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dimen/ión

eduootiva
dimen/ión
educativo

Bogotá, D.C., Septiembre de 2001


ISSN 0122-8773

Im ágenes interiores tom adas del libro:


Ex-übris a e! arte de identificar sus libras N7Q-198H
Banco de la R epública - E m bajada Suiza. B iblioteca Luis Angel A rango
Bogotá, C olom bia - A bril-M ayo de 1988

A g en g a 1993.C E R L A L C
Ex-libris

E dición, diagram ación e im presión:


D IM E N SIÓ N EDUCATIVA
C a ile 4 1 N° 13-41
Tel. 245 31 4 6 - Fax. 245 7745
E -m ail: dim ed@ col 1.telecom .com ,co
B ogotá, D.C., C olom bia. 2 0 0 1
ÍNDICE

P R E S E N T A C IÓ N .......................................................................................................................................................... 3

LOS MAPAS M EN TALES


Una estrategia para realizar investigación cualitativa
Lola Cendales G ., G erm án M arino S.
Dim ensión E d u c a tiv a -C o lo m b ia ..............................................................................................................................5

E L -‘RELATO Y LAS H ISTO R IA S DE V ID A " EN E L C A M PO DE LAS R E PR E SEN T A C IO N ES


P ilar Cuevas M.
B o g o tá -C o lo m b ia .........................................................................................................................................................15

N U ESTRA M IR A D A ES N U E S T R A VOZ
D iana Soles
S a n tia g o d e C h ile - C h ile ............................................................................................................................................ 23

HACIA LA C O N ST R U C C IÓ N DE UNA E T N O G R A FÍA DEL, A D O L E S C E N T E EN C O L O M B IA


Proyecto A tlántida
M arina Carnargo A b ello
Centro de Investigaciones C1U P - U niversidad Pedagógica N acional
B ogotá- C o lo m b ia ........................................................................................................................................................31

CÓ M O VEO MI BA R R IO
Elza M aria F onseca Falkem bac
Universidad de Ijuí - B rasil........................ 55

R E C O R D A R E S V IV IR
Algunas técnicas para reactivar la m em oria colectiva
L ola C endales G., A lfonso Torres C.
B o g o tá -C o lo m b ia ........................................................................................................................................................65
Bj PRESENTACIÓN

Í
herram ientas neutrales que pueden em plearse indiscrim inadam ente; en las técnicas
tam bién están e n ju e g o los valores éticos y políticos, las concepciones y los enfoques
m etodológicos que orientan una investigación; el tipo de técnicas utilizadas bajo la
concepción investigativa positivista, es coherente con su concepción de realidad
social y del m odo de conocerla (p o r ejem plo, su pretensión de objetividad, lleva a que
la población investigada es asu m id a com o objeto, co m o dato m ensurable).

Del m ism o m odo, quienes pretendem os realizar investigaciones orientadas por otros
intereses com o la com prensión crítica y la em ane ¡pación social, debem os estar atentos
a que las técnicas e instrum entos sean coherentes con los objetivos in v estig ativ o sy sus
propósitos sociales. E sto no siem pre ha sido así: m uchas investigaciones que se
autodefinen com o “crítico soc iales”, participativas o em ancipatorias, em plean
ingenuam ente estrategias y técnicas provenientes de perspectivas tradicionales; se
asum e autom áticam ente que para investigar no hay otra alternativa que aplicar
encuestas, revisar archivos y h acer entrevistas.

Por ello, en la form ación, tan im portante com o la reflexión epistem ológica, teórica y
m etodológica, es la discusión y preparación “ tecnológica"; ello, para posibilitar una
relación crítica y creativa en el uso de aquellos dispositivos y herram ientas que
perm iten la producción y socialización de conocim iento significativo dentro de las
investigaciones anim adas p o rd iferen tes perspectivas. U na condición necesaria será la
de reconocer, sistem atizar y potenciar aquellas ex periencias innovativas en el uso de
estrategias y técnicas investigativas.

Este es el propósito de esta edición N ° 56 de A portes: hem os seleccionado seis


experiencias investigativas m odestas, pero significativas en cuanto a la creatividad
para involucrar a los propios sujetos en la generac ion e interpretación de conocim iento
y para articular investigación convencional e innovación educativa; y a sean realizadas
por m aestros, por educadores populares, por activistas sociales o po r profesionales de
las ciencias sociales, las experiencias que presentam os confirm an que la altem ativi-
dad de una investigación no radica tanto en las declaraciones de principios ni en la
asunción de enfoques y diseños m etodológicos cualitativos y participativos, sin o en la
capacidad para incorporar en la “ v id a cotidiana” de la investigación d ichos principios
yo rien taciones.

Antecedentes de esta publicación

El C E A A L -C onsejo de E ducación de A dultos para A m érica L atina- y D im ensión


Educativa, publicam os “a finales del siglo pasado” una pequeña serie de 4 núm eros

3
titulada: M ateriales p a ra la fo rm a c ió n de educadores desde la E ducación Popular. El
últim o núm ero "Investigación-Innovación"’ pretendía socializar algunos trabajos de
investigación cu alitativ aq u e se venían realizando.

Dado que la publicación salió sólo para C entros afiliados al C E A A L y el tem a seguía
siendo solicitado, resolvim os publicar este núm ero en la serie de A PO R T ES, h aciendo
algunos ajustes a la versión original (ej: los dos últim os artículos no aparecen en la
prim era publicación). E speram os con esto propiciar el d eb ate sobre las técnicas y
dispositivos utilizados en diversas m odalidades de investigación.
Los mapas mentales:
UNA ESTRATEGIA PARA REALIZAR
INVESTIGACIÓN CUALITATIVA

Lola Cendales G., Germán Mariño S.


Dimensión Educativa - Colombia
M U SEO

Del rigor en la ciencia

...En aquel imperio, e l arte de la C artografía logró tal p erfecció n que e l m apa de una
sola provincia ocupaba toda una ciudad, y el m apa del im perio, toda una provincia.
Con el tiempo, esos m apas desm esurados no satisfacieron y los C olegios de C artó­
grafos levantaron un m apa del imperio, que tenia e l tam año d e l im perio y coincidía
p untualm ente con él. M enos adictas a! estudio de la cartografía, ¡as generaciones
siguientes entendieron que ese dilatado m apa era inútil y no s in im piedad lo entre­
garon a las inclem encias del s o l y de los inviernos. E n los d esiertos del Oeste p erduran
despedazadas ruinas del mapa, habitadas p o r anim ales y p o r m endigos; en todo el
p a ís no hay otra reliquia de las disciplinas geográficas.

Citado por: Jorge Luis Borges. E! hacedor. EM ECE 1960. B uenos A ires A rgentina.

INTRODUCCION-~

B 1 espacio donde vivim os es, para cualquier persona, uno de las instancias más
im portantes. ¿Pero cóm o logram os conocerlo?

Una de las aproxim aciones clásicas es a través de los m apas. Sin em bargo, aunque el
m apa nos puede proporcionar inform ación im portante, es p o r naturaleza, una m irada
"objetiva", que nada nos dice de las percepciones que tiene cada uno de sus habitantes.

Las m iradas subjetivas nos perm iten rom per con el postulado de hom ogeneidad tan
relevante para la investigación cuantitativa: las personas viven en un m ism o espacio
geográfico, pero se apropian de él m uy diferente.

El lograr aprender tales subjetividades, posibilitan un acercam iento m ás íntim o a la


com prensión de la realidad.

P recisam ente esa es una de las funciones de los llam ados m a p a s m e n t a l e s , desarro­
llados básicam ente a partir de las corrientes alternativas de la G eografía.

Este artículo desea com partir una investigación (cualitativa) que, utilizando la estra­
tegia de los M apas M entales, intenta profundizare! conocim iento de una zona popular
de Bogotá (com puesta por m ás de m edia docena de barrios), donde existía un Centro
de Educación de A dultos en el cual se venía trabajando por m uchos años.
inicialm ente describe someramente qué es un Mapa La geografía, cuyas viejas corrientes aspiran, a "co­
Mental, para continuar con una breve fundamentación piar" e! m undo, entra en crisis con los nuevos enfo­
y culm inar con la presentación de la Experiencia. ques. los cuales se proponen "ex p licarlas relaciones
sociales en el espacio". L a G eografía de la Percep­
Posee grandes lim itaciones pues no term ina por ción es una de ellas:
tener la exhaustividad que se deseó inicialm ente,
pero creem os que a pesar de ello, puede brindar A parece a s / una n u eva geografía crítica fre n te
sugestivas "pistas" a los educadores que la lean. a las concepciones cuantitativas... Se acusa a los
geógrafos anteriores de que, a p e sa r de su inten­
ción de describir e l m undo, realm ente n o ¡o han
descrito ta l com o es, sin o d e una m anera p a rc ia l
y se sg a d a 1.
1, LOS MAPAS MENTALES
Y ciertam ente, tras la aparente neutralidad de la
Los m apas m entales son los dibujos de lo que sig­
"geografía clásica" se esconden concepciones de la
nifica para nosotros nuestro barrio o nuestra ciudad.
No son lo m ism o que los m apas geográficos, que realidad la cual jerarq u iza y hom ogeniza, haciendo
abstracción de que las preguntas y los m étodos, y
sacan una especie de fotografía: son m apas donde
por consiguiente las respuestas, están intim am ente
aparece lo que es im portante para cada uno de los
relacionadas con "desde dónde y para qué se m ira",
m iem bros de la com unidad.
tal com o nos lo recuerda el siguiente cuento de Julio
Cortázar:
El m apa de un barrio hecho por los adultos, podría
contener elem entos como: paraderos de buses. cen­
tros de salud, algunos com ercios, colas para com ­ G E O G R A F IA S
prar el gas.
Probado que las horm igas son las verdaderas
El m apa del m ism o barrio, hecho por ios jóvenes, reinas de la creación (el lector puede tom arlo
seguram ente contendrá elem entos que quedaron por com o una hipótesis o una fa n ta sía : de todas
fuera en el m apa m ental de los adultos. T endrá, por m aneras le hará bien un p o co de antropofuguis-
ejem plo, parques o zonas de recreación, teléfonos mo), he aquí una p á g in a de su geografía:
públicos (que son vitales para los adolescentes),
escuelas y colegios, E l agua infinita (¿un mar?) crece en ciertos
m o m e n to s c o m o u n a h ie d r a -h ie d r a -h ie d r a
El m apa m ental de los ancianos, tam bién será dife­ (¿ idea de una p a r e d m uy alta, que expresaría la
rente. Q uizás ellos no tengan que coger bus y no m area?). S i se va -va -va -va (noción a n á loga
sean im portantes los paraderos o hablen poco por aplicada a la distancia) se llega a la G ran S o m ­
teléfono (al contrario de los jóvenes). bra Verde (¿un cam po som breado, un soto, un
bosque?) donde el G ran D ios alca el granero
Ciertamente habrá puntos en común con otros sectores continuo p a ra sus M ejores Obreras. E n esta
de la población, pero seguram ente los ancianos plan­ región abundan los H o rrib les Inm ensos Seres
tearán sus propios centros de interés (las bancas de un (¿hom bres?) que destrozan nuestros senderos.
A l otro lado de la G ran So m b ra Verde em pieza
parque, donde se reúnen a conversar; la panadería,
donde se encuentran con otros vecinos, la iglesia...). e l Cielo D uro (¿una m ontaña?). Y iodo es nues­
tro, p ero con am enazas".
La fundam entación teórica de los M apas M entales,
se encuentra básicam ente en la G eografía de la
Percepción, la cual pasarem os a com entar breve­ I. Capel Horacio y Urteaga Luis, Las nuevas geo­
m ente a continuación.
I grafías. Aula Abierta. Ed. Salvat, N° 70 p.42.

7
Esta g eografía ha sido objeto de otra interpre­
tación (D ick F i y y Niela Petersoii Jr.i. E l pasaje 2. LA GEOGRAFIA DE LA PERCEP­
correspondería topográficam ente a un pequeño CION: FUNDAMENTACION DE LOS
ja rd ín de la calle L a prida 628. B uenos Aires. Los
inares pa ra lelo s so n dos canaletas de desagüe,
MAPAS MENTALES
el agua infinita, un bañadero d e patos: la Gran
Som bra Verde, un abnácigo de lechuga. Los respecto varias tipologías de la percepción han sido
H orribles Inm ensos Seres insinuarían patos o propuestas. A ppleyard plantea una clasificación tri­
gallinas aunque no debe descartarse ¡a p o sib ili­ ple: Percepción operativa (recuerdo lo que utilizo):
d a d de que realm ente se trate de los hombres. Percepción de respuestas (recuerdo lo que me es
Sobre el C ielo D uro se cierne y a una p olém ica perm anentem ente estim ulado -por la publicidad,
que no term inará pronto. A la opinión de F ry y por ejem plo-): percepción por deducción (recuerdo
Pe tersan, que ven en é l una m edianera de ladri­ por sim ilitud).
llos, se opone la de Guillermo Sqfovich, que p re ­
sum e un bidé abandonado entre las lechugas.' T ip o l o g ía s d e la p e r c e p c i ó n

Lentam ente se va descubriendo algo que a posterior! a) P ercepción "operativa". L a gente cobra co n ­
parece obvio: cad a "m apa (m ental)" es distinto en ciencia de m uchos elem entos de su entorno u r­
función de factores com o clase social, edad, activi­ bano po rq u e los utiliza com o p u n to s de re feren ­
dad que desem peña... etc. Las distancias "reales", cia en su vida cotidiana p a ra m overse p o r ¡a
por ejem plo, son "relativas" a los m edios que utilice ciu dad o sim plem ente en su diario d esplaza­
para recorrerlas; no es lo m ism o hacer 5 kilóm etros m iento a l trabajo. P aradas de autobuses o Inter­
a pie, que hacerlos en carro particular o en bus. secciones de vías de tráfico, edificios clave o
rasgos fís ic o s d istin tivo s de uno u otro tipo, se
Las "geografías personales" se convierten en el anotan m entalm ente, se recuerdan y retienen
nuevo continente qu e debe ser descubierto. -probablem ente, incluso exagerándose su im ­
portancia-, en un p ro c eso de creación d e una
P or ello, un secto r cada vez m ayor de la G eo­ estructura m ental del fu n cio n a m ien to d e la ciu ­
grafía urbana ha ido centrando su atención en dad. Este es. indudablem ente, el m ás universal
e l establecim iento y análisis d e im ágenes de la de los tipos de percepción, a l derivar concreta­
ciudad y, dentro d e la p a rticu la r línea de interés m ente de una a ctivid a d repetitiva, d e la p ro p ia
d el geógrafo, en el desarrollo de m apas m enta­ fo r m a de actuar. A l p ro p io tiem po, en este m ism o
les (cognoscitivos) que traduzcan las im ágenes p roceso quedarán sin "ser vistas ", virtualm ente,
percibidas en estructuras espaciales. E stos m a­ algunas pa rte s d e la ciudad, q u e ciertam ente no
pas "m entales”-de im á g en es-d e l m edio am bien­ serán recordadas v p erm a n ecerá n perceptual-
te urbano p u ed en seguidam ente exam inarse en m ente invisibles p a ra el individuo.
relación con las características propias de las
personas a fectadas o consideradas. A p esa r de b) P ercepción "de respuesta". L a conciencia de
las dificultades es p o sib le considerar im ágenes im ágenes de ¡a c iu d a d ap a recerá íntim am ente
de la ciu d a d en relación con las variables que
norm alm ente se han venido utilizando de m odo
reiterado en el ca m p o de la geo g ra fía social: p o r
ejemplo, e l sta tu s socioeconóm ico, e l sexo v la 2. Julio Cortázar, Historia de cronopiosy de famas.
Editorial EDH a s a . Barcelona
edad3
3, D, APPLEYARD (1973): "Notes on urban per-
Podem os decir que para el ciudadano, la ciudad ception and knowledge", en la obra dirigida por
objetiva no existe. U na cosa será para el am a de R.M. Downsy D. STEA (1973): Image and Envi-
casa, otra para el obrero, otra para el niño. Al ronmem (Chicago y Londres). 109-114,
relacionada co n rasgos d istintivos o p o co usua­ cualquier p erso n a en la ciu d a d es el saber cómo
les capaces de g en era r una respuesta inmediata: se vw desde A hasta B. con lo que. lógicamente,
"ciertos elem entos llam ativos, aislados, singula­ el cam ino a seguir se convierte en rasgo dom i­
res y distintivos se im ponen a l individuo, inm is­ nante en el recuerdo.
cuyéndose en las p a utas operativas de búsqueda
p ropias de! viajero, o captando la atención de! 2 a L ím ites: son elem entos lineales que repre­
pasajero d e l vehículo que se lim ita a contem plar sentan rupturas o cortes fís ic o s distintivos den­
el p a n o ra m a. " E l p a p e l que desem peña la indus­ tro de ¡a ciudad. P ueden estar constituidos p o r
tria p u b licita ria consiste ju sta m e n te en p ro v o ­ elem entos naturales, com o p u ed en serlo un f u e r ­
car ese tipo de respuesta m ediante la utilización te desnivel del terreno, o la linea m arcada p o r
de colores o diseñ o s llamativos, em pleando una la orilla del mar. de un lago o un rio. Pero
"im aginería"sexual o estableciendo una especie tam bién pueden esta r constituidos p o r elem en­
de reflejo condicionado respecto de frases "con tos artificiales construidos p o r e l hom bre, como
gancho", fá c ile s de recordar. es e l caso de los cortes tan m arcados que origi­
nan las vías fé r re a s o las autopistas urbanas.
c) Percepción "por deducción". Esta fo rm a de
conciencia desca n sa en la experiencia p asada y 3 ° D istritos: los diversos sectores de la m ayoría
se adquiere p o r deducción a p a rtir de situacio­ de las ciudades resultan inm ediatam ente ideníi-
nes sim ilares o paralelas. E s probable que cual­ fic a b le s p a ra los habitantes urbanos y usual­
quier ciu d a d desconocida coincida en m uchos m ente reciben nom bres locales. L os m ás univer­
de sus a spectos generales con la idea que y a se sa lm e n te c o n o c id o s a p a re c e n a so c ia d o s a
tiene de g ran núm ero de ciudades conocidas. A actividades distintivas, o a grupos y culturas
p a rtir de la experiencia es posible encontrar el concretas: asi ocurre, p o r ejemplo, con los ba­
camino a seg u ir en una ciudad extraña, utilizado rrios de Soho en Londres, M ontm artre en París
p ara ello los conocim ientos acum ulados que se o H arlem en N ueva York.
po seen acerca de la estructuración de las áreas
urbanas en gen era l.4
4 oNodos: son ciertos p u n to s de la ciu d a d -lo más
fre cu en te es que sean p u n to s d e intersección de
Dados los tipos de percepción, el problem a más
calles- que actúan com o nudos o fo co s. E l ciu­
im portante, desde un punto de vísta académ ico,
dadano p u ed e entrar en estos nodos o p a sa r p o r
venía constituido por la necesidad de idear algún
ellos, de m odo que representan fa s e s fá cilm en te
sistem a analítico que representase de m anera razo­
identificadas en el desplazam iento dentro de la
nable la form a en que se estructuran las im ágenes
ciudad. A m enudo son elem entos físic o s clara­
de Ja ciudad, Jas percepciones m ism as. Este proble­
m ente delim itados, com o p u e d e serlo una plaza.
m a fue resuelto al m enos en parte, porK evin Lynch,
Son "nodos", p o r ejem plo, P iccadilly Circus,
en su libro publicado en 1960 bajo el título, tan
Tim es Square. R ed S q u a r e y P ’Etolite
adecuado, de The im age o fih e city. Lynch proponía
cinco elem entos a través de los cuales podía im agi­
5 0H itos: se diferencian de los nodos en que son
narse visualm ente la estructura física de la ciudad
rasgos que p ueden se r observados, pero en los
La e s t r u c t u r a f í s ic a d e l a c i u d a d
que norm alm ente no p u ed e entrarse ni p a sa r p o r
ellos. Su p ropio nom bre indica el p a p e l que
desem peñan, y que no es otro que el que ju e g a
1 ° C am in o s o pasos: son los "canales " a lo largo
e l fa r o respecto del navegante, en este caso
de los cuales se m ueve la gente dentro de la
respecto del fo ra s te ro que se m ueve p o r la ciu-
ciudad: com o resultado de ello, tienden a p re d o ­
m inar entre las im ágenes urbanas, puesto que el
m ovim iento suele fo m e n ta r la observación. El
problem a característico que puede plantearse a I 4. Idem.

9
dad. Se trata de edificios o estructuras distinti­ personas, o incluso para las m ism as personas en
vas que resultan fácilm ente identificables y que m om entos diferentes: para el autom ovilista la auto­
crean im ágenes que se retienen fá c ilm e n te y pista urbana es un "cam ino", pero para el peatón es
pueden utilizarse p o r ¡a estructuración d el m apa un "lím ite"
■■ m ental de la ciudad. 5

Es evidente que son pocos los individuos que utili­ La geografía con su nueva corriente (geografía de
zan conscientem ente estos cinco elem entos, en la percepción), nos explícita, aún más, cóm o el ideal
cuanto tales, y que tales elem entos constituyen, de copia de la realidad debe ser desm itificado. N os
conjuntam ente, un sistem a arbitrario para analizar reivindica nuevam ente la subjetividad, tal com o se
la imagen que de la ciudad se forjan las personas o evidencia en estos dos m apas del m undo, hechos, el
los grupos de personas. Estos elem entos tendrán prim ero por un adulto argentino y el segundo, por
tam bién significados diferentes para las distintas uno de la isla de Fiji.

tl> -
escogieron personas m ayores de 50 años que hubie­
3. LA EXPERIENCIA ran vivido siem pre en Bosa; de hecho se entrevista­
ron personas de 70; fueron 19 p e rso n a s) 10 fam ilias
las entrevistadas; para la segunda parte, el presente,
Trabajando en la form ación de educadores y alfabe­ se trabaja con alum nos de la prim aria nocturna > el
tizad o res en el C olegio C laretíano de Bosa- zona futuro con alum nos de 6o grado (entre 10 y 12 años)
ubicada al sur de B ogotá-, nos dim os cuenta que, los de la jo rn ad a de la tarde. A partir de la inform ación
alum nos de la prim aria nocturna, en su m ayoría recogida se hizo una estructura tem ática: propiedad
jóvenes y adultos recién llegados a la ciudad en de la tierra, vivienda, educación, fiesta, etc,, con los
busca de trabajo, o desplazados por la violencia que datos y relatos -unos reiterados, otros únicos- se fue
azota a varias zonas del país, desconocían no sólo arm ando un sólo texto por cada tem a. El resultado
la ciudad, sino el m ism o sector donde actualm ente fue una cartilla de lectura para jó v en es y adultos de
residían. la prim aria nocturna. "Bosa entre e l recuerdo y la
esperanza
Esta situación, nos hizo pensar en aprovechar el
espacio escolar para abordar, por una parte, el sen­
tim iento de ruptura que produce la m igración; > por La seg u n d a fase del trabajo se orientó hacia el
otra, ir trabajando esa nueva identidad; ese nuevo análisis de la situación actual de la zona de Bosa; se
sentido de pertenencia a la ciudad. hizo a través del m apa m en ta l, porque este era un
m edio que facilitaba el reconocim iento de! espacio
La idea era hacer un trabajo participativo que invo­ (m ás conocido m uchas veces por urbanizadores y
lucrara a coordinadores, alfabetizadores. alum nos y m ilitantes que por los m ism os pobladores).
m iem bros de la com unidad, tratando de rom per con
el criterio de niveles, horas clase, educación formal,
no form al, etc.
Para iniciar, les pedim os a todos los jóvenes y
L a p rim era fa se d el trabajo fue la reconstrucción de adultos de la prim aría nocturna que elaboran el
la historia de Bosa, Para esto, nos reunim os con un m apa de su barrio; con los trab ajo s presentados,
grupo de alfabetizadores, clarificam os objetivos, organizam os una prim era exposición por cursos,
hicim os una lista de aspectos que sería im portante para diferenciar los barrios, d estacar los sitios im ­
conocer y una guía m ínim a que orientara ¡a realiza­ portantes, el im pacto de la m igración, la vida coti­
ción de las entrevistas individuales o colectivas, y diana. Luego hicim os un trabajo por subpoblacio-
la revisión de docum entos en la alcaldía y en la nes: a g ru p a m o s los m ap as r e a liz a d o s por las
parroquia. m ujeres y los realizados por los hom bres; por los
que tenían m ás años y los m ás jó v en es, para ver >
Se establecieron criterios y se seleccionaron testi­ explicarse las diferencias, las coincidencias y las
m oniantes. Por ejem plo; para la prim era parte, se ausencias.

11
A s í por ejem plo, en los m apas
de las m ujeres aparecían con
m ay o r frecuencia, los teléfonos
públicos, las guarderías, la plaza de m ercado,
ios sitio s de expendio del cocino!, etc.
» "g p ig g tg y
p irm riirr--^

E n los m apas hechos por los hom bres


aparecian: los paraderos de los buses. las
tiendas, los sitios donde se ju eg a el
tejo, las fábricas, etc.
E n el trabajo realizado con
niños de 6 o grado de la
jo m ad a de la tarde, a través
de dibujos y de tex to s libres,
aparecían los problem as que
ellos percibían en la zona:
inseguridad, basura, accidentes... al igual que
expresaban el deseo de ten er parques,
universidad; el deseo de vo lv er a tener el río
para nadar y pescar com o les habían contado
los ancianos.

D espués de este trabajo se organizó una exposición de todos los


m apas, para abordar conju n tam en te la zona de Bosa y su relación con
la ciudad; an alizar sus p roblem as y posibles soluciones.

Organizam os por B arrio sy su s lím ites: L aL ib en ad , Los N aranjos


Piam onte, San Pablo, Los L aureles. La „
A m istad... El Río T unjuelito, la A utopista
Sur, la vía a Abastos...

La vías principales, nodos, rutas de


buses. A lgunas avenidas que tam bién
servían de lím ites. Com o nodos o
espacios claves, salieron el
rio, las avenidas, la plaza
jde m ercado, el
■cementerio...
C o m o hitos, o puntos más
fácilm ente reconocibles
aparecieron: la iglesia, el
hospital, los cables de
alta tensión, la torre de la
em isora, la estación del
ferrocarril...

Para concluir esta parte, se pidió a un estudiante de sino en dos dim ensiones. (G erm án M arino. “ La
arte (quien había p articipado en parte del trabajo) ilustración de las ilustraciones",)
que diseñara un solo m apa teniendo en cuenta los
elem entos que se expresaban en los trabajos de los El m a p a fue una novedad tan to para los que
estudiantes. Así. ei trabajo logró socializarse a participam os en todo el proceso co m o para las per­
todo el colegio, a la alcaldía, a otros colegios de la sonas de fuera. La alcaldía de la zona solicitó varios
zona, a las fam ilias de los participantes. para ubicarlos en sus oficinas; los encontram os en
algunas tiendas de la zona y enm arcados en casas de
En los trabajos presentados volvim os a constatar estudiantes que habían participado en el trabajo.
las reglas del dibujo espontáneo: no se dibuja lo A lgunos m aestros los utilizaron en sus clases y se
que se ve, sino lo que se sabe de! objeto, lo que interesaron por conocer la experiencia.
siente; las cosas son grandes o pequeñas en función
de la im portancia que tengan para el sujeto; no se Con m ucha frecuencia encontram os estudiantes y
usa la perspectiva; se dibujan varias cosas de un pobladores de la zona, que se acercaban una vez m ás
m ism o objeto; las figuras aparecen acostadas y lo al mapa, tratando de encontrar un detalle que se les
que está detrás aparece arriba, porque no se trabaja había escapado.
El "relatoy las historias de vida"
en el campo de las
representaciones
Pilar Cuevas
Santafé de Bogotá. D.C - Colombia
1. EL DEBATE POR UN
CONOCIMIENTO "VERDADERO"

B n cuanto m ás trato de explicarm e la relación y el aporte de los "relatos y las


historias de vida", y por éstos estoy entendiendo com o aquellas narraciones en donde
el relator cuenta su vida tal com o la lia experim entado y p ercib id o 1, al cam po de las
ciencias sociales, m ás crece mi incertidum bre sobre quienes consideran que dichos
relatos tienen de por sí lim itaciones epistem ológicas para ser asum idos desde la
perspectiva de los "m étodos científicos". Porque entonces está tam bién la otra cara de
la m oneda, en el sentido de cóm o estos m étodos, por lo m enos aquellos que se
trasladaron con extrem a rigidez a las ciencias sociales, no sólo en térm inos de
procedim ientos sino de inflexibilidad en la labor interpretativa del investigador, se
constituyeron en cam isa de fuerza para darle cabida a la "lectura" de otras form as de
conocim iento construidas en el plano de Ja subjetividad y desde la óptica de lo que
hoy se viene debatiendo com o representaciones. S obre esto volveré m ás adelante.

A hora quisiera am pliar un poco m ás esta preocupación retom ando una pregunta que
planteó un estudiante en un sem inario sobre "recuperación histórica" : "hasta qué
punto las historias de vida guardan la rigurosidad del m étodo científico?" Y no quisiera
entrar a cuestionar su pregunta ya que hasta cierto punto es legitim a en cuanto que la
form ulaba desde un espacio académ ico. Sin em bargo, la dificultad está en que si este
estudiante o un investigador quiere aproxim arse a una historia de vida buscando de
antem ano la respuesta al problem a de investigación que se ha planteado, sencillam ente
es m uy difícil que pueda "capturar" la m agia del relato, la fantasía del encuentro entre
narrador y oyente. Porque a mi m odo de ver, lo que una historia de vida nos
proporciona, en prim era instancia, son esos hilos finos que en térm inos de sensaciones,
percepciones y sentim ientos, le transm ite una generación a otra o una experiencia vital
a otra, y ésta es la clave del encuentro. D espués vienen las interpretaciones, el análisis,
y creo que este es otro m om ento que im plica una "tom a de distancia".

I. Juan José Pujadas establece la diferencia conceptual entre “ relato de vida” e “ historia

I de vida” . Sin embargo para la reflexión que propongo en el presente articulo he decidido
unificar estos dos conceptos. Al respecto ver: Juan José Pujadas. El método biográfico:
el uso de las historias de vida en Ciencias Sociales. Centro de Investigaciones Socioló­
gicas. Madrid. 1992,
m ente con el exterior. Su sistem a económ ico basado
2. LAS HISTORIAS Y RELATOS en el m inifundism o y en la pequeña producción
d estin a d as la autosubsistencia, se venia consolidan­
FAMILIARES
do desde fines del siglo pasado y com ienzos del
presente. Lo que supone que todas sus form as de
Algunas personas han tenido la fortuna de escuchar com ercialización se lim itaban, en líneas generales,
historias y relatos a¡ interior de sus espacios de
a un com ercio interno a través de las plazas de
com unicación m ás inm ediatos. Me refiero al am ­
m ercado y externo con los pueblos vecinos. El
biente de la casa, a través de los abuelos, los padres, caballo, el carro de yunta y el transporte a ”pie" o
los tíos. H ay quienes no han tenido esta oportuni­ sobre la "espalda", eran las únicas form as de m ovi­
dad, pero son la m inoría. Por mi parte, em pecé a lización de los habitantes y de los productos hasta
escuchar historias desde m uy tem prana edad y por este m om ento conocidas en ia región.
eso quiero hacer alusión a una que escuche hace
relativam ente poco tiem po y que se constituyó pos­
teriorm ente en tem a de investigación.
Pues bien, en aquel m om ento y en aquellas condi­
ciones, es decir para e¡ año de 1929, la C om pañía
Belga "Societe N ationale de C hem ins de F er en
A la tierra de los abuelos, V illapinzón, pueblo en­ C olom bie", concesionaria encargada de la construc­
clavado en todo el centro de la región andina colom ­ ción y puesta en funcionam iento de! Ferrocarril del
biana, llegó e! prim er ferrocarril o el tren en 1929. N ordeste para la región, había extendido ya su tram o
Hasta este m om ento V illapinzón, y en sí toda la hasta V illapinzón. Papá que recordaba el im pacto
región cundiboyacense a la cual éste pertenece, que este acontecim iento había tenido para su vida
experim entaba un com pleto aislam iento e incom u- y para el pueblo, nos lo narró y luego lo llevó a la
nicación con las dem ás regiones dei país y natural­ escritura de la siguiente m anera:

P a r a la je c h a del episodio que ahora cuento, ei a ñ a d e 1929, y o tenía seis años. Desde
hacía m eses había observado durante ios p a se o s de la m ano d e m i padre, a l igual que
todas las dem ás personas, la ejecución de m uchas actividades salidas del norm al
desarrollo de la vida de m i pueblo, agrícola y ganadero p o r tradición. U nos señores
altos de cuerpo, monos, de ojos claros, de h a blar ininteligible; vestidos con raros
atuendos com o polainas, chaquetas especiales, so m breros corchos, conducían toda
una p eo n a d a p a ra abrir trocha p o r entre el m onte de m aleza y de árboles añejos.

P ues bien: un día el A lcalde M unicipal, p o r m edio del "bando" inform ó la fe c h a en


Ja que llegarla p o r p rim e ra ve; el tren a m i pueblo. P o r los com entarios que hacia
m i p a d re con sus amigos, aquello seria algo nunca visto. F igúrense lo que significaba
p a ra un conglom erado de labradores que nunca, o casi nunca, habían salido de sus
parcelas. P ocos tenían idea de estos fa n tá stico s vehículos. A lgunas personas, entre
ellas m i padre, hacían un viaje de p o r los m enos seis horas a caballo, en m uy buena
bestia, p a ra coger el tren d e l N orte en la E stación d e N em acón y de a h í viajar a
Bogotá. Pero esta jo rn a d a era de una o dos veces a l año y p o r m otivo m uy especial.

D ebió p a re cer les im posible cam biar el tranquilo, el p a u sa d o carro d e yunta, m ovido
p o r la pereza de dos bueyes, p o r ¡os rugientes y desafiantes im pulsos de la inm ensa
m áquina locomotora. P ero lo hicieron. Vistieron de g a la la casa que se destinaría
p a ra la estación. Llegó el P árroco con capa p lu v ia l y agua bendita; e l A lcalde y e l
P ersonero. con sus vestidos dom ingueros y gente de todas las edades y condiciones.

17
Cerca de la hora anunciada se percibió un resoplido fe r o z y el ensordecedor impacto
de cinco pitazos p ro longados vpenetrantes. Yo tiritaba. C om enzaba a g em ir y cuando
sen tí e l traqueteo d e l suelo y divisé la enorm e m áquina negra que am enazaba con su
rugido, me reventé en llanto inenarrable, so lté la m ana de m í padre y me lancé a
correr com o un cervatillo potrero adentro p a ra g uarecerm e entre e l m atorral de
alisos, m orales, escobas y junquillos. Desde el escondite y p o r entre los visillos de las
lágrimas, vi cruzar la gigantesca máquina negra.. ~

Le escuché una y otra vez este relato, y algo dejaba culado a la E m presa F erroviaria por m ás de 40 años
en mi que no alcanzaba a com prender del todo. y a quien le descubrí dolor en sus palabras porque
Empecé a viajar a V illapinzón y me entrevisté con para él la peor injusticia había sido el que los Ferro­
gente de la m ás diversa condición. C onocí a un carriles N acionales se hubiesen clausurado por la
m aestro pensionado, de ojos claros y transparentes mala adm inistración.
que me narró historias com o si las hubiese "visto" y
que habían ocurrido m ucho antes de que él naciera. Pero tam bién em pecé a escuchar una serie de relatos
Me contó cuando pasó por e! pueblo el prim er que de m anera reiterada me fueron m ostrando,
autom óvil que conducía hacia T unja al entonces com o en una película, el im pacto que la llegada del
presidente Rafael N uñez, en 1906, para inaugurar tren había ocasionado en el am biente geográfico y
de esta m anera la Carretera N acional que luego en las form as de vivir de los habitantes del pueblo.
tom ó el nom bre de C arretera Centra! del N orte. O Para José A donias T orres, nacido en V illapinzón en
las historias de Inocencio Solano, m aquinista vin­ 1918. el pueblo hasta antes de la llegada del tren.

había sido un cam po de p az y tranquilidad, donde se desarrollaban las labores del


campo, p a ra cosechar los cultivos de la papa, trigo y otros cereales destinados a pan
coger p a ra la alim entación de sus.pobladores. Los dos p rim e ro s cultivos se vendían
los domingos, que era e l día de m ercado en ¡a p la za principa!. L a p la za era sencilla,
sin ningún m onum ento; donde hoy está el parque principal, só lo tenia m atas d e p in o
en e l costado norte y en el costado sur ; al oriente e l tem plo que h a sido ia insignia
ju n to con la casa cura!; a l p ie ia alcaldía y a los otros costados casas d e fa m ilia . Pero
esa p a z vino a ser interrum pida con la instalación del fe rro c a r ril...3

No sólo porque hubiese m odificado el espacio físico hijo, en una entrevista que m e seria gentilm ente
y las costum bres, sino, y sobre todo, porque generó cedida, sobre la m anera com o los cam pesinos se
uno de los m om entos de m ayor escasez de al im entos volcaron en los trabajos para la construcción de la
al vincular m asivam ente al cam pesinado en la cons­ vía, con el anhelo de poder transportar los productos
trucción de la línea férrea. Laurentino Forigua. na­ sin tantos sacrificios. Por esto para L aurentino. con
cido en Villapinzón en 1913 y quien trabajó com o la llegada del ferrocarril al pueblo,
obrero en ia Empresa Ferroviaria, le relató así a su

2, Fragmento del relato de Agustín Cuevas, titulado "La Mil Uno", nombre con que se identificó una de las

1 primeras máquinas del Ferrocarril del Nordeste que llegó a Villapinzón.


i,3. Entrevista concedida en Octubre de 1994.
• se p en só en que se haría realidad la idea de p rogreso y bienestar. La E m presa em pieza
• p o r conseguir trabajadores ofreciéndose la g ente p o r m ontones. A I principio aceptó
• gente d e todas las edades: niños, jóvenes, ancianos. Inician la obra en la región con
• centenares de trabajadores al m ando d e los extranjeros. E sto p rodujo el ham bre en
• los p ueblos y a que los cam pesinos nos desvinculam os de la agricultura*.

Si» em bargo, y tal com o lo relató L aurem ino, tos que surgieron en el m anejo de los horarios de trabajo
conflictos y las tensiones crecieron en la m edida en y el pago correspondiente,
que la obra avanzaba. Esto a raíz de los problem as

La E m presa im puso un horario en donde los trabajadores debíam os entrar a la s seis


• de la m añana y salir a las seis de la tarde, tom ando una hora de alm uerzo. D urante
, un m es el horario se cum plió tal com o se había establecido. Pero luego ¡os señores
. contratistas extranjeros teniendo en cuenta nuestro alto rendim iento y e l interés que
s dem ostrábam os en ¡a construcción de la vía férrea , pen sa ro n en que nos p odían
• o b ligar a trabajar m ás horas. En p rincipio nos dijeron que nos iban a p a g a r más...
• L a últim a determ inación que tom ó la E m presa consitió en que a cada trabajador se
• le debía ubicar los m etros de terreno que debía explayar y en caso de que fu e r a
• clavando madera, se le asignarían los p a lo s que debería clavar en e l dia. S i a quien
• se le asignaba determ inada cantidad de trabajo no lo alcanzaba a terminar, que era
• ¡o m ás usual, debía m adrugar al otro dia a term inar y a seguir con la otra tarea que
• se Jedtnpitsiera...

Al escuchar estos relatos y m uchos otros, pude ir


entretejiendo los elem entos com unes que me pro­
porcionaron, por decirlo así, el "hilo conductor" de
4. ESCENARIO DE LOS RELATOS
¡o que al principio no era claro. M e pregunté por el
im pacto que el proyecto m odem izador de com ien­ El haber traducido los relatos en un problem a de
zos de siglo, expresado para el caso colom biano en investigación, m e llevó a realizar un estudio sobre
la im plem entación de los ferrocarriles, había tenido el escenario en el cual se había producido el im pacto
para esta región y en especial para V illapinzón. ferroviario. Pude com prender el profundo arraigo
Pensé en el tipo de aporte que podrían brindar estos colonial que V illapinzón tenía hasta el m om ento de
relatos para analizar dicho im pacto. Luego, es en la llegada de! tren, caracterizado por una estructura
este m om ento, cuando estas inquietudes se consti­ de tipo local organizada alrededor de la iglesia, la
tuyeron en un problem a de investigación, al tratar alcaldía, la plaza de m ercado y de m anera extensiva
de explicarm e el alcance de los "relatos de vida" en a las veredas en el cam po. Se venía consolidado para
los procesos de reconstrucción y construcción de com ienzos de siglo un sistem a económ ico m inifun-
acontecim ientos históricos. Hecho que im plica lo dista y de autosubsistencía; se desarrollaba con m u­
que anteriorm ente he llam ado una "lom a de distan­ cho arraigo el sentim iento religioso acom pañado
cia" dada por el carácter interpretativo que uno por una fuerte presencia de la Iglesia C atólica; a lo
establece frente al relato. En otras palabras, pienso
que cuando uno se form ula un problem a de investi­
gación, está elaborando, de por sí, una lectura propia 4. Entrevista realizada por Domingo Foriguael 3 de
que quizás se aparta de lo que originalm ente y de
m anera espontánea brinda una historia de vida. 1 Setiembre de 1979 y cedida cordialmente el 12 de
Octubre de 1994.

19
que se sum ó la instauración del pensam iento co n ­ gente de otras regiones, al igual qu e por m edio de
serv ad o r com o ideología predom inante. De tal m a­ la venta de los periódicos capitalinos; se m odifica­
nera que. la visión localista, la religiosidad y el ron los hábitos alim enticios; las m aneras de vestir;
.conservadurism o, sintetizaban el am biente social y se acentuaron patrones religiosos, en especial en
m ental de la región a la ¡legada del ferrocarril. torno a la festividad de la V irgen del C arm en com o
patrona de los trabajadores ferroviarios. Estas, por
Sim ultáneam ente a¡ reconocim iento de este contex­ n o m en cio n ar tam bién las grandes transform aciones
to, avancé en la investigación sobre el proyecto producidas en el orden político con la presencia de
m odernizador llevado a cabo en C olom bia, desde las organizaciones y las m ovilizaciones de los tra­
fines de) siglo XIX y d urante el siglo XX. En este bajadores ferroviarios, fueron los principales cam ­
sentido, com prendí cóm o los ferrocarriles habían bios que la región experim entó.
encam ado, com o ningún otro proyecto, el propósito
de m odernización en el cual el Estado colom biano Sin em bargo, y aquí quisiera resaltar la especifici­
cifró todo su em peño. La im plem entación de las- dad dada por los "relatos de \ ida” recopilados, en el
lincas férreas, al igual que sucedió en la m ayoría de sentido de que dichas transform aciones, al igual que
paises latinoam ericanos, fueron diseñadas y cons­ la percepción de uno de los principales im aginarios
truidas tom ando com o referente los intereses del de la época com o fue la "idea de p ro g reso ”, no serian
m ercado externo y los de un sector m inoritario de igualm ente entendidas por quienes fueron sus voce­
ia población que. para el caso colom biano, estaría ros oficiales, es decir, el gobierno y las em presas y
ligado a la dinám ica agroexportadora en torno al por quienes se constituyeron en los actores directos
café. Por este m otivo, las líneas férreas fueron cons­ de tales tran sfo rm ac io n e s. S eñalo un ejem plo:
truidas en función de vincular las zonas cafeteras m ientras la C om isión C om ercial B elga encargada
con la Costa A tlántica. H echo que ahondó el aisla­ de otorgar los préstam os para Ja construcción del
m iento de la región cundí boy acense al no ser pro­ ferrocarril en la región, m encionaba los grandes
ductora de café. Era. a decir de G onzalo Sánchez progresos que traería consigo, "No les enseñaré
"una región claram ente desacom pasada del ritm o de nada nuevo si les digo que la p ie d r a angular de sus
m odernización cultural que atravesaban otras regio­ fu tu ro s p ro g reso s reside en los ferro ca rriles...''
nes y. po rtan to , los cam bios que le llegaban de fuera (Periódico El T iem po, Bogotá. E nero 8 de 1922). el
los sentía com o presiones que violentaban su pau­ relato de Laurentino Forigua señalaba los costos
sada m entalidad de cam panario aldeano"5. económ icos y hum anos de la obra. Luego considero
que si bien las fuentes docum entales, m ás que todo
Este escenario dejaba traslucir el im pacto que para los periódicos de la época, m e ayudaron a explicar
la región cundiboyacense había tenido la presencia el contexto del m om ento; los relatos orales me
del ferrocarril y que se sintetizaba en el conflictivo procuraron otro tipo de inform ación construida des­
proceso producido entre su tradicional m anera de de un tiem po presente, para señalar la percepción
vivir, con un fuerte arraigo colonial, y las transfor­ que sobre la época se tiene en otros órdenes de ia
m aciones m otivadas a partir de la llegada tren. vida generalm ente no consignados en las fuentes
Según Salom ón K alm anovitz, esta época estaría escritas. M e refiero a tem áticas surgidas de los
m arcada por el avance del m odelo capitalista ja lo ­ testim onios, tales com o los nexos con el lugar de
nado, fundam entalm ente, p o r el cam bio en las rela­
ciones sociales de p roducción6.
5, Prólogo de Gonzalo Sánchez al libro "Los años
C on el tiem po, la región experim entó la apertura del
com ercio al vincularse con la Capital de la R epúbli­
ca; se crearon nuevas fuentes de em pleo, entre éstas
1 de! olvido" de Javier Guerrero. Tercer Mundo Edi­
tores. instituto de Estudios Políticos y Relaciones
Internacionales. Colombia. 1991.
la organización de las fam ilias para la venta de 6. Kalmanovitz, Salomón, El desarrollo histórico
com estibles en la Estación; se am pliaron las com u- del campo colombiano. En: Colombia Hoy. Edit.
^n icac iones desplazándose y llegando a Villapinzón Siglo XXÍ. Colombia. 1991.
!

origen antes y después de la presencia del tren: las Puniendo de estos referentes, es factible de acuerdo
prácticas laborales, políticas, religiosas y culturales con N icole G agnon , estudiar al interior de los
que de aquí se derivaron; lo que esperaron de "su "relatos de vida" los nexos de espacialídad, tem po­
tiem po", ios anhelos, las esperanzas y las frustracio­ ralidad v conciencia histórica; y con José Sánchez
nes con las que tam bién se encontraron. Estas dis­ Parga9, la posible vinculación en tre la m em oria
tintas percepciones que se elaboran sobre la época individual y la m em oria colectiva.
del acontecim iento en cuestión, es lo q u e a mi m odo
de ver le da la especificidad al “ relato de vida” en En los testim onios trabajados y a los cuales he hecho
lo que se ha venido d efiniendo com o su aporte en el alusión, ¡a noción de espacialídad estaría connotan­
cam po de las representaciones. do el problem a de la identidad local y regional. A
partir de la espacialídad, podem os analizar en los
relatos la presencia del entorno territorial como
escenario en el cual se produce el im pacto ferrovia­
rio. "La p la za era sencilla sin n in g ú n monum ento:
5. EL "RELATO DE VIDA" el parque centra! sólo tenia m atas de p in o en el
COMO REPRESENTACION costado norte y en el costado sur; a l oriente el
templo, que ha sido la insignia con ¿a C asa Cural:
R econocer la relación que guardan ios "relatos de a l p ie la A lca ld ía y a los otros costados, casas de
v id a” con el cam po de las representaciones, implica, fam ilia". La llegada del ferrocarril surge entonces
en prim era instancia, controvertir aquellas posturas com o ruptura de este escenario, produciendo cam ­
bios en todos los aspectos de la vida del pueblo.
que redujeron su validez a un problem a de carácter
"Figúrese lo que significaba p a ra un conglom erado
epistem ológico en el cual los "relatos y las historias
de labradores que nunca, o ca si nunca, salían de
de vida" debían com probar su objetividad y por
consiguiente su veracidad. C onservando la trad i­ sus parcelas. Pocos tenían idea de estos m odernos
ción epistem ológica decim onónica, en la cual el vehículos (...). D eb ió p a recerle s im posible cam biar
objeto de estudio se situaba por fuera y al m argen ¡a trad icional tranquilidad d e n u estro pueblo, p o r
los desafiantes im pulsos de la m áquina locom otora
del sujeto, la m ayor crítica que las ciencias sociales
P ero lo hicieron "
establecieron, con respecto a todas aquellas fuentes
orales, sería la interm ediación que la subjetividad
adquiere en el proceso de conocim iento. Por su parte, el análisis sobre la tem poralidad nos
am plia esta visión de ruptura producida con la lle­
gada del ferrocarril. Según G agnon (1993; 41-44),
Es por esto que su aporte no estaría tanto en el hecho
cada relato es portador de una representación del
de que nos proporcione inform ación para recons­
tiem po en donde el relator al situarse com o "testigo
truir los acontecim ientos "tal y com o éstos sucedie­
del cam bio" genera una "representación social de la
ron". sino que respondería principalm ente a la pre­
historia". E sd e c ir.se produce un esquem acognitivo
gunta sobre cóm o los sujetos y los grupos sociales
de la com unidad investigada, perciben e interpretan
su historia o un determ inado acontecim iento vital­
m ente experim entado. Desde esta perspectiva, y de 7.Chartier, Roger. El mundo como representación.
acuerdo con Roger C h artier7, habría que partir de la
reflexión epistem ológica según la cual, no hay una
1 Edit. Gedísa. Barcelona. 1992.

S.Gagnon, Nicole. Sobre el análisis de los relatos de


división entre la realidad, las prácticas sociales y los vida. En: José Miguel Marinas y Cristina Santama-
sujetos. Por el contrario, son niveles que ínteractúan rina. La historia oral: métodos y experiencias. Edit.
y se retroalim entan. en donde los discursos -en este Debate. Madrid. 1993.
caso el discurso proveniente de la oralídad- estarían 9. Sánchez Parga. José, ¿ a observación, la memoria
socíalm ente construidos y a su vez serían producto­ y la palabra en la investigación social. CAAP.
res de realidades y sentidos. Quito, 1989.

21
que perm ite referirse al pasado a pesar de que el creó, m anifestándose en la estructura jerárquica:
relato se genera desde una m em oria que se produce em presarios, ingenieros, caporales, trabajadores, y
en el presente. Así, la tem poralidad que subyace en en las condiciones laborales a las cu ales se vieron
los relatos establece dos m om entos en la vida del som etidos ios trabajadores. "Pero luego los señores
pueblo. Un "antes" com o tiem po pasado que expre­ contratistas extranjeros teniendo en cuenta nuestro
sa las tradiciones y costum bres, y un "después", alto rendim iento y el Interés que dem ostrábam os en
tiem po presente inaugurado con la presencia del la construcción d el ferrocarril, pen sa ro n en que nos
ferrocarril com o sím bolo de progreso y m odern­ podían obligar a trabajar m ás horas. En p rincipio
ización. N o obstante estas tem poralidades coexisten nos dijeron que nos iban a p a g a r (...)“.
conflictivam ente en un m ism o escenario. "Por ello
cuando llegó elferrocarril su impacto emocional fu e
m uy grande y sorprendente. P ara el vecindario cons­ Esto nos introduce en ei análisis sobre la posible
tituyó el comienzo de un cambio importante p o r tra­ vinculación entre la m em oria individual y la m em o­
tarse de un pueblo tradicionalmente vinculado al ria colectiva, aspecto que por la com plejidad que
campo (...) "¡ "Hasta ese mom ento Villapinzón era un dem anda su tratam iento me lleva tan sólo a dejar
campo de p a z v tra n quilidad ... P ero esa p a z vino a señaladas algunas pautas. Siguiendo a S ánchez Par-
ser interrumpida p o r la instalación del ferrocarril". ga (1989:68) para quien la m em oria individual im­
plica asum ir el acto del recuerdo vinculado m ás al
ám bito de lo privado, en tanto que la m em oria
Ligado al elem ento espacio-tem poral em erge el as­ colectiva supone el recuerdo com o interpretación de
pecto de la conciencia histórica que según G agnon hechos que se ubican en el cam po de lo público
(Ibid), explicaría el exam en sobre cóm o los relato­ siendo am pliam ente com partidos por el grupo so­
res han experim entado y com prendido el cam bio cial en el cual se inscribe el testim onio, podríam os
social. De ahí que encontrem os, com o señalaba asum ir los relatos y las historias de vida recopilados
anteriorm ente, distintas posturas frente a uno de los dentro del carácter de una m em oria colectiva. Esto
im aginarios que, corno el de "progreso", no sería en la m edida en que la interpretación que realicé
interpretado de igual m anera por quienes fueron sus parte de los relatos individuales para establecer los
voceros y por quienes vivieron directam ente los elem entos co m u n es, las tendencias, que darían
efectos de la sobre explotación, en este caso los cuenta del im pacto ferroviario en la localidad y en
obreros ferroviarios. De igual m anera, la conciencia la región. Im pacto que com o ya he señalado, deja
histórica em erge a partir del reconocim iento de las abierto el debate en tom o al encuentro conflictivo
relaciones de poder que la E m presa Ferroviaria entre la tradición y la m odernización.
Nuestra mirada es nuestra voz
La f o t o g r a f í a c o m o te s tim o n io

Diana Soles
Santiago de Chile - Chile
n 1990 fui a Santiago de Chile por seis meses para hacer el estudio de cam po
sobre la participación de las m ujeres en organizaciones sociales y la transición
d e m o c rá tic a ', Desde el com ienzo la m otivación para el estudio y para la m etodología
que se desarrollaba, era personal y política, adem ás de académ ica.

A través de los artículos escritos sobre el m ovim iento de m ujeres chilenas tenía la
im presión que allá habían logrado lo que siem pre soñaba encontrar: un m ovim iento
que unía m ujeres progresistas de todas las clases sociales basado en una fusión del
análisis de clase y género. Según la lectura de textos escritos por fem inistas profesio­
nales, pensaba que estas m ujeres chilenas no solam ente m archaron ju n tas y se
m anifestaron por la dem ocracia, sino tam bién por el fem inism o. A spiraba a estudiar
el m ovim iento, y m ás allá, m ilitar en él.

D urante la prim era etapa orienté mi trabajo hacia las organizaciones no-gubernam en­
tales y e! Servicio N acional de la m ujer que nació precisam ente en aquellos m om entos.
O bservaba rápidam ente que había diferencias significativas entre el análisis fem inista,
hecho por las profesionales, y la form a de hablar de las m ujeres populares sobre sus
roles tradicionales y la im portancia de las diferencias de clase entre las m ujeres. A la
vez notaba otra diferencia im portante entre las pobladoras y las profesionales: éstas
no tenían ni recursos, ni contactos institucionales, ni capacitación para divulgar sus
ideas y experiencia fuera de sn com unidad: m ientras aquellas escribían artículos o
tenían boletines, recibían capacitación y financ¡am iento del exterior, etc. Q uería
ponerm e al servicio del pueblo dando a algunas pobladoras la oportunidad de ser
escuchadas a través de este estudio. Por lo tanto decidí dedicar la próxim a etapa del
estudio a hacer una etnografía com parativa centrada en las pobladoras organizadas.
j
Los criterios para la selección de las poblaciones para el estudio nacieron ai escuchar
a la gente. M e llam ó m ucho la atención las constantes referencias a «la clase popular».
¿Q ué quería decir esto? N o era el proletariado porque incluía los pobres y otros no
integrados a trabajo salariado. Yo había observado im portantes diferencias socioló­
gicas entre varias poblaciones, tales com o: el nivel de educación de los adultos, el tipo
de trabajo (estable vs. ocasional; calificado vs, no-calificado, propio-cuentistas, etc.);
la calidad y tam año de las viviendas, calles, servicios urbanos; acceso a y relaciones
con instituciones del estado o de la iglesia. Por eso decidí m atizar la clase popular
escogiendo dos poblaciones- una de la clase trabajadora (N uevo H orizonte) y otra de
extrem a pobreza (A lexandra K ollantai). Las dos poblaciones fueron fundadas durante

I . La investigación formó parte de la tesis de maestría en Estudios Latinoamericanos


I realizada en la Universidad de Florida,
1968-69, con aproxim adam ente 20.000 habitantes copias de las entrevistas de profundidad para en tre­
y varias organizaciones sociales que participaron en gárselas a los participantes.
el m ovim iento por la dem ocracia; pero pertenecían
a diferentes m unicipios en distintos sectores de Las m ujeres respondieron con m ucho entusiasm o y
Santiago. la entrega de los cassettes fue la base para una
relación m ás recíproca. Para algunas era la prim era
La búsqueda de una m etodología com prom etida vez en sus vidas que habían oído sus voces grabadas,
hizo que me preocupara por el tipo de relación que cosa que a m uchas les gustó.
podía establecer con las m ujeres del estudio. No
quería ser una «vam pira» —sacando provecho (da­ O tras me dijeron que habían escuchado ei cassette
tos) para el beneficio personal. Por otro lado no tenia y que todo lo que me habían contado era la pura
los fondos necesarios para pagar a las colaborado­ verdad. Por lo m enos una participante quería agre­
ras, n¡ quería establecer una relación netam ente gar inform ación que se le ocurrió después de la
instrum ental. Lo ideal sería en una relación m ás entrevista. A dem ás la entrega de ios cassettes tam ­
recíproca, pero no sabía com o construirla siendo bién anim aba a otras m ujeres a colaborar con el
conciente de las diferencias de cultura y poder entre estudio.
las pobladoras y yo. Por el m om ento tenía que
convencerm e que el respeto e interés que traía a M ientras h a d a los estudios de caso en las dos po­
escuchar a las m ujeres sería suficiente. blaciones. una organización llam ada las M ujeres del
Im perio <m l d e d . intentó establecer un grupo en
Para esta etapa del estudio hice observación partici- N uevo H orizonte. MUDE) (MUDEb era un grupo de
pativa, entrevistas con varios grupos, y, entrevistas m ujeres profesionales de clase m edia, m uchas con
a profundidad con 25 m iem bros de organizaciones educación universitaria, residentes en el m ism o m u­
sociales en A lexandra K ollantai y con 17 en N uevo nicipio que correspondía a N uevo H orizonte: El
Horizonte. En total había 10 tipos de organizaciones im perio: O riginalm ente ML'DEl era una organiza­
sociales que form aron parte del m ovim iento por la ción de derechos hum anos, pero en 1990 las parti­
dem ocracia en los años 80: ollas com unes; com ités cipantes querían am pliarla para incluir otros tem as
de allegados; ju n tas de vecinos; talleres o grupos de y m ujeres pobladoras.
m ujeres (taller de costura, am asandería; com prando
juntos), C om ité de Derechos hum anos, y un Com ité Tuve la oportunidad de observar la prim era reunión
de solidaridad. En las entrevistas de profundidad, que hicieron en N uevo H orizonte y hablar con algu­
les preguntaba sobre su participación en organiza­ nas participantes «de abajo» (pobladores) y «de
ciones sociales, partidos políticos, trabajo fuera de arriba» (elites). Otra vez me tropecé con las diferen­
la casa, nivel de educación, com posición de su tes actitudes, intereses y expectativas entre las m u­
fam ilia, y la dem ocracia en Chile, entre otras cosas. jeres profesionales fem inistas y las m ujeres pobla­
doras. D ecidí ap rovechar esta oportunidad para
Durante esta experiencia escuchaba m uchos co­ explorar un poco la relación entre clase y género
m entarios hechos por las m ujeres; de su resenti­ incorporando MUDE! ai estudio. H ice la m ism a en­
m iento h acia los investigadores extranjeros que ha­ trevista a profundidad con varios m iem bros, junto
bían venido anteriorm ente para realizar estudios con la entrega de la copia de su cassette.
sobre la pobreza chilena. Decían ellas que los inves­
tigadores les sacaban fotos, tom aban videos de la H asta allí el estudio reveló que m uchas de las m u­
m iseria y cuando se iban no les dejaban nada, ni una jeres pasaron por varios cam bios relacionados con
foto. Yo les había dicho desde el com ienzo que lo su participación en organizaciones sociales y el
único que yo les podía ofrecer era escucharlas, que m ovim iento por la dem ocracia. P ara precisar cuales
no tenía nada m aterial para aportar. Pero al reflexio­ fueron estos cam bios y los elem entos claves de sus
nar un poco m ás y al notar que en casi todas las casas experiencias en las organizaciones, decidí usar una
había una grabadora, se me ocurrió que podía hacer nueva m etodología.
Primero, reduje las preguntas de la pauta extensiva las fotógrafas con copias de sus fotos para que me
a las cuatro fundam entales: 1) C óm o era Ud, antes explicaran cóm o respondían a las cuatro preguntas.
de participar en una organización social; 2) Qué
hace Ud. o que hacía con esta organización?; 3) Las reacciones de las m ujeres eran aún m ás im pre­
Cóm o es Ud. ahora, después de haber participado sionantes que las provocadas por los cassettes. Al­
en una organización social; 4) Q ué quiere Ud. para gunas mujeres que antes se habían resistido a cola­
el futuro? En lugar de pedir una respuesta tradicio­ borar con el estudio, se acercaron preguntándom e
nal que sería escrita u oral, y o entregué a 17 m ujeres sobre las fotos. V arias fotógrafas expresaron su
cám aras desechables y les pedí que sacaran fotos satisfacción con sus talentos y sus productos. M ás
para responder a las preguntas. aún, había una fotógrafa quien me dijo que jam ás
había reflexionado sobre estas preguntas y que a raíz
Había traído las cám aras de los EE.UU., pero hasta de esta experiencia fotográfica, iba a dedicar un
el momento no sabía cóm o las podía utilizar. La idea tiem po para si m ism a com o m ujer.
de entregar las cám aras a tas m ujeres nació com o
respuesta a dos elem entos ya m encionados: prim e­ Antes de term inar el estudio de cam po, organizam os
ro, el objetivo principal del estudio era dar a ¡as una fiesta en cada una de las dos poblaciones duran­
mujeres, pobladoras en su m ayoría, una oportunidad te la cual las fotógrafas presentaron sus fotos y
de expresarse y ser escuchadas; recoger las perspec­ dieron las explicaciones al grupo de participantes de
tivas e interpretaciones de lo que les pasaba a ellas la población. Las fiestas eran no solam ente una
y al país durante la transición dem ocrática. Segun­ m anera de agradecer a todas las participantes, sino
do, las copias de las fotos constituían otro elem ento tam bién una oportunidad de com partir los resulta­
de reciprocidad. dos del estudio con ellas. A dem ás perm itía que las
m ujeres se enteraran cuantas y cuales de sus vecinas
Ya había observado fotos fam iliares en casi todas habían participado.
las casas de las participantes; en algunas fam ilias
alguien tenía una cám ara. H abía una m ujer en N ue­ Al analizar los datos quería dar m ayor énfasis a la
vo horizonte, que trabajaba en su población com o perspectiva de las m ujeres, que a las interpretacio­
fotógrafa para bodas, quince años, etc. En este con­ nes teóricas que yo les podía hacer. Por eso, insistía
texto la fotografía no era algo ajeno. La sencillez de en tratar las fotos, ju n to con las explicaciones d esú s
las cám aras era im portante porque perm itía la par­ autoras. Para mí conform aban una sola unidad,
ticipación de m ujeres con varios niveles de form a­ «foto-unidades», com o las llamé. Así que podía
ción educativa; desde analfabetas a universitarias- subrayar el aspecto de auto-representación e inter­
y porque reducía el tem or de algunas frente al uso pretación que era la base de esta m etodología. Las
de esta m áquina por prim era vez en sus vidas, foto-unidades daban una riqueza única a los resul­
tados del estudio, que no podía haber adquirido a
Al entregar la cám ara a cada participante, le expli­ través de otra m etodología m ás tradicional. A de­
caba como funcionaba; hablábam os de que se po­ más. entre los pocos estudios anteriores que encon­
dían sacar fotos y sacam os algunas juntas para prac­ tré sobre A m érica L atina que usaban un elem ento
ticar el m anejo. La instrucción m ás im portante fue fotográfico, todos utilizaban un fotógrafo profesio­
que las m ujeres eran «las directoras creativas» de n al. De esta m anera, una de las contribuciones de
las fotos. Insistía que ellas, y no sus hijos o sus este estudio era dem ostrar que las m ujeres poblado­
esposos, quienes talvez habían tenido m ucha más ras, no im porta su nivel de educación ni la ausencia
experiencia fotográfica, fueran las autoras de las de capacitación form al en fotografía, podían --pue­
■fotos. Les explicaba que las fotos form aban parte den— expresarse creativam ente. M ás allá m uestra
del estudio, que se trataba específicam ente de mu­ que la auto-expresión, sirve para captar algunos de
jeres. Recogía las cám aras después de 5-10 días y los tem as y aspectos claves de sus vidas, las vidas
■las pasaba a otras participantes hasta que se acabába de sus com unidades y sus interpretaciones de los
el rollo. Las m andába a revelar y fuego regresába a m om entos históricos que vivía su país.
Los datos sugirieron que había diferencias im por­ líticos, relacionados con la dictadura.Los resultados
tantes a nivel de población en relación con el tipo del com ponente fotográfico fueron m ucho m ás allá
de organización, el núm ero de organizaciones so­ de las entrevistas en expresar este punto y m ostrar
ciales y sus vínculos con instituciones del estado y gráficam ente el proceso que pasaban las m ujeres
la iglesia. P arecía que la com posición y estructura desde su aislam iento inicial hasta convertirse en
de los grupos, y el nivel de participación de los agentes de cam bio social.
m iem bros, tenían m ayor efecto en tas experiencias
de m ujeres, y qu e estos aspectos variaban con po­ D adas las lim itaciones de espacio y tas variaciones
blación y posición social. en la calidad de las im ágenes, sería im posible repro­
ducir todas las 70 foto-unidades producidas para el
estudio; pero es indispensable incluir algunas. Por
Sin em bargo, entre m ujeres que experim entaron lo tanto lo que sigue es una selección de respuestas
cam bios en su perspectiva hacia sí m ism as y el para las cuatro preguntas que m arca el proceso de
m undo que las rodeaba, había m ucha sem ejanza cam bio personal y acción socio-política que era
entre los tres casos: A lexandra Kollantai, N uevo com ún entre m uchas de las m ujeres del estudio.
Horizonte, y M U D EI. E specíficam ente, las organi­
zaciones sociales del m ovim iento por la dem ocracia
eran espacios donde confluían lo personal y lo po­ P ara la prim era pregunta, ¿C óm o era Ud. antes de
lítico. A llí las m ujeres discutían sus experiencias y participar en una organización social? Sofía, de la
problem as personales y aprendían que eran com u­ am asandería en N uevo H orizonte, sacó esta foto-
nes, Se dieron cuenta que eran problem as socio-po­ unidad:

«A llí me veo com o acostada en un sillón,


como estaba, en lo que y o estaba antes de
p a rticip a r en organizaciones sociales. E sta
fu e p a ra la p rim e ra pregunta. Com o espe­
rando algo, no sabía que. Y una situación
económ ica m uy difícil m e llevaba a p a rtici­
p a r en una olla com ún ese día. Y allí m e
inicié en las organizaciones sociales, o sea:
am asandería. Taller de M ujeres. Y allí, ven
com o estaba así, esperando algo. N o sabia
que. La libertad, un p o c o .»

«Esa fu e com o y o era antes de p a rticip a r en


organizaciones sociales. C om o dice M ag­
dalena, m u y bien encerrada en la casa y
pensando que el problem a que y o vivía en
ese m om ento era solam ente mío, que nadie
más lo vivía .»

27
Para las pobladoras del estudio, los problem as de En la segunda pregunta, ¿Q ué hace Ud. con la
pobreza, violencia y represión eran cotidianos; sin organización social? Y o esperaba m uestras de los
em bargo, com o representaba Sofía, antes de parti­ actos, eventos o reuniones de los grupos y así res­
c ip a r en una organización social m uchas de ellas no pondieron m uchas. Pero algunas, com o C laudia de
se dieron cuenta d e q u e los problem as eran de índole MUDEI, respondieron desde otra perspectiva.
socio-político sino pensaron que eran producto de
fallas personales.

« Y esto, que hago y o con el grupo, ¡o que


yo quise ver es crecer. Entonces son m is
tres hijas, ves tú? E so es p a ra m i el grupo;
lo que yo quería lo grar era crecer con el
grupo. E ntonces las p u se a si com o en,
com o fi l a p a ra q u e se a sucesión de na ci­
miento. Eso es lo que yo pretendo con el
g ru p o ."

Claudia presentaba el beneficio que ella recibió del Para A ngela el apoyo m utuo entre las m ujeres era
grupo. Al luchar por los derechos hum anos, por la clave para sus cam bios. Sí se nota que ella tiene un
dem ocracia en el país, al com partir con otras m uje­ libro escolar en una m ano y un letrero en la otra que
res de su grupo, ella crecía personalm ente. Para dice «etc, etc.», da el sentido d e que quiere aprender
m uchas m ujeres de todos los grupos el crecim iento m ucho, o todo. El espacio p ara ella m ism a no está
personal era muy im portante. C om o capta C laudia, dentro de la casa, sino encim a de la estructura.
la acción socio-política tiene un efecto en el ám bito Tom ando esta foto-unidad entera, sugiere que al
personal, están vinculados en las experiencias de las perm itirse un espacio fuera de sus roles tradiciona­
m ujeres organizadas. les, ella quiere participar en el m undo m ás amplio.

E sta relación se destacó m ás que nada en tas res­ Para la últim a pregunta m uchas m ujeres m e pregun­
puestas a tas dos últim as preguntas: ¿C om o era Ud. taron si debían responder pensando en los jóvenes,
después de haber participado en una organización su fam ilia o el país, pero yo m e negaba a especificar
social? y ¿Q ué quiere Ud. para el futuro? L a foto- para quién sería el futuro, insistiendo que ellas
unidad que sigue es de A ngela, del grupo de m ujeres m ism as lo decidieran. P o r eso es especialm ente
en la población de A lexandra Rollan tai. interesante ver las interpretaciones de la pregunta

28
«A l com partir con otras m ujeres m e he
dado cuenta de qu e no so lo y o me sentía
aproblemada. Y com partim os nuestras
ideas, m e he dado cu en ta que tengo que
tener mi espacio, he crecido com o p e r ­
sona. creo que no solo tengo que cum ­
p lir m i labor d e m adre y esposa, es lo
quiero representar en la fo to donde
aparezco en e l techo.»

hechas por las participantes. Entre m uchos tem as, piensa en su m undo y sus problem as, sino en el
la dem ocracia era uno de los m ás im portantes. Aquí m undo que la rodea. Su com entario y la imagen tan
G loria de la am asan d ería en N uevo H orizonte, am plia m arcan la distancia que m uchas m ujeres
quien era la única participante con m ucha experien­ atravesaron desde el aislam iento y pasividad políti­
cia fotográfica, respondían con esta foto-unidad: ca hasta la integración activa y com prom etida.

«Lo que espero p a ra elfuturo, es m Chile libre. A q u í En reum en, los resultados de las foto-unidades re­
sale un boletín a s í elevando, que era la bandera. Y fuerzan los datos recogidos durante las entrevistas
espero que esta libertad que estamos logrando ahora y observaciones; pero agregan una claridad y rique­
no la perdam os nunca más. N o volvamos a vivir tantos za que no sería posible captar sin los elem entos de
años de angustia, com o hemos vivido estos años, au to -ex p re sió n y foto g rafía. E fectivam ente de­
Ojalá que todo sea m ucho mejor y que logremos m uestran que en el proceso de hacerse agentes del
nosotros también, o sea p a rte de esto, p a rte de eso que cam bio social, era clave el entrelace entre lo perso­
tenemos ahora ha sido las organizaciones sociales y nal y lo político en las organizaciones sociales.
espero que nunca m ás las perdam os.»

Lo im portante es que para G loria sus deseos para el La m etodología sirve para construir un puente entre
futuro se concentran en el bienestar del país, el cual dos niveles del estudio: Lo m acro-estructural de la
depende de la participación de las organizaciones transición dem ocrática y la vida cotidiana de las m u­
sociales. jeres organizadas. A unque la m etodología no resolvía
los problem as de las participantes, si logró establecer
Sin ellas, G loria cree que todo se puede perder de otro tipo de relación entre ia investigadora y las parti­
nuevo. La im agen fotográfica es de un parque fuera cipantes. U na consecuencia de esta relación, inespe­
de Nuevo H orizonte que incluye m uchas personas rada pero bienvenida, es que parece haber contribuido
desconocidas y un panoram a. Esta im agen contrasta al proceso de auto-reflexión que permitió a algunas
con la de Sofía sentada en su sillón. G loria no sólo m ujeres asum ir nuevas identidades.

29
Hacia la construcción de
una etnografía del adolescente
en Colombia
P royecto A t l á n t id a
Marina Camargo Abelio
Centro de Investigaciones CIUP - Universidad Pedagógica Nacional
Santafé de Bogotá D.C. - Colombia
1

os aspectos ingresan a com plejizar el objeto de investigación. En prim er lugar,


se va a trabajar sobre el adolescente y es necesario decir cuál adolescente, quién es él.
Y segundo, se busca recuperar la voz del adolescente, para que esa voz, hable sobre
sí m ism o, sus concepciones, ideas e intereses en tom o a su relación con la escuela.
Por supuesto, estos dos aspectos no se explícita» ni trabajan desde un inicio; se van
construyendo, aclarando y delim itando a lo largo de la interacción con las instituciones
escolares donde se realizó el trabajo de cam po. Es, pues un logro de la investigación,
posible por haber participado y llevado a cabo el estudio.

El a d o l e s c e n t e s o b r e q u ie n r e c a e la m ir a d a

Sin lugar a dudas se plantea una investigación sobre el adolescente escolarizado. Y


se asum e que él se encuentra en la básica secundaria y inedia vocaeional. Con este
adolescente concreto se em pieza a trabajar y sólo a lo largo del itinerario investigativo
surgen los interrogantes en torno a: Q uién es el adolescente? C óm o se ha concebido
hasta ahora? Las diferentes disciplinas aportan diferentes aspectos y conceptúa ¡iza-
ciones de adolescente? Qué lo diferencia del joven? Los diversos contextos socioe­
conóm icos producen diferentes concepciones de adolescente? C uáles son los concep­
tos o ejes que perm iten definirlo?

Pues bien, la lectura teórica > docum ental sobre el tem a por una parte y el trabajo de
cam po por otra, perm iten construir una idea de adolescente que plasm a su com pleji­
dad, am bigüedad y aún su negación, Se plantea cóm o diferentes variables entran a
hacer parte de su definición o delim itación: la edad, el concepto de generación, la
escuela (tanto la básica com o la universitaria), el ingreso al trabajo, la conform ación
de una fam ilia, los m edios de com unicación, la m arginación o exclusión de las
instituciones de la sociedad. Estas variables aportan diferentes definiciones y m arcan
determ ¡nados limites a la consideración de ser adolescente. La crítica fundamenta! a estas
concepciones o definiciones estriba en el carácter perimetral pues excluye elementos de
la cultura que particularizan y complejizan la delim itación de adolescente.

Para A tlá n tid a , l no cabe duda, de acuerdo con lo anterior, eí adolescente está
delim itado por su pertenencia a la escuela, por lo cual se habla de él y no de otro ni

Atlántida: Proyecto de investigación, liderado por la FES. En él participaron ocho


I universidades y dos Secretarías de Educación. La Universidad Pedagógica Nacional
participó a través del Centro de Investigaciones CIUP.
I. Al mencionar Atlántida estoy haciendo referencia a su forma de realizarse en la
Universidad Pedagógica Nacional.
de todos. A dem ás está en ¡a básica secundaria > A hora bien. \ com o se verá m ás adelante, la m anera
m edia vocacional y no en la U niversidad. particular com o se asum e la investigación en la
U niversidad Pedagógica no perm ite ubicar a ese
adolescente culturalm ente: este es un problem a que
Es im portante agregar que e! adolescente es conce­ se agrega a la com plejidad expuesta pues finalm en­
bido de m anera variada según la disciplina que se te. la voz del adolescente en cuatro instituciones
ocupe de él y aún de m anera diversa a) interior de escolares, correspondientes a diferentes contextos
cada disciplina según sus corrientes. Es necesario socio-económ icos no perm itieron especificar y de­
señalar aqui que la S ociología o perspectiva de lo finir al adolescente ni agregar variables que aporten
social introduce una especificación nom brando al a su conceptualización y delim itación. De alguna
jo v en y diferenciándolo del adolescente. Los m ovi­ m anera se em pieza con una m irada hom ogénea de)
m ientos universitarios de los años "70 generan una adolescente y no se logra desarrollar un proceso que
reflexión que am plía la concepción de adolescente perm ita relacionarlo con su contexto particular para
a la de joven para incluir a! estudiante universitario señafarle especialidades y agregarle a la definición
(dada la am pliación de cobertura educativa, la es­ una precisión desde la cultura. Posiblem ente, esta
trecha oferta de puestos de trabajo y la consignación sea una tarea por realizar, al com parar y confrontar
del bachiller a m ás años de estudio). M ientras ia la inform ación aportada por las distintas institucio­
Biología y la P sicología se ocupan dei adolescente, nes involucradas en A tiántida.
de su desarrollo individual, de su problem ática físi­
ca y psíquica, ubicándolo en unas edades determ i­ LA RECUPERACION DE LA VOZ
nadas, la S ociología parece am pliar ei espectro de DEL ADOLESCENTE
quienes pueden considerarse jóvenes: los adoles­
centes y los estudiantes universitarios. U na m irada a los estudios, trabajos y acciones sobre
la adolescencia perm iten considerarla determ inista­
m ente una edad vulnerable, crítica y difícil que
Si se atendiera a las definiciones dadas de adoles­
dem anda la atención de la sociedad pues sobre ella
cente se encontraría cóm o m uchas de ellas al carecer
recaen m uchas problem áticas sociales relacionadas
de precisión se tom an am bígiias y contribuyen m ás
con la’ sexualidad (em barazo y enferm edades), ei
a la negación del adolescente que a la especificación
consum o de drogas y alcohol, acciones violentas de
de lo que es, su papel en la sociedad, sus caracterís­
la sociedad, etc. Es una edad sobre la que está puesta
ticas com o grupo, sus posibilidades. N o ser niño ni
la m irada del adulto, solicitando control, prevención,
ser adulto, estar preparándose para un futuro, para
responsabilidad y aplomo. Es una mirada temerosa,
ser adulto, encontrarse en crisis, estar en un proceso
inqu ieta y expectante aunque en m uchas ocasiones esa
de m utación o cam bio, son m aneras, m uchas veces,
m irada sea de asombro e ignorancia. Así com o el
de negar la existencia de la adolescencia en un
joven es energía, vitalidad y potencia, de igual m anera
presente: y es una negación puesto que sólo se
se le ve com prom etido en las problemáticas más
privilegia en la definición de este grupo poblaciona!
severas y escandalosas de la sociedad. Pero, según
loq u e no es, no se le define un puesto en la sociedad,
parece, se desconoce mucho del m undo juvenil.
no son claros su función, su rol com o em e social,
sus deberes y derechos ciudadanos, su sentido y
pertenencia presente. i Ese fue el punto de partida de Atiántida. Su interés
no se ubicó en la llam ada problem ática adolescen­
cia!. en el jo v en y su crisis, en la violencia juvenil,
La explicilación que se está haciendo pretende se­ en el pandillism o o la drogadicción o en otro cual­
ñalar las dificultades existentes para aprehender una quiera de los problem as a los que tiende a asociarse
realidad planteada desde su inicio com o com pleja, al adolescente. Q uiso indagar sobre el jo v en « nor­
am bigua y nada fácil de delim itar. A sum ir así, al m al» y «com ún y corriente», aquél que no protago­
adolescente escolarizado, en A tiá n tid a . es una deli­ niza por estar com prom etido con una u otra proble­
m itación pero tam bién un lim ite, una exclusión. m ática social.

33
Bajo el supuesto de que sobre el adolescente hay La familia
más desconocim iento que com prensión y entendi­ El ainor y la sexualidad
m iento, quiso rescatar «lo oculto» deljo v en ; sum er­ Uso del tiem po libre
girse en sus profundidades y sacarlo a la luz. develar Uso de! lenguaje (expresión oral, vocabulario,
la riqueza de sus pensam ientos, intenciones, deseos. m odism os...)
\ isiones y esperanzas. Sin intentar buscar al joven M odelos de identificación
problem a, ni at jov en excluido, ni al joven ni al Participación social y política
joven m arginal se planteó un jo v en que guarda para H abilidades m anuales (realizar arreglos case­
sí un mundo, m undo que A tlá n tkla se em peño en ros. cocinar...)
sacar a la superficie. H abilidades prácticas (h acer papeleos, m anejo
de! dinero...)
En consecuencia, el foco de atención del estudio se Expresiones lúdicas (hum or, ironías, picardías,
colocó en el adolescente: lo que él piensa, vive y brom as)
siente; no, lo que los adultos piensan, saben o im a­ Am istad
ginan de él, no cóm o lo concibe y entiende la
institución educativa. El adolescente y su relación A spectos escolares de la adolescencia
con la escuela se constituyó en el eje de la mirada,
siempre dirigiendo el foco hacia el adolescente. Su
El conocim iento escolar
voz quiso oírse y rescatarse, en la ¡dea de que esa
voz expresa lo que é! verdaderam ente piensa, siente
y com prende, o por lo m enos, que ella expresa lo • H abilidades intelectuales
que desea que los dem ás sepan de él. o aún. que esa • H abilidades artísticas
voz expresa aquello que él cree los otros esperan. • D esarrollo del currícuio
De todas formas a lo largo de A t/átilidu está su voz • d e la c ió n m a e s tro -a lu m n o
y fue a esa voz a la que se dio crédito sin más • Sentido y papel que tiene el conocim iento
constataciones ni seguim ientos. Fueron suficientes escolar para la vida
m uchos adolescentes, de cuatro instituciones edu­ • Form ación de ciudadanos
cativas, vistos por varios investigadores, para dejar • Pedagogía: creación o distribución de cono­
plasm ada su voz com o registro, com o un dato sobre cim iento
el cual se trabajó, para construir así una explicación
com prensiva de su ser y actuar social. La organización social de la escuela

Cuando ta U niversidad Pedagógica se com prom ete • Conflictos que se viven en la escuela
con A tlántida, acepta el marco inicial dentro del cual • O rganización norm ativa y valorativa
se plantea la propuesta de investigación; allí el • Sistem as de poder y autoridad en la escuela
espectro de preguntas o tem as planteados por F E S • La disciplina
es bastante am plio; las instituciones pueden selec­ • Relación adolescente, fam ilia y escuela
cionar sus problem áticas de acuerdo con lo form u­
lado o crearse preguntas, tem áticas y problem áticas
Los grupos escolares
propias. De todas form as el planteam iento de FES
proporcionó un m arco de referencia com o punto de
partida. El siguiente esquem a resum e la gama de • La conform ación y estructura de los grupos
• La noción de pertenencia a grupos
tem áticas posibles a abordar:

«Percepción de los adolescentes sobre: Los m aestros

A spectos sociales de la adolescencia • Cómo ven y viven los m aestros lo que opinan
P ertenencia a grupos los adolescentes

,,34
'í -
El m undo interno d el adolescente Un prim er hallazgo que sorprende por repetitivo
Gustos, intereses entre los jóvenes de las diferentes instituciones, se
Sueños, fantasías constituye en m otor del estudio y guía del proceso
Relaciones con su cuerpo investigativo; éste hallazgo se resum e en la concep­
E xpresiones de originalidad (a través de su ción de escuela aburrida: la institución escolar no
com portam iento, de lo corporal, de los objetos los convoca, les parece inútil y no pertinente para
que posee, de los objetos que crea...) su vida. Pero, entonces, surge la pregunta: qué per­
Em ociones {miedos, rabias, tem ores, angustias. m ite al joven perm anecer con su vitalidad, entusias­
alegrías, frustraciones.deseos, satisfacciones. mo y alegría en esa escuela aburrida? Los am igos.
ternura, tristezas, nostalgias...frente a qué) Bastó esto para em pezar a ubicar las preguntas en
Am or y sexualidad torno a dos ejes: por una parte, la am istad y los
Etica, m oral y valores grupos de am igos en el espacio escolar y por otra,
Creencias (religiosas, míticas, m etafísicas) la relación del joven con el conocim iento, la im por­
Colecciones, pasatiem pos tancia asignada a é! y el sentido concedido a su paso
Proyectos de vida (perspectivas vocaeionales. por la institución educativa.
de fam ilia...)»"
La búsqueda de significado y de contenido para los
Esos temas em piezan a hacer curso en el proyecto, dos ejes asi com o el establecim iento de sus relacio­
de tal m anera que todos, en la intención de conocer nes (encuentros y desencuentros, articulaciones y
un joven, desconocido hasta el m om ento, em peza­ o p o sic io n e s, co n tin u id ad es y d isco n tin u id ad es)
mos a explorarlo desde m uchas de esas grandes centraron la atención y perm itieron ir delim itando
tem áticas. Los prim eros registros pueden dar cuenta el objeto. Pero ello requirió un tiem po largo de
de ello. Si bien este am plísim o objeto sirve de punto exploración del joven búsquedas particulares para
de partida, es interesante m irar cóm o a lo largo del cada escuela. P rácticam ente un año después de ini­
desarrollo de la investigación se va perfilando > ciado el estudio estábam os nuevam ente en un traba­
precisando, centrándose las preguntas, la m irada al jo de cam po intentando dar respuesta a interrogantes
joven, ia búsqueda de inform ación y el análisis. m ás puntuales sobre esos dos tem as.

N o se tiene, entonces, en un principio, un problem a Así term inan precisándose finalm ente los interro­
de investigación definido ni delim itado; ello se lo­ gantes al interior de cada uno de los grupos de
gra durante el proceso de dos años, en una interac­ investigación en la U niversidad Pedagógica:
ción perm anente de las preguntas o tem as iniciales,
con la inform ación aportada por los jóvenes, con los
•i* C óm o se constituyen los grupos de am igos en
análisis y discusiones sobre esa inform ación, con
la institución escolar? Q ué requisitos existen
elem entos teóricos que se van allegando y con las
para ingresar a ellos? Q ué provoca la salida de
confrontaciones de los diferentes investigadores.
sus m iem bros? C uáles son sus reglas y norm as
internas, explícitas o im plícitas? Sobre qué ejes
Los prim eros registros em piezan a arrojar inform a­ se m ueven? Para qué eventos se reúnen? Cóm o
ción sobre el jo v en , sus gustos e intereses (m úsica, se vinculan a la actividad escolar? Q ué los
moda, forma de vestir, baile, cine, deporte, artistas, diferencia de otros grupos? C uáles son los roles
etc,), los am igos y los valores de esa am istad, el o funciones de cad a uno de los m iem bros al
afecto, las relaciones entre pares, los tem ores, m ie­
dos. preocupaciones, am ores y desam ores, en fin.
Inform ación bastante am plia y general sobre el j o ­
ven. que no posibilita profundizar en la com pren­ 2. Fundación FES. Proyecto Atlántida. Adolescen­
sión y explicación aunque si perm ite su exhaustiva cia y Escuela. Santafé de Bogotá. Diciembre 14 de
descripción. I.Ó92.

35
interior del grupo? Cóm o cree ser percibido por ha logrado superar la pre-m odernidad? Y qué
la institución educativa? aprendizajes posibilita una institución de este
tipo?
.f> Qué pasa en la relación del joven con el cono­
cim iento en una institución educativa con pre­ Desde ios jóvenes se intentó responder a estas pre­
ten sio n es innovativas? C óm o se expresa el guntas, las cuales se definieron a lo largo del proce­
afecto cuando los m aestros explícitam ente se so m vesiigativo logrando perfilarse finalm ente,
proponen otorgarlo? Qué vínculos se estable­ para dar sentido a la indagación y análisis de las
cen entre el afecto y el conocim iento? Cóm o instituciones educativas de secundaria estudiadas.
perciben los jó venes a sus m aestros? Cóm o ven Los inform es finales están elaborados alrededor de
a las d iferentes m aterias o asignaturas? Qué esos cuestionam ientosJ .
valores otorgan al conocim iento escolar que
circula? Para qué lo consideran útil? En este cam ino de definición y delim itación del
objeto es im portante señalar varios puntos:

•> C óm o se está form ando e! joven para el diálogo


*> Nos descubrim os, inicialm ente, con bastantes
y la com unicación? En qué espacios, m om entos
estereotipos sobre el adolescente. Fueron n ece­
y relaciones se expresa el diálogo? El diálogo
sarias algunas sesiones de discusión sobre nues­
posibilita la expl¡citación de posiciones dife­
tra concepción de adolescente para intentar des­
rentes ante las cuales se argum enta y se perm ite
pojarnos de ideas y prejuicios que viciaban la
una resolución? El joven y el conocim iento, el
m irada del joven. H icim os escritos y habíam os
jo v en y ia organización escolar, el jo v en y sus
sobre nuestra m anera de ver al adolescente y
pares, el jo v en y los m aestros, e! jo v en y las
sobre nuestra lejana o m ás cercana adolescen­
directivas escolares, cóm o dialogan? A propó­
sito de qué? En qué espacios y m om entos? cia.
C óm o resuelven las diferencias? La formación
en el diálogo qué aportes hace a la construcción ❖ Los estud ¡antes-investigado res em piezan a sen­
de la sociedad? tirse identificados con fas m aneras de ver, pen­
sar y sentir del jo v en . En este proceso de iden­
tificación. poco a poco se va sintiendo que el
•> C óm o se tipifican los jóvenes que asisten a la
adolescente 110 es ese ser que yo m iro desde
secundaria? Q ué cultura (relaciones, norm as,
form as de com portam iento, costum bres y valo­
res) aporta cada uno de estos tipos de jóvenes?
C óm o se relacionan entre sí y con la institución
3. Los caminos recorridos por Marina Camargo
escolar, con sus m aestros y directivos? En qué
espacios tom a lugar protagónico cada uno?
Cóm o asum e cada uno la tarea escolar, el sen­
1 A bel lo. volumen 1. La casa de ios amigos de Lucy
Camargo Cortés. Sandra Perez Cáceres, Claudia
Rodríguez O.. Yamile Santamaría y Esperanza Va-
tido de la m ism a, la función educativa? Qué negas, volumen 2, Afecto y conocimiento: Dos bar­
dinám ica im prim e cada uno y cuál es la relación cos que navegan en distinta dirección de Amanda
. entre ellos en la escuela? Barreto Rodríguez, Yolanda Castro Robles y Gloria
Lucy Garzón Jara, volumen 3, Adolescencia y con­
texto escolar: una relación sin diálogo de Alba
*** ^ C óm o se encuentra la institución escolar frente Lucía González Vargas, Edward Hernando Herrera
a los retos de) siglo X X I? C óm o está enfrentada Rincón y Pedro Torres Rodríguez, volumen 4. La
' V equipada la escuela para las condiciones y Odisea de Ulises., Un día en el colegio de Jennifer
^ valores d e la m odernidad? C óm o influye esta Alejandra Casallas B ,R ocío del Pilar Duran, Elsa
m anera de p resentarse y funcionar la escuela en Etelvina Pérez H. y Marielly Ramírez O., volumen
el quehacer educativo? Q ué tipo de pedagogía 5. Des-concierto y melodías escolares de Marina
fÉÍívEresente en una institución escolar que no Camargo Abel lo.
afuera > desde allí lo cuestiono, lo interrogo > trabajando lo m ism o o de m anera sim ilar la
lo investigo: p or el contrario, es alguien hacia realidad educativa.
quien em piezo a sentir afecto y con quien inicio
una relación que m e perm ite m irarm e en el Hoy, finalizando el estudio, una pregunta im portan­
espejo, co locarm e en su piel, estar de su lado en te sobre el objeto, en investigación etnográfica, gira
algunas cosas y tom ar distancia en otras: pero en torno a la siguiente tensión:
es un adolescente que no se m ira desde fuera,
sino desde su interior, lom ando su lugar, desde *> D efinirlo am pliam ente e ir a trabajo de cam po
las transform aciones (de visión, de afecto, de a observarlo todo, en la idea de no perder deta­
relación, de entendim iento) que se realizan en lle. de recoger lo que. por natural y cotidiano,
el investigador a m edida que trabaja con el no se depara en ello, e ir. poco a poco, conocien­
adolescente. Para ios estudiantes fue bastante do la realidad y precisando las preguntas, com o
significativo encontrar que las problem áticas, . ocurrió en A iíá m iJu tal y com o se ha señalado.
ilusiones, visiones y percepciones del joven las H acerlo de esta m anera aporta un aprendizaje
tenían tam bién ellos; que ellos tam bién podrían valioso en cuanto a la m irada a la realidad, la
considerarse adolescentes . construcción que se va haciendo de ella, el
despojo paulatino de los conceptos previos, la
*> N o sólo em piezan a aparecer los intereses de los precisión conceptual, la m anera de seguir mi­
adolescentes investigados sino tam bién a reve­ rando la realidad con preguntas m ás precisas.
larse. a través de los énfasis en los tem as \ las En otras palabras, el desconocim iento de la
problem ática y la prim era incursión por la in­
preguntas del estudio, los intereses de los iiues-
tigadores. Este hecho perm ite afirm ar que e¡ vestigación etnográfica se benefician con esta
objeto de investigación se construye en esa alternativa de definición de objeto.
relación interesada que logra establecerse entre
los investigados y el investigador. Asi. uno de ❖ Ir a trabajo de cam po con unas preguntas muy
los grupos enfatiza la am istad y los grupos de concretas, con un objeto preciso y delim itado,
am igos en su institución porque ello se le revela lo cual perm ite seguir el desarrollo de eventos
como lo m ás im portante para el adolescente con relación a las preguntas de investigación y
-talvez porque así es- pero tam bién porque la no perder el tiem po en aspectos que no requeri­
m irada del grupo está centrada en este aspecto: rían la atención para el estudio, ni recolectar
eso es lo que el grupo ve. O tro grupo se centra inform ación que, por am plia y general, es difícil
en el conocim iento y su relación con el afecto. de ubicar. C uando la problem ática de investiga­
Otro en la relación de diálogo del joven con su ción ha sido explorada, cuando hay un conoci­
institución escolar. Y otro en las culturas aca­ m iento acum ulado, de partida, es posible y ne­
dém ica y social que im prim en los jó v en es a la cesario precisar y d elim itar las preguntas.
institución educativa. Todos se reflejan a si
m ism os en las problem áticas investigadas y En resum en, com o proyecto de investigación, la
analizadas. Es finalmente, la construcción so­ búsqueda se orientó a rescatar la voz de i adolescente
cial del investigador. con la intención de presentar su visión, concepción,
decir y sentir del m undo que vive, en relación con
ia escuela. En un inicio y com o punto de partida las
•> Los registros que desde el prim er m om ento preguntas de investigación eran de corte general y
em pezaron a recolectarse y la discusión en tor­
no a ellos posibilita, poco a poco, la construc­
ción del objeto de investigación. C om o ya se
señaló, es un objeto que se construye a lo largo | 4. Realmente la mayoría de los estudiantes investi­
del proceso, en perm anente diálogo con el dato, gadores son tan jóvenes que bien podrían haberse
con la teoría, con otros investigadores que están incluido dentro de la población del proyecto.

37
exploratorio; con ellas se em pezó la docum entación lescente. para desde allí, desde alguna de ellas,
de la realidad, para, poco a poco, ir perfilando y asum ir el objeto de investigación y el análisis, Al no
precisando los interrogantes claves en cada una de realizarlo de esta m anera fue posible explorar al
las instituciones. A sí, paso a paso, lo fueron dem an­ joven, enfrentarnos c o r su realidad, dejam os asom ­
dando las necesidades y conocimiento del momento. brar por ella, sin intentar ver un tipo determ inado de
joven bajo la lente de la teoría.

Eggsa Se reconoce la existencia de un conocim iento por


2. LA TEORIA Y SU PAPEL parte del investigador, una form a de ver ei m undo,
EN LA INVESTIGACION una m anera de entender la problem ática investiga­
da; y tam bién se reconoce una dificultad para des­
pojarse de todo conocim iento, aunque esa no sea la
En la investigación etnográfica una de las tensiones
intención. La m irada del investigador pasa por el
im portantes y sobre la cual no existe acuerdo tiene
filtro de lo que él es. de sus ¡deas y concepciones,
que ver con la teoría, su papel y el m om ento de
para, desde allí seleccionar de la realidad objetos,
hacerla útil para !a construcción del objeto.
relaciones, explicaciones y com prensiones. Sin em ­
bargo un conocim iento previo o un m arco teórico
Tradicionalmeme la teoría es el marco desde el cual
construido a la luz de los libros y escritos sobre
se trabaja el objeto; sobre ella se levanta el diseño de
adolescencia puede acarrear sesgos en el estudio;
investigación, orienta los análisis permitiendo consta­
más bien, se requiere intentar poner en suspenso ese
tar o rechazar hipótesis o tesis en ella contenidas.
conocim iento y dejarse asom brar por la realidad, las
relaciones y explicaciones que ella va brindando.
En general, y com o prim er punto, la etnografía no
busca com probar hipótesis. Su intención es elaborar
explicaciones nuevas a partir de ¡os hallazgos, in­ El papel de la teoría es realm ente el de instrum ento
tentando superar io que hasta el m om ento se ha de com prensión de la realidad, no el de ajuste de la
sostenido, aventurando hipótesis, ensayando nue­ realidad a ella. Por tanto, su entrada al proyecto se
vas com prensiones. realiza para ilum inar una lectura de los investigado­
res sobre ¡os datos; sin una escritura previa, sin
En segundo térm ino, m ás que un encuadre, la teoría esfuerzos de categorización y elaboración conceptual,
posibilita abrir interrogantes, saber qué se lia dicho sin la escogencia de un hilo conductor del análisis, no
hasta el m om ento, tener puntos de referencia para es posible señalar una búsqueda teórica. Esta viene a
la información, leer los datos a través suyo. Pero no ampliar y a apoyar las com prensiones del investigador
es una recolección de inform ación para ajustarla a y su intento de creación de explicaciones.
las categorías teóricas previas síno una construcción
de categorías a partir de la inform ación recolectada.
Durante el desarrollo del proyecto la teoría fue m ás
El desacuerdo planteado se traduce en la siguiente valiosa y pertinente cuando ya se tenía una prim era
oposición: ¿se lim ita el análisis a con firm ar un estructuración hilada de los hallazgos de la investi­
conjunto de tesis o hipótesis inscritas en una teoría ' gación; allí ella entró a responder preguntas e inte­
o se propende por una construcción teórica, que rrogantes concretos. A quella teo ría a la que se acu­
salga de los datos y sus relaciones? Este dilem a revela dió cuando se inició el proyecto de investigación
la oposición formulada entre constatación o com pro­ arrojó inform ación en el m ejor de los casos pero en
bación de conocimiento y creación del mismo. otros se perdió en el tiem po pues leer sin preguntas
propias, buscando que un texto aporte a su respues­
«Afiántida se inició sin definiciones teóricas previas. ta. es com o no leer; perm ite acum ular inform ación,
^H acerlo hubiera im plicado trabajar desde diferentes repetir la posición de un autor o corriente, pero no
perspectivas la m anera de entender y tratar al ado­ asum ir ni apropiar para sí esos contenidos.
Así, la revisión de la literatura sobre el tem a se í¡e\ o El tercer m om ento y a partir ya de la construcción de
a cabo en tres m om entos, constituyéndose cada uno un ensayo, con un hiio conductor y con la elaboración
en un esfuerzo creativo y enríquecedor. El prim er de categorías articuladas hacia ese eje, permite reco­
m om ento, com o se señaló en el párrafo anterior, mendar bibliografía pertinente para cada problemática
com plem entaba la recolección de inform ación y la concreta y apuntar así a responder interrogantes ya
lectura de textos sobre adolescencia: se escogieron muy claros en torno a la información recogida. Es este
de entre una gam a de disciplinas que se lian ocupado el momento en donde la lectura teórica se hace muy
del adolescente. Se ley ó el texto A dolescencia N or­ relevante y pertinente, no para repetirla sino para
m al de A rm inda A berastury y M auricio Kuiobel, El am pliar un m arco teórico y explicativo que tiene cada
adolescente en Satnoa de M argaret M ead, algunas grupo de su fenóm eno de investigación. Así cada
novelas: El diario de Ana Frank. E l retraía de! grupo accedió a diferente tipo de bibliografía que
artista adolescente de Jam es Joyce. M em orias de pennitía enriquecer la estructura conceptual desarro­
u n a jo ven fo rm a l de S im one de Beauvoir. A fip la n ta llada: no sólo teoría, tam bién unos textos, particular­
de naranja-lim a de V asconcelos, L olita de N abakov mente de halo Calvino, de James Joyce y de Manuel
y Cam ino d e S w an de Proust. De ellos podem os Puig para ubicar las m aneras de escribir.
hablar en térm inos generales pues su lectura busca­
ba inform arnos m ás que responder preguntas co n ­ En conclusión, considero: para que la teoría cum pla
cretas del estudio. Paralelam ente se estudiaba teoría un papel im portante, ella ha de ingresar a la inves­
sobre el enfoque etnográfico, de cuya pertinencia en tigación a través de preguntas bien concretas que
ese m om ento dudo ahora, pues al final del proyecto am plían la visión del investigador, haciendo de la
ios estudiantes investigadores no recordaban m u­ construcción teórica un ejercicio de apropiación y
chas de tas lecturas y aún afirm aban desconocer encontrando elem entos, relaciones, categorías y
m aterial de trabajo discutido durante esta e ta pa de conceptos ilum inadores de la realidad investigada.
la investigación. Posiblem ente ante la ausencia de La idea no es superponer m arcos conceptuales ex­
preguntas y la no visibilidad de aplicación, la lectura ternos a los m arcos del investigador sino lograr que
se tom a inútil. él apropie e incorpore a sus m arcos, ideas y concep­
tos de otros, com o saber acum ulado.
En el segundo m om ento, un año después, se lleva a
cabo una exploración bibliográfica sobre la docu­
m entación existente en Bogotá, en las instituciones
ocupadas del adolescente. Se realiza su lectura ana­ ES5S2
lítica, consignada en RAEs (R esúm enes A nalíticos 3. LA RECOLECCION DE INFOR­
en Educación) pero todavía sin m ayor criterio: no MACION Y LOS INSTRUMENTOS
hay una selección de la docum entación de acuerdo
con algunas preguntas o tem as claves; lo que se lee A unque la etnografía posee sus propios instrum en­
tam poco entra del todo a llenar unos vacíos en la tos de indagación de la realidad, A tlántida estim uló
construcción conceptual. P rácticam ente se em pieza y propició el uso variado y creativo de técnicas o
a leer lo que se va encontrando, con unas prioridades herram ientas para recolectar inform ación.
m ínim as (que el docum ento refiera e! adolescente a
la educación y que sea colom biano). En parte, es
oportuno este acercam iento bibliográfico pues ya se
ha realizado una primera decantación de la informa­ 5. Las lecturas claves en esta etapa fueron: Primer
ción y un primer esfuerzo de descripción de la misma informe sobre la juventud en América Latina. Qui­
con estructura, coherencia y sentido (Este esfuerzo se to. 1.990, Conferencia Iberoamericana de juventud,
plasma en informes de avance presentados en Diciem­ escrito por Ernesto Rodríguez y Bernardo Dabezies
bre de i .993). Sin em bargo , faltaba más trabajo con y Estudios e investigaciones sobre juventud en
el material recolectado y una m ejor selección para América Latina: balance y perspectivas de Cecilia
hacer pertinentes los textos escogidos5. Braslavsky.

39
Ei primero y principal instrum ento en investigación En m uchas ocasiones las entrevistas m uestran res­
etnográfica es ei investigador: su m irada de la reali­ puestas lacónicas del adolescente (sobre todo las de
dad, su observación, su visión, su com prensión, su la prim era etapa); en otras hablan incansablem ente,
.recuerdo lo convierten en instrum ento inagotable de dando rienda suelta a su espontaneidad y locuaci­
recuperación de datos. dad. A quí la riqueza es bien grande.

Las técnicas de recolección de inform ación usadas Son escasas las entrevistas en profundidad, a nivel
fueron las siguientes: individual. Las entrev istas en grupo -m ás abundan­
tes- perm itieron diálogos m ás largos de los jóvenes;
D iarios de cam po, donde los estudiantes investiga­ aunque aquí se corre e! riesgo de que los individuos
dores iban consignando sus observaciones, con pierdan su particularidad y se asum an com o grupo
apreciaciones, sentim ientos, opiniones y reacciones m uy fácilm ente, perm itieron valiosa inform ación.
frente a la realidad presentada. D urante el prim er
sem estre de la investigación se llevaron m ás riguro­ Para las entrevistas focales se seleccionaron grupos
sa y sistem áticam ente estos diarios. M ás tarde, fue­ de adolescentes, quienes por alguna particularidad,
ron abandonados por los estudiantes investigadores. podían resp o n d erá ciertas preguntas, podían resol­
De parte m ía seguí llevando por escrito el proceso ver ciertos interrogantes o focos de atención.
que se estaba llevando a cabo por parte de los
estudiantes, pero definitivam ente, se perdió este
Las entrevistas, por su carácter perm iten expresar
instrum ento en la posterior etapa de recolección de
espontáneam ente un pensam iento, sentim iento o
inform ación, para un seguim iento de las escuelas
concepción. Sin em bargo dependen de la habilidad
más exhaustivo.
de! investigador para canalizarla, conducirla y llevarla
a térm ino, consiguiendo información im portante y
E n trevistas, por una parte sem ¡-estructuradas para profunda sobre un tema. Se requiere bastante entrena­
conseguir datos m ás focalizados sobre aspectos m iento para ello. Saber preguntar es casi un arte.
concretos que se querían indagar, y por otra parte,
entrevistas no estructuradas que perm itían explorar
Los estudiantes investigadores experim entaron a
tem áticas y seguir el hilo posibilitado por las reali­
m anera de laboratorio un aprendizaje en este proce­
dades particulares de cada adolescente. Estas entre­
so de realización de e n tr e v is ta s ^ son m ucho m ás
vistas se realizaron, individualm ente, en grupos na­
ricas las realizadas en el segundo m om ento d e reco­
turales y en grupos intencionalm ente formados,
lección de inform ación que las prim eras. Sin em bar­
para una recolección m ás puntual de algunos datos.
go. al m irarlas y analizarlas se observan lim itacio­
nes: preguntas que dirigen la respuesta, respuestas
Las entrevistas de la prim era etapa de recolección que no se indagan m ás y quedan sin explicación
de inform ación (ai inicio del proyecto) son genera­ suficiente, cam bios abruptos de tem as que quedan
les, con preguntas muy abiertas y con respuestas, sin concluir y redondear, preguntas elevadas e in­
m uchas veces vagas, am biguas y contradictorias; es com prensibles para jóvenes, preguntas que involu­
abundante la inform ación de este tipo recolectada cran el supuesto de que todos entenderían lo m ism o
en el prim er m om ento. La segunda etapa de reco­ por aquello preguntado.
lección de inform ación ( al año de iniciado el pro­
yecto) posibilita un tipo de pregunta m ás centrada y
una intención del investigador de seguir profundi­
zando la respuesta. Asi, m ientras en el prim er m o­ ■
H 6. Además de leer literatura sobre el tema, entrevis­
m ento el investigador quedaba contento con la pri­ taron en el trabajo de campo, evaluaron en grupo
m era resp u esta del adolescente, en el segundo esas entrevistas y se sometieron a entrevistas en
plantea dudas, vuelve sobre la pregunta, solicita profundidad que les hacía individualmente la coor­
' rofundizar m ás y pide explicaciones. dinadora del proyecto.
Por ejempio, una pregunta como: ¿Aquí en la institu­ cipal instrum ento de recolección de inform ación,
ción se crea conocim iento o se repite?, origina res­ estuvo perm anentem ente en actitud de asom bro
puestas que no permiten aclarar que entiende el joven para registrar los eventos que se sucedían paso a
por creación de conocimiento en oposición a repeti­ paso así com o las características de las situaciones
ción, implica una oposición vatorativa llevándolo a en que se encontraba; y en lo que atañe a la obser­
pensar que crear es bueno y repetir no. es tan directa vación de aula, tam bién no participante, durante
que no permite a! joven explayarse, desde la pregunta espacios prolongados de tiem po se asistió a algunas
se está dirigiendo la respuesta. En fin. contiene m u­ clases -aquéllas donde los m aestros lo perm itieron-
chas, si no todas, las problemáticas señaladas. para observar allí al jo v en en interacción con el
m aestro y con el conocim iento escolar. La observa­
D o cu m en to s escritos por los jóvenes, ya sea de su ción es el instrum ento privilegiado en la investiga­
iniciativa personal o solicitados para los fines de la ción etnográfica y le reporta enorm es beneficios a
investigación. En algunas ocasiones los jóvenes un estudio con esta perspectiva. Interesa destacar
preferían escrib ir que hablar; pero en m uchas otras aquí cóm o son precisam ente cierto tipo de profeso­
sucedía lo contrario. Se les pedía com unicar por res -chéveres, pilos, abiertos, con intereses hacia su
escrito sus m aneras de pensar, sentir y reaccionar asignatura y hacia su práctica- quienes permiten a los
con relación a variados temas. Se recogían los es­ investigadores acceder a sus clases y ser observados:
critos de la escuela para alguna asignatura, conside­ aquéllos que uno quisiera mirar, no se ofrecen.
rados im portantes para el tem a. Pero tam bién se
recuperaban otros escritos de los jóvenes, de su libre Una de las ciases a las que se asistió con m ás
iniciativa: se envían papeles, tarjetas y dibujos, lle­ asiduidad fue a la de E ducación Sexual en uno de
nan cuadernos con cosas personales, tienen diarios los planteles: allí los adolescentes encontraban un
y participan en periódicos. Asi. se tuvieron en cuen­ espacio de participación, discusión y planteam ien­
ta cuadernos de poem as, chism ógrafos, carteleras, tos alrededor de un tem a de ínteres para ellos, que
periódicos, graffitties, cartas, dibujos y buzones. capta su atención. Es una clase especia! por sus
contenidos, por su m aestra, por su desestructura­
La docum entación escrita, sobre todo ln solicitada ción. por lo variada. T odos hablan y opinan y la hora
p o re í investigador, perm ite al jo v en plasm ar lo que transcurre en un diálogo entre ellos. Con ese carác­
quiere m ás reposadam ente, pensar m ás lo que va a ter de especial fueron asum idos estos registros. De
decir, elaborar con m ás esm ero lo que él piensa en ninguna manera tipifican una clase de la escuela se­
la expectativa del investigador, siendo este último cundaria, tal y com o lo evidencian algunos registros
un límite; no m irarle la cara at adolescente ni escu­ de observaciones de aula en otras dos instituciones.
char su tono al hablar ni saber sus énfasis, son
carencias del escrito y le introducen lim itaciones. O tras situaciones y eventos aportaron inform ación
Pero tam bién es un instrum ento potente cuando el valiosa: talleres organizados con los jóvenes, pelí­
sujeto investigado quiere com unicarse anónim a­ culas. salidas a convivencia, observación de eventos
mente. El m edio escrito tolera m ucho, aleja de com ­ sociales y culturales de la vida escolar com o coca­
prom isos, despersonaliza la relación con el investi­ colas bailables, paseos, izadas de bandera y celebra­
gador, y cada punto favorece en algunos casos y ciones (día del m aestro, del alum no). M uchos de
lim ita en otros. estos eventos quedaron registrados para ser som eti­
dos a! análisis.
Por su parte, los escritos espontáneos del adolescen­
te son de una gran riqueza y naturalidad, expresan La segunda etapa de recolección de inform ación
sus intereses y afectos, buscan com unicación con tuvo una característica particular: tom ó com o base
sus pares, plasm an su em otividad a flor d e piel. la lectura del inform e de avance elaborado por los
estudiantes investigadores. Los adolescentes cono­
O bservación n o particip a nte y d e auia. En cuanto cieron ese inform e, se pronunciaron sobre él, apor­
a la prim era, el investígador.-constítuido en el prin­ taron elem entos nuevos, profundizaron m uchos

41
otros aspectos y corrigieron o negaron otros. Haberlos estudiantes mientras las otras dos instituciones pue­
tenido en cuenta de esta manera en el proceso inves- den considerarse deprivadas a nivel económico,
tigativo fue importante y enriquecedor para todos. hecho que se revela también en su edificio escolar.

El control de la inform ación recolectada -su credi­ Sus criterios de selección fueron intencionales: a
bilidad y fiabilidad- se llevó a cabo por dos vías: partir del interés fundam enta! m anifestado por ellas
primero, la observación de m ás de un investigador para ser investigadas y participar en A ilántida -aun­
del mism o evento y de esa m anera, el som etim iento que este com prom iso fue m as notorio en las dos
a la contrastación y evaluación del m ism o, para instituciones pequeñas-, y a partir de contactos per­
tener una «hom ogeneidad» en la m irada, esto es, sonales y profesionales con ellas y de la búsqueda
para discutir sobre los desacuerdos en cuanto a lo de alguna heterogeneidad en el conjunto de las
que se vio y lograr acuerdos; y segundo, la conse­ instituciones. Durante los dos años, la perm anencia
cución de datos sobre un fenóm eno, a través de en las escuelas fue continua: para la recolección de
diferentes instrum entos. Esto últim o podría dar inform ación hubo una inm ersión cotidiana en la
com o resultado una triangulación de técnicas de vida escolar: el prim ero y tercer sem estre se asistió
recolección d e inform ación, aunque honestam ente. prácticam ente todos los días a las actividades esco­
110 nos las propusim os. lares. En los otros dos sem estres la presencia fue
más esporádica. De todas maneras, se quería garanti­
Ei ideal en la investigación etnográfica es. adem ás zar una m irada sistem ática y rigurosa, no producto del
de la triangulación por instrum entos de recolección azar de una visita, sino de una presencia cotidiana.
de información, poder contrastar alrededor del m is­
mo suceso o hecho, las percepciones de los diferen­ La m anera com o se trabajó A ilá n tid a no posibilitó
tes actores educativos: alum nos, m aestros, padres, un trabajo hom ogéneo para las cuatro instituciones,
directivos. Ello perm ite contrastes que otorgan al perm itiendo com pararlas y especificarlas a pesar de
estudio m ayores niveles de credibilidad. Pero ade­ que otorgan form aciones distintas; aunque existie­
más, un suceso debe ser seguido y confrontado con ron sím ilaridades y una dirección com ún, cada gru­
el sujeto que lo protagoniza para no quedarse en la po era autónom o en el planteam iento de su práctica
prim era observación y el prim er significado otorga­ investigativa, en la elección de problem as o pregun­
do a ella sino constatar sus m otivaciones, qué se tas de investigación, en el uso de instrum entos de
proponía, cóm o se sintió, qué reacción esperaba de recolección de datos y en la elección de ejes de
los dem ás, etc. E ste seguim iento aporta también análisis e interpretación. D e allí e! resultado: un
mayor credibilidad, m enos sesgos y subjetividades inform e final o ensayo para cada una de las institu­
y más posibilidades de tratam iento de los datos. ciones, donde cada inform e bien puede concebirse
autónom o de los dem ás. De la m ism a m anera, com o
la inform ación proporcionada por las instituciones,
m irada globalm ente, es dispareja, pues no se trabaja
sobre tos m ism os tem as, se hace difícil la com para­
4. LA POBLACION ESTUDIADA: ción entre las instituciones y la m irada especifíca-
UNA ELECCION INTENCIONAL dora p o r e í contexto.

Se seleccionaron cuatro instituciones de característi­ A ilántida tam poco perm ite generalizaciones; al no
cas diversas: dos de clase social baja y otras dos de trabajar con m uestras representativas de la pobla­
clase media y media-baja; todas mixtas; dos oficiales ción los resultados no son g e n e ra liz a re s ; la etno­
y dos privadas; dos académicas, una diversificada y grafía no está interesada en ello. M ás que generali­
una formadora de maestros; ubicadas así: dos al noro- z a r b u s c a p a r tic u la riz a r, e n c o n tr a r , d esd e la
riente de Santafé de Bogotá, una al suroriente y la otra diferencia, hipótesis nuevas, tesis y argum entos
al suroccidente. Dos de ellas gozan de una amplia nuevos, para aportar a las generalizaciones teóricas
infraestructura física donde se alberga a miles de existentes.
rentes disciplinas- aporta una m irada com prensiva
5. EL ANALISIS EINTERPETACION: al evento educativo. Un nuevo cuadro entra a servir
de instrum ento para la consignación de esta clasifi­
BUSQUEDA DE NORTE cación:

C ategoría R eg istro : D efinición !O bservaciones


M uchos elem entos surgen al hablar del análisis.
V am os a intentar relatarlos siguiendo el proceso
vivido. Vale la pena anotar que este análisis se lleva
a cabo durante el proceso de investigación; no es Este trabajo no fue lineal tal y com o se presenta
una etapa final: recorre todo el estudio. aquí. H abia vueltas al prim er nivel de elaboración,
revisiones, correcciones, cam bios, etc. que perm a­
Cada registro obtenido es som etido a la lectura y nentem ente estaban cam biando los significados
discusión de los estudiantes investigadores. En una asignados a los registros. Era adem ás un proceso
primera lectura se iba colocando a la izquierda del som etido a la discusión grupal.
registro el tem a al que iba haciendo referencia su
contenido. En las reuniones grupales se som etía a Una vez establecidos los conceptos se realizaba una
discusión esta prim era clasificación del registro. búsqueda de hilo conductor o eje central que vincu­
Los tem as perm iten una m irada del m aterial en lará diferentes conceptos o que perm itiera arm ar una
térm inos de problem áticas que se están tocando. historia. D os m ecanism os contribuyen a esto: el
Asi: relación del jo v en con el conocim iento, rela­ prim ero, la elaboración de m em orandos o protoco­
ción con el m aestro, concepción de reglam ento es­ los sobre los registros o parte de ellos o a nivel ya
colar, etc., aunque es una m irada bastante aséptica de la conceptualizacíón hecha; los m em orandos se
y genera!. proponían lanzar hipótesis explicativas y com pren­
sivas de los datos encontrados, con su argum enta­
Posteriorm ente a lo largo de relecturas de los regis­ ción para así ir encontrando ejes centrales. C ada
tros nos dim os a la construcción de cam pos más nuevo registro entraba a ser contrastado con la hi­
específicos llam ados categorías. Varios tem as po­ pótesis form ulada y así se m antenía o se rechazaba.
dían entrar a hacer parte de una categoría de la Un caso particular o único que niega lo de m uchos
m ism a manera que un tem a podía generar m ás de otros casos, m erece atención y seguim iento especial
una categoría. E stacategorización im plicó una tom a y es tenido en cuenta com o posible hipótesis nueva
de posición sobre los datos y sobre los tem as así: a lanzar. La lectura de los datos de la prim era etapa
aceptación de las norm as-rechazo de las norm as: el de recolección de inform ación siguió este procedi­
m aestro com o potenciador de! conocim iento; au­ m iento. En la segunda etapa se hizo un trabajo
sencia de relación afecto y conocim iento, etc. Este interpretativo a partir de lo que el m aterial iba
trabajo era vertido en cuadros de tres colum nas en sugiriendo, sobre la base de la prim era decantación
los que aparecía: o inform e de avance.

I C ategoría !R egistro ! O bservaciones |


Para la segunda tanda de datos, entonces, trabaja­
m os con un segundo m ecanism o de sistem atización:
persistentes lecturas del m aterial y sus distintos
Con esta elaboración se iniciaron las articulaciones niveles de clasificación van dando origen a ordena­
o vínculos entre categorías para dar lugar a concep­ m ientos conceptuales. Por una parte, esfuerzos de
tos. Estos conceptos em ergen de la inform ación construcción del posible índice de un trabajo, sus­
recolectada, de la teoría o de una m etáfora; esta tentando cada una de sus partes y de otro lado, la
última, com o idea o concepto surgido en cualquier búsqueda de m etáforas aglutinadoras y articulado-
otro espacio - desde la vida cotidiana hasta las dife­ ras de los conceptos construidos. La m etáfora se
convierte en una herram ienta teórica y conceptual

43
im portante para tratar de dar sentido a la interpreta­ Vale la pena señalar aquí, cóm o a la m itad del
ción. de m anera articulada y coherente, pero tam ­ proceso (un año), com o un alto en el cam ino, se hizo
bién para intentar contener en ella la conceptual¡za- una prim era escritura organizada, exploratoria y
ción llevada a cabo. descriptiva, de la inform ación recogida con intentos
de interpretación por parte de los investigadores.
N o es posible explicitar ¡a form a com o em erge una Esta sistem atización fue de gran ayuda pues perm i­
categoría o un concepto o una m etáfora. Es tener los tió ver los vacíos, los niveles de interpretación y
datos en la cabeza, darles m uchas vueltas, no dejar conceptual¡zación alcanzados y sugirió cam inos de
de pensar en ellos, leer cualquier cosa y hacer vin­ indagación, problem áticas a seguir trabajando así
culaciones con ellos, observar la realidad y articu­ com o exclusión de otras y, definitivam ente, centró
larla con aquello que se tiene en la cabeza, hasta que, la recolección de datos en su segunda etapa, a partir
por fin, sale una palabra, una frase, una m etáforaque de la delim itación d e la problem ática a trabajar. N o
ilum ina el contenido. Ella em erge en cualquier m o­ significa esto que la prim era conceptualización per­
m ento, a propósito de cualquier evento y produce m anece pero si la orienta, le señala cam inos, la
una sensación de felicidad pues entra a dar sentido enruta y le proporciona salida.
y significado a esos datos contenidos en la m ente y
vida diaria del investigador. Este acto creativo es un
acto natural, producto de estar m etido en los datos;
no procede con arreglo a ningún orden, sólo es 6. LA ESCRITURA
posible decir que después de tanto trabajar y trabajar
los datos, de buscarles sentido, llega un m om ento
U ORGANIZACION DEL INFORME
en que la luz señala cam inos aclarando el panoram a. O COMPRENSION FINAL
De allí en adelante, lo que resta es e! desarrollo de
ese hallazgo; llenarlo con los datos, organizarlo Del paso anterior a este hay una enorm e distancia.
conceptualm ente, escribir, redactar. T alvez sea este otro espacio de tensión y angustia
del investigador. Q ué hacer y decir? Por donde
em pezar? C óm o decirlo? De qué m anera organizar-
Lo expuesto hasta aquí ha im plicado ejercicios de lo? En qué form a narrativa? Q uién va a hablar?
interpretación del m aterial recolectado sobre el jo ­
ven en la idea de com prender y dotar de significado Pues bien, la angustia sólo va cediendo en la m edida
su voz. De! dato a la construcción de los conceptos en que la organización va apareciendo y la escritura
es el procedim iento seguido aquí y no al contrario: se m aterializa. Son m om entos de presión que ante­
de una teoría o un concepto a la búsqueda del dato ceden a la alegría, goce y satisfacción de ir logrando
que lo llene y le dé contenido. Pero una vez surge el
un trabajo con sentido y significado. El hallazgo de
concepto de esa m anera, em pieza un ir y venir del
una m etáfora o un hilo conductor es un alivio para
concepto a los datos y de este al concepto para lograr
el inicio de la escritura, pero no suficiente para
definiciones. Es una tarea ardua y dispendiosa fren­ aliviar la angustia del síndrom e de la hoja en blan­
te a un m aterial volum inoso que va siendo seleccio­ co7, A este ejercicio de escritura que plasm a final­
nado en la m edida en que van logrando precisiones.
m ente la interpretación del m aterial y que entra a
Al principio ia inform ación es tanta y tan diferente,
m ostrar una m anera de entender y com prender al
de un nivel tan heterogéneo, que el investigador se
jo v en convergen varios puntos:
angustia, no sabe que hacer con eso. duda de su
capacidad para hacer esa lectura, no sabe cóm o
em pezar ni por dónde, se abrum a ante esta perspec­
tiva. Poco a poco, la tensión va cediendo, se va
7. Es una metáfora de Rodrigo Parra Sandova! para
avanzando en la interpretación y va teniendo lugar
el ordenam iento de la inform ación. 1 significar la angustia del escritor frente al vació de
una hoja por llenar con el material que se tiene en
la cabeza.
El r e l a to El d ato

A íiá m id a ha generado y propiciado m aneras creati­ Existen variadas m aneras de tratar el dato y esto es
vas de presentación de tos hallazgos en ios cuales bien im portante en el proceso de la interpretación y
dichos hallazgos se desarrollan teóricam ente, pero en la escritura de los hallazgos:
tam bién, fluida y estéticam ente. Así, un cuento, una
historia, una obra de teatro, el relato de un recorrido •*** El dato o registro etnográfico apoya la hipótesis
en tren, cartas, o cualquier otra form a narrativa es o tesis construida sobre él, y a la m anera posi­
posibilitada, estim ulada y potenciada, m ientras se tiva, lo hace textualm ente, tal y com o fue entre­
logre un desarrollo teórico y se dé lugar a una gado por el inform ante, sin ninguna alteración.
com prensión del jo v en . Tam bién se pueden com bi­ La fidelidad al dato es privilegiada. El dato es
nar distintas form as; no hay una exigencia de hom o­ el testim onio fiel que apoya las aseveraciones y
geneidad aunque sí de rigor. explicaciones teóricas que se hagan.

N o es solam ente escribir bonito, ni repetir lo que *1* Desde otra perspectiva es posible hacer m odi­
siem pre se ha dicho de la escuela pero de una ficaciones al registro o dato sin que ello im pli­
m anera estéticam ente linda, poética o novelada; que alteraciones de sentido y significado im por­
tam poco es em bellecer el discurso del adolescente, tantes. N o interesa aquí excluir las m uletillas,
ni lim itarse a describir herm osam ente una realidad. arreglar los térm inos erróneam ente usados, pre­
No es desestim ular el discurso académ ico, pero sí sentar el dato con coherencia lógica. Ninguna de
acabar con esa herencia repetitiva de autores, de estas cuestiones m odifica sustantivam ente al dato
textos, de trabajos que no perm iten ver, pensar ni por lo cual son permitidas. Asi, el investigador
crear. Es hacer converger ía interpretación, ia com ­ puede com binar más fácilmente su relato, con el
prensión y la explicación de la realidad juvenil y relato del joven, a través del dato modificado.
escribirla de m anera grata, am ena y fluida.
«> De una m anera m ucho m ás libre se perm ite
El estilo de escritura es algo tan propio, que va reescribir el dato, reconstruirlo, recrearlo, r e a ­
tom ando lugar en el papel de una determ inada m a­ ventarlo, de acuerdo con los registros, con las
nera sin que uno se lo proponga. La historia y ia observaciones realizadas, con la institución que
ubicación personal van perm itiendo esas m aneras e! investigador tiene en su cabeza. De alguna
de decir y expresar por escrito lo que se piensa, m anera el m étodo de im putación abre cam ino
siente y encuentra de una realidad estudiada. para una interpretación y reconstrucción de m u­
chos datos en un sólo personaje o evento.

Las voces
De acuerdo con lo anterior, el dato -objeto de lectu­
ra. análisis, interpretación, explicación y com pren­
El escrito exige el reconocim iento explícito de sión- es susceptible de ser m anejado de diferente
quién habla: el investigador? el adolescente? Es m anera según la opción del investigador. A tiá n ñ d a
hom bre o m ujer? Es de un curso o de otro? De qué no lo ha realizado de una única form a: los inform es
institución? Todas estas variables agregan singula­ finales revelan el uso de estas tres alternativas de
ridades a lo dicho y son relevantes según lo que se m anejo del dato etnográfico.
quiera m ostrar o desarrollar.
D e s c r ib ir ? e x p l ic a r ? in t e r p r e t a r ?
M uchas veces se construye un adolescente ideal o COMPRENDER?
tipo, con el m étodo de im putación: a él se le atribu­
yen hechos, opiniones, eventos y observaciones de La etnografía posibilita estos distintos niveles. La
otros adolescentes perm itiendo así una m ayor com ­ descripción aparece com o una caracterización de la
prensión del problem a que se deseó abordar. población y sus eventos, un señalam iento de sus

45
características, elem entos y com ponentes más im­ m iento de la escuela com o un segundo hogar, gra­
portantes; un d etalle d e lo que alrededor de un tema cias a los am igos, donde los jó v en es encuentran
puede decirse; es el nivel donde es más fuerte la protección, afecto, estím ulo, seguridad, apoyo, co­
presencia del dato y su apego a él. La explicación m unicación, com prensión, confianza y sinceridad.
supera la descripción al atribuir causas o anteceden­ En un prim er m om ento y a m anera de novela rosa
tes a la aparición d e un fenóm eno. Por su parte, la pareciera que es el m undo lindo, querido y bonito
interpretación engloba en un discurso reconstruido de los adolescentes. N o obstante, adentrarse en los
y articulado por e! investigador los hallazgos de la grupos de am igos perm ite profundizar en las con­
investigación. F inalm ente, la com prensión abarca tradicciones y diferencias planteadas en el espacio
una mirada totalizadora y con sentido del fenóm eno de la interacción hum ana, para cargar de afecto los
investigado otorgándole significado desde su propia odios, las rencillas, las diferencias, las dificultades
dinámica, lógica y racionalidad. y encontrar en el am igo, por esta vía, al ju e z m ás
severo de las actuaciones propias o del otro. Claro
Com o ya se m encionó, al año de trabajo en A d m i­ está que es el grupo de am igos el m ejor estím ulo,
tida tuvo lugar el prim er decantam iento de la infor­ la fuerza y el apoyo para realizar lo que de ninguna
mación recuperada y la prim era elaboración siste­ m anera el jo v en podría hacer solo.
m ática de un inform e que recogía una interpretación
coherente, articulada y con significado sobre la El grupo de amigos tiene su m undo particular: se
realidad investigada. C ada grupo de investigadores, conforman grupos con arreglo a variados intereses que
sobre cada una de las escuelas, creó alternativas de pueden modificarse según las personas o las circuns­
lectura teórica del m aterial así com o form as creati­ tancias; tienen reglas para el ingreso de los individuos
vas de escritura del m ism o. Prim o el tono descrip­ a é! y así misino reglas para mantenerse activos en el
tivo. La discusión de este m aterial, el señalam iento grupo; son de diferente tipo y perm iten variados desa­
de sus vacíos y la apertura de nuevas preguntas a rrollos y actividades a su interior; se fundan en el
partir de él fueron de inm ensa ayuda. Sobre esta secreto.en lasolidaridadyen la com plicidad; subvier­
base descansa la construcción del inform e final. ten la cultura escolar; convierten en valor aquello que
ante los adultos podría ser un antivalor; tienen reglas
de juego; producen aprendizajes específicos, no nece­
sariamente académicos; generan dinámicas sociales
de estímulo personal, liderazgos, com petencias y ha­
7. CONCLUSIONES bilidades que contribuyen a! desarrollo individual y
social de sus integrantes. Y todo esto ocurre al margen
V alga la pena m encionar aquí los hallazgos centra­ de la vida escolar o como com plem ento de ella para
les del estudio, a través de su descripción. Los hacerla grata y placentera.
estudiantes investigadores elaboran por grupos un
informe sobre cada institución y com o responsabi­
lidad mía elaboro otro trabajando sin diferenciar los <(Afecto y conocim iento: D os B arcos que Navegan
datos de las distintas escuelas. Así se resum en los en Disí ¡uta D irección» expresa los vínculos m aes-
hallazgos y los logros investigativos y académ icos
det proyecto8:

8. Por supuesto se dieron muchos logros: el apren­


En primer lugar, «L a C asa de los A m igos» centra la
atención en los grupos al interior de la escuela; una
vez detectado el interés fundam ental de los jóvenes
1 dizaje del proceso investígativo, el conocimiento
del joven, la dinámica de discusión colectiva, el
afecto por el tema, el conocimiento y la investiga­
para asistir a la institución escolar y hallada la ción; en fin, logros que se relegan al silencio, que
relevancia de los am igos com o convocatoria válida, contribuyen a la promoción personal y al enrique­
unánim e y legalizada para el encuentro en el espac io cimiento de la relación investigador-realidad socio
escolar, em erge co m o hipótesis centra! el plantea­ educativa.
f

tro-alum no, a propósito de su saber y de su afecto. entre las diversas asignaturas -que materializan el
Presenta como tesis central la idea de que en la conocim iento escolar-. La valorización está relacio­
institución de educación secundaria investigada, e! nada con la utilidad presente y/o futura de la m ate­
afecto ocupa un espacio im portante en la aproxim a­ ria, según la concepción o imagen particular que el
ción del joven a la vida escolar. Sin em bargo, ese joven tiene de ella y de su capacidad de convertirse,
vínculo no es continuo ni constante: se producen para él. en instrumento útil para algo. Este algo
desencuentros, por una parte y extralim itaciones, recorre variados ámbitos: lo social (m acro y micro),
por otra, no dejando que el afecto ocupe su lugar y lo personal, io profesional, lo laboral y lo familiar.
el conocim iento el suyo, para ingresar el uno en el
ám bito del otro, generando m alestar y dificultad La hipótesis central sostiene que la educación es un
entre los estudiantes. cheque posfechado, representando así la utilidad
futura del conocim iento, a cuyo servicio -y hasta
Con esta base, el escrito contextualiza al jo v en en sacrificio- está el tiem po presente y. por tanto, la
cuanto pertenece a una escuela particular ubicada pertinencia presente de ese conocim iento; sin em ­
en un barrio de clase baja; allí el adolescente está bargo, los jóvenes no saben si el cobro se hará
expuesto a la pobreza y a ciertos eventos que pare­ efectivo o no en e! futuro. La crisis actual de la
cen venir con ella; el pandillism o, el robo, la droga, educación en relación con las dem andas y necesida­
la violencia, la agresión, la incom unicación, la so­ des de la sociedad y el aum ento del desem pleo
ledad, la desintegración fam iliar, los problem as de profesional, harían pensar en el difícil cobro futuro
fam ilia y otros, constituyéndose la institución edu­ de este cheque por parte de los jóvenes.
cativa en el lugar de com pensación de las dificulta­
des del m edio pues el plantel está em peñado en una En el espacio de ¡os desencuentros afecto-conoci­
pedagogía del afecto que ofrezca a los estudiantes, m iento aparecen no solo las m aterias que no repor­
ante-todo, experiencias gratas, am ables, alegres y tan utilidad para los jóvenes sino tam bién los m aes­
cariñosas así se necesite sacrificar, para lograrlo, el tros que inhiben la posibilidad de conocer y las
conocim iento. clasificaciones y rotulaciones sobre el estudiante
que lo inhabilitan para una m ejor aproxim ación al
Pero adem ás, sobresale allí un grupo de adolescen­ conocim iento. La dinám ica escolar está m oviéndo­
tes, quienes han venido creciendo con el plantel y se perm anentem ente entre los encuentros y los de­
son discrim inados en un sentido positivo pero que, sencuentros.
los carga afectivam ente de responsabilidades y sen­
tim ientos de culpa, aunque tam bién les perm ite «A dolescencia y C onlexlo E scolar: Una Relación
privilegios y prerrogativas. Son los jóvenes de no­ sin D iálogo»,&s el título del otro inform e. Una ins­
veno, el grado m ayor de la institución, el que, por titución de bachillerato diversificado perm ite m os­
excelencia, está encargado de dar ejem plo, de ser el trar la incom unicación existente al interior de la vida
mejor, de sentar precedentes en la escuela. escolar: entre m aestro y alum no, entre m aestros y
conocim iento, entre, alum nos y reglam entos. Una
Con relación al conocim iento, en esta institución no institución vertical, heredada del pasado, funciona
parece existir tanto desánim o com o en otros cole­ con base en una pedagogía dogm ática, verticalista,
gios de secundaria. A llí los m aestros, las m aterias y autoritaria y de búsqueda de verdades absolutas
el aprovecham iento del tiem po escolar son directa­ donde el adolescente no es escuchado, no es reco­
m ente proporcionales al afecto que en ese espacio nocido y no participa. U na relación de ese tipo sólo
se entregue y se sienta; eso sí, sin pasarse de ciertos puede producir tem or, m iedo, obediencia, descon­
lím ites que invaden el espacio privado e íntim o del fianza y sum isión pero de ninguna m anera form as
adolescente. creativas de relacionarse con el otro y con el cono­
cim iento. Lo anterior lleva a privilegiar el control,
El escrito d esen trañ ad valor otorgado al conocim ien­ el cum plim iento y la norm a com o valores en sí
to por parte de los jóvenes y establecejerarquizac iones m ism os y no com o instrum entos al servicio del

47
conocim iento y la creatividad. Y tam bién a sobre- gratificante y no placentero es opacado por el m un­
valorar el cum plim iento desde un punto de vista do social del «ludo» quien a m anera de contracultu­
extrínseco colocando frente a la obligación escolar, ra tiene la capacidad de subvertir la cu ltu ra oficial
el castigo, la m ala nota, la sanción y la expulsión los y ponerla en desequilibrio; pero tam bién es un es­
cuales orientan la acción antes que ia actividad pacio de enfrentam iento entre tos jó v en es pertene­
escolar por ella m isma. cientes a cada uno de los m undos, por un liderazgo
o una pertenencia a alguno de los grupos; y, por
Una institución grande, com o la que se refiere en últim o, es el lugar de continuidad de la actividad
este docum ento, y rica en infraestructura física y escolar desde la perspectiva de la escuela y su
ofertas educativas no es aprovechada com o tal: los organización, ante lo cual, el m undo del estudiante
estudiantes consideran a la institución com o un paso «nerd» es un eco.
m ás en el tránsito hacia la universidad quitándole la
especificidad a la diversificación; pero tam bién su­ Los dos m undos no sólo funcionan paralelos: se
fren los estereotipos de las artes allí enseñadas y la entrelazan, se suceden, se oponen, se invaden, se
subvaloración de lo m anual frente a lo técnico y a acallan y por m om entos se cíandestinizan. Existe la
su vez, de lo técnico frente a lo profesional. Desde capacidad para quedarse callado m ientras uno de
este punto de vista tam poco existe un diálogo: la ellos lidera asi com o la capacidad para contraponer­
diversificación com o oferta va por un lado y la le el otro m undo. Esta es la d inám ica escolar desde
vivencia y expectativas de lo jó v en es van por otro, la óptica del adolescente.

«La O disea de Uiises... Un D ía en e¡ C olegio»


Finalm ente. D es-concierto y m elodías escolares
retrata por una parte, un día escolar en e! cual así
plasm a el esfuerzo de com prensión de la escuela
com o se producen situaciones, hechos y eventos
secundaria, centrando la m irada en la relación exis­
tam bién se evocan otros, dando lugar a una presen­
tente entre el tiem po escolar, la dinám ica de la
tación am plia y com pleta de la vida (rutina?) del
institución, la pedagogía que prom ueve y sus apren­
jo v en en una institución secundaria.
dizajes. A partir de la m etáfora de la disritm ia
escolar, com o anom alía del o rganism o escolar, pero
Pero tam bién, contrapone dos m undos claram ente
también, como ritm os diferentes a los que tocan y
existentes en y desde la perspectiva del joven-alum ­
suenan por una parte, los jóvenes y por otra, la escuela
no: la cultura social y la cultura escolar. Tanto al
secundaria, se m uestra la existencia de una pedagogía
interior de cada joven com o entre los jóvenes esco­
del des-concierto, producto de esa disritmia.
lares com o totalidad, existen esos mundos, los cua­
les se contraponen, dialogan, se contradicen, mar­
c h an ju n to s a lg u n o s tra m o s y se separan por Dicha pedagogía alude a una actitud d e asom bro,
trayectos. El m undo social representado en el alum ­ confusión y pasm o ante lo que pasa en la escuela,
no «ludo» y el m undo académ ico en el estudiante pero tam bién a una dinám ica que im pide arm onía,
«nerd» son m undos de características encontradas equilibrio y ritm o, p o r lo cual es difícil asistir así a
que de distin ta m anera se conectan con la institución un concierto escolar. F inalm ente, se vincula esta
educativa y su actividad: protagonizan en espacios pedagogía del des-concierto con los aprendizajes
d ife re n te s , p ero ta m b ié n , m ie n tra s unos -los del estudiante que se convierten en diferentes m e­
«nerds»- lideran en buena parte el tiem po escolar y lodías escolares9. ^
en algunos espacios, los otros -«ludos»- encuentran
su lugar propicio en los eventos no académ icos de
la institución.
9. El resumen de esta parte es tomado del texto Los
La existencia de los dos m undos perm ite la sobre­
vivencia del jo v en en la institución escolar, de tal
form a que lo que parece siem pre aburrido, poco
1 caminos recorridos de Marina Camargo Abello,
con el cual se presentan los resultados de los estu­
diantes investigadores.
Cómo veo mi barrio
Elza María Fonseca Fatkembac
Universidad de Ijuí - Brasil
e relata la experiencia de la investigación realizada por y en una escuela de la
periferia urbana, con la asesoría de la universidad, sobre los problemas del barrio,
especialmente en ío que se refiere a la participación de los alumnos en Ja identifica­
ción de los problemas a través del diagnóstico partieipativo, en la organización de
ellos según el orden de importancia, en el análisis y la reflexión sobre las formas en
que son percibidos por los alumnos, por los padres, por los profesores y demás sec­
tores de la comunidad local.

La Escuela Municipal de Primer Grado Tomé de Souza, localizada en un barrio del


municipio de Ijuí, Río Grande del Sur, con el fin de perfeccionar su proyecto peda­
gógico, de cualificar el trabajo educativo que realiza con sus alumnos y de actuar
como verdadera comunidad escolar, ha buscado la asesoría de la UNIJUl, para rea­
lizar investigaciones y profundizar el conocimiento de aspectos que son importan­
tes para esos objetivos.

La investigación que aquí se relata, sobre "ESCUELA, BARRIO, CIUDADANÍA:


una propuesta de diagnóstico partieipativo" tiene la intención de crear un proceso
que le permita a la escuela conocer más a sus alumnos y el barrio donde viven; un
proceso que acerque, cada vez más a los alumnos, a ios exalumnos, a los padres, a
las madres, y a otros amigos de la escuela, los profesores, funcionarios y directivas,
llevando a todos a asumir, progresivamente, en conjunto, la educación de los niños
del barrio.

Este texto busca relatar y analizar, especialmente cómo fue la participación de los
niños, alumnos y alumnas de la Escuela de Primer Grado Tomé de Souza, en uno
de los momentos de la investigación El diagnóstico partieipativo de problemas del
barrio; mostrar lo que habían producido a partir de la investigación y analizar el
proceso que buscaba integrar diferentes grupos de personas, la Asociación del
Barrio y otras instituciones locales, al discutir asuntos de gran relevancia para la
escuela y la educación de esos niños.

Se trató de estudiar el proceso que las personas, desde sus grupos, van recorriendo
en la casa, en la escuela, en la comunidad y en otros ambientes. Se trata de estudiar
la vida cotidiana de esas personas en lo que se refiere a sus procesos de socializa­
ción. Pero, qué es eso? Qué son los procesos de socialización^.

Desde niños, las personas, para vivir y seguir viviendo, son llevadas a entraren con­
tacto con otras personas, con objetos, con la naturaleza. Aprenden a manipular las
cosas del ambiente donde viven; entran en contacto con las reglas que determinan el
modo de vivir en ese ambiente lo que se permite y lo que se prohíbe; van percibien­
do el modo de vivir de las personas y de los grupos- los más viejos y los más jóve-

56
nes. los hom bres y las m ujeres, tos jóvenes \ los para unos > no para los otros. C onocer lo que esos
niños. Tienen incluso contacto con otras fuentes niños quieren de la vida. Lo que influye ese querer.
que les refuerzan conocim ientos: instituciones
com o iglesias, escuelas, asociaciones, m edios de También, nuestra investigación quiere ayudam os a
com unicación com o la radio y la televisión. percibir cóm o diferentes grupos de personas, por
tener experiencias de vida distintas, van constru­
C om ienzan, entonces, a regular sus vidas con lo yendo m odos distintos de ver las cosas, los am bien­
que aprenden a partir de las experiencias que van tes. las personas y las distintas m aneras de expresar
teniendo y de lo que les va siendo transm itido. lo que ven. La m anera com o se van form ando las
C uando se relacionan con otros, refuerzan sus expe* representaciones en la m entes de las personas.
rie n d a s y sus aprendizajes y pasan a conocer nue­
vas experiencias y aprendizajes. De esta m anera se
van habituando para vivir no sólo dentro de la fam i­
lia, la escuela y la com unidad; se preparan tam bién 1. LAS FASES DE LA INVESTIGACIÓN
para enfrentar m edios m ás com plicados com o el
m undo deí trabajo, de los negocios, de la política.
F ase r m e p a i u t o r /a

N uestra investigación tiene com o uno de sus obje­ En una fase preparatoria discutim os, con las d irec­
tivos acom pañar ese recorrido de las personas, en tivas y los profesores de la escuela, cuáies eran los
una situación particular: la que está siendo viven- m otivos que llevaban a la escuela a querer desa­
ciada por los niños de la Escuela M unicipal Tomé rrollar una investigación. D espués, organizam os
de Souza. Se pretende com prenderla bien. C onocer las ¡deas que habían surgido de la discusión en una
los aprendizajes de esos niños. Ver cuáles son los "propuesta de proyecto" para una nueva reflexión.
aspectos que se volverán im portantes para ellos. C om o el grupo de profesores, después de la últim a
C om parar lo que ellos valoran con lo que otros conversación, encontró que la propuesta daba cuen­
grupos de la com unidad consideran im portante. ta de las necesidades de la escuela, llevam os las
E ntender porqué algunos asuntos son im portantes ideas para una reunión de la com unidad escolar.

57
Los participantes de la reunión discutieron la pro­
puesta de investigación y cuando les pareció que
era im portante realizarla, acordaron pasar a form ar 2. LA DISCUSIÓN DE LOS
parte de la m ism a. PROBLEMAS DEL BARRIO,
REALIZADA POR LOS NIÑOS
S ugerim os incluso, que fuesen invitados ios ado­
lescentes. exalum nos de la escuela, para que se Los niños fueron a una sala con dos investigadoras
integraran tam bién al trabajo. que asesoraron la discusión. Inm ediatam ente des­
pués de que se saludaron y se presentaron, las pro­
F .4SE D E EJECL'CIÓX fesoras sugirieron que lodos se sentaran en circulo,
para que hablaran sobre los problem as del barrio.
D espués de que detallam os m ás el proyecto y acla­ Pero los niños quedaron m edio asustados, se que­
ram os cuáles eran las inform aciones que serían daron bien callados, observando lo que las profeso­
necesarias, com enzam os a preparar un prim er ras decían. A las profesoras se les ocurrió sugerir a
intento de recolección de inform aciones. los niños que form aran yrupitos. de dos en dos. y
conversaran un poco para después decir, en voz
alta y para todo e! grupo, cuáles eran las cosas que
Este prim er intento centró su preocupación en veri­
les parecía que atañen a la vida del barrio, es decir,
ficar cuáles son los p rin cip a les problem as d el
¿cuáles son los principales p m b len ia s del barrio?
barrio, cuáles son las cosas que atañen e incom o­
dan a las personas del barrio, sean esas personas
Se distribuyeron unas fichas de papel y esferos
niños, jó v en es, adultos o viejos.
para que los niños escribiera el resultado de sus
conversaciones. Se distribuyeron revistas, para que
Para verificar eso. la Escuela prom ovió una gran ellos identificaran en los dibujos, problem as com o
reunió que convocó padres, m adres, alum nos, los que ocurren en el barrio. De esta m anera, la
alum nas. exalum nos, funcionarios, profesores „e. ■mayoria de los niños se fue sintiendo m ás a gusto
investigadores. Los padres se reunieron en una (.aunque dos de ellos continuaron sin lograr soltar­
sala, las m adres en otra, los jó v e n e s exalum nos de se) hojeando las revistas con m ucho entusiasm o y
la escuela- en una tercera sala, los niños en una produciendo, en los grupitos, com o se sugirió.
cuarta sala y los profesores en otra.
D espués de todo esto, los niños volvieron a orga­
Todos los grupos trabajaron a partir de una m ism a nizarse en un gran círculo y com enzaron a contar a
pregunta, a saber: ¿cuáles son los p rin cip a les p ro ­ los dem ás y a las profesoras-investigadoras, lo que
blem as que ustedes, habitantes d el barrio Tomé de habian elaborado.
Souza. están viviendo hoy?
L O S CÜXTEMDOS DE U S FICHAS DE LOS S I SOS
C om o y a dijim os, nuestro texto se va a centrar en
el relato y el análisis del trabajo realizado por los *t* La salud en las fam ilias pobres. M uchas
niños, alum nos de la E scuela Tom é de Souza: personas m ueren de ham bre. Las personas
cóm o trabajaron para responder la pregunta, qué están desenipleadas.
respuestas dieron a esa pregunta y cóm o com uni­
caron a los dem ás grupos, el resultado de sus dis­ *** Y tam bién suceden m uchos asaltos.
cusiones. O tros textos deberán contar cóm o fueron
los trabajos desarrollados por los otros grupos para *1* Evitar los accidentes porque los hospitales
re sp o n d erá la m ism a pregunta.
están repletos. P ersonas en la m iseria, sin
ropa, sin com ida y sin dinero para pagar
im puestos.

58
..
•1* N o se separa la basura seca de la orgánica.
1J H am bre 4) Basura
C erca de mi casa hay un río donde botan
, Salud
basura. Al lado de mi casa vive una niña
5) P eleas entre
que m olesta m ucho.
2) D esem pleo vecinos

❖ Falta separar la basura y trabajo colectivo 3) Seguridad


en el barrio. Terrenos y patios sucios. . A ccidentes
A ccidentes. Personas que sufren por falta de
com ida.
D espués respondieron preguntas de los participan­
Personas a las que les falta el pan en la tes de la reunión y pasaron a escuchar lo que otros
m esa. Personas m uriendo de frío, sin techo. grupos proponían.

La reflexión sobre las elaboraciones de los grupo


❖ El cam po no tiene bosque.
con relación a ios problem as de! b a rrio, se dio en
otra reunión, que tam bién se realizó en la escuela,
❖ Peleas que existen casi siem pre en el barrio: com ando con ¡a participación de todos los grupos,
en la fam ilia, separaciones de parejas. m enos de los adolescentes.

❖ Hay peleas en el barrio. Falta separar la


basura.
4. REFLEXIÓN SOBRE LA VISIÓN
DE LOS NÍNOS CON RELACIÓN A
❖ C erca de la casa de un com pañero hay una
niña que m olesta m ucho; su m am á la casti­ LOS PROBLEMAS DEL BARRIO
ga, pero eso no sirve de nada.
Al observar lo que los niños detectaron com o pro­
Después de presentar todos esos problem as, los blem as del barrio, aparece enseguida una pregun­
niños com enzaron a discutir cuáles de estos eran los ta: ¿cóm o los p erciben? ¿C óm o form an esa idea
m ás importantes. Y fuero tom ando los dibujos que sobre la situación de la vida en el barrio a partir de
habían identificado en las revistas que mostraban los problem as que enfrentan en el T om é de Souza?
problem as sem ejantes a los del barrio- recortando y ¿C óm o construyen sus representaciones el m odo
colocando en una cartulina grande. La cartelera de ver y de expresar la realidad de su barrio?
pasó entonces a m ostrar los cinco problem as más
grandes del barrio, según la visión de los niños. Al seguir un poco de cerca la vida de los niños que
vienen participando en (a investigación y al tener en
En el siguiente paso, todos los grupos que participa­ cuenta lo que dicen algunos estudiosos, que intentan
ban de la investigación -padres, madres, alumnos y explicar el desarrollo de! pensam iento en los niños,
profésores- se reunieron en una m ism a sala, y cada podem os identificar dos fuentes la transm isión
uno pasó a comunicar sus elaboraciones a los demás. social y la experiencia propia- por donde esos niños
pueden estar aprendiendo a conocer su barrio. De
Los niños presentaron todo el producto que resultó un lado, la transm isión social, -lo que dicen los
de su proceso de discusión: m ayores, lo que los profesores m uestran, lo que la
Iglesia advierte, lo que la Asociación del barrio
*1* Lo que escribieron en las fichas, transcrito ante­ em prende, lo que la radio y la televisión difunden:
riorm ente.
*¡* "M uchas p erso n a s m ueren d e ham bre
*í* Lo que escribieron en la cartelera, com o se ve •í* "Personas en la m iseria, sin ropa, sin com ida y
en el siguiente cuadro: sin dinero p a r a p a g a r impuestos".

59
v "La sa lu d en las fa m ilia s pobres". De otro lado, com o ya afirm am os, el niño va
aprendiendo a conocer su barrio a partir de la pro­
*> "Las perso n a s sin em pleo
pia experiencia. R ecorre el barrio, ve, oye, conver­
sa con los fam iliares, com pañeros, v ecin o s y otros:
D estacan, inm ediatam ente, los problem as relacio­
nados con la sobrevivencia: el ham bre, la salud, el
**,* "Terrenos y p a ito s sucios".
¿desempleo. La sobrevivencia de los que pasan
ham bre de los "m ás pobres", de los "que no tienen
*> "No se separa la basura seca y orgánica. C er­
pan en la m esa", de los "desem pleados", de los
ca d e m i casa hay un río donde botan b a su ra ”.
"otros".
O ye y se sorprende:
Estos son problem as que se dan en el barrio... El
niño los percibe, escucha, habla de ellos, se co n ­
♦I* "Cuidado con los accidentes p o rq u e ¡os hospi­
m ueve. Pero esos aún son problem as "de los
tales están repletos“.
dem ás". "Mi" grupo (grupo de niños) todavía está
exento de ellos.
•I* "Y también ocurren m uchos a s a lto s"...

Los que viven esos problem as, aunque frecuenten


Tiene el deseo, siente la carencia, percibe el pro­
los am bientes que "yo" (del niño) frecuento, el
blem a que puede tener solución:
am biente de la escuela, por ejem plo, continúan
siendo "los demás".
v "En el cam po no hay bosques".
Es interesante que nos detengam os un poco sobre
❖ "Falla separar la basura y trabajos colectivos
la actitud de los niños en el diagnóstico. Cuando
en e l barrio".
se les pidió organizar p o r orden de im portancia,
"los principales problem as de su barrio", los niños
La seguridad y la basura son problem as que hacen
colocaron "iiam bre/salud/desem pleo" en los pri­
desprestigiar hoy al barrio. Sí se resuelven, va a
m eros lugares. P odem os identificar, ahí, un prim er
m ejorar la vida en el barrio. Va a m ejorar, tam bién,
núcleo de problem as. Son problem as correlaciona­
"m i" (del niño) calidad de vida; la de "m i" (del
dos, ligados especialm ente a la sobrevivencia de
niño) grupo.
las fam ilias. Pero, al hacer esa propuesta, esos m is­
m os niños se excluyen de los problem as.
Son problem as que el niño ve, que sus padres ven,
que la escuela ve, que la A sociación del barrio
Por extraño que parezca, cuando reflexionam os
tam bién ve. C uando algunos de ello s se presentan
sobre eso, algo nos lleva a afirm ar que no podría
ya vienen acom pañados de propuestas de solución:
ser diferente. Estos son problem as estructurales,
que no se resuelven dentro de los límites del
*♦* "Falta separar ¡as basuras y trabajos co lecti­
barrio, ni, tam poco, dentro de los lim ites del m uni­
vos en el barrio".
cipio. Son tam bién problem as que determ inan una
relación de exclusión. D ejar de adm itirlos es im po­
Son problem as cuya viabilidad de solución se per­
sible. Pero adm itirlos com o "mi" (del niño) es asu­
cibe. Si los recursos del barrio no son suficientes
m ir la condición de excluido. Y esa no es la form a,
para em prender esas soluciones, existe el poder
socíalm ente predom inante, que tiene la com unidad
público (la Prefectura, los O rganos E statales,
o del barrio de verse. E specialm ente porque este
Federales) a los cu ales recurrir, existen institucio­
es un barrio que se m oderniza (am plía el núm ero
nes (universidades, asociaciones).
de vías pavim entadas, construye una salacuna,
construye una escuela, am plía otra...) y, de esta A su vez, estos son problem as que se sum an. L a
m anera, pasa a absorber capas de la población con m ism a form a de buscarles una solución, sugerida
condiciones de vida m ás elevadas (aunque, al po r la com unidad, inclusive por los n iños, exige la
m ism o tiem po, vea crecer su periferia).
participación, que se aúnen esfuerzos y responsa­

60
bilidades (el trabajo colectivo. !a negociación, la La m anera com o los grupos se relacionan con los
presión). problem as revela sus valores y reglas, los valores
y reglas que predom inan en su espacio social, en
Por lo tanto, con relación a ese segundo núcleo de un ni om ento dado; lo que es prioritario y lo que no
problem as, la actitud de los niños es otra. Ellos se lo es: lo que puede exponerse públicam ente y lo
incluyen com o grupo afectado por ellos; este que no; lo que se adm ite com o "nuestro" (de los
segundo núcleo de p roblem as "seguridad/acci- colectivos) y lo que no; lo que se puede asum ir y
dentes/basuras"- son problem as tam bién suyos. resolver en conjunto (por los colectivos) y lo que
es de dom inio exclusivo de los individuos, sean
Hay un tercer núcleo de problem as (aquellos que fam ilias o personas.
fueron colocados en quinto lugar, por los niños y
tan sólo por ellos), que se refieren a las relaciones La socialización del niño, en lo cotidiano, hace
entre las personas y que tam bién m erecen com en­ que él pase a interiorizar las costum bres, valores y
tarios: reglas de su com unidad. Pero, la socialización,
sucede en un proceso, gradual. N o corresponde a
*1* "Peleas que ocurren casi siem pre en el barrio. una absorción m ecánica por parte de los m ás jó v e ­
en la fa m ilia , sepa ra cio n es d e parejas nes de lo que es transm itido y experim entado por
los m ayores. Es tam bién una oportunidad de crea­
En este tercer grupo, a veces el niño es parte, a ción, de experiencia, com o habíam os dicho. Por
veces el problem a es de otros. También esto se esa razón se dice que el niño es m ás espontáneo,
puede percibir en otras situaciones: habla m ás, tiene m enos reservas. En el caso de la
investigación, tai vez los problem as de relación -
•I* "Al lado de m i casa, vive una niña que no hace peleas/la niña que m oles- sean m ás grandes, en las
más que m olestar". m entes de los niños, que la auto-censura que ellos
construyen al interiorizar el conjunto de valores y
ó "Cerca de la casa de m i com pañero hay una norm as de! am biente.
niña qu e no hace m ás que molestar. La m am á
le p e g a , p ero eso no sirve de nada". Otro punto que m erece reflexión, se refiere al "lu­
gar" del niño en el barrio.
Si vam os a com parar los problem as identificados
por los niños con los citados por otros grupos de la El principal m arco de referencia para la constitu­
com unidad padres, m adres, profesores- vam os a ción de los grupos que integran nuestra investiga­
encontrar m ucha sem ejanza. E xiste un conjunto de ción. fue la E scuela M unicipal T om é de Souza. a
problem as, en el barrio, qu e ya se constituyen partir de donde se inició el trabajo. Todos los gru­
com o algo socialm ente reconocido. Hasta los jó v e ­ pos tienen una cierta relación con la escuela. Los
nes, que dem uestran una cierta especificidad, en niños, especialm ente, están m arcados por la fama
su form a de ver y sentir los problem as de su que viene construyendo la escuela en razón de su
barrio, refuerzan aspectos com o "salud/seguridad/ práctica pedagógica. Práctica que intenta involu­
basura". crar, de hecho, a los habitantes del barrio, y no se
lim ita a sus alum nos, sino que trata de am pliar su
Sin em bargo, hay cosas que ios adultos no hacen trabajo a una com unidad escolar que v iene luchan­
público, pero el niño sí los expone. Con cuidado, a d o para construir el barrio.
veces com o problem a suyo, otras veces com o "de
los dem ás". Por lo tanto, estos niños se diferencian de los que
frecuentan la otra escuela que existe en el barrio.
También esto nos da elem entos de reflexión. Se Del m ism o m odo, se distinguen de los que fre­
van conociendo las representaciones de los grupos, cuentan las escuelas ubicadas en el centro o en
no sólo a través "de aquello" que ellos hacen públi­ otros barrio de lju í y de los niños que no asisten a
co y de "quien" lo hace público, sino tam bién por ninguna escuela. Si, por un lago, eso diferencia a
lo que se guardan para sus charlas m ás íntimas. los niños de la E scuela T om é de S ouza de otros

61
(gpw'jli-T’r .”-'

niños, por otro les da una cierta identidad -son Las condiciones singulares, que el barrio ofrece a
alum nos de la E scuela M unicipal Tomé de Souza sus adolescentes, tam bién contribuyen a acentuar
y habitantes del barrio-; son alguien, constituyen las carencias "naturales” de ese grupo.
un grupo. El b arrio y diversos sectores del m unici­
pio los reconocen com o tales. Dejaron de estudiar porque necesitaban trabajar,
pero ahora no consiguen em pleo. Pensaron estu­
Al ser reconocidos esos niños, sus condiciones de diar en la noche, estudiar y trabajar, hacer el
circulación, m anipulación de los objetos y sus rela­ segundo grado, pero no hay segundo grado en la
ciones con otras personas y grupos en el barrio se escuela nocturna del barrio. Ir m ás lejos es peli­
vuelven favorables. Son "nuestros" niños... groso.

C om o son "parte", asim ilan con m ayor facilidad Con relación al descanso, tam bién experim entan
las visiones del m undo, los procesos, las relacio­ carencias: están echando basura y botando desper­
nes, los valores, las representaciones, la cultura del dicios industriales en el arroyito donde jugaban;
barrio. Al ser parte, tienen m ás posibilidades de sobre el cam po de fútbol se construyó la salacuna;
acceso y asim ilación de la totalidad de esa cultura. la asociación del barrio no tiene sede social. Si
uno pone m uy alto el equipo, o pasa m ucho tiem ­
Con los adolescentes que habían conform ado el po frente al TV los padres o los vecinos reclam an.
grupo de jó v en es en el diagnóstico de problem as
dei barrio, ya no ocurre Ío m ism o. Ellos fueron A unque en edad se aproxim en m ás a tos niños, el
alum nos de la E scuela Tomé de Souza, pero hoy grupo de adolescentes construyen representaciones
en día, con excepción de una de las niñas del gru­ con respecto a su barrio, bien diferentes a tas cons­
po, ya no lo son. Los que continúan estudiando, truidas por aquéllos. Las condiciones objetivas de
asisten a otras escuelas. Escuelas que no gozan, en vida que experim entan, los llevan a tener una
la com unidad, del m ism o prestigio que la E scuela m anera propia de ver el barrio. H asta cuando iden­
Tomé de Souza. Tanto así, que se luchó m ucho tifican un problem a en el barrio, que coincide con
para que "se abriese el sexto grado en la Tom é11. Y ta situación de otros grupos, com o es el caso de las
aún, hoy día, continúa la lucha por la conquista de basuras, dem uestran una relación diferente con el
los grados séptim o y octavo. m ism o. El problem a, de la form a com o incide
sobre ellos, en lugar de llevarlos a hacer parte,
Por lo tanto, esos adolescentes están construyendo participar de todo, los aparta. Al revés de lo que
su identidad, co m o grupo, to están haciendo, co m o ocurre con los niños, los adolescentes se van cons­
es propio en esta fase del proceso de m aduración tituyendo com o grupo po r la falta de "lugar".
de las personas, a partir de carencias. La prim era
de ellas fue la escuela: ya no son alum nos de la Eso ha contribuido, aunque de form a inconciente,
E scuela Tomé d e S ouza o y a no son estudiantes. a que tos niños quieran perm an ecer m ás tiem po
com o alum nos de la E scuela M unicipal Tom é de
Esta situación se acentúa, para ese grupo de ad o ­ Souza, A su vez ha m otivado a los niños, padres,
lescentes de barrio, por causa del propio proceso m adres y profesores a buscar la am pliación y crea­
de desarrollo d e nuestro país, que no abre espacio ción de m ejores condiciones de funcionam iento de
para todos; que es excluyente. esta escuela. T enem os, allí, un problem a que se
encuentra en la base del proceso de m aduración de
*t* "Tuve que dejar de estudiar p a ra trabajar, p ero los adolescentes y los niños que ataña a nuestra
no consigo empleo; siem pre me exigen experien­ investigación: la "pérdida de lugar", la "pérdida de
cia' y es la prim era vez que voy a trabajar"... reconocim iento", la "pérdida de identidad”. Para
& "C om encé a trabajar, p ero la em presa desp i­ los adolescentes se sitúa com o hecho; para los
d ió a los m ás nuevos, p o rq u e y a no tenia tanto niños, com o posibilidad.
trabajo ",..

62
Sin em bargo, si por un lado esto se presenta com o potencie su acción pedagógica en el sentido de
problem a, por otro y a viene generando gérm enes trabajar esa responsabilidad, la m aduración de
de superación del m ism o: la resistencia a la exclu­ esos niños, es advertirles, así com o a los diversos
sión. Pero no son los adolescentes quienes elevan grupos con ios cuales com parten el acto o proceso
la bandera de resistencia. Son aquellos que aún de vivir, sobre la "dinám ica de exclusión que les
tienen "Jugar" en el barrio y, por lo tanto, la capa­ espera". Sin desconocer o relegar los problem as
cidad de crear un interlocutor para discutir, nego­ que fueron considerados prioritarios en el diagnós­
ciar, reivindicar, presionar; son los no excluidos - tico. por los diferentes grupos de la com unidad,
los niños, padres, m adres, con la ayuda de los pro­ introducir la tem ática en las actividades que lidera,
fesores de la Escuela M unicipal Tomé de Souza-, expiieitando su relación de determ inación sobre
son ellos quienes van creando las condiciones para varios de esos problem as. E sta se puede constituir
esa resistencia a la exclusión. en su contribución a la com unidad para la am plia­
ción de los espacios de resistencia a la dinám ica
E&2S3 de exclusión. Sin terrorism o y sin apartarse de su
función especifica, que es la de trabajar el conoci­
5. CONCLUSIÓN m iento, la escuela puede contribuir al desarrollo
de un trabajo significativo de construcción de la
C reem os que nuestra investigación com ienza a dar
ciudadanía, ju n to a los grupos que m oviliza, al
elem entos para que la com unidad escolar profun­
incorporar a su proyecto pedagógico la tem ática
dice su co nocim iento sobre los procesos de socia­
de la exclusión.
lización, singulares, experim entados por el grupo
de niños en la escuela y en el barrio Tom é de
Esta es una tem ática am plia y aglutinante. Abarca
Souza.
a todos Jos grupos de la com unidad escolar, aun­
O bservam os que las relaciones que esos procesos que haya especificidades en la relación de esos
desencadenan, confrontando a los niños, con d ife­ grupos con la m ism a, com o vim os en el desarrollo
rentes grupos e instituciones, especialm ente en el de nuestras reflexiones". Esta tem ática puede co n ­
barrio y la escuela, vienen contribuyendo a que tribuir a consolidar tos grupos en una dinám ica de
ellos se sientan paite de esta com unidad escolar. A resistencia y acción. En relación con los niños, se
su vez, el hecho de que ese grupo de niños se sien­ puede constituir en un "eje de paso". "Eje" con
ta parte, sea reconocido, tenga un "lugar" en esta potencial pedagógico suficiente para perm itir que
com unidad, lo p reparar para asim ilar con facilidad la escuela trabaje, con sus alum nos, la com pren­
la jerarq u ía de valo res que allí predom ina. sión de los asuntos que sobrepasan los espacios
que hasta entonces ellos no han recorrido, pero a
N uestra investigación viene revelando que la partir de esos m ism os espacios.
Escuela M unicipal Tom é de Souza. desem peña un
papel fundam ental en el reconocim iento de los NOTA
niños que cobija, com o sujetos, y en [a construc­
Asesoraron la discusión ¿le los niños, ia profesora
ción de su identidad com o grupo de esa com uni­
A m igare! Litiz y la a u xilia r ¿le investigación
dad. Por lo tanto, ella ha Igorado m ucho en el
Eiisiane Schonanlie.
desem peño de su papel de contribuir a la "m adura­
ción" de sus alum nos. Se viene dem ostrando tam ­
Bibliografía
bién que tiene un gran poder dentro de la com uni­
dad, poder construido a partir de su desem peño, de H ELLER . A gnes. Sociología de la vida cotidiana.
los procesos de socialización que lidera. El reco­ 3. ed.., Barcelona: Península, 199!. 418p.
nocim iento de eso, si de un lado, puede ser fuente
....................................O cotidiano e a historia. 4. ed.,
de placer, de otro viene a exigir una m ayor con­
Río de Janeiro: Paz e Terra. 1992, 121p.
ciencia de responsabilidad institucional.
JOVCHELOV1TCH. S., G U A R E SC H l, P. (org).
N uestra investigación señala que uno de los cam i­ Textos em representaqoes sociais. Petrópolis:
nos para que la E scuela M unicipal Tomé de Souza Vozes. 1994. 323p.

63
Recordar es vivir
ALGUNAS TÉCNICAS PARA REACTIVAR
LA MEMORIA COLECTIVA
Lola Cendales G. - Educadora de Dimensión Educativa.
Alfonso Torres C. - Historiador. Docente investigador de los Departamentos
de Sociales y Postgrado de la Universidad Pedagógica Nacional.
Bogotá, D.C. - Colombia
MEMORIA E IDENTIDADES COLECTIVAS

m em oria colectiva es uno de los principales factores constituyentes de la


identidad de una agrupación social, sea local, regional o nacional. El repertorio de
representaciones que un colectivo posee de su pasado, así com o sus usos y actuali­
zaciones, alim enta su sentido de pertenencia, orienta sus prácticas presentes y defi­
ne el horizonte de posibilidades de su actuar futuro. Lo ju sto , lo bello, lo válido, lo
correcto, lo viable, lo posible, se definen en buena m edida desde las experiencias >
reflexiones sobre el pasado com partido (G IM E N E Z 1997; C A S T E L L S 1999).

En el caso de los sectores populares, su m em oria colectiva es de especial im portancia


para m antener su cohesión social y continuidad histórica en una condición de subordi­
nación estructural frente a los poderes liegem ónicos. Para éstos, su dom inación está
garantizada, no sólo por los m ecanism os de control político, social e ideológico sobre
la población, sino tam bién m ediante el control de su m em oria, por la elaboración de un
pasado oficial v por la adm inistración del recuerdo v el olvido colectivos
(FL O R E S C A N Ü 1996).

Para el caso de los pobladores populares de las ciudades latinoam ericanas, uno de los
factores constituyentes de su identidad es el haber com partido una serie de experien­
cias en tom o a su trayectoria previa com o inm igrantes, a la ocupación y poblam iento
de su territorio, a la consecución de los servicios sociales básicos, a la solución de
problem as que van asum iendo com o colectivos y al establecim iento de los vínculos
sociales (inform ales y form ales), en torno a las cuales han constituido su sentido de
pertenencia local y su identidad com o p obladores (T O R R E S 2000).

M uchas experiencias y proyectos con poblaciones populares fracasan por desconocer


esta dim ensión histórica de las poblaciones barriales; en unos casos la reducen a un
recuento lineal de acontecim ientos "im portantes" desde el punto de vista de la historia
tradicional, lo cual conlleva a la incom prensión d e ciertas dinám icas, prácticas y
problem áticas de sus habitantes; el desconocim iento de las claves que han posibilitado
su construcción com o colectivo social, lleva a que los pobladores generen resistencia
d e estos a las iniciativas y estilos de intervención.

Por ello, consideram os im portante com partir algunas reflexiones y estrategias


m etodológicas provenientes de nuestra experiencia hace m ás de una década- desarro­
llando o acom pañando procesos- de recuperación colectiva de historias locales y
org an izativ as desde una p ersp ec tiv a de ed u cació n p o p u lar (C E N D A L E S ,
P ER ESSO N y T O R R E S 1990); en particular, tom arem os com o referencia la investi­
gación "M em oria colectiva e identidad local en el M unicipio de S oacha" realizada en
1999 con et apoyo del M inisterio de C ultura.

El enfoque investigativo que em pleam os en este caso, al igual que en los otros, ese! de
la R ecuperación C olectiva de la historia (en adelante, R C H ), m odalidad de produc-

66
ción de conocim ientos que busca re-construir la electrodom ésticos...) que deliberadam ente o no se
historia/m em oria d e h echos y procesos com partidos conservan a nivel personal, fam iliary loca!.
por colectivos p o p u lares (organizados o no)
involucrando activam ente a sus protagonistas; A dem ás, la m em oria colectiva está presente en las
adem ás de enriquecer el saber social sobre el pasado fotografías y otros registros visuales com o los
com ún, la RCH busca fortalecer procesos de m urales, los videos y el cine, así co m o en m ateriales
identificación y organización colectiva (TORRES escritos (diarios personales, actas de las organiza­
1994). En fin, se pretende em poderar los colectivos ciones. recortes de prensa, recibos y facturas...!.
populares al fortalecer su m em oria, su sentido de Pero tam bién está presente en m uchas de sus
p ertenenciay sus lazos sociales. prácticas sociales > culturales que perm anecen en el
presente co m o costum bres y tradiciones (ritos,
fiestas, gastronom ía, ju eg o s) que garantizan la
continuidad cultural y cohesión social de los
pueblos y de los grupos.
LA MEMORIA COLECTIVA Y SU
"ACTIVACIÓN" C om o el sentido que anim a los trabajos de RCH es
fortalecer procesos de identidad y transform ar
La m em oria histórica de un colectivo social es el procesos y prácticas sociales, las técnicas em p lea­
repertorio de recuerdos y olvidos, de sus representa­ das deben ser coherentes con dichos propósitos Es
ciones e im aginarios sobre su pasado com partido, en por ello, que en nuestra experiencia con la RCH ha
tom o al cual sus m iem b ro s construyen sus sentidos sido im portante reconocer y po ten ciar aquellos
de pertenencia, se cohesionan com o entidad social y espacios, prácticas y m ecanism os de activación de
despliegan sus relaciones y prácticas presentes (LE m em oria colectiva, así com o el recrear algunas
GOFF 1994). Es decir, en tre m em oria, identidad y técnicas de recolección de inform ación provenien­
cultura existe una relación circular que se alim enta tes de la tradición investigativa académ ica com o la
m utua y perm anentem ente. historia oral, la historia social y la etnografía
(TO R R E S 1997).
La m em oria colectiva, al igual que la individual no
es un sim ple alm acenam iento y actualización de En las experiencias de recuperación colectiva de
inform ación sobre un pasado com ún, sino un historias locales y organizativas que hem os adelan­
proceso activo de construcción de dicho pasado, tado o apoyado, hem os tenido que inventar o recrear
influido por diversos factores de índole social y algunos "dispositivos" o técnicas de activación de
cultural y basado en una dialéctica perm anente de m em oria, que no se lim itan a "recolectar inform a­
recuerdo y olvido. Por ello, dichos procesos 110 ción" sobre el pasado, sino a recrear sentidos,
pueden verse sólo com o fenóm enos psicológicos; vínculos e identidad colectivos. A lgunas de ellas
son tam bién prácticas cu lturales íntim am ente provienen de reconocer los propios m ecanism os
ligadas a las aspiraciones y tensiones actuales culturales que poseen los pueblos para m antener su
(M ID D LE TO N 1992). Al igual que la historiogra­ m em oria, co m o la tradición oral; otras, son el
fía. la m em oria colectiva es una construcción resultado de ir adaptando técnicas provenientes de
presente y colectivam ente consensuada de un las prácticas investigativas (com o la entrevista
pasado com ún. colectiva) o educativas (com o el ta lle ro las activida­
des de expresión estética).
Dicha "historia com ún" se encuentra no sólo en la
m em oria oral individual de sus m iem bros y en las C om o "recordar" es "volver al corazón", el recuerdo
co n v ersacio n es o rien tad as in ten cio n ah n en te a no sólo en cierra datos del pasado sino m últiples
recordar; tam bién está presente en las m em orias vínculos em ocionales, valorativos y relaciónales
auditivas, olfativas y táctiles, así com o en las huellas con dicho pasado, con el presente y con los dem ás.
que el pasado deja en la estructura física det m ism o Por ello, los dispositivos de activación de m em oria
barrio o población (calles , lugares, casas), en los tam bién buscan reconstruir vínculos sociales y
m uebles y objetos (utensilios, juguetes, ropa. alim entar identidades colectivas; es decir son

67
técnicas conversacionales que reconstruyen reali­ 1. Identificar analizar las representaciones colec­
dades pasadas y activan lazos subjetivos entre tivas predom inantes entre los adultos m ayores
quienes participan. A lgunos de los dispositivos que del m unicipio de Soacha acerca de las perm a­
hem os em pleado son las tertulias y otras técnicas nencias y cam bios m ás significativos de su
conversacionales, los m useos com unitarios, los h istoria contení poránea.
paseos del recuerdo, las audiciones de m úsica del
aver. los festivales de la m em oria, los m apas
2. Prom over proyectos curriculares y pedagógicos
m entales, la elaboración de m aquetas, exposición de
de recuperación colectiva de la historia local por
fotografías, y los talleres.
parte de algunos colegios del M unicipio.
El sentido partieipativo y critico que anim a la RCH,
exige construir tam bién a los sujetos de dicho 3. G enerar y potenciar espacios y dispositivos de
co n ocim iento; d esarro llar sus "com petencias" interacción cultural que posibiliten la divulga­
investigativas; por ello, la activación de m em oria 110 ción y apropiación de la m em oria colectiva
se lim ita al encuentro y conversación sobre el recuperada de la historia de Soacha entre la
pasado com partido; exige m om entos de análisis e población joven esco larizad ad el m unicipio.
interpretación de los recuerdos y los olvidos, y de los
procesos reconstruidos; tal reflexión pasa por la 4. C ontribuir en la construcción y afirm ación de
categorización y organización de la inform ación, la identidades colectivas generacionales -entre la
elaboración de m atrices com parativas, de tipolo­ tercera edad y los jó v e n e s escotares- en torno al
gías. redes y m apas conceptuales y esquem as sentido de p ertenencia territorial al m unícipio de
interpretativos consensuados.
Soacha.

A continuación harem os una breve contextualiza-


ción de ia investigación "M em oria Colectiva e El proyecto, que fue asum ido com o una investiga­
identidad Local en el M unicipio-de Soacha'’: sus ción cualitativa y participatíva se desarrolló a través
objetivos y etapas, para luego presentar algunos de de tres grandes m om entos m etodológicos que
los "dispositivos ó técnicas de activación de m em o­ fueron:
ria em pleados", señalando brevem ente en qué
consisten y algunas actividades llevadas a cabo 1. A ctivación - reconstrucción de Ia(s) m em oria(s)
antes, durante y luego a su utilización. colectiva(s) de actores significativos de Soacha
en el siglo XX.

2. A nim ación de la recuperación colectiva de la


EL PROYECTO "MEMORIA liistoríadesde E spacios E ducativos Form ales.
COLECTIVA E IDENTIDAD LOCAL
EN EL MUNICIPIO DE SOACHA" 3. E ncuentro de generaciones: actualización y
socialización de la m em o ria y la historia y de la
Los objetivos del proyecto, discutidos previam ente identidad local. D ado el carácter de) artículo, no
con los dirigentes de una F undación local de adultos los describirem os: sólo presentam os el siguiente
m ayores (C1AMFA) y que definieron el horizonte esquem a que resum e las fases, m etas esperadas
del trabajo fueron: y actividades realizadas:

68
P L A N DE A C T IV ID A D E S

FASES Y METAS A C T IV ID A D ES

1. Exploración inicial y creación de i. C o rn ad o s con instituciones y personas del m unicipio


condiciones para iniciar el trabajo. ( Alcaldía. Casa de la Cultura. C olegios y escuelas del
m unicipio, con C1AMFA (organización de los adultos
m avores).

2. R econstrucción de la m em oria oral. 1. Id en tifieaeió n d elo srestim o n ian tescJav es,


2. E ntrevistas a profundidad individuales y colectivas.
Producir un relato consensuado 3. C onsulta de archivos de baúl, áíbunes de fotografías y
sobre las representaciones de los fuentes m ateriales.
viejos sobre hechos y sujetos de ia 4. Participación en S em ana C ultural del A dulto M ayor.
historia contem poránea de Soacha, 5. A nálisis de los relatos, redacción del prim er relato
síntesis \ contrastación con los participantes.

3. investigación docum ental. 1. Identificación de acervos docum entales, archivos


m unicipales e institucionales.
Hacer un balance sobre la inform a­ 2. Rev isión sistem ática de fuentes.
ción existente a nivel escrito sobre 3. A nálisis de inform ación.
los tem as destacados en la m em oria 4. S íiu e sis d efm itiv a(M em o riao raly d o cu m en tal).
colectiva oral.

4, R e c u p e ra c ió n c o le c tiv a d esd e 1. Selección de instituciones educativas representativas


espacios escolares. (prim aria-secundaria, casco urbano - nuevos asen ta­
m ientos).
G enerar una dinám ica educativa \ 2, C apacitación a equipo de m aestros interesados y
cultural desde los colegios en tom o elaboración de proyectos de RCH.
a la recuperación de la m em oria 3. D esarrollo de planes de trabajo de recuperación
colectiva local. histórica.
4, Participación en el Encuentro de G eneraciones.

5. Encuentro de generaciones en tom o 1. A ctividades en las instituciones escolares (E xposiciones


a la m em oria colectiva y la identi­ fo to g ráficas, m urales, m aquetas, rep re sen tacio n es
dad local. dram áticas...).
2. A ctividades en la Fundación Tercera Edad (Tertulias,
A partir de eventos educativos, m useo. paseo dei recuerdo, serenata, m oda de la época).
artísticos y festivos, propiciar un 3. A ctividades en coordinación con el M unicipio y la C asa
espacio de expresión y reflexión de la C ultura (Festival del Sol y de la L una, Exposición
sobre la historia y la identidad local. F otográfica y M useo itinerante).
4. B alance de actividades.

6, Balance interpretativo de la expe­ t . S istem atización y Evaluación del Proyecto.


riencia y síntesis global. 2. Redacción d e inform e Síntesis final.
3. P resentación del tra b a jo re a liz a d o a lo s a d u lto s y jó v e n e s
que participaron durante el proceso.
4. E ntrega del Inform e Final.

69
Ahora si y para term inar, presentam os algunos de ios 30 de agosto y el 1! de septiem bre y tenía com o
"dispositivos o técnicas de activación de m em oria" objetivos:
em pleados en el Proyecto: el m useo del ayer, el
paseo del recuerdo, las tertulias y los conversatorios. • R e u n ir m aterial ico n o g rá fic o y m o b iliario
representativo de la vida cotidiana del m unicipio
en la prim era m itad del siglo XX.
• S ocializar frente a las autoridades y a la población
de! m unicipio los avances del proyecto en cuanto
EL MUSEO DEL AYER recuperación de la m em o ria colectiva de su
pasado.
Esta técnica o dispositivo está basado en el hecho
• G enerar un prim er espacio de interacción entre
cotidiano de reco rd ar no sólo a través de la evoca­
los depositarios de la m em o ria tradicional de la
ción individual o la conversación con otros, sino a
historia del m unicipio y las nuevas oleadas y
través de los objetos que guardam os y conservam os
generaciones de soaeluinos.
com o testim onio del pasado. C uando deliberada­
m ente los colectivos deciden conservar y disponer
*1*Preparación
algunos objetos para hacer m em oria com ún, se van
configurando "com unidades de recuerdo" que
La preparación de la exposición im plicó la realiza­
generalm ente alim entan procesos de construcción
ción de las siguientes activ idades:
de identidad.
• M otivación a los ancianos para llevar fotografías
Es el caso de los M useos com unitarios, los cuales
y cachivaches del ayer.
son una exposición de objetos, docum entos,
fotografías y otros m ateriales físicos o audiovisuales
A unque en las tertulias, entrevistas y dem ás
sobre la historia de una localidad, un barrio o una
actividades de reconstrucción de m em oria se les
o rg an izació n c o m u n ita ria : g e n e ra lm e n te son
fue planteando a los testim oniantes la posibilidad
diseñados y m ontados por los propios protagonistas,
de organizar una exposición de objetos y fotogra­
en el contexto de una recuperación colectiva de la
fías antiguas, la program ación de la Segunda
historia.
S em ana C ultural. D eportiva y R ecreativa de los
A dultos M ayores convocada p o r la A lcaidía y
El m ontaje de la exposición requiere, en el m ejor de
organizada por el C’I AM FA nos llevó a concretar
ios casos, que el proyecto de reconstrucción históri­
la propuesta: se convocó a las personas m ayores
ca haya alcanzado cierto nivel de avance: que ya se
del m unicipio a llevar dichos objetos durante
hayan definido los tem as o problem as eje del
unos d ías de la sem ana prev ia al evento.
trabajo, se hayan identificado fuentes inform ación e
iniciado su recolección; es decir se debe contar ya
• Recepción de los objetos y llenado de la ficha
con m aterial escrito (actas de fundación, escrituras,
testim onial.
volantes...}, iconográfico (fotos, dibujos, lám inas}y
m obiliario: utensilios y objetos significativos de la
No se pretendía sólo recolectar piezas para
vida cotidiana de la población u organización.
exponer sino contextualizarlas históricam ente y
valorar e! significado para sus poseedores. Por
A continuación resum im os una experiencia de
ello, la recepción de cada objeto y fotografía iba
m useo com unitario realizada en el contexto del
acom pañada de una m icroentrevista sobre sus
proyecto "M em oria colectiva e identidades locales
usos, características y v alor afectivo o histórico
en el M unicipio de Soacha":
con relación a la vida pasada de Soacha.

M useo d el a y e r : "m e m o r ia m a de soacha "


Ejemplo:

La exposición fue realizada en el contexto de la C uando me vine del cam po m e traje este
Sem ana Cultural, D eportiva y R ecreativa de los " g a ra b a to "p a ra colgar la loza, este "calaba­
A dultos M ayores organizada por C1AMFA entre el zo " p a ra guardar lasa!, la "m ochila" de fiq u e

70
p a ra cargar ei fia m b re ", la plancha de carbón conversaciones con los visitantes desde sus
y el fu elle. " inquietudes y preguntas.
• D esm onte de la E xposición y devolución de los
A sí, se obtuvieron objetos y fotografías que liabía objetos.
que organizar de tal m odo que posibilitara un
diálogo entre visitantes y el pasado del m unicipio, ❖ Evaluación de la experiencia y análisis dei
m ediado por la Exposición. saber histórico construido

R ealización del guión e instalación de la exposi­ Una vez desm ontada la exposición se hizo una
ción con apoyo de la Secretaria de C ultura del reunión para agradecer a tas personas su colabora­
m unicipio. ción y para conversar sobre lo que había significado
la experiencia en cuanto a am pliar sus recuerdos
Se agruparon los objetos y las fotografías en torno personales, a re encontrarse con viejos am igos y a
a las actividades que evocaban; el trabajo, la v ida poder entablar un diálogo con sus jóvenes parientes
cotidiana en los hogares, las tiendas y el com ercio y nuevos habitantes dei m unicipio.
y. por últim o, las festividades y los acontecim ien­
tos claves de la historia de S oachaen este siglo. Asi m ism o, el equipo responsable organizó la
inform ación que se había generado en torno al
A cada objeto se le hizo un texto que lo acom pa­ evento, valoró su contribución al proceso de
ñara y se distribuyeron conform e a las tem áticas reconstrucción histórica y se incorporó a lo ya
señaladas y a las posibilidades de espacio físico escrito.
de un salón de la C asa de la Cultura, facilitado
para ello. En el m ontaje m aterial de la exposición
se contó con la colaboración de la S ecretaria de
C ultura del m unicipio y de bachilleres de colegios
EL PASEO DEL RECUERDO
del m unicipio que prestan su servicio social allí:
ello s recibieron las piezas a exponer e instalaron
O tro dispositivo de activación de m em oria colectiva
la exposición conform e a las tem áticas y criterios
que hem os utilizado en varios proyectos es el
señalados.
recorrido a lo lago de diferentes lugares significati­
vos de la historia del barrio, la localidad, el m unici­
Se le pidió el favor a algunos testim oniantes y
pio o la región, en ta cual participan testim oniasteis
prestadores de objetos para que estuvieran
presentes en la exposición durante las tardes que sabedores de la historia de cada sitio o trayecto, el
durara. Varios se anim aron a ser "guías del m useo equipo anim ador del proyecto y otras personas
del ayer". interesadas, ya sea n iñ o sy jó v e n e se s c o la re s u otros
m iem bros de la com unidad.
Realización
La noción de territorio im plica no sólo la existencia
A cto de inauguración de la Exposición con la de un espacio físico ocupado por un colectivo social,
participación de los ancianos que prestaron sus sino tam bién el conjunto de relaciones y significa­
pertenencias y dem ás participantes de la Sem ana dos construidos en torno a él; por ello, en casi todas
Cultural. las culturas (por ejem plo las indígenas andinas) es
m uy im p o rtan te re c o rre r p e rió d icam en te los
V isitas guiadas por tos ancianos que prestaron sus territorios propios, establecer m ojones y sitios
objetos. sagrados que señalan los lím ites y lugares que
representan lo propio. Lo que se busca con este
La E xposición generó gran entusiasm o de los dispositivo al recorrer cam inos y sitios claves es, a la
ancianos quienes invitaron a fam iliares y vecinos. vez que hacer m em oria de lo que allí pasó, tam bién
Los adultos m ayores sirvieron de guías que afirm ar sentido de pertenencia territorial y ocasión
am pliaban la inform ación escrita y establecían para el encuentro.

71
*¡* Preparación sitio am plio y agradable para com p artir el alm uerzo)
y la em presa [callan tasen la zona industrial.
En prim er lugar, fue necesario clarificar en qué
m om ento del proceso y para qué se realizar! En cada sitio visitado el testim oniante encargado
a la actividad. El relato de algunas experiencias, las hizo una breve exposición, presentó algunas
conversaciones inform ales nos ayudaron a identifi­ anécdotas, datos históricos y habló de la im portancia
car sitios, establecer algunos criterios y tom ar del sitio en relación con el m unicipio. En las hacien­
decisiones que garantizarían el éxito del "paseo": das fue un profesional de la C asa de la C ultura quien
hizo la presentación por ser un conocedor y estudio­
• El evento se hizo en la fase de "el encuentro de so del tema. Entre un lu g a ry el siguiente, la conver­
generaciones"; por tanto, se invitó a quienes sación continuó, y nosotros fuim os registrando la
habían participado en el proceso de reconstruc­ dinám ica vivida en cada lugary en los recorridos.
ción de la historia de S oacha para que ellos a su
vez fueran acom pañados de un joven: nieto, El program a se organizó de tal m anera que hacia el
sobrino, vecino. Tam bién se invitó a jóvenes de m ediodía se dispuso de un tiem po com partir el
algunos colegios vinculados a las actividades alm uerzo.
culturales en el m unicipio. Se pidió que todos
llevarane! alm uerzo. *> Y después...
• Una vez definidos los sitios y ¡a rula se elaboró el
mapa y se sacaron fotocopias para entregar a Al finalizar el recorrido, se propició una conversa­
todos los participantes; se seleccionaron los ción de balance reflexivo de (a experiencia. Los
adultos m ayores que hablarían en cada sitio y participantes valoraron el espacio de encuentro e
conversó previam ente con ellos para acordar intercam bio generacional, el am biente de acogida y
tem as o aspectos en los que se iba a enfatizar. de respeto: algunos, sobre todo lo jóvenes, expresa­
• Uno de los organizadores contrató los bu.ses y ban que a pesar de haber nacido y vivido en Soacha
conversó con los conductores para que estuvieran no conocían algunos sitios, sólo los habían oído
enterados de las características del evento. Asi m encionaren la casa o en la escuela.
m ism o se prepararon grabadoras, libretas para
reg istrar inform ación y cám ara fotográfica R om per con la rutina, encontrarse en otros escena­
(donde ha sido posible se ha llevado (lim adora). rios, descubrir valores de parte y parte, sentir que los
• Ya sobre la m archa nos dim os cuenta que hizo sitios hablaban a través de los testim oniantes,
falta llevar un m egáfono para que todos los reconocer que el territorio y el paisaje form an parte
participantes pudieran escuchar con facilidad. de la identidad, fueron algunas de las expresiones y
com entarios que se hicieron al finalizar la jornada.
En todos los casos en que hem os realizado esta
actividad, por lo m enos algunos de los organizado­
res conocen los sitios o realizan el recorrido con
anterioridad para hacer los ajustes o cam bios
necesarios.
LASERENATA

• Realización La m úsica es un elem ento de identificación genera­


cional; cantar o tararear las m ism as canciones, sentir
Llegado el día nos congregam os todos en el parque que tienen gustos parecidos, que vibran por lo
principal: una vez ubicados en los buses los organi­ m ism o, crea sentim ientos de aceptación y de
zadores hicieron una am bientación recordando los pertenencia a un m ism o grupo social.
objetivos de la actividad y se entregaron los m apas,
se precisó la ruta y se hicieron algunas recom enda­ La m úsica perm ite com partir m om entos de alegría,
ciones para tener en cuenta durante el recorrido. En de tristeza, evocar personas, m om entos, lugares; la
el caso de Soacha los sitios visitados fueron: El m úsica tiene que ver con la sensibilidad, con la
Cem enterio, Las H aciendas (2), el S alto de historia y la cultura de un pueblo en una determ inada
Tequendam a. El Charquito (donde se escogió un época; por todo esto, la serenata fue escogida com o
una actividad significativa para los objetivos de! com entarios giraron en to m o a la historia de
trabajo. Fulgencio G arcía y La gata goloza, canción que
fue com puesta para S oacha (según decían,
*Í*P reparación inicialm ente se llam ó S oachita) y que después
llegó a ser el pasillo que identifica a Bogotá.
Para lograr un am biente acogedor se realizaron las * En el tercer m om ento, después de haber com parti­
siguientes actividades: do el refrigerio se interpretaron varios pasillos y
canciones que pidieron los adultos: Vino Tinto,
• C onsecución de un sitio adecuado. La C asa de la Los Filipichines. L os Cucaracheros, etc., etc.....
C ultura facilitó un salón que se am bientó con Esta parte se prolongó m ás que las anteriores y
flores, luces, m anteles y una disposición adecua­ algunos adultos m ayores se anim aron y la
da de las m esas. serenata term inó en baile.
• D efinición de una hora conveniente para ios
adultos m ayores. D espués de algunas consultas se ❖ E valuación
acordó re a liz a re le v e n to d e ó p.m, a 8:30 p.m .
• Selección de los m úsicos. Se escogió un "trio" A lgunos días después se conversó de m anera
que interpretaba m úsica de cuerda, porque uno de informal con algunos de los participantes. Los
sus integrantes el violinista- era un adulto m ayor jóvenes expresaron su adm iración y satisfacción al
natural de Soacha, conocedor de la m úsica de ver a los adultos m ayores cantar, seguir el ritm o,
antaño. tararear canciones y conversar en form a tan anim a­
• Selección del repertorio. La m úsica que se iba a da, A lgunos nunca habían visto a sus abuelos o
interpretar debía corresponder m ás o m enos a los vecinos en este plan.
años 40 (del siglo pasado), época en que los
adultos m ayores eran jóvenes. Para los adultos m ayores fue un espacio para
recordar > com partir historias de viejos tiem pos.
Se acordó ofrecer a los asistentes una bebida Nosotros, adem ás, d e disfrutar del encuentro
caliente con queso y la tradicional alm ojábana. tuvim os la oportunidad de recoger una valiosa
inform ación.
Una sem ana antes se inform ó a los adultos m ayores
para que asistieran acom pañados de un joven, que
pod ía ser un fam iIiar. am igo ó v ecin o .
LAS TERTULIAS Y CONVERSATORIOS
• Realización
C O N l ’ERSA TO RSO S D E T E ST IM O N IA N T E S A D U L TO S
Antes de iniciar la serenata, los organizadores
M A YO R E S C O N P R O F E S O R E S V O L U N T A R IO S )'
presentaron un saludo de bienvenida, a los asistentes
JO V E N E S B A C H IL L E R E S .
e hicieron referencia a los objetivos de la actividad.

La serenata se realizó en tres m om entos, cada uno de Estos dispositivos pretendían, por una parte, generar
los cuales estuvo seguido por los com entarios de los un espacio de encuentro intergeneracional en tom o a
asistentes. la historia de S oacha durante la prim era parte del
siglo XX y la actualidad y, por otra, identificar las
• En el prim er m om ento se interpretaron: Chaflán. diferencias y sim ilitudes en el m odo de asum ir y
Tristezas d e l alma. Que vivan los novios, entender algunas prácticas e instituciones de la vida
Esperanza. Los com entarios giraron en torno a las social soachuna.
fiestas, los bailes de la época, los conjuntos de
música, la Banda M unicipal, las vitrolas, los ❖ P reparación
nov iazgos y las serenatas.
• En el seg u n d o m o m ento se interpretaron: Se invitó a adultos m ayores que habían participado
Cachipay, Negrita, B arrilito, L a g a ta goloza. Los com o testim oniantes, en la fase de reconstrucción de
la historia de S oacha, a jó v en es y profesores que

73
habían participado en algún m om ento del proceso. la ilum inación y ubicarse con facilidad; se preparó
Se prepararon algunas dinám icas grupales para lo necesario para la fogata, el chocolate y las arepas.
propiciar el encuentro, la confianza y la conversa­ Unos tres días antes se hizo "correr la bola" entre los
ción fluida. vecinos de los barrios y se preparó grabadora y
cám ara fotográfica para registrar ios testim onios.
❖ Realización
❖ Realización
Se realizaron dos tertulias una con algunos m aestros
de escuelas de C azucá que se desplazaron hacia el Después de las 8 de la noche, cuando ya todos se
Centro Histórico del m unicipio: la otra con algunos habían desocupado de las labores de la com ida en
jó v en es y niños invitados que habían participado en sus respectivas casas, fueron llegando los vecinos, y
actividades de reconstrucción. con los asientos que traían d e sú s casas, o acondicio­
nando algunos con los m ateriales que allí se encon­
En la prim era, después de una presentación y traban, se fueron ubicando y poco a poco fue
aclaración de los objetivos del encuentro, se prendiendo la fogata y la conversación.
propició una conversación inform al, en la cual se
centró la atención en cóm o era la educación antes y Así. m ¡entras se m antenía el fuego, se preparaba y se
cóm o es hoy. T am bién se dialogó sobre cóm o los com partía el chocolate, los adultos m ayores fueron
viejos soachunos veían a los nuevos habitantes y contando cóm o habían llegado sus fam ilias a ese
cóm o éstos veían ai m unicipio. sector, cóm o habían conseguido la vivienda, cóm o
se form aron los prim eros barrios... D espués perso­
En la segunda tertulia, se contó con una nutrida nas de diferentes edades y estratos sociales contaron
participación de jó v enes y adultos. A partir de una cóm o vivieron el m om ento del terrem oto y qué
dinám ica grupal se form aron parejas de un adulto y había pasado en los m eses siguientes a la catástrofe.
un joven; luego de una breve conversación, cada Las historias se fueron entretejiendo, se fueron
participante presentó a su pareja. Luego se formaron evocando m om entos de dolor y pérdida, pero
grupos de interés que conversaron sobre los siguien­ tam bién expresiones de m ucha solidaridad.
tes temas:
Las llam as se fueron apagando. los vecinos se fueron
• C óm o eran antes y cóm o son ahora los niños y los despidiendo, pero ¡a conversación continuó para dar
ju eg o s de Soacha. sentido a la vida, fortalecer lazos de vecindad y para
• C óm o eran los noviazgos y rom ances entre no dejar apagar la luz de la esperanza.
jó v en es antes y ahora.
• C óm o era el trabajo cotidiano antes y ahora. ❖ Balance
• Cóm o eran las m ujeres y sus roles antes y ahora.
A pesar de la diferencia de edades, el interé
1.-15 C H O C O L A TA D A S , L W E S P A C IO s por la convocatoria m anifestado por los participan­
PARA C O N V E R S A R E N T R E V E C IN O S tes y el am biente generado, estas tertulias y conver-
satorios fueron un éxito. M uy pronto se generó un
En otra Recuperación de M em oria Colectiva, con los am biente de confianza en el cual no sólo se contaban
habitantes de la Z ona Uno de A rm enia, ocho m eses lo que sabían de los tem as tratados, sino que tam bién
después del terrem oto, por iniciativa de los poblado­ se generaron polém icas do n d e se hacían valoracio­
res que participaban en este trabajo, se organizó una nes y discusiones respetuosas.
"chocolatada" con el fin de conversar entre vecinos
sobre ¡a historia de los barrios de este sector. En los dos prim eros casos se dejó un últim o m om en­
to para evaluar las jo m ad as. Se reclam aba que
• Preparación desafortunadam ente se han venido perdiendo los
espacios fam iliares p ara co n v ersar sobre las
Se escogió un sitio adecuado (un lote) donde los costum bres pretéritas y actuales: tam bién que el
vecinos, (por ia h o ra -8 p.m .), pudieran acondicionar poder oír a los otros, puede a y u d ar a com prender

74
actitudes diferentes frente a situaciones específicas los referente a! saber histórico generado, a los
que pueden evitar m uchos conflictos iutergenera- vínculos y lazos activados, a los referentes de
cionales. identidad trabajados y en los cam bios p ercibidos en
tos participantes. U na vez transcrita la inform ación
En estos casos, com o en todas las actividades obtenida debe analizarse conform e a los objetivos y
realizadas, el encuentro se acom pañó con tinas las categorías definidas por la investigación.
onces (chocolate con arepa o m asato y alm ojábanas)
que afianzaba el clim a fam iliar y confirm aban la
hospitalidad de la Casa del A dulto Mayor, en e! caso
del trabajo en Soacha, o de los vecinos en el caso de BIBLIOGRAFÍA
A rm enia. Al finalizar cada tertulia, los ancianos y
jó v en es continuaban conversando inform alm ente CASTELLS Manuel, La era de la información. Vol 2: El
más allá de lo previsto por nosotros. A lgunos nos poder de ía identidad. Siglo XXI México 1999,
contaron luego que en sus casas propiciaron
espacios sim ilares com o el buscar fotos o álbunes C E N D A L E S Lola. Mario Peresson y Alfonso Torres. Los
fam iliares, en tom o a las cuales propiciaron charlas otros también cuentan. Elementos para una recuperación
colectiva de la historia. Dimensión Educativa Bogotá
entre los m ayores y los jó venes de cada hogar.
1990.
Colectivo de Dimensión Educativa. Aportes # 30: Mate­
riales para una historia popular. Bogotá 199!.

A MANERA DE RECOMENDACIÓN FONTANA Josep. Historia. Análisis del pasado y


proyecto social. Critica Grijalbo. Barcelona 1982.
Para term inar, podríam os decir que son las conversa­ DE CERTEAU Michel. La escritura de la historia. U1A.
ciones inform ales del com ienzo las que perm iten MéxicoDF 199?______________________________ ___
identificar rutinas, espacios y m om entos naturales
para contextualizar las técnicas o dispositivos GIMEMEZ Gilberto. "Materiales para una teoría de las
previstos; así la propuesta m etodológica se va identidades sociales". En: Revista Frontera Norte
Volumen 9 # 18. diciembre 1997.
construyendo en ía interacción teniendo com o
referente el diseño inicial. GNECCO Carlos y Martha Zambrano. Memorias
hegemónicas. memorias disidentes. ICANH, Bogotá
Durante todo el proceso se debe m antener un 2000.
am biente de confianza, un clim a afectivo que haga
MIDDLETON David y Edward Derek. Memoria
posible com partir la palabra y en definitiva la vida. compartida. La naturaleza social del recuerdo y el olvido.
Una serie de factores contribuyen a esto: el sitio de Paidos, Barcelona 1992.
reunión, la hora, el am biente, que conjugados,
perm iten m antener vivo el interés y cierta novedad, SHARPE Jim. "Historia desde abajo”. En: Formas de
sin las cuales e! m ejor de los diálogos puede concluir liacerhistoria. Alianza. Madrid 1994.
antes de lo previsto. TORRES Alfonso. "Recuperando la historia desde abajo.
Enfoque y cuestiones metodológicas” . En Cuadernos de
Los encu en tro s in terg eneracionales realizados Filosofía latinoamericana #60. USTA Bogotá 1994.
perm itieron ver que hay otras form as de conocer
_______ . Enfoques cualitativos de investiga­
m ás ligadas a los sentidos, a los sentim ientos, a tas
ción social. UÑAD, Bogotá DC ! 996.
em o cio n es: c o n te m p la r un paisaje, escu ch ar
música, co m p artir una com ida, ver una fotografía . "Identidades barriales e identidades
son otras form as de aproxim arse a la realidad. subjetivas”. En Folios # 10. Revista de la Facultad de
Humanidades de la UPN. Bogotá DC 2000.
Las técnicas o dispositivos presentados pueden ZERMEÑO Guillermo, "Condición de subaltemidad,
recrearse, com plem entarse con otros y ubicarse en el condición postmoderna y saber histórico: 'Hacia una
contexto de jo m ad as m ás am plias, en todos los casos nueva forma de escritura de la historia?”. En: Historia y
e! equipo responsable debe evaluar la actividad en grafía# 12. UIA. México DF 1999.

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