año, debido principalmente a la sequía. El término se deriva de estío o verano, debido a que
en la región del Mediterráneo, el estío es la época de menor caudal de los ríos debido a la
relativa escasez de precipitaciones en esta estación. Cuando nos referimos al régimen de un
río, el estiaje es el período de aguas bajas. El estiaje de un río no depende solamente de la
escasez de precipitaciones, sino que también se debe a la mayor insolación y, por ende, al
mayor potencial de evapotranspiración (de las plantas) y de la evaporación más intensa de los
cursos de agua. Principalmente es causado por sequía, calentamiento global o falta de lluvias.
Se trata de grandes superficies de hielo originadas por la acumulación de nieve, las cuales se
ha convertido en hielo debido a la presión que provocan y las condiciones atmosféricas de la
zona. Esta nieve, una vez convertida en hielo queda depositada de forma permanente.
Para la formación de aguas continentales tipo glaciares, es imprescindible la acumulación de
capas durante diferentes periodos de tiempo, que las mismas no se derritan gracias a bajas
temperaturas y que las precipitaciones de nieve sean generosas, con el objetivo de que sigan
acumulándose capas. Las aguas continentales que forman glaciares en zonas polares se
denominan casquetes glaciares.
Ahorrar el agua
En lugares de escasez se deben evitar las pérdidas desde la captación (tanques y
reservorios) hasta su distribución en los hogares (cerrar bien los caños y arreglar los
defectuosos).
Resumiendo, podemos definir a todas las Aguas Continentales como aquellas que se
encuentren por encima o por debajo de la superficie que transitamos a diario, y que son
aprovechadas tanto para el abastecimiento de Agua Potable como también para la
navegación interna que conecta entre ciudades o inclusive su utilización para la Obtención de
Energía aplicándose distintas represas y contenciones.
La evaporación es el proceso por el cual las moléculas en estado líquido (por ejemplo, el
agua) se hacen gaseosas espontáneamente (ej.: vapor de agua). Es lo opuesto a
la condensación. Generalmente, la evaporación puede verse por la desaparición gradual del
líquido cuando se expone a un volumen significativo de gas. Por término medio, las moléculas
no tienen bastante energía para escaparse del líquido, porque de lo contrario el líquido se
convertiría en vapor rápidamente. Cuando las moléculas chocan, se transfieren la energía de
una a otra en grados variantes según el modo en que chocan.
La infiltración del agua depende de las características del suelo, es decir, de su capacidad
para infiltrar, almacenar y de traspasar o conducir el agua, así como de los diferentes agentes
externos causados por la actividad humana y que afecten el Ciclo hidrológico.
Capacidad de infiltración
En hidrología, se denomina capacidad de infiltración a la velocidad máxima con que el agua
penetra en el suelo. La capacidad de infiltración depende de muchos factores; un suelo
desagregado y permeable tendrá una capacidad de infiltración mayor que un suelo arcilloso y
compacto.
Si una gran parte de los poros del suelo ya se encuentran saturados, la capacidad de
infiltración será menor que si la humedad del suelo es relativamente baja.
La condensación es el cambio de estado de la materia que se encuentra en forma gaseosa
(generalmente en vapores) y pasa a forma líquida. Es el proceso inverso a la vaporización, si
se produce un paso de estado gaseoso a estado sólido de manera directa, el proceso es
denominado sublimación inversa o deposición.
Proceso de condensación
Aunque el paso de gas a líquido depende, entre otros factores, de la presión y de
la temperatura, generalmente se llama condensación al tránsito que se produce a presiones
cercanas a la ambiental. Cuando se usa una sobrepresión elevada para forzar esta transición,
el proceso se denomina licuefacción.
El proceso de condensación suele tener lugar cuando un gas es enfriado hasta su punto de
rocío, sin embargo este punto también puede ser alcanzado variando la presión. El equipo
industrial o de laboratorio necesario para realizar este proceso de manera artificial se
llama condensador.
Un lago (del latín: lacus) es un cuerpo de agua, generalmente dulce, de una extensión
considerable, que se encuentra separado del mar. El aporte de agua a todos los lagos viene
de los ríos, de aguas freáticas y precipitación sobre el espejo del agua.
Los lagos se forman en depresiones topográficas creadas por una variedad de procesos
geológicos como movimientos tectónicos, movimientos de masa, vulcanismo, formación
de barras, acción de glaciares e incluso impactos de meteoritos. También existen lagos
creados artificialmente por la construcción de una presa.
Los grandes lagos que no tienen salida al mar son llamados también «mares cerrados», como
el mar Caspio, pero la regla no es clara, pues se habla del mar Muerto y del Gran Lago
Salado. A veces se propone distinguir los mares de los lagos por el carácter del agua salada
del mar y dulce de los lagos. Un ejemplo de un lago con salida al mar es el Lago de
Maracaibo en Venezuela.
La hidrosfera, la cual contiene todo el agua sólida, líquida y gaseosa del planeta. La biosfera,
la cual contiene todos los organismos vivos del planeta. ... Por ejemplo los pájaros (biosfera)
vuelan por el aire (atmósfera), mientras el agua (hidrosfera) fluye por la tierra (litosfera).
Litosfera
La litosfera o litósfera es la capa sólida superficial de la Tierra, caracterizada por su rigidez.
Está formada por la corteza y la zona más externa del manto, y mantiene un equilibrio
isostático sobre la astenosfera, una capa «plástica» que forma parte del manto superior. La
litosfera suele tener un espesor aproximado de 50 a 100 km,2 siendo su límite externo la
superficie terrestre.4 El límite inferior varía dependiendo de la definición de litosfera que se
ocupe. Para este caso, teniendo en cuenta el espesor mencionado, es la astenosfera
La litosfera está fragmentada en una serie de placas tectónicas o litosféricas, en cuyos
bordes se concentran los fenómenos geológicos endógenos, como el magmatismo (incluido
el vulcanismo), la sismicidad o la orogénesis.
Las etapas de la vida de un río
Desde sus fuentes hasta el mar, la mayoría de los ríos atraviesan tres fases de desarrollo:
juventud, madurez y vejez. En su tumultuosa juventud en las zonas montañosas, el río se
precipita por las laderas, se derrama por rápidos y cascadas y excava profundas y
escarpadas gargantas. Al llegar al pie de las montañas, entra en la madurez; su carrera se
modera, su cauce se ensancha y comienza a fluir en suaves curvas. En la vejez, el río
serpentea perezosamente por una llanura casi horizontal formando numerosos meandros y,
finalmente, desemboca en el mar. Una erosión prolongada puede hacer que la segunda fase
del río adquiera las características de la vejez. O una elevación nueva del terreno puede
transformar un río maduro en uno joven.
La erosión vertical del río joven va formando el valle, que es la zona excavada por la corriente.
El valle comprende no sólo la zona longitudinal por donde se prolonga el cauce, sino también
las laderas que lo separan de las tierras altas inmediatas. Los valles de los ríos jóvenes tienen
una forma de V muy estrecha porque la erosión no ha removido todavía una gran cantidad de
rocas. Mientras más resistentes a la erosión sean las rocas, más estrecha será la V del valle.
Los valles de los río jóvenes son a veces muy profundos, como los de los ríos Colorado y
Yellowstone en cuyo caso son denominados cañones o gargantas.
En los inicios de la etapa de juventud del río son muchas las irregularidades de su perfil
longitudinal. La activa erosión vertical de la etapa juvenil del río va eliminando estas
irregularidades, arrasando las porciones más elevadas y rellenando las depresiones, hasta
que el curso del río se estabiliza. Cuando tal cosa ocurre la etapa juvenil del río ha terminado.
Los meandros se van desplazando a ambos lados del eje original del cauce, de tal manera,
que una orilla del meandro llega a alcanzar la ladera del valle, destruyéndola lentamente –
orilla de erosión- mientras en la orilla opuesta –orilla de deposición- el río va depositando los
materiales que transporta.
En la etapa avanzada de madurez del río, cuando aumenta su caudal durante la primavera,
las aguas que no pueden moverse rápidamente a través del curso sinuoso se elevan por
sobre el cauce, dando lugar a inundaciones que cubren áreas extensas. Como las aguas
desbordadas corren lentamente, se produce una gran deposición de sedimentos. La porción
del valle inundada se va cubriendo de una capa de suelos muy fértiles, y forma una llanura
aluvial que se extiende a ambos lados del río. El espesor de los suelos de la llanura aluvial
aumenta cada año, al producirse nuevas inundaciones.
Si se produce una fuerte crecida en un río viejo, las aguas pueden romper el cuello de los
meandros, rectificando el cauce. Los meandros aislados se convierten primero en brazos
muertos del río y luego en lagos de herradura.
Ciclo hidrológico
El ciclo hidrológico o ciclo del agua es el proceso de circulación del agua entre los distintos
compartimentos que forman la hidrosfera. Se trata de un ciclo biogeoquímico en el que hay
una intervención mínima de reacciones químicas, porque el agua solo se traslada de unos
lugares a otros o cambia de estado físico.
El agua de la Tierra se encuentra en su mayor parte en forma líquida, en océanos y mares, como agua
subterránea, o formando lagos, ríos y arroyos en la superficie continental. La segunda fracción, por su
importancia, es la del agua cumulada como hielo sobre los casquetes
glaciares antártico y groenlandés, con una participación pequeña de los glaciares de
montaña de latitudes altas y medias, y de la banquisa. Por último, una fracción menor está presente
en la atmósfera en estado gaseoso (como vapor) o en estado líquido, formando nubes. Esta
fracción atmosférica es muy importante para el intercambio entre los compartimentos para la
circulación horizontal del agua, de manera que, se asegura un suministro permanente de
agua, a las regiones de la superficie continental alejadas de los depósitos principales.
El agua de la hidrosfera procede de la desgasificación del manto, donde tiene una presencia
significativa, por los procesos del vulcanismo. Una parte del agua puede reincorporarse al
manto con los sedimentos oceánicos de los que forma parte cuando estos acompañan a la
litosfera en subducción.
Ciclo hidrológico
El agua existe en la Tierra en tres estados: sólido (hielo o nieve), líquido y gaseoso (vapor de
agua). Océanos, ríos, nubes y lluvia están en constante cambio: el agua de la superficie
se evapora, el agua de las nubes precipita, la lluvia se filtra por la tierra, etc. Sin embargo, la
cantidad total de agua en el planeta no cambia. La circulación y conservación de agua en la
Tierra se llama ciclo hidrológico, o ciclo del agua.
El ciclo hidrológico está dividido en dos ciclos: el ciclo interno y el ciclo externo. El ciclo interno
consiste en lo siguiente: El agua de origen magmático, formada mediante reacciones
químicas en el interior de la tierra, sale a través de volcanes y fuentes hidrotermales y se
mezcla con el agua externa. Se termina cuando el agua de los océanos se introducen por las
zonas de subducción hasta el manto.
Cuando se formó, hace aproximadamente cuatro mil quinientos millones de años, la Tierra ya
tenía en su interior vapor de agua. En un principio, era una enorme bola en
constante fusión con cientos de volcanes activos en su superficie. El magma, cargado de gases
con vapor de agua, emergió a la superficie gracias a las constantes erupciones. Luego la
Tierra se enfrió, el vapor de agua se condensó y cayó nuevamente al suelo en forma de lluvia.
El ciclo hidrológico comienza con la evaporación del agua desde la superficie del océano. A
medida que se eleva, el aire humedecido se enfría y el vapor se transforma en agua: es la
condensación. Las gotas se juntan y forman una nube. Luego caen por su propio peso: es
la precipitación. Si en la atmósfera hace mucho frío, el agua cae como nieve o granizo. Si
es más cálida, caerán gotas de lluvia.
Una parte del agua que llega a la superficie terrestre será aprovechada por los seres vivos; otra
discurrirá por el terreno hasta llegar a un río, un lago o el océano. A este fenómeno se le
conoce como escorrentía. Otro porcentaje del agua se filtrará a través del suelo
formando acuíferos o capas de agua subterránea, conocidas como capas freáticas. Este proceso
es la infiltración. De la capa freática, a veces, el agua brota en la superficie en forma de
fuente, formando arroyos o ríos. Tarde o temprano, toda esta agua volverá nuevamente a la
atmósfera, debido principalmente a la evaporación.
Un aspecto a destacar en el ciclo hidrológico es su papel en el transporte de sustancias: La
lluvia caída disuelve y arrastra sales hacia el mar, donde se concentran y precipitan.
Los sedimentos formados entran en los ciclos geológicos diagenéticos. En su conjunto el
ciclo hidrológico se puede considerar como una operación de lixiviado a escala planetaria.
Precipitación: Se produce cuando las gotas de agua, que forman las nubes, se enfrían
acelerándose la condensación y uniéndose las gotas de agua para formar gotas mayores que
terminan por precipitarse a la superficie terrestre en razón a su mayor peso. La precipitación
puede ser sólida (nieve o granizo) o líquida (lluvia).
Infiltración: Ocurre cuando el agua que alcanza el suelo, penetra a través de sus poros y pasa
a ser subterránea. La proporción de agua que se infiltra y la que circula en superficie
(escorrentía) depende de la permeabilidad del sustrato, de la pendiente y de la cobertura
vegetal. Parte del agua infiltrada vuelve a la atmósfera por evaporación o, más aún, por la
transpiración de las plantas, que la extraen con raíces más o menos extensas y profundas.
Otra parte se incorpora a los acuíferos, niveles que contienen agua estancada o circulante.
Parte del agua subterránea alcanza la superficie allí donde los acuíferos, por las
circunstancias topográficas, intersecan (es decir, cortan) la superficie del terreno.
Escorrentía: Este término se refiere a los diversos medios por los que el agua líquida se
desliza cuesta abajo por la superficie del terreno. En los climas no excepcionalmente secos,
incluidos la mayoría de los llamados desérticos, la escorrentía es el principal agente geológico
de erosión y de transporte de sedimentos.
Segundo, la que ocurre en los acuíferos en forma de agua intersticial que llena los poros de
una roca permeable, de la cual puede incluso remontar por fenómenos en los que intervienen
la presión y la capilaridad.
Fusión: Este cambio de estado se produce cuando la nieve pasa a estado líquido al
producirse el deshielo.
El ciclo del agua, también llamado ciclo hidrológico, hace referencia a las fases que sufre el
agua de la hidrosfera, concretamente a los cambios de estado que experimenta cuando pasa
de una fase a otra.
Las fases del ciclo del agua o ciclo hidrológico en la Tierra son: la evaporación,
evapotranspiración, condensación, precipitación, la infiltración y la escorrentía.
En esta fase del ciclo del agua puede suceder que la precipitación, en algunos casos, es en
forma de lluvia, en otros, en forma de nieve o granizo, debido a cambios súbitos de la
temperatura atmosférica que congela las gotas de agua. La cantidad de precipitaciones es
cambiante a lo largo del año y en distintas partes de la superficie terrestre. En ocasiones, en
una misma región, la cantidad de precipitación es variable, siendo más abundante en unas
zonas, generalmente, aquellas situadas más al norte o en regiones montañosas, y menor,
cuanto más al sur.
Si la cantidad de agua que cae sobre la superficie terrestre es menor que la capacidad de
infiltración del suelo, todo el agua caída sobre el suelo será infiltrada. Por el contrario, si la
cantidad caída sobre la superficie terrestre es mayor que la capacidad del suelo para
infiltrarla, el agua quedará retenida.
El ciclo del agua también se asocia con la escorrentía, la cual se produce cuando parte
del agua precipitada sobre la superficie terrestre no se filtra a través del suelo, sino que circula
o corre sobre el terreno. Este fenómeno suele darse en aquellas zonas o regiones donde el
clima es extremadamente seco y la cantidad de precipitaciones anuales son mínimas. La
escorrentía, en estas regiones, constituye uno de los principales agentes de erosión del
terreno, ya que el agua precipitada de forma abundante no es filtrada rápidamente por el
suelo, formándose enormes riadas que arrastran sedimentos de todo tipo.