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IDIOMA ESPAÑOL.

TEORÍA GRAMATICAL I
Profs. Carmen Acquarone – Alicia Gil

UNIDAD INTRODUCTORIA
LECTURA Nº1

MANUAL DE GRAMÁTICA DEL ESPAÑOL


Ángela DI TULLIO
Ed. Isla de la luna. Buenos Aires, 2005

Cap. I. La gramática (pp. 19 – 23)

LA GRAMÁTICA
1.1. Introducción

La lengua forma parte de nuestra existencia cotidiana de un modo tan íntimo que ingenuamente la
consideramos como un objeto transparente del que podemos dar cuenta mediante el sentido común. Como
hablantes nativos de una lengua, sabemos emplearla: contamos con un léxico más o menos amplio,
conocemos, de manera inconsciente, las reglas que permiten formar palabras y oraciones, es decir, tenemos
intuiciones acerca de si están bien formadas o no y reconocemos las condiciones de la situación o del
contexto lingüístico en que una cierta emisión es o no adecuada. Sabemos, por ejemplo, que podemos
generar sustantivos terminados en –or a partir de algunos verbos (correr, pintar, trabajar, etc.) pero no de
otros (llegar, crecer, gustar, etc.), como se ilustra en el contraste entre (1a) y (1b) respectivamente.
(1) a. corredor, pintor, trabajador, iniventor, lector, escritor1, etc.
b. *llegador, *crecedor, *estador, *gustador, *venidor, etc.
Asimismo, somos capaces de determinar, entre otras cosas, que la oración interrogativa de (2b) es una
secuencia gramatical en español; por el contrario, aunque también pregunte por el constituyente Laura (o
ella), (3b) no es gramatical, por lo que aparece precedida de un asterisco*:2
(2) a. Laura / ella llegó temprano.
b. ¿Quién llegó temprano?
(3) a. Laura / ella y Pedro llegaron temprano.
b. *¿Quién y Pedro llegaron temprano?
Por otro lado, advertimos que algunas oraciones tienen más de una interpretación, mientras que otras no.
Si se comparan (4a) y (5a), por ejemplo, se advierte que la primera admite dos lecturas diferentes y la
segunda, solo una. En efecto, el adverbio interrogativo cuándo en (4a) puede modificar tanto el verbo de la
oración principal, como lo muestra (4b), como al de la subordinada (4c). Por el contrario, (5a) solo admite la
segunda interpretación: en (5b) y (5c) cuándo modifica al verbo viene, solo que en (5b) hay que recuperarlo a
partir del contexto:
(4) a. ¿Cuándo dijo María que venía?
b. ¿Cuándo lo dijo?
c. ¿Cuándo venía?
(5) a. ¿Cuándo te parece que viene María?
b. ¿Cuándo te parece?
c. ¿Cuándo viene María?

1
Con el verbo escribir también es posible formar el sustantivo escribidor. Consideremos, por ejemplo, el título del libro
de Mario Vargas Llosa, “La tía Julia y el escribidor”.
2
La gramática generativa introdujo a la disciplina lingüística la convención de que toda oración que no siga las reglas
gramaticales de la lengua que se describa sea precedida de un asterisco.
Sabemos, entonces, formar palabras derivadas y oraciones, así como también advertir las interpretaciones
que admiten las oraciones y sus diferencias respectivas.
Tomar distancia de nuestra lengua para convertirla en objeto de estudio supone, en cambio, adoptar una
perspectiva muy distante de la ingenua y resulta una tarea ardua y poco habitual. Mientras que todos los seres
humanos tienen el primer tipo de conocimiento –el saber hacer de hablantes nativos–, el segundo –el
conocimiento sistemático sobre el funcionamiento de la lengua– es mucho más restringido y de índole
diversa: no es un saber hacer sino un saber científico que puede formularse mediante reglas, principios,
leyes. Este saber proposicional es el que nos permitirá explicar por qué (1b) y (3b) no son construcciones
posibles en español.
A poco que comenzamos a reflexionar sistemáticamente sobre la lengua, advertimos que su
funcionamiento es sumamente complejo no sólo por la cantidad de elementos involucrados, sino,
fundamentalmente, por las relaciones que se establecen entre elementos de varios sistemas y niveles. Por eso
la supresión de una preposición, un cambio en el ordenamiento de los elementos, la alteración de la forma de
una palabra conllevan a menudo diferencias de significado o tornan agramatical una secuencia, como sucede
en el siguiente par de oraciones:
(6) a. El profesor reconoció su error.
b. *El profesor reconoció su alumno.
En ambos casos el verbo reconocer va seguido de un objeto directo pero (6b) está marcado por un
asterisco que indica que contraviene una regla del sistema: en español, la presencia de la preposición a con
los objetos directos personales es obligatoria.
Precisamente el gramático se interesa en reconocer los límites que separan las oraciones gramaticales de
las secuencias mal formadas; por ello se moverá en esa línea fronteriza que le permite identificar los factores
pertinentes para poder formularlos como reglas o principios generales. Esto supone que ha de someter la
construcción que se analiza a una manipulación sistemática, sustituyendo un elemento por otro, alterando el
orden, suprimiendo una unidad o añadiendo otra. A través de estos procedimientos el gramático realiza
operaciones similares a los experimentos que lleva a cabo el científico que pretende describir y explicar un
determinado fenómeno.
Cuando esta actitud reflexiva se torne hábito, estaremos comenzando a actuar como gramáticos. Claro
está que para ello no basta la mera reflexión sino que tendremos que ir adquiriendo un aparato conceptual,
cada vez más complejo y refinado, que nos permita organizar nuestras intuiciones sobre el funcionamiento
del sistema lingüístico. Estos instrumentos teóricos los proporciona la gramática.

1.2. El sistema gramatical

1.2.1. ¿Qué es una gramática?

La gramática se interesa por conocer y explicitar las reglas generales que dan cuenta del funcionamiento
de una lengua, que son las que los hablantes adquieren de manera natural, sin aprendizaje. La gramática
moderna es, básicamente, la descripción de una lengua. En cambio, la gramática tradicional se preocupaba,
principalmente, por cuestione normativas, de corrección: se centraba en los aspectos irregulares de la lengua,
en las construcciones propias de la lengua literaria y en las zonas conflictivas en las que el uso lingüístico se
apartaba de la norma fijada por ellos, generalmente la lengua de los autores reconocidos como clásicos,
dejando de lado los aspectos regulares –conocidos por los hablantes– ya que carecían de interés normativo.
Como su interés básico era la norma de corrección, privilegiaba un enfoque prescriptivo.
La noción de corrección de la gramática normativa se basa en criterios fundamentalmente
socioculturales3: así, una oración como Ojalá haiga mucha gente en el acto es considerada incorrecta porque

3
Desde el siglo XVIII, la Real Academia Española y las academias americanas son las instituciones encargadas de fijar
la norma lingüística en ámbito hispanohablante.
haiga no pertenece al español estándar4. En cambio, para la gramática actual, se trata de una oración bien
formada que forma parte del sistema de la lengua utilizada por hablantes de algunos dialectos y sociolectos
del español5.
La gramática descriptiva debe definir con precisión sus unidades, sus criterios de análisis y la
metodología que va a emplear dentro de una determinada teoría del lenguaje. Para hacerlo, el gramático debe
adoptar ciertos supuestos teóricos que incluyen una cierta concepción del lenguaje humano, de cómo se
adquiere y del modo en que es usado por los hablantes de una cierta comunidad. Supone, también, establecer
una relación entre los principios generales de organización de las unidades a los que se atienen todas las
lenguas y las características específicas de una lengua particular. En este sentido, la gramática es una
construcción teórica diseñada para describir y explicar el funcionamiento del sistema lingüístico6.
El término gramática se ha empleado en un sentido restringido o en un sentido amplio. En el primero, la
gramática solo estudia las unidades significativas y su combinatoria. Comprende dos partes: la morfología y
la sintaxis. La primera se ocupa de la estructura interna de las palabras, es decir, de la identificación y
descripción de sus unidades mínimas de análisis, los morfemas, y de su organización dentro de la palabra.
Así, la morfología determina que palabras como libro no son segmentables en partes que preserven la
dualidad entre sonido y significado en tasnto que palabras como libro-s, libr-ero, libr-ito contienen dos
formantes morfológicos cada una. La sintaxis, a su vez, estudia la combinatoria de las palabras en el
sintagma –unidad intermedia del tipo de el libro, mi viejo libro de gramática, muy interesante, lejos de la
ciudad, leer detenidamente– y en el marco de la oración, su unidad máxima7.
La gramática moderna y, en particular, la gramática generativa8 interpretan gramática en un sentido
amplio e incorpora otros componentes al componente morfosintáctico: el fonológico, que concierne al
sistema de sonidos de una lengua y que determina la pronunciación de una determinada secuencia, y el
semántico, que incluye el significado de las palabras y el de las construcciones de las que aquellas forman
parte. Aquí nos atendremos a la acepción estrecha del término.

4
La lengua estándar es la variedad prestigiosa que sirve como marco de referencia en una comunidad. Esta variedad,
codificada en diccionarios y gramáticas normativas, se utiliza en los registros formales de habla y, sobre todo, en la
lengua escrita.
5
En algunos casos resulta difícil determinar si se trata de agramaticalidad o de incorrección, como en Ojalá haigan
muchas personas en el acto, en la que el plural del verbo transgrede una regla gramatical: no debe haber concordancia
entre el verbo y el objeto directo.
6
Cuando usamos el término gramática podemos referirnos a la gramática implícita del hablante, es decir, al
conocimiento que el hablante nativo tiene de su lengua, o bien a la gramática del lingüista, o sea a la formulación
explícita de ese conocimiento. En este apartado, estamos utilizando el término en este último sentido.
7
La gramática tradicional centró su estudio en la palabra y su clasificación en categorías, por lo que estuvo más cerca
de la morfología que de la sintaxis propiamente dicha. En cambio, en la gramática moderna, fundamentalmente desde
mediados del siglo XX, la oración se convierte en la unidad básica cuyos formantes son las unidades intermedias.
8
El generativismo surgió a mediados del siglo XX a partir de la obra de Noam Chomsky. La gramática generativa
constituye una teoría de la “competencia lingüística, es decir, una teoría que se interesa, principalmente, por dar
cuenta del conocimiento implícito que un hablante-oyente ideal posee de su lengua.

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