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Yérgal

El señor del final de todo, el Escriba de los condenados, el que no tiene piedad

Semidiós faerunio
Símbolo: cráneo sin mandíbula y pluma de escriba sobre pergamino
Plano natal: plano de Fuga
Alineamiento: legal neutral
Ámbito: fatalismo, entierros decentes, guardianes de tumbas
Adoradores: monjes, nigromantes, paladines
Alineamiento de los clérigos: LB, LM, LN
Dominios: Ley, Muerte, Rúnico, Sino, Sufrimiento
Arma predilecta: un guante blanco (guadaña)

Yérgal es el fatalista senescal del Señor de los muertos, que guarda los registros de la disposición final de
las almas de los muertos. Tan insulso como excesivamente formal, nunca se enfurece y siempre habla con
una voz helada e incorpórea que resuena con el susurro de una cripta hace tiempo olvidado. El Señor del
final de todo solo se esfuerza por llevar un recuerdo ordenado del destino del mundo según se va
hundiendo lentamente en la muerte.

La iglesia de Yérgal es pequeña y secreta, una orden casi monástica y rígidamente organizada, conocida
como los Escribanos de la perdición. Con base principalmente en mausoleos de roca, ausentes de vida y
secas criptas polvorientas, sus miembros pasan sus días manteniendo y extendiendo vastos archivos de
pergaminos que listan como los seres inteligentes bajo su supervisión van muriendo, así como su destino
en la otra vida. Solo en Zhay donde la muerte es un hecho diario de la vida, ha logrado la iglesia de Yérgal
un pequeño renacimiento.

Un puñado de seguidores de Yérgal todavía sigue los viejos modo de la Compañía de la máscara pálida,
una orden cuyos miembros se especializaban en combatir o comandar a los muertos vivientes cuya
existencia no estaba sancionada por la iglesia o que no habían demostrado ser problemáticos.

Los clérigos de Yérgal rezan para sus conjuros al anochecer, el momento del día representativo del fin de la
vida. Durante la última noche del año el clero de Yérgal cesa su interminable esfuerzo durante una noche
completa. En esa noche sagrada, conocida como la noche de otro año, los clérigos leen cada uno de los
nombres cuya muerte han anotado en los rollos de pergamino que han inscrito a lo largo del año que
concluye.

Con un grito de “¡Un año más cerca!” todos los pergaminos son archivados y el trabajo comienza al día
siguiente. El único ritual que se exige que realicen los clérigos de Yérgal es llamado el Lacrado. Después de
anotar cada una de todas las muertes de criaturas, forma de la muerte y destino en la otra vida, se
requiere que los escribanos de la Perdición espolvoreen una ligera capa de cenizas y hueso triturado sobre
las palabras escritas para secar la tinta y señalar otro pequeño paso hacia el fin del mundo. Algunos buscan
convertirse en muertos vivientes auspiciados por la iglesia que les permita continuar sus carreras de
archiveros. Algunos clérigos se hacen multiclase como monjes o nigromantes.

Historia/Relaciones: Perdición, Bhaal y Myrkul heredaron la mayoría de los ámbitos de poder de Yérgal
cuando descendió cansado de su posición y cayó en la casi total oscuridad. La muerte de estas deidades
dejo a Yérgal al servicio de Cyric y después al de Kélemvor. Aunque está en su naturaleza el ser leal al oficio
de la muerte, puede socavar sutilmente al que ejerza este oficio si éste no es fiel a las responsabilidades
del mismo. Yérgal trabaja bien con Kelemvor, pero conserva su desprecio por Cyric, y dedica muchos de
sus esfuerzos a combatir los intentos de Vélsharun para prolongar la vida en los muertos vivientes.

Dogma: cada ser tiene un eterno lugar de descanso que es elegido para el en el momento de la creación.
La vida es un proceso de buscar ese lugar de eterno descanso. La existencia no es más que una pequeña
alteración en una eternidad de muerte. El poder, el éxito y la diversión son transitorios, como lo son la
debilidad, el fallo y la miseria. Solo la muerte es absoluta, y solo en su hora señalada. Buscar traer el orden
al caos de la vida porque en la muerte hay una finalidad y una fijación de los estados. Prepárate para la
muerte porque está al alcance y es inflexible. La vida sólo debe ser prolongada cuando esto sirva a la causa
mayor de la muerte del mundo.

Cortesía de Charlie15

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