1. INTRODUCCIÓN
Para llevar a cabo cualquier tarea, ya sea física o intelectual, necesitamos un elemento
básico para que dicha tarea pueda realizarse, esto es, el oxígeno. La falta de éste ya sea a
nivel cerebral o muscular imposibilita la realización de cualquier actividad humana.
Así pues, el organismo dispone de una serie de sistemas/aparatos que de forma
coordinada van a transportar el oxígeno a distintas zonas del cuerpo humano según las
necesidades que se tengan. En nuestro caso, nos vamos a centrar en las necesidades que
nuestro organismo tiene en relación con el ejercicio físico. Para ello van a entrar en juego:
- El sistema locomotor, principal protagonista del movimiento humano.
- El corazón o miocardio o músculo cardíaco.
- Los pulmones.
- El sistema circulatorio o vascular.
2. EL SISTEMA LOCOMOTOR
Es el protagonista principal de la actividad física. Dicho sistema está integrado por los
músculos, huesos y articulaciones.
A. Músculos.
Están formados por millones de fibras y su movimiento se produce por impulsos
procedentes del sistema nervioso. Se distinguen dos tipos de músculos según el tipo de fibra
de que estén compuestos: músculos de fibra lisa o involuntarios y músculos de fibra
estriada o voluntarios. Los primeros no pertenecen al sistema locomotor propiamente dicho,
por ejemplo, los músculos que rodean el aparato digestivo para realizar la digestión de cada
comida son músculos de fibra lisa y por tanto involuntarios. Los verdaderamente relacionados
con el aparato locomotor son los músculos de fibra estriada (su estructura es estriada al
microscopio), son aquellos sobre los que podemos actuar de forma consciente para hacer un
movimiento. Los extremos del músculo se denominan tendones, son las zonas que se insertan
en los huesos, al contraerse uno o varios músculos el hueso se mueve y se produce el
movimiento.
B. Huesos.
Hay distintos tipos de huesos, esto es, largos, cortos, planos…, todos tienen su función.
Los más característicos son los huesos largos, sus extremos se denominan epífisis proximal y
C. Articulaciones.
A través de ellas se produce el movimiento de los huesos que se articulan entre sí. Según
la amplitud de movimiento se distinguen tres tipos de articulaciones:
- Sinartrosis: huesos que se articulan pero en los que no hay movimiento, el
ejemplo más característico son los huesos del cráneo, esto es, el frontal, el
parietal, el temporal y el occipital.
- Anfiartrosis: huesos que se articulan con una amplitud de movimiento
limitada, por ejemplo la rodilla, el codo, las falanges de los dedos…
- Diartrosis: huesos que se articulan con una gran amplitud de movimiento
como por ejemplo el hombro y la articulación coxofemoral (la cadera con el
fémur).
3. EL CORAZÓN
4. LOS PULMONES
5. EL SISTEMA CIRCULATORIO
También llamado sistema vascular está compuesto por dos tipos de vasos sanguíneos:
arterias y venas.
El sistema circulatorio tiene dos circuitos sanguíneos:
- Circuito sanguíneo mayor (CSM)
- Circuito sanguíneo menor (CSm)
El CSM ocupa casi la totalidad del organismo. Sus arterias llevan sangre oxigenada a los
músculos (u otros órganos) para que funcionen correctamente y no se produzca deuda de
oxígeno, lo que llevaría consigo un agotamiento muscular temprano, por lo que sería necesario
o bien disminuir la intensidad del ejercicio o bien dejar de realizar el ejercicio que se estuviera
haciendo. El CSM comienza en el ventrículo izquierdo pasa por el músculo (u otro órgano)
que capta el oxígeno y se dirige a la aurícula derecha con dióxido de carbono a través de
las venas.
En el CSm sin embargo, las arterias llevarán el dióxido de carbono y las venas el
oxígeno. Este circuito comienza en el ventrículo derecho, las arterias llevan el dióxido de
carbono a los pulmones y es allí donde se expulsa al exterior por la espiración. Por la
inspiración se capta oxígeno del exterior y a través de las venas se manda a la aurícula
izquierda del corazón donde acaba el CSm.