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Pedagogía decolonial:

Trazos para la construcción de un


paradigama-otro de la educación

Andrés Argüello Parra

El artículo plantea la noción de pedagogía decolonial


desde las coordenadas comprensivas de un paradigma-
otro, es decir, no como una alternativa más entre
las distintas e incontables versiones de revisión y
transformación de las pedagogías contemporáneas,
sino como una apuesta integradora de constitución
de subjetividades éticas ante los vestigios sutiles o
indeterminados de las hegemonías de la modernidad
allende la comprensión histórica de la colonialidad oficial.

1
Aproximaciones y rastros

M
uchos pensarían que hablar hoy de
colonialidad es un anacronismo, que se trata
de un acontecimiento superado tras las luchas
independentistas de las colonias hispano-
lusitanas en el llamado “nuevo mundo”. Podría
pensarse que la colonialidad es un tema del siglo XVI, dejado
atrás con la instauración de las nuevas repúblicas en el XIX. O,
quizás, se podría llegar a reconocer el neocolonialismo imperial
de Inglaterra y Francia que subyugó a pueblos de África y Asia
en pleno siglo XX. No les falta razón a quienes, al hablar de la
colonialidad, identifican estos grandes momentos de la historia
de los últimos cuatro siglos. Sin embargo, como se reflexionará
a lo largo de esta breve argumentación, no resulta viable hablar
de ella como una realidad del pasado remoto, como algo no
vigente entre nosotros, ni en nuestros países considerados
“libres” y “democráticos”.

En ese tenor, cobra sentido el planteamiento del historiador


Henri Grimal (1910-2012) efectuado en su trabajo sobre las
descolonizaciones del siglo XX:

La ruptura de los vínculos de dependencia, por muy importante


que sea, sólo ha sido una de las etapas de la descolonización,
y según algunos la más fácil. La independencia política,
para no ser una palabra vana, debe apoyarse en unas
bases económicas sólidas. Numerosos Estados en otro
tiempo colonizados deben construir sobre bases nuevas
una economía, hasta entonces orientada en función de las
necesidades o de los beneficios del colonizador (Grimal, 1989:
408).
Andrés Argüello Parra
Educador colombiano. Doctor en Pedagogía por la Universidad Ante ello, la perspectiva decolonial es un enfoque comprensivo
Nacional Autónoma de México (UNAM). Docente-investigador construido desde las ciencias sociales contemporáneas sobre
de la Universidad Santo Tomás, Colombia. el presupuesto de que la colonialidad es un proceso histórico
Correo electrónico: <mouneriano@yahoo.es>. inacabado que sólo ha tenido transformaciones a lo largo de

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tiempos y realidades, pero que no ha sido superado de modo del nuevo mundo” en el siglo XVI; continúa con el liberalismo
definitivo. En palabras de Castro-Gómez: por la expansión de la democracia liberal burguesa impulsada
por la Revolución Francesa; prosigue con el socialismo por la
[Asistimos a una] transición del colonialismo moderno a la tensión capital-trabajo en el marco de la Revolución Industrial,
colonialidad global, proceso que ciertamente ha transformado las revoluciones proletarias y los regímenes de oposición a
las formas de dominación desplegadas por la modernidad, la burguesía; y se prolonga por el colonialismo imperial del
pero no la estructura de las relaciones centro-periferia a escala siglo XX como el nuevo intento “civilizador” de las potencias
mundial […] Desde el enfoque que aquí llamamos “decolonial”, occidentales consolidadas en los ideales políticos de la paz y el
el capitalismo global contemporáneo resignifica, en un formato orden universal (cfr. Mignolo, 2011).
posmoderno, las exclusiones provocadas por las jerarquías
epistémicas, espirituales, raciales/étnicas y de género/ De esta manera, comprender la colonialidad allende el
sexualidad desplegadas por la modernidad. De este modo, las colonialismo, como una estructura coactiva, explícita o tácita,
estructuras de larga duración formadas durante los siglos XVI y de los dinamismos de la historia reciente, exige pensar en una
XVII continúan jugando un rol importante en el presente (2007: definición más allá de lo episódico, es decir, más allá de las
13-14). puntualizaciones del acontecimiento que eventualmente podría
ser considerado como “colonial”.
Así se establece una distinción preliminar, por una parte,
entre el “periodo colonial” propiamente dicho, tal como es Por eso, la complejidad que implica la colonialidad del
denominado en los estudios convencionales, para referir el poder se comprende mejor desde el modelo de análisis de
momento específico de las colonias datado en la historia de las sistemas-mundo, desarrollado ampliamente por el sociólogo
Américas; y por otra parte, el momento multifacético, amplio y estadounidense Immanuel Wallerstein (1930), para significar
complejo de la colonialidad del poder o colonialidad global. con ello que la economía, la política, la cultura, la educación
y las demás dimensiones de la vida humana y social no
La primera vertiente, como componente privilegiado de los existen separadas e inconexas entre sí, sino que mantienen
estudios históricos clásicos; la segunda, más asociada con los un carácter de vinculación sustantivo para comprender las
temas-problemas de los estudios culturales recientes. realidades: “Parte del problema es que hemos estudiado estos
fenómenos en compartimientos estancos a los que hemos
En términos de perspectiva histórica, el proyecto modernidad/ dado nombres especiales –política, economía, estructura
colonialidad se expresa a modo de genealogías cruzadas, es social, cultura– sin advertir que dichos compartimientos eran
decir, su entramado originante persiste por contradicciones construcciones de nuestra imaginación más que de la realidad”
diacrónicas en la relación de episodios, tendencias o (Wallerstein, 2005: 10).
corrientes más allá de la focalización cronológica. Las
ideologías fundadoras actúan, entonces, desde un mecanismo En la perspectiva decolonial, esa condición vinculante de
de sobreposición sustentado en el desenvolvimiento la historia en sus dimensiones será el hilo tejedor de la
de las plataformas religiosas y las ideologías seculares colonialidad global del poder, o como la llamaría el sociólogo
postiluministas. peruano Aníbal Quijano, la matriz colonial del poder.

Así pues, la base genealógica de la modernidad/colonialidad Ahora bien, otro aspecto clave en la dilucidación del concepto
está fundada en el cristianismo, como proyecto histórico de de decolonialidad es el lugar que ésta ocupa en la crítica a
expansión de Europa por el Atlántico, a partir del “encuentro la hegemonía de la modernidad. Para decirlo sucintamente

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–a riesgo de simpleza por la densidad de la categoría–, se han dado distintas etapas, tendencias y posibilidades en
la modernidad es ese proyecto histórico de pensamiento la crítica a la modernidad, que no se tratarán aquí en detalle
legitimado como movimiento de occidentalización a lo largo sino sólo enunciativamente. En primer lugar, al interior de la
de varios siglos sobre la base de la supremacía de la razón misma filosofía europea por los aportes de la teoría crítica
centrada en el sujeto, racionalidad que legisla y determina el de la Escuela de Frankfurt y las distintas variantes del tan
significado de la existencia humana y la organización social. sonado “posmodernismo” y posestructuralismo. Valga recordar
Este tipo de cosmovisión moderna ha configurado progresiva que a estas corrientes han estado vinculados renombrados
y coyunturalmente los modos de sociedad y política que hoy pensadores como Foucault, Derrida, Deleuze, Habermas,
conocemos; la comprensión de la ley y el derecho; el papel Lyotard, Vattimo, entre otros.
del dinero, la distribución de la renta y el establecimiento de
clases; la forma de construir o mejor transmitir conocimiento; Una tendencia más en la crítica a la modernidad ha
la idea de ciencia y de tecnología; las cartografías de las surgido desde las otrora colonias europeas, hoy territorios
creencias religiosas, partidistas, asociacionistas; en general, emancipados en lo político. Se trata de la corriente
las relaciones entre los pueblos, los sentidos de vida, etcétera. poscolonialista que ha albergado el grupo de estudios
Por eso se puede afirmar que la modernidad es un paradigma subalternos con gran desarrollo en la India y el sur de Asia en
omniabarcante, inevitable y generador de cierto tipo de autores como Ranajit Guha o Dipesh Chakrabarty.
sentidos.
Un tercer bloque recoge la crítica que brota de territorios no
Sin embargo, filósofos y científicos sociales también han directa o estrictamente colonizados pero sí impactados por
hablado desde hace tiempo, del agotamiento del proyecto de las visiones imperiales hegemónicas como Asia del Este y
la modernidad. Esa cosmovisión no sólo se percibió como los países islámicos. En este caso, se habla de procesos de
insuficiente, sino incluso como lesiva a los intereses de la desoccidentalización tras la afirmación de nuevos actores
humanidad. No se trata de desconocer el legado que el políticos sostenibles en las luchas por el poder imperial.
paradigma de la razón moderna ha dejado en la prolongada
construcción de la llamada “civilización occidental”, pero Por su parte, la decolonialidad puede situarse como una crítica
tampoco se pueden evitar las confrontaciones que resultan de a la modernidad pero en las antípodas de ella misma; es decir,
su examen minucioso. más allá de una crítica agregada al amplio elenco del espectro
llamado posmodernista o poscolonialista o desoccidentalizador.
Así como a la modernidad se debe el desarrollo de las En este sentido, Walter Mignolo, uno de sus exponentes,
comunicaciones y de las tecnologías, los avances en las habla de paradigma-otro, que es distinto a decir sin más otro
ciencias y en la protección de la salud, o la conquista de paradigma.
algunas libertades fundamentales, entre otros beneficios, a
ella se asocian, asimismo, los millones de víctimas de las El paradigma-otro es aquel “construido sobre la conciencia de
guerras mundiales en el siglo XX, la creciente e injustificada la colonialidad del poder, de la inseparabilidad modernidad/
pauperización e inequidad de las sociedades, los clasismos y colonialidad, de la diferencia colonial y de la relación entre
las discriminaciones ya no sólo de origen étnico sino también producción de conocimiento y procesos de descolonización
por nacionalidad, y las formas incompletas e indeterminadas de y de socialización del poder. Este fue el impulso inicial,
la democracia. la necesidad de contribuir al derecho de existencia de un
‘paradigma otro’ en diálogo con los existentes. No como
Por eso, en las tradiciones contemporáneas del pensamiento un ‘nuevo’ paradigma que, a lo Foucault o a lo Khun, haría

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‘obsoleto’ al anterior, sino un ‘pensamiento otro’, esto es, proyecto modernidad/colonialidad conlleva la acción propia de
un paradigma que coexiste, en conflicto con los existentes no-dejar-ser aquella entidad que no se asemeja a sí mismo,
(cristianos, liberales, marxistas y sus correspondientes ‘neos’ o que no se integra por sujeción canónica:
‘pos’)” (Mignolo, 2003: 52).
La colonialidad del poder es el dispositivo que produce y
El programa decolonial como dispositivo de análisis del reproduce la diferencia colonial. La diferencia colonial consiste
proyecto modernidad/colonialidad tiene tres características en clasificar grupos de gentes o poblaciones e identificarlos en
primordiales que contribuyen a comprenderlo mejor y sus faltas o excesos, lo cual marca la diferencia y la inferioridad
distinguirlo entre las distintas tradiciones críticas de la con respecto a quien clasifica. La colonialidad del poder es,
modernidad: es diacrítico, dialógico y oposicional. Diacrítico sobre todo, el lugar epistémico de enunciación en el que se
porque busca, rescata y promueve la distinción desde un describe y se legitima el poder. En este caso, el poder colonial
ejercicio amplio de reflexividad que involucra el propio eje (Mignolo, 2003: 39).
de mira, es decir, su punto de partida es la mirada crítica de
realidades sin acepciones ideologizantes que conducen a
autoproteccionismos acomodados.

El programa decolonial también es dialógico porque


apuesta por favorecer las condiciones del diálogo polivante
(polilogo) entre los múltiples y distintos actores que convoca
cierta escena de la historia. Por lo tanto, a diferencia de lo
comúnmente denominado como “izquierda”, su lenguaje y su
esquema de acción no es revanchista ni vindicativo. No se trata
de exterminar al otro hegemónico para permitir el resurgimiento
del otro periférico. La apuesta decolonial no es la mera
transferencia de un poder hegemonizado.

Finalmente, es oposicional, reconoce “la doble cara” de la


otredad, sea individual, colectiva o estamental. El opuesto
es una referencia de contraste que tiene por función la
ponderación de la propia distinción, no marcar la imposibilidad
de la diferencia. Por eso, cuando la decolonialidad habla de
“conocimientos subalternos” o de “pensamiento fronterizo”, lo
hace en términos de recuperación de la episteme negada en
esa subalternidad o frontera creada por el opuesto dominante.
Así, la conclusión de este primer apartado es que la
colonialidad pervive como un entramado de estructuras,
ideologías, prácticas sociohistóricas articuladas desde un
movimiento dialéctico entre la supremacía de un referente
universal y absoluto de racionalidad frente a la minus-
valoración epistémica de toda posible otredad. De hecho, el

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ancestralidad). Tales factores, en su conjunto, consolidan la
cuestión educativa como responsable no sólo de mantener
La educación en el anverso de la modernidad sino de acrecentar las brechas sociales, de clase, de etnia, de
género, en suma, de otredad. La pedagogía colonial de esta
globalización del proyecto neoliberal, revisitado de diversos
modos tras las crisis económicas de los últimos años, es un

L
dispositivo prolongador de las condiciones de no-ser, de no
a educación en el anverso de la modernidad La permitir que el otro/lo otro sea.
colonialidad global del poder abarca también el plano
de las fundamentaciones y prácticas educativas, de En contrapartida, las pedagogías decoloniales son el
manera que es posible hablar, en consecuencia, de territorio epistémico de la (auto)crítica y la conversación
una educación colonial. Uno de los indicadores que sobre el presupuesto de su propia posibilidad y existencia.
mejor expresa la condición colonial del ámbito de la educación No es posible establecer un recetario de fórmulas para
es la configuración de telos (fines) pedagógicos atribuibles a construir decolonialmente nuestro pensamiento y acción
una racionalidad monotópica moderna. Es decir, la pregunta como educadores en los variados escenarios donde nos
por los fines –cuando se formula y no es desplazada por la encontremos. Cada realidad demanda determinado tipo
pregunta en torno a los procedimientos– viene simplificada de acción que en otro contexto sería innecesaria o incluso
por un solo tópico del quehacer humano que normalmente inconveniente. Pero, aunque no existe un procedimiento
se define por la vinculación con la lógica de la economía del algorítmico a seguir, sí podemos trazar algunas claves de
capital y, dentro de ella, la industria del trabajo. comprensión que nos permitan resignificar los magisterios,
las prácticas educativas, las relaciones de colegaje y la
La dinámica colonial de la economía del capital en la educación cosmovisión misma de las pedagogías.
ha conducido progresivamente a un estado de mercantilización
de la enseñanza y de marketing educativo consistente en Para ello, será necesario, en primer lugar, comprender la
reproducir y ajustarse, desde el papel de las instituciones pedagogía más allá de la escolarización, esto es, como tarea
escolares de todos los niveles, a las políticas corporativas de social y como proyecto ético, y como campo de conocimiento
las principales transnacionales del capital. interactuante con las ciencias sociales históricas.

De esta manera, un telos pedagógico definido por la La pedagogía decolonial es como un lente para leer
racionalidad económica moderna unidimensiona el fenómeno críticamente y desde dentro –no como espectadores externos–
de lo humano al desconocer sus múltiples vinculaciones la historia que pasa como la historia que nos pasa. Verla desde
(ser humano-cosmos-culturas) y reduce los propósitos de la lo que no se dice, más allá de las etiquetas, o de los titulares, o
educación a temas de gerencia como la acreditación de alta de los discursos oficiales; interpretar los silencios y cuanto hay
calidad, la eficiencia de productos y de clientes (como llaman detrás de las formas “políticamente correctas”. Todo esto no
los protocolos de gestión a los estudiantes), y otras categorías sólo para darse cuenta del mimetismo de la estructura colonial
de tipo tecnocrático como tecnologías de la información y y sus alcances, sino principalmente para preparar desde ahí la
la comunicación e innovación (pero sin reinvención social), necesaria transformación de las realidades porque, en último
internacionalización (pero sin interculturalidad), bilingüismo término, la pedagogía es un saber referido a las acciones
corporativo (por estricto criterio de utilidad), entrenamiento geo-referenciadas producto de la formación de la conciencia
para el mundo global (pero sin localidad), futurismo (pero sin crítica. Aparece, así, ligada a la utopística de Wallerstein, en el

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sentido de buscar “las vías posibles de constante liberación y desde un escenario común no sería fácilmente considerado.
emancipación de las estructuras de explotación y dominación” Se trata de hacer escuela de discusión colectiva sobre las
(Mignolo, 2003: 28). realidades apremiantes que atañen a la comunidad civil
y que comprometen su dignificación, su sostenibilidad y
Las claves de comprensión/acción de las pedagogías su bienestar existencial. Para realizar dicha tarea, no hay
decoloniales se pueden sintetizar en cuatro dominios: que olvidar que el uso alternativo de los periódicos, de los
blogs, de los programas televisivos, así como de las fuentes
La decolonización del saber bibliohemerográficas y sus autores de frontera, se entiende
también sometido a la crítica permanente, según el postulado
Corresponde a la revisión de las geopolíticas del conocimiento decolonial del autoexamen contra toda heroización.
como estructuras epistémicas del poder relacionadas con
formas de validación de la ciencia, la producción, divulgación La decolonización del ser
y uso de saberes. Esta conversación entre conocimientos
legitimados y conocimientos emergentes será crucial para
integrar propuestas epistémicas significativas que rebasen el El correlato de las geopolíticas del conocimiento es
núcleo específico de las racionali- zaciones occidentales. la colonialidad del ser. Quiere esto decir que la matriz
La propuesta del sociólogo portugués Boaventura de Sousa colonial del poder no se configura únicamente como una
Santos tiene aquí especial resonancia para superar los entidad de abstracciones o generalizaciones que dirigen
límites de la razón moderna en el acto de la construcción del la marcha de las principales macroentidades políticas,
conocimiento: económicas y sociales al modo de la racionalidad
moderna. La colonialidad del ser también es la traducción
Entiendo por Epistemología del Sur el reclamo de nuevos de dichas dinámicas al plano de las subjetividades, donde
procesos de producción y de valoración de conocimientos
ésta es capaz de crear modos de vivir y de relacionarse
válidos, científicos y no científicos, y de nuevas relaciones
entre diferentes tipos de conocimiento, a partir de las prácticas caracterizados por la dependencia, el sometimiento y la
de las clases y grupos sociales que han sufrido de manera subvaloración, en suma, por la incapacidad de asumir la
sistemática las injustas desigualdades y las discriminaciones gestión de sí mismo frente a otros que detentan funciones
causadas por el capitalismo y el colonialismo (2011: 35). de control o seguimiento.

La decolonización del saber implica, pues, incorporar el texto Por lo anterior, las fundamentaciones y prácticas de la
de la historia (pasado, presente y porvenir) para integrar la educación decolonial están convocadas a los desafíos
dinámica humana, cósmica, tecno-científica y cultural en cierta de la (auto)liberación frente a los legados sutiles de la
unidad de sentido que aporta vigencia a las necesidades reales colonialidad:
de nuestros pueblos y a los problemas más acuciantes de
nuestras cotidianidades.
La cuestión es la educación para la descolonización
Para ejercitar el principio de decolonización del saber, en del ser. Darles a los individuos, a las personas, los
términos didácticos, resulta oportuno el uso crítico y alternativo instrumentos necesarios para que entiendan lo que está
de medios: hacer ver, hacer valorar, hacer apreciar, desde pasando hoy desde la perspectiva de la colonialidad.
los ámbitos educativos, formales y no formales, lo que Eso es. Nada más y nada menos […] Ir pensando y

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haciendo entre todos un tipo de educación que es de cuanto es situado en la exterioridad del canon creado.
des-colonizadora. Primero del ser. Porque no puedes Una educación conectada con las tareas decoloniales
descolonizar la economía si tienes un ser que ha estado en sociedad exige afirmar el modo colectivo de ser otro
formado por la Modernidad (Argüello, 2013). en la conversación coexistencial –no en la insularidad o
el aislamiento– con distintos modos de alteridad. No hay
Una acción didáctica concreta, como punto de partida otro absoluto sino referenciales en mutualidad. Aquí se
para la generación de conciencias liberadoras, es sitúa el papel de la interculturalidad crítica para leer lo
emprender desde la educación acciones informativas local en clave global y en vínculos de interdependencias.
y divulgativas de los postulados decoloniales a Un camino didáctico para llevar a cabo este postulado es
través de redes (networking), en la virtualidad y en la el seguimiento y acompañamiento integral a movimientos
socialidad, que promuevan la consideración crítica de sociales y opciones populares de reivindicación, no tanto
las “colo- nialidades normalizadas”, sus ensamblajes, como protagonistas de episodios contestatarios sino
sus mimetismos y manifestaciones de la “necesidad como actitud crítica continua de transformación desde
colonialista”1,[1] como instancia precedente de los actos lo personal/subjetivante ante las estructuras coloniales
emancipatorios frente a la colonialidad global del poder. colectivas. No basta entonces la simple simpatía con la
rebelión callejera, pues se puede estar en la movilización
con posicionamiento de colonizador sin asumir la
La decolonización de las prácticas socioculturales necesaria decolonialidad de las ideologías.

La colonialidad del ser, al tiempo que se manifiesta en La decolonización dei currículum


la construcción dependiente de subjetividades, también
lo hace en la definición de prácticas socio- culturales Visibilizar el reverso de la historia dentro de las
definidas, por la lógica de la modernidad, como legítimas disposiciones curriculares es uno de los desafíos que
y deseables para todos desde los cánones fijados de corresponden a la educación decolonial cuando se refiere
clase (capacidad de renta y capital en el mercado), etnia al ámbito escolar-formal. Así como es fundamental la
(blanca, euro/anglosajona) y género (androcéntrico, tarea social de la educación, en un sentido amplio, la
hetero- normado). escuela como escenario convencional también debe
ser revisada en términos de apertura y circulación de
La invención del paradigma de las “Américas” o del epistemes, de formas distintas de conocer y comprender
“Tercer mundo” conlleva el extrañamiento de la otredad, la vida, expresadas en la formalidad de los currículos:
1 Como hemos definido en otro lugar, se entiende por necesidad
colonialista el proceso sostenido en la colonialidad global y sistémica La escuela como mediadora social y cultural
del poder por el cual éste se justifica como conveniente a partir de de la historia se enfrenta al desafío de una
falacias o argucias doctrinarias que apoyan el sistema-mundo esta- orientación ecuánime de sus propósitos que
blecido, tales como “salvación eterna” (argumento religioso), progreso atienda la complejidad del mundo evitando la
y desarrollo (argumento económico liberal), democracia y seguridad
(argumento político), tecnificación y mercado (globalización neolib-
unidimensionalización de aspectos, usualmente
eral), entre otros. conectados con el plano económico

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(preparación para el trabajo, integración en un Los cuatro vectores comprensivos se expresan en los
modelo productivo, capacidad de consumo, territorios epistémicos de la hermenéutica pluritópica.2[2]
etc.) [...] [Se requieren] instituciones escolares Los campos de la hermenéutica pluritópica de las
donde no predomine una visión jerárquica pedagogías decoloniales se pueden expresar en tres
o autoritaria (sea en los esquemas de grandes corrientes: fomento y preservación cultural,
organización escolar o en la misma circulación análisis y transformación sociopolítica, y tendencias
del conocimiento) y se logre una adecuación ecosóficas. A cada una de ellas se han de abrir los
pertinente del sistema educativo frente a la escenarios de la escuela y de la comunidad civil dentro de
realidad plural del mundo (Argüello, 2014: 285). las tareas de formación de la conciencia para el ejercicio
conversacional.
La decolonización curricular demanda integrar a
la cotidianidad de la escuela, problemas, temas,
discusiones, simbolizaciones, en general formas de
producir y representar conocimiento, que expresen el
mundo como complejidad, esto es, la pluralidad religiosa,
sexual, partidista, cósmica y cultural (tabla 1).

Tabla 1. Herméutica pluritópica


Principales temas y problemas de las pedagogías decoloniales
Fomento y Análisis y Tendencias
preservación transformación ecosoficas
cultural sociopolitica
Pedagogía, Pedagogía, Pedagogía,
educación rural e desplazamiento economías
indígena forzado y migración y desarrollos
alternativos
Pedagogía, Pedagogía,
ancestralidad y mujer, géneros y
religiones poblaciones lesvico,
gay, transgenero,
bisexual e
intersexual (LGTBI) Pedagogía, tierra y
Pedagogía, arte, Pedagogía , paz y biodiversidad
2 En la perspectiva decolonial se habla de “hermenéutica pluritópica”
patrimonios orales e posconflicto en oposición al dispositivo más típico de la modernidad, la “her-
intangibles menéutica monotópica”. Como se puede advertir en sus raíces, se
Pedagogía,
derecho. ilegalidad trata de transitar de las lógicas del Uno (mono-) a las lógicas de la
y violencia común pluralidad como puntos de partida para realizar la interpretación de
las realidades en sus distintas dimensiones humanas, sociales, cul-
turales, etcétera.

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Conclusión: Educación y decolonialidad, una La educación decolonial se hace, pues, protagonista en la
construcción de un “paradigma otro” de sociedad-mundo.
articulación necesaria Manifiesta, así, el sentido crítico-proactivo ante las propias
colonialidades, las cuales pueden albergarse en las falacias
Las distintas realidades de nuestro mundo latinoamericano, de la necesidad o en la inercia de las costumbres. Es
en cada uno de sus contextos nacionales y locales, plantean necesario ver de una manera nueva la realidad histórica
la urgencia de repensar el campo de la educación no sólo para situarse ante ella como sujetos legitimados más allá
como un acto necesario de academia (de pedagogía, en este de la ideología. Sentido crítico certeramente expresado por
caso), sino también de acción, compromiso y transformación Mignolo:
sociohistórica.
El proyecto modernidad/colonialidad es crítico tanto
El proyecto de la decolonialidad es una opción epistémica, de la derecha como de la izquierda. Se posiciona
social y humana que permite hacer el ejercicio de ruptura frente a las ideologías imperiales, racistas, sexistas
de las múltiples prolongaciones coloniales que, desde los y no comulga con la izquierda marxista. Esto es:
distintos globalismos de esta época, mantienen las diferencias el pensamiento decolonial es desobediente tanto
del no-ser aunque con denominaciones y estrategias epistémica como política- mente (Maldonado-
protegidas en las sutilezas o en las falacias del bienestar Torres, 2007: 194).
común.
Re-construir, des-aprender para re-aprender nuestros
“Un paradigma otro” surge de la toma de conciencia magisterios, y nuestras interacciones, y nuestras didácticas,
y del análisis de la colonialidad del poder en el que y nuestras academias, es la tarea decolonizadora de la
se asentó, dominante y explotador, el proyecto de pedagogía en el transcurrir cotidiano, lo cual acontece no en
la modernidad. Por eso, si la modernidad es un la espectacularidad de grandes cambios sino desde el giro
proyecto incompleto, ya no podrá completarse en epistémico intentado en la esfera particular de cada actor
el terreno de la modernidad misma, sino desde el social de la educación como una apuesta de vida, de dignidad
terreno de la descolonización, esto es, desde la y de responsabilidad con las generaciones del presente y de
perspectiva abierta por el “descubrimiento” de la su inmediato porvenir.♦
colonialidad (Mignolo, 2003: 49).

El vínculo educación y decolonialidad contribuye a construir


un sentido amplio de pertinencia pedagógica más allá de
la atención a las necesidades inmediatas del mercado
profesional o de la transmisión de determinado proyecto de
nación. Expresa el retorno a la fundación ética de lo humano,
de lo cósmico, de lo vital, de lo ancestral, como marco
comprensivo de las educaciones de este milenio, es decir, de
la pluralización de un proyecto planetario viable en la escena
actual de la historia.

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Referencias

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a Walter Mignolo. Durham: Center for Global Studies and the
Humanities-Duke University, 16 de octubre (texto inédito).
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introducción. México: Siglo XXI Editores.

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