Este análisis por sus siglas conocidas también como HAZOP (Hazards and Operability Analysis) se
basa en analizar en forma metódica y sistemática el proceso, la operación, la ubicación de los
equipos y del personal en las instalaciones, la acción humana (de rutina o no) y los factores
externos, revelando las situaciones riesgosas.
Es un trabajo de equipo realizado por un grupo multidisciplinario de expertos que involucra una
tormenta de ideas coordinada por un especialista en este análisis. Para cada riesgo identificado, se
determina su probabilidad y severidad de ocurrencia y se realizan recomendaciones para mitigar o
eliminar dichas situaciones peligrosas.
Campo de aplicación
4. Determinar las fallas potenciales de cada paso, determinar sus efectos y evaluar
su severidad
Existen múltiples tipos de fallas y estas se presentan tanto en el análisis del diseño
como en el análisis del proceso, por ejemplo:
Por ejemplo:
Una vez se listan todas las fallas y los efectos, se procede a calificar la severidad
(gravedad) de los efectos potenciales. Puede utilizarse la siguiente escala como
guía:
Es necesario considerar que en caso de que una falla tenga efectos (cliente /
proceso) con calificaciones diferentes, debe asignarse el mayor valor de severidad
de los efectos.
5. Indicar las causas de cada falla y evaluar la ocurrencia de las fallas.
En este paso se deben relacionar las causas asociadas a cada falla identificada en el
paso anterior. Además, se debe evaluar la ocurrencia de las fallas.
Por ejemplo:
6. Indicar los controles (medidas de detección) que se tienen para detectar
fallas y evaluarlas
Por ejemplo:
7. Obtener el número de prioridad de riesgo (RPN) para cada falla y tomar
decisiones
El número de prioridad de riesgo, también conocido como RPN, por sus siglas en inglés
(Risk Priority Number), es el producto de multiplicar la severidad, la ocurrencia, y la
detección o detectabilidad. El RPN es un número entre 1 y 1000 que nos indica la
prioridad que se le debe dar a cada falla para eliminarla.
Por ejemplo:
Por ejemplo:
En este caso se han sugerido acciones correctivas orientadas a las fallas y a las
causas. Sin embargo, puedan establecerse acciones correctivas, preventivas y de
mejora, enfocadas tanto a las fallas, a las causas, como a los controles de
detección.
Por ejemplo:
Tal como se mencionó anteriormente, el AMEF constituye un documento dinámico,
que admite múltiples revisiones, observaciones y calificaciones de acuerdo al
devenir de los procesos. Así mismo, se convierte en una fuente invaluable de
información relacionada con los equipos, que puede utilizarse tanto para el
despliegue de acciones de prevención, corrección y mejora; como para la
capacitación y formación del personal en temas relacionados con los equipos y los
procesos.