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DISCURSO AMERICA TRABAJA.

Buenas noches.
Durante demasiado tiempo, nosotros en Washington les hemos mentido.
Decimos que estamos para servirles, cuando de hecho, nos servimos a nosotros mismos.
¿Y por qué? Nos impulsa nuestro deseo de ser reelegidos. Nuestra necesidad de seguir
en el poder eclipsa nuestro deber de gobernar. Eso termina esta noche. Esta noche, les
ofrezco la verdad.

Y la verdad es esta: el sueño americano les ha fallado. ¿Trabajan mucho? ¿Siguen las
reglas? Eso no les garantiza el éxito. Sus hijos no tendrán una mejor vida que la de
ustedes.

Diez millones de ustedes no consiguen empleo aunque quieran uno desesperadamente.


Nos ha paralizado la Seguridad Social, Medicare, Medicaid, la asistencia social, las
prestaciones sociales. Y esa es la raíz del problema: las prestaciones sociales.
Que quede bien claro. Ustedes no tienen derecho a nada. No tienen derecho a nada.

Estados Unidos de América se construyó con el espíritu de la industria. Ustedes


construyen su futuro. No se lo dan en bandeja. Y el problema con Washington es que no
les hemos dado las herramientas para construirlo. La única manera de servirles es darles
los medios para servirse a ustedes mismos. Y eso es exactamente lo que planeo hacer.
No dádivas, sino empleos. Empleos bien remunerados.

En las próximas semanas, los líderes demócratas presentarán un programa llamado


“America Works”. Su objetivo es simple: poner a trabajar a los diez millones de
ciudadanos desempleados. A todos ellos. Si quieren empleo, lo tienen.

El costo es de 500 mil millones de dólares. Eso es mucho dinero. Para pagar el programa,
tendremos que replantear radicalmente la Seguridad Social, la asistencia médica y los
beneficios. No podemos mantener el Estado Benefactor como lo conocemos.
Eso no es algo popular para decir. Cualquiera que se quiera postular no se atrevería a
decir esas palabras. Cualquier asesor y consultor y miembro del gabinete le rogaría al
candidato presidencial que no las dijera. Pero yo puedo decirlas. Porque no buscaré la
candidatura demócrata en 2016.

Los candidatos son cautelosos. Tienen que hablar con evasivas. Eluden y andan de
puntillas. Pero prefiero dejar este gobierno habiendo logrado algo de valor que asegurar
otros cuatro años sin haber logrado nada en absoluto.

Franklin D. Roosevelt marcó el comienzo de una era de esperanza y progreso cuando


propuso el New Deal. Y, en ese tiempo, sus reformas se consideraron radicales. Pero él
dijo una vez: “Este país exige que experimentemos de manera atrevida. El sentido común
nos dicta que elijamos un método y lo pongamos a prueba. Y si fracasa, reconozcámoslo
sinceramente y probemos con otro. Pero ante todo, intentemos algo distinto”. Roosevelt
habría entendido mejor que cualquiera la necesidad que hay de probar algo distinto. El
New Deal tuvo éxito durante muchos años, pero ahora debemos intentar algo innovador
antes de que fracase.

Si “America Works” prospera, reinventaremos el sueño americano. Si fracasamos en el


intento, lo reconoceremos sinceramente y probaremos con otro. Pero, ante todo, debemos
intentar algo.
Gracias, y que Dios bendiga a los Estados Unidos de América.
Frank abofetea a su audiencia, no sólo a la ficticia sino a la que disfruta de la serie, al
cuestionar el conformismo de muchos que prefieren seguir en la comodidad antes de
arriesgarse al dolor, mostrándonos que para hacer lo necesario hace falta sacrificio. Su
filosofía desde el primer capítulo: el dolor necesario por sobre el dolor inútil.

EL DESEMPLEO

El Observatorio Político Dominicano (OPD), entidad adscrita a la Fundación Global Democracia y Desarrollo
(FUNGLODE), reveló en su más reciente estudio que la tasa de desempleo juvenil es superior a un 20% y si se
toma en cuenta los jóvenes de 15 a 24 años la tasa aumenta a un 30% en el período 2008-2015, según las
estadísticas disponibles, lo que supone un valor superior al desempleo general en República Dominicana.

“Si se toma en consideración a los jóvenes que recién ingresan al mercado de trabajo (los que comprenden
edades entre los 15 y 24 años) la tasa aumentaría a un 30%, lo que está por encima de la media latinoamericana y
alrededor de tres veces el promedio mundial”, señala el informe que realiza un análisis comparado con otros
países de la región.
“Proyecto de ley de Pasantía Juvenil: desempleo y falta de oportunidades”, de la autoría de Flor Batista Polo y
Jean David de Jesús Adón, coordinadora e investigador de la Unidad de Poder Legislativo del OPD, explica que
en promedio, de 2008 a 2015, la tasa de desempleo juvenil fue 7.2 % más alta que la de desempleo general.
“Lo que preocupa es que aunque el desempleo general se haya mantenido estable con una ligera disminución
durante estos siete años, la tendencia general del desempleo juvenil fuera al alza. También se debe tomar en
cuenta que dentro del grupo de desempleados jóvenes están los jóvenes que ni estudian ni trabajan (NI-NI). La
cantidad de jóvenes que ni estudiaban ni trabajaban al 2015 superaba los 400,000. Este grupo está conformado
principalmente por mujeres, que representan el 63.6%”, enfatizan los investigadores.

En la película El Becario (2015), Robert De Niro encuentra por la calle un aviso de una empresa de comercio
electrónico que solicita un pasante mayor de 65 años. Ben Whittaker –el personaje- opta por el puesto porque a
sus 70 años, jubilado y viudo, se aburre. Sí, es una película. Y estadounidense. Pero si Ben viviera en República
Dominicana lo más probable es que con siete décadas a cuestas no tuviera tanto tiempo ocioso como para
desear ser becario. En nuestro sistema de pensiones, vigente desde 2003, Ben habría empezado a cotizar a sus
58 años y ahora apenas rondarían los 150 meses de los al menos 300 establecidos como mínimo para optar por
una pensión por vejez. O sea, para llegar a esas 300 cotizaciones, Ben tendría que cumplir sus 83 años sin parar
de trabajar.
Por eso, para 2016 la Oficina Nacional de Estadísticas estima que habrá 175,310 personas económicamente
activas (o están trabajando o buscando un empleo) con más de 65 años. Lo que no es poco considerando que
hay 666,952 mayores de 65 años en 2016: es casi un cuarto de la población envejeciente. Pero más preocupante
es que 12,462 personas mayores de 80 años están en esa lista, el 9.3% de la población total en ese tramo de
edad.

“Aquí hay muchísima gente que tiene que trabajar hasta el día que se va a morir porque no tiene pensión”
lamenta Arismendi Díaz Santana, especialista en temas de seguridad social.

175,310 Además de
personas las
con más de cotizaciones
65 años son insuficientes
económicam -apenas el
ente activas 9.97% del
(o están salario
trabajando o cotizable se
buscando un
empleo) en
República
Dominicana.
destina al seguro de vejez, discapacidad y sobrevivencia del Régimen Contributivo- los trabajadores, hayan
empezado a cotizar con los 45 años cumplidos o no, se enfrentarán al cobro de altas comisiones de las
Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) por servicios que no están “a la altura de lo que previó la ley de
seguridad social”, entiende Díaz Santana.
Otra “de las grandes debilidades que tenemos nosotros es que casi el 70% de los fondos están invertidos en
Hacienda y en el Banco Central porque tenemos una economía muy poco diversificada”, afirma.
Pero, ¿puede ser un riesgo tener los fondos tan concentrados? A Arismendi le preocupa que la economía del país
crezca en base a deuda y que se tome prestado para pagar. “Uno no sabe en qué momento puede haber un
default (...) En una economía que se está basando en el endeudamiento externo a la velocidad donde ya nosotros
estamos tomando prestado para pagar (...) cuando ese problema venga a nosotros, clase media, nos van a poner
más impuestos”. Y por eso recomienda que se diversifique la inversión de los fondos.
Arismendi Díaz Santana ( JUAN HERNÁNDEZ) Único país de la región en cobrar sobre la
rentabilidad
Las AFP cobran una comisión mensual sobre el salario cotizable de 0.5% y un 1% del monto por el seguro de
discapacidad y sobrevivencia, como en muchos países de la región. Sin embargo, en República Dominicana
también cobran entre 20% y 25% (empezó con un tope de 30%) de porcentaje anual sobre la rentabilidad de los
fondos del Régimen Contributivo, lo que actualmente no ocurre en otros países de la región (Costa Rica cobró
una comisión por rentabilidad hasta 2010), según datos de la Asociación Internacional de Organismos de
Supervisión de Fondos de Pensiones (AIOS).
Arismendi Díaz explica que en las discusiones para la creación del Sistema Dominicano de Seguridad Social,
mediante la ley 87-01, se planteó que la comisión del 30% se revisara a más tardar al sexto año de operación
porque el objetivo de la misma era “contribuir a la rentabilidad inicial de las AFP para evitar la quiebra de muchas
de ellas y la entronización de monopolios” y que “luego de superado este riesgo inicial, que el CNSS (Consejo
Nacional de la Seguridad Social) reduzca el monto de dicha comisión para elevar la rentabilidad cargada a la
cuenta personal del trabajador, que es el objetivo fundamental del nuevo sistema previsional”. Sin embargo, el
párrafo –aprobado entonces por el Senado de la República- fue “mutilado” en la versión aprobada en la Cámara
de Diputados. Hace unos dos años que la Cámara de Diputados aprobó rebajar la comisión sobre la rentabilidad a
15%, pero aún el Senado no ha conocido esta variación.
¿Cómo es el sistema de pensiones?
En nuestro sistema hay tres regímenes de pensión: el contributivo, el subsidiado y el contributivo subsidiado. Para
lograr la jubilación con el primero es necesario tener 60 años cumplidos y al menos 360 meses cotizados o 55
años y un fondo que permita una pensión superior al 50% de la mínima.

“Aquí hay El Régimen Contributivo cuenta con la modalidad de retiro programado –en la que
muchísima el afiliado mantiene los fondos en la AFP asumiendo el riesgo de longevidad, o
gente que sea, que si los fondos se acaban termina la pensión-; pero también con una
tiene que modalidad de renta vitalicia, pasando a la aseguradora la propiedad de su dinero
trabajar a cambio de recibir la pensión hasta que muera.
hasta el día “Llega el momento de tu retiro. Te dicen que (...) tú tienes tantos millones de
que se va a pesos y tu esperanza de vida es tanto, te lo prorratean entre los meses que tienen
morir porque esos años y entonces te calculan más o menos cuál sería tu pensión”, explica
no tiene Arismendi.
pensión”.
Arismendi El Régimen Subsidiado contempla una pensión solidaria para beneficiar a la
Díaz población con discapacidad, desempleada e indigente, con el fin de reducir los
Santana niveles de pobreza. El Contributivo Subsidiado busca subsidiar a los afiliados que
no completen una pensión mínima y que a los 65 años tengan al menos 300
meses cotizados.

“El sistema de reparto –como el que tiene el Ministerio de Hacienda desde antes de la ley- tiene la característica
de que cuando tú comienzas a trabajar tú sabes, aparentemente, cuánto tú vas a recibir. En este sistema de
capitalización individual –el que establece la ley- no es así, de contribución definida pero de recursos indefinidos
al final. Lo que tú vas a recibir es el resultado de tus aportes, más los del empleador más la capitalización de eso”,
explica Díaz.
¿Y si la persona afiliada muere? En esos casos la pensión pasa a sus sobrevivientes o cónyuges. Si los hijos son
menores de 18 años -o hasta 21 si estudian- reciben una pensión, pero si ya son mayores reciben el monto total
como herencia. Por si las dudas... “ese dinero es tuyo, ese dinero está en tu cuenta y por lo tanto si esa persona
fallece y está casada o bajo unión libre legal lo recibe la sobreviviente, como una pensión de sobrevivencia”,
aclara Díaz Santana.
Aunque se ha aumentado de dos a siete años el tiempo límite para reclamar la pensión por sobrevivencia,
Arismendi considera que esta medida debe ir acompañada de una campaña educativa para que la población esté
enterada y ese dinero no se quede enriqueciendo más a las AFP.
Las personas que entraron a cotizar con más de 45 años no alcanzarán las Para muchos, el sistema de pensiones no es
cotizaciones necesarias para optar por una pensión cuando llegue su edad más que una “cuenta de ahorro”
de retiro. ( MARVIN DEL CID)
Leonardo tiene 65 años. Empezó a cotizar –
como todos- en junio de 2003, y con 52 años. Anda por las 150 cotizaciones y para alcanzar el mínimo de una
pensión debería cumplir 78 años sin parar de trabajar (300 meses para una pensión del Régimen Contributivo
Subsidiado) o esperar a los 83 años para llegar a las 360 cotizaciones del Régimen Contributivo. Aunque para
esta última la legislación ponga como requisito haber cumplido los 60 años, Leonardo tendría que esperar 23
más para alcanzar aproximadamente el 40% de su último salario, que es la estimación de las autoridades de la
tasa de retorno del actual sistema de pensiones.
El sistema de pensiones dominicano es de ingreso obligatorio y actualmente hay cinco AFP operando (Popular,
Reservas, Romana, Scotia Crecer y Siembra). El artículo 43 de la legislación establece que los afiliados que ya
tenían 45 años al momento del inicio de las cotizaciones –en 2003- y “que debido al limitado tiempo de
cotización no alcancen la pensión mínima, recibirán al momento de su retiro un solo pago por el monto de su
cuenta personal más los intereses acumulados”. Se les llama “afiliados de ingreso tardío” porque en su juventud
trabajaron sin cotizar ya que en el país no había una ley de pensiones.
Cuando una persona no clasifica por los fondos acumulados o por la solidaridad, la cotización “se convierte en un
ahorro para el retiro”, indica Arismendi Díaz. Para él, el de los fondos pensiones es mejor mecanismo que algunos
productos financieros disponibles en el mercado porque la rentabilidad promedio es mayor y el 70% es aportado
por el empleador mientras el trabajador aporta el 30% restante. A su entender, sería como una cuenta compartida
en beneficio del afiliado que en 2015 tuvo una rentabilidad promedio de 11.8% mientras en una cuenta de ahorro
no excede el 5%.

“En resumen, tú comienzas a cotizar, esa cotización se va capitalizando, la capitalización aquí es bastante
aceptable, está alrededor de un 11, un 12% real, que es un nivel bastante bueno”, detalla.
Manuel se retiró a los 60 años, de manera anticipada. ( YINETT SANTELISES) Cuando sí hay edad de retiro
Manuel Penche Herrero tiene la risa despreocupada y un andar manso. En la conversación es tan versátil como lo
fue en la actividad económica mientras trabajó. Fue administrativo, electricista, se empleó en empresas de los
sectores eléctrico y comercial e hizo la mili. En una hora, mientras espera que las oficinas a las que ha ido a una
diligencia abran (a las 10:00 am), habla con soltura de episodios históricos que empiezan con el Descubrimiento
de América –o antes, con los vikingos- hasta temas actuales que le preocupan, como la deuda española, las
bolsas, el paro juvenil y los fondos de pensiones. A sus 75 años, Manuel no tiene prisas. Optó por la jubilación
anticipada a sus 60 años (hoy se requieren 67 años). Vive en Aranjuez, a una hora de Madrid en un tren de
cercanías, y en esta mañana de enero se devuelve del edificio al que ha ido en la calle Arenal –a unos pasos de la
Puerta del Sol- hasta el café donde estaba antes a esperar un poco más, pues prefiere caminar o estar de pie solo
lo necesario. Todo por la artrosis. Para esto son las únicas pastillas que dice tomar, por las que no tiene que
pagar. Si fueran más tampoco pagaría. El último intento de cobrar medicamentos a los envejecientes en España
entró en vigencia en 2013 y apenas duró 29 días. El Tribunal Constitucional consideró que cobrar un euro por
receta repercutía sobre una prestación básica “empeorándola desde la perspectiva del ciudadano”. Además de
salud gratuita, los envejecientes tienen descuentos atractivos en transporte, viajes y ocio que puede rondar el
80%.
En República Dominicana hay una ley –la 325-98- que establece beneficios especiales para los mayores de 65
años, como descuentos de hasta 30% en entradas en actividades de recreación y transporte, un 15% en servicios
médicos en hospitales y clínicas privadas, un 10% en consultas médicas privadas y un punto porcentual en
préstamos hipotecarios. Sin embargo, para las personas que ya han pasado esa edad, esta legislación no es más
que “letra muerta”. Ni conocen los beneficios ni se los ofrecen.

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