RENDIMIENTOS Y BALANCES DE MATERIA Y DE CALOR EN LA
CRISTALIZACIÓN 1. RENDIMIENTOS Y BALANCES DE MATERIA EN LA CRISTALIZACIÓN.
En la mayoría de los procesos industriales de cristalización, la solución (licor madre)
y los cristales sólidos están en contacto durante el tiempo necesario para alcanzar un equilibrio. Por consiguiente, el licor madre se encuentra saturado a la temperatura final del proceso y puede determinarse la concentración final del soluto en la solución a partir de la curva de solubilidad. Entonces, el rendimiento de cristales de un proceso de cristalización se puede calcular con sólo conocer la concentración inicial del soluto, la temperatura final y la solubilidad a esa temperatura.
En algunas cristalizaciones comerciales, la velocidad de crecimiento de los cristales
es bastante baja, debido a alta viscosidad de la solución o a superficies pequeñas de los cristales expuestos a la solución. Por tanto, aún puede haber sobresaturación, lo que da lugar a un rendimiento de cristales menor que el calculado.
Los balances de material se efectúan mediante cálculos bastante simples cuando
los cristales de soluto son anhidros. Se procede entonces a balances simples de agua y soluto. Cuando los cristales están hidratados, parte del agua de la solución se une a los cristales hidratados. 2. EFECTOS TÉRMICOS Y BALANCES DE CALOR EN LA CRISTALIZACIÓN.
Cuando se disuelve un compuesto cuya solubilidad aumenta al elevarse la
temperatura, se presenta una absorción de calor llamada calor de disolución. Cuando la solubilidad del compuesto disminuye al aumentar la temperatura, su disolución va acompañada de un desprendimiento de calor. En el caso de compuestos cuya solubilidad no cambia con la temperatura, no hay desprendimiento ni absorción de calor. La mayoría de los valores de calor de disolución se expresan como variación de entalpía en kJ/kg mol (kcal/g mol) de soluto, en la disolución de 1 kg mol del sólido en una gran cantidad de disolvente que equivale, en esencia, a una dilución infinita. En la cristalización ocurre lo contrario de la disolución. En el equilibrio, el calor de cristalización, es igual al negativo del calor de disolución a la misma concentración de la solución. Si el calor de dilución de la solución saturada hasta dilución infinita es pequeño y se puede despreciar, se usa entonces el negativo del calor de disolución a dilución infinita como calor de cristalización. En muchos materiales, este calor de dilución es pequeño en comparación con el calor de disolución, por lo que esta aproximación resulta bastante cercana a la realidad. Las referencias (P1, N1 ) contienen datos de calores de disolución.
El método más satisfactorio para el cálculo de los efectos térmicos durante un
proceso de cristalización probablemente sea el que se basa en el uso de las gráficas de entalpía-concentración de soluciones con las diversas fases sólidas presentes en el sistema. No obstante, hay muy pocas gráficas de este tipo disponibles, entre ellas: cloruro de calcio-agua (H l), sulfato de magnesio-agua (P2) y sulfato ferroso-agua (K2). Cuando se dispone de la gráfica, se aplica el siguiente procedimiento: se lee en la gráfica la entalpía H1 de la solución de entrada a la temperatura inicial, donde H1 se da en kJ (btu) para la alimentación total. La entalpía H2 de la mezcla final de cristales y licor madre a la temperatura final también se lee en la gráfica. Si hay algo de evaporación, la entalpía HV, del vapor de agua se obtiene de las tablas de vapor. Entonces, el calor total absorbido q en KJ es:
𝒒 = (𝑯𝟐 − 𝑯𝑽 ) − 𝑯𝟏 Si q es positivo, es necesario añadir calor al sistema. Si es negativo, se desprende calor.