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Cuba ante mis ojos:

el precio de vivir
de este lado del bloqueo

MSc. Lic. José Luis Montes de Oca Montano


Gestor de Información en Salud
Máster en Estudios Sociales de la Ciencia y la Tecnología

Cuba. Año 2017


Copy right: JOSÉ LUIS MONTES DE OCA MONTANO
Reservados todos los derechos.

ISBN: 978-84-95062-88-8

La edición, revisión y asesoría al autor de este libro han sido realizadas por EDITORIAL
MÉDICA JIMS, S. L. de Barcelona.

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del presente libro fueron obtenidas en https://pixabay.com/es, bajo licencia
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La presente obra constituye una compilación de artículos, algunos inéditos y otros


ya publicados por el autor. Los artículos ya publicados anteriormente son:

• Cuba: el cuentapropismo como modalidad de empleo no estatal. Sobre sus in-


convenientes, violaciones e ilegalidades. Artículo presente en: Revista Caribeña
de Ciencias Sociales. ISSN: 2254-7630. http://www.eumed.net/rev/caribe/
index.html. Revista editada por el Grupo Eumed.net (Servicios Académicos In-
tercontinentales S.L.). URL del artículo: http://www.eumed.net/rev/caribe/
2016/04/cuentapropismo.html

• Cuba: Compleja amalgama de factores involucrados en el fenómeno de Pirá-


mide Socio – Económica Invertida. Artículo presente en: Revista Caribeña de
Ciencias Sociales. ISSN: 2254-7630. http://www.eumed.net/rev/caribe/index.
html. Revista editada por el Grupo Eumed.net (Servicios Académicos Intercon-
tinentales S.L.). URL del artículo: http://www.eumed.net/rev/caribe/2015/
12/piramide.html

• Complejo entramado de factores sociales, culturales y económicos imbricados


en la problemática actual de la transportación en Cuba. Artículo presente en:
Revista Caribeña de Ciencias Sociales. ISSN: 2254-7630. http://www.eumed
.net/rev/caribe/index.html. Revista editada por el Grupo Eumed.net (Servicios
Académicos Intercontinentales S.L.). Bajo el título: Cuba: sobre la transportación
de pasajeros, coches tirados por caballos y otras complejidades. URL del artí-
culo: http://www.eumed.net/rev/caribe/2017/01/transporte.html
Cuba ante mis ojos: el precio de vivir de este lado del bloqueo

Agradecimiento

A mi amada y sufrida madre, por sus miedos y desvelos,


por su amor, por la forma que tiene de soportar
estos tiempos interesantes que pesan hoy sobre su ancianidad.

A mi perrita Nina,
quien nunca ha pasado por el dolor de ver su plato vacío.

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Cuba ante mis ojos: el precio de vivir de este lado del bloqueo

Prólogo

Ante el cubano promedio la vida cotidiana va develando su afán, ella transcu-


rre entre dificultades y carencias materiales, soluciones emergentes a problemas
acuciantes y un ajetreo constante, casi paroxístico; en el que se afirman las exi-
gencias propias de la vida humana en sociedad.

El ciudadano de a pie se sorprende a sí mismo en medio de una nación que se


juega el todo por el todo en lo que respecta a su propio desarrollo. Es esta una so-
ciedad convulsa, signada por su reverberante realidad económica, en buena parte
impuesta por la necesidad.

Aquí una subjetividad social irrumpe con rasgos característicos del instante en
que se vive, con sus contradicciones y virtudes abiertas a la reinterpretación, in-
cluso a la recodificación de valores universalmente válidos que se derriten y de-
forman bajo el calor del asfalto citadino, y a la edificación de nuevos sucesos por
venir. Complejas y abundantes son las relaciones del entablado social, en un con-
texto de racionalidad, racionamiento, incertidumbre y surrealismo más allá de lo
que se creería posible o tolerable.

Un escenario social como el aquí descrito no puede estar exento de grietas tem-
porales, de agujeros en el complejo concierto de mecanismos encargados de ga-
rantizar el orden interior y la tranquilidad ciudadana, toda vez que se encuentran
en constante tensión los instrumentos sociales y jurídicos responsables de impedir
violaciones y desafueros.

Como criollo asalariado consiente de la realidad que me circunda, he soñado


despierto con la posibilidad de arrojar luz sobre los sucesos cotidianos que más
me impresionan, sobre los fenómenos socio-económicos que dan tinte a la realidad
de millones de seres humanos en Cuba; porque nos conmueven y preocupan, por-
que nos motivan e inundan, aunque en muchas ocasiones muy poco o nada po-
damos hacer para revertir los efectos que, como pesadas sombras, tales fenómenos
tienen sobre nuestra cotidianeidad y en general sobre nuestras vidas.

Lo que aquí les entrego es una compilación, hecha a prisa en los raticos de que
dispongo en casa, entre jornada laboral y jornada laboral, aún con el calor del sol
sobre mi espalda, con el recuerdo ardiente de lo vivido en una mano, mientras en
la otra sostengo la pluma y la esperanza, la de poder cumplir ese sueño, el de des-
cribir y explicar en lo posible aquellas oscuridades de lo vivido, aquellas sombras
que nos desbordan y lastran.

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Cuba ante mis ojos: el precio de vivir de este lado del bloqueo

Índice

Cubanece. El despertar del Maceta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6


Como cada día en nuestra tierra, hoy también Cuba amanece . . . . . . . . . . 6
Nacimiento de un concepto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
Rasgos comunes que identifican al maceta. Pinceladas de un estereotipo . . 8
Conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9

Cuba: El cuentapropismo como modalidad de empleo no estatal.


Sobre sus inconvenientes, violaciones e ilegalidades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10
El trabajo por Cuenta Propia se reordena en Cuba . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
Incremento exponencial de esta modalidad de empleo y sus consecuencias 12
El llevado y traído tema de la obtención de materias primas y otros recursos
en el mercado negro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14
Conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16
Referencias bibliográficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16

Cuba: Compleja amalgama de factores involucrados en el fenómeno


de Pirámide Socio – Económica Invertida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18
La pirámide y el salario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19
Conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23
Referencias bibliográficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23

Complejo entramado de factores sociales, culturales y económicos


imbricados en la problemática actual de la transportación en Cuba . . . . . . 25
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
Altibajos de la transportación pública de pasajeros en Cuba . . . . . . . . . . . . 28
Una solución y sus complejidades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31
Conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36
Referencias bibliográficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37

Cuba: Aproximación al fenómeno de la indisciplina social desde


el complejo entramado de actores y factores socioeconómicos
que lo perfilan . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39
Desarrollo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40
Baños públicos en franco peligro de extinción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41
Conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47
Referencias bibliográficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48

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Cuba ante mis ojos: el precio de vivir este lado del bloqueo

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Cuba ante mis ojos: el precio de vivir de este lado del bloqueo

Cubanece. El despertar del Maceta


Como cada día en nuestra tierra, hoy también Cuba amanece.

Cubanece; un nuevo manto de tenue luz matutina cae con ligereza sobre toda
la geografía cubana, pero para “El Jimmy” es aún bastante temprano, él no tiene
prisa por levantarse, en su mesa de noche ya no hay reloj despertador que marque
el inicio de sus esfuerzos matutinos por llegar temprano al trabajo, tales tiempos
quedaron atrás; en su vida actual no están presentes las rayas rojas ni los jefes exi-
gentes, “El Jimmy” es su propio jefe. Y como los “negocios” le han ido bien últi-
mamente y aún no acaba el verano, le propone a su chica pasar el día en la playa.

Yolanda, su mujer de turno, es una mu-


lata joven con cuerpo de guitarra prima y
mucho menos edad que su papi, “El
Jimmy”, ella tampoco tiene obligaciones
laborales que cumplir, aunque hace ya va-
rios años se graduó de maestra, pero ella
ya “cumplió su servicio social” y “papito”
cubre todas sus necesidades y antojos
mucho más allá de lo que cubriría su sala-
rio en una escuela.

Después de un abundante desayuno se


les ve montando en su almendrón a la feliz
pareja, el interior del vehículo reverbera ya
con los primeros “acordes” del último hit
salsero exitoso y parten en busca de algunos socios, para pasar más tarde por una
estación de servicios, adquirir la cerveza enlatada y terminar con rumbo a la playa
más cercana.

En no pocos países latinoamericanos semejante ritual resultaría común, al


menos durante los fines de semana, y pudiera hasta pasar inadvertido, pero al
tratarse de un proceder fuera del alcance del cubano promedio, incluso por re-
sultar económicamente muy poco viable para la mayoría de nuestros profesiona-
les; esta forma de actuar señala a “El Jimmy” y a sus cuates como integrantes de

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Cuba ante mis ojos: el precio de vivir de este lado del bloqueo

una nueva casta de adinerados que frecuenta playas, restaurantes y bares en boga
de los barrios más “chic” de la Cuba de hoy. Para algunos, ellos son los “nuevos
ricos” de la Cuba moderna, mientras que otros le adjudican el apelativo de “ma-
cetas”, término más antiguo, propio de finales de los años 80 del pasado siglo,
cuando a un conjunto de individuos que ostentaban un nivel de vida sospecho-
samente elevado, se les exigió que probaran el carácter lícito de sus ingresos.
Aquellos que habían amasado enormes sumas de dinero y bienes de las maneras
más oscuras e ilegales, tuvieron que responsabilizarse por sus actos ante la mirada
aprobatoria de las mayorías.

Nacimiento de un concepto

A la altura de la primera mitad del siglo XXI en Cuba, ya no resulta difícil a


cubano alguno identificar a uno de esos nuevos ricos o macetas, mucho menos
cuando se les tiene en frente. Claro está que definir al personaje puede ser algo
más desafiante, y esto se debe a la policromía de aristas que configuran y aderezan
a este singular actor social. En un intento por perfilarlo
se le puede describir como aquel individuo al que no se
le reconoce un vínculo laboral legal y estable, provisto
de un abundante capital misteriosamente amasado, aun-
que algunos reclaman haberlo recibido “de afuera” y que
están en condiciones de invertirlo y reinvertirlo en ne-
gocios ilícitos para obtener de esta forma un lucro
considerable a expensas de las necesidades y ca-
rencias de toda una sociedad.

Difícilmente puede caracterizarse al


nuevo rico promedio de “hombre de ne-
gocios”, y es que este ilegal buzo de los
oscuros fondos de la bolsa negra cu-

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Cuba ante mis ojos: el precio de vivir de este lado del bloqueo

bana, raramente opera dentro de los límites legales que respetaría cualquier em-
presario decente; porque su verdadero negocio consiste en descubrir y aprovechar
agujeros en las actividades económicas lícitas que tienen lugar hacia el interior de
la sociedad cubana.

Es común ver nuevos ricos dedicados a la compra-


venta de ropa procedente del extranjero (mercadería
traída por mulas), al cambio de monedas (CUP-CUC),
o a la reparación de electrodomésticos para luego re-
venderlos. Algunos fungen como agro-intermediarios,
o sea, que se dedican a comprar camiones enteros de
agro-mercancías para venderlas más tarde al más alto
precio posible. Tampoco falta el macetón que imita al
cuantapropista honesto, estableciendo negocios con o
sin fachada legal y haciéndose pasar por panadero o
dulcero, acto por medio del cual desafía todos los me-
canismos estatales de control para establecer su nego-
cio y colocar el producto de su actividad ilícita en las
mismísimas entrañas de la bolsa negra cubana.

Rasgos comunes que identifican al maceta. Pinceladas de un estereotipo.

Si algo caracteriza al nuevo rico cubano es su ostentación, la tenencia y abun-


dancia de recursos con los que no puede siquiera soñar el especialista mejor re-
munerado, o el trabajador de a pie que en mejores condiciones esté de aportar a
nuestra sociedad.

El maceta promedio no oculta su lujoso equipo de sonido, al contrario, hace


partícipe de la música de su preferencia al resto del vecindario. Este “hombre de
éxitos” (o mujer) luce con orgullo un número indeterminado de cadenas que se
entremezclan con algunos collares de santería, sobre su pecho descansan medallas
de vírgenes católicas y cuentas multicolores en un alarde de “sincretismo religioso”
que lo “protege” de supuestos enemigos, envidiosos, así como de los probables
embates provenientes de la veleidosa fortuna.

Comprender la jerga de un maceta tampoco es cosa sencilla, las deformaciones


de que es objeto nuestro idioma por parte de estos “amos del dinero fácil” están es-
trechamente relacionadas con la resemantización de algunos términos provenien-
tes del español, el inglés y de algunos otros idiomas y dialectos.

Ellos le llaman “lucha” al intrincado tejido de actividades ilícitas en el que tie-


nen comprometido una buena parte de su caudal, cuando las autoridades refinan
sus mecanismos de control y se acortan las brechas aprovechables por el maceta,

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Cuba ante mis ojos: el precio de vivir de este lado del bloqueo

este personaje suele referir que… “la jugada está apretá”. Para ellos “resolver” sig-
nifica solucionar algún contratiempo o apoderarse de algún recurso de la manera
más turbia, barata y rápida posible. Otro término empleado por el maceta es
“bisne” que proviene del término Business, lo cual significa negocio, asunto u ocu-
pación, en idioma Inglés.

Conclusiones

Como pesado lastre de un proyecto de nación que pugna por actualizar su mo-
delo económico y alcanzar un más alto grado de justicia social, resurgen en Cuba
los “macetas”; integrantes de una antigua casta minoritaria de adinerados que fre-
cuenta playas, restaurantes y bares en boga de los barrios más “chic” de la Cuba
actual. Dotados de los recursos económicos para hacerse sentir, para mal, dentro
de nuestra nación, proyectándose en ocasiones como fuente de antivalores “dese-
ables” ante los ojos de los más inexpertos jóvenes, hacen ostentación y alarde de
recursos que no están al alcance del cubano trabajador promedio. Para algunos,
ellos son los “nuevos ricos” de la Cuba en la que nos ha tocado vivir, ellos son parte
del precio de vivir de este lado del bloqueo.

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Cuba ante mis ojos: el precio de vivir de este lado del bloqueo

Cuba: El cuentapropismo como


modalidad de empleo no estatal.
Sobre sus inconvenientes, violaciones e ilegalidades

Introducción

A todos asombran los cambios económicos, políticos y sociales que se operan


en el globalizado mundo actual, la velocidad con que estos tienen lugar y la cre-
ciente influencia de los medios alternativos; cada vez más empleados por hombres
y mujeres comunes para divulgar sus historias; aquellas que no siempre son re-
flejadas por las instancias oficiales, gubernamentales o por las grandes transna-
cionales de la información, tales medios se muestran demasiado ocupados
protegiendo sus propios intereses, aunque también pongan al descubierto algunas
incómodas verdades de cuando en cuando.

Precisamente en esa dirección nos lleva el presente artículo, va dirigido a mos-


trar con algunos ejemplos, el lado oscuro de un experimento aún desprovisto de
los ingredientes adecuados y del suficiente control, con efectos que presentan in-
calculables repercusiones sobre el futuro de la pequeña, sufrida y aún duramente
bloqueada Isla de Cuba.

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Cuba ante mis ojos: el precio de vivir de este lado del bloqueo

Para la Mayor de las Antillas, su inserción en el convulso entorno económico


mundial, representa hoy un verdadero reto, un desafío que es arrostrado por sus
principales estamentos de poder desde una posición de apuesta a ultranza por la
modificación de su política económica, anteriormente basada en relaciones típicas
de producción socialista, y conducida hoy a través de un proceso de actualización
del modelo económico, caracterizado entre otros aspectos por una mayor descen-
tralización de decisiones, el desarrollo de relaciones económicas horizontales, así
como una mayor capacidad de autofinanciamiento y autonomía para las empresas
estatales.

El trabajo por Cuenta Propia se reordena en Cuba

Como parte de este escenario actualizador de relaciones socio – económicas,


se reordena a partir del 7 de octubre del año 2010, una nueva forma de gestión no
estatal conocida como: “actividad por cuenta propia” o “cuentapropismo” (Muguercia,
2014).

Como lo define Ecured, la Enciclopedia Cubana en Línea (EcuRed, n.d.), quien


basa su concepto en lo especificado por las Resoluciones 32 del 2010 y posterior-
mente las 33 y 34 del 2011, todas emitidas por el Consejo de Ministros de Cuba:
el trabajo por cuenta propia es aquel que “… no se encuentra subordinado a la admi-
nistración de una entidad laboral, sino que asume los riesgos de la actividad que autoprac-
tica en la forma que estime conveniente y apropiada, con los elementos y materia prima
necesarios para su desempeño”. “Este trabajador da empleo, por lo que utiliza el trabajo
ajeno”. “Quien tenga esta categoría ocupacional puede emplear a un familiar u otra per-
sona”. “Da solución a un número de dificultades, a la vez que brinda su aporte a la socie-
dad”.

Lo aquí expresado se aviene a la esencia de la norma jurídica que regula el ejer-


cicio del trabajo por cuenta propia, pero el cumplimiento de estas resoluciones no

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Cuba ante mis ojos: el precio de vivir de este lado del bloqueo

se garantiza sólo a través de su conocimiento y dominio por parte del público en


general, en conjunción con la buena voluntad de quienes practican esta nueva
forma de gestión no estatal.

Es preciso hacer cumplir la letra y el espíritu de las disposiciones relativas al


trabajo del cuentapropista actual, teniendo en cuenta la amplia gama y variedad
que han ido abarcando estas nuevas formas de empleo. Según expresa Nieves
(2015), a partir del criterio vertido a ella por Jesús Sánchez Villalobos, Vicepresi-
dente del Consejo de Administración del Municipio Cabecera en Provincia Villa
Clara, para lograr semejante empresa se necesita “… el accionar conjunto de las fuer-
zas de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), el cuerpo de inspección del Consejo de
Administración Provincial (CAP) y el de la Dirección Integral de Supervisión (DIS), el
Centro de Control Pecuario (CENCOP), Transporte, la Oficina Nacional Tributaria
(ONAT), la Fiscalía y la Oficina de Multas”.

Este complejo mecanismo legal puede parecer excesivo pero se debe conside-
rar que a partir de octubre de 2010, esta modalidad de empleo inició un trepi-
dante ascenso de 157 mil a más de 455 mil trabajadores, siendo las actividades
más representativas, según Muguercia (2014); la elaboración y venta de alimentos
(57 776), el transporte de carga y pasajeros (47 733), el arrendamiento de vivien-
das, habitaciones y espacios (29 952), así como la contratación de trabajadores
asociados fundamentalmente a las gestiones anteriores (91 978). También se pro-
dujo el aumento hasta cincuenta, de las capacidades en restaurantes y cafeterías.

Incremento exponencial de esta modalidad de empleo y sus consecuencias

Es de esperar que el incremento exponencial en la práctica de estas nuevas mo-


dalidades de empleo ejerciera una inusitada presión sobre los mecanismos de con-
trol preexistentes en todas las provincias, la principal razón residió, desde el
mismo comienzo, en la penosa ausencia de un mercado mayorista que garantizara
la adquisición de insumos, materias primas, medios y equipos, en un marco de
legalidad, estabilidad en el suministro, y modera-
ción en los precios, tomando por sentado que nin-
gún mercado minorista está en condiciones de
aportar este marco de oportunidades de negocios a
los interesados, ni de evitar que prolifere la gestión
de los referidos recursos en el mercado negro; sobre
este último particular varios autores del patio ma-
nifiestan su criterio:

“El cuentapropismo y su teoría del Big Bang” (Lara,


2014): “Harina, sal, aceite, queso, jamón, azúcar,
pan… no siempre resultan de un ejercicio honesto…”

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Cuba ante mis ojos: el precio de vivir de este lado del bloqueo

“Por supuesto, se trata también de una cuestión lógica. Si los elaboradores de alimentos
siguieran el guión al pié de la letra, entonces no existirían, en tanto los altos precios y
el desabastecimiento de los mercados, constituyen frenos a su desempeño”.

“Solo así logra Antonio (cuentapropista) asegurar los insumos que necesita. Su harina
no es la cotizada en pesos convertibles ni en CUP (moneda nacional), sale de las pana-
derías –¿de qué otra forma explicar a la gente la mala calidad del pan de no ser con un
asalto a mano armada?-; similar ocurre con el aceite (nada de comprarlo en CUC, iluso
quien lo cree); y el queso, a treinta pesos la libra (un pedacito), procede de las cafeterías,
donde de invertir la misma suma de dinero en bocaditos de queso a 1,40 CUP, se con-
sigue mucho más”. El cuentapropismo y su teoría del Big Bang” (Lara, 2014)

“Tristemente, solo en el margen de la especulación asoma la realidad. El cuentapro-


pismo disimula ser una brecha al desarrollo de los servicios, pero aún no lo es: se ali-
menta de las arcas del gobierno, le estafa, y colma de vicios el círculo donde va el
dinero…”. El cuentapropismo y su teoría del Big Bang (Lara, 2014)

“… Importa la salud económica de un país saqueado desde adentro, y no hablamos de


prescindir de un sector necesario en la sociedad, sino de perfeccionar un sistema irre-
gular, deforme, no definido”. El cuentapropismo y su teoría del Big Bang (Lara,
2014)

El autor del artículo antes citado asegura que: “las opiniones aquí vertidas no emer-
gen del vacío, emanan, por el contrario del intercambio con funcionarios del Ministerio
de Comercio Interior (MINCIN), trabajadores no estatales y cubanos hechos de palo y pie-
dra”.

Por otra parte Muguercia (2014) trae a colación las palabras de Jesús Otamen-
diz, directivo del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) cuando pone
en relieve la necesidad de “… velar y enfrentar las violaciones en las licencias, evasiones
fiscales y el mercado negro”, reconociendo que en algunos casos, la proliferación de
estas prácticas ilegales se debe a un control inadecuado.

Mientras en Sancti Spíritus, un artículo de agosto de 2015 (Ojito, 2015) refiere


la imposición de 1320 multas aplicadas tan solo en los seis primeros meses del
año, cuyo valor ascendió a casi 1 067 000 pesos. Este trabajo periodístico informa
que el grueso de lo recaudado por concepto de las multas se asocia a violaciones
de las normas higiénicas, irregularidades en la documentación y se aclara que una
tercera parte está relacionada con la comercialización de los productos industria-
les.

Otras consideraciones de importancia emanan de este artículo; su autor nos co-


menta lo inquietante que resulta que de más de mil multas aplicadas, apenas 11
fueran impuestas debido a la utilización de materia prima no autorizada y se pre-

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Cuba ante mis ojos: el precio de vivir de este lado del bloqueo

guntan:“¿Quién no sabe que de almacenes estatales salen subrepticiamente y en fila india


productos y materias primas camino a los particulares?”

El llevado y traído tema de la obtención de materias primas y otros recursos


en el mercado negro.

Este particular pide a gritos ser abordado con hechos que ilustren y fundamen-
ten los criterios hasta aquí vertidos, de lo contrario semejantes puntos de vista pa-
recerían arbitrarios o emanados de la fértil imaginación de sus autores. Los
siguientes, constituyen casos concretos que aportan solidez a los argumentos.

El primero de estos casos nos llega de la pluma de Muguersia (2014) quien


relata el “cierre de la Fontanella una de las mejores dulcerías por cuenta propia de la ca-
pital cubana, con altos índices de venta gracias a su variada oferta y excelente servicio…
” Lo cierto es que este establecimiento se las ingeniaba para vender “… unos 300
cakes diarios cuando en la capital cubana no aparecían huevos o leche”. Las verdaderas
razones del cierre fueron provistas por Isabel Hanze, Directora Provincial de Tra-
bajo y Seguridad Social de la Habana quien informó que “tras realizar la inspección
al área, se detectaron violaciones en la licitud de la obtención de materias primas para la
confección de los dulces, el pago de impuestos por trabajadores contratados y siguiendo el
procedimiento en estos casos, se le retiró la licencia a titulares y a todos sus trabajadores”.
En opinión de esta directiva: “tenemos que insistir en la disciplina y en la cultura para
tributar, igualmente se repiten las violaciones urbanísticas y la obtención de materias pri-
mas por vías que no son lícitas. La energía con que combatamos esto va ser buena para los
laboriosos y decentes que no se han salido del marco regulatorio establecido”.

Como cubano, desearía que historias como esta no fueran el


común denominador de nuestros días, cuando en realidad im-
pregnan nuestra cotidianeidad más allá de lo que desearía-
mos ver; cercana se encuentra aún en el tiempo, la historia
real contada por Zulariam Pérez Martí y publicada en el Pe-
riódico Cienfueguero 5 de Septiembre del 11 de diciembre
de 2015, quien refiere la detención policial de un vehículo
panel perteneciente a una Empresa del Ministerio de las Co-
municaciones en Cienfuegos, como explica la periodista: Para
el momento en que este medio de transporte es detenido, (casi al
final de la ruta, en el kilómetro 12 rumbo hacia el Poblado de Amarillas, Provincia
de Matanzas) “…el chofer y sus acompañantes tenían prevista la justificación de que los
133 cubos (conocidos popularmente como tinas) de helados llevados en el interior del ve-
hículo, estatal por demás, solo serían trasladados para el Coppelia Kairo, de la capital pro-
vincial. Pero resultó difícil de creer, pues tal entidad gastronómica se encontraba a unos
60 kilómetros de distancia en sentido contrario del lugar donde fueron chequeados”. “En
el transcurso de la investigación se esclareció que los 330 litros de tal producto alimenticio

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Cuba ante mis ojos: el precio de vivir de este lado del bloqueo

se almacenaban en la Empresa de Soluciones Mecánicas (SOMEC) de esa localidad, sin


mediar contrato ni documentación que justificara su existencia en las neveras, y tenían
como encargo la venta a las paladares del poblado de Amarillas a un precio máximo de
100 pesos en moneda nacional por cada tina”.

El artículo aquí citado revela otros elementos igualmente inquietantes, relativos


a la presencia de un mercado subterráneo, que pugna por diversificarse y organi-
zarse, lo que a continuación refiere la especialista de la noticia refleja la realidad
del Cienfuegos de finales de 2015: “En casi todos los barrios existen vendedores am-
bulantes que pregonan “el bocadito de helado”; aparecen por las tardes y portan en sus
medios de transporte ingeniosas maneras de conservar el alimento”. “A ellos, en virtud
de clientes, les hemos preguntado procedencia de la oferta y la totalidad ha respondido:
“De Coppelia, es helado de Coppelia”. “Las características inconfundibles de ese producto
llegan a los hogares perlasureños por otras vías, como el expendio de bolas o vasos en di-
versos puntos de la geografía citadina. Para ello se apoyan en la inmunidad que varios
años de “negocio” demuestran”.

Por su parte Menchaca (2014) nos cuenta de su incursión por la esquina de Ga-
liano y San Martín, en el mismo corazón de La Habana, “…muy cerca de donde antes
había varias tiendas improvisadas en locales mal iluminados y poco aseados, pero bien sur-
tidos, Yuniesky propone con sigilo “pitusas, shores y tenis de marca”. “Es un mulato que
no llega a los 30 años, con cara de pícaro y pose de marginal, que se niega a decir su apellido
y probablemente dice un nombre falso, pero que ofrece “lo que quieras en ropa, mi socio,
pero sin bulla porque esto está malo”. “No se anima a explicar si lo que ofrece es su propia
mercancía o la de otro dueño, como tampoco aclara si está liquidando viejas existencias o
artículos recién adquiridos, aunque insiste en que “lo que tengo es lo que se lleva”.

El autor de este artículo aporta lo siguiente: “Yuniesky es un ejemplo de lo que


ocurre en un ínfimo sector de los antiguos vendedores de ropa que tenían licencia como
sastres o modistas”.

16
Cuba ante mis ojos: el precio de vivir de este lado del bloqueo

“Ahora son pocos los que venden ropa im-


portada pero menos los que proponen confec-
ciones propias, lo que comprueba que ese
mercado se sustentaba en la importación de
artículos traídos desde Ecuador, Panamá,
México, España y hasta la mismísima
Miami”.

“Esas compras fuera del territorio nacio-


nal constituyeron una sangría de divisas para
las arcas estatales, pues los dueños de las tien-
das compraban dólares, viajaban al extran-
jero, allá adquirían los artículos con ese
dinero y regresaban a Cuba para vender en
CUC y reiniciar la compra de divisas”.

Conclusiones

A partir de octubre de 2010, la modalidad de empleo no estatal conocida como


cuentapropismo inició un trepidante ascenso, siendo las actividades más repre-
sentativas la elaboración y venta de alimentos, el transporte de carga y pasajeros,
entre otros. Este incremento exponencial ejerció una inusitada presión sobre los
mecanismos de control preexistentes. Constituyó desde el comienzo y se mantiene
aún como un elemento desestabilizador en esta ecuación la penosa ausencia de
un mercado mayorista que garantizara la adquisición de insumos, materias pri-
mas, medios y equipos, en un marco de legalidad, estabilidad en el suministro, y
moderación en los precios, que a su vez evitara la proliferación en la gestión de
los referidos recursos hacia el interior del creciente mercado negro. Los casos aquí
ofrecidos ilustran el desvío de materias primas y recursos, ilícitamente redirigidos
hacia los cuentapropistas, así como la adquisición de otros productos que se ven-
den “a oscuras” sin el más mínimo amparo de las leyes vigentes. A pesar de lo
descrito aquí, el problema consta de muchas otras aristas y recovecos por lo que
el presente artículo es apenas una breve mirada a una problemática mucho más
compleja.

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18
Cuba ante mis ojos: el precio de vivir de este lado del bloqueo

Cuba: Compleja amalgama


de factores involucrados en el fenómeno
de Pirámide Socio – Económica Invertida

Introducción

Las poblaciones de las actuales y


modernas sociedades están fami-
liarizadas con el término “pirámi-
de”, siendo este un vocablo que se
utiliza con regularidad y en muy
disímiles ámbitos. La imagen men-
tal que un individuo se construye
al escuchar esta palabra debería
guardar alguna correspondencia
con aquella construcción de tres di-
mensiones y forma de triángulo,
provista de una base cuadrangular
y que puede o no ser escalonada a medida que remonta altura. A menudo se in-
vocan a las pirámides egipcias como a un ejemplo archiconocido de estas figuras
geométricas construidas por el ser humano, lo cual pudiera atribuirse a su mo-
numentalidad, belleza e imponente imagen (Definición ABC, n.d.).

A pesar de lo aquí referido, la imagen que el presente artículo pretende perfilar


no hereda la hermosura de sus antecesoras egipcias; aunque en ésta también se
aprecia cierto grado de imponente monumentalidad y resistencia al paso del
tiempo, esto sólo sirve para convertirla en una figura tristemente célebre entre los
cubanos que intentan ganarse el pan con el sudor de su frente. Me refiero a la pi-
rámide socio-económica invertida que padece este pueblo cubano desde hace ya
algunos años.

Como autor me encantaría poder aportar aquí una definición de “pirámide


socio-económica invertida” enunciada a tenor de la realidad cubana actual, y ya
que en su lugar los artículos del patio sólo ofrecen un análisis parcial de las ma-
nifestaciones fenoménicas del problema, el presente trabajo pretende describir el
fenómeno, desde la óptica de sus actores históricamente beneficiados o perjudi-

18
Cuba ante mis ojos: el precio de vivir de este lado del bloqueo

cados, así como de sus efectos sociales nocivos y procesos que se localizan en la
periferia de este complejo entramado social.

La pirámide y el salario

El estado actual de los salarios en Cuba com-


parte, en conjunción con otros factores económicos
y sociales, un alto grado de responsabilidad sobre
la aparición y permanencia del fenómeno de pirá-
mide socio – económica invertida, incumpliéndose
así principios que son esenciales para la buena
salud de cualquier sociedad socialista. Algunos
autores se han referido a esta problemática, al pa-
recer estrechamente relacionada con la aparición
del período especial en la isla, y a continuación
ofrezco una síntesis de sus criterios.

“En Cuba, fruto de las deformaciones surgidas durante el “Período Especial”, hoy no
se cumple el principio socialista “de cada cual según su capacidad y a cada cual según
su trabajo”. Hay una pirámide social invertida que hace que quien menos aporta sea
quien mejor viva…” (Sánchez, 2013).

“Durante los años del Período Especial, la distribución de los ingresos monetarios
entre la población cubana sufrió un deterioro producto de la crisis. A partir de las me-
didas que hubo que adoptar en la década de los 90, comenzó a darse el fenómeno de la
“pirámide invertida” en los ingresos, al desvincularse de un mayor poder de compra
la actividad laboral de alta calificación y ganar preponderancia la tenencia de divisas”
(Rodríguez, 2013).

“…los elementos que determinaron la distribución de los ingresos monetarios por ha-
bitante en los años 2005-2006 se centraron en el acceso a la divisa, el tipo de cambio
del CUC, la cantidad de trabajadores asalariados en la familia, la existencia de niños y
amas de casa en el hogar y la escolaridad media del núcleo familiar” (Rodríguez, 2013).

“De este modo, el factor relacionado con la calificación, que había sido determinante en
la diferenciación de los ingresos hasta el Período Especial, pasó a ocupar un lugar se-
cundario, mientras que la posibilidad de acceder a las divisas devino el aspecto de mayor
importancia a partir de 1993” (Rodríguez, 2013).

“Simultáneamente, en la misma medida en que los ingresos reales elevados no estuvieron


al alcance de todos, ocurrió una distribución regresiva de los ingresos monetarios…”
(Rodríguez, 2013).

19
Cuba ante mis ojos: el precio de vivir de este lado del bloqueo

A la luz de las reflexiones realizadas por los autores aquí citados puede infe-
rirse la presencia de otros efectos igualmente nocivos, atribuibles al efecto de pi-
rámide invertida y de algún modo relacionados con la disminución en la solvencia
económica de la mayoría de los profesionales cubanos, pudiéndose hablar por
consiguiente, de un decrecimiento de su presencia e impacto positivo en la vida
social cubana, pues como expresaría Acosta (2013) “… más allá de dañar el bolsillo
del cubano profesional y trabajador, re-
percute de forma introspectiva y retró-
grada en la formación de verdaderos
valores artísticos. ¿Quiénes frecuentan
los centros nocturnos cubanos? ¿Acaso
médicos, periodistas, poetas, ingenieros,
profesores, ejecutivos? Sabemos que no.”

En añadidura, el referido autor


hace alusión a la huella compuesta
por patrones culturales decadentes y
de bajo nivel que en la actualidad im-
ponen los que tienen el dinero para
convertirse en clientes habituales de
estos centros, toda vez que: “¿Hacia quiénes van dirigidos los chistes de sub-mal gusto
de muchos de estos lugares? No hay que dedicar cinco o seis largos años de carrera para
darse cuenta del fenómeno en cuestión, como tampoco de una lamentable regla entre la
oferta y la demanda: el que paga, manda. Y aquí radica uno de los puntos neurálgicos del
problema, pues desde esos malos chistes, la decoración y hasta la mala música ofertada en
disímiles lugares, éstos están diseñados para satisfacer a aquel cliente de bajo nivel, que
quiere verse reflejado en cada una de esas propuestas y, donde, por desgracia, es mayoría
la que asiste. Paradójicamente hay una minoría que asiste pero como grupo minoritario,
no dicta sus patrones culturales y de gusto; es la misma que levanta día a día el sueño de
país que queremos mantener. Es por ello que la marginalidad, la “guapería”, las malas
palabras y demás, repletan la inmensa mayoría de los centros nocturnos de La Habana.”

El abismo que en la actualidad persiste


entre el valor nominal del salario y su valor
real, genera trastornos de importancia capital
que impactan, no solo en el ámbito social en
general, sino la dinámica laboral, la produc-
ción y los servicios, allí donde aún no se han
establecido o consolidado estrategias de pago
por resultados o donde tales mecanismos son
difíciles de aplicar. Al respecto nuestro actual
Presidente Raúl Castro Ruz (2014) declara lo
siguiente “… también es cierto que el salario no
satisface todas las necesidades del trabajador y su

20
Cuba ante mis ojos: el precio de vivir de este lado del bloqueo

familia, lo que genera desmotivación y apatía hacia el trabajo, influye negativamente en la


disciplina e incentiva el éxodo de personal calificado hacia actividades mejor remuneradas
con independencia del nivel profesional requerido. Asimismo, desestimula la promoción de
los más capaces y abnegados hacia cargos superiores, a consecuencia del dañino fenómeno
de la “pirámide invertida”, que se traduce en que, generalmente, a mayor responsabilidad
menor ingreso personal.”

Por otra parte no es menos cierto que un aumento generalizado de los salarios
en el sector estatal sólo causaría una espiral inflacionaria en los precios, al no estar
debidamente respaldado por un incremento suficiente de la oferta de bienes y
servicios. Pero si no se estimula debidamente a los trabajadores, el crecimiento de
la producción pudiera no alcanzar los niveles requeridos y por ende decrecería
ostensiblemente la calidad, esto sería especialmente peligroso en aquellos sectores
que garantizan un adecuado nivel de vida del cubano y sustentan, directa o indi-
rectamente, el desarrollo científico—técnico, industrial, institucional y estatal de
toda una nación, como es el caso de la Salud y la Educación.

Es necesario romper este círculo vicioso articulando estrategias creativas espe-


cialmente dirigidas a los sectores más afectados; a los trabajadores que deberían
ubicarse en estratos más elevados de la pirámide, pero que han sido confinados
a las estrecheces económicas de su base, a los especialistas de las más diversas
ramas del saber, toda vez que su trabajo presenta un mayor grado de complejidad,
asume mayores responsabilidades sobre los procesos productivos y fabriles y en
ocasiones sostienen además determinadas funciones docentes.

La importancia que reviste la disponibili-


dad de profesionales de todas las ramas po-
sibles del saber humano para sus sociedades,
está estrechamente vinculada a su función en
tales conglomerados humanos. Aquí los cate-
dráticos, profesores, ingenieros, médicos y
enfermeras, gestores y difusores del conoci-
miento, entre tantos otros más, constituyen el
combustible intelectual que energiza a las lo-
comotoras de la innovación, el desarrollo, la
investigación científica y el quehacer social
más especializado. Especialmente peligroso
resultaría relegar a estos hombres y mujeres a un lugar de “poca monta” en la pi-
rámide socio – económica cubana, convertirlos en voz minoritaria en el ámbito
cultural o lo que es peor: comprometer de manera creciente y permanente el valor
monetario real que tiene el trabajo honrado en cualquiera de sus formas. Cons-
ciente de todos estos peligros potenciales tanto el estado como la sociedad cubana
cobran consciencia, adoptan medidas y pelean con denuedo para hacer de nuestra
Cuba de hoy y de mañana, una sociedad más justa.

21
Cuba ante mis ojos: el precio de vivir de este lado del bloqueo

De cualquier modo habrá también que hacer algo con cierta pequeña franja de
la pirámide que, a expensas de artimañas y “magias seudolegales”, se erige en la
actualidad como “estrato de nuevos ricos”; porque justifica los más altos ingresos
a partir de remesas procedentes del exterior o coloca a sus integrantes sobre un
pedestal de cuentapropista de éxitos sin precedentes, en
una economía donde aún no existe mercado mayorista y
donde los precios al menudeo no resultan nada amables.
¿A qué esotéricos hechizos estarán recurriendo estos
exitosos “empresarios” para adquirir materias primas
a costos envidiables? Para nada estos “magos” de las
nuevas oportunidades deben confundirse con los
honrados y esforzados trabajadores por cuenta propia que
constituyen la inmensa mayoría de los que hacen suya esta
variante de empleo.

La influencia del dinero fácil en una sociedad, cualquiera que esta sea, genera
una influencia negativa sobre la misma y otorga poder económico a quienes
menos lo merecen, no en balde en el propio Periódico Granma (Órgano Oficial
del Comité Central del Partido Comunista de Cuba) Pedro de la Hoz nos refiere:
“Y como lo ético (o mejor dicho, su falta) se revela también en lo estético, a no pocos nue-
vorricos los vemos vestir marcas y no vestidos; consumir ruido y no música; el sandwich
de pierna y la lata de Coca Cola para los hijitos por encima de la merienda escolar; el último
grito del videojuego exterminador preferible a la mejor enciclopedia digital. Gnomos de
las leyendas nórdicas y muñequitos de Disney adornan casas con chimeneas en el trópico.
Los quince cambios de traje en los quince valiendo más que la excursión familiar con las
amigas de la escuela”(Sánchez, I. 2013).

El Estado Cubano asume, además, la sagrada misión de velar por la sustenta-


ción económica de más de un millón de ciudadanos que dedicaron decenas de
años al trabajo y hoy disfrutan del derecho a su merecida jubilación, pero sus pen-
siones en raros casos pueden enfrentar el costo actual de la canasta de bienes y
servicios. A este sector poblacional le afecta especialmente el fenómeno de pirá-
mide socio-económica invertida, en especial si carecen de descendientes que ga-
ranticen esa ayuda extra que necesita el anciano para cubrir sus innumerables
gastos.

A nadie asombra los beneficios que otorga a un abuelo o abuela el hecho de


disponer de una familia funcional donde se respeten sus derechos y se vele por
su bienestar económico y social, pero la incapacidad de un anciano para solventar
sus necesidades más elementales por medio de sus propios ingresos lo coloca en
una situación de dependencia económica, lo cual sería negativo para su autoes-
tima y su supervivencia por medios propios.

Deben tenerse en cuenta las necesidades crecientes de este estrato en el presente

22
Cuba ante mis ojos: el precio de vivir de este lado del bloqueo

escenario nacional, influenciado por un franco envejecimiento poblacional. Según


expresan los autores Acosta y Hernández (2015 b): “En una estructura económica
de un país como Cuba, tener una población cada vez más envejecida significa más necesi-
dades en el orden asistencial, de servicios de salud, de calidad y confort de vida. Pero tam-
bién mayor consumo, y aumento en la demanda de transporte; y la necesidad de eliminar
barreras arquitectónicas, por ejemplo. De ahí que el envejecimiento en este aspecto será
un fenómeno más o menos problemático”.

“Asimismo, sobre la decisión de tener hijos inciden otros factores como las carencias
económicas, el limitado acceso a la vivienda y el elevado costo para la atención de los pe-
queños, a lo que se adiciona en muchos hogares la falta de servicios de apoyo a la familia
y la coexistencia con adultos mayores que requieren cuidados” (Acosta y Hernández,
2015 a).

Conclusiones

Extensos son los efectos que hacia el interior de la sociedad cubana se extienden
procedentes del fenómeno de pirámide socio-económica invertida, estos van
desde la distribución de los ingresos monetarios entre la población cubana, pa-
sando por el tema de la suficiencia o no de los salarios, la tenencia o no de la di-
visa, el cuentapropismo y su policromía de efectos, la aparición de patrones
culturales decadentes sustentados en la ley de oferta y demanda y la mezcla com-
binada de efectos procedentes del envejecimiento poblacional; la inversión de la
consabida pirámide y muchos otros elementos y actores diferentes y muchas veces
contrapuestos confluyen para concretar un escenario heterogéneo y complejo,
todo un entramado económico, político y social de difícil descripción, donde in-
cluso los pronósticos se tornan azarosos. El artículo aquí presentado no pretende
constituir, ni por asomo, la última palabra en esta materia sino esbozar algunos
elementos y mecanismos de importancia inmersos en esta intrincada amalgama
de factores e incentivar en el lector el interés por estos temas que en los próximos
años, darán mucho de que hablar.

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24
Cuba ante mis ojos: el precio de vivir de este lado del bloqueo

Complejo entramado de factores sociales, culturales


y económicos imbricados en la problemática actual
de la transportación en Cuba

Introducción

En Cuba resulta imposible hablar de un perfeccionamiento sostenido y pro-


gresivo en el frente de la transportación de pasajeros y al estilo de las naciones
desarrolladas del primer mundo. Una amplia amalgama de factores socio-eco-
nómicos y políticos han incidido durante décadas en los altibajos y quebraderos
de cabeza de toda una nación en materia de transporte. Con el objetivo de abor-
dar este difícil tema se hace necesario poner en claro un conjunto de conceptos
básicos, así como deslindar ciertas funciones y responsabilidades, para poder
más tarde referirse a la heterogénea composición de elementos relativos al com-
portamiento de la transportación de pasajeros en la Menor de las Antillas, las
presuntas soluciones aplicadas, que en la actualidad presentan también sus lados
oscuros.

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Cuba ante mis ojos: el precio de vivir de este lado del bloqueo

El transporte es definido (Intef, n.d.) como “…una actividad del sector terciario,
entendida como el desplazamiento de objetos o personas (contenido) de un lugar (punto
de origen) a otro (punto de destino) en un vehículo (medio o sistema de transporte) que
utiliza una determinada infraestructura (red de transporte)”. La actividad del trans-
porte es una de las que mayor expansión ha manifestado en el decurso de los úl-
timos dos siglos, y esto ha tenido, como entes precursores, al aumento del
comercio, de los desplazamientos nacionales e internacionales de seres humanos,
la industrialización y a los más novedosos avances tecnocientíficos que han pro-
vocado además una mayor rapidez, capacidad, seguridad y menor coste de los
transportes, estos adelantos constituyen las más marcadas tendencias internacio-
nales en materia de transportación.

Por norma general se aceptan y conocen a los medios de transporte como a los
diferentes sistemas o maneras de desplazar contenido de un lugar a otro. Estos
se clasifican en “…medios terrestres (ferrocarril, automóvil), aéreos (avión) o acuáticos
(fluviales o marítimos), cada uno de los cuales necesitará unas infraestructuras diferentes
para su funcionamiento: Vías férreas y estaciones para el tren, carreteras para los auto-
móviles, aeropuertos para los aviones, y puertos náuticos para los barcos” (Intef, n.d.).

“Por su parte el transporte colectivo de pasajeros o transporte público exige de sus clien-
tes que deban adaptarse a los horarios y a las rutas ofrecidas por el operador. Usual-
mente los viajeros comparten el medio de transporte y este se encuentra disponible para
el público en general. Incluye diversos medios como autobuses, trenes, ferrocarriles su-
burbanos o ferrys” (Arévalos, 2012).

En Cuba existe consenso en lo que respecta al transporte de pasajeros como


componente imprescindible del proceso de actualización de su modelo económico
y por ello ha sido refrendado en los Lineamientos de la Política Económica y Social
del Partido Comunista de Cuba (PCC), aprobados en el VI Congreso. Específica-
mente los lineamientos 269, 283, 272, 278, 280, 281, 283 y 284 del Capítulo X, Polí-
tica para el Transporte, están referidos al transporte de pasajeros de una forma u
otra (Cubadebate, 2013).

En su artículo “Realidades y perspectivas del transporte de pasajeros en Cuba” pu-


blicado en el año 2013, Cubadebate pone de manifiesto un conjunto de elementos
que caracterizan al sistema de transporte público de pasajeros en la mayor de las
Antillas, a saber:

“Se trata de un servicio público porque se realiza en interés de la colectividad y su ges-


tión es asumida directamente por la administración (gobierno) o supervisada y contro-
lada por éste, y decimos que es un sistema pues tal como explicara el Vicepresidente
Marino Murillo recientemente en la Asamblea Nacional, su éxito depende de un con-
junto de factores de la Sociedad. Es decir, estamos hablando de las transportaciones co-
lectivas fundamentales que garantizan la movilidad de la mayoría de los ciudadanos”.

26
Cuba ante mis ojos: el precio de vivir de este lado del bloqueo

“Aunque existen diversas clasificaciones, por el alcance de estas transportaciones de


pasajeros, se pueden dividir fundamentalmente en: urbanas, todas aquellas que se rea-
lizan en el perímetro urbano, intermunicipal (rural), cuando la transportación se realiza
entre dos o varios municipios, e interprovincial cuando esta se realiza entre dos o varias
provincias”.

“Las organizaciones estatales dedicadas a los servicios de transporte, urbanos e inter-


municipales y rurales, se subordinan a los Consejos de las Administraciones Provin-
ciales y Municipales del Poder Popular, mientras que las transportaciones nacionales
y las de los trabajadores del turismo, se realizan por entidades estatales que se subordi-
nan al Ministerio del Transporte”.

“Actualmente con la ampliación del trabajo por cuenta propia y las cooperativas se ha
incrementado la participación de estas formas de gestión en todos los tipos de trans-
portación, bajo el control de los Gobiernos territoriales. También participan en la trans-
portación de pasajeros, los medios pertenecientes a las entidades estatales que
transportan fundamentalmente a sus
trabajadores”.

En lo que se refiere al Ministerio del


Transporte como organismo rector de
la transportación en el país, el Sitio Web
del Gobierno de la República de Cuba
(Gobierno de la República de Cuba, n.d.)
define y delimita la misión, visión y
funciones de dicho ministerio. Por la re-
levancia que ostenta esta información
para los temas que se abordan en el

27
Cuba ante mis ojos: el precio de vivir de este lado del bloqueo

presente artículo, el autor considera importante traer a colación algunos fragmen-


tos publicados en la referida web:

“El Ministerio del Transporte, es un Organismo de la Administración Central del Es-


tado, subordinado al Consejo de Ministros, Como rector de la actividad, ejerce las fun-
ciones rectoras en el transporte para los restantes Organismos de la Administración
Central del Estado”.

Este ministerio tiene como misión la de “Dirigir, ejecutar y controlar la política


del Estado y del Gobierno en cuanto al transporte terrestre, marítimo, fluvial y lacustre,
su infraestructura, sus servicios auxiliares y conexos, así como la navegación civil marí-
tima. Ofrecer un sistema de transporte seguro, que satisfaga la demanda, respetuoso del
medio ambiente y al máximo nivel de eficiencia para la economía nacional, la sociedad y
el comercio internacional”.

De conformidad con las disposiciones finales sexta y séptima del Decreto Ley
No. 147, además de las funciones comunes a todos los organismos de la Admi-
nistración Central del Estado, El Ministerio del Transporte tiene atribuciones y
funciones específicas, entre ellas sobresale la siguiente: “Conceder, limitar, modificar,
suspender o cancelar las licencias y permisos para la prestación de cualquier servicio de
transporte operado por el sector estatal y privado en todo el territorio nacional, y sus aguas
jurisdiccionales conforme al procedimiento establecido”.

Altibajos de la transportación pública de pasajeros en Cuba

El excelente artículo de Cubadebate, ya referido en el presente estudio (Cuba-


debate, 2013) aporta elementos fundamentales para comprender las complejidades
de este tipo de transporte en dicha nación. Después del triunfo de la Revolución
Cubana y desde sus primeros años, la transportación pública de pasajeros se vio
beneficiada por un fuerte programa inversionista en todas sus ramas, lo cual hizo
posible que en el año 1989 se llegaran a transportar más de 3 mil millones de pa-
sajeros.

Durante la década del 90 del pasado siglo, el transporte público de pasajeros


prácticamente colapsó, afectándose no solo los medios y la infraestructura sino
también la disponibilidad de personal calificado en las especialidades técnicas y
de operaciones que se consideran clave para el éxito de una actividad tan espe-
cializada (Cubadebate, 2013). Esto se debió a los efectos de una situación de emer-
gencia económica conocida en Cuba como “período especial de tiempo de paz”. Esta
fue el resultado de una combinación de factores. En primer lugar, de los profun-
dos cambios políticos, económicos y sociales ocurridos en los antiguos países so-
cialistas de Europa del Este, y de la desaparición de la Unión de Repúblicas
Socialistas Soviéticas (URSS). Los referidos sucesos produjeron la desintegración

28
Cuba ante mis ojos: el precio de vivir de este lado del bloqueo

del Consejo de Ayuda Económica (CAME), que tenía vinculada a Cuba y a mu-
chos países socialistas. Cuba sostenía el 85% de su intercambio comercial con estos
países y mantenía con los mismos estrechas relaciones bilaterales y multilaterales
de colaboración económica, científica y técnica para el desarrollo. Quizá de algún
modo relacionado con lo aquí expuesto, el gobierno de los Estados Unidos de
América decidió recrudecer, desde 1992, las medidas de bloqueo económico, co-
mercial y financiero que habían sido impuestas contra Cuba desde marzo del año
19961 (Ríos, n.d.).

Según datos aportados por Cubadebate (Cubadebate, 2013) y publicados en el


sitio web de la Mesa Redonda (2013), en la década del 80 existían en el país apro-
ximadamente 15 800 ómnibus destinados al servicio público, al desaparecer el
campo socialista y arreciar el bloqueo económico y financiero de los Estados Uni-
dos; este parque se fue deteriorando y disminuyó a 1500 ómnibus. En el artículo
de Mesa Redonda que aquí se refiere, el Director de Transporte de Pasajeros del
Mitrans, Oscar Carbajal, precisó que “…a pesar de los esfuerzos, aún los equipos que
tenemos no satisfacen la demanda”. El directivo enumeró entre las insuficiencias ob-
jetivas y subjetivas del ramo: la falta de ómnibus, la diversidad de marcas y mo-
delos que dificultan la reparación técnica y la sostenibilidad de estos, las malas
condiciones de los talleres, el no cumplimiento de las normas técnicas de las re-
paraciones y mantenimiento habituales, la inestabilidad de la fuerza de trabajo,
los viales en mal estado que atentan contra los vehículos, y la prestación de ser-
vicios con mala calidad (exceso de velocidad, estaciones indebidas, deficiente in-
formación a la población, indisciplinas sociales y la no recaudación), entre otras
fisuras.

En otro esclarecedor artículo publicado por el periódico Granma (órgano oficial


del Comité Central del Partido Comunista de Cuba) (Cabrera, 2015), el jefe técnico
de la base de ómnibus urbanos de Santa Clara, Javier Medina Gómez, declaró que
de los 68 equipos con que disponían en aquel momento, —la mayoría de los cuales
se encontraban paralizados—, con excepción de las Diana, el resto tenía más de

29
Cuba ante mis ojos: el precio de vivir de este lado del bloqueo

15 años de explotación. A continuación se aportan otros datos procedentes del


mismo artículo y que constituyen citas textuales del mismo.

“En el caso de las 30 guaguas Diana que ha recibido la provincia, un promedio de diez, y
a veces más, se rompen a diario, motivado por desperfectos en la caja de velocidad, el cloche,
los frenos o los cranes, entre los problemas más frecuentes, explica el funcionario”.

“En el caso de las Mercedes Benz, de 18 equipos, solo laboran entre cuatro o cinco cada
día, con una respuesta casi nula a las solicitudes de piezas de repuesto por parte de la
firma responsabilizada, a cuya adversidad se suma la de los nueve semiómnibus recibi-
dos en los últimos años, de los cuales casi siempre hay cuatro o cinco rotos en el taller”.

“Otra complejidad, es la crítica situación de las rutas suburbanas, que trasladan a per-
sonas hacia lugares más distantes como el Yabú, Manajanabo, la Base Aérea, Suazo o
Hatillo, entre otros, adonde solo llegan esos medios de transporte, e incluso, cientos de
niños dependen únicamente de esos equipos para poder asistir a sus escuelas, refiere
Javier, quien especifica, que aunque tratan de priorizar los referidos destinos, no siempre
tienen respuesta para las necesidades”.

“Un dato revelador aportado por el directivo municipal, es que para satisfacer la de-
manda de los santaclareños, la entidad debe propiciar unos 840 viajes diarios; sin em-
bargo, en la mayoría de las ocasiones solo pueden dar poco más de 300, en los que
transportan entre 300 000 y 350 000 pasajeros del más de un millón 836 000 que tienen
como plan cada día”.

El complejo escenario aquí descrito ha motivado la aparición de otras variantes


en apoyo al transporte público de pasajeros, estas han constituido experimentos
en los que se comenzó a trabajar a partir del año 2010, lo cual permitió la inserción,
en el 2012, de ómnibus arrendados a sus propios choferes, quienes pagan al Es-
tado una cuota y se quedan con el resto del ingreso mientras pagan los impuestos
correspondientes por sus ganancias. También se han efectuado cambios en el mo-
delo del servicio de taxi con el arrendamiento de los carros, a esto se han sumado
las nuevas cooperativas del transporte urbano, entre otras novedosas opciones
(Rivera, 2013).

La tracción animal, por su parte, se mantuvo sin regular desde la primera mitad
del siglo XX, no obstante, el Estado reconoció la importancia de esta variedad para
el transporte público y estableció en 1997 un conjunto de disposiciones legales y
regulaciones para los servicios de transporte de carga y pasajeros, usando vehí-
culos de tracción animal. Desde 1998 se estableció el requisito de obtener una Li-
cencia de Operación de Transporte con vistas a ofertar servicios de transporte con
tracción animal, de carga y de pasajeros. En el año 2000 había más de 16000 vehí-
culos de tracción animal registrados, brindando servicios de transporte (Ríos,
n.d.).

30
Cuba ante mis ojos: el precio de vivir de este lado del bloqueo

Una solución y sus complejidades

Todo apunta al hecho de que, en Cuba, se han estado gestando soluciones cor-
tadas a la medida de sus características y necesidades, pero lo cierto es que no
todas estas han constituido “soluciones felices”; al menos una de ellas está trayendo
tantos “efectos colaterales indeseables” como beneficios, ese es el caso de la transpor-
tación de pasajeros por medio de coches tirados por caballos. Varios autores se
refieren abundantemente al incontable número de indisciplinas en que incurren
los conductores de estos vehículos, así como a otros efectos nocivos no tan evi-
dentes pero igualmente dañinos que obligan a reflexionar sobre si es esta una
forma eficaz de aliviar la falta de otras modalidades de transporte urbano o una
novedosa manera de complejizar aún más, esta vez para mal, la difícil dinámica
de la sociedad cubana.

Sobre el tema se pronuncia Tiempo21.cu (CMLL, Radio Victoria, 2013), sitio


web de Radio Victoria en Las Tunas, Cuba, por medio de su artículo “En coche o
en bicitaxi… pero disciplinadamente”, cuando asegura:

“…existen cocheros y conductores de bicitaxis, cuyas actitudes al transitar por las calles
afectan a los pobladores del lugar, así como la higiene de los sitios por donde van, amén
del peligro en que ponen a sus pasajeros al no respetar las leyes del tránsito”.

“Entre las indisciplinas, con riesgo para las vidas, está ir por caminos y arterias urbanas
de poca iluminación sin ningún farol que prevenga de su presencia a choferes de vehí-
culos de motor cuya velocidad es mayor. Éstos, al verse de repente ante un coche o bi-
citaxi apagado, frenan bruscamente y son numerosos los accidentes”.

31
Cuba ante mis ojos: el precio de vivir de este lado del bloqueo

“En cuanto a los cocheros descuidados, y son varios los de esa lista, violan un elemento
necesario para transitar. Se trata de la loneta o saco de yute o nylon reforzado para im-
pedir que las heces fecales del animal caigan en la calle”.

“Así, hemos visto durante visitas a ciudades en las cuales por tradición se cuida la lim-
pieza, tal es el caso de Holguín, donde esas excrecencias ensucian y provocan malos
olores que debe soportar el transeúnte, quienes viven en esas rutas, y hasta algún ve-
hículo que carga en sus neumáticos los fétidos residuales”.

“En Las Tunas, por ejemplo, las reclamaciones de los residentes han tenido respuestas
violentas, según manifestaron electores en sus asambleas de rendición de cuentas del
delegado del Poder Popular, por eso reclaman que las autoridades competentes velen
por el cumplimento de la legislación para estos casos”.

Por su parte la Agencia Cubana de Noticias


(ACN) añade otros elementos al ya cargado ro-
sario de problemas causados por no pocos con-
ductores de estos coches tirados por caballos, y
lo hace por medio de un artículo publicado en
este sitio web por Onelia Chaveco (2014), por su
relevancia para el tema que aborda el presente
trabajo, se incluyen aquí varios fragmentos:

“Al caballo cubano debiera hacérsele un monu-


mento. Su utilidad ha sido más que probada por si-
glos, aunque en los últimos tiempos algunos
conductores de coches olviden como tratar a estos
cuadrúpedos y, sobre todo, cómo comportarse en la
vía pública”.

“Sucede así que sobre ese animal doméstico recae


todo tipo de violencia y a su derredor se cierne un conjunto de indisciplinas que tras-
ciende la talanquera hasta llegar a calles y avenidas de ciudades modernas de provincias,
donde más se usan para el transporte público. Tal es el caso de Cienfuegos”.

“Algunos cocheros a cualquier hora del día o la noche propinan una endemoniada paliza
a esos equinos, con lo cual provocan un verdadero escándalo público en la calle”.

“Así se suele poner en riesgo a los demás vehículos que circulan por esas arterias y se
interrumpe el tránsito, en todo un acto de violencia social que va in crescendo”.

“¿Quién controla a esos hombres brutos, más brutos que los propios caballos? Los or-
ganismos que velan por la ganadería, y controlan con censos y otros mecanismos la
existencia del ganado debían chequear periódicamente esta situación”.

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Cuba ante mis ojos: el precio de vivir de este lado del bloqueo

“Incluso, inspectores del tránsito deberían sumarse en la sanción de estos actos de cruel-
dad, devenidos espectáculos que en definitiva son, además, una alteración del orden y
por ende afectan la vida social y tranquilidad ciudadana”.

“Víctor de Armas, cochero de un reparto en Cienfuegos, abundó al respecto que, ade-


más, en avenidas urbanas bien transitadas se realizan competencias en altas horas de
las noches, en ocasiones luego de ingerir bebidas alcohólicas”.

“A veces, los equinos son conducidos por una segunda o tercera persona que no tiene
que ver nada con el cochero oficial ni el ayudante”.

“A su vez, el tránsito en las calles y carreteras se torna harto difícil, cuando ciertos cocheros
transgreden los espacios marcados para su circulación, y los hay que desconocen las señales
del tránsito, sobre todo cuando van a realizar un giro a la izquierda o la derecha”

Otros artículos del patio reflejan opiniones procedentes de la población, este


es el caso del trabajo publicado en 2014 por Yuniel Labacena Romero, en el sitio
web de Cubahora; Primera Revista Digital Cubana, los siguientes fragmentos son
ilustrativos del tema:

“Al fin en nuestro país se habla de este tema”. ”…Yo vivo en la Ciudad de Matanzas
y hay que ver como tratan los cocheros a los animalitos que le dan de comer. Las peleas
de perros ni hablar, y para colmo, ya se permite la lidia de gallos, justificando que es
algo cultural. Las peleas de perros serán ilegales, pero todavía no conozca a nadie que
haya ido preso por eso”.

“Así escribía una lectora sobre el maltrato a los animales, un tema que despierta mucha
sensibilidad pues todos los seres humanos tenemos la obligación de proteger y respetar
la biodiversidad. Como afirmó Mohatma Ghandi, uno de los hombres más sabios de
todos los tiempos, un país se mide por la forma en que trata a sus animales, así que
Cuba ha de fortalecer también sus estrategias sobre el tema”.

Otra situación negativa que afecta a este tipo de transporte no estatal de pasa-
jeros es la presencia de transportistas ilegales, o sea, desprovistos de la adecuada
autorización para ejercer este oficio y que sistemáticamente usurpan el pasaje a
sus “colegas” que sí se mantienen debidamente registrados y autorizados para
brindar este servicio a la población. Sobre este tema versa el artículo de Nieves
(2015, Marzo), cuando nos cuenta que:

“…No se me ocurre mejor apelativo que el de desastre para calificar la situación de la


porción ilegal dentro del transporte no estatal en Santa Clara, porque el pandemónium
de este Oeste en miniatura —incluidas carreras de coches en plena calle Colón, que por
igual atraen al que posee patente y a quienes no— solo confirma que la permisividad
espesa el ajiaco del delito.”

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Cuba ante mis ojos: el precio de vivir de este lado del bloqueo

“Solo por concepto de multas, el pasado mes fueron entregados a los tribunales 22 ex-
pedientes de denuncias por impagos, ascendentes a 4665 pesos. Además, hoy se procesa
la relación de 34 transportistas ilegales que fueron detectados en operativos conjuntos,
de los cuales el 73,5 % corresponde a cocheros”.

“Como parte de las acciones de Inspección Estatal del Transporte, la PNR, Tránsito y
la Dirección Integral de Supervisión (DIS), se impusieron 239 decretos, 167 actas de
apercibimiento y 134 multas a conductores de medios de tracción animal, aparte de la
ocupación y retención durante un mes de 83 coches de caballos”.

El mismo autor incorpora en su artículo el criterio de un cochero que lleva más


de 40 años en el sector de transporte no estatal, este nos comenta: “Esto no es nada
nuevo. Llevo mucho tiempo en la zona del Materno, y no puedo contar las veces que vi-
nieron la policía y los inspectores. Claro, siempre cogen a algunos, quizá les ponen una
multica, pero eso para ellos es nada, porque como no costean ni patente, ni Seguridad So-
cial, ni piquera, ni el 10 % sobre los ingresos, la pagan —si les parece— y continúan aquí,
haciéndonos la vida imposible con tal de cargar el pasaje e irse volando”. “Se están riendo
de nosotros y de la ley, y a uno lo enciende que por el menor atraso en los papeles, así sea
de una semana, nos impongan las peores sanciones, que pueden llegar hasta 700 pesos.
Yo mismo soy un viejo y no puedo trabajar todos los días por problemas de salud, y como
mi caso existen muchísimos, pero cuidadito, al menor error lo que te viene encima es un
monstruo. Entonces, ¿cómo quedamos? ¿La ley ampara al justo o al pecador?”.

La disponibilidad y suficiente distribución de puntos de presencia de coches


tirados por caballos (piqueras), en espacios geográficos previamente identificados
y conocidos por la población, en añadidura al uso de otros medios de transporta-
ción pública de pasajeros, como son los ómnibus, semiómnibus, entre otros, de-
bería ser suficiente razón para que, junto con el incremento de las opciones de
transporte, también se mantuvieran las tarifas establecidas y quizá con el tiempo
algunas de estas mostraran cierta tendencia a la disminución, con el objetivo de
hacer frente a la competencia. Contrario a lo que dicta la lógica, el escenario aquí
descrito se distancia de la realidad en lo que al precio de los coches se refiere, pues
este tiende a mantenerse o a subir. Algunos cocheros llegan a preferir ser alquila-
dos por particulares para su traslado o de alguna forma de carga, en lugar de de-
dicarse únicamente al transporte de pasajeros; toda vez que esta alternativa les
aporta mayores dividendos en menos tiempo y en ocasiones les permite viajar lle-
vando menos peso. El artículo a que se hace referencia a continuación (López,
2014), ilustra en cierta medida lo aquí expuesto y aporta otros elementos útiles en
la comprensión del dilema, estas crudas citas textuales pueden herir la sensibili-
dad de cualquier lector.

“¿Que usted me va a cobrar 20 pesos por tan solo seis cuadras? Esta interrogante, más
que expuesta, casi gritada por una mujer, en la intersección de las calles Simón Reyes
y Ciego de Ávila, en la ciudad cabecera de la provincia avileña, encontró una respuesta

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Cuba ante mis ojos: el precio de vivir de este lado del bloqueo

que dejó estupefacta a la mencionada fémina:


Usted me preguntó que si “alquilaba” el coche
y, si no le cuadra ese precio, vaya a ver si en
la piquera hay algún zonzo que vaya por
menos dinero”.

“Situaciones similares se repiten diariamente.


Y es que, luego de que se hablara del método
oferta-demanda muchos cocheros tienen tari-
fas succionadoras del bolsillo de quien se les interponga en su ruta, cuestión que arrecia
durante las noches, pues la mayoría de los conductores de estos carruajes, las menores
cifras que conocen, amén de las distancias, son las de 20-25-30 pesos”.

“Sume entonces a esto que a los inspectores —individuos con recursos legales para
sancionar una conducta reprobable— jamás se les ve en horario nocturno y que las per-
sonas, ni de día ni de noche, conocen a dónde dirigirse para denunciar alguna viola-
ción…”

“…Urge mayor seriedad profesional del Cuerpo de Inspectores, quitarnos la careta ante
inescrupulosos y estafadores; no ser parte ni voltear la vista cuando se nos desprotege
como clientes, reclamar lo que nos pertenece, y cumplir, también, con lo que nos toca,
en el lugar que nos corresponde”.

Cabe preguntarse qué puede estar pasando que impide la moderación de los
precios y los apetitos, a pesar de que, por lo general, no faltan coches en las pi-
queras durante las horas de mayor demanda, ni resultan despreciables las ganan-
cias legalmente obtenidas por los cocheros durante un día de honrado trabajo.

Una aproximación a esta problemática se localiza en la carta a la dirección, re-


cibida y publicada por el Diario Granma (órgano oficial del Comité Central del
Partido Comunista de Cuba) con fecha 27 de enero de 2012. Una vez más se recu-
rre a la cita textual por lo esclarecedor del texto redactado y su pertinencia:

“No es necesario ser economista, ni experto en Mar-


keting para percibir algo raro en la tan alabada ley de
oferta-demanda, que casi siempre se utiliza como sable
contra quienes —con entera razón a veces, y en otras
ocasiones con inusitado nivel de incomprensión—, se
oponen a los elevados precios de determinados produc-
tos y servicios, esencialmente ofrecidos por trabajado-
res por cuenta propia. Para que esta Ley se manifieste
en toda su magnitud deben coexistir dos condiciones
básicas:”

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Cuba ante mis ojos: el precio de vivir de este lado del bloqueo

“Libre competencia: cantidad de vendedores (competidores) que utilizan de forma dis-


tinta las variables de comercialización (precio, producto, distribución y comunicación).
O sea, un cierto número de oferentes que comercializan sus productos o servicios de
manera desemejante, esencialmente mediante la diferenciación de precios.”

“Libre concurrencia: la capacidad de elección del consumidor. Si no deseo comprar un


producto o servicio del vendedor X, lo haré del Y, o del Z.”

“Pongamos por caso los cocheros: la piquera se atiborra de ellos, pero en términos co-
merciales no pueden ser considerados competidores, aunque satisfagan la misma ne-
cesidad, pues funcionan algo así como una corporación que impone precios a todos sus
miembros. Son dos pesos por tramo y cuidadito con decir lo contrario, porque te bajas.
En esas circunstancias el viajero se ve imposibilitado de acudir a algún otro competi-
dor, ¡pues no existe! Los ómnibus que podrían acudir a su ayuda, casi nunca están a
la hora de ir al trabajo o siempre quedan retrasados. Es un escenario de competencia
monopólica donde no rige una única empresa, sino una asociación informal de cocheros
que abarca más del 50 % de la cuota de mercado del transporte urbano en algunas ciu-
dades”.

“…Los supuestos competidores colaboran en la formación de precios, monopolizan una


abismal cuota de mercado e imposibilitan al consumidor a acudir a otras ofertas.”

Asociaciones informales como la aquí descrita no son infrecuentes dentro del


quehacer del cuentapropismo cubano actual, a esa razón obedece la más que ex-
traña artificial uniformidad que presentan no pocos de los productos y servicios
ofrecidos en este ámbito, sobre todo en lo concerniente a sus precios, se trata de
una extraña modalidad de cofradía que garantiza la homogeneidad de las ofertas
de cara al mercado, el perdedor en este caso casi siempre resulta ser el cliente.

Conclusiones

La transportación, vista desde la perspectiva del papel que desempeña en el


desarrollo de las actuales sociedades, constituye un complejo fenómeno de alcance
mundial; no existe sociedad alguna que pueda aspirar a crecer y desarrollarse sin
poner especial énfasis en el mejoramiento progresivo y sostenible de sus medios
de transporte. A pesar de esto, en Cuba resulta imposible hablar de un perfeccio-
namiento continuado y gradual en el frente de la transportación de pasajeros (al
estilo de las naciones desarrolladas del primer mundo). Una amplia amalgama
de factores socio-económicos y políticos han incidido durante décadas en los al-
tibajos y quebraderos de cabeza de toda una nación, en materia de transporte.
Dentro de este complejo tejido de factores imbricados en tan sensible tema se en-
cuentran: la férrea y resuelta voluntad política del gobierno y el estado cubano,
el advenimiento del período especial con su pléyade de complicaciones y el re-

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Cuba ante mis ojos: el precio de vivir de este lado del bloqueo

crudecimiento del genocida bloqueo económico impuesto a Cuba. Este escenario


está matizado, además, por el desvanecimiento del campo socialista, así como por
los “efectos colaterales indeseables” que, hacia el interior de la sociedad cubana, apor-
tan algunas soluciones con rostro de problema; como la transportación de pasa-
jeros por medio de coches tirados por caballos, modalidad de trabajo por cuenta
propia con incontable número de indisciplinas y otros efectos nocivos que hacen
dudar de si es esta una forma eficaz de aliviar la falta de otras modalidades de
transporte urbano, o una novedosa manera de complejizar aún más la enmara-
ñada dinámica de la sociedad cubana.

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38
Cuba ante mis ojos: el precio de vivir de este lado del bloqueo

Cuba: Aproximación al fenómeno de la indisciplina


social desde el complejo entramado de actores
y factores socio-económicos que lo perfilan

Introducción

El fenómeno de la indisciplina social ha sido ampliamente debatido durante los


últimos años en Cuba, al respecto los medios de comunicación realizan y difunden
minuciosos trabajos de manera sistemática, sin embargo este azote aún lacera la
sociedad y constituye motivo de preocupación para la misma; pues continúa
siendo amplio el rango de conductas mal moduladas, ya sean de autoría individual
o llevadas a cabo por parte de un determinado grupo
de personas, que pueden ser conceptualizadas
como indisciplina social, y que persisten en la
Cuba de nuestros días. Válido es señalar que
estas actitudes o acciones discurren en franco
desafío a los más disímiles mecanismos de con-
trol y ocasionalmente en consonancia con la in-
eficacia de algunos de ellos. Un complejo entra-
mado de actores sociales, factores socio-económi-
cos y legales perfilan el escenario en que se mani-
fiesta este fenómeno.

Para el abordaje de la indisciplina social como tema medular del presente artí-
culo, se torna indispensable definir qué debe contemplarse como disciplina en
este mismo ámbito, al respecto la disciplina social ha sido abordada por diferentes
autores, y se ha conceptualizado como “la observación y cumplimiento de las normas,
reglas, mandatos establecidos por la sociedad. Está vinculada al comportamiento, la con-
ducta, la actitud que asume el individuo y los grupos sociales ya sea frente a un reto, tarea,
problema, necesidad, motivación, con manifestación pública e implicación para la sociedad”
(Wilson Rodríguez, A., & Bernal Velázquez, Y. 2011, Mayo). “Es un prototipo con
respecto al cual cada miembro de la sociedad se mira a sí mismo, se compara con los demás,
estructura las características de cómo debe proceder y se autoevalúa” (Arias B., Gui-
llermo. 1988).

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Cuba ante mis ojos: el precio de vivir de este lado del bloqueo

Por su parte, el Diccionario de Lengua Española lo define como: “el conjunto y


observancia de las leyes o reglamentos que rigen ciertos cuerpos, como la escuela, el ejército
y otros. De ahí que cuando en la sociedad violamos lo expuesto en este concepto estamos
incurriendo en indisciplina social” (Pérez Zamora, A. 2013, Octubre 14).

La indisciplina social, por su parte, queda también abordada por Varona (2008,
octubre), quien la define como la negación de la disciplina, su antítesis, relacio-
nada con la débil observación del orden establecido por la sociedad y su incum-
plimiento. El autor plantea que este tipo de indisciplinas se refleja en la ausente
correspondencia entre la actuación de un individuo o grupo social y los principios,
normas y objetivos de la sociedad ante una determinada circunstancia, reto, tarea,
problema, necesidad o motivación.

Por lo que puede interpretarse del criterio antes referido, la indisciplina social
articula con un comportamiento impropio, indeseable y hasta socialmente perju-
dicial, asumido en ocasiones por individuos o por conjuntos de estos, pertene-
cientes en algunos casos a determinados estratos sociales, quienes se conducen
en franca inobservancia y violación de una serie de leyes o reglamentos vigentes
a disímiles niveles de la sociedad.

Prácticamente en todos los modelos sociales se aprecian ejemplos de indisci-


plina, pudieran mencionarse entre ellos: la falta de carácter crítico y autocrítico
que conducirían a rechazar conductas contrarias a la legalidad y al orden social
establecido, ya fuera por temor, por encubrimiento, o por morboso compromiso
con la parte causante de la indisciplina; la pésima calidad en la elaboración y con-
servación de los productos alimenticios que se venden a la población, en desho-
nesto afán por abaratar los costos a expensas de la salud de los clientes; el cuidado
y respeto que se le debe brindar a la propiedad social; la conducta irrespetuosa
que se observa en algunos conciudadanos al entrar a un ómnibus, tren o cualquier
otra forma de transporte público o el inadecuado volumen al que escuchan la mú-
sica algunos individuos y que se traduce en serias molestias para sus vecinos. El
presente artículo pretende arrojar luz sobre las más comunes, lacerantes y mejor
documentadas formas de indisciplina que se manifiestan en la sociedad cubana
actual, así como la manera en que acciona y reacciona dicha sociedad.

Desarrollo

Ante el cubano promedio la vida cotidiana va develando su afán, entre dificul-


tades y carencias materiales, soluciones emergentes a los problemas más acucian-
tes y frecuentes, y un ajetreo constante en el que se afirman las exigencias de las
actividades que impone la vida, en una nación que se juega el todo por el todo en
lo que respecta a su propio desarrollo.

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Cuba ante mis ojos: el precio de vivir de este lado del bloqueo

Es esta una sociedad convulsa, signada por su reverberante realidad socioeco-


nómica, en buena parte impuesta por la necesidad. Una subjetividad social
irrumpe con rasgos característicos del instante en que se vive, con sus contradic-
ciones y virtudes, abiertas a la reinterpretación y a la edificación de nuevos suce-
sos por venir. Complejas y abundantes son las relaciones del entablado social, en
un contexto de racionalidad e incertidumbre.

Un escenario social como el aquí descrito no puede estar exento de grietas tem-
porales, de agujeros, en el complejo concierto de mecanismos encargados de ga-
rantizar el orden interior y la tranquilidad ciudadana. Se encuentran en constante
tensión los instrumentos sociales y jurídicos responsables de impedir cualquier
violación del ordenamiento capaz de generar afectaciones sociales, a continuación
se describen las preocupantes más comunes tanto para los medios de difusión
como para el cubano de a pie.

Baños públicos en franco peligro de extinción

A todo lo largo y ancho del país, en mayor o menor


grado, está teniendo lugar un comportamiento que ca-
lifica como indisciplina social, pero que en no pocas oca-
siones anda de la mano de la carencia y de la más
urgente necesidad.

Esta conducta está estrechamente vinculada al mí-


nimo de confort que el ciudadano promedio espera en-
contrar y demanda de sus espacios públicos, en contraste con la escasez creciente
de baños y urinarios puestos a la disposición del público en general.

Según Lotti (2016, Noviembre 23) “el asunto merece la atención debida, pues la es-
cena de ver personas (sobre todo hombres) orinando detrás de los árboles, las paradas, o en
los parques, deja de ser algo exclusivo”.

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Cuba ante mis ojos: el precio de vivir de este lado del bloqueo

Por su parte Aroche Cuadro (2016, Junio 19) describe la forma que este fenó-
meno ha adquirido en Santiago de Cuba, donde puede observarse a “... muchos
padres incitando a sus niños a hacer pipi en la vía pública, lo que hasta parece normal,
cuando en realidad es una mala educación, por cuanto la vía pública es un espacio común
y por tanto debe ser respetada por todos, y aquellos irresponsables que estimulan en un
niño lo mal hecho, están contribuyendo a potenciar un futuro joven capaz de cometer ese
tipo de indisciplina social”.

En el artículo de Cuadro se revela un hecho que sobrecoge y preocupa por sus


implicaciones éticas y morales, pues pone al descubierto la paulatina pérdida de
la inocencia que un día primó en la sociedad cubana y que hoy le abandona de a
poco, a pesar de los esfuerzos y desvelos de las organizaciones políticas y de
masas. El ejemplo que ofrece la autora le es revelado por un amigo “… que ha ob-
servado en el horario de la madrugada, personas haciendo pipi en un lugar de alto valor
histórico para todos los cubanos.”

En las palabras de la autora se aprecia una mezcla de indignación y alarma mien-


tras describe la situación: “… me refiero al conocido muro del matadero, aquí en este sitio,
como sabemos casi todos los santiagueros y muchos cubanos, fue fusilado Perucho Figueredo,
creador del Himno Nacional, por tanto, hacer algo así significa que fue muy mal educado o
que desconoce una de las páginas más importantes de la historia de su patria.”

Una posible causa adicional sobrecoge a quien escribe el presente estudio; la


posibilidad de que las aspiraciones, necesidades insatisfechas, carencias materiales
y un estilo de vida basado en la supervivencia a toda costa, sean amalgama cau-
sante de este tipo de indisciplina social, así como el caldo de cultivo perfecto para
conductas antisociales más peligrosas.

Sobre la cuota de responsabilidad que le asiste a


los establecimientos y demás entidades que ofrecen
servicios al público, Lotti (2016) aporta elementos de
juicio que son claves para una mejor comprensión del
alcance del problema:

“Se supone que los establecimientos públicos cuenten con


este servicio. Pero no es así. Cuando se inaugura una
tienda –por ejemplo– no falta el baño. Al tiempo o desapa-
rece o se clausura por algún motivo…”

“La vida nos ha demostrado que para los responsables de


administrar un lugar público (cualquiera que sea) los ser-
vicios sanitarios no constituyen una prioridad. En algunos
espacios funcionan a medias, por así decirlo, pues de tres
lavamanos (u otras piezas) apenas sirve uno…”

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Cuba ante mis ojos: el precio de vivir de este lado del bloqueo

“Otra práctica muy común de encontrar en los centros de trabajo – asumida como una
alternativa – es que alguien se adueña de la llave.” “Hay que pedírsela a… he escu-
chado en más de una ocasión y entonces cuando el fulano se pierde, también desapa-
rece el derecho de ir al baño.”

“Lo preocupante es que ese actuar se está generalizando mientras que los que tienen la
obligación de resolver el problema invierten su tiempo en trazar estrategias y argumen-
tar dificultades.”

Otras indisciplinas parecen estar entronizándose en la actualidad cubana, en


franca violación de los derechos ciudadanos y del respeto que deben profesar
hacia sus usuarios o clientes, aquellos que ofrecen algún tipo de servicio a la po-
blación.

Al respecto Jennifer Rodríguez Martinto (2016), toca el tema “del transporte


urbano y el lucro impune a la vista de todos”, es este el título de un artículo en el
que llama la atención sobre lo que considera una práctica extendida, consistente
en la “… manipulación de la recaudación por choferes de ómnibus de transpor-
tación de pasajeros.”

Según la autora, el complejo control de los ómnibus que circulan por la capital,
cuya cifra ronda los 700, es apenas uno de los factores inmersos en el estado actual
de la situación, la cual caracteriza a través de los siguientes comentarios; dirigidos
al modo de proceder de algunos choferes y otros actores involucrados:

“Algunos cobran el pasaje con el pretexto de agilizar la cola, otros emplean a conocidos
como conductores que velan porque todos paguen, mientras hay quienes optan por apro-
vechar la disposición de pasajeros que, desde su privilegiado primer asiento, extiendan
su mano fuera de la guagua para facilitar el abordaje por las puertas traseras.”

“Sea cual sea la opción seleccionada, lo cierto es que un gran porcentaje del dinero re-
colectado no va a parar precisamente a las arcas de la Empresa de Transporte de La Ha-
bana.”

“Lo oportuno sería, entre tanto, enfrentar a quienes lucran impunemente y a la vista
de todos”.

El Portal Cubano Cubasí, arroja luz sobre el policrómico fenómeno de la trans-


portación de pasajeros en La Habana y lo hace por medio de un artículo, autoría
de Arnaldo Musa (2013); en este se hace alusión a cierto actor clave, por aquel
tiempo ya excluido de la ecuación, se trata de del conductor, que dejó de estar
presente en el Metrobus Capitalino. Al respecto Musa se expresa en los siguientes
términos:

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Cuba ante mis ojos: el precio de vivir de este lado del bloqueo

“Con la llegada de los primeros articulados se tomó la decisión de eliminar al conductor,


porque constituía una fuente de corrupción. Era cierto porque a manera de ejemplo mu-
chos hemos vivido en carne propia cómo delincuentes comunes sustraían carteras, se
las pasaban al conductor quien los hacía bajar, facilitándoles la fuga para que luego los
objetos de robo fueran a terminar debajo de los asientos de los choferes. Esto es un ejem-
plo y lamentablemente no es un hecho aislado.”

Puede asegurarse que la sustracción no ocasional del importe del pasaje no es


lo único que la sociedad cubana tiene que lamentar en materia de recursos inde-
bidamente apropiados por parte de individuos inescrupulosos, que terminan sa-
liéndose con la suya, algunas otras “cosas” se han estado “perdiendo” a lo largo de
estos años.

Muy a propósito del tema, el sitio Cubasí (2016) describe el caso del Parque An-
tonio Maceo, uno de los más céntricos e importantes parques de la Ciudad de la
Habana. En este caso se “… sustituyeron las rejas grandes por unas pequeñas… y la
gente se ha robado buena parte de las rejas.” Por la importancia y gravedad de estos
hechos, se colocan a continuación varios fragmentos textuales del artículo en que
se refieren:

“Evidentemente ha contado con tiempo y tranquilidad para sus fechorías. Arrancar


una reja y llevársela no es cuestión de coser y cantar. ¿Cómo es que nadie ha podido
evitarlo? No le tocaría, claro, a cualquier ciudadano de a pie; pero ¿dónde estaban las
fuerzas del orden?”

“Las instancias que se ocupan del mantenimiento de estos lugares (en este caso, la Ofi-
cina del Historiador de La Habana) invierten cada año grandes cantidades de dinero
en la reposición de elementos sustraídos… un dinero que podría invertirse en labores
de remodelación y conservación de otros lugares.”

“Pero no dan abasto. No acaban de reponer una reja y alguien se roba la otra. A juzgar
por el estado actual del parque, ya lo han dejado por incorregible.”

Hechos muy similares a los aquí descritos y de


muy similar envergadura aparecieron reflejados
en “Venceremos”; El Periódico de la Provincia
Guantánamo, en un artículo fechado en noviem-
bre de 2015, donde se abordó el caso correspon-
diente al robo de los contenedores plásticos
destinados a la recolección de la basura (recogida
de desechos sólidos) de las áreas del Reparto Ca-
ribe y Obrero en la Ciudad de Guantánamo, lo
cual reforzó la presencia de microvertederos en
esas pobladas zonas de la urbe oriental.

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Cuba ante mis ojos: el precio de vivir de este lado del bloqueo

Hurto fue el término que acusó, como causa de la desaparición de estos conte-
nedores, la Directora Municipal de Comunales, Odalis Estrella Torres. El artículo
que sirve de fuete al presente estudio relata como “los malhechores empezaron por
llevarse las barras de acero que servían de bisagra a los contenedores, luego sus tapas…”
y por último se los llevaban en su totalidad, en los pocos lugares donde aún no
estaban mutilados.

Se describe además la denuncia por la desaparición progresiva de estos depó-


sitos, así como la captura de un malhechor “… mientras los hacía pedazos para ven-
derlos en Holguín.”

Actos vandálicos como este (para nada aislados), parecen ser responsabilidad
de ciertos individuos que actúan como depredadores de la propiedad social o de
aquellos bienes que algunas empresas estatales ponen al servicio de la población,
esto trae por consiguiente un deterioro del ordenamiento del medio y de las con-
diciones higiénico – sanitarias. La resultante final es un progresivo deterioro de
la calidad de vida y el confort del ciudadano promedio.

Los depredadores apuestan por la silenciosa complicidad de aquellos ciuda-


danos que son testigos de estos hechos, pero no los denuncian ni obran en forma
alguna para evitarlos o detenerlos. Apuestan a que siempre encontraran inescru-
pulosos receptores ilícitos, que adquirirán sus “mercancías” de dudosa proceden-
cia sin hacer preguntas y pedirán más; porque en los establecimientos de venta al
detalle estos mismos recursos se cotizan a precios más altos o no están disponibles,
o porque el plástico constituye una materia prima esencial para sostener sus pro-
pias actividades productivas y comerciales provistas de una fachada legal, estas
oscuras apuestas casi siempre rinden dividendos y refuerzan la ilegalidad, en un
escenario signado por la ausencia casi absoluta de mercados mayoristas y el pu-
jante florecimiento de una bolsa negra que desvía los recursos del país para fines
muy oscuros y en beneficio de muy pocos cubanos.

Conclusiones

El fenómeno de la indisciplina social ha sido un tema muy llevado y traído du-


rante los últimos años en nuestra Cuba de principios del Siglo XXI. Los medios de
prensa, en sus principales espacios noticiosos, han ofrecido y aún difunden minu-
ciosos trabajos periodísticos que abordan estas problemáticas, sin embargo este
azote aún lacera la sociedad y constituye motivo de preocupación para la misma.
El hecho de que en la población cubana actual se presenten manifestaciones, de la
naturaleza de las aquí descritas; puede deberse a la insatisfacción de determinadas
aspiraciones y necesidades, así como a la presencia de carencias materiales y a un
estilo de vida basado en la supervivencia a toda costa, todo lo cual constituye caldo
de cultivo perfecto para conductas antisociales más peligrosas.

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Cuba ante mis ojos: el precio de vivir de este lado del bloqueo

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