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F.

MARTÍN PINEDO AUBIÁN - Casos Prácticos

Caso Práctico 7 – Casa de Papel

Napoleón Huamán es un profesor jubilado a quien su pensión no le alcanza para


afrontar el creciente costo de vida. Vive solo en la casa que compró con su difunta
esposa, una preciosa propiedad de dos pisos ubicada en una hermosa zona residencial.
Aconsejado por un vecino, decide poner en alquiler el primer piso de su casa y generar
una renta adicional a su magra pensión.

Para su suerte, hace seis meses conoce en una reunión social a Juan Concha, quien ha
venido a realizar unos negocios en la ciudad y necesita alquilar un inmueble. Napoleón
decide alquilarle el primer piso a Juan y suscriben un contrato de arrendamiento por un
monto de US$ 150 mensuales que serían abonados en su cuenta del Banco de la Nación
los días 20 de cada mes, pagándose en el acto de suscripción del contrato dos meses de
adelanto y un mes de garantía. El contrato celebrado entre ambos establecía una
duración forzosa de un año, con prohibición de sub arrendar, así como el prorrateo en
el pago de los servicios de agua y luz.

Como consecuencia de sus nuevos ingresos, hace poco más de un mes Napoleón decide
realizar un largo viaje para visitar a unos parientes a quienes no veía hacía muchos
años. El día que debía depositarse en su cuenta el monto del alquiler Juan no lo hizo, y a
pesar de que Napoleón intentó comunicarse con él para saber el motivo de la demora
no pudo localizarlo.

Hace unos diez días Napoleón regresó de viaje, y al intentar ingresar al segundo piso de
su inmueble se dio con la sorpresa de que quien estaba viviendo en el primer piso era
Armando Paredes, quien pensando que estaban intentando ingresar al inmueble para
robar, casi golpea a Napoleón con un palo de escoba.

Superado este incidente, Napoleón se identifica como el propietario de la casa


mostrando su título de propiedad y los recibos de servicios que están a su nombre, a lo
cual Armando responde que eso no es cierto porque él había celebrado hace menos de
un mes un contrato de alquiler con Juan Concha, quien, haciéndose pasar como
propietario aprovechando la ausencia de Napoleón, había puesto un aviso en el diario
poniendo en alquiler el primer piso del inmueble. Armando y Juan celebraron un
contrato de arrendamiento por la suma de US$ 150 mensuales, habiéndose pagado un
mes de adelanto y un mes de garantía.

Armando se considera estafado, razón por la cual y en tanto no se arregle la situación,


no va a abonar arrendamiento alguno a nadie. Como era de esperarse Juan ha
desaparecido y Napoleón está preocupado pues no está recibiendo pensión alguna, y
encima tiene que soportar a un vecino incómodo que hace mucha bulla. Peor aún. Por
esta razón solicita una conciliación para que Armando proceda a desalojar el inmueble
inmediatamente.

© M. Pinedo A., 2001

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