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EL BAILARIN DANZANTE

Julito era un bailarín que no bailaba, y eso lo hacia sufrir mucho porque lo único que le
gustaba era bailar y u día tuvo que dejar de bailar y su fracaso quedo en boca de todos.
No hubo ningún diario que dejo de dar la noticia.
Julito no baila más, decían los titulares de las primeras planas.
Y por supuesto que la televisión que es tan cruel, lo perseguía para que contara su fracaso.
Todos querían saber cual era el motivo de haber dejado de bailar, sobretodo porque días
atrás había ganado el premio al mejor giro de danza de todos los tiempos, del Ballet
Bolshoi de Rusia y al mejor giro de argentina del prestigioso teatro Colón de Buenos Aires.
El no podía contar nada porque le daba mucha vergüenza.
Su problema era que había practicado tan exageradamente los giros, que no podía dejar de
girar, por haberse esforzado incluso mas de lo que se esfuerza cualquier bailarín para lograr
bailar, muy tontamente, para lograr esos títulos que logró que en realidad no necesitaba,
porque no solo era admirado sinó que también era muy querido por la gente.
Hasta incluso la gente que no le gustaba no sabia nada de danza, cuando el bailaba en
escenarios al aire libre en la calle, donde hiban millones a verlo bailar como si fueran a ver
un partido de fútbol.
Y todo eso se terminó de un día para el otro.
No solo no podía bailar, sino que casi no podía hacer nada y casi no hizo nada hasta que
aprendió a adaptarse a su problema, que consistía en girar continuamente sin para ni un
minuto ni para dormir.
Lo primero que solucionó fue la cama.
( necesitaba dormir porque todos sabemos que no dormir hace mal. Mucho mal.)
Colocó la cama en una estructura giratoria de aluminio y de esa manera aunque el giraba y
giraba, el colchón giraba junto con el y de esa manera podía dormir un poco hasta que se
mareaba.
Lo segundo fue como comer.
Le puso unas rueditas a la mesa redonda del comedor y la hizo giratoria.
Ponía la comida en diferentes platos siempre en círculo.
Si era una sola comida comía un poco de la misma comida repartida en cada plato,
mientras la mesa giraba, parecido a los restaurantes chinos donde se ponen los diferentes
platos en el centro y se hace girar el centro para probar estos platos.
Si eran comidas diferentes se divertía mas, porque ponía pequeñas porciones diferentes en
cada plato y así hacía una degustación y lo que era un problema se convertía en una
solución.
Le gustaba sobretodo comprar comida para llevar en el restaurante vegetariano Bodhi de
Entre Rios y Humberto Primo, que se puede elegir siempre en diferentes variedades
riquisimas , sanas y que no engordan, por solo 6 pesos el cuarto kilo, o sinó compraba
empaanadas en Tatú( tucumanas) esta vez no de diferentes tipos de empanadas sinó todas
de carne picante como el decía que tenían que ser las empanadas.
Con el tema de la comida completamente solucionado se ocupó de lo más difícil y sucio.
El baño.
Su problema era que cuando iba a hacer caca o pis, la caca quedaba repartida por todo el
baño y cuando se agachaba a limpiarlo, volvía a mancharlo de nuevo en otro lado, NUNCA
dentro del inodoro, todo esto hasta que se le iban la ganas de hacer caca , después de lo cual
se la pasa como una hora limpiando el baño y rociándolo con desodorante de ambientes del
supermercado Dia. O cuando tenía mas plata del supermercado COTO que decía que era
mejor pero mas caro que Dia.
Y así Julito estaba feliz, porque había superado sus problemas.
Em pezó a hacer cosas, a salir a la calle y a finalmente hacerse amigos.
Sus amigos eran un mudo un sordo un ciego y un paralítico.
Se juntaban a tomar el te minentras Julito comía sus medias lunas y sus bananitas DOLCA
curvas, que tenían la curvatura justa de sus giros y podía comer sin sentarse a la mesa
giratoria.
El paralitico estaba siempre en su silla de ruedas o jugando al básquet en el patio ( porque
era medalla de oro olímpica de básquet en silla de ruedas) o hablando con sus hijos o el
trabajo por el celular, y como estaba siempre tan ocupado no se dio cuanta que Julito era el
famosos bailarín Julito Lavios.
El sordo nunca había escuchado noticias de el y el ciego nunca lo había visto bailar en sus
espectáculos al aire libre, aunque había ido a esos espectaculos para compartir con la gente
el momento de su fama , pero no sabia que el era el.
El mudo si sabía, pero no hizo a tiempo a enseñarle el lenguaje de señas para hablar de eso.
Un buen día pidieron sushi delivery en YOKO S y Julito pregunto cual era la ocasión
especial para esa comida tan rica.
Hoy te vamos a hacer la pregunta que todos alguna vez nos preguntamos ( le dijeron)
Cual es? ( pregunto curioso julito comiendo un nakiri de salmón con salsa de soya)
Ahora que sos tan feliz…¿ que es lo que te gustaría hacer o ser?
Como..no entiendo ( titubeó Julito) ya estoy feliz con mi vida y quiero ser así como soy y
hacer lo que siempre hago.
No. ( le insistieron)…si no tuvieras el problema que tenés…¿ que querrías hacer?
Para su sorpresa ya que Julito había olvidado su vida anterior al problema, contestó sin
dudas casi gritando ¡BAILAR!
Y entonces porque no lo hacés ( contestaron casi a coro)
Como..( volvió a titubear Julito) ustedes saben porque no lo hago…no puedo hacer nada
por lo de los giros.
No seas tonto. No te prives de algo que querés. Hay personas que ni saben girar y vos ese
paso ya lo sabes hacer. Te vamos a dar una dirección.
Para su sorpresa le dieron la dirección del Hospital de locos Borda, donde no en el hospital
sinó en el parque, se reunen Cooperanza, radio La Colifata y el Frente de Artistas del
Borda.
La primera vez que fue al parque del hospital era sábado y allí se hizo muchos amigos en la
Radio Colifata, donde pudo hablar no solo de su problema sino en todos los programas de
la radio, de otros temas muy divertidos.
Después fué al taller de expresión corporal del Frente de Artistas y apenas cruzó la puerta
de hierro del taller , Martín que estaba a cargo del taller le dio:
Vos acá vas a bailar ( si queres)
Por supuesto (contesto julito) y no solo bailó el sino que empezó a armar una coreografía
para que todos bailasen junto a el, el Lago de los Cisnes y una música de Piezzola.
Viendo lo que hacía Juñlito, los cinco integrantes de colifata reboluyon, que son cinco
colifatos que hacen un espectáculo en el bar MU de congreso todos los segundos jueves del
mes y después pasan la gorra…lo invitaron a participar.
Cuando le tocó estrenar, preocupado porque aunque eran pocos pesos de la gorra, saliera
todo bien, primero paro de girar para organizar todo, después paro de girar para pasar la
gorra enrtre la gente y recoger la plata y después paro de girar para repetirle a cada uno de
los que bailaban con el lo que tenían que hacer.
Al caer la noche, cansado pero feliz tomando como se puede tomar en el bar Mu un mate
con termo y bombilla y biscochitos de grasa artesanales, antes de darse cuenta que estaba
sentado sin girar se acordó de que había parado de girar varias veces.
Así pensando en eso y en que obviamente ese milagro había pasado, porque estaba ocupado
en algo que lo hacía feliz…y preguntándose si le haría bien seguir en colifata reboluyon y si
( esperanzado) eso quizás lo llevaría a dejar de girar totalmente…se dio cuenta finalmente
que estaba sentado sin girar y no lo pudo creer.
Esa fue la última vez que giró Julito.
La historia no terminó allí
Aunque el resto de los integrantes de colifata reboluyon llenaban la capacidad del bar ya sin
él…Con el,a medida que pasaban los meses, se empezó a formar una fila afuera de gente
tratando de verlo bailar hasta que un día la gente fue tanta que la policía tuvo que cortar la
calle porque los autos no podían pasar.
Por eso vino un periodista de el diario La Nación, el cual después de ver el maravilloso
espectáculo lo entrevistó y le dijo.
Usted no es el gran Julito Lavios?
Si. Soy yo( contestó Julito)
Que bueno que halla vuelto a bailar y que suerte que lo encontré hoy.
Pasado mañana reinaguran el Teatro Colón donde usted tanto a bailado y usted debe estar
allí para esa ocasión que no es nada menos que el festejo del Bicentenario de Argentina.
Yo voy a hablar con las autoridades para que lo inviten.
Dos días más tarde estaba de nuevo en el Colón después de tantos años y de tantas penurias.
Nadie se enteró de nada porque la televisión no lo entrevistó, porque estaban ocupados
entrevistando a Ricardo Fort , a Susana Jiménez y a Mirta Legrand.
Pero a el no le preocupó y danzó como nunca, El Lago de los Cisnes de Pedro Tchaicovsky,
que todos saben es lo mejor ,de lo mejor, de lo mejor, para bailar incluso mejor que
Maiquel Jacson y Madona juntos.
Feliz de haber logrado todo, no se detuvo allí y al llegar a su casa empezó a escribir un libro
que se llamó “La libertad de hacer o que uno no quiere”
Cuando lo presentó a la prensa, explicó el extraño titulo diciendo:
Yo fui esclavo de mi virtud.
De hacer lo que mas quería y sabia, que era girar, y esa esclavitud me quito lo que no sabia
que mas quería que era bailar, que era lo que me permitía girar.
Ahora soy libre de hacer todos los otros pasos, incluso el demiplié y el pas de deux, pero
sobretodo soy LIBRE ahora también de girar, por lo tanto me doy cuenta que recién ahora
giro.
Antes no me daba cuenta que en realidad, no giraba aunque giraba, aunque me halla pasado
parte de mi vida girando.
Si superé todos estos problemas no veo porque no voy a llegar a la libertad de hacer lo que
no quiero.
Yo no lo logré. Pero quizás ustedes lo logren gracias a mi libro que no habla de esa libertad,
sino de la libertad que yo logré. Como un ejemplo de vida.
Acaso existe alguna decisión mas libre que decidir algo SIN SIQUIERA estar influenciado
por lo que uno quiere decidir?
Algo así como ser libre de levantarse temprano para ir a la escuela o al trabajo cuando uno
no quiere levantarse.
Ser libre de comer sano, cuando uno quiere comer cosas que hacen mal.
Ser libre de no pelearse con alguien con el que uno quiere pelearse.
Ser libre de hacer la tarea cuando uno no la quiere hacer.
Ser libre de portarme bien cuando tengo ganas de portarme mal.
En definitiva.
Ser libre de hacer las cosas yo, sin ni siquiera la influencia de lo que yo mismo pienso
hacer.
Solo yo responsable de todo lo que hago, siempre yo, tanto sea lo que quiero hacer como lo
que no quiero hacer, y no esclavo de lo que quiero y lo que no quiero.
Yo..quiero bailar…eso es que quiero.
Pero hoy no bailo aunque sea lo que quiero hacer.
Hoy escribí un libro.
Y se llama “ la libertad de hacer lo que uno no quiere” del bailarín danzante Julito Lavios.

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