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Experiencia Etnográfica

Materia: Antropología
Integrantes:
Karol Poujol
Federico
Julian

01/07/2015
Introducción
Decidimos hacer la etnografía (trabajo de campo) acerca de la organización no
gubernamental TECHO, nos llamó la atención poder observar el cómo y el por qué esta
organización había crecido tan enormemente en los últimos 15 años, instalándose en
diferentes países de Latinoamérica (globalización: Appadurai), el cómo se relacionan las
familias a las que se les ayuda con los voluntarios (discurso público y discurso oculto:
Scott, reciprocidad: Levis Straus) y además observar la realidad y vivencia de barrios en
extrema pobreza.

Para poder lograr esto contactamos voluntarios, que nos dijeron que sin ningún problema
podíamos asistir a uno de los barrios donde se había construido y participar de una de las
actividades. Fue así como tuvimos la oportunidad de estudiar estos aspectos durante tres
fines de semana.

Nos contaron que esta organización comenzó en Chile, cuando un grupo de jóvenes tuvo la
iniciativa de construir viviendas de emergencia en conjunto con las familias que vivían en
condiciones de extrema pobreza. Nos comentaron que no tenían inclinaciones políticas, ni
religiosas y que en la actualidad se opera en 19 países de Latinoamérica y el
Caribe: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador,
Guatemala, Haití, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República
Dominicana, Uruguay y Venezuela. Además, cuenta con oficinas en Estados Unidos, así
como también en Londres, Inglaterra.

Entrevistamos a uno de los coordinadores del barrio Lujan/Perón, que tiene…años de ser
voluntario y a… una de las personas del barrio… a la que se le construyo una casa el fin de
semana del 26 al 28 de Junio.
Registro:
Entrevista Manu

Entrevista Persona del barrio

Análisis:
Globalización

La modernidad pertenece a esa pequeña familia de teorías que, a la vez, declaran poseer y
desean para su aplicabilidad universal. A lo largo del texto se planteara la discusión acerca
de la relación entre la modernización como un hecho observable y la modernización como
teoría.

Todas las grandes fuerzas sociales tienen precedentes y raíces en el pasado. Son estas
genealogías las que frustraron las aspiraciones de los modernizadores. El mundo en el que
vivimos hoy (en el cual la modernidad está desbordada) supone un quiebre general con todo
tipo de pasado.

Appudarai, presenta una teoría de ruptura que adopta a los medios de comunicación y a los
movimientos migratorios como principales ángulos desde donde ver el cambio y explorar
los efectos de ambos fenómenos en el trabajo de la imaginación. Los medios de
comunicación electrónicos transforman el campo de la mediación masiva ya que ofrecen
nuevos recursos y nuevas disciplinas para la construcción de la imagen de uno mismo y de
una imagen del mundo. La multiplicidad de formas que adoptan (TV, cine, pc, etc) y la
velocidad con que avanzan y se instalan en la rutina diaria de las personas, brindan a estas
recursos y materias primas para hacer de la construcción de la imagen del yo un proyecto
social cotidiano. Las migraciones, por su parte, sumadas al flujo de imágenes por los
medios masivos, generan un nuevo orden de inestabilidad en la producción de las
subjetividades modernas.
Reciprocidad

Lévi-Strauss dice en su libro Estructuras elementales de parentesco, que la naturaleza


"opera según el doble ritmo de dar y recibir" y que ese movimiento se reproduce de manera
ampliada en la sociedad a través del principio de reciprocidad. En el barrio Luján de la
Matanza, pudimos observar la reciprocidad en tal modo que hay un intercambio, en el cual
los voluntarios “dan” y las familias “reciben”. Este intercambio se puede producir con el fin
de cambiar momentáneamente el status social en el que se encuentran las familias, obtener
prestigio (en el sentido que a los voluntarios generalmente se les ve públicamente como
personas bondadosas, emprendedoras y de buenos sentimientos) o inclusive con el fin de
tener cierta autoridad sobre los miembros de la comunidad (cuando los voluntarios piden
algo que necesitan para trabajar, como por ejemplo herramientas, y las personas del barrio
hacen todo lo que está en sus manos para poder dárselos).

Esto lo percibimos en el modo en cual los voluntarios se expresan acerca de lo que ellos
realizan “La primera vez que fui a una construcción de Techo lo hice porque para poder
graduarme era requisito tener horas de trabajo social, la segunda vez que lo hice fue
porque la pasé muy bien la primera vez y después de eso no pasó una construcción a la que
no haya ido.” (Sandra, 23) y también en el modo en que se expresan las personas que viven
en el barrio “Los que están aquí para darnos una mano cuando el barrio se inunda, en el
barro y el sol, son los chicos.” (Ricardo). Los vecinos (inclusive a los que no se les ha
construido una casa) sienten cierta necesidad de “dar” a los voluntarios algo a cambio, de
igual manera que ellos “recibieron”.
Discurso público y discurso oculto

La resistencia de los oprimidos en situaciones de dominación es la forma de relacionarse


con los opresores; estas situaciones tienden a ser funcionales, remarcan las desigualdades,
estructuran así una conciencia sobre la contingencia estamental. Esto anterior refleja la
intención histórica de producir y reproducir relaciones de sujeción en el marco de un
sistema que prioriza el capital económico y explota el humano. Es así que la distinción de
Scott entre discursos públicos y ocultos se inserta en este contexto, ya que la frontera está
definida por la dinámica relacional entre los productores de cada discurso, es decir,
dominante y dominado, extremando la noción de dignidad.
Las relaciones de poder no son tan claras y evidentes, como para poder discernir y afirmar
que es lo cierto y que es lo falso de los discursos, pero si que el discurso oculto es una
repercusión del discurso público, toda práctica de la dominación crea el discurso oculto. Si
la dominación es particularmente severa, lo más probable es que produzca un discurso
oculto de una riqueza equivalente. El discurso oculto de los grupos subordinados, a su vez,
reacciona frente al discurso público creando una subcultura y oponiendo su propia versión
de la dominación social a la de la élite dominante. Ambos son espacios de poder y de
intereses. Entonces, las relaciones entre los grupos de poder y los subordinados constituyen
el encuentro del discurso público de los primeros con el discurso público de los segundos,
los discursos ocultos logran evitar enfrentamientos, y si se publicaran se llegaría a una
negociación agresiva, como no son públicos, lo que existe son sutiles negociaciones entre
los opresores y los oprimidos, pero siempre la hegemonía debe convencer al subordinada.
La subordinación crea su propia legitimación que produce una autoconciencia tomada
como digna, pero también la estructura de dominación requiere una homogeneidad en el
grupo de los opresores, más allá de las jerarquías internas que se formen. La resistencia
contra la ideología requiere una negación que da lugar a la invención de una contra-
ideología que tiene como propósito de defensa de la dignidad de los oprimidos en la
diferenciación estratificada moderna. La anti-hegemonía se desarrolla en espacios
exclusivos de los subordinados: nichos de autonomía para encontrar de nuevo su dignidad
como persona y como grupo subordinado. Los grupos desvalidos niegan y hasta invierten
las ideologías dominantes mediante un proceso de reconstrucción discursiva que puede
tomar la forma de una acción política. Pero el subordinado suele conformarse respecto de lo
que el sabe que se espera de el, porque todo sistema de dominación bien establecido logra
controlar el impulso normal y natural a indignarse, esto se representa en el discurso oculto
que a su vez representa la fantasía, como ya se dijo, evitando enfrentamientos.

¿Cómo entrecruzar con la experiencia personal en la organización no gubernamental


llamada TECHO?
Teniendo en cuenta lo anterior, se puede superponer el trabajo de campo con las cuestiones
teóricas desmenuzadas muy brevemente con anterioridad. TECHO se puede pensar como
un intermediario que comparte fragmentos de discurso dominante y subalterno (Esta
posibilidad surge de observaciones personales):
El discurso público de la ONG se basa en combatir la pobreza particularmente en
locaciones con asentamientos que posean como característica el hacinamiento.
Promoviéndose como apolíticos, cuando el discurso oculto muestra características
claramente políticas, no partidistas, pero si, por ejemplo, en contra del estado como garante
del bienestar social general, cuando esto no se ve en el discurso publico.
Se forman voluntarios en una realidad que no es ajena pero tampoco propia, se insertan en
un contexto de vulnerabilidad y en esa realidad se forja necesariamente un marco para el
desarrollo de un criterio político. Esta ayuda voluntaria, no es criticable, pero si lo es como
herramienta de perpetuación de las desigualdades. En trabajo en contacto es inevitable, y
estos lineamientos políticos se comparten. Se utiliza la labor voluntaria para insertar en la
gante a ayudar (desde alguien que todos valoran en los barrios, los estudiantes, ya que ven
como camino a un trabajo bien remunerado)
Entonces se puede ver a la labor de TECHO como una de esas sutiles negociaciones, no
solo limitada a los discursos, sino a las practicas relacionales que mantienen a los
dominados en su lugar.
Conclusiones

Bibliografía

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