I. DESNUTRICIÓN INFANTIL
1.1. DEFINICIÓN
Según la UNICEF (Wisbaum, LA DESNUTRICION INFANTIL, 2011), la desnutrición es
el resultado del consumo insuficiente de alimentos y de la aparición repetida de
enfermedades infecciosas. La desnutrición implica tener un peso corporal menor a lo
normal para la edad, tener una estatura inferior a la que corresponde a la edad (retraso en el
crecimiento), estar peligrosamente delgado o presentar carencia de vitaminas y/o
minerales (malnutrición por carencia de micronutrientes o mejor conocida como hambre
oculta).
Según la asociación “Acción contra el hambre” (Acción contra el hambre, 2014), la
desnutrición es el resultado físico del hambre, una enfermedad devastadora de dimensiones
epidémicas, que padecen 50 millones de niños y niñas menores de cinco años en todo el
mundo. Es el resultado de la escasez de alimentos o de una dieta inadecuada. Al año causa
la muerte de más de 3,1 millones de niños y niñas. Estas muertes podrían evitarse con un
tratamiento nutricional adecuado.
Pero esta pandemia a su vez es un problema social: una pesada hipoteca que condiciona el
futuro de los niños y niñas que la padecen. Afecta su desarrollo físico e intelectual y a su
estado de salud de por vida. Estos niños y niñas serán adultos frágiles a los que le resultará
difícil sacar adelante a su familia, perpetuando así el círculo vicioso entre la pobreza y el
hambre.
Detrás de estas causas inmediatas, hay otras subyacentes como son la falta de acceso a los
alimentos, la falta de atención sanitaria, la utilización de sistemas de agua y saneamiento
insalubres, y las prácticas deficientes de cuidado y alimentación.
En el origen están las causas básicas que incluyen factores sociales, económicos y políticos
como la pobreza, desigualdad o una escasa educación de los padres de familia.
Causas inmediatas:
Alimentación insuficiente
Una nutrición adecuada tiene que incluir vitaminas y minerales esenciales que
necesita un organismo, como la vitamina A, la cual se encuentra en diversos
productos lácteos, carnes vacunas, cereales fortificados reduciendo el riesgo a
contraer infecciones, también tenemos al hierro cuya deficiencia afecta a cerca del
25% de la población mundial, podemos encontrarlo a partir de dos orígenes, vegetal
y animal previniendo de esta forma la anemia, el ácido fólico fundamental durante
el embarazo previniendo malformaciones congénitas, anemia y favoreciendo el
sistema inmunológico, el yodo, encontrándolo en la sal, para el buen
funcionamiento del metabolismo, la deficiencia en una mujer embarazada pude
tener efectos adversos el desarrollo del feto, causa una disminución de sus funciones
cognitivas convirtiéndose en la causa principal de daño cerebral que se puede
prevenir. (Wisbaum, LA DESNUTRICION INFANTIL, 2011)
Causas subyacentes:
Falta de acceso de alimentos
Falta de atención sanitaria
Agua y saneamiento insalubres
Causas básicas:
Pobreza
Desigualdad
Escasa educación de los padres de familia
Es la forma de desnutrición más grave. El niño tiene un peso muy por debajo
del estándar de referencia para su altura. Se mide también por el perímetro del
brazo. Altera todos los procesos vitales del niño, con funciones celulares y
orgánicas extremadamente deterioradas. El niño se ve claramente perjudicado
en su estado general, por lo que presenta un alto riesgo de morir. Su riesgo de
muerte es 9 veces superior que para un niño en condiciones normales.
Dentro de este tipo de desnutrición tenemos dos casos importantes de resaltar
como lo son el Marasmo y Kwashiorkor (Wisbaum, 2011).
Marasmo
El aspecto adelgazado del niño le hace tener “cara de viejito”, se le cuelga la
piel sobre el esqueleto, con deficiencia energética y calorífica, típica en
menores de 1 año.
Kwashiorkor
Falta de calorías y proteínas, abdomen abombado, coloración rojiza del cabello
y despigmentación de la piel, esta afección aumenta a partir de los 18 meses de
edad, letalidad de hasta el 60%, las secuelas son niños de talla corta y en casa
severos retraso mental.