenas llegan se arrodillan


llenos de admiración)

Un ángel:- ¡Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres de


buena voluntad!
Sara:- Mamá, ¿es posible todo esto? Mira, mira el niño. Es hermoso y
ha nacido en nuestra casa.

Dios ha nacido en mi casa | 41


Ángel:- Hoy ha nacido por vosotros el Salvador del mundo. Es El, este
pequeño niño que veis envuelto en pañales rodeado de la pobreza
de este establo y del amor de los pequeños y de los humildes que
ha venido a salvar del pecado y de la muerte. El es el Santo de Dios,
el Hijo del Altísimo, Aquel que han anunciado los profetas, el Hijo
Unigénito del Padre, delicia de sus ojos.
Jesús es su nombre y desde este momento es vuestro hermano y
amigo que quiere compartir con vosotros todas vuestras penas y
alegrías, todas vuestras pruebas y esperanzas. ¡El, el Salvador del
mundo! Adorad, adorad, llenos de agradecimiento y amor tanta
misericordia. Un Dios hecho carne, hecho pequeño niño por
vosotros, para que volváis a ser pequeños y así ganar el reino de
los cielos. Acercaos, no tengáis miedo. ¿Qué cosa os puede hacer
un niño tan indefenso como El, envuelto en pobres pañales y
sostenido en los brazos de una madre tan dulce y tan tierna como
es la santísima virgen María? ¡Acercaos todos, venid y besad a
vuestro Dios!

(Todos se acerca a besar y a adorar al Niño)

San José:- Sara, ¿has visto la recompensa que Dios ha dado a tu


obediencia y generosidad con tus padres? Has ido a la plaza a
vender los panes con mucho sacrificio, no has consentido a la
tentación que te proponían tus parientes de dejar tus obligaciones,
que querían hacerte desobedecer para ir a jugar con ellas; nos has
hospedado venciendo todo respeto humano y toda dificultad.
Todo tiene su recompensa, Sara. Aprende esta gran lección, que
Dios la concede solo a los de recto corazón.
Sara:- José, estoy muy feliz por esta gran gracia, pero quisiera que mi
pobre papá pudiera también contemplarla con sus propios ojos.
San José:- Dios es rico en gracia y misericordia. Mira (Todos se dan
vuelta hacia un ángulo donde aparece Simón sostenido de un bastón,
lleno de felicidad. Los niños pequeños corren hacia él gritando ¡Papá!
Papá! Simón abraza a su mujer y a sus hijos).
Simón:- Estoy muy orgulloso de todos vosotros, querida familia,
porque habéis soportado por mi muchas pruebas. Es verdad, el
Señor nos ha visitado, nuestros corazones están llenos de alegría

42 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


inefable y nos hemos enriquecido por el amor de esta Santa Familia,
que hoy tenemos en nuestra casa. Puedan todas las familias del
mundo acoger en el centro de sus vidas a los que hoy nosotros
hospedamos para que puedan vivir plenamente la gracia que Dios
ha dado a los hombres que El ama.

(José abraza a Simón, y los niños van junto a María y al niño


Jesús. Mientras todos están atentos a Jesús y María, San José
llama a Raquel y a Simón que contemplan emocionados la
escena en su conjunto. Sara tiene en sus brazos al niño Jesús que
le ha pasado la Virgen).

San José:- Simón, Raquel, Sara me ha confiado que quisiera servir al


Niño y a su Madre quedando como una humilde servidora junto a
ellos. Vosotros ¿estaríais de acuerdo en que ella nos acompañase?
Será una hija para nosotros.
Simón:- Este nacimiento es en verdad grande. Nace el Salvador del
mundo, nace el que es la paz y el amor en las familias, nace el
esposo de las almas consagradas, nace el Amor de Dios con rostro
de Niño que nos indica el camino para nuestra felicidad. Sí, José,
llevaos con vosotros a nuestros hijos, a vuestra cura amorosa los
confiamos. María sea para ellos una madre, una amiga y una guía
durante sus vidas, y tú, José, sé el padre que provea a todos sus
cuidados. Amamos a nuestros hijos por eso os los confiamos; los
amamos, sí, pero vuestro amor es más santo y con vosotros ellos
serán eternamente felices.
San José:- Estad tranquilos, confiad en Dios que vuestros hijos, si son
fieles, alcanzarán la corona de la que vosotros participaréis un día.

Fin

Omnia pro Te, Puer Iesu.

Dios ha nacido en mi casa | 43


El cielo nos cuenta la Navidad

(Para Voces en off y mímica)

Para niños con corazón grande


y adultos con corazón de niño

Ante Ti, Verbo Eterno, que has querido nacer en la pobreza


de un establo para enriquecer a los hombres con tu divinidad, la
Iglesia renueva su opción preferencial por los pobres. También ora
para que la luz que proviene del pesebre disipe las tinieblas del
error, del odio y del egoísmo, que afectan los corazones humanos y
los convenza para que trabajen por un mundo en el que los valores
de la justicia y el amor cada vez más compartidos y traducidos en
actos preparen el camino para la paz que los ángeles anunciaron,
para la esperanza y la alegría de todos, en el cielo de Belén.

San Juan Pablo II


Elenco de personajes

Relator
Luna
Cometa
Estrellas
Gotas de Rocío
San José
Virgen María
Hombre 1
Hombre 2
Señora
Familia 1
Familia 2
Familia 3
Ángel y grupos de ángeles
Pastores
Escena Uno

(Todo el escenario debe estar en una total oscuridad, los niños


vestidos de estrellas con linternitas en sus manos están esparcidos
por todo el escenario, mientras que se escucha la voz del Relator.)

Relator: Desde que Dios había creado las estrellas y todos los astros
del cielo, siempre había fiesta pues antes de amanecer y antes de
que apareciera la lumbre mayor que era el Sol, la Luna con su
cara redonda y tierna les contaba a las estrellitas las profecías de
que precisamente en una noche vendría la Verdadera Luz de este
mundo que ilumina a todo hombre. Y cuando terminaba la señora
Luna, las estrellitas estaban tan contentas que formando una
divertida vía láctea bailaban por todo el cielo alegrando a Dios, su
Creador.

(Baile de las estrellas- si se quiere se puede cantar una canción


muy breve, repetida de vez en cuando mientras se hace el baile-
cuando termina el baile.)

Canción:

Estrella feliz,
qué bonita sos,
la luz que tu tienes
te la ha dado Dios...

Estrella feliz,
que preanuncia el Sol,
esa noche santa
que es de fe y amor...

Relator: Y la noche de la que tanto habían sentido hablar se acercaba,


por eso la señora Luna les mandó llamar y todas corrieron a
sentarse a sus pies para ver su cara redonda y tierna.

El cielo nos cuenta la Navidad | 47


Luna:- Queridas estrellitas, la noche de la que tantas veces les hablé está
por llegar y como será tan especial, pues verá nacer al Verdadero
Sol que ilumina el mundo entero, el Santo Hijo de Dios, quiso el
Padre Eterno que fuera anunciado por una estrella que Él tenía
guardada desde toda la eternidad para esta noche tan santa y
singular. Cuántas gracias debemos darle a Dios, ¿verdad estrellitas?
Que Dios nuestro Creador haya querido escoger a una de nuestra
familia para tal evento, aunque ella es una estrella del todo especial
pues le ha dado Dios una misión particular, que ella misma nos
enseñará. Así que ¡preparemos la bienvenida!
Estrellitas:- ¡¡¡¡Siiiiiii!!!!
Grupo 1 de estrellitas: - Nosotras haremos una ronda que gire sin
cesar...
Grupo 2 de estrellitas:- Y nosotras formaremos con devoción la cruz
del Sur...
Grupo 3 de estrellitas:- Y nosotras le recitaremos con alegría el pasaje
de la biblia del día que nos creó para mayor gloria de Dios.
Luna:- Muy bien, ¡Manos a la obra!

Relator: Así estuvo todo el cielo bajo el manto negro de la señora


Noche en grandes preparativos. Y la estrella tan esperada llegó.
Tan bella y majestuosa que traía tras de sí una larga cola como de
novia pues avisaba a la humanidad la llegada del Esposo de cada
alma en gracia.

Escena Dos

(Música triunfal. Entra el cometa y todos los “niños- estrellitas”


la saludan con gran alegría. La luz del cometa es más poderosa
que las demás. Todos corren a sentarse a sus pies, y la Luna la
acompaña haciéndola sentar en una hermosa silla.)

Cometa:- Señora Luna, queridas y humildes estrellitas, les agradezco


la hermosa bienvenida que me hicieron, pues todas ustedes bien
saben que, la noche que nuestro buen Dios Creador me ordenó
señalar, se acerca ya. Ya están de camino San José y la Virgen María

48 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


hacia Belén, el lugar elegido por el mismo Dios para nacer como
hombre mortal, siendo Él inmortal, pequeño, siendo Él Inmenso,
frágil, siendo Él Todopoderoso. Es una noche en verdad feliz la que
se acerca, pero... una noche muy triste también.
Luna:- ¿Triste, Cometa? ¿Por qué?
Cometa:- Porque este buen Niño, que eligió una familia humana en
donde nacer como todos los hombres, no encontrará ninguna
familia que le dé lugar el día en que sea dado a luz.
Luna:- ¡¡¡Eso no puede ser!!! ¡¡¡Es Dios!!! ¿Cómo los hombres no le
harán lugar a Dios? ¿Cómo las familias no le harán un lugar a Dios
que viene por ellos a salvarlos como un frágil y tierno niño?

(Aparecen niños vestidos de gotas de agua. Uno de ellos se


adelanta y le dice a la Luna:)

Gota de agua:- Aquí estamos señora Luna, las gotas de rocío, para
descargar tus lagrimitas sobre la tierra cuando los hombres se
portan mal y no obedecen ni aman a Dios.
Luna:- Les agradezco, queridas gotitas, pues saber que las familias no
quieren recibir al Niño Dios en sus hogares es una cosa muy triste.
Vayan sobre la tierra y ablanden los corazones de los hombres
porque el Niño Jesús viene a este mundo y la Santa Familia necesita
un lugar.
Cometa:- Gracias Señora Luna por mandar el rocío del cielo sobre los
corazones de los hombres. Con mi potente Luz les enseñaré los
corazones más duros dándoles la luz que ilumina el corazón que
es la fe con la que creerán y adorarán al Divino Niño que nacerá
en Belén.

(Las gotitas de rocío van sobre la tierra y cuando llegan hacen un


breve bailecito con una canción sobre el escenario.)

El cielo nos cuenta la Navidad | 49


Canción

Gotitas somos de agua,


con un corazón muy tierno,
pues venimos a la tierra,
para hacerlo campo bueno.
Gotitas somos de agua,
de rocío nos llamamos,
para bañar a las flores
y al Divino Niño Santo.

Una gota de Rocío:- Aquí amiguitas mías, moriremos todas al caer


en la tierra, pero morimos por un fin noble que es la de fecundar
la tierra, para que le dé al Niño Jesús un jardín lleno de familias
santas que lo amen mucho, pues ya los profetas habían anunciado
que de la tierra florecería la paz y la justicia cuando llegara esta
noche anhelada por los siglos.

(Todas se acuestan. Se apagan todas las luces para que salgan


sin ser vistas. El Cometa, acompañado de estrellitas entra en el
escenario acercándose a la ciudad de Belén. Están en un ángulo
y señalan el lugar.)

Cometa:- ¡Estrellitas, ya llegamos! Ahí cerquita está Belén. San José y


la Virgen María se acercan, mírenlos, allí están. Son tan humildes,
tan pobres que nadie les da lugar, y ¿quieren saber por qué?
Coro de estrellitas:- Dínoslo, cometa hermoso, pero no nos hagas
llorar.
Cometa:- Porque ellos buscan un hogar, una familia, pero ellas no le
dan lugar. Por eso, escúchenme bien. Observen cómo el Paciente
San José se humilla buscando para la Santa Virgen y para el Niño
que va a nacer un lugar y la respuesta que le darán en esas familias.
Yo ahora me voy sobre el pesebre aunque mi luz ocultaré por un
momento para que lleguen allí los de pura fe y humilde corazón. Y
ustedes queridas estrellitas, vengan cuando el Niño haya nacido ya
para que alumbremos su pobre portalito.

50 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


Escena Tres

(Las Estrellitas y el cometa se ubican en ángulos de la escena,


para dejar el lugar principal a la Sagrada Familia y a las casas
donde ellos van.)

San José:- María, la noche va cayendo y en la ciudad hay tanta gente,


no hay lugares ya en las posadas. Iremos pues a la casa de algunas
familias para ver si allí nos acogen al menos esta noche. (Golpeando
la puerta de la primera casa.) La paz sea en esta casa. Mi esposa y...
Hombre 1:- ¡Que paz ni paz! ¿De dónde viene usted que no conoce ya
que en estos tiempos en ningún lugar ni familia hay paz? Estamos
demasiado ocupados para ponernos a pensar en esas cosas, hay
que trabajar y trabajar, esta noche promete dar mucho dinero y
todo se puede sacrificar por unos pesos ¿no? ¿A qué venía usted?
San José:- Pues... a pedir, por amor de Dios, un lugar para mi esposa y
el Niño que va a nacer...
Hombre 1:- ¡Encima! Pero ¿no acaba de escuchar lo que le digo? Y, con
todo, me dice usted que le dé un lugar. Acá no se hace nada gratis.
Y esto les enseñé a mis hijos también. En estos tiempos ya no se
puede ser generoso, todo cuesta... (Cierra la puerta.)
Virgen María:- No te preocupes, José. Una familia así no puede estar
bien dispuesta para recibir la gracia porque tienen su corazón en
las cosas materiales de este mundo.
San José:- La paz sea en esta casa, buen hombre, mi esposa espera un
Niño y quisiera saber...
Hombre 2:- Ya sé, ya sé lo que me va a decir... si le puedo dar un lugar.
No, no. Aparte eso me llevaría tiempo, imagínese, no tengo ni un
minuto para hablar con mis hijos o con mi mujer que me voy a
poner a conversar con quien no conozco. La vida corre, amigo, y si
usted no corre no llega a ningún lado.
San José:- Pobres hombres, que no saben ni siquiera por qué hacen las
cosas, ni se dan tiempo para las cosas más importantes de esta vida:
Dios, la familia, la paz del alma... Cuantos niños crecerán solos,
aún teniendo a sus padres... (Acercándose a la tercera puerta.) La
paz sea en su casa, buena señora... quisiera saber si usted podría

El cielo nos cuenta la Navidad | 51


dar un lugar en su casa a mi esposa y al Niño que ha de nacer, yo
le prometo que...
Señora:- Sí, sí... todos haraganes, charlatanes, prometen y no hacen
más que robar. Aparte nos gusta estar solos en mi familia, los
parientes mejor ni verlos, yo eduqué así a mis hijos y podemos
estar un poco tranquilos, por tanto, ni se imagine que le voy a dar
un lugar, mi casa no la comparto con nadie y menos con extraños...
Virgen María:- José, está visto, que Dios había de venir precisamente
a las familias porque es en ellas donde se enseñan y maduran los
valores de la humanidad, pero si ellos no quieren recibirlo...
San José:- Es triste decirlo... pero no hay lugar para nosotros, la gente
no quiere recibirnos.
Virgen María:- Aún así, la Divina Providencia, no nos abandonará,
esa es nuestra fe. (Alzando los ojos al cielo ve el cometa que titila.)
José, mira, allí está el signo que Dios nos envía, vayamos hacia allá.
Dios hecho Niño en mi seno, nos mostrará el lugar que ha elegido
para nacer.
San José:- Sí, María, ¿pero no te parece extraño que no haya más que
esa gran estrella en el cielo? ¿Dónde estarán las demás estrellas?
Virgen María:- Algún misterio de Dios, José, con que Él querrá
enseñar algo a los hombres... (Salen de escena hacia el lugar que
está el cometa. Mientras tanto la atención vuelve al cielo estrellado.
La luna está llorando en el centro y todas las estrellitas la están
rodeando.)

Escena Cuatro

Luna:- ¡Ay, Ay, Ay estrellitas, cuánto hiere mi blanco corazón lo que


sufren San José y la Santa Virgen por no encontrar un lugar en
ninguna familia! Si pudiéramos bajar a la tierra y darles nosotras
un lugar. Si con nuestra luz pudiéramos alumbrar y encender los
corazones de los hombres para que crean y amen al Dios oculto en
un frágil Niñito, ay, ay, ay...

52 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


(Las estrellitas caminan lento por todo el escenario, con pañuelos
en las manos para secarse el llanto, mientras caminan formando
una coreografía, se siente que cantan.)

Canción

Qué triste está la noche


y nuestro corazón.
José y Maria buscan
lugar al Niñito Dios.
Familias, niños todos,
abrid el corazón,
al llanto con que el cielo
demuestra su dolor.

(Aparece un Ángel.)

Ángel:- No lloren ya estrellitas, no llores más luna buena, pues venimos


de parte de Dios a traer buenas noticias.
Luna:- ¡Ay, Ángel bello! ¡Qué consuelo das a mi corazón! Pero, ¿has
visto ya qué sucede sobre la tierra, allá donde parece no haber más
amor? Daría yo toda mi luz para alumbrar a los hombres en esta
noche.
Ángel:- Mas esa luz sola no alcanzaría para hacer ver a Dios oculto en
un frágil niño. Los hombres necesitan una luz mayor que nadie
puede dar sino Dios en lo más hondo del corazón del hombre, una
luz que se llama fe que nos hace adorarlo, creer y conocerlo como
es Él.
Luna:- ¿Podemos también tener esa luz?
Ángel:- No, querida Luna, es un regalo de Dios a los hombres, un don
muy grande que quiere hacerles precisamente hoy, en esta noche
de navidad. Un coro de ángeles está preparado para dar esta gran
noticia pero necesitamos que con su luz natural también ayuden.
Estamos listos.
Luna:- Y todos los astros de esta feliz noche también. ¡Vengan, vengan
estrellitas, que hay noticas de navidad!
Ángel:- ¡Vengan, vengan angelitos que es hora ya de anunciar!

El cielo nos cuenta la Navidad | 53


Escena Cinco

Relator: Y fue así que en cuestión de segundos, estrellas y ángeles


preparaban un bailecito especial para que los hombres, mirando el
cielo, se preguntasen que pasaba en esa noche. Todas las familias
de Belén se asomaron por sus ventanas, y otras corrían a la plaza
principal, unas dejaban todas sus ocupaciones y otras se ponían de
rodillas porque los movía a rezar.

(Todo lo que ha sido relatado se representará, y apenas termina


la acción relatada comienza el baile de los angelitos y estrellas.)

Canción de las estrellitas

Esta noche tan feliz


nuestra luz queremos dar,
para señalar el camino
de Jesús en el portal.

Canción de los angelitos

Esta noche tan feliz


la luz de la fe dichosa vendrá,
a hacer ver que con Maria
está Dios en el portal.

Cometa:- Vengan todos, nadie falte, cielo y tierra para cantar lo que
en este pesebre está sucediendo. Sin fe, ¿quién lo podrá cantar?
Estrellitas, angelitos y pastores más allá, vengan, vengan las familias
a ver lo que la fe nos quiere enseñar. (Van llegando al pesebre, ángeles
y papás con sus niños, algunos en brazos.) Ahora, cielo y tierra, que
ante el pesebre están, ofrezcan al Rey nacido, la confesión ardiente
de su fe y amor. San José se mostrará agradecido y la Virgen Madre
a todos bendecirá alzando la manita del Dios Niño como regalo de
navidad.

54 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


(Las estrellitas hacen juegos de luces con sus linternitas, los
ángeles derraman pétalos de flores ante el portal; ambos grupos
abren paso a tres familias que se arrodillan ante la Sagrada
Familia.)

Familia 1:- Perdón pedimos Jesús, nosotros éramos aquella primera


familia que no te supo acoger por ser avara con sus bienes y no
querer compartir con los más necesitados. Con la luz que nos da
la fe, queremos ayudarte en los pobres, Tú que te has hecho pobre
para enriquecernos con tu divinidad.
Familia 2:- Perdón pedimos Jesús, nosotros éramos aquella familia que
no se hacía tiempo para las cosas importantes de la vida familiar, y
corríamos sin sentido sin ver que a nuestra puerta estabas pidiendo
dialogar con nosotros. Queremos escucharte con la fe que Tú nos
das pues Tú tienes palabras de Vida eterna.
Familia 3:- Perdón pedimos Jesús, éramos aquella familia que no
quería salir al encuentro de nadie, que se cerraba en sí misma,
cuando Tú has venido del cielo para estar en nuestra compañía
y enseñarnos a amarnos los unos a los otros. Queremos aprender
con la luz de la fe a ser verdaderamente la familia de los hijos de
Dios en nuestros propios hogares, abiertos siempre a los demás.
Relator: Qué linda será la navidad en donde Jesús, José y María
puedan, como aquella feliz noche, hallar corazones encendidos
por la fe que nos hace creer y adorar, por la esperanza que nos hace
desear los tesoros del cielo, y la dulce caridad con que podamos
acoger al Niño Dios este año poniendo en práctica lo que El con su
propia vida nos vino a enseñar: que aprendamos a ser familia, que
nos amemos los unos a los otros con el amor con que Dios quiso
llamarnos hijos suyos.
Qué linda fue aquella noche, ¿por qué no ha de volver a serlo hoy?
¡Feliz navidad Familias todas! ¡Feliz navidad cantemos con fervor!
¡Vosotras sois luz del mundo, vosotras sois testimonios de la fe y
del amor de Dios!

Fin
Omnia pro Te, Puer Iesu.

El cielo nos cuenta la Navidad | 55


Mi pequeño corazón para Jesús Niño

Pesebre viviente para los más chicos


(Desde los 0 a los 8 años)

¡Levanta tu mano, divino Niño, y bendice a estos pequeños


amigos tuyos, bendice a los niños de toda la tierra!

San Juan Pablo II


Elenco De Personajes

Clarita
Virgen María
San José
Ángeles
Pastores
(Empieza la escena con Clarita, -de unos 7 u 8 años- apoyando
sus bracitos en una ventana. Poca luz. Música apropiada)

Clarita:- ¡Que noche fría! ¿Habrá sido así la noche de navidad? Pobre
Sagrada Familia, que tuvo que hacer nacer al divino Niño en un
frío establo. ¡Oh mi Niño, si yo pudiera cubrir con mi corazón tu
cuerpo pequeñito!
María:- (Voz en off) Entonces ven Clarita que, con gran alegría acepto
un corazón que ayude a cubrir la desnudez del divino Hijo de Dios.
Clarita:- ¿Quién eres tú que hablas conmigo?
María:- ¡Soy la Madre de Jesús y también tuya!
Clarita:- Dime dónde estás, que voy a ti.
María:- Corre al pesebre, allí me encontrarás y allí mismo te voy a
contar una historia extraordinaria.
Clarita:- Voy María, Madre de Jesús y Madre mía (Clarita va donde
María la cual junto con San José le hacen seña de acercarse con
mucho cuidado).

(Aparece un gran número de ángeles, de pastores, algunos hacen


de corderos)

Ángel 1:- ¡Venimos también nosotros contigo!


Pastor 1:- ¡Y también nosotros!
Pastor 2:- Ninguno puede faltar la noche de navidad junto a José, Jesús
y Maria.
María:- Acérquense todos. Jesús quiere venir a ustedes pero es muy
pequeño todavía. Él me tiende sus manitos; abrácenlo todos en
vuestro corazón.
Ángel 1:- También en el cielo festejamos...
Ángel 3:- Porque nace el rey del cielo...
Pastor 1:-Y de la tierra, por eso es grande hoy la fiesta porque hoy nos
nace un Niño.
Ángel 4:- Y ¿tú sabes por qué nace?
Clarita:- Para salvarnos del pecado y donarnos su amor.
Ángel 4:- ¡Muy bien, muy bien! En una abrir y cerrar de ojos vas a ver
la historia de la salvación que obró nuestro grande redentor.

Mi pequeño corazón para Jesús Niño | 59


(Toma la palabra ahora el relator, el cual resume la historia de la
salvación del principio del mundo. Los niños representarán todo
aquello que se relata.)

Relator: Al principio del mundo, Dios después de haber terminado


la maravilla de la entera creación, hizo el hombre y la mujer
y descansó pues vio que todo era muy bueno. Ellos eran felices
porque hacían en todo la santa voluntad de Dios, pero el hombre
y la mujer no fueron obedientes y fieles a Dios. Desobedecieron al
mandamiento de Dios de no comer el fruto prohibido, situado en
el Edén donde ellos mismos moraban.
Hicieron entrar el pecado en el mundo seguido de enfermedades,
guerras y malas acciones en el corazón del hombre.
Mas, Dios por su gran amor por ellos, después de haberles dado
un merecido castigo, les hizo una grande promesa que sería la
esperanza para el mundo entero: el nacimiento de un redentor que
aplastaría la cabeza del diablo, padre de la mentira y de todos los
pecados.
Así Dios, a lo largo de la historia, se preparó un pueblo al cual dio
diez mandamientos, quien los respetaba les esperaba el premio que
merecían los buenos y los puros de corazón.
Pero los hombres siguieron pecando no reconociendo a Dios,
entonces Dios en su infinito amor, mandó profetas, hombres que
hablaban por Él y exhortaban a todos a la conversión al Señor.
Uno de ellos, Isaías, dijo un día al rey Acaz: (Se representa aquí al
profeta con un papiro en mano que profetiza al rey.)

Isaías:- “Y la virgen concebirá y dará a luz un Hijo...”

Relator: Este profeta setecientos años antes preparaba su grande


advenimiento.
Entonces, cuando llegó el tiempo establecido, Dios mandó su
único Hijo, el Redentor Prometido a los primeros hombres, Adán
y Eva; anunciado por todos los profetas.
Habiendo creado a María toda pura y toda santa, ordenó que
su Hijo divino se encarnase en el seno inmaculado de la Virgen
piadosa.

60 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


Y un día de marzo apareció el ángel Gabriel a la Virgen María y
sucedió que...

*(Representar aquí la escena de la Encarnación mientras se lee


el pasaje bíblico)

Sabiendo María que su prima Isabel estaba embarazada de tres


meses dejando su casa de Nazaret, se dirigió rápidamente para
ayudarla a concebir al Precursor, Juan el bautista.

*(Representar aquí el encuentro entre María e Isabel. Diálogo de


la Visitación-Magnificat)

Más tarde el esposo de María, San José, a causa de una ley dada
por el César de empadronarse para un censo en el pueblo de
nacimiento, fue hasta Belén, llevando con él a María. Una vez
llegados allí, buscaron albergue porque había llegado para María la
hora de dar a luz al Salvador del mundo, pero no había lugar para
ellos en el pueblo.
Entonces José, llevo a María a un establo pobre donde dormían un
asno y un buey. Acomodó bien la paja y prendió un fuego en esa
fría noche. Y María dio a luz al Niño Jesús. Enseguida todos los
ángeles del cielo empezaron a festejar bailando y cantando por la
gran misericordia de Dios que obraba a favor de los hombres tan
amados, y corriendo fueron a anunciar la noticia a los pobres.

(Anuncio a los pastores)

Ángel 1:- Les anuncio una feliz noticia...

*(Aquí se lee al anuncio del ángel de los evangelios mientras los


pastores despiertan a las ovejitas, y festejan. Después, guiados de
un ángel van al pesebre.)

Relator: Mientras tanto una gran estrella guiaba los pasos de tres reyes
que, viéndola dejaron sus ricos palacios y se pusieron en marcha para
adorar a Jesús recién nacido, el verdadero Rey del cielo y de la tierra.

Mi pequeño corazón para Jesús Niño | 61


Iniciaba así en el mundo, en una fría noche de invierno, en la pobreza
y en ocultamiento, el tiempo de la gracia y de la misericordia. El
cielo y la tierra, pobres y ricos, ángeles y pastores encendían el
fuego de la esperanza en sus corazones, y en el de todos aquellos
que a partir de aquella santa noche vivieran la navidad con el alma
llena de fe y amor. Y no cesaban de cantar en sus corazones: Ha
nacido el Hijo prometido, Delicia del paraíso.

(María mira a su alrededor como buscando a alguien)

José:- ¿A quién buscas María?


María:- A un corazón pequeño para cubrir a mi Jesús.
Ángel:- Conozco en la tierra una niña que desea donártelo.

María:- Hazla venir ángel, tráela enseguida.

(El ángel se dirige hacia Clarita)

Ángel:- Querida Clarita, María la Virgen Madre quiere que vayas


porque busca un corazón puro que pueda cubrir a su Jesús
Clarita:- Llévame inmediatamente a Jesús cerca de esa camita, róbame
el corazón y regálaselo a Jesús, María y José. (Pausa) Amanece y mi
familia se despierta. Quiero llamarlos a todos para ir con ellos a
Belén para darle así a Jesús, todos juntos, un corazón lleno de amor.
José:- Jesús os esperaba con ansias, os tiende sus manitas, a todos os
quiere abrazar.
María:- Un corazón lleno de amor eso es lo que busca mi Jesús.
Cubridlo de besos y de deseos de ser niños santos a imitación de
mi divino Niño.
Clarita:- Aquí vengo, María y José, a dar mi amor al Rey de mi corazón
y llena de alegría digo a todos en esta noche: ¡Feliz navidad a todos,
grandes y pequeños, y a todas las familias del mundo feliz navidad,
feliz fiesta del amor y de la paz!

Fin

Omnia pro Te, Puer Iesu.

62 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


La estrella nos guía en Belén

“Y he aquí, la estrella... iba delante de ellos, hasta que llegando,


se detuvo sobre el lugar donde estaba el niño” (Mt 2,9). Los Reyes
Magos llegaron a Belén porque se dejaron guiar por la estrella.
De hecho “por ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría” (Mt
2,10). Es importante, queridos amigos, aprender a leer los signos
con los que Dios nos llama y nos guía. Cuando somos conscientes
de ser guiados por Él, el corazón experimenta una auténtica y
profunda alegría, que se acompaña de un deseo de Él y un esfuerzo
perseverante de seguirlo dócilmente”.

San Juan Pablo II


Elenco de Personajes

Rey Melchor
Rey Baltasar
Rey Gaspar
Samuel (hijo de Melchor. 10 años)
Juan (hijo de Gaspar. 7 u 8 años de edad)
Benjamín (hijo de Baltasar. 4 años)

Ladrón 1
Ladrón 2
Ladrón 3
La Virgen María
San José
Pastor 1
Pastores y ángeles
Primer Acto

Escena Uno

(Vemos a Santa Isabel que está lavando la ropa y Zacarías, su


esposo, haciendo otros trabajos fuera de la casa. Un perro ladra.
Zacarías sale al encuentro de María que es acompañada de una
niña de nueve o diez años)

Zacarías:- Isabel, mira, mira quién es. Es tu prima María. ¡Vamos a


recibirla!
Isabel:- ¡Qué agradable sorpresa! El Señor ha bendecido con su
presencia nuestra casa.
María:- ¡Paz a vosotros!
Zacarías y Isabel:- ¡Y con tu espíritu!
Zacarías:- ¡Qué gran alegría es verte por estas partes. Ven, ven a
nuestra tienda para descansar y comer un poco.

(Isabel siente un movimiento en su vientre, luego se acerca a


María y se arrodilla ante ella, María la levanta con sus brazos,
abrazándola)

Isabel:- ¡María, bendita eres tú entre las mujeres y bendito el fruto de


tu vientre! ¿Quién soy yo para que la madre de mi Señor venga a
mí? Porque he aquí, cuando la voz de tu saludo llegó a mis oídos,
la criatura saltó de alegría en mi vientre. ¡Bienaventurados los que
creyeron en las palabras del Señor!
María:- “Mi alma glorifica al Señor
y mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador,
porque ha mirado la humildad de su sierva.
Desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada
porque ha hecho grandes cosas por mí, el Todopoderoso;

La estrella nos guía en Belén | 65


Santo es su nombre,
y su misericordia de generación en generación
se extiende a los que le temen.
Él hace proezas con su brazo;
dispersa a los soberbios en los designios de su corazón.
Derribó a los potentados de sus tronos
y ha enaltecido a los humildes.
Él ha colmado de bienes a los hambrientos
y a los ricos los despide vacíos.
Él ha socorrido a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia,
como había prometido a nuestros padres
a Abraham y a su descendencia para siempre”.

Zacarías:- Verdaderamente el Señor es grande al obrar en ti las


promesas de nuestra esperanza. Grande es su nombre, su bondad,
ya que se ha servido de la humildad de su sierva para crear obras
maravillosas, ¡Único, magnífico es el Señor! Sé bendita también tú,
María, que te has convertido en fuente de nuestra esperanza, sean
benditas por ti todas las generaciones, ya que con tu sí a Dios te has
convertido en la luz del mundo, dejando que se encarnara en ti la
Luz divina que nace de lo alto. Vamos, entremos en nuestra tienda
y celebremos, porque es digno de gran felicidad el día en que la
Madre de Dios lleva su Hijo a todo hombre que confía en él. Todos
cantarán de generación en generación tu humildad y a este Niño
vendrán a adorarlo los reyes de la tierra, de pueblos lejanos como
dicen los salmos trayendo ofrendas para el Rey del cielo.
Relator: María se quedó tres meses junto a Isabel hasta el nacimiento
de Juan el Bautista y luego regresó a Nazaret. Llegado el tiempo para
que María diera a luz al Hijo de Dios, después de haber prestado
obediencia a un censo ordenado para todo el país, se fue con José a
Belén, la ciudad a la que él pertenecía. Eran los días del nacimiento,
y la pobre y santa pareja de esposos no podía encontrar un lugar
para el Rey de reyes, Jesucristo, Nuestro Señor.

66 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


Escena Dos

(Belén. María y José en medio de una gran multitud, pidiendo un


lugar para alojarse. Gran movimiento y confusión de animales
y gente)

Casa 1

José:- Disculpe, señor, me gustaría saber dónde puedo encontrar un


hogar, un lugar seguro, ya que mi esposa está a punto de dar a luz.
Ayúdeme, por favor.
Hombre 1:- No puedo, hay mucha confusión hoy para estar pensando
en un niño que nace. ¡No me moleste! Es un buen día para esto,
¿eh? Vamos, vamos, aléjense de aquí, ¡tengo que hacer mil cosas,
no tengo tiempo ni para descansar un momento!

Casa 2

José:- ¡Buenas noches, mi esposa está encinta y a punto de dar a luz


al niño esta noche. Por favor, muéstreme un lugar donde pueda
llevarlos, hace frío y yo no querría que...
Hombre 2:- Todos tenemos frío, y buscar un lugar pero sin dinero, es
imposible. ¿Cuánto me pagaría si les busco un agujero en alguna
parte, sin tantas pretensiones?
José:- Yo podría trabajar para usted, porque tengo muy poco dinero
conmigo, sólo para el niño que nace y para comprar algún poco de
pan en estos días. Tenga piedad de mi esposa, por favor.
Hombre 2:- Lástima que no hay dinero. Págueme y les encuentro un
lugar, de lo contrario...
(José saca unas monedas). ¡Ah, ah, ah, ¿con esto piensan encontrar
un lugar? Vamos, vamos, eres demasiado pobre para que te dé algo.
José:- María, ¿cómo te sientes?
María:- Bien, José, no te preocupes. El Señor no nos abandona nunca,
debemos confiarnos a Él. Él sólo quiere nuestra fe y nuestra
fidelidad a sus designios. Piensa que es El mismo el que ha querido
nacer en la pobreza y en la humillación para enseñar el camino que
lleve los hombres a Dios.
La estrella nos guía en Belén | 67
Casa 3

José:- Perdone, señor. Estoy buscando un lugar porque mi esposa está


por dar a luz al niño esta noche, no tenemos dinero, pero estoy
dispuesto a trabajar como carpintero por un tiempo y así...
Hombre 3:- Mmm... Vengan, conozco un lugar; no es precisamente
una casa, pero creo que con estas monedas no se puede encontrar
otra cosa.
María:- ¿Has visto José? Tenemos que poner en Dios cada una de
nuestras preocupaciones, porque Él es un Padre misericordioso,
que se ocupa de todas nuestras necesidades.
José:- Grande es el Señor quien mueve los corazones de acuerdo a sus
designios siempre para nuestro bien.
Relator: María y José llegaron a un establo pobre y frío, pero ellos
estaban con el corazón en Dios y esperando que el gran misterio
se cumpliera en esa noche bendita. José arregló todo cuanto mejor
pudo y María, sintiendo que había llegado el momento de dar a luz
al Redentor del mundo, se apartó a un ángulo en oración y envuelta
en una luz maravillosa, trajo al mundo al Niño Divino que adoraba
con los ojos de la fe como un gran Rey y Señor. José se acercó lleno
de admiración y reverencia y María puso al Niño entre sus brazos.
La noticia llegó a los pastores vecinos pero mientras tanto el cielo
anunciaba la buena nueva a algunos hombres en tierras lejanas
para que viniesen al Rey de toda la tierra y de los cielos.

68 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


Segundo Acto

Escena Uno

(Samuel y Juan están escuchando detrás de una cortina lo que


están hablando sus padres acerca de un viaje que piensan hacer
para conocer al Rey recién nacido después de los signos que
habían visto en el cielo. Los niños están muy silenciosos porque
no quieren que nadie los descubra, pero uno de los magos los
sorprende. Al llegar Benjamín, el más pequeñito, hace un gran
ruido. Los otros están tratando de silenciarlo, pero no tienen éxito
y finalmente hacen un gran barullo. El Rey Mago abre finalmente
la cortina y los encuentra con un libro en mano tomado de prisa
por los niños simulando no estar haciendo nada mas que leer.)

Rey Melchor:- ¿Qué es todo este ruido?


Samuel:- ¿Ruido?... ¿Ruido dijiste, papá? ¿Ustedes han oído algún
ruido?
Juan:- No, ni siquiera el vuelo de una mosca...
Rey Melchor:- Muy bien, entonces lejos, lejos todo el mundo de aquí.
Estamos hablando de cosas serias e importantes que los niños no
pueden oír, al menos por el momento. Llegará la hora en que se
conocerán todas estas cosas. Por lo tanto, cada uno a su lugar.

(Entra en la habitación donde se encuentran los otros reyes)

Gaspar:- ¿Qué está pasando ahí fuera?


Melchor:- Nada. Los niños que juegan en la habitación contigua. Pensé
que estaban allí para escuchar nuestra conversación.
Baltasar:- ¡Pero, no! ¿Qué habrán podido escuchar esos muchachitos?
Vamos, continuemos...
Melchor:- Está bien. Lo primero... (Mientras tanto, vemos nuevamente
a los niños que se ponen a escuchar detrás de la cortina)...será
descubrir el recorrido de la Gran Estrella que indicará el lugar que
buscamos. (Vuelven a mirar un mapa sobre la mesa).

La estrella nos guía en Belén | 69


Según el Libro Sagrado, la estrella debería hacerse ver aquí, entre
esta y esta constelación. Es muy grande y tiene una cola de siete
colores que recuerdan el arco iris de la promesa hecha por Dios a
Noé después del diluvio, cuando Dios le prometió que no destruiría
a la humanidad por sus muchos pecados. Esta estrella será la señal
que nos llevará a conocer al Rey de reyes y Señor de señores, el
Hijo de Dios.

(Los niños hacen gestos de admiración y sin darse cuenta caen el


uno sobre el otro haciendo caer la cortina que dividía la tienda
y son descubiertos. Permanecen en silencio e inmóviles con un
gesto gracioso que muestra temor por el castigo de sus padres)

Melchor:- (Enojado) - Pero, pero, pero...


Los tres hijos juntos: - Pero, pero, esta vez, ¡¡¡¡mamá!!!! ¡Esta vez no
nos salvamos!

(Quieren escapar)

Melchor:- (A su hijo Juan) ¿No te dije que no podías estar aquí?!


(Continúa con tono severo) ¿Has oído algo?
Juan: - ¿Cómo, cómo, papá? Creo que se me ha tapado una oreja...
(hace gestos de destaparse los oídos)
Samuel: - (Se disculpa inmediatamente) Ni siquiera yo he oído nada
de nada...
Benjamín:- Yo sí oí hablar de una estrella muy grande, que indicará un
lugar... Bueno... Bueno... Bueno, algo así, donde nacerá un niño de
no sé quien, que es Rey de los señores y Señor de los reyes... Uy qué
lío estoy haciendo, ¿no?

(Los otros niños se tapan los oídos y los ojos, como excusándose).

Baltasar:- Bueno, olvídense todo: tiempo vendrá cuando nosotros les


haremos saber de qué se trata tanto misterio. Y ahora, en serio...
¡todos fuera!

70 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


(Los tres reyes magos poniendo sus brazos en la cintura miran a
los niños seriamente para que se retiren. Tan pronto como salen,
Samuel y Juan corren tras Benjamín, pero después de correr
un poco, Benjamín se detiene y dice, mirando hacia arriba con
fuerte voz.)

Benjamín:- Miren... ¡miren la estrella con la cola de los siete colores!


Samuel:- Estrella, estrellas te vamos a hacer ver si te...
Juan:- ¡Es verdad... es verdad! ¡Miren!

(Los tres niños miran el cielo sorprendidos mientras ven que la


estrella se mueve lentamente. Salen los tres reyes de la carpa)

Baltasar: - Chicos, ¿no les dijo que...?

(Gaspar y Melchor al mirar el cielo ven la estrella y se asombran


como los niños).

Melchor:- Baltasar mira... (Todos miran hacia el cielo. Se escucha una


música hermosa por un corto tiempo). Sí, ésta es la señal; Dios
anuncia su llegada. Y nosotros, que no creíamos en Dios sentimos
en nuestro corazón que comienza a arder la llama de la fe, la
estrella más brillante que esta magnífica que vemos con los ojos
corporales.

(Cambio repentino de música que indica el inicio de una gran


movimiento. Se preparan para partir con bolsas y regalos, con
mucha alegría inician la marcha. Música más fuerte. Se apagan
las luces).

La estrella nos guía en Belén | 71


Escena Dos

(En el desierto se pueden ver los tres reyes que preparan los
alimentos y tiendas de campaña para dormir. Música adecuada.
Se ven a los niños sentados en el suelo en un rincón del escenario
en plena conversación haciendo paquetes de regalo).
Juan:- ¿Y tú, qué es lo que llevarás a este Rey de reyes?
Samuel:- Voy a llevarle el amor a mis padres, la obediencia y
generosidad en el servicio como lo haría un buen hijo, porque,
pensaba, nosotros como niños no tenemos nada que ofrecer más
que lo que somos y hacemos. ¿Qué piensan?

(Hacen un gesto de aprobación)

Juan:- ¡Buena idea! También pensé en lo que podíamos ofrecer, y pensé


que el estudio, la responsabilidad que tenemos como hijos en hacer
los deberes, ayudar a mamá y papá con las tareas del hogar...
Samuel: - Muy bien... y tú, Benjamín, ¿qué ofrecerás a este Divino Rey?
Benjamín: - Todavía soy muy pequeño y no voy a la escuela para
ofrecerle mi tarea, y en casa, mamá y papá dicen que todavía no
puedo ayudarlos porque son cosas pesadas y que yo no lo puedo
hacer con ellos. Entonces tuve una idea. Pensé que podía ofrecer
mi pequeñez y el gran deseo que tengo de verlo y amarlo. Voy a
ofrecer mis oraciones y mi corazón de niño pequeño.
Samuel y Juan: - ¡Excelente!... ¡Es una hermosa idea!

(En ese momento llegan 3 ladrones que quieren quitar lo que


tienen los Reyes Magos. Música dramática y de aventura. Todo
el mundo tiene miedo, los Reyes Magos van a buscar a sus hijos
para protegerlos)

Melchor:- ¿Quiénes son ustedes? ¿Qué desean?


Ladrón 1: - Eso no te importa, pero sí me importa lo que tienes,
dámelo, pronto, ¡denme todo lo que tienen!

72 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


Gaspar:- No hay nada que podamos dar, porque lo que tenemos no es
nuestro, sino para quien estamos buscando. Estamos buscando un
Gran Rey.
Ladrón 2: - Entonces tendrán cosas de gran valor si son para un rey...
Benjamín:- (Dirigiéndose sin miedo entre los ladrones con sus brazos
sobre su cinturón y con tono serio). Sí, porque este Rey es grande,
muy grande, por lo tanto, no molesten nuestro camino. (Le pisa
un pie a uno de los ladrones, que quiere vengarse del niño, pero
Benjamín escapa y, mientras corren detrás de Benjamín, el tercer
ladrón dice sarcásticamente)

Ladrón 3:- ¡Muy interesante lo que dices de un gran rey. Pero, ¿quién
te hizo creer estas historias fantásticas? No hay gran rey como el
mío, terrible y majestuoso, el jefe de todos los reinos de la tierra.
El rey que estás buscando no existe, por eso los invito a adorar y
servir a mi rey.
Baltasar:- Sí, sabemos de vuestro rey, que quiere que todos nosotros
seamos sus esclavos con las trampas del pecado. El rey que
buscamos, y estamos seguros de encontrar, es un rey grande
y majestuoso, pero su grandeza y magnificencia están en su
misericordia, su justicia, su ternura y su bondad pues quiere reinar
en el amor y la paz, que no domina por la fuerza, sino con los lazos
dulcísimos de su perdón y benevolencia.
Gaspar:- Eres muy malo en decir estas cosas, pues quieres evitar que
vayamos a este rey nuestro poniendo dudas y falsas razones en
nuestro corazón. Pero mira en los libros, mira en el cielo, todo
habla de la existencia de este Gran Rey que es Dios. Vete, tú y tus
compañeros, nosotros somos más fuertes que vosotros, porque
tenemos la fe que nos da la fuerza de morir incluso para salvar el
honor de nuestro gran Dios y Señor.

(En ese momento llega Benjamín, satisfecho de su trabajo.


Se puede ver a los ladrones atados a un árbol, cansados, que
murmuran por la astucia del pequeño niño. El pequeño se acerca
al tercer ladrón y le dice en tono amenazante)

La estrella nos guía en Belén | 73


Benjamín:- Y a ti te tocará la misma suerte si nos sigues molestando
en nuestro camino, ¿has entendido?

(Los tres reyes se cruzan de brazos, detrás de Benjamín que hace


lo mismo, también Samuel y Juan)

Ladrón 3: - Esta vez me voy... ¡pero volveré! (Se ríe a carcajadas, con
malicia)... ¡volveré!
Melchor:- ¡Ganamos!
Baltasar: - Sí, y estoy muy orgulloso de mi hijo que se ha comportado
como un héroe. (Todos aplauden a Benjamín).
Gaspar:- Esto nos muestra cómo Dios nos lleva a lo largo de nuestra
peregrinación. Pero ahora tenemos que descansar un poco para
reponer fuerzas. Hoy ha sido un día ajetreado.

(Todos se van en diferentes tiendas de campaña, cada rey con su


hijo. La luz ilumina a Benjamín y a su padre Baltasar)

Baltasar: - Dime, hijo mío, ¿no tenías miedo de enfrentarte a esos


ladrones?
Benjamín:- Sí papá, y mucho. Pero la luz de esta estrella ardía en mi
corazón y eso fue lo que me dio la fuerza para superarlo, (Pausa).
Y tú, papá, ¿tenías miedo?
Baltasar: - Sí, yo también tenía miedo, Benjamín. Y como a ti, esta
estrella me ha dado fuerza. Mira... Yo estudié el cielo, las estrellas,
la luna, el sol, todo el universo, y pensé que tenía que ser Alguien el
que ha creado tantas maravillas. Después de mirar en la naturaleza,
he investigado en los libros de un determinado pueblo de Israel
que se llamaba “El Pueblo de Dios”, y leyendo lentamente, vi cómo
toda la Biblia habla de ese Ser que descubrí mirando al cielo,
precisamente porque este Dios está en los cielos y en todo lugar.
Pero por el pecado del primer hombre y su mujer, perdieron esta
pacífica visión de Dios y fueron destinados al infierno, un lugar
horrendo, muy malo donde están los demonios enemigos de
Dios, y entonces Dios decidió por puro amor venir a esta tierra
haciéndose semejante a los hombres en carne humana y vivir entre
nosotros. Estos libros sagrados lo llaman Emmanuel, que significa

74 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


“Dios con nosotros.”
Benjamín:- Y este Dios del que me hablas, papá, ¿es tan terrible y
majestuoso, más grande que el de los ladrones?
Baltasar:- Por supuesto, pero su majestad y poder se muestran en la
bondad y la misericordia. Recuerdo ahora una profecía de Isaías
que dice:
“Por tanto el Señor mismo le dará una señal: He aquí que la virgen
concebirá y dará a luz un hijo, y lo llamará Emmanuel” (Isaías
7:14). Una virgen... dará a luz un hijo al que llamará Emmanuel...
Benjamín:- Dios con nosotros...
Baltasar:- Muy bien, sí, Dios con nosotros. Dice una virgen, porque
va a ser una mujer toda pura, inmaculada, toda hermosa y de ella
nacerá este Emmanuel, pequeño, como tú, frágil, como todos los
niños cuando nacen.
Benjamín:- ¿Y este niño es Dios?
Baltasar:- Sí, Dios hecho hombre, desde su concepción, para salvarnos
a nosotros los hombres, siendo un hombre como nosotros, pero
Dios, sin pecado ni defecto alguno y con el poder de Dios, para
enseñarnos a vivir como Dios quiere. Este Niño va a ser nuestro
ejemplo, nuestro guía, nuestra fuerza... como esta estrella que nos
guía hacia Belén.
Benjamín:- Me gustaría estar con él, y también con su madre. ¡Vamos,
papá, vamos!
Baltasar:- Sí, pero ahora durmamos para reponer fuerzas y continuar
mañana nuestro camino a Belén, donde nos encontraremos con
ellos. (Enciende una vela, toda la escena es oscura, pero se puede
ver que mientras se acomoda en las mantas Benjamín habla sin
levantarse).
Benjamín:- Papá...
Baltasar - ¿Mmmm?
Benjamín: - Si El es más pequeño que yo, ¿podré sostenerlo en mis
brazos?
Baltasar:- Sí, claro, y sobre todo en tu corazón.

(La misma música más fuerte para terminar la escena).

La estrella nos guía en Belén | 75


Escena Tres

(Se puede ver a los pastores que se preparan para salir, gran
movimiento de gente y animales, todos ellos en camino hacia
Belén. Llegan también los tres reyes con sus hijos).

Melchor:- (Buscando un pastor) Disculpe, oiga. Estamos buscando...


un niño... en Belén de Judea.
Pastor:- Sí, sí... alegrémonos, porque también nosotros vamos a él.
Apareció un ángel del cielo, se nos presentó y la gloria del Señor
nos envolvió en una gran luz. Todos estábamos asustados, pero
el ángel nos dijo: “NO TENGAN MIEDO, HE AQUÍ QUE OS
ANUNCIO UNA GRAN ALEGRÍA QUE SERÁ PARA TODO
EL PUEBLO; HOY NACIÓ EN LA CIUDAD DE DAVID UN
SALVADOR, QUE ES CRISTO EL SEÑOR.”
Y luego nos dijo: “ESTA ES LA SEÑAL PARA USTEDES:
ENCONTRARÁN UN NIÑO ENVUELTO EN PAÑALES QUE
YACE EN UN PESEBRE.”
Gaspar:- ¿Dice que nació hoy?
Pastor:- Sí, señor, sí, es por eso que nos estamos preparando para ir. Si
quieren, vengan con nosotros.
Baltasar:- Sí, gracias.

(Cuando llegan hay un gran silencio: hay muchos ángeles y los


pastores se arrodillan en adoración frente al niño Jesús en el
pesebre, vemos a otros que llegan con piedad, en silencio. Todos
los personajes miran el pesebre. Se acercan los reyes y los niños)

Benjamín:- Mira, papá; el niño, el Emmanuel, y su mamá, ¡mira lo


hermosa que es! (Ellos caminan hacia la cuna, pasando entre los
pastores. Benjamín primero, luego los otros niños y detrás los Reyes
Magos trayendo sus tesoros).
Melchor:- (Hace una reverencia, como una genuflexión) Salve, gran
Rey, nuestro Señor, nosotros te adoramos.
Baltasar:- (Repitiendo los mismos movimientos de Melchor) Salve,

76 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


Majestuoso Rey del universo, nosotros te adoramos.
Gaspar:- (Los mismos movimientos): - Salve, un solo Dios,
todopoderoso, misericordioso, lento a la cólera y lleno de amor.
¿Quién es tan grande como nuestro Dios? ¿Quién es tan grande
como Tu, nuestro Rey? Todos los pueblos de la tierra te adoren,
Señor. Nosotros te adoramos.
Melchor:- Hemos hecho un largo camino para honrar al Dios y Padre
de nuestro corazón. Nosotros profesamos que este niño es el Dios
que toda la humanidad estaba esperando con tanta ansiedad. Y
nosotros, los ricos de este mundo, aprendemos en la pobreza de
esta cuna, cómo debemos vivir de ahora en adelante. Por lo tanto,
presentamos nuestros dones: el incienso, reconociendo que Tú,
eres Dios verdadero.
Gaspar:- La mirra, porque siendo Dios eres también verdadero hombre
que vienes a morir para salvar a los hombres.
Baltasar:- Y el oro, ya que eres el Rey que encierras todos los tesoros
de la sabiduría, la verdad y el amor, siendo Tú mismo todas las
bondades posibles.
Benjamín: (A María) - Y yo, señora hermosa, ofrezco a su pequeño
Emmanuel, mis oraciones y mi corazón de niño, pues todavía no
voy a la escuela y mamá y papá dicen que soy demasiado pequeño
para ayudarlos con el trabajo de casa.
María:- Ven aquí, Benjamín.
Benjamín:- Pero, ¿cómo me conoce?
María:- Mi hijo me habló de ti. Ven, ven a ver lo bueno y dulce que el
Mesías, el Emmanuel, mi pequeño hijo...
Benjamín:- (Acercándose lentamente) ¡Oh, qué bonito que es! (Pausa)
¿Sabes? Se parece a ti.

(Maria sonríe)

María:- ¿Quieres tenerlo en tus brazos?


Benjamín:- ¡Claro! Pero... yo... tú sabes que yo todavía soy muy
pequeño...
María:- Por esto te doy a mi amado Hijo, porque Dios quiere
permanecer para siempre en los brazos y los corazones de aquellos
que se reconocen a sí mismos como un niño pequeño. (Benjamín

La estrella nos guía en Belén | 77


recibe el Niño Jesús ayudado por María). Y a todos ustedes, hombres
y pastores, sabios y sencillos de corazón, ricos y pobres, les doy las
gracias por vuestro amor hacia mi Hijo, que os ha nacido, para
vuestra salvación eterna. (Mirando hacia arriba en la estrella que
brilla) Y esta estrella siempre os guíe, os enseñe que esta feliz noche
de la Natividad no ocurrió una sola vez en el tiempo, sino que
sucede cada vez que Dios nace en el corazón humano, cuando se lo
quiere recibir con amor y en su gracia.
(Alrededor de la cuna los angelitos cantan inmediatamente).
Ángel:- ¡Gloria a Dios en las alturas!
Ángeles todos:- ¡Y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad!

(Termina con el canto del Gloria).

Fin

Omnia pro Te, Puer Iesu.

78 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


Los dos José

Te damos gracias, Padre Eterno, por la maternidad de la


Virgen María, que, bajo la protección de San José, el carpintero de
Nazaret, ha dado a luz a su Hijo en una pobreza total. “Vino a los
suyos, pero los suyos no lo recibieron.” (Jn 1:11). Y, sin embargo, El
nos ha acogido a todos nosotros desde su nacimiento y nos abrazó
a cada uno de nosotros con el amor eterno del Padre, con el amor
que salva al hombre del pecado, que eleva la conciencia humana:
en Él tenemos la reconciliación y el perdón de los pecados.

San Juan Pablo II


Elenco de personajes

Relator
Mensajero
Rey
Reina
Príncipe Federico
José
Santísima Virgen María
San José
Gente
Mujer 1
Mujer 2
Mujer 3
Niño 1
Niño 2
Hombre 1
Hombre 2
Reyes Magos
Pastores
Ángeles

80 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


Escena Uno

(Un mensajero en la plaza lleva el anuncio hecho por el Rey y el


Príncipe Federico a un pequeño grupo de personas allí reunidas.
Desenrolla y lee solemnemente un pergamino)

Mensajero:- Escuchad todas las palabras que del Rey vengo a traer a
las cuales no podéis dejar de escuchar sin dar una respuesta. El
Rey, con su esposa la reina y el Príncipe Federico, en este país os
dirige una alegre invitación para adorar a un Niño. El Rey invita a
su castillo para celebrar la Navidad. No han de faltar, ni el blanco y
el negro, ni el pobre ni el rico, ni el viejo ni el niño, debido a que el
rey quiere que todos vean este pesebre. Mas, traed todos, eso sí, un
blanco y puro vestido: para que a la Sagrada Comunión lleguéis, de
gracia bien revestidos.

(El mensajero se aleja y todos los presentes comentan en la plaza)

Niño 1:- ¡Vamos, mamá, vamos! El Rey Eduardo prepara pesebres


maravillosos, y después El mismo nos toma de la mano para ver
las hermosas estatuas de la Sagrada Familia.
Mujer 1:- Sí, me gustaría mucho ir para agradecer a nuestro querido
y cristiano Rey, que nos exhorta a ser verdaderos padres para vivir
de acuerdo a la santa fe en todo su reino. Es un rey santo.
Mujer 2:- Y también su hijo, el príncipe Federico, tan interesado por
ayudar y salvar a los más infelices de este mundo. A mí también
me gustaría ir, pero tengo miedo de salir de la casa por ese terrible
ladrón José que anda siempre dando vueltas.
Mujer 3:- Es cierto. Este ladrón nos hace vivir en un miedo constante.
¿Cuándo acabará con su mala vida?
Niño 2:- Vamos mamá, vamos a lo del Príncipe Federico para ver su
hermoso pesebre.
Mujer 2:- Ya veremos, ya veremos...
Hombre 1:- No, no podemos tener miedo. Es Navidad, que es el
tiempo de gracia para todos. Me pregunto si el terrible José no se
convertirá y llegará a ser bueno...

Los dos José | 81


Hombre 2:- Ahora, eso sería un milagro único, memorable Navidad.
José convertido en bueno... ¡creo que es imposible! Ese villano
nació así. Mientras tanto, vayamos nosotros al palacio del rey y
vivamos la Navidad, que si pensamos en ladrones los vamos a tener
toda la vida.

Escena Dos

Relator: Mientras tanto, la familia real se prepara a la santa Navidad


en el gran castillo.
Rey:- Podemos estar seguros de que ya está todo, ¿verdad? No quisiera
que faltase ninguno de mis queridos súbditos a los que amo como
a hijos muy queridos.
Príncipe:- Creo que sí, padre. Pero he oído algunas voces en el reino
sobre un cierto José, un ladrón y un salteador. Padre, te pido
permiso para ir en persona a buscarlo para que él, también esté, en
la Misa de Navidad y goce al ver nuestro famoso pesebre.
Rey:- Hijo mío, eres tu mi Unigénito, y fuera de ti no tengo a nadie
más a quien pueda dar mi reino. Si algo te pasara, me moriría de
dolor por ti.
Príncipe:- Padre mío, nuestra gran alegría es ver a todos, absolutamente
a todos los de nuestro reino en nuestra casa, ¿no es así?, para poder
ofrecerles el mejor regalo, a Jesús en la Eucaristía, en la Misa de
Navidad. Así que, déjame ir, yo te lo ruego, para que estas fiestas de
Navidad sean realmente una gran fiesta para todos, sin diferencia.
Rey:- Pero, recuerda la condición...
Príncipe:- Por supuesto, padre mío. A través de la oración podemos
obtener el arrepentimiento y confesión de este amigo José,
porque nadie puede recibir a Jesús Niño sin la cuna de su corazón
completamente limpia, hermosa y blanca.
Rey:- Entonces, ve hijo mío querido, yo te bendigo.

82 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


Escena Tres

Príncipe:- (Disfrazado de simple hombre burgués) Estoy seguro de


que con esta ropa no me va a reconocer, voy a acercarme a él y
le hablaré al corazón. Aquí se está acercando. Oh, sí, es él, José.
Voy a ponerme a la vista, tal vez vendrá a robarme y allí será mi
oportunidad de robar su corazón para darlo a Dios.
José:- ¡Qué cosa más hermosa! Cada año, durante las fiestas de
Navidad del rey, hago un buen botín que me hace vivir tranquilo
durante un año o más. Ahora todas las puertas son para mí, todas
las casas están a mi disposición, ja, ja, ja. (Ve a un hombre venir
hacia él) ¿Pero quién es éste que no fue al castillo? Bueno, le pediré
amablemente su dinero y si se resiste, conocerá quién es José, ja,
ja, ja... Oye, tú, detente y dame todo lo que tienes en la bolsa, date
prisa, tengo mucho trabajo que hacer esta noche de Navidad, ja,
ja, ja.
Príncipe:- ¡Oh, sí, sí, toma, toma todo lo que tengo. Eso es todo lo que
tengo conmigo, pero quiero darte aún algo más, sólo...
José:- ¿Darme más? ¿Estás loco? ¿Te estás burlando de mí? ¿No tienes
miedo de mí?
Príncipe:- ¿Y por qué habría de tener miedo de ti? Seguramente tienes
que verte obligado a robar, aunque no quieras, porque tendrás una
familia que alimentar. Tu no quieres hacer este trabajo sucio, ¿no es
así? Voy al castillo del rey, quien invitó a todos a la misa de Navidad
a contemplar su hermoso pesebre. ¿No vienes? La invitación fue
dada a todos. El rey se daría cuenta...
José:- (Confundido) Pero, pero, yo soy... No, no puedo ir contigo. Vete,
vete y dame el dinero, lejos, lejos.
Príncipe:- Te di todo. Déjame ir ahora. Pero piénsalo... Si tú vinieras...
José:- Te dije que no puedo ir, vete, aléjate de mí...

(El príncipe se va).

Los dos José | 83


Escena Cuatro

José:- (Caminando hacia su casa) ¡Qué tipo extraño este! ¿Por qué
insistir tanto por invitarme a ir a lo del rey? Soy malo, soy un
ladrón, y todos tienen miedo de mí, nadie se preocupa por mí.
(Se detiene porque ve a un hombre que está limpiando su casa)
¿Quién es este? Oye, tú, ¿quién eres tú? (El misterioso personaje
sigue barriendo tranquilamente como si nada hubiera pasado, y
luego desaparece). Veo que no todo el mundo fue a lo del rey esta
noche. ¿Quién está allí? (En otro rincón de la escena el misterioso
personaje sigue barriendo). Oye, ¿quién eres tu? Contesta, quién
eres, ¿qué quieres en mi casa? Vamos, ¡hazte conocer! (El hombre
desaparece de nuevo) O me estoy volviendo loco o algo pasa aquí
que no entiendo. ¡Dime quién eres! (Desaparece)... Pero, un extraño
que limpia mi casa, que no dice nada, y que escapa enseguida...
(Mirando a su alrededor) y deja todo limpio como si supiera el
lugar de cada cosa. (Cambiando de tono, haciéndose más pensativo)
¡Maravilloso! ¡Misterioso! Tal vez debería hacer lo mismo en mi
corazón, limpiarlo bien... poner cada cosa en su lugar... Pero he
cometido muchos pecados en mi vida, y uno más feo que el otro.
Oh Dios, ¿qué me pasa? Oigo la voz de mi conciencia que me habla
con tanta dulzura y me invita a cambiar mi vida, para convertirla a
Dios. Sin embargo, ¿qué debo hacer? ¿A dónde iré? Todo el mundo
huye de mí porque saben quién soy y quien he sido en el pasado.
¡Oh infeliz! ¡Oh miserable! ¡Oh desdichado de mí! Yo robé, yo
maté, yo dije mentiras y maldiciones sin número, no iba a la iglesia,
incluso los domingos, abandoné los sacramentos, era desobediente
a mis padres... oh Dios ¿qué hice? (Llora sobre sus rodillas y reza).
Príncipe:- (Aparece detrás de una esquina, vestido como un príncipe)
Pero el Señor te dijo: “Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz
a los hombres de buena voluntad”.
José:- (Muy sorprendido) ¿Qué haces aquí? ¿El Príncipe Federico en mi
casa, en la casa de un ladrón?
Príncipe:- Dirás mejor, en la casa de un hermano a quien el buen Dios
quiere dar la paz de esta Navidad a su corazón. ¿Sabes que todos han
sido invitados a la misa en casa de mi padre, el Rey, en el Castillo?

84 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


José:- Sí, lo sé. Y también sé la condición para participar, sólo...
Príncipe:- Sólo... ¿qué?
José:- ¿Habrá un sacerdote para confesarme un día completo, una
semana, un mes entero?
Príncipe:- No, José, no, no te preocupes. Es por ello que, para
nosotros, hombres pecadores y frágiles, el Señor instituye el gran
Sacramento. Pero recuerda que no es suficiente confesar todos
los pecados después de un minucioso exámen de conciencia
delante de un sacerdote, sino que tu tienes que tener un verdadero
arrepentimiento del corazón con la intención sincera de cambiar
de vida, para no pecar más, y una vez confesado todo, cumplir
con la penitencia que el sacerdote te dará movido por la infinita
misericordia de Dios.
José:- Príncipe Federico, estoy dispuesto a hacer todo lo que digas.
Quiero vivir en gracia de Dios, en su paz. Renuncio a mi antigua
vida y espero con la ayuda de Nuestra Señora convertirme a Dios
de verdad.
Príncipe:- Y no te olvides de San José, yo sé por qué te lo digo, no te
olvide de San José ... Vamos, te llevaré a un viejo y buen sacerdote
que está en el castillo, él te escuchará y te llevará por los caminos
del Señor. ¡Vamos, vamos, verás qué bonito pesebre tengo en mi
casa!

(El príncipe y José salen de la habitación).

Escena Cinco

(José de rodillas ante el confesionario mientras se escucha la voz


en off del Relator con un fondo de música)

Relator: El reconocer nuestra propia miseria delante de Dios no


significa hacerse vil, sino vivir la verdad de la propia condición y
así lograr la verdadera grandeza de la justicia y la gracia después de
la caída en el pecado, efecto de la malicia y la debilidad; es elevarse
a las más alta paz de la mente, entrar en una relación viva con
Dios que es misericordioso y fiel. La verdad bien vivida es la única
capaz de hacernos libres. Por lo tanto, el que rechaza la confesión

Los dos José | 85


sacramental quiere decir de alguna manera que todavía prefiere
vivir en la esclavitud del pecado y el diablo y no tiene el corazón
lleno de amor del Divino Redentor que nos libró del pecado,
precisamente, del diablo y de la muerte eterna no dudó pagar con
toda su sangre divina.

(Cuando José se levanta de su confesión vienen el rey, la reina y


el príncipe Federico)

Rey:- Bienvenido a mi casa, José. (Lo abraza) Estoy muy contento de


ver a todos mis hijos para la Misa de Navidad en mi gran pesebre.
Vamos, te acompañaremos a la Iglesia.
José:- ¡Oh, gracias!, pero no lo merezco...
Reina:- Estamos muy contentos de tenerte por fin con nosotros, José.
Somos una misma y gran familia, y esta es y siempre será también
tu casa.
Príncipe:- Vamos, vamos, yo quiero que veas antes que nadie el
pesebre, tengo algo que mostrarte...

(José y el príncipe van al pesebre. El rey y la reina contemplan


desde atrás. El pesebre es realmente grandioso, con las imágenes
de tamaño natural: San José -el personaje misterioso que estaba
barriendo la casa de José, y que debe sobresalir en la escena-, la
Virgen, Jesús en los brazos de María, los pastores, los ángeles y
los Reyes Magos)

José:- ¡Oh, Dios, ¿es cierto lo que veo? Este San José yo lo he visto
antes, estoy seguro, yo lo he visto antes, es él, es él quien...
Príncipe:- Sí, lo sabemos, José, es él quien te ha alcanzado de Dios
la gracia de la conversión, ya que es San José el que prepara cada
corazón para la Navidad, para que todos los hombres puedan
recibir al Niño divino con un alma pura y limpia. Como él se
encargó de preparar un digno lugar a su amado Jesús hace 2000
años en Belén, hoy también sigue su mismo oficio, preparando
nuestros corazones, impulsándonos a confesar nuestros pecados
para poder recibir con mayor pureza al Cordero Inmaculado,

86 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


nuestro querido Niño Jesús, el Hijo de Dios hecho carne, hecho
hombre como nosotros, menos en el pecado.
José: - ¡Oh, Dios es grande! ¡Dios es grande!
Príncipe:- Así que todos cantan junto a ti, y con todos los hombres de
la tierra:

(Cantan todos el “Gloria a Dios en las alturas”. Las figuras del


pesebre toman movimiento. San José da la bienvenida a José en
el pesebre y todo el mundo celebra con la familia real, los ángeles
y los pastores).

Fin

Omnia pro Te, Puer Iesu.

Los dos José | 87


Francisco hacia Belén

En la Navidad, nuestro espíritu se abre a la esperanza


contemplando la gloria escondida debajo de la pobreza de un
Niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre: es el Creador
del universo reducido a la impotencia de un niño recién nacido.
Aceptar esta paradoja, la paradoja de la Navidad es descubrir la
Verdad que nos hace libres y el Amor que transforma nuestras
vidas. Tomemos su manecita: es una mano que no quiere quitarnos
nada, sino DAR.

Benedicto XVI
Elenco de Personajes

Francisco
Ángel de la guarda
Virgen María
San José
Santa Isabel
Ángeles
Ángel Gabriel
Pastores
Reyes Magos
Hombres
Mujer
Pueblo de Belén
Madre de Francisco
* Relator (también hace la voz de Jesús)
Escena Uno

(Comienza la escena con un niño que está rezando, Francisco,


al lado de su cama. Reza en voz alta. Aparece su ángel de la
guarda)

Francisco:-... y te pido por toda mi familia, la de mis amigos, pero...


pero no por Carlos y Roberto, ya que me hacen enojar en los
juegos, sobre todo en el fútbol ... y ...
Ángel de la Guarda:- (Aparece con sus brazos a la cintura, no contento
con lo que dice Francisco) ¿Como siempre, Francisco?
Francisco:- Sí, porque cada vez que jugamos al fútbol, siendo ellos
mayores que yo, se burlan de mí, y yo...
Ángel de la Guarda:- Y tú tienes que aprovechar esta oportunidad
para ofrecer este sacrificio a Jesús, es una buena ocasión. Estamos
en el Adviento, ¿sabes lo que eso significa?
Francisco:- Sí, lo he aprendido en el catecismo. Es un tiempo de
preparación para la venida del Niño Jesús, el Hijo de Dios, nuestro
Salvador. Un tiempo de penitencia, de esperanza. Pero...
Ángel de la guarda: - Pero, ¿qué, Francisco?
Francisco:- Que todos los años la misma cosa: el catequista repite las
mismas cosas, nos dice que tenemos que ser más buenos, etc., etc.,
porque Jesús nació, y me doy cuenta de que sigo siendo el mismo
Francisco de siempre, no tan bueno como Jesús quisiera. El año
que viene voy a hacer mi Primera Comunión, y realmente, me
gustaría ser un niño más bueno, más fervoroso... sobre todo que
no me enfade cuando vea que Carlos y Roberto... (Hace un gesto de
impaciencia en manera graciosa).
Ángel de la Guarda:- Entonces, Francisco, esta es una gran oportunidad
de pedir al Divino Niño la gracia que tanto quieres.
Francisco:- Pero es difícil, porque cuando Carlos... y Roberto...
Ángel de la Guarda:- Comienza con la oración. La oración es como
una flecha que va directamente al Corazón de Dios como Padre, y
El, que es bueno, no puede dejar de cumplir con el deseo sincero de
sus queridos hijos. Lo que estabas haciendo ahora, trata de hacerlo
todo el tiempo, incluso en la escuela, en medio del estudio, de los

Francisco hacia Belén | 91


juegos y verás cómo Dios te va a ayudar a que seas un niño bueno
y santo. ¿Probamos? Yo te ayudaré. Yo soy tu ángel de la guarda, no
lo olvides nunca. Soy tu ángel de la guarda y estuve contigo desde
tu nacimiento y te he acompañado siempre hasta hoy y lo seguiré
haciendo en todas partes, a pesar de que no me veas siempre.
Vamos a ser grandes amigos ¿te parece, Francisco?
Francisco:- ¡Por supuesto! (Se sienta en la cama para conversar con el
ángel. Francisco se queda pensativo).
Ángel de la Guarda:- ¿Qué pasa, Francisco?
Francisco:- ¿Sabes, Ángel? Me gustaría estar familiarizado con la
historia de la Navidad, porque a veces, en el catecismo, no estoy
muy atento a la maestra, me voy a jugar, y ahora que es Navidad,
deseo... Me gustaría tener al Niño Jesús en el corazón, como dice la
catequista, porque sé que así va a ser cuando hagamos la Primera
Comunión y siempre que comulgue con amor.
Ángel de la Guarda:- Es verdad, y si así lo deseas, el buen Dios te
lo concederá. Pero escucha, Francisco. No te desanimes si tal vez
hasta el día de hoy no has sido bueno en la escuela y en casa. Este
es un tiempo para arrepentirse, para tomar buenas resoluciones, y
llegar a ser tan bueno como Dios quiere. ¿Estás decidido? Depende
de que quieras llegar a ser un niño santo y Dios te ayudará.
Francisco:- Sí, sí lo haré, ¡confío en el buen Padre Dios!
Ángel de la Guarda:- Claro que lo harás. (Se dan la mano con alegría).
Francisco:- Escucha, ángel mío, me gustaría pedirte un favor.
Ángel de la Guarda:- Dime...
Francisco:- Me gustaría que me cuentes la hermosa historia de la
Navidad.
Ángel de la Guarda:- Sí, por supuesto, me encanta contar esta historia,
porque he estado allí esa noche y he visto de cerca cuanto Dios
Padre disponía en el cielo en bien de los hombres. Esto nos contaba
Dios Padre siempre estando todos los ángeles y arcángeles a su
alrededor, todos juntos.
Francisco:- ¿En serio? ¿Has estado allí? Cuéntame todo, ¡¡¡desde el
principio!!!
Ángel de la Guarda:- Bueno, pero creo que debería decir un par de
cosas primero para que puedas entender mejor este gran misterio.
En primer lugar, ¿sabes quién es Jesús?

92 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


Francisco:- Por supuesto, el Hijo de Dios, el Salvador de los hombres,
que se encarnó en el seno purísimo de la Virgen María.
Ángel de la Guarda:- ¡Muy bien! ¡Muy bien! Sabiendo esto tan
importante, vas a entender perfectamente todo lo demás. ¿Y sabes
quienes eran Adán y Eva?
Francisco:- Sí, nuestros primeros padres en el paraíso.

Escena Dos

Ángel de la Guarda:- (Simultáneamente comienzan a representar la


escena que narra el ángel con mímica) El primer hombre, Adán, y esta
primera mujer, Eva, fueron los primeros seres humanos creados a
imagen y semejanza de Dios. Dios los había creado buenos, puros,
sabios e inmortales como El., Adán y Eva disfrutaron de la amistad
de Dios, su Creador y Padre, y hablaban cara a cara con Él, como
tú y yo ahora. Pero también había un ser muy, muy malo, que
envidiaba la felicidad de estos primeros padres, esa felicidad que
habrían disfrutado si siempre hubieran sido fieles a Dios. Y así un
día, poniendo su cola venenosa, llena de mortal orgullo y envidia,
en el hermoso jardín donde estaban Adán y Eva, los quiso hacer
caer en la tristeza y la desesperación eterna del infierno llevándolos
a cometer un pecado mortal.
Francisco:- (Haciendo gestos de enojado) ¡Diablo malvado!
Ángel de la Guarda:- Sí, y muy malvado. Sucedió lo que ya sabes. Fue
el orgullo del hombre que lo hizo caer, porque él quería llegar, lleno
de presunción, al mismo nivel de Dios poniendo a su Padre bajo
sus pies, cuando somos nosotros, sus criaturas, los que debemos
honrar y glorificar al Padre Nuestro que está en los cielos. Y fue
el hombre que buscó su propio castigo lejos de Dios. Adán y Eva,
entonces, fueron expulsados del Paraíso, a causa de su pecado,
porque no merecían ser más amigos e hijos de Dios.
Francisco:- ¿Entonces? Todos los hombres llevan este sello del
pecado hasta la muerte. ¡Qué gran ingratitud la nuestra! ¡Pagar
con el pecado la inmensa bondad de Dios! Y no sólo eso. Con el
pecado nos hemos convertido en esclavos del diablo, nos hemos
convertido en pobres y miserables; pero el mayor castigo fue que

Francisco hacia Belén | 93


las puertas del Cielo estaban cerradas, por lo que el hombre ya no
podía ver a Dios.
Ángel de la Guarda:- ¿Has visto cuántas cosas valiosas perdió el
hombre por el pecado? Pero Dios, que es Padre infinitamente
misericordioso, no pudo soportar por mucho tiempo la tristeza de
sus queridos hijos, y luego, inmediatamente después del pecado
cometido por Adán y Eva, le prometió un Redentor.

Escena Tres

(Desde aquí comienza la representación en mímica o con el efecto


de teatro de sombras, del paraíso. Ahora se oye la voz de Dios)

DIOS PADRE:- “Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu


linaje y su linaje: él te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el
calcañar” (Génesis 3:15).
Francisco:- ¿Qué cosa quería decir Dios con estas palabras?
Ángel de la Guarda:- Que uno de los descendientes de Eva sería el
que ganaría a la descendencia del diablo, Cristo Jesús, el Señor. Y
como pertenecía a los hijos de Eva, habría sido un hombre el que
librara y ganara esta batalla, pero no cualquier hombre, si no el
Dios-hombre, debido a la deuda contraída por Adán y Eva con
Dios que era tan infinito que nadie podía pagar, si no sólo Dios,
movido por su amor infinito y eterno hacia nosotros. Pero, ¿sabes?
El mismo instante en que Dios ha prometido el Redentor fue un
día de gran regocijo en el cielo.
Francisco:- ¿Por qué?
Ángel de la Guarda:- Porque todos los ángeles del cielo vieron el
gran don que Dios Padre le daba a la creación, dando su tesoro
más preciado: su propio Hijo, que es Dios como El. Entonces, las
tres divinas Personas, los tres juntos, hablaron de la salvación del
hombre que habían creado. Yo miraba todo esto en silencio por un
pequeño agujero en una nube y he aquí, que oí este maravilloso
diálogo que nunca olvidaré:
DIOS PADRE:- Escucha Hijo mío, Amado, en quien me deleito
solamente. Tú has visto cómo el hombre, rebelándose a nuestro

94 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


amor ha perdido la salud del alma y la felicidad eterna para lo
que Yo lo había creado. He aquí, Hijo mío, que al ver perdida
tan tristemente la obra de mis manos, para liberar al hombre
de la muerte eterna y del infierno, es necesaria una víctima de
expiación, que quiera pagar en justicia lo que se debe a tanto amor
y tal víctima debe ser de amor y por amor porque Yo soy el Amor.
DIOS HIJO:- Padre tierno, vi el gran daño hecho a tu gran bondad,
y quiero ser yo quien se ofrece por él, para pagar por su pecado,
porque mi corazón no puede soportar la idea de ver al hombre, tan
querido por nosotros, separados de nuestro amor para siempre.
DIOS PADRE:- Pero, Hijo mío, ¿qué dices? ¿Sabes lo que significará
pagar el rescate de los hombres? Tendrás que ser un hombre como
ellos, tendrás que ganarte la vida en la tierra de manera humilde
y dolorosa. Vas a tener que nacer en una cueva fría y ser colocado
en un pesebre de animales. Vas a tener que, como un niño, huir
a Egipto; tendrás que vivir como un muchacho humilde, pobre y
despreciado. Y, por último, Hijo Amado, a fuerza de dolores deberás
dejar tu vida en una cruz, y sufrir ser burlado y abandonado por
todos.
DIOS HIJO:- Padre, no me importa, me conformo con cualquier cosa,
siempre y cuando se salve el hombre que hemos amado desde toda
la eternidad.
Ángel de la Guarda:- Y en seguida, Dios Padre nos mandó a llamar
a todos nosotros, desde el primero al último ángel del cielo, para
ayudar en la gran obra que iba a realizar. Y lo primero era encontrar
una buena madre, pura y sin pecado para ser la madre del Hijo
de Dios, porque en su seno purísimo se había de hacer hombre el
Hijo del Eterno Padre para ser como los hombres desde el primer
instante de su concepción.
Francisco:- ¡Oh, sí, ya sé la historia! Me gusta tanto. Me gusta imaginar
nuestra Madre celestial, que habla con el ángel Gabriel. ¿Has estado
con San Gabriel, el arcángel?
Ángel de la Guarda:- Claro, es un muy buen amigo mío, siempre
vamos juntos porque también me gusta escuchar la historia
de la Santísima Virgen María en la Encarnación. ¿Y sabes qué,
Francisco? Ha sido él quien me llevó a ver el nacimiento del Niño
Jesús dándome la tarea de anunciar a los pastores la buena noticia.

Francisco hacia Belén | 95


Francisco:- ¿En serio? ¡Qué honor! Y yo tengo como ángel de la guarda
a quien anunció este gran misterio, qué honor también el mío.
Ángel de la Guarda:- Y como les anuncié a ellos aquella hermosa y
gran noticia, ahora me toca anunciártela a ti. Sigamos con nuestra
historia. Como ya te he dicho, Dios envió al arcángel Gabriel a
la casa de la Santísima Virgen María. ¡Ah!, pero primero déjame
decirte algo. A esta santa Virgen, Dios Padre la había pensado,
amado, desde la eternidad, ya que no podía ser cualquier criatura
la madre de su Hijo. Luego se dio este regalo a sí mismo del todo
singular, que sólo Ella ha tenido: ser inmaculada, es decir, sin
pecado desde el momento de su concepción. Así que era toda pura
para recibir al Hijo de Dios en su seno.
Continúo. María vivía en una ciudad de Galilea, llamada Nazaret,
era ella muy joven, pero muy prudente, y de una belleza angelical.
Se la prometió como esposa a un hombre justo y santo llamado...
Francisco:- ¡San José!
Ángel de la Guarda:- ¡Muy bien! Él sería el padre adoptivo de Jesús,
porque, como bien sabes el Padre de Jesús es el mismo Dios. Y
ha sido siempre el Ángel del Señor, el gran amigo mío, el que le
anunció a José que María estaba embarazada por obra del Espíritu
Santo y que el niño que esperaba era el mismo Hijo de Dios.
Te voy a mostrar, como regalo de Navidad, cómo fueron estos
santos anuncios. ¿Quieres Francisco?
Francisco:- Y, ¿cómo me los vas a mostrar?
Ángel de la Guarda:- Por medio de la oración. Cierra los ojos y
trata de concentrar tu alma toda entera en Dios y pídele que
por mi intercesión, Él te ayude a conocer el misterio más alto e
incomparable, como fue el de la Encarnación. Por la oración
puedes llegar a conocer a Dios y sus misterios, no lo olvides nunca.
Francisco:- ¡Por supuesto! Vamos a ver lo que pasó.

96 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


Escena Cuatro

(Los dos se sientan uno al lado del otro para ver las dos escenas.
Aparece María en oración, de rodillas, leyendo las Escrituras.
Inmediatamente después el arcángel Gabriel entra en la
habitación)

Ángel Gabriel:- “Te saludo llena de gracia, el Señor está contigo”.


María:- Pero ¿qué significa este saludo?
Ángel Gabriel:- “No temas María, porque has hallado gracia ante
Dios. Vas a concebir un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús.
Será grande y llamado Hijo del Altísimo; El Señor Dios le dará el
trono de su padre David Y reinará para siempre sobre la casa de
Jacob y su reino no tendrá fin”.
María:- “¿Cómo será posible pues no conozco varón?”
Ángel Gabriel: - “El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder de lo
alto te cubrirá con su sombra. El que ha de nacer será santo y será
llamado Hijo de Dios. Mira: Isabel está encinta, ha concebido un
hijo en su vejez, y este es el sexto mes para ella, así, la que llamaban
estéril, concebirá un niño, porque nada es imposible para Dios”.
María:- (de pie) “Heme aquí, soy la sierva del Señor. Se haga en mi
según su palabra”.

(Vuelta a la escena de Francisco y el Ángel)

Ángel de la Guarda:- “Y el ángel dejándola se fue.” No puedes imaginar,


Francisco, lo feliz de aquel día. Todos estábamos esperando a
la puerta de los cielos cuando vimos que mi amigo, San Gabriel
Arcángel, a toda velocidad penetra en las nubes del cielo, y
llegándose dónde estábamos delante de la Santísima Trinidad,
con una voz poderosa, dice: “La Virgen dijo que sí “. Y dijo Dios:
“He aquí, que se realiza la redención de la humanidad mediante la
encarnación de mi amado Hijo”. Lo recuerdo muy bien, porque en
ese día hubo una gran fiesta. ¡Espera! Te dije que verías lo que pasó
con el buen San José.

Francisco hacia Belén | 97


Escena Cinco

(Aparece sólo José, que habla en voz alta, como diciendo lo que
piensa)

José:- No, no puedo dejar a María, mi esposa. Ella está embarazada,


¿y si me voy, dejándola sin decir nada a nadie? ... Sí, lo haré. Voy
a dejarla en secreto, aunque amo tanto su pureza y sencillez, su
dulzura y humildad... ¡Oh Señor, Dios de Israel, dame la luz y
la fuerza de la mente y el corazón para ser capaz de actuar con
prudencia, haciendo en todo lo que es de tu agrado, tu santa
voluntad.

(José se acuesta y se duerme. Poco después entra un ángel a la


habitación y habla con José)

Ángel:- José...
José:- ¿Sí?! ¿Qué pasa?
Ángel:- Yo vengo de parte de Dios, porque El ha oído tu oración y El
quiere iluminarte sobre lo que debes hacer respecto a María. “José,
hijo de David, no temas tomar contigo a María, tu esposa, porque
lo concebido en ella es obra del Espíritu Santo. Ella va a dar a luz
un hijo y tu lo llamarás Jesús, porque El salvará a su pueblo de sus
pecados”. Todo esto sucedió para que se cumpliese lo dicho por el
Señor por medio del profeta:
He aquí, que la virgen concebirá y dará a luz un hijo y lo llamarás
Emmanuel, “Dios con nosotros”.
José:- ¡Oh Señor, te doy gracias por tu palabra que me ha llenado de
luz y de consuelo y me ha dado fortaleza. Voy a llevarme conmigo
a María y guardaré este secreto en mi corazón.

98 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


Escena Seis

(Vuelta a la escena de Francisco y el Ángel)

Ángel de la Guarda:- ¿Has visto esa gran fe y confianza en el Señor


que tuvo San José, Francisco?, ¿todavía quieres seguir la historia
de la Navidad?
Francisco:- Sí, ángel mio, quiero aprenderla muy bien y prepararme
para el momento del nacimiento del Niño Jesús, que tanto amo.
Ángel de la Guarda:- Sí, vamos a llegar allí. Pero ¿te acuerdas de las
últimas palabras de San Gabriel a la Virgen María antes de irse?
Francisco:- Sí, que su prima Isabel, que era anciana y no podía tener
hijos, tendría un bebé, sería Juan el Bautista.
Ángel de la Guarda:- ¡Francisco, muy bien! También quiero contarte
la historia de la Visitación porque aquí se pueden aprender muchas
cosas buenas, tantas virtudes; por ejemplo, cómo María siendo ya
la Madre de Dios, no se queda en ella misma y corre a ayudar a
su prima, que por estar encinta necesitaba quien la asistiese en
el momento del parto. Aprende de Ella la generosidad, el amor a
nuestros familiares y vecinos necesitados, su humildad, porque
siendo la Madre de Dios está al servicio de los demás... muchas
virtudes.
Un día, entonces...

Escena Siete

Relator:... María se puso en camino a toda prisa hasta un pueblo de


Judá en la montaña, entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. (Al
mismo tiempo, se representa la historia del Evangelio). Y aconteció
que cuando oyó Isabel el saludo de María, la criatura saltó en su
vientre. Isabel quedó llena del Espíritu Santo, y exclamó en voz alta:
Isabel:- “Tu eres bendita entre todas las mujeres y bendito el fruto
de tu seno. ¿Quién soy yo pues la madre de mi Señor viene a mi?
Apenas el sonido de tu voz llegó a mí el niño saltó de gozo en mi
seno. Bienaventurada la que ha creído en el cumplimiento de las
promesas del Señor”.
Francisco hacia Belén | 99
María:- “Mi alma glorifica al Señor
y mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador,
Porque ha mirado la humildad de su sierva;
desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada.
Porque ha hecho grandes cosas por mí, el Omnipotente,
Santo es su nombre.
Su misericordia llega a sus fieles,
de generación en generación.
El hace maravillas con su brazo;
dispersa a los soberbios en los designios de su corazón.
Derribó a los potentados de sus tronos,
ha enaltecido a los humildes.
Él ha colmado de bienes a los hambrientos;
ha despedido a los ricos con las manos vacías.
Él ha ayudado a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia,
como lo había prometido a nuestros padres,
en favor de Abraham y su descendencia para siempre.”

(María e Isabel se abrazan)

Relator: “María se quedó con ella unos tres meses y luego regresó a su
casa”.

Escena Ocho

Francisco:- Ángel, ¿sabes? Esta historia de la visitación me hace pensar


en mi Primera Comunión, porque me han enseñado que debemos
imitar la actitud de Santa Isabel; cuando Jesús viene a nuestras
almas sentimos que el corazón salta con amor y alegría y ver cómo
María, a través del sacerdote, nos trae a Jesús a la casa de nuestro
pecho. Y también imitar a María llevando a Jesús a todos los que
nos rodean.
Ángel de la Guarda:- ¡Es una bellísima enseñanza! Y así debe ser para
todos. (Con gestos de sorpresa) Francisco, ¿Te fijaste en el tiempo?
¡Es pasada la medianoche!

100 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


Francisco:- Sí, me di cuenta, pero quédate conmigo esta noche y
continúa hablando sobre estas cosas santas. No pude dormir en
absoluto.
Ángel de la Guarda:- Bueno, también a mí me alegra contar estas cosas
porque hacen tanto bien para el alma. Providencialmente cuando
María estaba a punto de dar a luz a Jesús, llegó a Nazaret, y a todas
las otras ciudades del reino de Israel, la noticia de que el emperador
quería hacer un censo, y, por esta razón, todo el mundo tenía que
ir a su lugar de origen. Incluso José y María. Puesto que José nació
en Belén, tuvieron que dejar ese pequeño pueblo de Nazaret para
ir a Belén que, después del nacimiento de Jesús, se convertiría en el
más grande de todos. Y luego qué pasó... (Permanece inmóvil con
expresión de haber tenido una buena idea).
Francisco:- ¿Qué?
Ángel de la Guarda:- ¡Que me vino una idea maravillosa! Será... mi
regalo de Navidad para ti. Voy a hacerte entrar en la historia de
la Navidad: Te llevaré a Belén, a ver de cerca a Jesús, María y José.
Francisco:- ¿Pero cómo es posible?
Ángel de la Guarda:- Te lo explicaré más tarde. ¿Vamos?
Francisco: - ¡Vamos!

Escena Nueve

(Se apagan las luces. Comienza a escucharse el rumor de gente


hablando. Poco a poco las luces se encienden y la gente yendo
y viniendo a Belén. Entre todas las personas Francisco aparece
vestido como un pastor, y también su ángel. Buscan a María y
José, y se presentan)

Ángel de la Guarda:- ¡Francisco, allí están, ellos, José y María! Te voy


a presentar a ellos y les diré que queremos ayudarlos en su viaje.
¿Estás de acuerdo? Te presentaré como mi amigo; con estas ropas
parecemos pobres pastores y así aprovecharemos su compañía.
Francisco:- ¡Muy buena idea!

Francisco hacia Belén | 101


(En el otro lado del escenario, se escucha que hablan José y
María)

José:- ¿Estás cansada María? Nos detenemos un poco, si quieres, a


descansar...
María:- No, José, no te preocupes por mí. El Niño quiere nacer, y
pronto. Tenemos que encontrarle un lugar.
José: - Sí, pero no hay ningún lugar en el pueblo para quedarse.
Deberíamos ir a pedir a algunas personas si nos pueden ayudar.

(Llegan Francisco y el ángel de la guarda)

Ángel de la Guarda:- Estamos aquí para ayudar a los peregrinos que


vienen para el censo. ¿Nosotros les podemos ayudar de alguna
manera? Mi amigo Francisco y yo estamos aquí para servirles.
José:- ¡Oh Dios Amoroso y Providente! Sí, mi mujer está a punto de
dar a luz, y en breve, y no tengo lugar donde pueda estar con mi
familia. Ahora vamos a buscar de casa en casa, para ver si alguien
quiere acogernos. Vengan con nosotros, nos ayudarán mucho.
Ángel de la Guarda:- Sí, vamos.

(Hay tres puertas, y en cada una de ellas serán rechazados).

Primer Puerta (Golpea el ángel, es un hombre rico).

Ángel de la Guarda:- Mire buen señor, por caridad, esta familia viene
de lejos; la señora está a punto de ser madre, y quieren un lugar
cálido para el nacimiento del niño. ¿Será posible que usted pueda
recibirnos en su casa?
Hombre 1:- ¡Oh, no! No tengo lugar. Espero amigos que vienen a mi
cumpleaños. La casa es grande, sin embargo, lo siento, estará todo
ocupado.
José: - Lo siento, señor, no queríamos molestar. Vamos María, vamos
amigos.

102 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


Segunda Puerta

Ángel de la Guarda:- Vamos, ahora ve tu, Francisco, a pedir por la


Sagrada Familia.
Francisco:- (Golpea la puerta y una mujer aparece) Buenos días señora.
Esta familia viene de lejos. Nuestra Señora María está a punto de
dar a luz y me gustaría saber si puede hacer la caridad de darnos
un lugar en su casa. Al menos por estos días, para el niño que nace.
Mujer:- ¡Oh, lo siento! No puedo, tengo muchas cosas que hacer
ahora... ¿Un lugar?... No, no, estoy demasiado ocupada como para
ponerme a preparar un lugar y menos para una futura madre,
demasiadas complicaciones para mí. Tal vez alguien te hará el
favor.
Francisco:- Pero, señora... (Ella cierra la puerta).
María:- Hijo mío, no te preocupes, el Señor nos guiará hacia el lugar
donde quiere El nacer. Todo está pensado por su divina Sabiduría.
Vámonos.
José: - Probemos en otra casa.

Tercera Puerta

José:- (Golpea la puerta, se asoma un hombre) Buenos días señor.


Hemos llegado aquí con ocasión del censo y mi familia no tiene un
lugar para descansar. Mi esposa está embarazada y a punto de dar
a luz. Le pido que nos reciba y verá que Dios pagará su generosidad
sin medida.
Hombre 2:- No, no es posible. Me gusta estar solo. Y yo no quiero
problemas, aparte nunca se sabe con quien uno está tratando,
podrían estar engañándome... no, no. Váyanse, yo no los puedo
ayudar...
Francisco:- (Un poco enojado) Sin embargo, estas personas no tienen
un lugar, ¿no se da cuenta?
Ángel de la Guarda:- Francisco, con lo que has visto puedes darte
cuenta de que no todos están abiertos a la gracia de Dios; que
Jesús quiere nacer en las almas de estas personas, pero todos lo
rechazan: uno por esto, otro por otra excusa, otro y otro más allá,
y todos excusándose, y ninguno pensando en hacer al menos la

Francisco hacia Belén | 103


caridad a unos pobres peregrinos... es muy triste ver que las almas
no piensan en su propia salvación, que Dios se les ofrece como un
Niño tierno y ellos prefieren entretenerse con las cosas pasajeras de
este mundo o encerrarse en su propio egoísmo.
Francisco:- ¡Sí, que triste! En esta Navidad el niño Jesús golpeará a
las puertas de nuestro corazón queriendo entrar con su salvación,
pero yo he decidido abrirle completamente la puerta del mío,
porque este es el verdadero pesebre donde El quiere nacer. Se está
haciendo de noche, y María y José todavía no pueden encontrar
una habitación. Pero tengo plena confianza en que la providencia
de Dios nos guiará al mejor lugar.

Escena Diez

(Aparece un hombre vestido pobremente)

Hombre:- Buenas noches. ¿Buscando un lugar? Todo está ocupado,


por desgracia, y los veo en tanta necesidad. Yo soy pobre, mi casa
y mi familia son pobres, pero podemos darles lugar con mucho
gusto. ¿Quieren venir conmigo?
José:- ¡El Cielo te bendiga! Tu pobreza será nuestra riqueza porque
no tenemos nada, y el Señor está buscando un hogar donde poder
nacer.
Hombre:- Estoy feliz de darles la bienvenida en mi pobre casa, y de
tenerlos por compañeros en estos días.
Ángel de la Guarda:- (A Francisco) ¿Y por qué no? Con José, María y
Jesús en su casa, ¿quién no es feliz?
Hombre:- (Al llegar a la cueva) Aquí estamos, llegamos. Como te dije,
es muy pobre y estrecho, e incluso un poco sucio. Mi familia vive
al lado de la cueva. Si necesitas algo, llámame, estoy disponible
para ayudarles. También para lo que necesite tu esposa durante el
embarazo.
José: - Una vez más, gracias. Sí, es mi esposa la que más me preocupa
porque espera muy pronto al niño que nazca. Que Dios te dé su
paz. ¿Cómo te llamas?
Hombre:- Samuel

104 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


José:- Vete en paz, Samuel, que la bendición de Dios ha caído ya en tu
casa. Y gracias por tu ayuda, la necesitaremos.

Escena Once

(El pobre hombre se retira)

María:- ¿Has visto? Dios nunca abandona a los que ponen su confianza
en Él.
Francisco:- Pero...
Ángel de la Guarda:- Pero qué, Francisco.
Francisco:- Yo pensé que ese hombre, aunque pobre, le daría a la
Sagrada Familia un lugar más, más... lindo, más limpio, más
digno... Es Dios el que nace.
Ángel de la Guarda:- Sí, Francisco, desconcierta ciertamente el que
Dios haya elegido un lugar así para nacer. Pero Él quiere desde
el inicio de su vida terrena ofrecer al Eterno Padre su pobreza
y humildad en reparación por la vanidad y el apego a las cosas
de este mundo en que los hombres viven. María y José con gran
espíritu de fe, acompañan al Salvador en sus misteriosos designios
y ten en cuenta Francisco, que todo esto, hasta que Jesús muera en
la Cruz, todos sus dolores, toda su vida escondida, pobre y llena
de humillaciones es por ti, para salvar tu alma, para conquistar tu
amor, para que seas santo y feliz en el cielo junto a Él.
Francisco:- (Pensativo y emocionado) Y todo esto por mí... por mí.
(Señalando la estrella que se encuentra encima de la cueva) Mira
la estrella, es tan bella y grande como imaginaba. La maestra nos
enseñó una cosa hermosa que siempre podemos pensar en el
nacimiento de Jesús, su nacimiento entre los hombres que miran la
lámpara votiva que siempre está encendida ante el Sagrario, como
si se tratara de otra estrella de Navidad que indica dónde está Jesús.
José:- Bueno, pongamos un poco las cosas en orden. Ayudemos a
Maria. Elijamos un buen lugar para refugiarse, limpio, para que
pueda esperar al Niño en lo mejor que podamos hacer.
María:- No te preocupes por mí, José. Basta con pensar en Jesús, Jesús
viene.

Francisco hacia Belén | 105


Francisco:- (Mirando al ángel) ¿La Santísima Virgen dice que está por
nacer Jesús?
Ángel de la Guarda:- Sí, sí; vamos. Es la hora.

Escena Doce

(José llama con un gesto a Francisco y el ángel se coloca cerca de él.


La escena es oscura. Se comienza a ver una gran luz y a escuchar
una suave música, apropiada que llena todo el espacio. Aparecen
angelitos que traen lirios blancos. Ellos se colocan en círculo y
María está en el centro. Después de un poco de tiempo, una gran
luz se eleva desde el centro en el que está María y los ángeles se
arrodillan reverentes. Se acercan José y Francisco. El ángel de la
guarda ahora aparece como un ángel más entre los ángeles. Estos
forman dos grupos. Si se desea se puede cantar una canción)

Ángel de la Guarda:- Francisco, ¿has visto? Nació... Jesús nació para ti,
por ti y para todos los hombres.
Francisco:- Ángel mío, no hay alegría que se pueda comparar a lo que
siento en mi alma. Pero... mira, ¿por qué te veo con un resplandor
nuevo? Quédate conmigo.
Ángel de la Guarda:- ¿No te acuerdas Francisco que te dije que yo
era el ángel que anunció a los pastores la buena noticia? Voy a
quedarme contigo, pero ahora tengo que trabajar, yo soy el que
va al frente de este grupo de ángeles, y les ordeno que vayan a los
campos y valles a llamar a todos los pastores, ricos, pobres, buenos,
malos, para que se conviertan. A todo el mundo, porque para todo
el mundo ha nacido un Niño que es el Salvador del mundo, Jesús el
Hijo de Dios e Hijo de la Virgen María. Ahora discúlpame, tengo
que salir de inmediato. Vendré de nuevo a tu lado. Estarás a solas
con María, José y el Niño Jesús. Acércate a ellos y pídeles en esta
Navidad, la gracia que más deseas, Francisco.
Francisco:- Sí, voy a pedir para hacer mi primera comunión con las
disposiciones de un niño santo que desea amar siempre más y más
a Jesús, vivir con El, para El, como El...

106 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


(Francisco se arrodilla al lado de los ángeles. El Ángel de la
guarda se acerca y saluda a María)

Ángel de la Guarda:- (Con reverencia) Mi amada Señora, Madre


de Dios, te saludo en este momento de gran alegría para toda
la humanidad y para el conjunto de la creación, porque hoy ha
nacido el Redentor del mundo. No quisiera apartarme un solo
instante de tu Corazón Inmaculado para gozar las dulzuras de este
gran misterio; pero bendíceme Tu para que pueda ir y comunicar a
todos la alegría de la Navidad.
María:- Id, dulce ángel; llamad a todos a adorar a mi Hijo Divino y
háblales a todos del inmenso amor de Dios por los hombres, por
los pecadores; proclama al mundo que la misericordia nace en
este pobre pesebre para que a este humilde establo vengan todos a
saciarse de la infinita bondad del Corazón de Jesús.

Escena Trece

(Los ángeles salen de dos en dos en diferentes direcciones. El


Ángel de la guarda va hacia los pastores. Se ve un grupo de 5 o 6
pastores apacentando sus rebaños. Duermen, uno está despierto
y aparece el ángel, entonces llama a los otros)

Pastor 1:- Oh, ¿qué es esto que veo con mis ojos, será un sueño?
Pero, no, si yo no estoy durmiendo. (Llama a los otros, asustado)
¡Despierten, despierten y miren. Veo un ángel en el cielo, sí, y es
aquí, ¡y estoy despierto!
Pastor 2:- Shhhhhhh, cállate, Ismael, y déjanos dormir...
Pastor 3:- ¿Por qué no duermes también tu? Vamos, Ismael ...
Pastor 1:- ¡No, miren! ¡Es verdad, es verdad, es un ángel, un ángel! ...
Pastor 4:- (Sin prestarle atención) ¿Un ángel? Ah sí, sí, veo un pastel de
chocolate, mmmmm, ¡hermoso sueño! ...
Ángel de la Guarda:- Pastores...

(Se levantan pronto y se sorprenden).

Francisco hacia Belén | 107


Pastor 5:- ¡Es cierto; un ángel ... No, no es un sueño. Todos lo vemos,
¿no es así?
Pastor 6:- Sí, y tengo un poco de miedo.
Ángel de la Guarda:- Pastores... “No tengan miedo, he aquí que les
traigo una buena noticia, que será de gran gozo para todo el pueblo:
Hoy os nacido en la ciudad de David un Salvador, que es Cristo,
el Señor. Y esta será la señal para ustedes: verán un niño envuelto
en pañales que yace en un pesebre”. (Cuando el ángel comienza a
decir: “... esta es una señal para ustedes...” ven a su alrededor, a otros
ángeles, y cuando termina la frase, todos juntos - también se puede
cantar - dicen con fuerza)
Ángeles todos:- “¡Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los
hombres que El ama”
Pastor 1:- ¿Has visto eso? Sí, ha llegado el día, que esperábamos y del
que nos hablaron los profetas. Vamos, vamos todos a adorar a Dios
que nació entre nosotros.

(Se ponen en camino hacia el pesebre. La atención se centra


ahora en la escena del nacimiento)

María:- Francisco, hijo mío, ven, ven junto a mi querido hijo. Nació
para ti, nació por ti, un pequeño hermano y un amigo, que es tu
Dios y Salvador. Él se alegra de verte hoy en su pobre pesebre y
quiere que tú permanezcas así para siempre junto a El. Francisco
ven a Jesús y confíale tus deseos. (Francisco se levanta y va cerca
de Jesús). Francisco, toma al Niño en tus brazos. Vamos, esto es el
regalo que te quiere hacer José. Ponlo cerca de tu corazón y habla
con Aquel que te ama tanto.
Francisco:- (Toma al niño de brazos de San José) Jesús: Mi querido Niño,
dime qué has venido a hacer en esta tierra. Dime que vas buscando.
Oh, sí, quiero decir, que Tú has venido a buscarme, a morir por mí,
para liberarme del infierno. Tu has venido a buscarme a mí, para
que yo no huya ya más de tu lado y te ame. Ah, Jesús mío, amor de
mi corazón, vida de mi vida, mi amor y mi todo, si yo no te amo,
¿a quien amaré? Siento mucho el haber sido en algunas ocasiones,
muy malo y no haberte amado. Perdóname, mi amado Redentor,
me arrepiento de haberte tratado así. Perdóname y concédeme la

108 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


gracia de que yo no me separe jamás de ti, y te ame durante toda la
vida que me queda. Jesús, quisiera pedirte un favor muy especial
en esta noche. Te pido por la paz del mundo, por la conversión
de los pecadores, por el Santo Padre, por todos los sacerdotes,
especialmente por el sacerdote de mi parroquia; también por mi
familia para que siempre vivan en paz y unidos en tu amor, por
mis amigos ... incluso por Carlos y Roberto que me hacen enojar
en el fútbol, prometo ser bueno con ellos; pero lo que más deseo y
te pido con todo mi corazón Jesús, es que Tú mismo me prepares
para el día de mi primera comunión y yo pueda convertirme por
tu gracia, en un niño santo como tú.
Niño Jesús:- (Voz en off) Mi querido Francisco, gracias por tu afecto.
Yo, que soy un Dios de amor, vengo a los hombres a mendigar,
como un niño pobre, un poco de amor, para que los hombres no
se olviden más de mí, porque Yo los amo y los amo tanto. Y debido
a este gran amor que te doy, no me importa nacer pobre, con frío
en este establo, con tal de que todos se salven y lleguen al cielo. Un
día voy a morir en una cruz, pobre y fría como esta cuna, pero esto
no me importa porque no pienso en mí sino solo en ti, en todas las
almas que mi Padre me ha encomendado. Yo quiero sufrirlo todo
por vosotros, por ti, incluso miles de muertes en la cruz, porque
hay tantos pecados, pero lo que me hace morir mil veces por ti es
sólo el amor infinito que traigo en mi corazón. Mira, mira cuán
pequeño y frágil soy, sin poder hacer nada por mí mismo, llorando
y temblando; mírame y confía. Yo quise nacer de esta manera
porque así los hombres perderán el miedo de acercarse a Dios. Al
ver esto, tu crecerás en la confianza en Mí y conocerás por ti mismo
lo que es la misericordia y la tendrás también con los demás.
Francisco, escuché tus oraciones. Y como gracia de esta Navidad
te concedo que tu alma se convierta en otra cuna donde pueda Yo
nacer y quedarme para siempre, así me darás el calor de tu amor
y el abrigo de tu corazón. Cuando yo venga a ti en tu primera
Comunión haré que vengan conmigo, todos estos pequeños
ángeles, María, mi Madre, y San José, y el pecho tuyo será para mí
mi tabernáculo.
Yo te bendigo, Francisco. Sé bueno, sé santo, porque para esto he
venido: para hacerte un niño santo.

Francisco hacia Belén | 109


Francisco:- (Besando al Niño y abrazándolo fuertemente a su pecho)
Gracias, Jesús, Niño divino. Y tú, María, sé mi abogada tierna con
tus oraciones; obtenme lo que Jesús quiere para mí, que perdone
mis faltas y me de la perseverancia en el santo amor de Dios.

Escena Catorce

(Se acercan los Reyes Magos)

Rey Melchor:- Aquí estamos, donde la gran estrella nos ha guiado en


nuestro camino. Es cierto. Todo se ha cumplido. El Rey de Reyes
nació de acuerdo a las profecías.
Amables María y José, nosotros venimos a adorar al Divino Niño.
La estrella fue una señal para llamarnos a la fe, ya que fue ella la que
nos ha traído a nuestro Dios que nació por nosotros. Hemos traído
regalos preciosos. (Se arrodilla dejando su don)Te doy las gracias,
Señor, por el don de la fe que me has dado, y yo ofrezco incienso
como un reconocimiento de que tú eres Dios, hecho hombre por
nuestra salvación (Deja el don a sus pies).
Rey Baltasar:- Para mí, Divino Señor, la estrella es un signo de
esperanza que me animó en el camino que me trajo a Ti. Gracias
por el don de la esperanza y te ofrezco con todo mi corazón la
mirra pues al hacerte hombre como nosotros nos acompañas en
nuestra vida que se orienta hacia el cielo por el camino del dolor y
del sacrificio, única vía que nos conduce a Ti (Deja su don).
Rey Gaspar:- Y para los tres, Celeste Redentor, tu estrella ha sido un
signo de tu amor inmenso, de tu amor infinito, porque sólo el
amor podría permitir que Tú te hicieras hombre para salvar a los
pecadores. Te damos gracias por el don de la caridad y te ofrecemos
el oro como rey, debido a la pobreza que escogiste para darnos a
entender que tu Espíritu de Amor es nuestra mayor riqueza.

(Llegan los pastores con sus ovejas, los ángeles se colocan en


semicírculo alrededor de toda la escena. El Ángel de la guarda
viene con prisa pasando entre los ángeles para ubicarse junto a
Francisco. Francisco responde a los gestos de su ángel y va a él.)

110 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


Escena Quince

Ángel de la Guarda:- Francisco, ¿te fijaste en la hora? Son casi las


siete, vendrá tu madre y no te encontrará. Pero, bueno, dime, ¿has
comprendido un poco más el gran misterio de amor de la navidad?
Francisco:- Sí, ángel mío. ¡Feliz Navidad! Es verdad, no me di cuenta
del tiempo que llevamos contemplando el misterio. Esta Navidad
será inolvidable para mí.
Ángel de la Guarda:- Sí, lo sé. Porque el amor de Jesús es único. Vamos,
vamos a casa.

(De vuelta en la escena de la casa de Francisco. Francisco se está


vistiendo y su madre viene a llamarlo)

Mamá:- Francis ... Cómo, ¿ya despierto? ¡Milagro!

(El ángel se esconde en un rincón, pero se puede ver)

Francisco:- Mamá, ¡Feliz Navidad! Vamos, vamos, corramos al


pesebre, llamemos a toda la familia. Mamá, ¿sabes? En el amor que
nos tienes me haces pensar en una señora que vi... (El ángel hace
una señal de no decir nada).
Mamá:- ¿Cómo, hijo?
Francisco:- Que... La Virgen María es la más dulce y tierna de las
madres y que quiero ser ahora un buen niño, como el Niño Jesús
(abraza a su madre).
Mamá:- Oh, Francisco, mi querido hijo, ¡Feliz Navidad!
(Francisco hace un signo de complicidad a su ángel mientras
abraza a su madre y éste lo saluda y se va).

Fin

Omnia pro Te, Puer Iesu!

Francisco hacia Belén | 111


Navidad sobre el altar

El Niño, colocado por María en el pesebre, es el hombre Dios que


veremos clavado en la cruz. El mismo Redentor está presente en el
sacramento de la Eucaristía. En el establo de Belén se dejó adorar,
bajo la pobre apariencia de un recién nacido por María, José y los
pastores; en la Hostia consagrada lo adoramos sacramentalmente
presente en cuerpo, sangre, alma y divinidad, y se nos ofrece como
alimento para la vida eterna. La Misa se ​​convierte en un verdadero
encuentro de amor con Aquel que se dio a sí mismo por nosotros.

San Juan Pablo II


Elenco de personajes

Francisco
Antonio
Agustín
Cristian
Mateo
Padre Franco
Virgen María
San José
Multitud de Belén
Hombre 1
Mujer
Hombre 2
La gente en la iglesia
Escena Uno

(Un grupo de monaguillos están con el sacerdote en la sacristía


para preparar los ornamentos y lo que se necesita para la Misa)

Padre Franco:- Ahora chicos, vamos a hacer nosotros mismos un


momento de preparación para el gran don de Jesús en la Eucaristía,
que recibimos en la misa de hoy después del catecismo. Vamos,
vamos.
Antonio:- Y luego el chocolate, ¿verdad Padre Franco?
Padre Franco:- ¡Por supuesto!

(Todos se van a la capilla y rezan de rodillas. Después de unos


momentos van a una sala)

Francisco:- Padre, ¿por qué hoy se empezó a usar una casulla de color
violeta? Todos estos días era verde.
Padre Franco:- Porque la Iglesia con estos colores indica los diferentes
tiempos del año litúrgico.
Cristian:- ¿Cómo es eso?
Padre Franco:- ¿Han visto que el año se divide en cuatro estaciones,
primavera, verano, otoño e invierno?
Todos:- Sí.
Padre Franco:- Bueno, de la misma manera podemos decir que sucede
en el año de la iglesia en el que recordamos los misterios de la vida
de Cristo. Los colores de la casulla ayudan a marcar el comienzo y
transcurso de estos tiempos en que la Iglesia como madre, porque
es nuestra madre y maestra, nos quiere enseñar, incluso con estos
signos, cómo participar mejor en los misterios de Jesús.
Antonio:- ¿Y qué significa el violeta, padre?
Padre Franco:- Es el color de la penitencia para los tiempos de
Adviento y Cuaresma: fuertes momentos de oración y de sacrificio,
en el que nos preparamos para la Navidad durante el Adviento y
con la Cuaresma, a la Pascua.
Francisco:- Entiendo. Así, ahora, comenzamos el tiempo de Adviento,
por lo que ponemos la casulla morada.

Navidad en el altar | 115


Padre Franco:- ¡Muy bien, Francisco! Ahora tengo una pregunta.
Vamos a ver quién gana la más grande chocolatada.
Antonio:- Ciertamente yo, Padre Franco.
Agustín:- ¿Cuál es la pregunta, padre?
Padre Franco:- Ahora que se acerca la Navidad, ¿han pensado alguna
vez por qué el misterio del nacimiento del Salvador se celebra con
la Santa Misa que es el sacrificio de la cruz del Señor?
Francisco:- Es verdad, nunca pensé en eso. Celebramos un nacimiento
y, al mismo tiempo celebramos el misterio de la muerte de aquel
que ha nacido.
Cristian:- Explíquenoslo usted, padre, por favor.
Padre Franco:- A veces, yo diría que a menudo, sucede que nos
dejamos llevar demasiado por la imaginación en estas fiestas de
Navidad, pensando en algo lindo y dulce, lleno de flores y regalos,
luces de todos los colores y así etc, etc... Pero la realidad del
nacimiento de nuestro querido niño Jesús era otra muy distinta.
Todo está muy bien, porque la alegría de este Niño nacido por
nosotros la demostramos externamente con estas señales, pero no
es eso la esencia de la Navidad, queridos amigos. Los invito a ir más
adentro del misterio, e ir al corazón de lo que sucedió en la historia
de nuestra fe que es el misterio que celebraremos dentro de poco
tiempo. El sacrificio de la Misa es el misterio en el que se resumen
todos los misterios de la vida, pasión, muerte y resurrección de
Jesús. La vida de nuestro amado Salvador desde su concepción ha
sido una forma constante de la cruz, de la paja de la cuna al duro
madero que se alzó en el Gólgota. Y no sólo Jesús sufría entonces,
sino también la Santísima Virgen y San José, porque ellos también
eran parte del plan de nuestra salvación.
Antonio:- Pero, ¿por qué Jesús sufrió tanto desde su concepción y
nacimiento?
Padre Franco:- La respuesta es el amor, Antonio. Porque nos amaba, y
nos ha amado y nos ama y amará de una manera ilimitada, siempre,
siempre. Y el sufrimiento, abrazado por el amor demuestra cuán
grande era este amor por cada uno de nosotros.
Mateo:- Estas cosas yo nunca las había pensado. Y es cierto, muy cierto.
¡Cuánto quisiera vivir una Navidad como la vivieron Jesús, María y
José, en medio de las dificultades, la pobreza, el rechazo de los demás!

116 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


Padre Franco:- Ahora, el Adviento ha iniciado apenas, es un momento
propicio para reflexionar sobre todas estas cosas, chicos. Si quieren
podemos meditar juntos, orando. Una forma sería la de rezar el
Santo Rosario y en sus misterios contemplar a Jesús con los ojos de
María, que es la mejor manera de conocer y amar a Jesús.
Cristian:- Sí, padre, hace mucho que no tomo el rosario en mis manos
para rezarlo ¡qué vergüenza!
Padre Franco:- Piensen entonces el día y la hora en que nos podemos
encontrar para rezar.
Francisco:- Yo ofreceré no jugar al fútbol que me gusta tanto durante
este tiempo de Adviento para venir y rezar en la parroquia.
Mateo:- Y yo renunciaré a los dibujos animados.
Cristian:- Yo me despertaré más temprano para ayudar a mamá en las
cosas de la casa y haré enseguida los deberes que me den el colegio
para pasar más tiempo aquí en la iglesia.
Antonio:- Y yo sacrificaré la merienda, las golosinas, los postres y los
pastelitos que me hace mamá para ir a la escuela.
Todos los niños:- (Mirando con asombro a Antonio) ¡Milagro! (Se
ríen).
Padre Franco:- El 8 de diciembre, tenemos que empezar a hacer la
cuna para Jesús niño. ¿Van a ayudarme a hacer esto, chicos?
Todos:- ¡Por supuesto, Padre Franco!
Padre Franco:- Vamos a ir abajo, a la bodega, para buscar las estatuas
del pesebre, después volvemos a la iglesia, ¿de acuerdo?

(Los niños bajan y suben las escaleras de la bodega, para tomar


las estatuas del pesebre. Acompaña la música).

Antonio:- Este es el último, Padre Franco. Ahora ¿dónde los ponemos?


Padre Franco:- Si pensamos en lo que hemos dicho antes, ¿qué lugar
creen ustedes que sería el más adecuado?
Todos los niños:- (Mirada reflexiva a los diferentes lugares de la iglesia)
Mmmmm ...
Francisco:- ¡Sí! A los pies del altar.
Niños:- Es cierto. Sí, a los pies del altar. ¡Qué gran idea!
Padre Franco:- ¡Muy bien! Será una forma diferente de mostrar toda
la Navidad, es decir, la que se repite en cada Misa, pero, en el altar.

Navidad en el altar | 117


Cuando el sacerdote consagra el pan y el vino hace presente por
obra del Espíritu Santo el Cuerpo y la Sangre de Jesús. Entonces
Jesús se hace presente en medio de nosotros como la noche santa
de su nacimiento.
Agustín:- ¡Qué gran idea! La cuna, el primer altar de Jesús... Pero cómo
habrá sido la pobreza de aquel primer altar: ¡pobre niño Jesús!
Padre Franco:- Bien, Agustín, veo que ya empiezas a contemplar el
gran misterio de alguna manera.
Mateo:- Nunca pensamos en el sufrimiento que el Niño Jesús sufrió
por nosotros en su nacimiento, y pensando en lo que hemos dicho
antes, quiero vivir mi primera Navidad tan pobre como Jesús...
Padre Franco:- Podemos ciertamente, si nos empeñamos y de algún
modo nos involucramos en la escena por medio de la oración y
pedimos a Dios y a la Virgen la gracia de participar en los misterios
de su amado Hijo.
Antonio:- Padre Franco, entonces, ¡enséñenos a orar!
Padre Franco:- Está bien, tomen estos rosarios y ante todo nos
pondremos en presencia de Dios, para que nuestra oración le sea
agradable y nos conceda la gracia de orar bien y con mucho fruto
para nuestras almas. Vamos a pedir la gracia de comprenderlo mejor
que podamos, sobre todo, los dolores y sufrimientos del Niño Jesús,
de la Virgen María y San José. El Primer Misterio Gozoso es...
Francisco:- La Anunciación del Ángel Gabriel a María Santísima.

Escena Dos

(Representación del Evangelio)

Ángel Gabriel:- “Alégrate, llena de gracia, el Señor es contigo. No


temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios. He aquí,
concebirás en tu seno y darás a luz un hijo. Le pondrás por nombre
Jesús, Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo; el Señor
Dios le dará el trono de su padre David, y reinará sobre la casa de
Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin”.
María:- “¿Cómo será esto, porque yo no conozco varón?”.

118 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


Ángel Gabriel:- “El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo
te cubrirá con su sombra; el que ha de nacer será santo y será llamado
Hijo de Dios. Y he aquí, que tu parienta, Isabel, ella también ha
concebido un hijo en su vejez, y la que era considerada estéril ya está
en su sexto mes, pues no hay nada imposible para Dios”.
María:- “Aquí está la sierva del Señor; hágase en mí según su palabra”.
Padre Franco:- María se convierte en la Madre de Jesús por su
obediencia a la voz del Padre. Comienza un camino de fe para
ella porque el niño concebido en su seno virginal no es otro que
el Salvador del mundo. San José, cuando se enteró de que María
estaba embarazada, sufre en su corazón porque todavía no vivían
juntos y decide dejarla secretamente.

Escena Tres

(Mientras el padre Franco dice estas palabras se ve a San José


reflexivo, rezando)

Padre Franco:- Ya verán cuánto sufrimiento deben afrontar los que


entran en contacto con Jesús, pues es todo misterio de redención.
Su encarnación redentora involucra a todos los que Él llama a la
salvación. Por eso, el sufrimiento, queridos hijos, es el tesoro más
grande y valioso para mostrar lo mucho que amamos a Jesús con
todo el corazón, pues de esta manera El nos mostró cuánto nos
amaba. San José, el padre adoptivo de Jesús sufrió en su corazón
por no saber de quién estaba encinta María. No podría dudar de
ella pues conocía perfectamente su candor y su pureza. Las dudas
atormentaron su alma pero el ángel de Dios lo tranquilizó y le dio
la paz al hablarle del gran misterio que se obraba en María. San
José creció así en la fe pues era un varón justo y santo.
Pasemos al segundo misterio gozoso...
Agustín:- La visita de María a su prima Isabel.

Navidad en el altar | 119


Escena Cuatro

(Representación del Evangelio)

Isabel:- “¡Tu eres bendita entre todas las mujeres y bendito el fruto de
tu vientre! ¿Quién soy yo para que la madre de mi Señor venga a
mí? Apenas oí la voz de tu saludo, el niño saltó de alegría en mi
vientre. Bendita la que ha creído en el cumplimiento de la Palabra
del Señor”
María:- “Mi alma canta la grandeza del Señor
mi espíritu se alegra en Dios, mi Salvador,
porque ha mirado la humildad de su servidora.
De ahora me llamarán bienaventurada todas las generaciones.
El Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas;
su Nombre es Santo,
y su misericordia llega de generación en generación
sobre todos los que le temen.
Extendió la fuerza de su brazo,
derribó a los soberbios de corazón.
Arrojó a los poderosos de sus tronos,
y ensalzó a los humildes.
Colmó de bienes a los hambrientos
y a los ricos los despide vacíos.
Ayudó a Israel, su siervo,
recordando su misericordia,
como lo había prometido a nuestros padres
a Abraham y a su descendencia para siempre”.
Francisco:- Ahora que lo pienso, María que esperaba un hijo va a
cuidar a su prima a otro pueblo, pudiéndose quedar en su casa
tranquila, pero su amor a Dios le hace olvidarse de sí misma y
hace todo lo posible para ayudar a los demás, como lo hace con
nosotros, ¿verdad Padre Franco?
Padre Franco:- Sí, Francisco, el que ama a Dios está siempre dispuesto
a olvidar sus cosas para preocuparse por otras personas, incluso si
tiene que soportar la fatiga y la contrariedad.

120 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


Cristian:- Pasemos al tercer misterio: el nacimiento de Jesús en Belén.
Padre Franco:- Ahora detengámonos a contemplar en silencio, chicos,
cada rincón de esta escena llena de misterio. Veamos en estos
ángulos y cada uno trate de ver lo que más le toca el corazón. Vean
los personajes, oigan lo que dicen, miren lo que hacen y dejen que
el misterio los ilumine interiormente. Dios les enseñará las cosas
más bellas acerca de su Hijo. Empecemos contemplando la Sagrada
Familia que llega a Belén y cómo han sufrido al no encontrar un
lugar para ellos.

Escena Cinco

(El padre Franco y los niños aparecen entre la multitud que se


dirige a Belén para el censo, siguen con atención los pasos de la
Sagrada Familia en doloroso silencio y contemplan el rechazo
que reciben de los ciudadanos)

José:- María, ¿estás cansada?


María:- No te preocupes por mí, José, sólo pensemos en el niño que
nos va a nacer.

Primera puerta

José:- Buenas tardes... buenas tardes, ¿hay alguien aquí? Mire, mi


esposa y yo estamos buscando un lugar, ya que ella dará a luz esta
noche y no tenemos un lugar para...
Hombre 1:- No, no hay sitio para nadie. Este pueblo se ha convertido
en una cueva de ladrones con la historia del censo. ¿Quién los
conoce? No puedo dormir en mi casa con gente extraña. Lo siento.

Segunda puerta

José:- Buenas noches, señora. ¿Vive usted aquí? Mi esposa está a punto
de dar a luz y quisiéramos un lugar digno para el niño a punto de
nacer y también para María, mi mujer.

Navidad en el altar | 121


Mujer:- Sí, esta es mi casa, pero no hay lugar. Aparte un niño pequeño
es mucho ruido, llora, llora y llora y necesito estar en silencio,
después de toda la confusión de estos días. Lo siento.

Tercera puerta

José:- Buenas noches, señor... bueno, yo hablo por ella ... mi esposa ...

(Le cierra la puerta en las narices. Francisco en este punto


interviene, llamando a la puerta)

Francisco:- Mire señor, esta familia está buscando un lugar para un


niño que va a nacer; sólo necesitan un lugar resguardado, cálido y
limpio por la dignidad de estas personas.
Hombre 3:- Escucha, pequeño, no sé quién eres, pero detrás de mi
casa hay un pesebre para mis animales; si quieres un lugar, toma
eso, de lo contrario lejos y no me den más problemas.
José:- Gracias. ¿Quién eres tú?
Francisco:- Yo... yo soy...
Padre Franco:- Su nombre es Francisco y, con estos otros niños los
hemos seguido porque queremos aprender de ustedes y del Niño
Jesús, que todavía tiene que nacer, el camino para llegar a Dios.
María:- Gracias Francisco, por ayudarnos a encontrar un lugar para
nosotros. Quién va a nacer es el Hijo de Dios que quiso redimir
a los hombres por el camino de la pobreza y del sufrimiento, para
demostrar el grado en que su corazón les ama. Únete a nosotros y
da a mi pequeño Jesús, como lugar para nacer, tu propio corazón
lleno de amor en esta hora en la que los hombres parece que han
olvidado a Dios.

122 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


Escena Seis

(Entran en una cueva fría y sucia que los niños miran con asombro)

Antonio:- ¡Oh Dios! Nunca pensé que el nacimiento de Jesús había sido
así. Que la dureza de nuestros corazones cuando lo rechazamos con
nuestros pecados, se convierte en un lugar tan sucio y miserable
como éste.
María:- No llores Antonio, Jesús vino a abrir las puertas de los corazones
y el amor de los hombres; hará el gran milagro para preparar un
lugar en los que creen en Él y lo amen con toda el alma.
Mateo:- Pero no todo el mundo ama a Dios, no todo el mundo cree en
Él, Mi Señora.
María:- Entonces ustedes deben ayudar para que los corazones de la
gente que conocen se abran a la gracia de esta Navidad para recibir
a Jesús, el Salvador, que no sufre más que el rechazo de aquellos
que Él ama tanto.
Agustín:- Enséñanos, Señora, cómo debemos hacer lo que nos
pides, cuál es la mejor manera de dejar entrar a Jesús en nuestros
corazones.
María:- Voy a enseñárselos, pero, vamos, Agustín; Venid todos: es el
momento.

Escena Siete

(María en el centro de la escena, y San José con el padre Franco


preparan el fuego; Francisco y los otros niños preparan la cuna
y recogen paja que ponen encima de ella. En un momento
empezamos a ver muchos ángeles que rodean a la Virgen
María que está sentada en el centro de la escena. De pronto se
la ve recogerse en oración y una gran luz sale desde donde está
ella. Inicia una música adecuada. Los ángeles se arrodillan en
ronda, en torno a ella y después se van abriendo lentamente,
formando dos filas para que otros personajes puedan contemplar

Navidad en el altar | 123


el Niño Jesús que duerme en los brazos de la Virgen. Los niños se
arrodillan junto a San José y el padre Franco que están llenos de
asombro. Regresa a la escena de los niños que están rezando el
rosario con el padre Franco)

Escena Ocho

Padre Franco:- Cada vez que celebramos la Eucaristía siempre pienso


en este momento en el que María coloca el pequeño cuerpo de
Jesús en el pesebre.
Francisco:- A decir la verdad, no podemos ver el tesoro contenido en
cada Misa, como éste que acabamos de contemplar. Es un misterio
inmenso, es el misterio de la fe.
Antonio: (Que todavía está bajo la impresión y tristeza de haber visto un
lugar tan pobre para la Sagrada Familia) - Quiero en mi vida poder
hacer algo por Jesús, María y José; voy a ofrecerles constantes actos
de amor con el que puede darles una morada en mi corazón, si ellos
no encuentran un lugar en muchos corazones desagradecidos.
Padre Franco:- ¡Oh niños! No me había dado cuenta de que ya es hora
de celebrar la misa de la tarde.
Cristian:- Vamos a hacer los monaguillos de nuevo, ¿verdad?
Francisco y los otros:- ¡Por supuesto!

Escena Nueve

(El sacerdote se reviste de sus ornamentos al mismo tiempo


que los niños se colocan sus albas para la celebración. Ahora
comienza un juego entre las imágenes de escenas anteriores y
esta escena en cámara lenta. El desarrollo es el siguiente:
*Cristian enciende las velas y piensa en el fuego encendido por
San José en el establo de Belén;
*Agustín prepara purificadores y manteles y recuerda los pañales
y mantas con que la Virgen tuvo que envolver al niño Jesús;
*Mateo pone flores en el altar y recuerda la desnudez de la cueva
y la paja húmeda que tenía que recoger para poner en la cuna;

124 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


*Francisco y Antonio miran la poca gente que está en la iglesia
y piensan en aquella gente que no había querido recibir a la
Sagrada Familia en Belén.
*El padre Franco, después de la consagración, piensa en María
en el momento en que la Virgen deja al Niño Jesús recostado en
la cuna dejando él, al mismo tiempo, la hostia consagrada en la
patena.
Ya hacia el final de la celebración eucarística, el sacerdote y los
niños entran en la sacristía).

Francisco:- Yo nunca había experimentado una misa como ésta de


hoy, después de rezar y haber unido mi corazón al de Jesús, María
y José.
Niños:- Es cierto.
Cristian:- Todavía tenemos que terminar los otros dos misterios,
padre.
Padre Franco:- Sí, pero ya es tarde y tienen que volver a casa.
Terminamos el rosario cada uno por su parte con gran devoción,
pero espiritualmente unidos. La próxima vez vamos a tratar de
rezarlo todo entero, ¿les parece?
Agustín:- Fue muy bueno y hermoso rezar así, entrar en cada misterio
con los ojos de nuestros corazones. Adiós padre, gracias por todo.
Todos:- Adiós, adiós.

Escena Diez

(Los otros se saludan y se van. Pasando a través de la iglesia,


Antonio y Francisco permanecen pensativos delante del
tabernáculo. No hay nadie en la iglesia, salvo el padre Franco
que los observa escondido desde un ángulo)

Francisco:- ¿En qué piensas, Antonio?


Antonio:- En Jesús, que sigue estando siempre solo. Cómo en Belén,
incluso en nuestra iglesia, Jesús todavía está solo, en busca de un
corazón en el cual pueda nacer.

Navidad en el altar | 125


Francisco:- Tenemos una gran tarea, Antonio. Nos aseguraremos
de que esta Navidad, en nuestra iglesia y en nuestra familia, sea
diferente. Prepararemos nuestros corazones y los de las personas
que nos rodean, amigos y familiares a disfrutar de la primera
Navidad de su vida, como la vivieron Jesús, María y José.
Antonio:- Sabes Francisco, cuando sea grande quiero ser como el
padre Franco para hacer llegar a Jesús a los corazones de todos...
Francisco:- ¿Sabes que yo también lo he pensado? Será nuestro gran
secreto. Ahora vamos a casa.
Padre Franco:- (Mientras mira a Francisco y Antonio que se alejan)
- María, José ¿será que estos niños han recibido la semilla de un
deseo tan grande para la gloria de Dios y para la salvación de las
almas? Haced que vuestro pequeño Jesús los abrace en su santo
amor en esta navidad y a todos los niños del mundo. (Se arrodilla
y reza).

Fin

Omnia Pro Te, Puer Iesu

126 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


Hagamos a Jesús un pesebre espiritual

Entraron en la casa, vieron al niño con su madre María, y


postrándose, le adoraron” (Mt 2:11). Queridos amigos, esto no
es una historia lejana, de hace mucho tiempo. Está con nosotros.
Él está presente como entonces en Belén. Él nos invita a la
peregrinación interior que se llama adoración. Pongámonos ahora
en esta peregrinación y pidámosle que nos guíe.

Benedicto XVI
Elenco de personajes

Francisco
Ángel de la guarda
San José
Santísima Virgen María
Hombre 1
Hombre 2
Hombre 3
Ricardo
2 hermanos de Ricardo
Madre de Ricardo
Agustín
Mamá y papá de Agustín
Antonio
Mamá y papá de Antonio
Gabriela, hermana mayor de Antonio
Pedro
Mamá y papá de Pedro
Madre de Francisco
Padre Mateo
Niños
Ángel de la guarda de Agustín
Ángel de la guarda de Antonio
Ángel de la guarda de Pedro
Ángel de la guarda de Ricardo
Escena Uno

(Francisco y su ángel de la guarda se encuentran en la habitación


de Francisco mirando todas las cosas de Navidad: el árbol, las
luces, las pequeñas imágenes del pesebre...)

Francisco:- Se está acercando la fiesta de la Inmaculada Concepción


de la Virgen María y ya tenemos que arreglar todo para hacer el
pesebre en casa. ¿Me ayudarás, querido ángel?
Ángel:- (Pensativo).
Francisco:- ¡Ángel! ¿Estás durmiendo?
Ángel:- Oh, lo siento, no, los ángeles no duermen, están despiertos
continuamente por las almas que les han sido confiadas por el
Padre Eterno... pero sí, sí, he oído, es que...
Francisco:- Dímelo... somos amigos de verdad...
Ángel:- ¡Oh, sí! Este no es el discurso... Es que pensaba en la preparación
que los mortales, los cristianos, hacen para recibir en sus corazones
el misterio de la Navidad, y por desgracia, mi querido amigo, no
todos lo hacen como deben o ni siquiera se dan cuenta de ello. (Se
ve a Francisco, que se quedó pensativo también). ¡Francisco! ¿Estás
durmiendo tú?
Francisco:- Oh, no, no. Bueno, tal vez porque yo estaba soñando, pero
despierto.
Ángel:- ¿Y qué soñabas, en qué pensabas?
Francisco:- Yo soñaba con un pesebre verdadero. Tenemos mucho
cuidado para que cada año esté más y más bello el pesebre con
todas sus imágenes, los adornos de la casa, el árbol, los regalos,
pero... no nos importa saber cómo ha nacido verdaderamente el
niño Jesús en el pesebre.
Ángel:- Francisco, veo que tú entiendes lo más importante de la
Navidad: Jesús nació para todos, pero no es bienvenido y amado
por todo el mundo es...

(Aparecen en una esquina del escenario, María y José, en busca


de un lugar golpeando en 3 casas diferentes)

Hagamos a Jesús un pesebre espiritual | 129


Escena Dos

Casa 1

José:- Buenas noches, perdone si lo molesto a esta hora pero estamos


buscando un lugar. Mi esposa dará a luz esta misma noche y me
gustaría encontrar un lugar para ella y el Niño, pero...
Hombre 1:- Oh, lo siento mucho, pero mi casa está toda ocupada.
Vinieron a celebrar mis amigos conmigo, y yo no los quiero enviar
fuera, así que no tengo lugar para nadie más.
José:- Sí, sí, lo siento de nuevo... Buenas noches, que Dios lo bendiga.

(Cierra la puerta antes de que José termine de hablar)

María:- No te preocupes José, confiemos aún más en la Divina


Providencia que nunca nos abandonará.

(Al llegar a la segunda casa)

Casa 2

(Golpea. Abre la puerta)

Hombre 2:- ¡Fuera! ¡Fuera! ¡Lejos, lejos! Belén es toda una confusión;
vienen todos para el censo pero aprovechan para robar y hacer
daño... No son más que ladrones, que aprovechan la oportunidad...
No tengo nada que dar... ¡Pobres, pobres! Siempre pidiendo...
Vayan a trabajar, ¡Fuera! (Cierra la puerta).
José:- ¡Qué lástima que la gente sea tan egoísta! Cuando se es generoso
en todas las circunstancias, recibe a Dios no sólo en casa, sino
también en su corazón.

Casa 3

(Llaman y se abre la puerta)

130 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


José:- Buenas noches, estamos aquí para el censo, pero mi esposa
María está embarazada y esta noche podría dar a luz y todavía no
hallamos un lugar para que nazca el Niño.
Hombre 3:- Pero yo no te conozco, es posible que me estén engañando o
mintiendo, ¿cómo se puede confiar en unos extraños? Lo siento, no
los puedo aceptar sin una recomendación, quizás la próxima vez...

(José y María se alejan abandonando la escena. Música triste).

Escena Tres

(Volvemos a la escena de Francisco y el Ángel)

Francisco:- ¡Qué triste! ¡Pobre San José! ¡Oh, mi querida Virgen María!
Cuánto han sufrido, incluso antes de que naciera Jesús.
Ángel:- ¿Te das cuenta, mi querido amigo? Jesús quiere entrar en los
corazones de los hombres. Por lo tanto, la preparación de Adviento
es principalmente para preparar el corazón, tu propio corazón,
construir una cuna llena de amor dentro de uno mismo. Se trata
de hacer un pesebre espiritual.
Francisco:- (Pensativo) Un pesebre espiritual... un pesebre espiritual...
pero...

Escena Cuatro

(Vemos a un grupo de niños que salen del catecismo, algunos se


van en bicicleta, otros se alejan conversando en grupo. En el centro
de la escena se forma un grupo que son los amigos de Francisco).

Antonio:- ¡Qué buena idea! Cada grupo tiene que hacer una escena
de la natividad, la más bella será la ganadora, y habrá un premio
muy grande. Somos un grupo de cinco. Tenemos que hacer algo
maravilloso, espectacular, fantástico, único, grandioso...
Ricardo:- Sí, mi papá es electricista. Podemos ayudar con las luces,
la estrella con su cola encendida en mil colores... Después con mi

Hagamos a Jesús un pesebre espiritual | 131


hermano que también estudia para electricista, podemos hacer
una fuente de la que corra agua por en medio de toda la maqueta.
Agustín:- Y nosotros podemos hacer el efecto con imágenes que se
mueven, poniendo los cables; va a quedar bien, seguramente el
premio será nuestro.
Francisco:- ¡Cuidado chicos, pero ¿y el pesebre espiritual?
Pedro:- ¡¿Qué?!
Francisco:- El pesebre espiritual... preparar el alma. Este es el verdadero
pesebre.

(Se quedan sin habla por lo que ha dicho Francisco).

Antonio:- Explícanos un poco Francisco... ¿qué quieres decir?


Francisco:- Que cuando llega la Navidad, todo el mundo piensa
siempre en la fiesta, los regalos, comer bien, pero nadie piensa en
la pobreza, el hambre, las fatigas de José, María y Jesús. Y la historia
se repite. Jesús quiere nacer en nuestros corazones, y como en ese
momento, muchos hoy día, le cierran las puertas del alma, y Jesús
no tiene lugar en nosotros... Estamos demasiado distraídos por las
luces, los dulces, la fiesta... pero ¿el Niño Jesús?
Pedro:- Sabes, tienes razón, Francisco. Así es en mi casa. Pasa la
Navidad y la fiesta ha terminado. En cambio, si Jesús encontrara
un lugar en mi familia, sería muy diferente esta hermosa fiesta de
nuestra fe.
Agustín:- Pero, ¿y el premio?
Francisco:- El premio del pesebre espiritual es mucho más grande que
lo que podemos pretender o imaginar. Ya lo verás, Agustín.
Ricardo:- Francisco, y ¿de qué se trata el pesebre espiritual?
Francisco:- Consiste en la preparación de un pesebre con actos de
amor, sacrificio, buenas obras. Por ejemplo, hacer el bien a los que
te hagan daño, ayudar a mamá a lavar los platos, no hablar mal de
los demás, siempre obedecer, no ver la televisión... lo sé... puede ser
difícil al principio pero valdrá la pena. Por ejemplo a mi me cuesta
mucho levantarme temprano para ir a la escuela.
Antonio:- A mí comer berenjena...
Ricardo:- Para mí hacer mi tarea. Quisiera jugar todo el día al fútbol.
Agustín:- A mí bañarme, ¡qué aburrimiento!

132 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


Pedro:- A mí, no contestar mal a mis padres cuando me piden que
haga algo.
Francisco:- Bueno, bueno, entonces sabiendo esto podemos ya hacer
algunas pequeñas flores al Niño Jesús, haciendo lo contrario de lo
que habitualmente nos cuesta o hacemos mal. Lo importante es
que todos nuestros sacrificios se hagan con AMOR... ¿entienden?
Por ejemplo, Antonio comerás berenjena, dos veces sin decir nada.
(Antonio hace un gesto de rechazo muy gracioso)... Ricardo, vas a
hacer las tareas apenas vuelvas de la escuela; Agustín, vas a ducharte
todos los días sin rezongar, y tú, Pedro, siempre contestarás que sí
y con una sonrisa a tus padres en todo lo que te pidan. ¿Está bien?
Pedro:- Pero, yo no sé todavía cómo vamos a hacer nuestro pesebre de
esta manera.
Francisco:- Es hacer todo con las mejores disposiciones, con amor,
porque cada acto de amor será recogido por nuestros ángeles de
la guarda y los llevarán a Jesús, María y José, dándoles todo lo
necesario para darles un hogar. Por lo tanto, se llama espiritual,
porque vamos a hacerlo con los actos del corazón.
Agustín:- A la Sagrada Familia le faltaba todo cuando Jesús nació,
¿cómo podemos ayudarlos?
Francisco:- Pensé organizarlo así: Antonio hará la cuna; Ricardo
recogerá la paja para poner sobre ella; Agustín traerá la leña para el
fuego; Pedro una canasta de alimentos para María y José, y un poco
de leche y miel para el Niño Jesús, y yo le traeré algunas mantas y
flores a la Virgen María. Todo sacrificio, cada acto de amor, será un
poco de madera, un pedazo de pan, un poco de paja, una flor para
la Virgen. Por tanto, debemos aprovechar todas las oportunidades.
Pedro:- Yo nunca habría pensado hacer una cosa así... Me alegro, me
gusta mucho.
Agustín:- ¡Yo también!
Ricardo:- ¡También yo!
Antonio:- Yo también... pero ¿y el premio?
Francisco:- Nosotros sólo cumplamos con nuestro deber, y verás que
ese será el gran premio.

Hagamos a Jesús un pesebre espiritual | 133


Escena Cinco

(Se puede ver en escenas sucesivas varias situaciones en las que


cada niño empieza a hacer lo que le dijeron que hiciera)

Casa de Antonio

(Vemos a la familia, padre, madre y una hermana en el almuerzo).

Papá:- Mmmm... ¿qué comemos hoy en casa?


Mamá:- Carne al horno con berenjenas.
Gabriela:- Oh no, mamá, sabes que las berenjenas no me gustan de
ninguna manera, yo sólo comeré la carne.
Antonio:- Gabriela, mamá ha preparado todo para hacernos felices,
¿por qué estos caprichos? No está bien quejarse de la comida que
es un don de Dios. Mamá, yo tengo mucho hambre, voy a comer la
carne con las ricas berenjenas que nos has preparado.
Papá:- Pero no era que tu tampoco podías...
Antonio:- (Fingiendo no entender de qué se trata) No, papá. Desde hoy
me gustan mucho las berenjenas, de cualquier modo que las haga
mamá.

(Todos se miran el uno al otro, ya que no entienden el cambio de


Antonio. Antonio come y todos felices).

Casa de Ricardo

(Ricardo regresa de la escuela. En casa están su madre y dos


hermanos)

Ricardo:- ¡Hola a todos! Cómo están?


Todos:- Bien... ¿y tú Ricardo?
Ricardo:- Bien, muy bien. Hoy fue un día lleno de cosas en la escuela...
Hermano 1:- Bueno, ahora vamos a jugar a la pelota después del
almuerzo, ¿qué dices?

134 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


Hermano 2:- Sí, mamá nos compró las camisetas de nuestro equipo
favorito...
Ricardo:- (muy entusiasmado) Sí, vamos ahora (se queda pensativo, y
se oye una voz).
VOZ: Recuerda Ricardo el pesebre espiritual... el Niño Jesús espera un
acto de amor y de sacrificio...

(Ricardo responde con una gran sonrisa).

Ricardo:- Disculpen, pero ahora no puedo... tengo otras cosas que


hacer, tal vez más tarde. ¿Mamá necesitas que te ayude en algo?
Voy a cambiarme el uniforme y vuelvo para ayudarte...

(Se quedan sorprendidos por la actitud de Ricardo y en silencio


lo ven salir de la escena muy contento)

Casa de Agustín

(Vemos a Agustín, que pasa todo ocupado de una parte de la casa


con una escoba, y cosas de limpieza, muy contento, entre silbidos)

Mamá:- ¿Qué haces Agustín?


Agustín:- Nada mamá, te ayudaré un poco con la limpieza. ¿Sabes
mamá? En la familia muy pocas veces te damos las gracias por todo
lo que haces por nosotros, lo mismo sucede con papá. Debemos ser
muy agradecidos y ayudar en lo que podemos. Te quiero mucho,
mami. (Le da un abrazo y se pone a limpiar, la madre se sorprende).
Cuando termine me daré una buena ducha y luego nos tomaremos
una merienda juntos. ¿Te parece mamá?

(La madre cae en una silla, desmayándose de la emoción)

Agustín:- ¡Mamá, mamá!


Casa de Pedro

Papá:- ¿Y después de la cena todos a dormir, ¿de acuerdo?

Hagamos a Jesús un pesebre espiritual | 135


Pedro:- Sí, papá...
Mamá:- Pero yo quiero ver antes todas las tareas de la escuela ya
hechas y prolijas.
Pedro:- Sí mamá... Yo las hice apenas llegué de la escuela.
Mamá:- ¿¿¿De verdad, Pedro???
Pedro: - Sí mamá... (se pone de pie junto a la mesa donde están
cenando)... y te pido perdón por todas las veces que he respondido
de mala manera cuando nos pedias las cosas que nos corresponde
hacer en casa y que son nuestro deber y por todas las travesuras
que hago... Los quiero mucho a todos ¡Buenas noches! (Les da un
beso y un abrazo y se va. La mamá y el papá se quedan sorprendidos
y mudos. Después de un tiempo...)
Papá:- Escucha Luisa, ¿Pedro está comiendo bien?... ¿está sano?
Mamá:- Yo también quería preguntarte lo mismo... ¡estos chicos me
sorprenden cada día más!

Casa de Francisco

(Suena el despertador. La mamá de Francisco entra en la


habitación para despertarlo pero ya lo encuentra vestido para
ir a la escuela)

Mamá:- Francis... ¿Qué haces ... No dormiste esta noche?


Francisco:- Sí, mamá... dormí muy bien, ¿y tú?
Mamá:- Yo también, pero... estás tan despierto a esta hora que...
Francisco:- Ya era hora de levantarse y además ya tengo 8 años, soy lo
suficientemente grande para asumir ciertas responsabilidades en
mi vida, ¿no te parece, mamá?

(La mamá se queda en silencio asombrada).


(Cada una de estas 5 escenas termina aumentando el volumen
de la música).

136 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


Escena Seis

(Las madres de los niños hablan de sus respectivos hijos y de su


cambio de actitudes y conducta)

Madre de Ricardo:- Mi hijo parece otra persona, pero estoy muy feliz.
Madre de Agustín:- Mi pequeño Agustín es otra persona
también, obedece inmediatamente... Veo que ir a la iglesia más
frecuentemente le hace muy bien.
Mamá de Antonio:- Incluso mi Antonio ha cambiado mucho
últimamente y para bien, ha mejorado notablemente.
Madre de Pedro:- Pero ¿por qué todo ha cambiado tan rápidamente?
Porque incluso mi hijo Pedro se ha convertido en un ejemplo para
sus hermanos.
Madre de Francisco:- Creo que tienes razón, Marta. Desde cuando
los niños asisten a la iglesia están en buena compañía, y su
comportamiento es admirable... Mi hijo Francisco no hace más
que hablar y tener todo listo para la próxima Navidad. Es una gran
alegría ver que tiene sus pensamientos en estas cosas sin perder el
tiempo.

(Todos ellas hacen un gesto afirmativo. Se acerca el párroco,


padre Mateo)

Padre Mateo:- ¡Buenas tardes, queridas señoras!


Mamás:- ¡Buenas tardes Padre Mateo!
Padre Mateo:- Creo que puedo adivinar lo que estaban hablando.
Sobre sus hijos, ¿verdad?
Mamá de Antonio:- Sí, padre.
Padre Mateo:- Yo también he visto que han cambiado mucho... pero
todavía no puedo averiguar cuál es la causa de este cambio.

(Los 5 niños que pasan delante de sus madres y del padre Mateo
hacia la iglesia)

Niños:- ¡Buenas tardes a todos!

Hagamos a Jesús un pesebre espiritual | 137


Escena Siete

(Los niños van al salón parroquial y se quedan formando un


grupo hablando en voz baja en un rincón de la escena. El padre
Mateo y las mamás deciden permanecer en silencio espiando a
los niños)

Francisco:- ¿Cómo les fue chicos?


Antonio:- Muy bien Francisco. Para hacer mi parte del pesebre me
organicé así: en un papel marcaba una cruz por cada acto de amor
que hacía por Jesús y veía si por la tarde había hecho más que a la
mañana y si un día hacía más que el día anterior... y hasta ahora he
comido 20 berenjenas. (En esto se muestra orgulloso y feliz).
Ricardo:- Sí, yo hice casi lo mismo, contaba los actos de amor por
bolitas o piedritas que llevaba en mi bolsillo y después a la noche
las contaba y se las ofrecía por manos de la Virgen María. Siempre
he hecho toda mi tarea.
Pedro:- ¡Yo también! Confieso que las noches que quería responder de
mala manera a mis padres y a mis hermanos, pensaba en el Niño
Jesús y entonces hacía el esfuerzo juntando las manos para ser más
bueno.
Francisco:- ¿Y tú, Agustín?
Agustín:- ¡Oh! Sí, he colaborado en la compra de un jabón nuevo y
una esponja para bañarme mejor y así hacer mi parte en el pesebre
espiritual.
Francisco:- ¡Bien hecho! Estoy seguro de que Jesús está muy feliz con
nosotros.
Agustín:- Pero... Francisco, pasa el tiempo, la Navidad se acerca y no
hemos hecho nada para la competencia del pesebre.
Francisco:- No te preocupes, sé quienes nos pueden ayudar en esto,
sólo tenemos que preocuparnos por hacer lo más importante:
preparar un pesebre espiritual a Jesús, José y María. En cada una
de nuestras familias, Jesús debe encontrar un lugar donde nacer y
eso ha de ser toda nuestra preocupación, nuestro gran apostolado
siendo, ante todo, buenos y santos. Pero este es nuestro secreto.
(Ellos se colocan en círculo y se entrecruzan los brazos por sobre los

138 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


hombros entre sí como cuando se dice un secreto en grupo).
Y ahora adiós, nos vemos mañana, si Dios quiere.
Todos:- ¡Hasta mañana!

(El padre Mateo y las madres se hacen gestos como diciendo que
no han entendido nada)

Escena Ocho

(Francisco en la cama en pijama con su ángel de la guarda


sentado a su lado)

Ángel:- ¡Francisco, muy bien! Veo que has entendido el significado


de la natividad del Redentor con el corazón y veo que otros han
entendido esto.
Francisco:- Sí, Ángel. Pero se acerca la Navidad y debemos preparar
nuestro pesebre. Ojalá el nuestro sea el mejor y más hermoso para
Jesús.
Ángel:- No te preocupes. Sólo piensa en preparar tu corazón, porque
es allí precisamente, en el corazón de cada niño y cada persona
que quiere venir el Niño Jesús. Ahora, a dormir, y te aseguro que
mañana verás, tu y tus amigos, cosas maravillosas.
Francisco:- Está bien. Buenas noches, querido Ángel.
Ángel:- Buenas noches, Francisco. Que Dios y la Virgen te bendigan.

Escena Nueve

(Vemos al ángel con el material en la mano para hacer el pesebre


y llamando a los otros ángeles de la guarda de los amigos de
Francisco)

Ángel de Francisco:- Nuestros niños han hecho su parte, ahora nos


toca a nosotros hacer la nuestra. ¿De acuerdo?
Ángeles todos:- ¡Sí, manos a la obra!
(Inicia una música y se ponen los ángeles a trabajar construyendo

Hagamos a Jesús un pesebre espiritual | 139


un pesebre de tamaño natural. Una vez terminado, aparecen
José, María y Jesús, pastores, ángeles, animales, etc.)

Ángel de Francisco:- ¡Ya está! El pesebre fue hecho por nuestros niños
con mucho amor.
Ángel de Pedro:- Ya es 24 de Diciembre. José, María y el Niño amado
ya han encontrado un pequeño lugar en los corazones de nuestros
niños y de sus familias.
Ángel de Ricardo:- ¡Es justo que reciban el premio!
Ángel de Antonio:- Los traeremos en nuestras alas para que vean el
fruto de sus sacrificios y sus actos de amor.
Ángel de Agustín:- Sí, vamos a toda prisa, ya nace el Redentor de los
hombres.

Escena Diez

(Se ilumina la escena, donde se encuentran José, María y Jesús,


toda la escena de la natividad, con todos los personajes. Los 5
niños se suman a la escena llenos de asombro. Hay un ángel que
ofrece los dones a la Sagrada Familia)

Ángel 1:- Y estos, Santa Madre de Dios son las oraciones, súplicas y
sacrificios que ofrece un pueblo de la tierra, como se llama (aquí se
puede decir el nombre del pueblo o parroquia a la que se pertenece).
San José:- Muchas gracias. Di a este pueblo (o parroquia) en esta Santa
Navidad que el Señor les concederá grandes bendiciones. Que sean
buenos y santos cristianos y la gracia de Dios estará siempre con
cada uno de ellos y en sus familias.
Ángel 2:- ¿Quién sigue?
Ángel de Francisco: - (Saluda a la Sagrada Familia con una genuflexión)
Sagrada Familia, hoy les traigo el corazón de los 5 niños que se
han preparado haciendo en sus almas un pesebre espiritual para
darles la bienvenida en esta Navidad. Ellos están aquí y os ruego
que les digáis unas palabras de agradecimiento por lo mucho que
se han esforzado haciendo actos de amor y sacrificio con tanta
generosidad.

140 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


Francisco:- (A los niños) Miren, mi ángel está hablando de nosotros... Y
la Virgen María nos está llamando. (Los niños llegan hasta la cuna,
hacen una reverencia y se arrodillan delante de la Sagrada Familia).
Virgen María:- ¡Bien hecho niños! Conozco vuestras buenas obras,
sus sacrificios y actos de amor, porque Dios me mostró en sus
corazones el gran amor que tenéis a mi Hijo Jesús. Sus actos de
amor han ido al cielo y han servido para salvar a los pecadores, las
almas del purgatorio, para consolar a las almas afligidas, para dar
salud a los enfermos, para ayudar a los misioneros y ayudar a las
familias en dificultad y a tantos niños que sufren.
Por lo tanto, mi querido Jesús, el hijo de mi corazón, que aún no
habla, a través de mí les da las gracias y los invita a continuar la
buena vida cristiana, para prepararle un lugar en la Santa Comunión
todos los días y siempre con sus oraciones y haciendo buenas obras.
Por todo lo que han hecho para prepararse debidamente a esta
santa navidad les quiero dar un regalo muy especial: transformé
vuestros actos de amor en pequeñas estrellas del cielo, y San José
ha hecho con ellas, para cada uno de ustedes, una hermosa corona
que siempre han de rezar; esta corona de estrellas de los misterios
de mi Hijo, es el santo rosario que les recordará nuestro amor por
vosotros.
Francisco:- Gracias, Señora nuestra, es más de lo que podíamos pedir!
Antonio:- ¡Sí! Es más hermoso que el premio de la parroquia.
Agustín:- ¡Un rosario hecho de estrellas! Prometo desde hoy rezarlo
siempre, siempre y difundirlo entre los que no lo conocen.
Ricardo:- Rezaré por lo menos uno todos los días, así llegaré con
vuestra ayuda a ser un niño santo.
Pedro:- Y yo lo rezaré por mis padres y juntos con ellos porque quiero
ser un niño bueno y reparar por lo que les pude hacer sufrir.
Voy a invitarlos a orar conmigo, todos juntos, porque como nos
enseñaron en la parroquia: La familia que reza unida, permanece
unida para siempre.
Virgen María:- Ahora, cuando regresen a sus hogares, lleven a sus
seres queridos una caricia de mi Divino Hijo, una de San José y la
mía también. Hagan siempre el bien a todos, recen por todos. Rezar
el Rosario en familia, será el mejor regalo de esta santa Navidad.

Hagamos a Jesús un pesebre espiritual | 141


(Termina la escena con la música, pero antes de concluir, el ángel
de Francisco se vuelve hacia el público y les dice a todos)

Ángel:- Ustedes también están invitados a hacer este pesebre espiritual.


Estos niños les han dado un buen ejemplo. Cada uno de nosotros
puede contribuir, y el premio será aún más grande porque al que
ama a Dios será amado por Él, y Dios pondrá en su corazón su
santa morada.
Feliz Navidad a todos y recen el Santo Rosario, como nos ha pedido
la Santísima Virgen María.

Fin

Omnia pro, te Puer Iesu

142 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


Nos lo contó María

Vamos a ir con los pastores a la gruta de Belén, bajo la mirada


de María, testigo silencioso del nacimiento maravilloso. Que ella
nos ayude a vivir una feliz Navidad; que ella nos enseñe a apreciar
en nuestro corazón el misterio de Dios que se hizo hombre por
nosotros; que ella nos guíe para poder dar al mundo el testimonio
de su verdad, su amor y su paz.

Benedicto XVI
Elenco de personajes

Santísima Virgen María


San Lucas Evangelista
San Juan Apóstol
San José
Santa Isabel
Zacarías
San Simeón
Santa Ana
Doctores de la Ley
Teófilo y familia
Niño 1
Niño 2
Niño 3
Niño 4
Niño 5
Niño 6
Niño 7
Niño 8
Escena Uno

(Lucas, el evangelista, busca la casa de María, la madre de Jesús.


Le pregunta a un grupo de niños que se encuentra cerca de la
casa, jugando)

Lucas:- ¡Buenos días, niños!


Niño 1:- Buenos días, señor. ¿Necesita algo?
Lucas:- Oh, sí, estoy buscando la casa de María, la madre de Jesús, yo
deseo...
Niño 1:- Verla, ¿no? ¡Qué hermoso es estar con ella!. A los niños
siempre nos dedica un momento especial porque estábamos
siempre con Jesús, su hijo, que nos bendecía siempre cuando lo
encontrábamos, e incluso ella, siempre nos daba una caricia... La
llamamos simplemente “madre”.
Lucas:- Entonces ¿puedo verla y hablar con ella?
Niño 1:- Yo creo que sí. Pero tenemos que esperar que termine sus
oraciones.
Lucas:- ¿Su oración?
Niño 1:- Sí. Es un tiempo que ella dedica a los apóstoles, los discípulos
de Jesús, a los doce hombres que había escogido para seguirlo
más de cerca, y ahora, después de su muerte y resurrección, se
reúnen con la Madre para la oración y para revivir los misterios
del Maestro.
Niño 2:- A veces se reúnen en el Cenáculo, donde Jesús instituyó la
Eucaristía y en el que recibieron junto con la Madre el don del
Espíritu Santo.
Lucas:- Y tú, ¿cómo sabes todo esto?
Niño 2:- Somos dos nietos de Fanuel, un amigo cercano de Simón, o
mejor dicho Pedro, como lo llamó Jesús. Mi abuelo Fanuel era un
pescador como él. Incluso nuestro abuelo fue uno de los primeros
discípulos en Galilea que, dejando todo atrás, siguió al Maestro,
aunque no fue elegido entre los apóstoles.
Niño 1:- Nuestro abuelo está siempre cerca de Pedro, que está ahora a
cargo del grupo de discípulos. Pedro mismo siempre nos pide que
oremos mucho por la gran tarea que Jesús le ha confiado a él, un

Nos lo contó María | 145


gran trabajo, el de guiar a su iglesia como un rebaño, pero siempre
confiará en que Jesús sigue dando la ayuda del cielo, y la ayuda de
María.
Niño 3:- Bueno, ¡ahora nos toca a nosotros! Los discípulos ya se están
yendo, como de costumbre, de dos en dos a predicar.
Niño 2:- Pero todavía está Pedro con la Madre. Él se queda siempre
un poco más con ella, por lo que le decía, que tiene una gran
responsabilidad.
Lucas:- Por todo lo que me dices, tiene que ser una mujer extraordinaria.
Niño 4:- Realmente lo es. Extraordinaria, pero sencilla y humilde
como siempre lo ha sido.
Niño 3:- Ahí va Pedro, ya parte él también a predicar. Ahora vamos
nosotros con la Madre para que nos bendiga con sus palabras y
con sus caricias.
Lucas:- Y, ¿quién es él?
Niño 5:- Se trata de Juan, el apóstol más joven del grupo. Se le confió
la tarea de asistir y socorrer a la Madre en todo, desde que Jesús lo
entregó a él antes de su muerte en la cruz. Ven, te presentaré a él.

Escena Dos

Juan:- Ahora los niños, es su turno para estar con la Madre en oración.
Está esperándolos.
Niño 6:- ¡Vamos!

(Todos entran en la casa y se colocan alrededor de la Santísima


Virgen María, algunos se arrodillan, mientras que otros se
sientan en bancos, los más pequeños corren a sus rodillas)

María:- ¡Queridos hijos: Hoy también reciban la bendición del cielo que
les da mi querido Jesús. El ascendió a los cielos, junto al Padre Eterno,
pero todavía está entre nosotros con una presencia espiritual, y no
menos real que la manifestada cuando estaba entre nosotros, pues
saben también que se quedó con nosotros en la Eucaristía. Y siempre
recuerden sus palabras: “quien no se haga como niño...
Niño 7:- ... no entrará en el reino de los cielos “.

146 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


María:- (Sonriendo dulcemente) ¡Muy bien! Así que siempre
consérvense puros, sinceros e inocentes como corderitos blancos,
lirios hermosos, porque es sobre vuestra pureza que Dios derrama
misericordia al mundo.
Niño 8:- ¡Gracias, Madre! Ahora, de vuelta a casa, pero nos llevamos
a Jesús con nosotros en el corazón. Volveremos mañana a jugar en
tu jardín y a recibir tu bendición.
María:- ¡Los espero siempre, hijitos!

(Los niños saludan a la Virgen con un beso y flores y van saliendo


de escena)

Escena Tres

Juan:- Madre, sé que es tarde, pero hay una persona aquí, a la que le
gustaría hablar contigo.
María:- Sí, dile que venga. Mi Hijo Jesús recibía siempre a todos.
Nunca se cansó de hacer el bien, con la palabra, con las obras, con
el ejemplo y eso es lo que debemos imitar de Él todos los días.

(Juan asiente mientras va en busca de Lucas)

Lucas:- Perdone, señora, si usted quisiera...


María:- Es un gusto para mí, recibirlo ¿en qué puedo ayudarle?
Lucas:- Soy Lucas, médico de profesión y de origen pagano, nacido
en Antioquía. Me convertí en cristiano por la predicación del
Evangelio al escuchar de su Hijo, acerca de la proclamación del
reino de Dios, su Padre y la misericordia que Dios tiene hacia
todo el que se convierte de corazón. Pero la razón por la que
estoy aquí es que, sentí dentro de mí, la inspiración para escribir
cuidadosamente todo lo relacionado con su Hijo y su mensaje de
salvación para todo el mundo, no sólo para los judíos, sino también
a los gentiles.
María:- El mismo Espíritu que descendió sobre mí un día, descendió
ahora en tu alma para que puedan manifestarse a todos los hombres
los misterios de Dios. ¡Bendito sea por su infinita bondad! (Pausa)
¿Sabes qué día es hoy?

Nos lo contó María | 147


Lucas:- No, no lo sé.
María:- Un día como hoy, mi querido Jesús nacía en un establo pobre y
frío en Belén de Judá, recibía calor únicamente por la compañía de
sus padres y algunos de los animales que estaban allí. Hoy revivo
aquella noche santa, porque desde el principio he guardado todo
en mi corazón. (Pausa).
Lucas:- ¿Y le gustaría compartir con nosotros estos sagrados secretos
de los primeros años de la vida de nuestro Salvador?
María:- ¡Por supuesto! Voy a hablar de Aquel el cual es toda mi alegría,
mi vida, mi amor, y así escuchando hablar de Él, puedas imitar
las virtudes de su vida oculta. Oh, sí, lo recuerdo todo muy bien...
Recuerdo...

Escena Cuatro

(Se apagan las luces. Se oye aún la voz de María, pero en off. Es
importante que la voz sea del mismo personaje que representa a
la Virgen. De aquí en adelante se representan todas las escenas
descritas por la Virgen. El personaje que hasta ahora ha hecho
de María participará en las actuaciones, por eso su voz ha de
quedar grabada mientras se desarrolla el relato)

Voz de María:- ... El día en que Dios me visitó para darme la buena
noticia de sus planes divinos sobre mí, fue un hermoso día de
primavera. Yo estaba en mi habitación, rezando, antes de iniciar
las tareas de la casa. Entonces, estaba yo desposada con José, un
hombre justo y santo, pero todavía no habitábamos juntos. Por
la mañana, el ángel Gabriel se apareció a mí, pobre y humilde
servidora, y me dijo:

* (Representación)

Ángel Gabriel:- “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo. No


temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios. He aquí,
concebirás en tu seno y darás a luz un hijo. Le pondrás por nombre
Jesús, Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo; El Señor

148 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


Dios le dará el trono de su padre David, y reinará sobre la casa de
Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin”.
María:- “¿Cómo será esto? Pues no conozco varón”.
Ángel Gabriel:- “El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del
Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo tanto, el que ha de nacer
será llamado Santo, Hijo de Dios. Y he aquí, Isabel tu parienta,
también ha concebido un hijo en su vejez, y la que era considerada
estéril, ya está en el sexto mes; nada, de hecho, es imposible para
Dios”.
María:- “He aquí la esclava del Señor; hágase en mí como tú has dicho”.

Escena Cinco

Reanuda la voz: Y el ángel se fue, y aquella primera turbación que


sentí al escuchar su voz se cambió en un mar de paz dentro de
mí. Todas las mujeres de Israel, de hecho, tenían el deseo secreto
de convertirse en la madre del Mesías prometido de acuerdo a
la Escritura. Yo pensaba, sin embargo, no sentirme digna de tan
noble tarea, pero sí me hubiera encantado haber sido la servidora
y esclava fiel de quien habría sido elegida por Dios, como Madre
del Redentor. En cambio, el Señor me eligió a mí, la más pequeña y
pobre entre todas sus criaturas, para mostrarme que su poder está
en su infinita misericordia. Me fui, pues, a toda prisa a un pueblo
de la montaña, donde estaba mi prima Isabel, que, por las palabras
del ángel, estaba esperando un niño, que se llamaría Juan. Cuando
llegué allí, me encontré con su esposo Zacarías e Isabel, tan pronto
como escuchó mi voz, se acercó a mí y llena de gozo y del Espíritu
Santo me saludó:

* (Representación)

Isabel:- “¡María, bendita eres tú entre las mujeres y bendito el fruto de


tu vientre! ¿Quién soy yo para que la madre de mi Señor venga a
mí? Porque he aquí, cuando la voz de tu saludo llegó a mis oídos, la
criatura saltó de alegría en mi vientre. Bienaventurada la que creyó
en la palabra del Señor”.

Nos lo contó María | 149


María:- “Mi alma glorifica al Señor
y mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador,
porque ha mirado la humildad de su sierva;
desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada.
porque ha hecho grandes cosas en mí, el Todopoderoso,
Santo es su nombre,
y su misericordia se extiende de generación en generación a los
que le temen.
Él hace proezas con su brazo;
dispersa a los soberbios en los designios de su corazón.
Derriba a los potentados de sus tronos,
Y enaltece a los humildes.
Él ha llenado de bienes a los hambrientos
y a los ricos los despide vacíos.
Él ha ayudado a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia,
como había anunciado a nuestros padres
a Abraham y a su descendencia para siempre”.

Escena Seis

Reanuda la voz:- Era tan grande la alegría de ese encuentro en el que


las promesas y las profecías se abrazaban en los santos hijos de
nuestro seno. Me quedé con ella tres meses, hasta que ella dio a luz
y luego regresé a mi casa. Ella dio a luz un hermoso niño, al que
llamó Juan, que fue el precursor del Mesías, que había de preparar
el camino de su advenimiento en este mundo. Después de todas
estas cosas, salió un edicto del emperador que ordenó un censo de
toda la tierra. Todo el mundo fue a dar su nombre, cada uno a su
ciudad. Entonces con José, mi esposo, desde Galilea, de la ciudad
de Nazaret, partimos a la ciudad de David, llamada Belén, por
pertenecer a la casa y familia de David, para dar su nombre junto
con el mío. Y yo estaba a pocos días de dar a luz al Hijo de Dios.
Buscamos por todas partes un lugar digno para el niño que iba a
nacer, pero el pueblo estaba lleno de gente y no había lugar para
nosotros en la posada. Así que nos dirigimos a un lugar fuera de

150 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


la ciudad, un pobre establo. Allí, con mil atenciones y cuidados,
José improvisó una cuna de la mejor manera posible y un lugar
para mí y para el Rey del Cielo que nacería. (Esto se mostrará con
la mímica de los personajes). En esa región había unos pastores que
velaban bajo el cielo vigilando sus rebaños. El ángel del Señor se
les apareció, y la gloria del Señor los envolvió en su luz. Todo esto
lo aprendí de ellos cuando llegaron al establo y nos dijeron todo lo
que les había sucedido.

* (Representación)

Ángel:- “No temáis, porque he aquí que os doy una noticia de gran
gozo para todo el pueblo: hoy en la ciudad de David, ha nacido
para ustedes un Salvador, que es el Mesías, el Señor. Y esta será la
señal: encontrarán a un niño envuelto en pañales y acostado en un
pesebre”.

(Se acerca un coro de ángeles de todas las edades y cantan


el “Gloria”. Finalmente salen y los pastores hablan entre sí
admirados y llenos de alegría)

Pastor:- “Vayamos a Belén y veamos lo que ha sucedido y lo que el


Señor nos ha hablado”.

(Se apresuran y llegan al pesebre donde encuentran a María y


a José, y al niño envuelto en pañales y hacen la mímica de estar
contando lo sucedido)

Reanuda la voz de María:- Y yo guardaba todas estas cosas en mi


corazón.
Lucas:- Cuántas cosas hay que tener en cuenta en estos primeros
momentos de la vida del Salvador, la vuestra y la de José: la pobreza,
la humildad, la paciencia en las dificultades y humillaciones
cuando no encontrabais un lugar para Él, pero sobre todo, el amor
que vence todos obstáculos por el cumplimiento de los planes de
Dios. ¿Qué otras cosas, recuerda de la infancia de Jesús?

Nos lo contó María | 151


Escena Siete

María:- Habiendo pasado ocho días para circuncidar al niño, se le dio el


nombre de Jesús, como fue llamado por el ángel antes de ser concebido
en mi seno. Luego llegó el momento de la purificación legal, según
la ley de Moisés. Nos fuimos con el Niño y José a Jerusalén para
entregar el niño al Señor y llevamos nuestra pobre ofrenda: un par de
palomas y dos pichones. ¡Pero nuestra ofrenda y tesoro más grande
era Jesús, el Dios hecho hombre, el Verbo Encarnado, la plenitud de
la divinidad en la carne de un niño pequeño! Había entonces en el
templo un hombre, justo y piadoso, que esperaba la redención de
Israel, un hombre en quien reposaba el Espíritu de Dios. Tan pronto
como nos vio entrar, tomó al niño en sus brazos...

* (Representación)

Simeón:- “Ahora, Señor, permite que tu siervo se vaya en paz,


conforme a tu palabra, porque mis ojos han visto tu salvación, que
has preparado en presencia de todos los pueblos, luz que ilumina
las naciones y gloria de tu pueblo Israel”.

(José y María se miran sorprendidos)

Simeón: (A María) - “Y he aquí que este niño está puesto para caída y
ruina de muchos en Israel y para ser señal de contradicción, y a ti
una espada traspasará tu alma, para que queden al descubierto los
pensamientos de muchos corazones”

(La profetisa Ana, anciana, escucha sorprendida la profecía de


Simeón y tomando al niño en sus brazos, lo lleva hacia la puerta
del templo en medio de una gran multitud que se reúne en torno
al niño)

Ana:- Mirad, este niño ha nacido por nosotros, él es el Mesías esperado,


es el que traerá la salvación a nuestras almas. Gloria a Dios por su
misericordia en su Amado Hijo, nacido para nuestra salvación.

152 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


María: (continuando el relato) - Cuando habíamos cumplido todo lo
que decía la ley de Moisés, volvimos a Galilea, a nuestra querida
ciudad de Nazaret. Y el niño crecía y se fortalecía, lleno de
sabiduría, y la gracia de Dios estaba con Él.

(Mientras María dice este pasaje del Evangelio se ve al niño


Jesús, de seis o siete años, trabajando junto a San José, en el taller
de carpintería. María está también presente allí, mientras está
cosiendo)

Escena Ocho

María:- José y yo subíamos todos los años a Jerusalén para la fiesta de


la Pascua. Así que cada año nos llevábamos con nosotros a nuestro
pequeño Jesús. Sin embargo, un año en que Jesús ya tenía doce
años, pudimos vislumbrar el misterio de Dios y su entrega total al
Padre Celestial y a su santa voluntad. ¡Qué días de angustia fueron
aquellos para mí y José! Pensamos que habíamos perdido al Niño
en medio de la caravana. Y al regresar a Jerusalén para buscarle,
fuimos de vuelta al templo y lo encontramos allí sentado en medio
de los doctores de la ley.

* (Representación)
(El niño Jesús sentado en el medio de cinco o seis maestros de la
ley que le hacen preguntas)

Doctor 1:- Jesús ¿fue Dios quien creó la muerte?


Jesús:- No, “no fue Dios quien hizo la muerte, ni se complace en la
muerte de los vivos, porque Él creó todas las cosas para la existencia
y todas las criaturas son buenas, ni hay veneno de muerte en ellas,
porque la justicia es inmortal” (Sb. 1,13-15). “La muerte entró en el
mundo por envidia del diablo y hacen experiencia de ella, los que
le pertenecen” (Sb 2,24).

(Los doctores se miran entre sí asombrados)

Nos lo contó María | 153


Doctor 2:- ¿Cómo es, Jesús, que parece que los malvados prevalecen
en este mundo, mientras que los justos deben sufrir mucho dolor?
Jesús:- “Los pueblos ven sin entender, no meditan en que la gracia y
la misericordia están con sus elegidos, y la protección es para sus
santos” (Sb 4,14-15). “A los ojos de los insensatos parece que el
justo muere, su fallecimiento se pensó una aflicción... Pero por
un breve sufrimiento recibirá gran bien, porque Dios los puso a
prueba y los halló dignos de sí mismo” (Sab 3,2.5). “Y en el día de
su visitación brillarán... pero los impíos por sus pensamientos van
a recibir el castigo” (Sab 3,7.10).
Doctor 3:- Jesús, estas personas te están buscando.
María:- (María habla a Jesús y el Niño responde al abrazo de su madre)
“Oh, hijo, ¿por qué nos has hecho esto? He aquí, tu padre y yo nos
hemos entristecido y te buscábamos...”
Jesús: - ¿Por qué me buscabais? ¿No sabéis que yo debía estar en las
cosas de mi Padre?

Escena Nueve

María:- Entonces, volvimos los tres a Nazaret, y Jesús era sumiso en


todo a nosotros. Jesús crecía en sabiduría, edad y gracia ante Dios
y ante los hombres. Y yo guardaba todas estas cosas y las meditaba
en mi corazón. Todo lo que te he contado, Lucas, lo revivía
continuamente en mi alma junto a Jesús. Su vida es mi vida y hasta
ahora yo vivo por él en cada latido de mi corazón.

(Entra Juan)

Juan:- (Con mucha afabilidad) Perdón, pero se está haciendo tarde. Tal
vez mañana la Madre podrá recibirlo nuevamente.
Lucas:- ¡Oh, sí, no me había dado cuenta del tiempo! Al escuchar la
vida de Jesús me parecía estar en sus misterios y que, de alguna
manera, yo estaba presente en ellos. Sí, sí, mañana volveré. Hasta
mañana y gracias Madre por compartir el tesoro de su corazón con
sus hijos.

154 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


María:- Id en paz, hijo. Voy a rezar mucho por la misión que Dios te
ha confiado de proclamar los misterios de mi amado Hijo Jesús, tus
escritos han de ser instrumento de salvación para muchos. Vuelve
cuando quieras. ¡Hasta mañana, si Dios quiere!

Escena Diez

(Un hombre, Teófilo, vestido con hábitos romanos, tiene en sus


manos la carta de Lucas)

Teófilo:- “Muchos han tratado de reunir en un relato los


acontecimientos que tuvieron lugar entre nosotros, así como
ellos nos lo han entregado a nosotros los que desde el principio
fueron testigos oculares y ministros de la palabra. Sin embargo,
yo también, después de haber investigado todo con cuidado desde
el principio, me decidí a escribirte, querido Teófilo, para que
tengas un conocimiento exacto de las cosas en las cuales has sido
catequizado”.

(Preparar la ropa para un viaje. Ingresan su esposa y dos hijos)

La esposa:- ¿Partes, Teófilo?


Teófilo:- Partimos, querrás decir. Vamos a Jerusalén. Lucas, mi querido
amigo médico me escribió. En su carta me habló de Jesús y de su
Madre y quiero que mi familia los conozca y aprenda los misterios
de Dios, que son la fuerza de nuestra vida. Vamos, vamos.
Niños: - Sí, papá, vamos ahora a preparar todo.
La esposa: - Has tenido una gran idea. Va a ser un gran bien para
nosotros y nuestros hijos conocer más de cerca a Jesús a través de
María. Vengan niños, vamos a preparar nuestro feliz viaje.

Fin

Omnia pro Te, Puer Iesu

Nos lo contó María | 155


Recreación piadosa
“El alma en la Navidad”
(...con extractos de los escritos de Sor Isabel de la Trinidad)
(La escena comienza con un personaje femenino (el alma
cristiana) de rodillas frente al pesebre donde se verá la Virgen,
de rodillas, San José en pie y un ángel detrás de la cuna en pie
mirando al Niño con los brazos abiertos expresando maravilla.
Cuando empieza el Ángel su parte, toma vida. En su momento
también lo hará la Virgen. Luz sólo sobre el pesebre dos tipos de
música: una instrumental para casi toda la obra hasta el final
en que el personaje, que personifica el alma cristiana, escucha
“el murmullo de las voces” donde se cambiará por una coral
apropiada.)

Voz en off: Si todo cristiano debiera pasar por la tierra a imitación del
Dios Encarnado, con mucha más razón debemos nosotros vivir esta
realidad como religiosos de la única familia del Verbo Encarnado.
Y no sólo vivir nosotros la vida de Cristo buscando en todo a Dios,
sino difundir la vida de Cristo en los demás... Debemos por tanto ser
“como una nueva encarnación del Verbo” “como otra humanidad
suya” de modo que el Padre no vea en nosotros “más que al Hijo
amado.2

Alma:- ¡Qué hermoso estás Jesús Niño, en tu pobre y frío establo! ¡Oh,
qué gracia, qué milagro, tan sólo por mí viniste! Ante la gruta rezo
con intenso fervor que aceptes en holocausto mi existencia por
cuántos pecadores ultrajan tu Divino Corazón.
Ángel:- Alma, ¿conoces tu grandeza? ¿Has comprendido del amor su
abismo? Si conocieras el Don de Dios...Te quiero revelar la gran
ternura que en esta noche gravita. Hubo una creatura que conoció
ese don de Dios; una creatura que no desperdició nada de El, una
creatura tan pura, tan luminosa que parecía ser la Luz misma. Una
creatura cuya vida fue tan sencilla, tan absorta en Dios que apenas
puede decirse algo de ella. El Padre al contemplar esta creatura tan

2
Constituciones de las Servidoras del Señor y de la Virgen de Matará, Directorio de
espiritualidad cap 2, 29- 30

El alma en la Navidad | 159


bella, tan ignorante de su hermosura, determinó que fuera, en el
tiempo, la madre de Aquel de quien es el Padre en la eternidad.
Vino entonces sobre Ella el Espíritu de Amor que preside todas las
operaciones divinas y la Virgen pronunció su Fiat realizándose en
Ella el mayor de los misterios. Por la Encarnación del Verbo, María
fue siempre posesión de Dios.
Alma:- ¡Oh pura y dulce visión, en mi propio ser se cumple ese sublime
Misterio, esa nueva Encarnación! (Mirando al Ángel) ¡Oh Heraldo
de ese Dios que a mí me llama! Comprendo ciertamente que es mi
Esposo, mas, ¿qué le ofreceré en esta nueva aurora? ¡Me parece tan
dulce y tan potente!...

(Vuelve los ojos al Niño)

Ángel:- Tu misión en la tierra es saber amar, comprender el Misterio


que Dios te ha revelado; Jesús que es la Luz del Padre, en ti ya
se encarnó, es sólo Aquel que es Esplendor del Padre, es el Verbo
Encarnado, es su Palabra, que a impulsos de su ardiente caridad,
en un exceso de Amor Divino el Padre nos entrega en este día al
mismo Hijo expresión de su ternura. (Silencio) Abraza a tu Ser
Amado como la Virgen Madre, tuyo es...
Alma:- La actitud observada por la Virgen durante los meses que
transcurrieron entre la Anunciación y la Navidad debe ser el ideal
de mi alma, pues Dios nos ha elegido para vivir dentro de sí en el
fondo del abismo sin fondo. (A la Virgen) Madre del Verbo, dime
tu misterio, cuando Dios se encarnó dentro de ti. Dime cómo
viviste en la tierra sumergida en constante adoración, envuelta en
una paz inefable con ese, tu silencio misterioso. Al Ser insondable
ibas comprendiendo, cuando llevabas en Ti el Don de Dios.
Virgen:- Queriendo demostrar su gran amor, la Omnipotencia baja
hasta nosotros y busca un corazón que le comprenda para hacerlo
su morada permanente. En su Amor, olvidando lejanías, busca
la unión divina con el hombre y abandona la altura de los Cielos
para así, con nosotros, fusionarse. (Pausa) Se puede contemplar al
Invisible en el amable Niño de Belén. ¡Oh, misterio insondable de
amor! El Verbo Creador, Omnipotente, el Dios inaccesible, Dios
oculto, por nosotros los hombres se hace Niño. Comprendiendo

160 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


el Misterio, David canta en su salmo divino: “El Padre le engendró
antes que hiciera el astro mañanero. En la órbita del sol y de la luz
El colocó su tienda y su morada. Así ya nadie podrá substraerse a
su benéfica y divina acción.”
(Al alma) Por la fe, con mirada simple, observa el Misterio
escondido que existe en ti y únete a estos secretos que guardo en
mi corazón.
Alma:- ¡Oh misterio Inefable y tan profundo! El Ser increado viene a
mí. Ya puedo en este mundo conseguir la unión con El, tocarle por
la fe (Toma al Niño y sobre la cuna encuentra una cruz.) Mas, ¿esta
noche preanuncia dolor?
Niño Jesús (voz en off) Hallarás contemplándome, el camino del
anonadamiento, de la entrega. Tendrás, para consolarme, que
humillarte y, siendo humilde, encontrarás la paz; ahí es donde
tendremos nuestro encuentro. Tan sólo me hallarán los que se
humillen pues, el Dios escondido a quien tú buscas, a las almas
sencillas se revela.
Alma:- Adorado Maestro, es una víctima lo que buscas y quieres en
tu amor, encarnado entre nosotros, perpetuar la vida, pues deseas
que suba hasta tu Padre en constante adoración y sacrificio. ¡Oh
misterio inefable y tan profundo el que me revelas esta Noche!
Dentro de mí se oculta el Infinito. Ya puedo en este mundo
conseguir perderme en El, unirme por la fe. Hoy vienes como el
Astro que precede a nuestra Aurora que jamás conocerá el ocaso.
(Al ángel) Transpórtame en tus alas, ángel mío, al pobre y frío
establo.
¡Oh, qué gracia, qué milagro, pues tan sólo por mí Dios ha venido!
Ángel:- Recógete, el Misterio se ha cumplido dentro de tu propia
alma, pues Jesús, Luz del Padre, en ti ya se encarnó, eres ya su otra
encarnación, como otra humanidad suya. Abraza al Dios nacido
como la Virgen Madre, tuyo es.
Alma (a la Virgen).- Madre, guárdame siempre en un divino abrazo
que grabe en mí la impronta de este Dios todo Amor.
(La imagen vuelve a su estado original y permanece inmóvil) Ya
nada dices y en tus silencios hablas meditando todo en tu corazón.
(También el Ángel vuelve a su postura original, cambio de música)

El alma en la Navidad | 161


Voz en Off: Todo sigue en paz y silencio. Sólo se escucha el dulce
murmullo de las almas que han suspirado en larga espera, por
su Libertador, y ahora sube hasta los cielos y un canto invade
de improviso el mundo que anuncia el nacimiento de nuestro
Redentor.

Fin

Omnia pro te, Puer Iesu.

162 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


Recreación piadosa
“Cordero, Rey y Pastor”
Elenco de Personajes
Abel
Moisés
Rey David
Pastores
Ángel
Abel:

¿A dónde llegará el clamor?


¿Quién escuchará mi vagido?
Por oveja y por pastor,
mi hermano de sangre me ha herido;
más me ha herido el corazón.
Al presentar mis primicias,
la pureza de un cordero,
fui llevado al matadero
en el primer homicidio
que conoció el mundo entero.
¡Oh, maldición del pecado,
que pone entre dos hermanos
la mano cruel de un cuchillo!
y envidiando al corderillo
del pastor hizo escarnio.
Donde pastaba el rebaño
que el Creador me había confiado
me llevaste tú engañado,
hermano, a quien tanto amaba;
si supieras que entregabas
mi primicia por los dos,
pues eras parte de mí,
hermano de mis entrañas.
Te desconocí tras la mata
de tupidas arboledas.
Alzaste tu mano hacia mí
y me arrojaste por tierra,
te ensañaste en mi agonía
mientras mi voz aún jadea.
¡Detente hermano del alma
y que Dios tu acción no vea!
Mas sufriste el infortunio
que a hora en que Dios paseaba
sintió el suelo que clamaba
teñido en rojo sus hierbas

Cordero, Rey y Pastor | 165


donde pastoreaba tan manso
el pastor con sus ovejas.
Con la mano ensangrentada
te presentaste ante Dios;
sufriste tú más que yo
porque mientras mi cuerpo expiraba
tu alma fue la que expiró.
¡Oh, qué dolor hermano mío
me causaste tú en mi muerte!
Pues yo sin culpa veía
que la maldita serpiente
te sujetaba y mordía,
y conociste lo que yo
no viví en la vida mía:
que se pueda morir viviendo
causando muerte infinita.
Mas no huyas de mi lado
mira que de pastor
me he hecho manso cordero
para implorar tu perdón.
Mi sangre vertida en tierra
fecundará en este suelo,
lleno de muerte y dolor,
al futuro Redentor
que Dios prometió a nuestros padres
y recordarás en tus males
la ofrenda que a Dios presento,
figura de la que bajó del Cielo
al encarnarse el Pastor.
Ven, pues, hoy os invito
en Caín al pecador
que humillado y contrito
mira al Cordero de Dios
oculto en un frágil Niño;
Cordero y Pastor a un tiempo
en un mismo Sacrificio;
yo, en el nacer de la historia,

166 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


Jesús, en la de los redimidos.
Aclamen el Cielo y la tierra
de Dios sus misericordias
mirad al Pastor hecho Hostia,
mirad al Cordero de Dios,
que por todo pecador
en otra cuna se inmola
en el Belén cotidiano
de la Misa que lo invoca.

Moisés:

En busca de un rebaño
Yahveh me ha conducido
y más allá del desierto
su voz me ha dirigido.
Fue su Voz la de un pastor
que escuchando los gemidos
de su grey en la opresión
por ella se ha enternecido,
y mandóme rescatarla
rescatándome a mí mismo.
Me sacó de los palacios
en donde fui un hombre rico,
riqueza que sepultaba
el llanto de tantos niños;
era un llanto y un clamor
en mi interior conocido.
Veía correr la sangre
que a mí me dejaba herido
y descubrí en sus angustias
mi vocación y mi... exilio.
Tras una zarza, el Pastor,
a su cordero llamaba
y allí supe la misión
que Yahveh me encomendaba:

Cordero, Rey y Pastor | 167


ser el Cordero- Pastor
de un pueblo que El convocaba.
Puso un cayado en mi mano
que realizaba prodigios
y me hizo manso cordero
entre su pueblo elegido.
Del rebaño de Jetró
que en sencillez pastoreaba
una grey mayor posó
en mis frágiles espaldas;
sobre los hombros llevé
sus pecados y sus faltas.
A una tierra prometida
donde mana leche y miel;
se tuvo que recorrer
desiertos y adversidades
para curar tantos males
y al Pastor obedecer.
Cuarenta noches y días
transcurrí en el Monte Horeb
donde yo mismo probé
pastos de Vida Divina,
vi las Espaldas del Pastor
y vi las ovejas perdidas.
Vi que el cayado en mi mano
fue lecho del alma mía,
fue figura de una Cruz
que en mi interior presentía,
fue la cuna que mi madre
en el río despedía.
Siglos y siglos pasaron
hasta que por otro Moisés
lloró la Virgen María;
sobre el río del mundo ponía
a su tan querido Infante
que por redimirnos nacía.

168 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


Esta noche es el Horeb,
es la zarza y el desierto,
es la nube y es el fuego
a la tierra prometida,
es mi vocación cumplida
en una Cuna y en Cruz
del Cordero que hoy me invita
a considerar el Amor
con que el Cordero- Pastor
se hace Tierra Prometida.
Llegar a Belén es llegar
a las promesas cumplidas,
cumplidas en el altar,
en un Amor sin medida.
de un Cordero que hoy nos nace
y como Pastor moriría.

Rey David:

No fue juzgada mi apariencia ni figura


cuando yo, el más pequeño fui ungido,
me encontraba pastoreando
y fui el último ante Dios conducido,
y pasé a ser el primero
de mis hermanos reunidos.
De pastor a rey ungido,
de servidor a Soberano,
un cetro por un cayado
púsome mi Dios Altísimo.
El Espíritu de Dios
me acompañó del principio
era pequeño, inexperto,
mas yo confiaba en su auxilio.
La experiencia de pastor
vi que estaba a mi servicio;

Cordero, Rey y Pastor | 169


pastoreaba una grey mayor
de aquella cuando era niño;
pero eran corderos, ¡oh, sí, lo eran!
mi pueblo, mi grey, mis hijos.
Amaba yo mi rebaño
por él libré tantas guerras,
Dios por mí arrojó en tierra
los lobos que lo acechaban,
no, no a mi cetro vitoreban,
sino al cayado, mi diadema.
¡Y cuánto sufre un pastor
cuando su oveja es robada...!
Comprendió mi corazón
esta verdad tan amarga,
cuando yo mismo robaba
siendo homicida y ladrón.
La lección de mi pecado
me sirvió en mi gobierno
más que la ciencia de soberano,
cuando con sangre en mi mano
enjugué el rostro apenado
de mi humilde corazón.
Y allí vi mi vocación
de pastor, rey y cordero
fundidos en estrecha unión,
yo mismo fui el rescate
a precio de mi oblación.
Pastor, Rey y Cordero
del nuevo pueblo de Dios.
En esta noche reveo
oh, Dios, mi consagración;
en este pequeño Niño
entre sus hermanos, el menor;
fue esperado a que llegase,
como también lo fui yo.
También rubio, de bellos ojos,
de tan hermosa presencia,

170 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


el Hombre- Dios se vistió.
Él también Pastor, Rey y Cordero
del que figura fui yo.
Oh, Natán, tu profecía
muy cumplida veo hoy,
sobre el trono de una Cuna
gime y llora el Sucesor,
en el que fui ungido aquel día
en vistas de la salvación.
¡Oh, Divino Infante, reina!
Hoy soy tan sólo cordero,
guíame con tu cayado
al prado de los pastos frescos;
condúceme hacia las aguas
del reposo y la confianza
donde no existe el temor;
te canto a ti, Buen Pastor
que mi alma Tú apacientas,
tu vara y tu cayado sosiegan,
aún en valles tenebrosos.
Oh, ningún mal temeré
pues que Tu estás conmigo.
¡Oh, sí, el Pastor ha nacido
es también Cordero y Rey;
cordero hacia el matadero;
Rey en la Cruz que entrevé
en el leño de esa cuna,
en las ovejas a sus pies!

Abel:

Mas ¿qué veo?


Es la noche, preludio del Nuevo Día,
Ella es la nueva Eva
y no la que fue mi madre
que en su culpa engendró muerte.

Cordero, Rey y Pastor | 171


Ella es la Aurora Naciente
Ella es la Flor de la Vida,
es la Nueva Eva, María,
la Madre de los vivientes.

Moisés:

Sí, es la Noche en que Josué,


mis pasos prolongaría;
¡Ha nacido el Salvador
de la tierra que gemía!;
Sí, es el verdadero Josué
de la Tierra Prometida.

Rey David:

Para Ti el principado
el día de tu nacimiento,
desde la Aurora de tu juventud
en esplendor sagrado;
desde el seno
el cetro de tu poder
lo extenderá Yahveh desde Sión (Sal 110)
Juró Yahveh a David
verdad que no retractará:
el fruto de tu seno
asentaré en tu trono.
Si tus hijos guardan mi alianza,
el dictamen que Yo les enseño,
también sus hijos para siempre
se sentarán sobre su Trono.
Porque Yahveh ha escogido a Sión
la ha querido como sede para Sí
aquí está mi reposo para siempre
en él me sentaré pues lo he querido.

172 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


Allí suscitaré a David un Fuerte Vástago
aprestaré una lámpara a mi Ungido,
de vergüenza cubriré a sus enemigos
y sobre El brillará mi diadema.
Cantad a Yahveh un canto nuevo
porque ha hecho maravillas;
se ha acordado de su amor y su lealtad
a la casa de Israel;
todos los confines de la tierra han visto
la salvación de nuestro Dios.
Reina Yahveh de Majestad vestido
desde el principio
su trono está fijado,
desde siempre existes Tú.
Aclamad a Yahveh toda la tierra
EXULTAD, GRITAD DE JÙBILO, SALMODIAD.

¡ALELUYA!

(La penumbra de las actuaciones precedentes da lugar a una


potente luz que llena todo el escenario. Pastores recostados se
despiertan ante el canto de los ángeles.)

Coro: ¡ALELUYA!

Solista: “No temáis, os anuncio una gran alegría que lo será para todo
el pueblo; os ha nacido en la ciudad de David, un Salvador, que es
Cristo el Señor. Y esto os servirà de señal: encontraréis un niño
envuelto en pañales y acostado en un pesebre”.
Coro: ¡Aleluya! “Gloria a Dios en as alturas y en la tierra paz a los
hombres en quien Él se complace” Lc 2,10.
Pastor: “Vayamos pues hasta Belén, y veamos lo que ha sucedido y el
Señor nos ha manifestado” Lc 2,15

(Se dirigen hacia el niño y se arrodillan tomando actitud


adorante. Música de fondo.)

Cordero, Rey y Pastor | 173


Dejados los rebaños
al tierno y fiel cuidado
de la luna y del rocío,
venimos atraídos
por la Voz que se ha escuchado;
esta Noche ha sido Puerta
por la que tu Grey ha entrado
bajo el Sol del nuevo siglo,
donde allí los corderillos
serán bien amamantados,
con la Sangre del Cordero
que en un pesebre ha nacido.
Una por una has llamado
y con amor te seguimos;
reconocemos la Voz
del Hombre- Dios que es Pastor
de su rebaño escogido.
Esta Sagrada Noche es Puerta
a la Vida de la Gracia,
a la Vida que se alcanza
por la Sangre del Pastor
que da Vida en abundancia.
Hoy el Cordero de Dios
yace en un pobre cobijo,
y el cayado de pastor
será un duro crucifijo.
Ante tu cuna, Dios Hijo,
adoración abrasada
te tributamos, Señor,
y Pastor de nuestras almas.
Concédenos esta noche,
con pastores figurada,
convertirnos en corderos
de inmaculada pureza,
para ser llamados pronto
por el Rey a su derecha.

174 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


En los pastos de tu Amor
se alimentan nuestras almas
ahora y siempre en esta gruta;
contemplando tu hermosura
acaricia tus corderos
que duermen junto a tu cuna.

Ángel:

Hoy he visto allá en la tierra


pastorearse unos corderos;
te los presento, Señor,
pues te han adornado un mesón
para ofrecerte una cuna.
Será el cándido amor
de estas almas devotas
quienes te arropen, Señor.
En tu pesebre sus vidas
prendadas van tras tu Voz,
que llama ovejas perdidas
llevándolas a tu unión.
Míralas, Buen Corderito,
ellas serán en la Iglesia
siempre tu fiel rebañito
pastoreados en tu bondad.
¡Oh Pastor del Pecho herido
llámanos a la unidad!
¡Oh Pastor recién nacido,
congrega la humanidad!

Fin

Omnia pro Te, Puer Iesu.

Cordero, Rey y Pastor | 175


El Don

Poesía recitada entre varios personajes


Esto sucedió aquella noche
y os lo quiero yo decir:
Dios vino por los pecadores,
Dios ha venido por mí.
Y sucedió aquella noche
que no pude yo dormir,
de ver lo que allí he visto
y no se puede escribir.
Y digo bien “escribir”,
que es esa mi profesión;
no me da para vivir
mas es vida y vocación.
Y así con gran emoción,
después de todos me fui
a presentar yo también
y así comencé a decir:

- Audiencia pido, señores,


entre los últimos yo,
de más pobre profesión
que aquella de los pastores.

- Diga, pues, qué profesión,


tiene usted que presentar,
que algo hemos de dar
a Quien tan pobre nació.

- No tengo leche ni miel,


ni lana de mis corderos;
no tengo ciencia como estos tres
que desde Oriente vinieron.

- Dinos pues con qué has venido,


que no hay quien sea tan pobre
que nada le de a este Niño.

El Don | 179
- Pues pobre... sí que lo soy;
yo... que tan rico fui
lo que tenia lo di,
sin sufrir devolución.
Soy miserable, Señor,
pues tontamente perdí
lo que me diste para Ti
y derroché sin razón.

- Decid pues, qué habéis traído,


ante la cuna de Dios...

- Vine a traer unos versos,


y un contrito corazón.

- De versos no se alimenta
ni se cubre este Señor;
mira pues, en tus alforjas
qué has de darle como don.

- Os dije ya que unos versos


... y el llanto de un pecador.

Quedáronme todos mirando


para mi gran confusión.
Me dije: “-Volveré mañana
al salir de nuevo el sol”.
Bajé los ojos llorando
y a todos pedí perdón,
por esas manos vacías
y altanero corazón,
que osaba tener audiencia
sin la recomendación.
Y habiendo dado la vuelta
para emprender el regreso,
sentí una mano en el hombro
que me dejó más que tieso.

180 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


-Falta mucho todavía
para que salga el sol;
quédate aquí esta noche
a presentarnos tu don.

Su rostro, sereno y grave,


con una dulce expresión,
me dio ánimo y le dije:
-Gracias, mas, soy muy pobre, señor.

Lo seguí con la mirada,


siempre tan sereno y grave
y acercándose a la Madre
algo vi le susurraba.
Ella volvió a mí sus ojos
y el pecho se estremeció;
me invitó a que me acercara
diciéndome con dulce voz:
-Tráeme aquí lo que has traído
que lo está esperando Dios...

Emocionado le dije:
-Señora, vos sabes bien quien soy...

- Por eso os digo que traigas


lo que está esperando Dios...

- Dádselo Vos, mi Señora,


dadle Vos mi corazón,
que en esta noche mis versos
lágrimas son de dolor.
Dádselos Vos, mi Señora,
Vos que sois tan pura y blanca;
dadle esta pobre poesía,
que diga con humilde rima
lo que me quema en el alma.

El Don | 181
Y con su dulzura me dijo:
- Acercaos, hijo, decid.
¿Tenéis deseos?

- ¡Claro, Señora, que si!

-Pues confiádselos al Niño


que ha comenzado a dormir.

- Señora, Vos lo sabéis,


cómo he llegado hasta aquí:
si con obras, son muy malas,
que lo bueno lo perdí.
Mas, sí, me queda un deseo
Hondo, muy hondo en mí.

-Decidlo pues, pequeñito...

Pues... el deseo que tengo es...


ese Niño que hay allí.

El padre que no lo era


pero en esta tierra, sí,
me miró muy serio y grave
mas con un gesto feliz.
Y me dijo: -Ven muchacho,
El se ha dormido por ti.

-¿Por mi, Señor?


- Por ti, sí, para que dormido le tengas
siempre acostado en tu pecho;
y allí, a corazón abierto,
le cuentes todas tus penas.

- Y yo que debía ofrecer


se me ofrece El a mí...

182 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


- Estas son cosas de Dios,
debes creerlas así.

Entonces me acerqué a la cuna


mientras ellos me miraban:
los padres y los pastores
los ángeles y hasta la luna clara;
los reyes me abrieron paso
y arreglándome las mangas
púsome allí al Dulce Niño
la Madre que le miraba.

- Es tuyo, cuéntale, pues,


ese deseo del alma...

Y como acostumbro en tal caso,


cuando la cosa es tan grave,
me puse mucho a llorar,
no por penas... ni por nada,
sino porque, así con el llanto,
salen más esos quebrantos
ocultos y hondos del alma
que solo a Dios se le cuentan
sin recurso de palabras.
Y así le dije apenas:

- Ay Señor, yo que esta noche


vine a ofrecerte mi don,
mira con que te encuentras,
mira con qué corazón...
Tú sabes bien lo que hay dentro
sin que te lo diga yo,
pues eres Dios, miras bueno,
lo malo que te ofendió,
y, pues eres Dios, me perdonas
que así te obliga el Amor.

El Don | 183
Oblígueme a mi otro tanto,
mira que es tanto el dolor
Dolor de no haberte amado,
y si te amo, no sé,
mas es ese mi deseo...
Tú Señor también lo ves.
Y mira, Señor, que quiero
y te lo vengo a decir,
quiero amarte con locura,
amarte con frenesí.
Quiero, Señor, volverme loco,
Jesús, de quererte tanto,
y quiero así tenerte dentro
y que nunca te me pierdas,
pues, si te pierdo, Señor,
¿A dónde iré yo sin estrella?
Tu amor es, Señor, esa Estrella
eres mi Cielo y mi Sol;
eres la Tierra, mi Todo
y mucho más mi Señor,
eres eso que me quema
Este pobre corazón.
Deja Niño que te diga,
ahora que estamos los dos,
que Tú eres mi deseo,
pues deseo solo a Dios.
Ven y duérmete en mi alma
con ese reposado Amor
que apague todas las ansias
de este loco corazón.
Tú eres, Niño, mi hambre y sed
que tengo en la Comunión.

Cuando acabé de llorar,


se dieron cuenta también
que acabé de declarar
lo que tenía con El.

184 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


Entonces vino la Madre,
con el bueno de José
para, en la cuna, entre pajas,
allí volverlo a poner.
La Madre, al que aún lloraba
me dijo me consolara,
que al Niño feliz le ve.

-Mira que duerme contento


el que ya duerme por ti;
tenlo así siempre en tu pecho
amándolo con frenesí.

- ¿Escuchó pues la Señora,


lo que dije al Niño suyo?

- ...Por ser madre de tu alma,


es mío todo lo tuyo...
Nada humano me es ajeno,
desde que Dios se encarnó
en mi purísimo seno.

- Pues a ti vendré, Señora,


mas seguido que tú piensas;
cuando mi sueño poeta
no logre armar ya sus rimas:
a todas les pondré, MARIA,
verás lo lindas que quedan.
Y cuando no pueda escribir
porque es tanto lo que tengo,
ponme este Niño en el pecho
como lo hiciste hoy así,
entonces le podré decir
mis versos entrecortados
entre el amor y el quebranto
de amarle con frenesí;
que si una vez me perdí
hoy me tiene bien hallado.
El Don | 185
- No te apartes de su cuna,
Recítale de tanto en tanto,
mira que El también es poeta,
que es de todo enamorado,
decir con versos sentidos
lo que se lleva encerrado.
Y en este Niño que veis
que no habla más que en llanto,
ya se le escapan sus versos
del amor con que ama tanto
a las almas que le quieren
con frenesí enamorados.

- Pues, sí, me quedo, que sí


que no tengo yo otro lado
donde hallarme tan feliz
sino es de Dios a su lado.

Esta es la noche que di


al Señor, mi Bien Amado,
el don de mi amor entero
y Él me dio el suyo encerrado
en ese pecho de Niño
que es el del Verbo encarnado.
Es el amor que me hizo,
y el que me ha perdonado;
es el amor que se entrega
siempre a mi sacramentado.
Esto es lo que aquella noche vi
en un pesebre adorado;
por eso no puedo escribir
porque es misterio sagrado.
Por eso me quedo aquí
con mi Niño recostado
entrecambiando unos versos
que así nos queremos tanto.

186 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


Este es el don que le di,
y este el Don que me dio:
el uno en el otro estar
tratando sólo de Amor.
Almas que venís aquí,
hasta este pobre Belén,
traed de vuestro pecho, amor,
amor al Niño, traed.

Fin

Omnia pro Te, Puer Iesu

El Don | 187
Recreación piadosa
“El misterio escondido desde siglos...
Cristo Esperanza De La Gloria”

...he llegado a ser ministro en orden a la misión que Dios


me concedió en orden a vosotros, para dar cumplimiento
a la Palabra de Dios al Misterio escondido desde siglos y
generaciones, y manifestado ahora a sus santos a quienes
Dios quiso dar a conocer cuál es la riqueza de este Misterio
entre los gentiles, que es CRISTO ENTRE VOSOTROS, LA
ESPERANZA DE LA GLORIA (Col 1, 25-27)
Elenco de Personajes:
Adán
Eva
Abel (muerto)
Voz en off de Dios
Isaías
Jeremías
Zacarías
Malaquías
La Virgen María
San José
San Juan Evangelista
San Lucas
San Pablo
Coro del Apocalipsis
Voz en off
(Adán solo en la escena trabajando con fatiga en la tierra,
música triste, luego Eva)

Adán:- Oh, ¿ qué es esta sombra


que cruel cubre la mañana,
de los cielos la semblanza
y baña la tierra toda?
Siento mi alma gemir
y un río de sangre se agita.
¡Qué extraño amaneció el día,
rojo el sol en su salir!
¡Oh, qué extraño este gemir
esta sombra de... (es interrumpido inmediatamente por Eva)

Eva: (expresando angustia y terror en el rostro y en la voz)


¡Ven Adán, oh, qué desdicha!,
pudiera hoy yo morir,
pues ya no veo vivir
al hijo que tuve un día.

Adán:- ¿De qué hablas, mujer?


Tu alma más que la voz me grita.
Eva:- Ven Adán. Oh, ¡qué desdicha!
Oh, Dios tenga de nos piedad.

(Adán advierte que las manos de Eva están teñidas con la sangre
de Abel)

Adán:- (Tomándola de las manos)


¿Qué es esta agua caliente
que veo en tus manos correr?
¿Acaso Dios creó un río
que no nos dió a conocer,
cuyas aguas, cual la sangre
de nuestras venas se ven?

El Misterio Escondido desde Siglos... | 191


(Eva lo mira con desesperación y tarda en contestar por su
turbación. Adán retoma con impaciencia y angustia)

Habla pues, ¿por qué enmudeces,


qué secreto hay en tus manos?

Eva:- El cielo tenga piedad


del odio entre los hermanos.
Oh, deme el Cielo morir
pues no se puede sufrir tanto,
yace muerto el que di
a luz con tanto dolor de parto.
Qué terrible es esta muerte
que al alma llena de espanto,
mas, ¡cuánto peor es el odio
que vida en muerte ha trocado!
Dos hijos hoy vi morir,
los dos en un mismo acto
mas uno duerme feliz
y el otro llora en pecado.
Alzó la mano Caín
contra Abel, su amado hermano,
amado hasta que la envidia
y el odio al fin lo cegaron.
Oh, deme el Cielo morir
porque desde mi primer pecado,
no tengo paz en el alma
y todo es guerra a mi lado.

(Adán descubre el cuerpo yacente y ensangrentado de Abel, se


arrodilla pausadamente y lo mira atentamente. Eva lo observa
de atrás llorando. Ahora Adán lanza un grito desgarrador de
dolor, se levanta con violencia como deseando matar a Caín, Eva
se apresura a contenerlo. Esta parte de la escena es bien rápida.
Eva retoma la palabra suplicante)

192 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


Oh, no, ya basta, señor,
no vengues a mi otro hijo,
por piedad, dejadlo vivo
esperando la promesa,
en que el Cielo nos conceda
al Redentor prometido.

(Ahora el diálogo es muy ágil)

Adán:- ¿Cómo no he de vengar


mi propia sangre que clama?

Eva:- A tí mismo matarás,


buscando sólo venganza.

Adán:- La sangre, a la sangre busca.


Eva:- Eso no traerá la paz.
Adán:- Mi pecho clama justicia.
Eva:- Con el perdón se obrará.
Adán:- Es difícil para el hombre.
Eva:- El cielo gracia dará.

Adán:- (Mirando al cielo suplicando)


Llueva el Cielo al Redentor
sobre esta tierra reseca.
Paz, oh Dios, danos la Paz
que de ella está desierta.
¿Acaso Señor, ya no existe,
o es tu castigo esconderla?

Dios:- No llames castigo a ese mal


que tu buscaste sin ciencia.
Adán:- Dime, oh Dios, la he de buscar,
iré al confín de la tierra.

El Misterio Escondido desde Siglos... | 193


Dios:- No hable tu necedad
lo que la Verdad te enseña,
busca Adán, dentro de ti,
de Mí la Imagen primera.

Adán:- Dame, pues, oh Dios, tu Luz


que mi culpa mi alma ciega.
(pausa)
¡Oh, necio, necio de mí!
tu Verdad, Señor, me muestra
que está quien se une a Ti
en esa paz verdadera.
Entonces, ¿qué primero he de buscar:
la paz o la unidad eterna?
Dios:- Busca Adán dentro de ti,
y encontrarás la respuesta.

Adán:- La unidad es el principio


de tu Ser, Divina esencia,
y en ella busco la imagen
de tu inmutable presencia.
Concentro en Ti mi unidad
recogiendo mis potencias,
y ¡Oh Dios, dichosa Verdad
es esta la Paz perfecta!

Dios:- Si ahora amas la paz,


ama a los enemigos de ella
pues buscándola, cultivas,
su semilla donde hay guerra.
Tu sólo búscala en paz
y sé pacificado en ella.
“Todavía un poco de tiempo
y Yo sacudiré el Cielo y la Tierra
el mar y la tierra firme” (Ageo 2, 6);
“porque el Señor anuncia la paz
para su pueblo, para sus fieles,

194 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


para quien se vuelve a El
de todo corazón.
Misericordia y verdad se encontrarán,
justicia y paz se besarán,
la Verdad germinará de la tierra
y la justicia se asomará desde el cielo,
delante de El caminará la justicia
y sobre la senda de sus pasos, la salvación”. (Salmo 85)

Adán:- Oh, Cielos, lloved al Justo


y en su Sangre hable el perdón,
la tierra en sí dividida
en Él halle reconciliación.

(Cambio de música. Se ve María con el Niño en brazos y San Jose.


María deja al Niño en la cuna. Adán se acerca con extrañeza)

Dios:- Mas la Paz vino a los suyos


y los suyos no la recibieron.
Adán:- ¿Quién es ese Niño, Señor,
de porte y rostro tan tierno?

Dios:- Aquel de quien eres figura


el Hijo, mi Primogénito,
El es la Alianza de Paz
y la Unidad de mi pueblo.
Adán:- ¿En este Niño, Señor,
obras tan grande portento?

Dios:- Y es que el hombre ha de nacer


en Él, y ser hombre Nuevo.
Mírate en Él, Adán,
y te hallarás en mi Verbo.

Adán:- Oh, grande en verdad eres, Dios,


Hacedor de los portentos;

El Misterio Escondido desde Siglos... | 195


es el Rayo de tu Ser,
es el Astro mañanero,
es el Sol de tu Justicia
que descubre tu Misterio,
escondido desde siglos
en tu íntimo secreto.
Refleja en mí la unidad
de tu Trino Ser Eterno,
pues en esa Trinidad
la Unidad veo en mi centro.
La Unidad es el reposo,
el orden en Ella es bello,
y de él nace la Paz
como del Padre su Verbo.
En los ojos de este Niño
que es Dios y Hombre verdadero,
se obrará tu gran Prodigio
con pacto santo y eterno:
en Él hallará la Paz
quien se una a su Misterio.
Escucha, pues, Padre Bueno:
que tan grande maravilla
no perezca en el secreto,
y anúnciese con la Voz
con que revestiste al Verbo.

Dios:- Uno a uno han de pasar


quienes fueron sus voceros,
mas, el que vino a los suyos
su Voz no reconocieron.
El te dirá la Verdad
de esta noche y su Misterio,
no la quieras rechazar
como lo hizo mi pueblo:
cuando les habló la Verdad
calláronla en un madero.

196 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


(Van entrando los profetas uno a uno y hablan mirando al
Niño. Después de haber hablado se colocan detrás de la Sagrada
Familia.)

Isaías:- 9, 1-2. 5-6; 11, 2-4.8-9 “El pueblo que andaba a oscuras, vio
una gran luz. Los que vivían en tierras de sombra, una luz brilló
sobre ellos. Acrecentaste el regocijo, hiciste grande la alegría,
alegría por tu presencia... Porque una creatura nos ha nacido, un
hijo se nos ha dado. Estará el señorío sobre su hombro y se llamará
su nombre ‘Maravilla de Consejero’, ‘Dios Fuerte’, ‘Siempre Padre’,
‘Príncipe de la Paz’, grande es su señorío y la paz no tendrá fin...
Sobre Él reposará el espíritu de Yahveh: espíritu de sabiduría e
inteligencia, espíritu de consejo y fortaleza, espíritu de ciencia y
temor de Yahveh. No juzgará por las apariencias, ni sentenciará de
oídas. Juzgará con justicia a los débiles y sentenciará con justicia a
los pobres de la tierra... El niño de pecho hurgará en el agujero del
áspid y en la hura de la víbora el recién destetado meterá la mano.
Nadie hará daño porque la tierra estará llena del conocimiento de
Yahveh como cubren las aguas el mar.”
Jeremías:- 23, 5-6; “Mirad que días vienen en que suscitaré a David
un Germen justo, reinará un rey prudente, practicará el derecho y
la justicia en la tierra... Y este es el nombre que se le dará ‘Yahveh,
justicia nuestra’...”
Malaquías:- 3, 1-3 “Enseguida vendrá a su Templo el Señor y el ángel
de la alianza que vosotros deseáis”.
Zacarías:- 9, 9-10 “¡Exulta sin freno, hija de Sión, grita de alegría hija
de Jerusalén! He aquí que a ti viene tu rey, justo Él y victorioso,
humilde, y él proclamará la paz a las naciones. Su dominio irá de
mar a mar y desde el gran Río hasta los confines de la tierra”.
David:- Sal 85, 9- 14
“Ya está cerca su salvación para quienes le temen,
y la Gloria morará en nuestra tierra.
Amor y Verdad se han dado cita,
justicia y Paz se abrazan;
la Verdad brotará de la tierra
Y de los cielos se asomará la Justicia.

El Misterio Escondido desde Siglos... | 197


El mismo Yahveh dará la dicha
y nuestra tierra cosecha dará,
la Justicia marchará ante él,
y con sus pasos trazará un camino.”

Adán:- ¿Quién podría decirlo


si tu Verdad no lo dijese
que este desierto florezca
y ya no reine la muerte?
Oh, Edén ¡qué desolada
te dejó mi culpa inerte!
Mas, un brote de justicia
nace ya desde tu oriente.

Dios:- Mira Adán en este Niño


su cumplimiento presente.
En Él yo me complazco,
Él es mi Imagen viviente.

(Comienzan a aparecer los personajes del Nuevo Testamento que


también hablan al Niño, colocándose después de su parte, como
los profetas, detrás de la Sagrada Familia)

San Juan Evangelista:- Jn 1, 1-5. 9-14. 16- 18; 3, 16- 18


“En el principio existía la Palabra
y la Palabra estaba con Dios,
y la Palabra era Dios.
Todo se hizo por ella
y sin ella nada se hizo de cuanto existe.
En ella estaba la vida
y la vida era la luz de los hombres,
y la luz brilla en las tinieblas
y las tinieblas no la vencieron.
La Palabra era la luz verdadera
que ilumina a todo hombre
que viene a este mundo.

198 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


En el mundo estaba
y el mundo fue hecho por ella,
y el mundo no la conoció.
Vino a su casa
y los suyos no la recibieron.
Pero a todos los que la recibieron
les dio el poder de llegar ser hijos de Dios,
a los que creen en su nombre;
la cual no nació de sangre
ni de deseo de carne
ni de deseo de hombre,
sino que nació de Dios
Y la Palabra se hizo carne
y puso su morada entre nosotros.

(Apenas dice el personaje estas palabras, todos los demás


personajes hacen una genuflexión y adoran en silencio. Después
de una breve pausa, continúa)

“Y hemos contemplado su gloria


gloria que recibe del Padre como Hijo único
lleno de gracia y de verdad.
De su plenitud hemos recibido todos
y gracia por gracia.
Porque la ley fue dada por medio de Moisés;
la gracia y la verdad
nos han llegado por medio de Jesucristo.
A Dios nadie le ha visto jamás,
el Hijo único que está en el seno del Padre
Él lo ha contado.”

San Lucas: - “Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una
ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un
hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen
era María. Y entrando, le dijo: Alégrate, llena de gracia, el Señor
está contigo. Ella se conturbó con estas palabras, y discurría qué
significaría aquel saludo. El ángel le dijo: No temas, María, porque

El Misterio Escondido desde Siglos... | 199


has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a
dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. Él será grande
y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono
de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y
su reino no tendrá fin...
María respondió al ángel: ¿Cómo será esto, puesto que no conozco
varón? El ángel le respondió: El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el
poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de
nacer será santo y será llamado Hijo de Dios... Dijo María: He aquí
la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra. Sucedió que
por aquellos días salió un edicto del César Augusto, ordenando que
se empadronase todo el mundo... Iban todos a empadronarse, cada
uno a su ciudad. Subió también José desde Galilea, de la ciudad
de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, para empadronarse
con María, su esposa, que estaba encinta. Y sucedió que mientras
estaban ellos allí, se le cumplieron los días de su alumbramiento y
dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó
en un pesebre, porque no tenían sitio en el alojamiento.” (Lc 1, 26-
28; 2, 1- 7)
San Pablo: Este es el “misterio escondido desde siglos y generaciones
y manifestado ahora a sus santos, a quienes quiso dar a conocer
cuál es la riqueza de la gloria de este misterio entre los gentiles, que
es Cristo entre vosotros, la esperanza de la gloria... (Col 1, 26- 27)
“El cual, siendo de condición divina no retuvo ávidamente el ser
igual a Dios. Sino que se despojó de sí mismo, tomando condición
de siervo, haciéndose semejante a los hombres y apareciendo en su
porte como hombre, y se humilló a sí mismo obedeciendo hasta la
muerte y muerte de cruz. Por lo cual Dios le exaltó y le otorgó el
Nombre que está sobre todo nombre. Para que al nombre de Jesús
toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los abismos” (Fl
2, 6- 11)

Adán: - En esta carne humana


semejante a mí te hiciste;
y en tu humana semejanza
en mí tu Imagen pusiste.

200 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


Grande, grande es el misterio
por el que fuimos creados
y más grande es el portento
de ser en ti regenerados.
Comprendo ahora mi misterio
a la luz del Verbo Encarnado,
pues siendo Imagen de Dios
fue también del ser humano.
Y uniéndose en su Persona,
lo divino y lo creado,
El es el hombre que yo
no supe ser por mi pecado,
y en esta noche descubro
el día eterno esperado.
¡Oh, qué grande es el misterio
escondido en este establo!

(Cambio de música, triunfal. Se ve una multitud que viene


vestida de blanco con palmas en las manos y cálices, que son las
oraciones de los santos, son los predestinados a la gloria que canta
el apocalipsis. Estos van dejando sus palmas a los pies del Niño
Jesús y se colocan en semicírculo mirando hacia el Niño. Adán ya
casi al final se ubica en el centro de la escena detrás de la cuna.)

Adán: -“¿Quiénes son y de dónde han venido?” (Apoc 7, 13)


Dios Padre: “Sube aquí, que te voy a mostrar lo que ha de suceder
después”... (Apoc 4, 1) “Esos son los que vienen de la gran tribulación,
han lavado sus vestidos y los han blanqueado en la sangre del Cordero,
por eso están delante del Trono de Dios, dándole culto día y noche
en su Santuario; y el que está sentado sobre el Trono extenderá su
tienda sobre ellos... Porque el Cordero que está en medio de ellos los
apacentará y los guiará a los manantiales de las aguas de la vida. Y
Dios enjugará toda lágrima de sus ojos”. (7, 14- 17)
Todos los vestidos de blanco a coro:; “Santo, Santo, Santo es el Señor,
Dios Todopoderoso, Aquel que era, que es y que vendrá.” (Apoc 4,
8) “Digno es el Cordero degollado de recibir el poder, la riqueza,
la sabiduría, la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza”. (5, 12- 13)

El Misterio Escondido desde Siglos... | 201


(Se canta con gran fuerza un triple “Amén”)

Adán: Y enjugará todas las lágrimas de mis ojos y no habrá ya muerte


ni habrá llanto, ni gritos ni fatigas como conocí en vida mía, porque
el mundo viejo ha pasado. (conf..Apoc 21, 4)
Dios Padre:- “Mira, vengo pronto y traigo mi recompensa conmigo
para pagar a cada uno según su trabajo... Si, vengo pronto”. (Apoc
22, 12-14)

(Adán toma en sus brazos al Niño y lo eleva en alto. Todos se


arrodillan ante Él)

Todos los personajes del antiguo y nuevo testamento responden con


voz potente a coro: “¡Amén, Maranatha, ven Señor Jesús!”

(Termina con la misma música con más alto volumen u otra


conclusiva como el “Amen” de Haendell o su “Alleluia”)

Fin

Omnia pro Te, Puer Iesus!

202 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


Recreación piadosa
Adviento - Navidad

Y ellos fueron prefigurados...


Elenco de personajes

Virgen María
Eva
Sara
Rebeca
Betsabé
Madre de Sansón
Ana
Raquel
Madre de los Macabeos
Ángel 1
Ángel 2
Ángel 3
Ángel 4
Ángel 5
(Escena: La Virgen María sentada en el pesebre. Media luz. Se
van presentando de a una las madres del Antiguo Testamento
y al final de cada discurso se arrodillan, después que les ha
contestado la Virgen. Música suave de fondo.)

Virgen:
En esta hora, Dios mío,
de tan extremada dulzura
mi maternidad prefigurada
contemplo en las Escrituras,
en las madres que en sus hijos
fueron de tu Hijo su figura.
Una a una en esta noche,
que nace el Sol tras la Luna,
van admirando en silencio
el misterio de esta cuna,
y sus senos se estremecen
y en este Niño ya exultan.

Eva:
Salve, Madre de la Vida,
Generadora del Dios siempre vivo,
Salve Seno Florido,
Salve Nuevo Paraíso
donde el hombre vence la muerte,
donde el pecado no pudo conocerte,
donde nos das la vida perdida,
en Ti la esperanza renace
de aquella promesa que un día
dijo Dios Padre al demonio
por la culpa y la desdicha
que trajo al género humano
la muerte tan enemiga.
En mi seno y con dolor
entre destierro y espinas
tuve a un hijo que nació

Y ellos fueron prefigurados | 205


para ser, por aquella vil acción,
mi pena tan dolorida,
pues pronto vi sin la vida
lo que la muerte engendró.
¡Oh, suerte triste la mía
que por la culpa de un día
todos mis hijos sufrieron,
y cuántos de ellos murieron
llevando en sí la memoria,
de una madre que hoy los llora
pues los engendró ya sin vida!

Virgen:
Alégrate, pues, y agradece,
en esta hora bendita
que la promesa de un día
se cumple en esta noche gozosa,
en que el Sol tras esta Aurora
inaugura un nuevo Día.
Abel hoy llamo a este Niño
que sufrirá la igual suerte
y cuyo clamor hoy se siente
más glorioso y más vivo,
pues la sangre que vertió
la pagará mi Dios Niño.
Más agradable fue al Cielo,
más que su tierno cabrito,
fue su sangre derramada
a pesar del cruel delito,
pues, porque por esta sangre que clama
Dios responde con su Hijo.

Sara:
Alégrate, Llena de Gracia,
Madre del Gozo Divino,
Madre de la Eterna Dicha,
que arrebató el enemigo;

206 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


Madre que en este pesebre
nos das el Gozo perdido.
Vieja y estéril, la culpa
mi seno había tenido,
y la tristeza y el llanto
los tuve a los dos por hijos.
¡Oh qué valle de dolor
quedó de aquel paraíso!
cuando la risa del hombre
comió del fruto prohibido.
Mas no sufriendo Dios
ver al hombre en tanta angustia
quiso en el gozo de un hijo
hacerme gustar la dicha futura,
donde la Risa de Dios
será la Eterna Alegría;
donde la Dicha de Dios
nace hoy por nuestra dicha.

Virgen:
Alégrate, también tú, Sara,
que en tu vejez diste vida
al hijo de la promesa,
al portador de esa dicha,
pues que reíste tú al verlo
en tu materna alegría.
Isaac hoy llamo a este Niño
que borrará de los rostros
llanto, tristeza y gemido,
pues que del cielo ha venido
a darnos el Verdadero Gozo.
Padre será de una multitud,
primogénito entre sus hermanos,
cual las estrellas del cielo,
cual las arenas del mar,
pues no se podrá contar
los que nacerán de su Pecho,

Y ellos fueron prefigurados | 207


que se dejó traspasar
para que gocemos lo Eterno.

Rebeca:
Salve, Madre de la Iglesia,
de Israel, el Nuevo Pueblo,
Salve, Madre que en tu seno
las doce tribus reúnes,
la tierra toda y sus mares
con el cielo hoy los unes.
Salve, Guía del Pueblo elegido
en el destierro del mundo,
Salve, Madre peregrina
del Nuevo Reino Futuro.
Un Dios- Hombre hoy nos nace
de tu purísimo vientre,
que será cual la simiente
del Árbol grande y frondoso,
de un Cuerpo que misterioso,
congrega sus miembros vivientes.
El más pequeño entre los hombres
consigue su primogenitura,
no por arte de su madre
sino por derecho de natura,
y que por sus brazos clavados
recibió la Heredad de su Padre.
Salve, Madre inmaculada
que no conocerás el dolor,
cuando el Hijo de tu amor
traspase tu carne sagrada
mas, con gemido y espada,
otros hijos darás a Dios.

Virgen:
Alégrate, Rebeca, porque hoy nos nace
el Redentor de este pueblo,
que tras el duro desierto

208 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


nos dará el agua de la vida,
aquella que prefiguraba un día
la que tú recogiste de un pozo,
con la que conociste a tu esposo
y los unió para siempre.
En esta noche bendita
los sedientos peregrinos
recorren largos caminos
buscando este Pozo misterioso,
que Dios cavó en mis entrañas
saciándonos en su Encarnado Gozo.
Jacob hoy llamo a este Niño,
Padre de las doce tribus
que serán los pueblos todos de la tierra,
que serán al fin la Única Iglesia,
Cuerpo Místico de Cristo,
Prolongación del que hoy nos naciera,

Betsabé:
Salve, Humilde Nazarena,
Flor tan casta y sencilla,
que con tu maternidad iluminas
el orbe con resplandores
de sacra Sabiduría.
Toda tu ciencia tuviste
en meditar la Escritura,
en el silencio y la escucha
de la Palabra que en pura fe creíste,
¡oh, Ciencia Sagrada del cielo
que a los humildes reviste!
La Palabra meditada
se convirtió en encarnada,
y hoy la darás a luz
al que es Luz de las naciones,
mas que ilumina a los pobres
seguidores de Jesús.
Loco es el sabio mundano,

Y ellos fueron prefigurados | 209


santo el loco cristiano
que por única sabiduría
tiene al Hijo de María
y tiene todo por vano.
Vanidad de vanidades;
el hombre necio se afana,
que quien más tiene, menos gana,
porque es ganancia, perderlo todo,
y porque querer saberlo todo
es la más grande de las ignorancias.
Un hijo di yo a la luz
que penetró el universo
que se elevó hasta los cielos
en busca de la Sabiduría,
mas, terminando su vida,
pobre murió más que un necio.
Salve, Sabia y Humilde
Madre del Verbo Encarnado,
Sabiduría del Padre
que al venir ha revelado
el saber más alto y sublime
y que a los pobres es dado.

Virgen:
Alégrate, Betsabé, y exulta,
en esta noche callada,
en que sólo la Palabra
de Dios al hombre cautiva,
pues el maestro del hombre
busca las almas sencillas.
Salomón llamaré a este Niño
que es la Impronta de Dios Padre,
que se eligió como madre
de todas la más pequeña,
la más humilde y sencilla
que con su gracia El hiciera.

210 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


Por pura misericordia
el Dios del Cielo eligió
un corazón desnudo y vacío
de todo saber humano,
para darme de su mano
el conocer el Camino.
Esta es toda mi ciencia
en este pequeño Niño;
ya nada quiero saber
y en Él tengo todo sabido
sobre el sendero que lleva
sus pobres al Paraíso.

Madre de Sansón:
Salve, Angelical Fortaleza,
Cofre de la Encarnada Virtud,
Salve Madre Dulce y Fuerte,
Salve madre del Dulce y fuerte Jesús
Contigo me admiro, María,
de cómo tu frágil natura
sostiene al Dios de las creaturas;
en ese tu casto seno
el Creador del universo
cautivo en su Rosa pura.
La fuerza de ese Dios que te sostiene
es el secreto guardado y escondido
que seducción alguna no roba
de tu corazón, este mundo impío.
Con la Virtud del Altísimo
tu darás a los mortales
tantas fuerzas celestiales
para vencer al enemigo,
pues Madre eres del Fuerte
oculto en este débil Niño.

Y ellos fueron prefigurados | 211


Virgen:
Salve Madre de Sansón,
libertador de su pueblo
que con su fuerza salvó
a los tristes y a los presos,
dándoles la Libertad
con una fuerza celestial
dada a sus largos cabellos.
Estos cabellos son hoy
el más íntimo secreto
de la Fuerza de este Niño
un día muerto en el madero;
son los secretos de amor
que guarda en su enamorado pecho.
Y sólo el alma pequeña
cuya humildad cautivase
a este Esposo, que aún no nace,
podrá robar su secreto
y cautivo lo tendrá,
pues se hace débil por los amores nuestros.
Sansón hoy llamo a este Niño
que entre sus frágiles manos
sostienen ya el gran Santuario
de la Iglesia en sus columnas,
Dios es fuerza de sus creaturas
si se hacen débiles en su abrazo.
Mas la fuerza de este Dios
la humildad y mansedumbre
ejercerá en su silencio,
y será el Salvador de su pueblo
oculto en la muchedumbre.
Su Fuerza El la ha de legar
al que sabe confesar
que sin El no puede nada,
que Dios sólo es el que salva;
El fuerte es, pues, el que sabe amar.

212 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


Ana:
Salve, Madre del Ungido,
el consagrado de Dios
que en la eternidad de su seno
recibió la santa unción.
Salve, Madre del Sumo Sacerdote,
Salve, Madre de los que siguen su voz
Llamados hoy por su nombre
los pastores que hoy vienen
a postrarse ante el Pastor
derramas tú esta Unción
que se desborda en tu pecho
enamorado de Dios.
Haz que respondan fielmente
cuando el Pastor los llamare
y a su grey apacentasen
con su mismo celo y amor:
que sean sólo del Señor
que por ellos quiso encarnarse.

Virgen:
Salve, Ana, y alégrate
que tu oración Dios escucha
pues tus labios y tu corazón
sus tantos nombres susurran;
Dios consagrará a estos hijos
si su voz fielmente escuchan.
Samuel llamaré a este Niño
que en el seno de Dios Padre
pronuncio su amoroso “hágase”
cuando se decretara la encarnación
y su amor de hijo fue la oración
que aquella vez tus labios inspirasen.
Ellos serán la voz que encabeza
el nuevo pueblo de Leví
haciendo de sus vidas un eterno “sí”

Y ellos fueron prefigurados | 213


de inmolación y holocausto
imitando al buen Pastor
que da la vida por su rebaño.

Raquel:
Salve madre Dolorosa
que en tu silencio hoy lloras
la cruel suerte de este Niño
que por vernos redimidos
tantos trabajos soporta.
En ti enjugo mi llanto
porque el Salvador que hoy nos nace
me dará aquellos hijos míos
que mi amor tanto llorase,
cuando la muerte severa
de mi alma los arrebatase.
El es la Resurrección y la vida
de los que en la muerte se duermen
y ha querido sufrir El
el decreto de tal suerte
que cerrando en su sueño sus ojos
se abriesen los nuestros por siempre.
Mas duro es siempre el dolor
de la madre que en su seno
acuna siempre a su amor
porque el tiempo los separará un día
en otro pesebre que vislumbramos hoy.

Virgen:
Alégrate, pues, hoy Raquel,
que el Consuelo de las almas
sufre ya en esta paja
el rescate tan precioso
que será descanso y gozo
de los que tu alma llorara.

214 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


Arrebatados fueron tus hijos
y no hubo consuelo a tu llanto
y fue tanto tu quebranto
que Dios te da en este Niño
lo que te robó la muerte
y tú diste por perdidos.
“Consuelo” llamaré a este Niño
por los que aquellos causaron
tanta tristeza y dolor;
y puesto que he de llorarlo un día,
hoy me fortalezca su amor,
pues no dormirá para siempre
el que despierta al hombre en la resurrección.

Madre de los Macabeos:


Salve, Altar de la Hostia Santa,
Madre del Divino Cordero,
del que por ser la Verdad
fue llevado al matadero.
Salve, Madre que inspirase
mi fortaleza en aquel tiempo
en que el sacrificio cruento
mis hijos todos llevó,
mas que el alma bien salvó
aunque fuera torturado el cuerpo.
Yo te ensalzo, María en esta hora,
en que tu hijo pequeño
comienza a sufrir estrecheces
por conducirnos al cielo,
por proclamar la Verdad,
sufre en la Iglesia, sus miembros.

Virgen:
Entre patriarcas y justos
del antiguo testamento
tu nombre está ya en la gloria,
Madre de los macabeos,

Y ellos fueron prefigurados | 215


Madre ejemplar y viril
que confesara al Eterno
tu amor al Dios de los cielos
y esperanza en la otra vida
fueron el seno materno
de tantas almas benditas
que aprendieron de tu ejemplo
el celo por las cosas divinas.
Hostia Santa llamaré a este Niño
que sin temor a los hombres
proclamará la Verdad
aunque le ahoguen sus voces,
porque El es la Voz del Padre
que calla ante sus traidores
y muere por ellos en Cruz
perdonando a sus sacrificadores.
Alégrate, hoy, madre santa
de tan gallardos varones
que no temieron al hombre
por temor de su Dios Vivo
porque en tu seno aprendieron
el valor del sacrificio.

(Ya todas están de rodillas frente a la Virgen. Por un ángulo


aparece un ángel)

Ángel 1:
Salve, Madre de los Nuevos Vivientes,
Salve, Madre de la Alegría,
Salve, Madre de la Iglesia,
Salve, Madre de la Encarnada Sabiduría,
Salve, Madre de la Virtud de Dios,
Salve, Madre de los Consagrados,
Salve, Madre dolorosa,
Salve, madre de los que su sangre
por este Niño han derramado.

216 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


Ángel 2:
Feliz de ti María
porque en ti se cumplen
los misterios y enigmas de los profetas:
Moisés te presentaba en la zarza ardiente y en la nube;
Jacob en la escalera que al cielo sube;
David en el Arca de la Alianza cerrada y bien sellada.
He aquí sus palabras misteriosas,
se rebelaron cuando te alumbró santa Ana.
Dios ha creado a su esclava
como la sala interna de un templo
respetuosamente circundada de veneración;
abierto a la lluvia y al rocío
y Él mismo después ha venido
desde las nubes del cielo
con su vuelo silencioso
como en un tiempo se posó el rocío
sobre el vellón de Gedeón.
Ninguno nunca ha logrado
penetrar este misterio,
cumplido en modo silencioso,
del Dios que se hizo hombre
en el seno de una virgen.

Ángel 3:
¡Oh profunda premura del Señor
por la salvación de los hombres!
La Virgen nos ofrece al Hijo
sin colaboración de varón:
sublime imagen mística
de las bodas de la Iglesia con Cristo.
También Ella es hermana del Señor
y Esposa amante, y como madre
recibe la semilla de la Palabra divina;
lleva a los pueblos en su seno
y los conduce a la Luz.

Y ellos fueron prefigurados | 217


La Esposa que jamás nadie ha tocado
permanece verdaderamente hermana en el amor;
porque quien la abraza es sólo el Espíritu,
pues quien la ama es Dios.
(San Paolino de Nola)

Ángel 4:
Salve, Salve, Salve Santa María
Salve exultanza de la Iglesia
Salve nombre lleno de perfume
Salve rostro iluminado
de la Luz de Dios que irradia Belleza,
Salve oh memorial lleno de veneración,
Salve oh clara Madre de la Luz Naciente,
Salve Madre de la Santidad,
Salve madre de la fuente de agua Viva,
Salve Madre llena de misterio inexplicable,
Salve profecía de Isaías,
Libro de la Nueva Escritura,
Salve Vaso de alabastro
del Ungüento de santificación,
Salve Valor de la Virginidad,
Salve modesto espacio
que acogió en sí
a Aquel que los Cielos no pueden contener.
(Teodoto di Ancira)

Ángel 5:
Hombres y ángeles hoy te alaban
y por ti, en el fruto bendito de tu seno
agradecemos al Padre de las misericordias.
Salve , salve, salve Madre del Amor Hermoso
y en esta aurora del tercer milenio
te pedimos que Jesús,
resplandezca en el rostro de todos los hombres
como salvador y amigo solidario de su pueblo.

218 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


Intercede por todos tus hijos
para que en el amanecer de este nuevo milenio
apresuren sus pasos
y obedezcan al mandato de ser “uno”
en la unidad del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo
a fin de que el mundo entero conozca a Jesucristo
y lo reconozca vivo en sus discípulos.

(Termina triunfalmente con el canto del “Amén”.)

Fin

Omnia Pro Te, Puer Iesu!

Y ellos fueron prefigurados | 219


Suplemento

Carta del Papa Juan Pablo II


a los Niños
en el Año de la Familia
¡Queridos niños!

Nace Jesús

Dentro de pocos días celebraremos la Navidad, fiesta vivida


intensamente por todos los niños en cada familia. Este año lo será aún
más porque es el Año de la Familia. Antes de que éste termine, deseo
dirigirme a vosotros, niños del mundo entero, para compartir juntos la
alegría de esta entrañable conmemoración.
La Navidad es la fiesta de un Niño, de un recién nacido. ¡Por esto es
vuestra fiesta! Vosotros la esperáis con impaciencia y la preparáis con
alegría, contando los días y casi las horas que faltan para la Nochebuena
de Belén.
Parece que os estoy viendo: preparando en casa, en la parroquia,
en cada rincón del mundo el nacimiento, reconstruyendo el clima y el
ambiente en que nació el Salvador. ¡Es cierto! En el período navideño
el establo con el pesebre ocupa un lugar central en la Iglesia. Y todos
se apresuran a acercarse en peregrinación espiritual, como los pastores
la noche del nacimiento de Jesús. Más tarde los Magos vendrán desde
el lejano Oriente, siguiendo la estrella, hasta el lugar donde estaba el
Redentor del universo.
También vosotros, en los días de Navidad, visitáis los nacimientos
y os paráis a mirar al Niño puesto entre pajas. Os fijáis en su Madre
y en san José, el custodio del Redentor. Contemplando la Sagrada
Familia, pensáis en vuestra familia, en la que habéis venido al mundo.
Pensáis en vuestra madre, que os dio a luz, y en vuestro padre. Ellos se
preocupan de mantener la familia y de vuestra educación. En efecto, la
misión de los padres no consiste sólo en tener hijos, sino también en
educarlos desde su nacimiento.
Queridos niños, os escribo acordándome de cuando, hace muchos
años, yo era un niño como vosotros. Entonces yo vivía también la
atmósfera serena de la Navidad, y al ver brillar la estrella de Belén
corría al nacimiento con mis amigos para recordar lo que sucedió en
Palestina hace 2000 años. Los niños manifestábamos nuestra alegría
ante todo con cantos. ¡Qué bellos y emotivos son los villancicos, que
en la tradición de cada pueblo se cantan en torno al nacimiento! ¡Qué

Carta del Papa Juan Pablo II | 223


profundos sentimientos contienen y, sobre todo, cuánta alegría y ternura
expresan hacia el divino Niño venido al mundo en la Nochebuena!
También los días que siguen al nacimiento de Jesús son días de fiesta:
así, ocho días más tarde, se recuerda que, según la tradición del Antiguo
Testamento, se dio un nombre al Niño: llamándole Jesús.
Después de cuarenta días, se conmemora su presentación en el
Templo, como sucedía con todos los hijos primogénitos de Israel.
En aquella ocasión tuvo lugar un encuentro extraordinario: el viejo
Simeón se acercó a María, que había ido al Templo con el Niño, lo
tomó en brazos y pronunció estas palabras proféticas: “Ahora, Señor,
puedes, según tu palabra, dejar que tu siervo se vaya en paz, porque
han visto mis ojos tu salvación, la que has preparado a la vista de todos
los pueblos, luz para iluminar a los gentiles y gloria de tu pueblo Israel
» (Lc 2, 29-32). Después, dirigiéndose a María, su Madre, añadió: “ Este
está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal
de contradicción “¡y a ti misma una espada te atravesará el alma! a fin
de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones” (Lc
2, 34-35). Así pues, ya en los primeros días de la vida de Jesús resuena
el anuncio de la Pasión, a la que un día se asociará también la Madre,
María: el Viernes Santo ella estará en silencio junto a la Cruz del Hijo.
Por otra parte, no pasarán muchos días después del nacimiento para
que el pequeño Jesús se vea expuesto a un grave peligro: el cruel rey
Herodes ordenará matar a los niños menores de dos años, y por esto se
verá obligado a huir con sus padres a Egipto.
Seguro que vosotros conocéis muy bien estos acontecimientos
relacionados con el nacimiento de Jesús. Os los cuentan vuestros
padres, sacerdotes, profesores y catequistas, y cada año los revivís
espiritualmente durante las fiestas de Navidad, junto con toda la
Iglesia: por eso conocéis los aspectos trágicos de la infancia de Jesús.
¡Queridos amigos! En lo sucedido al Niño de Belén podéis reconocer
la suerte de los niños de todo el mundo. Si es cierto que un niño es la
alegría no sólo de sus padres, sino también de la Iglesia y de toda la
sociedad, es cierto igualmente que en nuestros días muchos niños,
por desgracia, sufren o son amenazados en varias partes del mundo:
padecen hambre y miseria, mueren a causa de las enfermedades y de
la desnutrición, perecen víctimas de la guerra, son abandonados por
sus padres y condenados a vivir sin hogar, privados del calor de una

224 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


familia propia, soportan muchas formas de violencia y de abuso por
parte de los adultos. ¿Cómo es posible permanecer indiferente ante al
sufrimiento de tantos niños, sobre todo cuando es causado de algún
modo por los adultos?

Jesús da la Verdad

El Niño, que en Navidad contemplamos en el pesebre, con el


paso del tiempo fue creciendo. A los doce años, como sabéis, subió
por primera vez, junto con María y José, de Nazaret a Jerusalén con
motivo de la fiesta de la Pascua. Allí, mezclado entre la multitud de
peregrinos, se separó de sus padres y, con otros chicos, se puso a
escuchar a los doctores del Templo, como en una “ clase de catecismo
». En efecto, las fiestas eran ocasiones adecuadas para transmitir la fe a
los muchachos de la edad, más o menos, de Jesús. Pero sucedió que, en
esta reunión, el extraordinario Adolescente venido de Nazaret no sólo
hizo preguntas muy inteligentes, sino que él mismo comenzó a dar
respuestas profundas a quienes le estaban enseñando. Sus preguntas
y sobre todo sus respuestas asombraron a los doctores del Templo.
Era la misma admiración que, en lo sucesivo, suscitaría la predicación
pública de Jesús: el episodio del Templo de Jerusalén no es otra cosa
que el comienzo y casi el preanuncio de lo que sucedería algunos años
más tarde.
Queridos chicos y chicas, coetáneos del Jesús de doce años, ¿no
vienen a vuestra mente, en este momento, las clases de religión que
se dan en la parroquia y en la escuela, clases a las que estáis invitados
a participar? Quisiera, pues, haceros algunas preguntas: ¿cuál es
vuestra actitud ante las clases de religión? ¿Os sentís comprometidos
como Jesús en el Templo cuando tenía doce años? ¿Asistís a ellas con
frecuencia en la escuela o en la parroquia? ¿Os ayudan en esto vuestros
padres?
Jesús a los doce años quedó tan cautivado por aquella catequesis
en el Templo de Jerusalén que, en cierto modo, se olvidó hasta de
sus padres. María y José, regresando con otros peregrinos a Nazaret,
se dieron cuenta muy pronto de su ausencia. La búsqueda fue larga.
Volvieron sobre sus pasos y sólo al tercer día lograron encontrarlo en

Carta del Papa Juan Pablo II | 225


Jerusalén, en el Templo. “ Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Mira, tu
padre y yo, angustiados, te andábamos buscando » (Lc 2, 48). ¡Qué
misteriosa es la respuesta de Jesús y cómo hace pensar! “ ¿Por qué me
buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre? »
(Lc 2, 49). Era una respuesta difícil de aceptar. El evangelista Lucas
añade simplemente que María “ conservaba cuidadosamente todas
las cosas en su corazón » (2, 51). En efecto, era una respuesta que
se comprendería sólo más tarde, cuando Jesús, ya adulto, comenzó
a predicar, afirmando que por su Padre celestial estaba dispuesto a
afrontar todo sufrimiento e incluso la muerte en cruz.
Jesús volvió de Jerusalén a Nazaret con María y José, donde
vivió sujeto a ellos (cf. Lc 2, 51). Sobre este período, antes de iniciar
la predicación pública, el Evangelio señala sólo que “progresaba en
sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres” (Lc 2,
52).
Queridos chicos, en el Niño que contempláis en el nacimiento
podéis ver ya al muchacho de doce años que dialoga con los doctores
en el Templo de Jerusalén. El es el mismo hombre adulto que más tarde,
con treinta años, comenzará a anunciar la palabra de Dios, llamará a
los doce Apóstoles, será seguido por multitudes sedientas de verdad.
A cada paso confirmará su maravillosa enseñanza con signos de su
potencia divina: devolverá la vista a los ciegos, curará a los enfermos
e incluso resucitará a los muertos. Entre ellos estarán la joven hija de
Jairo y el hijo de la viuda de Naim, devuelto vivo a su apenada madre.
Es justamente así: este Niño, ahora recién nacido, cuando sea
grande, como Maestro de la Verdad divina, mostrará un afecto
extraordinario por los niños. Dirá a los Apóstoles: “ Dejad que los niños
vengan a mí, no se lo impidáis », y añadirá: “ Porque de los que son
como éstos es el Reino de Dios » (Mc 10, 14). Otra vez, estando los
Apóstoles discutiendo sobre quién era el más grande, pondrá en medio
de ellos a un niño y dirá: “ Si no cambiáis y os hacéis como los niños,
no entraréis en el Reino de los cielos » (Mt 18, 3). En aquella ocasión
pronunciará también palabras severísimas de advertencia: “ Al que
escandalice a uno de estos pequeños que creen en mí, más le vale que
le cuelguen al cuello una de esas piedras de molino que mueven los
asnos, y le hundan en lo profundo del mar » (Mt 18, 6).

226 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


¡Qué importante es el niño para Jesús! Se podría afirmar desde luego
que el Evangelio está profundamente impregnado de la verdad sobre el
niño. Incluso podría ser leído en su conjunto como el “Evangelio del
niño”.
En efecto, ¿qué quiere decir: “Si no cambiáis y os hacéis como los
niños, no entraréis en el Reino de los cielos »? ¿Acaso no pone Jesús al
niño como modelo incluso para los adultos? En el niño hay algo que
nunca puede faltar a quien quiere entrar en el Reino de los cielos. Al
cielo van los que son sencillos como los niños, los que como ellos están
llenos de entrega confiada y son ricos de bondad y puros. Sólo éstos
pueden encontrar en Dios un Padre y llegar a ser, a su vez, gracias a
Jesús, hijos de Dios.
¿No es éste el mensaje principal de la Navidad? Leemos en san Juan:
“Y la Palabra se hizo carne y puso su morada entre nosotros” (1, 14);
y además: “A todos los que le recibieron les dio poder de hacerse hijos
de Dios” (1, 12). ¡Hijos de Dios! Vosotros, queridos niños, sois hijos e
hijas de vuestros padres. Ahora bien, Dios quiere que todos seamos
hijos adoptivos suyos mediante la gracia. Aquí está la fuente verdadera
de la alegría de la Navidad, de la que os escribo ya al término del Año
de la Familia. Alegraos por este “Evangelio de la filiación divina”. Que,
en este gozo, las próximas fiestas navideñas produzcan abundantes
frutos, en el Año de la Familia.

Jesús se da a sí mismo

Queridos amigos, la Primera Comunión es sin duda alguna un


encuentro inolvidable con Jesús, un día que se recuerda siempre como
uno de los más hermosos de la vida. La Eucaristía, instituida por Cristo
la víspera de su pasión durante la Ultima Cena, es un sacramento de la
Nueva Alianza, más aún, el más importante de los sacramentos. En ella
el Señor se hace alimento de las almas bajo las especies del pan y del
vino. Los niños la reciben solemnemente la primera vez “en la Primera
Comunión” y se les invita a recibirla después cuantas más veces mejor
para seguir en amistad íntima con Jesús.

Carta del Papa Juan Pablo II | 227


Para acercarse a la Sagrada Comunión, como sabéis, se debe haber
recibido el Bautismo: este es el primer sacramento y el más necesario
para la salvación. ¡Es un gran acontecimiento el Bautismo! En los
primeros siglos de la Iglesia, cuando los que recibían el Bautismo eran
sobre todo los adultos, el rito se concluía con la participación en la
Eucaristía, y tenía la misma solemnidad que hoy acompaña a la Primera
Comunión. Más adelante, al empezar a administrar el Bautismo
principalmente a los recién nacidos “es también el caso de muchos de
vosotros, queridos niños, que por tanto no podéis recordar el día de
vuestro Bautismo” la fiesta más solemne se trasladó al momento de
la Primera Comunión. Cada muchacho y cada muchacha de familia
católica conoce bien esta costumbre: la Primera Comunión se vive
como una gran fiesta familiar. En este día se acercan generalmente a la
Eucaristía, junto con el festejado, los padres, los hermanos y hermanas,
los demás familiares, los padrinos y, a veces también, los profesores y
educadores.
El día de la Primera Comunión es además una gran fiesta en la
parroquia. Recuerdo como si fuese hoy mismo cuando, junto con
otros muchachos de mi edad, recibí por primera vez la Eucaristía en la
Iglesia parroquial de mi pueblo. Es costumbre hacer fotos familiares de
este acontecimiento para así no olvidarlo. Por lo general, las personas
conservan estas fotografías durante toda su vida. Con el paso de los
años, al hojearlas, se revive la atmósfera de aquellos momentos; se
vuelve a la pureza y a la alegría experimentadas en el encuentro con
Jesús, que se hizo por amor Redentor del hombre.
¡Cuántos niños en la historia de la Iglesia han encontrado en la
Eucaristía una fuente de fuerza espiritual, a veces incluso heroica!
¿Cómo no recordar, por ejemplo, los niños y niñas santos, que vivieron
en los primeros siglos y que aún hoy son conocidos y venerados
en toda la Iglesia? Santa Inés, que vivió en Roma; santa Agueda,
martirizada en Sicilia; san Tarsicio, un muchacho llamado con razón el
mártir de la Eucaristía, porque prefirió morir antes que entregar a Jesús
sacramentado, a quien llevaba consigo.
Y así, a lo largo de los siglos hasta nuestros días, no han faltado
niños y muchachos entre los santos y beatos de la Iglesia. Al igual que
Jesús muestra en el Evangelio una confianza particular en los niños, así
María, la Madre de Jesús, ha dirigido siempre, en el curso de la historia,

228 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


su atención maternal a los pequeños. Pensad en santa Bernardita
de Lourdes, en los niños de La Salette y, ya en este siglo, en Lucía,
Francisco y Jacinta de Fátima.
Os hablaba antes del “Evangelio del niño” ¿acaso no ha encontrado
éste en nuestra época una expresión particular en la espiritualidad de
santa Teresa del Niño Jesús? Es propiamente así: Jesús y su Madre eligen
con frecuencia a los niños para confiarles tareas de gran importancia
para la vida de la Iglesia y de la humanidad. He citado sólo a algunos
universalmente conocidos, pero ¡cuántos otros hay menos célebres!
Parece que el Redentor de la humanidad comparte con ellos la solicitud
por los demás: por los padres, por los compañeros y compañeras. El
siempre atiende su oración. ¡Qué enorme fuerza tiene la oración de un
niño! Llega a ser un modelo para los mismos adultos: rezar con confianza
sencilla y total quiere decir rezar como los niños saben hacerlo.
Llego ahora a un punto importante de esta Carta: al terminar el
Año de la Familia, queridos amigos pequeños, deseo encomendar
a vuestra oración los problemas de vuestra familia y de todas las
familias del mundo. Y no sólo esto, tengo también otras intenciones
que confiaros. El Papa espera mucho de vuestras oraciones. Debemos
rezar juntos y mucho para que la humanidad, formada por varios miles
de millones de seres humanos, sea cada vez más la familia de Dios, y
pueda vivir en paz. He recordado al principio los terribles sufrimientos
que tantos niños han padecido en este siglo, y los que continúan
sufriendo muchos de ellos también en este momento. Cuántos mueren
en estos días víctimas del odio que se extiende por varias partes de
la tierra: por ejemplo en los Balcanes y en diversos países de África.
Meditando precisamente sobre estos hechos, que llenan de dolor
nuestros corazones, he decidido pediros a vosotros, queridos niños
y muchachos, que os encarguéis de la oración por la paz. Lo sabéis
bien: el amor y la concordia construyen la paz, el odio y la violencia la
destruyen. Vosotros detestáis instintivamente el odio y tendéis hacia el
amor: por esto el Papa está seguro de que no rechazaréis su petición,
sino que os uniréis a su oración por la paz en el mundo con la misma
fuerza con que rezáis por la paz y la concordia en vuestras familias.

Carta del Papa Juan Pablo II | 229


¡Alabad el nombre del Señor!

Permitidme, queridos chicos y chicas, que al final de esta Carta


recuerde unas palabras de un salmo que siempre me han emocionado:
¡Laudate pueri Dominum! ¡Alabad niños al Señor, alabad el nombre
del Señor. Bendito sea el nombre del Señor, ahora y por siempre. De
la salida del sol hasta su ocaso, sea loado el nombre del Señor! (cf.
Sal 113112, 1-3). Mientras medito las palabras de este salmo, pasan
delante de mi vista los rostros de los niños de todo el mundo: de oriente
a occidente, de norte a sur. A vosotros, mis pequeños amigos, sin
distinción de lengua, raza o nacionalidad, os digo: ¡Alabad el nombre
del Señor!
Puesto que el hombre debe alabar a Dios ante todo con su vida, no
olvidéis lo que Jesús muchacho dijo a su Madre y a José en el Templo
de Jerusalén: “ ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre? »
(Lc 2, 49). El hombre alaba al Señor siguiendo la llamada de su propia
vocación. Dios llama a cada hombre, y su voz se deja sentir ya en el
alma del niño: llama a vivir en el matrimonio o a ser sacerdote; llama
a la vida consagrada o tal vez al trabajo en las misiones... ¿Quién sabe?
Rezad, queridos muchachos y muchachas, para descubrir cuál es
vuestra vocación, para después seguirla generosamente.
¡Alabad el nombre del Señor! Los niños de todos los continentes, en
la noche de Belén, miran con fe al Niño recién nacido y viven la gran
alegría de la Navidad. Cantando en sus lenguas, alaban el nombre del
Señor. De este modo se difunde por toda la tierra la sugestiva melodía
de la Navidad. Son palabras tiernas y conmovedoras que resuenan en
todas las lenguas humanas; es como un canto festivo que se eleva por
toda la tierra y se une al de los Ángeles, mensajeros de la gloria de Dios,
sobre el portal de Belén: “ Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz
a los hombres en quienes El se complace » (Lc 2, 14). El Hijo predilecto
de Dios se presenta entre nosotros como un recién nacido; en torno a
El los niños de todas las Naciones de la tierra sienten sobre sí mismos
la mirada amorosa del Padre celestial y se alegran porque Dios los ama.
El hombre no puede vivir sin amor. Está llamado a amar a Dios y al
prójimo, pero para amar verdaderamente debe tener la certeza de que
Dios lo quiere.

230 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


¡Dios os ama, queridos muchachos! Quiero deciros esto al terminar
el Año de la Familia y con ocasión de estas fiestas navideñas que son
particularmente vuestras.
Os deseo unas fiestas gozosas y serenas; espero que en ellas viváis
una experiencia más intensa del amor de vuestros padres, de los
hermanos y hermanas, y de los demás miembros de vuestra familia.
Que este amor se extienda después a toda vuestra comunidad, mejor
aún, a todo el mundo, gracias a vosotros, queridos muchachos y niños.
Así el amor llegará a quienes más lo necesitan, en especial a los que
sufren y a los abandonados. ¿Qué alegría es mayor que el amor? ¿Qué
alegría es más grande que la que tú, Jesús, pones en el corazón de los
hombres, y particularmente de los niños, en Navidad?

¡Levanta tu mano, divino Niño,


y bendice a estos pequeños amigos tuyos,
bendice a los niños de toda la tierra!

Vaticano, 13 de diciembre de 1994


Juan Pablo Ii

Carta del Papa Juan Pablo II | 231


Santo Rosario en la Natividad

Nota: La guía de este santo Rosario es una propuesta para rezar


reuniendo a toda la familia, en torno al pesebre. Podrá guiar el padre
de familia o la madre delante del pesebre haciendo después que los hijos
tomen parte de alguna manera, o recitando cada uno un denario de
avemarías, o leyendo una poesía al final u ofreciendo al Niño Jesús o a
la Sagrada Familia cualquier otro don. Si estuvieran presentes abuelos
u otros familiares o amigos se lograría un mayor fruto apostólico.
Aquí se propone este texto, pero las preces pueden ser expresadas
espontáneamente por cada uno de los miembros de la familia, como así
también las demás poesías con que cierra el presente libro, que pueden
ser recitadas o cantadas a modo de villancicos.
Primer Misterio

El anuncio del Ángel Gabriel a María Santísima


y la Encarnación del Hijo de Dios

Ante la gruta de Belén se congregan pastores y Reyes, ricos y


pobres, nativos y extranjeros, los ángeles y los hombres, el cielo y la
tierra ante los débiles gemidos del divino pastor que llama a las ovejas
a una cuna. Los pastores han sofocado el frío de aquella noche por
llegar a El y los Magos han afrontado con paciencia y perseverancia
para acudir a su voz, pues todos han escuchado en su tierno llanto que
es el amor ardiente el que le hace decir : tengo también otras ovejas
que no están en este redil . Es preciso que las traiga. Sí, es preciso, Dios
lo quiere; nuestro honor, nuestra Gloria consiste en consagrar a ello
todos nuestros esfuerzos.

Preces

Te rogamos Dios nuestro por las ovejas que no pertenecen al único


redil de Jesucristo porque del mismo modo que se glorían del nombre
de cristianos, lleguen igualmente por fin a la unidad bajo el gobierno
de un Único Pastor. Recemos por todas las familias desunidas, por
todos los que no encuentran el sentido cristiano en sus vidas para que
la noticia de la Encarnación les alumbre la vida entera y así sigan al
Verbo Encarnado, más lo sirvan y más lo amen para salvación de sus
almas y para mayor gloria de Dios.

Poesía

¿Quién comprenderá el misterio


de un Dios convertido en Niño?
¡A la tierra se destierra
el Eterno omnipotente!
Jesús, Belleza Suprema,
responder quiero a tu amor:

Santo Rosario en la Natividad | 235


para demostrarte el mío,
te velaré noche y día.

El brillo de tus pañales,


a los ángeles trae.
Ante ti, Verbo hecho niño,
me inclino humilde y temblando.

Segundo Misterio

La visita de María Santísima a su prima santa Isabel

Contemplad cómo la Santísima Virgen ofrece entre sus manos


inmaculadas al Divino Niño, para que sea adorado de todos los
hombres. Contemplad, pues, cómo en cada Santa Misa se repite este
Sagrado Misterio cuando por las manos del sacerdote se ofrece al
Padre Eterno por nuestro amor este mismo Hijo de Dios y de María
Santísima. Ante la gruta de Belén, nos reciba Ella para que entremos
en contacto con Jesús.

Preces

Señor Jesús, Sumo y Eterno Sacerdote, mira a estos hijos tuyos


que has reunido con predilección. Eleva y santifica los dones de que
ya están dotados para que la gracia del Sacerdocio les impulse con
angélico fervor a los caminos que se abren a su apostolado, sostenlos
en la fidelidad y aumenta a cada instante su caridad. Recemos por los
enfermos, para que María les lleve a Jesús por manos de sus ministros y
así comulgando su Cuerpo y su Sangre participen del Misterio redentor
ya presente y operante en este pequeño Niño.

236 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


Poesía

La flor, ¡Oh divino Niño!


es la sonrisa de Dios,
el cercano eco del cielo,
el sonido fugitivo
de la lira del Eterno.
Esta nota melodiosa
de la bondad creadora
con voz misteriosa quiere
cantar en la alabanza
debida al Dios Salvador.

Tercer Misterio

El nacimiento de nuestro Señor


en el portal de Belén

Desde el lejano Oriente se acercaron los Magos a adorar al Niño,


a quienes una estrella fue guiando ante su encuentro. Ésta estrella que
brillaba con los resplandores de la Fe, permanece aún en alto atrayendo
a los hombres de todas las razas, pueblos y lenguas. Es la misma luz que
debe brillar en cada misionero y en cada cristiano a los cuales Jesús
dirá: “Vosotros sois la luz del mundo” para que el testimonio de nuestra
Fe vivido y proclamado anuncie a los hombres la Buena Noticia de
nuestra Redención.

Preces

Te pedimos por todos los misioneros, heraldos del Evangelio, por


todas las obras de apostolado de la Iglesia y por todos los cristianos
para que con su vida, en la oración o en el trabajo apostólico, lleven a
Cristo a todos los rincones de la tierra. Recemos también por todos los
niños, por aquellos a los que no se les permite nacer y mueren antes de
ver la luz de este mundo, por los más pobres e indefensos, por aquellos
que sufren las guerras, por los enfermos, por los que se han quedado

Santo Rosario en la Natividad | 237


sin patria y sin familia, por aquellos que son usados y manipulados por
la maldad de los hombres. Que el Niño Jesús extienda sobre ellos su
mano y los proteja a todos, estrechándolos contra su Corazón.

Poesía

Contempla y goza, ángel bello


y celeste hermano mío,
viendo a nuestro Rey subir
glorioso y triunfante al cielo.
Yo del cielo bajo aquí,
a la tierra del destierro,
a rendirle adoración
en el Santísimo altar.
Velando en su Eucaristía,
yo veo al omnipotente,
veo al dueño de la vida
muchísimo más pequeño
que un humilde y pequeño niño.

Cuarto Misterio

La Presentación del Niño Jesús en el templo


y la purificación legal de Nuestra Señora

“Habéis oído el canto de los ángeles: Paz en la tierra a los hombres


de buena voluntad.” Cristo es nuestra Paz, paz que estableció al venir
a este mundo, desde su nacimiento hasta que derramó su sangre en la
cruz. Paz que nace de la reconciliación y se basa en la Justicia. Escuchad
en la Fe, pues, como con su llanto este pequeño Niño clama el perdón
por los pecados y ofrece su débil cuerpecito a las inclemencias del
tiempo y la pobreza del pesebre para nuestra Justicia.

238 | “Os ha nacido hoy un Salvador”


Preces

Suscita Señor en todos los hombres, sobre todo en los representantes


de las naciones, el deseo sólido y eficaz de trabajo por la Paz y la justicia,
para que, todos seamos colaboradores eficaces de la construcción de la
civilización del amor. Recemos por todos nosotros, para que sepamos
comprender que a Dios le agrada la ofrenda de nosotros mismos
para más amarlo, servirlo y reverenciarle como Dios Padre y Creador
amoroso y providente de nuestras vidas. Pongámonos como niños en
las manos de San José y de María Santísima y repitamos en nuestro
interior la escena de este misterio, entrando al templo o acercándonos
a la Santa Comunión con la pureza y el amor del Niño Jesús.

Poesía

No lloréis ya, ángeles santos,


ángeles del Salvador,
vengo del cielo a traeros
alegre consolación.

Este débil infantillo


será poderoso un día,
resucitará glorioso
y reinará eternamente.

¡Oh Dios que estás disfrazado


con el débil ser de un niño,
yo te contemplo radiante,
desde ahora triunfador!

Santo Rosario en la Natividad | 239


Quinto Misterio

Jesús perdido y hallado en el templo.

Queremos estar anclados en el misterio sacrosanto de la


Encarnación, que es el misterio primero y fundamental de Jesucristo,
actualmente presente en todos nuestros sagrarios; y desde allí lanzarnos
osadamente a restaurar todas las cosas en Cristo. Queremos ser otra
encarnación del Verbo Encarnado en todo lo humano.

Preces

Que el nacimiento del Verbo Encarnado urja a cada miembro de


familia a vivir las virtudes del anonadamiento que experimentó el
Hijo de Dios al venir a este mundo y nos impulse a mirar siempre a
María como causa de nuestra alegría, por habernos dado al Hijo de
sus entrañas. Recemos por todos los que han perdido la gracia en sus
almas, los que han perdido la fe, la esperanza y la caridad, por todos
los que se han alejado de la Iglesia y por eso ya no encuentran la alegría
en sus corazones porque se pierden la presencia del Niño Jesús en sus
vidas. Recemos por la conversión de todos los pecadores y por todos
aquellos que todavía no conocen a Dios.

Poesía

¡Oh Verbo del Dios altísimo


y gloria que eres del Padre!
Te contemplaba en el cielo,
y ahora te veo en la tierra
convertido en un mortal.
Niño, cuya luz inunda
a los ángeles que viven
en la brillante morada:
vienes a salvar al mundo,
¿quién comprenderá tu amor?
¡Oh Dios envuelto en pañales,
eres el sublime encanto
de los ángeles del cielo!
Ante tí, Verbo hecho niño,
me inclino humilde y temblando.
Poesías de Navidad3

3
Las poesías presentes al final de este suplemente son del libro,”Bajo tu signo”
y pertenecen todas a Ángel Luis Miguel Salvat, poeta argentino nacido en San
Rafael, Mendoza, en el año 1927 y fallecido en el año 2008.
Fiesta sin Par

Esta noche es Nochebuena,


noche de fiesta sin par;
en los cielos y en la tierra,
se oye un cántico de paz.

Con su belleza sin mancha, María,


al mismo Dios pudo Ella conquistar
y en su seno virgen pudo el Verbo,
hacerse hombre y al mundo salvar.

¡Aleluya, aleluya, aleluya, aleluya!


Esta noche es Nochebuena y mañana, Navidad.

Esta noche es Nochebuena,


de María nace ya,
quien los corazones busca,
para enseñarles a amar.

Por el sencillo amor de María,


quiso mi Dios a la tierra bajar;
darnos su Cuerpo, su Sangre, y su vida,
darnos su Madre y darnos la Paz.

¡Aleluya, aleluya, aleluya, aleluya!


Esta noche es Nochebuena y mañana, Navidad.
Al Mundo Vino el Amor

Contemplando está María


a su Niñito Jesús;
ya no le lleva en su seno,
desde hoy comienza su Cruz.

A su vera el Dios Niño


crece en ciencia y en virtud;
los reyes de las tinieblas
tiemblan, pues nació la luz.

En escondido Pesebre,
al mundo vino el Amor;
sólo pueden encontrarle
los de puro corazón.
Que No Tengas Pena

Canta, mi corazón canta;


canta, que no tengas pena;
canta porque la alegría
ha nacido en Nochebuena.

Canta, canta, canta,


canta, corazón,
que ha nacido Cristo,
nuestro Dios de Amor.

Canta, mi corazón, canta;


canta, que no haya dolores;
que ha florecido en Belén
el Amor de los amores.

Canta, canta, canta,


canta, corazón;
abre tus ventanas,
¡deja que entre el Sol!

El Mejor Palacio

En Navidad nació Cristo


quedando virgen María;
los ángeles con sus cantos,
muestran a Dios su alegría.

En la Navidad se acabó
odio, pena, muerte y dolor;
la misericordia de Dios,
las puertas del Cielo abrió.
Nació en humilde pesebre,
quien la salvación traía;
no encontró mejor palacio
que los brazos de María.

En la Navidad se acabó
odio, pena, muerte y dolor;
la misericordia de Dios,
las puertas del Cielo abrió.

Niño, Dios y Rey

Vamos corriendo a Belén,


que hay algo hermoso que ver:
de una Virgencita pura,
el Redentor va a nacer.
Navidad, Navidad,
Gloria, gozo, paz;
Navidad, Navidad,
triunfa la Verdad.

Los tres reyes van también


tras la estrella que ahora ven,
con incienso, oro y mirra
para el niño Dios y rey.
Navidad, Navidad,
Gloria, gozo, paz;
Navidad, Navidad,
triunfa la Verdad.

Qué bonito el Niño está


qué dicha poderle ver;
sus ojitos son de cielo
y su boquita de miel.
Navidad, Navidad,
Gloria, gozo, paz;
Navidad, Navidad,
triunfa la Verdad.

Qué lindo quedarse aquí,


con María y San José,
reyes, ángeles, pastores,
adorando a nuestro Rey.
Navidad, Navidad,
Gloria, gozo, paz;
Navidad, Navidad,
triunfa la Verdad.

Ven Señor Jesús

¡Ay Niñito de Belén!


Que en un oculto pesebre
viniste un día a nacer.
¡Ay Niñito de Belén!
que en el seno de María
asumiste nuestro ser.
¡Ay niñito del portal!
Que lo divino y humano
viniste a reconciliar.
¡Ay Niñito en Navidad!
Que para todo hombre eres
Camino, Vida y Verdad.

Te adoramos de rodillas,
puesto que Tú eres Rey,
sobre toda dignidad;
te obedecemos sumisos,
puesto que nuestra soberbia,
sucumbe ante tu humildad;
te contemplamos absortos
y enternecidos al ver
la belleza de tu rostro
en un Niño la deidad
y en un capullo tan tierno
el puente a la Eternidad.

¡Señor! Por ser la Verdad


abre nuestra inteligencia
a esa tu luz sin igual;
¡Señor! Por ser el Camino,
lleva por él nuestros pasos,
hacia Ti como final;
¡Señor! Por ser Tú la Vida,
embriaga el alma en su vuelo
a la patria celestial;
¡Señor! ¡Redentor del mundo!
¡Libertad de los que aman!:
¡Derrocha tu Caridad!

Ven Señor Jesús, confirma


la fe de aquellos que creen
en el bien y en la verdad;
alienta a quienes, sin pompa,
cumplen silenciosamente
tu ley de amor y de paz;
bendice el sueño anheloso
de tanto argentino gaucho,
de una patria en libertad;
protege el oro puro
de las almas que aún viven
en virtud y dignidad.
Gracias te damos María,
Madre de Dios, Madre nuestra,
Mensajera del Señor;
por tu pureza sin mancha,
llegó el día que naciera
el ansiado Redentor;
por tu vida y tus virtudes
sabemos que el ser humano
puede vivir con su Dios;
por Ti perdura en la tierra
la esperanza, la inocencia,
la confianza y el amor.

Ruega a Cristo por nosotros


por el mundo pecador;
por el alma entristecida,
por las madres sin amor;
por los hijos sin amparo,
por quien vive en el error;
por quienes odian y luchan
sin conocer el perdón;
por quienes buscan perdidos,
el placer en la traición;
por quien, de su pobre alma,
nunca brotó una canción.
Silencio Lleno de Estrellas

Silencio lleno de estrellas,


silencio lleno de paz,
silencio lleno de asombro:
Cristo nace en Navidad.

Todos callan en Belén,


ante maravilla tal;
sólo los ángeles pueden,
dar rienda suelta al cantar:

¡Gloria a Dios en las alturas!


¡Gloria y en la tierra, paz,
a los hombres de alma limpia
y de buena voluntad!

Silencio se hizo en el mundo,


en ese instante crucial;
se cumplía la promesa
de Dios a la humanidad.

Si Adán se apartó de Dios,


presa de orgullo fatal,
Dios Amor, tiende su mano
y restaura la amistad.

¡Gloria a Dios en las alturas!


¡Gloria y en la tierra, paz,
A los hombres de alma limpia
y de buena voluntad!
Vencedor de Lucifer

Un clavelito del aire


hoy ha nacido en Belén;
nació de María Virgen
como lo anunció Gabriel.

Un clavelito del aire


que tan sólo puede ver,
quien tiene el corazón puro,
como María y José.

Clavelito, Clavelito,
que floreciste en Belén:
tu perfume invade el mundo
y el hombre vuelve a creer.

Un clavelito del aire,


hoy ha nacido en Belén;
nació para darnos vida,
para amar y padecer.

Un clavelito del aire


que es Niño, Dios y Rey;
el Mesías prometido,
vencedor de Lucifer.

Reciba Virgen María


y reciba San José,
esta tonada y cogollo
que con amor les brindé.

Clavelito, Clavelito,
que floreciste en Belén:
tu perfume invade el mundo
y el hombre vuelve a creer.
¿Por qué Vienes a este Mundo?

¿Por qué vienes a este mundo,


Dulce Niñito Jesús?
“-Vengo, pues María espera,
llena de gracia y virtud.”

¿Por qué vienes a esta tierra,


a llorar y padecer?
“- Vengo porque hay almas buenas,
que están muriendo de sed”.

¿Por qué, Señor, tanto empeño,


en salvar al pecador?
“- Porque grande es el pecado
pero infinito mi amor.”

¿Por qué vienes a mi alma,


colmada de ingratitud?
“- Vengo para rescatarla,
con mi sangre y con mi cruz.”

¿Por qué vienes a humillarte


y sufrir odio y traición?
“- Porque el amor de María
¡ese es verdadero amor!”

¡Por qué, Señor, tanto empeño,


en salvar al pecador?
“- Porque grande es el pecado
pero infinito mi amor.”
Bendto Milagro

Corren Los pastores


y los reyes magos:
dio a luz la Virgen
¡bendito milagro!

La estrella brilla,
junto a un establo;
el mundo no entiende,
hecho tan extraño.

Todos los humildes,


y los reyes sabios,
reciben al Justo,
que hoy ha llegado.

San José solloza,


todo emocionado;
en sus brazos mece
al Dios esperado.

Ya se abre el camino,
que tanto ha buscado,
el hombre perdido,
que hoy es salvado.

Todos los humildes,


y los reyes sabios,
reciben al Justo,
que hoy ha llegado.

Omnia Pro Te, Puer Iesu

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