Introducción
Se parte de una problemática inicial: la falta de tecnologías adaptables a las
condiciones socio-económicas y ambientales de la zona (Oberá, Misiones). Así, la
experiencia surge para dar respuesta a las necesidades de pequeños productores que
buscan complementar y/o reemplazar sus actividades productivas de renta actuales
(como el tabaco, por ejemplo).
A lo largo de esta sistematización se realizará una descripción general de diferentes
aspectos: con quiénes se desarrolla, cómo surge, en qué consiste (desde el punto de
vista técnico), qué productos se obtienen, cómo se comercializan (logro de una marca
propia), qué beneficios traduce, etc. Hacia el final, por su parte, se reflexiona en torno a
los aprendizajes que se generan con todo el proceso, tomando como eje la temática de
una tecnología apropiada.
Los comienzos
Para cada grupo de productores (tres a cinco familias) se instaló un secadero de uso
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Diseño de la tecnología
El diseño de los secaderos se realizó teniendo en cuenta las siguientes premisas:
Que responda a una necesidad u oportunidad real de los pequeños productores de
la región.
Que sea utilizable por una familia o grupos pequeños de productores.
Que sea independiente del suministro de energía eléctrica.
Que se sustente sobre las fuentes energéticas renovables de mayor disponibilidad
en las chacras y menor costo.
Que sea realizable con los materiales y elementos de la zona.
Que se procure una optimización de materiales disponibles (dimensiones,
elementos de reciclaje, autoproducción, etc.).
Que sea construible (mayoritariamente) por los propios productores o idóneos de la
zona.
Que sea una tecnología sustentable.
Que sea replicable.
Que sea modular (que permita también su fabricación parcial externa al sitio de
emplazamiento).
Que sea de fácil manejo y manipuleo.
Que sea capaz de reunir las condiciones de higiene y seguridad alimentaria
requeridas.
Se diseñó un primer prototipo, que luego se fue ajustando y modificando en la marcha
del proyecto, en función a la experiencia adquirida durante la construcción, ensayos de
secado y las necesidades particulares de los grupos.
Etapa de construcción
Los productores participaron de la construcción de los secaderos con el asesoramiento
y acompañamiento del equipo técnico de trabajo. El primer prototipo se construyó en San
Martín. En esta etapa los productores expresaron cierta incertidumbre, ya que no existían
experiencias previas en la zona.
Antes de iniciar la construcción del secadero en Colonia Mandarina, los productores
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La cabina de secado posee bandejas extraíbles cuya base está realizada con tejido
hexagonal o malla cima para permitir la circulación del aire.
Para contener el material a secar se dispone de un tejido de malla fina, tipo
mosquitero, simplemente apoyado sobre el tejido hexagonal lo que facilita su colocación y
remoción con el producto cargado.
Tanto en el secadero de San Martin como en el de Colonia Mandarina se
aprovecharon materiales reciclados (de la chacra) para partes de las chimeneas y
parrillas de los hogares.
Paralelamente existen una serie de aspectos específicos que hacen a cada prototipo
en particular y que permiten analizar diferentes alternativas constructivas, de disposición,
de operación, etc.
Descripción de las principales características técnicas de los diferentes prototipos:
1. Secadero del grupo “Picada Maipú” ubicado en San Martín:
◦ Está realizado con placas de madera tipo finger-joint. El horno es de
mampostería. Posee un intercambiador de calor tubular.
◦ Se aprovechó la pendiente del terreno para optimizar la circulación de aire por
convección natural desde el panel solar a la cabina de secado.
◦ La cabina de secado se realizó con tableros de madera tipo finger-joint. Las
guías y bandejas, son igualmente de madera.
◦ El techo es de chapa de zinc a dos aguas.
◦ La extracción del aire húmedo del secadero, se realiza en la parte superior
media, a través de un aireador eólico, el cual tiene incorporado un regulador de caudal en
su interior.
◦ En el interior de la cabina de secado se instaló un difusor del aire proveniente
del horno.
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Experiencias de secado:
Las primeras experiencias de secado se realizaron en el prototipo construido en San
Martín. En un principio y para no comprometer la producción y a modo de prueba, se secó
hoja de mora y/o de chirca (utilizada para alimentación de animales). Posteriormente
continuaron las pruebas de secado con cebolla de verdeo, perejil, stevia, ambay, cedrón,
etc.
El proceso de secado fue trabajado en forma conjunta con los productores durante las
visitas, reuniones y jornadas de capacitación.
Los productores se encargaron de todo el proceso desde la cosecha del material,
clasificación, acondicionamiento, secado, envasado y etiquetado. Así como el control de
la temperatura y la regulación de la cantidad de fuego en el horno. También registraron los
datos de temperatura y humedad para un posterior análisis de los mismos.
Se realizaron análisis (humedad, color) para evaluar la calidad de los productos
obtenida. Con los análisis y la evaluación de los resultados logrados se ajustaron las
condiciones de secado para algunos de los productos.
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*Oportunidad de venta
La incorporación de la tecnología permitió el procesamiento de excedentes de
producción (que les sobraba de una posible venta en fresco, cuyo destino final era la
alimentación de pollos y cerdos), obteniendo así un producto con valor agregado, y de
mayor durabilidad, lo cual posibilita un manejo más flexible de la economía familiar.
El productor tiene ahora la posibilidad de regular sus ventas logrando mejores
oportunidades de negociación. También le permite trasladar el excedente de producción
estacional a épocas de escasez manejando los tiempos de producción, cosecha, secado
y venta.
Como ejemplo podemos mencionar la experiencia obtenida por algunos productores
quienes vieron “la oportunidad de venta del perejil deshidratado en verano, momento en el
cual en la zona escasea este producto en fresco”.
*Nuevos mercados
Con esta propuesta tecnológica los productores tienen la oportunidad de salir a vender
y encontrar nuevos mercados, ya que se les facilita el traslado (en colectivo), porque se
les reduce el peso y el volumen del material. Además de ser productos estables en el
tiempo y de fácil manipulación, lo que amplía los márgenes de maniobra.
El producto fresco necesita un cuidado diferente (mayor) para que llegue al mercado
sin perder su calidad, como por ejemplo: atados de cebollita de verdeo dispuestos en
tachos para su traslado y conservación hasta el lugar de venta, lo que conlleva mayores
dificultades debido al mayor peso, volumen y deterioro durante el traslado.
En cambio se facilita el traslado del mismo producto en seco y envasado ya que tiene
menor peso y volumen y permanece estable en calidad y presentación. Los productores
comentaron que cuando van a la ciudad por otros motivos tienen la posibilidad de traer
unas cuantas bolsitas de productos secos y venderlos, y que esto no era posible con
productos frescos.
*Mejora en los ingresos
Si bien la venta es incipiente y algo rudimentaria, no deja de ser alentadora, ya que
abre nuevas posibilidades de ingreso en la economía familiar, particularmente a partir del
trabajo de las mujeres. Inclusive, continuando con la actividad y procurando perfeccionar
la misma, podría pensarse como alternativa de producción al tabaco (siendo este un
cultivo altamente tóxico y muy demandante de mano de obra).
*Nuevos conocimientos
El proceso de secado que implica esta tecnología desarrollada es poco conocida por
los productores de la zona, por lo que les permite incorporar nuevos conocimientos
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Consideraciones finales
Lo primero que cabe señalarse, remite a que la propuesta de secaderos alimentados a
energías alternativas constituye una tecnología apropiada por y para los pequeños
productores que se involucraron en la experiencia. Si bien los 3 secaderos construidos se
lograron a partir de proyectos subsidiados, se trata de herramientas de bajo costo,
sencillas, poco demandantes de mano de obra y fáciles de operar, y por lo tanto
fácilmente replicables en otros ámbitos.
Dada la participación de los productores en todas las etapas que involucró el proyecto
(diagnóstico, toma de decisiones en la ubicación del secadero, aporte de algunos
materiales, mano de obra para la construcción, etc.), se contribuyó a lograr un mayor
compromiso, identificación y apropiación de la tecnología.
Asimismo, la herramienta permite la participación activa de todos los miembros de la
familia. Colabora con la integración social de los productores entre sí por el trabajo
asociado (al compartir los secaderos) y con la comunidad a través de la venta directa de
productos.
Promueve especialmente el enaltecimiento del rol, las capacidades y posibilidades de
la mujer rural, que suele advertirse en clara desventaja en relación con la figura del
hombre en la chacra.
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