Anda di halaman 1dari 7

Universidad Nacional de Salta

Facultad de Humanidades

LICENCIATURA CIENCIAS DE LA COMUNICACION

PARCIAL DOMICILIARIO

COMISION N° 1

Lunes - 14 a 16 Hs.

Cátedra:

Historia Regional

Profesores:

Raspi, Emma (T)


Quintana, Sergio (P)

Alumno:

Baltazar, Gabriel Alejandro


DNI: 37.419.443
Lu: 713509
Textos Abordados.
1- ) CHAILE, Telma y QUIÑONEZ, Mercedes: “Memoria e Historia. Representaciones del
pasado en Salta, fines del siglo XIX y principios del siglo XX”. En: MATA, Sara y PALERMO,
Zulma (Comp): Travesía discursiva: representaciones identitaria en Salta (Siglos XVIII – XXI)
2-) TERUEL, Ana, “Regiones de Frontera: Apuntes para contribuir a la historia nacional de la
propiedad de la tierra” en BANDIERI, Susana (coord.) “Las escalas de la historia comparada: T
2: Empresas y empresarios. La Cuestión Regional”
CONSTRUCCION DE LA IDENTIDAD.

“…La memoria colectiva ha constituido un hito


importante en la lucha por el poder conducida por las
fuerzas sociales. (...) Apoderarse de la memoria y del
olvido es una de las máximas preocupaciones de las clases,
de los grupos, de los individuos que han dominado y
dominan las sociedades históricas. Los olvidos, los
silencios de la historia son reveladores de estos
mecanismos de manipulación de la memoria colectiva”.
Le Goff, Jacques1

El problema de la representación del pasado se encuentra ya establecido en el plano de


la memoria antes que en la historia.2 Para reconstruir el procedente de la identidad de la
provincia, hay que partir de las representaciones del pasado en Salta, a partir de la recuperación
de la memoria y la construcción de tradiciones, mediante relatos de determinados hechos y
procesos vinculados a la historia política y religiosa local.
Las memorias, las tradiciones, los relatos históricos, como construcciones discursivas
del mundo social tienen esa dimensión de opacidad enunciativa, disimulando, ocultando
relaciones de fuerza en la lucha por el poder.
En ese proceso, la noción de representaciones permite aproximarnos hacia algunas de
las formas a través de las cuales las comunidades percibieron y comprendieron su sociedad y
su propia historia. Entonces se puede afirmar que, el problema no comienza con la historia sino
con la memoria, a la cual la historia está ligada.3
Para llegar a un análisis de la conformación de una historia, habrá que partir desde la
representación en lugar de algo ausente, el cual permite ver mediante una imagen que lo
representa.4 La construcción de imágenes de ciertos hechos como presentificación de lo ausente
ya pasado. Gabriela Siracusano sostiene que no solo revelan, (este tipo de fuentes, que
construyen) sino que también disimulan y ocultan “relaciones y formas de pensar, hacer e
intervenir en el mundo”.5

LA MEMORIA Y LAS REPRESENTACIONES


El concepto de memoria, refiere a la “potencia del alma por medio de la cual se retiene
y recuerda lo pasado”6, es ese pasado el que pone en juego los condicionantes del hoy y la
utilización de la memoria para la construcción de relatos históricos, es preciso también atender
a las percepciones que los agentes tienen del pasado en su propio presente histórico. La
memoria no recuerda las cosas tal y como fueron, sino que es una reconstrucción del pasado
desde el presente que modula, recrea e interpreta, de diversos modo, el pasado, si bien es el
individuo el que recuerda no lo hace de manera aislada sino que, así como es parte de la
sociedad, lo que recuerda tiene marcos sociales que sostienen y posibilitan y condicionan el
recuerdo. La memoria individual es social en tanto “los conceptos en los que se formula y

1 LE GOFF, Jacques, “El orden de la Memoria. El Tiempo como Imaginario, Pág. 134
2 RICOUER, Paul “Historia y Memorias. La Escritura de la Historia y la Representación del Pasado”., en
PEROTIN-DUMON.
3 RICOUER, Paúl “Historia y Memorias. La Escritura de la Historia y la Representación del Pasado”., en
PEROTIN-DUMON. p 3 [En Línea] http://historizarelpasadovivo.cl/downloads/ricoeur.pdf
4 CHARTIER, Martín, “El discurso y la imagen”, Buenos Aires, 1996, pp. 77-78
5 SIRACUSANO, Gabriela El Poder de los colores. De lo material a lo simbólico en las practicas culturales
andinas. Siglo XVI-XVIII, FCE, Buenos Aires, 2005, p 17
6 REAL ACADEMIA ESPAÑOLA, Diccionario de la Lengua Castellana, 1889, p 6350 [En Línea]
http://www.buscon.rae.es
deposita son nociones comunes a diversos individuos, propias de una sociedad y pertenecientes
a un determinado momento histórico y se enraízan en esa sociedad”.7
A mediados del siglo XX, una parte de la antropología de las sociedades complejas se
ocupó sobretodo de la pervivencia de las costumbres llamadas “tradicionales” que
pertenecerían a las sociedades clasificadas como simples, primitivas o Folk 8 y que permanecían
en los espacios de lo denominado complejo 9
Las representaciones del pasado se proyectan en dos dimensiones: en primer lugar, la
recuperación y representación del pasado trasciende a los sectores de la elite local y se
convierte en una memoria familiar/grupal/restringida a ser concebida como la historia
compartida de todos. Y en segundo lugar, se proyecta una imagen historiográfica hacia todo el
siglo XX con recuerdos hasta el presente, convirtiéndose casi en un sentido historiográfico.
La elite salteña de fines del siglo XIX y principios del siglo XX rescata del pasado,
hechos, sujetos de los cuales se considera heredera y recrea en el presente las diferencias del
pasado, se considera el sector mas distinguido de la sociedad y sus hombres los destinados a
conducir a los sectores populares.10 Se rescata una sola memoria y se conservan ciertas
tradiciones y a partir de ellas se reconstruye la historia de Salta, asimismo también sectores de
la elite se apropia de ese pasado y de sus narrativas. Esa memoria sirve para la legitimación en
el presente y su filiación con hechos y personajes gloriosos. Otra imagen que se construye a
fines del siglo XIX y principios del siglo XX y que perdura con fuerza hasta la actualidad,11
son las tradiciones religiosas, sus vinculaciones con la elaboración de una historia religiosa y
de la iglesia local.
En Salta tuvieron lugar procesos de construcción de tradiciones en esos términos a
partir de la reunión de los relatos acerca de las historias de ciertas devociones religiosas. Al
igual que con la memoria, también en este plano se verifico la selección de ciertos hechos y a
partir de ellos las ocultaciones y las apropiaciones.12
.
DESDE LO POLITICO Y LO RELIGIOSO
El intento por acceder a algunas de las representaciones del pasado local en Salta
construidas a fines del siglo XIX y principios del siglo XX, implica un esfuerzo por recuperar y
articular distintas fuentes como las memorias familiares y las tradiciones religiosas. Identificar
a los productores de las narrativas donde están plasmadas estas representaciones constituye un
primer acercamiento, los vínculos con el poder político y religioso son muy fuertes y los
primeros que se dedican a escribir sobre la historia local forman parte de una elite intelectual
pero también política que gobierna la provincia. Para esto es necesario tomar las
construcciones dadas por dos autores.
Bernardo Frias –uno de ellos- nació en Salta en 1866, en el seno de una familia
tradicional salteña, se desempeño como diputado provincial, presidente del Consejo General de
Educación de la provincia, Ministro y Presidente de la Corte Suprema de Justicia de Salta, pero
es recordado por su profesión de historiador, se consagro al a revisar toda suerte de
documentos históricos que encontraba en los archivos, tanto oficiales como privados, y a
indagar datos de ancianos, actores y testigos del pasado salteño, su obra fundamental es la
Historia del General Güemes y de la provincia de Salta o sea de la independencia argentina.13
La recuperación de la figura de Martín Miguel de Güemes y del accionar de la provincia y de

7 CUESTA BUSTILLO, Josefina. Historia del Presente, Eudema, Madrid, 1993, p. 43


8 Partiendo del concepto de FOLK, (Palabra Inglesa) que se refiere al conjunto de las tradiciones, creencias y
costumbres de las clases populares.
9 ÁLVAREZ LEGUIZAMÓN Y AGUILERA, “La ciudad, la modernidad, lo industrial, el progreso”, 2009
10 ÁLVAREZ LEGUIZAMÓN, Sonia, “Introducción”, en Poder y Salteñidad. Saberes, políticos y
representaciones sociales, CEPIHA, Editorial Milord, Salta, 2010, p. 13.
11 PALERMO, Zulma, “Discursos de fundación y representaciones sociales. Dos transiciones seculares”,
MIMEO
12 WILLIAMS, Raymond, “Tradiciones, instituciones y formaciones” en Marxismo y literatura, Barcelona,
PENINSULA, 1980, p. 138
su elite dirigente en el proceso de independencia, y brindo una imagen del pasado salteño
desde la colonia a las primeras décadas de siglo XIX. Tal así que lucha por construir al General
Güemes en el máximo héroe local14, como representante de lo mejor y mas destacado de la
sociedad salteña, también lo reconoce como parte de esa elite ilustrada de la cual el mismo
(Frias) forma parte, tapando de alguna manera todos los odios ocasionados por su gestión de
gobierno. Así también, la elite de salteña realiza un proceso de apropiación de la figura de
Güemes y del culto en torno a su imagen y accionar. 15
Por su parte Julián Toscano, nacido en curatos de Leales, Tucumán en 1850. Recibió el
diaconado en Salta, donde fue ordenado sacerdote en 1873.16 Sus aportes acerca de la historia
religiosa en Salta, vincula a la Iglesia en la sociedad durante la colonia, a partir de documentos
existentes en el archivo eclesiástico, dieron como resultado Historias de la Imágenes del Señor
del Milagro y de Nuestra Señora la Virgen del Milagro que se veneran en la Catedral de Salta.
Estos textos impresos se inscribían en un momento fundacional de la práctica histórica local y
su construcción de imágenes de la sociedad local y las primeras décadas del siglo XIX.
La clericalización17 de esas historias de devociones marianas y cristicas de origen
colonial implico la elaboración de narrativas en un marco de interpretación delimitado y
controlado por los propios sacerdotes. Este proceso fue afianzado un corpus de tradiciones
religiosas referentes a imágenes localmente consagradas como las imágenes de Cristo y de la
virgen del Milagro y la Virgen de la Candelaria de la Viña.
Toscano entiende a una “tradición constante” como aquella “trasmitida de generación
en generación y de siglo en siglo”. Las tradiciones son “noticias […] conocidas, patentadas y
averiguadas desde un tiempo inmemorial, por publica voz y fama”.18 También dice que existen
tradiciones que son autorizadas en tanto fueron autenticadas por informaciones jurídicas
quedando “como monumento de la fe y de la historia”
Tanto Julián Toscano como Bernardo Frias constituyen referentes ineludibles de este
momento historiográfico para la provincia de Salta, estos intelectuales forman parte de los
gobiernos –tantos civiles como eclesiásticos- de las redes familiares de poder, de los hábitos y
normas propios de los sectores de la sociedad que se siente dueño del proceso histórico y
construye imágenes del pasado destinadas a perdurar por largo tiempo.19
Es de suma importancia puntualizar que, uno de los principales registros para la
elaboración de de representaciones, lo contribuyeron las memorias familiares, es decir, los
recuerdos normativas, valores que configuran una cierta concepción del mundo y del lugar de
la familia en el conjunto social, e incluso la tradición oral recogida del relato. Así las familias
de elite consiguieron preservar memoria, seleccionar los hechos, olvidando y recordando
acontecimientos pasados, e integrarla en narraciones que adquirieron carácter histórico.

13 El primer tomo de la obra aparece en 1902, publicado en Salta por el Establecimiento Tipográfico. El Cívico,
el tomo II se edita en 1907 y el último tomo publicado en vida de su autor data del año 1911. La obra completa –
en total seis tomos- recién aparece en 1971.
14 FRIAS, Bernardo, “La Salta Vieja. El Vecindario. Güemes”, en Boletín del Instituto San Felipe y Santiago de
Estudios Históricos de Salta, num. 13. Talleres Gráficos
15 LEGUIZAMÓN, Sonia, “Poder y Salteñidad. Saberes, políticas y representaciones sociales, CEPIHA,
Editorial Milord, Salta, 2010
16 Archivo del Arzobispado de Salta (en adelante, AAS), Carp. Monseñor Toscano, Expte., para recibir la tonsura
a órdenes menores, 1866
17 Concepto de CLERICALIZACIÓN, de LOMNITZ, Claudio, quien lo plantea en relación con la muerte de los
indígenas en México durante la primera época posterior a la conquista. Se considera al despliegue de la persuasión
para la aceptación de las creencias de la Iglesia.
18 TOSCANO, Julián, “Historias de las imágenes del Señor del Milagro y de N. Señora la Virgen del Milagro
que se veneran en la Catedral de Salta”, Imprenta, Litografía y Encuadernación de Jacobo Peuser, Buenos Aires
1901, p.23, 31.
19 CHAILE, Telma y QUIÑONEZ, Mercedes: “Memoria e Historia. Representaciones del pasado en Salta, fines
del siglo XIX y principios del siglo XX”. En: MATA, Sara y PALERMO, Zulma (Comp): Travesía
discursiva: representaciones identitaria en Salta (Siglos XVIII – XXI) Prehistoria, Rosario, 2011.p. 105
LA PROPIEDAD DE LA TIERRA (EL NOROESTE ARGENTINO)
En toda historia local hay algo de monumentos a los caídos.20 Abordar la historia
nacional con una visión más integral que comprenda la diversidad de los espacios regionales,
entendidos como espacios humanizados, se cuentan los estudios relativos a las fronteras del
Estado-Nación.
El doble papel que desempeña el estado expresa un problema a resolver; el de la
contradicción existente entre una población marginal, flotante, desocupada y una creciente
necesidad de fuerzas de trabajo.21 La historia de la modernidad: las reformas liberales en torno
a la propiedad sustentada en el concepto moderno de esta. Cada provincia definió la
orientación de su legislación sobre las tierras comprendidas en su jurisdicción. En el caso del
Noroeste argentino, dos situaciones diferentes; de la frontera en el siglo XIX, el proceso de
transformación de las tierra indígena en propiedad publica y en propiedad privada.

LA PUNA: ECONOMIA
En el caso de la puna, integrada tempranamente a los circuitos comerciales y a la
especialización productiva que genero el espacio mercantil andino.
A partir de mediados del siglo XIX, los viejos circuitos de comercialización coloniales
comenzaron a superar su decadencia, tras la reactivación de la explotación minera de Bolivia,
que produjo un aumento en la demanda de ganado de pie, tanto para transportar como para
alimentación: mulas, burros, caballos, vacas y ovejas se dirigían hacia el Altiplano por la
Quebrada del Toro, en salta, o la Humahuaca, en Jujuy.22
La Puna era lugar de transito del ganado vacuno y mular y de cría de ovejas, cabras y
llamas. La extracción de sal, los lavaderos de oro y las minas de plata, daban dinamismo a la
zona y generaban un activo intercambio, tanto por parte de los comerciantes establecidos como
de los indígenas. Sal, chalona, tejidos oro y animales de carga, se cambiaban por productos de
los valles, tales como maíz, hortalizas, frutas, etc. Para su subsistencia.
Salta, ingresaba a este circuito comercial proveyendo ganado vacuno, cuya demanda se
acrecentó tras la Guerra del Pacífico, a la vez que se reactivaban los circuitos comerciales que
vinculaban a las provincias den Norte con Bolivia y el Pacifico, en una tendencia contraria se
acentuaba la creciente orientación atlántica e integración del mercado nacional.
En vistas a la formación de un mercado nacional, para el cual se proyectaba la apertura
de una ruta fluvial por el río Salado que uniera a las provincias del Norte con el puerto de
Rosario. Finalmente, el proyecto se concreto a través del trazado del ferrocarril hasta Córdoba
y su posterior arribo a Tucumán (en 1876). La economía de la provincia de Jujuy comenzaba
un giro: hacia fines de siglo el comercio ganadero con Bolivia decaía paulatinamente y, en
inversa proporción, crecían los ingenios azucareros de los valles subtropicales, cuyo principal
mercado, asegurado con la llegada del ferrocarril a Jujuy en 1891

LA PROPIEDAD EN LA FRONTERA SALTEÑA CON EL CHACO


El nuevo frente de colonización, que se abre en la frontera salteña con el chaco.

Los aborígenes, en su mayoría de filiación chaqueña, mantenían tolderías que con un


cierto grado de movilidad se desplazaban según su propio calendario, que dependía de la
existencia de frutos, de periodos propicios para la pesca y la caza, o del trabajo temporario en
las haciendas azucareras vecinas.23 En Argentina no hubo, una legislación nacional referida a
las tierras indígenas, al contrario, los casos se decidieron puntualmente según las características

20 BLOCH, Marc, “El curso de Fontenay. Cómo escribir la historia de un pueblo (1938)” en Las tierra y el
campesinado. Agricultura y vida rural en los siglos XVII y XVIII, Barcelona, Critica 2002, p.18
21 ANSALDI, Waldo, “Conflictos y procesos de la historia Argentina Contemporánea”, en “Estado y sociedad
en la Argentina del siglo XIX” 1988, Buenos Aires, p.29
22 CONTI; Viviana “Salta entre el Atlántico y el Pacifico. Vinculaciones mercantiles y producciones durante el
siglo XIX” en BANDIERI, Susana (coord..) Cruzando la cordillera… La frontera argentino-chilena como espacio
social!, CEHIR. Universidad Nacional de Comahue, 2001
de cada grupo las circunstancias históricas. La problemática fue diferente en las regiones
andinas que conservaban población indígena a la que se le había reconocido, durante la
colonia, acceso comunal de la tierra, las formas de tenencia, producción y el funcionamiento de
las economías campesinas son insoslayables.
En Río del Valle (luego departamento de Anta) entre 1780 y 1810, cuarenta estancias
establecidas en esa frontera, algunas obtenidas en merced y una gran mayoría de compra. En el
valle de Zenta, la región mas desguarnecida, se fundo, en 1794, la cuidad de San Ramón de La
nueva Orán, única ciudad estable de avanzada en la frontera Noreste. De este modo, Orán
presentó como característica distintiva una mayor distribución de tierras y la existencia de una
buna cantidad de propiedades pequeñas.
Pequeños comerciantes, pulperos, arrieros, pequeños ganaderos compraron tierras a
bajo precio en la frontera. El Arrendamiento y la ocupación de tierras a bajo precio en la
frontera. El arrendamiento y la ocupación de tierras que no estaban deslindadas, fueron otros
de los mecanismos de acceso a las mismas. Los arrendatarios no fueron exclusivamente de
origen humilde. También importantes ganaderos y comerciantes arrendaron tierras de buenas
pasturas para su ganado.
Recién en 1859 se estableció la posibilidad de reconocer la propiedad de la tierra a los
indígenas chaqueños que la solicitaran, a favor de la comunidad, sometiéndose a las leyes y
autoridades de la provincia, bajo la dirección de sacerdotes misioneros. El fraile solicito al
gobierno de Salta la entrega en merced de las tierras destinadas a la misión, pero las tierras
donde estaba asentada habían sido reclamadas por el general Miller, que las poseía como
premio por la participación en las guerras de la independencia. Así en 1960, comenzó la tarea
de trasladar la misión a la otra banda del río, tarea interrumpida por la abrupta muerte de Fraile.
En 1889 las tierras fueron restituidas al Estado Provincial y a los aborígenes
desposeídos. Pero tampoco tuvieron mucha mejor suerte los intentos de establecer colonias. La
única que pudo mantenerse fue Rivadavia, fundada sobre le bermejo en 1862. Al igual que
Orán, al momento de la fundación, se entregó a casa colono un solar para casa y una chacra en
el pueblo, además de un terreno para estancia.
En 1873, se fijaron las reglas para su enajenación: el procedimiento comprendía la
denuncia, mensura, tasación y la venta en subasta. Por la ley de 1884, se estableció que esas
ventas se harían por lotes que no excediesen los 225 Km2, a la vez que se declaraba de
propiedad de la provincia las tierras concedidas en merced que no se hubiese ocupado.
En cuanto al proceso de privatización de las tierras indígenas, en las dos regiones que
presentamos acá hay elementos comunes junto a otros particulares. En ambos casos dichas
tierras comenzaron a considerarse fiscales tras el advenimiento de la Republica.
En la frontera chaqueña, si bien el proceso de privatización había comenzado durante la
colonia, habían vastas tierras declaradas baldíos fiscales, en especial en torno al Bermejo
(departamento Rivadavia), que constituía la porción mas avanzada de la frontera. Sin embargo,
es necesario aclarar que las tierras de Rivadavia, en pleno Chaco y con desfavorables
condiciones ecológicas, eran las más preciadas. En Orán, en cambio, que participaba más del
ambiente de selva pedemontana, donde era factible tanto la agricultura como la ganadería, eran
más apetecidas.24

23 TERUEL, Ana “Misiones, Misiones, economía y sociedad: la frontera chaqueña del Noroeste Argentino en el
siglo XIX”, Buenos Aires: Editorial de la Universidad Nacional de Quilmes, 2005
24 TERUEL, Ana, “Regiones de Frontera: Apuntes para contribuir a la historia nacional de la propiedad de la
tierra” en BANDIERI, Susana (coord.) “Las escalas de la historia comparada: T 2: Empresas y empresarios. La
Cuestión Regional” Buenos Aires; 2008; p. 306-308

Anda mungkin juga menyukai