PROGRAMA 4
INTERUNIVERSITARIO
de
HISTORIA POLITICA
Nose nace feminista, se llegaaserlo
Lecturas y recuerdos de Simone de Beauvoir
en Argentina, 1950 y 1990°
‘Marcela Marfa Alejandra Nari**
En Paris, 1949, Simone de sinuosa de un debate latente y politicos, literarios, intelectuales'
Beauvoir publicaba losdos tomos _esquivo. Estatramaes precisamen- También se advierte la existencia,
dle Elsegundo sexo, habiendoanti- te la que buscamos reconstituira aunque en los mirgenes, de un
cipado yaalgunoscapitulosen Les travésdelo publicadoen|asrevis- campo de discusién acerca de los
Tews Movenves. Muy pocotiempo tasculturalesyliterariasmas repre- sexs, su “naturaleza” osu “caric-
después debi6 haber sidoleidoen _ sentativas de la década de 1950y ter", su entidad y sus funciones
Argentina. En francés, primero;lue-_delos recuerdos de quienes vivie- sociales. Campo que, sin duda, no
80, antes de la caida del gobierno ron, leyeronydiscutieron poraque- er nuevo. Novedosas eransin em-
peronista,encastellano,atravésde Ilosaftosa Simone de Beauvoir, la bargo, algunas de las posiciones?
lataducci6ndePabloPalantparala “naturaleza” delossexos, a politica ;Activéla lecturade Elsegundo sexo
editorial Psique, distribuida porSi- sexual este debate? También podemos in-
glo XX (1954). El escindalo que Sise miran algunas de las pu- verti la pregunta y pensar c6mo
produjoenParisno parece haberse _blicaciones de los ‘50y'60 resulta estosdebates estimularon la lectura
Feproducico en Buenos Aires. Sin evidente cierta difusiOnde la obra de un libro como El segundo sexo.
‘embargo, desde hoy, puede pre- _ y dela figura de Simone de Beau- Enlosaitos'50, enlaslecturas,
sentirseunatramauntantodifusay voir entre determinados circulos _lasdiscusiones,a partiromisalli de
{Este trabajo fue presentado en Jornada en Homenaje a Simone de Beauvoir en
1 cincuentenario de “El seyundo sexo; organizadas por el IEGE el 5 6 de agosto
e 1998.
Ferenecié al Instituto Interdisciplinario de Estudios de Género, Fac. Filosofia y
Letras, UBA hasta su fallecimiento en abril de 2000.
‘No es nuestro objetivo, en este momento, extendernos demasiado en el contexto
cultural de los anos 50. Para ello, puede ef. Goldar, Emesio: Buenos Aires. Vidar
cotidiana ena década de 1950, Buenos Aires, Plus Ura, 1992; Massielo Francine:
y “Argentine Literary Journalism: the production of a eriical discourse” en Lary
Absiaucax nesesent Revie, vol. XX. 1, 1985; Sigal, Silvia: Jmtelectuales y poder en fa
década de 1960, Buenos Aires, Puntosur, 1991; Terin Oscar: “Rasgos de la cultura
argentina en 1950° en En busca de a ideologia argentina, Buenos Aires, Catogos,
1986, Para Sux y CosTonso, principales revstascultuales de la década: King, John:
Sir. Estudios de ta revista argentina y de su papel en el desarrollo de wna ciara
1931-1970, México, Fondo de Cultura Econdmica, 1986; y Croce, Marcela
Gontorno. tzquierda y proyecto cultural, Buenos Aires, Colihue, 1966.
‘Un andlisis de In emergencia en los anos '50 de ideas de igualdad en el campo
feminisa y antfeminista de la diferencia sexual puede hallarse en Feijod, Maria
del Carmen y Marcela Nari: «Mujeres iguales 0 femineidad diferente? Un andlisis
de las representaciones sobre las mujeres en la cultura politica argentina de la
ddéeada de 1950, II CONGRESO INTERNACIONAL -LITERATURA Y CRITICA
CULTURAL, Depto. de Lets, Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires,
noviembre de 1994,
5
‘moras (2002) |
ete Brees 2 eeElsegundo sexo, resonaban textos
nuevos y viejos: descle Simmel has-
ta Viola Klein. En los aftos ‘40, se
habia editado en Buenos Aires Sexo
ycarécter de Oto Weininger,
iransformandoseen referencia obli-
sgndatantopara susdlefensores como
para sus detractores®, Desde la filo-
sofia oa medticina (por ejemplo,
través de Gregorio Marafién, 0
‘Wilhelm Steckel*), Ia impronta de
ladiferencia sexual era muy pode-
rosa, incluso, habia resultado re-
forzada por el propio feminismo
que habia luchado porla igualdad
de derechos desde una feminei-
dad, en parte, aceptada y, en parte,
reformuladla, no siempre naturali-
zadia pero si siempre considerada
valiosa. La psicologia también fue
mostrindose un campo fértil para
el arraigo para estas diferencias.
Entre los textos mis reconocidos
de la época, estaban Tipospsicol6-
gicosde jung, publicado por Sud-
americana en 1943; y Lapsicologia
dela mujer de Helene Deutch con
tuna edici6n castellana de Losada de
1947. Los nuevos vientos, en cam-
io, parecian provenir desde la an-
tropologia yla sociologia. Elcardc~
a
terfemeninode Viola Klein (Klei
1951) fue publicado en Buenos
Aires antes que Elsegindo sexo; en
i su autora ya consideraba los
aportes de Margaret Mead realiza-
dos a través de Adolescencia y
cultura en Samoay Sexo y tempe-
ramento,editados en Buenos Aires
en los afos 1946 y 1947, respecti-
vamente
a presentaci6n a Ia edicién
castellana del libro de Klein fue
realizada por el prestigioso sociélo-
go Gino Germani quien, sinembar-
'g0, parecia mAs interesado 2n co-
mentar al prologuista de la obra,
Karl Manheim, que a su autora.
Germani solo encontraba en el ob-
jeto de estudio (el “caricter feme-
nino") “otro ejemplo ckisico det
perspectivismo en el cone
tode la realidad social”, “Una cum-
plida aplicacién del método
integrador y una confirmaci6n de
la concepcién sociol6gica de! co-
‘nocimiento, tales como fueron for-
‘muladas por Karl Manheim’ (Kleis
ibid:10). Casiuna excusa.
Esta mirada oblicua no parece
haber sido generalizable en el Bue-
nos Airesde los anos ‘50, especi
a
3 1a edicién alemana es de 1903. En Buenos Aires, fue publicado en 1942 por
Losada,
+ Encontramos una edicién portena
de La Muger Frigida de Steckel en 1941.
Sipe
aan
“|
mente entreun grupoespecifico, y
seguramente pequeno, de varones
‘y mujeres interesaclosen estas pro-
blemiticas, hubieran leido 0 no El
segundo sexo. Gran parte de las
tesis sustentadas por Simone de
‘Beauvoir estaban en el clebate lo-
cal. Sin embargo, no parece haber
sido un texto demasiaclocitaclo, por
Jo menos en estos anos. Algunos
preferian olvidarlo o no perder el
tiempo en mencionarlo; en otros
casos, incluso entre quienes acor-
daban, frecuentemente preferian
otras citas. Esto resulta particular
mente sorprendente cuando se
contrasta con el recuerdo de su
lectura quealgunas mujeres tienen
‘muchos afios clespués. Como vere
mos més adelante, actualmente
muchas de ellas reconocen que
haberse comprendido construiclas
como “mujeres” (on ne nait pas
“femme, on le devient) fue funda-
‘mental para devenir eministas (es
cierto, bastantes anos después).
Descie hoy pareciera que Simone
de Beauvoir oscurece a Meadl, Viol
kleine, incluso, a Virginia Wool!”
En 1947, dos anos antes de la
primera edicién de Elsegundosexoenfrancés, Maria Rosa Oliver radu-
jo un articulo de Simone de
Beauvoir, “Literatura y metafisica’,
(Oliver, 1947) para un ntimeroes-
pecial de la revista Sun dedicado a
Francia. Su fundadora, Victoria
‘Ocampo, aclaraba que, para dicho
niimero especial, se habian elegido
*C...)escritores todavia poco cono-
cidos entre nosotros 0 no traduci-
dos atin” (Ocampo, 1947). Este
articulo de Simone de Beauvoir
puede ser tomaco como punto de
Partida de aquella trama, senalada
anteriormente, por diversos mot
vos, Por tun lado, porsu contenido:
en él, su autora defendia una con-
cepcisn de laliteratura vinculadaa
Iafilosofia, la novela como forma de
expresar una realiclad metafisica, la
ficcién como una forma preferen-
cial de expresion del exis-
tencialismo. Esta afirmaci6n resulta
casi premonitoria de los caminos
que recorrerian sus ideas. Si £ISe-
gundo Sexo fue escrito bajo la for-
ma de un tratado, su filosofia se
encamé en las novelas y autobio-
sgrafias de de Beauvoir. En los testi-
monios oraleso escritoses posible
comprobar que el mayor choque
Fue producido por suliteratura mas
que por sus tatados filos6ficos. De
tos tiltimos, indudablemente, £
segundo sexo fue el mis difundi-
do. Detodas maneras, sus lecturas
siempre aparecen desborcadas por
las referencia a otros textos de la
misma autora y, ademis y funda-
‘mentalmente, por la persona (0
ersonaje): Simone de Beauvoir.
De este ultimo tipo de in-
fluencias no quedaban dudas ni
ara sus seguidores ni para sus
criticos. Casi veinte aftos después,
enlamisma ciudad, aunqueen otra
revista, Liliana Heker le reconocia
ser “...) una de las mujeres mis
INicidas de Francia, y la més notoria;
que,amenudo, y no estrictamente
en el plano literario, se la toma
como paradigma (...)" (Heker,
19966). Curiosamente, este reco-
nocimiento se dabaen una criticaa
susmemorias y dicha critica residlia
precisamente en Ia ausencia de un
vinculo entre filosofia y literatura.
Lereclamaba un mayor compromi-
soy una menorautojustificaciénen
el relato de la vida cotidiana. En
otras palabras ... que se pareciera
lun poco mis a Sartre. Jean Paul
Sartre, ese hombre cuyo nombre
constantemente se hacia presente,
erauna referencia permanente ala
hora de pensar a Simone de
Beauvoir, como escritora, como
filosofa, como intelectual y como
mujer.
Mis alld desu contenido y de
las asociaciones posibles de aque!
primer articulo traducido de de
Beauvoirnos interesa, también, su
traduccién 0, mejor dicho, su tra
dluctora®. En un reportaje publicado
en 1963, Maria Rosa Oliver, una
‘mujer familiarizada con los habitos
laria Rosa Oliver conocis y compart diversas instancias intereses con Simone
‘de Beauvoir. ocos afos separan La Larga Marcha de a francesa Lo que sabomos
ablamos... Testimonies sobre la China de boy de Noriveno Fromtini y Oliver.
Ambas ejercieron el género de las memoriasy fueron sensibles a su sexo. En otto
ontexto y momento histérico, Oliver escrbi6, a nuestro julcio, uno de los textos
nis sagaces y profundos (La salida") sobre la stuacidn de las mujeres aunque
Por el momento de su “salida” (1971), resonaba mis Betty Friedan (o, en todo
cso, La mufer rota) que la aproximacién de Et Segundo Sexo. Cf. el miimero,
special de In revista Sur dedicado a “la mujer", nos. 326, 237, 328, enero-janio
de 1971. En las primerss piginas, Victoria Ocampo reconocia que, desde que
‘habia comenzado a aparecer la revista le rondaba la idea de dedicar un nomero
especial a la mujer. Deseo incumplido a lo largo de 40 anos por tratarse de un
‘ema no literaro y, de acuerdo a sus palabras, que interesaba poco a los hombres
Que con ella tabajaban. Finalmente, Sebrellialude a la amistad entre Simone de
Beauvoir y Maria Rosa Oliver en Las sevales de la memoria, Buenos Aies,
Sudamericana, 1984.
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