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El proceso de investigación en

las ciencias ambientales

Las distintas etapas de la


investigación
María Cristina Plencovich
Gustavo Jaurena
Gabriela Cordon

Este capítulo presenta las grandes fases del proceso de investigación,


sus preguntas, sus desafíos y sus problemas. Si bien estas fases
forman parte de un proceso único, cíclico y recursivo, es posible
identificar conceptos, actividades y procesos de tomas de decisión
dentro de cada una de ellas que conforman el oficio de investigar.

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El proceso de investigación en las ciencias ambientales

4. El proceso de investigación en las ciencias ambientales

En este capítulo nos referiremos a las grandes etapas cognitivas que se dan en el
proceso de generación de conocimiento: el planteamiento del problema de
investigación, la formulación de hipótesis en sentido estricto o de algunos supuestos
que orientan provisionalmente el proceso y la validación de las predicciones que se
derivan de las hipótesis o supuestos. Estas etapas —que se encuentran en todas las
tradiciones científicas— están moduladas por los paradigmas de la investigación
que sustentan los investigadores. Asimismo, en forma simultánea con este planteo
lógico-cronológico, nos referiremos a algunos componentes metodológicos que
acompañan el proceso cognitivo.
El siguiente esquema (Figura 4.1) muestra el derrotero de este proceso que
es lógico, cronológico y metodológico.

Figura 4. 1 Itinerario de la investigación

Planteo del *Definición del problema Finalidad de la


problema *Marco teórico investigación
*Antecedentes (objetivo general)

Formulación *Predicciones
de la hipótesis *Variables, indicadores
Objetivos
específicos
Validación *Diseño
*Eje témporo-espacial
*Metodología/Materiales y métodos
*Recolección y registro de datos
*Tratamiento de la información
*Presentación de los resultados

Conclusiones *Discusión de resultados


*Conclusiones

Fuente: Plencovich et al., 1998.

4.1 Los paradigmas de la investigación en el proceso de generación de


conocimiento

Los paradigmas de la investigación científica son un conjunto de supuestos que dan


sostén a las investigaciones y las fundamentan. Se trata de nociones, creencias,
teorías y cosmovisiones que manejan los investigadores y que admiten en forma
explícita o tácita distintos niveles de análisis, por ejemplo, el ontológico o relativo a
las concepciones sobre la naturaleza de lo real que conforman las bases mismas del
pensamiento, el epistemológico (que se refiere a las formas de construcción del
conocimiento, a su adquisición y diseminación) y el metodológico (estrategias
metodológicas —diseños de investigación—, métodos, procedimientos, técnicas e
instrumentos) que se utilizan en la investigación.

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Estos niveles de análisis dan origen a las siguientes preguntas: ¿cuál es la
naturaleza del objeto de estudio? ¿tiene existencia en sí, independiente del sujeto de
investigación? (ontológico); ¿cómo conocemos esa realidad?, ¿cómo es el modo de
producción de ese conocimiento? ¿cuál es la relación entre el sujeto y objeto de
conocimiento? (epistemológico); ¿de qué manera puedo acceder al objeto de
estudio? ¿se debe ir de lo particular a lo general o viceversa? ¿debe utilizarse un
abordaje analítico? (metodológico), entre otras.
En este contexto, la palabra paradigma —rescatada y resignificada por
Thomas Kuhn (1970) en su obra La estructura de las revoluciones científicas— se
refiere a «un conjunto de creencias, valores y técnicas compartido por los miembros
de una comunidad científica y que guían u ofrecen orientaciones para determinar
las clases de problemas que los científicos deben tratar y los tipos de explicaciones
que juzgan aceptable» (Kuhn, 1970, p. 175). También en la concepción de Kuhn los
paradigmas, en cualquiera de sus ámbitos —ya sean filosóficos, científicos o de la
vida cotidiana — están orientados a resolver problemas dentro de los preceptos,
normas y reglamentos que establecen sus límites y se encuentran social e
históricamente condicionados.
En el cuadro 4.1 se presentan tres paradigmas que dan cuenta en forma
aproximada de tres grandes formas de encarar la producción científica. Cubren las
ciencias sociales, las naturales y las humanas. Sin duda, resultan lo suficientemente
amplios para comprender las investigaciones relativas al ambiente y su naturaleza
interdisciplinaria. Ellos son el paradigma positivista, el paradigma
comprensivo/interpretativo y el paradigma crítico.1 Quizá la diferencia más clara
se encuentre entre el primer paradigma y los otros dos, ya que las distinciones entre
el paradigma interpretativo y el crítico son más débiles (Sarantakos, 1998) e
históricamente el último paradigma surge como un desprendimiento del primero.
Las diferencias entre el paradigma positivista del comprensivo/interpretativo se
remontan al filósofo alemán Wilhelm Dilthey (1833-1911) quien planteó la diferencia
que existe entre explicar (erklären) y comprender (verstehen). Diferenció a partir de
estas operaciones cognoscitivas entre el método de las ciencias de la naturaleza, la
explicación que tiene una dirección del pensamiento desde afuera adentro (a través de la
observación empírica de los hechos, la manipulación y el control de las variables y su
cuantificación) como modo de producir conocimiento; y el de las ciencias del espíritu,
con la comprensión en la cual la dirección del pensamiento va hacia la interioridad del
sujeto, desde el supuesto de que los fenómenos son captados en su interioridad. Las
escuelas de la comprensión sostenían que para llegar al núcleo principal de un
fenómeno hay que captar su sentido desde la propia subjetividad. Comprender es, en
última instancia, tomar con, capturar el sentido último de los fenómenos e incluso

1. Ilustran la contienda epistemológica del siglo XIX –trasladada después a buena parte del siglo XX-
entre las ciencias naturales y las ciencias del hombre. Se trata de una discusión muy conocida a principios
del siglo XX en torno al estatus, la característica de los métodos y la naturaleza de los objetos de estudios.
En general, giraba en torno a qué métodos debían emplear las ciencias históricas o culturales si querían
tener entrar en el panteón de las ciencias. Predominaba la idea que debían emplear el método de las
ciencias naturales. Implicaba en un comienzo la distinción entre explicar y comprender, es decir entre las
ciencias experimentales y las no experimentales, que tuvo a Wilhelm Dilthey como importante
representante de la Escuela Comprensiva. La reflexión sobre el tema de la comprensión se continuó en el
siglo XX por autores como Alfred Schütz, discípulo de Husserl; por Winch, Heidegger y Gadamer, por
los seguidores de la Teoría Crítica o los miembros de la Escuela de Frankfurt. Por el lado del positivismo,
desde una concepción empirista del conocimiento, se insistió en el carácter unitario de la ciencia y del
método científico y en la búsqueda del control de las variables y la generalización de los fenómenos.

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reconstruir las vinculaciones de sentido de las circunstancias, como en el caso de la
ciencia histórica.
De frente a la comprensión, las posturas que sostenían que hay que explicar la
realidad — positivismo—, conciben a los fenómenos como exteriores a la subjetividad
humana, existentes en sí y posibles de ser captados a través de los sentidos. Se privilegia
de este modo una forma de conocimiento empírico. Para explicar la realidad, se deben
reproducir artificialmente los fenómenos, controlando todas las variables menos la que
está bajo estudio, a fin de determinar las relaciones —en general causales— entre dos o
más variables y poder llegar así a la generalización de los resultados y a la predicción y
control de la realidad.

Cuadro 4.1 Principales paradigmas de la investigación científica y dimensiones de la actividad


científica
Tipo de paradigma y Positivista (objetividad, Interpretativo (rigor Crítico (crisis de
fundamento científico realismo, legitimación) metodológico y de representatividad)
procedimientos) Diseños de investigación
más representativos
Corrientes que Positivismo Interaccionismo simbólico Estudios críticos
ilustran los Neopositivismo Fenomenología Pedagogía crítica
paradigmas Positivismo metodológico Hermenéutica Estudios sobre conflictos
Positivismo lógico Psicoanálisis ambientales, laborales
Etnología Crítica radical
Etnografía Estudios marxistas
Sociolingüística Estudios sobre feminismo
Constructivismo Post-estructuralismo
Propósito de los Predecir y explicar los Comprender los fenómenos Tomar conciencia,
investigadores fenómenos naturales y sociales y el obrar humano, emancipar, hacer tomar
sociales y captar su sentido conciencia
Captar del sentido que se Comprender
atribuye a ciertas críticamente el obrar
experiencias humano/ fenómenos
sociales a través de
hechos y procesos
Diseños que se Diseños estructurados Diseños flexibles Investigación-participación
utilizan experimentales o cuasi- Análisis de contenido Investigación-acción
experimentales Análisis del discurso Análisis del discurso
Procedimientos de Inmersión en el campo
observación
Aspectos lingüísticos Conceptos matemáticos y Constructos que se refieren Constructos y conceptos
semánticos cuyos referentes a estados y conductas que se refieren al obrar
son entidades físicas, individuales o grupales humano y social
químicas, biológicas, sociales
Voz del investigador Neutralidad científica Participante para facilitar la Participante que da voz a
reconstrucción de sentido quien no la tiene,
Comprometido, activista
Historicidad Mínima Media Máxima
Eticidad Mínima Relevante Relevante
Dependencia de apoyo Muy dependiente Moderadamente Relativamente
externo dependiente independiente
Fuente: Elaboración propia a partir de Guba & Lincoln, 1994; Sarantakos, 1998, Patton, 2002 y Kagan, 2004.

Como mencionamos, la delimitación de los paradigmas se remonta al final del


siglo XIX y a las primeras décadas del XX, aunque las discusiones en el seno de las
posiciones más radicales a favor de uno o de otro como forma más legítima de hacer
ciencia alcanzan nuestros días. Por nuestra parte, aseveramos que son formas diferentes
de producir conocimiento y que se adecuan a la naturaleza del objeto de investigación y
a los propósitos que guían a los investigadores, según cómo se concibe al objeto de
investigación –hechos externos, que pueden ser observados, medidos y clasificados por
el investigador (el modelo de las ciencias naturales) o construcciones de los sujetos a las
que se puede acceder mediante el diálogo intersubjetivo.

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Las preguntas fundamentales que se hacen los investigadores en el paradigma
positivista son, según Patton (2002), básicamente: ¿qué sucede en el mundo real? ¿qué
se puede determinar con cierto nivel de certeza?¿cómo se puede explicar en forma
razonable un fenómeno? ¿cómo se estudia un fenómeno de tal manera que los
resultados puedan en cierta medida generalizarse y explicar en lo posible el mundo real?
En cambio, a los otros paradigmas les interesa plantear la intencionalidad de las
acciones humanas, el significado que los grupos conceden a los fenómenos, cómo se
construyen social e individualmente los sentidos que se le atribuyen a las cosas, etc.
En cuanto a las ciencias y estudios ambientales, herederas de largas tradiciones
científicas propias de las ciencias naturales, de las sociales o de las humanas, son
tributarias en parte de las tradiciones empíricas del paradigma positivista que ya se
señalaron. Por ejemplo, el deterioro ambiental es un hecho irrefragable, está ahí, es real,
no es sólo un producto de la percepción humana, sino que puede ser explicado por
variaciones físicas, químicas y biológicas. Pero también es parte constitutiva de la
acción humana. Por lo cual, es posible que el investigador necesite indagar cómo es la
percepción de los grupos sociales o de los individuos de ese deterioro, conocer sus
juicios de valor, sus relaciones con el ambiente local en esos casos, y seguramente, en
esos casos, guiarán las investigaciones paradigmas interpretativos o críticos. Los
paradigmas, esos conjuntos de creencias, valores, teorías, opiniones, sobre cómo hacer
una investigación van a influir y modular todo el proceso de investigación.

4.2 La construcción del proceso de investigación

La investigación es un proceso de generación de conocimiento riguroso, metodológica y


socialmente validado que posee diversos atributos que lo distinguen de otros procesos
intelectuales. Desde un punto de vista lógico y cronológico, en la investigación se
pueden distinguir tres fases: (i) planteo del problema; (ii) formulación de una hipótesis
(no siempre se expresa en las investigaciones) y en algunos casos es un emergente del
propio trabajo de campo y (iii) validación de las predicciones que se puedan extraer de
esa hipótesis. Esta última etapa representa la dimensión metodológica del estudio.
Como hemos visto en la figura anterior, estas fases se abren después en otras etapas
metodológicas
Como todo proceso, el tránsito por estas fases implica una secuencia temporal
para que se cumpla el propósito de los investigadores. Sin embargo, como bien pronto
se descubre, cuando se comienza a investigar estas etapas no se disponen en una
secuencia temporal lineal, una después de la otra, sino que muchas veces son recursivas
y no se cierran definitivamente al proceder a la siguiente. De allí que más que plantearse
como una secuencia lineal, la investigación podría presentarse como un proceso
espiralado y necesariamente recursivo.

4.3 Planteo del problema

En el contexto científico la palabra problema se refiere a alguna dificultad, vacío de


información o novedad en una situación teórica o práctica que dirigirá la búsqueda del
investigador con algún orden entre los hechos (Cohen & Nagel, 1991). En general, el
investigador procede después a obtener más información para plantear el problema en
forma clara, concreta y explícita. Para el estudiante de grado, la formulación del
problema de investigación para su trabajo final de graduación no suele ser una tarea
menor. Para no sentirse agobiado por la delimitación del problema, no hay que olvidar
que existe consenso entre los investigadores en considerar que el planteo del problema

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es la etapa más difícil de resolver, aun para los investigadores más avezados
(Plencovich et al., 2008).
Quizá uno de los primeros interrogantes que iniciaron un proceso de
investigación se encuentre en el mundo occidental en el registro de Heródoto (484 A.C.-
ca. 426 A.C.), el Padre de la Historia. De su fascinante obra Historias, libro III, los
epistemólogos suelen citar la curiosidad inquisitiva del historiador ante el régimen y las
inundaciones del río Nilo (Cohen & Nagel, 1998). Incluso, Thomas (2000) compara la
actitud científica del historiador con la del etnógrafo por su afán de hacer visible lo
invisible (ver Capítulo 6). Se trata de un auténtico problema de investigación,
formulado más de 2500 años antes de nuestra época. El problema se condensa en esta
pregunta: ¿Por qué las costas del Nilo se inundan?

Pues bien, el Nilo durante sus crecidas, inunda no sólo el Delta, sino también parte del
territorio que suele decirse que pertenece a Libia y a Arabia, y ello hasta una distancia
de dos días de camino a una y otra margen; y a veces incluso más y a veces menos.
Ahora bien, sobre la naturaleza del río no pude obtener informe alguno ni de los
sacerdotes ni de ninguna otra persona. Yo deseaba fervientemente averiguar por ellos,
por qué el Nilo baja crecido durante cien días a partir del solsticio de verano y una vez
alcanzado ese número de días vuelve a su cauce y baja el nivel de su corriente, de
manera que durante todo el invierno continúa bajo hasta un nuevo solsticio de verano.
Sobre estas cuestiones, pues, no logré obtener ningún informe de ningún egipcio,
cuando les preguntaba qué poder tiene el Nilo para seguir una conducta opuesta a la de
los demás ríos. Yo hacia esas preguntas, porque, como es natural, deseaba saber lo que
acabo de decir y también porque es el único río del mundo que no da lugar a la
formación de brisas. En fin, dejemos que estas cosas sigan como son y han sido
desde un principio. En cuanto a las fuentes del Nilo, por otra parte, ninguno de los
egipcios, libios o griegos que entraron en conversaciones conmigo pretendió estar
informado, a excepción del escriba del tesoro sagrado de Atenea en la ciudad de Sais en
Egipto, si bien a mí me dio la impresión de que ese individuo bromeaba al afirmar que
su información era exacta. Decía que situadas entre Siene -ciudad de la Tebaida- y
Elefantina, hay dos montañas cuyas cimas terminan en punta, montañas que tienen
por nombre Crofi la una y Mofi la otra. Pues bien, según él, las fuentes del Nilo, que
carecen de fondo, manan de entre esas montañas; y mientras una mitad del caudal corre
en dirección norte, hacia Egipto, la otra mitad lo hace en dirección sur, hacia
Etiopia. Y que esas fuentes carecen de fondo, agregó, lo pudo constatar el rey de Egipto
Psamético; en efecto, hizo trenzar una cuerda de muchos miles de brazas, la lanzó en el
referido lugar y no tocó fondo. Ahora bien, el escriba en cuestión, si lo que decía
era realmente cierto, dejaba entrever, a mi juicio, que en ese lugar hay unos fuertes
remolinos con flujo y reflujo y, como el agua rompe contra las montañas, una sonda que
se arroje no puede tocar fondo. Heródoto, Historias, L.II, p. 19

El planteo del problema es el primer paso del proceso de generación de


conocimiento y resulta decisivo en la definición de las etapas posteriores de la investigación.
Ahora bien, es importante detenernos una vez más en el alcance de las palabras que se
utilizan dentro del proceso científico ya que el término problema suele ser un obstáculo
para conceptualizar esta fase. La palabra problema es uno de esos términos en los que debe
realizarse una desambiguación ya que el significado que se le suele otorgar en el
contexto de la producción científica es clave para su comprensión. En este ámbito, el
problema no necesariamente indica conflicto en el campo de lo real –como ella puede
sugerir en una de sus acepciones- sino más bien que se refiere a un área determinada de
lo real sobre la que el investigador se interroga y en la que existe alguna vacancia de
conocimiento.

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El problema de investigación tiene su foco en un recorte de una situación real
que el investigador construye y al que interroga ante un vacío de conocimiento sobre un
campo específico. Tomaremos como primer ejemplo el caso de las dos pasteras
instaladas en Fray Bentos (Uruguay) sobre el Río Uruguay en 2005, que generaron una
serie de conflictos institucionales y sociales de ese país con la Argentina. El conflicto de
las pasteras es uno de los casos de conflictos ambientales en la región de gran
repercusión social y política en ambos países. Ahora bien, preguntarse si las pasteras
contaminan, cuál es el nivel de contaminación, hasta qué punto se debe verificar o
rectificar la información provista por el Informe Ecometrix (IFC, Banco Mundial), por
cuánto tiempo hay que tomar muestras de los efluentes o de los gases de las chimeneas
(Matta, 2009) son interrogantes alrededor de un problema de la realidad que se
transforman en un problema de investigación con una serie de preguntas que se hace el
investigador.
Según el ejemplo anterior, los problemas de investigación se construyen a partir
de situaciones problemáticas de la realidad. Inclusive, a partir de un mismo problema
real se pueden elaborar distintos problemas de investigación. Por otro lado, en las
investigaciones relacionadas con lo ambiental, las escalas (cfr. Capítulo 1) plantean
distintos abordajes del mismo problema, según la utilizada. Ante el problema de la
contaminación por emisiones de metano de la producción ganadera, el investigador
(Jaurena, 2016) muestra el amplio rango de escalas de trabajo que se están utilizando
simultáneamente y que es consecuencia de la naturaleza compleja del problema que
puede abordarse desde la perspectiva bioquímica, microbiológica y nutricional. Escalas
y perspectivas originan múltiples investigaciones.

La emisión de metano entérico por parte de los rumiantes es el resultado de la actividad


de archaebacterias ruminales. En este ámbito, la descripción de las poblaciones de
microorganismos y sus interacciones entre especies, con el animal y con las dietas
permiten profundizar en los aspectos bioquímicos, microbiológicos y nutricionales del
proceso de emisión de metano entérico. En esta escala, la identificación de especies o
grupos funcionales, las evaluaciones de actividades de los microorganismos, la
dinámica de las poblaciones microbianas y las condiciones que regulan la síntesis de
metano suelen ser las formas de evaluación de los resultados (Jaurena & Cantet, n.d.).
Asimismo, los aspectos más básicos del proceso digestivo son descriptos a través de
técnicas in vitro tipo «batch» o fermentadores continuos (e.g. técnica de Theodorou o
RUSITEC, respectivamente). Las fermentaciones in vitro tipo «batch» son un modelo
simplificado del funcionamiento ruminal, que permite manipular un gran número de
muestras a costos muy inferiores a cualquier otra opción y con un alto grado de
precisión. Estas particularidades los hacen especialmente aptos para evaluar raciones
(Getachew et al., 2005), identificar sustancias con potencial capacidad de mitigación
(García-González, López, Fernández, Bodas, & González, 2008; Soliva et al., 2008) o
en evaluaciones de «eventos» producto de fitomejoramiento.
Por otro lado, las mediciones pueden efectuarse a escala de individuo muy
frecuentemente por mediciones en cámaras respiratorias o mediante el uso del marcador
SF6 (Harper, Denmead, Freney, & Byers, 1999). En estudios nutricionales puede
interesar la emisión por animal (e.g. litros, moles o g de CH4 animal-día-1), por kg de
materia consumida (g CH4 kg-1MS ingerida), o la proporción de energía perdida como
CH4 por unidad de energía consumida (i.e. Ym, Mcal Mcal-1) tal como se suele expresar
para el cálculo de los inventarios nacionales. De acuerdo con muchos investigadores, la
denominada «Intensidad de emisión» (Mcal o g de CH4 por unidad de producto, carne o
leche producidos) (Faverin, Gratton, & Machado, 2014; Leslie, Aspin, & Clark, 2008)
debería ser la métrica más conveniente.
Y por último, los efectos de las diferentes intervenciones podrán evaluarse a nivel
micrometeorológico por las concentraciones de gases en el aire, o incluso aun a escala

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regional o planetaria (McGinn, 2013). A su vez, los distintos gases pueden medirse
según su concentración en el aire, como proporciones relativas, o de acuerdo con su
poder de calentamiento (teniendo en cuenta la persistencia en la atmósfera y capacidad
radiativa; i.e. forzamiento radiactivo (Intergovernmental Panel on Climate Change,
2007, p. 36). Esta última modalidad es ampliamente usada para estudios ambientales y
mide los distintos gases en unidades de Dióxido de carbono (CO2eq; e.g. 25 para el
metano y 300 para el N2O).
Jaurena, G. (2016). Diferentes enfoques y medidas en la investigación sobre emisiones de
metano. Investigación sobre emisiones de metano a diferentes niveles de detalle. Versión
preliminar.

4.3.1 Lugar epistemológico del problema de investigación

El problema de investigación puede quedar enmarcado por una o más disciplinas


ambientales que tratan temas vinculados con él. Por esta razón, para aquellos que aún no
han enfocado un problema de investigación, puede resultar conveniente comenzar por
plantear un área general científica o un tema, definir problemas reales dentro del área y
luego delimitar el problema de investigación dentro de ella; es decir, «bajar» del todo a
las partes (top-down). Llamamos a este procedimiento «técnica del embudo»
(Plencovich et al., 2008) y consiste en ir afinando la problemática hasta llegar a
delimitar el problema en forma específica y factible (Figura 4.2).

Figura 4.2 Técnica del embudo

Fuente: Elaboración propia.

La selección de cuestiones que pueden originar problemas para investigar se


debe guiar por los siguientes criterios (Plencovich, et al., 2008).

Interés del investigador en el tema de investigación

Es difícil llevar adelante un proceso de investigación que no despierte interés al propio


investigador. ¿Cómo se puede investigar sin la pasión por generar conocimiento?,
¿cómo se puede recorrer ese arduo camino sin el afán de comprender? Por este motivo,
es de importancia tener un genuino interés en generar conocimiento dentro de un tema
en particular del área de nuestra especialidad para ir construyéndolo como problema de
investigación.

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Pertinencia social

La ciencia está íntimamente unida a lo social (cfr. Capítulo 10). En principio, la


investigación debería dar una respuesta a las demandas reales de la sociedad, en sus
distintas escalas: locales, regionales o nacionales, y proponer alternativas de futuro.
Estas demandas se identifican, en parte, a través de los sectores estratégicos financiados
desde las agencias gubernamentales de ciencia y técnica (e.g. MinCyT) y abarcan temas
que en principio sólo aportan conocimiento orientados a problemas sociales, por
ejemplo, de la cosmología, a otras que sí lo tienen, por ejemplo, la evaluación de los
pasivos ambientales y que pueden desarrollarse en distintas escalas: locales, regionales
o nacionales.

Originalidad

La investigación debe ser novedosa y original. A veces el investigador que se inicia


encara problemas que ya han sido investigados. ¿Cómo saber si lo que se estudia no ha
sido investigado? Para ello hay que familiarizarse profundamente con el tema de la
investigación y leer las publicaciones relativas al tema de nuestra investigación. A partir
de la búsqueda en bases de datos específicos (cfr. Capítulo 7) es posible lograr ese grado
de familiaridad con el tema que resulta indispensable para plantear un problema de
investigación. También resulta indispensable consultar a expertos, director de las tesis,
consultores, profesores de la institución

Factibilidad

El problema de investigación debe generar un proceso de construcción del nuevo


conocimiento que pueda llevarse a cabo con los recursos económicos, de personal, de
instalaciones y de tiempo disponibles. También hay que asegurarse de que se cuenta con
el instrumental que se requiere para los aspectos metodológicos del estudio.

4.3.2 Algunas indicaciones para formular el problema

En general resulta difícil plantear un problema de investigación de entrada. Como


hemos señalado, a veces suele ser más fácil plantearse un área general de conocimiento
y después delimitar un problema dentro de ella. El tema se selecciona, el problema se
construye. Sin embargo, esta construcción no opera en el vacío, sino que se relaciona
con los antecedentes del problema, es decir con la literatura científica correspondiente al
campo de estudio de nuestra preocupación. Esto permite acceder al «estado de los
conocimientos» o «estado del arte» sobre el problema que se va a formular. Por esta
razón, la lectura de bibliografía pertinente resulta imprescindible (ver más abajo Marco
teórico y Antecedentes).
Aunque no exista una regla para definir problemas correctamente, hay algunos
principios que pueden guiar su planteo. Algunos autores subrayan la conveniencia de
formular el problema en forma de pregunta, ya que las pregunta tienen el beneficio de
apuntar al problema en forma directa (Kerlinger, 1992).
Observemos cómo los investigadores plantean el problema en este estudio a
través de preguntas:

La reducción de emisiones de gases de efecto invernadero causada por la


deforestación y degradación de los bosques (REDD+) ha recibido una creciente

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atención mundial debido a su potencial en la reducción de las emisiones de
carbono y en la mejora de la gobernanza de los bosques. La reducción de las
emisiones por la deforestación y degradación requiere una toma de decisiones
participativas y una efectiva rendición de cuentas. Sin embargo, existen pocos
estudios empíricos que analizan la efectividad del mecanismo participativo
utilizado en la REDD+. Nuestra investigación analiza la participación de actores
del ámbito político en el desarrollo de instrumentos de REDD+ en Vietnam. Nos
interesa determinar cómo el contexto político y los distintos intereses de los
actores influyen el nivel de participación en el proceso nacional de toma de
decisiones sobre políticas referidas a la REDD+. Exploramos la participación a
través del análisis de mecanismos para determinar, por ejemplo, cómo los actores
se involucran y participan en la toma de decisiones, y cuál es la dinámica de la
participación, por ejemplo, en eventos políticos altamente centralizadas versus
eventos gestionados por donantes. El estudio procura dar respuesta a tres
preguntas de investigación: (1) ¿quién participa en la elaboración de políticas
nacionales de REDD+ y cuáles son sus intereses en participar en eventos
políticos centrales? (2) ¿qué nivel de participación tienen los diferentes actores
políticos en esos eventos? (3) ¿hasta qué punto los resultados de las políticas de
REDD+, por ejemplo, regulaciones y estrategias, incorporan las diferentes
preferencias de los actores políticos?
Pham, T. T., M. Di Gregorio, R. Carmenta, M. Brockhaus, & D. N. Le. 2014. The REDD+ policy arena in Vietnam:
participation of policy actors. Ecology and Society 19(2): 22.

De todos modos, la forma interrogativa per se no garantiza que se esté formulando


realmente un problema de investigación (Plencovich et al., 2008). Un auténtico problema de
investigación implica un esfuerzo metodológico para generar una respuesta a esos
interrogantes (conocimiento nuevo) y esfuerzos de interpretación a partir de marcos teóricos.

4.3.3 El marco teórico y los antecedentes

El Marco teórico de una investigación constituye un conjunto de conceptos, juicios,


razonamientos, principios y teorías enlazados entre sí que brinda una perspectiva
particular a nuestra investigación. Constituyen una especie de linterna que ilumina
nuestro estudio. Se trata de teorías y principios ya consagrados dentro del campo de la
especialidad que orientan nuestra investigación. Por ejemplo, la Teoría de los sistemas
de von Bertalanffy (1950), la concepción de agroecología de Altieri, la noción de
cambio tecnológico y aumento de la población de Boserup (1965, 1981, 1983), la teoría
del nicho (Hutchinson, 1957), la colonialidad de la naturaleza (Alimonda, 2011), la
concepción de los problemas ambientales como el resultado de la crisis de Occidente
sobre la forma de conocer, comprender y transformar el mundo (Leff, 2006, 2009,
2012) o la teoría de la sucesión de Clements (1916) son teorías y principios con una
robusta capacidad heurística que pueden otorgar un sólido marco a los trabajos de
investigación.
Si bien todas las tradiciones científicas proveen marcos teóricos a los
investigadores, a menudo sólo se las explicita en el campo de las ciencias sociales y
humanas en los proyectos de investigaciones o en las tesis debido a la polisemia de los
conceptos que se manejan. Por ejemplo, en un estudio sobre la participación pública y el
papel de los actores en los conflictos ambientales, el investigador debe aclarar si
considera el concepto de participación desde la teoría de los actores (Crozier &
Friedberg, 1990), la del actor-red (Callon, 1986; Latour, 2008), la de la agencia y
estructuración (Giddens, 1995a y b) y tantas otras.
En cambio, en las ciencias físico-naturales —por ejemplo— rara vez se cita
expresamente el marco teórico ya que por lo general las investigaciones se desprenden

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de lo que se llamaría «ciencia normal». En ese caso, es infrecuente que aparezca en las
investigaciones sobre genética los postulados de Watson y Crick que dan sustento a una
investigación en particular.
En cuanto a los Antecedentes, son investigaciones realizadas sobre el tema
semejante al de nuestra investigación y deben ser actualizados. En lo general, se trata de
trabajos científicos publicados en revistas especializadas que han pasado por el proceso
de referato. También se puede encontrar antecedentes en tesis de posgrado y de grado
que también han sido sometidas al escrutinio de pares evaluadores. Los antecedentes
tienen una doble ventaja metodológica: permite beneficiarse de investigaciones
realizadas sobre el problema, o aspectos del problema, semejantes a nuestra
investigación y nos advierten sobre el riesgo de investigar algo ya suficientemente
conocido. El otro valor es heurístico, ya que amplían el horizonte del problema de
investigación y pueden sugerir nuevos rumbos metodológicos (Plencovich et al., 2008).
Los antecedentes aparecen registrados en los protocolos de los proyectos de
investigación así como en las tesis o los trabajos finales sobre los resultados de las
investigaciones. Este registro no debe ser un recuento descontextualizado de artículos
publicados sino que los resultados de esas investigaciones deben estar de algún modo
ligados al propio trabajo de investigación.
Existe una relación dialéctica entre el marco teórico, los antecedentes y la
formulación del problema. La lectura y estructuración del marco teórico y los
antecedentes contribuyen a afinar el problema y a la vez son sus fundamentos.

4.4 Las hipótesis de la investigación

Así como formular el problema científico es, en última instancia, realizar preguntas
sobre algún aspecto de la realidad que deseamos conocer; la formulación de las
hipótesis en la investigación son respuestas tentativas, provisionales, que deben
comprobarse, a esas preguntas de investigación (Plencovich et al., 2008). Una hipótesis
es una suposición que se realiza como punto de partida para una investigación ulterior
de la que se derivan inferencias que deben ser confirmadas (Pearsall & Trumble, 1996).
Las hipótesis son construcciones intelectuales que vinculan el marco teórico con
el problema de investigación y orientan el diseño que el investigador o la investigadora
van a utilizar. En general, se trata de una proposición que relaciona dos o más variables
o fenómenos y que tiene la capacidad heurística de dar explicación o de predecir con
cierta probabilidad el fenómeno bajo estudio.
Desde un punto de vista conceptual, las hipótesis son respuestas tentativas y
provisionales al problema formulado. No se trata de cualquier respuesta, sino sólo de
aquella sustentada por una argumentación teórica coherente y corroborada por la
observación que el investigador ha hecho en torno al problema concreto —carácter
confirmatorio y falsificable de la hipótesis (Popper, 1982)— y en vista a los resultados
de la investigación.
La función de la hipótesis en la investigación científica consiste en sugerir
explicaciones a ciertos hechos y orientar su investigación. Larabee (1957) sugiere que
aquel que se encuentra en el proceso de formulación de hipótesis debe «prepararse,
luchar y esperar para que se llegue a dar el salto psicológico que le permite al
investigador generar una hipótesis».
Según Mario Bunge (1972:30), «cuando un enunciado verificable posee un
grado de generalidad suficiente, habitualmente se lo llama hipótesis científica. O, lo que
es equivalente, cuando una proposición general (particular o universal) puede
verificarse sólo de manera indirecta —esto es, por el examen de algunas de sus

11
consecuencias— es conveniente llamarla «hipótesis científica». Por ejemplo, «Todos
los trozos de hierro se dilatan con el calor», y, a fortiori, «Todos los metales se dilatan
con el calor», son hipótesis científicas.
No todas las investigaciones científicas estan orientadas en sentido estricto por
hipótesis. En las ciencias sociales, a veces se las llama hipótesis de trabajo. Se refieren
a principios que orientan metodológicamente a las investigaciones. En algunos casos se
las reemplaza por objetivos o por supuestos (Cfr. Capítulo 6). Se trata de trabajos
exploratorios, de inventarios de especies de la botánica descriptiva, por ejemplo, o
también en las disciplinas asociadas con la ingenieria, las ciencias matemáticas, la
computación (Strode, 2015) y las ciencias médicas.
Una hipótesis científica tiene la forma de una conjetura o enunciado del cual se
ignora su veracidad (validarla o no será el producto de la investigación), o también se
puede presentar como una proposición que relaciona dos o más variables o fenómenos
para explicar y consecuentemente predecir, con cierta probabilidad de certeza el
comportamiento del fenómeno bajo estudio. No se trata de cualquier respuesta, sino de
una fundamentada por una argumentación teórica coherente.
La enunciación explícita de las hipótesis expone al lector con claridad la
estructura de pensamiento que el investigador está poniendo a prueba (Farji-Brener,
2003). La mera enunciación de objetivos, predicciones o suposiciones encubre lo que
verdaderamente se está probando (Ver Recuadro ), la asociación entre una determinada
manipulación experimental y sus resultados no necesariamente muestra el mecanismo o
asociación entre las variables subyacentes que los vinculan.
Como mencionamos, un beneficio importante de la correcta formulación de las
hipótesis es que deja en claro cómo orientar la investigación, qué variables medir,
cuáles son las variables críticas, cuáles las secundarias o meramente contextualizadoras;
qué especímenes recolectar, qué métodos y procedimientos utilizar: «Las hipótesis
dirigen la búsqueda de la relación entre los hechos. Las sugerencias formuladas en las
hipótesis pueden ser soluciones al problema. Si lo son o no, efectivamente, es la tarea de
la investigación» (Cohen & Nagel, p.163).
Para las investigaciones explicativas o descriptivas (cfr. Capítulo 5) las hipótesis
científicas tienen asociadas unas predicciones, éstas son «profecías, eventos específicos
y mensurables que probablemente ocurran como resultado de un experimento si la
hipótesis es válida» (Strode, 2016, p. 2). En el caso de las ciencias sociales y humanas,
en los abordajes cuantitativos o mixtos, en general se suele hablar de la
operacionalización de las variables y construcción de indicadores (v.q. Capítulo 5).
En el contexto del método hipotético-deductivo, la racionalidad de la
investigación puede plasmarse a través de la correcta formulación de las hipótesis y sus
predicciones, que adquieren la estructura lógica condiconal (Si…entonces):

Si es válida << la hipotesis «a»" >> (hipótesis)


y aplico << procedimientos «b»>>
entonces << sucederá «d, e, f»>> (predicciones)

Por ejemplo, en relación con el crecimiento de la especie gramínea Lolium


multiflorum durante la etapa otoñal, podemos hipotetizar:

«el crecimiento de L. multiflorum está determinado por la temperatura media


debido a que en la medida que esta aumenta también lo hace la multiplicación celular y
el desarrollo de los tejidos y órganos de la planta», (hipótesis)

12
consecuentemente si esta afirmación es cierta y procedo a medir en un
invernaculo el crecimiento de L. multiflorum bajo 3 regímenes de temperatura (i.e. 0, 10
y 20°C),
entonces observaré que aquellas plantas cultivadas a mayor temperatura
producirán más biomasa aérea por unidad de tiempo. (predicción)

Sin embargo, es posible que el mecanismo fuera otro, que

«el crecimiento de L. multiflorum esté regulado por la temperatura ambiente,


pero la disponibilidad de N del suelo puede limitar su crecimiento cuando
existen bajas temperaturas edáficas y se reduce la descomposición de la materia
orgánica y el aporte de N para la planta», (hipótesis)

consecuentemente de ser cierta esta hipótesis y si cultivo plantas de L.


multiflorum a 0, 10 y 20°C y fertilizo con urea un grupo de plantas y dejo como
control a un grupo equivalente dentro de cada régimen térmico, encontraré

mayor producción de biomasa en la medida que aumente la temperatura. Sin


embargo, a temperaturas más bajas el grupo fertilizado mostrará mayor tasa de
crecimiento que sus contrapartes no fertilizadas. (predicciones)

Estas estructuras son mucho más informativas porque dan cuenta de los
fenómenos biológicos y físico-químicos que subyacen en el fenómeno empírico que se
enuncia cuando decimos «las plantas cultivadas a mayor temperatura producirán más
biomasa aérea» (predicción). En esta aseveración no estamos exponiendo por qué se
produciría ese resultado y el lector ignora qué motivó a realizar dicho experimento.
Hay que precaverse del uso del término hipótesis cuando en realidad se quiere
decir predicción (Recuadro 4.1) porque esta sustitución diluye el poder del método
científico hasta hacerlo perder su sentido de impulsor del avance del conocimiento
(McPherson, 2001).

13
Recuadro 4.1 Ejemplos de hipótesis científicas y predicciones*

Hipótesis Predicciones
El crecimiento del pastizal durante el En este trabajo hipotetizamos que los
período invernal está limitado por la novillos aumentarán más de peso al recibir
disponibilidad de N en el suelo. la suplementación energética.

El crecimiento de L. multiflorum está Las personas que tienen experiencias


determinado por la temperatura media directas de fenómenos que pueden estar
debido a que en la medida que esta se vinculados con el cambio mundial estarán
incrementa también lo hace la más preocupadas por esta cuestión y en
multiplicación celular y el desarrollo de consecuencia más inclinadas a encarar
tejidos y órganos de la planta. conductas más sustentables.

La producción de CH4 por unidad de La emisión de CH4 por unidad de producto


energía consumida disminuirá en al obtenido (carne o leche) disminuye en la
medida que aumente el consumo y la medida que aumenta la eficiencia
digestibilidad del alimento. productiva del rodeo.

Para pequeños productores de la provincia


El crecimiento de los herbazales de
(menos de 50 vacas lecheras), es
inundación (pantanos) está limitado por la
disponibilidad del nitrógeno. economicamente más eficiente aumentar
el consumo de materia seca y la
La producción de metano está producción de leche, cuando se ofrecen
determinada por la cantidad de rumiantes, suplementos de precio inferior al precio de
de modo que en la medida que aumente la litro de leche y menor valor nutricional, si
proporción de animales productivos se compara con suplementos de mayor
(menor cantidad de vacas vacías) y la costo y calidad nutricional (proteína cruda
productividad individual, disminuye la y energía neta de lactancia).
cantidad de metano producido por unidad
de producto sintetizado (ternero, carne o
leche).

*No existe correspondencia horizontal entre las columnas; es decir, las predicciones no se derivan de
esas hipótesis.
Fuente: Jaurema, G. (2016). Comunicación personal, Maestría en Producción Animal. EPG-FAUBA.

4.4.1 Hipótesis estadísticas

Las hipótesis de investigación también suele ser presentadas como hipótesis


estadísticas, pruebas de hipótesis o de significancia. Presentan las alternativas que
pueden resultar de la evaluación experimental de las hipótesis científicas (Kaps &
Lamberson, 2004, p. 65). Típicamente se presentan como una hipótesis nula (H0)2 que
expresa la igualdad entre los parametros de distintas poblaciones (e.g. µ1 = µ2) y la

2
Dentro del campo de la ecología se han dado algunas críticas a la comprobación de las hipótesis nulas
debido a un abuso y cierta frivolidad en su uso que lo han denominado la la falacia del «hombre de paja»
(una afirmación que el investigador conoce de entrada que no es verdadera) (McPherson & De Stefano,
2001).

14
hipótesis alternativa (e.g. µ1 ≠ µ2), que representan los resultados esperados de las
hipótesis científicas y por tanto constituyen «predicciones», en particular la hipótesis
alternativa que suele expresar el resultado esperado por la investigación (Farji-Brener,
2004).

4.4.2 El cuestionamiento al uso de las hipótesis en la investigación

El cuestionamiento al uso de las hipótesis en la investigación tiene vieja data (Recuadro


4.2). La crítica a su uso, sin embargo, se ha incrementado en los últimos años. Las
revistas científicas esgrimen sus reglas para el uso explícito o no uso de hipótesis en los
artículos que publican. En general, el uso o no uso depende de la tradición disciplinaria
de los estudios. Existe un continuum de políticas editoriales que va de la prohibición
total de utilizar hipótesis en los informes de investigación (Gardner & Altman, 1986;
Hunter, 1997) a otras posturas que toleran que se informen los intervalos de confianza
más que la comprobación de las hipótesis. En las ciencias médicas, por ejemplo, se ha
aceptado de buena gana informar dichos intervalos, pero las controversias siguen
dándose en el campo de las ciencias sociales en el que algunos abordajes, en especial los
etnográficos –aunque no solamente esos– consideran que la piedra angular del trabajo
de campo es que los investigadores salgan al campo sin hipótesis o supuestos
predeterminados.
Recuadro 4.2 Darwin y el uso de las hipótesis

En una carta fechada en 1861 dirigida al economista Henry Faucett, Charles Darwin plantea
un párrafo que pone en tensión el uso de las hipótesis en la investigación. Dice lo siguiente:

Mi estimado Sr. Fawcett:

(…) En cuanto al Dr. Lankester, es un pobre charlatán. Creo que nunca observó un
hecho nuevo en su vida. Me dio risa que me aconsejara, o más bien, que se
lamentara de que yo no hubiera solamente publicado hechos. ¡Qué profunda
ignorancia hacia lo que debe ser el alma misma de la observación! Hace 30 años
hubo mucha alharaca sobre la cuestión de que los geólogos sólo debían observar y
no teorizar, y me acuerdo bien de que alguien dijo que en ese caso se debía ir a un
pozo de grava, contar las piedras y describir sus colores. ¡Qué extraño resulta que
nadie viera que la observación debe darse a favor o en contra de alguna
perspectiva, si es que tiene que tener algún beneficio!

Darwin se colocaba ante la cuestión de si los naturalistas debían ir al campo a recoger


datos sin el prejuicio de una hipótesis predeterminada o si debían observar la naturaleza a
partir de alguna teoría particular.

Fuente: Darwin, C. Correspondence vol. 9 [Carta dirigida a Henry Fawcett, 18 de setiembre de 1861]. Cambridge:
University of Cambridge. Disponible en
https://www.darwinproject.ac.uk/letter/?docId=letters/DCP-LETT-
3257.xml;query=pebbles;brand=default;hit.rank=1#hit.rank1. Acceso 12 de marzo de 2016.

15
Para la tradición de las ciencias naturales, en cambio, la formulación y la
validación empírica de las hipótesis se considera como el criterio de demarcación que
separa la ciencia de otras formas de conocimiento (Ayala, 1994). Sin embargo, es
importante plantear que en el campo de la ecología existe un debate considerable sobre
la importancia de la formulación de hipótesis para la generación de conocimientos
nuevos (Farji-Brenner, 2003) y que deberían estar planteadas explícitamente en las
investigaciones. Asimismo, otros consideran a la ecología como una ciencia débil
precisamente porque no ha adoptado coherentemente métodos comandados por la
formulación de hipótesis (Peters, 1991).
En algunas ramas científicas, por ejemplo, en la biología molecular y en la física
de la energía, se utilizan aplicaciones sistemáticas y rigurosas de ciclos repetidos de
generación de hipótesis y comprobaciones, llamados inferencias fuertes. La pregunta
que deberíamos hacernos es hasta qué punto se pueden desglosar hipótesis generales en
otras progresivamente más específicas (subhipótesis) y así sucesivamente. Todas las
investigaciones deberían dar comienzo con una hipótesis general; sin embargo, no
deberían estar planteadas en un grado de generalidad tal que la comprobación de sus
consecuencias o predicciones quede muy «lejos» de la hipótesis principal. Esto se suele
dar, principalmente, en los estudios interdisciplinarios dentro de las ciencias
ambientales en las que la comprobación de las predicciones de las hipótesis puede
resultar imposible debido a limitaciones culturales, éticas o económicas. En las ciencias
ambientales, las hipótesis de muy alto nivel de generalidad suelen ser difíciles de
evaluar y tropiezan con restricciones temporales y espaciales, como en el caso de la
hipótesis de Gaia (Lovelock, 1987) o la hipótesis de Medea (Recuadro 4.3).
Históricamente, existen muchos ejemplos de hipótesis cuya validación ha
supuesto innumerables estudios. En Biología, la llamada hipótesis de naturalización
formulada por Darwin en El origen de las especies (1859) según las observaciones de
Alphonse de Candolle (1855) postulaba que «las floras, en proporción al número de
géneros y especies indígenas, aumentan, por naturalización, mucho más en nuevos
géneros que en nuevas especies». Incluso, ejemplificaba que «de los 162 géneros
naturalizados, por lo menos 100 géneros no eran nativos» (1859, p. 86). Darwin usaba
estos datos para abonar la teoría de la intensa competencia entre congéneres. Estas
observaciones han vuelto a atraer la atención de los investigadores con renovado interés
y se busca obtener su validez con nuevos estudios.

16
Recuadro 4.3 Hipótesis de Gaia e hipótesis de Medea referidas al cuidado del
ambiente

En la mitología griega Gaia representa la otra cara de Medea. Mientras que Gaia es la
buena madre Tierra, Medea es la diosa que se vuelve contra sus propios hijos.
La hipótesis Gaia fue formulada por James Lovelock en 1987 (hoy sus sostenedores la
denominada teoría Gaia). De acuerdo con la hipótesis Gaia, la atmósfera y la parte
superficial del planeta Tierra se comportan como un todo coherente, donde la vida se
encarga de autorregular condiciones esenciales tales como la temperatura, composición
química y salinidad de los océanos. Gaia se comportaría como un sistema autorregulado
que tiende al equilibrio.
Esta hipótesis fue desafiada por la hipótesis Medea que sostiene que si bien la
Tierra funciona como un sistema, este sistema no tiende a un equilibrio que conserve la
vida, sino a expulsarla. La hipótesis Medea fue planteada por el paleontólogo Peter Ward,
profesor en la Universidad de Washington en su obra The Medea Hypothesis: Is Life on
Earth Ultimately Self-Destructive? (2009) en la que expone que la vida en la Tierra está
sujeta a un delicado equilibrio y que los seres vivos que la habitan tienden a provocar
perturbaciones en ella. El efecto general de la vida ha sido y será reducir la longevidad de
la tierra como un planeta habitable. En el relato de Ward, la historia de la Tierra durante
cuatro mil millones de años es una sucesión de extinciones en masa. La vida misma,
como es inherentemente darwiniana, tiene tendencias biocidas. Crea una serie de
feedbacks positivos a los sistemas se la tierra, como las temperaturas mundiales, el
dióxido de carbono y los contenidos de metano que dañarán las futuras generaciones.
Algo que no sólo vale para la Tierra, sino que es común a todo el Universo. En estas
extinciones pasadas, los microorganismos han tenido un especial protagonismo. Ward,
piensa que el deshielo, el aumento del nivel del mar y la ausencia de circulación entre los
océanos por el calentamiento global provocarán una grave falta de oxígeno. Esta anoxia
marítima llevará a un aumento de población microbiana productora de sulfuro de
hidrógeno (H2S).

Cuando se trabaja con modelos sistémicos existen restricciones a la generación


de hipótesis debido a que no se cuenta con información suficiente sobre la interacción
entre los procesos que se dan en los modelos. De todas formas, las hipótesis planteadas
por los modelos pueden generarse y comprobarse a través de la validación con el uso de
registro de datos o manipulaciones experimentales, aunque siempre con restricciones
espaciales y temporales. De todas maneras, los investigadores deben alcanzar los
niveles más altos de precisión en la formulación de la hipótesis y en su articulación con
el foco de la investigación y los resultados que se esperan lograr.
En cuanto a si se deben escribir o no las hipótesis en los protocolos de proyectos,
esto muchas veces depende de dos cuestiones que están anudadas: la tradición científica
que da marco general a los proyectos o lo que solicitan las instituciones a las cuales se
los somete. Por ejemplo, en los trabajos finales de grado, en la Facultad de Agronomía
de la Universidad de Buenos Aires, se deja en claro que hay que escribir hipótesis si
corresponde por la naturaleza del trabajo. La Agencia de Ciencia y Técnica Argentina
suele solicitar la escritura de la hipótesis en esos protocolos. En cuanto a organismos
extranjeros, la National Science Foundation de los Estados Unidos y el Natural
Environment Research Council del Reino Unidos, sostienen que se deben escribir
hipótesis explícitas en sus formularios. Para estas agencias, el uso explícito de las
hipótesis es una forma de optimizar la efectividad de la investigación.
A partir del ranking de revistas con mayor impacto que toman temas ambientales
en el mundo (las 20 primeras) de SCImago, se realizó una consulta a las Instrucciones a
los autores de estas publicaciones a fin de determinar si la solicitud de la escritura de
hipótesis aparece en forma explícita en ellas (Cuadro 4.2). De todos modos, creemos

17
que el uso de hipótesis en la investigación ya estén formuladas explícita o
implícitamente, invita al investigador a afinar la formulación del problema de
investigación y tiene un poder de organizar los métodos y la elaboración del diseño de
la investigación. De nuevo, todo depende del paradigma que dé sostén a la investigación
y las tradiciones científicas en la que se insertan.

Cuadro 4. 2. Solicitud de hipótesis en las instrucciones a los autores en las revistas de mayor
impacto sobre temas ambientales (SCImago, 2014)

País de origen ¿Solicitan


Título de la publicación hipótesis?
Advances in Optics and Photonics Estados Unidos No
Energy and Environmental Science Reino Unido No
Nature Climate Change Reino Unido No
Annual Review of Ecology, Evolution, and Systematics Estados Unidos No
Morbidity and Mortality Weekly Report Estados Unidos No
Frontiers in Ecology and the Environment Reino Unido No
Global Change Biology Reino Unido No
Journal of Advances in Modeling Earth Systems Estados Unidos No
Global Ecology and Biogeography Reino Unido No
Economic Policy Reino Unido No
Methods in Ecology and Evolution Estados Unidos No
Cryosphere Alemania No
Journal of Ecology Reino Unido Sí
Bulletin of the American Museum of Natural History Estados Unidos No
Global Environmental Change Reino Unido No
Annual Review of Environment and Resources Estados Unidos No
Fish and Fisheries Reino Unido No
PLoS Computational Biology Estados Unidos No
Conservation Letters Estados Unidos No
Environmental Health Perspectives Estados Unidos No

Fuente: adaptado de SCImago. (2014) http://www.scimagojr.com.

La generación de las hipótesis es un proceso de gran creatividad en el ámbito de


la investigación (Ayala, 1994) que es en parte intuitivo y para el que no existen reglas
de producción explícitas. Santiago Ramón y Cajal (1852-1934) –médico español que
fue Premio Nobel en Fisiología por sus investigaciones sobre los procesos conectivos de
las células nerviosas– solía decir que:

difícil es dictar reglas para imaginar hipótesis. Quien no posea cierta intuición del
encadenamiento causal, instinto adivinatorio para columbrar la idea en el hecho y la ley
en el fenómeno, pocas veces dará, cualquiera que sea su talento de observador, con una
explicación razonable (Ramón y Cajal, 1998: s/p).

4.5 Validación de las hipótesis o aspectos metodológicos de la investigación

Dado que las ciencias ambientales reclaman aportaciones de distintos cuadros


científicos y de otros saberes, resulta imposible mostrar en un capítulo —quizá ni
siquiera en un conjunto de libros— la potencialidad metodológica disponible a quien
investiga dentro de este campo. Por este motivo, nos contentamos en presentar en esta
sección algunas cuestiones metodológicas comunes referidas a esta etapa de la
investigación. En cuanto a los métodos y metodologías específicas que se utilizan todos

18
estos saberes, algunos con tradiciones que registran centurias, referimos al lector al
Capítulo 6 para el análisis de algunas correspondientes a las ciencias sociales y
humanas. En cuanto al diseño experimental o cuasi experimental, de gran uso en las
ciencias naturales y algo menos en las sociales, remitimos a los cursos sobre Diseños
Experimentales y a los de Estadística Descriptiva e Inferencial.

4.5.1 Organización lógica del momento metodológico: la comprobación de las


hipótesis y el diseño de investigación

Una vez formulada las hipótesis de investigación stricto sensu o las hipótesis de
trabajo, los investigadores deben ponerlas a prueba. A tal fin, se desarrolla la etapa
metodológica y técnica de la investigación que procura llegar al cumplimiento de los
objetivos propuestos por el investigador.
El diseño es un arreglo de los elementos del proceso de investigación que rige su
funcionamiento, desarrollo y despliegue (Maxwell, 1996). Es la estructura que subyace
e interconecta los componentes de un estudio. Asimismo, es el conjunto de estrategias
de validación de las hipótesis o de exploración de la realidad (Plencovich et al., 2008).
De este modo, se vincula directamente con las hipótesis de trabajo, con las preguntas de
investigación y, cuando corresponde, con el marco teórico de la pesquisa. Por esta razón,
en otro lugar decíamos que el diseño es un puente que conecta el recorte de la realidad
bajo estudio con las cuestiones planteadas por el problema y las hipótesis (Plencovich et
al., 2008).
El diseño brinda un marco para la recolección y el análisis de los datos, y en su
elección priman cuestiones como la importancia que los investigadores le asignan en esa
investigación a las relaciones entre variables, a la generalización a grupos más grandes
de individuos que los que forman parte de la investigación o, en el caso de los trabajos
de campo de estudios cualitativos, la comprensión del sentido de las prácticas sociales y
el sentido de estas acciones en contextos sociales específicos, o la comprensión social y
temporal de algunos fenómenos y sus interconexiones.
El diseño es un plan de acción conforme al cual se va a recabar la información
necesaria que lleve a la aceptación total o parcial de las hipótesis o a su refutación. Es la
pieza técnica que permite llegar a los resultados.
En consecuencia, la selección del diseño no queda vinculada a la aplicación
ciega de recetas, sino que está guiada por las preguntas de investigación, por las
hipótesis y los objetivos propuestos (Plencovich et al., 2008).
Existen algunos insumos que guían el plan de acción o diseño de la
investigación. Ellos son:

 las preguntas clave de la investigación


 las hipótesis de la investigación
 los objetivos generales (o finalidad de la investigación, vinculados con el
problema de investigación) y específicos (asociados con el objetivo general
del diseño) de la investigación (cfr. Figura 4.1, Itinerario metodológico).

Según el abordaje de investigación conforme a la naturaleza del proceso bajo


estudio, los diseños pueden ser (i) estructurados, fijos o predeterminados o (ii)
flexibles e interactivos. En este último tipo, propio de los enfoques hermenéuticos y de
los etnográficos, recupera elementos emergentes (Valles, 1997; Piovani, 2007) de la
dialéctica contexto teórico-campo empírico de lo real.

19
(i) Diseños estructurados

En los diseños estructurados la salida al campo o el trabajo de laboratorio están


perfectamente planificados en todos sus detalles. La investigación consistirá en la
ejecución de un plan estipulado ex ante. De todos modos, siempre existen ajustes que
la realidad impone a la práctica científica ya que no es posible reducirla una
certidumbre total. En los diseños — cualquiera sea su naturaleza — se deben tomar
decisiones relativas a la selección de las unidades de análisis, a la recolección de
información y al tratamiento y análisis de la información recabada.
Por lo general, los procedimientos experimentales pertenecen al ámbito de los
diseños estructurados, dado los recursos físicos que ellos requieren. Los
procedimientos experimentales son menos utilizados en el campo de las ciencias
ambientales que, por ejemplo, en las agronómicas o en las ciencias naturales en su
conjunto. En el estudio de los ecosistemas priman más los procedimientos
observacionales que la manipulación de las variables. La experimentación suele
llevarse a cabo en recintos (enclosures) dentro de los ecosistemas de interés para los
investigadores, los que se suelen denominar mesocosmos. En ellos los investigadores
pueden alterar los aspectos específicos del ambiente y hacer mediciones sobre sus
respuestas. Como en los diseños experimentales de otras ciencias, por ejemplo con
diferentes niveles de tratamientos asignados a múltiples parcelas para cuantificar los
efectos de los tratamientos, se deben diseñar los mesocosmos de manera tal que se
puedan identificar los cambios debido al tratamiento (o al factor de interés en el caso
de los arreglos factoriales) de cambios que obedezcan a otros factores no controlados.
Se suele llevar a cabo estos experimentos a campo. De todos modos, no está
garantizado que lo que ocurre en el mesocosomos se dé en el ecosistema en especial
por la escala espacial reducida y la duración limitada del experimento. Por este motivo,
la contribución de los estudios de mesocosmos ha recibido críticas (Daehler & Strong,
1996) y muchas veces estos diseños experimentales se complementan con evidencias
provistas por procedimientos observacionales. Estos procedimientos se validan a través
de la recolección de datos de observaciones prolongadas de una secuencia de sitios
similares con niveles de variación del factor de interés. La variación natural del factor
de interés provee distintos niveles de tratamiento. Cabe destacar que encontrar sitios
semejantes en los ambientes naturales puede resultar difícil.

Los puntos de muestreo escogidos fueron la zona de máxima profundidad en la


cubeta-I (sur) de la laguna del Vilar y el interior del limnocorral A. Los recintos
experimentales fueron colocados a una profundidad de 6,5-7,5 m en la cubeta sur
de la laguna del Vilar (Fig. 1). Tienen forma tubular con 10 m de diámetro por 8
m de altura; encierran por tanto un volumen aproximado de 590 m3 de agua. El
material empleado para su confección fue lámina de butilo de 2 mm de espesor,
que evita la difusión de gases entre la columna confinada y el resto de la laguna.
Para garantizar su flotación, éstos se construyeron provistos de cuatro cámaras
neumáticas independientes en su parte superior. Asimismo el borde inferior de los
tubos contiene un círculo de cadena que los lastra y garantiza su fijación y
penetración en el sedimento (Fig. 3). Las variables medidas fueron:
conductividad (YSI modelo 33), temperatura (Crison T-637), extinción de la luz
(célula fotoeléctrica Megatron tipo B) y oxígeno disuelto (YSI modelo 57). En
función del perfil de estas variables se procede al muestreo estratificado de la
columna de agua con una bomba eléctrica aspirante/impelente Wilcox CF
conectada a un doble cono (Jorgensen et al., 1979).

20
Brunet, R.C., J. Garcia-Gil, & C.A. Abella (1990). Estudio comparativo de parámetros de
eutrofización en recintos experimentales de la laguna de Vilar (Banyoles).SCIENTIA
gerundensis, 1612: 123-132.

Llevamos a cabo un experimento de mesocosmos de un mes de duración que replicó las


condiciones subtropicales a fin de comprobar los efectos de peces piscívoros (Hoplias
malabaricus) sobre biomasa del fitoplankton y transparencia del agua. Nuestro diseño
experimental utilizó dos (phytoplankton + zooplankton) niveles, tres (fitoplankton +
zooplankton + planktivoros) niveles y cuatro (fittoplankton + zooplankton +
planktivoros + piscivoros) niveles tróficos. Diseñamos dos tratamientos diferentes para
los cuatro niveles tróficos, uno con H. malabaricus (<15 cm) juveniles y los otros con
adultos (>30 cm), a fin de evaluar la fuerza de los efectos de los ejemplares juveniles y
adultos.
Mazzeo, N., Iglesias, C.,Teixeira-de Mello, F., Borthagaray Ana; Fosalba, C., Ballabio, R. ,
Larrea, D. , Vilches, J.; García, S. Trophic cascade effects of Hoplias malabaricus
(Characiformes, Erythrinidae) in subtropical lakes food webs: a mesocosm approach.
Hidrobiología, Mayo 2010, 644, pp 325-335.

(ii) Diseños flexibles

Según Mendizábal (2006), la flexibilidad es un atributo de algunos diseños. La


flexibilidad atraviesa diversas tradiciones cualitativas e implica cambio, interacción y
diálogo en todo el proceso de generación de conocimiento.
La flexibilidad le permite a los investigadores advertir situaciones nuevas e
inesperadas que se vinculan con el tema de estudio, «que pueden implicar cambios en
las preguntas de investigación y los propósitos; (que aluden) a la viabilidad de adoptar
técnicas novedosas de recolección de datos y a la factibilidad de elaborar
conceptualmente los datos en forma original durante el proceso de investigación»
(Mendizábal, 2006, p. 65). La investigación se torna de este modo un proceso recurrente,
circular, más que lineal, y no posee una secuencia fija y estructurada.
La flexibilidad supone investir a los distintos componentes del diseño de cierta
provisionalidad, que opera en las preguntas de investigación, en las unidades de análisis,
en las categorías de interpretación e incluso recorre los formatos escritos. Para la autora,
se trata de un «equilibrio móvil» (p. 67) que pone a los distintos componentes en una
relación dialéctica e interactiva. De este modo, se habla, por caso, de contexto
conceptual más que de marco teórico rígido del cual se derivan mecánicamente
categorías de análisis predeterminadas para analizar lo real. Estas características del
diseño flexible se aplican en las ciencias sociales y humanas tanto en la investigación
cuantitativa como cualitativa y se manifiestan en la miríada de tradiciones intelectuales
que expresan el fresco de la investigación cualitativa.
En esta línea de pensamiento, las aportaciones más importantes las brinda el
modelo interactivo con el que Joseph Maxwell (1996) caracteriza el diseño de
investigación cualitativa. Para el autor, es interactivo, en cuanto se trata de una serie de
componentes que están interconectados en una estructura flexible. El diseño supone un
proceso iterativo que implica virajes hacia atrás y adelante. Mendizábal (2006)
encuentra que esta flexibilidad involucra una paradoja o dilema, ya que es necesario que
el diseño sea a la vez explícito y comunique en forma clara y por escrito las ideas
principales que lo articulan. Esta idea de diseño móvil, flexible, guía a los
investigadores y es la espina dorsal de la investigación. Como ésta, permite
movimientos de idas y venidas, vueltas a posiciones anteriores o la emergencia de
nuevas posibilidades en la generación de conocimiento. Ha sido ilustrada con la
poderosa metáfora de la danza por Valerie J. Janesick (1994):

21
Así como el bailarín depende de su columna para brindar poder y coherencia a su
danza, el investigador cualitativo depende del diseño de su estudio. Ambos son
elásticos. Como el bailarín que encuentra el centro en la base de su columna y en
la conexión entre la columna y el cuerpo, el investigador cualitativo se centra en
una serie de decisiones sobre el diseño. Un danzarín que tiene su peso centrado
puede inclinarse hacia atrás y adelante, de costado a costado. Sin embargo,
siempre puede retornar al centro, al corazón de la fuerza de la danza. Si
consideramos el diseño de un estudio como la columna y la base de la columna
como el inicio del calentamiento de la danza, las decisiones iniciales de un
estudio son muy similares al calentamiento lumbar, al inicio del calentamiento
del bailarín (p. 35).

4.6 Las conclusiones

La última etapa del proceso de investigación son las conclusiones. Una vez que se
validan las predicciones a través del diseño y se acepta total o parcialmente la hipótesis
a través de los hallazgos, se está frente a la conclusión del trabajo. Como sabemos, en el
caso de que se rechace la hipótesis se debe plantear otra y comenzar con el proceso de
investigación nuevamente. En algunos casos hay que introducir reajustes al proceso o
reemplazarlo en su totalidad. En esta etapa, además de confirmar o desconfirmar las
hipótesis y plantear con claridad los resultados hallados, también se abren las líneas
futuras de investigación. Asimismo, es el momento de contrastar los hallazgos con el
marco teórico. Por otro lado, es muy difícil que un trabajo de investigación quede
cerrado a través de un único estudio. En general, se habla de líneas de investigación que
articulan estudios en la incesante construcción de conocimiento.

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