En ese orden de ideas, tenemos que son cuatro las facultades reconocidas en la
legislación tributaria, las mismas que sustentan el desarrollo de las funciones y
atribuciones primigenias de la Administración Tributaria, en los siguientes
términos:
De otro lado, cabe precisar que la Administración Aduanera ejerce esta potestad
disponiendo la ejecución de acciones de control, antes y durante el despacho de las
mercancías, con posterioridad a su levante o antes de su salida del territorio
aduanero. El ejercicio de estas acciones ha sido desarrollado en la legislación
aduanera del siguiente modo:
a) Ejecuta acciones de control, tales como: la descarga, desembalaje, inspección,
verificación, aforo, auditorías, imposición de marcas, sellos, precintos u otros
dispositivos, establecer rutas para el tránsito de mercancías, custodia para su
traslado o almacenamiento, vigilancia, monitoreo y cualquier otra acción necesaria
para el control de las mercancías y medios de transporte;
b) Dispone las medidas preventivas de inmovilización e incautación de mercancías
y medios de transporte;
c) Requiere a los deudores tributarios, operadores de comercio exterior o terceros,
el acceso a libros, documentos, archivos, soportes magnéticos, data informática,
sistemas contables y cualquier otra información relacionada con las operaciones de
comercio exterior;
d) Requiere la comparecencia de deudores tributarios, operadores de comercio
exterior o de terceros;
e) Ejerce las medidas en frontera disponiendo la suspensión del despacho de
mercancías presuntamente falsificadas o pirateadas, de acuerdo a la legislación de
la materia; y
f) Registra a las personas cuando ingresen o salgan del territorio aduanero.
Otro aspecto que conviene anotar es que para el ejercicio del control aduanero, la
Administración emplea, principalmente las técnicas de gestión de riesgo para
focalizar las acciones de control en aquellas actividades o áreas de alto riesgo,
respetando la naturaleza confidencial de la información obtenida para tal fin; dado
que se encuentra sometida a las normas de reserva tributaria.
Así tenemos por ejemplo que para el control durante el despacho, la Administración
Aduanera determina mediante técnicas de gestión de riesgo los porcentajes de
reconocimiento físico de las mercancías destinadas a los regímenes aduaneros. La
regla general aplicable a dichos porcentajes es de de cuatro por ciento (4%),
pudiendo aplicar porcentajes mayores, el que en ningún caso debe exceder del
quince por ciento (15%) de las declaraciones numeradas. Cabe puntualizar que no
están incluidos en el precitado porcentaje aquellas mercancías cuyo reconocimiento
físico se disponga por:
a) La normatividad específica;
b) El Reglamento de la Ley General de Aduanas;
c) La autoridad aduanera, sobre la base de una acción de control o a solicitud del
declarante, durante el proceso de despacho.
Continuando con este estudio sobre el control aduanero, corresponde mencionar
que la legislación aduanera consagra dos modalidades de acciones de control que
tienen las siguientes diferencias e implicancias de orden técnico:
Finalmente, para concluir con este breve estudio del control aduanero de las
mercancías, no olvidemos que las administraciones aduaneras están priorizando
actualmente la facilitación del comercio exterior. Lo cual en modo alguno significa
que deba hacer una renuncia a sus atribuciones y facultades de fiscalización y
control aduanero. Por el contrario en esta nueva etapa cuenta con mayores
instrumentos legales y tecnológicos que le permitirán lograr este cometido de
manera mucho más eficiente en resguardo del interés fiscal.