La Agencia Internacional de la Energía asume que si las inversiones son las adecuadas y los
países destinatarios se abren a las mismas, el volumen de reservas y recursos
recuperables de combustibles fósiles es suficiente para cubrir el aumento global de la
demanda previsto en el horizonte del 2030. Eso sí, convertir tales reservas y recursos en
flujos de producción, presenta cada vez más riesgos y que estos constituyen una serie
amenaza para asegurar las previsiones de demanda a medio y largo plazo. Entre tales
riesgos se citan una serie de obstáculos potenciales a la inversión, entre los que cabe
destacar:
Respecto a la escasez de mano de obra cualificada, conviene recordar que es uno de los
factores que a escala global ha contribuido a la reciente subida de los costos y a los
retrasos experimentados por los proyectos de exploración y producción de petróleo y gas.
Esta escasez podría continuar en el futuro, lo que supondría una clara limitación física a la
velocidad con la que la industria podrá invertir en el descubrimiento y desarrollo de
reservas.
Mediante convenios con la UMSA en La Paz, se logro incorporar a YPFB a los estudiantes
geólogos con las mejores calificaciones y a unos cuantos ingenieros petroleros de la GRM
de Santa Cruz y Camiri. Además se incorporaron geólogos jubilados de YPFB y
profesionales extranjeros altamente especializados en ciencias de la tierra.
Actualmente la demanda de geólogos sigue creciendo, de tal manera que incluso los
simples licenciados sin ningún otro título ni experiencia están encontrando puestos de
trabajo. Los salarios elevados son un incentivo que trata de resolver el problema entre la
oferta y la demanda. En cambio, para los ingenieros petroleros, el caso es muy distinto ya
que con una oferta académica amplia y diversificada tanto de las universidades estatales,
como y principalmente de las privadas, el conseguir trabajo resulta una tarea ardua y la
mayoría de las veces se debe recurrir a programas de postgrado y especialidad.
Todos los que deciden estudiar ingeniería, tienen una cultura en torno a grandes temas de
la ciencia como el átomo, la célula, la molécula, una integral, la termodinámica, la teoría
de la relatividad o la teoría de la selección natural. Sin embargo, no conocen la teoría de la
deriva de los continentes, de las rocas sedimentarias, de las fallas geológicas y el
tectonismo, de la formación de orogenias y génesis de terremotos, y menos aun de la
nueva teoría de la tectónica de placas, que se ha convertido en el nuevo paradigma en la
investigación de la Tierra.
La exclusión de las Geociencias en nuestra educación es una carencia que se debe revertir,
tanto en los colegios como en las universidades y sobre todo en las carreras de ingeniería,
ya que en la mayoría de las mallas curriculares no se consigna un curso introductorio a las
Geociencias y esta ausencia resulta fatal en la carrera del Gas y petróleo, ya que es
fundamental en el razonamiento geológico, para poder comprender el funcionamiento e
interacción entre la vida y el medio físico.
El desafío actual, es que los estudiantes de las carreras petroleras, tengan una formación
integral en geociencias e ingeniería y esto solo se consigue que además de dominar las
asignaturas técnicas, tengan un sólido conocimiento de las asignaturas de las geociencias,
vale decir en Geología Física, Sedimentología y Estratigrafía, Geología Estructural,
Geofísica, Geología del petróleo, Geoquímica, Reservorios, y algunas más que resultan
fundamentales a la hora de comprender todo el sistema petrolero, desde la roca
generadora, la migración, el entrampamiento, la roca almacén y la roca sello.
Este nuevo enfoque en la formación de los estudiantes de ingeniería del gas y petróleo,
tiene la finalidad de dotarles a los estudiantes de las herramientas, habilidades y
conocimientos necesarios a fin de que consigan una inserción laboral eficiente en la
industria de los hidrocarburos.