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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

FEDERACIÓN LATINOAMERICANA ASAMBLEAS MISIONERAS


APOSTOLICAS M.I.
INCATE. SAN CRISTÓBAL

BIBLIA V
LOS EVANGELIOS

Profesora:
Pastora Luz Edith Omaña

Año Escolar 2015 – 2016

San Cristóbal, Agosto de 2015


INTRODUCCIÓN

Los evangelios de Nuestro Señor Jesucristo constituyen una hermosa


oportunidad para conocerle más y ser como Él y andar como El anduvo, muchos
viven buscando modelos, métodos, programas, pero aún dentro de la Iglesia
desconocen que solo hay un Camino y ese se llama JESUCRISTO REY DE REYES
Y SEÑOR DE SEÑORES, a Él sea toda la GLORIA, LA HONRA Y LA ALABANZA
POR TODOS LOS SIGLOS, por eso amados los invito que a partir de este inolvidable
momento comience a leer, leer y leer los CUATRO EVANGELIOS, preguntándose a
sí mismo que nos falta para ser como EL, modelo y arquetipo por excelencia. El
mensaje de que Jesús es el Señor y quien murió y resucitó es la esencia del
Evangelio pero no el todo. Cuando analizamos el Kerigma o sea el mensaje
predicado, según lo llamaron los Teólogos del N.T. nos encontramos que también
incluye otros factores y doctrinas, por ejemplo el Sermón de Pedro a Cornelio,
Hechos 10:34 – 43. El Evangelio en si contiene puntos como; El Señorío de Jesús,
el Ministerio de Juan el Bautista, la vida de Jesús en Galilea, el poder, los milagros,
las sanidades y las liberaciones de demonios, la muerte de Jesús por crucifixión y su
resurrección, las apariciones concretas después de su muerte, el mandamiento de
predicar el perdón de los pecados por medio de la fé en Cristo, confirmando en
cuanto a su vida el cumplimiento de las profecías del AT. El instrumento evangélico
tiene a los Apóstoles como autores, a quienes el mismo Señor preparó y les dio la
misión de promulgar los Evangelios. Existen cerca de ochenta profecías registradas
en el NT que abarcan desde la preexistencia de Jesús hasta su nacimiento, vida,
muerte y resurrección, así como el derramamiento del Espíritu Santo. Es importante
entender que los Evangelios no son simples biografías que siguen una idea mecánica
en cuanto a lo que debería ser ella, cuando los leemos de una manera simple vemos
que difieren unos de otros, con una característica especial para cada escrito o puntos
de vista que trata de mostrar.
SIGNIFICADO DE LA PALABRA EVANGELIO

La palabra evangelio tiene su origen en el término griego evangelio (“buena


nueva”). Aplicado a los cuatro retratos de Cristo el término Evangelio (Marcos 1:1).
Se emplea en el sentido de las buenas nuevas de salvación resultantes de la muerte,
sepultura y resurrección de Cristo (1 Cor.15:1-4). Constituyen un relato de la
provisión del evangelio para los pecadores necesitados, a través de la persona y la
obra de Cristo. Para ver el desarrollo histórico de este evangelio provisto por Dios,
debemos ir al libro de los Hechos. La doctrina del evangelio la hallamos en las
epístolas, principalmente en las 13 cartas paulinas.

QUE SON LOS EVANGELIOS

Los cuatro evangelios no son historias de la vida de Cristo ni biografías. Más


bien son retratos de la persona y relatos de la obra del Mesías prometido de antaño,
Rey de Israel y Salvador del Mundo. Como retratos representan cuatro poses
distintas de una personalidad única. Mateo, por el Espíritu Santo, presenta a Cristo
como rey, Marcos como siervo, Lucas como hombre, y Juan como Dios. Por lo
general los especialistas coinciden en que los cuatro evangelios fueron escritos en
griego, y que sus autores tal vez utilizaron fuentes arameas orales o escritas más
antiguas que conservaron muchas de las palabras y dichos reales de Jesús.

LO QUE HACEN LOS EVANGELIOS

Al describir la preexistencia eterna, el nacimiento, la muerte, resurrección, y


ascensión de Jesús el Cristo, como también su vida y enseñanza, los cuatro
Evangelios presenta a una personalidad viviente, dinámica y única: Dios hecho
hombre para realizar la redención del hombre del pecado. Estos cuatro retratos, más
que describir todo lo que hizo Jesús, y el preciso orden en que lo hizo, lo presentan
como Señor y Salvador, nos llevan a su persona más que a los detalles de su vida.
Los evangelios son intencionalmente incompletos como historia, pero
maravillosamente completos y adecuados como revelación divina del Hijos de Dios
nuestro Salvador. Esto es precisamente lo que necesita la fe y es también la piedra
de tropiezo de la incredulidad.

LOS EVANGELIOS

Los Evangelios nos cuentan la vida y la enseñanza de Jesús, por lo tanto


tienen carácter biográfico, pero también tienen los elementos que se hallan en los
sermones primitivos cristianos, el propósito principal del Evangelio es presentar el
mensaje de Cristo y llamar a las personas a la fé. Se llaman Evangelios porque
incorporan el Evangelio es decir la historia de quien fue y que hizo Jesús.

PROPÓSITOS DE LOS EVANGELIOS

Los evangelios centran su atención en el triple ministerio del Mesías, como


profeta, sacerdote y rey. Como Profeta cumpliendo la gran predicción de Moisés (Dt.
18:15-19), era el profeta por excelencia en virtud de lo singular de su persona. No
solo hablaba en nombre de Dios como otros profetas que lo precedieron; Dios habló
a través de Él como Hijo (He. 1:1-2). Al contrario del profeta del AT que era una voz
para Dios, el hijo, siendo Dios, era la voz de Dios mismo. Como Sacerdote, Cristo
vino a ser tanto el sacrificio como el que sacrificaba cuando murió en la cruz para
salvar a los pecadores (He. 9:14), y mediante su resurrección vive eternamente para
interceder por ellos (He.7:25). Como Rey de Israel fue rechazado en su primera
venida pero ejercerá el cargo en su segunda venida, cumpliendo el pacto davídico (2
Sam. 7:8-16; Lc.1:30-33; Hech.2:29-36; 15:14-17).
SU FUNCIÓN

Fue entonces necesario escribir los evangelios, porque era imposible


diseminar o esparcir el mensaje de manera rápida y cumplir solo mediante la palabra
hablada. En cuanto a la confiabilidad del evangelio está basada en que se escribieron
cuando estaban vivos aquellos que conocieron a Jesús, ya que están directamente
vinculados con los apóstoles y porque el Espíritu Santo guió a los autores.

TRASFONDO DE LOS EVANGELIOS

La Trama de los Evangelios está integrada por tipos, alusiones y citas del AT
(Mt. 1:1; Lc.24:27, 44,45). Nuestro Señor fue “nacido bajo la ley” (Gal.4:4), ejerció su
ministerio primeramente a los judíos en la época legal (Mt. 10:5-6; 15:23-25), y vino
a ser siervo de la circuncisión para mostrar la verdad de Dios, para confirmar las
promesas hechas a los padres (Rom.15:8).
Como rey y Mesías fue anunciado por Juan el Bautista, le fue ofrecido el reino
de Israel y fue rechazado por ellos (Mt.1-12). Como profeta predijo la nueva era
(Mt.13), y su segunda venida (Mt.Cap.24-25). Como sacerdote murió y resucitó,
cumpliendo la ley e introduciendo la gracia (Jn.1:17).
Hasta la cruz, los Evangelios son una extensión de la economía del At, lo que
se evidencia en el fuerte colorido judío que no terminó hasta que se rasgó de un
modo sobrenatural el velo del templo cuando murió Cristo (Mt.7:51).

SU RELACIÓN CON LA HUMANIDAD

Los cuatro Evangelios están orientados hacia las diversas clases de la


sociedad del Siglo I y de nuestra era: Mateo estaba orientado hacia los judíos,
Marcos hacia los romanos (En especial hacia los esclavos que estaban en Roma),
Lucas hacia los griegos y Juan hacia aquellos que ni eran judíos, ni gentiles (1 Co.
10:32) sino creyentes en el Señor Jesucristo.
COMPARACIÓN ENTRE LOS CUATRO EVANGELIOS
MATEO MARCOS LUCAS JUAN
El siervo
El hombre
El Rey profetizado Obediente El Hijo divino
perfecto

Como buen (para


Como León Como águila
arar la tierra,
(Fuerza, poder, Como hombre (Tiene dominio
práctico)
autoridad, rey). sobre su territorio)

Práctico
Profético Histórico Espiritual

Al Romano
Al Judío Al Griego A la Iglesia

La Palabra de
El Siervo del
El rey davídico El Hijo del Hombre Dios (Jn. 10:30,31)
Señor

El varón llamado
El Renuevo justo
Mi Siervo el Renuevo El Renuevo de
de David
Renuevo (Zac.3:8) (Zac.6:12) Jehová (Is. 4:2)
(Jer.23:5-6)

Suplementario
Sinóptico Sinóptico Sinóptico

Interno, privado,
Externo, público, Externo, público, Externo, público, celestial, en
terreno en Galilea terreno en Galilea terreno en Galilea Judea.

LOS CUATRO EVANGELIOS DE JESUCRISTO


EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO
PRIMER LIBRO DEL NUEVO TESTAMENTO

Jesús como Rey, un puente entre lo antiguo y lo nuevo. Mateo da a conocer


su intención desde sus primeras palabras. Vincula la llegada de Jesús con la línea
histórica del Antiguo Testamento. Jesús era judío, aclara Mateo, era “hijo de
Abraham”. Y no solo era judío, sino que también era rey, hijo de David. De allí en
adelante, Mateo se aboca a la tarea de fundamentar una afirmación audaz: este
Jesús, que viene del humilde pueblo de Nazaret, es el mismísimo “Mesías”, el
liberador prometido en el Antiguo Testamento. (Cristo es la traducción griega de la
palabra hebrea “Mesías”).
Tras registrar el linaje de Jesús, Mateo narra la historia de Jesús en la tierra.
Al hacerlo, se fundamenta una y otra vez en el Antiguo Testamento, citándolo con
mayor frecuencia que cualquier otro escritor del Nuevo Testamento (Preste atención
a frases tales como: “Para que se cumpliera lo dicho por los profetas”).
Podemos decir, entonces, que el primer libro del Nuevo Testamento se presenta ante
nosotros como el evangelio que vincula cosas, que sirve de eslabón entre lo antiguo
y lo nuevo. Mateo comienza buscando las raíces de Jesús, pero establece también
el contraste entre Jesús y la imagen que los judíos tenían del Mesías. Jesús, el rey,
puso fin a miles de años de ansiosa espera. Pero vino a establecer un tipo de reinado
totalmente inédito un reinado distinto del que todos esperaban.

Autor

Los antiguos escritores cristianos creían que este libro fue el primero de los
Evangelios sinópticos (de ahí su ubicación al principio del Nuevo Testamento), y lo
atribuyeron a San Mateo, uno de los doce apostoles. Sostenían que Mateo escribió
el Evangelio en Palestina poco antes de la destrucción de Jerusalén en el 70 d.C.
Aunque todavía existen quienes mantienen esta opinión, la mayoría de los
especialistas aseguran que el Evangelio más antiguo es el de San Marcos. Sobre la
base de las pruebas externas e internas, consideran que el autor de Mateo utilizó el
Evangelio según San Marcos como una de sus dos principales fuentes, siendo la
segunda una colección de proverbios de Jesús denominada “Q” (del alemán Quelle,
“fuente”). Además, dudan de que fuese el apóstol Mateo quien escribiera el libro. Sea
quien fuere su autor real, ha sido identificado como judío porque su Evangelio
contiene numerosas referencias a las Escrituras y a las leyes y costumbres judías
con las que presuponen que el lector estaba familiarizado. Otras evidencias sugieren
también que escribió principalmente para cristianos de origen judío. No se sabe con
exactitud el lugar donde fue escrito este Evangelio. Algunas autoridades en la materia
piensan que fue en Palestina; otras se inclinan por algún otro centro del cristianismo
primitivo, posiblemente la ciudad de Antioquia. La opinión más generalizada sostiene
que fue escrito después del 70 d.C., quizá hacia el 80 d.C. Puede que haya escrito
parte o toda la obra primero en arameo, pues Papías, primitivo escritor cristiano, dice:
“Mateo recopiló los Logia (dichos) en lenguaje hebrea (aramea)…”.

Destinatarios

Mateo era el evangelio más comúnmente usado en la iglesia primitiva, que


incluía muchos judíos cristianos. Salta a la vista que Mateo, que era judío, escribió
para sus compatriotas. Los siguientes hechos acerca del libro dejan ver esto:
Las numerosas referencias al Antiguo Testamento, que incluyen profecías.
El énfasis en Jesús como Rey.
El énfasis en los judíos como ovejas perdidas de Israel y en la misión de Jesús
ante ellos.
Versículos claves
Mateo 23:37-39
Contenido: Capitulo 1 y 2
El Evangelio según San Mateo se estructura en torno a cinco discursos de
Jesucristo. Cada uno de ellos es introducido por una narración sobre los hechos de
Jesús, que sirve como preparación y cuya interpretación está contenida en el
discurso. La totalidad de los discursos está precedida a su vez por una narración
introductoria y al finalizar los discursos, aparecen dos narraciones culminantes. La
primera de estas narraciones finales hace referencia a la Pasión, y la segunda a la
Resurrección. Por eso, puede decirse que Mateo consta de ocho secciones bastante
diferenciadas.
La narración introductoria (capítulos 1 y 2) traza la genealogía de Jesús hasta
el patriarca Abraham y el rey David, e incluye una serie de datos acerca del
nacimiento e infancia de Jesús (1,18-2,23). Las historias más conocidas de esta
sección, exclusiva de Mateo, incluyen la visita de los “magos que venían del Oriente”
(2,1); la huida de José y María a Egipto con el niño Jesús para escapar a la matanza
de los niños varones, decretada por Herodes el Grande, rey de Judea; y el retorno
desde Egipto tras la muerte de Herodes.
Las cinco secciones de narraciones y discursos, cada una de ellas marcadas
en su conclusión por la fórmula “cuando acabó Jesús estos discursos”, están
tomadas en su mayoría de Marcos y de “Q”. El escenario de las primeras cuatro
narraciones discursos es Galilea, mientras que Jerusalén lo es de la quinta.

Primera narración – discurso. Desde el Cap. 3 hasta el 7.

La primera narración (capítulos 3 y 4) está dedicada a San Juan Bautista, el


bautismo y a la tentación de Jesús, y a los comienzos de su ministerio público. A
continuación le siguen el Sermón de la Montaña (capítulos 5 al 7), donde Jesús
asegura que ha venido para “dar cumplimiento” a “la ley y los Profetas” (5:17), e
instruye a la multitud con el estilo de “quien tiene autoridad” (7:29). En el Sermón
están incluidas las bienaventuranzas y el Padrenuestro (6:9-13).

Segunda narración – discurso. Desde el cap. 8 hasta el 10


La segunda narración (8:1-9,38) presenta ejemplos de la capacidad de Jesús
para curar a los enfermos con el poder de la fe. En el segundo discurso (10:1-42),
Jesús ordena a sus doce discípulos curar y predicar “a las ovejas perdidas de la casa
de Israel” (10:6), señalando las condiciones para el apostolado.

Tercera narración – discurso. Desde el Cap. 11 hasta el 13:52

La tercera narración (capítulos 11 y 12) relata la creciente oposición de los


fariseos a las obras y predicación de Jesús. La temática del tercer discurso (13:1-52)
es el Reino de los Cielos. Jesús habla de él en las parábolas y cuando los discípulos
le preguntan por qué habla al pueblo de esa manera, Jesús les respondió: “Es que a
vosotros se os ha dado el conocer los misterios del Reino de los Cielos, pero a ellos
no” (13:11). Este discurso incluye las parábolas del sembrador (13:18-23), de la
cizaña (13:24-30) y del grano de mostaza (13:31-32).

Cuarta narración – discurso. Desde el 13:53 hasta 18.

La cuarta narración (13:53-17,27) comienza con la historia del rechazo que


sufre Jesús por las gentes de su ciudad (13:53-58). Además, da cuenta de la muerte
de Juan el Bautista (134:3-12), de una serie de milagros y curaciones realizados por
Jesús, de un milagro de San Pedro, de la revelación (en Cesárea de Filipo) a sus
discípulos de su naturaleza y vocación divina (16:13-20), del anuncio de Jesús de su
Pasión y Resurrección, y de la Transfiguración (17:1-8). El cuarto discurso (17:24;
18:35) se refiere a la Iglesia: condiciones para que esta se dé y a su gobierno. Debe
destacarse que Mateo 16:17-19 y Matero 18:17 son los únicos pasajes de los cuatro
Evangelios en los que aparece la palabra Iglesia.

Quinta narración – discurso. Desde el 19 al 28.


Jesucristo ante Poncio Pilatos según los Evangelios, el procurador romano de
Judea, Poncio Pilatos, no dictó una sentencia de muerte contra Jesucristo después
de que el Sanedrín encontrara a este culpable de blasfemia. Más tarde se entrevistó
a solas con el hijo de Dios, quedó impresionado por la dignidad y franqueza de sus
respuestas e intentó salvarlo. No obstante, el temor a un levantamiento en Jerusalén
hizo que accediera a las demandas populares, de modo que Jesucristo fue
finalmente crucificado. El gesto simbólico con que, tal y como recoge el Evangelio de
San Mateo, Pilatos pretendió salvaguardar su responsabilidad fue el de lavarse las
manos.
La quinta narración (capítulos 19 al 20) describe el último viaje de Jesús por
Judea hacia Jerusalén, incluyendo la entrada a la ciudad y la expulsión de los
vendedores del Templo. Presenta también las controversias entre Jesús y los
saduceos y fariseos con respecto al tributo debido al César, a la resurrección, al
“mandamiento mayor de la Ley” (22:36-37) y a la paternidad del Mesías. El último
discurso importante se divide en dos partes. En la primera (capítulo 23), Jesús critica
a los fariseos y escribas porque, entre sus muchos otros defectos, “por fuera
aparecéis justos ante los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e
iniquidad” (23:28). En la segunda parte (capítulos 24 y 25), Jesús explica a los
discípulos las señales de su venida y del fin del mundo (24:3). También les habla en
las parábolas de la higuera (24:32-33), de las diez vírgenes (25:1-3) y de los talentos
(25:14-30), sobre la llegada del Reino de los Cielos, describiendo el Juicio Final.
La unción de Jesús, la traición de la que es objeto. La última Cena, la agonía
y arresto de Jesús en narraciones culminantes (capítulos 26 y 27). Su Resurrección
y el encargo a sus discípulos para que hagan “discípulos a todas las gentes” (28:19)
se refieren en la última narración. Los relatos y detalles exclusivos de Mateo que se
encuentran en estas narraciones incluyen la muerte del traidor de Jesús, Judas
Iscariote (27:3-10); el sueño de la mujer de Poncio Pilatos (27:19); el lavatorio de
manos de este para descargarse de su responsabilidad por la muerte de Jesús
(27:24-25); el terremoto que se produjo tras la muerte de Jesús (27:51-53), la
custodia del sepulcro (27:62-66); y las apariciones de Cristo resucitado a las dos
Marías (28:9-10) y a sus discípulos en Galilea (28:16-20).

Elementos característicos de Mateo

Lo más notable en Mateo es su énfasis en que Jesús es el Mesías prometido,


legítimo heredero del rey David, y en los asuntos relativos a la Iglesia (El único donde
aparece la palabra Iglesia Mt. 16:18 y 18:17). Prueba de que probablemente fue
escrito para los cristianos judíos es el abundante conjunto de datos, exclusivo de
este Evangelio, que insisten en presentar a Jesús como cumplimiento y concreción
del Antiguo Testamento. Única también es la posición superior de San Pedro,
designado por Jesús como guardián de “las llaves del Reino de los Cielos” (16,19).
El profundo interés por los discípulos, que caracteriza a todos los evangelistas,
aparece aún más resaltado en Mateo. El autor de este Evangelio relata de forma
pormenorizada como Jesús les eligió e instruyó, y como les perdonó, una vez
resucitado tras haberle fallado, dándoles así una gran seguridad para su posterior
misión.
La influencia del Evangelio según San Mateo en el cristianismo ha sido
dominante desde su redacción. Además de su importancia teológica en la
formulación de la doctrina, que comparte solo con el Evangelio según San Juan, su
versión de las secciones más celebres (como las bienaventuranzas, el Padrenuestro
y las historias de la Pasión) es más conocida, citada y leída que los relatos paralelos
de los demás Evangelios.

EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS


SEGUNDO LIBRO DEL NUEVO TESTAMENTO
Jesús como Siervo. El evangelio dinámico: Abruptamente aparece una figura
solitaria. Es un excéntrico que se cubre con ruda ropa de piel de camello y lanza su
mensaje al seco aire del desierto. Así comienza el Evangelio según San Marcos.
Una manera práctica de entender este evangelio es considerarlo como un documento
concisamente editado. A diferencia de los demás evangelios, este tiene poca
paciencia con el diálogo y la reflexión personal. El autor se dirige a un auditorio
inquieto e impaciente.
Marcos maneja diestramente el foco de la acción. Después de mostrar por un
momento grandes multitudes, centra nuestra atención en alguna persona en
particular. Eso sí, no deja duda alguna acerca de quién es el personaje principal.
Después de dedicarle unos pocos versículos introductorios a Juan el Bautista, centra
su foco en Jesús y los sigue por todas partes.
Énfasis en la acción. Quienes traten de encontrar el bosquejo en que Marcos
se basó para redactar su evangelio quedarán desconcertados. Tanto Mateo como
Lucas aportan cuatro capítulos de introducción histórica antes de relatar algún
milagro de Jesús; Marcos describe tres milagros y un hecho grupal ya en el primer
capítulo.
Al eliminar todo lo que no sea acción directa, Marcos logra un efecto dramático
mayor que el de cualquier otro escrito bíblico. El ritmo de la acción asegura un
auditorio atento, y Marcos ensambla una escena con otra casi sin pausa alguna. Los
cielos se abren inmediatamente; el Espíritu envía a Jesús al desierto
inmediatamente; este llama a sus discípulos inmediatamente. En el original griego
este libro usa este adverbio de apresuramiento (La versión utiliza por nosotros es
luego) unas 42 veces.
Los personajes se mueven apresuradamente de un lado a otro, se abren paso
entre el gentío, se asombran ante las poderosas señales. El de Marcos es un
evangelio de signos de exclamación, lleno de palabras tales como asombrados,
amedrentados, anonadados.
Aproximadamente el 90% de Marcos aparece en los otros tres evangelios,
este libro es, sin embargo, un punto de partida ideal para quien sepa poco de Jesús.
Fuera de aquellas ocasiones en que repite las citas hechas verbalmente por Jesús,
Marcos solo cita el Antiguo Testamento directamente en una ocasión (1:2-3).

Autor
Marcos es el autor indiscutible de este Evangelio: Eusebio, escritos del siglo
IV, dice que Papías, quien escribió allá por el 140 d.C.; afirma que Marcos fue “el
interprete de Pedro” y escribió con exactitud todo lo que recordó, aunque no
necesariamente en el orden en que el Señor hizo o dijo las cosas. Marcos nunca
escuchó al Señor, ni tampoco lo siguió, sino que siguió a Pedro, prestando atención
a no dejar de lado nada de lo que escuchó y a no hacer ninguna falsa declaración.
Marcos escribió de manera episódica, o sea señalando puntos individuales y no
busca el orden sino por exactitud. No buscó un relato estrictamente cronológico.

Destinatarios

Según una antigua tradición, Marcos escribió su Evangelio en Roma para los
creyentes romanos.

Fecha y Lugar de Redacción

En el capítulo 13, Marcos se refiere a la destrucción de Jerusalén como a un


acontecimiento inminente u ocurrido recientemente. En consecuencia, aunque los
especialistas no saben si datar este Evangelio poco antes o poco después del 70
d.C., es prácticamente seguro que debió ser redactado en torno a ese año. También
hay referencias de haberse escrito por el año 60 d.C.
Una tradición que se remonta a Clemente de Alejandría, indica que fue Roma
el lugar en que se escribió el Evangelio, aunque esta opinión probablemente se
infiera de la suposición de que el autor llevó al papel lo que dijo San Pedro. Las pistas
que aparecen en el propio Evangelio han sugerido a numerosos estudiosos que
posiblemente fuera escrito en Galilea o en Siria.

Versículo Clave

Marcos 10:45 “Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para
servir, y para dar su vida en rescate por muchos”.

Contenido

El Evangelio según San Marcos relata la historia del Jesús adulto, desde el
momento de su bautismo por San Juan Bautista hasta su crucifixión y el mensaje del
ángel anunciando su Resurrección. Los episodios iniciales, ocurridos en Judea,
describen la actividad de San Juan Bautista, el bautismo de Jesús y su tentación por
Satán en el desierto. A continuación, el escenario se traslada a Galilea (1:14); y
durante la mayor parte del Evangelio el lector recorre las diversas regiones del norte
de Palestina, especialmente los alrededores del mar de Galilea, donde Jesús predica
sobre el Reino de Dios y sana a los enfermos. A continuación, Jesús se dirige hacia
el sur (10:1), en dirección a Judea. Desde Marcos 11:11 hasta el final del Evangelio,
los acontecimientos se desarrollan en Jerusalén y sus alrededores, donde tienen
lugar el arresto, crucifixión y entierro de Jesús. Cuando algunas mujeres de entre sus
seguidores se dirigen a la tumba para encargarse del cuerpo, descubren que está
vacía. Un ángel les ordena comunicar el hecho a los discípulos, pero no hablan con
nadie por temor.
Así, el Evangelio comienza y termina en Judea, aunque entre el inicio y el final,
una gran parte de la actividad tiene por escenario Galilea. La importancia de Galilea
se indica nuevamente por una profecía, pronunciada en dos ocasiones, de que tras
su Resurrección, Jesús irá a Galilea y que será allí el lugar en que sus discípulos le
verán (14:28; 16:7).
EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS
TERCER LIBRO DEL NUEVO TESTAMENTO

Lucas. Jesús como Hombre. Como un jubiloso musical. Si bien Lucas


abarca esencialmente el mismo territorio que Matero y Marcos, él ya deja translucir
su propio enfoque en los primeros capítulos. Mateo comienza su evangelio con una
muy formal genealogía familiar. Marcos inicia el suyo en un paisaje desértico
abrasado por el sol. Lucas se distingue de ellos al comenzar su evangelio con una
alegre celebración.
Según Lucas, las circunstancias que rodearon el nacimiento de Cristo se
asemejó a un jubiloso musical. Los personajes se van apiñando en el escenario,
sucesivamente aparece un encanecido tío abuelo, una sombrada virgen, una anciana
y vacilante profetisa. Todos sonríen de par en par y, de dárselas la ocasión, se ponen
a cantar.
Apenas recuperada del sobresalto de ver un ángel, María se lanza a cantar un
hermoso himno. El anciano sacerdote Zacarías rompe su mudez de nueve meses
diciendo un hermoso poema; y Juan el Bautista salta de alegría en el vientre de su
madre (1:44). Y cuando Jesús hace finalmente su entrada a este mundo en un oculto
establo, el cielo se llena de ángeles que cantan. Es evidente que algo especial se
gestaba en el planeta tierra.
El nacimiento de Jesús efectivamente dividió la historia en dos; nosotros
mismos damos constancia de ello cada vez que escribimos una fecha. El evangelio
de Lucas nos retrae al mundo antes de que hubiese un Antes de Cristo o un Después
de Cristo, o sea que nos transporta a los comienzos de la vida de Jesús.
Aún hoy, casi dos mil años después, la conmemoración del nacimiento de Jesús es
causa de regocijo. Durante la época de Navidad comemos mejor, nos sentimos mejor
dispuestos, escuchamos música conmemorativa, contemplamos los retablos
navideños y cantamos villancicos. Nuestros sentimientos de celebración son suaves
ondas expansiva, remezones del notable momento en que Dios se hizo hombre y
vivió en esta tierra.
Aún hoy, casi dos mil años después, la conmemoración del nacimiento de
Jesús es causa de regocijo. Durante la época de Navidad comemos mejor, nos
sentimos mejor dispuestos, escuchamos música conmemorativa, contemplamos los
retablos navideños y catamos villancicos. Nuestros sentimientos de celebración son
suaves ondas expansivas, remezones del notable momento en que Dios se hizo
hombre y vivió en esta tierra.

Autor

La tradición de la Iglesia, que data de finales del siglo II, lo atribuye a “Lucas,
el médico querido” (Col. 4,14), uno de “mis colaboradores” (Flm. 1,24), mencionado
por San Pablo en dos de sus epístolas. La misma tradición también atribuye a San
Lucas los Hechos de los Apóstoles que, conjuntamente con el Evangelio que lleva
su nombre, suele considerarse que constituyeron una única obra en los primeros
años del cristianismo. La mayoría de los especialistas modernos aceptan que Lucas
fue el autor de ambos libros, aunque algunos – debido a la contradicción entre las
epístolas de San Pablo y lo que de él se cuenta en Hechos – dudan que Lucas y
Pablo estuviesen estrechamente asociados durante la obra misionera de este último.
En la actualidad, la opinión más generalizada es que el Evangelio según San
Lucas fue redactado entre los años 70 y 80 d.C. también se han sugerido fechas
anteriores o posteriores en torno al 63 – 65 d.C si, como se ha propuesto, Hechos
fue escrito mientras Pablo estaba encarcelado en Roma; a finales del siglo I, si se
toma como prueba de una fecha posterior cualquier ausencia de referencias al
Evangelio en los escritos de los primeros Padres de la Iglesia. Se desconoce si este
Evangelio fue escrito en Roma, en Asia Menor o en Grecia.

Destinatarios

Lucas para los gentiles. Como el propio Lucas era gentil, tanto su Evangelio
como los Hechos reflejan enorme interés en extender el cristianismo a los no judíos.
En el Evangelio de Lucas se destaca la fe del centurión; se narra la historia del buen
samaritano; se remonta la genealogía de Jesús hasta Adán, padre de género
humano, y no solamente hasta Abraham, padre del pueblo judío.

Versículo Clave

Lucas 19:10 “Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se
había perdido”.

Contenido

Lucas puede dividirse en seis secciones bastante diferenciadas: un prologo


(1:1-4); relatos del nacimiento e infancia de Jesús (1:5-2,52); el ministerio de Jesús
en Galilea (3:1-9,50), su viaje desde Galilea a Jerusalén (9:51-19, 48), su predicación
en Jerusalén (capítulos 20-21); y su Pasión, Resurrección y Ascensión (capítulos 22-
24).
El prólogo, que expone las razones y la autoridad para escribir el Evangelio,
está dirigido al “ilustre Teófilo” (1:3). Es posible que Teófilo no sea más que una
denominación simbólica del lector cristiano, aunque lo más probable es que se
tratase de una persona real, quizá un funcionario romano. El prologo de Lucas es
único en los tres primeros Evangelios. Modelado sobre la base de los prólogos de
los historiadores helenistas, da la impresión de que Lucas escribió principalmente en
calidad de historiador, registrando los hechos tras una exhaustiva investigación.
La narración del nacimiento e infancia de Jesús que aparece en Lucas ha sido la que
más peso tuvo para dar forma a la celebración cristiana de la Navidad. Los relatos
familiares que son exclusivos de Lucas incluyen la Anunciación (1:26-38); la visita de
María, madre de Jesús, a Isabel, madre de Juan El Bautista (1.39-56); el nacimiento
de Juan el Bautista (1:57-80); la circuncisión de Jesús y su consagración en el
Templo (2:21-40); y la aparición de Jesús en el Templo a los 12 años de edad (2:41-
52).
Los pormenores que Lucas ofrece del ministerio de Jesús en Galilea son
similares, con relativamente pocas excepciones, a los que encontramos en Marcos.
Lucas da una descripción más detallada del rechazo de la predicación de Jesús en
la sinagoga de Nazaret (4:16-30) y presenta una genealogía de Jesús que remonta
sus orígenes humanos no solo hasta Abraham, sino también hasta Adán (3:23-28).
Por otra parte, sitúa el lugar del Sermón de la Montaña “en un paraje llano” (6:17) en
lugar de hacerlo sobre la cima de un monte (6:20-49). Estas son las principales
diferencias entre ambos escritos.
Sin embargo, en cuanto al viaje de Jesús hacia Jerusalén atravesando
Samaria (9:51-19:48), este Evangelio contiene un material considerable que no
aparece ni en Marcos ni en Mateo. Son sobre todo estos capítulos (probablemente
tomados en su mayoría de la fuente “L”), que numerosos especialistas denominan
“sección especial de Lucas”, los que ofrecen sus cualidades distintivas. Las
narraciones y dichos únicos y característicos que aparecen en estos pasajes incluyen
las historias de la misión y el regreso de los 70 discípulos (10:1-20), de Marta y María
(10:38-42), y del rico publicano Zaqueo (10:1-10), así como las parábolas del buen
samaritano (10:29-37); de la dracma perdida (15:1-10) del hijo pródigo (15:11-32), y
la del rico Epulón y el mendigo Lázaro (16:19-31). Aquí también se incluye la versión
abreviada de Lucas del Padrenuestro, sin la doxología que puede encontrarse en
Mateo 6:9-15, escenificada en un contexto diferente.
Para sus relatos acerca del ministerio de Jesús en Jerusalén (capítulos 20-21) y de
la Pasión y Resurrección (capítulos 22-24), Lucas vuelve a recurrir a Marcos. Sin
embargo, añade a la narración de este las últimas palabras de Jesús a sus discípulos
(22:21-38), sus palabras en camino hacia la cruz (23:28-31), las palabras de los dos
salteadores crucificados (23:39-43), las apariciones de Cristo resucitado en el camino
de Emaús y en Jerusalén (24:13-49) y su Ascensión (24:50-53).
El Evangelio según San Lucas fundamentalmente para su difusión entre los
gentiles. El objetivo declarado del evangelista es el de ser universal, ya que Lucas –
más que Mateo y Marcos – intenta situar a la persona y ministerio de Jesús dentro
del tiempo y del mundo. Su genealogía de Jesús destaca la importancia universal de
Cristo. Los pequeños toques que salpican la totalidad del texto mantienen
constantemente este motivo de universalidad ante el lector. Solo en Lucas puede
leerse que llegaron soldados (seguramente gentiles) a ser bautizados por Juan
(3:14); ningún otro evangelista mostro preocupación por los samaritanos (9:1-56; 17-
11-19); y su Evangelio espera el día en que la palabra preocupación por los
samaritanos (9:1-56; 17:11-19), y su Evangelio espera el día en que la palabra de
Dios sea escuchada y prevalezca entre “todas las naciones” (24:47). También
característico de Lucas es su preocupación por las relaciones sociales justas, en
especial entre el rico y el pobre; su interés por los pecadores y los parias sociales; y
su compasión por la mujer, única entre los evangelistas (7:11-17; 7:36-50;8:1-3).

EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN


CUARTO LIBRO DEL NUEVO TESTAMENTO

Juan. Jesús como Dios. Dios rompe el silencio. El evangelio según Juan relata
la historia del verbo hecho carne.
Ya en los primeros párrafos se nota que Juan se aparta notablemente del estilo
de Mateo, Marcos y Lucas. Los escritores de los otros evangelios fijaban su atención
en los acontecimientos y seguían a Jesús por los bulliciosos mercados y aldeas.
En su primer párrafo, Juan pone de relieve la naturaleza de Cristo. No
aparecen aquí retablos navideños, no hay establos, ni pastores, ni sabios del oriente.
Juan no cuenta nada del nacimiento ni de la niñez de Jesús. Cuando lo presente, él
ya es el maduro Hijo de Dios. Una vez terminado el elocuente prólogo, este libro
presenta a Juan a él Bautista señalando humildemente a Jesús “del cual yo no soy
digno de desatar la correa del calzado” 1:27.
Juan se limitó a escoger determinadas escenas que no abarcan en total más
de 20 días de la vida de Jesús, y las compaginó de forma que presentarán a un
Mesías que sabe “de donde he venido y a donde voy” (8:14). Jesús no es
simplemente un hombre que apareció en la tierra, sino el Hijo de Dios, enviado para
llevar a cabo la obra del Padre. Las repetidas referencias a Aquel “que me envió” le
imprimen una cadencia especial a este libro.
Según Juan, Cristo participó en el acto original de la creación. Pero a su debido
tiempo fue también enviado a la tierra como el verbo la palabra Divina que resume
todo lo que Dios deseaba decir.
Dios se expresó en la única forma en que nosotros podíamos realmente
comprenderlo: convirtiéndose en uno de nosotros.
Evangelio según San Juan, cuarto libro del Nuevo Testamento. La tradición
eclesiástica de la segunda mitad del siglo II sostuvo que fue escrito por San Juan
Evangelista antes de su muerte, y publicado hacia finales del siglo I, quizá en la
antigua ciudad griega de Éfeso. Además, la tradición afirmó que es el último de los
Evangelios, opinión compartida y fundamentada por los estudiosos modernos. Esta
es la razón de que aparezca en el canon del Nuevo Testamento tras los tres
Evangelios sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas). Los Evangelios sinópticos
comparten un punto de vista y una temática central comunes.

Autor
Los padres de la iglesia primitiva estuvieron de acuerdo en que el hijo de
Zebedeo, Juan, uno de los doce apóstoles originales fue quien escribió el cuarto
Evangelio. Es la opinión generalizada y tradicional que la iglesia cristiana ha
mantenido hasta los tiempos modernos. Los eruditos críticos mantienen una opinión
contraria al respecto.
Éfeso es el lugar que tiene la opinión tradicional en el año 90 d.C., algunos
críticos por dogmatismo lo sitúan en el 80 d.C. no obstante la fecha original
establecida por la iglesia primitiva se ha reducido. Éfeso es considerado el lugar más
probable del escrito pues es allí donde Juan vivió los últimos años de su vida.
Palestina se presenta como un lugar muy conocido por el autor debido a la
experiencia personal del autor con los sucesos que describe.

Destinatarios
El cuarto Evangelio no estaba destinado a un específico grupo cultural (Judíos,
romanos o griegos) sino al mundo, especialmente el mundo de los creyentes.

Versículos Claves

Juan 3:16; Juan 20:30-31

Contenido

El Evangelio según San Juan se divide en cuatro secciones bien


diferenciadas. La primera (1:1-18) es un breve prologo sobre la naturaleza de
Jesucristo como encarnación de “la Palabra” – o “el Verbo” – (1:1-2 y 14) o “logos”,
un término que significa razón y que en la antigua filosofía griega representa el
principio rector del Universo. Logos designa, asimismo, una doctrina cristiana que
explica como el agente divino se manifiesta en al creación, ordenación y salvación
del mundo. La segunda sección (1:19 – 11:57), o según la división de otros
especialistas, 1:19 -12:50) aporta el testimonio de que Jesús es el verdadero Cristo
o Mesías. Que Él es, en otras palabras, la manifestación del Logos encarnado. Este
testimonio l prestan San Juan Bautista y los primeros discípulos, pero se expresa
sobre todo a través de los milagros o “señales” (20:30) de Jesús, quien “manifestó
su gloria” (2:11). Estos milagros son la transformación del agua en vino en Caná (2:1-
11), la curación del hijo de un funcionario real (4:46 – 54), la curación de un hombre
que llevaba 38 años enfermo (5:1 – 9), la multiplicación de los panes y los peces (6:1-
15) – el único milagro registrado en los cuatro Evangelios – la curación de un hombre
ciego de nacimiento (9:1 – 17) y la resurrección de Lázaro, amigo de Jesús, de entre
los muertos (11:1 – 46). Algunos especialistas consideran que la aparición de Jesús
caminando sobre las aguas (6:16-21) es también un milagro. Otros, que dudan que
deba considerarse como tal, enumeran otros como su muerte (19:30) y apariciones
como Cristo resucitado (20:1-29).
Algunos estudiosos afirman que la tercera sección de Juan comienza con los
últimos viajes de Jesús a Betania y Jerusalén, que marcaron el final de su magisterio
público (capítulo 12). Desde su punto de vista, esta parte comprende la Pasión y
Resurrección de Jesús (capítulos 12 al 20). Otros expertos, que favorecen una línea
temática y siguen la doctrina del Logos definida en el prólogo, sostienen que el tema
fundamental de esta sección es el regreso del Hijo encarnado al seno del Padre.
Según estos especialistas, la tercera sección comenzaría entonces en el
capítulo 13, una vez concluido el peregrinar de Cristo, y sigue hasta el capítulo 20.
En cualquier caso, incluye un relato de la última cena; el último discurso y oración de
Cristo, la así llamada sacerdotal; párrafos narrativos, en la mayoría de los casos, que
describen el drama de la traición, arresto, juicio, crucifixión y sepultura de Jesús, y el
testimonio personal trágico e inspirativo del sepulcro vacío y de las apariciones de
Cristo resucitado ante María Magdalena, los discípúlos y el incrédulo Tomás. La
cuarta sección (capítulo 21) es un apéndice o epílogo. Allí, Cristo resucitado aparece
por tercera vez ante sus discípulos y ordena a Pedro: “apacienta mis corderos” y “mis
ovejas”, predice el martirio de este apóstol y habla acerca de un discípulo al que ama.
Este se identifica como el propio autor del Evangelio (21:24).
El autor del Evangelio según San Juan escribió en una época en que las
creencias de los cultos arcanos y del gnosticismo circulaban en la Iglesia primitiva
junto con las primeras doctrinas del cristianismo. Al parecer su intensión era que este
Evangelio fuera en esencia una reinterpretación teológica de la persona y la misión
de Jesús. Presentó el mensaje en términos afines a las corrientes filosóficas de su
tiempo, en una forma quizá más comprensible para los cristianos de la Iglesia
posterior y para los gentiles helenistas que para sus contemporáneos. Por sus
características concretas, el principal objetivo del autor fue contrarrestar la
interpretación del gnosticismo docético que afirmaba que Cristo, a pesar de tener
apariencia humana, no podía sufrir ni morir. El propósito explícito del Evangelio se
revela en 20:30 – 31.

Evangelios Sinópticos
Los tres primeros evangelios (Mateo, Marcos y Lucas) se denominan
sinópticos porque presentan la misma perspectiva general de la vida y recogen la
predicación de Jesús. Narran casi los mismos hechos, coincidiendo a menudo en la
narración de los acontecimientos, y utilizan un vocabulario similar. En ocasiones
emplean incluso las mismas palabras.
Hasta el siglo XIX casi todos los especialistas y teólogos creían que Mateo era
el evangelio más antiguo, que Marcos era una versión resumida de Mateo y que
Lucas era el más reciente los tres, habiéndose inspirado al parecer en Mateo y en
Marcos. Con algunas modificaciones, este sigue siendo el punto de vista de algunos
estudiosos conservadores.
En la actualidad la mayoría de los demás especialistas acepta – aunque de
forma matizada – la hipótesis de dos documentos, desarrollada por primera vez en
la segunda mitad del siglo XIX. Según esta hipótesis, Marcos es el evangelio más
antiguo y proporcionó gran parte del material narrativo, así como el contexto, tanto
para el Mateo como para Lucas. El segundo documento, o fuente principal, tal vez
haya sido una recopilación de proverbios (con unas pocas narraciones) de Jesús, al
parecer escritos en arameo, utilizada por Mateo y Lucas (no obstante, algunos
especialistas no aceptan que se tratase de un único documento). Este documento
proporcionó el material que falta en Marcos y que luego, al parecer, se perdió. Por lo
general se denomina Q (alemán, Quelle, “fuente”), aunque también Logia (griego,
“palabras” o “refranes”). Además, los autores de Mateo y de Lucas deben de haber
recurrido a material de otras fuentes a las que cada uno de ellos tuvo acceso.

Juan y los Evangelios Sinópticos

Evangelios sinópticos versus Juan cada uno de los cuatro evangelios señala
distintos aspectos de la vida y enseñanzas de Jesús, aunque los tres primeros,
llamados sinópticos, comparten algunas similitudes. El evangelio de Juan incluye
numerosos episodios de la vida de Jesús que no figuran en los otros, lo que hace
que sea único. En el gráfico se destacan las secciones de los cuatro evangelios que
describen el tiempo entre la última cena (en Juan, Jesús lava los pies a sus discípulos
antes de la cena), la negación de Pedro, la oración de Jesús en Getsemaní y el
prendimiento. Juan relata una serie de hechos que no aparecen en los demás.
Desde hace mucho tiempo se reconoce que el Evangelio según San Juan es
distinto a los tres Evangelios sinópticos que lo preceden. Entre las diferencias más
conspicuas y significativas se cuenta la ausencia en Juan de cualquier registro o
descripción de temas biográficos e históricos tales como el nacimiento y la infancia
de Jesús, sus tentaciones, la Transfiguración, la institución de la eucaristía y la
agonía en el huerto de Getsemaní. Además, solo Juan menciona la transformación
milagrosa del agua en vino en Caná, la resurrección milagrosa de Lázaro, el lavado
de los pies de sus discípulos en la última Cena (13:1-20), los bautismos realizados
por Jesús y sus discípulos (3:22 – 36; 4:1-2), Nicodemo (3:1-21), la mujer samaritana
(4:7-26) y el incidente – que en la versión primitiva no fue parte del Evangelio – de
una mujer “sorprendida en el adulterio (7:53-8,11). También quedan en evidencia
importantes diferencias cronológicas al comparar el Evangelio según San Juan con
los Evangelios sinópticos. En Juan, el magisterio de Jesús se prolonga durante varios
años, la Última Cena tiene lugar antes de la Pascua Judía y Jesús es crucificado
antes del primer día de dicha festividad.

ESTUDIO DE LA VIDA DE CRISTO

Mesías: la palabra “Cristo”, vino al griego como una traducción del hebreo ha
mashiah o mesiha, que significa “ungido” se llamaba “ungido” al sumo sacerdote (“el
sacerdote ungido (Lu.4:5).
Se ha discutido bastante sobre cuando comenzó entre los israelitas la
esperanza de la llegada de un M. las escrituras, desde el mismo génesis, estás llevan
el pasaje que presentan la figura de un gran profeta o un gran rey que vendría.
Algunos sugieren que muchos de los salmos dan una descripción del rey que muy
difícilmente puede adaptarse a los reyes conocidos en la historia israelita.
La esperanza de un M estaba ligada a la creencia de que el pueblo de Israel
había sido llamado a desempeñar un rol especial en la historia de la humanidad.
Lucas 3:15 Juan 7:31 Mateo 12:23 Juan 10:24 Juan 7:40-42.

ARMONÍA DE LOS EVANGELIOS

Los primeros tres son llamados “sinópticos” el termino surgió porque estos
evangelios se parecen muchos entre sí, de tal manera que muchos hicieron copias
de ellos poniéndolos en forma columnar, uno junto a otro para poder tener una vista
de conjunto, o sinopsis, de sus narraciones.
Tienen básicamente la misma estructura, comenzando con el bautismo de
Juan, la tentación del señor, las incidencias de los viajes de Cristo por galilea y sus
alrededores el viaje a Jerusalén, los últimos días en aquella ciudad, la pasión y y
muerte de Cristo y su resurrección. Desde muy temprano en la historia de la iglesia
se ha discutid acerca del “problema sinóptico” es decir sobre las relaciones que
guardan los tres primeros evangelios entre sí, especialmente teniendo en cuenta las
coincidencias que hacen que algunos piensen en la posibilidad de que algunos
copiaran de otro.
Muchos eruditos, sin embarco, se deciden por opinar que los dichos y hechos
del señor Jesús, al ser trasmitidos oralmente conservaban una estructura bastante
parecida ya que por eso son tan similares las historias de estos tres evangelistas que
se limitan a recopilarlas
Los testimonios de los cuatro hombres que escribieron independientemente
los evangelios, representan cuatro versiones coincidentes en lo esencial sobre unos
sucesos, aunque difieran en detalles entre sí, cumplen así plenamente con los
requisitos que exigen la ciencia histórica para considerar como verídica la ocurrencia
de esos sucesos.
MATEO MARCOS LUCAS JUAN
Jesús comparte la Jesús comparte la Preparativos de
cena de Pascua cena de Pascua Jesús para la cena
con sus discípulos con sus discípulos pascual
Jesús lava los pies
La cena pascual La cena pascual La cena pascual
de sus discípulos
La discusión
Jesús predice que
acerca de la
será traicionado.
grandeza
El nuevo
mandamiento
Jesús predice la
Jesús predice la Jesús predice la Jesús predice la
negación de
negación de Pedro negación de Pedro negación de Pedro
Pedro.
Bolsa, alforja y Jesús en camino
espada hacia el Padre
La promesa del
Espíritu Santo
Jesús, la vid
verdadera
El odio del mundo
La obra del
La última cena
Espíritu Santo
Tristeza y alegría
Victoria sobre el
mundo
Jesús ora en el
Jesús ora en Jesús ora en Jesús ora por sus
Monte de los
Getsemaní Getsemaní discípulos
Olivos
El prendimiento de El prendimiento de El prendimiento de El prendimiento de
Jesús Jesús Jesús Jesús
APOLOGÍA DE LA ALTA Y BAJA CRÍTICA

El erudito conservador emplea la sana crítica de la Biblia para enriquecer su


entendimiento de la Palabra, pero rechaza las especulaciones radicales de críticos
racionalistas, las cuales pondrían en duda la inspiración de las Sagradas Escrituras.
LA PALABRA “CRÍSTICA” cuando se aplica a la literatura no se refiere a
censura, se define el rol del crítico así: “investigar en cuanto a la paternidad literaria,
fecha, lugar, fuentes, etc, de cualquier obra antigua”.
Tampoco es la crítica algo nuevo. Por el ingenio de dos eruditos italianos en
1440, el documento “Donación del Constantino”, que por tanto tiempo había servido
para basarse en ciertas pretensiones de los papas, demostró ser espurio. Se había
dado a entender que este documento fue escrito por el primer emperador romano
que era cristiano, otorgando al obispo de Roma soberanía sobre los otros obispos de
la Iglesia y sobre ciertos territorios italianos. Nicolás de Cusa y Lorenzo Valla
emplearon evidencias lingüísticas e históricas para demostrar que el documento se
refería a varios acontecimientos que habían sucedido siglos después de la muerte
de Constantino.
Durante los siglos 18 y 19 en las universidades alemanes se aplicaron a la
Biblia métodos de investigación y análisis de la crítica que los historiadores habían
desarrollado para reconstruir el pasado. Trataron de descubrir la fecha de cada libro,
su autor, su propósito, las características del estilo, el lenguaje y las palabras
originales. Se preguntaron, ¿Cuáles son las fuentes originarias de los documentos
bíblicos? ¿Son dignas de confianza? ¿Cuál es el significado y el fondo histórico de
cada uno de ellos? Para muchos de los investigadores, la Biblia no era un libro
inspirado sino un libro más como cualquier otro.
La crítica bíblica puede arrojar mucha luz sobre las Escrituras si se aplica con
reverencia y erudición. Los Padres de la Iglesia, los reformadores, y eruditos
evangélicos conservadores han realizado tales estudios con gran beneficio. Los
teólogos los consideran una ayuda indispensable para interpretar la Biblia. Sin
embargo, los críticos liberales, bajo la influencia del racionalismo moderno, han
llegado a conclusiones que son capaces de destruir toda confianza en la inspiración
de la Biblia si pudieran demostrarse. Con esto, sería imposible creer en Cristo como
Salvador.
Las seis disciplinas principales de la crítica bíblica moderna son textual,
histórica, literaria, de fuentes, de formas, y de redacción. Todas estas ramas, salvo
la histórica, se tratan primordialmente de las estructuras literarias y de las diversas
formas en que un escritor se expresa. La crítica histórica averigua más del significado
y veracidad de lo que dice el autor, pero incluye casi todas las otras disciplinas. En
este artículo vamos a considerar la crítica textual, la de fuentes, y la histórica.

Crítica Textual

La crítica textual procura recuperar y restaurar el texto original de documentos,


los cuales han sido copiados repetidamente a través de muchos siglos. Es obvia la
posibilidad de que los copistas, por más cuidadosos que fueran, hubieran omitido,
añadido o cambiado algunos detalles en el proceso de copiar. Puesto que es
imposible consultar los autógrafos (manuscritos originales), porque ya no existen, es
necesario que los eruditos comparen esmeradamente los manuscritos existentes
para identificar los errores y, en lo posible, corregirlos.
El crítico del texto bíblico trabaja no solo con los manuscritos del Antiguo y Nuevo
Testamentos en los idiomas originales, sino también con versiones antiguas en otros
idiomas, tales como el siríaco, el copto, y el latín, y con citas bíblicas de obras
antiguas.
Referente al texto del Nuevo Testamento, hay millares de manuscritos,
algunos de los cuales se remontan al segundo siglo d.C. la crítica textual ha
establecido un texto muy aproximado al original. Aunque se pueden ponen en tela
de juicio algunos detalles insignificantes, estos no afectan nada de importancia. León
y Morris afirman:
Ahora podemos tener plena confianza de que tenemos el texto del Nuevo
Testamento esencialmente en la forma en que fue escrito.
Es necesario que se establezca un texto fidedigno a fin de poder llevar a cabo
otros estudios críticos y exegéticos. La crítica textual solía llamarse “baja crítica” por
ser considerada la base del edificio del estudio bíblico. Y se denominó “alta crítica”
la investigación de fechas, paternidad literaria, y la estructura de antiguos
documentos. Ahora casi no se emplean estos nombre.
Hace tiempo que la cuestión sinóptica ha intrigado a los críticos. Un fenómeno
fácil de observar a la simple lectura de los Evangelios Sinópticos es la uniformidad
con que relatan los tres evangelistas el mismo acontecimiento. Presentan entre sí
tales semejanzas que pueden ponerse en columnas paralelas y leerlos
simultáneamente. A menudo emplean el mismo orden y palabras idénticas o muy
poco diferentes. Existen si divergencias marcadas.
Surgen algunas preguntas. Si los primeros tres Evangelios son independientes
uno del otro en cuanto a su origen, ¿por qué existe tanta similitud entre ellos? ¿Copió
uno del otro? ¿Tenían los tres una fuente común o se ayudaron el uno al otro?. Cada
autor agrega ciertos episodios y omite otros; pero por regla general los tres
Evangelios Sinópticos presentan el mismo material y siguen el mismo bosquejo
general. Si fuera solo un asunto de emplear las mismas palabras cuando relatan el
mismo discurso, se explicaría señalando la exactitud con que se registro lo que dijo
Jesús. Pero también abarca la semejanza en la narración.

Crítica de Fuentes

Muchos de los críticos creen que Marcos debe haber sido el primer Evangelio
en escribirse, y tanto Mateo como Lucas son basados en este. Se aducen dos
razones. Primero: casi todo el material que se encuentra en Marcos se halla también
en los otros dos Sinópticos.
La segunda razón se ve en el hecho de que tanto Mateo como Lucas en
general siguen el orden de los sucesos que se encuentra en Marcos.
Sin embargo, ¿de dónde vienen los discursos de Jesús que ambos, Mateo y
Lucas, cuentan en común pero son omitidos o reducidos en Marcos? Se supone que
el primero y tercer Evangelios empleaban otra fuente, la cual se denomina Q (inicial
del vocablo alemán Quelle o fuente). Se observa, sin embargo, que tanto Lucas como
Mateo contienen respectivamente materiales particulares que, no obstante el
parecido en las secciones comunes de los dos Evangelios, estos varían
grandemente. ¿Cómo se explican las divergencias entre ellos? Se supone que
existían otros documentos que servían de fuentes o que había dos documentos
además de “Q”. así es posible que los escritores de Mateo y Lucas emplearan un
documento en común y además cada uno tuviera una fuente propia.
Muchos evangélicos prefieren la teoría de la tradición oral a las
especulaciones de la crítica moderna. Según los Padres de la Iglesia (los más
distinguidos escritores eclesiásticos de los primeros siglos de la Era Cristiana), había
un evangelio oral original. Papías, obispo de Hierápolis, escribió alrededor del año
140 d.C En un escrito suyo sostiene que Mateo compiló los dichos (logia) de Jesús
en “hebreo” (probablemente arameo) y que cada uno de los tradujo como pudo.
También afirmó que Marcos había sido el escribano de Pedro y que después de la
muerte de esté escribió todo lo que había recordado, pero no en orden. Ireneo
alrededor del 170 d.C. compartió la opinión de Papías, pero agregó que Lucas
transmitió la predicación del apóstol Pablo y que el cuarto Evangelio fue escrito por
Juan, el discípulo de Jesús.
La teoría de la tradición oral sostiene que cada evangelista conocía
personalmente las obras y enseñanzas de Jesús o había escuchado repetidamente
la predicación de algún personaje de autoridad apostólica. Es decir, coleccionaron
los relatos acerca de Jesús, luego estos fueron memorizados y finalmente escritos
por los evangelistas. No había dependencia literaria entre ellos. Se atribuye cualquier
semejanza entre un Evangelio y otro a la extraordinaria memoria de los predicadores
testigos y al hecho de que con el transcurso del tiempo las enseñanzas de Jesús
llegaron a tomar una forma estereotipada.
El gran erudito evangélico, J. Merrill Tenney, acepta la teoría oral común, pero
sugiere otra solución al problema de la gran semejanza entre los Evangelios
Sinópticos. Cree que los tres evangelistas se conocieron y se ayudaron unos a otros
además de tener una tradición oral en común.
Es muy probable que al principio se transmitieron oralmente las enseñanzas
apostólicas, pero que estas fueron escritas por los maestros cristianos que las
empleaban para adoctrinar a sus adeptos. Es casi cierto que los tres evangelistas
tuvieron en común una tradición escrita y que cada uno empleó fuentes propias.
Lucas insinúa la existencia de tales documentos cuando afirma que “muchos han
tratado de escribir la historia de los hechos sucedidos entre nosotros, Lucas 1:11
Versión Popular. Los rollos del Mar Muerto corroboran lo que dice Lucas, pues
demuestran que los judíos doctos del período de la Iglesia primitiva solían escribir
los hechos y enseñanzas de sus líderes religiosos.
Huelga decir que como quiera que fueran escritos los Evangelios Sinópticos,
los evangelistas presentan un cuadro fidedigno de la vida y ministerio de Jesucristo.
No cabe duda de que consiguieron y recogieron esmeradamente sus materiales,
como bien lo demuestran la sencillez y objetividad de sus composiciones. Asimismo
registraron el testimonio de los testigos oculares y ministros de la palabra, Lucas 1:2
sobre todo, contaron con la ayuda del Espíritu Santo, el cual guió a los apósteles a
“toda la verdad” e hizo recordar todo lo que Jesús les había enseñado, Juan 16:13;
14:26.
La prueba contundente de la veracidad de los Evangelios, sin embargo, se
encuentra en los relatos mismos. ¿Quién podría idear dichos y enseñanzas tan
maravillosas como los que están registrados en los Evangelios? Tienen que haber
procedido de la boca del señor mismo y haber sido fielmente trasmitidos a las páginas
de los Evangelios. No queda otra explicación digna de ser considerada.

Crítica Histórica

La crítica histórica intenta relacionar los documentos con su contexto histórico.


Esto comprende tanto las evidencias internas como las externas (arqueología e
historia). El crítico histórico pregunta: ¿Cuándo fue escrito el documento? ¿Cuánto
tiempo transcurrió entre la fecha de los eventos descritos y la de escribir el relato?
¿Cómo se sabe cuando fue escrito? ¿Cuál es la fecha de la copia actual?.
En contraste con el liberal, el erudito conservador reverencia el texto bíblico
porque por medio de él se puede escuchar la voz de Dios. Emplea la sana crítica de
la Biblia para enriquecer su entendimiento de la palabra, pero rechaza las
especulaciones radicales de críticos racionalistas, las cuales pondrían en duda la
inspiración divina de la Sagradas Escrituras. En asuntos dudosos, prefiere emplear
el método gramático – histórico tradicional para extraer el significado del texto que
aceptar el escepticismo de los liberales. También depende del Espíritu Santo para
iluminar la verdad. Sobre todo, se somete a la Palabra divina en vez de hacerse juez
sobre ella.
A través de los siglos, los creyentes han leído la Palabra de Dios sin la luz de
la crítica moderna y han sido edificados. Aunque la crítica debidamente usada puede
ayudar grandemente al lector, no es algo indispensable para entender el mensaje
divino, pues este es patente, algo al alcance de todos, no obstante su ignorancia de
la crítica moderna.

ARQUEOLOGIA DEL NUEVO TESTAMENTO

Confirmación histórica de Jesús

La primera evidencia viene de los cuatro Evangelios, que han demostrado ser
precisos ellos mismos. Fuera del texto bíblico hay varios testigos también. El
historiador judío Flavio Josefo (37 d.C. - 100 d.C.) registró la historia del pueblo judío
en Palestina entre 70 d.C. y 100 d.C. En su obra, Antigüedades judías, dice:
"Ahora bien, existió, alrededor de este tiempo, Jesús, un hombre sabio, si
corresponde llamarlo hombre, porque era un hacedor de obras maravillosas, un
maestro de hombres que reciben la verdad con placer. Atrajo hacia sí a muchos de
los judíos y muchos de los gentiles. Él fue el Cristo y, cuando Pilato, por sugerencia
de los principales hombres entre nosotros, lo condenó a la cruz, los que lo amaban
al principio no lo abandonaron. Porque apareció vivo nuevamente al tercer día, como
habían predicho los profetas divinos estas y diez mil otras cosas maravillosas acerca
de él; y la tribu de los cristianos, nombrados así por él, no están extintos al día de
hoy".
Si bien menciona a Jesús de forma sarcástica, Josefo confirma los hechos de
que Jesús realmente hizo muchos grandes milagros, atrajo seguidores, fue
crucificado y fue proclamado vivo al tercer día.
Plinio el Joven, emperador de Bitinia, en el noroeste de Turquía, escribe al
emperador Trajano, en 112 d.C.:
"Tenían la costumbre de reunirse en cierto día fijo antes de aclarar, cuando
cantaban un himno a Cristo como Dios, y mediante un solemne juramento se
comprometían a no cometer ninguna obra mala, sino abstenerse de todo fraude, robo
y adulterio, nunca faltar a la palabra, ni negar algo encomendado cuando se les pedía
honrarlo; luego de lo cual tenían la costumbre de separarse, y luego volver a reunirse
para participar de los alimentos, pero del tipo común e inocente".
Uno de los historiadores romanos más importantes es Tácito. En 115 d.C. registró la
persecución de Nerón a los cristianos, durante lo cual escribió lo siguiente:
"Christus, de donde el nombre tuvo su origen, sufrió la pena extrema durante el
reinado de Tiberio a manos de uno de nuestros procuradores, Poncio Pilato, y una
superstición sumamente pícara , verificada como tal por el momento, volvió a
desatarse no solo en Judea, . . . sino también en Roma".
Hay más de 39 fuentes extrabíblicas que dan fe de más de cien hechos
relacionados con la vida y las enseñanzas de Jesús.
La precisión de los Evangelios

La precisión de los Evangelios ha sido apoyada por la arqueología. Los


nombres de muchas de las ciudades, sucesos y personas israelitas descritos en ellos
ahora han sido localizados. He aquí algunos pocos ejemplos.
Los Evangelios mencionan cuatro ciudades costeras cercanas y muy pobladas
a lo largo del mar de Galilea: Capernaum, Betsaida, Corazín y Tiberias. Jesús realizó
muchos milagros en las primeras tres ciudades. A pesar de este testimonio, estas
ciudades rechazaron a Jesús y, por lo tanto, fueron maldecidas por Él (Mateo 11:20-
24; Lucas 10:12-16). Estas ciudades terminaron desapareciendo de la historia, y sus
ubicaciones permanecieron desconocidas por siglos. Su desaparición es el
cumplimiento de la condenación profética de Jesús.
Sólo recientemente la arqueología ha descubierto sus posibles ubicaciones. Se cree
que Tell Hum es Capernaum. (Un "tell" es un montículo o sector de tierra elevada
que ha crecido por la reconstrucción repetida y durante mucho tiempo en el mismo
sitio. Pueden encontrarse capas de civilizaciones en diferentes estratos.) Las
ubicaciones de Betsaida y Corazín siguen sin confirmarse, pero el sitio actual, en un
tell a unos 2 kilómetros al norte de la costa galilea se considera que es Betsaida,
mientras que se considera que Tell Khirbet Kerezah, a unos 4 kilómetros al noroeste
de Capernaum, es Corazín.
Mateo 2 dice que Jesús nació durante el reinado de Herodes. Al enterarse que
había nacido un rey, el atemorizado Herodes ordenó que todos los niños de menos
de dos años fueran muertos. Su matanza de los inocentes es coherente con los
hechos históricos que describen su carácter. Herodes sospechaba de todo aquel que
él consideraba que podría quitarle el trono. Su lista de víctimas incluyó una de sus
diez esposas, que era su favorita, tres de sus propios hijos, un sumo sacerdote, un
ex rey y dos esposos de su hermana. Por lo tanto, la brutalidad reflejada en Mateo
es consistente con la descripción de él en la historia antigua.
La precisión de Juan ha sido atestiguada también por recientes descubrimientos. En
Juan 5:1-15 Jesús sana a un hombre en el estanque de Betesda. Juan dice que el
estanque tenía cinco pórticos. Este sitio ha estado en disputa durante mucho tiempo
hasta hace poco. Los arqueólogos descubrieron, trece metros debajo de la tierra, un
estanque con cinco pórticos, y la descripción del área circundante coincide con la
descripción de Juan. En 9:7, Juan menciona otro sitio cuestionado por mucho tiempo,
el estanque de Siloé. Sin embargo, este estanque fue también descubierto, en 1897,
respaldando la precisión de Juan.
La evidencia a favor de Poncio Pilato, el gobernador que presidió en el juicio
a Jesús, fue descubierta en Cesarea Marítima. En 1961, un arqueólogo italiano
llamado Antonio Frova descubrió un fragmento de una placa que fue usada para una
sección de escaleras que conducían al teatro de Cesarea. La inscripción, escrita en
latín, contenía la frase "Poncio Pilato, Prefecto de Judea, ha dedicado al pueblo de
Cesarea un templo en honor de Tiberio". Este templo está dedicado al emperador
Tiberio, que reinó entre 14 y 37 d.C. Esto encaja cronológicamente con el Nuevo
Testamento, que registra que Pilato gobernó como procurador entre 26 y 36 d.C.
Tácito, un historiador romano del primer siglo, también confirma la designación de
Pilato en el Nuevo Testamento. Escribe: "Christus, de donde el nombre se originó,
sufrió la pena extrema durante el reinado de Tiberio, en manos de uno de nuestros
procuradores, Poncio Pilato . . . "

Referencias

 A. LOCKWARD, Nuevo Diccionario de la Biblia, editorial unilit 2003.


 Notas pastor Emerson Flórez. Biblia V los evangelios.
 Guía Biblia V maestro Miguel Sánchez.

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