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Desde la Promoción de Salud Mental

hacia la Producción de Salud

La concepción de lo comunitario en
la implementación de Proyectos Sociales1

Psic. Alicia Rodríguez2

Resumen
La ponencia parte de la problematización de
la noción de Salud Mental a la luz del paradigma
que sustenta una concepción integral del proce-
so salud-enfermedad; así como también de la de
Salud Mental Comunitaria que emerge a media-
dos del pasado siglo como consecuencia de la
crisis de una psicología centrada en el individuo
y en la enfermedad.
En la medida que el origen de la Psicología
Comunitaria esté ligado a este movimiento, se
analiza cómo aún hoy persiste una concepción
del abordaje comunitario en el desarrollo de
programas sociales dirigidos a poblaciones en si-
tuación de pobreza, ligado a la intervención en el
entorno inmediato de los sujetos (la comuni-
dad) y en su relación con el mismo, prescindien-
do de la consideración de los fenómenos estruc-
turales que producen los procesos de exclusión
social.
Partiendo de la experiencia de la autora, en el
marco del desarrollo de proyectos socio-comu-
nitarios (enmarcados en el campo de las Políti-
cas Sociales), se analiza el lugar del componente

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Desde la Promoción de Salud Mental hacia la Producción de Salud

comunitario en los mismos desde las intenciona- Según el mismo autor, a mediados del siglo
lidades de cambio social de la Psicología Comu- XIX, se consolida en el campo de la Medicina la
nitaria entendida en su dimensión política. llamada Medicina Social que incorpora a la ex-
Se establece la comparación entre un aborda- plicación de la enfermedad la influencia del am-
je comunitario restringido y una concepción biente. Tiene origen entonces, un modelo social
transformadora en función de algunas categorías expansivo que tendrá su correlato en el llamado
desde las que frecuentemente se interviene: la in- enfoque comunitario dentro de la Psicología, en
tencionalidad de la intervención; la noción de el cual el ser humano es concebido como insepa-
fortalecimiento de redes sociales; el papel de la rable de sus circunstancias sociales, económicas
participación y la autogestión; la sectorización y culturales. Esta perspectiva conduce a la nece-
de lo social; el lugar asignado al otro; el análisis sidad de comprender e intervenir en el entorno
del vínculo proyecto-equipo-comunidad y del de los individuos, en los subsistemas que lo com-
marco político institucional desde el cual se in- ponen, y en la relación entre los mismos.
terviene. De este modo se transita de un modelo indi-
Finalmente, se detiene en particular en estos vidual a uno ecosistémico, del abordaje de la en-
últimos aspectos, jerarquizando el tipo de víncu- fermedad como estado, a la consideración del fe-
lo que se construye entre los operadores de Polí- nómeno salud-enfermedad como proceso; y de
ticas Sociales y la comunidad como escenario la atención exclusiva de lo patológico a su pre-
fundamental para la producción de sentidos que vención y a la promoción de la salud.
favorezcan procesos de autonomía y autodeter- En el área llamada de “lo mental” se realiza un
minación, los cuales, a criterio de la autora, son camino en la misma dirección, de modo que co-
la base en la producción de salud. mienza incluyéndose en el campo de la Medici-
na, en donde predominan las concepciones asila-
res y biologicistas de la enfermedad mental, has-
Introducción ta lograr una incorporación progresiva de lo psi-
cológico y lo psicosocial en su comprensión. La
El eje de la mesa redonda (Experiencias Lati- relación individuo-ambiente en la producción,
noamericanas de Promoción en Salud Mental) prevención y tratamiento de la enfermedad
me convoca en primer lugar a ubicar brevemen- mental adquiere especial relevancia. Las tenden-
te la noción de Promoción de SM para relacio- cias -sobre todo en Psiquiatría- que comienzan a
narla, en el desarrollo del trabajo, con la Psicolo- desarrollarse en la primera mitad del siglo XX se
gía Comunitaria y su abordaje en programas que apoyan en esta perspectiva, ubicando la impor-
se instrumentan en el marco de las Políticas So- tancia de la prevención primaria a través de in-
ciales en el Uruguay. tervenciones realizadas en situaciones de crisis
Como expresa Enrique Saforcada (1999), el vitales y en la vida cotidiana de los individuos y
pensamiento médico-científico que tiene origen sus grupos de pertenencia. Surgen así algunas
entre los siglos XVI y XVII fue tributario de con- corrientes que reciben distintas denominacio-
cepciones y prácticas en salud que hoy ubicamos nes: Psiquiatría Social, Psiquiatría Comunitaria,
claramente dentro de una perspectiva individual- Salud Mental de la Comunidad, entre otras.
restrictiva, o sea, aquella centrada en la enferme- Así, los profesionales de la Salud Mental -y
dad y en el individuo, con prescindencia del con- particularmente los psicólogos- enfrentan el de-
texto en el que éste se desenvuelve. La psicología safío de transitar desde un abordaje en el ámbito
hereda este paradigma, transformando el biologi- institucional (hospitalario o educativo) centrado
cismo en psicologismo e inaugurando así un mo- en el individuo y en su enfermedad, hacia el de-
delo centrado en la clínica y en lo patológico. sarrollo de una intervención en el ambiente co-

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munitario de los sujetos centralizado en la pro- mediato de los sujetos en la misma. Como antes
moción de la salud. decíamos, la Psicología Comunitaria, ligada en
No es casual que la Psicología Comunitaria su origen a esta noción, jerarquizó la interven-
sea nombrada como tal por primera vez en los ción en la vida cotidiana de las comunidades con
EE.UU. cuando se recogen los resultados de la el propósito de incidir favorablemente en su de-
Conferencia sobre Educación de Psicólogos para sarrollo y en el de los sujetos que la integran.
la Salud Mental Comunitaria, realizada en Mas- Ahora bien, en el caso de Latinoamérica, las
sachussets en el año 1969, donde justamente se condiciones sociopolíticas del continente, hi-
plantea el propósito de intervenir en el ambiente cieron que para la Psicología Comunitaria, que
cotidiano de la población, partiendo de la base emerge por los años 70’ (Montero, 2004), fue-
de que la salud mental se produce en ese ámbito. ra inevitable ya no sólo la consideración de la
influencia del ambiente inmediato en la cali-
dad de vida de los sujetos, sino también la de
Los equipos que ejecutan los proyectos los factores estructurales macroeconómicos y
sociales, determinantes de las condiciones de
perciben los condicionamientos de un siste- pobreza y exclusión que sectores mayoritarios
ma social injusto. Oscilan entre la omnipo- de la población han venido sufriendo década
tencia y la impotencia que ello genera. Viven tras década.
con frustración los límites de su accionar y, Como expresa Enrique Saforcada (1999: 29):
“Si el psicólogo comunitario no se problematiza
en el marco del triunfo del capitalismo salva-
con respecto a la estructura del poder en el nivel
je, la desnaturalización de la pobreza puede nacional e internacional... a las características de
ser vivida como un salto al vacío. la distribución de la riqueza..., al problema de las
ideologías..., al problema de las alternancias de
gobiernos democráticos y tiranías..., etc.; segura-
Hasta aquí, quedan planteados dos aspectos mente el área de problemas que se visualizará co-
que me interesa considerar. Uno de ellos, el vin- mo más acuciante será la de la salud...”. Y sigue:
culado a la concepción de salud, en donde aún “...en este tipo de circunstancias es posible que la
hoy persiste la falsa dicotomía entre lo mental y lo salud mental surja como el marco en el que se
orgánico (que también es separación de lo social, inscriben los problemas que, no perteneciendo a
de lo económico y de lo político), en menoscabo este campo, demandan la intervención del psicó-
de una comprensión del sujeto como sujeto inte- logo comunitario.
gral y complejo, donde la subjetividad está pre- Si por el contrario, no es posible prescindir de
sente en todo el proceso de salud-enfermedad. tales problematizaciones, los mismos problemas
Los psicólogos permanecemos aún en un dilema: factiblemente se inscribirán en el marco de los
si hablamos de salud a secas, nos sometemos al derechos humanos. En este caso las estrategias de
riesgo de una inmediata asociación con el fenó- acción, como así también sus soportes teóricos e
meno de la medicalización y la consecuente invi- ideológicos, serán diferentes”.
sibilidad de los procesos subjetivos; y, si hablamos Sin embargo, creo que un buen número de ex-
de salud mental caemos en una verdadera falacia periencias que tienen por objetivo incidir favora-
que ha sido superada en el plano conceptual de blemente en la calidad de vida de las personas y
las ciencias de la salud. que incluyen intervenciones comunitarias en las
El otro aspecto que me importa destacar es el que participan psicólogos, ponen el acento exclu-
de los factores que inciden en la producción de la sivamente en los factores vinculados al ambiente
salud, y la innegable influencia del entorno in- inmediato en el que se desarrollan los sujetos, con

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prescindencia de los componentes estructurales e en uno u otro aspecto. Mi experiencia en este ti-
históricos que producen condiciones de vida ge- po de Programas (en el trabajo directo con la po-
neradoras de malestar y sufrimiento. blación, en el acompañamiento y asesoramiento
A mi entender, esto redunda en abordajes a equipos que gestionan proyectos, y en el diseño
comunitarios de distinto tipo en lo que refiere a de los mismos) me ha permitido constatar que
su alcance y a sus intenciones de transforma- las características del abordaje comunitario di-
ción. Este es el punto que pretendo desarrollar fieren entre un proyecto y otro, según la inten-
a continuación. cionalidad del cambio que pretenden producir y
en definitiva según el paradigma que lo sustenta.
En algunos casos dicho abordaje resulta funcio-
El abordaje comunitario en el nal al orden social establecido y apunta en defi-
marco de las Políticas Sociales nitiva a dejar las cosas como están, a este tipo de
abordaje lo denominaré restrictivo; en cambio,
Una buena parte de los Proyectos que se de- cuando el tipo de intervención que se realiza
sarrollan en el Uruguay en el marco de las Políti- adopta un sentido transformador respecto a la
cas Sociales focalizadas en los sectores vulnera- realidad en la que se interviene, a éste lo llamaré
dos y vulnerables de la población, más allá del re- abordaje comunitario transformador.
corte temático o etáreo que realicen, suelen con- Partiendo de la base, como expresa Giorgi
templar dentro de su formulación y ejecución un (2006), que las Políticas Sociales son producto-
componente vinculado a lo comunitario. El Pro- ras de subjetividad, ambos tipos de abordajes
grama puede estar dirigido a niños, jóvenes o ar- inciden en la producción de los modos de pen-
caicos y abordar temáticas de género, adicciones, sar, sentir y hacer diversos, tanto en los opera-
vivienda, educación o producción orgánica, pe- dores de los proyectos como en la población a la
ro, más allá de eso, en la mayoría de los casos cual van dirigidos. Probablemente estos abor-
cuenta con aquel componente. Esto, porque se dajes no se presenten en forma pura, aunque sí
parte de la base, en consonancia con lo que ex- podamos identificar la predominancia de uno u
presamos más arriba acerca de la necesidad de otro en cada caso. La complejidad de la realidad
intervenir en el medio en el que se desarrollan y particularmente, del escenario que se entrete-
los individuos para producir cambios favorables je en la implementación de Políticas Sociales,
en su calidad de vida. nos lleva a cuidarnos del riesgo de caer en sim-
Ahora bien, uno de los debates planteados en plificaciones y falsas dicotomías. Por lo tanto,
el campo de las Políticas Sociales, que se imple- esta distinción, lejos de ser una clasificación
mentan en la actualidad, es el de la medida en que encasille, sólo pretende constituirse en un
que las mismas cumplen con una función com- instrumento para la reflexión acerca de las
pensatoria con relación a las profundas desigual- prácticas que se desarrollan.
dades existentes en nuestra sociedad, amorti- Estos dos tipos de abordaje comunitario de-
guando la emergencia de conflictos sociales, o en penden, en buena medida del posicionamiento
qué grado promueven el desarrollo de los suje- que adopte la organización que gestiona el pro-
tos, más que como sujetos de necesidades, como yecto a través de los operadores que lo ponen en
sujetos de derechos, y en tal sentido adoptan un marcha. Ahora bien, a estos posicionamientos
carácter transformador o emancipatorio. El sen- subyacen complejos procesos subjetivos tanto en
tido que se le otorga a ese componente comuni- el plano del equipo, como en el de la población,
tario, en el marco de los programas y proyectos a que permiten comprender buena parte de lo que
través de los cuales se implementan esas políti- sucede en el vínculo entre ambos. Se trata de po-
cas, será clave para que las mismas contribuyan ner la mirada en las zonas de encuentro y entre-

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lazamientos que se producen entre ellos, a modo llo de potencialidades para la ejecución de accio-
de entramados conceptuales, emocionales y de nes que favorezcan en las personas su crecimien-
acción que permiten producir proyectos com- to como personas. Podríamos decir que se parte
partidos. (Saforcada y otros, 2006) de un diagnóstico acertado. La finalidad es lograr
una “adaptación positiva” al medio. Muchas ve-
ces esta idea aparece asociada a la de resiliencia
Concepción restrictiva de (Melillo y otros, 2004) de manera que, se trata de
abordaje comunitario que los sujetos desarrollen la capacidad de sobre-
vivir en la adversidad y que incluso salgan forta-
Los proyectos que desarrollan un abordaje lecidos en el tránsito por la misma, sin que ello
comunitario en un sentido restrictivo, enfatizan necesariamente implique transformación de las
la intervención en el entorno inmediato como condiciones adversas. El hincapié está puesto en
modo de producir cambios en los sujetos; así por el sujeto, reforzando la búsqueda de salidas indi-
ejemplo, en proyectos socioeducativos que tra- viduales a problemas que son colectivos. En tales
bajan con niños, se incluye a la familia en la in- casos, la estrategia de trabajo con grupos es en-
tervención que se realiza, se intenta incidir en las tendida como una respuesta de menor calidad a
pautas de crianza, crear ambientes estimulantes las estrategias de trabajo individual, e impuesta
para el desarrollo, se abordan los vínculos intra ante la escasez de recursos.
familiares, etc. Del mismo modo se busca incidir También se incluye la noción de redes socia-
en el ambiente barrial, interviniendo en proble- les y generalmente se la entiende en dos sentidos;
mas comunitarios diversos tales como la caren- uno de ellos, el trabajo en redes, se asimila a la
cia de servicios básicos o el mejoramiento de los coordinación entre organizaciones que operan
espacios públicos, pero esta mediación se realiza en el nivel local para mejorar la atención de las
con prescindencia de la problematización de las mismas hacia la población hace hincapié en la
condiciones que generan desigualdad social, lo función cognitiva de las redes sociales, busca op-
que frecuentemente trae como consecuencia un timizar los recursos disponibles para la deriva-
efecto culpabilizante en la familia o en la comu- ción de la población en función de sus distintas
nidad en cuestión. problemáticas. Los sujetos quedan ubicados en el
Asimismo, se pone claramente de manifiesto lugar de destinatarios de estas coordinaciones
la paradojal despolitización de las Políticas So- más que como parte activa en las mismas. Con
ciales (Rodríguez, 2006). Esto significa que se frecuencia, el proyecto en cuestión se ubica co-
abordan determinadas problemáticas en forma mo centro de esa red.
puntual, con el fin de reparar un daño o de pre- Otro sentido que se otorga a la noción de
venirlo, sin considerar las causas estructurales redes es el relacionado a los vínculos entre las
que los producen. Los proyectos generan accio- personas que puedan oficiar de sostén afectivo
nes específicas sin incluir la reflexión acerca del y ayuda mutua ante situaciones de la vida coti-
por qué de esas problemáticas. La pobreza acaba diana. Ligada a ello está la pretensión de pro-
por naturalizarse tanto para los operadores co- mover la autogestión, entendida como la reso-
mo para la población que la padece. La pobreza lución de los problemas que enfrentan las per-
pues, no se cuestiona. sonas mediante el empleo de recursos propios.
Estos proyectos, frecuentemente aluden a la Nos encontramos así con propuestas de forma-
idea del fortalecimiento de los sujetos en el mar- ción de promotores comunitarios, de agentes
co de las estrategias que implementan. Éste es de salud entre los propios integrantes de la co-
entendido en términos de autovaloración, au- munidad, quienes desarrollan tareas de cuida-
toestima, visualización de capacidades y desarro- do en relación a sus propios vecinos. Frecuen-

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los que no participan atribuyéndoles desinterés


y comodidad, a través de fuertes prejuicios que
tienden a culpabilizar y a estigmatizar. Los bene-
ficiarios directos e indirectos (comunidad) del
proyecto, no dejan de ocupar el lugar de tales, de
beneficiarios. Son vistos como destinatarios de
las acciones del equipo, aunque ocasionalmente,
puedan adoptar un rol activo, su alcance es con-
trolado y limitado.
Por último, también los equipos que realizan
este tipo de abordaje despliegan un accionar con
características particulares. Reflexionan escasa-
mente sobre su práctica y excluyen de su análisis
el papel del servicio en la comunidad y el víncu-
lo que construyen con ella. Los operadores no se
piensan en los niveles de implicación (Lourau,
1989) inherentes a su relación con la población,
adoptan una posición ingenua y frecuentemente
quedan expuestos al establecimiento de alianzas
y al afianzamiento de relaciones de dominación.
Del mismo modo, estos operadores prescin-
den de un análisis crítico del marco político-ins-
titucional desde el cual se interviene y, por lo
tanto, también de las intencionalidades que sub-
temente, éste se constituye en un medio de cu- yacen. Suelen construir organizaciones objeto
brir las deficiencias de los organismos respon- (Schvarstein, 1992) que reproducen instituidos
sables de manera que se generan servicios de sociales que se posicionan desde un lugar preten-
pobres para pobres. didamente neutro, sostenido frecuentemente en
Hoy por hoy, no existen proyectos sociales el voluntarismo.
que no incluyan dentro de su formulación la
idea de la participación comunitaria. En aque-
llos que desarrollan un abordaje de tipo restric-
tivo, entendido como colaboración, retribución Concepción transformadora
de servicios, o involucramiento en actividades de abordaje comunitario
planificadas desde el equipo que gestiona el pro-
yecto, limitadamente se prevé una participación En el campo de las Políticas Públicas encon-
activa en la planificación de actividades puntua- tramos proyectos y programas que logran desa-
les, asociadas en general a la obtención de recur- rrollar un abordaje comunitario con un sentido
sos para mejorar el propio servicio, o la organi- transformador que, por supuesto no están exen-
zación de actividades recreativas. Con frecuen- tos de contradicciones ni de conflictividad.
cia esta modalidad de participación se justifica Estos proyectos parten de la intervención en
en la pretensión de romper con un vínculo asis- el entorno inmediato de los sujetos pero, consi-
tencialista o paternalista, y de fomentar la res- derando ya no sólo la influencia que éstos ejer-
ponsabilidad de los sujetos en los asuntos que le cen en el desarrollo de los individuos, sino po-
atañen. Desde esta perspectiva se suele juzgar a niendo el acento en la mutua influencia entre su-

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jeto y ambiente. Dicha relación es entendida co-


mo productora de permanencia y transforma-
ción y es en ese plano en el que se interviene, in-
cluyendo la problematización de los factores ma-
croestructurales que producen las situaciones de
pobreza y exclusión y la desnaturalización de las
mismas. (Montero, 2004).
Los equipos que ejecutan los proyectos perci-
ben los condicionamientos de un sistema social
injusto. Oscilan entre la omnipotencia y la im-
potencia que ello genera. Viven con frustración
los límites de su accionar y, en el marco del
triunfo del capitalismo salvaje, la desnaturaliza-
ción de la pobreza puede ser vivida como un sal-
to al vacío. La cuestión parece ser en qué medi-
da estos aspectos estructurales permanecen co-
mo contexto de la acción (y entonces el dilema
es acerca de cuánto condicionan y determinan)
o si logran constituirse en el texto mismo de la
intervención.
La población por su parte, a la vez que expre-
sa la cruda vivencia de sufrimiento que supone la
situación pobreza, de desigualdad social y discri- La cuestión parece estar en poder ligar estos
minación, la sensación de estar “sumergidos” y dos mundos que aparecen disociados, el de lo
los esfuerzos -percibidos como infructuosos- que macro y el de lo micro, tanto en los operadores
se requieren para salir de esa posición, oscila en- como en la población. Para ello, los primeros de-
tre atribuir las causas de su situación al “proble- berán incluir los componentes estructurales y
ma social” (la falta de trabajo, de oportunidades sus efectos en la subjetividad; como texto de su
educativas y recreativas, de acceso a los servicios, intervención y no como contexto.
etc.) y adjudicarlo al contexto inmediato, o sea, a El tipo de vínculo que se genere desde el pro-
sí mismos (la familia, el barrio). Una persona que pio proyecto, en tanto se sustente en valores y
participa de un proyecto social expresa: (la situa- pautas diversas a las dominantes, en tanto se cui-
ción de pobreza) “... es un problema social, por de de no reproducir relaciones de dominación,
eso hay asentamientos y violencia... Los niños son estigmatización y discriminación, se constituirá
un reflejo de los padres. La agresividad viene des- en una herramienta clave. Se trata de generar un
de la casa y se vuelca a los niños. Educar a los ni- registro en el plano de lo vivencial y de lo afecti-
ños desde la familia”. Así, el padecimiento se vive vo de un tipo de vínculo que modifique las pau-
como producto de algo que es a-histórico y ajeno tas instituidas. Pero, la vivencia para producir
(el problema social), o bien hay una atribución transformaciones más profundas, ligadas a pro-
total de las causas en sí mismos. cesos de concientización (Montero, 2004), debe-
La interrogante que queda planteada es si rá ir acompañada de la reflexión.
cuando actuamos en ese contexto inmediato, sin Un abordaje comunitario transformador
desnaturalizar la existencia de la pobreza, ello no también incluye la idea de fortalecimiento, en-
conduce inevitablemente a reforzar esta idea de tendida en términos individuales y colectivos, y
responsabilidad y culpa. en donde lo que se persigue es la alteración de las

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relaciones de poder establecidas, más que la pro- ser transferido por la población a otros ámbitos
ducción de una adaptación al sistema. La finali- de inserción. Esto supone que los sujetos y la co-
dad última de este fortalecimiento es la autode- munidad de la que forman parte se consideran
terminación en la búsqueda de mayores niveles actores con los cuales se establece una relación
de igualdad social. La valoración y la estima de horizontal y de diálogo, lo cual enfrenta a impor-
las capacidades y las potencialidades del otro son tantes desafíos, tanto para los ejecutores de los
genuinas y no se limitan a promover la autoper- proyectos como para sus destinatarios. Supone
cepción de las mismas, sino a que dichas poten- cuestionar modelos en donde el saber está depo-
cialidades se transformen en acción. sitado en una de las partes.
Esto implica poner en juego una perspectiva Es interesante el diálogo que se establece en-
de redes sociales que cuestione los paradigmas tre los padres de niños que concurren a un cen-
de relación hegemónicos, o sea, los jerárquicos tro de educación inicial: “Hay planificaciones
(Dabas, 1993). Supone además que el proyecto que no nos compete a los padres. Eso no quita
en cuestión no se ubique como el centro de esa que nosotros no podamos participar en dar
red, sino que logre descentrarse y ubicarse como ideas”, dice una mujer. Y otra responde: “Yo no
un actor más, de manera que la relación que es- estoy de acuerdo, tenés todo el derecho de saber
tablezca con otras organizaciones locales sea vi- cómo es la planificación de tu hijo. Yo, pregunto.
sualizada como una forma posible de trabajo en Me gustaría estar más informada, saber sobre lo
red que incluye la coordinación de recursos pero que se planifica. Si participás en las planificacio-
que la trasciende para poder llevar adelante pro- nes se podrá saber algo más”.
yectos comunes que involucren activamente a la Hay un aspecto en este plano que considero
población interesada. clave. Frecuentemente la población desconoce
En tal sentido, este tipo de abordaje, más que cual es el marco organizativo en el que se imple-
promover la autogestión, impulsa la conciencia y mentan las PPSS, cuáles son las fuentes de finan-
el ejercicio de los derechos frente a los organis- ciamiento, los organismos involucrados, etc. Es
mos responsables de dar respuesta a los proble- común encontrar malentendidos y confusiones
mas de la población. Esto necesariamente inclu- en este nivel. Creo que es importante poder dar
ye un análisis de la relación que la población es- cuenta de cuál es el contexto de acción político-
tablece con los mismos, a partir del cuestiona- institucional en el que se está trabajando, cuáles
miento de matrices internalizadas. Pensemos por son sus características, por qué se requiere y se
ejemplo, en los modelos que han impuesto las registra determinada información acerca de la
instituciones educativas y las de salud a lo largo vida de los sujetos (otro aspecto naturalizado y
de décadas, en donde la discriminación y el ava- fuertemente vinculado al control social), etc. La
sallamiento de los derechos es moneda corriente. información es pues una herramienta clave para
De manera que la promoción de la participación poder ubicarse desde un lugar activo.
no queda restringida a la colaboración o a la re- Esta concepción de la participación implica
tribución por el servicio que se brinda. La misma también considerarla en términos de proceso, de
estará enmarcada en la intencionalidad de au- proceso complejo, en donde están involucrados
mentar los grados de incidencia de la población tanto la población, como los operadores de los
en la toma de las decisiones que le incumben. Es Proyectos y en donde el destino necesariamente
de fundamental importancia concebir al propio es incierto. Para el equipo implica el desafío de
Proyecto como una oportunidad para el ejercicio ser criticado y cuestionado en su accionar. Sus
del derecho a participar, a manera de un espacio integrantes manifiestan el temor a la invasión y a
en donde es posible el despliegue de un proceso la pérdida del rol. Resistencia pues, que oculta el
participativo, que puede operar como modelo a miedo a perder cuotas de poder. Desde esta pers-

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pectiva el conflicto es inherente a la relación con pecto a sus acciones. Esta actitud adquiere espe-
la comunidad. cial relevancia cuando se ha establecido una con-
Hemos hablado en otro trabajo (Rodríguez, tinuidad en la relación con la comunidad. Fre-
Haberkorn y Cortázar, 2005) de la tensión que cuentemente el equipo está expuesto al estableci-
frecuentemente se plantea entre la incertidum- miento de alianzas e incluso a la pérdida de au-
bre y dinámica de estos procesos y la intención tonomía como organización. Esto está ligado a la
desde las organizaciones de generar dispositivos capacidad de análisis que los operadores desa-
que habiliten a la participación de la población rrollen respecto al marco político-institucional
en la toma de decisiones. Si bien esta puede ser desde el cual trabajan. Supone tomar conciencia
legítima y en ocasiones necesaria, se debe tener de las múltiples determinaciones y racionalida-
cuidado de que la misma no atrape los procesos des que se ponen en juego, lo que permite discri-
comunitarios en modelos organizativos impues- minar en mayor medida lo personal de lo orga-
tos, y que además tenga como consecuencia la nizacional y por lo tanto operar con mayores ni-
pérdida de autonomía en la capacidad de presión veles de autonomía, iniciativa y creatividad. Es-
que la misma puede desarrollar cuando queda tán dadas las condiciones para actuar como
sujeta a movimientos espontáneos. equipo y como organización sujeto (Schvarstein,
Por último, en un abordaje comunitario 1992) capaz de desplegar una identidad que le es
transformador, necesariamente el proyecto y su propia en el campo de las Políticas Sociales.
equipo analizan en forma permanente su lugar El siguiente cuadro muestra sintéticamente
en la comunidad y el tipo de vínculo que estable- las principales características de un abordaje co-
cen, ya que parten de un lugar de no-neutrali- munitario restrictivo y las de un abordaje comuni-
dad, de intencionalidad y de vigilancia ética res- tario transformador:

Concepción restrictiva Concepción transformadora


de abordaje comunitario de abordaje comunitario

Interviene en el entorno inmediato de los in- Interviene en la relación de los sujetos con
dividuos como modo de producir cambios su entorno inmediato, incluyendo la proble-
en él, con prescindencia del cuestionamien- matización desnaturalización de los factores
to de los factores estructurales que produ- estructurales que producen desigualdades
cen desigualdades sociales. sociales.

El fortalecimiento entendido como autovalo- El fortalecimiento entendido en términos in-


ración, autoestima, visualización y desarrollo dividuales y colectivos y persigue la altera-
de potencialidades para el logro de la supe- ción de las relaciones de poder estableci-
ración como personas. das. La finalidad es la de la
autodeterminación en la búsqueda de mayo-
res niveles de igualdad.

Jerarquiza la función de sostén, ayuda mu- La perspectiva de redes sociales en su


tua e información de las redes sociales. carácter cuestionador de los paradigmas
jerárquicos de relación hegemónicos.

Trabajo en redes entendido como la coordi- La relación entre organizaciones locales in-
nación interinstitucional para atender las ne- cluye la coordinación de recursos pero la
36 cesidades Marzo
Alteridad de la población.
de 2007 No hay un pro- trasciende para llevar adelante proyectos
yecto en común, y la comunidad se ubica comunes que incluyen a la población involu-
por fuera de esa red. crada.

Autogestión como resolución de los proble- Promueve la conciencia y el ejercicio de los


ración, autoestima, visualización y desarrollo dividuales y colectivos y persigue la altera-
de potencialidades para el logro de la supe- ción de las relaciones de poder estableci-
ración como personas. das. La finalidad es la de la
autodeterminación en la búsqueda de mayo-
Desde la Promoción de Salud Mental hacia la Producciónres
deniveles
Salud de igualdad.

Jerarquiza la función de sostén, ayuda mu- La perspectiva de redes sociales en su


tua e información de las redes sociales. carácter cuestionador de los paradigmas
jerárquicos de relación hegemónicos.

Trabajo en redes entendido como la coordi- La relación entre organizaciones locales in-
nación interinstitucional para atender las ne- cluye la coordinación de recursos pero la
cesidades de la población. No hay un pro- trasciende para llevar adelante proyectos
yecto en común, y la comunidad se ubica comunes que incluyen a la población involu-
por fuera de esa red. crada.

Autogestión como resolución de los proble- Promueve la conciencia y el ejercicio de los


mas mediante el empleo de recursos pro- derechos frente a los organismos responsa-
pios. Se cubren las deficiencias de los orga- bles del abordaje de los problemas de la po-
nismos responsables y se generan servicios blación, cuestionando las matrices internali-
de pobres para pobres. zadas en relación a ellos.

La participación como colaboración, retribu- La participación como la intencionalidad de


ción de servicios, o involucramiento en acti- aumentar los grados de incidencia de la po-
vidades planificadas desde el equipo que blación en los Programas y en la toma de de-
gestiona el Proyecto cisiones. El proyecto como oportunidad para
el ejercicio del derecho a participar como
modelo a ser transferido a otros ámbitos.

Los beneficiarios directos e indirectos (co- Los sujetos con los cuales se trabaja
munidad) como destinatarios de las accio- directamente y la comunidad de la que
nes. Pueden adoptar un rol activo, pero su forman parte se consideran actores con los
alcance es controlado y limitado desde el cuales se establece una relación horizontal y
equipo que gestiona el proyecto. de diálogo, en donde el conflicto es
inherente.

No se analiza el papel del servicio en el ba- El proyecto y su equipo analizan en forma


rrio ni el vínculo que se construye con la co- permanente su lugar en la comunidad y el ti-
munidad. El equipo no se piensa a sí mismo po de vínculo que establecen, partiendo de
y su implicación en la relación con la pobla- un lugar de no neutralidad, de intencionali-
ción. Adopta una posición ingenua expuesta dad y de vigilancia ética respecto a sus ac-
al establecimiento de alianzas y al reforza- ciones.
miento de relaciones de dominación.

Se prescinde de un análisis del marco políti- Se analiza el marco político-institucional des-


co-institucional desde el cual se interviene, de el cual se trabaja, tomando conciencia
lo que redunda en una actitud ingenua, fre- de las múltiples determinaciones y racionali-
cuentemente voluntarista y con el riesgo de dades en juego, lo que permite discriminar
producir una práctica alienada. lo personal de lo organizacional y operar
con mayores niveles de autonomía.

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Sección Central

A continuación expondré un ejemplo que “Creo que piensan que somos capaces de tener
fundamenta la necesidad y la importancia de una vida digna, de darnos una oportunidad pa-
analizar el tipo de de este último aspecto como ra educar de mejor manera a nuestros hijos”.
herramienta fundamental para generar transfor- Pero, a su vez, se expresa la percepción de la re-
maciones a partir de la tarea que se desarrolla: lación de dependencia que establecen, como
una posición natural en la que están instalados
Un análisis del tipo de vínculo Proyecto So- por el hecho de ser pobres: “Porque sos pobre,
cial-Comunidad sos dependiente”.
Son bien conocidos los efectos de la depen-
Cuando los equipos pretenden realizar un dencia en el plano de lo subjetivo y en las prácti-
abordaje comunitario transformador, inevitable- cas sociales que se implementan. Las restriccio-
mente se ubican en el debate entre la asistencia y nes a la autonomía y a la libertad, a la formula-
la promoción. ¿Cómo generar acciones que ción de opiniones propias, los límites a la posibi-
atiendan las necesidades inmediatas de la pobla- lidad de criticar aquello que se percibe como
ción, vinculadas a los derechos humanos básicos bueno y de lo que se siente que se depende. Más
e incluso a veces a situaciones vitales, sin generar aún, cuando se establece una relación afectiva
un vínculo de tipo asistencialista que obstaculice positiva en donde el riesgo de sometimiento y
el desarrollo de las personas individual y colecti- ejercicio del poder es aún mayor.
vamente? Se crea algo así como un círculo vicioso entre
En algunos casos3 esta tensión parece resol- Proyecto y comunidad. El equipo que gestiona
verse: la población percibe que se trasciende la dicho Proyecto se sostiene a partir del vínculo
satisfacción de necesidades básicas, que hay una con la población, ésta recibe de aquél una ima-
búsqueda de soluciones en conjunto, de los pro- gen positiva que hace que permanezca ligada a él
blemas que las aquejan, que se desarrolla un vín- y se genera una retroalimentación en la relación.
culo de respeto y escucha, de sostén. Existe una La expresión que sigue es paradigmática en
percepción de valor en sí mismas, encuentran este sentido: “Como somos pobres vienen uste-
oportunidades para el estudio y el trabajo, la re- des a trabajar, si no fuésemos pobres no habría
creación, relacionan estas oportunidades con el ONG”. Queda planteada crudamente la relación
acceso a los derechos. Generan aprendizajes vin- de mutua dependencia. Unos necesitan de los
culados a los vínculos intra familiares y barriales, otros para subsistir. Desde el Proyecto, porque
etc. El equipo registra la satisfacción de la tarea cubre necesidades laborales, da respuesta a moti-
realizada ya que su trabajo resulta valorado posi- vaciones sociales, religiosas, políticas de los ope-
tivamente por quienes lo reciben. radores; desde la población porque cubre sus ne-
Ahora bien, interrogados acerca de cómo cesidades vinculadas tanto a la subsistencia co-
creen que la Organización los percibe, surge mo a otras necesidades fundamentales (Max
con mucha fuerza la idea de “ayuda” por sobre Neef, 1993). La cuestión parece estar en ubicar
la de derechos. El Proyecto y quienes lo ejecutan un lugar de ruptura, un lugar de corte en ese cír-
quedan ubicados en un lugar de proveedores y culo que habilite espacios de autonomía. En este
ellos, quienes reciben el servicio, en el de la ca- marco, la habilitación a la crítica, el reconoci-
rencia, de la necesidad de ayuda. Se percibe la miento de los límites propios, la incorporación y
intencionalidad de promoción que tiene el la transición por los conflictos con relación a la
equipo. Por ejemplo, alguien expresa: “Lo que población, parece ser una posible condición pa-
piensan es que a pesar de que somos pobres so- ra la generación de dicha ruptura.
mos capaces de salir adelante por nosotros mis- En un momento de tránsito por uno de los
mos, para que no dependamos de los demás”. Proyectos en los que he trabajado se produce

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Desde la Promoción de Salud Mental hacia la Producción de Salud

una situación de quiebre en la relación con la más vulnerados en sus derechos, se constituyen,
comunidad; una parte de ésta cuestiona fuerte- a través de la implementación de Proyectos So-
mente a la Organización, interroga acerca del ciales, en un instrumento que puede incidir en
lugar que ha adquirido en la zona, la ubica en esas tendencias de permanencia o de cambio.
un lugar de rivalidad con algunos líderes ba- Creemos que, dependiendo del tipo de abordaje
rriales y se pone en duda su permanencia; otra comunitario que los mismos desarrollen se ge-
parte de la comunidad realiza un movimiento nerarán condiciones más o menos favorables
de legitimación de la Organización y defiende para la producción de salud (o si se quiere de Sa-
su continuidad. Sin entrar a analizar los detalles lud Mental), lo cual está directamente relaciona-
de este conflicto, lo interesante es que a la Orga- do con el particular entramado que se produzca
nización y a su equipo le implicó desnaturalizar entre el equipo que sostiene dichos Proyectos y
su lugar en el barrio, habilitar la idea de la no la comunidad, y con los sentidos que dicha rela-
continuidad, cuestionar su papel y el riesgo en ción adquiere para unos y otros actores. El desa-
el establecimiento de alianzas, auto criticarse en fío para los equipos profesionales es entonces el
algunas de sus acciones, en definitiva, mirarse de establecer relaciones en donde, a la vez que se
profundamente a sí misma y su rol en la rela- ofrecen espacios para la respuesta a las necesida-
ción con la población. des fundamentales y para el sostén afectivo que
dignifiquen a las personas y que le restituyan un
lugar como sujetos de derecho, logre romper
Conclusión con los riesgos de una mutua dependencia y fa-
vorecer procesos de genuina autonomía y auto-
Partiendo del cuestionamiento a la noción determinación.
de Salud Mental desde los paradigmas científi-
cos actuales que operan en el campo de las cien-
cias de la salud y que admiten la complejidad de Referencias bibliográficas
los fenómenos sociales -entre ellos los procesos
de salud-enfermedad- hemos intentado en este • Dabas, E. (1993) Red de redes. Las prácticas de
trabajo ubicar la relación de la Psicología Co- la intervención en redes sociales, Buenos Aires:
munitaria con dicha noción. Para ello hemos Ed. Paidós.
partido del acto mismo de su fundación a par- • Giorgi, V. (2006) Construcción de la subjeti-
tir del cual los psicólogos son convocados a vidad en la exclusión. En: Seminario: Drogas
operar para incidir favorablemente en la Salud y exclusión social. Montevideo: RIOD Nodo
Mental de los sujetos, mediante su intervención Sur / Compila: Encare.
en el ambiente inmediato que los rodea: su vida • Lourau, R. (1989) El diario de investigación.
cotidiana. Materiales para una teoría de la implicación)
Sin embargo, la Psicología Comunitaria que se Guadalajara: Universidad de Guadalajara De-
desarrolla en varios países de América Latina partamento Editorial.
concibe que las condiciones concretas de existen- • Max-Neef, M. y col. (1993), Desarrollo a Esca-
cia de los sujetos y las comunidades son produc- la Humana. Montevideo: Ed Nordan.
to de los componentes socioeconómicos estruc- • Melillo, A, Suarez Ojeda, E. y Rodríguez, D.
turales que caracterizan al continente, y que es en (2004) Resiliencia y subjetividad. Los ciclos de
ese marco en donde se producen determinadas la vida, Buenos Aires: Paidós.
subjetividades que favorecen la permanencia o la • Montero, M. (2004) Introducción a la Psicolo-
transformación de dichas condiciones. gía Comunitaria. Desarrollo, conceptos y pro-
Las Políticas Sociales, dirigidas a los sectores cesos, Buenos Aires: Paidos.

Alteridad Marzo de 2007 39


Sección Central

• Rodríguez, A.; Haberkorn, P. y Cortazar, • Saforcada, E. (comp.) (1999) Psicología Co-


M. (2005) La Participación Comunitaria: munitaria. El enfoque ecológico-contextualista
entre discursos y prácticas. Desafíos actua- de James G. Nelly, Buenos Aires: Proa XXI.
les. Ponencia presentada en el 30º Congre- • Saforcada y otros (2006) La Psicología Comu-
so Interamericano de Psicología. Buenos nitaria en el Río de la Plata (Argentina-Uru-
Aires, Argentina. guay). En prensa.
• Rodríguez, A. (2006) Políticas Sociales en Uru- • Schvarstein, L. (1992) Psicología Social de las
guay. Una mirada desde la Psicología Comuni- Organizaciones. Nuevos aportes, Buenos Ai-
taria en su dimensión política. En prensa. res: Paidos.

1 Ponencia dictada en el Primer Congreso Ecuatoriano de Psicología Comunitaria realizado en la UPS - Quito.
2. Psicóloga Social. Docente del área de Psicología Comunitaria de la Universidad de la República de Uruguay,
Facultad de Psicología.
3. Estas reflexiones son producto de la experiencia de la autora en una ONG que desarrolla Proyectos Sociales en
distintas zonas de la capital y que se encuentra en un momento de construcción participativa acerca de los prin-
cipios y valores que la sustentan.

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