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UNIVERSIDAD ABIERTA PARA ADULTOS

CARRERA DE:

Escuela de Negocios (Licenciatura en contabilidad)

PRESENTADO POR:

David Antonio Pérez Estévez

MATRÍCULA:

15-1674

ASIGNATURA:

Sistemas de Contabilidad

FACILITADORA:

LUBETANIA FERREIRA

Santiago de los Caballeros

25 de Enero del 2019

República Dominicana
El arte de gobernar generalmente consiste en despojar de la mayor cantidad
posible de dinero a una clase de ciudadanos para transferirla a otra. Voltaire

El Presupuesto de la Nación es una expresión financiera que sirve para


equilibrar los ingresos y egresos del Estado. Como su nombre lo indica, este
ejercicio de anticipación se realiza mediante estimaciones que calculan cuánto
dinero recibirá el Estado por concepto de impuestos, donaciones y otros
medios, como contraparte a los fondos que erogará el año próximo. Por ende,
es importante señalar que los recursos económicos que se calculan con
antelación aún no existen, no son reales todavía; estos se materializarán a lo
largo del año venidero gracias a los aportes tributarios de los ciudadanos y, a
su vez, por la ejecución presupuestada de dichos fondos públicos.

El elemento más destacado de todo presupuesto es la capacidad que pueda


mostrar el Estado de financiar sus operaciones con recursos propios. Cuando
un presupuesto contempla mayores ingresos que gastos, se dice que tiene un
superávit fiscal; en cambio, cuando el dispendio estatal es mayor a los
ingresos, se produce un déficit fiscal, por lo que, en este escenario el Estado
debe tomar prestado para suplir la falta de recursos. Estar al tanto de estos
conceptos es fundamental para comprender las principales críticas al proyecto
de presupuesto que el Consejo de Ministros ha sometido al Congreso de la
República.

El Proyecto de Ley de Presupuesto General del Estado fue aprobado por el


Consejo de Ministros el lunes 25 de septiembre, y posteriormente entregado al
Congreso Nacional, quien tiene la facultad de convertirlo en ley y, por ende, la
responsabilidad institucional de aprobar este documento financiero del Estado.
En el cual se contempla que para el 2018, la República Dominicana tendrá un
presupuesto de 814, 821 millones de pesos. Sin margen a dudas, el más
grande de su historia, lo que a su vez es un reflejo del irrefutable crecimiento
económico de las últimas décadas.

Es justamente este elemento que ocasiona una interesante contradicción


debido a que, a pesar del crecimiento sostenido al que hacemos referencia, los
últimos 11 presupuestos han sido deficitarios. En este sentido, hasta el Fondo
Monetario Internacional (FMI) ha manifestado que, no obstante, la deuda
pública dominicana ser todavía sostenible (49.7 % del PIB), las autoridades
deben evitar que la misma se siga incrementando.

A pesar de esta advertencia del FMI, las autoridades estiman que necesitarán
fuentes de financiamiento por $4,259 millones de dólares para el año próximo,
de los que 67.2 % llegarán vía endeudamiento externo, mientras que un 37.8 %
será por deuda emitida en el mercado doméstico. Esto significa que la deuda
pública, a pesar del crecimiento económico y el favorable panorama
internacional, seguirá aumentando.

Independientemente de la validez de las críticas respecto a la sostenibilidad


fiscal de las finanzas públicas, o quizás precisamente por ellas, resulta de vital
relevancia saber en qué se utilizarán los recursos consignados en el
presupuesto deficitario. En este sentido, el gobierno dominicano ha
manifestado su disposición a establecer como pilares prioritarios la educación,
los programas sociales y la dinamización de la economía. Esa intención se
evidencia en partidas presupuestarias, como los 152 mil millones de pesos (4
% del PIB) para el Ministerio de Educación, los 77,659 millones de pesos (2 %
del PIB) que recibirá el Ministerio de Salud y la dedicación de 11,000 millones
de pesos para la construcción de hospitales. Es fácil apreciar que estos
recursos serán invertidos en áreas fundamentales para el desarrollo de la
nación.

Esta pieza presupuestaria establece importantes pilares de inversión que


redundarán en iniciativas que beneficien a todos los dominicanos, sin embargo,
es necesario que el nivel de gastos vuelva a estar respaldado por un nivel de
recaudaciones más elevado, pues es innegable que seguir por la senda de
mayor endeudamiento para financiar las operaciones del Estado podría arrojar
resultados contraproducentes, lo cual, a mediano y largo plazo restringiría las
posibilidades de desarrollo del pueblo dominicano.

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