¿Cómo debo manejar los

conflictos en mi aula?

Mª Estela Serrano Lahuerta

Bloque: Convivencia en el aula
Etapa: Educación Primaria

Cada vez es más frecuente la conflictividad en las aulas. Este artículo

pretende hacer reflexionar sobre nuestra labor mediadora en la docencia
ofreciendo diversas estrategias que faciliten la resolución de conflictos en
el aula.

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“Profe, María me ha dado una patada
para quitarme el balón!. Esta expre-
sión tan habitual es consecuencia de
un conflicto de intereses previo. De
este modo, el alumno, implícitamente,
me solicita que les ayude a resolver el
conflicto creado. A partir de esta señal
de alarma por parte del alumno afec-
tado, comienzo una labor mediadora.
Para ello, habré de hacer uso de unas
estrategias constructivas para favore-
cer la situación deteriorada y mejorar
el clima que se ha malogrado a partir
de dicha disputa.
Nuestro quehacer mediador como do-
centes, en el que es habitual ayudar
a resolver pequeños conflictos cotidia-
nos que surgen de la convivencia, ha-
bremos de enfocarlo desde una postu-
ra optimista en la que juntos, alumnado
y profesorado, percibamos dichos con-
flictos como una oportunidad de cam-
bio y de crecimiento.
¿Qué actitud tomaré como media-
dor?
Cuando ya se ha puesto de manifiesto
la situación problemática y el alumna-
do implicado ha tomado conciencia de
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la misma, tendré en cuenta qué es re-
levante para comprender el conflicto:
-mostrar interés por resolver dicho
conflicto,
-tratar de mirar a los ojos,
-crear un ambiente relajado,
-hablar con tranquilidad,
-establecer confianza,
-recordar las normas a los implicados,
-velar para que las partes lleguen a un
acuerdo justo y razonable.
Normas principales antes de exponer
la situación conflictiva
Como maestros/as mediadores, he-
mos de recordar qué normas básicas
son esenciales para expresar lo que
ha ocurrido y qué sentimientos han
surgido. Algunas de ellas:
1) Respeto.
2) Dirigirse al otro por su nombre.
3) Hablar por turnos.
4) Confidencialidad.
Manos a la obra con el conflicto
“Veamos, vais a explicarme claramen-
te qué ha ocurrido. Primero escucharé
a uno y después al otro. Recordad que
no debemos faltarnos el respeto.” De
esta forma trataremos de establecer
una comunicación abierta para llegar a
comprender el conflicto.
Prioritariamente, habremos de ayudar-
les a definir el conflicto con claridad
y trabajar, asimismo, la inteligencia
emocional. Para ello, partiremos de
dos puntos:
-“¿Qué ha pasado exactamente?”
-“¿Cómo te has sentido?”
Una vez que han expuesto lo sucedido
cada una de las partes implicadas:
-¿Cómo creéis que podemos solucio-
nar esto? (Lluvia de ideas)
-Seleccionamos la solución más ven-
tajosa para ambas partes.
-Si se considera oportuno, podemos
pedir un beso o abrazo –Según la
edad-.
Estrategias para una buena comuni-
cación
La escucha activa sirve para poner-
nos en el lugar del alumnado implicado
y mostrar empatía. La empatía es muy
necesaria en la resolución de conflic-
tos para pasar de las posiciones de las
personas afectadas en el conflicto a
sus necesidades e intereses.
Para una buena comprensión nos cen-
traremos en los elementos verbales,
orales y visuales. Es necesario:
-Mostrar interés a través del lenguaje
no verbal (sonreír, asentir, mantener el
contacto visual, etc).
-Clarificar, precisando ideas y senti-
mientos. Ej.: ¿Qué pasó entonces?
¿Podrías decir más cosas sobre...?
-Parafrasear, haciendo de espejo, para
que quien habla se sienta escuchado
y animarle a continuar. Ej.: Así lo que
dices es que, si lo he entendido bien...
-Resumir, recogiendo las ideas princi-
pales. Ej.: ¿Es así?
-Reformular, recogiendo ideas y sen-
timientos para ofrecer un nuevo punto
de vista en la historia.
Pero... ¿Cómo sabré si he logrado
una labor eficaz como mediador?
Tan sólo será necesario comprobar si
hemos conseguido:
-Mejorar las relaciones interpersona-
les.
-Aceptar los conflictos.
-Hacer introspección de emociones,
intereses y necesidades, y saber ex-
presarlas.
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-Escuchar y saber colocarse en el lu-
gar del otro.
-Generar y consensuar alternativas
posibles.
Rincón del diálogo en el aula
Podemos aprovechar el momento de
resolución del problema como un en-
cuentro interpersonal entre los impli-
cados, el maestro/a mediador y, si se
considera oportuno, el resto de la cla-
se.
El otro día, a la salida del cole escuché
cómo le contaba un niño a su madre
“Me he peleado con Juan pero ya lo
hemos solucionado en el Rincón del
Diálogo”. Efectivamente, en un rincon-
cito de la clase hemos creado el “Rin-
cón del diálogo”. Se trata de un lugar
debidamente señalizado con un cartel
en el que se ubica una mesa con dos
sillas, una a cada lado. Sobre la mesa
dos fichas que representan, una boca
(la coge quien tiene el turno de pala-
bra) y una oreja (la coge quien escu-
cha). En este espacio se pretende que
el alumnado maneje de forma autóno-
ma los conflictos que puedan surgir.
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Ultima reflexión.
Con estas sencillas estrategias hemos
de enseñar a nuestros chicos/as en las
aulas a trabajar los conflictos que sur-
gen diariamente y a resolverlos ganan-
do las dos partes. Para ello, es preciso
aprender pequeñas pautas que facili-
tarán la resolución de dificultades futu-
ras aprendiendo a generalizar mane-
ras de hacer y de actuar que nos han
ayudado.
Y para concluir, me gustaría hacer una
llamada de atención a todos compañe-
ros/as de profesión y a todos padres
y madres preocupados por los apren-
dizajes y el éxito escolar: ¿No creen
ustedes que es mucho más significati-
vo pararnos a trabajar las habilidades
sociales, el compañerismo, la coope-
ración en el aula y no dedicar tanto
esfuerzo en las competencias curri-
culares que sobrecargan y hacen de
nuestros alumnos/as unos contenedo-
res de datos faltos de humanidad? Les
invito a todos ustedes a la reflexión al
respecto.