Director de la Facultad de
Contaduría Pública de la BUAP
Presentacion
la perspectiva gramsciana
Capita
Conexiones y
campesinado: articulación
lista
BOLIV
BOLIVI
BOLIVIA
OLIV
en un
contexto rural boliviano
y clase social en
Puebla: El cuerpo como
vehículo de la
precariedad
Las parteras
ante las políticas de intercultural
Cuento: LA CAÍDA
en el Módulo de
Medicina Tradicional de Huehuetla, Puebla6 María Gabriela González
Editorial
aniversario
El aporte de información científica y tecnológica, reportajes, entrevistas, cuentos y artículos, entre
otros, permite que Puebla y la región cuenten con un medio alternativo que fomenta la divulgación
del conocimiento y el pensamiento.
Hemos llegado a cubrir los espacios, de tal manera que en este número emblemático, se presentan
los artículos derivados de la Tesis de Grado de Maestría del Programa de Maestría en Antropología
Sociocultural del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades “Alfonso Vélez Pliego” de la Bene-
mérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP).
El contenido de los artículos revela el trabajo de campo de los estudiantes, quienes se dieron a la
tarea de investigar los temas; entrevistar a los protagonistas de sus historias y caminar para tener
las vivencias que le den empaque a su esfuerzo académico.
En la investigación, los estudiantes de Grado de Maestría toman testimonios de personas que vi-
ven, sufren y le dan sentido a su vida, para analizarla y ponerla en perspectiva.
Cada autor nos lleva a conocer distintas realidades a ser cuestionadas en sus conexiones locales,
nacionales e internacional.
Adicional al trabajo de los alumnos de Grado de Maestría, en esta edición se presenta el cuento “La
Caída”, de María Gabriela González Gutiérrez.
Se incluye, la entrevista con el Maestro en Administración José Francisco Tenorio Martínez, Direc-
tor de la Facultad de Contaduría Pública de la BUAP.
Así es que están invitadas e invitados a continuar la lectura de este trabajo editorial.
Particularmente en el área Fiscal somos altamente competiti Otras oportunidades: Auditoría fiscal o financiera en
vos, comenta el Director de la Facultad. empresas y sector público. Hay auditoría al Desem-
Reconoce la existencia de Universidades que en el área Finan- peño; Ecológica o Forense; se puede trabajar como
ciera “llegan a estar un poco arriba de nosotros, pero estamos Perito Contable y en una diversificación laboral.
muy parejos”.
Otro factor importante que nos distingue como formadores La tecnología es aliada
de profesionales altamente competitivos, es que pertenece El maestro Tenorio sabe que la tecnología viene a fa-
mos al Padrón Nacional de Excelencia del Ceneval (Centro Na- cilitar el desglose, la separación, hacer una informa
cional de Evaluación). El organismo titula a nuestros estudian ción por excepción para tomar decisiones.
tes en cinco áreas de conocimiento, señaló. Y ejemplifica que: “Como empresario puede intere-
Es muy importante que a nuestros estudiantes no sólo los titu sarme la información de ciertas rutas. La tecnología
le la BUAP, sino una instancia ajena, que a través de una eva sirve al contador para agrupar de acuerdo a las ne
luación, les diga que están aptos para salir al mercado. cesidades de la toma de desiciones.
Los estudiantes tienen la opción de titulación a través del exa En el ámbito fiscal el contador público es indispensa
men de CENEVAL. Para ellos, es muy importante tener en su ble para empresas y personas, aunque reconoce que
curriculum un testimonio de alto rendimiento y de conocimien empresarios y personas físicas han dejado un poco
tos satisfactorios. atrás a quienes sólo se dedica a calcular impuestos.
En el ámbito fiscal lo que se enseña a los alumnos de
Larga vida a los Contadores la Facultad, es la interpretación de la ley, su corre
El contador público es aquel profesional quien dota de infor- lación con otras leyes y su aplicación para hacer el
mación para la toma de desiciones. Es decir, proporciona da- pago de la mejor manera.
tos financieros útiles para empresas de todos tamaños y ra Y esa aplicación del impuesto se correlaciona con
mos, comercios, sector público, profesionales y ¡hasta en la aspectos financieros del cliente, del contribuyente,
cocina de la casa! de empresas, de personas físicas. Es un trabajo am-
Su actividad tiene que ver con cualquier papel que tenga su- plio, mucho más profundo; la tecnología ha benefi-
mas y restas o ciertos valores. ciado a la actividad del contador, más que alejarla.
Actualmente para el contador público, la oferta de trabajo es
abundante, además de que las áreas de oportunidad y activi Internacionalización y academia
dades laborales donde pueden desempeñarse, han crecido. “En la oferta académica, el futuro es trabajar con una
Todos los egresados de Contaduría tienen un trabajo, ya sea educación a distancia con mayor internacionaliza
en un despacho donde hacen sus prácticas; ya sea en empre- ción; cuando hablamos a distancia, no es que los
sas o de manera particular. alumnos estén en una computadora y el maestro en
La Facultad de Contaduría Pública tiene una alta demanda de casa; a distancia es relacionarse con la internaciona
los sectores público y privado para la práctica profesional y el lización, que nuestros estudiantes puedan estar
servicio social, indica el Maestro José Francisco Tenorio. platicando con estudiantes de otras partes del mun-
Esto permite diversificar la actividad profesional del Contador do”, aclara durante la charla.
Público en 5 áreas sustantivas. Los egresados pueden traba-
jan en Contabilidad Internacional; en
Auditoría; en Fiscal, en iniciativa priva
da o el Sistema de Administración Tri La Facultad de Contaduría Pública ofrece
butaria. las carreras de:
Existen áreas de oportunidad: Recur-
sos humanos; cálculo de nóminas, de
+ Contaduría Pública
impuestos o contribuciones sociales. + Administración y Dirección de PYME´s
Realizan funciones de administrador, (Pequeñas y Medianas Empresas)
financiero, costos o auxiliar de conta-
bilidad de empresas nacionales e in- + Dirección Financiera
ternacionales; además de auditoría + Contaduría y Finanzas Públicas
en los sectores público y privado.
4 / Cienc a, Revista Regional de Divulgación Científica y Tecnológica.
i
Estos encuentros académicos son parte de lo que buscamos: La multiculturalidad
La tecnología e internacionalización, para trabajar a distancia. En la BUAP y en la Facultad queremos intercambios
Existen otras opciones de estudio. Por ejemplo, la Licenciatura académicos con otras universidades. Pues sí, pero
en Contabilidad y Finanzas Públicas va enfocada al estudio de tenemos que llevar todo eso de conocimiento ha-
la contabilidad gubernamental; su armonización, transparen- cia la multiculturalidad, aceptar y ser aceptados en
cia, rendición de cuentas, disciplina financiera; administración otros espacios.
y control del gasto público. Que los alumnos conozcan las partes humanas y
Si hablamos de que se diversifican las áreas laborales para to- cultural de su disciplina; la multiculturalidad, si que
dos los contadores públicos, tenemos también que hablar de remos una excelente formación integral.
diversificar las áreas y de buscar otros caminos que son las Concluye: Es importante quitar programas muy pe-
nuevas carreras que requieren ese tipo de apoyos. sados de contenidos que a veces no aplican y a cam-
bio, empezar a ver toda esa formación integral en
El emprendimiento la disciplina, en la formación humana integral para
Tema importante es que en perfil de egresos, en todas las ca que se obtengan mejores resultados y entregue-
rreras se habla del emprendimiento. mos mejores cuentas a la sociedad.
Es necesario, no sólo preparar personas que toquen la puerta
para buscar un trabajo; sino formar gente emprendedora des-
de su persona, que enfrenten los miedos, que sean mejores
como profesionales.
En la Facultad de Contaduría Pública, nuestro perfil de egreso
es que los alumnos sean críticos; a los jóvenes
hay que escucharlos, atenderlos, pero siempre y Rendición de Cuentas podemos entenderla
cuando les enseñemos a ser innovadores, crea
tivos, con critica constructiva que nos llevará a
como el costo para alcanzar cierto objetivo. Me-
mejores caminos. jor que me pregunten qué grado alcancé de este
objetivo y no, que me verifiquen las cuentas.
Los artículos que se presentan al lector son versiones hechas a propósito para esta edición. Todos se
derivan de las tesis de grado de maestría y al mismo tiempo son avances en la redacción de artículos
científicos que aparecerán, necesariamente, por separado y a distintos tiempos. Los autores y yo esta-
mos convencidos que, tal como están, deben ser presentados también en conjunto. Se escribieron dia
logando entre ellos en las aulas y auditorios, cursos y seminarios del programa de Maestría en Antropo
logía Sociocultural (MASC) del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades “Alfonso Vélez Pliego” de
la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y constituyen una propuesta teórico-metodológica
dentro de la disciplina. Sin bien los intereses son variados y las fuentes son plurales, comparten el pro
pósito de “confrontar al presente” (Smith 1999) desde una perspectiva histórica y geográficamente
informada, como parte de la ciencia básica. La antropología es el puente privilegiado entre las ciencias
político-sociales y las humanidades a través del cual y desde un espacio multidimensional se pondera
el presente en relación a pasados y futuros. En un presente, en que se abusa discursivamente al invo-
car términos tales como “tejido social” y se asigna albedrío a entidades en jaculatorias como “fue el
Estado”, rechazamos la sobre-simplificación de modas ideológicas y la premura del presentismo de
las redes sociales en tanto encubren procesos contradictorios como efemérides en una crónica de la
degradación o su contraparte al confundir celebraciones identitarias con esperanzas escasamente se
cularizadas. Plantados en medio de las grandes narrativas y saberes marginales reivindicamos el análi-
sis sobre la totalidad social cognoscible a través de la etnografía como método, herramienta, género
literario y espacio de aprendizaje. Lo que es más, una vez cumplidas nuestras tareas en la medición de
indicadores cuantitativos y sordos, en cuantas bases de datos sea menester, buscamos ser leídos para
que se pondere, discuta y critique lo que hacemos.
A todos los autores tuve la fortuna de conocerlos en los cursos de Teoría Antropológica dicta
dos con mi colega María de Lourdes Flores Morales en los años académicos de 2013-4 y 2015-6. Todos
ellos cumplieron en tiempo y forma con sus obligaciones y es por ello que ahora nos lanzamos en pos
de debate. Algunos ya continúan sus estudios en el grado último, otros están en el proceso de inte-
grarse, pero la mayoría ya participa de la vida académica como profesionales. Sirva esto también para
desearles buenaventura, sabedores que nos encontraremos reiteradamente y que hemos de mante
nernos honestos por la virtud del trabajo de los otros. Agradezco personalmente el espacio brindado
por CIENCIA para su publicación así como el de colegas y autoridades de mi programa, unidad acadé
mica y Universidad. Desde la ventajosa posición que nos dan la ciudad e Institución hemos de corre
gir lo que sea menester para avanzar en el proyecto educativo, de investigación y crítica frente a la
imposición de condiciones materiales que —desde instancias externas a la Universidad— condicionan
y buscan acotar nuestro trabajo a aplicaciones selectivas para usuarios de gobierno y empresa. Sabe-
mos lo que hacemos pero sobre todo por qué lo hacemos, entendemos las posiciones del “sujeto amo
saber” y nos ufanamos de los duelos en su parricidio. Vaya esta primera entrega para con los interlocu
tores que la esfera pública nos dé dentro y fuera de la disciplina, de los claustros universitarios y las
fronteras de la formación estatal mexicana.
Nuestra apuesta, hoy como siempre, es poner una pica en Flandes.
CCienc
ienca,aRevista
ii
, RevistaRegional
Regionalde
deDivulgación
DivulgaciónCientífica
CientíficayyTecnológica.
Tecnológica./ /317
y clase social en
Puebla: El cuerpo como
vehículo de la
precariedad
Jafet Alejandro Guerrero Gutiérrez
jafetguerrero@gmail.com
Introducción
En 2010 hubo en México un total de 1.6 millones de personas con ceguera, de los cuales 90% adquirió di-
cha condición en el transcurso de su vida (por accidentes, envejecimiento, enfermedades, entre otras
causas) (INEGI, 2013). En el presente trabajo me propongo discutir de qué manera el cuerpo se cincela
históricamente como el objeto material sobre el cual aterrizan las desigualdades de clase impuestas
por el modo de producción capitalista. En concreto, me referiré a la condición de ceguera a la que han
sido expuestos tres varones de diferentes generaciones históricas.1 Mi reflexión parte de una concep-
tualización que anuda, a manera de marco analítico, nociones que retomo de la teoría antropológica,
la economía política crítica y la teoría feminista. A la par, articularé información etnográfica recabada
durante el trabajo de campo efectuado para una investigación previa en la capital de Puebla.2 Si bien
el estudio se sitúa en una ciudad mexicana y durante una fase determinada del modo de producción
dominante, sostengo que los sujetos que narran sus historias, los lugares por los que transitan, así co
mo las relaciones que tejen con otros, no dejan de estar inmersos en conexiones globales históricas y
económico-políticas (Wolf 1987).
1 Concretamente haré alusión a relatos de informantes hombres. Aunque en ocasiones se haga referencia a su relación con otras
mujeres (ciegas o no), he decidido no incluir las narraciones de ellas en este capítulo puesto que las diferencias de género son nota
bles, y habría que llevar a cabo un análisis minucioso al respecto en otro espacio.
2 El proyecto mencionado fue realizado para obtener el grado de maestría en antropología sociocultural, y llevó por nombre: La
dependencia y el bastón. Precariedad, cuerpo y género entre sujetos ciegos de la Puebla neoliberal (2018). El trabajo de campo se
efectuó entre 2015 y 2017. Cabe aclarar que, tanto la inmersión con los informantes (2015), como el cierre de dicho proceso (2017),
fueron etapas breves y esporádicas, ora para tejer el tema inicialmente, ora para corroborar determinados datos hacia la culmina
ción de la investigación. Así, las estancias profundas en el terreno de los hechos, a lo largo de todos los días y en buena parte de
horas de los mismos, tuvieron lugar durante los meses de junio, julio, agosto y septiembre de 2016.
Me parece oportuno introducir las historias de los informantes a los que me referiré du-
rante esta exposición. Como ya se indicó, Ignacio trabajó en la industria química, aunque
previamente contó con otras experiencias laborales: en herrería, plomería, como lavaco
ches, luchador profesional, la industria automotriz, siderúrgica y de alimentos (véase
tabla 1). Previamente, su familia estuvo ligada a la vieja industria textil poblana. Así lo
enfatizó en una de las entrevistas: Mi papá era obrero textil de la Mayorazgo, San José
Mayorazgo. Mi mamá era ama de casa (julio de 2016). Es un dato importante, pues la clase
social a la que Ignacio perteneció desde pequeño, se vino moldeando a partir del trabajo
industrial prevaleciente en la ciudad, de esas actividades que proveían de “salario fami
liar” tanto al padre como a la madre y a los hijos. El concepto “salario familiar” ha sido
discutido amplia y vigorosamente por la socióloga feminista Nancy Fraser (2015), quien
sostiene que fue un modelo de organización no sólo del trabajo sino también del orden
familiar, pues suponía cierta remuneración que el varón, jefe de familia, recibía a cam-
bio de ciertas horas de trabajo en la fábrica (capitalismo fordista), bajo el supuesto de
que el ingreso servía para cumplir con las necesidades de reproducción de la vida de él
(proveedor), así como de la esposa y los hijos (dependientes). Pese a ello, este régimen
económico no cobijó a la totalidad de personas en todas partes del mundo pues, aunque
este prototipo de ordenamiento “correcto” de las familias imperó en buena parte de Es
tados Unidos, no puede pensarse de manera uniforme para el resto de ese país, ni para
países como México, ya que en América Latina al menos coexistió con otros tipos de
Al respecto, me interesa mostrar cómo se troqueló el origen de clase familiar aunado al ordenamiento
patriarcal de género y trabajo mencionado con anterioridad. Propongo llevar a cabo dicho análisis a
partir de la noción de habitus en Bourdieu (2007), puesto que refiere a la incorporación de la cultura
en las prácticas, según el lugar que se ocupe en el espacio social. Esa cultura incorporada actúa como
un “lenguaje” por medio de “signos distintivos” que diferencian a los sujetos, ubicando a unos más
cercanos y a otros más alejados entre sí (Bourdieu 2007: 21). Volviendo al caso de estudio, se ha dicho
ya que las mujeres realizaban trabajo doméstico y de cuidados en su casa, pero también lavaron y
plancharon para obtener cierta remuneración, actividad femenina que, junto con el salario familiar del
varón, contribuyó a la reproducción social de clase. Quizás sea este habitus generizado, por nombrarlo
de algún modo, el que se ha diseminado con los años, pues continúa inscribiéndose en la subjetividad
de los entrevistados aunque no hayan sido trabajadores industriales propiamente. Esto hablaría de un
orden patriarcal que interpela a los hombres para pensarse a sí mismos como proveedores y recibir
atenciones de las mujeres, hecho que actúa como amalgama socio-histórica, a la vez de clase y a la
vez de género, puesto que alimenta ideológicamente la reproducción del capital (sea éste industrial o
no, adaptándose a las demandas de acumulación del mismo), así como a los cuidados de la fuerza de
trabajo barata. No se nota en lo cotidiano, no se es consciente de ello pero los sujetos lo despliegan
siempre que les es posible. Ese habitus, atravesado por la clase y por el género, se constituye como
una pieza del rompecabezas para entender no sólo los historiales de clase de los entrevistados, sino
posiblemente los de otros sujetos.
Las tres historias brevemente reseñadas, implican formaciones de clase de gran compleji
dad no uniforme. Pertenecen a sujetos que han sido estructurados por las demandas del
modelo de producción capitalista. Si bien la clase social se define fundamentalmente a
partir de quienes poseen y quienes no poseen los medios de producción, es también
cierto, como se ha podido apreciar, que se simboliza y se diversifica según situaciones
concretas en lugares específicos (Roseberry 2014), por lo cual se produce y re-produce
permanentemente a través de una amplitud de referentes sociohistóricos (Kalb 2015).
Así, la clase social se troquela en torno a lo material y a lo simbólico al mismo tiempo
(Mintz 1996). Al respecto de las trayectorias etnográficas de los informantes que aquí
retomo, es posible decir que en su juventud los tres varones formaron parte del ejército
industrial de reserva estudiado por Marx (1999), mismo que suele adquirir multiplicidad
de formas a lo largo del tiempo, pues al ser parte de las poblaciones sobrantes para el
capital, muta constantemente, a capricho de las circunstancias históricas estructurales
y de los vericuetos biográficos. Sin embargo hoy, envejecidos, ciegos, enfermos y de
gradados, son arrojados a actividades consideradas “altruistas” (por ejemplo la ONG o
ciertas instancias de gobierno como el DIF) o de limosnas callejeras (como implorar al
transeúnte dinero, lavar coches o recolectar basura, entre otras), sobreviviendo en el
pauperismo que conforma “[…] el asilo de inválidos del ejército obrero en activo y el
peso muerto del ejército industrial de reserva” (Marx 1999: 546).
Los sujetos ciegos mencionados han devenido clase social trabajadora degradada, subje
tivada a partir del disciplinamiento que ha impuesto el discurso de la discapacidad. Arri
bado a la escena local hace aproximadamente dos décadas, dicho discurso adviene del
ámbito internacional 3 con una carga centrada en el individuo que es portador de la disca
pacidad, descuidando el enmarañado entramado de relaciones sociales que le producen
y rodean. Así, formulo que la discapacidad forma parte de la serie de categorías multicul
turales y neoliberales del reconocimiento de la diferencia de clase, que operan para be
neficio de la extracción de riqueza en la actual fase flexible del modelo de acumulación
(Fraser 1997, 2015; Smith 2011). Emplear a estas personas transfiere valor a las empresas
pues, además de ser fuerza de trabajo disciplinada, dispuesta a recibir salarios más bajos
que el resto de la población, funciona como actividad altruista que el Estado retribuye a
los propietarios particulares por medio de la exención de impuestos.
3 Ha sido promovido principalmente por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) desde finales de la dé
cada de 1970 (Naciones Unidas, 1993).
Siguiendo con esta discusión, me aproximo al tema corporal a través del concepto de
precariedad,4 concretamente tomando como punto de partida los trabajos de la filósofa
Judith Butler (2006, 2009, 2010). Para Butler (2010), precariedad tiene que ver con la
misma fragilidad de la vida humana, pues implicaría de por sí una existencia endeble,
proclive de enfermar o morir, por ejemplo. No obstante estos daños en la vida misma
pueden potencializarse por causas políticas. Es decir, estará más propensa a padecerlos
una persona con cierta identidad, o con cierta desventaja de representación respecto a
4 “Las palabras precario y precariedad tienen una larga historia. Luego de su etimología que le da el mismo origen de plegaria, del latín
precarius, la palabra precario ha conocido múltiples acepciones, tanto como adjetivo y sustantivo, o como agregado al vocabulario corrien
te y al derecho. Hace alusión a la idea antigua de obtener una cosa por plegaria, aunque la acepción moderna de precariedad, reenvía
principalmente a aquello cuya duración y solidez no está asegurada, sino que se halla unido a lo inestable e incierto, a aquello que es corto,
fugaz o fugitivo, así como a lo que es delicado y frágil” (Cingolani, 2015, p.49, cursivas en el original).
“Así empezó mi problema. Trabajaba en una industria química aquí en Puebla. Entonces,
sufrí un accidente. El trabajo que tenía era de menear tarimas, agregar productos químicos.
Yo creo que ya venía disminuyéndome la vista pues no vi una tarima al lado y me caí. ¡Y que
me lo voy a la boca de un reactor! Así se llama, o sea teníamos una hilera de materias pri
mas para hacer los productos. Entonces me caí, me accidenté, me incapacitaron, me vio el
doctor y me dijo que ya no iba a poder trabajar porque iba a quedar ciego. Todo se desenca
denó por el accidente, hasta me pegué en el cuerpo, me doblé la mano y me enyesaron.
El doctor se dio cuenta que me iba a quedar ciego por los exámenes que me empezaron a
hacer: que si de la vista, que si era yo diabético, no pues nada de eso. Entonces ya les fui di
ciendo que yo de joven fui herrero, plomero y soldador, entonces le decía yo que si no era
por eso, por la soldadura. Me dijo [el doctor] que no. De ahí ya empezó mi martirio. Perdí la
vista y ya no salía yo. Me quedé sin hacer nada, me dediqué a tomar [alcohol]” (Ignacio, 62
años, julio de 2016).
El riesgo al que Ignacio estuvo expuesto en el trabajo industrial lo condujo a perder la vis-
ta. Como él mismo menciona, todo se desencadenó por el accidente. Resulta interesante
que él mismo asocie otras posibles causas de su ceguera, ligadas también a la propia
experiencia de clase. Muestra de esto son sus preguntas al médico respecto a la posible
relación del daño visual con su antecedente como herrero y soldador. Además de eso, al
momento de la entrevista el hombre dijo padecer otras cosas en el cuerpo ligadas, según
mis observaciones, a su historia laboral misma. Al respecto, comentó:
C ienc a, Revista Regional de Divulgación Científica y Tecnológica. / 13
i
“Tengo la gota, del ácido úrico, a raíz que tomaba yo mucha cerveza y mucha carne, me hizo daño. Me due
len los huesos, o sea, cuando como carne o tomo cerveza, se me hinchan los pies y las rodillas, y ya no me
dejan caminar. ¡Da un dolor!, que ya no puede uno caminar. Me lo atiendo controlando los alimentos, no
como frijol, lenteja, huevo, ni tomo cerveza. Y pues con medicamento” (Ignacio, 62 años, julio de 2016).
Cuando quedó ciego, Ignacio perdió su trabajo. Lo pensionaron con una cantidad raquítica por debajo
de lo que era su salario. Se deprimió y, como él mismo indicó, “me dediqué a tomar”. Así pasó varios
meses según me contó. Por ello, no es de extrañar el hecho de que se le haya desarrollado “gota”. 5
Es decir, el deterioro del cuerpo se liga a la precariedad de clase. Así también ocurrió con Daniel, quien
se entregó a unos dramáticos excesos de alcohol que más tarde le dejarían ciego: “uno de futbolista no
mide los excesos”. Además, años más tarde desarrollaría una enfermedad llamada sinovitis (inflama
ción de la membrana sinovial) que le provoca hinchazón de una de sus rodillas y la constante de liga-
mentos y cartílagos. Según se sabe, puede ser causada por traumatismos (golpes). En el caso de Da
niel, muy probablemente los que recibió durante su corta carrera como futbolista de segunda división.
Por otro lado, los padecimientos que enfrenta Gregorio han sido producidos por las condiciones de
desigualdad de clase a las que se ha visto sometido, bajo un contexto de precariedad también. Su ce
guera se originó a raíz de una cisticercosis causada, según sus palabras, por comer en la calle cemitas
de carne de puerco. La infección parasitaria contribuyó a la degeneración del globo ocular pues el ani
mal le carcomió algo de los órganos visuales, según comprendió del diagnóstico que le dio el médico.
Vale recalcar que dijo que comía cemitas en la calle cuando era chofer de una unidad del transporte
público, pues no le daba tiempo de comer otras cosas más elaboradas. Al problema de ceguera se han
sumado: diabetes, hipertensión, hidrocefalia, disfunción eréctil, obesidad y problemas biliares. Estas
condiciones de sufrimiento cotidiano, derivadas de agudos problemas de salud, son condiciones maxi
mizadas en los sectores más empobrecidos (Kleinman 1997), no sólo porque están más expuestos a la
vulnerabilidad y la violencia (Butler 2004) sino porque, históricamente, no se encuentran en condicio
nes de acceso propicias a servicios de salud de calidad (Farmer 2004).
Comentarios finales
Hasta aquí, se ha puesto en evidencia que la ceguera puede llegar a constituirse como un producto de la preca
rización de la vida que provocan las desigualdades que promueve el capitalismo. La pérdida de visión es tan
sólo un ejemplo de las formas precarias que adopta la carne humana, ya que persisten otras bajo el actual
régimen de acumulación: enfermedades crónicas (renales, hipertensión, obesidad, diabetes, entre otras), acci
dentes laborales, golpes y raspaduras, desnutrición, burlas, escarnios y descalificaciones, desgaste y cansan-
cio, vergüenza de clase al sentirse degradado, diálisis derivadas de problemas en los riñones, huellas de adic-
ciones por consumo de alcohol, o de bebidas endulzadas artificialmente como la Coca-Cola, así como riesgos
de morir por un endeble acceso a sistemas de salud amplios y de calidad.
En tanto fuerza de trabajo doblemente degradada (por su origen de clase familiar y a partir de su ceguera fisio
lógica), los ciegos precarizados han atravesado por trabajos momentáneos a través de los cuales las fuerzas
productivas les han empleado. No obstante, han sido desechados también por largos periodos de sus vidas,
situación que les ha conducido a la dependencia de limosnas y “apoyos” de programas tanto de ONGs como
de instituciones públicas, todo esto sostenido por el discurso de la “discapacidad visual”. La experiencia de
clase de los entrevistados deja ver que el capital ha hecho de las suyas en sus cuerpos, pues han sido sujetos
sistemáticamente expuestos a vivir riesgos y desgastes vertiginosos que les han conducido, entre otras conse
cuencias, a perder la vista. Anudado a las condiciones materiales de existencia, la desigualdad de género y las
descalificaciones simbólicas que socialmente les marcan y degradan, se nota significativamente que su corpo-
ralidad ha entrado en una especie de espiral que se erosiona día con día.
Estas precarizaciones corporales se maximizan en el neoliberalismo, pese al avance de la ciencia y con ello la po
sibilidad de optar por formas de vida saludables, como la Organización Mundial de la Salud (OMS) promueve,
a través del discurso individualizador de los “estilos de vida” (OMS 2017). De tal suerte que el capital neoliberal
flexible logra acumular más riqueza a través de una explotación extensiva e intensiva de los cuerpos proleta
rios que ya no se logran identificar como trabajadores. Parte de ello lo consigue con base en el discurso del
multiculturalismo: el reconocimiento de las identidades, la promoción del individuo como gestor de su propia
vida, el discapacitado respetado y capacitado laboralmente, entre otras perversidades.
5 Según el sitio de internet de la Arthritis Foundation, “La gota causa ataques repentinos y fuertes de dolor e hipersensibilidad, enrojeci-
miento, calor e hinchazón en algunas articulaciones. Generalmente compromete a una articulación a la vez. La articulación del dedo gordo
del pie suele ser la primera”.
14 / C ienc a, Revista Regional de Divulgación Científica y Tecnológica.
i
Las parteras
ante las políticas de intercultural
en el Módulo de
Medicina Tradicional de Huehuetla, Puebla6
Cynthia Marilui Martínez Villarruel 7
chalchiucoatl@yahoo.com.mx
6 La información presentada corresponde a los datos obtenidos y análisis presentados en la tesis para obtener el grado de Maestra en
Antropología Sociocultural, intitulada: El oficio de partera y las políticas de salud intercultural. El caso de las parteras totonacas del Módulo de
Medicina Tradicional en Huehuetla, Puebla, presentada en enero 2016.
7 Maestra en Antropología Sociocultural por el Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades “Alfonso Vélez Pliego”/BUAP. Estudiante
de Doctorado en Ciencias Sociomédicas, campo: Antropología en Salud de la Facultad de Medicina/UNAM mariluimvillarruel@gmail.com
11 Durante la maestría se realizó una estancia de investigación en la Universidad Católica de Temuco, Chile; se hizo observación en dife
rentes centros de salud intercultural, lo cual permitió hacer una breve comparación entre México y Chile.
12 Tema ampliamente analizado por Roberto Castro (2014), el cual desarrolla a partir del concepto de habitus planteado por Bourdieu.
Resumen
El presente artículo aborda la forma en que, en la etapa actual del capitalismo, el capital,
en su incesante lucha por reproducirse, atrae fuerza de trabajo bajo nuevos modelos. Es
te proletariado, el cual trabaja bajo condiciones desfavorables y peculiares, se construye
a partir de dos procesos: por un lado, a través de la interpelación ideológica que marca
en los sujetos una posición en su subjetividad guiada por la ideología multicultural. Por
otro, como consecuencia de la atracción de fuerza de trabajo que el capital genera des-
de del nicho de mercado dominante: la cultura. Los danzantes de la mexicanidad como
proletariado multicultural solo pueden servir al capital en la medida en que, primero, se
reconstruyen como tales, como danzantes. En un segundo momento son atraídos como
fuerza de trabajo cuando el mercado de la cultura les ofrece trabajos relativamente
menos desgastantes y mejor pagados, pero que principalmente dan un nuevo estatus
que trabajos anteriores no podían dar: un lugar como “guardianes de la tradición”.
Para hablar sobre un proletariado del multiculturalismo primero quiero establecer el con-
texto general y específico en que este tipo de trabajadores emergen. Por multiculturalis
mo me refiero al discurso hegemónico vigente que, bajo la premisa de la defensa y tole
rancia de la diversidad y la diferencia cultural, establece la diversidad como un valor en
sí mismo (Eagleton 2016). Si bien la diversidad es un elemento propio de las sociedades,
contra la cual no intento discutir, el problema es que al tomarla como un derecho funda
mental de las personas y no solo como una de sus características, genera una perspecti
va del mundo en la cual este se encuentra dividido no por clases sociales producto de la
distribución desigual de la riqueza, sino por diferentes culturas. Estas culturas se estruc-
turan en términos de “formas de vida”, de modo tal que casi cualquier cosa puede ser
pensada como cultura: la de los empresarios “cultura empresarial”, la de la violencia y el
narcotráfico “cultura de la violencia”, una cultura determinada por las preferencias se
xuales, desde aquellas marcadas por el género hasta las que derivan de manera directa
de la forma en que se lleva acabo el acto sexual. Por ejemplo, se habla de una cultura gay,
del porno, etc. Entre esta diversidad de formas de vida se incluyen aquellas determina-
das por el elemento étnico, característica propia de los nacionalismos.
En el caso de los municipios poblanos de San Andrés sino de aquella que el turismo imagina, busca y, por lo
Cholula y San Pedro Cholula, contexto inmediato en tanto, ayuda a inventar: la que representa formas de vi
el que se desenvuelve el proletariado multicultural da alternativas al capitalismo y la modernidad. Es decir,
al que hago alusión, la noción de cultura se resume una idea de cultura anclada en la añeja noción ilustrada
en la referencia al pasado prehispánico, una forma de la otredad, de lo folklórico, del indígena que está en
de vida guiada por “nuestras verdaderas raíces”. De contacto directo con la naturaleza y sus tradiciones, lo
este modo, se ha construido un discurso de unifica exótico. La “Ciudad Sagrada” intenta atraer turismo ba
ción de “las Cholulas” bajo la idea de “La Ciudad jo esos términos.
Sagrada”. En 2012 esta idea fue impulsada como po
lítica pública con la denominación conjunta de am- El multiculturalismo como ideología: la construcción de
bos municipios como “Cholula Pueblo Mágico”14 . sujetos multiculturales
Las constantes referencias a la cultura en las calles El conocido y debatido concepto althusseriano de inter
principales de la zona de Cholula obedecen principal pelación, el cual fue tomado prestado por Althusser de
mente a la apuesta que han hecho los distintos nive- la propuesta psicoanalítica de Lacan, abrió la discusión
les de gobierno por el turismo y el sector servicios. en torno a la ideología trasladándola de la vieja y mal
Los cuales, se propone, son una forma efectiva de lograda definición de falsa conciencia a una perspectiva
reactivar la economía. El medio para ello es la venta interesada en la construcción social, política y económi-
de la cultura, pero no de cualquier tipo de cultura, ca de las posiciones del sujeto. De este modo, para
13 La identidad nacional siempre es una referencia ambigua. La manera en que se construye depende directamente de las referencias al
pasado y, puesto que el pasado es seleccionado de acuerdo a las necesidades del presente (Hobsbawm y Ranger 2012; Kedourie 2000; Wi
lliams 2000), es el contexto político y económico el que determina la forma que toma.
14 Contrasta este discurso de unificación con los conflictos históricos entre las poblaciones y administraciones políticas de ambos munici
pios. Los pobladores originarios de la región llamaban –algunos aún lo hacen— “Cholula” al centro del municipio de San Pedro Cholula,
la zona en que únicamente vivían los blancos con poder político y económico. Con el discurso de unificación de “las Cholulas”, a esa zona
que representaba el poder criollo, ahora se le presenta como muestra del legado de la cultura prehispánica Este tema será desarrollado a
profundidad en otro momento.
El multiculturalismo se encuentra lejos de presentarse ciales en los términos formales del mismo discurso
de manera empírica, esto es lo que Ahmed denomina multicultural, no obstante, sugiero que sí brinda una
“actos de habla no-performativos”, es decir, la correc guía en la realidad en la medida en que en tanto ideo
ción política multicultural no resulta en actos realmen logía, y aquí volvemos a Althusser, el multiculturalis
te tolerantes, que respeten la diferencia. No se reali mo termina realizándose como subjetividad. Esto es,
zan en la práctica aunque en el discurso se afirme lo una fracción de la población se reconstruye o toma
contrario. No obstante, y aquí es donde la noción de una nueva posición marcada por el multiculturalis-
actos de habla no-performativos erra en el objetivo, el mo. Los danzantes de la mexicanidad en Cholula no
discurso multicultural puede tomar otro camino en los se reconstruyen en sujetos multiculturales porque
hechos, lo empírico, lo material, diferente a la búsque- respeten la diferencia, porque dejen de ser racis-
da de coherencia entre discurso y acto. En términos de tas, misóginos u homofóbicos, sino en la medida en
Žižek se trata de complementar la idea de la no-perfor que abordan el barco de la identidad étnica y las de
matividad “con una vuelta más”, es decir, señalando la mandas de respeto e inclusión de las “verdaderas
fuerza performativa del trasfondo del multiculturalis tradiciones mexicanas” en un momento en el que
mo y su corrección política. La intención de Žižek es la ideología multicultural domina y define la cultura,
dirigir la discusión hacia el tema del racismo implícito las relaciones sociales, la política y la economía. Es
en el discurso multicultural, y no limitarse a evidenciar decir, en un momento en el que el multiculturalismo
la contradicción entre lo que se dice y lo que se hace16. impone ciertos límites y ejerce presión para atraer a
El multiculturalismo podrá no regir las relaciones so- la población dentro de los márgenes de su discurso.
15 Revisar nota en el diario El País “Guía malaya para identificar gais: “Van al gimnasio a mirar a otros hombres”” 13 de febrero de 2018.
16 Žižek establece una tipología del racismo para evidenciar las formas racistas que toman los principios multiculturales. En primer térmi-
no, se refiere a un racismo descarado, aquel que de acuerdo a Etienne Balibar puede llamarse racismo clásico (Balibar 1991). Se trata del
racismo desde el que se rechaza al Otro oponiéndolo los valores universales (occidental, civilizado, cristiano). En segundo lugar, llama
racismo reflexivo a los juicios morales, políticamente correctos, con los cuales se señala el fundamentalismo de los pueblos “primitivos”,
por ejemplo los Balcanes y las guerras étnicas ahí ocurridas. En último lugar, y este es el tipo de racismo que me interesa, se refiere como
racismo invertido a aquellos actos de condescendiente celebración de la exótica autenticidad el Otro (Žižek 2012: 60).
Por su parte, Ameyal conoció la danza a través de dre sol, las energías antiguas y denuncian las mentiras
Xiuhtecuhtli, su amigo. En la danza encontró, según contadas por la historia oficial de México. En su vocabu
sus propias palabras, “un camino espiritual auténti- lario se incluyeron palabras y algunas frases armadas
co” y al mismo tiempo una forma de ganarse la vida en náhuatl: Ometeotl (una forma equivalente de refe
menos desgastante. Antes de reconstruirse como rirse a un Dios único), Tonatiuh (sol), tlazocamati (para
danzante, sujeto multicultural, tuvo trabajos como dar las gracias), entre otras. Empezaron a usar ropa de
ayudante de carpintería, donde perdió un dedo, manta, bordada o con motivos prehispánicos, así como
vendedor de Bon-Ice, trabajo en el cual ganaba un collares y pulseras hechos con piedras, semillas y ga
peso por unidad vendida, y estatua humana. En el rras de ave rapaz. Lo exótico, una de las ideas que el
caso de Coyoltzin, originario de un barrio de Cholula, multiculturalismo no inventó pero que sí ha impulsado
su entrada a la danza fue cuando, admirado por los y explotado a partir de la noción de un mundo dividido
aguerridos danzantes emplumados que veía en Cho- en culturas, ha sido la guía de la construcción del sujeto
lula durante los festejos del equinoccio de verano, se multicultural.
unió al grupo de Xiuhtecuhtli. Desde entonces com- Una vez vestidos como danzantes la figura del exotis
plementa su trabajo como comerciante de artesa mo es por demás evidente: utilizan plumas de todo tipo
nías y souvenirs con sus actividades como danzante, de aves para adornar penachos y piezas de los atuen
asistiendo a los llamados rituales de tradición y reali dos; los trajes de danza suelen estar hechos con dife
zando ceremonias y performances para el turismo, rentes tipos de piel, desde las pieles de animales de
al igual que lo hacen Ameyal y Xiuhtecuhtli. granja (vaca, cerdo, conejo) hasta aquellas de animales
Estos sujetos se reinventaron como sujetos multicul más exóticos (coyote, jaguar, venado, cocodrilo). La
turales a partir del contacto con dos ambientes: el manera de moverse también cambió. Por un lado, la
de las ceremonias y rituales organizados por otros ejecución de los movimientos de la danza, por otro, las
danzantes que tienen como objetivo recuperar la posiciones y posturas que hacen cuando se toman fo-
forma de vida y espiritualidad prehispánica, en res tos, realizan rituales o cuando, con el micrófono en ma
puesta a la decadencia de la vida moderna; y aquel no, dan discursos sobre la espiritualidad prehispánica o
que los pone frente a un público ansioso de conocer la importancia de recuperar las tradiciones.
y participar en rituales prehispánicos. Estos sujetos Tal vez uno de los elementos más llamativos al moldear
comenzaron a cambiar su forma de hablar, añadie sus cuerpos son las escarificaciones. Las escarificacio
ron a su discurso ideas sobre la madre tierra, el pa- nes son escaras hechas en la piel por medio de incisio
¿Proletariado?
Lo primero que debemos entender al hablar sobre proletariado es que este concepto
marxista no es un sinónimo de trabajador industrial, aunque el concepto no lo excluye.
Por proletariado o proletarización debe entenderse la desposesión de los medios de pro-
ducción; aquellos que son forzados hacia el mercado para vender su fuerza de trabajo
(Kashmir y Carbonella 2014: 5); la necesidad de vender fuerza de trabajo sin la garantía
de que esa fuerza de trabajo se realizará (Kawashima 2009: 12); o, como bien lo resume
Michael Denning : “hay que insistir en que ´proletario´ no es sinónimo de ´trabajador asa
lariado´ sino de desposeimiento, expropiación y dependencia radical del mercado. No se
necesita un trabajo para ser proletario: la vida sin salario, no el trabajo asalariado, es el
punto de partida para entender el libre mercado” (Denning 2010: 79).
Este concepto es de utilidad para pensar el tema de los A decir de Marx y Engels “el factor determinante de
danzantes de la mexicanidad en Cholula y su relación la historia es, en última instancia, la producción y la
con el mercado de la cultura por al menos dos motivos reproducción de la vida real” (Crehan 2004: 109). De
generales. Primero, el hecho de que estos danzantes este modo, en términos analíticos el concepto de
no reciban salario, ni tengan horarios de trabajo no proletariado nos ayuda a entender que las activida
quiere decir que se encuentren fuera de los márgenes des que realizan los danzantes de la mexicanidad en
del capitalismo (Denning 2010). Al nombrarlos proleta Cholula necesariamente se encuentran determina-
riado volvemos la mirada a una de las contradicciones das por su condición de desposeídos. Lo que Kate
estructurales de este modo de producción: lejos de Crehan llamaría una experiencia de clase (Crehan
suponer que estos sujetos que, vestidos con pieles ex- 2004). La venta de fuerza de trabajo es la única
óticas y plumas y que deambulan por Cholula buscan forma en que pueden “ganarse la vida” (Denning
do propinas del turismo a cambio de fotos, danzas y 2010), por lo tanto, al encontrarse en Cholula con las
limpias, realizan estas actividades como una forma de condiciones que permiten conseguir ingresos pre-
resistencia cultural, como consecuencia de su falta de sentándose bajo la figura de la identidad étnica, de
disciplina para el trabajo o al contrario, porque es par- representantes de “la cultura”, tanto esta imagen
te de una actividad emprendedora o por mero azar, se como las actividades que realizan guiadas por ella
evidencia que la desposesión de los medios de produc tienen como principal motivación –aunque no la úni-
ción obliga a la población desposeída a vender su fuer ca— lograr la reproducción de la vida. Su construc
za de trabajo como única posibilidad para lograr la re- ción como sujetos multiculturales se encuentra vin-
producción de la vida. culada con la necesidad de conseguir ingresos y con
la existencia de un mercado que permite lograr este
objetivo a través de la venta de la cultura.
17 De los danzantes a los que hice referencia solo Coyoltzin tiene escarificaciones. Él fue quien tuvo la idea de hacerse escarificaciones,
posteriormente otros danzantes de la zona comenzaron a imitarlo. La escarificaciones han probado ser una forma eficiente de atraer la
atención del público y de generar una imagen de autenticidad en las actividades de los danzantes.
Lo que esconde la idea de guardianes de la tradición Los danzantes reciben a cambio de su trabajo un “apo
En Cholula es común que los representantes de las yo” por parte de sus contratantes. Es decir, no son
administraciones municipales llamen a los danzan vistos como trabajadores o prestadores de servicio,
tes “guardianes de la tradición” cuando estos parti sino como representantes de la tradición cuyo objeti-
cipan en ceremonias y eventos organizados por los vo es compartir con los demás un poco de lo que les
gobiernos locales. En estos eventos el presidente pertenece, su cultura y cosmovisión. De este modo,
municipal agradece públicamente la labor de estos los danzantes no son catalogados como proletariado,
guardianes pues son los encargados de preservar las población desposeída, es decir, se niega su labor como
verdaderas tradiciones de Cholula, aquellas hereda fuerza de trabajo. Por participar en este tipo de even-
das desde tiempos prehispánicos. Al terminar la ce tos suelen obtener pagos entre $150 y hasta $300 por
remonia ritual y oficial el presidente municipal se danzante. En el caso de Coyoltzin en ocasiones no reci-
acerca, reitera sus agradecimientos a los danzantes be un pago, pero a cambio de colaborar en estos even-
por haber accedido a participar, se toma una foto tos ha obtenido un permiso del municipio para vender
con ellos y se despide. Después llega uno de los re artesanía y danzar para el turismo en una plaza pública.
presentantes del municipio para pagar a los danzan Danzar para el turismo implica una dinámica distinta.
tes por el servicio prestado. Sin embargo, y esto Las administraciones municipales en Cholula prohíben
sucede de manera general independientemente de a los danzantes cobrar una cuota fija a los turistas por
que el contratante de los danzantes sea una admi sus rituales y fotos, por lo tanto piden una cooperación
nistración municipal o algún grupo del sector priva- voluntaria. El estatus de trabajador vuelve a ser nega-
do, siempre se maneja como una cooperación y no do. No pueden presentarse como prestadores de servi-
como un pago. cios, es decir, no están presentando un espectáculo, y
no pueden cobrar por ello, más bien se reafirma el dis-
curso que posiciona a los danzantes como herederos
Conclusiones
La cultura como nicho de mercado impulsado bajo la etapa actual del capitalismo, ha
resultado ser una forma efectiva de atraer al mercado a una parte de la población previa
mente desocupada o con trabajos precarios. La identidad étnica que asumen los danzan
tes de la mexicanidad en Cholula no es simplemente la expresión de una esencia interior
o del redescubrimiento de sus raíces prehispánicas. Más bien, esta identidad se encuen-
tra vinculada con el capitalismo pues se construye en un contexto en el que la cultura se
perfila como un medio para ganarse la vida. El concepto de proletariado nos da una guía
para entender la construcción de una subjetividad multicultural, pues es la condición de
desposeídos lo que hace que cierta fracción de la población encuentre en la venta de la
cultura una manera de incorporarse al mercado de trabajo, aunque no sean reconocidos
como trabajadores sino como “guardianes de la tradición”.
La figura de “guardián de la tradición” da pie a la discusión sobre proletariado multicul
tural en dos sentidos. El primero ya lo he desarrollado en este artículo, sobre el segundo
solo presento una breve reflexión pues profundizaré en ello en otro espacio. Por un lado,
en términos ideológicos y económicos la noción de “guardián de la tradición” funge co
mo parte de la fantasía que exalta lo exótico de una cultura original, con lo cual se atrae
turismo –capital—, al tiempo que se niega a los danzantes el estatus de trabajadores
–ideología. Por otro, esta denominación resume una de esas motivaciones que van más
allá de lo económico y que juega un papel preponderante a la hora de atraer fuerza de
trabajo hacia el mercado de la cultura. Frente a otro tipo de trabajos, como los de albañil,
vendedor de Bon-Ice, estatua humana o artesano, conseguir la reproducción de la vida
en Cholula bajo una identidad étnica, como lo hacen los danzantes de la mexicanidad, da
sentido a la vida y al mismo tiempo se trata de un trabajo que es relativamente menos
desgastante y mejor pagado.
No es el mismo trato el que los danzantes reciben cuan- da laboral completa y por demás desgastante, como
do se presentan como tales, sujetos multiculturales, danzante se puede obtener la misma cantidad por
que aquel que recibían cuando trabajaban vendiendo una hora o en ocasiones por diez minutos de trabajo.
Bon-Ice o boteando en los camiones. Con el traje de Claro, no siempre logran conseguir presentaciones,
danzante puesto se convierten en personas que pue por ello suelen estar cerca de la zona arqueológica
den ser consultadas como verdaderas conocedoras de tomándose fotos con los turistas, actividad en la
un tema, como expertos rituales, artistas que dominan cual los ingresos económicos son irregulares.
el campo de la danza. La gente se acerca a ellos y les El objetivo que ha guiado este artículo es el de mos
pregunta por sus rituales, se toman fotos, les dan las trar como bajo la denominación multicultural de
gracias por compartir su cultura, algunos, conmovidos, los guardianes de la tradición podemos encontrar
lloran después de una ceremonia. En este sentido pode- una forma específica en que se moviliza fuerza de
mos decir que la cultura es aquello que hace que la vida trabajo. El círculo de la performatividad ideológica
valga la pena (Eagleton 2016). Además, mientras que del multiculturalismo se cierra: el discurso sobre la
el salario de un albañil llega a los $350 por una jorna cultura como “forma de vida” y su trasfondo racis-
ecoturístico y minero en
Tetela de Ocampo, Puebla18
Monserrat Hernández Sánchez
castiel_cristal@hotmail.com
Introducción
En las últimas dos décadas se ha dado un incremento de organizaciones no gubernamentales que se
ocupan de defender los derechos de los pueblos indígenas. De la mano de lo anterior, se encuentra
también el interés en temas como la conservación del medio ambiente y el cambio climático. Esto ha
dado como resultado la creación de movimientos sociales que se promulgan en contra de proyectos
de índole extractivo y a la vez plantean soluciones más “amigables” con el ambiente y que respetan
las culturas e identidades de los pueblos autóctonos.
En el espacio académico, estudiantil y periodístico, este tipo de movilizaciones han ganado una fuerte
popularidad, ya que son consideradas alternativas al modelo capitalista, mismas que son propuestas,
supuestamente, desde las mismas localidades “amenazadas” por los “proyectos de muerte”19 . Asimismo,
se considera que todos los habitantes de una localidad son atraídos por el discurso que los activistas
enuncian, sin tomar en cuenta diversas tensiones y contradicciones dentro de la misma población.
Ante esta situación, existen personas que no encuentran soluciones para cambiar sus
condiciones de vida, ya que ni los proyectos extractivistas, ni aquellos que son propues-
tos por los activistas se las ofrecen. Esto los obliga a tomar el camino de la migración inter
nacional, poniendo en peligro su integridad física y psicológica tanto de ellos como la de
sus familias. Estas situaciones son silenciadas e invisivilizadas por la celebración y roman-
tización (Scott 2007) de “lo indígena”, presente en los discursos étnicos-ambientalistas
que utilizan los dirigentes y simpatizantes de los movimientos sociales.
Durante la tesis realizada dentro del programa de Maestría en Antropología Sociocultur-
al del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades “Alfonso Vélez Pliego” de la BUAP,
entre los años 2013-2016, cuestioné y critiqué estas movilizaciones a través del estudio de
caso del municipio de Tetela de Ocampo. El objetivo principal de este artículo es presen
tar los hallazgos de dicha investigación.
18 Este trabajo está basado en mi tesis de maestría “Ni oro, ni magia”: Posiciones frente al proyecto minero y ecoturístico en Tetela de
Ocampo, Puebla. BUAP, 2016. Y en la ponencia “Los excluidos de la magia y el oro: entre la doble negación del proyecto ecoturístico y el
extractivismo”, presentada en el IV Congreso Mexicano de Antropología y Etnología. Llevado a cabo en la ciudad de Querétaro durante
el 11 al 14 de octubre del 2016.
19 Desconozco el origen del término, pero éste es utilizado constantemente durante mítines, documentales, notas periodísticas, etcétera.
Sin embargo, a pesar de que estos nuevos movimientos sociales y sus nuevos antagonis
mos sean expresiones en contra de los procesos de mercantilización y la homogeneización
de la sociedad lo que en realidad buscan es valorar las diferencias culturales lo que conlleva
que los sujetos se interpelen como iguales al acceso y consumo de bienes, se rechazan las
desigualdades reales que subsisten y es por esta razón que sus luchas no son manifestadas
de manera colectiva sino más bien con rasgos particulares bien definidos que llevan a pen-
sar en un individualismo que crece y se afirma (Laclau y Mouffe 1987:184-186).
En México estos cambios en las demandas de los movimientos sociales se vieron refleja-
dos a través de la Revolución Mexicana, el movimiento del 68 y el levantamiento zapatis-
ta, siendo éste último el parteaguas de muchas movilizaciones en “pro” de los derechos
indígenas.
Este cambio en las demandas también modificó la manera en cómo son estudiadas y
entendidas estas movilizaciones. Dentro de la teoría vigente (Zibechi 2008; Tapia 2009
y 2011; Gutiérrez 2001) está el aspecto de exacerbar la supuesta homogeneidad de los
movimientos y celebrar la organización y movilización de los grupos indígenas que salva
guardan los recursos naturales de los intereses de la de empresas transnacionales y del
Estado. Teóricos se vuelven activistas y activistas se vuelven teóricos, lo cual genera un
intercambio de conceptos que no son sometidos a un análisis sobre el contexto de cada
una de las situaciones.
La asociación ha consolidado un discurso (Laclau 2013) que sirve como esencialismo es-
tratégico, que utiliza lo indígena, la esencialización de los géneros y el ambientalismo pa
ra evitar la instalación de la mina. Este esencialismo estratégico se conforma por medio
de repertorios de acción como los mítines, marchas, pinta de bardas, juntas informati-
vas, presencia en encuentros contra proyectos de índole extractivo, producción de vi
deos, carteles y exposiciones fotográficas. Sin embargo, esta movilización no interpela
de la misma manera a los pobladores de Tetela, existen intereses particulares y contra-
dicciones en el discurso que complejizan el “campo social” (Roseberry 2002) de Tetela
de Ocampo.
Durante el trabajo de campo realicé entrevistas a diferentes sectores de la población, al
gunos referían estar en contra del proyecto minero, como es el caso de Ramiro:20
“No estoy de acuerdo, dado a que la apertura de la mina contraerá (sic) a un desequili
brio ecológico y social. Tal vez puede tener beneficio sólo con empleo a la gente pero
una repercusión al medio ambiente. Pero no asisto a ninguna de las actividades porque
ya son una organización constituida y no he puesto mucho de mi parte.”21
Por otro lado hay universitarios que están en favor de la llegada de la minería:
“Sí claro, estoy a favor de la minería porque todas las personas buscan un mejor empleo
y sabiendo que la empresa minera es responsable sabrá cuidar el ambiente y seguir las
medidas que el municipio diga. […] El beneficio en mayoría sería económico. […] ¿A
quién no le gustaría ir a ver una empresa minera activa?” 22
2o Los nombre de los testimonios fueron cambiados, los mismos estudiantes pidieron guardar su anonimato.
21 Entrevista a Ramiro, estudiante de ingeniería agroforestal de la BUAP 05/09/2014
22 Entrevista a Germán, estudiante de Psicología de la UNIDES 19/10/2014
25 http://transparencia.info.jalisco.gob.mx/sites/default/files/Reglas%20de%20Operaci%C3%B3n%20Progra-
ma%20Pueblos%20M%C3%A1gicos.pdf
26 El 25 de septiembre de 2015 en el marco del Día Mundial del Turismo, el entonces titular de la Secretaría de
Turismo, Enrique de la Madrid Cordero dio a conocer 28 nuevos nombramientos de Pueblos Mágicos, las locali
dades se seleccionaron entre 180 solicitudes. Tetela de Ocampo no obtuvo dicho nombramiento, en su lugar
fueron reconocidos los municipios de Huauchinango y Atlixco. Debido a ello, el ayuntamiento se encuentra
nuevamente en trabajos de gestión.
27 Expediente en cual debe de estar conformado por los siguientes puntos: 1) Involucramiento de la sociedad y
la autoridades locales, 2) Instrumentos de planeación y regulación, 3) Impulso al desarrollo municipal, 4) Oferta
de atractivos y servicios, 5) Valor singular “la magia de la localidad”, 6) condiciones y espacios territoriales, 7)
Impacto del turismo en la localidad y área de influencia, 8) Desarrollo de capacidades locales.
28 Por ejemplo, la construcción del museo “Los Tres Juanes” líderes liberales en la Sierra Norte del Estado.
También se encuentra el mural “Fecha inmortal” ubicado en el palacio municipal y la actual construcción del
hemiciclo a los participantes del 6° batallón en el zócalo de la cabecera municipal.
29 Para más detalle sobre la feria y el certamen, revisar el capítulo II DE LA TESIS.
Continuando con este argumento se menciona también que el modelo ideológico de los
tres sectores fue importado. “El primer sector es el de los intereses empresariales en
pos de ganancias y lucro; el segundo sector de los distintos niveles de gobierno con fines
regulatorios y redistributivos. El tercer sector modera los excesos a que ambos son pron-
tos en el capitalismo y socialismo de manera correspondiente, dando formas a las iniciati-
vas de acción por parte de la sociedad civil en una narrativa de alternativa” (Macip 2015:
181). El paso a lo “Alternativo” y sin crítica es parte de un cambio cultural posmoderno
que despolitiza la organización social. Con esto se “condensan […] la formación de un
sujeto colectivo interpelado por una ideología de ambientalismo multicultural” (Macip
2015: 184). Pero son los turistas, antes que la sociedad civil organizada, los sujetos dota-
dos de privilegio de esta ideología.
En este contexto la sociedad postmoderna ya no conoce ningún desarrollo histórico, sino
tan sólo la arbitrariedad de tendencias llenas de contradicciones y de incertidumbre como
es la terciarización y que a nivel académico es poco cuestionada. Kurtz menciona que:
30 “La minería en México 2014” informe anual del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI).
31 Entrevista realizada en La Cañada el 3 de septiembre de 2014.
Conclusión
Al igual que el proyecto ecoturístico, el proyecto minero no tiene la capacidad de generar
una cantidad de empleos suficientes para solventar la necesidad económica que muchos
tetelences viven a diario. Asimismo, ninguno de los proyectos integrales interpela a es-
tos sujetos y al mismo tiempo los excluye de los planes establecidos por los gestores del
“Pueblo Mágico” y los representantes de la Minera Espejeras, generando una situación
de incertidumbre que muchas veces se traduce en la migración hacia Estados Unidos.
Ante este panorama ¿Cómo se explica que un gran número de personas no sean interpela
das por los discursos de los simpatizantes de la asociación, los gestores del ecoturismo
y los representantes de la minería? Si es verdad que ambos proyectos hablan de un bien
común ¿por qué unos no encuentran la certidumbre para la mejora de sus condiciones de
vida? La respuesta a estas preguntas se encuentra en lo que Chantal Mouffe (2007) llama
la negación de un antagonismo político, enmarcado en la idea del pensamiento liberal de
que existe una sociedad armónica. La autora sigue a Carl Schmitt y demuestra “que todo
consenso se basa en actos de exclusión, nos demuestra la imposibilidad de un consenso
“racional totalmente inclusivo”. Para que exista un “nosotros” debe forzosamente exis
tir como opuesto un “ellos” (Mouffe 2007: 18).
Slavoj Žižek, está de acuerdo con Mouffe sobre la imposibilidad de un consenso total, sin
embargo él cambia el término y lo llama un “antagonismo de clase” (2013). De esta man-
era sale a la luz “eso” que se esconde detrás de la negación y que es el privilegio a una
clase. El filósofo esloveno señala que “como diría Lacan, el antagonismo de clase hace de
tal representación completa algo materialmente imposible: antagonismo de clase signifi-
ca que no hay un “Todo” neutral de una sociedad, cada “Todo” privilegia secretamente
a cierta clase” (Žižek 2013: 37).
32 De manera regular se les conoce a estos torneos como “merces”, haciendo alusión a la palabra “mercena
rio”, a los jugadores se les considera como tal.
de la Biosfera
Tehuacán-Cuicatlán
César Durán Zepeda
othonsiurob@gmail.com
Este trabajo de investigación giró en torno a la de San Juan Raya (así como las demás poblaciones que
“conservación de la naturaleza”33 como una forma quedaron dentro de las poligonales del territorio de la
de “acumulación por desposesión” (Harvey 2005) RBTC) se vio obligada a realizar labores que respondían
que ha revalorado recursos naturales y producido a las políticas ambientales neoliberales del Estado mexi
la fuerza de trabajo necesaria para la producción de cano que, a su vez, obedecían a las políticas ambienta
bienes y servicios que hacen posible la reproduc les internacionales. Así, la RBTC, como depositaria de
ción ampliada del capital. Analizada con base en la un capital financiero (exclusivo para la conservación)
economía política crítica y la antropología, la con- desató una serie de disputas por la apropiación de los
servación de la naturaleza la concebí, en este traba recursos naturales y financieros disponibles de y para la
jo, como resultado del ciclo histórico de transfor RBTC entre los propios sanjuanenses y entre grupos y
mación y expansión del capital. En este sentido, poblaciones vecinas. De modo que este trabajo de inves-
tomé como caso de estudio a la Reserva de la Bios tigación da cuenta de los problemas y conflictos sociales
fera Tehuacán-Cuicatlán (en adelante, la RBTC) y desatados en San Juan Raya y responde a la pregunta:
a la localidad de San Juan Raya: una población de ¿de qué forma se dirimen los conflictos sociales en San
200 habitantes (aproximadamente), ubicada en el Juan Raya suscitados a raíz de la creación de la RBTC?
municipio de Zapotitlán Salinas al sureste del esta- El documento es resultado de un trabajo de investiga
do de Puebla. A partir de la creación de la RBTC, en ción que inicié en el año 2011 y culminé en el 2016 34. La
1998, se modificó el uso y acceso a los recursos na información recabada durante diferentes estancias de
turales que pasaron del ámbito de la producción al campo (abril, junio y octubre de 2011; junio de 2012; mar-
de su conservación; al mismo tiempo, la población zo y abril de 2013; junio-septiembre 2016) las analicé con
33 A lo largo del documento el término “conservación de la naturaleza” refiere al uso hegemónico (por lo tanto, del sentido común) del
ambientalismo como ideología política dominante, representada en el paradigma del “desarrollo sustentable”. Sin embargo, el mismo tér
mino puede englobar, aunque de manera diferenciada, tanto disciplinas científicas como la biología de la conservación, así como posturas
teórico políticas tales como el conservacionismo ecologista, el ambientalismo moderado y/o el ecodesarrollo.
34 La presente investigación dio continuidad (y un giro teórico-metodológico) a mi investigación de licenciatura en antropología social,
cuyo enfoque teórico, centrado en diferentes tradiciones del simbolismo en antropología (Geertz, Turner y Sperber), no me permitió com
prender las contradicciones tanto teóricas como empíricas que observé durante el trabajo de campo.
35 Si bien, ésta concepción de territorialidad es la más usual, cabe citar la definición clásica de Robert Sack (1983:56) quien concibió la te
rritorialidad como “el intento de un individuo o grupo para afectar, influenciar o controlar objetos, personas y relaciones sociales a través
de la delimitación y afirmación del control sobre un área geográfica. Dicha área refiere al territorio”.
36 En general, existe un debate interdisciplinario que alude, en menor o mayor medida a las perspectivas clásicas sobre el conflicto social:
consensualistas (Durkheim, Malinowski, Radcliffe-Brown, Weber y Parsons) y conflictivistas (Marx).
37 En general, la técnica de producción de la sal continúa siendo rústica, pero a partir de los años sesenta del siglo XX los materiales utiliza
dos en el proceso de producción cambiaron: los quiotes de maguey para facilitar el transporte del agua de los pozos a los estanques de eva
poración, así como las escaleras de piedra caliza que mejoraban dicho transporte fueron sustituidas por bombas de gasolina y mangueras
de plástico; el piso de las salinas elaborado con piedra caliza o tepetate ahora es de cemento; las ollas de barro se cambiaron por cubetas
de plástico y las escobetas de palma por escobas de plástico común y corriente (Castellón, 2008).
38 Véase Renard y Thomé, (2010), La Ruta de la Sal Prehispánica. Patrimonio alimentario, cultural y turismo rural en Zapotitlán de las Salinas,
Puebla, México.
39 Titulado: «Nos hablaron rebonito sobre las plantas y el turismo, pero ¡puro cuento!»: Disputas por la apropiación de recursos naturales
y financieros en San Juan Raya.
40Titulado: «Ahora sí, como quien dice, somos una comunidad ecoturística»: La producción de sujetos conservacionistas.
Caminando por el centro histórico de la ciudad de Puebla se pueden encontrar diferentes tiendas
consideradas de arte popular que venden mercancías artesanales con una amplia propuesta estética,
enalteciendo los valores y símbolos propios de las culturas étnicas de México (Novelo 2008). En una
de estas tiendas encontré unos cojines de lana bordados con hilo de algodón en diseños minimalistas
de cuadros y círculos en espiral, hechos en tonos blancos, grises y negros.
Al ingresar a la tienda para observarlos con mayor detenimiento, la empleada amablemente me dio
la bienvenida y aclaró que “todo lo exhibido es hecho a mano por artesanos indígenas de diferentes
estados del país”. Al preguntar por el costo de los cojines y su procedencia, la vendedora respondió
que eran de la Sierra Norte del estado de Puebla y que su precio dependía del tamaño y del tipo de
bordado. El cojín de mayor tamaño y costo era de 600 pesos y el más chico y económico de 350 pesos.
La vendedora justificó el precio de las mercancías de la siguiente manera:
Las cosas que podemos consumir de nuestros artesanos son hermosas. Por ejemplo, los cojines están
bien cosidos, bien terminados, bien trabajados, porque la idea es que ellos [los artesanos] le den un
mejor terminado a sus trabajos para poder venderlos en un precio justo. (Plática informal con vende-
dora de la tienda El Mendrugo, enero 2015)
Ante su respuesta le pregunté: ¿Cómo adquieren estas artesanías, van a las poblaciones a
comprarlas o son los artesanos quienes vienen a venderlas? La empleada me respondió:
Ahora se trabaja en conjunto con una Red de artesanos (una asociación civil) que los
orienta a trabajar de forma que su trabajo sea mejor pagado, porque no ha sido bien
remunerado. Se están llevando a personas, como ingenieros especializados en textiles,
para darles apoyo […] La Red es quien nos ayuda a sacar todo de su lugar de origen para
traerlo aquí y [llevarlo] a otros países. Las etiquetas que traen los productos son para
exportarse, están llevándolos a esa calidad de trabajo. Para que su trabajo sea más valo-
rado y ellos puedan tener mejores ingresos. (Platica informal con vendedora de la tienda
El Mendrugo, enero 2015)
43 En 2003 se creó la Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) que sustituyó al INI, con el objetivo de mejorar las prácticas
estatales hacia la población indígena y dar solución a los problemas que la abolida institución no había resuelto mediante el incremento del
presupuesto anual. (consulta en línea http://www.cdi.gob.mx).
44 Chachahuantla, por sus vocablos en náhuatl, significa lugar donde suena el agua. Es una Junta Auxiliar de 1,140 habitantes, pertenecien
te al municipio de Naupan, situada a 1,760 m. sobre el nivel del mar, entre la cadena montañosa que compone el extremo oriente de la
Sierra Norte de Puebla colindante con el estado de Hidalgo (Censo de Población y Vivienda, INEGI 2010).
45 Información obtenida en trabajo de campo.
Sihua Tlazoncame Tlaiquitinime desde hace siete años inició una relación laboral con
La Red. Pero, el esquema de trabajo es distinto al experimentado con dependencias de
gobierno. La producción artesanal impulsada por la asociación se desarrolla a partir de
la viabilidad comercial, de una revisión de calidad y de una desarticulación del proceso
productivo. Estos aspectos permiten a La Red vender a un precio justo y no caer en “el
regateo” ya que quien compra las artesanías “está pagando por un trabajo, no están re
galando [dinero], ni hacen un favor”.
Sin embargo, el argumento de La Red sobre el trabajo artesanal cuando se incorpora en
la vida cotidiana de las artesanas toma dimensiones muy alejadas de relaciones de traba-
jo justas y se acerca más a relaciones de explotación laboral. Tal es el caso de los cojines
relatados al inicio del documento, los cuales fueron sufragados, diseñados y comerciali
zados por La Red. El trabajo de las artesanas fue maquilar los bordados de los cojines en
un esquema de trabajo similar al de la maquila a domicilio, conocido como putting out
system o trabajo por encargo (Flores 2010). El trabajo por encargo que realizan las arte-
sanas si bien es distinto en escala de producción con respecto a una fábrica, es similar en
cuanto a la forma de explotación de la mano de obras porque las artesanas están al mar-
gen de los beneficios económicos logrados con la venta de la mercancía (Cook y Binford
1995: 55); como se verá más adelante.
En los primeros días de mi trabajo de campo Alejandra, la encargada del grupo, viajó a las
oficinas de La Red ubicadas en el centro de la ciudad de Puebla para que le entregaran
el nuevo modelo de cojines para bordar. De acuerdo con Alejandra, el día que estuvo en
las oficinas de La Red le explicaron cómo debían hacer el trabajo, cortó la tela para los
cojines en las medidas solicitadas y armó un paquete para cada artesana que contenía las
instrucciones para hacer el bordado, la tela y el hilo a utilizar.
A modo de cierre
En este artículo, mi interés fue analizar las condiciones hegemónicas que hicieron que el
grupo de artesanas se insertara en relaciones de trabajo proletarizadas y a destajo, en las
que, además de tener que exacerbar su condición de género y etnia quedaron inmersas
en relaciones de clase. Para esto analice el tránsito de la hegemonía expansiva a la selec-
tiva en el contexto nacional y local, así como sus repercusiones en el trabajo artesanal; el
cual, ante las constantes crisis agrícolas y los procesos de migración, para el caso chacha-
huanteco, dejo de ser una actividad complementaria y se convirtió en la principal fuente
de ingresos de los grupos domésticos.
Por otra parte, apuntalé que la transición de un proyecto hegemónico expansivo a uno
selectivo, además de reducir las fuentes de ingreso como eran el trabajo agrícola o el tra-
bajo asalariado, sentó las condiciones para las artesanas se convirtieran en maquiladoras
de textiles artesanales haciéndolas cada vez más dependientes de la oferta y la demanda
del mercado. Sin que esta actividad les permita contrarrestar las condiciones de desigual-
dad en las que viven cotidianamente.
Partiendo de esto, no es fortuito que en años recientes la valoración cultural de las expre
siones indígenas sean tan exitosas en el mercado de lo étnico. Sin embargo, en estos
mercados las artesanas, indígenas y mujeres son exaltadas y revalorizadas como “otras”
pero negadas como “iguales” en cuanto a derechos sociales, laborales, de salud y educa
ción, respecto de aquellos que, paradójicamente, pretenden reivindicarlos, llámense ins
tituciones gubernamentales o civiles.
De historias de “éxito”
y desposesión en
Ciudad Juárez
José Erik Rojas Torres
erikrojas@outlook.com
En este artículo abordaré algunos aspectos importantes instalación de una novedosa industria manufactu
para comprender la configuración de Juárez en una ciu rera, logran explicar la historia particular del ca
dad maquiladora y cómo esto ha marcado las experien- pitalismo fronterizo; esta es la historia de Juárez
cias de clase de sus habitantes. Para esto, analizaré la como una ciudad maquiladora cuyas condiciones
historia de la familia Bermúdez y su confluencia con la económicas, políticas y sociales han provocado ex-
historia de Ciudad Juárez, indagando cómo el capital periencias culturales que se han configurado con
acumulado en la siembra de algodón y el tráfico de alco particulares formas de violencia a lo largo de varias
hol fue invertido en las maquiladoras, acontecimiento décadas.
que marcó la vida de esta ciudad hasta el presente.
De la siembra de algodón y el tráfico de alcohol
Introducción a las maquiladoras
Hay una irónica similitud entre el sobrenombre utilizado La historia de la riqueza de la familia Bermúdez se
en un artículo publicado por la revista Bloomberg Busi- vincula estrechamente con algunos de los periodos
nessweek para hablar sobre el magnate de la industria históricos de esta ciudad fronteriza. Así, la riqueza
maquiladora de Ciudad Juárez y el sobrenombre utiliza- de este “Padrino” y su familia se basó a partir del
do por el escritor Mario Puzo en su novela El Padrino. siglo XX en dos importantes negocios: la siembra
En “The Godfather of Mexican Manufacturing Couldn’t de algodón y el tráfico de alcohol hacia el lado
Care Less About Donal Trump” escrito por Lauren Etter estadounidense (Etter 2017). El primero, requi
en el año 2017, Jaime Bermúdez Cuarón alias “El Padri- rió de grandes extensiones de tierra y enormes
no”, es descrito no sólo como un visionario de su tiempo cantidades de agua que sólo fueron posibles por
sino también como la encarnación de la globalización y la acumulación por desposesión; es decir, de una
la industria maquiladora de esta ciudad fronteriza del “transformación del trabajo, la tierra y el dinero en
norte de México. “El Padrino” y su familia, en similitud a mercancías [que] se logró mediante la violencia,
la historia de Puzo, organizaron a lo largo de varias gen- el engaño, el robo, el fraude y actividades pareci
eraciones un prominente negocio basado en el acapara das.” (Harvey 2014: 69), un proceso de despojo
miento de tierras, el contrabando de mercancías ilegales que sigue activo hasta el presente48. El segundo
y posteriormente negocios legales que cambiaron la negocio inició junto con la Prohibición de alcohol
historia de una ciudad. Sin embargo, en la trayectoria en el lado norteamericano durante la década de
de Bermúdez y su familia la condición de Juárez como los veinte, lo que provocó que este producto fue
ciudad fronteriza y sus contactos con EUA, además de la ra contrabandeado desde lugares en la frontera
49 Un ejemplo de estas experiencias puede consultarse en las entrevistas del archivo digital del “Bracero Oral History Project” de la Uni
versity of Texas at El Paso. https://digitalcommons.utep.edu/bracero/ [Fecha de consulta: 01/04/2018].
52 Para Morales este periodo inicia en el año de 1993 y se desarrolla por lo menos hasta el año 2000 cuando se publica este trabajo de la
autora.
54 “Siguiendo una errada política de desarrollo urbano fomentada por la autoridad estatal y la clase empresarial, con la complicidad del
Municipio, de 2005 a 2010 Ciudad Juárez creció 11 veces en tamaño, no así en población. Los esfuerzos de planeación que se construyeron
para impedir el crecimiento desenfrenado de la ciudad fracasaron. Los intereses particulares se sobrepusieron al bien común. Miles de
juarenses que habitan en colonias desoladas, semipobladas y asoladas por la inseguridad enfrentan a diario una realidad adversa, pro-
ducto de decisiones de gobierno irresponsables”. (Periódico Norte Digital de Ciudad Juárez, 2016). http://nortedigital.mx/le-apuestan-la-
desigualdad/ [Fecha de consulta: 01/08/2017].
55 Si bien, hay algunos habitantes privilegiados de Ciudad Juárez que tienen doble nacionalidad, tarjeta verde de trabajo, residencia o visa,
la gran mayoría de población carece de algún tipo de permiso para ingresar legalmente a Estados Unidos de América.
“Ningún pensador marxista posterior a la época clásica es tan universalmente respetado como Antonio
Gramsci. Tampoco existe ningún término tan libre o diversamente invocado en la izquierda como el de
hegemonía acuñado por él.”
-Perry Anderson (1981).
La finalidad de este trabajo es analizar el concepto masculinidad hegemónica revisando las bases teóri-
cas gramscianas que lo fundamentan. Raewyn Connell, feminista marxista, es uno de los primeros teó
ricos en hacer uso del término56. Interesado en mostrar la multiplicidad de masculinidades, las comple
jidades y contradicciones que atañen a éstas, apoyándose en el concepto de “hegemonía” acuñado
por Antonio Gramsci (1986)57, Connell (1987) propone el término de “masculinidad hegemónica” para
estudiar el orden de género, así como las relaciones de poder entre las masculinidades. Dado que, a
partir de la dilucidación de Connell el término cobra auge en diferentes áreas del campo académico, y
con ello, surgen investigaciones que se apropian del término de formas variadas, anclándolo a diferen
tes contextos, considero importante dar cuenta de la manera en que éste ha sido usado en algunos
estudios sobre masculinidades, desprovisto de un análisis de clase y siendo equiparado tantas veces, o
usado como sinónimo del concepto de dominación. Asimismo, a la par que se usa el concepto de hege
monía, algunos autores abogan por la posibilidad de la existencia de una contrahegemonía, un con-
cepto en el cual vale la pena indagar, dado que la existencia de una hegemonía, elimina la posibilidad
de una contrahegemonía, si es que nos remitimos a lo que Antonio Gramsci entiende por hegemonía.
56 Junto con Connell, el concepto de masculinidad hegemónica empieza a ser utilizado en los años noventa por investigadores
ingleses como Michael Kauffman y Michael Kimmel, quienes realizan análisis las relaciones de poder entre las masculinidades, así
como de las experiencias contradictorias del poder en los hombres.
57 Antonio Gramsci es un téorico y analista de la hegemonía, es decir, de la manera en que el capitalismo se produce y reproduce,
o sea, de la manera en que se formula y consolida un proyecto de clase. Simultáneamente, su proyecto plantea la posibilidad de
una hegemonía no capitalista, en el que se erradique la explotación. En “La cuestión meridional” (2002), aludiendo al caso de
Italia, Gramsci habla de una “hegemonía del proletariado”, en el que se derrumbe el capitalismo y el Estado burgués, lo cual será
posible si las clases subalternas se unen y organizan de manera que puedan convertirse en la clase dirigente. La transformación
ético-política y económica involucra la puesta en marcha de una reforma intelectual y moral.
58 Para Gramsci (1986) el sentido común se concibe como una concepción del mundo alienada, distorsionada, incoherente, atrasada y
vulgar que apoya la reproducción de la hegemonía. El sentido común es de clase y es contradictorio. Esa “falsa conciencia” que no permite
que los subalternos reconozcan y hagan frente a su dominación. Para Gramsci, ese modo tradicional y común de pensar por el que se
rigen las masas, muchas veces influenciado por la ideología religiosa, apoyado por la ciencia y la filosofía. El sentido común responde a las
condiciones materiales de reproducción. es algo que debe superarse. Es decir, la subalternidad de las masas depende de la emancipación
y transformación del sentido común que los mantiene encadenados a la explotación. Con la creación de una nueva cultura, el cual es el ob-
jetivo de Gramsci, se instaurará una nuevo sentido común que reemplace al anterior (Liguori 2009). Gramsci (1986) define el buen sentido
como el sentido común que adquiere coherencia. Gramsci es claro al señalar que es solo a través de un cambio en el sentido común como
se puede lograr conformar un bloque histórico.
Como una visión y orden del mundo legítimamente aceptada, una fusión ético política
que también es económica (Anderson 1981) que se gesta entre el consenso y la coerción,
en la cual participan la sociedad civil y el Estado, esta ascendencia hegemónica de los
hombres sobre las mujeres, otorga beneficios a la mayoría de los hombres. Cabe señalar
que la hegemonía, nunca es total y siempre está abierta al cambio, por ende, como Rose-
berry (1994) lo señala, la hegemonía puede ser vista también en su fragilidad.
De acuerdo a Roseberry (1994) la hegemonía entremezcla consenso y coerción en con-
textos de dominación. Remarcando la hegemonía como un concepto material y político,
Roseberry (1994: 358) insiste en ver la complejidad y heterogeneidad de los procesos
que abarca el concepto, al cual describe como “problemático”, puesto que alude a un
“proceso político de lucha y dominación”. Las relaciones entre lo dominante y los domi
nados, los dirigentes y los subalternos, los hombres y las mujeres, son complejas y varia
das. Y con referencia a las clases dominadas y las clases subalternas, aclara que la “uni-
dad histórica de las clases dominantes” que nombra Gramsci (1986), surge de la relación
entre la sociedad política (Estado) y la sociedad civil. Así, aunque el papel del Estado es
fundamental, no es solo éste el que articula dicha unidad, sino que el Estado requiere de
un bloque unificado para gobernar y controlar.
Siguiendo a Roseberry (1994), es importante remarcar que dicho control de las clases
dominantes sobre los subalternos no es solo en términos políticos y jurídicos, sino tam-
bién abarca la esfera moral y cultural. De esta manera, el grupo dirigente se encarga de
desmantelar las fuerzas contrarias a los intereses dominantes y convierte su historia en
la historia de las clases subalternas (Gramsci 1986). De acuerdo a Gramsci:
Hegemonía ético-política
Para Gramsci (1986) hegemonía es conducción. En su concepción, la hegemonía es moral e intelectual
y está directamente vinculada con la cuestión material. La hegemonía es ética y política, lo que implica
que ésta es también económica. Por consiguiente, en ésta se unen los objetivos económico y político y
también se da una unidad moral e intelectual (Anderson 1981). En términos de Gramsci (1986: 187, Q10
§41) releyendo a Croce: “la ética se refiere a la actividad de la sociedad civil, a la hegemonía; la política
se refiere a la iniciativa y a la coerción estatal-gubernativa”. Siguiendo a Croce, Gramsci (1986: 187, Q10
§41) apunta que, dado que en ciertas circunstancias la ética y la política divergen, se abre la posibilidad
de que “la fuerza directiva del impulso histórico” se concentre en instituciones alternas al Estado,
como pueden ser organizaciones privadas y partidos revolucionarios.
59 La cultura de los subalternos nunca es coherente. Ellos desarrollan una imagen del mundo que es solo un reflejo de las condiciones de
desigualdad y de las relaciones de clase que no les permite incidir de manera importante en la transformación de la realidad social. Por tal
razón, el sentido común apoya la reproducción y naturalización de las desigualdades. Según lo describe Crehan (2002: 229) releyendo a
Gramsci, los subalternos “son incapaces de captar las grandes estructuras de opresión en las que viven”.
60 Para Marx, es impensable una mezcla entre marxismo y liberalismo, puesto que dicha fusión terminaría sirviendo a la hegemonía. El libe
ralismo y el fascismo constituyen reflejan el rostro del capital.
61 La “conciencia contradictoria” hace alusión a la concepción del mundo del grupo dominante y la concepción del mundo de los subalter-
nos. Esta última es producto de su condición de explotación y asegura su reproducción, la cual puede ser entendida también en términos
gramscianos como “sentido común”. Gramsci (1986) señala el vínculo entre el folklore y el sentido común, al cual define también como una
visión del mundo desorganizada, incongruente, burda. Una concepción del mundo carente de sistematicidad. Tanto el folklore como el sen
tido común pueden analizarse como el resultado de las condiciones de vida de un contexto, por lo que inmersar en el folklore resulta útil
para conocer y eliminar estas concepciones del mundo, para reemplazarlas por otras de orden superior. En Gramsci, el folklore pasa de ser
algo pintoresco y exótico, para ser algo que debe estudiarse y tomarse en serio para que pueda llevarse a cabo una verdadera reforma inte
lectual. En contraposición, el “buen sentido” es el sentido común que adquiere coherencia. En su proyecto de liberación, Gramsci (1986) es
claro al señalar que es solo a través de un cambio en el sentido común como se puede lograr conformar un bloque histórico.
lista
BOLIV
BOLIVI
BOLIVIA
OLIV
en un
contexto rural boliviano
Juan Pablo Neri Pereyra
jp.neri157@gmail.com
El objetivo de este texto es presentar de manera sucinta brevemente los procesos de articulación al siste-
los hallazgos de mi investigación de maestría, titulada ma económico mayor de esta región, previos a la
“Quinua y Campesinado: Articulación capitalista en un mercantilización de la quinua. Segundo, analizo la
contexto rural boliviano”. Mi investigación consistió en coyuntura de articulación que inicia a partir de la
un análisis de las relaciones capitalistas de producción progresiva mercantilización de la quinua y las trans-
que se desplegaron en el altiplano sur boliviano, concre- formaciones productivas en el altiplano sur, hasta
tamente en el Municipio de Salinas de Garci Mendoza y el presente, y me detengo a discutir algunas de las
la comunidad de Rodeo, a partir de la transformación de principales dinámicas actuales que pude observar
la quinua62 en un cultivo comercial de alta demanda a durante mi trabajo de campo, realizado entre los
nivel global. Sin embargo, para el presente trabajo me meses de agosto y diciembre del año 2016. Final-
interesa centrarme en una de las características de mi in- mente, presentó algunas reflexiones finales, con
vestigación: siguiendo a Eric Wolf (2014), mi objetivo fue respecto al tema de las conexiones, y la importan-
mostrar cómo la región del altiplano sur estuvo conecta- cia de este tipo de análisis en la actualidad.
da al sistema económico mayor en distintos momentos,
o coyunturas. Para ello, evité un análisis de tipo sincróni- Altiplano y articulaciones precedentes
co y, en todo caso, decidí seguir el ejemplo de Wolf, así El altiplano boliviano es una región agreste, a pesar
como de William Roseberry (1989, 2014) y de Tania Li de su papel fundamental en la historia económi-
(2008 2014), de analizar los procesos y contradicciones ca, política y social de Bolivia. En el altiplano tuvo
actuales, en observancia a procesos anteriores. y tiene lugar la tensión entre la lejanía, la movili-
En este entendido, el presente trabajo se subdivide en dad poblacional, y la interconexión e integración
dos partes. Primero, a modo de describir el “teatro de a circuitos cambiantes; entre ser una porción y, al
operaciones”, realizo algunas notas sobre la región al- mismo tiempo, ser parte de una totalidad en movi
tiplánica meridional de Bolivia, para luego presentar miento (Wolf 2014). Es probable que esta tensión
62 La quinua (Chenopodium quinoa) es definida como un pseudo-cereal perteneciente a la familia de las amarantáceas, y nativa de la región
andina. Este alimento se produce notablemente en la puna peruana y boliviana62 desde tiempos pre-hispánicos. En Bolivia la producción
de este alimento se desarrolla en la zona circunlacustre, o la cuenca del Lago Titicaca, en los valles interandinos también, aunque diversas
investigaciones (Bhargana y Srivastava 2013; Laguna 2011; Ofstehage 2010; Quintanilla 2010; Vassas, 2011) señalan que la zona ideal para el
cultivo de determinadas variedades, debido a sus características climáticas, es la región de inter-salares comprendida entre los salares de
Uyuni y Coipasa, en los departamentos de Potosí y Oruro, de Bolivia
63 La deforestación de las especies arbustivas en el altiplano, sobre todo en la región sur, producto de la intensificación y extensificación
de la producción de quinua, ha dado lugar a este fenómeno cada vez más recurrente. Los vientos levantan y se llevan la reducida capa de
suelo que sirve para la producción. Además, la arena cubre los sembradíos que ya no cuentan con la protección de otras especies vegetales
(barreras vivas), impidiendo que las semillas germinen. La deforestación de las especies arbustivas en el altiplano, sobre todo en la región
sur, producto de la intensificación y extensificación de la producción de quinua, ha dado lugar a este fenómeno cada vez más recurrente.
Los vientos levantan y se llevan la reducida capa de suelo que sirve para la producción. Además, la arena cubre los sembradíos que ya no
cuentan con la protección de otras especies vegetales (barreras vivas), impidiendo que las semillas germinen.
64 Las principales entidades creadas en la Colonia fueron: la Encomienda, que consistía en la asignación de grupos indígenas en un deter-
minado territorio, a una persona privada (el encomendero) para el cobro del tributo y la prestación de servicios; la fundación de ciudades;
la creación de provincias o Corregimientos de indios; las Reducciones que consistían en el agrupamiento de poblaciones dispersas en un
mismo pueblo.
65 Por ejemplo, Duccio Bonavia cita una de las crónicas de viaje del fraile Antonio Vázquez de Espinosa, que data de principios del siglo
XVII, donde describe el puerto de Arica de la siguiente manera: “los vecinos tienen más de mil mulas con grandes caravanas para transpor-
tar mercancías a Potosí, Charcas y todas las tierras altas, así como llevar la plata al puerto, y también hay grandes caravanas de carneros.”
(Vázquez de Espinosa en Bonavia, 2008: 274). Esta cita permite dar cuenta de la importancia que alcanzó la ganadería de mulas y caballos
en la integración de rutas comerciales durante la Colonia.
67 La Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSTUCB), fundada en 1979, fue durante las últimas décadas del
siglo XX y los primeros años del siglo XXI, la principal organización sindical campesina de Bolivia.
68 Ambos conceptos no se refieren únicamente al aspecto productivo (extensión e intensidad de la producción por espacio), sino también
al consumo, en los términos propuestos por Sidney Mintz (1996): Extensificación: se refiere a la masificación del consumo de un determina
do producto que antes estaba destinado a un grupo particular; Intensificación: se refiere a una mayor continuidad de los “usos del pasado”
de un producto”, una mayor fidelidad o emulación de los significados antiguos. Ambos procesos caracterizan la mercantilización y fetichi
zación a partir de la diferenciación de muchas mercancías contemporáneas, como la quinua.
69 Un aspecto importante del proceso de mercantilización de la quinua es el surgimiento de dos nuevas categorías demográficas: los resi-
dentes, que son los comunarios o hijos de comunarios que migraron y que retornan, después de varios años, para reclamar un terreno de
cultivo; los estantes que son los que viven de forma permanente en la comunidad (Vassas 2016; Ormachea y Ramírez 2013; Laguna 2011).
70 William Roseberry propone utilizar el concepto de renta campesina, en un sentido distinto al propuesto por Marx, para comprender
cómo tiene lugar la explotación en el campesinado. En este marco, la renta comprende: impuestos, intereses, la preventa forzada de pro
ductos a un precio menor que el comercial y cualquier otra forma de extracción del plusvalor del trabajo campesino que no se base en la
venta de la fuerza de trabajo (1976: 51).
71 Con la noción de la fetichización, Marx (2010) señala cómo, en el capitalismo, la mercancía adquiere un carácter mítico, a partir de que
refleja ante las personas el carácter social de su propio trabajo al tiempo que invisibiliza el trabajo concreto, imponiendo un relacionamien
to entre objetos al margen de los productores. La fetichización consiste en el igualamiento de los trabajos concretos en trabajo social,
para la producción de mercancías, es decir la invisibilización del trabajo concreto en el trabajo social abstracto.
BOLIV
BOLIVI
BOLIVIA
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El presente artículo está basado en una reflexión etnográfica acerca de la industria de la carne de res
en el centro de México. Por medio de las categorías de ilegalidad, legalidad y contubernio, argumento
que actualmente en la Ciudad de México y su zona metropolitana se produce una carne no segura para
el consumidor, al mismo tiempo que se aprovecha de una fuerza de trabajo explotable y disponible
por medio de diversos mecanismos de dominación y despojo. Al mismo tiempo reflexiono sobre el
mercado de consumo que sostiene esa producción y las respuestas -basados en supuestos éticos y
morales- que han justificado su mantenimiento o, en ciertos casos, su desaparición.
Introducción
En años recientes los casos de intoxicación por clembuterol han aumentado en México.
En la mayoría de las situaciones, la intoxicación se explica por la ingesta de carne conta
minada con anabólicos químicos. Igualmente, ciertos casos altamente publicitados han
ayudado a crear un sentido común acerca de lo que significa una producción y comerciali
zación masiva de carne de res sin ningún tipo estandarizado de inocuidad alimentaria.
Estos casos han ayudado a mistificar, aún más, el trabajo involucrado en tal producción
hasta el grado de obviarlo por completo; además de que han logrado desplazar narrati-
vamente la relación y responsabilidad que el Estado tiene para asegurar los estándares
de calidad impuestos en la comercialización de carne de res en México. Entre estos se en-
cuentran los casos de veintinueve futbolistas mexicanos que entre 2011 y 2013 resultaron
positivos por dopaje, al igual que cuatro boxeadores profesionales registrados ante el
Consejo Mundial Boxeo que entre 2012 y principios de 2018 han enfrentado sanciones
por encontrárseles rastros de clembuterol en la sangre73. Todos ellos recurrieron a la
misma justificación: un “error involuntario” causado por ingesta de carne contaminada.
72 Los datos sobre los que se elabora este artículo se produjeron en la tesis “Mercancía dañada: carne y carnales al Oriente de la Ciudad de
México” (2017) dentro del programa de la Maestría en Antropología Sociocultural del ICSYH- BUAP.
73 Debido a estos casos altamente mediatizados, periódicos y medios televisivos han rebautizado al clembuterol cómo la “pesadilla del de-
porte mexicano” (ver:http://laaficion.milenio.com/futbol/clembuterol-pesadilla-deporte-mexicano-seleccion-mexicana-liga-mx-canelo-al-
varez_0_1133286972.html). Más allá, los problemas derivados del dopaje y la presencia de clembuterol en la carne han llevado a varias de-
pendencias internacionales del deporte a pedir a sus atletas no comer carne en México por temor a una posible contaminación. Este fue el
caso durante la Copa Libertadores de 2016 en la que la Confederación Sudamericana de Futbol (Conmebol) advirtió hoy a los jugadores de
equipos que disputan partidos en México que prescindieran de comer carne roja (ver: https://www.eluniverso.com/deportes/2016/03/07/
nota/5451396/conmebol-pide-clubes-que-no-coman-carne-roja-mexico-clembuterol). De la misma forma, la Asociación de Jugadores de la
NFL hizo la misma recomendación a sus jugadores (ver: http://www.cronica.com.mx/notas/2016/958954.html) Recientemente, y debido
a el caso del boxeador “Canelo” Álvarez, la Federación Mexicana de Futbol recomendó a sus seleccionados no consumir carne roja en
México para evitar sanciones por parte de la FIFA que puedan afectar la participación de los futbolistas en el Mundial de 2018 (ver: http://
amqueretaro.com/deportes/futbol/2018/03/26/piden-seleccionados-del-tri-no-comer-carne-mexico)
74 Es importante distinguir entre la producción de carne “fresca” y su versión procesada en plantas empaquetadoras. Esta última es mucho
más común en países como Estados Unidos y Canadá donde los procedimientos de empaquetado de carne corresponden a estándares de
calidad e inocuidad alimentaria mucho más estrictos, a la par de una producción enteramente industrializada que finaliza en una comerciali
zación dentro de grandes tiendas y supermercados. Al contrario, la producción que analizo es aquella que elimina el empaquetado y comer-
cializa con carne fresca. Al hacerlo, el tiempo entre el sacrificio de los animales, su procesamiento, la comercialización y el consumo final se
reduce significativamente; al igual que las distancias en las que se lleva a cabo el proceso total. Esta brecha incluso puede llevar sólo algunas
horas. En el centro de México es común esta forma que toma la cadena productiva de carne, la cual no solamente se reduce a la de res sino
que se extiende al aprovechamiento de pollo y cerdo.
Carne y carnales: dos formas de explicar la miseria del sistema alimentario mexicano
Las formas de producción y comercialización de en las zonas urbanizadas de la Ciudad
de México muestran que el consumo de carne es parte de una experiencia de clase. Al
mismo tiempo, revelan que los patrones en el consumo de una mercancía en particular,
como la carne, puede arrojar luz a una gama mucho más amplia de cambios históricos so-
ciales y culturales de clases particulares (Roseberry 1997). Ligados a la organización del
trabajo, a la modernización de ciertas industrias, al crecimiento de la clase trabajadora y
a la distribución de los ingresos, la producción de mercancías puede hacernos entender
las intenciones, los conflictos y la forma en la que los sujetos de clases distintas se imagi
nan a sí mismos y a los otros.
La carne y los carnales -es decir, los trabajadores de la carne- exponen una compleja rela
ción entre los mecanismos que la clase y cultura establecen a las formas de producción
de sentidos. Al mismo tiempo, ayudan a explicar cómo históricamente se ha configurado
el sistema alimentario mexicano al demostrar que la emergencia de grupos específicos
basados en el poder, el dominio y la desigualdad no es una casualidad provocada por la
simple división de clases y la determinación de ciertos aspectos de estos mecanismos. A
decir, la modificación de las dietas y del sistema alimentario en México puede expresar
una derivación de ideas específicas sobre una incipiente clase media que poco a poco se
instauró en el imaginario nacional durante la primera mitad del siglo XX, asimismo sobre
la política interna que alentaba el progreso industrial y la modernización del país ayudan
a explican las distintas formas en que la producción de mercancías alimentarias organiza
ron la actual situación alimentaria del país. De manera conjunta, ambas posiciones permi
Aunado a lo anterior, y el segundo de los puntos que quiero tratar, es la labor de los
trabajadores de la carne basada en la superexplotación y el despojo. Estas trayectorias
laborales comienzan tras décadas de abandono histórico y marginalización económica y
social. Ciudad Neza y el Mercado San Juan, marginados y empobrecidos desde los años
cuarenta, son espacios donde la informalidad y la criminalidad se entremezclan con la
particular forma de producción y comercialización de la carne. En la zona en la que rea
licé mi etnográfica, las condiciones de trabajo son brutales: una jornada laboral puede
durar más de 11 horas. No hay días de descanso, no hay permisos por problemas de salud,
no hay vacaciones, ni pagos de horas extras. No hay contratos de trabajo colectivos o
individuales, existen cero posibilidades de acceder a prestaciones laborales que la ley
exige, los salarios son fijados según la relación que el chalán tenga son su patrón. Por lo
tanto, los sueldos que reciben los trabajadores suelen variar incluso en la misma carnice
ría, rastro o rancho. Al mismo tiempo, la incertidumbre es constante; el chalán76 sabe
que puede ser despedido en cualquier momento, por cualquier cosa: impuntualidad, le-
siones, peleas, borrachera, incluso por “mala actitud”. Si es así, su lugar será cubierto
inmediatamente. Los chalanes abundan en el mercado y cada día en cada local hay uno
que ha ido a pedir trabajo, por lo que existe una rotación constante ante una permanen
te disposición de la fuerza de trabajo. Después de la carne, la mercancía más cotizada
son los trabajadores.
Asimismo, las condiciones de precariedad en las que viven y laboran estos hombres y
mujeres dentro del negocio de la carne han servido para mistificar la mercancía en su eta
pa final. Al igual que las formas de producción en sus primeras etapas, desde la crianza
hasta el procesamiento de los animales, las condiciones de ilegalidad y precariedad son
aprovechadas y maximizadas por los patrones para producir la mercancía y sacarla al
mercado. En conjunción, los dos puntos ponen el acento en la forma en la que se crean
ciertas “mercancías- fetiche” (Sohn- Rethel 1978) dentro del actual sistema alimenta-
rio mexicano. La carne sólo uno de los tantos ejemplos de alimentos producidos en el
país que conjugan tipos de labor precarizada y formas de producción no seguras para
esos trabajadores ni para el consumidor final. Partiendo de este argumento quiero en
el siguiente apartado, y como conclusión, acercarme a la fetichización y a la negación
del “daño” como justificaciones basadas en supuestos éticos y morales que pretenden
“cambiar” alguna fase los procesos productivos de este tipo de mercancías.
http://ss.puebla.gob.mx/index.php/info-para-medicos-y-sector-salud/item/2217-medicina-tradicional
Consultado el: 03 y 07 de noviembre 2015.
https://www.proceso.com.mx/135914/al-liquidarse-pronaf-emergen-raros-negocios-con-predios-fede
rales [Fecha de consulta: 01/04/2018].
Sabía que esta vez no se trataba de una pesadilla, por eso buscó salvarse. Intentaba
rezar, pero involuntariamente mezclaba al padrenuestro invocaciones demoníacas y
blasfemas. Quería que los santos lo socorrieran, mas su boca solamente barboteaba
sonidos incomprensibles, frases equívocas y oscuras que él no había pensado.
Se quedó quieto, agudizando los sentidos y aferrándose a la voz interior que aún le
permitía, precariamente, asirse a este lado de la realidad antes de caer al otro lado
del caer. Su cuerpo, desde hacía varios meses, era un entretejido de extrañas sensa-
ciones que de un momento a otro podían transportarlo a la más sublime de las volup-
tuosidades o sumirlo en la más desesperante angustia. Ahora estaba suspendido en
una especie de limbo, en una línea perdida del tiempo.
Cada vez que intentaba dormir, recurrentemente y de manera inevitable escuchaba
una antigua canción que narraba el infeliz destino de unos niños que al jugar cerca de
una planta de beleño habían entrado en un estado cataléptico del que ya no regre
sarían:
Beleño, beleño…
De negro nuestros corazones tiñe
Lo amargo es dulce
Y lo que es no es.
Dos querubes dormitan abrazados
en este bosque umbrío
donde siempre es nunca
y nunca es siempre.
Beleño, beleño
del bosque encantado
nadie escapará…
/ C ienc aRevista
5694/ Ciencia,
i
, RevistaRegional
RegionaldedeDivulgación
DivulgaciónCientífica
Científicay yTecnológica.
Tecnológica.
Quiso saber el nombre inscrito en la lápida y las pa
labras proferidas en el epitafio, así que dispersó
con sus manos el polvo que lo cubría, pero antes
de terminar esa tarea cayó en un plácido sopor. Al
despertar, la luz violeta del atardecer se había tor-
nado grisácea. Se encontró tendido sobre la alfom-
Su abuela solía cantar la tonadilla que acababa de oír; lo hacía bra musgosa a los pies del ángel; creía que estaba
con una voz delicuescente que de manera indefinida rebotaba empezando a despertar de su letargo y que todo
y prolongaba su sonido en las vidrieras. Deseó volver a verla lo que había visto, sentido y escuchado antes era
sentada como siempre en su mecedora, regañándolo o contán- tan sólo el ambivalente recuerdo de un sueño; se
dole un cuento, con su gesto de infinita tristeza. consoló al pensar que pronto estaría de vuelta en
Repetidamente pasó del estupor de saberse atrapado en una la vigilia, curado de la culpa y del espanto, de la tris-
pesadilla a un ambiguo sentimiento de paz y tranquilidad, aun teza que le heredó su abuela y el desconsuelo de
que intuía que este nuevo estado sería transitorio. Recordó con su orfandad.
dolor la promesa incumplida de cuidar la tumba familiar, de lle- Resuelto, volvió a recorrer las veredas, esquivó zar
varle flores a sus muertos y de tenerlos en su mente como una zales, trepó lo setos y escaló la oxidada reja del ce-
presencia amorfa y enigmática, porque la muerte es siempre la menterio, en cuyos remates se alzaban lancetas de
muerte de los otros; siempre ajena y siempre lejana… Por esa deslucidos contornos en forma de flor de lis.
sencilla razón no había querido saber en qué sitio estaban en- Mientras caía hacia el otro lado del caer tuvo el pre-
terrados sus padres y sus hermanos, como tampoco había que- sentimiento de que ya no volvería a despertar nun-
rido hacer un esfuerzo especial para rememorar la canción de ca, y de que otra vez se encontraba en medio de
los niños atrapados en un sueño eterno. Sin embargo, para bre- una pesadilla surgida de otra pesadilla interminable
gar con la culpa y ahuyentar las visiones inquietantes que tenía, que se llama locura.
se decidió a visitar el camposanto, de modo que ahí estaba, sin-
tiéndose pequeño ante la solemnidad del cementerio, admiran-
do la fantasmagórica teatralidad de los ruinosos mausoleos, la
mayoría de ellos cubiertos de lama, hiedra y yerbamala. Le pa
recía desconcertantemente hermoso el color rojizo de las vere-
das que, al bifurcarse sin orden alguno, conducían hacia todas
las lápidas y a ninguna en particular.
Ignoraba en qué momento se volvería a despertar, porque tam-
poco tenía la certeza, como hacía algunos minutos, de estar
dormitando desde el centro oscuro de un mal sueño.
El acompasado vaivén del ramaje de los brezos, por el arrullo
del viento vespertino, insuflaba el ambiente de una tibia sere
nidad. Andaba y desandaba sus pasos de una lápida a otra, de
manera azarosa, desesperanzado por no hallar ninguna ins
cripción donde leer su propio apellido, o donde deletrear el
nombre de su padre y su madre. Se sintió huérfano, como si
no lo hubiese sido desde que vio por primera vez su rostro en
el espejo.
Le llamó poderosamente la atención la figura de un ángel que
custodiaba una vetusta tumba, debido al realismo con el que
había sido esculpido el mármol. En los delicados pliegues bajo
sus párpados el sereno se había acumulado, lo que confería a la
estatua la apariencia de estar llorando. Los relieves de la túnica
hacían juegos de luces y sombras en aquella hora en la que el
Sol, rumbo al cenit, coloreaba el cielo de magenta.