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UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA

CENTRO UNIVERSITARIO DE BAJA VERAPAZ


CUNBAV
LICENCIATURA EN CIENCIAS JURIDICAS ABOGACIA Y NOTARIADO.

SAN MIGUEL CHICAJ BAJA VERAPAZ 24 DE JULIO DEL DOS MIL


DIECISIETE
UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA
CENTRO UNIVERSITARIO DE BAJA VERAPAZ
CUNBAV
LICENCIATURA EN CIENCIAS JURIDICAS ABOGACIA Y NOTARIADO
LIC. MARY GUADALUPE ISMALEJ CHEN
CURSO: DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO II

TEMA:
- COMO SE PREPARA LA AGENDA A TRATAR EN LAS CUMBRES
IBEROAMERICANAS.
- CUAL ES EL PROCEDIMIENTO DE DISCUSIÓN, CONCENSO Y
RESOLUCIÓN.

NOMBRE: GAYLA MARIA JOSE IXPATAC SIS


NUMERO DE CARNE: 201240510

SAN MIGUEL CHICAJ BAJA VERAPAZ 24 DE JULIO DEL DOS MIL DIECISIETE
http://old.clad.org/documentos/declaraciones
INTRODUCCIÓN

Las Cumbres de las Américas reúnen a los Jefes de Estado y de Gobierno del
hemisferio occidental para discutir sobre políticas comunes, búsqueda de
soluciones y desarrollo de una visión compartida para el futuro de la región en las
áreas económicas, sociales y políticas. El proceso es guiado por principios políticos
compartidos y por mecanismos institucionales establecidos. Los principios políticos
del proceso dictan que éste debe incluir a las 34 naciones de las Américas con
gobiernos elegidos democráticamente que operen con economías de mercado libre,
que lleven a cabo negociaciones internacionales multilaterales con bases
igualitarias y que tomen decisiones por consenso. Los mecanismos institucionales
son los órganos a cargo de liderar el proceso, toma de decisiones, implementación
y seguimiento.

COMO SE PREPARA LA AGENDA A TRATAR EN ESAS CUMBRES


La Cumbre Iberoamericana es la reunión anual de Jefes de Estado y de Gobierno
de los 22 países de América Latina y Europa de lengua hispana y portuguesa.
Dichos países forman parte de la Conferencia Iberoamericana de naciones.

A fines del siglo XIX, durante la Primera Conferencia Internacional Americana, los
gobiernos decidieron establecer la Oficina Comercial de las Repúblicas Americanas,
predecesora de la “Unión Panamericana” y que luego, el año 1948, daría paso a la
Organización de los Estados Americanos. Desde esa Primera Conferencia hasta
los primeros años del siglo XXI, sucesivos cambios y rupturas en el sistema
internacional, desde las dos guerras mundiales hasta el mundo bipolar y
posteriormente el fenómeno de la globalización, condicionaron la ideología y la
práctica del multilateralismo en la región.

En una primera etapa, las conferencias interamericanas impulsaron la evolución del


Derecho Interamericano, a través de la suscripción de convenciones y acuerdos en
temas tan diversos como comercio, aguas internacionales, derecho de asilo,
arbitraje, adopción de tratados sobre principios, prácticas y procedimientos de
derecho internacional privado y público, Convención de Correos, Convención
Consular e incluso, pusieron en vigencia un Código de Derecho Internacional
Privado. Esa primera fase del multilateralismo, caracterizado por el desarrollo del
Derecho Internacional Interamericano, duró hasta los primeros años después de la
Segunda Guerra Mundial.

En una segunda etapa, la agenda regional fue profundamente influenciada por


la confrontación ideológica de los años de la Guerra Fría y el sistema interamericano
subordinó los principios y valores políticos de la democracia a intereses de
seguridad regional. La última Cumbre dentro de ese período, se llevó a cabo en
Punta del Este en el año 1967. La declaración suscrita por los presidentes, incluyó
la creación de un Mercado Común Latinoamericano para el año 1980, así como
proyectos de cooperación multilateral en desarrollo de infraestructura, agricultura,
control de armas y educación, en el marco de la “Alianza para el Progreso. Muchas
de esas metas nunca se cumplieron, restando credibilidad a la efectividad de las
Cumbres como instrumento de cambio y progreso en la región.

Entre 1967 y 1994 el clima político, económico y social de las Américas cambió
dramáticamente. De la desconfianza y la confrontación que caracterizó el período
de la Guerra Fría, en cuyo escenario se dieron las Cumbres anteriores a 1994, la
región pasó a construir una nueva agenda basada en tres consensos
fundamentales: democracia, libre mercado y la necesidad de fortalecer el
multilateralismo en la región, como respuesta al fenómeno de la globalización. La
existencia de esas referencias políticas y económicas comunes abrieron paso a un
vasto proyecto de cooperación política e integración económica en el Hemisferio,
desde Canadá hasta Argentina

La Agenda a tratar se realiza con la Conferencia Iberoamericana que tiene como


eje central la celebración anual de la Cumbre Iberoamericana, una reunión del más
alto nivel político. Dicha reunión es coordinada por la Secretaría Pro Témpore
(constituida por el país anfitrión de la Cumbre) de la mano con la Secretaría General
Iberoamericana.
La Reunión de Ministros de Relaciones Exteriores es el segundo órgano en orden
de importancia en la toma de decisiones después de la Cumbre. La cita se sigue
celebrando anualmente para dar seguimiento a los mandatos emitidos por los Jefes
de Estado y de Gobierno durante la Cumbre inmediatamente anterior.
Además, las reuniones de Coordinadores Nacionales y de Responsables de
Cooperación son las instancias de gestión y de discusión habituales y se convocan
varias veces al año. Por su parte, las Reuniones Ministeriales reúnen cada dos años
a los ministros y altos responsables iberoamericanos de diferentes áreas para tratar
temas sectoriales. A su vez, existen diversos foros y encuentros entre empresarios,
la sociedad civil, de parlamentarios, gobiernos locales y diferentes tipos de
organizaciones que también celebran citas técnicas.
Todas estas reuniones, foros y encuentros sirven para que los mandatarios
iberoamericanos puedan discutir y priorizar los temas que abordarán durante la
Cumbre.
Los encuentros constituyen un foro privilegiado para tratar asuntos multilaterales.
Crean un clima de confianza entre los diversos actores que permite intercambiar
experiencias, establecer diagnósticos compartidos y concertar posiciones comunes
ante los desafíos que enfrenta la Comunidad.
Los miembros de la Conferencia Iberoamericana son los 22 países de Iberoamérica:
19 países de América Latina de lenguas castellana y portuguesa, más Andorra,
España y Portugal.
Además, la Conferencia Iberoamericana cuenta con Observadores Asociados
(Estados) y Observadores Consultivos (Organizaciones internacionales). Su
presencia permite promover una vinculación más estrecha con otros miembros de
la comunidad internacional y abrir así Iberoamérica a los países y espacios afines
lingüística y culturalmente.
En el 2018 es el turno de Guatemala, que asumió la Secretaria Pro Témpore al
finalizar la pasada Cumbre en Cartagena, por lo que mantendrá esta
responsabilidad hasta la XXIV Cumbre que se celebrará en 2018.
Durante el ejercicio de la Secretaría Pro Témpore, Guatemala coordinará, junto con
la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB), todas las reuniones, foros y
encuentros de la Conferencia, y promoverá acciones en torno a proyectos y
programas en el ámbito de la cooperación iberoamericana.
La XXIV Cumbre tendrá como lema “Una Iberoamérica prospera, inclusiva y
sostenible”.
CUAL ES EL PROCEDIMIENTO DE DISCUSIÓN, CONCENSO Y RESOLUCIÓN
Las Cumbres de las Américas reúnen a los Jefes de Estado y de Gobierno del
Hemisferio occidental para discutir sobre consensos comunes, búsqueda de
soluciones y desarrollo de una visión compartida para el futuro de la región en las
áreas económicas, sociales y políticas.
El proceso es guiado por principios políticos compartidos y por mecanismos
institucionales establecidos. Los principios políticos del proceso dictan que éste
debe incluir a las 34 naciones de las Américas con gobiernos elegidos
democráticamente que operen con economías de mercado libre, que lleven a cabo
negociaciones internacionales multilaterales con bases igualitarias y que tomen
decisiones por consenso. Los mecanismos institucionales son los órganos a cargo
de liderar el proceso, toma de decisiones, implementación y seguimiento. Esta
sección incluye una breve historia de los sucesos del proceso de cumbres desde
1994 hasta 2002, desde la preparación para la Primera Cumbre de las Américas,
llevada a cabo en Miami, EEUU hasta la Tercera Cumbre de las Américas celebrada
en Québec, Canadá. También ofrece un resumen de los varios órganos
institucionales y describe brevemente el papel de la OEA en el Proceso de Cumbres.
Primeras Cumbres Se celebraron dos Cumbres Presidenciales anteriores a Miami.
La primera, en julio de 1956, reunió a 19 líderes de distintos países en la Cuidad de
Panamá, Panamá con el auspicio de la Organización de Estados Americanos. Se
esperaba que la Cumbre fortaleciera a la OEA como fuerza guiadora para el
desarrollo económico y social de las Américas. Los representantes reunidos en
Panamá emprendieron las siguientes acciones: Se establecieron comités para
estudiar los problemas críticos en el hemisferio. Se adoptó la Declaración de
Panamá, la cual instaba a un esfuerzo cooperativo para promover la libertad
humana y aumentar el nivel de vida. La reunión ayudó a establecer las bases para
la creación del Banco Interamericano de Desarrollo (el acuerdo que establece al
BID), y los elementos de la Alianza para el Progreso. La segunda Cumbre,
celebrada en Punta del Este, Uruguay en abril de 1967 también reunió a 19 líderes
del hemisferio, además de un representante de Haití. Su objetivo era fortalecer la
Alianza para el Progreso. Ésta fue una iniciativa del presidente Kennedy para
promover el desarrollo y las relaciones pacíficas en las Américas. Los líderes
estaban motivados por las críticas condiciones sociales y económicas que
amenazaban con crear inestabilidad en muchas partes del Hemisferio. A pesar de
que los Estados Unidos celebró reuniones para desarrollar la agenda de las
Cumbres, la OEA llevó a cabo el proceso de consultas y co-auspició el evento junto
con Uruguay. La Conferencia dio origen a la Declaración de los Presidentes de
América, la cual fue firmada por 19 de los 20 países participantes. La Declaración
estableció numerosos objetivos, incluyendo la creación del Mercado Común para
América Latina, que no involucraba a los Estados Unidos en 1980 y la cooperación
multilateral de desarrollo de infraestructuras, agricultura, control de armas y
educación. Desgraciadamente, en 1967 no se logró una visión de libre comercio al
sur de los Estados Unidos en el Hemisferio y el plan de desarrollo nunca se
implementó en su totalidad. Veintisiete años después, en Miami, existían
condiciones históricas favorables para que los gobiernos de las Américas se
volvieran a reunir una vez más. El fin de la Guerra Fría trajo consigo una nueva era
de consenso y entendimiento en un momento en el cual los pueblos del continente
seguían enfrentando problemas importantes, ahora menos ideológicos y más
concretos.
El Nuevo Proceso de Cumbres Uno de los objetivos fundamentales del Proceso de
Cumbres moderno que se inició en Miami en 1994, fue reorganizar las relaciones
Interamericanas adaptando las discusiones y los procedimientos a las nuevas
condiciones políticas, económicas y sociales del mundo y de la región. La existencia
de nuevos participantes y un entendimiento general sobre principios políticos y
económicos basados en las doctrinas de democracia y economía de mercado
hicieron posible una cooperación política e integración económica sin precedentes
en el Hemisferio, desde Canadá hasta Argentina y Chile. Los Jefes de Estado y de
Gobierno de las Américas, los arquitectos de este nuevo sistema, decidieron
reunirse periódicamente con el fin de definir los preceptos fundamentales de la
nueva agenda Hemisférica. La decisión de institucionalizar las reuniones resultó en
el concepto de un "Proceso de Cumbres", donde se acumulan experiencias, se forja
un lenguaje común y se programan mandatos para la acción colectiva
sistematizando las nuevas referencias teóricas y prácticas en las relaciones
hemisféricas. Esta institucionalización había estado ausente durante las cumbres
de la Guerra Fría, las cuales eran organizadas ad hoc. La nueva era de relaciones
hemisféricas se caracteriza por la revitalización del multilateralismo que actúa como
catalizador para la modernización de las numerosas instituciones del sistema
interamericano, incluyendo el foro político principal, la Organización de los Estados
Americanos (OEA).
Etapa Preparatoria de la Cumbre de las Américas (1994) En enero de 1994 el
Presidente Clinton propuso organizar una Cumbre Presidencial en los Estados
Unidos con el fin de discutir los siguientes temas:
• Principios y valores democráticos; fortalecimiento de las instituciones.
• Estrategias comunes para la consolidación de la democracia, la expansión del
comercio y una mayor integración.
• Mecanismos que aseguraran los beneficios de la democracia y reforma
económica.
• Nuevas relaciones para superar los obstáculos al desarrollo.
• Integración y fortalecimiento de instituciones hemisféricas existentes. En marzo de
ese mismo año, el vicepresidente norteamericano Al Gore, en una visita a México,
anunció el deseo del presidente Clinton de auspiciar una Cumbre en Miami en
diciembre de 1994. Los siguientes temas fueron expuestos para su discusión en
Miami:
• Consolidación de la democracia, procedimientos efectivos y asuntos relacionados
como la lucha contra el tráfico de drogas.
• Crecimiento y prosperidad – crecimiento del comercio, beneficios mutuos, mejores
condiciones de trabajo y protección del medio ambiente.
• Asuntos sociales: pobreza, salud, educación y la creación de fuentes de trabajo.
Durante el primer semestre de 1994, los Estados Unidos llevó a cabo consultas
bilaterales con el fin de desarrollar una Declaración y un Plan de Acción para la
Cumbre.
Durante los meses siguientes, se llevaron a cabo varias reuniones
intergubernamentales y muchas organizaciones internacionales contribuyeron con
documentos y sugerencias que fueron consideradas por los organizadores y
participantes de la Cumbre. En el caso de la OEA, el Consejo Permanente junto con
el Secretario General, preparó un documento delineando las posibles
contribuciones de la OEA a la Cumbre de las Américas.
Mientras continuaban las consultas intergubernamentales en preparación de la
Cumbre, el Grupo de Río se reunió en octubre de 1994. Los miembros del Grupo
acordaron presentar una propuesta multilateral, lograda por consenso, para el Plan
de Acción de Miami. Esto llevó a los coordinadores de los 34 países miembros de
la OEA a reunirse a fines de noviembre, en Airlie House, Virginia, con el fin de
aprobar los documentos finales. Es importante destacar la importancia de esta
reunión ya que fue la primera vez en la preparación de la Cumbre que los
representantes de los 34 países se sentaron en la misma mesa para discutir y
negociar, bajo las mismas condiciones, los compromisos del Plan de Acción que
sería aprobado por todos los países participantes de la Cumbre.
Las Cumbres de las Américas de Miami, Santiago y Québec
Esta Primera Cumbre de Miami se originó en una propuesta del gobierno de los
Estados Unidos y las negociaciones se hicieron al margen de la OEA, pues se
consideraba, en ese momento, que la Organización, requería profundas reformas y
una reorientación de sus objetivos estratégicos a la luz de las nuevas condiciones
del sistema internacional.
El objetivo de reorganizar las relaciones interamericanas adecuando su nueva
agenda, contenido y mecanismos a las nuevas condiciones políticas, económicas y
sociales del escenario mundial y regional, fue uno de los fundamentos del proceso
de Cumbres hemisféricas iniciado en 1994. El diseño de una nueva arquitectura
multilateral para construir un proyecto regional basado en acciones multilaterales y
en compromisos de reforma de políticas públicas en sus propios países, estuvo a
cargo de los propios Jefes de Estado y de Gobierno del Hemisferio. Para ese efecto,
decidieron reunirse periódicamente y definir las orientaciones fundamentales de una
Agenda para las Américas, edificadas sobre la base de los Planes de Acción de
Miami, Santa Cruz, Santiago y Québec.
Esa decisión de institucionalizar las Cumbres, configuró la idea de un proceso donde
se acumulan experiencias, se forja un lenguaje común y se programan mandatos y
acciones colectivas, multilaterales y nacionales, sistematizando las nuevas
referencias teóricas y prácticas de las relaciones hemisféricas, dando respuesta a
los problemas que afectan a la población de las Américas. Como consecuencia de
ese proceso, se impulsó la modernización y el fortalecimiento de la institucionalidad
interamericana y, particularmente, de su principal foro político, la Organización de
los Estados Americanos.
Después de la Cumbre de Québec
En la Tercera Cumbre de las Américas de la ciudad de Québec, la OEA fue
designada oficialmente como la Secretaría del Proceso de Cumbres de las
Américas. En ese contexto, la OEA se hizo cargo de una agenda regional mucho
más vasta que incluye, además de los Ministerios de Relaciones Exteriores como
coordinadores de este esfuerzo, a todos los sectores de los gobiernos de las
Américas. Hoy en día hay muchas más exigencias y una amplia red de actividades
y reuniones ministeriales y sectoriales que cubren las más diversas áreas de
nuestros gobiernos.
Ese es el más importante valor agregado que ha traído para la OEA y para nuestros
países el Proceso de Cumbres de las Américas. Distintos temas y múltiples actores
forman hoy parte fundamental de la agenda del sistema interamericano que incluye
temas como: democracia y derechos humanos; educación; justicia; trabajo;
gobiernos locales y descentralización; telecomunicaciones; agricultura; equidad de
género; ciencia y tecnología; cultura; desarrollo sostenible; salud; turismo; comercio;
lucha contra el terrorismo, corrupción y drogas; defensa; energía; finanzas; y
transporte. El seguimiento de la mayor parte de esas iniciativas de las Cumbres se
realiza a través del ministro responsable de cada tema en el país. Dichas reuniones
se originan o se han adecuado al Proceso de Cumbres de las Américas en los
últimos años.
Además, se han incorporado a este proceso la sociedad civil, los organismos
interamericanos y el Banco Mundial, los bancos subregionales y las agencias de
cooperación. El proceso de Cumbres ha impulsado un proceso de coordinación
entre estas instituciones del sistema, en torno a una misma agenda y está buscando
involucrar más a otros sectores de la sociedad como son el sector privado, sectores
académicos y los medios, como parte de este esfuerzo gubernamental, multilateral
y de la sociedad civil de las Américas.
En resumen, hoy encontramos un cambio de percepción, en que la principal
preocupación de este proceso deben ser los individuos. La protección de derechos
civiles, la libertad de expresión, los inmigrantes, desastres naturales, los niños
afectados por la guerra, las minas antipersonales, las amenazas del terrorismo, la
droga y las epidemias son ahora aspectos integrales del diálogo.
El proceso de Cumbres ofrece hoy resultados concretos en campos como las
drogas donde se ha establecido una Agenda Común y un Mecanismo de Evaluación
Multilateral (MEM); en la lucha contra la corrupción, donde se ha suscrito una
Convención Interamericana y establecido un Mecanismo de Implementación de la
misma; y en democracia con la aprobación de la Carta Democrática Interamericana.
Estos son algunos ejemplos de la ejecución de una agenda común que avanza en
medio de la profunda crisis que afecta a la región. Se ha actuado con éxito en las
crisis democráticas y tenemos ciertos estándares y medios de defensa colectiva de
la democracia.
Aunque no tenemos los mecanismos ideales, es justo decir que ha habido un
avance considerable respecto al pasado.
Las negociaciones del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) están en
marcha y los países continúan sus esfuerzos para la definición de la meta de
establecer unas reglas de comercio común y libre en las Américas, las que
culminarán en el 2005.
El proceso de Cumbres a partir del 11 de septiembre de 2001
Sin embargo, una vez que la discusión sobre la política exterior y de seguridad de
la región incorporó a la globalización como factor clave en la transformación del
mundo y cuando el debate sobre los efectos de la globalización empezaba a tomar
cuerpo, en particular en relación con la mayor o menor capacidad de la región para
interactuar eficientemente frente a este fenómeno, los actos terroristas en Nueva
York y Washington DC, modificaron nuevamente el escenario regional y mundial.
En ese nuevo escenario, dos nuevas variables han cobrado mucha fuerza en la
región: por un lado, la necesidad de coordinar e instrumentalizar una lucha colectiva
contra el terrorismo y el crimen trasnacional, y por el otro encarar las cuestiones
sociales en la región, que constituyen la raíz de los mayores problemas del
Hemisferio.
Sobre el primer aspecto, se han dado todos los pasos para asegurar esa
cooperación y se trabaja en la suscripción o ratificación de instrumentos jurídicos
internacionales e interamericanos que garanticen su efectividad.
Respecto al tema social, el gran problema que sigue pendiente de esta agenda es
el de los recursos financieros para cumplir con muchos de los mandatos de la
agenda establecidos en el Plan de Acción de Québec. Por eso, en lo regional es
positivo el hecho que en la Cumbre Mundial sobre Financiamiento del Desarrollo de
Naciones Unidas, realizada en Monterrey en marzo de 2002, los líderes de los
países desarrollados hayan manifestado su voluntad de dar nuevos recursos para
el desarrollo, apoyando a los países a que avancen en procesos de construcción
institucional, transparencia y gobernabilidad responsable.
La buena noticia es que la región está preparada para asegurar que esos nuevos
recursos garanticen la gobernabilidad democrática y los esfuerzos de construcción
institucional que aseguren a los ciudadanos servicios públicos eficientes y
transparentes; el combate a la corrupción, el terrorismo, las drogas y el crimen
trasnacional; el impulso del Área de Libre Comercio de las Américas; un sistema
de justicia que garantice el Estado de Derecho, la independencia y el acceso a la
justicia; mayores coberturas de escolaridad, salud pública y agua potable.
Para que esta cooperación sea efectiva, la ecuación que muchos gobiernos
proponen es que los nuevos recursos de asistencia para el desarrollo estén
vinculados al cumplimiento de metas cuantificables y verificables en cumplimiento
de los mandatos del Plan de Acción de Québec y de su impacto en la mejora efectiva
de los estándares de vida de la gente.
La Cumbre Extraordinaria de las Américas
La Cumbre Extraordinaria de las Américas se llevó a cabo en Monterrey, México los
días 12 y 13 de enero de 2004. Los líderes de la región se reunieron para discutir
temas de interés y para avanzar en una agenda común para el Hemisferio. Desde
la Cumbre de Québec, una tercera parte de los países tenían nuevos gobernantes
y la región estaba abatida por altos niveles de pobreza, bajo crecimiento económico
y existía una demanda por fortalecer la gobernabilidad de la región. Los Jefes de
Estado y de Gobierno centraron sus discusiones en tres temas: crecimiento
económico con equidad para reducir la pobreza, desarrollo social y gobernabilidad
democrática.
Cuarta Cumbre
A partir de la finalización de la Cumbre Extraordinaria, Argentina comenzó los
preparativos para la Cuarta Cumbre de las Américas que se llevó a cabo en Mar del
Plata el 4 y 5 de noviembre de 2006. La República Argentina propuso como lema
“Crear Trabajo para Enfrentar la Pobreza y Fortalecer la Gobernabilidad
Democrática” el cual tuvo bastante acogida dentro de los gobiernos, así como de
los otros actores vinculados a este importante evento de las Américas tales como la
sociedad civil, el sector privado, los socios institucionales del Grupo de Trabajo
Conjunto de Cumbres, la academia y los medios de comunicación.
Asimismo, las reuniones ministeriales trabajaron en este tema para que las
implementaciones de los mandatos de la Cumbre puedan ser adaptados dentro de
los planes de acción de cada tema específico.
Tenemos la certeza que el proceso de Cumbres va a seguir adelantando la Agenda
de las Américas. Por ello, la Oficina del Proceso de Cumbres, respondiendo a los
mandatos encomendados a ella, está comprometida con este esfuerzo y continuará
apoyando a los países y diferentes órganos para el cumplimiento de dicha Agenda.
CONSENSOS Y RESOLUCIONES
Los Jefes de Estado y de Gobierno reunidos en Guadalajara, México, decidieron
constituir la Conferencia Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno con la
participación de los Estados soberanos de América y Europa de lengua española y
portuguesa.
Así, en el marco de la Primera Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de
Gobierno celebrada en Guadalajara, México, los días 18 y 19 de julio de 1991, se
acordó la creación del espacio de diálogo político y cooperación al más alto nivel en
Iberoamérica.
En la actualidad, la Conferencia Iberoamericana está integrada por veintidós
Estados soberanos, en carácter de miembros plenos.
En el año 2007 la Conferencia Iberoamericana inició un proceso de reflexión
vinculado a las modalidades de participación ante la Conferencia.
Dichas reflexiones llevaron a la incorporación, como anexo del Programa de Acción
de San Salvador adoptado por la XVIII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado
y de Gobierno en octubre de 2008, de un documento de gran significación: el
“Consenso de San Salvador sobre las modalidades de participación en la
Conferencia Iberoamericana”. En virtud de dicho Consenso, se han creado las
categorías de:
 Observador Asociado.
 Observador Consultivo de la Conferencia Iberoamericana.
La categoría de Observador Asociado a la Conferencia Iberoamericana podrá ser
solicitada por aquellos Estados que:
1. Compartan afinidades lingüísticas y culturales con los países miembros de la
Conferencia Iberoamericana, o,
2. Que puedan realizar aportaciones significativas a la misma.
En ambos casos, deberán asumir expresamente el acervo integrado por los valores
y principios orientadores de la Conferencia Iberoamericana.
La categoría de Observador Consultivo de la Conferencia Iberoamericana puede
ser solicitada por organismos intergubernamentales internacionales que puedan
contribuir al fortalecimiento, la promoción y la proyección del espacio
iberoamericano realizando aportaciones significativas al mismo, y que cuenten con
una Secretaría u Órgano Comunitario que pueda fungir como enlace ante la SEGIB
y que represente al Observador Consultivo en las instancias de la Conferencia
Iberoamericana.
Para la tramitación de las solicitudes de ambas categorías se establece un
procedimiento en virtud del cual el solicitante debe presentar su petición a la
Secretaría General Iberoamericana (en adelante SEGIB).
La SEGIB una vez finalizado la tramitación de la solicitud (que prevé consultas a los
Coordinadores Nacionales de los países miembros, sus Cancilleres y finalmente los
Jefes de Estado y de Gobierno), comunicará oficialmente la decisión adoptada al
solicitante.
Para el reconocimiento de estas categorías se requiere el cumplimiento de los
requisitos reseñados y la aceptación unánime de los países miembros.
Por último, cabe resaltar que el reconocimiento de la categoría de Observador
permite acceder a los Estados u Organismos a ciertos derechos con relación a:
 La Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno que se realiza
cada año.
 Las Reuniones Ministeriales Sectoriales de la Conferencia.
 Las Reuniones de Cancilleres, Coordinadores Nacionales y Responsables
de Cooperación.
 Las actividades de Cooperación.

Coordinadores nacionales: Son los representantes políticos de cada uno de los 22


países que integran la Conferencia Iberoamericana, designados por sus gobiernos
respectivos para coordinar las actividades de la agenda anual de trabajo y la
ejecución de los planes de acción consensuados en las Cumbres Iberoamericanas.
Responsables de cooperación: Son los directores del área de Cooperación de cada
uno de los 22 países que integran la Conferencia Iberoamericana, designados por
el ministerio de asuntos Exteriores respectivo, u otro ministerio responsable de
Cooperación.
Cada año, al celebrarse la Reunión Cumbre el país sede propone un tema central
para las deliberaciones de los mandatarios. Al término de la reunión,
tradicionalmente se adopta una Declaración Política, y declaraciones sobre temas
de interés particular.
A partir de la XXIII Cumbre celebrada en Panamá en el 2013, se adoptó una
resolución en la que se estableció una periodicidad bienal de las Cumbres a partir
de la XXIV Cumbre realizada en México en 2014, con el objetivo de establecer una
alternancia entre las Cumbres Iberoamericanas y las Cumbres CELAC-UE. En los
años en que no se efectúen Cumbres se realizaría una Reunión de Altos
Funcionarios de Cooperación Iberoamericana, a fin de establecer un Programa de
Acción de la Cooperación iberoamericana acorde con los nuevos lineamientos del
escenario internacional. Se buscará durante las Cumbres dar prioridad al diálogo
abierto e informal entre los Jefes de Estado y de Gobierno. Las Reuniones de
Ministros de Relaciones Exteriores seguirían siendo anuales.
Secretaría General de Cooperación
En la primera Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de Iberoamérica
(Guadalajara, México, 1991) se creó la Conferencia Iberoamericana, formada por
los Estados de América y Europa de lengua española y portuguesa.
La celebración de reuniones anuales permitió avanzar en la cooperación política,
económica y cultural entre los pueblos.
Para reforzar este proceso, la XIII Cumbre (Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, 2003)
decidió crear la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) como nueva
organización internacional.
La SEGIB, que tiene su sede en Madrid, es el órgano permanente de apoyo
institucional y técnico a la Conferencia Iberoamericana y a la Cumbre de Jefes de
Estado y de Gobierno, integrada por los 22 países iberoamericanos: diecinueve en
América Latina y tres en la Península Ibérica, España, Portugal y Andorra.
Objetivos
Contribuir al fortalecimiento y la cohesión de la Comunidad Iberoamericana e
impulsar su proyección internacional.
Colaborar en la preparación de las Cumbres de Jefes de Estado y de Gobierno en
estrecha coordinación con la correspondiente Secretaría Pro Témpore.
Fortalecer la labor desarrollada en materia de cooperación en el marco de la
Conferencia Iberoamericana, de conformidad con el convenio de Bariloche.
Promover los vínculos históricos, culturales, sociales y económicos entre los países
iberoamericanos, reconociendo y valorando la diversidad entre sus pueblos.
Ejecutar los mandatos que reciba de las cumbres y reuniones de ministros de
Relaciones Exteriores iberoamericanos.
Coordinar las distintas instancias de la Conferencia Iberoamericana con los demás
organismos iberoamericanos.
La Secretaría General Iberoamericana estructura su actividad en cuatro grandes
áreas: política, económica, social y cultural.
A lo largo del año, la SEGIB apoya a la Secretaría Pro-Tempore en el desarrollo de
las reuniones preparatorias de la Cumbre: coordinadores nacionales, responsables
de Cooperación, ministeriales sectoriales y ministros de Relaciones Exteriores.
La SEGIB promueve la cooperación multilateral y horizontal en el marco de la
Conferencia Iberoamericana con el objetivo de fortalecer la identidad
Iberoamericana a través de actuaciones en el campo cultural, científico y educativo,
y de contribuir al logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio en la región.
La Secretaría General Iberoamericana lleva a cabo el seguimiento, evaluación y
difusión de los Programas de Cooperación de las Cumbres, Iniciativas y Proyectos
adscritos con el fin de asegurar su calidad, sus resultados y su sostenibilidad.
COMENTARIO
La Conferencia Iberoamericana es un foro privilegiado de consulta y concertación
política cuyo propósito es reflexionar sobre los desafíos del entorno internacional,
así como impulsar la cooperación, coordinación y solidaridad regionales. Cada año,
al celebrarse la Reunión Cumbre el país sede propone un tema central para las
deliberaciones de los mandatarios. Al término de la reunión, tradicionalmente se
adopta una Declaración Política, y declaraciones sobre temas de interés particular.
La idea de convocar una reunión de mandatarios iberoamericanos se planteó en
España hacia fines de la década del 70, cuando se comenzaron a idear los
proyectos conmemorativos de los 500 años del primer viaje de Cristóbal Colón a
América. México acogió con gran interés esa iniciativa y propuso dar a la Cumbre
un sentido político, con vistas a identificar espacios comunes para lograr una mayor
coordinación y cooperación entre los países iberoamericanos.
CONCLUSIONES
- La Conferencia Iberoamericana tiene como eje central de su ciclo anual la
celebración de la Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno

- La Cumbre es, seguida de la Reunión de ministros de Relaciones Exteriores,


la más alta instancia política de la Conferencia Iberoamericana.

- Las Reuniones de coordinadores Nacionales y de responsables de


Cooperación son las instancias de gestión y de discusión habituales, y se
convocan varias veces al año.

- En la actualidad, la Conferencia Iberoamericana está integrada por veintidós


Estados soberanos, en carácter de miembros plenos.
- La SEGIB, que tiene su sede en Madrid, es el órgano permanente de apoyo
institucional y técnico a la Conferencia Iberoamericana y a la Cumbre de
Jefes de Estado y de Gobierno, integrada por los 22 países iberoamericanos:
diecinueve en América Latina y tres en la Península
Ibérica, España, Portugal y Andorra.
BIBLIOGRAFIA

- https://www.ecured.cu/Cumbre_Iberoamericana

- http://old.clad.org/documentos/declaraciones

- https://es.wikipedia.org/wiki/Cumbre_Iberoamericana

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