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TÍCOLAR }/ PR ott:ll0ilal

Juan Acha

iflisrrlñtl }T
Cruno Ju¡N AcHn A.C.
lnvest'igoción
Sociológico
en A rle Lof í noo merí co n o
Índice
de
contenido

PRIMERA PARTE
¿Necesitamos mejorar la educación artística?

(iuy' ír u kt /
,i.9ué ,'t 1r, cty'u<'tr<'ión ¡tr(í,rIi<'tt !) //

Formación pedagógica y artística, 13,


Las dos clases de educación artística, 14.
Criterios residuales, 15.
Criterios dominantes. 1ó,
Críteríos emergentes, 18.
Educación estética. 20.
EI criterio de arte integtal, 24,
Educación integral, 31.
El alumno integral, 34.

5
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Tecnic¿s artísticas, 37.
Técnic¿s sensoriales, 45.
Técnicas sensitivas o estéticas, 54.
Técníc¿s mentales, 5g.
Técnicas creativas o de la fantasía, 62.

ó 9 ¿cé cte, 6e,n oo,v f:Í::í; i. * cr.e u. ti o tutu, ct


,y ¡5or u.er*oi,ón?, €S
En busca de sus definiciones, 64,
Internándonos en su complejid,ad,, 67.
Hacia una taxonomía de las cieacíones artisticas,
71.
Posibles procesos de la creativídad artística, gá, -
Un modelo de creatiüdad artístic a, g6.
Lo enseñable de la creatividad artístíca, gg.

ó6u,á/ ea tt¿, .r"::!..'::':,lroo,,¿rn*,,.r de /*


etluctroión a¡.tí.s,úiccc?, J /

Nuestras integraciones diferida s, 107.


Rol de la educ¿ción artÍstíca en nuestras integra_
ciones, 111.

ó @t¿e re Áu,[,er. *-,nff';l:/: rlrr,,-,o,,te*ic¿ttto tle


e.tlt¿c¿¿c,ión, ut-tí.*tic.rt, ?, / / 4
Generalidades, 116.
Educación artística escolar, 117.
Educacíón artística profesional , 725,

6
6u,/tíúte/o 6'
8[ oo^*o cle -üápi'oo, /43
LerIcI¿ LeoN MnJÍa

E1 sistema Best, 150.


Escuelas de pintura al aire libre, 15ó.

&cu/tíúttlo 7
il{eoe*ifuanotto m'gio t'at' f¡t, e¡luoct oió n
ut-úíoúic.tt, en, Jl,árioo?, /74
Lnrlcla LeoN MeIÍa

El periodismo cultural, 183.


Formación estética en nuestro medio, 187'
Educación artística escolar, 189.
Educación artística profesional, 191.

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analítico 20L

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niciemos nuestro estudio respon-


diendo a la pregunta anterior, al
parecer forzosa y Íác1l de ma-
nejar, Seguros estamos de saber
qué es la educación, al pensar en
maestros impartiendo cursos a sus alum-
nos. Lo estamos también de 1o que signífica la edu-
cación artÍstica, al recordar que enseña a realizar activida-
des artísticas. Quíenes así pensamos, nos atenemos exclusivamente
al trabajo simple o a labores percíbibles y a sus frutos o productos.
Personas provistas de mayor información vincularán tal educacíón
con diversas funciones y componentes, múltiples aspectos y signí-
ficados, Entonces, elegirán otra respuesta. Dírán, por ejemplo, si la
educación artística forma o no creadores o productores de obras
únicas y, por ende, maestras; si se imparte en academiasylo en cla-
ses escolares donde a los niños se les instruye a expresarse líbre-

ll
mente; si enseña a dibujar o pintar, danzar o tocar un instrumen- trORMACION PE.DAGOGICA
to musical, etc., todas respuestas parciales o medias verdades, Y ARTÍSTICA
En rigor, hemos formulado mal la pregunta; ninguna realidad,
menos aún una actividad cuitural, es para siempre. La educación ar- Las salidas a estas cuestiones 1as encontramos en la denomina-
tística dista mucho de constituir un producto o realidad estable, ina- da formación pedagógica y formación artística, en cuanto en todo
movíble, que se toma o se deja, como generalmente suponemos tiempo y cultura coexisten conceptos emergentes, residuales y do-
los latinoamericanos de mentalidad colonial. N4ás realista sería mínantes de pedagogía y arte, cuya elección y práctica dependen de
esta otra: ¿Qué entendemos hoy por educación artÍstica? EstarÍa- Ia actítud del elector: progresista o conservadora, radical o reaccio-
mos ubicando la materia de nuestro estudio en un tiernpo, lugar y naria. Siempre habrá pugnas entre estas actitudes y entre dichos
persona determinadcls, sobre todo, porque la buena formulación conceptos, Si, por ejemplo, nos preguntamos cuáles son los princi-
de una pregunta promueve respuestas correctas. La ubícación es píos, medios y fines educativos y artísticos, tendremos que elegir
acertada, sin duda, por tratarse de un proceso o sistema cultural. entre varias respuestas coexistentes o, 1o que es ígual, en circula-
Los latinoamericanos casi nunca atinamos a ver la creación o pro- ción en nuestro medio.
ducción que, como proceso, antecede indefectiblemente a los En ocasiones los maestros poseen criterios actualizados de pe-
productos, es porque éstos nos obnubílan. A los países depen- dagogía, por ser su especialidad, pero con frecuencia, disponen de
dientes nos llegan los bienes culturaies nuevos, casi nunc¿ los crea- víejas ideas acerca del arte. Comprobamos tal anacronismo en mu-
mos y muy pocas veces nos permiten reproducirlos, estamos para chos arqueólogos, sociólogos y psicólogos que trabajan con ideas
comprarlos. resíduales de arte. Los problemas comienzan con ias consecuentes
Como procesos, ia educación y 1o artÍstico camb,ian con el tiem- prácticas acarreadas por e1 desequílibrio con que funcionan los co-
po y la cultura. Por anadidura, sus respectivas amplítudes, pro- nocimientos pedagógicos en relación con los artÍsticos. Por doquier
fundiclades y complejidades son siempre definicias por personas se presenta la misma crisis en la educación artística, y erróneamen-
según la parte que ellas ven o estíman en la educacrón o en lo ar- te se cree que el remedío es pedagógico y no epistemológico o re-
tistico. Larncntablemente. pocos perciben sus totalidades fenome- lativo al arte enseñado, como en realidad 1o es.
nicas, las que tambíén cornprenden actividades distriirutivas y con- Si, por ejemplo, suponemos que el arte es un don divino y que
suntivas, al lado de las p-rroductírras de tros edricadores y de los se nace artista, resultará lógíco que rechacemos la educación artísti-
artistas, y asimismo involucran teorías junto con sus prácticas" ca por inútil. El arte no se enseña, afirmaremos muy orondos, con
Nuestra pregunta, en suma, tiene muchas respuestas, en otras pa- mayor razón si pecamos de finalismo y sólo nos importa la posada
labras, la educación artística, igual que cualquier otro proceso cul- y no el camino; veremos únicamente el ideal que es la creación y la
tural, genera varias definicíones, cada una parcial y sin loglar, to- convertiremos en realidad innata y, por ende, encontrable en todo
das 1'untas, agotar el conocirniento de sus intimidades. ser humano. La creación no se enseña, apuntaremos sin títubeos.
El nombre mismo de lo que nos ocupa constituye una suerte bi- Pocos se dan cuenta de que la creación no constítuye la finalidad
nomíaI, cuyo sustantivo educaciórty ctryo calificativo at"tística son sus- de nínguna educación, pese a que cualquier persona posea creati-
ceptibles, juntos o separados, de diversos significados" Sí, por ejem- vidad, Contados son, pues, quienes penetran con realismo en los
plo, la educación se i-ralia integrada por modos o maneras propios rnecanismos de la enseñanza y descubren sutilezas, verbigracia: que
de la predagogÍa y la didáctíca, 1¿ artistica comprenderá muchas ar- nildie puede enseñar a quien no quiere aprender o carece de las ap-
tes, cada una con sus principios, medios y fines especÍ{icos. Abr:n- titudes pertinentes. Son los educadores artísticos los que evidente-
d¿n las variantes al lado de las constantes, esto quiere decir que rnente existen, pues sonaríarrral llamarles enseñadores de arte; en
cualquíer definición de ia educación artÍstica depende de nuestro rlcfinitiva, la educación educa y educa a seres humanos.
punto de vista, esto es, de cómo enfoquemos las realidacles de la Como vemos, caben muchos pareceres en nuestras respuestas
educación y las de lo artístico por sepuraclo, vale dccir, sus clcfini y ninguno se h¿1lla libre de impugnaciones, Esta innegable verdad
ciones posibles constítuyen cu estiones cpist c:rn oltlgicirs o t t:(rricrrs. nos llcv¿r a la llirm¿rcitin cle que en América Latina están incomo-

ll) l3
dando los maniqueísmos; necesitamos matizar y precisar nuestros En lo que acabamos de ver estriban los fines más notorios de
pareceres, tal como 1o exigen las realidades concretas. Las respues- la educación artística, para concluir con la educacíón íntegra de la
tas que buscamos han de señalar, por tanto, hasta qué punto el arte personalidad de cada alumno. Los medios educatívos empleados
es o no enseñable, educable y aprendible; 1o mismo en cuanto a des- son los pedagógicos, Io mismo que sus principios, medios y fines,
lindar las diferentes ausencias y presencías de la creación y de cada que varían según el criterío rector a que ella obedezca.
arte, asÍ como a superar o, 1o que es lo mismo, conciliar oposicio-
nes o contradicciones internas,
CR IT'E,RIOS RESIDUALE,S

LAS DOS CLASES DE EDT]CACIÓN Entre los criterios residuales coexistentes encontramos aquel
ARTÍSTICA empirismo que constriñe la educación artística al trabajo simple,
esto es, a las actividades sensoriales o técnicas con los materiales,
Sea como fuere, debemos ir conceptuando y definiendo en tér- herramientas y procedimientos específicos de cada género artísti-
minos generales y paso a paso, lo que actualmente entendemos por co: las manuales en pintura, dibujo y música, o las corporales en
educación artística. Iniciemos con una de las definiciones consti- danza e histrionismo. Por un lado, se impone la disciplina como el
tutivas o clasifícatorias: Existen dos clases de educación artística, único cumplimiento de las normas académicas de tipo mimético.
la escolar y la profesional; una diferente de la otra y cada una con Por otro, postula el cientit'ísmo al creer que el ser humano tiene un
sus partícularidades y subdividida en sus géneros, se diferencian centro en el que se resuelven las cuestiones artísticas, como las
entre sí por sus principios, medios y fines. La profesional síempre manos o la garganta, un hemisferio cerebral o tales o cuales múscu-
existió y fue cambiando con el tiempo, pasando de la personal con los. Lo demás -se conjetura con exagerado optimismo- víene for-
un maestro único a la de varios maestros, que es la característica zosamente adherido a la habilidad sensorial adquirida. No se con-
de las academias o escuelas superiores de arte. Los fines escolares, sidera al ser humano como una totalidad, se le "descuartiza" para
que ni síquiera cuentan con más de 200 años de vida, son obvia- poder elegir un pedazo supuestamente medular; igual se procede
mente distintos de los profesionales y, a la vez, igualmente estéti- con el arte y con la educación, al reducir el primero a meras téc-
cos y educativos, Sus medios, mientras tanto, se distinguen por su nicas sensoriales, y la segunda a simples metodologías didácticas.
grado, extensión y duración. Los príncipios, por último, dífieren en Sin lugar a dudas, la sensorialidad va siempre junto con la
su didáctica y en el género que se enseña. sensibílidad, y en especial con la mente, ya que se tratá de un ser
Enfoquemos ahora la educación como sistema para ir defi- específicamente racional, esto es, humano. Se hace caso omiso
niéndola en términos generales, después haremos 1o mismo con de la pedagogía contemporánea que subraya al hombre integral,
la totalidad del arte, como sistema de sistemas. Dejaremos atrás vale decir, a su total funcionalidad psÍquíca. Nadie discute que
eso de reducirla al trabajo símple de educar o enseñar que con- no sea lícito dividirla en partes por razones metodológicas. La
creta la percibible relación maestro-alumno. Lo correcto está en educación artístíca opta por una sucesión de cursos, cada uno cen-
mirar la complejidad del fenómeno sociocultural que en verdad trado en una parte hum arra para acentuarla e influir en las otras
es toda educación y que, como tal, se dirige a otra complejídad, hasta llegar a su totalidad. Sin embargo, esta verdad sospechada
la de cada alumno, Ya 1o dijimos: se educa a un ser humano. por por los educadores de criterio residual, tendrá mucho mayor efi-
consíguiente, estamos frente a totalídades humanas; vale decir que cacia si se utilizan sucesivamente partes psíquicas, como adiestra-
al alumno se le educan su sensorialidad, sensibilidad, mente y mientos separados y como obligadas puertas diferentes de la tota-
fantasía. Estas facultades principales del ser humano, que aquí lidad humana.
representan su totalidad psíquica, han de estar orientadas hacia No está por demás advertir que nos estamos re{iriendo a la ac-
las cuestiones artísticas, en las que cada género corporiza una tualidad de estas actitudes residuales o anacrónicas, pues hasta fi-
completa y compleja totalidad (pintura o danza, música o dibujo). nes del siglo xtx tuvieron sus razones históricas de ser.

t4 l5
Las actitudes resíduales lastran hasta ahora ala educación ar- gada por el justificado rechazo de los abusos de las férreas dis-
tÍstica, tanto la escolar como la profesional, al limitarse al acade- ciplinas, Su ideal, surgido a fines del siglo pasado, reside en la
mísmo, como el dibujo con modelo, cuyos ideales miméticos o habitual expresión del niño, aparentemente libre, y entroniza, de
naturalistas fueron válidos en épocas prefotográficas. Para ser exac- este modo, Ia expresión en su calídad de máximo ideal, si no úni-
tos, estuvieron vígentes hasta el impresionismo, iniciador de la su- co, de las artes. No en vano hoy en el mundo rige la media verdad
cesión de nuevos modos antiacademicistas de pintar, como 1o más de que el arte es expresión. Prácticamente viene a ser el mínimo
importante. Dicho sea de paso, de estos lastres se salvaron los de- grado de creación humana o cultural, pese a su sobrevaloración
portes, de manera ejemplar, al decidir Íazor.ar con 1ógica y senti- narcisista.
do crítico sus tácticas de entrenamiento y sus estrategias de juego, Aún hoy se sigue confundiendo Ia inocente ignorancia del niño
Iogrando así rendimientos nunca imaginados. Recordemos, además, con la libertad de expresión del artista, habida cuenta de que esta
que los citados lastres están presentes en la época actual, cuando implica librarse de algo; en su caso, del dominio técnico. En este
la docencía insiste en la importancia de la formación del pensa- anacronismo opera aún soslayadamente esa rezagada idea teista de
miento humano con preguntas literales, inferenciales, estratégicas y creación artístíca, conceptuándola un don sobrenatural o divino. l,os
críticas que el estudíante ha de habituarse a responder. artistas se esfuerzan, incluso, por expresarse como niños. El pueri-
La educación profesional no sólo se ocupa de las artes cultas iismo cromático y el dibujo gestual o grat'ológico se ponen de moda.
tradícionales, también denominadas renacentistas, cubre asimismo La subjetividad impera en las actividades educativas.
las artes tecnológicas o diseños y, en algunos países latinoameri- Después de 1950, se sumáron a la educación artística algunas
canos, las artes prerrenacentistas o artesanías, ocupaciones de per- preocupaciones por las operaciones sensitivas y racionales de los
sonas que aún viven en condiciones precapitalistas, No es de ex- educandos. La interdíscíplinaríedad busca predominio y, sin dejar de
trañar, pues, que se apliquen criterios residuales en la enseñanza girar en torno al hacer manual o trabajo simple -como lo más im-
de las artesanías, casi siempre ofícial; aparte del aprendíza1e famí- portante-, se extiende a la comunicación visual y a la comunica-
liar o con un maestro único que después de siglos subsiste. ción gráfica. Fue la inevitable respuesta a los persuasivos entrete-
Los diseños, en cambio, exigen una educación que proveníente nimientos audiovisuales de los medios masivos o industría cultural.
de Ia bawbaws alemana y del v1utemas soviético, emplean esencial- La semiótica, la informátícay la lingtiística habían demostrado la
mente criterios hoy dominantes y entonces emergentes. Sin embar- irnportancia del receptor. La obr¿ pasó, así, a ser un texto cuya esen-
go, la lastran actualmente criterios resíduales al tomar los díseños por cia estaba en cómo 1o leía el receptor.
artes aplícadas y negar su identidad estético-estructural especÍfica, Se comenzó a buscar desatendidos equilíbrios vitales: uno, en-
por decirlo así. Su finalídad consiste en producir proyectos y mode- tre la discíplina y la libertad de expresión, para hacer de la memo-
los para la producción masíva, en los que deben predominar las so- ri¿r un coadyuvante creativo. Cuando la técnica aprendida con dis-
luciones estéticas de una eficaz funcionalidad práctico-utílitaria, con- cilrlina va al aparente olvido del subconsciente automatizador, la
dicionada por prioridades económicas y tecnológícas, y lograda con t'onciencia y la memoria juntas pueden ocuparse de crear.
los medios o recursos propios del diseño respectivo. A díferencia del Otro equilíbrio buscado es aquel de la teoría y la práctica o,
artista libre, el diseñador es un asalariado, salvo excepciones; pero Io qrre es igual, del taller y el aula. Pero se empezó a incurrir en
con frecuencia olvida la actual importancia de sus actividades. It'oricísmos, al no haber vínculos directos entre las prácticas y
l;rs teorÍas elegidas. Para evitar los empirismos, también se fue
solrrcv¿rkrrando el trabajo intelectual en desmedro del manual, Lo
CRITERIOS DOMINANTES rrrrportantc estaba en concebir un proyecto sin importar quién 1o
rt'rrliz¡ra. Paso un buen tiempo antes de advertir que tales víncu-
El criterio de la educación artística domínante en nuestros días l,rs solo cnrn positrlcs ct'rr-r la.s teorizaciones de las prácticas; que
va más allá de las disciplinas y promueve la libertad de expresión. tr'ol.iz;rciorrcs implicirn ul-r¿r torr-l;t de cr¡ncienci¿r de las operaciones
Pero exageró y se fue al otro extremo; actuó de contragolpe obli- rr r;t n t ¡;t Ics.

t(i t7
Todas las normas académicas habían desaparecido y en los años dan los centros mundiales de las artes con una nunca vista sobre-
sesenta se abundó en sucesivas tendencias, dando la impresiÓn de producción,
que se trataba de la libertad de expresíÓn. Sin embargo, las normas Thmbién los conceptos de arte son ahora otros para el criterio
se habían multiplicado, no desaparecido. cada tendencia poseÍa emergente, Al lado de la producción se da a conocer a los esco-
sus postulados y muy pocos profesores de la educaciÓn superior lares nociones del consumo de los afícionados y de la distribuciÓn
los ionocían; por tanto, no podían encauzan los trabajos de los de los medios intelectuales que realízan los científicos del arte. Se
alumnos. La expresión desbocad a eta la soluciÓn más cÓmoda' comienza asímismo a diferenciar entre 1o estético y 1o artístico, de
Los críterios dominantes utilízados en la enseñanza de los di- tal suerte que se llega a dos innovaciones:
seños sufren en nuestros dÍas una ofensiva doble: por un lado, los
profesores progresistas reconocen la importancia de 1o específico de a) La multifuncionalidad de la obra de arte, 1o temático, 1o es-
ios díseños y tratan de llevar más adelante las enseñ anzas bauhau- tético y 1o artÍstico.
síanas, pero su entusiasmo los lleva a incurrir en tecnologismos y b\ El concepto de cultura estética de cada sociedad, individuo
cientifismos con menoscabo de la carga estética. Por otro lado, 1o o país.
peor, los profesores, obnubílados por la fetichizaciÓn de las artes
tradicionales o practicantes de éstas, buscan aplicar criterios pre- Más adelante veremos los pormenores de esos cambios episte-
bauhausian os y teistds para poetizar las prácticas de los diseños o mológicos en las cuestiones artÍsticas y estéticas'
bien desdeñarlos por su conjeturada calidad de artes aplicadas. En Hasta aquí la educación escolar emergente. En la profesional,
sÍntesís, falta que el manejo de los recursos recuperen el equílibrio la aprecíación adquiere la importancia que siempre tuvo en la lite-
entre la función estética y la funciÓn práctico-utílitaria para poder ratura, en cuanto el escrítor se forma tanto leyendo como escri-
actualizarse. biendo. Lo decísivo está ahora en las estrategias que han de nor-
mar los sucesivos entrenamientos sensoriales, sensítivos, mentales
y creativos. Todos juntos cubren la totalidad psíquica del aprendiz
CRITERIOS EMBRGE,NTE,S a artista y cambian con cada clase de artes, plásticas o musicales,
literarias o corporales (danza e histríonismo), y con sus respectívos
Los críteríos emergentes, por último, se hallan bifurcados al fi- .géneros y tendencias.
niquitar el siglo xx: por un camino van en busca de la príoridad, Los entrenamientos sensoriales se amplían a 1o visual o audíti-
que debe tener la apreciacíón artÍstica y la consiguiente expresiÓn vo. Lo manual o 1o corporal ya no basta. Dicho de otra manera, el
verbal y crítica de sus experiencias, sean éstas objetivas o subjetivas, clominio manual o corporal de materiales, herramientas y procedi-
La educación abandona la terapia de la catarsis que se había torna- mientos artísticos, se combina con la destreza visual o la auditiva
do en una suerte de autísmo narcísista, con el fin de oríentar cien- cn el uso de los recursos compositívos (ritmos, proporciones, sime-
tíficamente su docencia. Se tiene en mente, entonces, a un alum- trÍas y dírecciones), según el plano semántico que se quiera acen-
no integral y se utiliza un concepto de arte integral para educarlo. tll¿rr en el mensaje: semántico (el parecido o las relaciones entre los
La educación tambíén se torna integral, como veremos después' signos y la realidad visual por éstos representada), sintáctico (com-
En la actualidad la educacíón escolar forma en el alumno su posición o relaciones entfe los signos) y pragmático (efectos sorpre-
sensorialidad y sensibilídad, mente y fantasía. Él es iniciado en las sivr-¡s o las relaciones entfe los signos y el receptor o sociedad).
actividades básicas del artista y del crítico, del teÓrico y del histo- A su vez, los ejercicíos sensitivos, tanto los relativos a la pro-
riador. En concreto, razones históricas obligaron a la educaciÓn ar- rlt¡cción como al cOnsumo, van centrándose SUcesivamente en cada
tÍstica escolar a reducir, a partir de la niñez, el deficit de aficiona- rrnrr cJc las categorías estéticas (belleza o fealdad, dramaticidad o
dos que venían sufriendo las artes tradicionales. Pierde sentido con-riciclad, lo sublime o lo trivial, la tipicidad y la novedad) y a 1o
q._,"r". iniciar a los alumnos de las escuelas primarias y secunda- l;rrgo dc cste camino se va instruyendo al alumno en la consecu-
rias en las actividades de los artistas, quienes hoy pululan e inun- , rorr srtr-.csivlt cle loS Cfectos tt climenSi<)neS comunic¿tiVaS' cClnoci-

ltt tf)
das como miméticas (el parecido naturalista), ornamentales (la be- popuiares continúan desarrollándose en su cotídianidad y festivida-
lLezil, expresivas (las emocionales), ernblemáticas (representación des sín necesidad de museos.
de realidades invisibles) y heurísticas (las inventadas). Además, cada Sin embargo, por mucho tiempo las multitudes de turistas se-
arte posee sus tropos o figuras, como metáforas, sinécdoques, elip- guirán visitando museos para satisfacer la necesidad de practicar
sís, etc., que e1 artísta debe saber leer en las obras de varias artes. el consumo masivo, de suyo espurio; necesidad ínculcada en ellas
Las activídades mentales del alumno, mientras tanto, son en- por el espíritu consumista de nuestro tiempo. Lo llamamos espu-
trenadas en la utllízación eficazmente profesional de conceptos, ra- rio por suplantar el placer estético con el agrado de ver algo que los
zonamíentos críticos e informaciones históricas, psicológicas y so- medios masivos han declarado importante, Pero 1o peorr suplanta
cíológicas. El pensamiento lógico, crítico y dialéctico del aprendiz de las manifestaciones artÍsticas de su ámbito diario con un digerido
artista ha de ir acostumbrándose a nazonar las orientaciones temá- conjunto de obras fuera de su contexto socíal, Tal digerido viene a
ticas, estéticas y creativas de todas y cada una de sus actividades. ser, a lo sumo, un complemento de las artes que circulan en nues-
Simultáneamente, y medíante talleres de experimentacíón, se va tro hábitat y que testimonia glorias del pasado. No rechazamos los
predisponíendo al alumno a la creatívidad como una necesidad vital museos, ni siquiera los modernos o contemporáneos, cuyas obras
de su conciencia artística en formación. no han pasado por la vida diaria de la sociedad. Todo museo tuvo
En la enseñanza de los diseños también se utilizan los recur- siempre valores positivos para la educación verbalizada de adultos
sos antes descritos y centrados en las tres totalidades, la educati- y para quienes saben dialogar con la individualídad y universalí-
va, la del alumno y la artÍstica, como entídades integrales. dad de las obras de arte.
La educación antes aludida es diferente ala que quisieron 11e-
var a cabo los diseños o artes tecnológícos para embellecer la vida
EDUCACIÓX eSrÉrlCa humana entera: la cotidíana y la festíva del tiempo libre. Su pro-
pósito fue embellecer todo nuestro entorno: el gráfico, las afírma-
En estos momentos fi994) vemos despuntar tímídamente en el ciones; el industrial, los utensilios diarios; el arquitectónico, los es-
horizonte el otro camino del criterio emergente respecto a la edu- pacios habitables, y el urbano, los espacios transitables. Aún hoy
cación artística, a saber: el de la educacíón estética en su calidad incurrimos en el error de ver sinonimía entre estetizar y embelle-
de matríz de la artística, como efectivamente comienza a ser defi- cer. A1 lado de los cuatro diseños antes citados, que son los oficia-
nida. La proponen aislados estudiosos occidentales, quienes detec- les, encontramos otros dos que lo son de facto y que conocemos
tan la urgencia de dar prioridad a la cotidianidad estética del hom- como ciencias de la comunicación: los audioüsuales (entretenimien-
bre común. Son recusadas, así, la sobrevaloración del arte y su tos televisuales y cinematográficos) y los ícónico-verbales (tiras có-
entronización en el altar de los museos, como un fin en sí mis- micas, fotonovelas y díbujos animados), que ocupan el tiempo li-
mo. En estos dos "trofeos" de nuestro tíempo, nosotros vemos bre del hombre actual y utlhzan todas las categorías estéticas, en
una perversidad y una degeneración evídencíables a quien recuerde especial algunos derivados demagógicos del dramatismo (sentimen-
la función esencial del arte: ser un medío de enriquecer y enmen- talismo), la comicidad (lo grotesco) , la belleza (lo bonito) y la tri-
dar, ampliar o afirmar la cultura estética de los índividuos I, por víalídad (vulgaridad) .

ende, de las colectividades, vale decir, sus relaciones sensitivas con Palmarío nos resulta a todos el fracaso de los diseños en po-
la naturaleza y sus semejantes. pularizarse. El industrial terminó en boutíqwes, mientras los audio-
Resulta placentero ver cómo aumenta el número de personas visuales y los icónico-verbales se hallan controlados por la in-
que prefieren la estética de la flora, fauna y geología, a la de los dustria cultural y copan el interés popular. Sea como fuere, los
museos, Aunque pocas, otras ponen atención en las relaciones in- diseños nunca remplazarán a las artes tradicionales; se complemen-
terhumanas de todos los días, en que indefectiblemente actúa aque- tan mutuamente, como 1o hacen el hombre-masa, receptor de eilos,
lla ética desterrada de las artes, desde mediados del siglo xrx, por y el individuo, destinatarío de éstos, que todos llevamos en nues-
los formalismos, tan afectos a los objetos. Por fr>rtun¿, l¿s estéticas trcl interior.

2o 2l
La educación estética aludida por nosotros es la concerniente Es posible también que influya el prestigio financiero y tecno-
a la vida diaria de la sensibilidad, gusto o como quiera denomi-
lógico de Japón, para en un futuro próximo gestar rituales profa-
narse a la cultura estétíca del ser humano g.rr"rrl, que debería nos diarios de solidarídad humana. En nuestro favor tenemos el
ser ímpartida en los jardines de niños y "r, 1r, primarias.
Todo hecho de que por todo el mundo se reconoce el derecho de cada
niño mantiene relaciones sensitivas con su".rentorno y aprecia las uno para practicar las preferencias y aversiones de su gusto. Se re-
realidades ambientales, según sus habituales preferencias
y aver- conocerá con facilídad, por consiguiente, la coexistencia de muchas
siones estéticas. Desde la ínfancía tenemos una intensa y
auténti- estéticas o sensibilidades, tanto individuales como colectivas.
ca actividad estética: sentimos cada categoría, tanto .n iu,
activí- Entendamos: no estamos aludiendo a la estetización de la mo-
dades diarias, como en ras festivas y las correctivo-renovadoras,
La ral impuesta, sino al revés, lamoralización de la carga estética de las
vida estética de cualquier persona es más intensa que la del artis- relaciones interhumanas en dirección de un mayor sentido comuni-
ta, pues éste, frente a lo estético de la naturaleza oa la de sus tario o de cooperación interhumana. Antecedentes de la educaciÓn
se_
mejantes, actúa profesionalmente: ro capta, pero de inmediato
ro estética encontramos en Platón y, sobre todo, en F. Schiller, el
intelectualiza y artiza, no ro experimenta en toda su íntensidad
y poeta alemán, en cuyo texto Cartas sobre la educación estétíca, acon-
extensión sensitivas como el hombre común.
sejaba recobrar el equílibrio de varios pares díalécticos, perdidos
l¿ cultura estética de cada índividuo, con sus preferencias y aver- entonces con las difícultades de manejar la libertad del individuo,
siones, es producto del ambiente, tanto familiai como de
su clase entre los intereses de éste y los de la colectividad, que habÍa pos-
social y de su país. La determinan ros objetos habítuares
y ra gente tulado la Revolución Francesa. Nos referimos a los siguientes pa-
del entorno con sus aditamentos corporales y sus diversos res: sensibilidadhazón, instinto/moral, bellezalotras categorÍas, tra-
com-
portamientos. más las nociones de cada una de las categorias
es- bajo/juego, individuo/colectividad, creaciónhedundancia, sagrado/
téticas que pone en circuracíón er idioma por medio de
lo-s padres. profano.
sin embargo, desde 1950 ra televisión invade ros hogares y éstos Seguramente el lector se asombre del optimismo con que es-
comenzaron a desmoronarse en los países desarrollaJos,
en tanto tamos en{ocando esta utópica educacíón estética en favor de la so-
los medios masivos dominaban er habitat o, si er lector
ro prefiere, lidaridad humana. Nos desaniman muchas dudas, es cierto, pero
la industria cultural regía el curso de las culturas estéticas
del mun- algunos indicios o síntomas nos reviven las esperanzas. En primer
do. Así, el hogar dejó de ser el inicio y er soporte de ras artes lugar, vemos la resistencia del ser humano a sentirse plenamente
tra-
dicionales. en consecuencia, es urgente .".up"r, la importancia
del satisfecho con las imágenes audiovisuales del cine y la televisión,
hogar, mediante una educacion estetica qr" .ortrrrreste los perfectas al parecer, al preferir asimismo las imágenes dibujadas que
efectos de la televisíón y de ras artes. con"r.óh, razón en América colman los espacios gráficos en el mundo entero.
-uyoi
Latina, cuyas clases medias son escuálidas en número y en tradicio-
Detectamos otro indicio, vinculado al anterior, en los actuales
nes artísticas cultas. De tal suerte que nuestros profesiánales
vienen ajetreos de los indívidualismos narcisistas por encontrar, como asi-
de hogares sin obras de las artes tradicionales,
dero, una solídaridad humana que esté más allá de la religión, la
lJrge encauzar la cultura estética de nuestros niños, mediante etnia y de reducidos grupos marginados, toda solidaridad un tanto
una educación que les haga tomar conciencia de sus preferencias
y rudimentaria. Thles índividualísmos no pueden evitar, a pesar suyo,
aversiones sensitivas frente a los componentes de cada
uno de los el deseo de que sus mensajes sean legibles para muchas personas,
tres reinos de la naturaleza. La percepción y ra experiencia
estética ¿Es que tendremos un mayor caos comunicativo en las artes, ca-
deberán ser guiadas, con especíai esmero, hacia rasielaciones
huma- paz de dejar la Torre de Babel como un ínocente juego infantil? ¿Aca-
nas con el fin de detenerse en 10s val0res éticos y porítícos,
com- so la icono grafía cotidiana usada por las actuales tendencias artÍs-
pañeros inseparables de los estéticos, propios a" ái.rras relaciones.
ticas está sirviendo de lenguaje de fácil lectura mundial? ¿Bastará
Iniciar a los niños en ras cuestíones ,rtirti.r, será asunto posterior
la globalización de las imágenes?
y corresponderá a la educación secundaria. Lo importante Lstará
en Como quíera que seá, la educación estética materializa una al-
ir más allá de las bellezas de los objetos, p"r, p..i".ir r¿rs h.r-n¿r¿rs. te-rrr;rtíva que s(rlo puede interesar, por ahora, a contados estudio-

rr',
'¿:l
sos. Por mucho tíempo será imposíble que las burocracias estatales (:omo una generalízacíón, el arte deviene en sistema de sístemas.
pongan atención en eila y busquen su aplicación práctica, insertán- Níngún arte constituye únicamente un conjunto de productos da-
dola en la instrucción pública. rlos, como muchos erróneamente piensan: corporiza -y esto es 1o
Viéndolo bien, hemos arribado a la médula de 1o idiosincrási- irnportante- un sistema cultural o un fenómeno sociocultural com-
co de la subjetividad o identídad del yo, que es el gusto o la sensi- plejo y complicado.
bilidad estética. Y esto de la identidad nos concierne directamen- Cada sistema o género artístico tiene por objetívo, entre otros,
te a los latínoamericanos, pues en ella se conjugan 1o personal y trasmitir cosas que el idioma no puede expresar. Propíamente, víe-
1o colectívo, la teoría y la práctica, la individuacíón y la universali- ne a ser un derivado estético de algún lenguaje o tecnología. La
zación, cuyos respectivos desequilibrios están obstaculizando nues- ¡roesía, por ejemplo, no nace como tal por ahí; es más bien un de-
tra creativídad. livado del ídioma que como producto colectivo de fines prácticos
De aquÍ cabe deducír la importancia vital que puede poseer la habla su sociedad o país.
autoconciencia estética, como parte de nuestro autoconocimiento, Como toda ciencia o tecnología, e1 arte consta de activídades
por su capacídad para fungir de punto de partida y llegada de nues- lrroductivas, dístributivas y consuntívas que, rcalizadas por sus res-
tras artes, y poder llevarnos a una suerte de subconsciente colec- pectivos profesionales, ningún educando ni profesional puede igno-
tivo. En este caso, las artes pasarían a ser meras tecnologías pro- r'¿r, sobre todo en la actualidad, cuando una cruel e irremediable
venientes de Occidente, que sirven para expresar todo tema y los competencia espera a todo profesional y le demanda una serie de
sentimientos de cualquier cultura estética, En síntesis, en la auto- cilpacidades afines, al lado de las específicamente profesionales.
conciencia estética vemos la posibilidad más factible de lograr nues- Iil aprendiz de artista no sólo debe estar adiestrado para producir
tra autodeterminación estétíca y la artística, como un ejercício obliga- obras mediante e1 dominio del trabajo simple: el manejo manual
do de nuestra soberanÍa conceptual en el conocimiento de nuestras y visual, corporal o audítivo, de herramientas, procedimientos y ma-
realidades. teriales diversos y específicos. A1 lado del adiestramiento en estos
Tomar conciencia de nuestras realidades o, lo que es igual, co- rnedios materíales de producción, el artista ha de estar instruido
nocerlas significa asumir nuestra piuralidad cultural y estética. En t¿rmbién en el uso de los medios intelectuales, sensitivos y creati-
esta última, destacará la riqueza mítica de las estéticas populares, vos que siempre participan en el uso de los medios materiales. En
fuentes obligadas de nuestras artes. Nos referímos a los mitos po- fin, los procesos sensoriales no bastan.
pulares, a sus pensamientos míticos y a sus sentimientos estéticos En otras palabras, el educando debe ir aprendiendo a tomar
que estrechan 1o divino con lo profano, más las crudas realidades conciencia de cada paso del proceso sensitivo, mental y creativo que
de su pobreza. Lo que nuestros artistas tomen de estos viveros vayan acompañando al sensorial. Este es el único puente capaz de
ha de ser individuado, en un mensaje, y uníversalizado, en su lec, trnir directa y seminalmente la práctica con la teoría, el taller con
tura. En síntesis, la educación estétíca serÍa un instrumento ideal y cl aula. Las otras teorizaciones influyen también, claro está, pero
primordial para emprender con eficacia nuestro autoconocimiento. indirectamente y a largo plazo. La teorización de las prácticas es
Io único que fusiona teoría y práctica de modo fructÍfero.
Para un mejor enfoque de todos los mecanismos que inter-
E,t. CRI'TERIO DE. ARTE, INTE,GRAI- vienen en la producción artística en general, que deben ser toma-
clos en cuenta por la educación artÍstica, tanto escolar como pro-
Toda educación artÍstíca actualizada y realista parte de un con- fesional, hemos elaborado el cuadro 1.1.
cepto integral del arte. Obviamente no podemos educar dando a co- En el cuadro aparecen, primero, las diferentes clases de artes
nocer al alumno tan sólo una de las partes del arte que él apren- (lLre regularmente se enseñan: musicales y corporales, plásticas y li-
de. Ante todo, cabe defínir el arte como un conjunto de artes, en tcr¿rrias, con sus correspondientes géneros más conocidos. Larga se-
el que unas están entrando, como el video o las inst¿rlaciclnes, y riir la lista de las tendencias de cada género. La educación escolar
otras saliendo, como la caligrafÍa hacc y;l un lrucn ticrtrpo. Así, ;rr-.osl unrbr¿r cubrir las artes plásticas, la músíca, la danza y el tea-

'> 4. 25
v-
tro. Ideal sería centrar la educación artística escolar en el cine y
la televisión, tan familiares para los niños. Se les enseñaría a esti-
Artes en que se educa mar estas dos artes y a través de ambas ínstruir en las otras, aun-
que quizá cuestiones económicas lo impidan. Las artes literarias,
Clases Musicales Corporales Literarias Plástícas por 10 demás, son incluidas en el curso escolar del castellano, pero
i Géneros Instrumental Danza Noveia Pintura
no tienen una educación formal o universitaria; aprendizaje auto-
Canto Loreogralla Poesía Dibujo didacto impera en ellas.
uomposlclon Teatro Cuento Escultu¡a El cuadro 1.1 enuncia 1o que se debe educar en el alumno in-
Dirección Cine, TV Ensayo Arquitectura tegral: su sensorialidad o cinco sentidos, su sensibilidad, su mente
y su creatividad, ya mencionadas antes, luego señalamos en 1o que
Sensorialidad
[: debe ser instruido: en el manejo, ante todo, de materiales, herra-
Qué debe educarse Sensibilidad
en el alumno
{
Mentalidad rnientas y procedimientos manuales o corporales específicos de
L. Creatividad crda género. Es de lamentar que se incurre en el más craso empi-
rismo al exagerar la importancia de este trabajo simple. Las habili-
tl¿rdes se imponen, mediante recetas, y degeneran en estériles y pue-
a) Los principios r'Í[es virtuosismos.
En las convenciones genéricas en
Los procedimíentos que acabamos de señalar consisten en la
En qué se le debe educar cuanto al uso de materiales, trtilización profesional de los principios ordenadores (los ritmos y
herramientas y procedimientos. Pr-oporciones, simetrías y direcciones) , según el plano que se quie-
rir acentuar (el semántico, el sintáctico y el pragmático), de acuer-
b) Los medios o tropos .lo con los efectos por lograr el producto u obra de arte (los mi-
o Los princi¡ios ordenadorcs: ritmo y símetria, proporciones y
nióticos, los ornamentales, los expresivos, los emblemáticos y los
dírecciones. lrcr¡rísticos) . En estos manejos, las manos o cuerpo, junto con la
. La acentuación de uno de los planos comunicarivos: semántico, vista y/o el oído, vienen acompañados por sentimientos, pensa-
síntáctico o prágmático. nricntos y fantasías.
o Los etectos que se quieran lograr en la obra: miméticos, ornamentales Por último, aparecen las finalidades que, como orientaciones,
expresivos, emblemáticos y/o heurÍstícos.
,lt'ben tener los procedimientos (o manejo de principíos y medios)
c) Los fines u orientaciones
,.lt'¡rroducción: la temática, la estética y la creativa. La finalidad
rr objetivo final consiste en obtener obras que contengan un tema
r Para lograr en el producto un tema o función ,r fr¡r-rción práctica (en el caso de la arquitectura y de los diseños) ,

práctica, 1o estético y lo artístico (las tres It, l'stético y lo artÍstico genérico (pictórico, escultórico o arquitec-
f unciones principales de la obra de arte) , más Iorrico), impregnadas las tres de alguna innovación como logro
lo creativo o fant¿sía. ( r('rltivO.
o A través de la sensibilidatl. lo cstético:
Para qué se enseña belleza o fealdad. lo dramático o lo cómico. Lls ¡.ctividades sensitivas serán ejercitadas en cada una de las
lo sublime o lo trivial. lo tipico y Io nuevo. r.ltr'g()ri¿ls estéticas, no sólo en las lecturas que éstas tienen en di-
o Medi¿nte la I¿ntasia. lo creativo: lcrt'ntcs ohras de arte, sino también en las acentuaciones que tales
individuación y universalización del tem¿. r.rl('11)r'iils reciben en la propia producción. El artista ha de saber
Io estético y los principios genéricos .rrr,rlizrrr r¡ leer tanto l¿s ol¡ras de otros como las propias (autocríti-
(lo artístico).
,.r) tlr¡r'¡urtc su prorluccitin y despLlés. L¿mentablemente, aún impe-
r,r t'l critt-'rio rcsiclu¿rl rlc limit¿rr lo cstótico ¿r ll bcllcz¿t. Se incurre
r'rr t'l vit'io tlc l;r bcllolnilnr;r.'lir,-los rrct:pt;Iltlos lit it-r-tportanci¿t vital

')(; ,,7
de la sensibilidad en los artistas, aunque se la suere sobrevalorar En un capítulo aparte trataremos las intimidades de la creati-
y aun se Ia consídera autárquica, cuando realmente no hay senti- vidad, díferenciaremos entre la existencial, aludida en el lenguaje
mientos sin pensamientos. Los criterios emergentes de la educa- cotidiano, y la cultural, que exige un cúmulo de conocimientos. Nos
ción artística buscan el equilibrio entre las sensaciones (sensorial), rrrriesgaremos a sostener que sí bien la creación cultural constítu-
los sentimientos (sensibilidad), los pensamientos (mente) y las fan- una anomalía, existen creaciones valiosas que son derívaciones y,
_ye
tasías (creatívidad). por ende, enseñables. A éstas las tenemos cuando del arte extrae-
Las acciones mentales de los alumnos, a su yez, han de familia- rnos arte, Otra cosa muy distinta si convertimos en artístico algo
úzarse con los conocimientos históricos, sociológicos y psícológi- que no 1o es y, por tanto, dista mucho de ser previsible. En este
cos, con los conceptos básícos o teóricos y con los razonamientos caso, estaremos frente a una creación radical que no se deja ense-
críticos, todos muy ligados al género artístíco que se estudia. No r1¿rrr mayor radicalidad, más anómala será la creación cultural.
sólo esto, también es conveniente instruir al alumno en ros dife- Mientras tanto, nos bastará adelantar que la educación artísti-
rentes mecanismos de la distribución de su arte, así como en el t:u escolar sólo puede predisponer al alumno a la creatividad, como
consumo de éste. Al saber analizar o leer obras de arte, el educan- trna facultad en la que interrziene su personalidad, sín llegar, por
do conocerá consecuentemente los mecanismos correctos que el ('sto, a ser necesariamente creador. Estamos frente a una posibilidad
público debe poner en práctica. Pero é1 también necesita conocer o potencialídad, En la educación profesional, en cambio, se educa-
las clases de consumos artÍsticos que circulan en su socíedad y las rr la creatividad artística del aprendiz y se relacionará su proceso
clases de personas que practican su arte: los profesionares, ros afi- t on conocimientos de ciertos indicios o condiciones que, aunque in-
cionados y los pacientes del uso terapéutico. En un mundo de tlispensables, no garantizanla creacíón. Se enseñará a conjugar los
acentuada competencia profesional, resulta indispensable adquírir r"onocimientos con las ficciones, los artificios con las realidades, las
conocimientos del mercado de trabajo con que puede contar el ar- inclividuaciones con las universalizaciones, esto es, la memoria con
tista de la especialidad que el alumno estudia. lrr fantasÍa, la conciencia con el inconsciente, que es lo vivido sin
Igualmente vitales son los conocimientos acerca de las poriti- r;rbcrlo. Thmbién se diferenciará entre las distintas creaciones posi-
cas culturales de su sociedad. Estas políticas comprenden la edu- lrlr:s en cada género artístico.
cación artística escolar y la profesional, los museos y casas de cul- La enseñanza de los diseños toma en cuenta todos los com-
tura, asÍ como el periodismo cultural. Este periodismo no sóro lo
¡ronentes considerados en el cuadro 1.1, pero con una diferencia:
practican los periodistas, sino también los crÍticos, teóricos, histo- l;rl cducación acentúa la función práctico-utilitaria del producto y,
riadores y museógrafos de arte. El artista no puede ignorar estas
¡ror consiguiente, han de ser respetadas las prioridades económi-
actividades distributivas, tan importantes en la actualidad para la ( irs y tecnológicas por el diseñador; estas últimas demandan un
adaptación social del recién egresado de una educacíón artística de- , urnulo de conocimíentos especializados de terrenos no-artísticos.
nominada "superior". Los tiernpos cambian, Hasta ayer la produc- Los c'liseños cumplen propiamente con los procedimientos que siem-
ción era lo importante, hoy 1o es la distríbución o mercadotecnia. Fá-
¡rrt' tr.rvo la arquitectura, En nuestro estudio íremos enfocando cada
cil resulta producir, pero arduo es vender o convencer a la gente de rrrrtr dc los géneros artísticos que se enseñan, para particulaúzat
que consuma tal o cual producto. Quiérase o no, esta es la situa- r' ¡rrccis;rr las generalidades mostradas en el cuadro 1,1.
ción de nuestro tiempo. No podemos abandonar las generalidades artísticas, sin des-
Para terminar la revisión de la totalidad interna del arte, pase- r rl¡ir sucintamente la situación actual de las artes tradicionales,
mos ahora a la creatividad, nacultad humana que debe ser educa- ,¡rrt' jrrst;rmente son materia de la educación que nos ocupa. Con-
da. Por 1o regular, se emplean para ello talleres de experimen- :,r(l('r';un()si trn deber hacerlo, porque hoy se piensa que todo vale y
tación. como su nombre 1o índica, en éstos se busca sarir de ra ,lu(' y:r no cxisten lirs norrn.rs, ni siquíera es válida la razón de ser
rutina. Recordemos, además, la expresión libre como uno de los ca- ,lr'lotlo:rt'(rr: dccir llgil r¡uc no podcmos cxpresar con el idioma
minos hacia el desarrollo de la creatividad. Ilsta fue siempre Ll pro, r¡rrt'lr;tlrl;tttros. Si lr¡s:;rntont;ls t)() n()s t:trgltti;tn, la mltyorÍ¿ cle los
pensiÓn existenci¿rl ¿r l¿r creaci(rn p¿lr¿r I;r educacirin ¿rrtisticir csr:elur. .rrlrrl;ts tro tit'ltc trrrtl;r r¡ut'Llr'cit'y si ;tl¡¡rrtros rlc cllos clicc:n rtlgo,

2tt 'rf)
no salen del monólogo. Quíenes en pintura tan sólo ven una liber- Así, el artista claudíca de su función principal: poner algo nuevo
tad ilimitada, pese a conservar el formato que le garantiza al cua- y personal en el mundo; no repetir 1o que otros hacen, ni simple-
dro su destino paríetal en el hogar o en el museo, suponen que 1o n)ente expresarse u opinar utilizando lugares comunes.
mismo les debe suceder a las demás artes. Todo está permitido No faltan los indivídualismos que buscan salída en el sentido
en la superficie tradícíonal de la pintura de caballete; he aquí una rlel humor con el pretexto de ridiculizar o contrarrestar la solem-
prueba de que todo lo vemos por medio de la pintura y de quie- nidad. Sin lugar a dudas, han existido muchos bufones con entre-
nes la venden, tcnimientos de profundidad filosófica, pero abundan los que sólo
La realidad nos dice, sin embargo, que el cine y la televisión, cntretienen con mensajes "desechables", por vacuos.
la arquitectura y la música, más la escultura como articuladora de En épocas de crisis, como la artÍstíca actual, tenemos una al-
espacios, mantienen una estructura básica, cumplen unas normas tcrnativa: o nos dejamos arrastrar por los nihilismos o los eclecti-
y logran unos valores intrínsecos en sus productos. No importa si rismos o bien buscamos superarla, encauzando la creatividad hacia
ahora son plurales. Es más todavía: todos aceptamos la presencia individuaciones de la realidad que se quíere expresar o denunciar
de un cine comercial en las grandes salas y otro -el artístico- en cn el mensaje, universalizando su lectura.
las filmotecas; distinguimos entre la literatura de los best seller y la Hasta aquí las intímidades del arte. Pasemos ahora a las de la
verdadera. En pintura ha tríunfado el comercio del afte y no hay cclucación artística.
diferencias entre el valor comercialy el íntrínseco. Entonces el pri-
mero suplanta al segundo. Hasta los científicos se dejan obnubilar
por los valores comerciales y masivos. I)I)UCACIÓX IXT'E,GRAL
Algunos estudiosos ya comienzan a reconocer la actual crisís en
que se encuentran los individualismos narcisistas, al buscar aside- Por integral entendemos el interíor completo de la educación,
ros comunes a muchas personas y con éstos salir de su aislamien- trn general, y la artística en particular; no lo integral del alumno
to, casi síempre catárquico. Entonces muchos de ellos recurren al ni del arte. Nos estamos refiriendo a su mecanismo central que
grupo marginado al que pertenecen, a un nostálgico pasado o a una siempre fue la dícotomía ensenanzalaprendizaje. Lamentablemen-
realidad hasta ahora desdeñada, mientras muy pocos se dan a la te, la gran mayoría de las instituciones educativas no la han utili-
caza de fantasías. Pronto nos topamos, eso sí, con la evidencía de z,¿do aún en su verdadera contextura ni en todos sus alcances. La
que sea cuales fueren sus mensajes, éstos deben tener una lectura l>¿¡,lanza sigue inclinada hacia la enseñanza. Motívos convencionales
accesible a muchas personas; vale decir, deben ser comunicatí- rle jerarquía han convertido la ínterdependencia profesor /alumno,
vos, sobre todo cuando sus mensajes son de ínterés humano. Los ()n una acción lineal de causa y efecto únicos. Sin embargo, la rea-
individualismos se han decidido por 1o más cómodo: por realida- lidad de nuestros días nos dice que, por lo regular, el platillo del
des existentes, que convierten en mensajes, y por 1a iconografía en rrprendizaje está hoy más abajo, aunque casi nadie quiere percatar-
circulacíón por todo e1 mundo, que toman por lenguaje. sc de ello.
En buena cuenta, estamos aquí aludiendo al clima posmoder- Sobran las razones para que hoy sea más ímportante el apren-
nista que ha invadido nuestros ámbitos artísticos, haciendo estra- clizaje. Una de ellas la encontramos en la palmaria facilidad con
gos en los grupos indigentes en conceptos e ideales. Como secuela, que cuenta cualquier persona para obtener suficientes y frescas
hoy encontramos justificadas las "citas" nostálgicas, los eclecticis- informaciones. Ahí están las bibliotecas y los centros de datos
mos y las confusíones entre la pluralidad (diferentes medios con computarizados de las grandes ciudades donde funcionan precisa-
los mísmos fínes) y la diversidad (distintos medios y diferentes fi- rnente los centros princípales de enseñanza artístíca superior. Tal
nes). Estas secuelas posmodernistas han devenido en atajos que lacilidad permite a los alumnos la superacíón de las deficiencias y
liberan al artista de su obligacíón de disponer de una sólida per- Ios anacronismos de sus profesores, así como tefuerza la voluntad
sonalídad artística y de una fuerte identidad del yo personal, él dc los ¿utodidactos, sin que, por esto, se elimine la imposíbili-
prefiere abdicar de su fantasía y se escuda detrás dc lo existente. d¿rd de ser ¿rutodidacto en varias actividades profesionales.

;to It I
Otra tazon válida vemos en la intensa competencía que hoy llar sus facultades, de suyo innatas. Por eso, es preferible aludir a
impera en el mercado del trabajo profesional y que impele a los educar, pues se educa a seres humanos que no son páginas vÍr-
(la genes donde el profesor escribe símplemente, En cambio, se ense-
educandos de espírítu realista a multiplicar su ahínco personal
ñan cosas o actividades, actitudes o aptitudes, etc. Al fin y al cabo,
autogestíón) y constítuirse en excepciones. Hay una conocida para-
se trata de personalidades con sus preferencias de permanencia o
doja en toda educación: prácticamente ésta vale por sus alumnos
de cambio, sus filias y sus fobías, sus facilidades y sus dificultades.
excepcionales, los que justamente la superan con largueza a fuetza
En América Latina, el educador artístico tiene que tratar con alum-
de empenos personales, La otra paradoja es producto de nuestro
tiempo y yala hemos mencionado: la actual competencía impone nos acostumbrados al memorísmo, emocionalismo y empirismo.
¿ Ia Lducación adiestrar al alumno en actividades afines, además Una mala instrucción escolar, precedida de una peor alfabetiza-
de las específícamente profesionales, ción, no les ha permitido desarrollar sus respectivos pensamientos
Ante dos personas de la mism a capacidad profesíonal, se elige logicos y críticos.
Ir r-lr"tien posea otras capacídades o conocimíentos adyacentes.
Nuestra idea básica apunta a poner en práctica el concepto de
Nr-¡estra posición es clara: insistir en Ia interdependencia mu-
cducacíón integral, en su naturaleza de proceso complejo que hemos
ele asumir en sus variadas pluralidades y díversídades que la cons-
tu¿r c1c l¡ enseñanzay elaprendizaie, con el objeto de darle a éste
lrr plioriclac'l exigida por nuestro tíempo; vale decir, actualizarlo tituyen. E1 peor enemigo del conocimiento de la realídad está, a
r¡(¡estro juicío. en los simplísmos o reduccionismos. que consisten
,,, i,, .1u. es 1o mismo, adecuarlo a la realidad actual, La relacíÓn
cn el vicio de tomar la educación, el arte y el alumno como realida-
r:nsr-:ri¿tr-rz¿r/ aprendizaje cambia con el tiempo y materia, profesor
un rojo y ..lcs unidímensionales o simples. El pensamíento moderno ya dejó
.y ;rttrnrrrr',, actividad y sociedad. Una cosa es enseñar
otr,ir rruy distinta proporcionar un dato o informaciÓn, explicar un
tlc interesarse en reducir las realídades a definiciones cortas en tor-
n() a un elemento único y supuestamente específícor asir la com-
hecho o mostrar una actividad manual; 1o mismo acontece con los
aprendizajes. En la práctica,la educacíÓn va aplicando múltiples
plcjidad y la simultaneídad.
y variadas enseñanzas; el educador es también instructor y guía, I{o se trata, pues, de aludir exclusivamente a la formacíón de ar-
lislrrs o a su enseñanza, como si todo consistiese en haber única-
entrenador y divulgador.
En nuestros días no sólo debemos promover el aprendizaie nrcnte formadores y formados, enseñadores y enseñados. Thmpoco
,;rhc referirnos a cumplir técnicas o recetas artísticas o creatívas,
como un imperativo ético y práctico de todo escolar y estudiante,
r ()rn() si todo fuese creación en las artes y todas las obras de arte
también estamos obligados a fomentarlo como lo más importante
l,r lroseyesen. En suma, estamos frente al proceso complejo de una
de la educación; educación en la que ínterviene la personalidad
.tlrrc¿r.ción relacionada con otros dos procesos igualmente comple-
entera del educando. En primer término, hemos de considerar todo
1o que trae consigo el alumno: su vocaciÓn y actitudes, sus aptitu- l()r: cl aiumno y el arte por enseñar.
lrr¡rertinentes asimismo son las explicaciones teístas y las bio-
des y conocimientos, todos relativos al arte que é1 aprende'
Hemos dicho 1o anteríor, porque es la enseñ anza la que debe l,rlrt¿ls del artista excepcional o de la creación artístíca, como si
',t't¡rrisiese descargar a 1a enseñanza 6 al aprendizaje) de sus res-
amoldarse a dicho bagaje, para que después suceda 1o contrarior
que los alumnos se esfuercen para aprender las enseñanzas que l,r,ns;rl¡ilidades. En capÍtulo aparte nos explayaremos sobre los por-
rr('n()r'(:s cle lo enseñable y 1o aprendible en arte. No existe el ser
rLcíban. En especíal, que sígan el encauzcmiento que los profeso-
Irrurr;uro c¡ue traiga todo consigo; adquiere mucho en sus inevitables
res hacen de sus personalidades, con el fín de inculcarles la nece-
r.l,rrior)cs con el medio familiar, sociedad y paÍs en que vive.
sídad de una introspeccíón y autocrítíca, una autotransformaciÓn
y autogestión personales. Por este camino, los esforzados alumnos lrl eoltccpto de educación íntegral nos hace ver que su pre-
',, rrlt't'r'isisi no es pedagógica, como creen las burocracias oficiales.
llegarán a ser excepcíones, excepciones capaces de llegar a la anoma-
I .r r r rsis cs cpistemológico-artÍstica. Thles burocracias recurren a los
lía de la creación.
En otras palabras, el profesor emprende la educaciÓn como la l,('(l,rl',()13)s y rn;restr()s cuando clcsean diseñar una educación artís-
trr.r ¡)r¡('v;r, crr;rnclo t:s inclispcr-rsirblc incluir ¿r tcriricos, sociólogos y
acción de despertar en el alumno actitudes dormidas y de desarro-

:\2 IB:B
l,',r,,'lrrr,rrr, l\rr l() r,,('n('l:tl, los; niil('str()s son obstáculos de los cam-
l,rr,., \ ( r, lr{'{ ('r,,ll(r .rt lu,rlrz,ltr st¡s c()n()cimientOS. LO decisivO es la
li,rn.rt r.n (.rr¡rrrrl,r (('(lu(.lrr()r), ;llunulo, arte) de una sólida con-
( r('n( r,r ,lrll;lrt,t r'rr l,,s ;rlr¡nlllos clc la superior y en la apreciación
,rrl¡r;l rr,r ,lt'lo:r tlc l;r cscolirr, Esta conciencia incluye el adiestra-
l¡ut'rrtrr scrrsoriirl, scnsitivo, mental y creativo en los principios, me-
rl ios y Iincs clel arte que se estudia.
El citado adiestramiento consiste en ir conociendo el mayor nú-
¿F{asta que punto
mero de posibilidades elegíbles en cada paso del proceso creativo
de producción. Su eleccíón puede ser científica o intelectual, em-
Ios alurmnüs
pírica o intuítiva, la elegida se aplica en individuaciones y univer-
salizaciones del artista. Todo esto se ha de cumplir en los cursos s()n er*ucakrles
aíslados o en 1a sucesión de que consta la educación académica de
varios años. e)il ¿:}rtff?

BL ALUMNO I¡IITEGRAL
A 1o largo de nuestras consideraciones hemos aludido con fre-
cuencia al alumno integral, hemos mencionado sus sentidos, sen-
sibilidad, mente y fantasía, y las facultades más notorias que van
obviamente junto con las demás actividades psíquicas. El cuerpo
entero funciona. No necesitamos, pues, volver sobre esto,
En síntesís, de todo lo expresado en este primer capítulo, cabe
afirmar que Ia educacíón artística tiene que ver con tres comple-
jidades: la educativa, la del alumno y la artística en que éste se bundan quienes transitan por los ám-
forma. bitos artístícos, convencidos de que el
arte no se enseña, que es definitiva-
mente inenseñable. Partidarios deci-
didos del innatismo y de esa suerte
de chaw,inismo artistico un tanto ra-
cista (el nuestro es el pueblo más
artístico del mundo, por ejemplo),
encontramos no solamente entre el
público en general, sino también -1o que es
peor- entre los que enseñan algún arte y aun entre los
altos funcionaríos que dirigen la educación pública del país. El
arte no se enseña: se nace artista, sostienen con arrogante candi-
dez muchos educadores ¿rtísticos que, como tales, reciben un sa-
lario y repiten los parcccr"cs clc sus dirigentes. Resultado: la edu-
cación ¿lrtística va ¿ lrr rlt:rivl r:n los rn¿lrcs cle la improvisación y

:l,l :t5
esta, originalmente inspirada en ra expresión
ribre, terminasiendo grafos? ¿En el consumo, como los públicos, cuyos miembros recí-
un rutinario atajo de la indolencia burocrática,
En algunos países, la burocracía educacio.r¡ ben una educación artística escolar centrada en la apreciación o
fr, flegado al ex_ consumo?
tremo de querer suprímir ra educación artístíca escora¡ por
ser pre, Prácticamente estamos encarando múltiples alumnos, educacio-
cisamente inenseñ¿ble, Mry a su pesar, esto
lo originaron quÍenes nes y artes. Por tanto, en cada caso cambía la naturalezay canti-
viven en la paradoja de enseñar niegan, ,la iar, que éste sea
enseñable' A 10 sumo, aceptan que ^ri"y dad de lo enseñable y lo inenseñable; 1o educable y lo ineduca-
erios enseñan unas técnicas, esto ble. sucede 1o mismo en los trabajos intangibles o psíquicos que
es, el trabajo simple demandaáo por el
arte en que ir_rrt.ry"r.r, *a diferencia del trabajo simple o manual- son los de ra
manual para el artista plástico y pir^los sensibili-
músicos instrumentaiistas;"t dad, la vista y el oído, el cuerpo y el gusto, la mente y l_a fantasia.
e,-cuerpo para ra d,anzay i.io..
subestimación, ar considerarse "l merosMás aburtada resurta su auto-
empíricos, si se harlan aferra-
Estos constituyen tambÍén técnicas o tecnologías, si nos ajustamos
dos al irreconciriable antagonismo que ellos a J. Ellul, quien las denomína humanas, por tener la finalidad de
atribuy"r, transformar al hombre.
mente a ia técnic a y el arte. Estarnos muy "qu-ocada-
lejos aun de que elros
tomen conciencia-de su importancia sociai,
qu. mayor induda_
blemente que la de los artistas como comunídad.", .IÉCNICAS ARTÍsr.Tcas
El error de tares arírmaciones negativas viene
del término de
enseñanza hábito, y como ya señalamos en el capí-
"-pl"19o:.por
tulo anterior. le acljudícamos a la ielación maestro/alumno
De lo dicho, brota una cuestión fundamental: ¿puede existir el
tido líneal de causa y efecto. La enseñanza interviene un sen- ¿rte sin sus técnicas? Lo sabemos de sobra, lo importante es la
en dicha re- creación o innovación aportada por sus obras. Pero la creación tam-
lación, pero no excrusivamente. preferimos
utirízar un término más poco existe sin las técnícas; además, abundan las obras de arte
apropiado: educación artÍstica. son varias nuestras
razones: ra edu_ exentas de innovación importante, que es la que importa; no la ori-
cación comprende ra enseñanza junto con
el upr.naii^1r, iu ginalidad de lo fatal o inevitable de la expresión singular de cada
ción se centra en un ser humano, el alumno,
en relación con"ar.r-
otro, persona, Ni síquíera una misma persona puede producir dos obras
el maestro, quien 10 educa en arte; al postular
ra educación der enteramente iguales entre sí, aunque se 1o proponga.
alumno, estamos aludiendo tácítamente ar
curtivo de su fersonari- Todo esto sígnifica que quíen enseña la técnica de un arte, está
dad; el término enseñar cosifica, en cuanto
se enseña argo a arguien. de hecho adiestrando a sus alumnos en gran parte de este arte,
Ahora comprende el lector por qué hemos
utilizado una pregunta Recordemos que en la Grecia clásica tecbne (técnica) erara palabra
distinta a la usual: ¿Es enseñablet no el arte?
La naturaleza de ésta para designar lo que nosotros denominamos arte, y en la Edad Me-
se nos presentaba demasiado rotunda y
maniqueÍsta. <lía ars fue sinónimo de técnica y hubo las ars mecánicas al lado
.Nuestra respuesta. debe ser múltipie, extensa f rrr.iaAa. Debe cle las líberales. Hasta ahora todo 1o bíen hecho o, lo que es igual,
serlo, por sentirnos obligados , .orrrid.rrr
a toclos y;;;; uno de todo acabado perfecto es considerado bello o artÍstico. En el len-
los componentes de una educación en constante
proceso. pudirnos guaje cotidiano, arte es algo imprevísible. Ni el ebanista ni el mé-
haber preguntado si er ser humano en generar
es educabre en arte, clico, ni el artista ni el tecnólogo, ní el científico ni el cocinero,
en lugar del alumno, pero hubiese generado
otras connotaciones. saben de antemano cómo va a resultar el acabado finar de ro que
Con todo, comienzan las complejidides;
hay alumnos obligados a cstán haciendo.
recibir la educación artÍstica .i.or"r, mientras
ros estudiantes reci- Esto de no saber o la imprevisibílidad, tiene explicaciones ró-
ben potestativamente_ la superior o profesional. para
cación artística es obligacÍón, para ttror, elección.
;;;;, h edu- gicas en los mecanismos de la objetívidad relacionada con ra sub-
Si lo educable ictividad, propios de las praxís creativas, a diferencia de ras reite-
es el alumno, entonces habrá qtr" pr"gr.rtarnos
en qué parte del rrtivas, como ha sido postulado por A. Sánchez yazquez y como
arte se le puede educar:
¿En la proau..io.r, como sus artistasi ¿En vcremos en el capítulo dedicado a la creatividad y la creación. otras
la distríbucíón, como sus críticoi y teóricos,
histr¡ri¿dores y museó_
Pcfsonas son más amigas de las explicaciones teístas o biológicas

Ii (i
it7
t
deherenciaodeunsupuestocombinatoríoextraordinariodege-
en conceptos engañosos y
rearidad ¡ n er'h111,.:l:f,l:l:'ll,:i,
cionados han Prot1tt.tin,u,,-' tr,,,r i:ll;,..:irlliliiu
Prrs;rtl,
I ;liiiui I
nes. Sus confusione, "'id"t, sin duda'
y técnica o trabajo' casi lll
:T:",T1:,';,],'l-,üffi'l1i,..'.1l:i,'I: v er ¿rrisra son
rearida,.::,::
erróneos de arte y creacíOn, de educaciÓn
siempre aferrados a defíniciones contra ""i"'u'
respecto a7atealt- '-',friffi;::*¡nJ,::': l:i;I,,t,;::tiil.,Ti::1* \l
ded definida, Son ""o' los beatos de
re¿rlicl¿d por una de sus partes conceptuada
la sinécdoque: definir una
específica o medular'
.o,.',.,i,y"., p'?::::'.:li:ü
aludir a su realidag'; ilj,::H*i:j:i;:l:n:^::* \
en la complejidad in- oürrr. Las a. tt"
Así se riberan der arduo trabajo de penetrar t"'ipt"tlt"tmedic.'
i:y; el literato t"'á'"t"';; l:::::':i''
tcrn:r clc la realidad que nos ocupa y
se eximen de la obligaciÓn
;;;i", del
;, ; ;;. t,"
dc oricnt¿rrse en ella, para coriocer sus pormenores' que parecen
No por nada
ái'""ut como t'1"J*;'"Jt?"itu'' "r:y?;;*i;i¡5l:i},i'"IXl a
vivirros cn épocas evidas de recetas y definiciones nas, malas llt.o."r.rares las aprlcarnos
v'"s"Il;:i;#, i;: ,i:rt:l:., es el nom-
cortsignas, de digeridos y lemas' ru T1-": de fabrica,, que
definicíones an- mavot venta v
lrs [rccucnte la conocida trampa de las viejas
las difamadoras (o pe-
ff :,:#r'ltJJlffi;'-po'
y-damos mayot uutol'l" ras obras de
obras sur-
tolo¡1ic:rs (o apologéticas) y su contrapartida'
siempre un papel
ñi;t"átor por último'
artes
ni las
o":#;;p", tl"t sotas. e[ re-
yonrtiv:ts). Irstas y las otias han deiemperlado :;";:ño otvidemos^ "u^r
irrr¡xrt'litrrtr'r ctr lt¡s fitigl"t y enemistades
humanas' Las antolÓgicas
actividade-s y.las de """t'1::-:::9.:,:
l;'.;;.;*5fi il:i"J.::j#:I¿T*';3rkljl,Jf j:,T,T;
l;rs tttilizrtll',r.r, p,,r,,
'i'estras por sus máxl- ;" las cúest,
'"'tff^;::':: :'¡ilH;; .on'"ptuut id,d u
o lli;ttlos; itctivid¡des que defínimos-abusivamente Es cuando el promiscu
p,r"t es alarmant: ]:"'J;;an la creatividad por
nr()s ()xl)()llt:lltcs t'l, mejor, por sus
más caros ideales' ;':r¿;,;"rcud. ptltr.
irlc::tl clt' trrl;r ¿ctivii"l hu*"'u se da
por alcanzado en toda perso- "
[t;;i;, ,.r"gl lntinidad ot mienrras aceptan
corno cur-
por ejemplo, se 1o
.rr (r.(, l. r.c¿rliz¿r. si er ideal der arte es crear,
clirnr por cLtlrlpliclo en cualquier artista'
;rrtist.t; s¿rl¡io, toclo catedtátíto; santo' todo
tr¡do tecnÓlogo, etc. Es más, arte será
Resultado: creador es todo
sacerdote; inventor'
únícamente el importante
**ffi ffi If,*'ñ**"Y"ff
;r^;.;';ouial' cteativo.es
quie-n
To,i"
fi T,:itffi
nos interesa es
creaclon;;J'';;
la artística'
xit':#'i
menudo presenciamos creatividad o la
y .inr""", ,-rá "f insignificante ni el malo' A lr.iL"' ".,.,..::"-*'::Hl::
cómo el público calificativo de arte a pinturas o esculturas :l'il 'a
';ñad
de un Proceso " 9" :
m i" n:"i'T$::l'"iJ": " ^'
"i;;;;i
que no le gustan o que contravienen sus
ideas de arte' u n n utr do
i * o'l' o 5' Jo"oc,i

Al dar por.,,-piidos los ideales.de una profesiÓn u oficio' re-


lr,'""' tulida conciencia.v ""
"
estudiosl
l]:ili;;;;;todo ser hurnan-oes
Pi;;;;;; en cuyo caso carecerÍa
sulta fácil f"tirni)^^í ptot"tionales' De aquí viene el actual vi- En arte' rnuchos
^"'
cio o manÍ, A" A"fi"ir toáo por profesíones
u oficios: todo artista
es revolucionario e innovadoi' loi
críticos son los enemigos de los ::#"*tn':n;nl:iiilT"it**1i"1!"tipii:
t':1
;;;*" común' porque ""-l:i."l' Otros teó-
artistas.Estoúltimoloinculcainadvertidamenteelsístemapolítí-
los de corri, que cambian el
'".,oíentales' cur-
que los enemigos'son lue atrofíado por^desfavorabtes
co estableciao pu,' Áltar la verclad: en las innovacro
,^át.rr"s
y los radicales' los
actítud contrapuesta, como los reaccionarios ricos ven creación
fueren sus profesiones; que pertenecen" - 'lidos resid'.."rr li,,i:[:iliíáX'1];
conservadores y los liberales' sean cuales so det arte a
o amigos' En rea- rnalos
los de ,r.rr -ir-u iti"'¿ son' de hecho'
aliados La causa de los "tt:::i;"¿ Jr"eacion artist
concepLu;;t';;l;'
lidad, lo decisivo está en la calidad de cada
obra y no en la profe- del
un tanto manioueísta' ¿:I'*t1l',tre *":i:lti;
v los distintos gra'
5:?J:1;
sión ni en el renombre de su autor' cteaciones sonigu^l"s y c.ritica^er,..ár.
para nuestro, guardamos las definicíones difamado- rJalista g"^t. como sabemos' com-
"""Áig"s s"us d.efectos' Por eso los pintores afir-
diferenciacion
por variadas t*^:';;;t;"d" cada persona.
cuyas
ras que exaltan lidad mostrada
"ü;;?"
man que todos los críticos son pintores
fracasados y que todos los tamhien las exPrestvas
Prenden
chapuceros' La historiay la
aficionados a pintar los domingos son
I if)
rltt
iril'rrlrr,l,l,l,'', :,., r,lil ilr('vit;lr)r('s (.()n)() l¿s cle su físonomÍa. su
ni de gente de oficio; con el pretexto de ser completatnctltr.'ltl,rt'r;,
r'' ¡ ''r, rlr,lr,l ,,',¡¡', lrut'/r;rs,.ligitirrr:s. Iirr rcarid¿cl, las creaciones ex- prefieren y demandan la designacíón de artistas, así gozarán tl,' l;tr;
l'r, .r\.r ,('rr l,lr, rlt. lllt.nt)r-vitlor, sean cre¿rtivas o reiterativas. Quien ventajas de la fetichizacíón.
r r rl r r.l n ¡r{'r,t r.r .r;rrrrisnto singularrdades; por añadidura, en el mun- A 1o largo de nuestras consideracíones iremos acumulando ra-
,1,' ,1, l.r , r¡llur.r r]() cxisten dos cosas completamente
iguales ni en_ zones para no esperar creadores radicales de níngttna educaciÓn
I rt.t rn{.nlr. tlll;titttlts.
superior, menos aún de la artÍstica profesional. En ésta só1o cabe
li, l. rc¡¡,I;rr la creación se identifica con ra ficción; pero
sirl educar 1a creatividad del alumno e instruir a éste en los grados in-
rlrlt'^'rrr:i¿rr cuándo es creativa y cuándo reiterativa,
Entonces, todo feriores de la creación y la ficción.
,.vc'list.a y narrador de mercado son creadores, problema
todavÍa no La palabra técnica tambíén adolece de muchas subestimacio-
rcsuelto es la confusión entre innovación y creación,
por un lado, y nes y prejuicios, cubre tácticas y métodos, estrategias y procedi-
calidad, excelencia y perfección, por otro. La caridad puede
exis- mientos que son aprendibles por los alumnos. previos ejerc.icios o
tir como valor intrínseco o bien como simple subjetivídad o harago
entrenamientos constantes. Aquí tenemos que ver con las técnicas
de nuestro gusto. Lo que nos gusta po."é valor, Hay un
consen_ manuales de los artistas plásticos, excepto 1os arquitectos, y de
so general en el derecho_de cada quien de tener uígu.to
perso_ los rnúsicos instrumentalistas, asÍ como con las técnicas corporales
nal. En realidad, esta varía es estélica, pero no temática
ní artís- de los bailarines y los actores. Nadie nos objetará esto: cualquie-
tica, si aceptamos la naturaleza tripartíta de toda obra de
arte. La ra, se supone, puede aprender con facilidad una técnica manual, Al
creación temática y la artística son objetivas y pueden
ser valiosas, fin y al cabo, se Inenosprecia al trabajador manual, en compara-
nos guste o no. La creación que nos emociona no es lo
artística- ción con el mecánico, eléctrico y electrónico, todos consíderados
mente importante, lo es la aportación que se pone en el
mundo por ínferiores al intelectual.
primera vez.
Otra será la reacción cuando nos ocupemos más adelante de las
Poco se conoce de la producción artístíca, menos
aún de la técnicas enseñables de la vista y el oído, de la sensibilíclad y la fan-
creación. Los teísmos, con sus expricaciones grandirocuentes,
ro han tasía. No por nada técnica implica transformación de materiales na-
impedido, no se ha querido dar crédito a los esfuerzos del
artista turales en materiales artificíales; mejor: constituye un trabajo, al que
y nunca se admitió la falta de instrumental para conocerlos,
instru- venímos denominando simple, para distinguírlo del psíquíco o in-
rnental que en cualquier momento puede ,prr"."r. Esto
no signí- telectual que no se percibe. Otra será también la reacciÓn cuando
fica que cuando aparezca vamos a conocer a cabalidad
los mecanis- comprobemos que esto de aprender con facilidad una técnica ma-
mos de la creación. Nunca haremos del ser humano un
fabricante nual es un decir, pues muy pocos llegan a la perfección o domínio
infalible de creacíones radicares, pero algo hemos aderantado
y son profesíonal completo de el1a.
enseñables las creaciones derivatívas y derivables.
Lo sorprendente es que la técnica de un arte es ímportante, por
Muchas de sus partes permaneceián ocultas por tanto,
enseñables, nunca dejará la intuición de estar o.rprar.
/, in_ haberse tomado prestada de algún lenguaje o tecnología' En con-
secuencia, tendrá forzosamente una orientaciÓn estética y artística.
La educación en cuanto a sus finaridades impártantes
es otra Nadie aprende y aplíca una técnica en abstracto; lo hace inde{ecti-
paLabra cuyas acepciones no han sido aún debidamente
delimita- blemente, con finalidades o intenciones determinadas, He aquí otra
das. sin lugar a dudas, toda educación superior tiene
por finaridad razón de la ímportancía real de la técnica en cualquier arte: el di-
producir profesionales y gente de oficio de buen nivei;
no creado- bujar de un tecnólogo, por ejemplo, es díferente al de un pintor;
res ni inventores, tampoco descubridores ni santos;
en ningún caso. mayormente el escribir de un poeta en comparación de cualquier
hombres extraordinarios. Todos estos admirados personr¡er"r,r.,
p.o- escribiente; 1o mismo la danza, que comprende el empleo estéti-
ductos de excepcionales esfuerzos personares; también hay
profe- co y artístico de los lenguajes corporales del ser humano, en tan-
sionales de buen nivel, pues no faitan los <Je nível bajo y
entre los egresados de la educación superiol.. c.r¡t¡ ,-., ir.
regular to el deportista lo hace para lograr ciertas eficacias cuantitativas.
r.,brr .o- La artística no es una técnica cualquiera, sino una utilizaciÓn de
nocido, los artistas no se avienen a l;r c¿rlil'it-;rci.lr ilt,
¡rr-.fesi.nales ella con fincs cstóticos y irrtÍsticos.

4.0 ,Ll
El otrur ohst¡rculo
¡r;rr;r l;r huc:n;r m¿rrcha de los conceptos
técnica es cl vício .i., ,i1.,51.j¡1.r_sc de lrt'rramientas y procedimientos básicos o componentes especÍficos
tje
es: u, tr;r.:rj.. (.,,r¡. t¿rl, estc,;;#f;:i.:::r:H;: J:l;T:: t' indispensables. Pero nunca será enseñable su uso perfecto o, lo
ria
_prima
y, en cl caso clel .; - (r.c es 1o mismo, el logro de ra máxima caridad o ideal der
pro-
re a ri d a cr. . í, iq u i
".,
este verbo c¿stizo que es
;il;'ii t'.ff ':lil"'Jr"j t;::T;ri:;
N o s e"rt., tl.cto. Para ser exactos, no lo será para todos los alumnos por igual.
Itrr óptimas que sean, las enseñanzas jamás podrán evitar su ma-
artizar _n
la acción t.,rrur", sobre todo
privilegia ra creencia en una
J"Iir*'rh:?fr::::r:::;:
la t.rialización en la diversidad humana; entonces, unos alumnos las
;rprovecharán al máximo y otros en di{erentes grados de insufi-
pr"au..io, de ra nada -7* r'¡nrr-y
por r icrrcia. Esto, además de ser la perfección produito
,1?LÍ'J[-]:,:: ^vy,'¡1 "',ii"u' iu'",rioua, q,,. trans -
.,.,1.,; "to' Llcl talento (habilidad) de quien practique una técnica,
del tiempo o
r es d e o a,..
- j::# ;[',r,ff J,:|,ff ;n
"j:X
T,.
ái"r -. ".iü Los oficios y profesíones son, al fin y al cabo, procesos que du_
Veamos ahora Ias técnicas
.rrrrr,rrt", que todo el mundo ,n to_d_a la vida, pues su perfecto dominio persigue un ídeil inal-
te como enseñabres, cuando admi_ c;rnzable y deviene así una suerte de tortuia silit'esca. conocer
"rt."-ár_.n
despregaremos ras justificacio;r Ls otras ,a.rri.r. crer arte, ¿
c;rbalidad cada uno de los posibles entrelazamrentos de los mate-
señables' pero, eso sí, nunca ñ
les asisten como técnicas
en_ ri¿rles, las herramientas y los procedimientos de un
seran compretamente enseñables. ofício o profe-
cada paso de rodo trabajo En sión, constítuyó siempre un proceso arduo y moroso. Además, ras
.r"uri^n.otala necesia"J á"
tre las múltipres posib,idad"r en-
¡rreferencias del público van cambiando y con éstas el profesional
.á"".iaas de contínuar: "r"girunas son
:f :?Jñ ill lX-Jf ,: ::nocimiento ;;;;;;
s c rentÍrico. ; ; experíen -
;rltera los cítados entrelazamientos. por último, la enseáanza tam-
[)oco escapa a la diversidad humana y hay quienes enseñan bien,
purainruic,."oü"r:':i.',".T.X:ilü-L1H1t:JJtr;TT:t
enseñablé en tas técnicas,
ji; rrruy bien, mal o pésimo. La eficacia de la enien anza varia también
con los modos de llevarla a cabo: sí al alumno se Ie dan explícacío-
ff;l#J:ff"* .,i
á..ir de ta
que
,es verbales, se le presentan imágenes, se le muestran ejemplos en
s n s u s técnicas
o
;#[H: :;
:i+ ;:: ;: ;l ;:.,H:j[ ::f vivo o se le exigen prácticas de la técnica enseñada,
noscible o ensenabre",Xii;l
y orro
se sobrevalora Ia técnica y
i"*ffiJue
o inensenutt". A menudo La buena enseñanza divurga, propiamente, ras posibílidades
virtuosismo y se olvida aL r"
ertr?"fl.rr, [.,u, al exhibicionismo o Profesionales de que un buen profesionar debe dísponer a cada
paso de sus actividades profesionales. Él tra de conócer todas,
y to artísrico, es
"rieiiláo corporales
Las técnicas o procesos manuales importante comenzar con las cíentÍficas o lógicas y seguir con las
teriales, herramientas y procedimientos comprenden ma-
propiamente empíricas (o trucos) dadas por el educador. óo*o-". ,ábido, grr.,
artes p lásr icas i nrervienen dichos. En las parte de estas últimas se adquieren únicamente con largos años
mu chas característilas
estos rres i;;"í;::::"'
import;;;
.:, :rl:
;.':ilTl#nl i,.j.ffi
,f: de práctica. Tambíen son necesarias las intuitivas, propias ie h fan-
porales se ur,izan ros prácedi"ri"","r tasía personal, pues son requeridas en abundanci, po. la erevada
limitan a ciertas vestimenta y los instr;;r; que se
y i"i;;";^ctores como música, calidad, máxime sí es artística. El aprendiz ha de .t.ro.*, la ma-
nación y espacios, además " ,umi- 1'or cantidad de posibilídades demandadas por cada paso de la téc-
Oá É""rpá,
.ica que se le enseña; las conocerá según su entenáímiento y de
. En las musicales, apenas si importan ¿rcuerdo con las prácticas que de cada una de ellas haya hecho,
constituyen los instrumentos las herramientas que
musicales. En la práctica, sucede que ras técnicas constituyen trabajos a ros
o En las literarias, cafecen que, como tales, les es inherente la transformación de unas ma-
de importancia los tres componen-
tes' no obstante ros materiares terias primas; de una realidad natural o conocida a otra artificial o
dát texto o ribro, producto finar.
clesconocida. Es importante aprender las constantes para transfor-
Todas las técnicas son enseñables. marlas, pero nunca se s¿.brá lo suficiente acerca de las variantes
Lo son cn ,rñ ñr;ñ^:--
tanto dan , .oro..i su rrabajo ,r,,oi", ""j,ToT;"rÍ:tff rr;ffJ posibles que conducelt ¿r l. pcrlecci(rn. Esta es, repetimos, produc_
to c'lel tiempo c ínrplicir t:xccl'rr:i.r.r^licr¡cJ; .*..rp.i.,nrlidai que, a
4'.'
.t.rt
\
su vez, províene de la entera personalidad, no sólo de sus manos, r it)nes (o espectáculos) , imágenes o textos y que, como tales, aspi-
sino tambíén de su sensibilidad, mente y fantasía. Si miramos bien, r,ur .l ser bellos.
las constantes son enseñables, mas no las variantes posibles, que Su belleza puede estar en una o más de las siguientes propie-
van cambiando con el tiempo y los lugares. En sumá, las constan- ,lrrrles del producto:
tes son 1as reglas que la fantasía affanca de la rutina, medíante va-
riantes que las subviertan. Paradójicamente, todo buen trabajo cum- En su acabado perfecto, como cualquier otro producto va-
ple con reglas y, a la vez, las subvíerte según las exigencias del lioso.
tiempo y el lugar. a En su eurritmia formal o cromática.
Quizá entendamos mejor la complejidad del trabajo profesional a En su utílídad práctíca.
con las recetas de cocina. Éstas nos dan las cantidades exactas de a En sus imágenes humanas,
los materiales y los tiempos precisos y sucesíón de procedimíen-
tos. Sin embargo, cada usuario ímprímírá al mismo producto un La perfección puede llegar a ser creación importante cuando
diferente sabor (mayormente la sazón). No basta el conocimiento ,rlrece ínnovaciones, de suyo estéticas, o está acompañada por in-
de las cantidades (constantes o reglas), lo importante reside en rrov¿ciones temáticas o artísticas.
ese "no sé qué" o "ángel" que en las cosas atraen o repelen a cada Explicaciones más esclarecedoras tendremos si nos interna-
uno de nuestros sentidos y que obedecen a variantes ínédítas, ora n)()s en las técnicas sensoriales de las artes. Estableceremos los me-
inadvertidas, ora conscientes. En resumidas cuentas, es imprevisi- i;urismos internos de cada uno de nuestros sentidos, sus relaciones
ble la óptima calidad, porque en ella interviene siempre la fanta- nrutuas y las entabladas con el resto de Ia personalidad del usua-
sía y ésta toma un curso diferente en cada persona. Existe, des- rio de dichas técnicas. Después enfocaremos las técnicas de nues-
de luego, una calidad rutínaria oríginada por el uso de rutinarias tr';r sensibilidad, mente y fantasÍa que índefectiblemente acompa-
constantes. niln a las sensoriales.
Dicho en otros términos, la ínevitable diferencia entre la sub-
jetividad (lo que creemos que pueden hacer nuestras manos) y la
objetívídad (lo que ellas pueden verdaderamente hacer), también
,
I'I1CNICAS SBNSORIALE,S
interviene en la buena calídad del producto de todo trabajo. No
sólo es cuestión de la creativídad culturalmente ímportante, y si no En la figura 2.1 hemos tratado de esquematizar estas técnicas.
es enseñable el logro de la máxima calidad del producto de cual- l,rrs centramos en los materiales, herramientas y procedimientos
quier trabajo profesional, menos 1o será el de la creación artística, ¡rrrlpios de las técnicas manuales y corporales, vinculadas directa-
pues en ésta la complejidad humana es mayor respecto a la relación nrcnte con la producción de las artes musicales y corporales, lite-
constantes/variantes, r;rrias y plásticas. Abajo aparecen las otras técnícas que, si bíen
Hasta aquí resulta casi obvia la complejidad de la enseñanza no producen dírectamente obras de arte, intervienen de forma
y el aprendizaje, así como la de todo trabajo profesional. Es más, rriuy activa como rectores de la producción, además de ser las
el meollo de la cuestión que aquí nos ocupa se basa en las relacio- rrr;is importantes en la apreciación artístíca. Destacamos los me-
nes enseñanzalaprendizaje, muy dífícíles de prever por ser huma- rlios o tropos por ser los recursos de estas técnicas que desem-
nas. No cabe, pues, hablar de la enseñanza aislada, ésta se halla lrocari en el producto artístico, A éste 1o relacionamos con la edu-
condenada a lídíar con distintos aprendizajes y a éstos, como sa- lrción artística escolar y profesional, a través de la apreciación y
bemos, suele bastarles el autodídactísmo. l;r producción.
Para explícarnos mejor 1o que debemos entender por perfec- Las técnicas sensoriales constituyen un patrimonio humano y
cíón, a diferencia de la creación, recordemos que la enseñanza af- todos las utilizamos, sea de forma ingenua o profesional. Las uti-
tística se ocupa de dar a conocer las actividades encaminadas a Iiz¿unos en nuestras múltiples ocupaciones, de suyo culturales; cada
obtener y apreciar algunos productos que pueden ser objetos, ac- r¡nil con un¿ orientación dístinta; orientación que en las artes es

,1,,1, ,tf,
¡.
, .r( lr('il, temática y/o artÍsticá, rnedíante los medios o tropos y las
A.rtes Materiales Artes plásticas r, r,l.rr cspecíficas de cada arte o género artístico, Las técnicas sen-
Musico/es ''t__ Pinturu
,,r.rlcs no son, pues, exclusividad de las artes, éstas las compar-
nstrL.rffientos, Ténrple, ó1eo, acrílrco, pince,
voz cornposición,
;
il
tl espátula, tiento, tela, ir"nprimacicín,
r r ( ()n otras ocupaciones pro{esionales o cotidianas, El escrítor
direcciór.r ti lornras co]ores, flgurits, teduraS ,rrr¡,11';¡ el ídioma y sus reglas; la danza y el histrionismo, los len-
ilri
Ca)pafttles
. Ii.. r
Dtbujo
lrr.rt('s corporales diarios y los festivos; las musicales, la variedad
Danza, ¡ctuación, Herramientas Tinta, láprz, ca"bón,
lt r;()niclos naturaies; las a.rtes plásticas, por último, cornparten el
coreogralia, d,
crayón, papeles ,lrl,ulru- y el colorear con la escritura y las otras múitiples ocupa-
dire cctón r( )n('s humanas. Todo mundo dibuja, ya sea figuras, letras o líneas;
(.,rehoCr¡
rrr, lr¡so ante la pregunta por una dírección, elaboramos rápidamen-
Lit:eraric¡s l'1,rdcra, predla, n¡etal seda,
ldiorn¿, lerto ¡ícidos, trntas, tórcrlo I. rrr Croeuis de los caminos pára llegar a ella.
( ,on el propósito de abreviar nuestras consideraciones, enfo-
ArrTuitocturr.r Est ull.urr,¡
r('nr()s el trabajo manual o simple del dibujar y el colorear. ¿E,n
lr[oyectaI IY;rdera, piedra, metal,
conslrulr modelaclo, r:sculpiclo, v.rc ado
,1il( (()nsisten sus respectivas técnicas? ¿Son exclusiv¿rmente ma-
rr,ll('s o visuales? ¿Son enseñables en l¿s escueias y en las acade-
,,,r,rs de arte? Si io son, ¿hasta qué punto?
I L¿rs manos humanas dibujan coltstantemente {iguras, letras y
Oti as t.écnrcas l I lYcd os o tropos I Ol:ra tcn¡rinad¡
lrr(';rs. La figura fue primero pictografia, esto es, elemento lingüis-
-1
tr,,r () de comunicación, luego devino en ideograma o sÍmbolo y
i, I
rlr':;l¡ttés en signo fonético, propio de la escritura, como sistema
V suaics I'l ¡i . Principios orden¿dores: sirretrias, ,l, pt'¡¿1¡5 signos y de combinatoria muy vasta. Los primeros escri-
'ii ritmos proporciones, clirecciones i . Ll ten'¡;¡
l,rt'rrtcs fueron sacerdotes, altos funcionarios o monjes que, en los
''i Planos ct¡munlcativos: sem¿inllco, I . Lo estético
r .nvcntos, producían textos con fínes idiomáticc'rs y calidades cali-
/\uditrvrs I ;u sint;iciico, pragmát co I . Lo ¿rtistico
i
!
Efectos cor¡un cativos: nrinréLlcos, I i,r,rlic¿rs; también había lecturas grafológicas de los manuscrítos.
( '()r) l¿ imprenta se di{undió la escritura y hubo necesidad de dife-
i
ornament¿ es, exp*:sivos, Ar¿1,¡do perfe clo
r-i 1

I Sens livas I
cmblomálicos, l¡euríslicos. I Eféctos v suales
ti
i ,trj
i r( nci;ir entre el escritory un escribiente cualquíera, hoy ambos han
Ti'o¡ros: alegoria, parilras s, rre.tifor¡
.rlr,r11¡l«¡rr16cl el manuscrito, que es dibujar letras, y adoptan la es-
i

nretonrnria, silepsis, catecresrs


s
j lYenta es stnécrjoque, hipérbr:le, anáfbr a ( r r[ ur¿1 mecanográfica.
I
epilcma, nretalepsi:
Nos tíene sín cuidado, por tanto, cómo escribe el escritor sus
i¡" i
i Apreciac ón
I
i.
l('xt()s, con buena o mala letra. Interesa, sí, el sonido vírtual de las
i\ l,.ll;r[)ras, su construcción o sintaxís y slts significados translatí-
r r()s, connotaciones o asociaciones; no sus signifícados idiomáticos
Y las de la
() srrs denotaciones. Lo literario está más allá del idioma.
Preceptos
fantasia:
individuacir:nes y lq{ i Produccirjn Fjercicios r,f, -
F:ducación
esco I¿rr
ln las artes literarias no interesa el trabajo manual del escri-
Elemplcs
un iversalizaciones Irir', sil-io las dimensíones semánticas, pragmáticas y sintácticas de
'+,
rius pirl¿rbras, centradas en los efectos audítivos,
Educación profes onal
lin las artes musicales, elt cambio, desempeña un papel im,
¡ro¡{;¡¡¡{s l¿ h¿bilid¿c1 m¿rrrt¡rtl clcl instrumentist¿ en el director de
()l(l(r()st¿l , ¿t¡jÍ c()ltt() ltr It;rl¡iliLl:rrl sonorll cle la voz en el canto. El
t olrtIrositot-L]¡itli clt I:r nrisnr;r sitrr;rt-ir¡l'r rlt'l rrscr-itor', lt() interes¿ Su
/ Lrl ¡1 ) tli\ ,lollrinio llrilntritl ;rl t'scrilrir'(n).1 ir;lrtrtur';r. Vit.ntlolo biclt, llts ma-

,t-(; l7
r
nos y la voz son guiadas por el oído en las artes musicales. Se- no de autoras. Las manos no dibujan, dirÍa Wartofsky, es el hom-
ñalaríamos, incluso, un notorío predominio del trabajo audítivo. bre quien las utiliza para díbujar ímágenes de realidades según
Las artes corporales, a su vez, requieren un dominio de los Ios aspectos que a é1 le interesan. Es decir, intervíenen su cere-
lenguajes corporales enLa danza, incluyendo la voz y la expresión bro, su sensibilidad y su fantasía, ¿Acaso la vista comanda a las
facial en la actuación teatral. Sin embargo, los movimientos cor- manos?
porales del artista se hallan guiados por orientaciones estéticas, te- Lo mismg acontece con la vista, no ve. Es el hombre quíen la
máticas y artísticas, de tipo auditivo y visual. utlliza de acuerdo con sus intereses, de ahí la posibilidad de los
Como más adelante veremos, las actividades sensoriales están ciegos de dibujar según sus experiencias táctiles en los objetos,
acompañadas siempre por las sensitivas, las mentales y las de la ;lunque nunca podrán manejar colores, pues éstos obedecen a ac-
fantasÍa, ya que no hay sensaciones sin sentimientos, pensamien- tividades visuales y no manuales. Aludimos a los cíegos de naci-
tos ni ficciones. Funciona el ser humano entero; entero, en tanto rniento, los otros cuentan con su memoría de realídades y colo-
unas de sus facuitades son rectoras y otras príncipales; unas me- res vistos.
nores y otras meras comparsas. En sentido estrícto, cuando díbujamos no vemos, somos unos
Díbujar y colorear, técnicas básicas de las artes plásticas, pue- ciegos dibujando según las formas o configuraciones @estalten\ que
den ser medios, como en cualquier otra actividad humana, o un fin recordamos de alguna realidad, formas o configuraciones que son
en sÍ mísmo, como el dibujo artístico y la pintura. Como medios, patrones vísuales de identificación. Si vamos mirando lo dibujado,
los utiliza todo artista para esbozar sus obras. Lo mismo hace el es para compararlo con nuestros patrones cerebrales y establecer
mecánico o el sastre. Exísten, pues, dibujos técnicos y artísticos. ¿rsí los parecidos con éstos y no con la realidad misma. Definiti-
Unos se realizan con regla, compás y escuadra en busca de exac- vamente, es el cerebro el que comanda a nuestras manos y vista.
titud, y los otros se denominan de "mano alzada" o puro pulso y lntervienen conjuntamente, por tanto, la memoria con sus patrones
persiguen fines temáticos, estéticos y dibujÍsticos o artísticos. Es- visuales, la fantasía y la sensibilidad,
tos fines se cumplen acentuando ciertas dimensiones y efectos co- Si en el dibujo mimético o de modelo la íntervención de la vis-
municativos, si a Ia semiología nos remitimos. Víene a ser un error ta es mayor que la de 1as manos, será ella mucho mayor en ei dí-
pensar que el dibujo y el color son sólo miméticos y buscan única- bujo ornamental y el expresivo, el emblemático y el heurístico. No
mente la fidelidad visual o parecido fiel de alguna realidad visíble hay aquí realidad visible para comparar el díbujo, lo decisivo'es-
o modelo. t¿rá en saber leer sus armonías, los temblores emocionales del .tra-
Thmbién los efectos o mensajes del dibujo y del color pueden zo de sus líneas, su simbolización de alguna realidad ínvisible o
ser ornamentales, expresivos, emblemáticos y heurÍsticos (de in- sus novedades, respectivamente.
vención o ficción). Para lograrlos el dibujante y el coloreador par- En suma, dibujar y colorear constituyen dos actividades que
ten de la exaltación de una o más de las siguientes dimensíones son más visuales que manuales y más cerebrales que visuales; en
comunicatívas: las cerebrales participa Ia fantasía. De aquí se deduce que las ac-
tividades de1 dibujo no sólo adiestran las manos, síno tambíén la
o Semánticas o de parecido (las relaciones de los signos o figu- visión, en tanto el dibujo exige ver los pormenores de la realidad
ras con la realidad visíble signiiicada o fígurada). que se díbuja, Esto quíere decir que para dibujar bien es impor-
o Sintácticas o de composíción (las relaciones de los signos o tante practicar y aprender a ver las realidades visibles, así como las
figuras entre sí). dibujadas o sus imágenes.
o Pragmáticas o de sorpresa (las relaciones de los signos o fi- En consecuencia, límitar la enseñanza y el aprendizaje del
guras con el receptor). dibujo a sus prácticas manuales, significa amputarlas brutal-
mente, esto es, reducirlas a su parte prímordial menos impor-
Ahora bien, si las manos rcalizan el trabajo simple de dibu- tante. Su verdadera importancia reside en la complementariedad
jar y colorear, lo hacen en su calidad de simples ejecutoras, mas múltiple por ellas requerida, a saber: la visión, la sensibilidad, la

,+tl 49
mente y la fantasía, insc¡rrrr';rlrlr.r; t.rrpañeras, como íremos viendo, ,1,' lrr creatividad. En los mecanismos internos se encuentran igual-
Para el aprendiz cic litcr¿rtt¡, es ya común saber que la lectura
nr('nt(: los tropos, éstos han sido muy estudiados por los teóricos
es tan formativa profesionalmente como la escrítura. No se puede
,1,' l.r literatura, lo cual permite la formación autodidacta de los es-
ser buen escritor si se desconocen las obras más importantes de , ¡r()r'()ri. En las otras artes resulta difícil aún hablar de cada uno
la literatura universal o no se sabe apreciarlas. En las demás artes
debe ser lo mismo, toda producción artística presupone haber apre- 'lr'('st()s recursos, pues no han sido estudiados, Es difícil, por ejem-
ciado sus principales obras universales, Desafortunadamente, la l,l,r, scñalar la metáfora enla danza, la sonata o actuación teatral.
Sorpresivamente, y esto sea dicho al margen, los deportes han
danza y el histrionísmo no tienen a su alcance las obras del pasa-
,rr.r,lr¡r¿do en el razonamíento de sus recursos corporales, sus en-
do, por haber sido efímeras y no haber tenido video. En buena trr'¡r;u»íentos y tácticas de juego, en {orma ejemplar para las artes
cuenta, el músico debe saber oír y tocar su instrumento; la balla-
tr.r,lrcirtnales,
rina y el cantante deberán saber oir y ver los espectáculos de su
Volvamos ahora al trabajo simple de dibujar y colorear, para
arte, además de saber actuar profesionalmente en ellos.
Irruin¿r.r de precisar sus respectivos mecanismos ímportantes, al
La educación artística no puede ignorar la pluralidad sensorial
lrn 1, 111 cabo, se trata de dos actividades que no podemos definir
requerida, en especíal la profesional, con sur dirersos profesores
,'rr .rlrstracto, como tampoco su enseñar y su aprender. Los princi-
complementándose entre sí, pese o gracías a ser interminables las
prácticas manuales. Todo está en que el educador sepa dosificar en- l,r(,:r, rnedios y fínes de dibujar y de colorear deben ser conocidos
señanzas y aprendizajes sensoríales, sensitivos, mentales y creativos, ¡,,,¡ cl díbujante y el pintor. Propíamente tenemos que ver aquí
r r rn l¿ls constantes y variantes percibibles, las que tampoco existen
sus mutuas proporciones varían en cada género artístico. En la edu-
, n ,rl)stracto. Las constantes del trabajo símple se concretan, para-
cación escolar se prefíere hoy la apreciación artística, de este modo, rl0lrr-;rrrente, en la diversidad de herramientas (pluma, lápiz, car-
se aprovechan mejor las pocas horas a la semana con que cuenta
l'()n, ctc.), materiales (tinta, carbón y clase de papel o soporte) y
el profesor único encargado de la educación artísti., En ri-
gor, ésta realmente toma visos de educación vocacional: "r.Áh.. l,r,,r't:climientos (el gráfico con el predomínio lineal -o de la man-
dar a cono- , lr.r distendida- y el pictóríco con sus sombreados).
cer los aspectos principales de un arte, para que al niño y al ado-
l;rmbién son conocidas las diversidades del colorear: en los
lescente les sirvan para ir encauzando su vocación profeiional,
rrr.rtcri¿rles que sirven de vehículo a los pigmentos (temple, óleo,
El aprendiz de áibu;ante o de coloreador artístico no sólo debe
.rrirr;r, acrílico, cera, etc.), en las herramientas (pinceles distintos,
practicar su arte con las manos y caer en el más craso empirismo,
,':,¡r;¡ts[¿s, tientos, paletas, etc.) y en los procedimíentos (cantida-
necesita también adiestrarse en la apreciación, de suyo viiual, de
,lcr;, rneZClas y tíempos e ingredientes de secado y durabílídad).
las obras de los más grandes díbujantes o coloristr, ,r.rirr"rrules, lo
,\ lrrs conocedores dela danza, la músicay el histrionismo les re-
cual presupone saber verlas y sentirlas, pensarlas y "fantasearlas,,; ',rrlt;rr¿i fácíl señalar las múltiples variantes corporales, faciales y
debe tener una idea clara de las funcionér q.r" deiempeRará su di-
rr r.rrr tt¿les.
bujo o su coloreado, servir de canal a un mensaje cuaiquiera, fun-
Sin lugar a dudas, la enseñanza y el aprendízaje han de ocupar-
gír_ de medio de producción artístíca o ser una obra de
arte, por ',,'tlc cada variante mencionada, darla a conocer y hacerla practi-
definición, autosuficiente. En síntesis, ha de tener un concepto , .u l)()r el alumno, quien se halla obligado a conocer las posibilida-
realista del dibujo o del color, lo que equivale a saber qué es im- ,ll; rlc cada herramíenta, material y procedimiento, para poder así
portante y qué secundario en su producción y en su producto.
rlt'1,i¡' .'.,rn libertad las variantes que 1e convengan. Además, cada una
Hasta aquí hemos señalado los mecanismos internos del tra- rlt' t'st;ls variantes debe tener aplicación en todas las dimensiones
bajo simple o manual de díbujar y colorear, El conocímiento de i:,t'rrrurticas, sintácticas y pragmáticas) y en cada uno de los efectos
ellos 1o complementaremos después, cuando vayamos estudíando ( (, l n l ur ic,ativos (miméticos, ornamentales, expresivos, emblemáticos y
por separado las técnícas sensitivas, mentales y de la fantasía, En lr,'rrlrsticos) . La complejidad aumenta si agregamos las orientacio-
estas últimas veremos las técnicas de individuación del rnensaje ar-
¡rr's: st:r'rsitiv¿rs, mentales y cre;rtiv¿rs. [,:l coml¡in¿ción es, en suma,
tístico y las de la universalización de su lectura, ¿rmbas propias .rrrr¡rli;r Lrt cLt;utt() ¿r conocer y pr;lctic;lr c;rtl;r vrrriantc.

5o f)l
La enseñan7a y el aprendizajc.
segun lo que se ha visto, no
son asuntos pedagógicos centrado, l,r intelectual y la creativa. Recordemos, las manos del artista tra-
.r.Io, ,A*i
no se han mencionado ni preocupan
,qri. A "n Árr,
nuestro
to, cuales
juicio. hoy son
,lucen en {ormas, colores, sonidos, movimientos o palabras, los
epistemorógicos los probrehas :,t'ntimientos, pensamientos o fantasías producidos por las sensacio-
aá u .ar.u.iorl.,*i'.r. ,rr,ro.r.o-
tar como profesionil: Todg a.r""a", "ire rrt's, muchas veces visuales, que en él suscitó tal o cual realidad.
aprender o' si se prefiere, a"t
p"";, ;;-i;; y I )t'spués el receptor traducirá las sensaciones visuales o auditivas
conc"pto que tengamos der "n".n^,
arte en-
señado' pof eso ponemos énfasis ,lt' la obra en sentimientos, pensamientos y fantasÍas. He aquí otra
en ra comprejidad de ras activi-
dades artísticas para evitar r.rzcrn de la primacia de la vista o del oído sobre las manosr sólo
así los reduccionismos que,
simplificaciones, amputan ras a fuerza d,e ('lr contados casos, las manos traducen, en figuras o colores, los
realidades, en este caso ras
des de enseñar y de aprenA"r-"í_r". activida_ ::t'ntimientos producidos por sensacíones manuales o corporales.
poi tanto con adiestrar en el trabajo Por otra parte es evidente que las técnicas sensoriales son en-
)o bastaesperando
jar figuras' manuar de dibu- r('n¿rbles, en cuanto el educador da a conocer todas las intimida-
que todo 10 árri;a con éxito
sión elegida y er efectolntencíonadá, mera dimen- ,lr's de ellas. En la práctica, empero, no se enseña todo 1o ensena-
er centro de ra
'a educación
tística de un dibujante-y de un ar_ lrlt:, casi síempre con el pretexto de no ser todo enseñable o por
pirto. está en ra superficíe total del
'" i'*"i
no soio .rt¡'ibuirle al aprendizaje fuerzas divinas o sobrenaturales; propia-
coror Narurarmente,
i*lX;XXill 4 :,-": "r n)cnte no se quiere o no se sabe enseñar todo. Imaginemos si
torestotare,o,.il?"ll,l:,J;t:3?f,1ffi:,"tri:íffi:,:TJ#:Í I.r cnseñanza del dibujo o del color se extendiese al conocimien-
Ias figuras o der coror. para-^tr^"';* t() y a las prácticas de cada uno de los elementos, los principios
semánticas' esto es, lograr figuras
con éxito Ias dimensiones
,lt'organización, los efectos y las dímensiones que hemos venido
de óptima mimesis o fidelidad
visual. El domini ,'rrrrmerando; sería imposible acabar, si no se posee un fuerte po-
sión eregid,, ;- ;:"T#lt".$,i?,X#T;

:::[?.*:l;.0"""' volumen) v iol


i:: :i:#ff::
'"""'darios
l**I
(rorma, rigura,
,lcr de síntesis ní una eficaz sistematización para acortar tiempo
v cnergías.
Posiblemente quienes insisten que el arte no es enseñable, 1o
En el colorear, er dominio visual ( ()nfundan con el hecho de que no 1o es en cinco o seis años de
se encuentra en ros matices,
valoraciones e intensidud"r, ,rcrrdemia.
pr"riá*.orro.i..riento de ras reglas
los primaríos y secundarios, de Como en cualquíer enseñanza (¡no sólo en la artísticaf ), nunca
i"rr, qr.r, los terciarios.
El adiestramiento artístico, sin :;t'r¿i enseñable el uso perfecto y el logro de una elevada calidad, en
mensiones semánticas, continúa
ábr.go, no termina con las di-
.o.r-i* prirner lugar, porque todo depende del aprendizaje y éste cae inde-
sintácticas o composición,
que es la arriculadora de ras lcctiblemente en la diversidad humana. Entonces, sólo los alumnos
figuras ; r;;i;; á"Ir".tup..ri.i"
o totalidad artística-' Los articuü, t'xcepcionales alcanzan la óptima calidad, gracias a sus esfuerzos
pios vísuales o auditivos de
.áro sabemos, según 10s princi-
o.guriáio, a" .rpr.ñ, oir"*po., pr)rsonales, obtienen asÍ 1o que ninguna enseñanza les puede dar
que son los rirmos y las propoiciones, ¡ror-sísola; ní qué decir de esa inusual puesta en el mundo de algo
trÍas,,sea para lograr armonías
l^ di.;;;;., y r", sime_ nucvo, propía de la creación radical.
o disarmonÍas.
No sólo esto, er aprendíz rr" J.-ru-iliarizarseiguarmente Como ejemplo hemos puesto la técnica de dibujar y colorear,
Ias dimensiones pragmáticas con l)()r ser de nuestra especialidad, toca a los dedícados a las artes
de su dibujo o de ,., áto."rOo
nocer el posibre impacto comunicativo y co- litcrarias, la danza, el histrionismo y la música establecer los sí-
sobre et recepror. Ésta .o-u"ilrliiiluo de ros efectos de su obra rrril¿res en sus respectivos elementos primarios y secundaríos, así
para el arte y se encuentra o regibiliáad-Js capitar (()rno en cada uno de los principios de organización (ritmos, pro-
íntimamente rigada".";ñ;"rb,idad,
mentalidad y creatívídad, ranto lx)r'ciones, simetrías y proporciones) , en cada una de sus posibles
A"l-rrti.tI .o^o a"i rJü,or.
La habilidad m1n-ual ¡rrtr, ,lirncnsiones (semántíca, sintáctica y pragmática) y en sus proba-
""
dos: Ia visual y la comunicativa,
*qui"." la compañía de otras lrlt:s cfectos (miméticos, ornamentales, expresivos, emblemáticos y
m¿s,'por supuesto, la sensitiva,
lrt'rrrÍsticos) . Lo mismo pedirÍamos para la lrquitectura, la escul-

52
t 5ti
tura, el grabado, las tendencías no-objetualistas de las artes plás- r t'r' ias diferentes versíones culturales o continentales de Ia belleza
ticas (el arte conceptual y las pert'ormance§ y las nuevas artes (la l fcaldad, dramaticidad y comícidad, 1o sublime y lo trivial, 1o tí-
fotografía, las instalaciones y el video), ¡rico I lo nuevo.
Hasta aquí nuestro recorrido por los aspectos enseñables de las [,o importante es hacer tomar conciencia al niño o adolescente
técnicas sensoriales que, productoras de sensaciones, constituyen ,lt: los valores de su cultura estétíca, que en nuestros países es
sólo una cuarta parte de la totalidad de cualquíer educación ar- l,lrrriétnica o multícultural. Thmbién es decisivo adiestrarlo para ex-
tística. Nos falta enfocar las relaciones de las sensoriales con las l)r'csar con libertad y precisión sus experiencias estéticas. Por últi-
otras operaciones que siempre las acompañan, a saber: las sensi- nro, ha de saber diferencíar entre las activídades díarias, festivas
tívas, que traducen las sensaciones en sentimientos estéticos o que l, r:orrectivo-renovadoras de su sensíbilidad, para preferír la última
las dírigen; las intelectuales, que las víerten en pensamíentos o ¡ror llamar a la reflexión y enriquecer al ser humano con ésta y al-
que las comandan, y las creativas, que innovan sus traducciones llunas ampliacíones. Buscar únicarnente el halago o confirmación
o interpretaciones. A todas éstas las denominaremos técnicas; la (lL' nuestras preferencias sensitivas vendrÍa a ser un hedonísmo vis-
denominación es muy discutible, lo admitimos, pero para nosotros ( (:r¿11 y vegetativo.

es sinónimo de estrategias, recursos, métodos, maneras u orienta- La educacíón artística profesíonal, míentras tanto, se ocupa en
ciones que entrañan las operacíones reales de nuestra sensibilidad, rrn princípio de profesionalizar la sensibilidad estética o el gusto
mente y creatividad. ,ltr ¿lumnos de supuesta vocación artística. La realidad es otra, po-
t os 1á tíenen y menor aún es el número de alumnos excepcio-
n;rles. Profesionalizar el gusto significa afiizar o convertir en arte
rÉcxTcAS SE,NSITIr¡AS o Itrcla experiencia estética que se tenga frente a la naturaleza, la
E,STÉTICAS ( ultura o los seres humanos, experiencia que el hombre común
rrr;rntiene en toda su intensidad, no la artiza o íntelectualiza, Esta
Aquí tenemos que ver con Ia sensibílidad o el gusto, más su lrrrrfesionalización puede producir una escisíón estética en los ar-
capacidad de traducir, en sentimientos estéticos, las sensaciones trst¿rs; su estétíca profesional se diferenciará hondamente de la
que nos produce 1o percibido por alguno de nuestros sentídos en vitla privada y cotidiana, pues en pocos casos habrá una admira-
las realidades naturales o culturales. No olvidemos que la sensi- lrlc fusión de ambas.
bilidad suele condicíonar a nuestros sentidos y privilegía deter- La educación profesíonal también adiestrará la sensibilidad {ren-
minadas sensacíones de éstos; todos poseemos una sensibilídad It'¡r la naturaleza, las relaciones humanas, ante toda culturay alas
y esta facultad humana concreta sus preferencías y aversiones en ,rr.tcs. Pero, a diferencia de la escolar, se le enseñará al aprendiz
el ámbito familiar y nacional, estétíco y artístico donde nacemos t kr ¿rrtista a orientar (o comandar) estéticamente sus actividades ma-

y crecemos. Estos ámbitos ínculcan o modelan nuestras preferen- ntrlles, corporales, visuales o auditivas.
cias y aversiones y las convierten en hábitos con una escala de va- En buena cuenta enfrentamos aquí varias técnicas sensitivas o
lores como base; la sensibilidad o gusto es educable, inculcable o t'stciticas: las educativas del profesor, que encauzan la sensibílidad
modelable. Sus valores sor1, por naturaleza, productos ambienta- ,lt'l ¿rlumno; las que guían el aprendizaje de éstos y las de los me-
les, mas nunca ínnatos. (;lr)ismos personales de la apreciación estética que guían las acti-
La educación artística escolar, entonces, guiará los hábitos es- r.'irlrrdes sensoriales del artista. Estas técnicas tienen en común los
téticos del níño o adolescente, los ampliará y corregirá. En pocas r;rrluientes procedimientos enseñables:
palabras, reeducará su sensibílidad o gusto, le enseñará a identifi
car los valores estéticos de cada uno de los reinos de la naturale- . I)iferenciar entre sÍ las diversas categorías estéticas y las dis-
za, así como a diferenciar los de su cultura estética nacional y los tínt¿rs versiones de cada una de ellas.
de las principales culturas de la humanidad, tanto en sus vidas co- ¡ I)istinguir los valores estéticos de los sensitivos, religiosos,
tidianas como en sus artes. En otras palabras, se le darán a cono- políticos, etc., más los espurios.

fr4 55¡
L
o Definir e identificar cada uno de los valores estéticos que nos sus experiencias y personalídad, Se enseña a percibir cada una,
ofrezcan las realídades de nuestro entorno y las manifesta- con e1 fin de que la sensibilidad la elabore por su cuenta y riesgo.
ciones artÍstícas. En el mundo existe un consenso general para el libre curso der
o Orientar estéticamente las manos, vista, cuerpo y oído en la gusto personal; no se lo discute, y si cada uno tiene el derecho de
produccíón artística. ejercerlo, nadie lo tiene de imponer el suyo a los otros. Además,
1o maravilloso de los bíenes estétícos está en la posibilidad de
Estos procedimientos se enseñan mediante explicaciones de ofrecer múltiples interpretaciones a la diversidad humana,
suyo verbales, demostraciones en vivo o en imagen y ejercícíos del veamos ahora las particularidades de cada categoría estética.
alumno, todo girará en torno a cada una de las categorías estétí- l,o sustancial es romper con el vicio de la bellomanÍa en sus dos
cas: belleza o fealdad, dramatismo o comicídad, grandiosidad o tri- frecuentes versiones: el reducir lo estético alabelleza únicamente
vialídad, 1o típico o lo nuevo. Son una suerte de ideales e ideacio- y el ídentificarla con el placer sentido. Labelleza produce pracer y
nes con que juzgamos las realidades concretas, produciéndonos éste ia hace valiosa, pero gran cantidad de gente trastoca este me-
sentimientos que también son conocimientos. Nuestros sentidos las canismo y antepone su placer personal; entonces, lo que nos gusta
captan según tales ideaciones, lo mismo sucede en nuestra sen- resulta bello y valioso. El pozo oscuro de los sentimientos se halla
sibílidad, éstos guÍan la traducción de las sensacíones en senti- colmado, sin duda, de trampas.
mientos estéticos. Error garrafal serÍa, por tanto, suponer autarquía Ya tuvimos oportunidad de señalar las cuatro versiones de ra
en nuestra sensíbilidad; si sentimos placer ante la belleza, es por- lrelleza (acabado perfecto, armonía formal, utilidad práctíca y ar-
que nos impulsa una idea de ella, de aquÍ que sean enseñables rrronía antropomórfica) , pero existen otras: gracia, elegancia, refí-
nuestras actividades sensitivas mediante ideas y los consiguientes ,¿miento, amenidad, líndura o fineza, cuando label\eza es valor
ejercicios o prácticas. La sensíbilídad genera placer o displacer social, no necesariamente 1o será artístico; he aquí otro aspecto en-
ante cada una de las categorías estéticas y nunca nos puede decir scñable, díferenciar entre valores de distinta naturaleza.
sí ha reaccíonado, por ejemplo, ante La belleza o la grandiosidad, La fealdad puede ser lo deforme, 1o desaliñado, lo horrible, 1o
las ideas o ídeaciones que la impulsaron son las únicas capaces de nronstruoso o 1o atroz. En buena cuenta, es consideradala sal ne-
decirnos si sus sentimientos son estétícos, porque viene de tal cate- ccsaria para resaltar, por contraste, la dulzura de la belleza. En otros
goria estética. o si son espurios. (':lsos, sirve para exaltar otras categorÍas estéticas, como la drama-
La sensibilidad es educable en su receptívidad y en su pro- ticidad, lo cómico o 1o tragicómico.
duccíón de sentimientos, capaces éstos de dírigir las actividades La dramaticídad es, con frecuencia, el choque despiadado de
sensoriales del artista. En la práctica, cada una de las categorías l;r elevada idealídad de una persona con la cruda realidad que la
estéticas no se da aislada ni pura, las experímentamos como con- tlcstruye o la obliga al suícidío. suele ídentificársela con la pobre-
glomerados de más de dos y en diferentes versiones, como se verá nt, la ínjusticia, la míseria, el fracaso o los desastres.
más adelante, Lo importante es que el educando aprenda a definir, La comicidad, en sus versiones de alegrÍa, sarcasmo grotesco,
identificar, diferencíar y vivenciar cada una, esto equivale a ense- rrrnÍa o sátíra, es muy frecuente en las artes y en la vida cotidia-
ñar a diferenciar la experiencia estétíca genuína de las espurias: la rr:r de los sectores populares.
cursi, que simula elevado rango social; la trivial, que toma las fi- l-o grandioso o sublime con sus versiones de monumentaridad
guras por realidades y la imagen de una manzar.a le despierta y t:xcsp.ioralidad, viene a ser probablemente la primera categoría
apetito, y la masiva -propia del turismo-, que suplanta el placer t'stótica despertada en el ser humano: ante la imponencia de la na-
estético con el agrado de ver algo que los medios masivos han de- Irrraleza se siente admiración y temor, mezcla de sentimientos en
clarado importante. (lrrLr van germinando las magias y las religiones,
Obsérvese que 1o enseñable de nuestra sensíbilidad no estri- [,o trivial, grotesco, vulgar o grosero, que nos lleva a la cruda
ba en 1o que debemos sentir, sino en encaminarla hacía vivencias rr';rlid¿d ccrn beneplácito cu¿rndo se ¿busa de las idealizaciones en
personales, esto es, para que cada quien reaccione de acuerdo con rlt'trirnentc¡ cfe las re¿rlicladcs hlrm¿rn¿s mism¿ts.

t -)(i r>7
Lo trpico cs lrr gcri(.r.¿rliz;rcion (o simbolización) de lo singu- des sensoriales. Las manos son, sin duda, hábiles trasmisoras y
lrrr, por ejemplo: los celos en Otelo, personaje shakesperiano; los crjecutoras de los deseos de una subjetividad, pero de ésta depen-
horrores de guerra en el Guernica de Picasso, con sus escenas fue- de la vacuidad o la úqueza del producto que ellas nos ofrezcan.
ra de todo tiempo y espacio concretos. A menudo se sigue tomando al mundo de la mente como el
Lo nuevo o flamante es la particularizacíón de la generalidad. lugar de la teorÍa, mientras las práctícas son atríbuidas exclusiva-
Siempre habrá gente que goza con la novedad. rnente a las actividades sensoriales o sensitivas. En realidad, el vi-
Pues bien, el niño o adolescente debe ser íntroducido en el re- t¿rl binomio teorialpráctica no es cuestión de disciplínas o profesio-
conocimiento de cada una de estas categorÍas que vayan saliendo nes distintas que se complementan indirectamente y a distancia,
al paso en la naturaleza, lás relaciones humanas, la cultura y las csto aún lo creen algunos académicos. Por fortuna, sus épocas ya
artes, El aprendiz de artista, a su vez, ha de ser adiestrado en de- pasaron a la historia, al alumno le resulta arduo vincular, por su
tectarlas y vivenciarlas; sus sentimientos han de orientar las acti- cuenta, las teóricas del aula con las prácticas del taller. La creen-
vidades sensoríales. cia en fuerzas divinas impídió, hasta hace poco, teorizar las prác-
En resumen, abunda 1o enseñable en los comportamientos de ticas sensoriales y "pragmáticas" a las teóricas (o exaltar en éstas
la sensibilidad humana. Ideas o ideaciones dan a conocer, verbal sus consustanciales práctícas).
o icónícamente, sus amplias posíbilidades y definiciones. Durante El binomío de marras se halla presente, en toda actividad sen-
las práctícas, tan vítales en la educación artística, dichas ideacio- soríal o sensitiva, en tanto las ideas intervienen y la comandan; los
nes van encarrilando las reacciones del alumno frente a las virtudes sentimientos suelen dírigirla, pero ellos vienen precedidos de co-
estéticas de las realidades, tanto naturales como artísticas. nocimientos. En 1as teóricas también intervienen las prácticas del
raciocinio y las teorías que dirigen a éstas, de lo abstracto se va a
1o concreto y al revés. Además, ya hemos comenzado a teorízar las
rÉCxIcAS MENTALE,S prácticas sensoriales y podemos hacer tomar concíencia al alum-
no de los mecanismos mentales, sensítivos y creativos que alimen-
Aquí entramos en el mundo de la memoria, y del raciocinio, con tan, controlan y encauzan a su visión, manos, cuerpo u oído, cuan-
su lógica, informaciones y experiencias, cuya importancia en la edu- do é1 se ejercita en la producción o apreciación de obras.
cación artística y en las artes mismas muchos níegan; es rechazada Desafortunadamente, la educación artística se halla obstaculi-
por los empiristas o sensorialístas que se aferran a la habilidad ma- zada en América Latina por una aversión a teorizar muy enraízada
nual, como si se tratase de un amaestramiento y no de la educación y endémica, por eso carecemos de un desarrollado pensamiento
de un ser humano, racional por definición. Si las obras de arte sa- Iógico y crÍtíco. Una mala alfabetización nos priva de la capacidad
len de las manos, nada más seguro para los ojos ingenuos que to- de redactar correctamente, la que tanto nos hubiese enseñado a
mar a éstas por las autoras de ésas. Como máximo anhelo, su inge- pensar. Todo 1o solucionamos a fuerza de sentimíentos e intuicio-
nuidad sueña con el virtuosismo, que es la exhibíción de una vacua nes, a 1o sumo tomamos el memorismo por teorización.
habilidad manual beatificada. Asimismo, los emocionalistas recu- Con todo, conocemos los peligros y abusos de las teorízacío-
san la importancia de la memoría y del raciocinio, al hacer de los nes que suplantan las vivencias estétícas y las consideraciones ar-
sentimientos los rectores de las manos y de la razon, Su ideal es- tísticas o que maniatan a la creatividad o fantasía. Recordemos a
triba en la catarsis o expresíón visceral, que convierte la obra de los profesores cuyas clases abundan en datos históricos que hacen
arte en una mera extensión de la subjetividad de su autor. pasar por artísticos o estétícos.
Rectoras importantes y hasta autosuficientes fueron las manos Las técnicas mentales son abundantes y las más enseñables,
para la mentalidad de los artesanos prerrenacentistas, así como la pero esto no basta para despertarnos curiosidad por las teorizacio-
sensibilidad 1o fue para los romántícos de muchos siglos. Hoy se nes; menos aún nos garantiza la presencía, entre nosotros, de mu-
tiende a ser realista y a preferir el enfrentamiento de la compleja chos eruditos, teorizadores eficaces o creadores de rupturas radi-
integrídad del alumno, cuyas ínteriorídades respaldan 1as activida- cales o epistemológicas que cambian el rumbo de la cultura y del

I->8 5f)
pensamiento humano. Estamos en el mundo de las reflexíones, de , ) Las de las innovaciones recíentes de las otras artes, las cien-
aquéllas capaces de dirigir las elecciones que debe emprender el ar- cias y las tecnologías. El artista no sólo está oblígado a co-
tista entre las por é1 conocídas o imaginadas posibilídades de con- nocer las tradíciones de su arte, sino tambíén los adelantos
tínuar cada paso del proceso de su producción o aprecíación. Las culturales de su aquí y ahora, así podrá evitar el avestru-
reflexiones también le son útíles al artísta para decídir si detie- cianismo y esquivar la fatalidad señalada por Macluhan:
ne, contínúa o cambia su proceso creativo, cuando obtiene una so- "Todo el mundo es capaz de descubrir el agua, menos el
lución exitosa de públíco o venta. Ellas lo aníman a ser consecuen- pez. " Salirse de su terrítorialidad, ha sido imprescíndible
te con sus ideales personales, esquivando previamente la vanidad para poder crítícar las propias e inadvertídas deformaciones
acarreada por el éxito, Las clases de técnícas mentales fácilmente profesionales.
enseñables y aprendibles son dos:
.1.El manejo de conceptos o el enseñar a tazofiar lógica y críti-
1, Las informaciones que el artista ha de acumular como parte , ,un(:nte, esvital hoy por hoy para el artista, en especial respecto
de su conciencia artística y como una reserva a la cual recurrír en .r r;trs propias activídades sensoriales, sensitivas, mentales y crea-
caso de problemas actuales. El manejo conceptual amplía sus horí- trr,.rs. EI manejo conceptual se centra en la teoría del arte, disci-
zontes y rnejoru sus relacíones humanas. A1 ampliarlos, el artista lrlrnrr eu€ da a conocer las teorÍas, tanto pretéritas como presentes,
tendrá mucho que decír; sus obras serán portadoras de temas de rllr('todo artista ha de conocer y saber usar. Razonar es esencial
actualidad y de importancia humana. El artista no quedará asÍ em- l',rrrr la autocrítica y se adquiere mediante las discusíones frecuen-
bargado por el miedo avestrucíano ni por la complacencia del pez t('rr (lue el educador debe fomentar entre sus alumnos; así, ellos
en el agua. Mejora sus relacíones humanas y con ellas su posí- ,r¡',r'cnderán a expresar verbal y fielmente 1o que sienten, piensan,
ción en el actual mundo extremadamente competitivo a causa de ¡rclciben y fantasean,
la abundancia de buenos profesíonales. Entre dos de éstos, se pre- Nuestra exaltación de la importancia de las técnicas mentales
ferirá siempre al de mayores horizontes o conocimientos de las con- ,,lrt:dece a dos criterios, tratados ya en el capítulo anterior:
cretas realidades presentes y pasadas.
Las siguientes son las informaciones más notorias y enseñables a\ La integridad del arte que se enseña o aprende, pues exige
en la educación artístíca: tener toda la ínformacíón completa de cada arte en su cali-
dad de {enómeno sociocultural,
d Las de la historia del arte, enseñada con sus tres actívida- d La íntegridad del alumno que, como parte de la educación
des básicas: producción, distríbución y consumo. ¿Acaso el artística, obliga a adiestrar también sus mecanísmos men-
niño o el artista no debe conocer bien 1o que son los mu- tales en las cuestiones artísticas.
seos, galerías, educación artístíca, políticas culturales y pe-
riodismo cultural? ¿Puede ignorar lo que es la crítica, teoría En pocas palabras, abogamos por la teorización de las prácti-
e historia del arte? ¿Ha de conocer o no los mecanismos de r irs y por la "pragmatizacíón" de las teorizaciones en la educación
los receptores de su obra? ¿Debe tener o no una idea clara ;rrtística, no importa si es escolar o profesional.
de cada categoría estética? Se requíere, pues, de las dos necesídades profesionales de Ín-
Las enseñanzas histórícas comprenden asimismo el análisis dole mental del artista: la de adquírir ínformación sufícíente y
o lectura de obras en su composición tripartíta: el tema, 1o srrber nazonar sobre las actividades profesionales. Las enseñanzas
estético y lo genérico del arte en cuestión. Si se sabe apre- t¡uc satisfacen a estas dos necesídades son fáciles y abundantes,
cíar las obras maestras, fácil será evaluar las propías. grcro ellas -volvemos a insistir en esto- no garantizan perfección
b) Las de las reglas genéricas del arte enseñado y los postulados ni elevada calidad intelectual en cada artista o estudiante de arte.
de cada tendencía vigente. Ningún artísta ni educando podrá lis más, estas dos necesidades satisfechas son partes vitales de la
I ignorar todo esto, pues es enseñable y de naturaleza racíonal. c rc¿rtividad,

(io (il
t-
I
TECNICAS CREATIVAS O DE
LA trANTASÍA
Hemos llegado a la última estación de lo enseñable o educable
en las artes, que es medurar. Todas ras enseñanzas hasta ahora
vis-
tas desembocan en la creatiüdad, su cúspide, que, por lo regula¡
se
rechaza como enseñable, aunque no por nosotros. creemos
enseña-
ble buena parte de ella, sea cual fueie; no sóro esto, sino ra casi
to-
¿Qum dehemos
talidad de algunos tipos de creatividad, Lo no enseñabre de ésta será
el mísmo que en el caso de ra perfección y de ra elevada caridad sntsnder pOr
que pocos seres humanos logran gracias a sus esfuerzos
personales.
Como comprenderá el lector, no cabe entrar aqui en porme- üreetividmd Y
nores, sin antes definír claramente ro que debemos entenáer por
creatividad y por creación, tarea que lrevaremos a cabo en er
tulo siguíente. Mientras tanto, y a manera de hipótesis o enuncía-
capi- por creaciÓn?
dos, señalaremos los siguientes aspectos enseñables de la creati-
iffiiliil',llrlii¡, üllriliiti $iir:iiiliir ri)ri'r,r'rr'irl+:l ir'I":lri
v-rdad, como potencíalídad o facultaá hr-r.rr, cuyo esclarecímíento
detallado queda pendiente.

a) Su importancía y necesidad para la cultura y la humani-


dad. Esto predispondrá al alumno hacia ella.
b) sus indicios o precondiciones posibres: la inconformidad y
abundancia de conocimientos.
c) El manejo de varíantes en los talleres de experimentación.
d) La elaboración de ficciones literarias (¡no la .rlldud literaríaf
),
el sus tres ejes principales: conciencia/subconciencia; tradición/ ucho se ha escrito sobre la crea-
ruptura (o memoria lfantasía) e indiüduación/unívers alización. tividad en los últimos tiempos.
Abundan los textos destina-
ft l¿ derivación de innovaciones artísticas dentro del arte mismo.
g) Inenseñable permanecerá la creación radicar que dos a despertar y educar,
convierte lo
no-artístico en artístico y cuyas rupturas son épistemológicas consolidar y oríentar la crea-
y cambian consecuentemente el curso de buena parte áe h tívidad en sus lectores; en los lecto-
cultura. res -claro está- que cumplan tales o cuales
recomendacíones. Quizá este hecho sea resultado de
No necesitamos, sin embargo, ras pormenorizacíones de la crea- otros dos que se evidenciaron después de la Segunda Guerra Mun-
tividad para obtener como conclusíón generar de este capítulo que dial: primero, que los Estados más ricos se esfuerzan por mante-
cada una de las artes tiene mucho de Áseñabre y que los profeso- ner instituciones dedicadas a incrementar la creatividad en níños
res no arcanzan a agotarlo por múltípres razones y sinrazones. que muestran prometedores indícíos de ella, Naturalmente, les preo-
Lo cupa la creativídad científíca o la tecnológica que da poder; casi
que no puede enseñar ninguna educación es lograr perfección
y ele- siempre la de fines bélicos, nunca humanitarios, Segundo, que las
vada calidad en todos los alumnos; una y otra exigen ingentes
es-
fuerzos personales, que sólo unos cuantos son capaces dé rearizar. grandes compañÍas industriales y comerciales, mientras tanto, acele-
r¿rn e intensifican sus programas educativos destinados al desarro-

(;2 (itr
llo de la creatividad tecnorógica o mercantil de sus empleados.
sus productos y cada uno de éstos se diferencia de los de otras per-
La creatividad y la creación han sido mistífícadar,
,,r, nombres sonas e incluso entre los de la misma personalidad. No existen, al
obtienen una suerte de aura cuando los pronunciamos
y es frecuen- fin y al cabo, dos productos humanos completamente iguales, aun-
te su uso cotídiano. Thnto ruedan po,1u sociedad,
bres se v-an desgastando y adquírienáo diferent",
qí" ,.r, ,rorrr- que tampoco enteramente díferentes, Por mucho que nos esforce-
,."piiorres y múr- mos para pintar dos cuadros completamente iguales, pongamos por
tiples adherencias, unas y otras propias de la variedad
humana. Lo caso, nunca Io lograremos ante quienes sepan ver las pequeñas dí-
malo no está en la pruraridad de cónceptos pues
ésta es inherente {erencias, Estamos frente a unas ineludibles huellas personales, si-
a la vida cotidiana de toda colectivídaá; lo^deploraLle
estrlba en mílares a las digitales. Sin lugar a dudas, individuamos todo lo que
la retórica que las rodea como malezay no nos
deja ver ro que ver- hacemos, pero no por esto aportamos algo importante para nues-
daderamente contiene cada una en su interior,
Es cuando ra plura- tros semejantes o nuestra sociedad. Es más, no todo 1o individua-
lidad se torna en promiscuidad y resta eficacia
a los criterios cien- do es legíble para los demás.
tífícos utílizados án er estudio áe sus respectivas
rearidades. Nos La psicología nos habla de la constante oscilacíón del ser
urge, pues, desbrozar sus campos. En primer
lugar, hemos de sepa- humano entre la realidad y la irrealidad, esta última en su carác-
rar las díferentes acepciones de creatividad dJ mayor
en nuestros ámbitos curturares, para rimpíarros
circuración ter de ílusión que los hace ver lo realmente inexistente. De lo
de engañosas im- primero nos da cuenta nuestra memoria, la segunda es producto
pregnaciones, y poder asÍ ir definiéndola con
veracidid. de nuestra fantasía o creativídad. Todo ser humano es creador,
en tanto imagína cosas que no existen en la realidad concreta,
EN BUSCA DE SUS DEtrINICIO¡{E,S aunque en algunos casos deben ser verosímiles para despertar
interés humano. cada uno de nosotros produce ficciones en tanto
ímaginamos hechos. Esto además de 1o ya manifestado: que cada
En realidad, creatividad constítuye una facultad
humana que to- persona se expresa de una manera personal u original, es decir,
dos poseemos, igual que el hablar, áoro.".
o percibir, pero que no crea un modo humano de expresión. Para gran cantidad de psicó-
poseemos en abstracto. Apenas cuando
nacemos elra constituye una logos, la originalidad expresiva es el grado mínimo de la crea,
potencíalidad o posibilidad que ruego se va
materiarizando o con- ción humana. En suma: todo nos conmina a establecer las díferen-
cretando en las condíciones históricas, sociares
y curturares donde tes clases de creatividad posibles, vale decir, a tomar conciencia
nacemos y crecemos, Aquí adquiere sus reales
y concretas dimen- de la necesidad de establecer las diferencias, entre las distintas
siones y, sobre todo, mejora o se amínora,
se atrofía o consolida. creatividades,
Los especialistas prefieren habrar de bloqueos,
mayormente en ám- En el lenguaje coloquial, por ejemplo, se dice que una per-
bitos adversos a Ia creatívidad, como ros ratinoamericanos.
El com- sona es creativa cuando posee un espíritu despierto y rico en es-
plejo y múltiple proceso de esta facultad comprende,
otro que denominaremos vocación. Ésta. como sabemos,
* interior, pontáneas proposiciones o, si se prefíere, en ocurrencias. En este
",, viene a sentido, resulta innecesario si elIa alguna vez logró o no una crea-
ser uno de 10s procesos más complejos para 10s
niños, adorescen- ción cultural de importancia; simplemente estamos frente a un
tes y aun para los padres y profesores. La prueba
la tenemos en ser humano imaginativo. Viéndolo bien, encaramos a una perso-
el hecho evidente de que son contadas las p"r.o.ru,
q.r" i.rnr¡"., na extravertida o de fácil expresividad, virtud muy frecuente en
en 1o que les gusta: no supo reconocer
."1 1e¡t" a tiempo su voca_ los niños, Muchos cursos de creatividad tienen esta finalidad, aun-
ción y odía su trabajo. vorveremos a ra vocación con sus actuares que Ia enfocan sólo en parte, al ser propíamente cursos de sen-
obstáculos cuando nos ocupemos de ros condicionamientos
culturales de la creatividad.
socío- sibílización y, en algunos casos, de sensorializacion. Pese a las di-
{erencias, todos tienen por finalidad eliminar algunos bloqueos
Pese a los obstáculos, siempre quedan
restos de creatividad psÍquicos, En definitiva, se trata de la creatividad denominada exis-
toda persona, si consíderamos ru inadvertída e indefectibre en
indi- tcncial que, síendo la ordinaria o normal, no es materia de nues-
vidualidad o personaridad. Ésta deja irremediabremente
huelras en tro estudio.

64 (i5
o derivables por lógíca, Thmbién cabe agruparlas según su territo- tir, eso sí, en su extírpacíón, la condición síne qua non para que
rio; asÍ, separaríamos las que buscan alguna innovación artístíca los alumnos adquieran capacidades, como la de ver los proble-
dentro del arte y las que Ia buscan luera del mismo. Lo mejor se- mas, adoptar enfoques dístintos y no temer afrontar situaciones,
ría dividir las creatívídades de acuerdo con la díscíplina en que ella como indica Alvin L. Stimberg. La educación profesional estará
trabajar artísticas, científicas, tecnológicas, filosóficas y relígiosas; más dirigida que la escolar hacia los indicios o condiciones de
cada grupo subdívidíble en sus diferentes clases, géneros y disci- toda creativídad, como la sensibilidad y la fluidez,la flexibílidad
plinas. Para ser precisos, hemos de convenir que exísten tantas crea- y la oríginalídad, más la capacidad de redefínición, de abstracc.íón y
tívidades como creaciones. De tal suerte que mejor se educará la de síntesis, señaladas por Charles H. Vervalin (en G. A, Davis y
creatividad con orientaciones a determinada clase de artes de cien- J, A. Scott, 1980, p. 19).
cías y de tecnologías. Si se trata de Ia educación artística, habrá que A todo lo anteríor hemos de añadir la oríentación hacia la
comenzar por diferencíar entre la escolar y la profesional. creatívidad, que ha de comandar a cada eleccíón que debe empren-
der el artista en cada paso de la produccíón de sus obras. Nos re-
Educación artística escolar ferimos a la elección de alguna entre las múltiples posibilídades
profesionales que está obligado a conocer, Éstas pueden ser cien-
En ésta se educará a los alumnos para predisponer a favor de tíficas, que se aprenden; empíricas, que sólo la práctica y el tíem-
la creativídad, dándoles a conocer su importancia cultural y los po dan, e intuitívas, propias de una fantasía ímpulsada por un
príncipales índicios o condiciones que caracterizan a la real y fruc- vasto cúmulo de conocimientos profesíonales.
tífera potencialidad creativa. Esta predisposícíón presupone un des- En las artes abundan estas últimas, en las cíencías las prímeras
bloqueo de los mayores y más notorios impedimentos, sensoriales, y en las tecnologías las segundas, Además de lo señalado, pense-
culturales y emocionales, sí recurrimos a los estudíados por Alvin mos en las combinatorias de las múltiples y díversas posibilida-
L. Stimberg (en G. A. Davísy].A.Scott, 1980, p. 123). Se agre- des de elección, de los indicios y los desbloqueos. Se suma, por
gará, si se quiere, una introducción a los mecanismos más noto- último, otra complejidad: que la orientación creativa se halla Ín-
rios de la creatívidad dentro de las generalídades de la científica, timamente ligada con la orientación temática, la estética ylo la
artística o tecnológica. Si bien hay mucho que enseñar en cuanto a genérico-artística, que de alguna manera condiciona a la creativa
las generalidades, éstas alejan de la realidad concreta, quíéralo o no e ínfluye en su curso.
el profesor. En última instancia no cabe ínstruir la creatividad en Ante el completo panorama anterior, estamos obligados a con-
abstracto o, lo que es 1o mismo, ín vítro. Sólo mediante una apre- venir en la existencia de una ingente cantidad de conocimientos
ciación artística centrada en la creación de cada obra analizada, que son enseñables y capaces de educar la creatividad. Ante esta
irán los niños y adolescentes vinculándose con 1o concretamente cantidad, resultan insuficientes los años de enseñanza establecidos
creativo de las rupturas estéticas o artísticas. Lamentablemente, mu- en las academias del mundo entero y siempre serán escasos los
chas apreciaciones se límitan a 1o placentero: son hedonistas. No profesores que la conozcan a cabalidad. Lo ideal sería que a cada
cabe duda: resulta fácil enseñar a identíficar, interprctar y valorar alumno se le aplíque una dístinta combínatoria de enseñanzas.
la creación en las diversas versiones que ella toma en la obra de Ante la imposibilidad práctica de esto, no le resta al educador otra
arte, en comparación con enseñar al aprendiz de artista a fecundar cosa que construir y emplear un modelo adecuado para el térmí-
su creatividad. no medio del alumnado. Después de todo, en cada país y cultura
imperan en sus miembros determinados bloqueos y requíeren los
Educacíón artística profesional correspondientes remedios. En nuestro caso particular, será nece-
sario concretar, en lo posible, las generalidades aquí señaladas, me,
Entretanto, aumenta enormemente 1o enseñable y 1o educa- diante su reducción al género artístico enseñado, porque una cosa
ble de la creatividad. Posiblemente los desbloqueos indispensables es ia danza y el histrionismo y otra la música y la literatura. ¿Qué
disminuyan, pero no habrán desaparecido. Necesario será insis- decir de las artes plásticas?

(ift (if)
L
lncucsl-ion¿lblementer, y c, lir ¡xáctíca, no podrá haber una edu-
c;rcior-l cle l¿ creatividad en general, asÍ como no podemos enseñar
IIACIA UNA TAXONOUÍA »E
a dominar ni, por ende, a ganar a ninguna persona en todos los
I,AS CRE,ACIONE,S ARTÍSTICAS
juegos de pelota, por ejemplo. Ni siquiera en todas las posicíones
Hemos manífestado que hay tantas creatividades como crea-
de un equipo de futbol, En la práctica, cada jugador se especia- cicrnes y que es más fácil apreciar la creación que lograrla. Sin
liza en las jugadas de una posición determinada: como derantero, crnbargo, resulta tarea ardua saber diferenciar creaciones artísti-
medío, defensa, etc. En consecuencia, la única manera de dispo- t:¿"s entre sí, ya que son individuales y por eso muy difíciles de
ner de una educación propíamente dicha de la creatividad, consis-
tlefinir, Nuestra tarea taxonómica, así denominada por agrupar
tirá en estrechar su territoríalidad. seguramente, el rector piense Ios diferentes típos de creaciones artísticas, se alígerará sí la li-
de buenas a primeras en la creatividad artística, pero esta sólá exis- rrritamos a las de importancia social y cultural, en general, y a la
te como generalización. También estará equivocado, si después de
;rrtístico-genérica, en particuiar. No es, pues, cuestíón de mera in-
algunas reflexiones se remite a lo píctórico o, mejor, a una tenden-
novación u originalídad, buena calidad o fantasías, ficciones o sín-
cía dada de la pintura, convencido de haber llegado a ro verda- guiaridades. Estas propiedades solt relativas, en tanto toda obra
deramente concreto. Estará oblígado, por consiguíente, a recono-
tlc arte ímportante contiene contínuidad, vale decir, elementos co-
cer que en un cuadro no todo es creacíón. En éste cabe ver la nocidos, al lado de la ruptura, novedad o singularidad, cuya valía
creación temática, la estética o la pictórica. El cuadro puede mos-
puede ser social o cultural, personal o colectíva. Los comunicólo-
trar el dominio profesional del autor en los tres citados componen-
uos dirían que el mensaje contiene indefectiblemente una redun-
tes, claro está, pero la creacíón existirá tan sólo en uno de e[os, d¿ncia que lo hace accesible, y la sorpresa que le da valía por ser
salvo raras excepciones; raras hasta entre los grandes maestros de
información o noticia. En las artes no existe la inmaculada concep-
la píntura universal.
cíon, esto es, la creación ex nibilo o de 1¿ nada. Lo conocido y lo
De 1o señalado, cabe deducir que cada creatividad en concre- rlcsconocido se combinan en Ia obra de arte de importancia, pero
to obedece a una combinatoría partícular, El artista, por lo gene- sin importar su equilibrio, sino su transitoria coexistencia, pues
ral, especializa su creatividad en alguna reducida territoríalidrd; to Io conocido es imprescindible, y 1o desconocido, optativo y difi-
mismo ha de suceder con el estudiante de algún arte. Además, cil de lograr,
dentro de la educación artística la creatividad es una de sus partes
La lectura y la valoración de los componentes de la obra de
constitutivas (la príncipal para la cultura, sin duda). sin embargo, ;rrte dependen, por un lado, de la actitud del receptor: conservado-
abundan las partes primordíales, sin las cuales no puede fecundar r¿ o progresista, reaccíonaria o radical en busca de sus respectivas
la creatividad. preferencias: residuales, dominantes o emergentes. Por otro lado,
Todo depende, en resumen, de la creación que se busque o se l:r obra de arte puede contener elementos de estas preferencias, si
encuentre. Dicho sea de paso, también el artista crea poniendo rrlrelamos al concepto de t'ormación creatitta de un paÍs, según 1a cual
atención en 1o imprevisto o inesperado que se presenta durante el cn todo tiempo y sociedad coexisten siempre tendencias o crite-
proceso creativo. Es virtud de é1 poner atención en cualquier im-
ric¡s residuales, dominantes y emergentes. Como es harto sabido,
previsto. Como quiera que sea, hemos llegado aquí a la imperiosa I;r valoración de tales preferencias, igual que la de una innovacíón,
necesidad de conocer los diferentes típos de creación, sí es que lruena calidad o fantasía puede ser subjetiva u objetiva, En reali-
deseamos establecer los mecanismos posibles de la creatividaá y
tlrtd, existen estas dos y son lícitas; no cabe abolir ninguna pero, sí,
queremos enterarnos de su probable enseñabilidad o educabilídad,
lcrnemos el deber intelectual de diferenciarlas entre sí. Cuando
Del tipo de creación buscada o del género artístico practicado de- lrr subjetiva se halla muy difundida, suele devenir valor social o
pende el proceso creativo, Como es de suponer, los tipos de crea-
r'trlectivo; la objetiva es por naturaleza cultural o artístíca. cierta-
ción varían si se trata de artes corporales o musicales, literarias o n¡cnte, las creaciones de importancía cultural o artística son víta-
plásticas,
Ics para toda cultura o arte, porque sin ellas éste no evoluciona.
Ni cl arte ni l¿r cultL¡l-;r pueden limitarse a sus meras funciones o

7(t 7t
[.
{ '\('r'vici()s s()(:iillcs, l)r¡cs
^§.s ,sufrLlctuadores nada pueden
¡rrr';r corrtríbLrir hacer La base específica viene a ser lo artísticamente genérico,
a
rni.ando' La humanidad llrec.tamente que el arte .u_Li" 1ilo.rti.rr" .u- vale decir, 1o propio de la especie artística; esto quiere decir
requieri--.u.i siempre una constante
pliacion de sus horizontes. am_ que la buena calidad de una pintura, por ejempl,o , empieza
A estos dos criterios de varoración, con el hecho de ser verdaderamente pintura según las con_
habrá que sumarres otros a"r, el social y er artÍstico,
venciones vigentes y no otra cosa, A nadie le gusta, al fin y
ción. El primero es. cuestión "iáJuuena calida dy erde innova- al cabo, que le den gato por liebre. Las innovaciones suelen
de grado y ;"-;i;;*"r, io,
.or'originalidad o aportación y l,
otra es tangible, se identific, .u,,,o, dar esta impresión, pero sin serlo; basta detener un poco la
rupturas radicales. p,.r;;, sue- mírada para disipar tal impresión. Recordemos que en la bue-
]:TO-r.-
rmparte una intensidad nueva a argo
precisos, la buena calidad
le na calídad íntervienen las conrrenciones o reglas propias del
ción aporta un qué (o un algo conocido, mientras la innova,
.orJ"to), y.i,lpri.r,;;;r* género a que ella pertenece.
cambia la trayectoria de su"pr.pi" radícal
es, abre inhollados caminos,
.io.a o género artístico, esto
terr".ro, u ho.izo]rt.s.-Eri*..o, La buena calidad profesional se nos presenta en ras síguien-
de criterios nos van.a servír pur", tcs cuatro versiones: el acabado perfecto, la armonía de los com-
aquÍ de marcos de referencia,
menzaÍ a enumerar ras distintas para co-
crases de creacion;;;;,r;.r. lrnnentes, una utilidad práctica y la belleza antropomórfica, esta
y
ellas orientar las estímaciones
qr" ."."rrn entre los interesadoscon riltima en el caso de contener la obra de arte imagenes o interve-
Ias artes corporales y musicares, en rrir personas de carne y hueso en las actuaciones, sean teatrales o
las riterarias y prásticas.
ponemos construir un modelo Nos pro- d¿rncísticas.
de ra diversidad de creaciones
ticas, en su calídad de recurso artÍs_ El acabado perfecto profesional consiste en una pulcritud casi
i;;i.;
a.., .,r r, ..d;; llil :,::rnldo
variedad, aunque
a poner or- técnica de 1o externo o el parámetro. por ejemplo; 1a interpreta-
recurso. r, ..,iiaáá
drán con el tiempo
.;;; ;,;;:ll:'fi,:ffi::;j:,ff:fff i# r:ión y la direccíón de un espectáculo artístico, con su vestuario,
cscenografía, iluminación y sonidos, si de las artes corporales se
-á;o.., _.0"f* y superarán al nuestro. trata. Dícho acabado es fácil de definir en ras artes plásiicas, por-
que sus productos son objetos muebles o inmuebles. En las lite-
La buena calidacl rirrias se intensificará con el uso diestro y cautivante del idioma.
Ilxisten, por cierto, varios grados de acabado perfecto, asÍ como
La buena caridad aquÍ arudida públicos exigentes y tolerantes. Se puede p".^r, entonces, por ex-
es ra profesional, cuyo
dio es muy distinto^y superi niver me- ceso (1o modoso o virtuosismo) o por defecto [o torpe y áescui
or laimprovisada de los neófítos,
obstante poder s", supeiior .a no clado). La apreciación y la producción de este acabado perfecto
o inferior'ra profesionar. Tar
lidad se consorida buena ca- son enseñables, sin duda, y las encontramos en forma ejemplar en
-"jo. en ra mater*lioua de ra obra de arte, a ra
cual puede denomínársere
;;;;;;". En sentido estricto, la ca_
caridad cualquier obra de arte producida hasta hace poco, en especial des-
proresionu a""u,,,;;;;; dos bases, u,,"n-rug,., cle el Renacimiento, El acabado perfecto fuá paradigma académí-
:Í:t"ü'::Ha y co. Por Io demás, lo encontrábamos ,rrriho, pioductos
"., un placer estético.que
no son artÍsticos, en cuyos usuarios suscita ya
o La biorógica constituye I. hemos manifestado: dísta mucho de ser enseñable la perfección
ra obrigación de producir
humana todo produ.ío qr" a escala rnáxima y la calidad óptima, las que sóro son fruto de ios esfuer-
De este modo, ro usa_
remos sin esfr "r;";or. zos personales del artísta.
conagrador:"J,',','1::#:iJiJff ;"T::."T..11;,T* La armonía de los componentes estará en los movimientos
obra de arre, cuyos efectos ccrrporales dela danzay eL hístrionismo, en los sonidos de la mú-
vos hasta hace poco, Hoy
*_piu.i"r,"r lr"ü^Iáperati_
se b.rrca con frecuencia el sica, en las palabras de la literatura y en las formas y colores, vo-
grado y se encuentra placer desa_ Irlmenes y materiales de las artes plástícas. En nuestios dÍas, sigue
lo f"o y horrible,
"., irnperando la armonÍa como una muy buscada bel.eza de atracti-

72
7il
vos placenteros, La mayoría de los públicos sígue fier al hedonis-
hr r¡trr no podemos manífestar con palabras cotidianas, Sus men-
mo como el objetivo principal del arte y de zu afíción artístíca, t,tlfil §()r"I, por definicíón, translaticíos: no valen por 1o que ellos di-
Los medíos masívos continúan empreanáo hs persuasiones de por 1o que quieren decir. A1 intervenir la expresión, ésta
la rtn, sino
armonía con éxíto de público. son los actuales irtistas d.e avanza- rle'tlttc si se hermana con el acabado perfecto, la armonía ylola
da quienes contraponen a los medios masivos sus obras animadas
l*,llrz¿r antropomórfica o bien se alía con los opositores de éstos,
de categorías estéticas opuestas, como Ia feardad, er dramatismo,
t¡xu() hoy es frecuente, Una de dos, o halaga al gusto Ímperante o
la comícidad y la triüaridad. En síntesís, la armoní, fr.g" de per-
[¡t t:otrtradice,
suasor sensítivo más eficaz y frecuente, en tanto el acabaáo
p"if".*
to es sensoríal; ambos se complementan o contraponen.
La utilidad práctica de algún objeto suscíta a^ menudo senti- lrxpresión
J,¡¡
mientos placenteros debelleza en muchas personas. si la tomamos
aquí en cuenta, no es tanto por esto, sino por razones históricas, Nos hemos referido ya a los dos grupos de criterios: a los de
pues tuvo relevancia
-"_!-lq
mos testigos de Ia utilídad
estéticas paleoliticas. Con todo, hoy so_ l¡ lruena calidad y a los de innovación. El prímero 1o acabamos
práctica de la pintura en la decoración de r.lcscríbir en cada una de sus cuatro versiones; más adelante nos
de hogares y como signos de prestigio soiial o culturar, aparte
de $euparemos del segundo, integrado por tres versiones: la renova-
servír ocasíonalmente de inversíón económica.
elón, la amplíación tendencíaly la ruptura radícal o epistemológi-
Labelleza antropomórfica continúa fier, en nuestros días, a ros cn, llntre ambos grupos encontramos a la expresión, componente
postulados renacentistas de la berJeza id,ealizad,a del cuerpo
huma- lnelcfectible de toda obra humana, en tanto siempre expresa algo.
no; propiamente del occidental. se apoya en Ia mímesis naturalis-
ta, o sea en la reproducción fíel de los pormenores de Ia imagen
l* expresión puede ser inconsciente y darse en la buena calidad;
§on frecuencia, lo más valioso de la obra de arte resulta ser 1o que
humana, y esta habilidad suele tornarse virtuosismo, al que
mu- ol ¡rrtista depositó en ella sin saberlo, de modo ínconsciente. La ex-
chos aficionados limitan sus expectativas estéticas o artísticas.
como presión consciente se exterioriza y, a Ia par, suscita -no necesaria-
quíera que sea, La belleza antropomórfica occidental prosigue
rí- IRente íguales- sensaciones, sentímientos, pensamíentos o fantasías.
giendo los patrones cínematográficos y publicitarios, q'ue los
artis- §u máximo exponente 1o encontramos en el tema o argumento,
tas líbres contradicen de plano, El hornbre de hoy sibe apreciar
mensaje o funcíón práctica en el caso de la arquitectura.
esta belleza y muchas veces la sobrevarora-o, .on menoscabo
de Como es de esperar no todo tema n¿rra, tambíén representa
nuestros propios ídeales, que la rearidad cotidiana nos ímpone
y se- rc¿lidades tangibles y emblematíza o alegoriza alguna situación
gún los cuales nos casamos o regimos nuestras relacionás
família- humana o cualesquíera de las realidades ocultas, El tema puede
res, Muchos aficionados a las artes y artistas lídian con dos
esté- r:onstar asimismo de realidades fantaseadas (las surrealistas, por
ticas: la de su arte y la de sus vídas diarías, ra más de ras cjemplo). En fin, en é1 se dan cita las intencíones estétícas y las
veces
antagónicas éstas respecto a ésa.
urtístico-genéricas del artista, mientras la buena calidad le sirve de
Estas cuatro versíones de la buena calidad son índíspensables
vehículo y éste se dirige a los sentídos para persuadirlos con sus
e importantes por su función de servir como atractivos visuales
y ¿tr¿ctivos.
de portadores del mensaje. Muchos siglos fueron atributos En pasados prefotográficos, el artista tomaba por tema el paí-
acadé-
micos, dirígidos al halago dei gusto prévareciente. Ho¡ sin
embar- strje, retrato, naturaleza muerta, algún acontecimiento memorable
go, muchos artistas renuncian a ellas y las contradiáen radical tr Ia alegoría; su representación era naturalista, Para muchos artis-
y
contínuamente' En cualquier caso, siguen gozando de importancia tas y aficionados, el naturalismo no fue un medio, sino un fin, En-
social, como toda buena calidad externa y, sobre todo, son,
por na_ tonces, la habilidad constituía la máxima virtud artística y la ex-
turaleza, insuficÍentes. Lo son de manera obvía por {ungír áe presión cedía y se debilitaba, No ímportaba el tema, 1o decisívo
atrac-
tívos y de soportes de toda obra de arte propiamente ái.hr.
Afir- era la armonía y el acabado perfecto. Como en los cuadros del es-
mamos esto, porque la razón de ser de ésta consiste en pañol B. S, Murillo con imágenes de niños harapientos, Aquí el
expresar

7& tb
tema y el acabado se contraponen mutuamente y éste cubre a ése. t¿rmente ajeno a Van Gogh, iniciador del expresíonismo en Occi-
Lo contrario sucede en las figuras de Marc Chagall o del uruguayo tlente, quien expresó con el coior intenso las pasiones humanas,
Pedro Figari, que sacríficaron el acabado perfecto a favor de1 tema nc¡ ias suyas.
popular; lo trivial de las figuras fue extendido al acabado, Por de- En rígor, en Ia fusión de la buena calidad, de suyo externa, y
círlo mejor, el tema obligó al acabado a trivializarse. Esto acon- l;r expresión, interna de por sí, termínan los componentes de las
tece, por 1o general, cuando el artista quíere intensíficar la expre- .rbras de arte de buena calidad profesional que gozan de presti-
sívidad de su producto y ésta Íaya en el expresíonísmo o bien é1 11io. Ejemplos de estas obras encontramos con facilidad en las ar-
1o practica de lleno. Recordemos que a partir del impresionismo tr:s corporales y las literarias, las musicales y las plásticas. En tales
y hasta el reciente posmodernismo, valía más el nuevo modo de obras también deja huella la fantasía con sus innovaciones, pero és-
pintar que la expresión o el tema; de manera muy particular en los tls distan mucho de ser trascendentales y carecen de la importan-
abstraccionísmos o en la supresión de las ímágenes de realidades vi- tia de las renovaciones, ampliaciones tendenciales y rupturas radi-
sibles. Hoy el acabado malo o bueno debe concordar con el tema, t:rrles que describiremos después como productos de los artistas
ajeno éste casi siempre a la belleza. t:xcepcionales. Veremos que para enumerarlos sobran los dedos de
En buena cuenta, el acabado perfecto y la expresíón se fusio- Lrna mano en cada género artístico, La importancía de estas inno-
nan en las obras de una buena cantidad de artistas de prestigio v¿rciones es artística, por cambiar los conceptos básicos y con ellos
universal. Muchos son los que no llegan a esta fusión por defec- ;rlterar el curso de su arte, En sentido estricto, estas innovaciones
to, ya sea en el acabado o en la expresión; también cuando ésta vienen a ser unos añadidos para la generalidad de la gente y muy
permanece en su mínimo grado de creatívidad. Pocos, muy pocos, pocos artístas las logran. Su importancia es vital para las artes y
son quienes le exceden tal fusión y alcanzan innovaciones impor- l¿rs mantienen en evolución emergente. Las innovaciones de la fu-
tantes, Dicha fusión posee casi siempre una originalidad personal sion del acabado con la expresión, en cambio, son de importan-
o, si se quiere, un estilo o ímagen inconfundible y típicamente in- cia social.
dividual. Registramos una palmaria individuación del modo de ex- Para explicarnos mejor, pensemos en las obras de los artistas
presarse. Por 1o regular, la carga estética se halla entrañada por las recordados por la historia universal. En su mayorÍa son poseedo-
figuras del tema, las que van del dramatismo a la comicidad, pasan- r'¿rs de la fusión cítada e incluso suelen ostentar notable densidad
do por 1o trivíal o lo típico. En especíal, cuando el tema constitu- cstética. Pero entre la gran cantidad de estos artistas, destacan sÓlo
ye una alegorÍa y ernblema. Ya hemos mencionado las realidades r-rnos cuantos portadores de innovaciones importantes. Obsérvese
fícticias como las del surrealismo. Agréguense además las denun- rlue aquí estamos frente a un importante par de cuestíones com-
cias o temas politizados que, como tales, se centran en 1o dramáti- plementarías, comparativas o relativas: la de la calidad y la de [a
co, la fealdad y la trivíalidad. ruptura. En lugar de apreciar su recÍproca complementariedad, so-
En síntesis, y desde que el mundo es mundo, el artista oscila, lemos tergiversarlas y las vemos como los dos términos de un dile-
aunque no 1o advierta, entre 1a emotívidady la intelectualizacíón. rna. Sin lugar a dudas, resulta imposible establecer sus límites y
Si bien ambas se complementan recíprocamente, las queremos ver rrbusivamente los jerarquizamos. No vemos su pluralídad, sino su
como fuerzas o actitudes irreconciliables y para acabar, las jerar- rliversidad únicamente. Con todo, hemos de saber díferenciarlos en-
quízamos. Por lo general, las tomamos por un dilema. Desde hace tre sÍ, con el fin de respetar sus respectivos valores, previa distín-
mucho tiempo, la gran mayoría de los artistas se inclina a favor de ción entre la calidad y la ruptura. Prácticamente la calidad y la rup-
la emotívídad, como corolario del hecho de primar en el mundo tLlra corporizan dos pirámides, propias de la diversidad humana'
entero la media verdad convertída en axioma, a saber: que el arte (lada una termina en una cúspide delgada donde caben pocos ar-
es expresíón, no construcción. Esto lo registramos aun en nuestra tistas con calidad y ruptura y una base con muchos de ellos. Lo
época, en que se sobrevalora el trabajo intelectual en desmedro ilcfinitivo reside en la coexistencia de la calídad y la radicalidad'
del manual. Hoy el pintor joven toma su obra como una mera pro- ¿l)onde cortar o truncar la pirámide? Es muy relativo el corte:
longación de su propia subjetívidad. Este narcisismo fue comple- sicmpre será discutil¡le si tales o cuales obras están abajo o arriba

7(i 77
L
del corte; se excluyen o incluyen, Imagínese qué sucedería si pro- Lainnovación I i t'.

lifera la primera, seguramente las artes se detendrían. Por otra par-


te, sería ímposible la vida artístíca si sólo hubiese rupturas, sal- Si la calídad profesional es un asunto de grado o de un corlo
drían sólo beneficiados unos cuantos seres humanos. aportado por el artista, a fuerza de aptítudes más que aciitudes, \a
¿Sería lícíto que la valía de Isadora Duncan o de Mary Cun- innovación será entonces un nuevo qué o algo introducido por 4
ningham negase la de Anna Pavlova o de Fany Esler? ¿Por qué en sus obras, gracias a sus actitudes más que a sus aptitudes. Está',
los méritos de Serge Diaghilev o de Alex Nikolais van a amino- díferencia puede ser honda o de poco calado, pero no impíde, cla- \.
rar los de un coreógrafo de calidad y sin rupturas como las apor- ro está, la posibilidad de que el cómo sea sustantivado o converti-
taciones de éste o de ése? ¿Acaso Haydn, como consolidador de la do en qué. Después de todo, es un adjetivo calificatívo o una cuali-
sinfonía, o Igor Stravins§, con sus rupturas dodecafónicas, opaca dad. Sea como fuere, la calídad constituye una contribuciÓn al arte
a un Beethoven o a un Schubert? ¿Por qué la importancía de La proveníente del mismo arte. La innovaciÓn, mientras tanto, viene
díyina comedía, El Quíiote, Hamlet, La mwerte de la Virgen María, de trasladada al arte desde algún terreno ajeno al arte; traslado más
Caravaggio, o de Las señoritas de Avígnon, de Picasso, va a ir en dífícíl de lograr que la buena calídad. Ya hemos dicho que la per-
detrimento de los beraldos negros, Cíen años de soledad, Los bandi- fección o la óptima calidad también muestra dificultades, mas nun-
dos, de F. Schíller, de un cuadro de El yeronés o de La jungla, del ca deja de ser asunto de grado o una derivacíÓn. EI qué constituye,
cubano W. Lam? en comparación, una ocurrencia o idea peregrina. Con todo, entre
Los valores en cuestión son conjuntivos y no dísyuntivos. Así, las innovaciones suele haber las de simple aplicaciÓn artística de
el ser humano resulta más beneficiado o enríquecido. Socíalmen- algo existente en otros campos culturales, no necesariamente los
te importantes son hasta las obras menores de las artes, como el artístícos. Este sería el caso de muchas renovacíones de materíales,
agua fresca y clara. Además, nadíe podría vivír sólo con Bach o herramíentas y procedimientos de cualquiera de las artes,
con champaña. El valor de la calidad y el de la ruptura son vitales La renovación, prímera versión de 1a calidad, la encontramos en
para el ser humano. Son valores distintos y coexístentes que no se los materiales, Por ejemplo, en Jean Van Eyck, quien íntrodujo el
excluyen, menos se contraponen; se complementan mutuamente. óleo como vehículo del pigmento, en lugar de la emulsiÓn al huevo
Por añadidura, los autores de rupturas carecen del derecho a re- o al agua, En D. A. Siqueiros, cuando utilizó por prímera vez el
clamar como suya la creación total, cada uno es deudor de algu- soplete o píncel de aire para pintar un cuadro, tendríamos alavez
nos de sus colegas. El cubismo de Pícasso no exístíría sín la obra una renovación de herramienta, materíaly procedimiento' El mis-
de Paul Cezanne, pongamos por caso. Por último, muchos compar- mo caso es el de A. Senefelder, inventor de la litografía. En todo
ten la autoría de la ruptura, como Sandro Boticelli, quien ínicia, género artístíco registramos contínuas renovacíones tecnolÓgicas,
junto con otros, labelleza y la gracia renacentistas. Lo mismo po- que casi siempre son las de materiales, herramientas y en contados
demos regístrar en los autores de la buena calidad profesíonal de casos también de procedimientos. Decimos esto último, porque
sus obras. No olvidemos, desde luego, que sin buena calídad de existen también los procedimientos intangibles, como los visuales
poco sirve la ruptura. y los sensitivos, los mentales y los de la fantasía, cuyas técnicas
Entraremos ahora en las ínnovaciones y las rupturas, con el pro- operan en su condición de métodos o estrategias y no de tecno-
pósito de ir definiendo cada una de sus diferentes versiones y ter- logías. Abundan las renovaciones tecnológicas y éstas son anÓni-
minar viendo 1o enseñable de ellas. Paradójícamente, 1o enseña- mas en su gran mayoría. Sucede llanamente que la gran cantidad
ble de la innovación írá en aumento con su radicalidad, por eso de autores no dejó una obra de calídad profesional digna de ser
el artista tiene menos posibilídaáes de lograrla. En 1o concer- recordada por la historía de su arte, por eso su actual anonimato.
níente a la buena calidad profesional, volvemos a insístir, lo ense- Ciertamente, abundan las renovaciones tecnolÓgícas en las artes
ñable de ella no garantiza nunca excelencia o perfección en todos productoras de objetos y en las de acciones o espectáculos. Como
los enseñados y, por ende, deviene una cuestión exclusivamente es de dominío general, en 1o esencíal de las artes literarias, no cuen-
personal del aprendizaje. tan las tecnologías, ni las manuales ni las impresoras. En las musi-

t 7tl 7lt
diferentes gunas veces concierne a una fecunda fantasía'
Estrt rrllrrnl traslada ry
lismo o expresionismo. son fácilmente reconocibles las de los tráttr'tl't'lt':r' t't)mo
I

y está por al artista a terrenos ignotos que 1o alejan


i".r¿"r-r.iur que se han venido sucediendo en cada atte transformar corr ¡rr,r\', rr t'Ii
resultado verá mejor i er,o, y los podra
demás abundar aquí en ellas' Como conciusión finai, deblmos aceptar
el hecho
última ver- ,^r,,^ -irtt'ttt'''lt't
La ruptura radical o epistemolÓgica' la tercera y la plausible coexistenttrt tlt'
ble en las artes, que es la permanente y
siÓndelainnovaciÓn,vieneaserlacúspídedelacreaciÓnartÍsti- ¿rmbas son importantcs'
del arte y' conse- la buena calidad y de la innovaciÓn' pues
ca. Ella altera alguna de las ideas fundamentales o la cultura; ambas operan
cuentemente, cambia éste su rumbo o trayectoria' Cezanne-la logra *.u 1o social y la otra en las artes
"n
en estrecha interdependencia y complementariedad'
cuandoponeelacentosobreelplanosintácticodelmensajepictÓ. todos los ti-
que lJna vez descrítos -no importa sr someramente-
,á, iugar del plano semántico (el naturalismo renacentísta) resultado' im- nosdecreaciÓnartÍsticaposiblesyseñaladasSusCaracterístícasfun-
".,
,r"rriu i-páando Ln b pintura de Occidente' Como cuáles serí,rr l.s c¿mi
porta soÉremanera todá lo que sucede dentro del cuadro y no sus fi;;;;*';; ;.á";.s' intentai esrablecer a cada.uno dc clichos
hubo un paso ,ro, foriUf"s'de^la creatividad y cÓmo llegar
,irr,.ilitrrd", con el mundo visible' De aquí al cubismo general más probtrblc
mediados del tipos. Nos ,"ra po,it1" diagraáar el modelo
corto, paso que primero dieron Pícasso y Braque'. A del proceso creativo' En sécciÓn aparte
veremos 1o enseñable dcl
acentuar
siglo ix las fóvenes generacionel de artistas prefirieron de cieacíÓn' Los pormenores de los
pragmático ár.u"' del sintáctíco' consecuentemente' im- ;;;.'"t" creatívo de cada tipo el capítulo siguiente' de-
"t"ptrrro Entonces mecanísmo, i.tt"rrro, ."'an presentados en
poitrburr^los"efectos de la obra de arte sobre elpúblico.
se
dicado a diseñar un modeló general de
la educaciÓn artística esco-
conceptual,las pert'or-
sucedíeron los no objetualísmos, como el arte
que tíraron por la borda muchas de lar y la profesional para Améríca Latina'
n'tdnces,las instalacio.res, etc',
lasideasbásicasdearte.Encuantoapersonalidades,recordemosa
exen-
M. Duchamp con su obra Fwente, a A' Warhol con sus filmes I'OSIBLES PROCE.SOS DE
musicales' J' Ko-
a
tos de rrurrráó.r, a Iohn Cage con sus actuaciones
videos' I,A CREAI'I\/IDAD ARTÍSTTCA
suth con su obra Tres sittai y a Naum Paik con sus
Ultimamente,elcotidíanomundonoartísticosevieneintrodu- En cualquier trabaio nos topamos con
un proceso' en cuyas ac-
públicos'
ciendo en la pintura, incluyendo los grat'fíti de los baños tividades predominan siempre las continuas
elecciones' Nos refe-
y
artístas devienen
Las rupturas iadicales se populatiza¡ entre los presentan' en cada
pensamos que lirnos a las eleccio.,"t q"" al trabalador se le
rutinas. Descaminados estarÍamos, sin embargo, si las múltiples y variadas. posibilidades de
los desmanes son viables en todas las artes' En la
pintura lo explica lrtso de su labor, ir",'t"'u mejores resul-
de producir y tele- .ontinuarlo. Esto q"i"* ¿"tir queLl tt'b'1o tendrá
su situación particular frente a las tecnologías l;tclcrs si quien lo réaÍza to"ot" el mayor
número de posibílídades
trasmitirimágenes.Peronoenlasotras,tradicionalesono.¿Esta- en los profe-
caso en- ..lr'llevarlo a cabo. Este númeto "'''it duda' mayor
mos acaso ,rrt" l" decadencia de la píntura? En ningún rriorrales y/o en quienes tienen una más
larga experiencia' No exa-
frentamosladeclinacíÓndelaestéticadeoccidente,sipensamos
l,('r'ilmos si atirmamo'
q'" el ser humano está constantemente eli-
q""e'."esvítalparalospersuasívosentretenimientosaudiovisua- problemas y las diversas situaciones
ii,",.rao frente u tos *uitiples
lesdelaindustriacultural.Lociertoesquelapinturadecaballe- ,luc se le van Presentando'
o saltos evo-
te ha excedido los conceptos que teníamos de pasos N¿da más adecuado, por consrguiente'
que tomar las posibi-
iutivos y hoy cabe verlos como partes de su autot'agía'
centro de todo trabajo y'
que las lr,l;trlcs de producclOn elegibles como el
Volviendo la mirada atrás en este capítulo, veremos creativo' Con la aclaraciÓn' por supues-
igual a las de la l)()r'cnde, de todo proceso
versiones de la innovaciÓn son también de grado, I., rlc que este pro.",o se denomina así por ser la creatividad
ape-
se formulan los
buena calidad. Ellas responden a problemas que n.lri ,';u orientadora, Realmente no es 1a única'
aunque sea la prín-
alimenta-
artistas, sea de manera consciente o mediante impulsos , r1r:tf 1.¡11¡ encauzaÍ a otra orientaciÓn' la profesional' que en arte
atañen al tema' a lo es-
dos por el subconsciente. Dichos problemas :,.' ltrtll;t ir-rtcgrada por la orientacíÓn temática
o funcional' la esté-
quc tr¿te; al-
tético o al sistem¿ (o ¿r lo sistémico) cjel ¿rtc de se

áili
L ¡r2
las reflexivas. No en vano 1o buscado por el artista en este pfoce-
ticay la genéríco-artística. La palabra profesional implica un cúmu-
nadie so es ímprevísíble, y los razonamíentos y empírismos disminuyen
1o de diversos conocimientos,lanto prácticos como teÓricos;
no exis- con la radicalidad de su pretendida innovaciÓn, mientras aumen-
es creador sin antes ser un buen profesional, La creatívídad
otros procesos; por tanto' el conoci- tan las elecciones intuitívas.
te sola, síempre es parte de Las tres clases de posibilidades elegibles intervienen en las
miento de la mayor cantídad de posibilidades de producciÓn artís-
aptitudes y en las actitudes del artista o del estudiante de arte.
tica, entre las cuales el artista debe elegir, sería la precondiciÓn
Aquí se concretan de diferente manerá y van preparando el ca-
del proceso creativo. Por eso el artista estudia primero, se entrena
mino al largo proceso creativo, Las aptitudes y actitudes profe-
y va adquíriendo experiencias, Después crea' sionales devienen así condiciones indispensables de la creativi-
Las posibilídades profesionales elegibles son de tres clases:
dad; sí se quiere, son sus dos piernas. De aquí cabe deducir que
si la profesionalización artística requiere de cinco o seis años,
o Las científicas o lÓgico-crítícas, que se enseñan y aprenden.
resultará lógíco que el egresado de la academia necesite 10 más
. Las empíricas, que solamente el trabajo constante y el tíem-
para ir adaptándose a su sociedad como profesional y simultá-
po pueden ProPorcionar.
. neamente emprender de modo fructífero su largo y lento proce-
Las íntuitívas, producto de la fantasía'
so creativo.
Las posíbilidades elegibles son enseñables y aprendibles en 1o
Así, ante cualquier problema, su soluciÓn puede ser científíca'
que respecta a lograr la buena calidad profesional, Cada alumno
en parte, y empíriia, en otra, quedando la intuitiva como la aven-
termina sabiendo obtener una obra de buen acabado, pudiendo
turára qrá ," abandona al azx o ilusión. En la academia o escuela
dominar la armonÍa de los componentes y siendo capaz de produ-
de arte se adquieren los conocímientos lÓgícos y algo de los em-
cir bellas imágenes humanas. Incluso aprende a elegir profesional-
píricos, pues éstos requieren largo tiempo de prácticas para poder
mente entre las posibilidades por é1 conocidas. En fin, el alumno
iog.rr, por e;emplo, li perfeccíón en el acabado de sus obras' De adquiere conocimientos prácticos y teÓricos de las posíbilidades
que
aq-ui que h tuena calidad se alcance más con la experiencia
científícas, empírícas e intuitívas que íntervíenen en cada una de las
.o., .úulqrríer otro factor, mientras la innovaciÓn es más producto aptitudes de sus sentidos, sensibilidad, inteligencia y fantasía. Des-
de la intuíción, que depende de la persona y no de la academia'
¡rués de cinco o seis años, el alumno es dueño de sus aptitudes pro-
El arte posee -rriho de enseñable, en tanto entrañe conocimientos
fesionales. En pocas palabras, adquiere ofício' Lo mísmo acontece
(o .o.rocibles posibilidades de producciÓn), sea en 1o racíonal o em-
con su expresión: lleva a nivel profesionai sus aptitudes temáticas
pírico como en lo intuitivo. y estéticas, más sus operaciones manuales y visuales' No olvide-
En el momento que el aftista abandona los rutinarios terrenos
ruros 1o vital de los conocimientos prácticos y teórícos. Son vitales,
de las constantes y se aventura en la búsqueda de las variantes, es
precisamente cuando sus elecciones comienzafl a ser intuitivas
y l)orque la fantasía tiene la misión de pasar por sobre ellos, para 11e-
gilr a 1o desconocído, y si el artista no los posee completos, corre
aventuradas, no sólo entre las posibilidades imaginadas por la fan-
cl riesgo de que su fantasía "descubra América". Pero todo esto es
tasía del artísta, sino hasta entre las empíricas y las científicas'
Estamos forzados, pues, a diferenciar entre las tres clases de posi- ¡rirrte de la profesión artístíca, Falta la otra parte, la de las actitu-
rlcs que encaüzan a 1as aptitudes.
bilidades de producciÓn artístíca y las tres clases del mismo nom-
Entre las actitudes se encuentra la creativa, como resultante
bre de las decisiones. unas decisíones son buenas y otras malas, tlc un grupo de otras actitudes básicas, propias de la conciencía ar-
todo depende de cada paso de la producciÓn y de su índole' En trstica. ¿Qué es 1o que impulsa al artista a aventurarse en terrenos
realidad, muchas de las elecciones de los artistas son ciegas, ce- rnhollados? ¿Cuáles son los elementos constitutivos de la actitud
guera que aumenta con la radicalidad de la innovaciÓn buscada o
crc¿rtíva? ¿Por qué y cómo el artista pone en marcha su creatívi-
érp"rrá, y que invalida la enseñanza con recetas' En sÍntesis' sÓlo ,l;rcl h¿rcia el exito? ¿Qué es enseñable en la creatividad para que
qri"r-, domine su profesiÓn puede crear en ella Su proceso crea- f r:cr-¡nde? ¿Qtré la estimula y qué Ia mantiene en movimiento?
tivo estará colm¿rclo cle eleccittnes intuitiv¿lsl sin f¿lt¿rr, por cicrtp,

tf4 lt5
Í

Por 1o pronto, nos es dable observar que la creatividad artístí- como el acabado perfecto, la armonÍa , la belreza antropomórfi-
ca es una facultad íntimamente ligada con la personalidad del ar- cayla expresíón. Mayor es la combinatoria en el logro de la re-
tista, cuya concíencia artística es factor principal. Sobre la creati- novación, la ampliación tendenciary la ruptura radical. pese a las
vidad gravita todo, su personalidad y su vida, que comienza con dificultades, hemos de intentar construir un modelo general del
el reconocímíento, desarrollo y profesionalizacion de su vocación. proceso de la creatividad más allá de sus preliminares y sus presu-
Como secuela abundan sus bloqueos y desviacíones. Si hacemos un posíciones. lJna buena cantidad de estudiosos está de acuerdo con
balance de pros y contras, comprobaremos que estos últimos pro- aceptar el impulso como el inicio de tal proceso artístico. Noso-
liferan hoy más que en siglos pasados y en América Latina más tros aportaremos el modelo del psicólogo ruso s. Rubínstein .]1971,
que en los países ricos de Occidente. La vocación artística ha de p. 630, descrito a continuación.
encarar un cúmulo de aversiones y debe esquivarlo, si es que no El conjunto de pares dialécticos y de conocimientos y ansíe-
quiere ser estragada. En el capÍtulo siguiente nos explayaremos en dades, más el de 1os inconformismos ímponiéndoles servidumbre
las condíciones socioculturales imperantes, en Améríca Latína, res- a los conformísmos, se van convirtiendo en un incontenible e in-
pecto a la educación artística escolar y profesional. Entonces ve- sobornable impulso de producir obras, intangibles o tangibres, ca-
remos cómo, por ejemplo, el concepto de identidad colectiva -na- rece de importancia. Pero el impulso no es desbocado ni se halla
cional o latinoamericana, da lo mísmo- origina el aherrojamíento a la deriva, 1o empuja una determínada personalidad que ro sitúa
del yo personal por el yo colectivo, como si fuese el atajo preferi- en una territorialidad delimitada poco a poco por el artista desde
do de nuestro perezoso individualísmo. Cuando un equipo latino- que era estudiante, se halla determinada, no sólo en un género ar-
americano gana un partido frente a un europeo, es América Latina tístico dado sino también en una modalídad derivada de una de las
la triunfante; no el equipo ni el "goleador". tendencias vigentes o bien constituida por una mezcla de retazos
Mientras tanto, bastará señalar el ciempiés en que se convier- tendenciales, Sin embargo, aún resulta demasiado amplia e indefi-
te la creatividad, cuando enfocamos los numerosos pares dialéc- nida para una fecunda creatividad. Es tan amplía la modalidad del
ticos con que tiene que lidiar. Los pares más notorios e impor- artísta joven, recíén egresado de la academia, que comienza produ-
tantes serían los siguientes: constantes y variantes; conciencia y ciendo varias versiones de su modalidad, entre las cuares escoge
subconciencia; tradición y ruptura; inconformidad y conformidad; una de su satisfacción.
permanencia o cambio; aptitudes y actitudes; disciplina e impro- Muchos artistas pasan varios años en esta búsqueda de versio-
vísación; sensibilidad y mentalidad; indivíduación y universaliza- nes distíntas y aun suele tomar toda su vida. Años más, años me-
ción. La personalidad creativa no los ve como dilemas, sino como nos, el artista idóneo encuentra al fin una versión con la cual iden-
conjunciones, y lo más importante, sabe dosificar sus respectivas tificarse. con ella empieza, entonces, la fase der proceso creativo
complementariedades en cada caso concreto de su producción ar- denominado maduración. con el impulso, apenas si er artista pre-
tística. La combinatoria de las proporciones entre los dos términos siente vagamente los medios y los fines buscados o esperados. por
de cada par resulta inagotable, He aquí otra paradoja importante: I. regular, la maduracíón toma unos 10 años de constante produc-
abunda 1o enseñable o cognoscible de la creación y aun de la creati- rión de obras de su satísfacción en las que se van sucedi"rdo p"-
vidad, pero son inenseñables las decisiones acertadas en medio de t¡ueñas enmiendas, afinaciones y avances, hasta que el impulso se
las copiosas posibilidades de producción o creación. t()rna en deseo y los fines comienzan a perlilarse para el artista,
nr¿ls no los medios para lograrlos. con el tiempo y sucesívas obras,
t'l deseo se va convirtiendo en un acto volitivo, en el que se le van
UN MODBTTO DE, CRE,ATIVIDAD r'.sclarecíendo al artista los medios. Este acto volitivo llega a su cul-
ARTÍSTICA nrín¿rción cuando aparece la primera solución importante; antes fue-
r.on pequeñas las soluciones.
Todo este cúmulo de pares dialécticos empuja a la creativídad llste esquema se concreta y enriquece, si en la maduración
hacia la singularidad e intensidad superlativas de los resultados, r orrsider¿mos el tipo de creación buscado o esperado con sus co-

át(i u7
L.
FI"
Por otra parte, la creatividad es tan enseñable como entrena- f
de las variantes en talle-
bre, sr traemos a nuestra mente er manejo -rf f
muchas academias de arte' {
res de experimentaciÓn que mantíenen ,-,.-,r*,,,
el manejo de variantes'
sn"¡!"

incluidas en la lísta antes mencionada: c)


s
.#fl,
ii,i
¿Cuál os
.ii '";,
Enseñablesson,asimismo'lascreacionesderivablesdeloexis- . r:'l "tr,
,

en la lista de marras como:


tente en un arte y también consignadas innova-
de ficciones literarias, y /\ la derivación de ji ,. ,"' i¡.
¿l
"u¡orr.ión
ciones artísticas dentro del arte'
acuerdo con la última
:,.;q1fi

.l
n i. ,l
i
la sitLración
Para terminar, manifestaremos nuestro r..' r 't;m,#

consideraciÓn de t, li,ta alu<Jida: g) inenseñable


permanecerá 1a
en artístico" '
';,
'
r.
'
i¡."i,,qi
'.
""'
sociüüultr-rrml do
creación radical que convierte 1o no-artístico
'j,

En resumidas cuentas, 1o humano del proceso


de creatividad'
jugar futbol' re.side en las 'i, ,.,.i,;rn..,
;i o*i
,,'¡¡jf
' la fidllcación
como un imperativo cultural similar al
que lo emprende' E'l crear'
vivencias suscitadas en el mismo artista l'tist it t¿)?
,.,1,,

de los esfuerzos perso- ¿l


como eI ganar, es circunstancial y depende
nalesdel"artista.Esdeberdetodoartistaemprenderdichoproceso'
creaciÓn señera'
p".o ,ringrlno está obligado a contribuir con una
La logra quien p.r"á" f tto quie" quiere'
por eso son bienvenídos
los creadores radicales'
afirmaremos que lo
Como conclusiÓn general de este capítulo'
teóricos y prácticos. Los
enseñable de la creatliria"a tiene límitei
y 2' que la
primeros son dos: l. il" no exíste la enseñanzaunica'
diversidaddeloenseñableeshumanamenteinagotable'Ellímite
práctico estriba utptia combinatoria de elecciones en cada
".,-1u ser inagotables. las posi-
momento de la produccián artÍstica' por garremos ai toro por las astas:
ánseñable la crgatividad, que
bilidades elegibles. En sÍntesis, es tan la educación artística deja defi-
de éxito. Este será siem-
paradojicamJnte imposibilita toda garantía r;:;;I;i:l]' nitivamente mucho que desear
pre imprevísible y áuy p""o'-'ul' óon el tiempo y los estuerzos de lli';l:il-1:: en América Latina. Esto se
los conocimientos
las ciencias dedicadas a 1o humano aumentarán ,;','-tt-- ha dicho en términos gene-
más cuantioso 1o ense-
de la creatividad artÍstica y con éstos será rales, vale decir, en relación
ñabledeella,perotambiénseincrementarásuimprevisibilidad' con sus 400 millones de habitan-
,i, p", esto clÁaparecer los creadores radicales' la finalidad de la
tes; míllones que aun nos autorizan a til-
La complejidad det proceso creativo aclara darla de lamentable. Basta pensar en algunos
que sÓlo podemos.predisponer al niño
educación artística indicios, en los que no importa si es difÍcil separar cau-
"s.olar, Dicha compleiidad será
y_-uaot"r."nt" a 1, cteatividad' nada más' .r \ t'lt't.to, corro: su elevada cantidad de analfabetos; sus escuáli-
literarias,y musicales
fácilmente detaltada en las artes corporales' ,l.r , \' l¡oco cstables clases medias, principal soporte demográfico
de las plásti-
por sus ,espe.tivos especialistas' Noiotros 1o somosde éstas' ,1, l.r:,,lrt('s en los países occident¿rles; sus escasos dos o tres teÓri-
ias, .arón por la cual hemos tomado los ejemplos ,,,. ,l, ,lir'lr;r cclr-rc¿rcirin; su rcducido nú¡mero de teóricos y filóso-
t,, ,1,'l .ul(', y srrs 1r,¡¡5gs sirr lnrrscos ni gllerias. Contamos. sin
.1,r, l,r , on rrr.tist;rs rlr: rr:ttomhre: intcnl¿tcic¡n¿tl. Es muy cierto, pero

f )( )
f)l
b-
ellos surgen a pesar de tales pobrezas; jamás gracias a ellas, Una niño si en su família hay o hubo algún artísta o sí en ella se cul-
cosa son los artistas excepcionales y otra muy dístinta las comuni- tiva alguna afíción artística, La mayor oposición la encontrará el
dades artÍsticas de cada país, mayormente la latinoamerícana como adolescente en su vida social, al ser visto con desdén por sus com-
unidad. Además, nos estamos refiriendo a nuestras culturas hege- pañeros o como un bícho raro por los de su clase social,
mónicas y no a las populares, cuya cultura estétíca se retroalimenta Con frecuencia, el aspírante se mantiene firme gracías al en-
con unas artes que no requieren la educación artística escolar ni la diosamiento o vedettizacíón del artista triunfante, que llevan a cabo
profesional de tipo académico; ambas educaciones de nuestro ínte- constantemente los medios masivos del periodismo, sea ímpreso,
rés aquí. Los oficios de los productores popuiares de bienes estétí- televisivo o de radio. Esta es la tragicómica paradoja que vivimos
cos son adquiridos en las condiciones precapitalistas de la tradición en nuestras actuales socíedades consumistas: la sobrevaloración del
famíliar o en la relación de un maestro con un aprendiz íníciado ¿rtista triunfante y el cruel desdén por los demás, Los padres, en
desde muy temprana edad, cambio, sólo se atienen a la elevada cantidad de artístas ímpedi-
Algunos de nuestros países hacen denodados esfuerzos esta- dos de vivir de su profesíón. Por añadidura, sospechan en sus
tales por mejorar su educación artística, aunque con recursos un híjos el deseo de llevar aquella vida disipada tan exaltada por mu-
tanto atrasados y sín conocimiento de las concretas realidades edu- chas fábulas en circulación en la sociedad o bien temen verlos ín-
cativas del país, mientras otros la dejan a la deríva por no conside- mersos en una cruel selección darwiniana. Pese a todo, siempre
rarla de ímportancia. Unos reúnen las condiciones favorables para habrá muchos jóvenes que se sientan atraídos por algún arte o
adecuarla a sus concretas realídades y en otros su pequeña pobla- que vean en la profesión del artista su única salida como medio de
ción no permite el desarrollo artístico favorable a una buena edu- vida, sea por cerrárseles las puertas de otras ocupacíones, por la
cación artística escolar y profesional. Paradójicamente, en América ilusíón de disfrutar la comodidad de la ley del mínimo esfuerzo o
Latina resulta más fácil ser autodidacto que en los países ricos por ese simple juego de azar de ver si le resulta o no.
de Occídente y en proporción poseemos mayor sobreproducción de Es de lamentar en América Latina la falta de una sociología
artistas, Los empujaron a las artes la desocupación, la pobreza o de las predominantes situaciones artísticas infraestructurales, ba-
un anhelo de ascenso social. Con muchos aspirantes a artistas su- sada en estadísticas frescas; muchas veces no las tenemos ni fres-
cede lo mísmo que con los choferes de taxisr cada día aumenta su cas ni viejas. Precisamente, nos caractetiza el escandaloso desco-
número y se eleva su nível intelectual, a causa del superávit de pro- nocimiento que tenemos de las realidades concretas de nuestras
fesionales egresados de universidades. A la desocupación que vie- infraestructuras. Más nos preocupa la superestructura por prestí-
ne afectando a nuestras clases medías, se suman el deterioro de la giada y llamatíva. Entonces, muy orondos construimos modelos
educación pública y la imposibilidad de ellas de pagar la privada. de ésta, sín darnos cuenta de que lo hacemos sobre bases ende-
Sin lugar a dudas, la educación artística opera íntímamente li- bles o ilusorias. Contamos, sin embargo, con algunos datos nu-
gada al ámbito artístico nacíonal y comparte con éste las mismas méricos de los cuales ínferir con lógica los rasgos más probables
pobrezas o riquezas, atrasos o avances, eurocentrísmos y localis- de arte que nos ocupa. Por ejemplo, de la cantidad y calidad de
mos, No vamos a discutir si es primero el huevo o la gallina. Lo revistas especializadas y de líbros de arte publícados, cabe dedu-
decisivo es que no necesítamos muchos conocímientos ní estadís- cir el nivel intelectual de los aficionados que vísitan museos y ga-
ticas para aceptar que, hoy por hoy, en América l¿tina son muy ad- lerías y que seguramente Io hacen por solazarse con el consumo
versas a las artes sus reales condíciones socioculturales. No sólo les espurio masivo, Sin públicos lectores no podrá haber científicos
han hecho perder prestigio a las artes entre las profesiones, sino que del arte independientesr estarán obligados a servir a las institucio-
les cierran el paso a quienes sienten vocación por algún afie y la nes oficiales, a la industria cultural ylo al comercio del arte. En rea-
reconocen como suya. Si después de sus casí heroicas decisiones, lidad, no bastan los artistas ni sus obras para que un país posea
el niño o el adolescente la acepta hasta sus últimas consecuencías, un arte como fenómeno socíocultural completo, faltarían públicos,
los padres se le oponen con sus mayores fuerzas y rebuscados re- científicos que 1o estudien y organismos que exhíban sus obras o
cursos, primero los coercitivos y luego los persuasivos, Se salva el l¿rs vendan.

f)2 f)rt
de nuestros paÍses cuenta¡-con'centrotl
Por fortuna, las capitales
pública va margl- culturales nacionales
y extranjeros que'sir,r"r, a nuestros .estudian-
países la misma educación
a las artes á**";i"";1fr"r.r, y de conocimientos ac-
así corno en nuestros J"l res como fuentes oJ
nando a buena o"i:
#"Jitrr"iu" """tt"*iento los;;i;ñ;;rr ,,s deficiencias y ros anacronrs-
tradicionale'' S"
*'qt-:lTi:ilif ffitfr":::T'# rualizados, con
profeso;' A*" f'tu cabe tiidar de criminal
""i'*' ""á : ia
mos de sus 'it"tiot" especialtzaciÓn de
il: ffir""JJ:I;"il' i" p'oi"'i""'i reducida
toda educa.io' "^iu-"t"'u por"las acti-
**i;:xlni,o:
masirícación No #ñ;
;;::iltg:
"*'"o'fiempo
las aptitudes del 'i'á"o'
sin la menor l'"ot1'¡1tiÓrr

que busca
xlti ::,r;:l*'#.t"1:
l' ::':*;t:;il;" reclamada cons ti'ii1?""*rl"ti""r al simpli manejo correcto
tudesniporlacreatividaddesupensa-i"''tolÓgicoycrítico.cons-
;;f.* ;"nsumista treñido éste por
'",ü;*1,c* ^il
el J,i*T.ff i:iiffi ffi ffi it., ud o a e,a
en nues-
1o
de recetas,
la educación pública' vital según'los
idea-
vehemencia Por es mal visto aun La prwafizaciÓn de solventable
*á" "l'"oo int"t""tual cot"igo"ttá"""cimiento
medíos masivos' les estadou"i¿"t""*' t'uio
tras universidades' blica dos contradícciones
in-
n",,:",:P
tiende a
j::*-**i #ii*,r:':;qq;qt fl:[13iy
omltlr Ia y etnologÍa'' sociología
;i:*Lxff'"iir:",*r:il:'ffi;I:á""1'r-"2-seatade requiere et Estudo]';;;-ül'q"*r-tsíail interés se limíta a la ad-
Uotat'it'::::
;;;' *"':rfi: u::.* ::"
todoerTercerrr¿rr.r¿á,Laprimera.o.rrir,"eniapare¡aconforma-

tas Y Por un Per€


il.ltrJxlil
educación
¿:lr'::.
privada con sus
geografía,
""t'p"itgi'-f
ministracíÓ''
cias medicas,
o"
"*fi'"'u'
y Iu
l"[f""á'á*tl "to''omía'
las finanzas y las cíen-
I rot- áit"n"s'
Thl privatizaciÓn
educiciÓn estatal'
cuela, te,td'"mos"ii"J;i;;o de^la -como y, 'a t'iái"u""r.á"t"Jtt" Je ia

exclusiones y "i""'a"
cJlegiaturat f ";gi*á'' :"'fl"TiroporciÓn
consta del par '"n't"'iJ'- ideales europeos' E1'Osta¡lformaron
ot'" t'ontradiccio'n la más ímportante para-los ellas yl' 1" pueden
eI deterioro d"^f'
oticiáf' La hasta hace p;:;: Hoy
oor a" rtt gtriernos latínoamericanos nuestras clases -"áiut qrr" recibieron y les
constituido o"t ;"0;:;"l',-putiu" por las ciencias' en clarres a sus hi¡os;b;;;¿.r.ra^or-r^-oti.iaí *
en fomenta'' "";J;;;'uTJ"'""t""t'-"''i'"t'és portadoras p"s;i;-;ü"'d" ""t";l;; gi lXda' Resul-
;;t' t""1't"r"si'-t' t"p1""-t1s que prác- es imposibt" tanto en su 1n-
especial tu' t'u"'lt;;' 1* p"tli tu"aclfzacion tador ei ¿"'"""it"itt
J" O"n'¡ cláses sociales' cabe señalar su
de bienesta' *^t"iJy'dá poder'
'y formaciÓl y et desarro- telectualid"¿ to*J'"i ii **l¿'d'-Ñi siquiera
hoy el trabaia"
ticamente t^olo hasta hace poto' pu"tto que
"iot"?id"L"iá"d'iíi""ia
rodeln"r,"*'"ñ;ü;'.f 111'r1;,i'ffifi il,l::,iff ';;!!
nroletarizacio"'
Lorindustríalgozademayor'"*t"'""-"1íonquálosmiembrosde
I¿ clase media' -1-1'-^ -^lo¡ rnrl naradas las voca-
liir"m,";l:J:"ilT¿"'#::it"'4:'"a"'pt"g'rá'unempirismo Ensíntesis,deeducaciÓnpúblicasalenmalparadz como
d" tt'"stras iuventudes' así ar-
basado"""t"#'q""L*'g"a'r"tl'*tá'iy["utizatálainícia-d o s ciones cientitical"y;;;"g"as nuestros
ffi jr :n:::'*:'#§:3::i" * s merca
I¿s artística'' Nt á;;;;tt
ii ""*"'o v sensibilidad de
u lu' ti"t'"áJ i;-i"
i : :::ro artes' índispensables
Ji*l'á:".: T,
fuerte;:;;;á.* :ir"^]"t
proresio-
tistas, sino en l;;i;ti*
*rt¡", una como los fenÓmenos socioculturales
nacionares ¿" #;,f"::tff t3::"'¿;t"i:'Tl oirra el crecimiento de éstas
también f"11 q"" el artísta
pueda consumar
nares,","'n'i'liáL-"i;;;¿I11f
y' en c:nse:1":;";, [:?."i #il^;;;, v
de artesano a artista'
iJi,'"tp"ti"ti¿u¿ rt"á¡, de esta competen- cl pasafe yu **tioíado publica no opera sola ni
Una última'"f1"'Já^'
u "¿'""ián
r' i'¿"stria culturul' t9" sus'entretenimien-
iÍ*"1**STJll?5!.J"t'"-t"Fiversitariosaparecidadáspués
":; ;rislada. t-' el comercio del arte v
I
ra segunda
de la Guerra lYrunur¿r'
segunt"¿il#^i^""o*' t :X*:'5
--,á1¿,
"-" il:'lT¿il:ffin
se
De la licenciatura "o*f,Iá"
trs audioví'""üX; #;;i;i;t "t'it"ut' las artes tradicionales
de los 30 años de
tudiar hasta cerca
e
cl oficialismo' triúnvír'to "'t"
q"";;;i;
u i" mensaies educan'
DasaalamaestrÍa;;;;J'aldoctorado;conseguridadaparece-
comlet:T}l-oottuu y los nuevo' did;;^;Iit'r'¿t'' '"'pá"tivos que ingresan al
iirrrros cimerJsl'La
el tiempo .r,rli* los;;;[os y tambien a loi niños' ya
,e.,
"o' I tx',r hábito,
'
r^vá'p*p-'t=u,il3i:fi:tri:::,;lilT;:n:r*'Jil.
tajas quienes se na 97
g(i
y los transitables;
importante de la edu- bano, que regulan nuestros espacíos habitables
hogar y éste constituyÓ siempre..un eslabÓn nuestro tiempo libre'
la educa- al audiovisu aly alicónico-vernal' que solazan
.aJion'pnblica. Los p,dres, ^t ilt' y al.cabo' continúan Esto quiere decir que la industria cultural
se ha tornado en la más
ción primatra y la secundaria que recibieron' de hs educaciones artísticas para los adultos,
los niños
;;;;;; con verbalizaciones síno con per-
i r", "Jár"scentes. Ella noseopera
dirige a nuestra sensibilidad' cuya na-
suasiones estéticas, o sea,
El triunvirato acaparador tur aleza es sustancíalmente irrational
entre 10s latinoamericanos.
Se ha escrito tanto sobre los medios masivos o industria cultu-
al comercio del
Para simplifícar, consideramos bajo este rubro en sus efectos y problemas
ral, que no necesitamos insistír aquí
arte,ocupaaoa"lasartestradícionales;aloficialismo,centradoen interrogantes vita-
sociales, Pese a todo, se nos agolpan muchas
iu pública, y ala industria cultural, con sus entreteni- escolar frente a esta
"a.r.uiion (cine y televisíÓn)' así les: ¿Tiene algún sentido la educación artística
mientos radiales, musicales y audiovisuales la respuesta' ¿qué
(periodismo, tíras cómicas i,'rarr,.iu quJín ade al hogar? Si es afirmativa
como los denominados icónico-verbales clase de educaciÓn artística necesitamos
en América Latina? ¿Sería
producidos
y fotonovelas), Los tres controlan los bienes estéticos a circular clable superar la industria cultural y al
mismo tiempo exaltar 1as ar-
(las tradicionales y los diseños) y los ponen mutuamente las
,á., lu, artes
po,
tíende a mo- tes tradicionales? ¿Se contraponen o complementan
1", colectívidades del mundo entefo. El triunvirato o debe haber cho-
;rrtes tradicionales y la indüstria culturai? ¿Hay
,rÁpátir^. todos los mensajes públicos y divierte
a todas nuestras
hegemÓnico y los interna-
tanto' que han desapa- que entre los intereses nacionales de tipo
clases sociales y generaciones' Los acaparan de los países más rícos
Propiamente se cionales, así llamados no obstante ser los
recido las subversiones clandestinas o marginadas, rle Occidente?
hadesvanecidoelencantodesuclandestinidad'Ellassíguenbro- influye sobre
crecen y mueren Como es de suPoner, si bíen la industria cultural
tando, pero en otras circunstancias: hoy nacen' l:r educaciÓn artística profesíonal, no la suPlanta
ni estropea, como
siempre trabajo a los artis-
a h soábra de tai triunvirato. Éste da irlla 1o hace con los recePtores de las artes tradicionales.
Carece de im-
tas sin excepciÓn, en alguna de sus dependencias'
y críterios residuales, dominan-
fortancia si ellos son de actitudes aprovechable y
tes o emergentes, todo es absorbible y absorbido' l,a educación artistica hoY
de la ine-
,fror".nuJo' Si se prefiere, acapar.a.la pluralidad propia
las actitudes: pro-
vitable diversidad hr*u.u, se satisfacen todas Una vez visto todo lo que concierne dírectamente
al funciona-
Entonces' cada
gresistas y conservadoras, radicales y reaccionarias' para establecer
rriento de la educación artlística, hagamos un alto
í.ro obtiá.te lo que le gusta; los ideales comunes y predominantes l;r situaciÓn actual de ésta en sus dos versiones: escolar y profesio-
ia diversidad
han desaparecido. Sin émbargo, no puede desaparecer rr;rl. sobre todo, los adelantos tecnolÓgicos
en 1a producción de imá-
axiológíca que no es Pluralidad' tradicionales que han ido
por la indus- ,,,:,'ro nr. suscitado vuelcos en las artes
La humanidad actlal, a su vez, se halla fascinada ,'n cletrimento, en primer lugar, dei artista como
individuo solo y
y festivo tiem-
tria cultural, cuyos entretenimientos colman su diario ,risl;rclo, capazde propone''1go nuevg
a su colectividad por medio
las necesidades temáticas
p. riu*. Dicho de otro modo, satisface En pocas pala- rlt'i;us obras. Uoy péaomi'lin las obras de arte
(cíne' televisiÓn)
(la narrativa), estéticas y artísticas del ser humano' de gente y.de aparatos' aunque en el equí-
nuestros ámbitos socio- ¡rr,rclucidas po, "qripos
bras, la índustria cultuial acapafa todo en del arquitecto' el diseñador o de
l)() (luepa siempre "ipt"a"i'inio.
culturales, incluidos los artísticos' ( urrl(luíer artista rr.," obra pública de su concepciÓn'-Sea como
tam-
No olvidemos que las nuevas artes son las tecnolÓgicas' ".r artÍstica ha quedado tezagada en relaciÓn con
lr¡,'r'tr, la educaciÓn
para que sus
bién denominadas disenos, que han sido programadas l,,r; t'rur-lbios socíoculturales de su derredor'
entera del ser humano'
atractivos recursos estéticos cubran la vida lllrttlcloelmundolaeducaciÓnartísticaatravíesaactualmenteun
Nosreferimosalcliseñográficoyalirrclustrial,cJuelnanejlrtlnues-ur- escolar como la profesional' En
arc¡ttitccttit-lit-'tl -y l1 l,()r.unil ht¡ncl¿t crisis, t¿rnto 1¿l
tras inft'¡rm¿tcit-tt-lcs y ,.,t"nrlll,',, c<ltitli¿rntls; itl

L f )ft
f)l)
inicio se pensó que sus difícultades eran pedagógícas y se quiso de- optamos por la libre expresión del píntarrajear y garubatear del
fínír los cambios artÍsticos radicales acaecidos con los críterios es- niño. En los años noventa, México prefirió dedicar la educacíón
tablecidos de arte. En realidad, sus problemas eran epistemológi- artístíca escolar ala apreciación y la expresión verbal de sus expe-
cos, en tanto habían cambiado de raíz las ídeas básícas de arte y se riencías, en remplazo de la expresión manual, encumbrada antes a
les clebía mírar de distinta manera y con díferentes críterios. Eran fuerza de fetichizaciones del artista que inculcaban en el niño la
también sociológicos los cambios, en cuanto las condicíones so- idea de que sus garabatos eran tan valiosos o más que un Rafael o
cíoculturales actuales mostraban una naturaleza rrruy diferente a las un Tiziano. Esta ridiculez de todo un siglo va quedando atrás y, si
que habían dado orígen a la educacíón artística: la escolar a prin- hoy permanece, es en su calidad de mero complemento de la apre-
cipios del síglo xtx con J. E. Pestalozziy la profesional a partir del ciación artística del niño. A partír de 1950 vino la incorporación
síglo xvt. de varias artes en la educación escolar, como la música, la danza
Como siempre, las culturas hegemónicas respectívas de nues- y el teatro, antes considerados extraescolares.
tros países importaron, con tardanza pot lo regular, métodos o es- Pese a las condiciones adversas a las artes tradicionales, no nos
trategias educativas adaptándolas a nuestras concretas realídades han faltado artistas. Al contrario, nos sobran, aunque una buena
colectivas. En verdad, las adaptábamos super{ícialmente, dado que cantidad de ellos sigue sín pasár de artesanos a artistas, Nos fal-
hasta ahora desconocemos díchas realidades en toda su profundi- ta elímínar aún muchos anacronismos en la educación escolar y
dad y entera amplitud. Si bien durante la Colonia trasplantamos las en la profesional. La primera ya tíene definido el objetivo princi-
academias (México, 77831 a nuestros suelos unas décadas después pal que le dicta nuestro tiempo: aminorar el déficit de aficiona-
de la introducción de ellas a la Península Ibérica 1752), fueron si- dos a las artes tradícionales por medío de la enseñ anza de la apre-
glos de tardanza respecto a Francia (1648) y altalía (1577\. Lo cier- ciacíón artística y estética. El anacronísmo de la profesional cabe
to es que ellas desalojaron los gremios de la rectoría de las cuestio- centrarlo en la relación de la teoría y la práctica (aula y taller).
nes artísticas y estéticas. Sobre todo, los desalojaron de la enseñanza Como veremos en el capítulo siguiente, la solución se encuentra
profesíonal, en la que popularizamos el aprendízaje del dibujo, la en la teorización de las prácticas sensoriales y en la "pragmatiza-
aptitud fundamental para toda actividad humana y hasta entonces ción" de las teorías.
monopolizada por los gremios, al ponerlo al alcance de nuestros En suma, tenemos por delante Ia actualización de ambas edu-
artesanos del siglo xvrtr. cacíones artísticas. Como primera tarea hemos de asumir las ac-
Después nos fuimos renovando con importaciones francesas y tuales condíciones socioculturales de nuestros países, para luego
estadounidenses últimamente. En la actualidad, la mayoría de nues- utllizar los cambíos epistemológicos frente a las artes, Ya hemos
tras juventudes con inclinaciones artístícas estudian diseños; pocos descrito 1o externo de las condíciones socioculturales, en que la al-
se dedican a las tradicíonales artes líbres. En los aprendizajes de fabetizacíón y la educación pública demandan mejoras sustanciales,
unos y otros, predominan hoy las recetas y los empirismos, sus cons- una íntima relacíón entre sí y relativa a la industria cultural. Nos
tantes compañeros. Como en cualquier parte del mundo, nuestras falta enfocar lo interno de las mismas condícíones que se concre-
academias oscilan entre teorizaciones estériles y empirismos mio- ta en nuestro elemento humano, vale decir, en los productores de
pes. No se encuentra una vinculación real entre la teoría y la prác' bienes espirituales (cíentíficos y estéticos), casi siempre proveníen-
tica, esto es, entre el aula y el taller. Nuestras culturas populares tes de nuestras clases medias. Estos productores príncipían su for-
continuaron trabajando en sus condiciones precapítalistas y con un mación cultural en el hogar.
catolícismo rico en elementos indígenas y africanos, esto sea dicho
al margen.
Los métodos y estrategias escolares también nos vinieron de I logares sin tradición artística
fuera y las pusimos en práctica en este siglo. Príncipiamos con la
discíplina det dibujo con modelo, como viendo en el naturalismo No creemos exagerar si tomamos los hogares como parte im-
un imperativo cultural de progreso. Lr:ego, ¿l medi¿rdos del síglo xx, lrortante de las artes, desde que éstas dejaron de ser religiosas y

t(x) l()l
lr
se tornaron en profanas. Aludimos, claro esti, a los hogares me- cida con la revolución industríal y partidaria de un Estado laico.
Pero 1o que aquí nos interesa es la introducciÓn de las acti-
socráticos; las clases populares no poseen sala de estal en sus
hogares. En esta sah éncontramos hoy un televisor y un tocadis- vidades artísticas en los hogares burgueses. Éstas imítaron, sin
.orl .o*o excepción libros y alguna que otra obra de arte. Si nos duda, a sus aristocracias o monarquías cuyos niños ya recibían en
sus hogares lecciones de dibujo, como antes de escritura. Fue en el
atenemos a la situación mundial, advertiremos un desmoronamien-
to de los hogares eufopeos, sus salas de estar han perdido ímpor- siglo ñru cuando entró el dibujo en los hogares burgueses. Así
tancia últimamente como centro de reuniones familiares y, sobre nice el d,ilettantísmo, que es el entretenerse con una activídad ar-
todo, de las sociales, Las causas son conocidas: la falta de servício tística y que se diferencia de la aficíÓn a las obras de arte, para ro-
de limpieza barato ha convertido en problema de difícil solución dearse-de ellas. Recordemos, como ejemplo, a W. Goethe y F. schi-
cualquier reunión, en especial toda habitaciÓn de más de 100 m' ller en lo que es hoy Alemania, El dílettantismo no podía ser de
de superficie. Padre y madre trabajan y los híjos abandonan el píntura, dá grabado ni de escultura, por el trabajo manual que
hogaia los 18 o 20 años de edad. Lo vital de la família se cifra en estas artes iáp[caban. Además el dibujar, igual que el escribir,
el iutomóvíl y en las vacacíones anuales. Sí vemos algún cuadro o era en parte arte y en parte una activídad práctica para toda ac-
una escultura de pequeño formato, es pot herencia, no se les cru- tividad humana. como es sabido, el aprendizaje tuvo entonces
zalaidea a 1os padres de familía de ser coleccionistas, No obstante, lugar en el hogar con un maestro. Obsérvese aquí la apariciÓn de
son asiduos visitantes de museos que se informan en revistas y en ,rr-, ,rr"r, funtiOn de las artes: el dilettantísmo o la dífusíón de sus
libros especializados. activídades de producción, como al final del siglo xx vemos en
La siiuacíón descrita ha oblígado a los europeos a impartir una la pintura de caballet e; el dilettantismo era afecto siempre a ver
educación artística escolar centrada en la apreciaciÓn, para con ella las obras de los artístas. Después Ia medícina descubrirá los
subsanar la Íalta de aficionados y contrarrestar los efectos indesea- efectos terapéuticos de las actividades artístícas, como las de la
bles de la televisíón en los niños y adolescentes, al mismo tiempo pintura.
que se les despierta la aficiÓn por la lectura, Por otro lado, registra- Es en el siglo xrx cuando J, E. Pestalozzi Í746-1827) introdu-
Áos cierta ínclinación de las nuevas generaciones actuales a vísitar jo la enseñanza del dibujo en las escuelas, con Ia geometda como
los museos etnográficos, donde se juntan el artefacto y el arte, así Ll ínstrumento principal. No es que simplemente se haya popula-
como a las exposiciones de obras provenientes de Afríca, Asia o La- rizado una enseñarrru br-rrgr"sa, como antes se había aburguesado
tinoaméríca, én busca quizá de 1o mítíco que viene perdiendo Euro- una aristoctática, Lejos de esto, las razones eran profundas y muy
pa desde el siglo xvtII, el "de las luces". unidas a los efectos de la primera revoluciÓn industríal, de tal ma-
nera que el dibujo era tambíén visto como una continuaciÓn de las
mateÁátícas (la geometría) y de |a escrítura. Precisamente un inte-
¿Cómo y cuándo surgió el arte en
los hogares europeos de la clase media? lectual, C, H. Saint Símon Í760-1825), que abogaba por la forma-
ción de un profesional que fuera ingeniero y alavez artista, va a
En la respuesta hemos de diferencíar entre obras de arte y reclamar la popularízaciÓn del dibujo entre los artesanos, como es
las actividades artísticas, Cuando las artes fueron religiosas, sus cle esperarsá, tr*bié., intervenÍa el concepto de dibujo como arte'
obras colmaban los templos y los hogares teocráticos. Después el qué poco a poco se fue imponiendo y llegÓ a su cúspide cuan-
van a aparecer los guerreros que se aristocrattzan y operan al .lo se postulo al nino como creador a fines del siglo xx. como re-
lado de la Iglesia, Las clases medias, también rotulada burgue- sultado, se comenzó a imponer al escolar el dibujo a rrlano alza-
sía, van , r", lur autoras y actrices de la laicización de las artes rla. Después se incorporarán al hogar otras attes, como la música
tradicionales, El síglo xvlt holandés nos da cuenta cabal de la t:lásica. Ya hemos señalado cÓmo en algunos países europeos se
importancía de la burguesía con la predominante pintura de ca- ticnde hacia la apreciaciÓn artística, por haber perdido fiterza el
ballete, Durante el siglo xrx veremos cómo en los hogares de la lrogar como apoyo artístico.
clase media parisiense van ingresando pinturas, una vez enrique-

t l()2 lo3
se tornaron en profanas. Aludimos, claro esti, a los hogares me- cida con la revolución industríal y partidaria de un Estado laico.
Pero 1o que aquí nos interesa es la introducciÓn de las acti-
socráticos; las clases populares no poseen sala de estal en sus
hogares. En esta sah éncontramos hoy un televisor y un tocadis- vidades artísticas en los hogares burgueses. Éstas imítaron, sin
.orl .o*o excepción libros y alguna que otra obra de arte. Si nos duda, a sus aristocracias o monarquías cuyos niños ya recibían en
sus hogares lecciones de dibujo, como antes de escritura. Fue en el
atenemos a la situación mundial, advertiremos un desmoronamien-
to de los hogares eufopeos, sus salas de estar han perdido ímpor- siglo ñru cuando entró el dibujo en los hogares burgueses. Así
tancia últimamente como centro de reuniones familiares y, sobre nice el d,ilettantísmo, que es el entretenerse con una activídad ar-
todo, de las sociales, Las causas son conocidas: la falta de servício tística y que se diferencia de la aficíÓn a las obras de arte, para ro-
de limpieza barato ha convertido en problema de difícil solución dearse-de ellas. Recordemos, como ejemplo, a W. Goethe y F. schi-
cualquier reunión, en especial toda habitaciÓn de más de 100 m' ller en lo que es hoy Alemania, El dílettantismo no podía ser de
de superficie. Padre y madre trabajan y los híjos abandonan el píntura, dá grabado ni de escultura, por el trabajo manual que
hogaia los 18 o 20 años de edad. Lo vital de la família se cifra en estas artes iáp[caban. Además el dibujar, igual que el escribir,
el iutomóvíl y en las vacacíones anuales. Sí vemos algún cuadro o era en parte arte y en parte una activídad práctica para toda ac-
una escultura de pequeño formato, es pot herencia, no se les cru- tividad humana. como es sabido, el aprendizaje tuvo entonces
zalaidea a 1os padres de familía de ser coleccionistas, No obstante, lugar en el hogar con un maestro. Obsérvese aquí la apariciÓn de
son asiduos visitantes de museos que se informan en revistas y en ,rr-, ,rr"r, funtiOn de las artes: el dilettantísmo o la dífusíón de sus
libros especializados. activídades de producción, como al final del siglo xx vemos en
La siiuacíón descrita ha oblígado a los europeos a impartir una la pintura de caballet e; el dilettantismo era afecto siempre a ver
educación artística escolar centrada en la apreciaciÓn, para con ella las obras de los artístas. Después Ia medícina descubrirá los
subsanar la Íalta de aficionados y contrarrestar los efectos indesea- efectos terapéuticos de las actividades artístícas, como las de la
bles de la televisíón en los niños y adolescentes, al mismo tiempo pintura.
que se les despierta la aficiÓn por la lectura, Por otro lado, registra- Es en el siglo xrx cuando J, E. Pestalozzi Í746-1827) introdu-
Áos cierta ínclinación de las nuevas generaciones actuales a vísitar jo la enseñanza del dibujo en las escuelas, con Ia geometda como
los museos etnográficos, donde se juntan el artefacto y el arte, así Ll ínstrumento principal. No es que simplemente se haya popula-
como a las exposiciones de obras provenientes de Afríca, Asia o La- rizado una enseñarrru br-rrgr"sa, como antes se había aburguesado
tinoaméríca, én busca quizá de 1o mítíco que viene perdiendo Euro- una aristoctática, Lejos de esto, las razones eran profundas y muy
pa desde el siglo xvtII, el "de las luces". unidas a los efectos de la primera revoluciÓn industríal, de tal ma-
nera que el dibujo era tambíén visto como una continuaciÓn de las
mateÁátícas (la geometría) y de |a escrítura. Precisamente un inte-
¿Cómo y cuándo surgió el arte en
los hogares europeos de la clase media? lectual, C, H. Saint Símon Í760-1825), que abogaba por la forma-
ción de un profesional que fuera ingeniero y alavez artista, va a
En la respuesta hemos de diferencíar entre obras de arte y reclamar la popularízaciÓn del dibujo entre los artesanos, como es
las actividades artísticas, Cuando las artes fueron religiosas, sus cle esperarsá, tr*bié., intervenÍa el concepto de dibujo como arte'
obras colmaban los templos y los hogares teocráticos. Después el qué poco a poco se fue imponiendo y llegÓ a su cúspide cuan-
van a aparecer los guerreros que se aristocrattzan y operan al .lo se postulo al nino como creador a fines del siglo xx. como re-
lado de la Iglesia, Las clases medias, también rotulada burgue- sultado, se comenzó a imponer al escolar el dibujo a rrlano alza-
sía, van , r", lur autoras y actrices de la laicización de las artes rla. Después se incorporarán al hogar otras attes, como la música
tradicionales, El síglo xvlt holandés nos da cuenta cabal de la t:lásica. Ya hemos señalado cÓmo en algunos países europeos se
importancía de la burguesía con la predominante pintura de ca- ticnde hacia la apreciaciÓn artística, por haber perdido fiterza el
ballete, Durante el siglo xrx veremos cómo en los hogares de la lrogar como apoyo artístico.
clase media parisiense van ingresando pinturas, una vez enrique-

t l()2 lo3
que toda pcrsonir
en silencio lo colectivo' Lo ideal seria
oue anida en su rnens¿l'e
A1 fin y al cabo' esto i"¿*li'" io cotectivo y 1o fantasee
y alguna o algunas de las artes tradicionaies' de tidad defini¿'
i' i^¿i"i¿ú'"i0" demanda una univer-
ya que en el Primero el público esto q"" e"" sea legible a la
caracterizaar rercer Mundo, u obra, Pero ";;;tt;; a"i *"tt"j" p;;;
museos de arte' la tecluli
;;;;;il;", ,'*bie" lee v visíta de cómo' a 1o
para sorprendernos
salización de
con f";T;;P^It"d; li";eá
entre nosotros' colecti-
Bastan algunas reflexiones colectividad' lo personal o algu-
clases t"ái" siempre dírigieron
sus o latinoarn
(nacíonalizamos "¡r:^nA^^os) qt'" ésta resulta
largo de la historia,-tt'""'*' o bien al bienestar vizamos
su lectu";^;; p""to
ambiciones a su propio bienestar
econÓmico na realidad " it'¿i'iJt"*os Es de lamentar
de las clases populares' dicha
material y espirituaiii;t;;;;;*luidas) accesible sólo d;;;t'ot"'
a '"uiid'd'a rnandar por de-
necesidades de elev¿r sus nive- oue no haya sido estudiada sido
No se percataron J" "'propias su culpabilidad en nues- ;,..it;;;""¿t' "u"""'p'Jtf*iá'a
d; t;;; J"f""tiuo' ni hava
les artísticos e inteülttJ"i "ip"rcibieron hnte to colectivo ñ"'*utta'¿ de 1o colecti-
países' de u
la Lvident e falta' en nuestros a¡abzadanuestra. 'Li"""ti" ^t"ptu'''i
tros atrasos cuituraies' Ante el ballet y el casi siempre díscolos'
y de interesados en vo con nuestros rndividualisrrlos'
lectores, de visítanü á" Ár'rr"o, de las t;;;" de KeYserling cuando'
teatro, pensaron ;;d*;t al puéblo y en hacerlo partícipe No estuvo d"iHi;iJtni"*:vio "l;;;;;"cia lo'específico dei
artes tradicionales' E" áfi¿'á'
hs citadas minorías 111 las Oue' en los años treínt';;'"g1;'xx' ganancia' gusto o ca-
1""' libros y rwistas especializadas' U"""^ó' las cosas po' p*tt"
ante todo y sobre ;JJ;'^;;;"
visitar museos , t;;;;
to*o adquiiir
"'i económica y la 9br1s
d"
T:"^ 3"*:-
intelectual necesanas'
latinoamericano'
pricho Y es que á;"*; :':lll-;
En síntesrs' ;*::il"itffJ;?l,T["H:
actos' sean
;;;;ñpor"á,itu 'oi'"ncia En resumidas cuentas' nuesttos pro- trienten nuestros
que de , ,-árir¿rJes .ol""ti'as'
no el obrero ni eI á*p"tit'o' de i*ár¿ Sucede 1""t"':::':-']
deiamos sín trabaio
a Ia fantasÍa'
de ra producción latinoamericana
fesíonales son ros;;;;i;s consumido-
pretéritas o
"tuiL'' li*" a las artes' para ver has-
sino también como de estos problemas'tto" de
cultura, no sÓlo como productores El tenor i"it ¿" ptoduccion como
ta qué punto l"
o como díletantes' pitatiit's artísticas' i-
res, esto es, como aficionados
problemas de identidady crea' l''"'ál' il""'"u1"*;;" ; la creatividad cientÍf
Hemos mencionado endémicos y de re- recápción, pt'"a"f tt'e"' lo importante constituye
tívidad en estos p;;;;";s;
problámas interrelacionados ca y aun l^ o"*"'
juício' "''' "';"tt-]^^'"
il*i'i r *''i¡;Ia tsens
cíproca dependeniá' itt á"
iáentidad s'e :enlran'' ' ":"^tlt" er pensami""" 1 "ru;.:.T:Í['J#3:.:flil?;
o la-
identidad colectiva' nacionai ái'""* con la fantasía y con ,.,to produ-
en la sobrevato"tiá áe nuestra gt que le damos prioridad a ésta' sin
tinoameric",,', ¿'io ^i'*o' con el cual hemos de con-
pensar siquiera en nuestro
yo personal'
-Es
posible que esta sobrevaloraciÓn
::'ffi"::n;r'**s:ll::j,'imn'lTffijfl"*angibres'
no solo un autocon"tiái""'"
dJnuestra rtaturaleza
ciliar y h"r-u"ut l' "ot"tti*' (o^bi* t"' y nos permite tam- sino
de nuestra solída- y de n'"stro modo de ser'
sea un cómodo á;i" vacio 't'jo) en torno o" t"'It'l';J;d;á nuestras artes y nuestros apor-
";; de la identidad
ridad nacional' Lo innegable "s "1 '*'ullamiento ha devenido un bién de t"'"""' "'lfit'*s
estéiicas' nuestra sr-
;;;;;;;; rnodo' nos da a conocer
del yo personal p*;Iñ;;i"t'.t*
Prácticamente' tes científitt''
iádividualismo muy nuestro' cuya
naturaleza y científica'
tapujo y con la tuación estética' artística
"r"o.,d" "'e
díscora viene de la simple
farta de metás personales, Hoy,
sur-
los proyectos universales"vemos
caída de fm iO"oiogJt y ¿" no ha
gir la etnia i3 primitivo áel s"' humano' ¿Acaso por NUESTRAS INTEGRACIONES
"o*o ^ás
venido ,r""ai"ráol;;irir" con
la identidad latinoamericana DlFERIDAS
la falta de ProYectos colectivos? y crítico a decir jus-
de nuestros profe- pues bien, este pensamiento rógico l_T^:" o cohe-
Al detenernos frente a los comportamíentos r" ur#á" íarias inteqraciones
síonalespercibiremoscÓmonuestra*b'"t'u1o"ciÓndelaídentidad hmente 0," Jl;5;.?á" p;;;i f o*ut áe jndole colecti-
de los profesionales latinoame- unas de caráct".
colectiva r*p*""i" álu^t'""ti"i¿ad siones vitales,
entre ;ü;;át"nal
y el yo colectivo'
sus éxitos y f"t'"ot' por
ejemplo'
ricanos, Éstos atribuyen todos va, Ya vimos el desajuste
io g"n""t'
colectiriauá'"ü' Lt'ut'*os 1o personal' en el
a su "o lo7
to6
Nuestra falta de íntegraciones equivale prácticamente al hecho sensibilídad depende de las relaciones sostenidas recíprocamente
de no saber o no querer coordínar o integrar, formar o unificar los por la razon,la-sensibílidad y la fantasía' Recordemos como un in-
componentes de nuestras distintas realídades. No está en nuestro ái.io ,"g.r, o la fiterza terapéutica que descubrió la medicina en las
repeitorio el verbo integrar. No es que estemos desíntegrados, práctical de h píntura. La decisión viene, en primer término, de los
individuos excepcionales que optan por alguna afición artística. Pero
nos falta integrarnos por primeravez o, 1o que es 1o mismo, se ^medio
trata de emprender las integraciones que venimos difiriendo injus- el Estado, por de Ia educaciÓn artística escolar, debe alla-
tificablemente. Comenzaremos por el desequilibrio más notorio, nar un .rrni.ro hacia ias artes que sea transitable para las mayo-
el de nuestro pensamíento lÓgíco y crítico en relaciÓn con nuestra rías demográficas desde su niñez'
sensibilídad, otra realidad colectiva que aún no funciona de manera integral
no
En la sensibilidad, como sabemos, se hallan concretadas nues- son nuestras vidas nacionales. En cada uno de nuestros países
tras culturas estéticas, cuyo conocimiento o toma de conciencia encontramos una aceptable circulaciÓn entfe sus clases sociales,

precísamos con urgencía. Nuestra autoconciencia estética sería un que posibilite el ,r."Á.o de las populares a las medias. Racismos
nuestras mayorías de-
hito tu., importante en nuestras evoluciones nacionales como en los i otás discriminaciones 1o impiden, laporque
años veinte 1o fue nuestra autoconciencia latinoamericanista, en la mograficas se hallan margínaáas de educación y de las activída-
des politicas y sociales. Todavia tomamos las culturas y las
etnias
que nos aceptábamos como realmente éramos y somos: diferentes
a los europeos y a los estadounidenses' por productos raciales y, 1o peor, creemos en razas inferiores y
Esta falta de integracíón entre la sensibilidad y el pensamiento ,,rp"iior"r. En pocas paiabras, amplios sectores de nuestras pobla-
ciánes no partiiip".r L.r la vida nacional, por carencia de
[a edu-
lógico se materializa en el archiconocido desequilibrio entre nues-
cacíón más elemental, salvo si 1o hacen como fuerza de trabajo
ba-
tri cultura estética, frondc,sa y actíva, y nuestra cultura cientÍfica,
paupérrima siempre, Somos muy sensíbles, pero muy pocos razo- rato. Es por esta razÓn que nuestras clases medias permanecen
magras ¡siempre están a;helando el tránsito hacia las altas'
AsÍ'
.r"-or 1o que somos; contamos con muchos artistas y con poquÍsi- en ricos y pobres,
mos cientÍficos. Las consecuencias son de dominío general: persis- ,-r,1átrm socieáades se dividen abísmalmente
ten nuestros problemas colectivos por ausencia de conocimientos apenas sí una delgada clase media los separa'
científicos de nuestras realidades nacionales, premisa de toda so- En consecu"rr.ir, la ausencia de una integración intranacional
lucíón a los problemas de éstas, Las ciencias son las únicas capa no cleja que cfezca 1o suficíente la cantidad de nuestros producto-
res de bienes culturales ni el número de públicos pafa los bienes
es-
ces de solucionar los problemas colectivos, Ingenuamente solemos frena
pensar que las artes lo pueden hacer, cuando a 1o sumo sÓlo solu- téticos producidos en el paÍs. Propiamente, la desintegraciÓn
los mertirajes culturales, base de toda evoluciÓn cultural sana.
No
cionan problemas personales de tipo anímico. y vecin-
por nada los mestizajes son propios de toda convívencia
El mismo desequilibrio registramos en el interior de las cien-
cias y en las intimidades de las artes, unas y otras en su calidad de iad; constituyendo inevitables asimilaciones culturales. Pero diferen-
fenómenos socioculturales, Las primeras son escasas en fecunda ciemos los mestizajes relacionados con nuestra morosa evoluciÓn
creatívídad por insuficiencia, precisamente, de ligazones entre un cultural y aquellos Lncaminados a enfrentar, al fin,las pluralidades
pensamiento |ógico y una fantasía, ambos iguaimente avanzados. y diversidad", crrlturrles intranacionales. Las primeras han de ser
las se-
En las artes echamos de menos unas pIÓsperas ciencias del arte que rrclmitidas con tolerancia, pero sin jerarquizaciones, mientras
gr:ndas nos han de permiiir establecer prioridades, después
de di-
impulsen a las artes con el contrapeso de renovados conceptos ar-
tísiicos. Como resultado, nuestros artistas abundan personalmente ],,r",-,ciar las residuales de las domínantes y emergentes' No olvi-
en empírísmos y escasean en teorizaciones' tlcmos que los europeos vienen respaldados por miles de años de
Creemos, en fin, que las aficiones artísticas pueden operar rncstizajls tricontinentales (Asia, Ñrica y Europa) acaecidos en Asia
como antÍdotos de las enfermedades de identidad y creatividad pa- Mcnor. Nosotros contamos, en cambio, unos 150 años de asimilacio-
rrcs frcnte al munclo entero. Como es de suponer, la mejor
instancía
decidos por nuestros científicos y nuestros artistas. operarían así colectivos'
rlt, irr-r¡rulslrr l¿ts ltsinlil¿tciones culturales son los proyectos
las artes, si ¿ceptáscmos que el equilibrio cntre l¿ mentalidad y la

l( )tt lof )
L
Precisamente la integración intranacional podría ser el mejor pro- errados si afirmamos que nuestros mestizajes culturales deben ven-
yecto y así el futuro nos uniría más que el pasado y eI presente. tilar su vitalidad frente al mundo o, si se quiere, frente al actual
Pasemos ahora a nuestra integración l¿tinoamerícana que los momento histórico. El attestructantsmo más que ayudar nos perjudi-
gobiernos sacan a relucir, no obstante, falta mucho tíempo para ca; repetimos: siempre será irremediable la pluralidad de actítudes,
verla de veras factible en sus manos, El íntercambio real lo realí- unas favorables y otras adversas a nuestros intereses, sean éstos ma-
zan, de hecho, nuestros profesionales entre ellos y 1o hacen á pun- yoritarios o minoritarios.
ta de los esfuerzos personales que les imponen los innumerables
impedimentos ofícíales, como son los ínfraestructurales (aduanas,
bancos y correos), verdaderos estorbos del intercambío latínoame- ROL DE LA E,DUCACIÓN
ricano de bienes espirituales, No olvídemos, sin embargo, el me- ARTÍSTICA EN NUESTRAS
nosprecio con que nuestros profesionales suelen rechazar las obras INTEGRACIONE,S
de sus colegas latinoamericanos y prefieren limitarse a las euro-
peas y estadounidenses. Muchas veces éstas son más accesibles ¿Cómo emprender cada una de las integraciones o cohesiones
que las nuestras, además de escasear los bienes que sean de ver- que venimos difiriendo y que acabamos de descríbír?
dad intercambiables por su valía intrínseca. Deber de nuestros go- No nos proponemos ofrecer aquí recetas ni recomendaciones
biernos es coordínar sus esfuerzos para ir elimínando las trabas ofi- definitivas o suficientes. Deseamos solamente delinear muy some-
ciales mencionadas y al mismo tiempo solucionar nuestros mayores ramente las posíbílidades que tíene la educación artística en nues-
problemas colectivos comunes, comenzando con la infraestructura tras integraciones pendientes. En primer lugar, están los indivi-
educativa. Por desgracia, todas las íntenciones voceadas, aun las bue- duos que han de elegír o no la utílización de dicha educación,
nas y honestas, se desvanecen en una vana retórica de promesas y En caso afírmatívo, decídirán con cuáles finalidades hacerlo. En
de altísonantes actos de fe latinoamerícanista. Si algo concretan, es segundo lugar se halla el Estado, con su obligación de poner al
el intercambio suntuario de espectáculos artísticos y deportivos, que alcance de los indívíduos tal educacíón; no ímporta sí el ofícía-
más bíen son tareas municipales que estatales. Las pobrezas infra- lismo intenta persuadirlos pára que la utilícen en un sentido fa-
estructurales avergüenzat y deben soslayarse, vorable al orden establecido. En el siguiente capítulo, dedicado a
Por último, tenemos nuestra integración mundial o internacio- la construcción de un modelo latínoamericano de educación ar-
nal, ¿Estamos en verdad íntegrados al mundo? ¿Nuestra integración tística en sus dos vertíentes, escolar y profesional, veremos que
es de ricos y pobres, avanzados y atrasados o de iguales? ¿Nos ame- la prímera debe centrarse en el autoconocimíento estético, mien-
nazala globalización que de económica quiere pasar a cultural, ar- tras la segunda gkará" en sus dos ejes: lateorización de sus prác-
tística y estétíca? ticas y la "pragmatizacíón" (o exaltación de los aspectos práctícos)
La Índustria cultural y el comercio del arte nos persuaden o nos de las teorías.
presionan. En verdad asÍ es y cedemos, pero cedemos adoptando El punto central 1o vemos, pues, en la autoconciencia estéti-
paramentos, objetos, entretenimíentos y comidas con nuevos sabo- ca, y ésta presupone la producción de conocimientos de nuestras
res, sin por esto renunciar a nuestra saz6n y a nuestras profundas culturas estéticas y comprende su difusión por medio de la edu-
valoraciones estétícas, Ampliamos símplemente nuestros gustos. Ad- cacíón artística. La construcción del citado modelo requerirá te-
quirÍmos nuevas ideas. Nadíe 1o duda y éstas pueden usarse con ner muy en cuenta las condicíones socioculturales adversas que,
diversas finalidades. Son los riesgos de los mestizajes culturales de en América Latina, asedian prácticamente a la educación artísti-
la contemporaneídad mundial y lo decisivo estará siempre no en la ca. Lo hacemos con el fin de denunciar la culpabilidad de los
unanimídad síno en las resultantes, de suyo mayoritarias, de la va- gobiernos, más que de los individuos, con el objeto de adaptar-
riedad humana, No podemos dejar de pensar en los chicanos, quie- la a las aversiones artísticas, para superarlas en el mismo ejercicio
nes pese a los años de vida estadounidense síguen síendo en bue- de la educacÍón artística. Ésta contrapondrá situaciones ideales a
na parte mexicanos y en parte estadounidenses. No creemos estar las reales,

llo tIl
de apreciaciÓn toman mu-
Nos centramos en la autoconciencía estética con cuatro obje- tima de las ciencias, en tanto los cursos con sus pluralida-
tivos: cho de las ciencias de las artes; la intranacional, y la mundial' En
des y diversidades Áoitiptes; la
latino¿mericana'
la sensibilidad y la fantasía'
1. como autoconocimiento de nuestro gusto o escala de valo- síntesis, cohesionar";;;i' mentalidad'
res estéticos, dentro de las pluralidades y las diversiones latí- previodominiosensorial,entodasnuestrasactividades'lasprofe-
noamerícanas, para así saber cómo somos y actuamos esté- sionales entre ellas'
lectores nos condenen por
ticamente. Es lugar común en la cultura occidental reconocer Es posibie que muchos de nuestros
condiciones socioculturales de las
el derecho que, de ejercer su gusto, posee toda persona y el pesimismo con q"";:;Ias
duras y hasta brutales nues-
toda colectividad. No caben díscusiones al respecto, artes en América Latína. Quizá sean
2. como reguladora de nuestro sístema de decisiones prácti- tras consideraciones, por tratarse
también de nuestra autocrítica
u
cas, cuando falla la razon; evidente hecho que ha sido ig- como autores d" ;; fneas" Talvez nuestro afán de realismo
No estamos ciegos'
norado por práctico y pedestre y, por eso, siempre estuvo á!áit-r-. ,,o, huy' impuesto la rotundídad'y numerosos méritos de los
sín embargo, paral;nát*
cubierto de aspaventosos idealismos y de engañosas fetichi- los reales
preocupaciÓn personal bus-
zacíones. profesíonales latinoamerícanos' Nuestra
3. como oríentadora de nuestras asimilaciones o mestizajes cul- ca, precisamente, liberar tales méritot
á" ataduras y desviaciones
ámbitos culturales' des-
turales, tanto los intranacionales como los ínternacionales. impuestas inadvertídamente por nuestros
ctudeza nos hace ver muchas
En la práctica, nuestro gusto comanda estas asimílaciones, critos por nosotros con crudéza' l-a
para llevar a cabo con éxito las
mediante sus preferencias y aversiones, irracionales por an- salídas prácticas en los individuos
práfesionales tomamos conciencia
tonomasía. cohesiones p".Oi".á li .o-o
en las cuestiones cultu-
4. Como guiadora de todas y cada una de nuestras artes, en de nuestra ,"rpo,"ui"'liJ'¿ y culpabilidad
recuperar la confianza en noso"
tanto éstas son meras tecnologias o sistemas culturales pro- rales de América Latina' poát"*át
personales hacia la cohe-
cedentes de Europa que, como bienes del patrimonio huma- tros mismo, y atui"t "uistros esfuerzoi
yo iolectivo' así como hacia
no, no necesariamente han de estar ligadas a la estética oc- sión de nuestro yo personal y nuestro
los dós primeros pasos para la su-
cidental; han de servír a cualesquiera de las estéticas y a todo nuestra creatividaiig*o' '"iiut'
La educacíÓn artística nos
mensaje o intención temátíca. ;;;i;^ de las dernás desintegraciones, sus realidades' internas o
enseñará que el artista no sOl'o expresa
construye asimismo nuevas
Estos objetivos nos aclaran el papel que puede jugar la educa- colectivas, ni únicamente su identiáad:
de.nuestra identidad latinoameri-
ción artÍstica con sus temas, cargas estéticas y propiedades genérico- realidades y .",o*Ját "p"ttot
de la fantasía'
artísticas en la empresa de materialízar las integraciones ya deli- cana; construye en la tieira de nadie
neadas. No vemos en la autoconciencía estética un cúralo todo, sino
un remedio parcíal, esto es, insuficiente. Quízá sea un coadyuvante
más que una determinante de tal empresa, En nuestra opinión, los
efectos beneficiosos de la educación artística, difusora de tal auto-
conciencia, resíde en nuestros profesionales en últíma instancia.
Pero el Estado se halla obligado a suministrarla, para que dé a co-
nocer todas las posibilidades de elección. La educación artística
escolar genera la autoconcíencia estética y en los cursos de aprecia-
cíón artística hace más reflexiva nuestra sensíbilidad. Así cohesio-
naremos sensibilidad y mentalídad, teoría y práctica. Entonces, esto
beneficia a las integraciones: la de nuestr"as indigentes ciencias y
nuestras gener()sas cultrrr¿rs cstótic¿rs; Iir intcrn¿r de l¿rs artes; l¿ in-

lltr
l llti
entre una poesía o una pintura y una obra de arquitectura. Desta-
can mucho más las desemejanzas entre la educaciÓn artística esco-
lar y la profesíonal, sobre todo en estos días en que la escolar tiende a
ser más estética que artÍstica y la profesional a la inversa, Conse-
cuentemente, la variedad de programas nacíonales de educaciÓn ar-
¿Pued* hak;er tÍstica será inevitable y tendrá mayor eficacia práctica.
En realidad, nosotros pensamos en otro tipo de modclo l¿tir-ro-
uft m*delc: americano, el teórico, cuya cosmovisión venimos acarici¿rndo profe.
sionalmente. En nuestra opiniÓn, hoy resulta imperativo tlo stiltr
latinoar neric¿lrlo aconsejable- la elaboración de un modelo que trace las iderrs brtsi
cas, las premísas y las prioridades, según las cuales los pedagt't1,rs
puedan diagramar, por encargo de las autoridades, cada uno dc: lt's
dm *ducm*i$n programas nacionales de educación artÍstica, tanto escolar com() I)11)
fesional, cuyas efícacias nos son vitales. Al fin y al cabo, nucstr-os
¿)rtístic;a? países encaran problemas comunes, los educativos en primer lugrtr
de importancia. AhÍ están nuestras integraciones pendientes que n()s
son comunes, que vienen encarnadas en los alumnos, materia primrt
de toda educación, que han dejado huellas en los profesores y que
comandan el funcionamiento de cualquíer enseñanza,
La primer meta común consistirá, entonces, en inculcar la nece-
sidad de encarar tales integraciones, comenzando por enmendar los
efectos nocivos dejados por la ausencia de ellas en los alumnos. La
construcción del modelo teórico la emprenderemos aquí como una
tarea de la teoría de las artes y de la teoría de la educacíÓn artÍstica,
no de la pedagogía. Una tarea así dista mucho del proceso de díse-
,, e buenas a primeras, sÍ cabe ase- ñar el programa de educacíón artística para un país o un centro de
verar que puede haber un mo- estudios cualquiera, por todo un equipo de maestros, pedagogos y
t delo latinoamericano de edu- teóricos, con la finalidad de discutir qué cursos impartir, cuántas
cación artística. No sólo es horas de cada uno, cuáles directivas pedagÓgicas elementales pre-
4-. deseable su existencía, esta- ferir, etcétera.
W *w,
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mos obligados a elaborarlo. Afírmar que sólo los rnaestros y padres de familia son llamados a
ffi Las concretas y singulares condicio- hacerlo, pertenece a la más cruda demagogia que exime al oficialis-
nes socioculturales del conjunto de nuéstros mo mañosamente de su obligación para actualizarse' Nadie más ina-
países bastarían para justi{icar su montaje e impri- decuado a las actualizaciones realistas que los profesores en ejercicio,
mirle un sello inconfundible y notorio. pero si nos detene- ni qué decir de los padres de familia. Son los mayores obstáculos a
mos a reflexionar llegaremos a la conclusión de que no es viable las reformas de veras innovadoras de la enseñanza, si no los reedu
I
su existencia en la práctica, lo verdaderamente importante. Abun- camos primero, farnlliarízándolos con ellas. Thmpoco somos partida
i
dan las diferencias socioculturales entre países, incruso entre re- rios de excluirlos, pues son los únicos que pueden poner en práctica
las innovaciones elaboradas por el equipo de profesionales. Ilor 1o dc
I

giones de cada uno de ellos, Sobran las desigualdades entre las di-
ferentes clases de artes, las corporales y literarias, las musicales y más, debe quedar atrás la importación de programas de estudic'rs t-tti
las pl;isticas; m¿ryorcs st-rn l;rs disparidades entre los góncros, como Iizados por los paÍscs ricos de Occidente con condiciones si'rcitlcttl

il..t ll5
turales muy distíntas a las nuestras, Posiblemente los europeos tengan los modelos nunca especifican todo pormenor, sino constituyen guías
que ver también con desequilibrios entre la sensibilidad y la menta- que dejan mucho al libre albedrío del usuarío como individuo. En
lidad, pero en sentido diametralmente opuesto al latinoamericano. Si ninguna ciencia existen las pautas para el caso concreto de cada
sus profesionales abundan en racionalidades, a los nuestros les so- obra e indivíduo, no en vano la ciencia nos obliga a pasar constan-
bran los sentimentalismos. temente de lo concreto a 1o abstracto (o lo generaL) y ala ínversa, A
final de cuentas, hemos de separar dos mundos como si fuesen dos
materias primas distintas por trans{ormar con la educacíón artístíca:
GE,NERALIDADES
1. Educar la sensibilidad de niños en formación social y cultu-
¿Cuáles serÍan entonces los denominadores comunes de la edu- ral, frente al mundo natural y el social de su inmedíato entorno
cación artÍstica de los países latinoamerícanos? ¿O es que necesita- con sus pluralídades étnicas y sus diversidades culturales para que
mos separar antes la escolar y la profesional, una de responsabilidad sus comportamientos vayan respaldados por una informada senso-
directa del Estado y la otra índirecta? ¿Será muy díferente el mode- rialidad, mentalidad y iantasía. Luego, la sensibílidad ya adolescen-
1o escolar del profesional? ¿Debemos insístir en nuestra idea de tra- te será introducida en la apreciación temática, estética y genérico-
bajar con una clase única de generalidades, renunciar a éstas o se- artística de las obras de arte, sin descuidar la apreciación estética
parar las escolares de las profesionales, las artes corporales de las de los comportamientos humanos, las cosas y fenómenos naturales
literarías y las musicales de las plástícas? y todos los productos culturales. Quizá la educacíón escolar tenga un
Los elementos comunes de ambas educaciones artÍsticas, rotu- final feliz en la elección de una o dos aficiones artístícas que hacen
lados aquí como generalidades a secas, son pocos y ya los hemos muchos alumnos. Lo ímportante será, con todo, el funcionamíento
visto en capÍtulos anteriores. Nos estamos refíríendo a las tres in- diario de la sensibilidad estética frente a toda clase de realidades no
tegrídades obligatorias de toda educación: la del alumno, la de la artÍsticas.
educación y la del arte que se enseña, por un lado; por el otro, 2. Adiestrar profesionalmente los comportamientos de jóvenes
la inagotable amplítud de lo enseñable de cada género artístíco, ya formados socíal y culturalmente, para que frente al mundo natu-
como premisa, en tercer lugar, la educación de la creatívidad en su ral, el humano y el cultural sean capaces de afiizar sus experiencías
calídad de actividad obligatoria, pero inesperada, tomada aquí por sensoriales, sensitivas y mentales con fantasía despierta y fecunda
finalidad. Se les suman, claro está, las integraciones pendientes y creatividad. La educación profesional tiene por finalidad la produc-
típicas de América Latina, vístas en el capítulo anterior. Estamos ción de obras de arte de valÍa temática, estética, genérico-artÍstica
convencidos de la utilidad de estas generalidades para el diseño o o técnico-artística, siguiendo asÍ a los grandes maestros, de quienes
reforma de cualquier programa de educación artística, pero ellas es- nos da cuenta la historia de su arte.
tarán muy lejos de las realidades concretas del arte en que se quie-
re educar. Será preferible, por tanto, bifurcar las generalídades en
escolares y en profesionales, así obviaremos las desventajas, EDUCACTÓX AkTÍSUCN ESCOLAR
I-a bifurcación nos llevará, de hecho, al meollo de cada educación
artística ya anunciado: la autoconciencia estética, en la escola¡ y la Quizá conveng¿ aclarar que estas generalizaciones lo son en tal
teorización de las prácticas sensoriales, más la "pragmatización" de sentido, que requieren una posterior concreción, en estrategias y fi-
las teorÍas, en la profesional. Propíamente, situará la utilidad prácti- nalidades práctícas, por parte de los especialistas en educación ín-
ca a mítad del camino: ní en la de las generalizaciones demasiado fantil. Son dos sus finalidades principales:
alejadas de las concretas realídades, ni en las de las particularidades
de la unicídad de la obra, tendencia, género o clase dada, que no d Prímaría: El acercamiento amoroso del niño a los valores es-
deja ver al bosque de cada una de las artes, ni siquiera por partes. téticos de su medio inmediato; acercamíento que es llevado a
Ni muy cerca ni muy lejos estaría tal bifurcación. A fínal de cuentas, cabo durante la primaria y que equivale a inducirlo a tomar
i

t lt(i fi7
I conciencia de lo estético de nuestras realidades multiétnicas
y pluriculturales, más una iníciación en las posibilidades vo-
cacionales que las artes ofrecen en su país,
sí entran en interacción con el hábitat cotidiano. En su defecto,
devienen medios persuasivos de dominaciÓn, no por nada ya de-
jaron de ser religiosas, Ya vimos la obligaciÓn de separar 1o estéti-
bl Secundariat La introducción a la apreciación de las obras ar- co de 1o artístico, como el todo de una de sus partes; no importa
tísticas más frecuentes en el ámbíto nacional, con penetra- sí es la príncipal. Por doquier encontramos 1o estético, no sÓlo en
cíón sensorial, atenta sensibilidad, sentido crítico y una activa las obras de ¿rte.
fantasía, Esta introducción se hall¿ destínada a la educación Urge rescatar nuestra estética cotidiana y la mejor manera será
secundaria, en cada uno de cuyos grados se va instruyendo ir dándole a conocer a los niños los nombres de las realidades esté-
en un arte distinto, tícas de su derredor y las características de cada una de ellas: belle-
(1o sublime)
za a featdad, dramaiícidad o comicidad, grandíosidad
o trivialidad, lo típico o 1o nuevo. Estas propiedades son las deno-
Primaria minadas categoríai o valores estétícos en su calidad de sentimien-
tos y, a ta par, de conocimientos. Si se prefíere, las categorías estéti-
El acercamíento infantil a los valores estéticos tiene varias jus- .r, ,on prototipos o ideaciones que se tornan en idealidades, con
tificaciones, en la actualidad ya no es posible continuar con una las cualei podemos ubicar realidades y evaluar su acercamiento mu-
educacíón que aspire a unifícar un país heterogéneo, como cada tuo. Al tomar en cuenta todas estas categorías, estaremos librándo-
uno de los nuestros; unificar según raseros occidentales y asÍ, por nos de la bellomanía ímperante en la cultura occidental desde el Re-
simpie omisión, dar por ínexístentes sus pluralidades étnicas y sus nacimiento, como una de las más abusivas imposiciones de dícha
diversidades culturales. Tenemos el deber de poner al niño en con- cultura. Mal andaríamos si el arte o la vida fuera tan sÓlo belleza.
tacto con las diversidades y las pluralidades que é1 experimenta en Por fortuna, sus horizontes son más amplios y generosos que el
su vida cotídiana. Nos resulta indispensable mostrarle, sín jerarqui- mismo hedonismo; el arte tambíén nos hace pensar'
zaciones, las preferencias y aversíones índígenas, africanas y mes- Dividir las realidades y saber nombrar su totalidad y cada una
tizas que circulan en nuestros hábitat nacionales, del mismo modo de sus propiedades, implican conocimíento, El niño ha de aprender
que le presentamos las europeas trasplantadas a suelo nacional. Así, a reconocer cada categoría estética y a describirla. Su reconocímien-
nos zafaremos del varias veces centenario eurocentrismo, La ense- to demanda aguzar su vista, oído, tacto o corporeidad, y talvez el
ñanza pluricultural se ímpone en América Latina, en su condición paladar y el olfato, Asimismo significa afinar su sensibilidad, acti-
de comienzo de la asimilación de sus diversidades y de la asun- ,rr su mente con la obligaciÓn de expresar sus sentimientos y sen-
ción de sus pluralidades. Aquí debe iniciarse la educación antirra- saciones, mientras su fantasía vuela hacia 10 desconocido. No se
cista y la integración intranacional, las que aparecen más impera- trata de ninguna arbitrariedad el querer enseñar al niño a orientarse
tivas si no dejamos a un lado los productos de nuestras culturas estéticamente en su entorno, reconociendo o nombrando las cosas
populares que conquistaron públicos internacionales, En fin, la edu- de acuerdo con sus preferencias y aversiones sensitivas o de su gus-
cación estética, igual que la artística, debe ser pluricultural, to, La cultura del gusto existe de t'acto y debemos cuidarla.
Thmpoco es posible en la actualidad el artecentrismo o el cultoi Lo que estamos recomendando no es otra cosa que dar a cono-
al arte como el fin en sí mismo, cuando siempre fue un simple cer a loi niños las culturas estéticas de su país, como se les enseña
medio para enríquecer las relaciones estéticas que los humanos co- la geografía del país y su historía política o social, La tabla de los
munes entablamos diaríamente con nuestro entorno natural, el so- .rrrlá."J positivos (sus preferencias) y negativos (sus aversiones) de
cial y el de objetos culturales. Ni los museos ni las obras de arte en estas cuituras, sea la hegemóníca o la popular, son evidentes en to-
otros lugares pueden remplazar la vida misma, nada más perjudí- dos nuestros usos y coitumbres y no tiene por qué ser ocultada
cial que los sucedáneos. Al lado de la realidad, que es la estética de ninguna. Si bien drbl" habl¿r de artes avanzadas o atrasadas a
la vida diaria en el hogar, la calle y las instítuciones, las artes vienen "i
instáncias impositivas de la cultura occídental que pretende poseer
a ser meros simulacros. Las obras de arte conservan su razón de ser las primeras, no sucede 1o mismo con las culturas estéticas o las del

lla ug
gusto, puesto que a éstas no se le ímponen jerarquizaciones tan ex- de arte). Posiblemente el actual consumismo ocasione malentendi-
plícitas. Es que los europeos o estadounidenses también andan es- dos en cuanto a los objetos y despierte la idea de que el hombre
cindidos en su estéticar la hegemónicay la popular (la mesocrática tíene por ideal vivír rodeado de objetos beflos. Ellos son placente-
en Estados Unídos), Además, la primera ha bebido continuamente ros, sín duda, pero ínsuficíentes, máxime si los comparamos con
de la segunda durante el devenír europeo. Con esto queremos de- las especies naturales. El ser humano también requieie el goce de
cir que no estamos proponiendo una pedagogía del gusto para edu- artes ricas en espíritualidad, como la líteratura, ra música,la dan-
car al niño en el sentido de imponer el buen gusto de la clase alta o za y las imágenes.
el malo de la popular.
Simplemente recomendamos llevar al niño a la autoconciencía
_ Hemos dejado para 1o último las relaciones (o comportamientos)
humanas, por considerarlas tan importántes como rai naturales, o
estétíca de su entorno nacional, que aprenda a reconocer las cate- quai más, aunque ígualmente olvidadas como la naturaLeza.l¿s re-
gorías estétic¿s nacionales y conozca las actividades de su sensibi- laciones humanas son importantes no sólo porque son las nuestras,
lidad para que diferencie las diarias de las festivas y éstas de las sino porque volvemos a tener que ver con la ética, tanto tiempo des-
correctívo-renovadoras que amplían sus hábitos. El ambiente, con terrada de las artes, desde que éstas se raicizaron, esto es, deviníe-
sus diferencias de clase social, va modelando la sensibilidad, el gus- ron profanas, Quiérase o no, en ellas se une lo estétíco con 1o éti-
to o la cultura estética de los individuos y la modela por medio de co, Aquí entramos en una cuestión vista en nuestro prímer capítulo
los habítos, y esta modelacíón inadvertida debe ser conocida por el y ya desplegada a fínes del siglo xuu por el poeta alemán p. sirriuer
niño, vale decir, debe conocer su gusto. Recordamos la lección de en sus famosas cartas sobre la educación estética del ser humano, en
cosas que antes se impartían a los niños para darle a conocer, pre- la que entran la libertad y el sentido político, que hoy tantos rece-
cisamente, las cosas de su entorno, con Ia díferencia que hoy estamos los producen, Ahí se señaló la recuperación de varias integraciones,
proponiendo una leccíón de los usos y costumbres nacionales, más Estamos ciertamente en 1o medular de la condíción humana.
las cosas, todos anímados por el gusto o escala de valores estéticos, Debemos tomar conciencía, por tanto, de los principios que rigen la
Dar a conocer todo esto significa poner a disposición del níño la conducta de nuestros semejantes, determínando sui rurgár estéticos
mayor cantidad posíble de realidades para que pueda elegir con de belleza o fealdad, dramatísmo o comicidad, grandiósidad y tri-
la libertad que permíte el hacerlo, con conocimiento de causa, aun- vialidad, típicidad o novedad, Todas las categorías estéticas se dan
que nunca a ciencia cierta. cita en las actítudes humanas, que siempre fueron más vitales que
La formación de una conciencia estética ha de comenzar con las gestadas y descritas por la literatura.
¿Acaso haríamos mal ense-
las especies de los tres reinos de la naturaleza que rodean al niño: ñándole al niño las situaciones trágicas o cómicas de un ser huma-
animales, vegetales y minerales, No sólo en sus formas y formatos, no? ¿Debe el niño conocer cuándo un gesto humano es bello o gran-
colores y texturas, sino también en la vida o formación de las es- dioso, típico o trivial, feo o nuevo?
pecies, es posÍble establecer algunas categorías estéticas, al mismo Para ser precisos, en la escuela la educacíón artÍstica pasa a ser
tiempo que se despierta amor por una naturaleza que, deteriorada estétíca, por centrarse en la sensibilidad humana, Justamente ésta
brutalmente, va feneciendo y se va alejando de la mayoría de la constítuye el fuerte de la ídentidad latinoamericana, que desde muy
gente, hoy concentrada en los centros urbanos, Abundan las belle- temprano debe ser liberada de los capríchos de su irracionalídad,
zas et La naturaLeza y las enseñanzas de la eficacia de sus propieda- medíante un razonar y una penetrante percepción. Necesitamos cul-
des formales. tivar el gusto, por ser -no 1o olvidemos- el que comanda nuestro
Sigue el mundo de los objetos en su calidad de hechuras cultu- sistema de decisiones, las práctícas entre ellas, cuando ra razón no
rales o humanas, cuyas propiedades estétícas se límitan a la belle- puede darnos explicaciones lógícas y críticas. Las más de las veces
za, novedad y grandiosidad. Aquí es posible introducir al níño en basta elegir 1o que nos gusta, Dicho sea de paso, Herbert Read, al
el concepto de estructura como organizacíón de formas, colores y/o igual que muchos estudiosos europeos de hoy, se refiere a la edu-
texturas, comparando las estructuras de los objetos con las de las cación estética y la centra en la percepción, casi por razones eti-
especies naturales (después serán comparadas con las de las obras mológícas del término estético y su versión griega áisthesis (percep-

t2o, tzt
con er] grado que el juego, el danzar y el representar o imitar,
ción). Es posíble que muchos de ellos identifiquen la percepción Tayor No
J pro."rá complájo de sensorialidad, sensibilidad, mente y fanta- olvidemos el todo integral der niño y áel adtlescente,
como tam-
poco omitamos la diversídad humana.
sÍa, en cuyo caso estaríamos de acuerdo con ellos' No importa
si
aludimos al gusto, sensibilidad o cultura estética'
l¿ cultura estética comprende, propiamente' todos nuestros usos
ycostumbres,losqueadquierensuperfildefinidocuandosonvi- Secundaria
suales o auditivos, iorpo.rl"s o gustativos, o también olfatívos'
Las
comidas y los olores poseen asimismo motivaciones o efectos esté- En la secundaria, ra educación artÍstica orientará ar
alumno en
ticos, gustan o disgusian, A los usos y costumbres pertenece igual- la apreciación artÍstica, para que ér aprenda a reconocer
lo temá-
mente"la oralidad, en especíal la popular, tan rica en mitos'
pen- tico, estético y artístico de una obra de arte, y exprese
verbalmente
samientos y sentimientoi míticos, en los que se juntan 1o divino sus_ sensacíones, pensamientos, sentimientos
y fantasias (o interpre-
taciones) que ella re suscite. También aprendára
con 1o profano, con preeminencia de lo primero sobre 1o -segundo' a evaluarra concep-
Le sigue su comicid"^d. Todo uso y costumbre se halla animado
de tualmente. El adolescente será iniciado en ros quehaceres
del crí-
la cultura estética, vale decir, de preferencias y aversiones del gus- tico, del teórico y del historiador de ras artes, más que en
ros del
to. cerca de la oralidad popular encontramos sus músicas, bailes y artista, tan encumbrados hasta hace poco y que ahoia
sirven para
canciones, estamos pisando el terreno de las artes' apoyar la apreciación.
La educación arústica en la primaria comprende asimismo 1a ta- En la educacíón artística paru ra secundaria, er arumno
cono-
más cerá la educación por er arte, cuando er tema de
rea de introducir al ya adolescente en las cuestiones artísticas las o¡ru, a" lri"
elementales. Primero con Ia idea de proporcionarle al alumno
un pa- sirven como referencias a rearidades curturales, sociales
á rrirto.i-
de cas. Asimismo se famiriarizará con ras cargas estéticas
norama de las artes, como si se tratase de presentarle el abanico y las gené-
el curso de su vocación' En rico-artísticas, las otras dos funcíones de ia-obra de
ocupaciones artísticas y así poder guíar arte, urgencias
ia práctíca se cometen--.r"ños erfoles vocacionales, por ígnorancia edycltrva: de típo pragmático han reducido el tiempo
á"¿i.uao u U
con las no- artÍstica, En el jardín de níños todo el día se trabaji
de las ocupaciones existentes. El adolescente comenzatá con lo estético,
las di- disminuyendo las horas en ra primaría y más en Ia
ciones de ias obras de arte y de los diseños, para seguir con secundaria, que-
ferentes ocupaciones, aparte de las del artista, las de los museos' dando apenas dos horas semanares. poi erlo, no se pueden
enseñar
conciertos, eipectáculos, actuaciones, directores' intérpretes' etc'
Se muchas artes y se optará por un arte cada año: las'aráphsticas,
acostumbra enfatizar en las artes plástícas, la danza' la música y el ra danza y el teatro (la líteratura se incluye en
el idioma), personal-
teatro, pero ha de pensarse igualmente en la televisiÓn, el cine, las mente somos partidarios de una enseñanza artística
más extendida
tem- que profunda, para que involucre al cine, la televisión,
tiras cómicas y dibujos animados, más las fotonovelas, Thrde o lrs tiras có-
prano, la televísión servirá como el instrumento más baruto ac-
y micas y las fotonovelas, así como a todos ros diseños
t"t grati.o y
cesible para presentar imágenes audiovisuales que son familiares índustrial, el arquítectónico y el urbano, el audiovir,rut "t
y'"i-i.ónico-
a los níRos y adolescentes] De efectos seguros en la sensibilidad verbal) que son las artes de nuestro tiempo tecnológicá,
Mediante
son las visitas a museos, zoolÓgícos, jardines botánicos,
proyeccio- la televisión y con excepción de ras riterarias, puedeñ
enseñarse to-
que
nes de cíne y recorridos por los lugares histÓricos de la ciudad
das las artes cuyas obras se nos presentan hoy en
exposiciones, es-
pectáculos y conciertos.
hacen los escolares dírigidos por sus maestros'
Posiblemente el lector eche aquí de menos las actividades ma- La educación de la aprecíacíón artística debe ser tambíén
pluri-
nuales, tan habituales en la enseñanza afiística escolar y asaz
so- cultural' Las artes precolombinas, Ias latinoamericanas, ras
asiátícas,
visuales y las africanas y las de oceanía han de estar ar lado
brevaloradas, El énfasis está puesto en las actividades de las occiden-
impor- tales. La pluralidad internacional debe acompañar
auditivas, así como en las verbales; las manuales son ahora a ra intranacio-
tantes como complemento de las otras' Nadie puede hoy aseverar
nal en sus versiones hegemónicas y popurares, por otro
rado, será
que el colorear o pirrt"rrajear sean importante§ para todo niño
y recomendable d¿r preferencia a las aries más a ra
mano del hombre
"1

11¿'¿ r23
común, como las plásticas, albergadas en museos o bíen en la calle mientos de historia y teoría de las artes. Los
programas, después crr.
si de arquitectura se trata, pues los conciertos y el ballet son gene- todo, son simples guías que demandan , lá, p;i;rl*,
ralmente costosos. para actualizar con rearismo sus enseñanzas. "rf.".r,,,
Esios yu ,o pu"aen scr
sea cual fuere la solucíón de los problemas, lo decisivo estriba artistas cualesquiera, sino formados en ras teorizacion.r'áirr"r.r,
ahora en formar a un posíble aficionado a las artes o que al menos propias de la apreciacíón artística, que igualmente ,
son l¿r.r.i,,,
pueda leer sus mensajes con curíosidad íntelectual y sensitiva, sín en las táctícas pedagógicas. En sus
-rrro, está el curso que las ar-
por esto ser manipulado, Es deseable, sin duda, formar aficionados tes tradicíonales tomen en las corectívidades
nacionales o e., la lati-
provistos de un buen sentido crítico. Pero, ¿1o permitirán nuestros noameticana.
ófi.irlir^os? Las dudas nos ínundan. Sin embargo, son los ries-
gos de toda educacíón que deben asumir las autoridades. A los
profesores de arte les toca fomentar en los alumnos discusiones con- EDUCACIóN anrÍsrrce
juntas sobre las apreciaciones, valoraciones e interpretaciones sus- PROFESIONAL
citadas por la obra de arte, explicando cada una de las operaciones
en sus pormenores sensoriales, sensitivos y mentales. El objetivo viendoro bien, esta educación ha de empezar por
las dctitudes
príncipal será ofrecer oportunidades para que desde muy temprano lel aprendiz, para encauzarras hacia ra integracion
ae varios pares
i" ,rym formando los hoy tan escasos aficionados a uná o dos de dialéctícos, hoy erróneamente convertidos
las artes tradicionales. "ridil"_rr, rros refe.imos
a teoría y práctica, objetivídad y subjetividad,
disciplina y libertad,
Son tan reducidas las horas semanales de la enseñ anza artistica expresión y construcción, tradición y ruptura,
individuacíon y uni-
escolar, que sólo es dable despertar interés en los adolescentes, in- versalización' se conjeturará q.r" qui"r, ingresa
a esta educación tie-
culcándoles la necesídad vital de emprender esfuerzos personales fue- ne vocación artístíca, y que su personaridid
se hafla aniÁada por ra
ra de la escuela. En consecuencia no cabe esperar, menos exigir, Un inconformidad, busca el cambio y, por ende, lo
creatívo. Cabe de_
elevado nivel de conocimientos artísticos a los educandos de secun- sear la existencia d.".u, ..rrro piop"déutíco
que haga tomar con-
daria, que salen como mefos iniciados. De todas maneras, los re- ciencia al alumno der curso ro.io.rrtrrrar que
hr., tJ-ri¿o su voca-
sultado; de la apreciación son mejores que los del colorear y el pin- ción, ideas y sentimientos, unas y otros pór ér
conjeturados de su
tarrajear que requíeren más tiempo y energías, si es que buscan un propia cosecha, como parte de ra formación de
su conciencia artís-
aprendizaje de ascendente calidad o capacidad y no un símple ma- tica, muchas veces suprantada por ra concíencia
sociar, que debe re-
niobrar sin meta alguna, con esa rutína personal conocida como es- girse por conceptos claros de su arte, en cuanto
a Io suitan
pontaneidad. lo secundario del mismo, asÍ como a sus fines pri".i;;;; ciar y a
. La tra_
Por nuestfa parte, hemos esbozado aquí los princípios básicos dición dice, afirmarían otros, que ra conciencia
artística se va for-
de la educación artística escolar; toca a los encargados de su apli- plndo a 1o largo de los cinco o seis anos de educación y con l¿r
cación práctica diagramar programas tomándolos en cuenta con sen- imitación o asímilación que todo esrudiante
hace ;;l;; .or.rpo,
tido críiico, si es que no los consideran equívocados o inaplicables; tamientos artísticos de sus profesores preferidos;
en sintesis, su cor.r
trazaf las estrategias y los métodos correspondientes, y decidir si ciencia estética se va fraguando durante er adiestramíentá
de sus
incluyen o no las manifestaciones más recientes, como la música aptítudes profesionales.
concreta o el arte conceptual. A nuestro juicio, esta educaciÓn ar- Las aptitudcJ, como ya hemos manífestado,
se deben adiestr;,.
tística en América Latina debe ser reglamentada por el Estado, que según dos ideas centrales que permítirán superar
la abismar sc¡r;r
ha de controlar tambíén su aplicaciÓn pfáctica. No cabe dejarla al ración- que hoy lastra a todas ras academias
de artey que mecri;rrr
criterio de los profesores de arte, como se hace en Estados Unidos entre la teoría y la práctica, esto es, entre el
aula y ál á["., ol ,.,,,
o Alemania. Mientras esta educación estuvo reducida a las meras ser capaces de encontrar sus vincuraciones
mutuas, como si se (r;r
actividades manuales, pudimos tener profesores pala la secundaria, tase de dos disciplinas compretamente ajenas
entre si, Der domi.i,
pero ahora escasean con la aprecíaciÓn artÍstica que exige conoci- general es que est¿ educación sóro puede dar
a conocer sus obj.,

t'r 4 t 2r-;
tivos en delineamientos generales y no en un programa general, l'.u';t ser precisos, el alumno debe entrenarsc () r.¡r.rr rl.u,.(. r.rr Lr,, .rr
como 1o tiene cada profesor de arte en la primaria o secundaria. lrviclades manuales con diferentes herramient¿rs, lrr;ltt.r r,llr':, 1 ¡,r,,
, r'tlimientos, para utllizar en cada ejercicio o práctir:rr tllslrr¡l,r:, r.1,.
En la educación superior son varios los profesores, cada uno con
su programa de enseñ arrzas, y se divíden en los encargados de las n1('ntos (punto, línea, plano, ritmos, moümientos, coklrt's, ¡i()nrrlo:,)
prácticas o talleres y en los ocupados de la teórica, separaciÓn a Ia r' ;rlcanzar diversas finalidades (temáticas, estéticas y artrstir';rri). r r
cual nos atenemos aquí, convencidos de que, si bien cabe diferen- ',('ir que en el trabajo simple intervienen los materiales y los t'lt.
cíar los cursos prácticos de los teóricos, cada uno de ellos posee, a nr('ntos formales, unos y otros en ígual calidad de medios.
su vez, aspectos teóricos y prácticos. Las dos ideas centrales antes lls inmensa la combínatoria de ejercicios que originan toclos
i mencionadas son: la teorización de las práctícas y la "pragmati- l()s rredios y finalidades, sí se piensa en el amplio número de és-
zacíón" de las teorías. t.rs y ésos. Igualmente inmensa es la cantidad de posibilidades que
,lcbe conocer el estudiante, para de entre ellas elegír la que más le
r ()r)viene en cada paso de sus ejercicios manuales. Esto nos obliga

Teorización de las prácticas ,r ccntrar la educación artística profesional en el aprendizaje de Ia


nl;ryor cantidad de posibilidades por paso de sus actividades senso-
Por prácticas se entienden, casi siempre, las técnicas manuales o rr;rlcs, orientadas hacia determínados temas, efectos estéticos y ar-
corporales que el alumno aprende y ejercita hasta domínar el uso lrsticos, anímados por intenciones creatívas. Pero el proceso de cada
,rr tividad manual o corporal requíere más componentes de los que
de materíales, herramientas y procedimientos (o elementos) deter-
minados, para lograr efectos deseados, sín tomar en cuenta otros .rr';il-ramos de nombrar. Nada mejor que, con el fin de precisarlos,
recursos, también inevitables, como los visuales, sensitivos y men- ,lt'tcnernos en el dibujo, actividad manual utllízada por todo que-
tales. Ya vimos que los literarios no requíeren este domínio manual, Ir:rccr profesional u ofício, incluyendo el escríbir como el dibujo
porque eI escríbir pertenece a la educación general y no importa si r;rlrido de letras, Para las artes plásticas es básico el dibujo y el co-
se escribe con mala o buena letra, con tinta, l.ápiz o computado- l,,r'cado. El conjunto de los componentes de la actividad del dibujo
ra; su buen escribir es más bien idíomático. Las artes musicales .utístico nos servirá de guía para comprender mejor la actividad de
t tienen en cambio los instrumentos como herramíentas, que son tl;rnzar, actuar, tocar un instrumento o cantar.
tocados con determinados procedimientos manuales o vocales' Las
I corporales, a s:r vez, utilizan obviamente el cuerpo como herramien-
t
ta, también con procedimientos dados, los dancísticos unos y los lil rlibujo artístico
histriónicos otros. Las artes plásticas, entretanto, producen sus obras
I con el uso de materiales, herramientas y procedímientos, ya sean imá- La mano del artista utlliza herramientas y materiales (papel,
I
genes, bultos o edificíos; no importa aquí sí el mismo artista gesta l;rpiz, crayón, tinta, pincel, carbón, etc.). Estos serían los medios
y materí¿liza su producto o sólo lo gesta y otros 1o materializan' ¡rrcrliminares o materiales a los cuales hemos de agregar los proce-
Teorizar las prácticas significa para nosotros conocer y dar a ,lirnientos o modos de utllizar esos medios. Los procedímientos son
I

I
conocer las íntimidades sensitivas y mentales de las actividades Irrs trazos de puntos, líneas y planos (los elementos primarios), con
sensoriales (manuales y corporales), para que el aptendiz pueda to- t'l lin de obtener formas y figuras (los elementos secundarios) que
mar conciencia de 1o que está sucediendo en su interior cuando l.r nrano organizará según los principios o elementos de organiza-
I
hace algo con sus manos (o su cuerpo) y sea capaz de ínfluir so- r'itin o composición: los ritmos y simetrías, las proporciones y di-
bre ellas, líberándolas del azar y de los capríchos de la irracionali- n'cciones, que son eminentemente visuales. Los materiales y herra-
dad. Aquí estamos recurriendo al alumno íntegral, esto es, yendo rrricntas utilizados determinan ciertas características visuales en los
más allá del trabajo simple de las manos, por ser compleja la totali- t'lr:nlentos secundarios.
dad que las respalda. Al mismo tiempo que las manos o el cuerpo I.a actividad de dibujar y organizar los trazos que, como dijimos,
intervienen otros sentidos, l¿ sensibilidad, la mente y la fantasía, r;on cl procedimiento o rnodc-¡ de trazar o dibujar, se halla orientada

l:t(i l'¿7
r
por la vista a la acentuación de alguno de los planos, propios de y dibujar uno mísmo. Un camino es de mayor aprendizaje quc (!tru,
iodo mensaje y no sólo de la obra de arte, que son el semántico (el pero el ver y el hacer son igualmente eficaces. Esta verdacl err rl
parecido con alguna realídad vísible), el sintáctico (la composiciÓn) dibujar es evidente en el literato, en cuánto ra lectura de las gr:rnr.ler
y el pragmático (los efectos de sorpresa sobre el receptor). También obras de la líteratura es tan importante, en el aprendízaje. com() éH
la vista orienta la mano hacia Ia acentuacíÓn de alguno de los efectos cribir una obra o varias. Los artistas plástícos aún andan presos r"ie
comunicatívos de todo mensaje, la obra de arte en este caso, que son los empirismos recetarios y todo 1o reducen a la actividad manu¿rl,
el mimético (representación naturalista de una realidad visible), el Echemos ahora un vistazo a los mecanísmos del artista integrll
ornamental (la belleza formal), el expresivo (los efectos emotivos), durante su actividad de dibujante, en la que erige una de las múlti
el emblemático (representación de alguna realidad intangible) y el ples posibilidades por él conocidas cuando o, á" un trazo a otro,
heurÍstico (1o inventado o fantaseado), de una forma a otra, de una figura a otra situándolas en la super-
Todo 1o descrito hasta aquí 1o encontramos en cualquier díbu- ficie del dibujo con el propósito de lograr determinados ritmos y si-
jo, igual que el tema de las tres funciones principales de la obra metrías, proporcíones y dírecciones, En la figura 5,1 hemos intenta-
de arte. En el caso del dibujo, el tema puede ser el paisaje o la do hacer visibles tales mecanismos,
naturaleza muerta, el retrato o una escena humana o urbana cual- comencemos por mostrar el conjunto tripartito del dibujante
quiera, A la función temática se suman la estética (belleza o feal- (sensibilídad, mente y fantasía) en acción robr" r,, mano,
ya que
dad, dramatismo o comicidad, 1o sublime o 1o trivial, 1o típico y ésta es la protagonista de la acción de dibujar. Dicho conjunto va
1o nuevo) y 1o genérico-artístico, que aquí es 1o dibujado, 1o espe- eligiendo, con razones científicas, empíricas y/o intuitivas, la acti-
cífico del dibujo que ahora es la denominada tendencia elegidar 1o vidad que la mano ha de realizar, entre muchas otras posibles,
gráfico, la mancha distendida, mas no el sombreado, que es una con los materiales y herramientas necesarios la mano va llevando
ímitación de la pintura. Como quiera que sea, éstas son las formas a cabo los procedimientos requeridos para, mediante puntos, lí-
adquiridas por los elementos primarios en el dibujo artístico. En el neas y/o planos ir produciendo formas y figuras, sean éitas linea-
caso de los diseños, tenemos que sus productos son dibujos y, por les, manchas dístendidas o provístas de sombreado, con el acento
tanto, sus orientaciones han de tomar en cuenta las condiciones puesto en uno de los tres planos comunicativos de todo mensaje:
económicas y tecnológicas de la producciÓn del objeto proyectado. semántíco, sintáctico o pragmático, 41 mismo tiempo, la mano va
De este modo, sus tres funciones principales son la práctico- utili- exaltando alguno o algunos de los enectos comunicativos: 1o mimé-
taria, en lugar del tema, la estétíca y la diseñística' Aquí los dibu- tíco, 1o ornamental, 1o expresivo, 1o emblemático y 1o heurístico de
jos no son obras de arte, sino proyectos, igual que los proyectos de las formas y figuras, mientras los ubica en la superficie, de modo
una obra arquítectónica, una píntura o una escultura. que produce ritmos y simetrías, proporciones y direcciones deter-
Ahora bien, ¿cuáles son los mecanísmos suscitados entre trazar minadas, cada una orientada hacía las individuaciones y universa-
o dibujar y lo trazado o lo dibujado, que es el producto? lízaciones que la personalidad del dibujante impone a c-ada una de
No nos estamos refiriendo a los innumerables ejercicios ma- las funciones principales de todo dibujo artístico: temátíca, estética
nuales que exige la disciplina de aprender a utilizar todos los com- y dibu1ístíca.
ponentes hasta ahora vistos, tanto materiales como los diversos Todos los mecanismos manuales descritos hasta aquÍ son vi-
elementos formales, Aludimos a todo 1o que está detrás de estos sibles, pero no todos son comandados por el conjunto tripartitr:
ejercicios y que son las operaciones visuales, mentales, sensitivas y citado. La mano posee conocimíentos, muy distíntos a loi de l¿
de Ia fantasía, que pugnan por lograr a satisfacción las acentua- sensibílídad, la mente y la fantasÍa, juntas o separadas; no son ver
ciones de planos y efectos con el fin de alca¡zar valiosas individua- balizables y se diferencian de los empíricos que, también verl"r¡rll
ciones y universalizaciones en las funciones temáticas, estéticas y zables, sólo da el tiempo de práctíca profesional. La mano muchus
dibujísticas de su producto. El aprendizaie del dibujar toma los veces actúa inconscientemente, como producto de años de dibuj;rr,
tres consabidos caminos: oír o leer la descripcíÓn de la actívídad y el dibujante no lo puede explicar béaseMarisorrí, 1994), ella suc
de dibujar y del dibujo obtenido; ver dibujar y el dibujo logrado, le obligar al dibujante. Esta realidad inasibre para la razón, ha dado

t2a t?f)
su expresividad (1o expresivo), su simbolismo (1o emblemático) y lo La pintura
fantaseado de sus formas (1o heurístico),
Queda claro que el alumno ha de ejercítarse mucho en cada Sí pasamos a las actividades de pintar, encontraremos que son
uno de los elementos primarios y secundarios; de los materíales, similares a las de dibujar, pero aplicadas al color, esto es, a los píg-
herramientas y procedimientos; de los planos y efectos comunica- mentos cuyo vehículo puede ser el óleo, el temple, el acrÍlico o el
tivos; los principios de organízacíón, y las tres funciones princípa- agua, y cuyas herramientas son los pinceles, las espátulas, la paleta
les de la obra de arte: lo temático (paisajes, retratos, naturalezas y quizá el tacto, Aquí las operaciones manuales se limitan a la aplí-
muertas, escenas urbanas, etc.), l¿ estética (belleza y fealdad, dra- cación del pigmento, mezclándolo en la paleta o en la tela previa
matismo y comicidad, 1o sublíme y 1o trívial, 1o típico y 1o nuevo) imprimación, y según sus procesos de secado y sus efectos üsua-
y la dibuiística fii¡eal, mancha y sombreado, más parentescos con les: valoraciones, matices, intensidades y contrastes. Indudablemen-
las múltiples y diferentes tendencias pictóricas, como el ímpresio- te, la visión posee aquí mayor importancia, ya que los efectos de
nismo, el expresionísmo, el cubismo, etc.). Todo esto suma miles los colores no se limitan al pígmento o mezcla de pigmentos utí-
de ejercicios y cientos de míles de posíbilídades elegíbles y combi- lizados: la percepción de un color depende de la iluminación que
natorias que el aprendiz ha de ír conociendo, En este terreno, cabe este reciba y dei color vecino que tenga, Los pormenores visuales
discutir la eficacía de los ejercicios parciales (con sólo un elemento, son mayores que en el dibujo, si bien las formas son fácilmente
un efecto, un plano, una categoría estética, etc,) y el de los ejerci percibidas e interpretadas, los acordes cromáticos o los colores aís-
cios completos de producir obras enteras, así como la utilidad de lados son difíciles de captar en sus diferentes efectos comuníca-
los ejercicios en talleres experimentales, centrados en las variantes tivosr míméticos o como propiedades de las cosas o materiales, 1o
en lugar de las constantes exaltadas por los talleres regulares, Lar- ornamental, lo expresivo, 1o emblemático y 1o heurístico. La cultura
go es pues el adiestramiento profesional del aprendiz de díbujante visual en pintura se torna más difícil y morosa de adquirír, pese a
artístico. los siglos de predominío de la pintura de caballete que venimos
Como conclusión decisiva, vemos Ia ampliación del concepto de experimentando. El aprendizaje profesional del color se centra en el
dibujo artístíco más allá de la bellomanía y la mimesis que lo han conocimiento de las leyes del manejo de los primarios y los secun-
tenido muchos síglos maniatado. No sólo debe ser buscado 1o ca- darios, y en los ejercicios de memorizar buena cantidad de grises (va-
ligráfico, sino tambien lo grafológico del díbujo y, sobre todo, 1o loraciones) y de usar matices y contrastes, como los siete de J. Itten'
gráfico o líneal, diferente a lo pictórico con el color como yuxta- Thles ejercicios tendrán las mismas orientaciones que el dibujo (fi-
posición de planos o manchas pigmentarias, Sin embargo, cabe gura 5.L).
preguntarnos si este aprendiz necesita adiestrarse en algo más que
hayamos omitido; ya aludímos a Ia cultura intelectual, a las ínfor-
maciones en la mente, a la receptividad de la sensibilidad y a La El §rabado
fecundidad creatíva de la fantasía, Los ejercicíos adiestran directa-
mente a los sentidos y puede falt¿r el aprerrdizaje de otras {aculta- Aquí volvemos a encontrar las mismas actividades básicas e
des hurnanas, de éstas se ocupa, precísamente, la otra parte de la iguales orientaciones que en el dibujo, más las diferentes técnicas
educación artística profesional que es la "pragmatiz;ación" de las de grabar las formas y figuras en las planchas, En cambio, el pro-
teorías. El artista plástico no sólo se forma en el taller ní única- ceso de imprimir las reproducciones con el tórculo es mecánico y
mente se educa con ejercicios manuales, tambíén será adiestrada sencillo, pero requiere larga experiencia para adquirir los resulta-
su vista, sensibilidad, rnente y fantasía en los cursos teóricos, como dos esperados. Los efectos visuales dependen de la técnica utllízada.
más adelante veremos en detalle. El aprendizaje académico compren- En resumidas cuentas, el aprendizaje de las técnicas es aquí mayor
de varios talleres y diferentes profesores, se educa en la pluralidad en variedad y necesita mucha experiencia.
de cursos y de puntos de vista.

lttz IBB
I La escultura
Los materiales, herramientas y procedimientos cambian radical-
mente en el arte de la escultura, así como los elementos secunda-
Ie permite ir aprendiendo el manejo creativo y estético del lenguaje.
Basten estas consideraciones para las artes literarias.

rios: los volúmenes y los espacíos últímamente. Los demás meca- Las artes musicales
nismos ya vistos se repiten. El trabajo del artista termina muchas
veces en un modelo que en la fundición es vaciado en metal, Otras Aquí encontramos también las actividades exigídas por los ins-
veces, el mismo escultor esculpe o bíen corta metales y los suelda, trumentos: las manuales, más la boca para los de viento. En lugar
Hoy la escultura tambíén se ocupa de los espacios transitables, acer- de la vista, opera aquí el oído para llevar a cabo la autocríticay eva-
cándose así a la arquitectura, esto es, a los espacios que valen por luación de 1o que se está tocando. Las demás actividades son las
sus efectos corporales, además a los visuales de las dístancias. mismas de todo arte, en cuanto a las dimensiones temáticas, esté-
ticas y musícales de los sonidos. Como es de suponer el aprendizaje
varía si se trata de un ínstrumentalista, un director o un compositor,
La arquitectura como varían entre el solista y el que toca un instrumento en un con-
junto o una orquesta. Si las actividades públícas de los solístas y las
Ya hemos manifestado algo acerca de este arte como diseño: el orquestas constituyen conciertos, la ópera víene a ser un espectácu-
aprendízaje de esta profesión artística incluye las funciones prácti- 1o musical. No será nada difícil para el interesado en la músíca en-
co:utílitarias del edifíe,io y las correspondientes condíciones econó- contrar las versíones de ésta en los planos y efectos comunícativos,
mícas. El trabajo del arquitecto termina en el dibujo del proyecto, los príncípios de organización y las funciones principales de sus pro-
más una maqueta; otros profesionales dírigen y construyen la obra. ductos que ümos en el dibujo artístico,
AquÍ todavía juega un papel importante quien encarga la construc-
ción. Si bíen las fachadas de los edificios tienen mucho en común
con la pintura, y los volúmenes de los mísmos con la escultura, La danza
los espacios habitables, transitables e institucíonales requieren apren-
dizajes diferentes y aún se hallan regidos por la tradición, vale de- Este arte muestra características especiales. En primer lugar, por-
cir, por lo visuai en lugar de lo corporal que el ser humano ha que exige íniciar su aprendizaje desde la nifrez, fusionándose la edu-
perdido. Como es de esperar, el plano semántíco pierde aquí sig- cación escolar y la profesional, sin saber si la verdadera vocación
nificación y,Greeen el sintáctico y el pragmático. Sus efectos comu- existe o no en el alumno. Estamos, si se quiere, frente al arte en el
nicativos, sus princípios de organización y sus funciones principa- que ínterviene todo el cuerpo. Sus actividades se tornan aquí en es-
les son los de toda obra de arte, incluso la expresividad. pectáculo u obra de arte, en lugar de ser medios, como en el díbujo.
No sólo sus miembros, torso y sus acciones faciales, sino también
su vista para los espacíos que ha de cubrir con sus piruetas y su
Las artes literarias oído para la música que las acompaña. El artista aspira aquí a rea-
I'
lizar una bella sucesión de movimientos, para expresar algunas ve-
En estas artes carece de importancia el trabajo manual de es- ces dramaticidad, comicidad, grandiosidad, 1o típico o 1o trivial, se-
cribír, basta la máquina de escribir o la computadora, El aprendi- gún 1o demande el tema, La o,bra sigue teniendo conao funcísnes
zaje es casí siempre autodidacto, eI cual es facilitado por el amplio principales al tema, la carga estética ¡z lo dancístico, Aquí, como en
desarrollo de la teoría de la literatura con sus conocimíentos de el deporte, cabe optar por ejercicios parciales y los totales separada-
l
cada uno de los innumerabtres trop.os o figuras que utiliza el escri- mente, así como por un balance entre la disciplína, en determínado
tor. En las demás artes es difícil hablar de metáforas, metonimías, tiempo y obra, y la líbertad. Es que una cosa esLa danza del solísta
sinécdoque, etc. El literato se forma también leyendo, porque esto y otra muy distinta en conjunto, en que es imperativa la disciplina,

t3* 135
L
Como espectáculo, la danza requiere otros elementos, la es- nal, el industrial que se ocupa de volúmenes, el arquitectrinir'. y r.l
cenografía, iluminación, sonídos y vestuarios que son decisivos. urbano con sus respectivos espacios, Nosotros, por nuestr¿r l.).lrr(.,
Esto nos lleva a diferencíar entre la educación de un bailarÍn y la agregamos siempre los diseños audiovisuales y los icónico-vc:rlr;rlt.r,
de un coreógrafo o director. Como quiera que sea, creemos que conocídos como cíencias de la comunicación en muchas univr.r¡;r
la figura 5.1 puede servir como base para la enseñanza profesio- dades del mundo.
nal de la danza, si se consídera el cuerpo con su vista y oído, más Hasta aquí todo lo concerniente a las técnicas enseñadas llrtr
los cambios de elementos primarios y secundarios. Quédan las for- diante la teorización de cada una de sus actividades sensoriales, rn;r
mas y figuras, los planos y efectos comunicatívos, los principios nuales, visuales, corporales y auditivas, Falta la otr¿ parte vital <Jc l;r
de organización de la composición o sucesión de piruetas y las educación artística profesional con sus cursos teóricos, que veremos
funciones principales. Resultará fácil, por lo demás, traducír en a continuación. Como conclusión, reiteraremos que la mejor ensc
térmínos dancísticos los planos y efectos comunicativos, los prin- nanza y aptendizaje se mateúaliza en cada pormenor de una obr¿r
cípios de organización y las funciones principales de toda obra determinada y se materializa como una concreción de los principios
de arte. generales aquÍ desplegados, por eso la imposibilidad de detenernc-¡s
más en éstos.

La actuación teatral o histrionismo


"PragJmatización" de las teorías
La educación profesíonal del actor comprende obvíamente los
movimientos corporales y los fisonómicos, más las propiedades de Acabamos de presentar la teorización de las prácticas como la
la voz en la emisión de los textos. Thmbién aquÍ nos encontramos mejor posibilidad, no la única, de ímpartirles a éstas eficacia eclu-
con un espectáculo que requiere de una escenografía, en la que in- cativa; al mismo tiempo fuimos conociendo sus mecanismos inter-
tervíene un director, y del texto de un dramaturgo; las actividades nos, tanto tiempo sin estudiar por considerarlos inasibles, de ex-
de este últímo pertenecen a la literatura. Como espectáculo se in- clusiva dependencia del talento personal del aprendiz, si es que no
dependiza de 1a Iíteratura. El teatro no es el recital de textos, sino los identificamos con ílusorios dones dívinos. Esta interrelación de
un espectáculo con sus propios principios, medios y fines. El his- teoría y práctica que acabamos de describir tambien es viabre en
trionismo, por su parte, dista mucho de ser únícamente la represen- los cursos teóricos si les buscamos sus aspectos prácticos y los apli-
tación mimética de un papel o simulación, también es creación, en camos, búsqueda titulada aquí "pragmatizacíón". Esto quiere decir
cuanto al propio estílo del actor con sus momentos de creación. que no vemos problemas en la falta de vínculos entre los cursos
prácticos y los teóricos, las dífícultades se encuentran, de hecho, en
el interíor de cada uno de los cursos, sea cual fuere, y urge, por
Los diseños ende, fusionar los aspectos teóricos con los prácticos. si los cursos
prácticos y los teórícos se vinculan entre sí, es por yuxtaposici(rn
Estas son las artes tecnológicas de la actualidad que deben in- o sucesión de efectos retardados e indirectos. verdaderamente, se
cluirse en toda educación artÍstica profesional, aunque protesten complementan en las prácticas mismas.
quienes los rotulan abusivamente como artes aplicadas. Básicamen- Por lo general, y hasta hace poco, identificábamos las prácticrs
te en los diseños intervienen 1as mismas orientaciones que en las con el mero quehacer manual o corporal -de ahi el empirismo-, y
artes tradicionales descritas en páginas anteriores, pero hemos de las teórícas con el simple saber íntelectual encaminado a un cons-
agregár las condiciones económicas y tecnológicas de la produccíón tante irse por las ramas. se tomaba el teorízar por un divagar clc
masiva del producto diseñado, La funcíón práctico-utilitaria rempla- inexistencias y no por la producción de conocimientos como hoy kr
za aqui al tema, igual que en la arquitectura. A.1 fin y al cabo, se definimos. Para corregir estas falacias, urge redefinir cacia <liscipli
trata del diseño gráfico muy emparentado con el grabado tradicio- na o curso teórico, como la historia y la teoría de las artes, ¿rsÍ c()m()

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la psicología y la sociología de 1as mismas. Con frecuencia hemos La historia de las arfes
puntualizado, en otros capítulos, lafalta de integración entre la teo-
ría y la práctica, Se ha disputado mucho sobre la necesidad del ar- Principiemos con el curso más necesario para el aprendiz de ar-
tista plástico de poseer o no una preparacíón teórica y, en caso afir- tista: la historia de su arte. Esta disciplina se halla hoy en crisis,
matívo, hasta qué punto poseerla y en qué cantidad. Cada partido como sabemos, quízá porque mucho ibarcaba y poco apretaba, al
saca nombres de grandes artistas como pruebas fehacientes, aunque querer ocuparse de todas las artes plásticas y al mismo tíempo por
depende de la época y el lugar, Los pintores italianos del síglo xv, abarcar muy poco la sucesión de obras maestras. Ya que no se
por ejemplo, estuvieron más preocupados por las teorías que los del vincula con la hístoria de la sociedad donde hubo tal sucesión, nun-
siglo siguiente, sín desmedro de las obras de ninguno; otro ejem- ca llegó a ser suficientemente historia. La historia del arte, como
plo, los artistas del muralismo mexicano fueron defínitivamente más los museos, exalta lo ahistóríco de las obras de arte, que es lo co-
cultos que los actuales, con evidente baja de calidad en las obras mún a todas éstas. La verdadera historia destaca en cambio las dí-
de estos últimos. ferencias entre obras de distintos tiempos, culturas y lugares; las
Ya hemos aludido al pasaje histórico del artesano, limitado al destaca al lado de los elementos comunes o ahistórícos, que son
aprendizaje en el taller familiar o el de un buen maestro; al artis- propios de cada arte.
ta formado en academia, con varíos profesores, tanto de prácticas Francamente, la historia occidental de las artes pasó mucho
manuales o corporales como de teorías. Desde el Renacimiento, en tiempo desplegando un adoctrinamiento a favor de los valores oc-
que sucedió esto, al artísta plástico le resulta imperativo conocer las cidentales, es decir, se tornó en instrumento de dominación estéti-
obras de los grandes maestros de su arte y saber apreciarlas, infor- ca y artística. Apenas si hoy contamos con inventarios de obras
marse del devenir históríco de su arte y estar famih.arizado con el ma- maestras, salpimentadas con algunos comentaríos socioculturales.
nejo de conceptos artísticos, en cuanto a su producción, distribucíón Aún le f.alta a la cultura occidental una historía de la ímagen y urr,a
y consumo. ¿Es posible que un artista plestico casi analfabeto pro- historia de la cultura estética, por ejemplo, como culmínaciones de
duzca una obra que enriquezca espíritualmente a un público infor- buenas historias de la pintura, escultur¿, arquitectura y dibujo.
mado por la televisión y acostumbrado al cine? Naturalmente que Explíquémonos mejor: carecemos aún de muchas historias par-
no. Entonces el artista actual debe ser culto. ticulares en profundidad, las únicas capaces de generar la factibi-
La respuesta no es tan sencilla como parece, salvo si especi- lidad de una historia general de las artes o de las culturas estétícas.
ficamos con eso de que "emiquezca espírítualmente", Sucede que En definitiva, la historía del arte camina atrasada en su tarea de
no todos deseamos enríquecer nuestro espíritu y solemos solicitar- asir la compleja realídad de las artes en las colectividades de nues-
le al artista entretenímientos, como sí esperásemos de la abuelita un tros días. Es posible que esto sea secuela de la sobrevaloracíón de
cuento o apeteciésemos ser distraídos por un bufOn con piruetas los museos con sus brutales descontextualizaciones de las obras
halagadoras de nuestro gusto, En este caso, la culpa no es del ar- de arte, cuyos conjuntos ellos exhíben como digerídos o antologÍas.
tista únícamente, la compartimos con é1, cuando nuestro hedonis- ¿La historía de las artes debe estar al servicío de los museos o al
mo le solicita pueriles formalismos, Pese a todo, estamos seguros revés, como debe ser? Desafortunadamente, por doquier ímpera la
de las ventajas que tendríamos los interesados en las artes plásti- propensión de presentar digeridos ahistórícos con pretexto de una
cas, si la concíencia artística de nuestros pintores actuales poseye- supuesta universalidad,
se conceptos claros y altruístas de los actuales principios, medios y En realidad, son múltiples las situaciones historiables de cada
fines de su arte, y ellos supiesen oríentar sus obras hacia los más arte y, por consiguiente, su historia puede ofrecernos muchos as-
importantes problemas humanos de nuestros días, además de sa- pectos de eIlas, Esto nos obliga a definir la historia según sus di-
ber orientarse entre las complicadas instítuciones artísticas de nues- ferentes finalidades y a dividirla de acuerdo con cada arte, Exis-
tro tíempo, controladoras del mercado de prestigios. ten por eso, los especíalistas o verdaderos conocedores en tal arte
durante tal o cual síglo de este u otro paÍs. Se puede enseñar la his-
toria que nos ocupa, centrándola en un arte determínado -no limi-

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producciÓn' para limitar la distribu-
historia- rales, poníendo énfasis en la
tada a éste- y variándola según la dirijamos a los artistas,
al ocuparnos aquí de la educaciÓn pro- ción y el consumo a sus aspectos Senerales'de datos' sino en cono-
dores o teóricos. Entonces, No pensamos en un acápio memorista
fesional de artistas, abogaremos por una historia de arte dírígida informaciones histÓricas' rete-
mejores cer la importanci" i" f" ¿iferentes con
a los aprendices que les enseñe a ver profesionalmente las básico de su devenir histÓrico
ner en Ia mente ";""t*;a las infor-
obras de su arte a 1o largo del tiempo' t"¿:l dÓnde encontrar
sus periodiru.iot'"' yl táit" "!":
Enestecaso,estaremosobligadosaretrocederhaciaunaense- El artista debe conocer el paradero
maciones cuando '"';;;;;;"n'
ñ^anza que el uso y el abuso han tornado en vicío' con
el propósito qr1e é1 necesita comparar con
previa Limpiez.a' Nos refe- de las obras o las reproducciones el artista
de que d" ,r.r, errores hagamos virtudes, su autocrítica' Por desgracía'
a identificar estilos y las suyas y asi eiercer'Á¡o' obras con sus
rimás a tomar la historiaáel arte para enseñar de comparar sus
la en- actual se limíta 'I ;;tt; ;'rcisista su perso-
la paternidad de las obras más importantes' Ahora debemos meras extensiones de
emotividad"r, to*J si ésas fuesen
.^uru, hacia el saber ver las obras de su arte y analizarlas, íncluso
nal subjetividad'
pár ¡lti*o' ias consideraciones temáticas' estéti-
a dialo- a las obras' deben imperar en
en sus aspectos técnicos. Lo importante viene a ser enseñar
En síntesis' Ia cas y genéri.o- '"f"'"t'tes
gar con ias obras y no simplemente identificarlas' "ti'tit"
la historia de ras artes, sin dejarse
suplantar por las informaciones
historia de las artes ha de téner la apreciación artística profesional aunque éstas sean sus com-
de los aficionados im- históricas, ,o.iotogi;t o psicálogicas'
fo, et principal objetivo, no la apreciación plementos vitales' -r^-:- r^
partida la educación artística áscolar. Entre sus cursos, muchas ^o-o"irlrrl de c-ontar
la necesidad cc con
"n en la De 1o vísto hasta aquí' cabe colegír
academías tienen el análisis formal, mientras otras lo insertan
como se propone aquí' tres clases de historia de arte:
enseñanza de la historia de las artes,
generales en las artes plás-
La universal, que nos da vistazos
y lugares' y que atesti-
ticas de todos f", tí"rnp"''- "t'lt'át
¿Por qué la historia de las artes es l""tt, la ínevitable diversidad humana'
o la
vitat para los artistas, Pero no la La particular de cada una de las artes' como el dibujo
histoiia de la medicina Para los pinirr* de todos los siglos y continentes' artísticos' en es-
médicos ni la de la quimica Para La nacional, que'" otlpu de
los problemas
los químicos? puesto que la cultura estética
pecial de los estéticos dfl pais'
y en la popular' constrtu-
nacional en su versiOn hegemÓttit'
Indudablemente,nosetratadequelosartistasconozcansim- ye la fuente o el destino de las artes'
plementelahístoriadesuarteySepanÍ]Iafrattfozosdeella,son
otras las razones. Prímero, porque esta historia nos presenta
bie- conocer las pluralidades temátr-
En la primera se aprendería a en-
nes estéticos que permanecen incÓlumes a 1o largo del tiempo;
no a",9^rtumanídad' La segunda
cas y artísticas a l" i#;;^;;tni de
fenecen .orno los bienes científicos al ser superados por
su
nuevos' en el tiempo y er espacio
de los señarÍa a concepturr-8t á"rrrrollo
segundo, porque ella nos da cuenta de su vital relatividad, La tercera introduciría al apren-
y en las convencio- arte en calidad ¿" 'i't"*" cultural' y' sobre todo' en las es-
.rábio, lu" versiones estéticas, en los temas diz en las tradicio""' *t"itas' temáticas
"n
nesgenérico-artÍsticas.Sicadaartetienesuhistoria,esporquese estética como punto de parti-
téticas, propiciando La autoconciencia
atierie de preferencia a las diferencias; con sólo igualdades
no habrá manifestaciones artístícas' Las
da y, ala par, el vivero de nuestras
historia. Por último, la razÓn más importante: porque esta historia tres historias serán ;;;ñ;i;,
y habrá, desde ruego, cursos electi-c'r
a una obra o una época' un
paÍs
en la educación profesional debe repercutír en el aprendizaje de vos de especializaciÓn en torno
la producción, al irasluz de un saber ver las obras maestras
del arte
qul t" aprende. El enseñar a ver es la finalidad que proponemos ""'¿:H:1ríera que sea, las enseñanzas de la
historia de las artes
en ta hisioria de las artes, ¡rero este enseñar debe ir acompañado' fecundarán mejor en el alumnc¡
si éste las recibe con una ctlncicn
chro cst¿i, cJc infclrm¿rcrioncs acerc¿l dc las condiciones sociocultu-

t4-l
I /Lll
Luego se escrutará las ideas fundamentales del estudio de todtt AsÍ como el artista posee una cosmovísión, también debe abri-
arte: la diferenciacíón entre lo estético y 1o artístico, como el todo dc ti,u'una arteyísión o una estetottísión. Su conciencia artÍstica requiere
una de sus partes; la polifuncionalidad de la obra de arte: 1o temá rrrrrr nutrición teórica, no para apropiarse de una definición centrí-
tico, lo estético y 1o artístico; el concepto de cultura estética con l,t'tr que le sírva de lema, síno para ir participando en su constan-
una singular tabla de valores en cada colectividad, y la coexísten t,' clefinición centrífuga, que va ampliándose sin cesar. El artista
cía de diferentes naturalezas artísticas que han venido sucediéndo' nrismo va definíendo al arte con sus obras, contribuyendo a la con-
se: las artes prerrenacentistas o artesanÍas, las renacentistas o cul trrrtra definicíón sociocultural de su arte, Cada arte corporiza un fe-
tas y las tecnológicas o diseños. n()rneno sociocultural complejo y en continuo cambio, cuya comple-
La teoría genérica o de cada arte específicañ las generalidades ¡rtl:rd debe ser meta cognoscitiva para todo artísta. En este sentido,
analizadas por la teoría general en un arte determinado. Cada artc rrrsistíremos en lo de siempre: que la "pragmatización" de la teoría
toma un curso dilerente, ya que las artes constituyen un sistem¿t ,lt'las artes dista mucho de querer inducír alaptendiz de artista al
de sistemas, en el que van entrando unas, como el cine, y saliendo nr()ro saber de teorías ni a la simple aplicación de teorÍas en su pro-
otras, como desde hace tiempo la caligrafía. ,lttcción; menos aún que sea un teórico y produzca conocimientos
La teoría de las artes nacionales se adentrará en las cuestio' , rtrntífico-sociales. Nada de esto, la teoría de las artes enseña al ar-
nes estéticas de la colectividad, tanto la hegemónica como la po- lr,'jt¿r a reconocer La naturaleza de las condiciones socioculturales que
pular, y en las relaciones internas y externas de las artes con sus lc salgan al encuentro durante su vida profesional al mismo tiem-
cuatro caminos hacía la creación, en el caso de nuestra Améríca: ¡() que lo va capacitando a saber aprovecharlas y lo instruye para po-
1. de los localismos: 2. de los internacionalismos; 3. de las sínte- rlt'r'prev€r su curso del mañana inmediato, si se arma de un poco de
sis o mestizajes de éstos con ésos, 4. de la tierra de nadie de la fan- lUlurologia.
tasÍa, cuyos productos son nacionalizables con facilidad. Lo decisi- Todo 1o anterior resulta indispensable cuando el artista aspira de
vo estará en nuestra identidad colectiva, que hoy vamos fraguandcr vt'rdad a asir los problemas humanos, culturales, sociales, estéticos
en medio de las más desconcertantes pluralidades étnicas y di- v rrrtÍsticos más trascendentales que vayan surgíendo a su alrededor,
versídades culturales, y cuyo proceso vamos acelerando, a medid¿ |;rr¿ asÍ adelantarse a su tiempo y poder hollar nuevos caminos.
que vayamos dándola a conocer o imaginándola, expresándola o Iircl¿r teorización ha de redundar en prácticas nuevas. Con frecuen-
construyéndola. r;r, muchos artistas de talento no llegan a pretender resultados ver-
'
Todo lo que acabamos de señalar son partes constitutivas de las ,l;rderamente trascendentales para la hístoria o para Ia teoría de las
artes, y concíerne directamente a las respuestas posibles de la ya co- ,lltcs, por no saber ver profesionalmente las obras de su arte y, so-
nocida triple pregunta: ¿Qué es el arte, de dónde víene y a dórrde l,r'c: todo, por su incapacidad de conceptuar e idear las situaciones
va? Pero las artes no andan por ahí desnudas ni lievan un rótulo en- r;,rtrioculturales de su aquí y ahora con el fin de descubrirles aspec-
cima, como para saber a ciencia cierta qué son, El saberlo depende t,rs inéditos o detectar los apenas emergentes o precoces. A díchas
del criterio con el que las busquemos y veamos. Si anhelamos una r,rttr¿rciones sóIo se les percibe lo rutínario y el artista cae víctima de
teoría crítíca de las artes que sea actual y realista, será menester op- ,'llrrs. Si sus ambiciones son de poca monta, resulta de sobra el sa-
tar por criterios nuevos. A nuestro juicio, pueden intervenir críterios lrt'r pensar o bíen éste le hizo falta,
morfológicos y/o funcionalistas, pero el más índicado será el rela- Ilasta aquÍ las dos obligatorias disciplinas de Ia "pragmatíza-
cíonista, aquel que toma cada cosa y cada fenómeno por un con- t ror)" de las teoríasquevan juntas con las prácticas en la educación
junto de relaciones que va cambiando, porque corporiza un proceso ,utística profesional. Como ya hemos afirmado, esta educación ín-
sociocultural en continuo cambio o metamorfosis. Pero tengamos , lrryc siempre, entre sus cursos, los electivos, que cubren especia-
cuidado de nunca tomar 1o que vemos con este criterio como la ver- Ilz,rrciones cuyo aprendízaje conviene a los intereses personáles de
dadera realidad, porque simplemente es un recurso intelectual para nrrrt-hos aprendices. Con el fin de precisar más algunos aspectos,
poner orden en la realidad o crear un modelo de ella con útiles fi- \,(';unos el caso concreto de la educacíón artística escolar y profesio-
nes cognoscitivos. rr;rl cn un paÍs como México.

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