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The 20 PMA OLE LE LY fe E900 8 om REC us od CAPITULO IV AUTOCRACIA Y DEMOCRACIA Eee convene acoptda que a tipato gia de las formas de gobierno que tuvo mayor éxito fue la disefiada por Maquiavelo, es decir, la que pone frente a frente Ia monarquia y la reptiblica. El valor de esta tipologta incluso es reconocido por Hans Keisen en cuyo libro La teoria general del derecho y del estado, encontramos referencias a la distincién entre el gobierua de una oersona y el de una asamblea: “Cuando el poder soberano de una comunidad pertenece a un individuo, dicese que el gobierno o la Constitucién son mondrquicos. Cuando el poder pertenece a varios individuos, la constitucién se lama. republicana”.? Ast y todo, esta alusin no debe entenderse como una aceptacién del criterio numérico que se encuentra detrés de la tipologia maquiaveliana y de todas las que la habjan precedido. Vale la aclaracién porque Keisen, inmediatamente después de haber mencionado al bin6mio monarquia-re- pablica, critica la distinci6n de las formas de gobierno basada en el nimero de personas que son titulares del poder soberano, yadvierte que esa pauta de diferenciacién es superficial, Por tal motivo propone sustituir fa repla ‘numérica por la que privilegia la manera en la que se produce el ordena- micnto juridico: “Si el criterio clasificador consiste en la forma en que, de acuerdo con la Constitucién, el orden juridico es creado, entonces es més correcto distinguir...dos tipos de constituciones: democracia y autocra- cia”? En tal virtud Kelsen resalta que en la democracia los sujetos que "Hans Kelsen, Teorta general del derecho y del Estado, UNAM, México, 1958, p. 336. Para el andlisis de ia autocracia y de la democracia me apoyo en el articulo de Pierro Meaglia “Democracia e intereses en Kelsen” publicado en la Revista mexi- ana de Sociologéa, No. 2. 1987, pp. 3-20. * biden, p. 337. ‘estén sot: stidos @ las Jeyes son los mismos que intervienen en su creaciéu; cen tanto que en Ia autocracia los individuos que estn subordinucios a ellas no participan, En el primer caso las leyes son producidas desde abajo, en el segundo desde arriba. Para establecer la distincién entre una y otra Kelsen utiliza por lo menos tres criterios: la libertad, la paz y el compro- miso. Por lo que se refiere a la libertad debemos decir que se apoya en la difereuciacién kantiana entre normas aut6nomas y heterénomas. Cuando los ciudadanos participan en Ia creacion de las normas Ja forma de producciéa es auténoma, lo que equivale a decir que realizan su libertad; en cambio, cuando los sGbditos no interviencn en esa creaci6n la forma de produccién es heterénoma, fo que puede traducirse como que no realizan su libertad. Alreferirnos a esta distincién no podemos dejar de recordar la famosa definicién que Rousseau dié de la libertad: “libertad es obedecer a las leyes que nosotros mismos nos hemos dado”. Lo importante de esta defini es que se refiere a la libertad democrética la cual cobra vigencia cuando Jos ciudadanos intervienen en la deliberacién de los asuntos colectivos que al final produce las leyes. Esa es precisamente la autonomia, Sobre el particular debe decirse que Kelsen conocia perfectamente esta definici6n, Tan es asi que la utiliza para reforzar sus planteamientos en torn a la democracia y la autocracia Politicamente libre ¢s el individuo que se encuentra sujeto a un ordenamiento juridico en cuya creacién participa. Un individuo es libre si aquello que de acuerdo con el orden social ‘debe hacer’, coincide con ‘lo que quiere hacer’, La democracia significa que la "voluntad’ representada en el orden legal del Estado es idéntica a las voluntades de los sibditos. La oposicién a la democracia esté constituida por la servidumbre implicita en la autocracia. En esta forma de gobierno los stibditos se encuentran excluidos de la crea- cién del ordenamiento juridico, por lo que en ninguna forma se garantiza la armonja catre dicho ordenamiento y la voluntad de los particulares.* > Suan Jacobo Rousseau, “Du contrat soci 365. Trad. esp. p. 12. “Hans Kelsen, Op. cit, p.337 ',en Oeuvres complétes, Ill, cit, p. 6 » Esie tilésofo austriaco subraya que la libertad poiltica, es decir, ta que se realiza ex. la deruocracia, es ante todo autodetesminacién de! individuo, Ahora bien, el maxim, de libertad, politica s¢ alcanza cuando el orden social est en plena concordancia con ia voluntad de todos y cada uno de los miembros del cuerpo politico: el més alto grado de autodeterminacién politica es aquel en el cual no hay discrepancia entre la voluntad colectiva y la voluntad de cada individuo. En gsta idea va implicita la unanimidad. No obstante, estas considcraciones estn ubicadas en el plano ideai de la democracia en el que es posible imaginar que la voluntad colectiva y la de cada uno de los sujetos coincidan; pero en la practica ese propésito dificilmente se puede alcanzar. Lucgo entoaces, pasando del plano ideal al real, vemos que si se desea que el principio de autodeterminaci6n tenga aplicacién es preciso restrin girlo de agin modo. Kelsen responde que sila unanimidad no puede set alcanzada entonces se tiene que recurrir al principio de mayorfa simple: “El, mayor grado posible de libertad individual, es decir, la mayor aproxi- maci6n posible al ideal de la autodeterminacién compatible con la exist. encia de un orden social, encuentrese garantizado por el principio de que tun cambio del orden social requiere el consentimiento de la mayoria simple de los individuos a él sujetos. De acuerdo con este principio, el niimero de los individuos sujetos al orden social que aprueban dicho orden sera siempre mayor que el atimero de aquellos que -enteramente o de manera parcial-, lo desaprueban, aun cuando permanezcan sujeios a él” Si no es posible que las voluntades de todos las individuos coincidan, se debe optar por la voluntad de la mayorfa, Asi, el principio de autodeter- minaci6n, aunque no cubriria a todos, por lo menos cobijarfa al mayor niimero. Kelsen admite que el paso de la unanimidad a Ja mayoria es una restriccién; pero es un paso obligado por el imperativo de hacer practica- ble el principio de la libertad politica. Alpisar el terreno de la practica la figura de los partidos politicos resulta includible. Kelsen sostiene que en las sociedades modernas es imposible hablar de la democracia sin mencionarlos. En Esencia y valor de la demo- cracia se Ice: “la democracia s6lo puede existr silos individuos se reagru- pan de conformidad con sus afinidades politicas, con el objeto de orientar la voluntad general hacia sus fines politicos, de manera que entre el individuo y el Estado, se inserten las formaciones colectivas que, como partidos politicos, reasuman Ja igual voluntad de los individuos...Solo la iusion o la hipocresia puede ercer que la democracia sea posible sin S Ibidem, p. 340. 63

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