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La alimentación del Pastor Alemán

El Pastor Alemán es una raza canina que, además de una gran belleza y carácter sólido,
presenta una cierta tendencia a padecer determinadas enfermedades que pueden evitarse o
controlarse si su alimentación es la adecuada.

Aunque es cierto que los ejemplares de Pastor Alemán de pura raza presentan una mayor
incidencia de patologías relacionadas con su raza, también pueden padecerlas los mestizos o
cruces.

Los puntos clave en la salud de un Pastor Alemán son:


- Piel y pelo
- Articulaciones y esqueleto
- Aparato digestivo (gastrointestinal)

Piel y pelo

Lo primero que observamos en un perro Pastor Alemán es su pelaje -ya sea corto o largo-, el
cual debe ser muy abundante, estar sano y brillante y no presentar zonas calvas, seborrea u
olor.
Una de las visitas más frecuentes del Pastor Alemán al veterinario se debe a la presencia de
“hot spots” o “eczema húmedo”. Típicamente en primavera-verano, cuando aumenta la
temperatura, se observan zonas circulares alopécicas (sin pelo), eritematosas (enrojecidas),
muy irritadas, normalmente localizadas en las extremidades posteriores o en el lomo. El
animal se lame y mordisquea constantemente y por ello da la imagen de estar “mojado”. Se
resuelven fácilmente con antibioterapia y desinfección.

Las alergias son habituales en esta raza. Suelen cursar con alopecias, prurito (picor) y en
función del grado de alergia, con importantes lesiones dérmicas.

Las seborreas grasas también suelen darse en el Pastor Alemán. Esta alteración consiste en
una sobreproducción de sebo por parte del animal.

El pelo se ve pobre, apelmazado, podemos ver descamaciones dérmicas grasientas, y el perro


desprende un fuerte olor a rancio. Requieren tratamiento específico.

Las piodermas o infecciones de piel, que pueden ir desde superficiales a profundas en función
de la afectación de la piel, también son frecuentes en esta raza. Cursan con granitos con o sin
pus (pústulas o pápulas), intenso picor, zonas alopecias, áreas costrosas...

En cualquier perro una alimentación adecuada es básica para mantener una piel y pelo sanos,
pero en el caso del Pastor Alemán es imprescindible. La presencia de ácidos grasos esenciales
-Omega 3:6-, ayudará a mantener su piel intacta y sana, dificultando la instauración de
bacterias o parásitos en ella. Además, los ácidos grasos esenciales, como los Omega 3 y 6,
presentan propiedades antiinflamatorias, disminuyendo así parte de los signos que se dan
habitualmente en las enfermedades dérmicas, y propiedades inmunomoduladoras (mejorando
la respuesta inmunitaria del animal).

Articulaciones y esqueleto

Una de las grandes lacras de esta raza canina es la displasia de cadera. Se ha hecho mucho
por la erradicación y control de esta enfermedad: seleccionando ejemplares, realizando
chequeos radiográficos estandarizados tanto a hembras como a machos, certificaciones... pero
aún existen ejemplares adultos y cachorros que presentan esta enfermedad.

Los animales que la padecen desarrollarán diferentes grados de artritis/artrosis, deberán


someterse a cirugías traumatológicas y recibir medicación casi de por vida.

Las artropatías son otro punto flaco del Pastor Alemán (artritis, artrosis, osteoartritis...) que
debemos prevenir y/o evitar en la medida de lo posible.

La artritis es un problema importante en los perros de edades medias a geriátricas. Existen


diferentes formas de artritis, dependiendo de si son degenerativas o inflamatorias. En la
mayoría de ellas el cartílago articular degenera y aparecen neoformaciones óseas en los
márgenes articulares, que producen mayor degeneración y dolor en esa articulación.

El control del sobrepeso es un aspecto importante a considerar para evitar este tipo de
patologías. Un animal con sobrepeso sufrirá mayor estrés y sobrecarga en sus articulaciones,
favoreciendo el desgaste articular y la aparición de signos de artritis/artrosis. También se
deben evitar los crecimientos bruscos de cachorros. Éstos deben realizar un crecimiento
paulatino, por lo que hay que evitar sobrealimentarlos para no convertirlos en cachorros
obesos.

Otro aspecto importante en la prevención y control de estos procesos articulares son


determinados factores nutricionales: ácidos grasos, condroitina, glucosamina y antioxidantes.

Como hemos comentado, los ácidos grasos esenciales presentan un papel importante como
antiinflamatorios no sólo en la piel, sino también en los procesos inflamatorios articulares.

La glucosamina es un aminosacárido y es la principal precursora para la síntesis de


glucosaminoglicanos, tanto en el cartílago, como en la zona sinovial.

El cuerpo es capaz de sintetizar la glucosamina, pero en situaciones en las que se requiere


rápidamente y en elevadas cantidades (como en la osteoartritis) un aporte externo de esta
sustancia puede ser básico.
La condroitina o condroitín sulfato estimula la formación de cartílago e inhibe la actividad de
degradación en el cartílago.

Tanto la glucosamina como la condroitina son considerados condroprotectores (protectores del


cartílago) por favorecer la formación/regeneración del cartílago articular.

Por último, los antioxidantes (vitamina C, vitamina E...) ayudan a reducir al mínimo la acción
de los radicales libres tóxicos, implicados en la formación de la osteoartrosis, mejorando la
sintomatología.

Aparato digestivo

Los problemas gastrointestinales son habituales en el Pastor Alemán y cruces de la raza,


destacando principalmente la insuficiencia pancreática exocrina, los procesos diarreicos y la
deficiencia de inmunoglobulina A.

La insuficiencia pancreática exocrina se define como una deficiencia en la absorción de


nutrientes debido a la inadecuada producción de enzimas digestivos. Cursa con diarrea
acuosa, crónica, continua o intermitente, aumento del volumen fecal, flatulencias, coprofagia,
mala digestión... El animal pierde peso y su pelo presenta un aspecto pobre.

La deficiencia de inmunoglobulina A cursa también con una digestión alterada de las proteínas,
grasas, vitaminas y minerales, diarreas...
Cuando un perro padece diarrea de forma crónica, se destruye progresivamente su barrera
intestinal que le protege frente a infecciones por virus, bacterias, parásitos, etc., favoreciendo
la aparición de otras enfermedades.

Para el Pastor Alemán, con un aparato digestivo tan delicado, es imprescindible que la
alimentación que reciba sea de una elevada digestibilidad, con proteínas de alta calidad y con
un nivel moderado de fibra.

Cuanto mayor sea la digestibilidad del alimento y mayor la calidad de sus ingredientes, menor
incidencia de enfermedades gastrointestinales presentará el animal, y aprovechará mejor
todos
los nutrientes.

El pavo es una excelente fuente de proteína tanto por su elevada calidad, como por su gran
digestibilidad. Como fuente de carbohidratos, el arroz es uno de los ingredientes más
aceptados por su elevada digestibilidad y calidad.

Como anteriormente hemos citado, el uso de ácidos grasos esenciales en la dieta, por su
efecto antiinflamatorio, ayudará a controlar la posible inflamación intestinal.

La incorporación de aceite de coco en la dieta del Pastor Alemán es interesante, ya que es rico
en ácido láurico.

El ácido láurico es un ácido graso de cadena media que es transformado por el organismo en
otro ácido con capacidad antivírica, antibacteriana y antiprotozooaria, ya que puede destruir la
capa lipídica de ciertos microorganismos (Giardias, Herpesvirus, Citomegalovirus,
Helicobacter, Listeria...) causantes de graves trastornos gastrointestinales.

Por tanto, si mantenemos un intestino sano, sin diarreas que destruyan la capa protectora
intestinal y que favorezcan la introducción de organismos patógenos, el Pastor Alemán se
mantendrá sano y en buena forma física, asimilando todos los nutrientes que le ayudarán a
proteger sus articulaciones, su piel, su pelo y todo su organismo.

[ Affinity Petcare ]

Destacados:

La glucosamina y la condroitina son condroprotectores (protectores del cartílago) por


favorecer la formación/regeneración del cartílago articular.

Un animal con sobrepeso sufrirá mayor estrés y sobrecarga en sus articulaciones,


favoreciendo el desgaste articular y la aparición de signos de artritis/artrosis.
Alimentación
Cuidados
Higiene
Alimentación.

Si queremos que el perro nos dure mucho tiempo, y que esté sano, hay que comenzar por
darle bien de comer. Esto no significa darle de comer hasta reventar: hay que tener en
cuenta la calidad y la cantidad de lo que come, exactamente igual que haríamos para con
una persona.

Antiguamente se consideraba al perro como poco más que el “cubo de la basura” de la


cocina. Es cierto que un perro se come todo (o casi todo) lo que le den sus amos, pero una
alimentación a base de sobras no es exactamente lo mejor que se le puede dar.

Tan malo como que viva de sobras, es darle solo carne y huesos. El aparato digestivo de
un perro es el de un animal carnívoro. Sin embargo, la convivencia con los humanos ha
hecho que se adapten a una dieta mucho más variada, y hoy en día necesitan algo más que
carne.

Como esto no es una enciclopedia culinaria canina, no entraremos en detalles de


elaboración de menús ni descripción de dietas. Lo que vamos a hacer es listar una serie de
detalles a tener en cuenta, y algunos consejos útiles.

• No hace falta complicarse con el menú. Hoy se pueden encontrar en los comercios
suficiente cantidad de piensos que ya están pensados para que el perro esté bien
alimentado. No tengas reparos en preguntar a tu veterinario favorito, o mejor aún,
al criador que te ha vendido el perro (si le has conseguido de esta forma). Ellos te
aconsejarán bien en base a su experiencia. Si el perro es de raza, es más interesante
hablar con el criador (esto es mi opinión personal), ya que suele tener
conocimientos más detallados acerca de esa raza de perro, y te puede aconsejar si
es conveniente añadir algún tipo de complemento al pienso, de acuerdo con las
características del perro en cuestión.

• Dale siempre de comer a la misma hora. Un perro sano funciona como un reloj y
te ayudará a controlar el cuando realiza sus necesidades. De esta forma puedes
organizar el día (comidas y paseos) con más facilidad.

• Tan malo es darle demasiada comida como demasiada poca. Además, el tipo y
cantidad de comida que se le ha de dar varía con su edad y su desarrollo. Pregunta
al criador o al veterinario.

• No le dejes nunca el plato lleno a rebosar para que coma cuanto le venga en gana,
porque un perro gordo ya no adelgaza jamás, y le acortas la vida. Además siempre
es bueno que se quede con “un poquito” de hambre (tendrás un perro más alerta y
despierto) pero sin que esté famélico (porque se largará con el primero que le dé
algo de comer).

• Enseñale a comer como es debido. Ponle la comida en el plato, y si se hace el


remolón, a los 15 minutos se la quitas (sin compasión). Aprenderá a comer sin
entretenerse.

• La ración diaria, es conveniente repartirsela en tres comidas (a los cachorros) y en


dos (a los adultos). Es normal que en el caso de los adultos se les dé una sola
comida diaria, pero yo le encuentro pocas ventajas y bastantes inconvenientes.
Con una sola comida, de una a la siguiente pasan 24 horas en las que el animal no
prueba bocado, y en el rato de después de comer tiene el estómago lleno hasta los
topes, con lo que aumenta el riesgo de torsión gástrica, sobre todo si es un perro
grande.

• El perro siempre ha de tener a mano agua fresca y limpia. En verano, a veces, es


conveniente racionarsela un poco, pues si bebe en exceso le puede provocar
diarreas (la forma de saber que el perro está bebiendo demasiado es cuando
necesitas una fregona en vez de un papel de periódico, para recoger sus
deposiciones).

• No debe darsele comida fuera de horario, o siempre estará pidiendo. Y jamás se le


debe dar comida de la nuestra mientras estamos en la mesa, menos aún si es un
cachorrillo. Hacerlo, causa dos problemas: 1) siempre estará pidiendo cada vez
que te sientes a comer (y ya no le quitas la costumbre en la vida), 2) es muy
probable que rechace su comida; si comer de tu plato le gusta, dirá en adelante que
“el pienso, te lo comes tú”. Y para quitarle esta costumbre tendrás que hacerle
pasar hambre.

• Si el perro está sano y no ha cogido malas costumbres, el hecho de que no coma, o


solo coma parte de lo que le dejas en el plato, puede deberse a estas causas:

o Ya está saciado. Basta con reducirle un poco la ración diaria para arreglar
el problema. Se sabe que es este el caso, si aparte del hecho de no comer, el
perro sigue estando alegre y activo.

o El perro "sabe" que ha comido lo suficiente, en relación al ejercicio que


hace. Posiblemente le paseas poco, y el perro deja de comer,
instintivamente, cuando ya ha satisfecho sus necesidades.

o Hace mucho calor. Si es este el caso, no le obligues a comer, o ponle la


comida después del atardecer, cuando el calor disminuya.

o Está aburrido de la comida. A veces pasa. Puedes “condimentarsela” un


poco, por ejemplo, mezclandole con la comida media sardina en aceite (de
lata). Si come como una fiera, es que ya estaba harto de que la comida
siempre tenga el mismo sabor.

o Está enfermo. Normalmente habrá otras señales adicionales,


además de la falta de apetito. Vigilalé.

• Cuando debas cambiarle el tipo de comida (por ejemplo, de pienso para cachorros
a pienso para adultos) no lo hagas de golpe sino gradualmente, mezclando ambos
tipos de comida y variando la proporción de la mezcla, poco a poco, hasta el nuevo
tipo de comida.

• Si un día se te antoja darle carne en vez de su pienso (no te lo aconsejo, pero tu


sabrás), no se la des nunca cruda. Cuecela un poco, al menos. Evitarás problemas
digestivos por la falta de costumbre, además de eliminar el riesgo de parásitos.
Recuerda además que la carne cruda le deja un aliento asqueroso y le provoca
ventosidades, que luego tendrás que aguantar. Y recuerda que la próxima vez que
le pongas el pienso va a decir que “pa’ tí”.

• Puedes darle huesos para roer, de vez en cuando (no muy a menudo o tomará
exceso de calcio y a la larga tendrá problemas). Dale huesos grandes: la rodilla de
ternera es ideal, despues de cocerla un poco (hasta puedes aprovechar tú el caldo,
para una sopa). Huesos pequeños (de pollo, de conejo...) no se los des nunca, los
astillará y tragará casi enteros. Si no se le atraviesan en la garganta, lo cual
implicará visita al veterinario de urgencias, sufrirá después cuando vaya a defecar.

Cuidados.

• Veterinario.

En cuanto el perro entre en casa por primera vez, haz una visita al veterinario, para que
haga una revisión de su estado general, establezca un calendario de vacunas y
desparasitaciones, te ayude a organizar su dieta, y en general, haga todo lo necesario
relacionado con la salud del perro. Y no olvides que tienes que visitarle periodicamente.
Para más detalles sobre los aspectos sanitarios mira en las páginas de salud.

• Ejercicio.

Del mismo modo que ha de comer regularmente, el perro ha de realizar ejercicio


regularmente. Trata de ser estable e imponer unos horarios fijos para ambas cosas. El
perro lo agradecerá y te hará la vida más fácil. En cuanto a la duración de los paseos, la
única regla es que cuanto más, mejor. Posiblemente el perro estará encerrado en casa la
mayor parte del día, pero no está diseñado para la inmovilidad. La falta de ejercicio puede
causar problemas de salud y carácter al animal, por no hablar de que te puede destrozar la
casa por simple aburrimiento. Las distintas razas de perros tienen distintas necesidades,
por lo que puede ser conveniente averiguar primero cual es la más adecuada para el tipo
de vida que intentas darles. Mira más información respecto a este tema en las páginas de
la elección del perro.

• Espacio y yacija.

No todos los perros se adaptan igual a todos los ambientes, pero hay más margen del que
normalmente se cree. Por ejemplo, un perro grande tipo pastor alemán puede vivir
perfectamente en un apartamento no muy grande, siempre y cuando se lo compenses con
un ejercicio regular y adecuado. Mira más detalles en las páginas de acondicionamiento
de la vivienda.

Si tienes espacio suficiente, le puedes hacer una “cama” particular (¡y enseñarle a que no
use otra cosa!), o hacerle usar una manta en el suelo. En cualquier caso no debes dejarle
dormir en tu cama (de cachorro es un encanto, parece un peluche, pero si es de una raza
que llega a pesar 50 Kg, te acabarás arrepintiendo). Recuerda que cualquier costumbre
que adquiera de cachorro, es muy difícil quitarsela después.

• Necesidades.

Cuando el perro ha aprendido a contener sus necesidades y no ensuciar en casa (ver


páginas de educación del perro), el animal se aguantará hasta reventar, antes que manchar
el suelo. No le hagas sufrir innecesariamente. La regularidad de horarios es importante, de
este modo el perro sabrá “cuando le toca” y hasta cuando debe de aguantarse. Enseñalé a
hacerlo en los lugares adecuados, y recoge sus deposiciones (si no lo tienes claro, visita
las páginas sobre "educación del amo” ;-)

Higiene.

En esta sección se indican los cuidados habituales que hay que darle al perro, en el
aspecto de la higiene. Si se practican con regularidad se evitarán problemas mayores, que
en casos extremos podrían agravarse y llegar a precisar atención veterinaria o, peor aún,
ser fuente de contagio de enfermedades a las personas que viven con el perro.

• Ojos.

El principal problema es que se ensucian (sobre todo si el perro vive en la ciudad, a causa
de la contaminación). Normalmente, esta suciedad se elimina en forma de legañas, que se
le pueden limpiar con un paño húmedo. No hay que dejar que se acumulen hasta que al
perro le molesten tanto que se frote con la pata.

En perros viejos, o a causa de una enfermedad o lesión, puede haber dificultades para
mantener la humedad del ojo. En este caso conviene hacer una limpieza regularmente,
previa consulta al veterinario para que indique el producto a usar adecuado.

• Orejas.

Si se acumula cerumen hay que quitarlo cuidadosamente, tal como haríamos en el caso de
una persona. Pero hay que hacerlo con mucho más cuidado, ya que por la forma de las
orejas del perro, si simplemente soltamos las escamas de cera, caerán al interior,
pudiendole dañar el conducto auditivo. Si no estamos seguros de cómo hacerlo es mejor
dejarlo en manos de un profesional.

Hay que prestar atención especial a los perros de razas que tienen las orejas caidas, que
además de acumular la suciedad "normal", pueden convertirse en nidos de parásitos.

• Dientes.

Hay que controlarlos para evitar la aparición de caries. De entrada, el perro no debería
comer jamás dulces, azucar o chocolate.Si aparecen caries, sarro, o por accidente se
rompe un diente, hay que visitar al veterinario de inmediato.

A nivel más cotidiano, basta con darle regularmente trozos de pan duro y seco. Al
masticarlo, el perro hace su propia limpieza. También se le pueden cepillar los dientes con
un dentífrico o bicarbonato (si se deja... posiblemente decidas que el pan duro es una
opción mucho mejor ;-)

• Uñas.

A un perro que vive en el campo, se le desgastarán naturalmente. Si estamos en la ciudad


es más complicado. Lo más probable es que le crezcan hasta el punto de resultar molestas
para él y para las personas con las que convive, y en el peor de los casos dificultan sus
andares. Por todo ello resultará imprescindible cortarselas, pero es una tarea muy delicada
(no son como las de las personas), por lo que es conveniente acudir al veterinario.

• Pelo.

Dependiendo de la raza, basta un cepillado, o es necesario visitar al peluquero. En perros


de pastor alemán conviene hacerle un cepillado a la semana, para quitarle pelos muertos y
polvo. La grasa natural que el perro segrega bastará, junto con ese cepillado, para que
mantenga el pelo limpio y brillante. En el periodo de muda (normalmente va parejo a los
cambios de estación: pelo de verano y pelo de invierno) hay que aumentar la frecuencia
del cepillado.

El cepillo ha de ser tal que arrastre los pelos sueltos, pero no llegue a arrancar pelo por si
mismo.

• Baños.

El baño debe darse un par de veces al año, como máximo, y nunca a cachorros de menos
de seis meses. El cepillado periódico y la propia secreción grasa del perro sirven para
mantenerle limpio el resto del tiempo. El baño sirve para quitarle malos olores, colaborar
en la caida del pelo viejo, y eliminar parásitos.
El agua no ha de estar ni muy fría ni muy caliente (a unos 38º como
máximo), y ha de usarse jabón neutro o champú para perros. Debe
evitarse que le entre agua en ojos y orejas. También hay que evitar que el
perro se enfríe mientras está aún mojado, por lo que se le debe secar
bién, con una toalla o un secador (cuidando de no quemarle el pelo).

Si el perro se moja accidentalmente (por ejemplo con lluvia), hay que


meterle en casa lo antes posible y secarle bien, y si es posible,
manteniendole en movimiento. Esto vale también mientras se está mojando: no hay que
permitir que se quede quieto hasta que se le pueda secar.

• Eliminación de parásitos externos.

Los problemas y enfermedades que causan los parásitos externos se tratan en las páginas
de salud. Aquí tan solo se indican algunos trucos para tratar con esos huéspedes
indeseados.
Pulgas.

Un indicio de que hay pulgas es que el perro se rasca a menudo. Si se da el caso


hay que mirar a ver si se las vé. En caso afirmativo, no hay más remedio que usar
un insecticida. También puede ser conveniente dar al perro un baño con alguna
loción antiparásitos. No hay que olvidar desinfectar los lugares de la casa donde el
perro se tumba habitualmente, ni cualquier otra cosa que use (mantas, etc...). Los
collares antiparásitos suelen ser una buena prevención, pero tienen una duración
limitada, por lo que es conveniente leer bien las instrucciones.

Garrapatas.

Se adhieren a la piel más fina del perro (orejas, axilas e ingles), por lo que
conviene revisar periódicamente estas zonas y sus alrededores. Nunca deben
arrancarse, ya que se rompen, dejando su "cabeza" en el interior de la piel del
perro, y pueden provocarle infecciones. Hay muchas formas diferentes que sirven
para eliminar las garrapatas. Personalmente, mi favorita es esta: usando vaselina,
cubrir la garrapata absolutamente (no hay que tener miedo de tocarla con los
dedos, la parte que "muerde" está dentro del perro). Hay
que dejarla bien cubierta. De este modo, se tapan los
poros por donde respira, lo que la obliga a soltarse por si
misma y no se le causan heridas al perro. Unos instantes
después de haberla cubierto bien, se la sujeta con unas
pinzas (sirven unas de depilar), y se dejará llevar. No
debe tirarsela a la basura, pues sobrevivirá. Hay que liquidarla bien (si decides
hacerlo aplastandola, ten cuidado, porque posiblemente esté llena de la sangre que
ha chupado al perro y manchará).

Piojos.

Se dan con menos frecuencia que las pulgas, y normalmente solo en perros
callejeros. De todas formas se contagian, también a las personas, por lo que hay
que eliminarlos sin contemplaciones. Sirven los mismos consejos que para el caso
de las pulgas (uso de insecticidas adecuados, baño antiparásitos, y desinfección del
entorno del perro).

Parásitos de la sarna.

Son varios grupos de parásitos diferentes. Normalmente no se pueden detectar


hasta que la enfermedad se ha producido, por lo que se necesita intervención del
veterinario. Hasta que éste interviene, limpiar la piel con un antiseptico.

• Higiene y cuidados en la calle.

La calle es el lugar donde nuestro perro se lo pasa mejor, pero también donde están los
mayores riesgos para su salud. Por tanto, conviene tomar algunas precauciones.

Por supuesto, no se trata de sacar a pasear al perro encerrado en una burbuja. Tan solo hay
que controlar algunos detalles, cosa que se puede hacer fácilmente y sin tener que dedicar
una atención excesiva. El paseo ha de ser una actividad placentera, tanto para el perro
como para el amo, y si se presta atención, se evitarán problemas. Por otro lado, los
consejos de la siguiente lista son fáciles de seguir, y acabarán convirtiendose en una
actitud inconsciente por nuestra parte, de modo que tampoco requieren un gran esfuerzo.
Veamos:

o En cachorros recién destetados (lo que suele significar recién adquiridos) hay que
evitar el paseo y el contacto con otros perros hasta que el veterinario les haya
puesto su primer lote de vacunas, como mínimo. Es un periodo en el cual su
organismo practicamente no tiene defensas.

o Posibles fuentes de contagio de enfermedades son las deposiciones de otros perros.


La orina y heces de otros perros serán tan "sanas" como el perro que las haya
producido. Ya que, evidentemente, no podemos saber el estado de ese otro perro,
hay que evitar riesgos. Dicho claramente: hay que quitar al perro la costumbre de
hurgar ahí.

Es difícil. Por instinto el perro olfatea orines y deposiciones, ya que le dan


muchisima información acerca del otro animal. En principio, el que olisquee no es
problema. Lo que hay que evitar es la tendencia a lamer. Esto puede conseguirse
en la mayoría de los casos "castigandole" al primer lametón. De todas formas, si tu
perro es macho y olfatea orina de una hembra en celo, no hay educación que valga
y habrá que apartar al perro por la fuerza.

o Peor aún son las basuras. Nunca se le debe dejar hurgar en ellas. En este caso, el
riesgo para el perro no es mayor que en el caso anterior, pero si lo es para las
personas. La hidatidosis es una enfermedad parasitaria, que al perro no le afecta,
en tanto que solo transporta los parásitos en un momento de su ciclo de vida, pero
luego lo contagia a las personas, para las cuales puede llegar a ser mortal. Además
de las basuras, el perro puede ingerir los parásitos a traves de las heces de otro
perro infectado, con lo que volvemos al caso anterior.

o En la ciudad, el perro siempre debería de ir atado. No es solo cuestión de cumplir


las ordenanzas legales (que lo exigen). Es que solo si el perro va atado podremos
intervenir rápidamente, mediante un tirón de la correa, para apartarle de basuras,
heces, etc, y para evitar que el perro salga corriendo si algo le llama la atención
(un gato, otro perro, un niño jugando...) y evitar accidentes. Recordemos que si el
perro iba suelto y salta y cruza la calle y es atropellado, la culpa no será de nadie
más que de nosotros.

o Por instinto, un perro macho adulto tendrá tendencia a pelearse con otros machos,
y a intentar montar a cualquier hembra que se lo permita. Una hembra, pese a ser
menos agresiva, también puede querer pelarse con otras hembras, y si está en celo,
dejarse montar por un macho. Solo si van atados les podremos controlar de
inmediato. En el caso de que estas situaciones se produzcan (por algún motivo no
se han podido evitar), esto es lo que se debe hacer:

o Pelea: Hay que armarse de valor e intentar separarlos. Si uno de los dos
animales es muy inferior, se someterá rápidamente y no habrá más
problemas. Pero como ambos sean dominantes, la pelea es "a por todas", y
puede acabar muy mal.

o Monta: No hay nada que hacer. Hay que esperar a que terminen y se
separen por si mismos. El motivo es que, por circunstancias anatómicas, el
macho no puede salir hasta que ha terminado. Si se intenta separarlos por
la fuerza hay un riesgo muy alto de causar lesiones permanentes tanto al
macho (afectando a su aparato reproductor) como a la hembra (desde
desgarros, hasta rotura del hueso pelviano).

o En una hembra en celo, hay que limitar el paseo al tiempo mínimo imprescindible.
Esto solo dura unos días, y se evita el riesgo de que se produzca una monta
indeseada, por no hablar de que la van a perseguir todos los perros y puede acabar
asustandose.

o Si sacamos al perro a un parque donde hay cesped y se le puede dejar suelto, no


hay que olvidar, cuando entremos de nuevo en casa, hacerle una pequeña revisión
en busca de garrapatas. Hay que hacer esto también si ha estado jugando con otros
perros.

Consideraciones previas a la posesión de un perro.

• Un perro es un ser vivo, no un juguete o un artículo de moda. Antes de adquirir


uno, has de tener en cuenta una serie de cosas, para evitar que luego tengas que
arrepentirte de haberle llevado a casa.

• Desde el momento en que lo adquieres te haces responsable de su educación y


cuidados, alimentación, higiene, y cualquier problema que pueda causar. Y esto
durante unos 10 o 15 años. De modo que es mejor que te asegures de estar bien
dispuesto a asumir las responsabilidades que conlleva, y durante mucho tiempo.

• Has de elegir un perro acorde con tu carácter y modo de vida, y también de


acuerdo con el lugar donde vives, teniendo en cuenta muchos factores. El motivo
de esto es conseguir que tanto tú como el perro seais felices y esteis a gusto. Un
perro agresivo y dominante no es bueno si hay niños en casa; un perro esquimal
lo pasará mal en un clima cálido; un perro que necesite mucho ejercicio dará
problemas si no te gusta salir de casa. Busca, lee sobre las razas, investiga y
pregunta, antes de decidir.

• Tan importante como la raza, es la decisión entre escoger un macho o una


hembra. Por lo general las hembras tienen un carácter más dócil y amable que los
machos de la misma raza. Sin embargo, en el caso de las hembras hay que tener
en cuenta algunos factores más, de los que se habla más abajo, en la lista de
consejos variados.

• Ya sea de raza o mestizo, te va a costar lo mismo a la larga. Un perro de raza


tendrás que comprarlo, mientras que uno mixto posiblemente lo puedas adoptar o
recibir como regalo. Pero a partir de ahí, todos cuestan lo mismo (comida,
veterinarios...). Esto significa que no es conveniente comprar o aceptar un perro
como regalo sin calcular si te lo puedes permitir.

• Piensa en todo esto antes de adquirir el perro. Evalua friamente las ventajas que
te va a proporcionar, frente a los inconvenientes (monetarios, tiempo a dedicarle,
restricciones que te va a suponer,...). Hay gente a quien las ventajas les
compensan los inconvenientes, hay gente a quien no les compensa. Si no estás
seguro de que tienes todo bajo control y que, tanto el animal como tú, vais a ser
buenos compañeros durante muchos años, mejor di "perros no, gracias".

Educación.

Independientemente de la raza del perro, de si es más o menos inteligente, y de que vaya a


ser un perro de compañía o vaya a trabajar, hay unos mínimos que el perro ha de aprender.
Cuanto más joven se empiece a enseñarle, mejor. Lo ideal, y en ciertos casos
imprescindible, es que en cuanto entra en casa se dé comienzo a su educación.
Como reglas generales, no hay que perdonarle ni un fallo ni una
desobediencia, ser más constantes que él, y no dar por
finalizado un ejercicio hasta que no lo ha hecho correctamente.
De lo contrario aprenderá que a veces puede salirse con la suya,
y obedecerá solo cuando le interese.

Se deben usar órdenes cortas, preferiblemente de una sola


sílaba, y que no lleven a confusión (no usar palabras muy
parecidas para órdenes diferentes). Muchos adiestradores suelen
usar el idioma alemán, pero para nuestras necesidades
"domésticas" basta con usar cualquier palabra corta y de sonido claro. Y hablamos de
perros, de modo que no uses pronombres (decir: sientate, levantante, tumbate, ... esto
confunde al perro pues la última sílaba es siempre igual).

Acudir a nuestra llamada.

Se debe usar siempre la misma palabra como orden, para no confundirle. Es


posible que obedezca voluntariamente, en ese caso hay que premiarle para
fomentar esa obediencia. Si no obedece se puede usar una cuerda larga y al tiempo
que se le dá la orden, se le atrae hasta nosotros, hasta que acabe entendiendo lo
que se le exige.

Hacer sus necesidades en la calle.

Siempre que se le descubra in fraganti ensuciendo la casa, hay que castigarle


inmediatamente. No sirve hacerlo después de que haya pasado un tiempo o, si se
ha quedado solo, regañarle cuando volvemos, pues no lo asociará a la falta que ha
cometido. Como complemento, cada vez que hace sus necesidades en la calle se le
debe felicitar calurosamente. Hay que tener más paciencia que él y no dejarle
pasar ni una. Importante: la costumbre de frotarle el hocico en lo que ha ensuciado
es contraproducente, pues si no nos entiende bien, pensará que es lo que debe
hacer y puede llegar al extremo de ensuciarse él mismo o comer los excrementos,
pensando que con ello hace lo que deseamos.

Acostumbrarse al collar y a la correa.

Ponerselos para salir y quitarselos en cuanto llega a casa, para que lo asocie al
paseo. No es bueno dejarle siempre suelto en la calle, o cuando llegue a adulto no
se acostumbrará a ir atado. Cuando es muy pequeño conviene dejarle tirar de la
correa (le desarrolla los músculos del pecho); pero al crecer ha de aprender a ir al
lado sin tirar.
Sentarse.

Para enseñar al cachorro basta con hacerle levantar la cabeza


y empujarle los cuartos traseros hacia el suelo, al tiempo que
se le dá la orden. Esto lo aprenden muy fácilmente y ya no lo
olvidan.

Detenerse.

Es fácil de enseñar si llevamos al perro atado. Cada vez que


nos paremos damos la orden y si sigue andando se dá un tirón
de la correa, obligandole a pararse.

Caminar al lado. Tumbarse. Otras.

Si le llevamos atado es fácil hacer que camine a nuestro lado. El que vaya pegado
a nuestra pierna sin ir atado, el tumbarse, el acudir a nuestra llamada y sentarse
frente a nosotros, etc, son órdenes más complejas, más difíciles de enseñar, y
forman parte de un adiestramiento especializado, que vá más allá de la mínima
educación imprescindible.

Adiestramiento.

El perro, instintivamente, está predispuesto a entender lo que le decimos, y a actuar en


nuestra defensa o la de nuestras propiedades. Cualquier poseedor de un perro le puede
enseñar casi lo que quiera (también depende de la inteligencia y la predisposición a
colaborar del perro), pero para ciertas tareas es imprescindible la educación profesional.

Si quieres intentar adiestrar al animal tu mismo, el éxito que obtengas dependerá de tu


preparación en el tema, de lo que hayas aprendido (hay muchos libros sobre el tema), de
como te compenetres con tu perro, y sobre todo, de hacerlo bien y no cometer errores (es
muy dificil reeducar a un perro que haya aprendido algo mal). Si quieres que tu perro haga
algo específico y no estás capacitado, deja su enseñanza en manos de un adiestrador
profesional.
Paso por encima de un obstáculo Adiestramiento de ataque y defensa

Hay adiestramientos variados: de rastreo, de obediencia, de defensa y ataque, y muchos


más. Como ejemplo se listan los ejercicios que se efectuan en las pruebas de obediencia
para pastores alemanes, junto con una breve descripción (no detallada) de lo que se exige:

1. Comportamiento con la correa - El perro, atado con la correa, ha de seguir al


conductor. Se camina, se hacen giros y medias vueltas, caminando, corriendo... El
perro siempre debe llevar la cabeza pegada a la rodilla izquierda del conductor, y
si este se detiene, el perro se sienta sin que se le tenga que decir nada.

2. Seguir libremente - Lo mismo que el ejercicio anterior, pero con el perro suelto.
Además se efectuan dos disparos mientras se hace el ejercicio, y el perro ha de
mostrar indiferencia.

3. Sentarse estando en movimiento - Mientras se camina, el conductor dá la orden


de sentarse, pero no se detiene. El perro ha de sentarse de inmediato y esperar a
que vuelvan a por él.

4. Combinación de tumbarse y acercarse - Mientras se camina, el conductor le da


al perro, sin detenerse, la orden de tumbarse. El perro se ha de tumbar de
inmediato mientras que el conductor se aleja. Cuando éste ha avanzado unos 30
pasos, se gira y se detiene. Después llama al perro, y a la orden el perro ha de
acudir corriendo y sentarse frente al conductor. A otra orden de ponerse al lado, el
perro ha de pasar por detrás del conductor y sentarse a su izquierda.

5. Traer un objeto en terreno llano - El perro ha de traer, cuando se le da la orden,


un objeto que el conductor ha lanzado. Ha de sentarse frente al conductor y no
soltar el objeto hasta que se le dá la orden de soltarlo.

6. Traer un objeto con salto libre sobre un obstáculo de 1 metro de alto - Similar
al anterior pero el perro ha de saltar sin tocar el obstáculo, a la ida y a la vuelta.
7. Traer un objeto subiendo por encima de un obstáculo - Como el
anterior, pero el obstáculo no puede superarse de un salto y el perro
ha de trepar a la ida y a la vuelta.

8. Avanzar unos pasos y echarse - El conductor señala con el brazo una dirección y
dá la orden de avanzar. El perro ha de caminar él solo en línea recta, hasta que se
le ordena echarse.

9. Echarse bajo distracción - Después de ordenar al perro echarse el conductor se


aleja unos 40 pasos y se queda de espaldas al perro. Otro perro hará algunos de sus
ejercicios, y durante este tiempo, el primer perro no ha de moverse hasta que el
conductor vuelva a buscarle.

Además hay otros ejercicios, como pararse al caminar (quedandose el perro de pié), o
tumbarse durante la carrera. Y esto en cuanto a obediencia, sin hablar de las pruebas de
rastreo o de ataque y defensa.

Esto muestra que el adiestramiento es una tarea muy especializada que conviene dejar en
manos de un profesional. Normalmente nuestro perro no necesitará todos estos
conocimientos, o hacer esos ejercicios a la perfección, excepto si queremos llevarle a
competiciones.

www.gorinkai.com/webppa/alimcuid.htm

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