Cambios sensoriales:
-Vista: a partir de los 40 años hay una disminución de la agudeza visual, presvisopía
(cambios en el Cristalino: va perdiendo su transparencia y se va haciendo más duro,
pierde la capacidad de desechar células, puede llevar a la formación de cataratas como
última instancia. Toma color amarillo y se vuelve incapaz de reconocer colores verde y
azul. Pupila: menor tamaño porque el iris pierde la capacidad de adaptarse a las
variaciones de luz del ambiente, más propenso al encandilamiento.)
Todo esto provoca el aumento de riesgos de caídas y va poniendo distancia con los
objetos por miedo a caerse.
Intervención: no debe utilizar tubos fluorescentes porque encandilan, evitar los lugares
con poca luz. Utilizar anteojos.
-Audición: disminución en la capacidad de percepción de los tonos agudos; como
timbres y consonantes. Es la más peligroso porque puede perder la relación con los
otros. Prosodia más lenta, simplificación de términos y gramática, tono paternalista,
abuso de diminutivos. Pero depende de cada vejo, porque lleva a reforzar la identidad
del viejo. La disminución se da por un desgaste de la coclea (caracol).
Intervención: no hablar a los gritos, hablar de frente, modulas correctamente, no utilizar
anteojos oscuros para poder estar atentos de los gestos del otro, utilizar gestos, tener
cuidado con las palabras que se utiliza, hacer pausas para poder captar si escucho o si
entendió, evitar los ruidos de fondo (son graves y podrían pasar a primer plano).
Utilización de audífonos, rechazado generalmente por las personas por ser signo
inconfundible de envejecimiento, presviacucia. Como consecuencia no va a querer salir,
acortamiento de lazos sociales, lleva a las demencias.
-Lenguaje: el léxico es el que menos se ve afectado. La comprensión se mantiene. Uno
es el “fenomeno de la punta de la lengua”, imposibilidad de encontrar la palabra
adecuada, disponibilidad de la accesibilidad, el término esta disponible pero no puede
decir la palabra.