Hechos:
El Tribunal Oral en lo Criminal N° 9 declaró la nulidad de diversas decisiones
judiciales adoptadas por un magistrado nombrado según el Régimen de
Subrogaciones de la resolución 76/2004 del Consejo de la Magistratura y no por el
Presidente de la Nación y dispuso la remisión de los autos a la Cámara de
Apelaciones en lo Criminal y Correccional para que sortease otro juez. No obstante,
con sustento en la acordada 7/2005 de la Corte Suprema de Justicia de la Nación,
decidió no efectivizar tal remisión y suspender las actuaciones hasta que se
decidiera en forma definitiva. Contra el fallo mencionado el Ministerio Público Fiscal
interpuso un recurso. La sala IV de la Cámara Nacional de Casación Penal hizo lugar
al recurso, declaró la constitucionalidad del citado régimen y anuló la sentencia
apelada. El abogado defensor interpuso un recurso extraordinario argumentando
que el procedimiento establecido por el Consejo de la Magistratura para los
nombramientos transitorios afectaba las garantías del debido proceso y del juez
natural, porque los profesionales así designados carecían de inamovilidad en sus
cargos y de intangibilidad de sus remuneraciones.
Decisión de la Corte:
La Corte declaró la inconstitucionalidad del Régimen de Subrogaciones según
resolución 76/2004 del Consejo de la Magistratura de la Nación por autorizar un
método de nombramiento circunscripto a la intervención exclusiva de organismos
que operan en el ámbito del Poder Judicial, permitiendo el reemplazo de jueces de
Cámara por magistrados de primera instancia y, a su vez, el de éstos por secretarios
de ambas instancias, sin supeditarlo al cumplimiento de los requisitos atinentes a la
edad y a la experiencia profesional fijados en el ordenamiento vigente.
Sin embargo, consideró que a fin de evitar el caos institucional o la paralización del
servicio de justicia, correspondía admitir la validez de las designaciones efectuadas
bajo dicho régimen y mantener en el ejercicio de sus cargos a quienes habían sido
designados para ejercer la función jurisdiccional en los tribunales que se
encontraban vacantes, hasta que cesen las razones que originaron su
nombramiento o hasta que sean reemplazados, o ratificados mediante un
procedimiento constitucionalmente válido que debía dictarse en el plazo máximo de
un año (voto de los jueces Lorenzetti, Highton de Nolasco, Maqueda y Fayt — éste
último hizo su propio voto. Los Dres. Zaffaroni y Argibay votaron en disidencia. El
magistrado Petracchi no votó).
Los jueces Zaffaroni y Argibay consideraron que era erróneo descalificar el sistema
de subrogancias por apartarse del procedimiento constitucional de designación de
jueces que venía a complementar si justamente tenía como fin atenuar el impacto
negativo que sobre el derecho de acceso a la justicia tenía la duración de dicho
procedimiento.