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Antihistoria ecuatoriana René Baez René Baez ar III. Alarcon: miseria de la “clase politica” Latraicién al febrerismo Desde la perspectiva popular, las jornadas de febrero de 1997 con su corolario en la defenestracién de Abdald Bucaram, consti- tuyeron un ajuste de cuentas con un gobierno que habia defrau- dado incluso las mas modestas aspiraciones sociales y que, con su cleptomania, zafiedad y autoritarismo, habia terminado por herir_profundamente Ta conciencia civica, ética y estética de la miayoria de ecuatorianos. Hurgando mis al fondo de los acontecimientos, podria de- cirse que tales jornadas insurreccionales coronaron con éxito la resistencia contra un perverso plan de la oligarauia plebeya orientado a mercantilizar la totalidad de los nexos sociales en el Ecuador. Protervo plan que, inicialmente, contd con el aval del Imperio, los organismos financieros internacionales, la mediati- zada burguesia doméstica, la virtual totalidad de los medios de comunicacién e, incluso, de un crecido ntimero de sindicalistas y ex revolucionarios. Ena esfera crucial de la economia, el aludido plan de “remo- delacion” radical del Ecuador habia sido preparado bajo la guia de Domingo Cavallo, Harvard boy argentino y prominente ayato- Ja delneoliberalismo en América Latina, —_— Este orden de antecedentes determiné que la aparatosa caida del bucaramato tuviera resonancias incluso més alla de nuestras fronteras. Us iddica limefto escribié por esos dias: “Cualquiera sea el resultado final dela crisis ecuatoriana... lo certo es que América Latina se halla frente al primer acto de la resistencia exitosa con- Polteomdoe - 23 ‘The Wall Street Journal, vocero del santuario mayor del capi- talismo mundial, comenté la destitucion de nuestro clownesco ‘sidente con inocultable inquietud. “El “efecto Bucaram” (gra- Pit6) sobre la deuda de los mercados emergentes... Todo el mun- do se creyé la idea de que habia buen tiempo y buena mar y el mercado parecia no haber tomado en cuenta los rumores”. 2/ Segin reportaron las agencias, el “ecuadorismo” llegé a suscitar turbacién entre los propios estrategas del Departamento de Es- tado y el Pentdgono, seguramente por el espectro de un “febre- rismo” en paises del peso especifico de México o Brasil. Ena otra orilla de la realidad, el ejemplo ecuatoriano alent las protestas contra politicas antipopulares en diversos paises del continente, concretamente en Honduras y_ Colombia. Casa adentro, los fulgores de la reciente insurreccién popular hicieron que reflotaran la dignidad y ‘Ge Tos ecuatoria~ nos, asi como sus inveterados anhelos de justicia, solidaridad y Gemocracia. Al calor de los acontecimientos febreristas tales an- helos se plasmaron, por presién de los movimientos sociales y las_organizaciones laborales, en el texto denominado mandato popular, incorporado como tal a la moci6n por la cual el Congre- fo descalificé a Bucaram y, simultaneamente, nombré a Fabian ‘Alarcon para la presidencia interina. Elaludido mandato, ademés del correspondiente memorial de agravios, incufa una plataforma politica con lineamientos como Ios siguientes: "Deragatoria de las medidas econdmicas (neolibe- tales del Plan Cavallo), archivamiento del proyecto de convertibili-

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