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El docente antropólogo, en su complejidad

“No se forma al individuo para que sepa hablar


sobre las cosas sino para saberlas hacer y explicar
y obrar inteligentemente en la vida.”
Luis Alves de Mattos
“Todo está ahí y depende de cada quien,
qué puede hacer con sus ocasiones.”
Graciela Montes

A modo de introducción

Un texto “desestabiliza al lector”, cuando lo llena de intranquilidad y lo lleva al


borde de la problematización. Entonces puede decirse que ese lector ya no es el mismo; se
ha transformado dejando la vieja piel para lucir la nueva...
Además, “ todo texto es leído con referencia a múltiples textos que lo preceden; o con
otras palabras, que el acto de lectura tampoco ignora el amplio espacio intertextual(...)” 1.
Esto hace posible que en la mente de ese lector tenga lugar una especie de juego donde
ninguna lectura es inocente.
Es por eso que, pensar nuevamente las teorías del aprendizaje desde la mirada de

Jerome Bruner brinda a estas lectoras nuevos lentes para redescubrir, repensar, reformular

la educación, la enseñanza y el aprendizaje. Este último va a constituir el problema sobre el

cual estas autoras problematizarán: ¿Porqué la educación no es una isla , sino parte de un

continente de la cultura? ¿Cómo aprende ese sujeto puesto/ impuesto ante un –otro-

docente en un contexto específico? ¿Por qué en la educación nada equivale a un cero

pedagógico? y ¿Cómo en la educación se hace presente la problemática de la alteridad?

Nuestro discurso compartirá la perspectiva psico-cultural de la Educación a la que Bruner

esboza con la presentación de postulados y algunas de sus consecuencias para la educación.

Además, porque dicho autor considera que “una teoría de la mente sólo se vuelve

1
Reis Carlos “Fundamentos y técnicas del análisis literario”. Madrid : Gredos, 1981.

1
interesante cuando se vuelve más “de fuera hacia dentro” indicando el tipo de mundo que

se necesita para hacer posible el uso efectivo de la mente ( o el corazón).”

Por otra parte, hemos incluido un cuento de Enrique A Imbert, titulado “Los ojos del
dragón” que será trabajado junto a “Tengo una muñeca vestida de azul” de Luis Enrique
López ya que en ambos textos aparecen las problemáticas sobre las que discutiremos.

La educación , foro de cultura


Empecemos a poner en marcha nuestro pensamiento ¿Qué sería de nosotros sin la
educación? La educación permite la participación en una cultura . No tenerla en cuenta, no
sólo implicaría renunciar a un derecho sino también a sacarnos una parte de nuestra
mismidad. Lo mismo sucede cuando las oportunidades son “ asesinadas” por “ el racismo,
los privilegios de clase social y el prejuicio, todo ello amplificado por las formas de
pobreza que crean , tienen efectos poderosos sobre cuánto y cómo educamos a los niños”
(Bruner 19 : 45)
¿Cuántos talentos andarán descarriados por el mundo sin tener oportunidades? Bruner
sostiene que:
“La implicación más general es que una cultura se está recreando
constantemente al ser interpretada y renegociada por sus integrantes. Según esta
perspectiva , una cultura es tanto un foro para negociar y renegociar los
significados y explicar la acción , como un conjunto de reglas o especificaciones
para la acción . En realidad, toda cultura mantiene instituciones u ocasiones
especializadas para intensificar esta característica de foro . La narración, el teatro,
la ciencia, incluso la jurisprudencia , son todas técnicas para intensificar esta
función , maneras de explorar mundos posibles fuera del contexto de la necesidad
inmediata. La educación es – o debe ser- uno de los foros principales para realizar
esta función , aunque suele ser vacilante en asumirla. Es este aspecto de foro de la
cultura lo que da a sus participantes una función en la constante elaboración y
reelaboración de esa cultura; una función activa como participantes y no como
actuantes que desempeñan sus papeles canónicos de acuerdo con las reglas cuando
se producen los indicios adecuados” ( Bruner 1996: 128)

2
¡A qué interesantes reflexiones nos lleva este fragmento para con nuestro papel de
docentes!¿Cómo podrán ellos participar en la cultura, si nadie les indica el importante papel
que en ella tienen? ¿Y sólo se da importancia a la transmisión de contenidos sin propiciar
que “los aprendices alcancen un juicio sensato, que lleguen a confiar en sí mismos, que
trabajen bien unos con otros”?
Todo esto es arriesgado, pues si el docente no es consciente de este riesgo seguirá
pensándose como un monopolio del saber y continuará pensando a “ellos” como sujetos
que van a la escuela en busca de información -si es que llega a ser así- para repetirla en un
examen lo más fiel posible con tal de salir lo más rápido del sistema educativo. ¿Acaso esto
no es la forma de negar a la educación como foro de cultura?
Bruner sostiene que “ las prácticas educativas en las aulas están basadas en una serie
de creencias populares sobre las mentes de los aprendices , algunas de las cuales pueden
haber funcionado conscientemente a favor o inconscientemente en contra del bienestar del
niño. Hay que explicitarlas y reexaminarlas”
No hay que olvidar que ejercer la profesión de enseñantes no se asemeja a ningún
otro oficio. Pues aquí se requiere mucha creatividad, perseverancia y buen humor para
“ influir en el otro para modificarlo en algún sentido aunque el propósito sea permitirle al
otro ser el mismo, intentaremos –al menos- que sea alguien más consciente de sí mismo .”2
Tampoco hay que pasar por alto que existen “ profundos problemas que tienen su
origen en diferentes causas, sobre todo en una sociedad cambiante cuya configuración
futura no podemos prever y para la cual es difícil prepara una nueva generación”.(Bruner
1996:127)
En consideración de estos dos condicionantes creemos que la enseñanza se humaniza
cuando el mismo docente “ se piensa” y “ piensa” a sus educandos. El docente es el que
“ asegura un camino guiando, pero dejando, pasar al alumno delante de él. Éste exige de él
disponibilidad de espíritu, una honestidad intelectual, un compromiso en su función” 3.
Gómez Da Costa en su “ Pedagogía de la presencia” sostiene que el educador debe hacerse
presente en la realidad del educando, mostrando apertura, sensibilidad y compromiso.”
Al respecto Bruner afirma que : “ El desafío siempre es situar nuestro conocimiento
en el contexto vivo que ofrece el problema que se presenta. Y ese contexto vivo, en lo que

2
Fernández, Susana Inés. Humanización de la Enseñanza
3
Postic, La Relación Educativa. Factores institucionales, sociológicos y culturales. Pp81
3
concierne a la educación, es el aula de la escuela; el aula de la escuela situada en una
cultura más amplia”.
Pensaremos, ahora el primer texto “Tengo una muñeca vestida de azul”. Las teorías
del aprendizaje nos proveen conceptualizaciones para interpretar lo que ocurre en ese
mundo llamado aula. Pero además se requiere que a ese bagaje teórico ( obtenido al cursar
materias del área pedagógica) le agreguemos nuestra impronta , es decir “ la mirada atenta
y la escucha comprensiva”, como lo hizo el observador del texto mencionado.
La experiencia del observador de “ Tengo una muñeca vestida de azul”, nos
impresiona porque esos chicos aymarahablantes eran considerados como una tabla raza ,
como una página en blanco, sobre la cual se graban las impresiones recibidas del mundo
exterior. La tarea de la maestra consistía en presentar “bien” lo que quería enseñar para
que sus alumnos lo grabaran, iniciando la clase “puntero en mano”.
¿Y la cultura? Ignorada por completo: “los chicos ni hablar bien pueden, confunden la
u con la o y la i con e”. La maestra considera como un problema de pronunciación y
entonación aquello que implica una dimensión cultural. Se creyó que ante el estimulo
“maestra que no sabe aymara” , la respuesta de los niños aymara hablantes sería hablar en
castellano”. Sin embargo, los resultados obtenidos no eran precisamente los esperados.
El investigador nos presenta un modo de actuar y trabajar en la realidad, en este caso
la de los chicos aymarahablantes. Dicho modo de actuar tiene que ver con el conocimiento
que él posee de la lengua aymara. Es por medio del mismo que logra adecuar la traducción
teniendo en cuenta el mundo aymara. “Naturalmente, hubo cosas que ni siquiera intente
incluir en mi descripción ni menos traducir, como aquello del “ velo de tul”, y lo remplacé
más bien por la manga negra – chucú-,con la que las señoras aymaras cubren sus
cabezas.”
Esta experiencia nos invita a pensar en el concepto de zona de desarrollo próximo
de Vygotsky , que es definida como la distancia entre “el nivel de desarrollo real del niño
tal como puede ser determinado a partir de la resolución independiente de problemas” y el
nivel más elevado de desarrollo potencial tal y como es determinado por la resolución de
problemas bajo la guía del adulto o en colaboración con iguales más capaces.
“ Había transcurrido casi una hora y los niños del primer grado, todos aymara
hablantes , no habían aprendido nada. Antes de mandarlos al recreo, con mucho esfuerzo,
intente explicarles en aymara lo que todo eso significaba”.

4
Este concepto dialoga perfectamente con el postulado interaccional y contructivista
de Bruner como así también con la teoría sobre el aprendizaje significativo de Ausubel.
De acuerdo con Vygotsky, la instrucción en la zona de desarrollo próximo “ aviva la
actividad del niño, despierta y pone en funcionamiento toda una serie de procesos de
desarrollo”. Además, decir esto involucra que esa instrucción puede ser tomada en este
contexto como sinónimo de interacción pues “ el pasarse conocimiento y habilidad como
cualquier intercambio humano, supone una sub comunidad en interacción como mínimo
supone un “ profesor” y un “aprendiz” (...) Es sobre todo a través de la interacción con
otros que los niños averiguan de qué trata la cultura y como concibe el mundo (...)”
Esta especialización descansa sobre el don del lenguaje pero también “ en nuestro
increíble bien desarrollado talento para la “ intersubjetividad”: la habilidad humana para
entender las mentes de otros, ya sea a través del lenguaje , el gesto u otros medios.”
“Ese enseñante”, tuvo en cuenta que cómo se enseña y cómo se aprende implican
“negociar” significados. En consecuencia rompe ese molde en que “ el profesor,
presuntamente omnisciente cuenta o muestra explícitamente a aprendices presuntamente
ignorantes algo de lo que presuntamente no saben” .
“Aka quillqatax muñik´ajataw parlixa”, la traducción al aymara , nos permite
pensarnos como “ enseñantes antropólogos” , lo cual no involucra una precipitada puesta en
escena de aprendizajes anteriores sino un “plus de trabajo” que involucra conocerme en el
espacio áulico y conocerlos a los alumnos como “ sujetos de aprendizaje” pero a la vez
mirarnos en un contexto socioeconómico y cultural específico.
Se piensa en un “enseñante antropólogo” considerando que “ mediante la antropología
podemos aprender a discriminar los comportamientos naturales de los culturales , a valorar
la importancia de las similitudes y de las diferencias, a reconocer que no existen
fenómenos culturales simples como los planteados por el sentido común.”4
Desde esta perspectiva “conocerlos” nos lleva a reconocer que el conocimiento que se
transmite en cualquier situación de aprendizaje debe estar estructurada no sólo en sí misma,
sino también con respecto a los conocimientos que ya posee el alumno. Es preciso tener en
cuenta lo que el alumno ya sabe sobre lo que vamos a enseñarle, puesto que el nuevo
conocimiento se asentará sobre el viejo. De esta manera, el aprendizaje se vuelve

4
Garreta, Mariano y Bellelli, Cristina (comp.) 1999.La trama cultural. Textos de antropología y arqueología.
Bs. As.:Ediciones Caligraf
5
significativo y el alumno deja de ser considerado una caja vacía. Y por consiguiente
también es capaz de construir la realidad:
“ La construcción de la realidad es el producto de la creación de conocimiento
conformada a lo largo de tradiciones con la caja de herramientas de formas de
pensar de una cultura. Entonces la Educación debe concebirse como una ayuda
para que los niños humanos aprendan a usar las herramientas de creación de
significado y construcción de la realidad, para adaptarla mejor al mundo en el que
se encuentran y para ayudarles en el proceso de cambiarlo según se requiera”.
Retomemos la idea de enseñantes antropólogos para señalar que el investigador de
“Tengo una muñeca...” no se encerró en una teoría del aprendizaje sino que pensó como un
antropólogo, situándose en esa otra cultura que no le era totalmente ajena. ¿Pero qué sucede
cuando la otra cultura nos es totalmente ajena y pretendemos interpretarla desde la nuestra
que es totalmente diferente?. El siguiente ejemplo resulta muy ilustrativo para responder a
este interrogante:
“Durante la conquista del Amazonas muchos sacerdotes, fueron asesinados
por los pueblos a los que iban a evangelizar. Algunos de ellos murieron por no
haber interpretado correctamente las señales de su “rebaño”. Los pobres clérigos
creyeron que había cristianos porque encontraban cruces instaladas en los
senderos de la selva”.5
En este caso las cruces eran una declaración de guerra y la muerte segura, esto nos
lleva a la importancia de los símbolos y sus significados según el contexto. Cuando
hayamos encontrado otras maneras de ver, escuchar y actuar considerémonos afortunados
pues habremos encontrado “una grieta en el tiempo, un ensanchamiento del horizonte, un
nuevo punto de vista” como define Graciela Montes a la ocasión.
Entonces y para finalizar este apartado, un docente antropólogo es también un
repartidor de ocasiones. Es decir que nuestra elección involucra no sólo repartir
contenidos conceptuales , sino darlos a conocer “negociando el mundo de la maravilla y la
posibilidad” para que ellos obren inteligentemente en la vida, mas allá de que puedan o no
acceder a estudios superiores.
Apartir de esto afirmamos que la educación deja marca imborrables en los sujetos y
por eso coincidimos con Bruner en que :

5
Ídem 4
6
“La educación es arriesgada, ya que refuerza el sentido de la posibilidad.
Pero un fracaso en el intento de equiparar a las mentes con las habilidades para
entender y sentir y actuar en el mundo cultural no equivale sencillamente a un cero
pedagógico. Se arriesga a crear alineación, desafíos e incompetencia práctica. Y
todo ello interrumpe la vialidad de una cultura” (Bruner 19 : 62)

Los ojos del dragón


Pasemos ahora a la pregunta de ¿Cómo en la educación se hace presente la
problemática de la alteridad? y ¿Cómo ésta influye en el aprendizaje?. El desarrollo de esta
problemática seguirá enmarcada en la perspectiva psico-cultural de la educación de Bruner.
En esta segunda parte trabajaremos con el cuento “Los ojos del dragón” cuya lectura
produjo en las autoras una identificación en cuanto a nuestra futuro papel de docentes.
Estamos convencidas de que la educación –ahora bien entendida- es un encuentro
con “un otro situado”. Para el desarrollo de esta problemática tomaremos la Tipología de
las relaciones con el otro que Todorov utiliza en su libro “La conquista de América. El
problema del otro”.
El capítulo donde aparece esta tipología se denomina “Conocer” lo cual nos hizo
pensar en la misión del docente antropólogo o el psicólogo cultural:
“Para dar cuenta de las diferencias existentes en la realidad, hay que
distinguir por lo menos tres ejes, en los que se puede situar la problemática de la
alteridad. Primero hay un juicio de valor (un plano axiológico): él otro es bueno o
malo, lo quiero o no lo quiero, o bien, como se prefiere decir en esta época, es mi
igual o es inferior a mí (ya que por lo general, eso es obvio, yo soy bueno, y me
estimo...). En segundo lugar, está la acción de acercamiento o alejamiento en
relación con el otro (un plano praxeológico): adopto los valores del otro, me
identifico con él; o asimilo al otro a mí, le impongo mi propia imagen; entre la
sumisión al otro y la sumisión del otro hay un tercer punto, que es la neutralidad o
indiferencia. En tercer lugar, conozco o ignoro la identidad del otro ( plano
epistémico); evidentemente no hay aquí ningún absoluto sino una gradación
infinita entre los estados de conocimiento menos o más elevados” (Todorov 1997:
195)

7
En nuestra futura tarea docente –como le sucede al joven personaje del cuento de
Imbert- vamos a tener que conocer a ese otro sino queremos sacrificar lo valioso que tiene
la educación.
En este cuento el futuro docente re-conoce la identidad del otro ( plano epistémico) –y
al reconocerse el mismo también como joven- opta por el alejamiento (plano
praxeológico):
“Abrí la puerta y vi que por el corredor , como por una arteria, circulaba caliente y
roja la vida juvenil y me asusté de ser joven. Retrocedí, volví a encerrarme en la sala de
profesores”.
En cuanto al plano axiológico los estudiantes son concebidos como malos, capaces de
llegar a la subversión, como futuros dragones. Esta manera de ver al otro es compartida
tanto por el profesor “viejito” como por el joven. ¿Acaso no es la opinión popular sobre
nuestros adolescentes?
Aquí también puede volverse a mirar el primer texto donde la maestra ignora la
identidad cultural del otro –niños aymarahablantes- y opta por subestimarlos e ignorar su
cultura, asi la maestra le comenta al observador “Así son estas chiquitas aquí. ¿Qué se
puede hacer con ellas?” mientras que el investigador asimila al otro, se identifica con él e
intenta crear un vínculo con los niños, que logra por medio de la lengua aymara.
Recuperemos también el postulado de la identidad y la autoestima de Bruner que
sostiene:
“La escuela es una entrada en la cultura y no sólo una preparación para ella ,
entonces tenemos que revalúan constantemente lo que la escuela hace de la concepción que
el estudiante joven tiene de sus propias capacidades (su sentido de agencia) y sus
posibilidades percibidas de enfrentarse con el mundo, tanto en la escuela como después
( su auto-estima)
Un docente antropólogo o psicólogo social nunca olvida la identidad del otro, la
agencia y la valoración (auto-estima) que estan presentes en el sujeto que aprende e
interacciona en esa “empresa compleja que es la Educación”.
Otro postulado interesante es el narrativo. La narración como forma de pensamiento y
como vehículo para la creación de significados:

8
“Por el momento sólo intento afirmar que la narrativa, inclusa la de ficción , da forma
a las cosas del mundo real y muchas veces le confiere, además, una carta de derecho en la
realidad” (Bruner 2003:22)
El docente constantemente usa la narración, para comprender y hacer comprender,
para acercarse a otro, para educar, para hacer sentir, para construir la identidad . . . Además
“encontrar un lugar en el mundo es en último extremo un acto de imaginación”.

A modo de conclusión
Concluimos este trabajo afirmando que se pueden pensar cuestiones interesantes
desde la perspectiva psico-cultural de la educación propuesta por Jerome Bruner. Ya que
desde esta perspectiva se considera a la educación como una parte del continente de la
cultura , y a la escuela como foro donde se negocian y renegocian los significados, y donde
se contribuye (positivamente o negativamente) a la formación de la identidad y de la auto-
estima de los niños.
Además, la perspectiva psico cultural nos permite descubrir que la tarea docente es
también un acto de imaginación donde no tiene lugar la aplicación robótica de alguna teoría
psicológica sino que se trata de “ ir más allá de la teoría dada”. Acercándose más a la labor
de un artesano.

9
Bibliografía :
 Bruner, Jerome (2003) La fabrica de historias. Derecho, literatura, vida. México
Fondo de cultura económico.
 ------------------- (1997 ) “Cultura, mente y educación” y “ Pedagogía popular” en
La educación puerta de la cultura. Madrid. Aprendizaje Visor
 ------------------- (1996)“El lenguaje de la educación” en Realidad mental y mundos
posibles. Los actos de la imaginación que dan sentido a la experiencia. Barcelona.
Gedisa
 Carretero, Mario (1993) Constructivismo y Educación. Bs.As. Aique.
 Todorov, Tzvetan (1997) “Conocer” en La conquista de América. El problema del
otro. México. Siglo XXI
 Pozo, Juan Ignacio (1989) Teorías Cognitivas del Aprendizaje. Madrid. Morata

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