Las ideologías suelen constar de dos componentes: una representación del sistema, y
un programa de acción. La representación proporciona un punto de vista propio y
particular sobre la realidad vigente, observándola desde una determinada perspectiva
compuesta por emociones, percepciones, creencias, ideas y razonamientos, a partir del
cual se le analiza y compara con un sistema real o ideal alternativo, finalizando en un
conjunto de juicios críticos y de valor1 que plantean un punto de vista superior a la
realidad vigente. El programa de acción tiene como objetivo acercar en lo posible
el sistema real existente al sistema ideal pretendido.
Por su receptividad frente al cambio, hay ideologías que pretenden la conservación del
sistema - conservadoras-, su transformación radical y súbita -revolucionarias-, el cambio
gradual -reformistas–, o la readopción de un sistema previamente existente -restaurativas-
Medio siglo más tarde, el concepto se dota de un contenido epistemológico por Karl
Marx, para quien la ideología es el conjunto de las ideas que explican el mundo en cada
sociedad en función de sus modos de producción, relacionando los conocimientos
prácticos necesarios para la vida con el sistema de relaciones sociales; la relación con
la realidad es tan importante como mantener esas relaciones sociales, y en los sistemas
sociales en los que se da alguna clase de explotación, evitar que los oprimidos perciban
su estado de opresión. En su célebre prólogo a su libro Contribución a la crítica de la
economía política Marx dice:
Su origen se sitúa en el interés personal, de acuerdo con las necesidades que sustentan
socialmente un determinado pensamiento. Se separa y disocia de la realidad, porque la
manipula en forma de propio interés.
Sartre, por su parte, introduce una idea de «ideología» completamente diferente. Para
Sartre la ideología es fruto de un pensador «creador», capaz de generar un modo de ver
la realidad.
Por otro lado, Willard van Orman Quine trata la relación entre los objetos exteriores, de
ahí fuera, y los sujetos interiores, de ahí dentro. En otros términos, liga la ideología a un
modo razonado de considerar la ontología.4
A finales del siglo XX, sin embargo, se entra en una época de infravaloración de lo
ideológico, de la mano de las ideologías conservadoras, de forma que algunos han
proclamado el ocaso de los ídolos, como "El fin de las ideologías".5 incluso proclamado
el triunfo del pensamiento único y el "fin de la historia" o el "choque de civilizaciones".
La ideología como falsa creencia debe estudiarse en términos de su lógica degradada, más
que en la filosofía de la que se deriva. Sin embargo, es difícil comprender cuándo y en
qué términos una filosofía pasa a ser ideología. Max Weber afirma que las filosofías se
seleccionan primero para ser ideologías después, pero no explica, cuándo, cómo y por
qué. Lo que sí podemos asegurar es que existe una relación dialéctica, es decir de
discurso, entre ideas y necesidades sociales, y que ambas son indispensables para
configurar una ideología. Así nace el interés y las necesidades sentidas por el cuerpo
social (o un grupo de éste); no obstante pueden fracasar por no tener ideas claras que lo
sustenten. Al igual que hay ideas que pueden pasar inadvertidas por no ser relevantes para
las necesidades sociales, se requiere una falsa creencia aparentemente útil para que sea
ideología.
Marx, en su Crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel, señala lo siguiente:
...Es cierto que el arma de la crítica no puede sustituir a la crítica de las armas, que el
poder material tiene que derrocarse por medio del poder material, pero también la teoría
se convierte en poder material tan pronto como se apodera de las masas. Y la teoría es
capaz de apoderarse de las masas cuando argumenta y demuestra ad hominem; y
argumenta y demuestra ad hominem cuando se hace radical. Ser radical es atacar el
problema por la raíz. Y la raíz, para el hombre, es el hombre mismo... Marx. Contribución
a la crítica de la filosofía del derecho de Hegel. Anales franco alemanes. 1970. Barcelona.
Ed. Martínez-Roca, p 103
Pese a que comúnmente suele hablarse de una teoría de la ideología homogénea del
marxismo, ligada al esquema base-superestructura, existen numerosas variaciones
teóricas que tratan este tema. Algunos analistas de la teoría de la ideología marxista, por
ejemplo Terry Eagleton, han afirmado que en los escritos del propio Marx existen teorías
diferentes sobre el punto.
Minogue plantea inmediatamente una versión inversa a está poniendo de cabeza sus
premisas básicas: