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Presentación

Índice

Introducción

Problemática

Objetivos

General

- Identificar las máximas de cooperación que se rompen en la interacción


comunicativa de feriantes y clientes.

Específicos

- Determinar cómo se presentan las implicaturas en la interacción comunicativa


entre feriantes y clientes, en relación al principio de cooperación.
- Establecer cómo influye la situación comunicativa en las máximas de cooperación,
en la interacción comunicativa entre feriantes y clientes.
Marco teórico

La comunicación humana ha estado presente en la vida del hombre desde sus inicios
y ha evolucionado y cambiado de forma paralela a la sociedad, es por esto que se han
desarrollado diferentes concepciones de lo que significa la comunicación, y distintos
enfoques para estudiarla, por ejemplo, para Macini (2009)

“La comunicación puede ser interpretada como un conjunto de signos y en ese caso,
se incluye en el campo de las disciplinas que estudian el signo, como la semiótica o
la lingüística. O puede ser interpretada como una acción social, lo que es en sí
objeto de la sociología, o de la ciencia política.” (pág. 2)

Entendida como tal, la comunicación constituye un objeto de estudio complejo, ya que da


origen a una gran cantidad de ramas y categorías menores que se generan a partir de la
definición e interpretación que se atribuye a esta capacidad particular del ser humano.

Existe un punto en que la mayoría de los estudiosos de la comunicación convergen,


se trata del proceso de comunicación como una forma de relacionarse con el mundo y con
los demás humanos. La comunicación siempre estará ligada a sujetos que de alguna forma
encuentran un espacio común o de confluencia. De esta forma, Reyes (2007) afirma que
“La comunicación es el fenómeno básico de la vida, una forma específica de relación
convergente de dos seres vivos que aportan algo de su esencia.” (pág. 64) Esta noción
implica que la comunicación nunca es individual, sino que supone un lazo o vinculo social,
por lo tanto, donde hay sociedad existe comunicación.

La comunicación como proceso que involucra dos o más sujetos tiene como
característica la existencia de la oportunidad de “construir saberes mutuos (…) que puede
verse como una manera de crecer y evolucionar, y por lo tanto de sobrevivir con el entorno
(Macial, 2008, Interacción informativa como forma de vida biológica y constitución de
esquemas de desarrollo humano), es decir, el humano tiene la posibilidad de adaptarse a los
demás seres humanos, a vivir en comunidad y desarrollar nuevas herramientas que le
permiten adecuarse a la constante transformación. Por esta razón, “la comunicación es
importante pues es una actividad humana indispensable para el buen funcionamiento de la
sociedad” (Mancini, 2009 Pag.4).

Los sujetos que se comunican se encuentran inmersos en un contexto social,


cultural, físico, psicológico, etc. Dentro de este deben ser capaces de interpretar los
mensajes, es decir, comprenderlos en su totalidad y de forma general coincidir con las
interpretaciones de los demás sujetos que participan en la misma situación comunicativa.
Es aquí donde la pragmática como disciplina ha sido fundamental, ya que estudia la
comunicación humana, específicamente el lenguaje, pero siempre dentro de su contexto,

La pragmática analiza intercambios conversacionales con todos los elementos


coloquiales de las situaciones cotidianas, donde lo que se refleja no es una
competencia ideal, ni un conocimiento adecuado de las reglas que gobiernan la
generación de oraciones aceptables, sino una paulatina praxis lingüística, con frases
agramaticales, y compensaciones paralingüísticas en los hablantes para suplir las
carencias en el discurso oral. (Yus, 2003, pág. 21)

De esta manera, la pragmática no solo se interesa por el lenguaje verbal, sino


también por el lenguaje no verbal, por ejemplo: gestos, tono de voz, mirada, postura del
cuerpo, etc. Es por esto que para estudiar la comunicación humana la pragmática es la que
más se aproxima a la realidad concreta, tomando siempre en cuenta que no se puede
desligar un fenómeno de su contexto; precisamente porque este puede ser parte de la causa
o suponer una gran influencia en la presencia o aparición del fenómeno.

Se debe considerar entonces que el contexto determina el sentido de la interacción


comunicativa y de la interpretación final del mensaje emitido. Un ejemplo de esto es el
habla particular de diferentes grupos sociales, actividades o profesiones, las jergas
especializadas, estás indican hacia un contexto específico en que deben ser comprendidos e
interpretados tales enunciados. (Yus, 2003) Asimismo estos enunciados, desde la
pragmática, son estudiados considerando la existencia de una gran cantidad de información
no comunicada de forma literal, y que para interpretarlos se debe recurrir a procesos de
inferencia. Es así como Escandell (s.f.) afirma que “la tarea central de la Pragmática es
explicar cómo es posible comunicar más de lo que se dice literalmente” (pág. 2) En
consecuencia, la pragmática incluye en su mirada la interacción comunicativa de sujetos
inmersos en una situación comunicativa específica, la conversación, los discursos en su
contexto, las implicaturas presentes, inferencias, etc.

Considerando lo anterior, es importante poder identificar elementos que son


participe del proceso comunicativo, y que lógicamente forman parte de sus análisis y
teorías. La comunicación, como ya hemos dicho, es esencial en la sociedad y esta funciona
dentro de un contexto social en el cual están insertos los seres humanos lógicamente, por
tanto, tiene ciertos propósitos y objetivos desde los cuales se genera. Desde tiempos
remotos y en la Grecia antigua Aristóteles ya sostenía propósitos claros en la comunicación,
así lo afirma Berlo (1984), “Aristóteles definió el estudio de la (comunicación) retórica
como la búsqueda de todos los medios de persuasión que tenemos a nuestro alcance (…)
dejo muy claramente asentado que la meta principal de la comunicación es la persuasión”
(pág.4). Esta forma particular de ver las cosas, suponía en la comunicación un claro
objetivo en la comunicación, persuadir, no obstante, esta es una teoría más de la
comunicación, por otro lado Berlo, propone otra mirada con respecto a los objetivos de la
comunicación.

El dualismo alma – mente fue interpretado y tomado como base para dos propósitos
(…) de la comunicación (…) uno apelaba a la mente y el otro al alma. De acuerdo
con esta teoría, uno de los objetivos de la comunicación era informativo:
llamamiento hecho a la mente. Otro era persuasivo: llamado hecho al alma, a las
emociones. Y otro más servía de entrenimiento. (Berlo, 1984, pág. 4)

Por tanto, esta teoría supone que el propósito de la comunicación está relacionado
con el alma, que por lógica obedece a los sentimientos, y otro ligado a la mente que permite
actuar y comunicar. Pero puede que estos no sean los únicos objetivos o propósitos de la
comunicación, o también pueden que difieran uno del otro, principalmente porque se está
frente a una situación que se caracteriza por un contexto, que lógicamente influye en el
pragmatismo con el que se enfrente al acto de comunicar, sin embargo, en algo se está de
acuerdo, y es en que la comunicación producen un efecto, y este efecto origina una
respuesta. Así lo manifiesta Berlo según sus conclusiones;
El verdadero objetivo de la comunicación puede no ser lo que aparenta, incluso para
la persona que se está comunicando hemos dicho que el objeto de la comunicación
es afectar; (…) Dos preguntas siguen en pie: afectar a quien y de qué modo. (Berlo,
1984, pág. 8)

Estas preguntas, se deben considerar importantes, porque evidencian elementos o


componentes que se manifiestan, y se hacen plausibles producto de este proceso, es de esta
manera, como se comienza a estudiar y analizar con más profundidad como funciona, que
componentes intervienen, como se origina etc. Dentro de estas dudas surge nuevamente
Aristóteles en su retórica con una teoría sobre este proceso,

(…) tenemos que considerar tres componentes en la comunicación: el orador, el


discurso, y el auditorio (…) y que podemos organizar nuestro estudio del proceso de
acuerdo a tres variables 1) la persona que habla, 2) el discurso que pronuncia, 3) la
persona que escucha. (Berlo, 1984, pág. 17)

De esta manera, establece importantes alcances con respecto a la posibilidad clara


de estudiar estos componentes bajo tres variables que parecen innegables, por cuanto son
claramente reconocibles, y por lo demás, relevantes para llevar cabo los análisis que se
pueden establecer a partir del desarrollo de la comunicación. A pesar de la evolución de los
estudios y nuevos modelos, estas no difieren de manera tan sustancial en lo importante que
manifestaba Aristóteles, es decir, un orador, un discurso y un auditorio, sino más bien se
fueron agregando otros elementos que describían este proceso, es el caso de Shannon y
Weaver, con su modelo electrónico de la comunicación, que a decir verdad no es tan
distinto del filósofo griego, pues este propone que “ los componentes de la comunicación
incluyen: 1) una fuente, 2) un transmisor, 3) una señal, 4) un receptor, 5) un destino.”
(Berlo, 1984, pág. 18). Es por esto, que ninguno de estos modelos, teorías o análisis, no
solo de los propuestos, sino que alguno que haya surgido, puede atribuirse o clasificarse de
exacto o verdadero, simplemente cada uno aporta bajo su prisma, su mirada particular de
los fenómenos comunicativos.

Sin embargo, algo queda claro, la comunicación tiene componentes y elementos que
actúan de forma diferenciada pero, que obedecen a un mismo propósito final; establecer
una comunicación, pero además de estos elementos, hay que mencionar que nada de esto
sería posible sin la interacción comunicativa, esta es la que brinda los espacios para que
actúen estos componentes, la situación comunicativa emerge a partir de la intención e
interacción de los actores, sin esta intención por un lado, e interacción por otro, la
complejidad pasaría de ser una condicionante a una imposibilidad manifiesta. Por tanto esto
implica una participación activa de los agentes comunicativos, un empoderamiento de su
rol, que implica además, inteligencia y competencia comunicativa que les permita
desenvolverse adecuadamente en una situación de interacción.

El termino interacción designa el proceso de la asunción de rol reciproco, del


desempeño mutuo de conductas empáticas. Si dos individuos hacen inferencias
sobre sus propios roles y asumen al mismo tiempo el rol del otro y si su conducta
comunicativa de la reciproca asunción de roles, en tal caso se está comunicando por
medio de la interacción mutua. (Berlo, 1984, pág. 75)

Este proceso de interacción visto desde la empatía, tanto del rol personal que uno
debe asumir como del otro, es para Berlo, lo que permite que la comunicación sea
apreciada como un ideal en la vida de los seres humanos, además de considerar que es esa
dirección en la cual debiera ir por la naturaleza de la condición humana. El proceso de
interacción nos permite observar otro fenómeno importante, que vale la pena mencionar, el
dialogo, quizás una de las acciones que son mas esenciales y característica de los humanos,
el dialogo nace a partir de la comunicación, de la interacción de dos a mas sujetos, que
comparten un espacio, un contexto determinado, que les permite desarrollar esta actividad,
que como ya dijimos antes, tan característica de las personas. Es por eso que el dialogo es
visto como, “un fenómeno consustancial a la especie humana, y acaso sea ésta la única
capaz de dialogar; además, no hay posibilidad de funcionamiento de la sociedad humana
sin el diálogo” (Velasco, de González, 2009, Pág. 101). Como vemos, cada uno de estos
elementos que afloran recalca en la imposibilidad de una sociedad sin estos componentes,
por lo visto, será, un desafío para quienes deseen seguir estudiando estos actos, puesto que
la comunicación evoluciona de la misma manera que lo hacen los medios de comunicación
la sociedad, la educación y por supuesto el lenguaje; los diálogos evolucionan, y se van
construyendo en esa dirección.
El constructo “diálogo” se ha venido desarrollando como producto de diferentes
tendencias y aportes: desde los diálogos socráticos(…)hasta el diálogo electrónico
por vía remota, pasando por el intercambio de cartas, la entrevista o la conversación,
todas estas formas de interacción presentan ciertos elementos que, cuando se dan en
común, configuran un diálogo.

Es así como, este concepto de dialogo se viene desarrollando por mucho tiempo,
tomando en cuenta todo lo antes mencionado, es decir, desde la Grecia antigua, hasta las
nuevas generaciones y sus particulares formas de diálogos cargados de un alto componente
tecnológico, es por eso, que el estudio del dialogo y sus análisis de debe realizar desde
distintas disciplinas puesto que la complejidad a la que se encuentra sometido simplemente
por ser según Buber (1993) “ya no como mero instrumento del pensamiento, sino como una
forma éticamente privilegiada de comunicación”, exigen que esta disciplinas se encargen de
intervenir el dialogo y, analizar su funcionamiento puesto que ya se ha transformado en un
fenómeno interdisciplinario.

(…)el estudio del diálogo en la época presente resulta ser necesariamente


interdisciplinario (…)tales como la pragmática, el análisis conversacional, el
análisis de la interacción, el análisis del discurso, la teoría de la argumentación, el
diseño organizacional, los estudios interculturales del diálogo, entre otros (vid.
Hale, s/f; Møller, 2000; Sampson,1993). (Velasco, de González, 2009, Pág. 101)

Claramente es necesaria la mirada de estas disciplinas, sin embargo cada una de


ellas desde su desarrollo disciplinario o espacio particular en el cual se manifiesta, es
importante para ir sintetizando que el análisis del dialogo ha seguido tres grandes corrientes
importantes, en primer lugar, la tradición dialógica de desde el punto de vista filosófico
proveniente desde la escuela griega, la otra desde el mismo dialogo como estructura formal,
construida como modelos y herramientas como la matemáticas y la lógica formal, y por
último el dialogo como análisis de problemáticas productos del mismo constructo del
conflicto, de la mediación, como ha sido el caso de la psicología clínica. (Velasco, de
González, 2009, Pág. 102). No obstante, hay en algo en lo cual todas las disciplinas
coinciden con respecto al dialogo, y es que necesariamente obedece a la participación de al
menos dos agentes o interlocutores, que permitan que este se desarrolle y se manifieste,
procurando que este espacio de dialogo se produzca de acuerdo a capacidades e interés en
común, que de alguna manera posibiliten que la meta del dialogo sea satisfactoria para
ambos interlocutores, lo que claramente es la finalidad del dialogo. Considerando lo
anterior, para Habermas (1994), es necesario que se respeten ciertas normas y que de
acuerdo a esto se pueden considerar dos principios elementales en el dialogo, “(I) el
principio de universalización, que es una reformulación dialógica del imperativo kantiano
de universalidad; y (II) el principio de la ética del discurso, por el cual sólo tienen validez
las normas que son aceptadas por todos los afectados.” (Velasco, de González, 2009, Pág.
105) De esta forma, y de acuerdo a estos principios es que el dialogo se hace efectivo.
Además es importante mencionar los aportes de Grice, quien también analiza el dialogo, y
ha incorporado elementos nuevos a sus análisis, que proporcionan una visión con respecto a
la comunicación que es evidentemente evolutiva.

Grice propone el esquema de argumento (acto de contribución a la conversación),


máximas conversacionales (reglas de uso para el discurso adecuado) e implicaturas
(inferencias sugeridas por las partes entre sí en el marco de la conversación), que
luego desarrollará la ética comunicativa. (Velasco, de González, 2009, Pág. 102)

De lo anteriormente, con respecto al dialogo y evidenciando a grandes rasgos cuales


son las visiones y puntos de vistas con respecto a sus correspondientes análisis, sus
elementos y componentes, hay acuerdo con que existen escenarios en los cuales se
desarrolla y estos contextos obedecen a la participación de interlocutores que se rigen por
intereses en común además de normas que pretenden que este proceso sea exitoso, pero lo
que se debe mantener como norma a per ser es que para que sea posible el dialogo debe ser
evidente siempre, lo siguiente;

(1) Presencia de un mínimo de dos sujetos; (2) cumplimiento de las condiciones de


posibilidad de comunicación entre sujetos; (3) competencia dialógica (como
capacidad ética de acceso desde el yo al ser del otro, capacidad de aceptación y
comprensión de la eticidad del otro); y (4) existencia de un contexto de
comunicación propicio al diálogo. Así pues, proponemos que sin el
cumplimiento de estas condiciones mínimas el diálogo. (Velasco, de González,
2009, Pág. 109).
Para referirse a la conversación, resulta inevitable creer que es tan común, que no
parece en absoluta compleja, porque para los seres humanos es natural y parte de la esencia,
cuantas veces al día se establecen conversaciones con diferentes personas y en distintos
escenarios o contextos, sin embargo, ha sido objeto de estudio y de análisis, puesto que se
establece que la conversación es “la expresión cultural más elaborada y estable (…)”
(Villalta, 2009, Pag.223) y desde ese prisma se considera como trascendental, para
solucionar problemas, para llegar a consensos, para establecer relaciones, siempre se utiliza
el concepto conversación, al menos así lo menciona Villalta, “La conversación es la acción
cooperativa a través del cual los miembros de un colectivo reducen la incertidumbre.” (pág.
223). De esta forma, la conversación también obedece a la lógica de una estructura con
elementos o componentes que la constituyen, de los cuales algunos ya se han descrito,
como la intervención e interacción, pero se agregan otros conceptos como intervención y
actos de habla, de esto el autor hace mención como constituyente de la conversación.

Un autor que profundiza en aspectos componentes de la conversación en una


perspectiva es Eddy Roulet, (…) quien desarrolla un nivel de análisis a través de
conceptos como intercambio, intervención y actos de habla (Ruolet, Eddy, Auchlin,
Antoine; Moeschler, Jacques; Rubattel, Christian; Schelling, Marianne, 1991).
(Villalta, 2009, Pag.223)

Los actos de habla, son un tipo de acción que involucra el uso de la lengua y está
sujeto a cierto número de reglas convencionales generales y/o principios pragmáticos. Se
refiere usualmente a lo mismo que se designa como "acto ilocutivo", término a su vez
acuñado por John Austin (1962), que consistía básicamente en, la intención del hablante, su
finalidad. Fue el mismo Austin, quien propuso la teoría de los actos de habla, basándose en
las relaciones entre los interlocutores y los referentes que implicaba lógicamente una
estrecha relación con el entorno, para lo cual, un acto de habla puede servir por ejemplo
para solicitar información, disculparse, expresar indiferencia, expresar agrado o desagrado,
etc. Los actos de habla según Austin (1962) se clasifican en tres: acto locutivo; acto
consciente de decir algo el hablante sabe lo que quiere decir; acto ilocutivo; la finalidad del
hablante, sabe lo que dice y para que lo dice, cuál es su intención; acto perlocutivo; efectos
o causas que se producen del efecto ilocutivo, es decir las respuestas lo que origina la
intención del hablante. A su vez, divide los actos de habla en directos e indirectos, el
primero, son enunciados en que el aspecto locutivo e ilocutivo coinciden, es decir, se
expresa directamente la intención, el segundo; frases en las que el aspecto locutivo e
ilocutivo no coinciden, por lo tanto la finalidad de la oración es distinta a lo que se expresa
directamente.

En consecuencia, la conversación, la interacción, el dialogo, la situación


comunicativa, el contexto, suelen convertirse en el espacio en donde el discurso se mueve,
el discurso forma parte de un extenso estudio que se evidencia a través de especialistas
como los sociólogos, Brown, Yule, o Bourdieu quien manifiestas que el discurso son;
como “líneas de enunciación simbólica realizados desde posiciones sociales – no solo
deben ser comprendidos y descifrados por los receptores: también están destinados a ser
valorados y apreciados (…) y creídos y obedecidos (1985)” (Alonso y Fernández, 2006
pág. 11) . Sin lugar a duda el semiólogo Ronald Barthes, es quien ha hecho parte esencial
de su estudio, la preocupación análisis de los discursos. “Su planteamiento es un análisis
que, en sus versiones más formalizadas, se encuentra en un ámbito más semiológico que
sociológico, más lingüístico que próximo a un análisis de contenido” (Alonso y Fernández,
2006 pág. 12) de este modo, Barthes propone un sinfín de elementos tanto de corte
semiológico, en tanto que los fenómenos sociales son reducidos a signos o códigos como
también lingüísticos, basándose en el código como unidad supratextual que determina una
relación entre la oración y el discurso, identificando los núcleos temáticos en la estructura
de los textos; así propone, que sin lugar a dudas los discursos están cargados de
componentes ideológicos y sociales, sin embargo, para este semiólogo, para poder analizar
el discurso primero, de deben determinar las normas que forman parte del discurso y que
proporcionan su funcionalidad durante el relato; en definitiva organizar los textos en
estructuras que permitan su acabado análisis, y esta organización se debe basar en los
siguientes principios.

A) principios de formalización (…) el análisis del relato es fundamentalmente


comparativo busca formas y no un contenido (…) tiene que reunir relatos, un
corpus del relato para intentar extraer una estructura. B) principio de
permanencia. Se busca encontrara las diferencias de forma (…) son rasgos
pertinentes o no pertinentes C) principio de pluralidad. Indaga el lugar posible
de los códigos (...) analiza los códigos pero no los interpreta. Distingue entre los
códigos de acción o comportamiento, códigos del descubrimiento de la verdad
(…) códigos semiótico, (…), códigos culturales, (…) y códigos simbólicos (…)
D) disposiciones operativas. Son tres las operaciones que deben realizarse,
segmentación del texto, inventario de los códigos y coordinación (…) (Barthes,
1990, pág. 288-289)

Para Sabaj, (2008), el análisis del discurso es “un conjunto heterogéneo de


enfoques teóricos y metodológicos, con un gran desarrollo en ciencias que, generalmente,
son consideradas interdisciplinas (como la psicología social o la sociolingüística). (Sabaj,
2008, pág. 119), de esta manera queda en evidencia que el análisis del discurso se muestra
de manera compleja, debido a que, puede ser visto desde distintas disciplinas, y esto le
brinda una dificultad adicional, ya que entrega respuestas satisfactoria en la medida que se
estudia el fenómeno y obviamente desde la disciplina que se estudia. Es por esto que, el
concepto discurso obedece a un sentido polisémico, esto al menos según Charaudeau
(2000),

El término discurso es altamente polisémico. En combinación con determinadas


formas adquiere un valor diferente. Por ejemplo, si hablamos de ‘discurso
humorístico’ –dice el autor– queremos enfatizar su efecto; si consideramos el
término ‘discurso periodístico’, lo que se recalca es el tipo del lenguaje usado en un
ámbito profesional y si tomamos el binomio ‘discurso neoliberal’, se hace referencia
a un conjunto ideológico determinado.

Sin embargo, esa solo es la definición de discurso, el binomio análisis del discurso
también nos plantea dificultades, debido a lo mismo expuesto, aun así el autor Sabaj, se
inclina por una desde el punto de vista operativa, dejando en claro que su ánimo no es
proporcionar una definición única y verdadera sino más bien práctica, que corresponde a
Gonzales (2007),

Según este autor, el AD es una actividad científica destinada, generalmente, a


describir, explicar e incluso predecir el uso del lenguaje en la comunicación humana
(…) En resumen y en términos generales, se postula que el AD es un tipo de
actividad científica cuyo objeto de estudio son usos reales de la lengua. Esta
actividad tradicionalmente ha sido desarrollada por científicos de las ciencias
sociales, de las humanidades, de la psicología, de los investigadores de la
educación, entre otros especialistas. (Sabaj, 2008, pág. 119).

Interacción comunicativa

Los discursos

La situación comunicativa

El principio de cooperación de Grice

Las implicaturas
Aspectos metodológicos

Desarrollo

Conclusiones

Bibliografía

Diálogos de la comunicación, Paolo Mancini, Pag.2, revista académica de la federación


latinoamericana de facultades de comunicación social, nº 78 enero-julio 2009

http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=3719727

La comunicación como espacio y el espacio para la comunicación, Miguel Reyes, Pag. 64, año
2007,revista científica iberoamericana de comunicación y educación nº 8

http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=634087

subtitulo Interacción informativa como forma de vida biológica y constitución de esquemas de


desarrollo humano. Miguel Ángel Macial. lPROCESOS Y RESULTADOS DE FORMAS DE VIDA
COLABORATIVA Y SUPERIOR EN LA NATURALEZA BIOLÓGICA Y SIMBÓLICA Razón y Palabra, vol. 13,
núm. 2, mayo-junio, 2008 Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey

Cooperación y relevancia. Dos aproximaciones a la interpretación. Francisco Yus Ramos.


Publicaciones universidad de alicante. Depósito Legal: A-xxx-2003

ISBN: 84-7908-739-0
Aportaciones de la Pragmática
M. Victoria Escandell Vidal
Departamento de Lengua Española y Lingüística General
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http://www.textosenlinea.com.ar/textos/Aportaciones%20de%20la%20pragmatica.

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http://www.scielo.org.ve/pdf/ag/v26n50/art06.pdf

Análisis de la conversación. una propuesta para el estudio de la interacción didáctica en sala de


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Ronald Barthes y el análisis del discurso, Luis Enrique Alonso y Carlos Jesús Fernández Rodríguez,
Empira revista de metodología de ciencias sociales, nº12, julio-diciembre, 2006, pág. 11
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La aventura semiológica, Ronald Barthes, editorial Paidós, Barcelona España, 1990.

Tipos lingüísticos de análisis del discurso (AD) o un intento preliminar para un orden en el caos,
Omar Sabaj Meruane, RLA. Revista de Lingüística Teórica y Aplicada Concepción (Chile), II Sem.
2008, pág. 121

http://www.scielo.cl/pdf/rla/v46n2/art07.pdf

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