POR UNA UNIVERSIDAD LECTORA

RESUMEN:

Es difícil entender que alguien que tiene nivel universitario, crea que ya no necesita
mejorar su inteligencia porque ya aprobó todos los posgrados de escolarización
formal, y como si esto lo eximiera de una vez y para siempre de abrir y leer un libro,
revista, etc.

De hecho está comprobado científicamente que la inteligencia no es un valor fijo que

para mantenerlo saludable y en buen estado y continuarla en desarrollo constante hay
que usarla pues todo aquello que no se usa se atrofia.

Quienes crean que por tener un título universitario ya son inteligentes para siempre
están muy equivocados. Para mantener viva la inteligencia, la formación intelectual
universitaria, no puede prescindir del mejor pensamiento (filosófico, psicológico,
sociológico, histórico, científico) ni de la más alta creación literaria de todos los
tiempos. Y sin embargo, hoy constituyen legión los universitarios que no han leído por
ejemplo a Aristóteles.

Algo muy simple y dramático es que las especializaciones han llevado a los
profesionalistas a saber muchas cosas sin saber casi nada. Saben generalidades sobre
una carrera que no les enseña ni les exige leer mas halla de ella.

Lo cierto es que las publicaciones universitarias no deben ponerse al nivel de las

publicaciones frívolas de los puestos de periódicos, sino ser extensiones de las aulas,
de la cátedra.

Hoy muchas publicaciones han renunciado a sus lectores naturales, a cambio de darles
brevísimas capsulas como las que se encuentran en los noticieros radiofónicos y
televisivos en internet. Hasta los suplementos y las secciones culturales de los diarios
también tienden a esto a partir de diseños mercadotécnicos, el propósito es darles
noticias brevísimas a los presuntos lectores.

La formación de los lectores se va haciendo sobre todo fuera de las aulas y muchas
veces fuera de las asignaturas académicas.

Gabriel Zaid: El gran problema de la lectura no tiene que ver con las masas pobres y
analfabetas que no sabe leer y escribir sino a una enorme cantidad de universitarios
que aun teniendo los recursos para comprar un libro , no quieren leer.

¿Qué es lo que quieren esos universitarios?

Lo que quieren es desentenderse de la lectura de libros, revistas, artículos, etc. Y solo
estar frente estar frente a la televisión y a la pantalla de internet.

La verdad es que como afirma Epstein: La edición de libros se han desviado de su

verdadera naturaleza y ha optado la actitud de un negocio.

Para muchos universitarios, los libros son simples instrumentos que sirven para
avanzar en la carrera profesional. Cuando ya hayan conseguido su objetivo, no tienen
tiempo para leer pues están ocupados en no leer.

Lo cierto es que nunca les gusto leer, y que si leyeron algunos libros o capítulos de
ellos fue básicamente para salvar su carrera.

Si un universitario no lee, no se actualiza ni tiene interés por conocer más, es alguien

que no resulta ser competitivo frente a las exigencias de la globalización.

Por otro lado el problema de la lectura no radica en que el uso del internet sea una
competencia frente a la lectura en el formato tradicional del libro en el papel.

Las personas se excusan en ver el problema de la lectura en el internet. No hay

diferencia entre leer un libro en el papel que hacerlo en el internet.

Los lectores pueden reducirse a practicantes de un deber inmediato. Las bibliotecas

siempre están a una paso delante de las universidades aunque a muchos les
universitarios les cueste aceptarlo, (por el impulso de leer los libros obligatorios y los
que se nos da la gana), esto ayuda a diversificar nuestros conocimientos y fortalecer
nuestra cultura general.

Muchas universidades en América latina han comenzado a preocuparse seriamente de

este problema. Lo cierto es que con el internet las cosas se facilitaron o se complicaron
para la formación intelectual. Hay artículos que nos dicen “todo “lo que vale la pena
saber del autor, pero lo mejor sería leer directamente al autor y sacar nuestras propias
conclusiones.

Internet es una herramienta maravillosa que además potencia el libro y la lectura. La

electrónica es altamente eficaz para cierta búsqueda de información.

Entres las dos lecturas no hay rivalidad porque sus campos de acción son diferentes;
en un mundo ideal computadora y lectura comparten nuestras mesas de trabajo.

Los universitarios pertenecen al sector de los privilegiados si se establece relación con

aquellos que no son ni alfabetizados ni universitarios ni profesionistas. Pueden
comprar libros o acceder a bibliotecas disponiendo de tiempo para leerlos. Y sin
embargo muchos de ellos no leen, únicamente “estudian”.
Porque la lectura nunca fue su prioridad desde la educación básica y en La universidad
llegan a seguir cultivando su habito de no lectura.

¿Universidades lectoras?

Si, no existe otra solución que cambiar el esquema en las universidades para que las
universidades verdaderamente lean. Crear y alentar programas de lectura en las
universidades.

Que lean para aprobar los exámenes no es lo mismo que lean para añadir algo más a
su vida. Puesto que el mayor fracaso de la educación seria comprobar que se ha
preparado a las personas que han pasado por las aulas universitarias, por “los estudios
superiores” no hayan alcanzado plenitud de sus expectativas culturales.