Hay derechos humanos en el mundo que se están viendo cada vez más vulnerables
ante los conflictos que enfrenta cada país. La vivienda digna y adecuada es un derecho
humano proclamado por la ONU y es reconocido por el derecho internacional.
Sin embargo, hay situaciones alrededor de todo el planeta en los que este derecho no
se ve respetado e, incluso, muchas personas se ven cada vez más afectadas porque no se
encuentra una solución posible al tema.
No obstante, actualmente en Estados Unidos se vive una seria situación con respecto
a esto que debe ser arreglado. Antes de meternos de lleno en el tema, es importante tener
claro a que se refiere la declaración cuando habla de “una vivienda digna y adecuada”.
Ahora, especifícamente el derecho a la vivienda se origina por la enorme crisis que se vive
en el mundo tras la cual muchas personas pierden sus casas diariamente. Es una separación
forzosa y obligada, que los hace alejarse completamente de lo que conocen.
En la declaración, por tanto, debe considerarse la vivienda adecuada como “el derecho a
vivir en seguridad, paz y dignidad en alguna parte”. Esto significa que la situación en
Estados Unidos de todas esas personas en condición de calle se agudiza mucho más.
El problema está en que en Estados Unidos no hay una garantía de que la gente
pueda comprar o alquilar una vivienda. A los ciudadanos se les hace cuesta arriba costearse
un techo digno donde puedan descansar por las noches y hacer su día a día, vivir su
privacidad.
En el 2008, el país sufrió una crisis inmobiliaria que dejó profundamente marcada a
la nación. Desde entonces, es cada vez más complicado para las familias comprar una
vivienda. Sobre todo para aquellas personas de bajos recursos que no tienen una entrada
estable.
Los precios ahora, dadas las fuerzas del mercado; estos son establecidos por el libre
mercado ;la dinámica entre la oferta y la demanda de cada vivienda.
De esta forma, las cifras manejadas por el país son las siguientes: “35 viviendas
asequibles esta disponibles por cada 100 hogares con ingresos muy bajos, lo que representa
una insuficiencia de 3.9 millones de viviendas en todo Estados Unidos, aunque la cantidad
excluye el grupo de alquileres en el presupuesto que son ocupados por hogares de más altos
ingresos” (NLIHC, 2017).
¿Qué está haciendo el Estado por esto?
Lo cierto es que desde los años 80, muchos alcaldes y políticos se han preocupado
por esta situación irregular con las viviendas de los estadounidenses. Sin embargo, en los
últimos seis años, la crisis ha aumentado en 75%.
Lo cierto es que 3 de cada 4 personas que no tienen ningún tipo de hogar o vivienda
en el país deciden dormir en sus carros, o en auto caravanas, en tiendas de acampar y en
cobertizos que deben improvisar para intentar solventar un poco la condición en la que
viven. La ciudad de L.A. tiene la mayor cantidad de desamparados en la nación.
Esto llama mucho la atención. Sobre todo porque no existe una legislación clara que
se encargue de aportar soluciones al respecto y cada vez son más las familias que se ven
afectadas. Muchas de estas personas podrían haber encontrado un hogar provisional en otro
tiempo, en hoteles o viviendas que se encontraran derruidas. Pero, estos edificios han ido
desapareciendo con el auge de la economía.