Presentación
El pesebre viviente
Prólogo
Pesebres vivientes
Pesebre Viviente “Francisco ayuda a Francisco”
Pesebre Viviente “Dios ha nacido en mi casa”
Pesebre Viviente “El cielo nos cuenta la navidad”
Pesebre viviente: “Mi pequeño corazón para Jesús Niño”
Pesebre Viviente “La estrella nos guía a Belén»
Pesebre Viviente “Los dos José»
Pesebre Viviente “Francisco hacia Belén”
Pesebre Viviente “Navidad sobre el altar”
Pesebre Viviente “Hagamos a Jesús un pesebre espiritual”
Pesebre Viviente: “Nos lo contó María”
Suplemento
Carta del papa Juan Pablo II a los niños en el año de la Familia 1984
Santo Rosario de la Natividad para rezar en familia.
Poesías de Navidad
Presentación
Presentación | 11
¡Venid a ver al Cristo de Dios! llegó aquella hora tan
deseada por todas las gentes, tan esperada en todos los siglos,
tan prometida en todos los tiempos, tan cantada y celebrada en
todas las escrituras divinas. ¡Venid a ver al Hijo consustancial
con el Padre! llegó aquella hora de la cual depende la salvación
del mundo, la reparación del cielo, la victoria sobre el demonio,
el triunfo sobre la muerte y el pecado, por la cual lloraron y
suspiraron todos los santos.
Era la medianoche, mucho más clara que el mediodía,
cuando todas las cosas estaban en silencio y gozaban del sosiego
y reposo de la noche quieta. En esa hora dichosa sale de las
entrañas virginales de la Santísima Virgen, el unigénito Hijo de
Dios. ¡Contemplémosle!
En esa tan dichosa hora, aquella Omnipotente palabra de
Dios, el Verbo Eterno, el Hijo Divino, habiendo descendido del
cielo, apareció vestido de nuestra carne, en todo semejante a
nosotros menos en el pecado. ¡Miremos al Dulce Niño! ya sabe
de bien y de mal, sabe de llorar, sabe de penas, sabe de lágrimas,
sabe de trabajos, de dolores y gemidos; y pasa por todo eso por
amor a nosotros. ¡Admirémonos del Santo Pesebre! Hasta tanto
llegó la bondad, la misericordia, y el amor de Dios para con los
hombres, que cambió su Santo Templo por el establo y el cielo
por el Pesebre, por amor a nosotros: obras llenas de amor que
aquellos mismos por quienes las hacia tuvieron por locura (cfr.
1 Cor 1,18).
¡Aprendamos viendo al Divino Infante! Aquí condena
la codicia, raíz de todos los males. Desde la cuna del pesebre,
desde esa cátedra celestial, es esa la firme lección que nos da.
¡Oh glorioso pesebre dónde la palabra de Dios, enmudecida
tanto más claramente habla, cuanto más calladamente avisa!
Mira hermano, no te apartes de este establo donde la palabra de
Dios, callando, llora; más este llanto es más dulce que todas las
palabras de los hombres y aún que toda la música de los ángeles
del cielo.
Presentación | 13
¡Mirémoslo! Es hermosísimo en el cielo y hermosísimo en el
establo, hermosísimo en el trono de su Iglesia y hermosísimo en
el pesebre de Belén, hermosísimo entre los coros de los ángeles y
hermosísimo entre el burrito y el buey.
“En este día, los cielos están destilando gotas de miel por todo el
mundo”.
El Pesebre Viviente | 15
María tenía carne y huesos, y un alma resplandeciente;
también José; aún más real que ellos era aquella naturaleza
humana asumida por el Verbo eterno que se hamacaba en los
brazos delicados de la flor de Nazaret. Y también eran reales
los pastores de ovejas, los ángeles que se asomaban en el cielo,
los magos que montaban empinados camellos por el desierto,
los sabihondos que estrujaban sus cabezas para responder las
preguntas de Herodes y los esbirros que éste preparaba en sus
caballerizas para comenzar la primera persecución “cristiana”.
Todos eran reales, pero todos eran también símbolos vivientes
de verdades eternas. Cada uno representaba alegóricamente una
verdad (una virtud o un vicio). María representaba la Pureza
virginal, única flor sobre la que se posa el Espíritu de Dios que
fecunda cuanto toca; José el Silencio paternal y providente
del Padre eterno; Jesús, el Amor hecho visible; los pastores, la
Humildad y la Pobreza de corazón, virtudes sin las que no hay
anuncios eternos de parte de Dios al corazón del hombre; los
ángeles representaban al Cielo vuelto hacia la tierra con la misma
intensidad y curiosidad con que los hombres miran el cielo en
las noches estrelladas (porque las estrellas esta Noche habían
nacido bajo tierra); los magos o sabios de Oriente, encarnaban
la Sabiduría verdadera que está atenta a los mensajes de Dios
en las cosas ordinarias y no teme sacrificarse por conocer la
verdad; los sabios de Jerusalén, la Ciencia del hombre y el
Conocimiento divino despojados del amor a Dios, hábiles para
señalar a Dios, pero, por desamorados, estériles para unirnos a
Él; Herodes, la Inquietud y el Temor del poder mundano, que ve
en la cueva de Belén no ya una fría gruta escavada en las entrañas
de la tierra para albergar a Dios, sino una grieta y una brecha
que hacía tambalear sus palacios, su poder y su corona. Y toda
esa historia maravillosa se iba a repetir cientos de veces en la
historia de los hombres en cada manifestación oculta de Dios a
los sencillos, en cada virgen que ve nacer en su corazón al Hijo
de Dios por el amor y la consagración, en cada varón providente
El Pesebre Viviente | 17
Prólogo
Prólogo | 19
Espero fervientemente que nuestros niños puedan ser los
cristianos de la fe madura del mañana, que puedan redescubrir
las raíces cristianas de nuestro continente y del mundo, y que al
vivirlo plenamente se conviertan en la nueva generación a la que
Cristo se dirigió como el Niño frágil de Belén para encontrar ese
fuego de amor que arde en el día de su retorno glorioso como
Rey de Reyes y Señor de todos los corazones.
En este libro están contenidos algunos pesebres vivientes del
primer libro sobre los mismos escrito en italiano “Un Bambino é
nato per noi” y otros, escritos en diversos años y según el público
al que iba destinado.
¡Feliz Navidad!
Benedicto XVI
Elenco de personajes
Francisco
Ángel de la guarda
Antonio
Pablo
Marisa
Ana
Hombre 1
Hombre 2
Mujer 1
Otros niños
San Francisco
Giovanni
Gente
Padres
Escena Uno
Escena Dos
San Francisco: - Así que ... fue un día del año mil doscientos ... cuando
yo estaba hablando con un muy querido amigo mío, llamado
Giovanni, a quien le dije...
Escena Cuatro
Escena Cinco
1
Puede acortarse el texto.
Escena Seis
Fin
Raquel
Sara
Ismael
Ana
Jacob
Judit
Médico
Simón
María Santísima
San José
Dueño de la posada
Ángeles
Gente del pueblo
Débora
Rebeca
Rahuel
Escena Uno
Sara:- ¡Ah, sí! Obediente y generosa, así debo ser para que Dios me
bendiga y yo te pueda ayudar mejor.
Raquel:- Muy bien, la obediencia, Sara, es muy agradable a Dios y
si nosotros pensamos hacer cosas aún mejores Dios prefiere que
seamos hijos obedientes y hagamos siempre lo que El nos manda
con amor de Padre para que seamos felices con su misma felicidad.
Así han obrado nuestros padres en la fe: Abraham, Isaac, Jacob...
Por su obediencia, Dios los bendijo abundantemente y a través de
Escena Tres
Rebeca:- ¿No quieres venir? Está bien, mejor para nosotras. Porque
eres la persona justa para cuidar nuestro negocio. Nos vemos mas
tarde primita, gracias por el favor
Escena Cuatro
San José:- Oh, pan fresco, mira María, que providencial, hallar un
poco de comida. Oye, ¿cómo te llamas?
Sara:- Sara, señor.
San José:- Estos panes son distintos de los otros, tienen un olor muy
bueno y se ven muy sabrosos, como los que se hacen en casa...
Sara:- (Sonriendo ante la dulzura de sus compradores) Sí, señor, los ha
hecho mi madre.
María:- Mmmm, sí es muy bueno el olor, podemos comprar, ¿verdad
José?
San José:- Si, María, compraremos dos, al menos por hoy, mañana
Dios dirá.
María:- ¿Eres de aquí, Sara?
Sara:- Sí, señora.
San José:- Sabes, mi mujer y yo estamos buscando un lugar reparado
donde alojarnos. Estamos cansados del camino y...
Sara:- Y la señora espera un niño...
María:- (Con mucha dulzura) Sí, Sara.
Escena Cinco
Escena Seis
Escena Siete
Escena Ocho
Escena Nueve
Fin
Relator
Luna
Cometa
Estrellas
Gotas de Rocío
San José
Virgen María
Hombre 1
Hombre 2
Señora
Familia 1
Familia 2
Familia 3
Ángel y grupos de ángeles
Pastores
Escena Uno
Relator: Desde que Dios había creado las estrellas y todos los astros
del cielo, siempre había fiesta pues antes de amanecer y antes de
que apareciera la lumbre mayor que era el Sol, la Luna con su
cara redonda y tierna les contaba a las estrellitas las profecías de
que precisamente en una noche vendría la Verdadera Luz de este
mundo que ilumina a todo hombre. Y cuando terminaba la señora
Luna, las estrellitas estaban tan contentas que formando una
divertida vía láctea bailaban por todo el cielo alegrando a Dios, su
Creador.
Canción:
Estrella feliz,
qué bonita sos,
la luz que tu tienes
te la ha dado Dios...
Estrella feliz,
que preanuncia el Sol,
esa noche santa
que es de fe y amor...
Escena Dos
Gota de agua:- Aquí estamos señora Luna, las gotas de rocío, para
descargar tus lagrimitas sobre la tierra cuando los hombres se
portan mal y no obedecen ni aman a Dios.
Luna:- Les agradezco, queridas gotitas, pues saber que las familias no
quieren recibir al Niño Dios en sus hogares es una cosa muy triste.
Vayan sobre la tierra y ablanden los corazones de los hombres
porque el Niño Jesús viene a este mundo y la Santa Familia necesita
un lugar.
Cometa:- Gracias Señora Luna por mandar el rocío del cielo sobre los
corazones de los hombres. Con mi potente Luz les enseñaré los
corazones más duros dándoles la luz que ilumina el corazón que
es la fe con la que creerán y adorarán al Divino Niño que nacerá
en Belén.
Escena Cuatro
Canción
(Aparece un Ángel.)
Cometa:- Vengan todos, nadie falte, cielo y tierra para cantar lo que
en este pesebre está sucediendo. Sin fe, ¿quién lo podrá cantar?
Estrellitas, angelitos y pastores más allá, vengan, vengan las familias
a ver lo que la fe nos quiere enseñar. (Van llegando al pesebre, ángeles
y papás con sus niños, algunos en brazos.) Ahora, cielo y tierra, que
ante el pesebre están, ofrezcan al Rey nacido, la confesión ardiente
de su fe y amor. San José se mostrará agradecido y la Virgen Madre
a todos bendecirá alzando la manita del Dios Niño como regalo de
navidad.
Fin
Omnia pro Te, Puer Iesu.
Clarita
Virgen María
San José
Ángeles
Pastores
(Empieza la escena con Clarita, -de unos 7 u 8 años- apoyando
sus bracitos en una ventana. Poca luz. Música apropiada)
Clarita:- ¡Que noche fría! ¿Habrá sido así la noche de navidad? Pobre
Sagrada Familia, que tuvo que hacer nacer al divino Niño en un
frío establo. ¡Oh mi Niño, si yo pudiera cubrir con mi corazón tu
cuerpo pequeñito!
María:- (Voz en off) Entonces ven Clarita que, con gran alegría acepto
un corazón que ayude a cubrir la desnudez del divino Hijo de Dios.
Clarita:- ¿Quién eres tú que hablas conmigo?
María:- ¡Soy la Madre de Jesús y también tuya!
Clarita:- Dime dónde estás, que voy a ti.
María:- Corre al pesebre, allí me encontrarás y allí mismo te voy a
contar una historia extraordinaria.
Clarita:- Voy María, Madre de Jesús y Madre mía (Clarita va donde
María la cual junto con San José le hacen seña de acercarse con
mucho cuidado).
Más tarde el esposo de María, San José, a causa de una ley dada
por el César de empadronarse para un censo en el pueblo de
nacimiento, fue hasta Belén, llevando con él a María. Una vez
llegados allí, buscaron albergue porque había llegado para María la
hora de dar a luz al Salvador del mundo, pero no había lugar para
ellos en el pueblo.
Entonces José, llevo a María a un establo pobre donde dormían un
asno y un buey. Acomodó bien la paja y prendió un fuego en esa
fría noche. Y María dio a luz al Niño Jesús. Enseguida todos los
ángeles del cielo empezaron a festejar bailando y cantando por la
gran misericordia de Dios que obraba a favor de los hombres tan
amados, y corriendo fueron a anunciar la noticia a los pobres.
Relator: Mientras tanto una gran estrella guiaba los pasos de tres reyes
que, viéndola dejaron sus ricos palacios y se pusieron en marcha para
adorar a Jesús recién nacido, el verdadero Rey del cielo y de la tierra.
Fin
Rey Melchor
Rey Baltasar
Rey Gaspar
Samuel (hijo de Melchor. 10 años)
Juan (hijo de Gaspar. 7 u 8 años de edad)
Benjamín (hijo de Baltasar. 4 años)
Ladrón 1
Ladrón 2
Ladrón 3
La Virgen María
San José
Pastor 1
Pastores y ángeles
Primer Acto
Escena Uno
Casa 1
Casa 2
Escena Uno
(Quieren escapar)
(Los otros niños se tapan los oídos y los ojos, como excusándose).
(En el desierto se pueden ver los tres reyes que preparan los
alimentos y tiendas de campaña para dormir. Música adecuada.
Se ven a los niños sentados en el suelo en un rincón del escenario
en plena conversación haciendo paquetes de regalo).
Juan:- ¿Y tú, qué es lo que llevarás a este Rey de reyes?
Samuel:- Voy a llevarle el amor a mis padres, la obediencia y
generosidad en el servicio como lo haría un buen hijo, porque,
pensaba, nosotros como niños no tenemos nada que ofrecer más
que lo que somos y hacemos. ¿Qué piensan?
Ladrón 3:- ¡Muy interesante lo que dices de un gran rey. Pero, ¿quién
te hizo creer estas historias fantásticas? No hay gran rey como el
mío, terrible y majestuoso, el jefe de todos los reinos de la tierra.
El rey que estás buscando no existe, por eso los invito a adorar y
servir a mi rey.
Baltasar:- Sí, sabemos de vuestro rey, que quiere que todos nosotros
seamos sus esclavos con las trampas del pecado. El rey que
buscamos, y estamos seguros de encontrar, es un rey grande
y majestuoso, pero su grandeza y magnificencia están en su
misericordia, su justicia, su ternura y su bondad pues quiere reinar
en el amor y la paz, que no domina por la fuerza, sino con los lazos
dulcísimos de su perdón y benevolencia.
Gaspar:- Eres muy malo en decir estas cosas, pues quieres evitar que
vayamos a este rey nuestro poniendo dudas y falsas razones en
nuestro corazón. Pero mira en los libros, mira en el cielo, todo
habla de la existencia de este Gran Rey que es Dios. Vete, tú y tus
compañeros, nosotros somos más fuertes que vosotros, porque
tenemos la fe que nos da la fuerza de morir incluso para salvar el
honor de nuestro gran Dios y Señor.
Ladrón 3: - Esta vez me voy... ¡pero volveré! (Se ríe a carcajadas, con
malicia)... ¡volveré!
Melchor:- ¡Ganamos!
Baltasar: - Sí, y estoy muy orgulloso de mi hijo que se ha comportado
como un héroe. (Todos aplauden a Benjamín).
Gaspar:- Esto nos muestra cómo Dios nos lleva a lo largo de nuestra
peregrinación. Pero ahora tenemos que descansar un poco para
reponer fuerzas. Hoy ha sido un día ajetreado.
(Se puede ver a los pastores que se preparan para salir, gran
movimiento de gente y animales, todos ellos en camino hacia
Belén. Llegan también los tres reyes con sus hijos).
(Maria sonríe)
Fin
Relator
Mensajero
Rey
Reina
Príncipe Federico
José
Santísima Virgen María
San José
Gente
Mujer 1
Mujer 2
Mujer 3
Niño 1
Niño 2
Hombre 1
Hombre 2
Reyes Magos
Pastores
Ángeles
Mensajero:- Escuchad todas las palabras que del Rey vengo a traer a
las cuales no podéis dejar de escuchar sin dar una respuesta. El
Rey, con su esposa la reina y el Príncipe Federico, en este país os
dirige una alegre invitación para adorar a un Niño. El Rey invita a
su castillo para celebrar la Navidad. No han de faltar, ni el blanco y
el negro, ni el pobre ni el rico, ni el viejo ni el niño, debido a que el
rey quiere que todos vean este pesebre. Mas, traed todos, eso sí, un
blanco y puro vestido: para que a la Sagrada Comunión lleguéis, de
gracia bien revestidos.
Escena Dos
José:- (Caminando hacia su casa) ¡Qué tipo extraño este! ¿Por qué
insistir tanto por invitarme a ir a lo del rey? Soy malo, soy un
ladrón, y todos tienen miedo de mí, nadie se preocupa por mí.
(Se detiene porque ve a un hombre que está limpiando su casa)
¿Quién es este? Oye, tú, ¿quién eres tú? (El misterioso personaje
sigue barriendo tranquilamente como si nada hubiera pasado, y
luego desaparece). Veo que no todo el mundo fue a lo del rey esta
noche. ¿Quién está allí? (En otro rincón de la escena el misterioso
personaje sigue barriendo). Oye, ¿quién eres tu? Contesta, quién
eres, ¿qué quieres en mi casa? Vamos, ¡hazte conocer! (El hombre
desaparece de nuevo) O me estoy volviendo loco o algo pasa aquí
que no entiendo. ¡Dime quién eres! (Desaparece)... Pero, un extraño
que limpia mi casa, que no dice nada, y que escapa enseguida...
(Mirando a su alrededor) y deja todo limpio como si supiera el
lugar de cada cosa. (Cambiando de tono, haciéndose más pensativo)
¡Maravilloso! ¡Misterioso! Tal vez debería hacer lo mismo en mi
corazón, limpiarlo bien... poner cada cosa en su lugar... Pero he
cometido muchos pecados en mi vida, y uno más feo que el otro.
Oh Dios, ¿qué me pasa? Oigo la voz de mi conciencia que me habla
con tanta dulzura y me invita a cambiar mi vida, para convertirla a
Dios. Sin embargo, ¿qué debo hacer? ¿A dónde iré? Todo el mundo
huye de mí porque saben quién soy y quien he sido en el pasado.
¡Oh infeliz! ¡Oh miserable! ¡Oh desdichado de mí! Yo robé, yo
maté, yo dije mentiras y maldiciones sin número, no iba a la iglesia,
incluso los domingos, abandoné los sacramentos, era desobediente
a mis padres... oh Dios ¿qué hice? (Llora sobre sus rodillas y reza).
Príncipe:- (Aparece detrás de una esquina, vestido como un príncipe)
Pero el Señor te dijo: “Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz
a los hombres de buena voluntad”.
José:- (Muy sorprendido) ¿Qué haces aquí? ¿El Príncipe Federico en mi
casa, en la casa de un ladrón?
Príncipe:- Dirás mejor, en la casa de un hermano a quien el buen Dios
quiere dar la paz de esta Navidad a su corazón. ¿Sabes que todos han
sido invitados a la misa en casa de mi padre, el Rey, en el Castillo?
Escena Cinco
José:- ¡Oh, Dios, ¿es cierto lo que veo? Este San José yo lo he visto
antes, estoy seguro, yo lo he visto antes, es él, es él quien...
Príncipe:- Sí, lo sabemos, José, es él quien te ha alcanzado de Dios
la gracia de la conversión, ya que es San José el que prepara cada
corazón para la Navidad, para que todos los hombres puedan
recibir al Niño divino con un alma pura y limpia. Como él se
encargó de preparar un digno lugar a su amado Jesús hace 2000
años en Belén, hoy también sigue su mismo oficio, preparando
nuestros corazones, impulsándonos a confesar nuestros pecados
para poder recibir con mayor pureza al Cordero Inmaculado,
Fin
Benedicto XVI
Elenco de Personajes
Francisco
Ángel de la guarda
Virgen María
San José
Santa Isabel
Ángeles
Ángel Gabriel
Pastores
Reyes Magos
Hombres
Mujer
Pueblo de Belén
Madre de Francisco
* Relator (también hace la voz de Jesús)
Escena Uno
Escena Dos
Escena Tres
(Los dos se sientan uno al lado del otro para ver las dos escenas.
Aparece María en oración, de rodillas, leyendo las Escrituras.
Inmediatamente después el arcángel Gabriel entra en la
habitación)
(Aparece sólo José, que habla en voz alta, como diciendo lo que
piensa)
Ángel:- José...
José:- ¿Sí?! ¿Qué pasa?
Ángel:- Yo vengo de parte de Dios, porque El ha oído tu oración y El
quiere iluminarte sobre lo que debes hacer respecto a María. “José,
hijo de David, no temas tomar contigo a María, tu esposa, porque
lo concebido en ella es obra del Espíritu Santo. Ella va a dar a luz
un hijo y tu lo llamarás Jesús, porque El salvará a su pueblo de sus
pecados”. Todo esto sucedió para que se cumpliese lo dicho por el
Señor por medio del profeta:
He aquí, que la virgen concebirá y dará a luz un hijo y lo llamarás
Emmanuel, “Dios con nosotros”.
José:- ¡Oh Señor, te doy gracias por tu palabra que me ha llenado de
luz y de consuelo y me ha dado fortaleza. Voy a llevarme conmigo
a María y guardaré este secreto en mi corazón.
Escena Siete
Relator: “María se quedó con ella unos tres meses y luego regresó a su
casa”.
Escena Ocho
Escena Nueve
Ángel de la Guarda:- Mire buen señor, por caridad, esta familia viene
de lejos; la señora está a punto de ser madre, y quieren un lugar
cálido para el nacimiento del niño. ¿Será posible que usted pueda
recibirnos en su casa?
Hombre 1:- ¡Oh, no! No tengo lugar. Espero amigos que vienen a mi
cumpleaños. La casa es grande, sin embargo, lo siento, estará todo
ocupado.
José: - Lo siento, señor, no queríamos molestar. Vamos María, vamos
amigos.
Tercera Puerta
Escena Diez
Escena Once
María:- ¿Has visto? Dios nunca abandona a los que ponen su confianza
en Él.
Francisco:- Pero...
Ángel de la Guarda:- Pero qué, Francisco.
Francisco:- Yo pensé que ese hombre, aunque pobre, le daría a la
Sagrada Familia un lugar más, más... lindo, más limpio, más
digno... Es Dios el que nace.
Ángel de la Guarda:- Sí, Francisco, desconcierta ciertamente el que
Dios haya elegido un lugar así para nacer. Pero Él quiere desde
el inicio de su vida terrena ofrecer al Eterno Padre su pobreza
y humildad en reparación por la vanidad y el apego a las cosas
de este mundo en que los hombres viven. María y José con gran
espíritu de fe, acompañan al Salvador en sus misteriosos designios
y ten en cuenta Francisco, que todo esto, hasta que Jesús muera en
la Cruz, todos sus dolores, toda su vida escondida, pobre y llena
de humillaciones es por ti, para salvar tu alma, para conquistar tu
amor, para que seas santo y feliz en el cielo junto a Él.
Francisco:- (Pensativo y emocionado) Y todo esto por mí... por mí.
(Señalando la estrella que se encuentra encima de la cueva) Mira
la estrella, es tan bella y grande como imaginaba. La maestra nos
enseñó una cosa hermosa que siempre podemos pensar en el
nacimiento de Jesús, su nacimiento entre los hombres que miran la
lámpara votiva que siempre está encendida ante el Sagrario, como
si se tratara de otra estrella de Navidad que indica dónde está Jesús.
José:- Bueno, pongamos un poco las cosas en orden. Ayudemos a
Maria. Elijamos un buen lugar para refugiarse, limpio, para que
pueda esperar al Niño en lo mejor que podamos hacer.
María:- No te preocupes por mí, José. Basta con pensar en Jesús, Jesús
viene.
Escena Doce
Ángel de la Guarda:- Francisco, ¿has visto? Nació... Jesús nació para ti,
por ti y para todos los hombres.
Francisco:- Ángel mío, no hay alegría que se pueda comparar a lo que
siento en mi alma. Pero... mira, ¿por qué te veo con un resplandor
nuevo? Quédate conmigo.
Ángel de la Guarda:- ¿No te acuerdas Francisco que te dije que yo
era el ángel que anunció a los pastores la buena noticia? Voy a
quedarme contigo, pero ahora tengo que trabajar, yo soy el que
va al frente de este grupo de ángeles, y les ordeno que vayan a los
campos y valles a llamar a todos los pastores, ricos, pobres, buenos,
malos, para que se conviertan. A todo el mundo, porque para todo
el mundo ha nacido un Niño que es el Salvador del mundo, Jesús el
Hijo de Dios e Hijo de la Virgen María. Ahora discúlpame, tengo
que salir de inmediato. Vendré de nuevo a tu lado. Estarás a solas
con María, José y el Niño Jesús. Acércate a ellos y pídeles en esta
Navidad, la gracia que más deseas, Francisco.
Francisco:- Sí, voy a pedir para hacer mi primera comunión con las
disposiciones de un niño santo que desea amar siempre más y más
a Jesús, vivir con El, para El, como El...
Escena Trece
Pastor 1:- Oh, ¿qué es esto que veo con mis ojos, será un sueño?
Pero, no, si yo no estoy durmiendo. (Llama a los otros, asustado)
¡Despierten, despierten y miren. Veo un ángel en el cielo, sí, y es
aquí, ¡y estoy despierto!
Pastor 2:- Shhhhhhh, cállate, Ismael, y déjanos dormir...
Pastor 3:- ¿Por qué no duermes también tu? Vamos, Ismael ...
Pastor 1:- ¡No, miren! ¡Es verdad, es verdad, es un ángel, un ángel! ...
Pastor 4:- (Sin prestarle atención) ¿Un ángel? Ah sí, sí, veo un pastel de
chocolate, mmmmm, ¡hermoso sueño! ...
Ángel de la Guarda:- Pastores...
María:- Francisco, hijo mío, ven, ven junto a mi querido hijo. Nació
para ti, nació por ti, un pequeño hermano y un amigo, que es tu
Dios y Salvador. Él se alegra de verte hoy en su pobre pesebre y
quiere que tú permanezcas así para siempre junto a El. Francisco
ven a Jesús y confíale tus deseos. (Francisco se levanta y va cerca
de Jesús). Francisco, toma al Niño en tus brazos. Vamos, esto es el
regalo que te quiere hacer José. Ponlo cerca de tu corazón y habla
con Aquel que te ama tanto.
Francisco:- (Toma al niño de brazos de San José) Jesús: Mi querido Niño,
dime qué has venido a hacer en esta tierra. Dime que vas buscando.
Oh, sí, quiero decir, que Tú has venido a buscarme, a morir por mí,
para liberarme del infierno. Tu has venido a buscarme a mí, para
que yo no huya ya más de tu lado y te ame. Ah, Jesús mío, amor de
mi corazón, vida de mi vida, mi amor y mi todo, si yo no te amo,
¿a quien amaré? Siento mucho el haber sido en algunas ocasiones,
muy malo y no haberte amado. Perdóname, mi amado Redentor,
me arrepiento de haberte tratado así. Perdóname y concédeme la
Escena Catorce
Fin
Francisco
Antonio
Agustín
Cristian
Mateo
Padre Franco
Virgen María
San José
Multitud de Belén
Hombre 1
Mujer
Hombre 2
La gente en la iglesia
Escena Uno
Francisco:- Padre, ¿por qué hoy se empezó a usar una casulla de color
violeta? Todos estos días era verde.
Padre Franco:- Porque la Iglesia con estos colores indica los diferentes
tiempos del año litúrgico.
Cristian:- ¿Cómo es eso?
Padre Franco:- ¿Han visto que el año se divide en cuatro estaciones,
primavera, verano, otoño e invierno?
Todos:- Sí.
Padre Franco:- Bueno, de la misma manera podemos decir que sucede
en el año de la iglesia en el que recordamos los misterios de la vida
de Cristo. Los colores de la casulla ayudan a marcar el comienzo y
transcurso de estos tiempos en que la Iglesia como madre, porque
es nuestra madre y maestra, nos quiere enseñar, incluso con estos
signos, cómo participar mejor en los misterios de Jesús.
Antonio:- ¿Y qué significa el violeta, padre?
Padre Franco:- Es el color de la penitencia para los tiempos de
Adviento y Cuaresma: fuertes momentos de oración y de sacrificio,
en el que nos preparamos para la Navidad durante el Adviento y
con la Cuaresma, a la Pascua.
Francisco:- Entiendo. Así, ahora, comenzamos el tiempo de Adviento,
por lo que ponemos la casulla morada.
Escena Dos
Escena Tres
Isabel:- “¡Tu eres bendita entre todas las mujeres y bendito el fruto de
tu vientre! ¿Quién soy yo para que la madre de mi Señor venga a
mí? Apenas oí la voz de tu saludo, el niño saltó de alegría en mi
vientre. Bendita la que ha creído en el cumplimiento de la Palabra
del Señor”
María:- “Mi alma canta la grandeza del Señor
mi espíritu se alegra en Dios, mi Salvador,
porque ha mirado la humildad de su servidora.
De ahora me llamarán bienaventurada todas las generaciones.
El Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas;
su Nombre es Santo,
y su misericordia llega de generación en generación
sobre todos los que le temen.
Extendió la fuerza de su brazo,
derribó a los soberbios de corazón.
Arrojó a los poderosos de sus tronos,
y ensalzó a los humildes.
Colmó de bienes a los hambrientos
y a los ricos los despide vacíos.
Ayudó a Israel, su siervo,
recordando su misericordia,
como lo había prometido a nuestros padres
a Abraham y a su descendencia para siempre”.
Francisco:- Ahora que lo pienso, María que esperaba un hijo va a
cuidar a su prima a otro pueblo, pudiéndose quedar en su casa
tranquila, pero su amor a Dios le hace olvidarse de sí misma y
hace todo lo posible para ayudar a los demás, como lo hace con
nosotros, ¿verdad Padre Franco?
Padre Franco:- Sí, Francisco, el que ama a Dios está siempre dispuesto
a olvidar sus cosas para preocuparse por otras personas, incluso si
tiene que soportar la fatiga y la contrariedad.
Escena Cinco
Primera puerta
Segunda puerta
José:- Buenas noches, señora. ¿Vive usted aquí? Mi esposa está a punto
de dar a luz y quisiéramos un lugar digno para el niño a punto de
nacer y también para María, mi mujer.
Tercera puerta
José:- Buenas noches, señor... bueno, yo hablo por ella ... mi esposa ...
(Entran en una cueva fría y sucia que los niños miran con asombro)
Antonio:- ¡Oh Dios! Nunca pensé que el nacimiento de Jesús había sido
así. Que la dureza de nuestros corazones cuando lo rechazamos con
nuestros pecados, se convierte en un lugar tan sucio y miserable
como éste.
María:- No llores Antonio, Jesús vino a abrir las puertas de los corazones
y el amor de los hombres; hará el gran milagro para preparar un
lugar en los que creen en Él y lo amen con toda el alma.
Mateo:- Pero no todo el mundo ama a Dios, no todo el mundo cree en
Él, Mi Señora.
María:- Entonces ustedes deben ayudar para que los corazones de la
gente que conocen se abran a la gracia de esta Navidad para recibir
a Jesús, el Salvador, que no sufre más que el rechazo de aquellos
que Él ama tanto.
Agustín:- Enséñanos, Señora, cómo debemos hacer lo que nos
pides, cuál es la mejor manera de dejar entrar a Jesús en nuestros
corazones.
María:- Voy a enseñárselos, pero, vamos, Agustín; Venid todos: es el
momento.
Escena Siete
Escena Ocho
Escena Nueve
Escena Diez
Fin
Benedicto XVI
Elenco de personajes
Francisco
Ángel de la guarda
San José
Santísima Virgen María
Hombre 1
Hombre 2
Hombre 3
Ricardo
2 hermanos de Ricardo
Madre de Ricardo
Agustín
Mamá y papá de Agustín
Antonio
Mamá y papá de Antonio
Gabriela, hermana mayor de Antonio
Pedro
Mamá y papá de Pedro
Madre de Francisco
Padre Mateo
Niños
Ángel de la guarda de Agustín
Ángel de la guarda de Antonio
Ángel de la guarda de Pedro
Ángel de la guarda de Ricardo
Escena Uno
Casa 1
Casa 2
Hombre 2:- ¡Fuera! ¡Fuera! ¡Lejos, lejos! Belén es toda una confusión;
vienen todos para el censo pero aprovechan para robar y hacer
daño... No son más que ladrones, que aprovechan la oportunidad...
No tengo nada que dar... ¡Pobres, pobres! Siempre pidiendo...
Vayan a trabajar, ¡Fuera! (Cierra la puerta).
José:- ¡Qué lástima que la gente sea tan egoísta! Cuando se es generoso
en todas las circunstancias, recibe a Dios no sólo en casa, sino
también en su corazón.
Casa 3
Escena Tres
Francisco:- ¡Qué triste! ¡Pobre San José! ¡Oh, mi querida Virgen María!
Cuánto han sufrido, incluso antes de que naciera Jesús.
Ángel:- ¿Te das cuenta, mi querido amigo? Jesús quiere entrar en los
corazones de los hombres. Por lo tanto, la preparación de Adviento
es principalmente para preparar el corazón, tu propio corazón,
construir una cuna llena de amor dentro de uno mismo. Se trata
de hacer un pesebre espiritual.
Francisco:- (Pensativo) Un pesebre espiritual... un pesebre espiritual...
pero...
Escena Cuatro
Antonio:- ¡Qué buena idea! Cada grupo tiene que hacer una escena
de la natividad, la más bella será la ganadora, y habrá un premio
muy grande. Somos un grupo de cinco. Tenemos que hacer algo
maravilloso, espectacular, fantástico, único, grandioso...
Ricardo:- Sí, mi papá es electricista. Podemos ayudar con las luces,
la estrella con su cola encendida en mil colores... Después con mi
Casa de Antonio
Casa de Ricardo
Casa de Agustín
Casa de Francisco
Madre de Ricardo:- Mi hijo parece otra persona, pero estoy muy feliz.
Madre de Agustín:- Mi pequeño Agustín es otra persona
también, obedece inmediatamente... Veo que ir a la iglesia más
frecuentemente le hace muy bien.
Mamá de Antonio:- Incluso mi Antonio ha cambiado mucho
últimamente y para bien, ha mejorado notablemente.
Madre de Pedro:- Pero ¿por qué todo ha cambiado tan rápidamente?
Porque incluso mi hijo Pedro se ha convertido en un ejemplo para
sus hermanos.
Madre de Francisco:- Creo que tienes razón, Marta. Desde cuando
los niños asisten a la iglesia están en buena compañía, y su
comportamiento es admirable... Mi hijo Francisco no hace más
que hablar y tener todo listo para la próxima Navidad. Es una gran
alegría ver que tiene sus pensamientos en estas cosas sin perder el
tiempo.
(Los 5 niños que pasan delante de sus madres y del padre Mateo
hacia la iglesia)
(El padre Mateo y las madres se hacen gestos como diciendo que
no han entendido nada)
Escena Ocho
Escena Nueve
Ángel de Francisco:- ¡Ya está! El pesebre fue hecho por nuestros niños
con mucho amor.
Ángel de Pedro:- Ya es 24 de Diciembre. José, María y el Niño amado
ya han encontrado un pequeño lugar en los corazones de nuestros
niños y de sus familias.
Ángel de Ricardo:- ¡Es justo que reciban el premio!
Ángel de Antonio:- Los traeremos en nuestras alas para que vean el
fruto de sus sacrificios y sus actos de amor.
Ángel de Agustín:- Sí, vamos a toda prisa, ya nace el Redentor de los
hombres.
Escena Diez
Ángel 1:- Y estos, Santa Madre de Dios son las oraciones, súplicas y
sacrificios que ofrece un pueblo de la tierra, como se llama (aquí se
puede decir el nombre del pueblo o parroquia a la que se pertenece).
San José:- Muchas gracias. Di a este pueblo (o parroquia) en esta Santa
Navidad que el Señor les concederá grandes bendiciones. Que sean
buenos y santos cristianos y la gracia de Dios estará siempre con
cada uno de ellos y en sus familias.
Ángel 2:- ¿Quién sigue?
Ángel de Francisco: - (Saluda a la Sagrada Familia con una genuflexión)
Sagrada Familia, hoy les traigo el corazón de los 5 niños que se
han preparado haciendo en sus almas un pesebre espiritual para
darles la bienvenida en esta Navidad. Ellos están aquí y os ruego
que les digáis unas palabras de agradecimiento por lo mucho que
se han esforzado haciendo actos de amor y sacrificio con tanta
generosidad.
Fin
Benedicto XVI
Elenco de personajes
Escena Dos
Juan:- Ahora los niños, es su turno para estar con la Madre en oración.
Está esperándolos.
Niño 6:- ¡Vamos!
María:- ¡Queridos hijos: Hoy también reciban la bendición del cielo que
les da mi querido Jesús. El ascendió a los cielos, junto al Padre Eterno,
pero todavía está entre nosotros con una presencia espiritual, y no
menos real que la manifestada cuando estaba entre nosotros, pues
saben también que se quedó con nosotros en la Eucaristía. Y siempre
recuerden sus palabras: “quien no se haga como niño...
Niño 7:- ... no entrará en el reino de los cielos “.
Escena Tres
Juan:- Madre, sé que es tarde, pero hay una persona aquí, a la que le
gustaría hablar contigo.
María:- Sí, dile que venga. Mi Hijo Jesús recibía siempre a todos.
Nunca se cansó de hacer el bien, con la palabra, con las obras, con
el ejemplo y eso es lo que debemos imitar de Él todos los días.
Escena Cuatro
(Se apagan las luces. Se oye aún la voz de María, pero en off. Es
importante que la voz sea del mismo personaje que representa a
la Virgen. De aquí en adelante se representan todas las escenas
descritas por la Virgen. El personaje que hasta ahora ha hecho
de María participará en las actuaciones, por eso su voz ha de
quedar grabada mientras se desarrolla el relato)
Voz de María:- ... El día en que Dios me visitó para darme la buena
noticia de sus planes divinos sobre mí, fue un hermoso día de
primavera. Yo estaba en mi habitación, rezando, antes de iniciar
las tareas de la casa. Entonces, estaba yo desposada con José, un
hombre justo y santo, pero todavía no habitábamos juntos. Por
la mañana, el ángel Gabriel se apareció a mí, pobre y humilde
servidora, y me dijo:
* (Representación)
Escena Cinco
* (Representación)
Escena Seis
* (Representación)
Ángel:- “No temáis, porque he aquí que os doy una noticia de gran
gozo para todo el pueblo: hoy en la ciudad de David, ha nacido
para ustedes un Salvador, que es el Mesías, el Señor. Y esta será la
señal: encontrarán a un niño envuelto en pañales y acostado en un
pesebre”.
* (Representación)
Simeón: (A María) - “Y he aquí que este niño está puesto para caída y
ruina de muchos en Israel y para ser señal de contradicción, y a ti
una espada traspasará tu alma, para que queden al descubierto los
pensamientos de muchos corazones”
Escena Ocho
* (Representación)
(El niño Jesús sentado en el medio de cinco o seis maestros de la
ley que le hacen preguntas)
Escena Nueve
(Entra Juan)
Juan:- (Con mucha afabilidad) Perdón, pero se está haciendo tarde. Tal
vez mañana la Madre podrá recibirlo nuevamente.
Lucas:- ¡Oh, sí, no me había dado cuenta del tiempo! Al escuchar la
vida de Jesús me parecía estar en sus misterios y que, de alguna
manera, yo estaba presente en ellos. Sí, sí, mañana volveré. Hasta
mañana y gracias Madre por compartir el tesoro de su corazón con
sus hijos.
Escena Diez
Fin
Voz en off: Si todo cristiano debiera pasar por la tierra a imitación del
Dios Encarnado, con mucha más razón debemos nosotros vivir esta
realidad como religiosos de la única familia del Verbo Encarnado.
Y no sólo vivir nosotros la vida de Cristo buscando en todo a Dios,
sino difundir la vida de Cristo en los demás... Debemos por tanto ser
“como una nueva encarnación del Verbo” “como otra humanidad
suya” de modo que el Padre no vea en nosotros “más que al Hijo
amado.2
Alma:- ¡Qué hermoso estás Jesús Niño, en tu pobre y frío establo! ¡Oh,
qué gracia, qué milagro, tan sólo por mí viniste! Ante la gruta rezo
con intenso fervor que aceptes en holocausto mi existencia por
cuántos pecadores ultrajan tu Divino Corazón.
Ángel:- Alma, ¿conoces tu grandeza? ¿Has comprendido del amor su
abismo? Si conocieras el Don de Dios...Te quiero revelar la gran
ternura que en esta noche gravita. Hubo una creatura que conoció
ese don de Dios; una creatura que no desperdició nada de El, una
creatura tan pura, tan luminosa que parecía ser la Luz misma. Una
creatura cuya vida fue tan sencilla, tan absorta en Dios que apenas
puede decirse algo de ella. El Padre al contemplar esta creatura tan
2
Constituciones de las Servidoras del Señor y de la Virgen de Matará, Directorio de
espiritualidad cap 2, 29- 30
Fin
Moisés:
En busca de un rebaño
Yahveh me ha conducido
y más allá del desierto
su voz me ha dirigido.
Fue su Voz la de un pastor
que escuchando los gemidos
de su grey en la opresión
por ella se ha enternecido,
y mandóme rescatarla
rescatándome a mí mismo.
Me sacó de los palacios
en donde fui un hombre rico,
riqueza que sepultaba
el llanto de tantos niños;
era un llanto y un clamor
en mi interior conocido.
Veía correr la sangre
que a mí me dejaba herido
y descubrí en sus angustias
mi vocación y mi... exilio.
Tras una zarza, el Pastor,
a su cordero llamaba
y allí supe la misión
que Yahveh me encomendaba:
Rey David:
Abel:
Moisés:
Rey David:
Para Ti el principado
el día de tu nacimiento,
desde la Aurora de tu juventud
en esplendor sagrado;
desde el seno
el cetro de tu poder
lo extenderá Yahveh desde Sión (Sal 110)
Juró Yahveh a David
verdad que no retractará:
el fruto de tu seno
asentaré en tu trono.
Si tus hijos guardan mi alianza,
el dictamen que Yo les enseño,
también sus hijos para siempre
se sentarán sobre su Trono.
Porque Yahveh ha escogido a Sión
la ha querido como sede para Sí
aquí está mi reposo para siempre
en él me sentaré pues lo he querido.
¡ALELUYA!
Coro: ¡ALELUYA!
Solista: “No temáis, os anuncio una gran alegría que lo será para todo
el pueblo; os ha nacido en la ciudad de David, un Salvador, que es
Cristo el Señor. Y esto os servirà de señal: encontraréis un niño
envuelto en pañales y acostado en un pesebre”.
Coro: ¡Aleluya! “Gloria a Dios en as alturas y en la tierra paz a los
hombres en quien Él se complace” Lc 2,10.
Pastor: “Vayamos pues hasta Belén, y veamos lo que ha sucedido y el
Señor nos ha manifestado” Lc 2,15
Ángel:
Fin
El Don | 179
- Pues pobre... sí que lo soy;
yo... que tan rico fui
lo que tenia lo di,
sin sufrir devolución.
Soy miserable, Señor,
pues tontamente perdí
lo que me diste para Ti
y derroché sin razón.
- De versos no se alimenta
ni se cubre este Señor;
mira pues, en tus alforjas
qué has de darle como don.
Emocionado le dije:
-Señora, vos sabes bien quien soy...
El Don | 181
Y con su dulzura me dijo:
- Acercaos, hijo, decid.
¿Tenéis deseos?
El Don | 183
Oblígueme a mi otro tanto,
mira que es tanto el dolor
Dolor de no haberte amado,
y si te amo, no sé,
mas es ese mi deseo...
Tú Señor también lo ves.
Y mira, Señor, que quiero
y te lo vengo a decir,
quiero amarte con locura,
amarte con frenesí.
Quiero, Señor, volverme loco,
Jesús, de quererte tanto,
y quiero así tenerte dentro
y que nunca te me pierdas,
pues, si te pierdo, Señor,
¿A dónde iré yo sin estrella?
Tu amor es, Señor, esa Estrella
eres mi Cielo y mi Sol;
eres la Tierra, mi Todo
y mucho más mi Señor,
eres eso que me quema
Este pobre corazón.
Deja Niño que te diga,
ahora que estamos los dos,
que Tú eres mi deseo,
pues deseo solo a Dios.
Ven y duérmete en mi alma
con ese reposado Amor
que apague todas las ansias
de este loco corazón.
Tú eres, Niño, mi hambre y sed
que tengo en la Comunión.
Fin
El Don | 187
Recreación piadosa
“El misterio escondido desde siglos...
Cristo Esperanza De La Gloria”
(Adán advierte que las manos de Eva están teñidas con la sangre
de Abel)
Isaías:- 9, 1-2. 5-6; 11, 2-4.8-9 “El pueblo que andaba a oscuras, vio
una gran luz. Los que vivían en tierras de sombra, una luz brilló
sobre ellos. Acrecentaste el regocijo, hiciste grande la alegría,
alegría por tu presencia... Porque una creatura nos ha nacido, un
hijo se nos ha dado. Estará el señorío sobre su hombro y se llamará
su nombre ‘Maravilla de Consejero’, ‘Dios Fuerte’, ‘Siempre Padre’,
‘Príncipe de la Paz’, grande es su señorío y la paz no tendrá fin...
Sobre Él reposará el espíritu de Yahveh: espíritu de sabiduría e
inteligencia, espíritu de consejo y fortaleza, espíritu de ciencia y
temor de Yahveh. No juzgará por las apariencias, ni sentenciará de
oídas. Juzgará con justicia a los débiles y sentenciará con justicia a
los pobres de la tierra... El niño de pecho hurgará en el agujero del
áspid y en la hura de la víbora el recién destetado meterá la mano.
Nadie hará daño porque la tierra estará llena del conocimiento de
Yahveh como cubren las aguas el mar.”
Jeremías:- 23, 5-6; “Mirad que días vienen en que suscitaré a David
un Germen justo, reinará un rey prudente, practicará el derecho y
la justicia en la tierra... Y este es el nombre que se le dará ‘Yahveh,
justicia nuestra’...”
Malaquías:- 3, 1-3 “Enseguida vendrá a su Templo el Señor y el ángel
de la alianza que vosotros deseáis”.
Zacarías:- 9, 9-10 “¡Exulta sin freno, hija de Sión, grita de alegría hija
de Jerusalén! He aquí que a ti viene tu rey, justo Él y victorioso,
humilde, y él proclamará la paz a las naciones. Su dominio irá de
mar a mar y desde el gran Río hasta los confines de la tierra”.
David:- Sal 85, 9- 14
“Ya está cerca su salvación para quienes le temen,
y la Gloria morará en nuestra tierra.
Amor y Verdad se han dado cita,
justicia y Paz se abrazan;
la Verdad brotará de la tierra
Y de los cielos se asomará la Justicia.
San Lucas: - “Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una
ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un
hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen
era María. Y entrando, le dijo: Alégrate, llena de gracia, el Señor
está contigo. Ella se conturbó con estas palabras, y discurría qué
significaría aquel saludo. El ángel le dijo: No temas, María, porque
Fin
Virgen María
Eva
Sara
Rebeca
Betsabé
Madre de Sansón
Ana
Raquel
Madre de los Macabeos
Ángel 1
Ángel 2
Ángel 3
Ángel 4
Ángel 5
(Escena: La Virgen María sentada en el pesebre. Media luz. Se
van presentando de a una las madres del Antiguo Testamento
y al final de cada discurso se arrodillan, después que les ha
contestado la Virgen. Música suave de fondo.)
Virgen:
En esta hora, Dios mío,
de tan extremada dulzura
mi maternidad prefigurada
contemplo en las Escrituras,
en las madres que en sus hijos
fueron de tu Hijo su figura.
Una a una en esta noche,
que nace el Sol tras la Luna,
van admirando en silencio
el misterio de esta cuna,
y sus senos se estremecen
y en este Niño ya exultan.
Eva:
Salve, Madre de la Vida,
Generadora del Dios siempre vivo,
Salve Seno Florido,
Salve Nuevo Paraíso
donde el hombre vence la muerte,
donde el pecado no pudo conocerte,
donde nos das la vida perdida,
en Ti la esperanza renace
de aquella promesa que un día
dijo Dios Padre al demonio
por la culpa y la desdicha
que trajo al género humano
la muerte tan enemiga.
En mi seno y con dolor
entre destierro y espinas
tuve a un hijo que nació
Virgen:
Alégrate, pues, y agradece,
en esta hora bendita
que la promesa de un día
se cumple en esta noche gozosa,
en que el Sol tras esta Aurora
inaugura un nuevo Día.
Abel hoy llamo a este Niño
que sufrirá la igual suerte
y cuyo clamor hoy se siente
más glorioso y más vivo,
pues la sangre que vertió
la pagará mi Dios Niño.
Más agradable fue al Cielo,
más que su tierno cabrito,
fue su sangre derramada
a pesar del cruel delito,
pues, porque por esta sangre que clama
Dios responde con su Hijo.
Sara:
Alégrate, Llena de Gracia,
Madre del Gozo Divino,
Madre de la Eterna Dicha,
que arrebató el enemigo;
Virgen:
Alégrate, también tú, Sara,
que en tu vejez diste vida
al hijo de la promesa,
al portador de esa dicha,
pues que reíste tú al verlo
en tu materna alegría.
Isaac hoy llamo a este Niño
que borrará de los rostros
llanto, tristeza y gemido,
pues que del cielo ha venido
a darnos el Verdadero Gozo.
Padre será de una multitud,
primogénito entre sus hermanos,
cual las estrellas del cielo,
cual las arenas del mar,
pues no se podrá contar
los que nacerán de su Pecho,
Rebeca:
Salve, Madre de la Iglesia,
de Israel, el Nuevo Pueblo,
Salve, Madre que en tu seno
las doce tribus reúnes,
la tierra toda y sus mares
con el cielo hoy los unes.
Salve, Guía del Pueblo elegido
en el destierro del mundo,
Salve, Madre peregrina
del Nuevo Reino Futuro.
Un Dios- Hombre hoy nos nace
de tu purísimo vientre,
que será cual la simiente
del Árbol grande y frondoso,
de un Cuerpo que misterioso,
congrega sus miembros vivientes.
El más pequeño entre los hombres
consigue su primogenitura,
no por arte de su madre
sino por derecho de natura,
y que por sus brazos clavados
recibió la Heredad de su Padre.
Salve, Madre inmaculada
que no conocerás el dolor,
cuando el Hijo de tu amor
traspase tu carne sagrada
mas, con gemido y espada,
otros hijos darás a Dios.
Virgen:
Alégrate, Rebeca, porque hoy nos nace
el Redentor de este pueblo,
que tras el duro desierto
Betsabé:
Salve, Humilde Nazarena,
Flor tan casta y sencilla,
que con tu maternidad iluminas
el orbe con resplandores
de sacra Sabiduría.
Toda tu ciencia tuviste
en meditar la Escritura,
en el silencio y la escucha
de la Palabra que en pura fe creíste,
¡oh, Ciencia Sagrada del cielo
que a los humildes reviste!
La Palabra meditada
se convirtió en encarnada,
y hoy la darás a luz
al que es Luz de las naciones,
mas que ilumina a los pobres
seguidores de Jesús.
Loco es el sabio mundano,
Virgen:
Alégrate, Betsabé, y exulta,
en esta noche callada,
en que sólo la Palabra
de Dios al hombre cautiva,
pues el maestro del hombre
busca las almas sencillas.
Salomón llamaré a este Niño
que es la Impronta de Dios Padre,
que se eligió como madre
de todas la más pequeña,
la más humilde y sencilla
que con su gracia El hiciera.
Madre de Sansón:
Salve, Angelical Fortaleza,
Cofre de la Encarnada Virtud,
Salve Madre Dulce y Fuerte,
Salve madre del Dulce y fuerte Jesús
Contigo me admiro, María,
de cómo tu frágil natura
sostiene al Dios de las creaturas;
en ese tu casto seno
el Creador del universo
cautivo en su Rosa pura.
La fuerza de ese Dios que te sostiene
es el secreto guardado y escondido
que seducción alguna no roba
de tu corazón, este mundo impío.
Con la Virtud del Altísimo
tu darás a los mortales
tantas fuerzas celestiales
para vencer al enemigo,
pues Madre eres del Fuerte
oculto en este débil Niño.
Virgen:
Salve, Ana, y alégrate
que tu oración Dios escucha
pues tus labios y tu corazón
sus tantos nombres susurran;
Dios consagrará a estos hijos
si su voz fielmente escuchan.
Samuel llamaré a este Niño
que en el seno de Dios Padre
pronuncio su amoroso “hágase”
cuando se decretara la encarnación
y su amor de hijo fue la oración
que aquella vez tus labios inspirasen.
Ellos serán la voz que encabeza
el nuevo pueblo de Leví
haciendo de sus vidas un eterno “sí”
Raquel:
Salve madre Dolorosa
que en tu silencio hoy lloras
la cruel suerte de este Niño
que por vernos redimidos
tantos trabajos soporta.
En ti enjugo mi llanto
porque el Salvador que hoy nos nace
me dará aquellos hijos míos
que mi amor tanto llorase,
cuando la muerte severa
de mi alma los arrebatase.
El es la Resurrección y la vida
de los que en la muerte se duermen
y ha querido sufrir El
el decreto de tal suerte
que cerrando en su sueño sus ojos
se abriesen los nuestros por siempre.
Mas duro es siempre el dolor
de la madre que en su seno
acuna siempre a su amor
porque el tiempo los separará un día
en otro pesebre que vislumbramos hoy.
Virgen:
Alégrate, pues, hoy Raquel,
que el Consuelo de las almas
sufre ya en esta paja
el rescate tan precioso
que será descanso y gozo
de los que tu alma llorara.
Virgen:
Entre patriarcas y justos
del antiguo testamento
tu nombre está ya en la gloria,
Madre de los macabeos,
Ángel 1:
Salve, Madre de los Nuevos Vivientes,
Salve, Madre de la Alegría,
Salve, Madre de la Iglesia,
Salve, Madre de la Encarnada Sabiduría,
Salve, Madre de la Virtud de Dios,
Salve, Madre de los Consagrados,
Salve, Madre dolorosa,
Salve, madre de los que su sangre
por este Niño han derramado.
Ángel 3:
¡Oh profunda premura del Señor
por la salvación de los hombres!
La Virgen nos ofrece al Hijo
sin colaboración de varón:
sublime imagen mística
de las bodas de la Iglesia con Cristo.
También Ella es hermana del Señor
y Esposa amante, y como madre
recibe la semilla de la Palabra divina;
lleva a los pueblos en su seno
y los conduce a la Luz.
Ángel 4:
Salve, Salve, Salve Santa María
Salve exultanza de la Iglesia
Salve nombre lleno de perfume
Salve rostro iluminado
de la Luz de Dios que irradia Belleza,
Salve oh memorial lleno de veneración,
Salve oh clara Madre de la Luz Naciente,
Salve Madre de la Santidad,
Salve madre de la fuente de agua Viva,
Salve Madre llena de misterio inexplicable,
Salve profecía de Isaías,
Libro de la Nueva Escritura,
Salve Vaso de alabastro
del Ungüento de santificación,
Salve Valor de la Virginidad,
Salve modesto espacio
que acogió en sí
a Aquel que los Cielos no pueden contener.
(Teodoto di Ancira)
Ángel 5:
Hombres y ángeles hoy te alaban
y por ti, en el fruto bendito de tu seno
agradecemos al Padre de las misericordias.
Salve , salve, salve Madre del Amor Hermoso
y en esta aurora del tercer milenio
te pedimos que Jesús,
resplandezca en el rostro de todos los hombres
como salvador y amigo solidario de su pueblo.
Fin
Nace Jesús
Jesús da la Verdad
Jesús se da a sí mismo
Preces
Poesía
Segundo Misterio
Preces
Tercer Misterio
Preces
Poesía
Cuarto Misterio
Poesía
Preces
Poesía
3
Las poesías presentes al final de este suplemente son del libro,”Bajo tu signo”
y pertenecen todas a Ángel Luis Miguel Salvat, poeta argentino nacido en San
Rafael, Mendoza, en el año 1927 y fallecido en el año 2008.
Fiesta sin Par
En escondido Pesebre,
al mundo vino el Amor;
sólo pueden encontrarle
los de puro corazón.
Que No Tengas Pena
El Mejor Palacio
En la Navidad se acabó
odio, pena, muerte y dolor;
la misericordia de Dios,
las puertas del Cielo abrió.
Nació en humilde pesebre,
quien la salvación traía;
no encontró mejor palacio
que los brazos de María.
En la Navidad se acabó
odio, pena, muerte y dolor;
la misericordia de Dios,
las puertas del Cielo abrió.
Te adoramos de rodillas,
puesto que Tú eres Rey,
sobre toda dignidad;
te obedecemos sumisos,
puesto que nuestra soberbia,
sucumbe ante tu humildad;
te contemplamos absortos
y enternecidos al ver
la belleza de tu rostro
en un Niño la deidad
y en un capullo tan tierno
el puente a la Eternidad.
Clavelito, Clavelito,
que floreciste en Belén:
tu perfume invade el mundo
y el hombre vuelve a creer.
Clavelito, Clavelito,
que floreciste en Belén:
tu perfume invade el mundo
y el hombre vuelve a creer.
¿Por qué Vienes a este Mundo?
La estrella brilla,
junto a un establo;
el mundo no entiende,
hecho tan extraño.
Ya se abre el camino,
que tanto ha buscado,
el hombre perdido,
que hoy es salvado.