FISICO-ESPIRITUAL
VOLUMEN I
VOLUMEN I
Se entienden las somatizaciones como una forma de expresar malestar psicológico, ejemplo
la rabia, los celos, etc. a través del cuerpo o sea a través de síntomas físicos.
Es muy común escuchar exclamaciones como éstas: «coincidiendo con serios problemas
del trabajo he empezado a sentir dolor de cabeza, ¿estaré somatizando? Con frecuencia
existe una relación temporal entre la presencia de uno o varios factores de estrés, como
pueden ser el aumento de responsabilidad laboral, una separación, la muerte de un ser
querido, y el inicio o intensificación de los síntomas.
En el ámbito global las somatizaciones son causa de importantes problemas de orden social
y económicos. Casi todos percibimos síntomas somáticos leves y transitorios, pero no por
ello consultamos al médico. Sin embargo algunas personas experimentan un profundo
malestar o se sienten incapacitados hasta tal punto que creen estar enfermos.
Estos enfermos imaginarios, suelen ser diagnosticados y tratados por trastornos vagos y
difusos, en vez de recibir el tratamiento para su verdadero problema, que es el trastorno por
somatización.
Esto quiere decir que la persona es sometida a un «sobre-tratamietno» somático, con los
consiguientes riesgos y se aplaza la evaluación y el tratamiento psicológico. Por todo ello,
las somatizaciones tienden a hacerse crónicas, lo que a menudo, genera un abuso o
dependencia de determinados fármacos, como sedantes, analgésicos etc.
En ocasiones las somatizaciones no son más que síntomas fisiológicos, como los dolores
musculares, trastornos del sueño, taquicardias correspondientes a un estado depresivo, o
ansioso, pero que son identificados por la persona que sufre no como un problema
psicológico, sino como una señal de enfermedad.
Por otro lado, es fácil imaginar que la cronoficación por tanto, el sufrimiento de las
somatizaciones acaba provocando una alteración del estado de ánimo, es decir, una
depresión o un estado ansioso.
Este estado afectivo comporta la presencia de síntomas psicológicos y son percibidos como
enfermedades y esto a su vez genera más ansiedad y depresión y así sucesivamente.
A nivel psicológico se sabe que los y las somatizadores son personas, en las que se percibe
una excesiva aprensión y una gran sensibilidad para detectar en su organismo anomalías sin
significación clínica, las que convierten en el centro de su atención al interpretarlas de
forma amenazante.
Existe gran tendencia a somatizar aquellas personas que tienen dificultad para manifestar
sus emociones y sentimientos, niños, adultos, ancianos, de todas las edades y sexos; no hay
excepciones.
El tratamiento exige una serie de cambios en el comportamiento del paciente. Si se le ayuda
a cambiar su conducta ante los síntomas, puede ocurirr que éstos tengan una menor
intensidad, así como un cambio en la forma de interpretarlos: el paciente debe experimentar
por sí mismo de qué manera la distracción disminuye los síntomas y el aburrimiento los
aumenta.
El objetivo principal del tratamiento es ayudar al paciente a cambiar la percepción que tiene
de sus síntomas, esto quiere decir aprender a interpretarlos desde una perspectiva
psicológica más que organiza.
BIBLIOGRAFIA:
Psicológa Clínica
Celular 088-42410
INTRODUCCION