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UNIDAD 1 - HISTORIA ARG. Y AM. 1 - 2º AyB de historia - Prof.

Sabattier
TAYLOR, PETER "GEOGRAFÍA POLÍTICA. Economía mundo" - Madrid. 2002
E ¿ruílisis d¿ los sistemas-mundo en geografia política

dempo que ocurría, en la televisión de su cuarto de estar. Así pues, no es de extra-


ñar que la utilización generalizada del término globalización para referirse a pro-
cesos mundiales sea muy reciente. En tanto que invención de nuestra época, esta
palabra refleja nuestra reciente polltica mundial. En dos palabras, es e-l término
que sucede a la división tripartita de nprimer mundoo, usegundo mundon y (rer-
cer mundoo. Es muy sencillo, los dos últimos (mundos) hán desaparecido como
categorías significativas: el osegundo mundoo, en cuanto alternativa socialista, se
esfumó con la desaparición dela URSS y con el fin de la Guerra Fría; un (rercer
mundoo de países más pobres desapareció cuando surgieron las economías del Pa-
cífico asiático. La consecuencia há sido uun mundon centrado en tres regiones
principales: América del Norte, Europa Occidental y Asia Oriental. Obsérvese
que no es ,<globalu en el sentido de qué incluya la totalidad, por lo que en ocasio-
nes ha recibido la denominación de nglobalización desigualn (Holm y Sorenson,
199r. Es evidente que la comunicación instantánea no ha tenido como resultado
el
"fin d_e la geografíin, como han sostenido algunos.
La última cuestión es importante porque, i pesar de su upatrimonio globalr, la
geografía política como subdiscipliná ha procurado fundamentalmentJentender
el Estado moderno y las ielacionés que esiablece con el territorio y la nación. No
obstante, es importante ser consciente de que aunque la globalización actual no
supo.nga una considerable nalteración de la escalan de las ácdvidades no agota ni
mucho menos todir el tema. Interesarse por lo global no debería tener como con-
secuencia olvidar otras escalas geográficas, comb la local y la nacional. Ésra es el
tqrn"a-c-en.tral"d"g_!e_gg.gg$13glf:93Jks"g;LA9l.-{r*._q_q*ry
---'; - "i '-"---s'.*c-'--- las distintas escalas,ggg;
grancas so.l m"q gqegcYPan
-qss!rd.e,Ir-!?se,egff 3f-8$H-si4.1-e:ps;;¿lit
ños seguida-mente. Siri?mbüo,G;esdlas*eéósr7fiial;?;-sáDriédár éitu^diár i"-
dependientemente de una tqglía_!_qct4! qire*a6ñff'gme-lffinÉipjéi_agloñes y
organfeá IeC. argumeñt*, Aqí;:A;,ña;d-rA éii ilé?óii .t d. los sistel
mas-munclo. "n,ili"ü
El enfoque de los sistemas-mundo de 'Wallerstein (1979) en las ciencias socia-
les ha originqdo gra.r_r cantidad de literatura científica en los últimos años, lo que
ha supuesto desarrollos teóricos sustanciales de las ideas originales, así como cr?ti-
cas desde diversas perspectivas alternativas. En este libro no pretendemos entrar
e¡ este debate,.sino que nos hemos limitado a elegir el marco-conceptual de'Sla-
llerstein por el hecho de que nos ha parecido ,í-"-.rrt. útil pa'ra ordenar y
comprender el objeto de estudio de lf geografía poIítica (Thylor, l9S2). No s.e
sabe_si algo es'bueno hasta que se pone a pruéba, por así decirlo: los restantes ca-
pítulos de este libro pretenden demostrar la competencia de la geografía política
de los sistemas-mundo, y lo que resta de este capitulo define el én6que ai-talítico
de los sistemas-mundo y la adaptación que hemós hecho del mismo ila geografía
política.

II. ELANALISIS DE LOS SISTEMAS-MLINDO

El análisis de los sistemas-mundo plantea la cuestión de cómo conceotualizamos


el-cañbro-SoeiatSesueleclesif ibiieité"iífr ldá-á;bi;;h;tüil;?ñ"d-.AAñ
que son-equriiáradas a países; de ahl que háblemos de nsociedad británicao, <socie-
dad estadounidensen, nsociedad brasileñai,, usociedad chinar, etc. Puesto que en el
mundo de hoy hay más de 200 Estados, los estudiosos del cambio social iendrían
Gmgrafia Política

que habérselas con más de 200 sociedadeso diferentes. La ciencia social ortodoxa
acepta esta concepclon que podemos llamar el supuesto de la sociedad múltiple;
per-o el an¿ílisis.de los sistemas-mundo no acePta,que este supuesto sea un punto
ie oartida válido para comprender el mundo moderno'
'E.,
v., de defender qu-e-gl-S4¡qb-!o- social tisnelggqr \ü
0979) postulalá-'i
-l-téfiü;lé" "siób
. Si este
"supnesio
dé uñáló¿iáilaaTnican, las nu-
merosas (soc
"..ot"-os
nácionller" se convierien simplemente en Partes de un -todo
mavor. oor lo que un determinado cambio social sólo puede sei comprendido en
,,., íot*lid"d en^ el contexto más amplio del sistema-mundo moderno. Por ejem-
olo. la decadencia de Gran Bretañá desde finales del siglo )<lX no es exclusiva-
;;;;; un ufenómeno británico,, forma- parte de un proéeso más amplió del sis-
i.-"--""¿. al que llamaremos ndecadencia de la hegemonían. Si se trata de
.rr. ."-Éio social específico teniendo en cu..tá solamente a Gran Bre-
"""ti."r
i"Ér, r. obtiene una visión muy parcial de los procesos que empezaban a desarro-
- a finales del siglo xx.
llarse
intento de
óf"- .r,á que ei enfoque de los sistemas-mundo no es el primer
po".r ." .,r.ra'iótr el penümi-ento ortodoxo en las ciencias sociales; de hecho,
Vallerrtei., ,. ptopotté, manifiestamente' conjugar dos retos teóricos anteriores'
En orimer lue"., á-, presradas ideas y .ott.épót de la escuela de historia fran-
..r"'d. losAínales, q.t..o aprobabaei exceso-de detalle de la historia de princi-
á.t sielo )cx, v hlcía hinéapié en los aconrecimientos políticos, sobre todo en
"i", u{r- enfoque más holístico
["r -"nio8tas diflomáticas. Eita escuela abogaba Por
;; .i ;J 1", ".riuid"des de los políticos constituyeran sólo una pequeña parte de
i" hirtori" de [a gente corrienté; los políticos y sus diplomacias iban y venían,
.i .rr¡lo d. íid" cotidiana sezuía teniendo las mismas bases materiales am-
".r.
[i.n,"I., y económicas. fuí pues, le hacía hincapié en,las raíces sociales y econó-
micas de ia historia en lrrgai de destacar Ia facbáda política, que es^lo que h.acían
ior ,.o"r ortodoxos. ProÉablemente lo que meior iesume.esie enfoque es la ex-
oresión de Fernand Braudel lonpte duréi, que representa la estabilidad materia-
ii.r" subvace a la volatilidad política (\Wallerstein, 1991)'
- giou.*ruí¿o lusar, \Tallerstein utiliza Ia crítica neomarxista de las teorías del
¿.r"Á¡J d. la .i&.t.ia social moderna. La evolución de la ciencia social después
de la Sesunda Guerra Mundial coincidió con la proliferación de nuevos Estados
1", colonias europeas, y su aplicación a los problemas de estos nuevos
".,
E:,"d;"ñtie,ras
fu? iundam.ntal p"i" poí.t al descubierto lai serias limitaciones de di-
.h", t.orí"r. En 1967 Gunder Érank publicó una crítica apocalíptica de las nocio-
nes de la ciencia social sobre la nmódernización, en estos nuevos Estados, que
o"r. á.*""ifiesto que las ideas originadas en las zonas más Prósperas del mundo
iro o"¿i"n aplicarse i ,orr*r más po[res sin que el análisis se desvirtuara por com-
i" ,.íis p.incipal de Frank era que lós procesos económicos actuaban de
"l.rt
'-"n.r" distintá dependiendo de la parte d¡l qryl{o de que se. tratara; Po.r este
;;,trr ilt.p" otcidental, I"pgryv Estados unidos han podido desarrollarse,
;i;;;;, qr.:;rir"d; .l r.rio'del mundo ha experimentado,el udesarrollo del
,ubd.r"rroilor. Esra expresión resume el principal-argumento de esta escuela, en
;i;.";iJ" de que p"r" lo, Estados n,r.uor .l problemino€s (ponerse al dían, sino
q";á;i. qrr.'r. ir"."., de cambiar rodo el'proceso de desarrollo a escala global
' 'ii-;;f"ó.-"ái
('W'allerstein, 199 1).
i.o de los sistemas-mundo intenta combinar de una forma
selectiva elei-ento, críticos de la historia materialista de Braudel con los esmdios
E análisis d¿ hs sistemas-mundo en geografla política 7

neomarxistas sobre el desarrollo de Frank, añadiendo algunas características nue-


fin de hacer una ciencia social histórica comprehensiva. En palabras de
vas, con el
Goldfrank (1979), \Wallerstein ndevuelve la historia, de modo explícito a la cien-
cia social. Además, podríamos decir que, al desarrollar las ideas de Frank, también
.devuelve la geografía, a Ia ciencia social: el propio'Wallerstein (1991) se refiere a
las nrealidades espacio-temporales, como el objeto de su interés. En pocas pala-
bras, existen más claves para entender el mundo en que vivimos que las que se
pueden encontrar estudiando los países navanzadosu del mundo de finales del si-
glo lx, por muy riguroso o erudito que sea dicho estudio.

II.1. Sistemas históricos

l¿ ciencia social moderna representa la culminación de una tradición que pre-


tende elaborar leyes generales que se puedan aplicar a cualquier época y lugar. Un
ejemplo conocido es el intento de equiparar Ia decadencia del Imperio británico
con la decadencia del Imperio romano tasi dos mil años antes. Asimismo, a me-
nudo se da por supuesto que la nnaturaleza humanau es universal, por lo que sería
posible aplicar a otras culturas y a otras épocas las motivaciones de la conducta
humana que se pueden encontrar hoy en los países uavanzadosr. Un ejemplo rele-
vante es el afán de lucro a la hora de fijar un precio en el mercado, lo que históri-
camente sólo existe en la sociedad moderna. Suponer que esta motivación existía
en sociedades del pasado es cometer un error que Polanyi (1977) denomina ofala-
cia economicistan. Lo importante es precisar el alcance de las generalizaciones,
para lo cual'Wallerstein utiliza el concepto de sistema histórico.
Los sistemas históricos son las nsociedades, de \lallerstein. Son sistemas por-
que se componen de partes interrelacionadas que forman un todo único; pero
también son históricos en el sentido de que nacen, se desarrollan durante un
cierto período de tiempo, y después entran en decadencia. Aunque \Tallerstein
sólo admite la existencia de un sistema de este tipo en la actualidad, en el pasado
ha habido innumerables sistemas históricos.

Sistemas de cambio

Aunque cada sistema histórico es único, \lallerstein afirma que se pueden clasifi-
car en tres tipos de entidades principales. Estas entidades se definen por su modo
de producción, que'$l'allerstein concibe, en términos generales, como la organiza-
ción de la base material de la sociedad. Este concepto es mucho más amplio que
la definición ortodoxa marxista, porque se refiere no sólo a la forma en que se di-
viden las actividades productivas sino también a las decisiones sobre la cantidad
de bienes que hay que produci¡ sobre su consumo o acumulación y sobre su pos-
terior distribución. Utilizando esta amplia definición, 'Wallerstein distingue sólo
tres formas básicas de organizar la base material de la sociedad se quiére con-
sultar una interpretación más compleja de los sistemas históricos-si desde la pers-
pectiva de los sistemas-mundo, véase la obra de Chase-Dunn y Hall (1997)-.
Estos tres modos de producción están asociados a un tipo de entidad o sistema de
cambio: el minisistema. el imoerio-mundo v la economía-mundo.
El -i-"TñññiElá'ffiüiá'
y de linaje. Es el modo de produtción primario y
ón recíproco
se basa en una escasa espéciali-
g Geografia Política

zacíónde las actividades. La producción se efectúa mediante la caza,la recolec-


ción o una agricultura rudimentaria; el intercambio entre los productores es recí-
proco, y la áad y el género-consriruyen el principio fundamental de,organiza-
ii¿". Lbr minisisiemas- son familias extensas o grupos de parentesco de tamaño
reducido cuyo rango geográfico es fundamentalmente local y. que perduran sola-
mente unas cuantas géneiaciones antes de su destrucción o dispersión. Han exis-
tido innumerables Ñnisistemas de este tipo; pero ninguno ha sobrevivido hasta
nuestros días, porque todos han sido sustiiuidos e integrados en sistemas-mundo
mayofes.
Es preciso aclarar que, cuando utiliza Vallerstein, al hablar de los sistemas so-
ciales, el término .mündialesn no quiere decir que dichos sistemas sean ugloba-
leso, sino simplemente que incluyen elementos qu¡ no se reduce¡ a las activida-
des cotidianas locales d. t,tt Áiembros. Hay-dos tipos de sistemas-mundo
dependiendo de su modo de producción: el imperio-mundo y la economla-
mundo.
El imperio-mundo es la entidad que_se_basa en un modo de producción redis-
tributivo'tributario. Los imperios-mundo han adoptado diversas, formas políticas,
pero rodos ellos comparten'el mismo modo de producción, en el que hay un am-
plio grnpo de produétores agrícolas que disponén de una tecnología lo suficiente-
*.nt". d'.r"rtoil"d" p"." gett.-et"t un éxcedente de producción_ por encima de sus
necesidades inmediaias. Este excedente permite qué haya productores especializa-
dos no agrícolas, como artesanos y admlnistradoies. Mientras que el intercambio
.nr.. pro'd.r.tores agrícol", y es recíproco, la caracteristica distintiva de
este si'stema es la apiopiaci¿n "rt.á*os
de parte del .*..d.!t. po¡ lo¡ administradores que
constiruyen una clise-dominanté burocrático-militai. Dicho mibuto se canaliza
hacia ariiba originando una desigualdad material a gf^n escala que no existe en
los minisistemai. Esta redistribución puede mantenerse tanto en una estructura
política unitaria (el Imperio romano), como en una estructura fragmentada (la
'Wa-
h,,.rop" feudal). A pesai de las notables diferencias políricas gu.. las separan,
llerstiin afirma quá todas estas ncivilizacioneso, desdt la Edad de Bronce hasta un
pasado no muy l.j"no, tienen la misma_base material en sus sociedades: todas son
imperios-mundo.-Estos imperios-mundo son menos numefosos que los minisis-
t.á", p.ro, no obstante, hán existido docenas de ellos desde la Revolución neolí-
tlca.
La economía-mundo es la entidad que se basa en el modo de producciór_r capi-
talista. El criterio por el que se rige la producción es la obtención de beneficios.y
el incentivo fundamentaliel sistema eJ la acumulación del excedente en forma de
capital. No hay una estructura política dominante, ya que el mercado es, en defi-
niiiva, quien cbntrola con frías riendas la competencia entre las diversas unidades
de prodlcción, por Io que la regla básica consisre en acumular o perecer. Así, en
esté sistema las unidadei eficacei prosperan y acaban con las menos eficaces ven-
diendo más barato en el mercado. Etté modo de producción es el que define a la
economía-mundo.
Históricamente las economías-mundo han sido extremadamente frágiles, y los
imperios-mundo las han integrado y sojuzgado.antes-de. qpe tuvieran la oportuni-
daá d. convertirse en sistemás de expansión de capital. La gran excepción es la
economía-mundo europea que surgié a partir de 1450 y sobrevivió, llegando a
dominar todo el mund-o. Ujra-feehicley--q pSIa sls.gpe¡vi¡¡encia.es .Lc[9115L
¡cuando los Habsburgo españoles y austriacos, y iu gran rival la dinastía francesa
tds lor Valois ,. al inientar dominar lálncipiente bconomía-mundo
".r,r'i.r".ón
El aruílisb d¿ los sistemas-mundo en geografia política 9

{Wallerstein, 1974a: 124). No es en absoluto descabellada la idea de que el fra-


caso de estos últimos intentos de creación de un imperio-mundo no fue debido a
una derrota militar sino a las maniobtas de los banqueros ninternacionalesr. En
1557 la economía-mundo ya había aparecido y sobrevivía ala vulnerabilidad de
las primeras épocas; estaba al principio de un largo camino que la llevaría a con-
vertirse en el único ejemplo histórico de una economía-mundo en pleno desarro-
llo. A medida que se extendía fue eliminando a todos los minisistemas e impe-
rios-mundo que quedaban, hasta llegar a ser auténticamente global en torno a
1900.

fipos de cambio

Ahora que conocemos todas las entidades que estudia el análisis de los sistemas-
mundo, podemos señalar las formas fundamentales que puede adoptar el cambio

Los dos primeros tipos de cambio son forrnas diferentes de transformación de


un modo de producción en otro. Se puede llamar transición a la transformación
que ocurre como consecuencia de un proceso interno, el cuai induce la transfor-
mación de un sistema hasta convertirlo en otro diferente. Pór ejemplo, en cir-
cunstancias favorables los minisistemas han engendrado imperios-mundo tanto
en el Viejo Mundo como en el Nuevo Mundo. Asimismo un imperio-mundo, el
de la Europa feudal, fue el predecesor de la economía-mundo ."pitalista; la tran-
sición de uno a otra se produjo a partir de 1450.
(Lalñtói-p"óil¿iób ei la rransformación que ocurre como consecuencia de un
p-to6mT;i impeilos:m ünit¿, -'éd id" que ie'íb-lri-él;té ñili iri do, có n-
quistaban e incorporaban minisistemas. "Estos grupos conquistados eran reorgani-
zados para que pasaran a formar parte de un nuevo modo de producción me-
diante la entrega de tributos a los conquistadores. Asimismo, la eConomía-mundo
al extenderse ha incorporado minisistemas e imperios-mundo, cuyas poblaciones
pasan a formar párte de este nuevo sistema. Todos los pueblos de todos los conti-
nentes, excepto Europa, han sufrido esta transformación durante los últimos qui-
nientos añoS.
Las rupturas constituyen el tercer tipo de cambio. Las rupturas se producen
entre entidades que, aún siendo diferentes, tienen aproximadamente la misma lo-
calizacíón y comparten el mismo modo de produciión. Lo que ocurre es que el
sistema se desmoronay, en su luga¡ se establece otro distinto. En el caso de los
imperios-mundo, el ejemplo clásico es la sucesión de Estados chinos. Los perío-
dos entre un imperio-mundo y otro son anárquicos, produciéndose un retroceso
parcial a los minisistemas, y se suele hablar de ellos como de las népocas oscuras).
La m¿ís conocida es la época entre el hundimiento del Imperio romano y la apari-
ción del feudalismo en la Europa Occidental.
El último tipo de cambio, la continuidad, se produce dentro de los propios
sistemas. A pesar de la imagen popular de culturas tradicionales (eternas), todas
las entidades son dinámicas y están cambiando conrinuamente. Estos cambios
son fundamentalmente de dos tipos: lineales y cíclicos. Todos los imperios-
mundo han mostrado una pauta éíclica de nauge y decadenciar: se iban-exten-
l0 Geografia Política

diendo e incorporando minisistemas, hasta que el conjunto total de los gastos mi-
litares y burociáticos era de tal calibre que las ganancias resultantes eran cadavez
menores y, enronces, se producla una tontracción. En la economía-mundo, las
tendencias lineales y los clclos de crecimiento y estancamiento forman parte inte-
gral de nuesrro an¿ílisis. A continuación vamos a hablar de ellos con más detalle.

________________________________________________________________
El error del desarrollismo

Hemos aclarado la forma en que el an¿ílisis de los sistemas-mundo aborda el cam-


bio social; a partir de ahora, nos centraremos en un sistema determinado, la eco-
nomía-mundo capitalista, cuya expansión ha eliminado al resto de los sistemas,
razón por la que partimos del supuesto de la existencia de ouna sociedad única> a
la horá de estudiár el cambio soóial contemporáneo. No se puede hacer excesivo
hincapié en la importancia que tiene este supuesto Para,nuestro análisis, ybuena
pruebi de ello es él ettor del desarrollismo al que es proclive la ciencia social orto-
doxa (Thylor, 1989; 1992a)
La ciéncia social moderna ha elaborado muchos nmodelos de desarrollo por
etapas), y todos ellos dan por sentada la existencia de una secuencia lineal de
.t"pas por la que han de pasar las sociedades (= palses). El método fundamentál
consisté en llegar, a partir de una interpretación histórica de cómo se enrique-
cieron los paíJes pod'.roror, ,rn" .rp.i.rlación futurista sobre cómo, a su vez,
"
pueden lograrlo lbs países pobres (Fig. 1.1). El ejemplo más conocido es el de
-de
iar .tapas áe crecimiento etonómico Rostow, que generaliza la historia eco-
nómicá británica en cinco etapas, a modo de escalones, que van desde ola socie-
dad tradicionalr, como priméra etapa, hasta nla era del consumo de masasr,
como última etapa. Rostów (1960) itiliza este modelo para situar a los distintos

(Superior) 5
^"7r:,<-Modern"7
o
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lnterpretación ,
o, histórica Especulación
o futurista
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Pasado PRESENTE
Tiempo
Figura l.l El desarrollismo.

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