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Arte Bizantino
Santa Sofía
En Santa Sofía (532-537), el templo más importante del Imperio Bizantino, se funden las
tradiciones constructivas y organizativas del Imperio Romanocon las tradiciones orientales,
a una escala y magnificencia sin precedente. Este monumental edificio consta de una
enorme nave central de 68,6 x 32,6 metros, coronada por una cúpula nervada de ladrillo y
piedra.
El edificio copulado está revestido en su interior de mármoles y brillantes mosaicos, con los
que realza al máximo la iluminación natural.
Exteriormente presenta un complejo conjunto de cúpulas apoyadas en inmensos muros y
contrafuertes sin decoración.
Los alminares fueron añadido cuando se convirtió en mezquita, a partir de 1453. A pesar de
que gran parte de la decoración original ha sufrido transformaciones importantes, este
sobrecogedor edificio expresa en buena medida el misterio y el poder del mundo bizantino.

Conclusiones
A lo largo de este trabajo pudieron apreciarse distintos tipos de arte arquitectónico, en los
cuales se observaron cambios ocasionados durante la Edad Media. Estas variaciones
suceden porque a lo largo de la historia de la humanidad los Hombres imponían sus propias
formas de pensamiento y de identificación.
Cada una de las artes arquitectónicas mencionadas tienen un significado para cada cultura.
En esta época medieval era muy común la expansión de diferentes pueblos en busca de
mayores territorios. Una vez asentados en la tierras cada pueblo imponía su cultura,
pensamientos y estilos de vida. Se vieron reflejadas durante muchos años estas
características.
En el campo de la arquitectura estas influencias fueron evidenciadas en las construcciones
de variadas culturas, que al conquistar cada vez más territorios su arte se instauraba en las
ciudades paulatinamente.
Incluso hasta hoy en día estos cambios pueden apreciarse en las ciudades, que poseen la
herencia cultural que fue desarrollándose durante este período, convirtiendo a éstos en
sitios históricos de gran trascendencia cultural.

Su gran aportación fue el empleo de la cúpula sobre pechinas, es decir, triángulos esféricos que facilitan el
paso de la planta cuadrada a la circular de la cúpula, que simbólicamente es una imagen del cielo. También del
mundo romano y paleocristiano tomaron el uso del arco de medio punto y la columna con un capitel
troncocónico muy decorado, generalmente con motivos vegetales o geométricos, labrado a trépano y encima del
cual hay un cimacio, pieza de forma trapezoidal.
Hay una gran variedad de plantas. Muestran preferencia por la planta central pero también hay edificios de
planta basilical y de cruz griega (con los brazos iguales).
Construcciones destacadas de la arquitectura bizantina:

La Iglesia de la Asunción del Kremlin


Hagia Sofia en Estambul
Plaza de San Marcos en Venecia.

Características principales
Los elementos definitorios de la arquitectura bizantina son los siguientes:

 Cúpula bizantina: La cúpula utilizada en las iglesias y simbolizaba la bóveda


celeste.
 Utilización de mosaicos: En las decoraciones de las paredes, las imágenes
religiosas eran elaboradas con pequeños pedazos de piedra coloridos (teselas).
 Íconos: Las pinturas de divinidades o santos fueron una de las innovaciones de
la decoración de las iglesias hechas por los bizantino…

¿Qué es la arquitectura bizantina?


La arquitectura bizantina es una etapa importante de modalidad arquitectónica que
se mantuvo en vigencia durante el Imperio romano de Oriente, desde el
derrocamiento del Imperio romano de Occidente en el siglo V.
Es necesario reclarclar que el arte bizantino es el sucesor del arte paleocristiano
oriental. La ciudad de Constantinopla lleva el nombre del emperador que
estableció el cristianismo como una religión oficial del imperio, forjó a que la
arquitectura y el arte bizantino resaltaran por una proliferación de capillas, iglesias,
monasterios y mausoleos.

Características principales
Los elementos definitorios de la arquitectura bizantina son los siguientes:

 Cúpula bizantina: La cúpula utilizada en las iglesias y simbolizaba la bóveda


celeste.
 Utilización de mosaicos: En las decoraciones de las paredes, las imágenes
religiosas eran elaboradas con pequeños pedazos de piedra coloridos (teselas).
 Íconos: Las pinturas de divinidades o santos fueron una de las innovaciones de
la decoración de las iglesias hechas por los bizantinos.

 En los espacios laterales angulares se colocan también pequeñas cúpulas, con lo que vistas
desde afuera, las iglesias de estilo bizantino toman un aspecto muy particular, caracterizado
por la agrupación de cúpulas semiesféricas.
 El monumento que se acostumbra considerar mas notable de este estilo es la famosa iglesia
de Santa Sofía, construida por los arquitectos Artemio de Tralles e Isidoro de Mileto en el
reinado de Justiniano.
 Todo este conjunto de reparto de fuerzas esta maravillosamente articulado.

Su gran aportación fue el empleo de la cúpula sobre pechinas, es decir, triángulos esféricos que facilitan el
paso de la planta cuadrada a la circular de la cúpula, que simbólicamente es una imagen del cielo. También del
mundo romano y paleocristiano tomaron el uso del arco de medio punto y la columna con un capitel
troncocónico muy decorado, generalmente con motivos vegetales o geométricos, labrado a trépano y encima del
cual hay un cimacio, pieza de forma trapezoidal.
Las Columnas bizantinas.
Las columnas en el arte bizantino no tuvieron en el aspecto constructivo la misma
importancia que en épocas anteriores. Solo servían de soporte para las galerías,
no siendo, en muchas ocasiones fundamentales para la estructura.
El fuste era, por lo general monolítico, esto es, de una pieza y el capitel, que en un
principio siguió las formas clásicas, se transformó después adoptaron la forma de
tronco de pirámides invertida con las caras convexas. Por lo general, sobre los
capiteles se colocaba una imposta que tenía la misma forma que aquellos.

https://www.monografias.com/trabajos55/iglesia-santa-sofia/iglesia-santa-sofia2.shtml

Arte Bizantino
Santa Sofía
En Santa Sofía (532-537), el templo más importante del Imperio Bizantino, se funden las
tradiciones constructivas y organizativas del Imperio Romanocon las tradiciones orientales,
a una escala y magnificencia sin precedente. Este monumental edificio consta de una
enorme nave central de 68,6 x 32,6 metros, coronada por una cúpula nervada de ladrillo y
piedra.
El edificio copulado está revestido en su interior de mármoles y brillantes mosaicos, con los
que realza al máximo la iluminación natural.
Exteriormente presenta un complejo conjunto de cúpulas apoyadas en inmensos muros y
contrafuertes sin decoración.

Iglesia Santa Sofía


La iglesia de Santa Sofía es una de las obras cumbre del arte bizantino. Su significado es
Divina Sabiduría y está dedicada a la segunda persona de la Santísima Trinidad. Durante
casi un siglo fue el centro espiritual del Imperio bizantino, catedral de los patriarcas,
escenario de los actos estatales importantes y marco de un esplendoroso ceremonial en el
que se manifestaban el poder la dignidad del imperio teocrático.
Fue construida entre los años 523 y 537 d.C, durante el mandato de Justiniano en
Constantinopla, capital del Imperio Bizantino (hoy Estambul, Turquía), por los arquitectos
y matemáticos Antemio de Tralles e Isidoro de Mileto.
La iglesia es de planta cuadrada de 79,30 m. x 69,50 m., con una gran cúpula central que
mide 31 m de diámetro y 55 m de altura. La cúpula de Santa Sofía es de tal grandiosidad
que sólo tiene su antecedente en el panteón de Agripa (Roma). Tiene un gran anillo de
ventanas y está apoyada en cuatro pechinas, las cuales a su vez posan sobre cuatro pilares,
que al estar en el exterior del edificio parece como si la cúpula se sostuviera en el aire.
La cúpula ya mencionada tuvo que ser reconstruida en el año 558, y al ser nuevamente
levantada se emplearon trozos de ánfora porosas para que su peso fuera menor. Además se
le incorporó un tambor cilíndrico con una serie de ventanas alrededor del gran casquete
esférico, que ilumina el interior de la iglesia.

En la parte exterior se extiende un gran atrio de cinco pórticos, donde se conservan algunas
columnas clásicas constantinianas y un gran recipiente con agua vendita para la
purificación de los fieles. Después del atrio hay dos nártex o vestíbulos que mediante nueve
puertas nos comunican a la iglesia. Tiene una nave central y dos naves laterales, y un ábside
interior semicircular. La diferencia de altura de las naves fue aprovechada para levantar un
segundo piso o matronio (gineceo).
El espacio esta dividido en dos partes: la naos donde se colocaban los fieles, y la bema o
presbítero, para los clérigos. Ambas estancias están separadas por la iconostasis, reja o
cancel que cerraban con velos en el momento de la consagración. Próximas al ábside
encontramos dos salas: la prótesis, donde se guardaban las especies, y el diacónicon, donde
se revestía el sacerdote.
En lo que se refiere al espacio exterior, en esta obra es posible apreciar una construcción
sólida y bien definida por sus líneas matrices en donde su detalle no es tan importante
como en su interior.
En la fachada oeste, se encuentra el atrio y la entrada principal, el cual consta de dos
galerías, y posee dos plantas. Es de destacar que todas las aberturas en el exterior poseen
arcos de medio punto.
La construcción se eleva suavemente hasta entrar en contacto con una bóveda de cañón que
ayuda en la descarga del peso de la semicúpula oeste.

En la fachada norte y sur, se pueden observar los grandes contrafuertes que ayudan en la
descarga de los grandes pesos de las cúpulas. Entre estos contrafuertes se pueden observar
ventanales con arcos de medio punto y al igual que en la fachada este, la construcción se
eleva bruscamente.

En la fachada este se puede observar el espacio que ocupa el ábside. Su mayor característica
son las líneas duras, sin mucha expresión, que definen sugeometría.
En la estructura de Santa Sofía, lo interesante es su ambivalente condición, donde coexisten
dos tendencias de clara tradición: por un lado, la tendencia basilical con su sentido
dinámico y su ritmo longitudinal, y por otro, la tendencia centralista con el espacio estático
de la cúpula. Si la primera predomina, la cúpula no podría tener el énfasis que tiene y
quedaría relegada a una función secundaria; si predominara la segunda, el efecto estático
sería mayor y en torno a la cúpula el espacio se ordenaría, anulando todo dinamismo y
evitando la aparición de un eje longitudinal de simetría.
En Santa Sofía, en cambio, coexiste el eje longitudinal de simetría, de una latente estructura
basilical, con el espacio centralizado de la cúpula. Es decir, coexisten, hasta cierto punto, la
cúpula del Panteón romano y las naves de una basílica constantiniana.
El efecto de reposo y de movimiento se complementan en esta solución bipolar donde la
cúpula se alarga en las grandes exedras de los ábsides hasta adquirir una impresión de
espacio oval. Las exedras absidiales se expanden a su vez en otras exedras menores que
tienen su antecedente en las exedras de San Sergio y San Baco, cuyo origen romano es
clarísimo. Sin embargo, en Santa Sofía se ha perdido el orden adintelado que como residuo
clásico quedaba en San Sergio para ser sustituido por un sistema más bizantino de columna
y arco.
El interior presenta un aspecto totalmente contrapuesto a su exterior: amplio, despejado y
ligero. Un recinto cupular gigantesco, cuadrado, forma el centro del edificio; sobre cuatro
anchas arcadas de pilares flota la cúpula lisa, inmersa en una luz sobrenatural gracias a las
cuarenta ventanas que se abren en su arranque.

Al este y al oeste su enorme empuje se distribuye sobre medias cúpulas de diámetros


iguales (33 m), sustentadas por pilares dispuestos octogonalmente Por la parte del ábside y
el atrio se contrarrestan los grandes empujes de las semicúpula mediante dos grandes
exedras o cuartos de esfera, que a su vez lo están por otras más pequeñas.
En el eje norte – sur, la fuerza es absorbida por cuatro inmensos contrafuertes dispuestos
por parejas, con columnas de color verde antiguo, pórfido rojo y mármol blanco.

Las formas complicadas de sus recintos y bóvedas ofrecen perspectivas


extraordinariamente ricas, la amplitud, la abundancia de luz y la armonía del recinto
principal, se contrastan con las tremendas tensiones de los bovedajes y de los verticales
pilares.
La decoración policroma ayuda en Santa Sofía como en toda la arquitectura bizantina, a
desmaterializar el organismo arquitectónico, dándole un sentido de irrealidad y una mágica
apariencia que siempre ha dominado a la religiosidad oriental.

Estas características ayudan a exaltar lo maravilloso del fenómeno espacial y lumínico.


Además con la ingeniosa manera de emplear los recursosconstructivos y de ocultar el
sistema de contrarrestos, la decoración arquitectónica de revestimiento colabora con la
impresión buscada. Esta decoración no recalca las líneas matrices y expresivas de la
arquitectura como en Occidente, sino que las diluye en una deslumbrante vibración de
superficie que cubre por igual todo el ámbito.
En Santa Sofía, como en los demás interiores bizantinos, lo que se trata de provocar en el
espectador es la impresión de la presencia de la Divinidad, provocando asombro, y
llevándolo por igual hacia el encantamiento y al temor ante la majestad divina.
La decoración de revestimiento era también un legado de Roma, donde las grandes salas
termales, una vez llevada a cabo la construcción masiva, se decoraban con mármoles
policromos en busca de un acabado que asombre por su lujo y magnificencia, sin otra
intención que la de significar la grandeza de una civilización. Esta decoración de
revestimiento en Oriente se transforma en un carácter totalmente diferente, dejando de ser
espejo de una civilización para convertirse en auxiliar de un culto.
Los bizantinos tuvieron la audacia de liberar el mosaico elevándolo de su humilde condición
de suelo pisadero a la majestad casi celestial de los ábsides y las cúpulas. La temática
alcanzó también la misma elevación en cuanto a rango. Ya no eran
simples dibujos geométricos, símbolos y alegorías de la vida cotidiana, sino que se trataba
de las escenas más sublimes de la religión, las figuras más monumentales y apocalípticas,
fragmentos bíblicos, y relatos hagiográficos.
La luz en los interiores bizantinos con su tenebrosidad, con los centenares de lámparas que
cuelgan formando una especie de techo centellante, provocaba infinitos reflejos en la
superficie colorida de los grandes mosaicos haciéndolos brillar, como si realmente se
miraran los ojos de Cristo, de los apóstoles o de los profetas.
La iglesia de Santa Sofía constituye la cumbre absoluta de un arte clásico en el que han
alcanzado su punto culminante dos corrientes o tradiciones artísticas distintas: de un lado,
las tradiciones arquitectónicas y decorativas del arte clásico (helenístico y romano), y de
otro, el estilo de los edificios abovedados del arte paleocristiano y del Asia Menor; al
mismo tiempo, en el sistema de la distribución de espacio y paredes se establecen las bases
de la arquitectura medieval.

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