dedos Al parecer, según un estudio de la Universidad British Columbia, no sólo oímos con nuestros oídos, sino que utilizamos todo el cuerpo para procesar la voz.
En el estudio, publicado en la revista Nature el pasado mes de
Noviembre, se ha demostrado que si se dirigen soplos de aire a la piel de una persona, es posible interferir con la percepción de sonidos hablados. Por ejemplo, los oyentes británicos, utilizan la aspiración de aire para distinguir sonidos como ‘pa’ o ‘ta’ de otros sonidos no aspirados como ‘ba’ ó ‘da’.
Así, se ha observado que cuando el sonido se presenta junto con
pequeños soplos de ruido, los sujetos tienden a percibir como aspirados sonidos que no lo son. Se trata de un efecto similar al que ocurre cuando gracias a poder leer los labios de una persona hablando somos capaces de entender mejor lo que está diciendo.
El siguiente video muestra una conferencia impartida por la
percusionista Evelyn Glennie, quien perdió casi todo su oído a los 12 años. En ella muestra como, a pesar de su pérdida auditiva, es capaz de “sentir” el sonido, e incluso de interpretar música de una forma magistral.