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LAS FUENTES

DE LA HISTORIA DE LA LOCURA:
Una ractificación y sus límites*
Pierre Macherey
Traducción de Víctor Florián

La historia de la locura aparece en 1961. Es la pri- de "enfermedad mental" ya desarrollar a su anto-


mera obra teórica importante de FoucauIt y el jo discursos que toman la forma de saberes? En la
punto efectivo de partida de todas sus investiga ti- primera etapa de su texto FoucauIt se proponía
ciones ulteriores. En 1962, "Presses universitaires confrontar esta representación con "una reflexión
de France" reedita con un nuevo título, Maladie sobre el hombre mismo" (p., 2), fórmula que de
mentale et psychologie, y en una versión ccinside- nuevo redacta de la siguiente manera: "una cierta
rablemente modificada, la pequeña obra Maladie relación, situada históricamente, del hombre con
mentale et personnalité, que había sido publicada el hombre loco y con el hombre verdadero" (id.).
por FoucauIt en 1954 en la colección "Initiation De esta manera se anuncian dos ideas que se vol-
Philosophique", dirigida por Jean Lacroix. Si qui- verán a encontrar consecutivamente en todo elli-
siéramos hacer arqueología del pensamiento de bro del62 y que delimitan también el campo teóri-
Foucault es a este libro al que hay que remontarse co de La historia de la locura: en primer lugar no
para conocer el estado inicial de sus reflexiones hay reflexión sobre la realidad humana sino his-
sobre la enfermedad mental y la locura. La com- tóricamente situada y es solamente en la historia
paración de las dos versiones de este texto, la del donde esa reflexión encuentra sus bases efectivas;
54 y la del 62, es rica en enseñanzas pues permite por otra parte, la locura que es algo esencialmente
medir el camino que debió recorrer Foucault an- diferente de la enfermedad mental, mantiene una
tes de comprometerse en ese recorrido completa- relación fundamental con la verdad. Tendremos
mente original que iba a seguir luego durante 20 que preguntarnos en lo que sigue si estas dos
años hasta la historia de la sexualidad de 1984. ideas concuerdan y en qué medida prefiguran
Ante todo, a través de esta rectificación teórica de las transformaciones ulteriores de las posiciones
un texto primitivo, realizada a la luz de los descu- filosóficas de FoucauIt. Señalemos aún que al co-
brimientos expuestos por otra parte en La historia mienzo de Maladie mentale et personnalité, Fou-
de la locura, hace resurgir los caracteres específi- cauIt caracterizaba la orientación polémica de su
cos de la nueva problemática a partir de la cual investigación de esta manera: "mostrar de qué
fueron posibles esos descubrimientos. Finalmente presupuestos debe ser conciente la medicina para
permite ver en qué límites, a comienzos del 60, se encontrar un nuevo rigor" (id.). Porque si la pato-
mantiene la interpretación propuesta por Fou- logía mental accede a formas de rigor histórica-
cault de estas prácticas y saberes del hombre que mente situadas y diversificadas que constituyen
van a constituir el objeto de su estudio hasta el fi- sus elementos "previos", es claro para Foucault,
nal de su obra. en el 62, que la economía de su discurso no brota
de "postulados" teóricos así tengan o no un valor
Consideremos primeramente la introducción ge- científico. Pues para acceder al status objetivo de
neral del libro aunque no sea objeto más que de una ciencia nunca se podrá liberar completamente
muy ligeras correcciones. Ella plantea la pregunta de estos elementos previos sino solamente ad-
general a la que todos los análisis ulteriores remi- quirir conciencia de ellos a través de una refle-
tirán: ¿en qué condiciones se ha llegado a hablar xión histórica sobre sus propias condiciones de
posi bilidad.

* Este texto fue redactado con ocasión del coloquio sobre Fou¡¡ault El primer capítulo del libro, en sus dos versiones,
realizado en Abril de 1985 en la universidad de Sao Paulo; fué publi- retoma estos temas introductorios y los desarro-
cado en las actas de este coloquio "Recordar Foucault", compila-
ción realizada por Renato lanine Ribeiro y editada por Editora Bra- lla. Explica cómo el concepto de enfermedad
siliense en 1985. (Critique No. 471-472, Agosto-Sep. 1986). mental, previamente definido en la perspectiva de

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una patología general o "metapatología" común a con sus presupuestos y condiciones, es decir, con
la medicina orgánica y a la medicina mental, se sus elementos "previos". Comprendemos enton-
desprendió de allí bajo la cubierta de un estudio ces por qué en las últimas líneas de este capítulo
propiamente psicológico de los fenómenos de la introductorio, mientras en la primera versión de
locura, estudio que le revela los caracteres espe- su texto Foucault se proponía volver a llevar la en-
cíficos, irreductibles a los modelos explicativos fermedad mental a sus "condiciones reales" (p.
utilizados en el contexto de una patología orgáni- 17), se compromete en la versión corregida y en
ca. El texto de Maladie mentale et personnalité una vía diferente a examinar "la psicopatología
reafirma entonces la necesidad de liberar la no- como un hecho de civilización" (id.): ya no se tra-
ción de enfermedad mental de postulados abusi- ta de explicar la enfermedad misma, sino de rela-
vos que le impiden acceder a un rigor científico. cionar los discursos y las prácticas de las que hace
"La patología mental debe liberarse de todos los el objeto con las condiciones que los constitu-
postulados abstractos de una metapatología: la yen históricamente, fuera de toda determinación
unidad asegurada por ésta entre las diversas for- real que dependa de una significación objetiva o
mas de enfermedad no es más que artificial; es el positiva.
hombre real el que de hecho lleva su unidad" (p.
16). Esta última fórmula que hace pensar en Polit- El resto del libro se desarrolla en dos partes. La
zer, en quien Foucault sin duda se inspiró al escri- primera expone y lleva por título "las dimensiones
bir su primer libro en el 54, es evidentemente am- sicológicas de la enfermedad". Muestra cómo las
bigua: a la esencia abstracta de la enfermedad diversas aproximaciones sicológicas de la enfer-
opone una verdad efectiva y concreta del hombre medad mental tendieron a desligarla poco a poco
que es como la imagen en el espejo. Es por esto de una representación esencialista o naturalista,
que sustituye el texto del 62 por esta nueva redac- al interpretarla ya como un hecho de evolución
ción: "es decir, ella depende de un hecho histórico (según el punto de vista jacksoniano, expuesto y
del cual ya escapamos" (id); pues el "sujeto" de la criticado en el segundo capítulo "la enfermedad y
enfermedad mental no es esa naturaleza auténtica la evolución"), ya como un momento en la histo-
u objetiva que persiste detrás de las interpretacio- ria del individuo (según el punto de vista del sicoa-
nes artificiales que la disimulan sino un ser históri- nálisis, analizado en el tercer capítulo "la enfer-
co del que no dice nada sino que él mismo es el en- medad mental y la historia individual"), ya como
fermo, y la unidad de ese sujeto depende de con- sentido ofrecido a una comprensión existencial
diciones en perpetua transformación que exclu- (punto de vista fenomenológico presentado en el
yen toda permanencia. Es por esto que dar cuenta cuarto capítulo "la enfermedad y la existencia").
de la especifidad de la vida mental no es "inves- En la segunda versión del libro, es reproducido el
tigar las formas concretas que puede tomar en texto de esta primera parte con modificaciones in-
la vida concreta de un individuo" (p. 17), como significantes. En 1962 Foucault continúa pensan-
decía el texto de la primera edición, sino, según do que la psicología al proponer una descripción
la versión corregida, "investigar las formas con- de la enfermedad mental que no solamente está
cretas que la psicología pudo asignarle" (id.), fundada en la representación negativa de las defi-
y en el sentido de una asignación histórica que ciencias, como por el contrario lo hace la patolo-
debe ser estudiada fuera de la referencia a un gía orgánica, y al dar por sentada la representa-
fundamento real ya sea dado en la existencia ción de conflictos (entre la existencia pasada y la
singular de un individuo o en una esencia humana existencia presente del individuo, entre su mundo
abstracta pensada como general. Ya no basta para interior y el mundo exterior, etc.), la caracterizó
esto con "determinar las condiciones que hicieron con lo que él acaba de llamar "un nuevo rigor" (p.
posibles esos diversos aspectos (de la patología 2). Pero el límite de estas interpretaciones psico-
mental) y restituir el conjunto del sistema causal lógicas aparece cuando éstas presentan lo que no
que los fundamentó" (Maladie mentale et person- tiene más que un valor de descripción como si tu-
nalité, p. 17), sino que es necesario "determinar vieran el de explicación, como si revelaran el sen-
las condiciones que hicieron posible ese extraño tido y el origen de la enfermedad: ponen en evi-
status de la locura, enfermedad mental irreducti- dencia lo que hay de contradictorio en la noción
ble a toda enfermedad" (Maladie mentale et psy- de enfermedad mental, pero no son capaces de
chologie, id.): restituirle al concepto de enferme- volver a poner esta contradicción dentro del siste-
dad mental su dimensión histórica y social es sus- ma estructural de sus condiciones que son más
traer su objeto del encadenamiento mecánico al bien "históricas" que "reales"; en efecto, esas in-
que lo somete su insersión en un sistema causal y terpretaciones siguen permaneciendo ligadas al
es, por el contrario, buscar pensarlo en relación presupuesto de una existencia humana dada de

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donde pretenden emanar las leyes. Es por esto Estas ~onsideraciones permiten proponer una ex-
que en la segunda parte del libro el tema del senti- plicación al cambio de título del conjunto de la
do y el alcance de la noción de enfermedad mental obra. Al comenzar a medir la relación de la enfer-
será transportado a un terreno completamente medad mental con la personalidad, como lo hacía
diferente. en su texto del 54, Foucault se comprometía en un
recorrido explicativo que buscaba las condiciones
He aquí cómo Foucault, en las últimas líneas del de la enfermedad mental y de su concepto por el
cuarto capítulo de su libro, articula esta nueva in- lado de la existencia personal del enfermo y de la
vestigación con las descripciones precedentes: situación general que determina esa existencia. El
"Pero es quizás tocar aquí una de las paradojas de nuevo título del libro publicado en el 62, indica
la enfermedad mental que coaccionan a nuevas una orientación diferente: ya no se trata de estu-
formas de análisis: si esa subjetividad del insensa- diar la relación que mantiene realmente la enfer-
to es al mismo tiempo vocación y abandono del medad con la personalidad sino de examinar su re-
mundo, ¿no es acaso al mundo mismo al que hay lación histórica y discursiva, con una "psicología"
que pedirle el secreto de esa enigmática subjetivi- que delimita el campo epistemológico dentro del
dad (en la segunda edición: el secreto de su enig- cual su concepto es pensable y remite al menos
mático status)? Después de haber explorado las aparentemente a un estudio positivo. En esta
dimensiones exteriores 1, ¿no somos llevados for- perspectiva así definida, ya no es posible hablar
zosamente a considerar sus condiciones exteriores de enfermedad mental, personalidad, psicología,
y objetivas? (en la segunda edición: ¿no hay en la como si estas nociones correspondieran a conteni-
enfermedad un verdadero núcleo de significacio- dos objetivos, cuyos contornos podrían ser ence-
nes que dependa del dominio en el cual apareció y rrados y aislados sin que previamente se tenga en
ante todo ese simple hecho de que esté considera- cuenta el sistema histórico de las condiciones a
da ahí como enfermedad?)" (pág. 69). Esta nueva partir del cual adquieren sentido correlativamen-
redacción de las tres últimas líneas de la primera te unas con otras.
parte del libro muestra que la aparente permanen-
cia de su texto esconde de hecho un desplazamien- Este desplazamiento se confirma con la nueva re-
to de su significación: pues en el segundo libro la dacción de las primeras líneas de la segunda parte
caracterización de la psicología en términos que del libro. Volviendo sobre los tres capítulos pre-
son reproducidos idénticamente desemboca en- cedentes para precisar su alcance, Foucault pri-
tonces en un mero orden de problemas. En Mala- meramente había escrito: "los análisis preceden-
die mentale et personnalité, las fórmulas utilizadas tes determinaron las coordenadas por las cuales se
podrían sugerir la necesidad de ir más lejos de lo puede situar lo patológico dentro de la personali-
que no hacían las diversas psicologías en el senti- dad" (p. 71); en el 62, retoma esta fórmula así:
do de reconstitución de una realidad humana, ex- "los análisis precedentes fijaron las coordenadas
plicada concretamente a partir de sus "condicio- por las cuales las psicologías pueden situar el he-
nes exteriores y objetivas", manteniendo de esta cho patológico" (id). Esto quiere decir que no hay
manera la ilusión de que el concepto de enferme- hecho patológico en sí, como el primer texto po-
dad mental remite a un contenido real del que so- día dejarlo pensar, por consiguiente tampoco re-
lamente da una interpretación mistificada. Por el lación real de determinación entre la enfermedad
contrario, Maladie mentale et psichologie desvía la mental y la personalidad, sino que, a la inversa, la
atención hacia un nuevo tema: la noción de enfer- realidad misma del hecho patológico no puede ser
medad no se refiere a un sentido más que en la me- pensada más que a partir de una psicología que la
dida en que esté identificada como tal en un cierto inscribe en su perspectiva. Por consiguiente la
contexto histórico o dentro de un sistema de con- pregunta esencial es entonces saber cuáles son las
diciones que objetiva su contenido; es por esto relaciones entre .enfermedad mental y psicología,
que esta objetivación no depende de una objetivi- sin pasar por la referencia intermedia a una "per-
dad previa y por tanto no debe ser interrogada so- sonalidad" , de la que la psicología supuestamente
bre su fundamento real sino sobre su "constitu- enunciaría su estructura íntima dándole su expli-
ción histórica", y es precisamente esto lo que le da cación positiva.
el tema a la segunda parte del libro, en la nueva
edición de 1962. Son muy importantes las modificaciones aporta-
das a la segunda parte del libro. El tema allí trata-
do resulta de su confrontación con la primera par-
1. Sin duda se trata de una falla de impresión del texto pues aquí te: hasta aquí no fueron expuestas sino las formas
"exteriores" aparece por "interiores". de manifestación de la enfermedad mental desde

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el punto de vista de las diversas psicologías, que mismo según su propia realidad- sino de "desvia-
bajo pretexto de darle explicación, no hicieron ción patológica: esta última expresión designa lo
más que describirla; se trata ahora de abordar el patológico como separación en relación con una
estudio de las condiciones de la enfermedad. Al fi- norma que es a la vez norma de existencia y norma
nal del capítulo quinto, Foucault escribe que es de evaluación, a partir de la cual la enfermedad
necesario interrogar a ésta sobre sus "orígenes coincide exactamente con su imagen, tal como
reales" (p. 89), en lugar de atenerse a "explicacio- históricamente se construyó en condiciones que
nes míticas" que se desprenden inmediatamente son a la vez objetivas y subjetivas.
de su simple observación o de lo que aparente-
mente se da como tal. Ahora bien, estos orígenes Lo que sigue del texto introductorio no sufrió
reales de la enfermedad no se encuentran en la transformaciones. Sin embargo, es necesario
personalidad del enfermo o en las formas de exis- prestrarle alguna atención no sea que los mismos
tencia que le son impuestas, siendo éstas objeto análisis adquieran un sentido y un alcance diferen-
de una investigación en la que el análisis psicológi- te por estar reubicados en un contexto nuevo. En
co tendría todavía su lugar y accedería inclusive a estas páginas, Foucault considera las interpreta-
un rigor científico. Pero ellas coinciden con las ciones "sociológicas" o "culturalistas" de la enfer-
condiciones históricas que hacen al mismo tiempo medad mental, que permiten precisamente relati-
posibles el hecho patológico y su interpretación, vizar esa noción al sumergirla de nuevo en el siste-
sin que entre estos dos se pueda establecer ningu- ma de las representaciones colectivas. Ahora
na relación de precedencia o determinación. En bien, esas interpretaciones, que efectivamente
Maladie Mentale et personnalité, esta investiga- presentan el hecho patológico como desviación en
ción es reunida bajo el título "las condiciones de la relación con una norma ("la enfermedad tiene lu-
enfermedad" (p. 71), expresión ambigua ya que gar entre las virtualidades que sirven de margen
deja reflejar la posibilidad de una explicación ob- a la realidad cultural de un grupo social", p. 73)
jetiva de la enfermedad en cuanto que ésta corres- ofrecen según Foucault, quien no vuelve sobre
ponde a un dato real que positivamente puede re- esta crítica en el 62, el inconveniente de no dar
lacionarse con sus condiciones. Para quitar esa más que una caracterización negativa, siendo en-
ambigüedad tal vez hubiera sido suficiente escri- tonces pensado lo patológico como carencia en re-
bir este título de manera un poco diferente: las lación con la norma. Ahora bien, "es que sin duda
condiciones de la "enfermedad", con comillas falta lo que hay de positivo y de real en la enferme-
agregadas a la palabra enfermedad, y mostrando dad tal como se presenta en la sociedad" (p. 74).
que las condiciones de las que depende su objeto En el texto del 54, atravesado por toda clase de re-
determinan al mismo tiempo y conjuntamente el miniscencias de una epistemología realista, esta
hecho y la representación que le es dada, sin que frase no sorprende: remite a la idea de que hay un
estos dos aspectos se puedan separar y sin que uno contenido específico del hecho patológico que es-
pueda colocarse frente al otro como si fuera el capa al punto de vista global de la explicación so-
principio de su realidad. En la segunda versión de ciológica. Pero sorprende en el texto del 62 que
su libro, Foucault expresó esta idea titulando su por lo demás parece depurado de toda referencia
segunda parte "locura y cultura". positivista. Es que en el intervalo la fórmula cam-
bió de significación: en ruptura con la "ilusión cul-
Primeramente consideramos la introducción de tural" (p. 75) de donde procede el sociologismo,
este nuevo desarrollo. Si bien las psicologías, es- ahora manifiesta lo que emparenta el hecho pato-
cribe Foucault, mostraron las formas de aparición lógico con el sistema dentro del cual éste es repre-
de la enfermedad, no han podido demostrar sus sentado en la forma de una relación positiva de
condiciones de aparición (p. 71). Y continúa el determinacción. "Los análsis de nuestros psico-
texto: "Sin duda es en ellas donde la enfermedad lógos y sociólogos, que hacen del enfermo un des-
se manifiesta, es en ella donde se descubren sus viado y que buscan el origen de lo mórbido en lo
modalidades, sus formas de expresión, su estilo, anormal, son por lo tanto primeramente una pro-
pero es en otra parte donde tiene sus raíces el he- yección de temas culturales. En realidad una so-
cho patológico" (la desviación patológica en la 2a. ciedad se expresa positivamente en las enferme-
versión). En efecto, desde el punto de vista de ese dades mentales que manifiestan sus miembros"
"en otra parte", en el que se encuentran los oríge- (p .. 75). En realidad, positivamente: estas pala-
nes reales de la enfermedad, es decir, desde el bras sin embargo ya no significan que hay una rea-
punto de vista de ese sistema dentro del cual ella lidad efectiva de lo patológico, accesible a una ex-
es inseparable de su imagen, ya no hay que hablar plicación positiva sino que la insersión de la enfer-
de "hecho patológico" -como si éste existiera en sí medad en un contexto cultural y social, lejos de

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implicar una desrealización y una negación de su presupuesto de una epistemología realista que ex-
concepto, es por el contrario lo que constituye su plica el hecho patológico en relación con las con-
realidad "positiva", en condiciones que evidente- diciones reales que lo determinan como "aliena-
mente ya no son las de una naturaleza sino las de ción" en el marco de una sociedad alienada ella
una historia. El límite del sociologismo y del cul- misma; entonces se dirá que esta sociedad proyec-
turalismo está en que dan una definición de la en- ta su alienación en modos de comportamiento que
fermedad común a todas las formas de sociedad y impone a algunos de sus miembros y modela de
de cultura. Es preciso invertir los términos de un esta manera su personalidad. La verdad de la alie-
análisis semejante: la enfermedad no es reconoci- nación reside por tanto en las relaciones sociales
da como tal porque es separación con relación a Que los hombres mantienen mutuamente en su
una norma; pero ella es separación con relación a existencia, que está de todas maneras perturbada
una norma porque está identificada como una for- por los conflictos materiales que determinan sus
ma patológica, en condiciones que están pendien- forma~, ya sea ordenada en la categoría de lo nor-
tes de dilucidar, y ante ellas deben ser pensadas malo en la de lo patológico. Cuando en 1962vuel-
las normas colectivas no como causas sino como ve a llevar su investigación al estudio de "la consti-
efectos, no como realidades en sí -es en esto por el tución histórica de la enfermedad mental", Fou-
contrario donde reside la ilusión culturalista- sino cault se aparta de esa concepción de una aliena-
como fenómenos. ción original, pues ésta es colectiva, que a priori
daría cuenta de todas las formas de exclusión so-
Después de descartar la perspectiva de una socio- cial y por esto mismo daría "las condiciones de la
logía culturalista, será preciso entonces responder enfermedad": pues la alienación debe ser pensada
a dos preguntas: "¿cómo llegó nuestra cultura a no como una causa sino como un efecto, que de-
darle a la enfermedad el sentido de desviación y al pende de una "constitución histórica" que no se
enfermo el estatus que lo excluye?; y cómo a pesar reduce a una relación real de determinación que
de eso nuestra sociedad se expresa en esas formas presuponga en la materialidad primitiva de su
mórbidas en las que rehusa reconocerse?" (p. 75). principio (la estructura social) el contenido de lo
En efecto, si es tomada la enfermedad dentro de que busca explicar. Si hay alienación en un cierto
un dispositivo de exclusión, no es en el contexto tipo de sociedad, no es en virtud de una esencia
de la cultura o de la sociedad consideradas en ge- alienada de éste que preexiste a sus manifestacio-
neral sino en el de un cierto tipo de cultura y de so- nes y no hace más que reproducirse en ellas: pero
ciedad, que le asigna así la forma de su manifesta- la materialidad del hecho patológico no constitu-
ción. Es lo que Foucault quiere decir cuando es- ye el objeto de una toma de conciencia y de una
cribe que una sociedad "se expresa positivamen- evaluación sino porque es histÓricamente cons-
te" en las formas patológicas que ella distingue, truida, dicho de otra manera, porque ella es el
incluso si y quizás porque rehusa reconocerse en producto de un proceso que de ninguna manera le
ellas. Pero lo vamos a ver, esta idea de expresión anticipa la realidad al comienzo, sino que efectúa
no significa exactamente lo mismo en Maladie sus condiciones a través de un encadenamiento de
mentale et personnalité y Maladie mentale et acontecimientos imprevisibles cuya sucesión que-
psychologie. da por reconstituir.

En efecto, en el libro 54, el capítulo quinto se titu- En el primer parágrafo de este capítulo quinto, el
la "el sentido histórico de la alienación mental", y texto del 54 propone una génesis de las formas
en el del 62 "la constitución histórica de la enfer- modernas de alienación a partir de esas formas
medad mental". Hablar del "sentido histórico" de originales como son el energoumenos de los grie-
la alienación es mostrar cómo "se expresa" una gos, el mente captus de los latinos y lo demoníaco
sociedad a través de las formas mórbidas a las que de los cristianos. "Sin duda hay que encontrar la
impone sus modos de reconocimiento: pero en- forma primitiva de la alienación en esa posesión
tonces hay que tomar ese "sentido" y esa "expre- en la cual se vió, desde la Antigüedad, la transfor-
sión" no según la orientación de una hermenéuti- mación del hombre en otro distinto como el signo
ca de las mentalidades -de todas maneras esta vía mayor de la locura" (p. 76). Al seguir las transfor-
está cerrada-, sino en la perspectiva materialista maciones de estas formas primitivas debe ser posi-
de una explicación de la superestructura por la in- ble mostrar el sentido histórico de la alienación re-
fraestructura muy próxima del Marx de La ideolo- presentada primeramente como irrupción de lo
gía alemana, que define a la ideología como "len- inhumano en la existencia humana, integrada lue-
guaje de la vida social". Esta perspectiva, caracte- go progresivamente en el universo de los hom-
rística de Maladie mentale et per:wnalité, remite al bres, hasta el momento en que encontrará lugar

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dentro de ese sistema contradictorio, que se impo- ra, como si fuera la misma locura la que había sido
ne en Europa en los últimos años del siglo XVIII, ignorada primeramente como posesión para ser
al combinar la exclusión y la inclusión, caracterís- luego conocida y reconocida como enfermedad
tica de la sociedad burguesa. Ahora bien, el libro mental. Una epistemología realista no afirma en
publicado en el 62 rechaza esa concepción de una efecto la existencia sustancial del objeto al cual se
evolución continua, que conduce de la posesión a aplica un conocimiento más que para conferirle a
la enfermedad mental, precisando gradualmente éste la perennidad de derecho de un saber único
un concepto de alienación cuyo sentido no hace que atraviesa toda la historia, sin que en el fondo
más que desarrollarse progresivamente a través lo altere su movimiento: pero esta representación
de esa historia, en lugar de constituirse efectiva- misma del saber y de su objeto está ligada a una
mente en y por ella. Adoptar este último punto de coyuntura histórica -la que en el siglo XIX dará
vista de una constitución histórica es, al contrario luz al discurso de la medicina positiva- y no puede
de esa evolución continua, hacer aparecer la suce- escapar de sus condiciones. La continuidad que
sión de rupturas que acumulando sus efectos ter- ella supone no tiene ningún fundamento real sino
minarán por producir el concepto de enfermedad que depende de la singularidad de un punto de vis-
mental, en las condiciones específicas de una de- ta y de un momento, precisamente éste en el que
terminada cultura. He aquí cómo comienza el ca- la noción de enfermedad mental, hasta entonces
pítulo quinto en su nueva versión: "Es en una fe- no solamente ignorada sino impensable en otro
cha relativamente reciente que Occidente le otor- contexto, aparece dentro de un sistema de prácti-
gó a la locura el carácter de enfermedad mental. cas y discursos que le confiere su valor exclusivo
Se ha dicho, suficientemente que hasta el adveni- de verdad.
miento de una medicina positiva el loco había sido
considerado como un poseído" (p. 76) Ahora Abramos un paréntesis. Inmediatamente después
bien, es precisamente esto lo que Foucault mismo de haber evocado esa ilusión retrospectiva del sa-
había dicho en la redacción primitiva de su libro, ber positivo que anexa al dominio de la enferme-
en donde presuponía una especie de permanencia dad todas las clases de formas anteriores reunidas
de la alienación a través de la historia que expone en la noción general de alienación, Foucault evo-
en diversas formas. Pero la historia no da sola- ca la "confiscación" de las diversas experiencias
mente un sentido o sentidos a la alienación, sino de la locura en el concepto mismo de enfermedad
que le dirige su "constitución", en el curso de un (Maladie mentale et psychologie, p. 78). Ahora
recorrido discontinuo que no determina por anti- bien, este término de confiscación evoca dos cosas
cipado la referencia a una forma común de aliena- a la vez: por una parte indica el proceso de abs-
ción que de entrada fijaría la dirección general de tracción que reduce unas figuras históricas origi-
su recorrido. En buena lógica señalemos que con nales a una sola representación, incomparables en
ese cambio de orientación también debería desa- razón de la irreductibilidad de las condiciones de
parecer la alusión a un "Occidente" mítico que re- que dependen, lo que equivale a privilegiar inde-
mite a la ilusión misma de una permanencia y de bidamente una de ellas para constituirla en el mo-
un "sentido". delo con el que uniformemente deberán me-
dirse todas las otras; pero por otra parte sugiere
Por tanto, plantear el problema de la constitución también el libre crecimiento de esas experiencias
histórica de la enfermedad mental, es renunciar a singulares retenidas arbitrariamente en los límites
buscar detrás de ésta la base objetiva de la cual se- de un discurso mítico que esconde su realidad mo-
ría su manifestación. En Maladie mentale et psy- viente. Se puede pensar que aquí se esboza un
chologie, Foucault escribe: "Todas las historias de nuevo realismo, que ya no sería el de la ciencia
la psiquiatría hasta hoy quisieron mostrar en el sino un realismo de la experiencia a su vez promo-
loco de la Edad media y el Renacimiento un enfer- vida al status de una forma originaria y verdadera
mo ignorado, tomado dentro de la estrecha red de que atraviesa libremente la historia, no siendo
significaciones religiosas y míticas. Habrá sido ne- ésta más que el lugar ocasional de su manifesta-
cesario entonces esperar la objetividad de una mi- ción: se trataría aquí de un realismo de la locura
rada médica y en fín científica para descubrir el como objeto no de un saber sino de una experien-
deterioro de la naturaleza allí donde no se decifra- cia. Efectivamente toda la Historia de la locura,
ba más que perversiones sobrenaturales" (p. 76). cuya gran sombra se proyecta en el texto de Mala-
La lectura recurrente de la historia proyecta, has- die mentale et psychologie, está marcada por ese
ta en las formas primitivas, la suposición de esta presupuesto de una experiencia fundamental de la
verdad final que de hecho no corresponde más locura representada por la trinidad un poco místi-
que a un punto de vista limitado con el cual se ope- ca de Nerval, Roussel y Artaud, experiencia esen-

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cial que escaparía de los límites de una constitu- no, al licencioso, al rebelde, los encierra también
ción histórica. Para retomar una expresión de en un mismo lugar, reunidos bajo esa figura única
Dreyfus y Rabinow (Michel Foucault, un parcours y monótona del desviado que la sociedad expulsa
philosophique, traducción francesa, Gallimard sobre las márgenes para no tener que reconocerse
1984, p. 29), esa "investigación de fuentes onto- ya en la imagen inversa que ella misma le remite.
lógicas ocultas" es completamente característica "Esas casas no tienen ninguna vocación médica;
del sistema interpretativo adoptado por Foucault no se es admitido allí para curarse; pero se entra
a comienzos del 60, en el momento en que se com- allí porque ya no se puede o porque ya no se debe
promete en su gran empresa de una genealogía de seguir haciendo parte de la sociedad. El encierro
las formas de la experiencia humana: es precisa- en el que se encuentra el loco con muchos otros en
mente este presupuesto el que sus trabajos ulte- la época clásica no cuestiona las relaciones de la
riores cuestionarán de manera más o menos neta. locura con la enfermedad sino las de la sociedad
consigo misma, con lo que ella reconoce y no reco-
Acabamos de abordar el análisis de un concepto noce en la conducta de los individuos" (p. 81). Es
central en el pensamiento de Foucault, el de expe- en este momento en"el que la locura, alIado de
riencia, que aparece al final del primer parágrafo otros casos que surgen de la misma sentencia de
del capítulo quinto de Maladie mentale et psycho- reclusión, es percibida y vivida como ausencia de
logie. Interviene entoQces como alternativa de la obras, porque es reflexionada a través de una
representación de un hecho positivo que estaría esencial relación con la ociosidad y la pereza que
en la base de la noción de enfermedad mental. Lo justifica el hecho de que sea cortada del mundo
que en la recurrencia de un saber que eterniza su útil de la producción. Es por esto que el sistema de
discurso proyectándolo al pasado, aparece de ma- reclusión precede a la constitución de la locura
nera continua y permanente como alienación, co- como enfermedad mental que le da su objeto a un
rresponde de hecho a experiencias diversificadas saber positivo: la experiencia médica de la locura,
e incomparables. Estas no se encadenan unas con que vendrá más tarde, se hará a partir del elemen-
otras a partir de una esencia indiferenciada de la to previo de esta exclusión cuya estructura va a ser
que serían sus sucesivas expresiones sino que se transportada del hospital al asilo sin modificar sus
articulan unas con otras, y en cierta manera fun- dos caracteres fundamentales: reclusión del silen-
cionan solidariamente en el curso de ese lento tra- cio y condenación moral. La relación entre enfer-
bajo de constitución histórica que no está predes- medad mental y locura no es por consiguiente la
tinado por el presupuesto de un sentido preesta- que se representa el saber positivo en virtud de la
blecido, sino que sin depender de normas impues- recurrente ilusión que le es propia: la experiencia
tas por una racionalización preconcebida, avanza médica de la locura como enfermedad mental de
siempre más allá de sus formas actuales, ya que ninguna manera está prefigurada en el gesto clási-
por el contrario engendra sucesiva y proporcio- co de la exclusión; pero ésta que en el trabajo his-
nalmente los criterios de su racionalización. tórico de su constitución precede a aquella, le im-
pone por el contrario sus propios modelos de re-
Desde este punto de vista, el aporte esencial del presentación. Es por esto que en el momento en
texto del 62 consiste en el hecho de que entre las que la medicina reemplazará a la policía no será
consideraciones sobre las antiguas figuras de la para aproximarse progresivamente a una verdad
posesión y las que son consagradas a la medicali- natural de la locura sino para continuar, en otras
zación del fenómeno de la alienación, se intercala condiciones, el movimiento de elaboración que
un análisis (p. 80-82) sobre la experiencia clásica desemboca en sus formas actuales. Parece que se
de la locura, que retoma en forma muy resumida debería concluir de esto que no hay experiencia
lo esencial de los descubrimientos largamente de- originaria de la locura sino solamente una suce-
tallados por otro lado en la Historia de la locura. sión discontinua de experiencias a propósito de las
"A mediados del siglo XVII un brusco cambio; el cuales nada permitía predecir con anticipación
mundo de la locura va a devenir en mU;ndode la que ella se ordenaría en talo cual sentido, en vir-
exclusión" (Maladie mentale et psychologie, tud de una lógica preestablecida de los hechos. De
p. 80). La nueva "experiencia", salida de esta mu- esta manera, Foucault en sus últimas obras mos-
tación, se ordena alrededor de una institución sin trará que no hay más una experiencia intemporal,
precedentes, el hospital general, cuyas funciones inmemorial, de la sexualidad, cuyas alternancias
brotan de la policía y no de la medicina. La estruc- de licencia y represión revelarían u ocultarían su
tura de separación que se instala entonces hace re- fondo esencial; pero no hay más que dispositivos
ferencia a una patología social que confundiendo coyunturales del sujeto deseante que sucesiva-
en una misma categoría al loco, al pobre, al ancia- mente organizan las experiencias al cabo de una

45
historia que constantemente permanece abierta tino del enfermo está fijado desde entonces por
porque no está sometida al presupuesto de ningu- más de un siglo: está alienado. Y esta alienación
na teleología, sea ésta o no racional. Sin embargo marca todas sus relaciones sociales, todas sus ex-
no es cierto que la Historia de la locura se libere periencias, todas sus condiciones de existencia; ya
completamente del peso de estos orígenes. Sobre no puede reconocerse en su propia voluntad pues-
esto volveremos. to que se le supone una que él no conoce; no en-
cuentra en los otros más que extraños. puesto que
Con base en este análisis y en el hecho nuevo que él mismo es para ellos un extraño. Por tanto la
él anticipa, la interpretación de formas modernas alienación es para el enfermo una experiencia real
de reclusión en instituciones médicas que se pre- mucho más que un status jurídico; ella se inscribe
sentan como la ejecución de un saber del hombre, necesariamente en el hecho patológico" (id). Por
interpretación esbozada en el texto del 54, ad- lo tanto, hay una experiencia de alienación que no
quiere en el texto del 62 un significado completa- es solamente el hecho del loco como individuo
mente diferente. En efecto, qué muestra Foucault sino que pertenece a la sociedad entera dentro de
en su primer libro? Que la liberación de los locos a la cual él es reconocido como un enfermo. El sa-
finales del siglo XVIII, en el momento en que la ber de la locura, tal como se desarrolla en el dis-
ideología burguesa humanista lanza al descrédito curso de la patología médica. no hace nada dife-
a la institución del hospital general y decide su su- rente de expresar luego una estructura de relacio-
presión en razón del carácter exageradamente cla- nes sociales de las que en alguna manera constitu-
ro de carcelario, es una apariencia engañosa, ye el reflejo. La enfermedad remite a la experien-
puesto que al impulsar la locura un poco más a su cia social y no a la cultural de la deshumanización.
estatuto de alienación, coincide con las nuevas Es por esto que Foucault puede concluir así su
prácticas de la medicina de asilo, que de hecho análisis: "Podemos suponer que el día en el que el
equivalen a privar al individuo de su humanidad y enfermo ya no sufra la suerte de alienación, será
personalidad. Al emprender en el 54 una investi- posible examinar la dialéctica de la enfermedad
gación sobre las "condiciones de la enfermedad" en una personalidad que sigue siendo humana"
(recordemos que era el título de la segunda parte (Maladie mentale et personnalité, p. 83). Restituir
de Maladie mentale et personnalité"), Foucault se al individuo su personalidad, lo que no puede ha-
propuso responder a la pregunta: "¿Cómo llegó cerse más que en el contexto de una sociedad de-
nuestra cultura a dar a la enfermedad el sentido de salienada ella misma ("el día en que"), es al mis-
desviación y al enfermo un status que lo excluye?" mo tiempo suprimir la forma de alienación para
(p. 75). Pero en este momento el eslabón interme- sustituirla por la "dialéctica de la enfermedad".
dio que suponía esta explicación, la experiencia
clásica de la reclusión, al hacerle falta completa- En el texto del 62, esta teoría de la alienación so-
mente, no puede aportar a la pregunta así plan- cial fué completamente borrada, y en su lugar se
teada más que una respuesta indicadora que repo- encuentra un análisis de las modalidades según las
sa en la interpretación del fenómeno general de la cuales, a fines del siglo XVIII, la reclusión fué no
alienación. Esta interpretación se apoya en el suprimida sino convertida, transformada de una
análisis de las contradicciones de la ideología bur- práctica de policía en una práctica médica: es en-
guesa que a la vez reintegra la locura en la huma- tonces cuando los asilos son reservados a los en-
nidad, al proponer su estudio positivo en el con- fermos mentales y les son trasladadas las antiguas
texto global de las ciencias del hombre cuyo pro- prácticas de reclusión. Esta transformacjón se lle-
grama ella define entonces, y despoja al loco de su va a cabo en la forma mítica de un doble adveni-
naturaleza de hombre, haciéndole llevar sobre sí miento: el del humanismo y el de la cientificidad
una "interdicción" que le retira los derechos fun- positiva. Pero la naturaleza humana revelada de
damentales ligados por otra parte a la esencia hu- esta manera no es más que una esencia ficticia: el
mana. "En el siglo XIX, el enfermo mental es médico del asilo, lejos de volver a una experiencia
aquel que ha perdido el uso de las libertades que le natural del hecho patológico despojada del pre-
ha conferido la revolución burguesa" (Maladie juicio de una evaluación social, le aplica por el.
mentale et personnalité, p. 80). Hay entonces un contrario, a la enfermedad mental, el veredicto
conflicto entre la representación ideal de una hu- colectivo que la condena; él es "agente de las sín-
manidad abstracta y las prácticas reales de la so- tesis morales" (p. 85). Por lo tanto la percepción
ciedad concreta: esta contradicción en la sociedad de la locura como enfermedad mental se hace so-
burguesa abre un espacio en el que hay lugar para bre el fondo de un espacio social de exclusión que
una alienación y por este hecho constituye a esta asimila la anomalía con la falta. Es en esas condi-
sociedad misma como sociedad alienada. "El des- ciones que por primera vez es reconocida la espe-

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cificidad de la enfermedad mental, por medio del cual no hace más que darle una representación ar-
discurso de la psicología que se separa entonces tificialmente objetivada, en ese tipo de homo psy-
definitivamente del de la fisiología orgánica. "En chologicus que es también, inseparablemente, su-
el nuevo mundo asilar, en ese mundo de la moral jeto de la reclusión.
que castiga, la locura se convirtió en un hecho que
concierne esencialmente al alma humana, su cul- Por tanto es la experiencia de la locura la que per-
pabilidad y su libertad; en adelante se inscribe en mite comprender la empresa de la psicología y no
el elemento de la interioridad; y por esto, por pri- que la psicología misma comprenda a la locura.
mera vez en el mundo occidental, la locura va a re- Sin embargo, podemos preguntarnos si no se es-
cibir status, estructura y significación psicológi- boza aquí una nueva ficción, una nueva utopía
cas. Pero esa psicologización no es más que la con- exactamente simétrica con aquella del texto del 54
secuencia de una operación sorda y situada en un cuando evocaba la eventualidad de una sociedad
nivel más profundo, una operación por la cual la desalienada, ya que sería purgada definitivamen-
locura se encuentra insertada en el sistema de los te de todas sus contradicciones ("el día en que"):
valores y de las represiones morales "(Maladie la de un saber diferente del hombre, saber desnu-
mentale et psychologie, p. 86). La constitución de do, saber auténtico, saber verdadero, saber desi-
ese saber no depende de la naturaleza supuesta de cologizado puesto que es despatologizado, tal
su objeto sino del sistema global de evaluación como lo revelan las grandes tardes de la tragedia.
dentro del cual éste es identificado y reconocido "La psicología nunca podrá decir la verdad sobre
precisamente como objeto: este sistema que se la locura ya que es la locura la que detenta la ver-
instala a comienzos del siglo XIX, define las con- dad de la psicología. La psicología de la locura,
diciones de una nueva experiencia de la locura, llevándola hasta sus raíces, sería no el dominio de
cuyo estilo y orientación general son completa- la enfermedad mental y con esto la posibilidad de
mente inéditos en relación con sus experiencias su desaparición, sino la destrucción de la psicolo-
precedentes. De tal manera inéditos, ya se hizo la gía misma y la reactualización de esta relación
observación, que la alusión al "mundo occiden- esencial, no psicológica porque no es moralizable,
tal" ya su aparente homogeneidad o permanencia que es la de la razón con la sinrazón (p. 89). Esta
parece perder al mismo tiempo su pertinencia. "relación esencial" del hombre consigo mismo
pone en juego otra clase de verdad que no depen-
La última parte del capítulo sobre "la constitución de ya de ninguna forma de determinación positi-
histórica de la enfermedad mental", en el libro del va: es por esto que esta verdad constituye una nor-
62, está consagrada a mostrar cómo se produjo la ma de evaluación absoluta. Es precisamente el
psicología por medio de la estructura asilar en tema que retoma el capítulo sexto de Maladie
cuyo seno la locura se convirtió en enfermedad mentale etpsychologie, consagrado a "la locura es-
mental. Como acabamos de verlo, en relación con tructura global". He aquí su programa: "algún día
la interpretación que corrientemente se le da, será necesario intentar hacer un estudio de la lo-
debe ser invertida en efecto la relación de la enfer- cura como estructura global de la locura liberada y
medad mental con la psicología. "El hombre no se desalienada, en alguna manera restituida a su len-
convirtió en 'especie psicologizable' más que a guaje de origen" (p. 90). Pero esta evocación cuya
partir del momento en que su relación con la locu- línea fulgurante atraviesa también muchas pági-
ra permitió una psicología, es decir fué definida nas de la Historia de la locura, ¿acaso no se apoya
por la dimensión interior de asignación moral y de en un nuevo mito totalmente primordial que no
culpabilidad" (Maladie mentale et psychologie, p. puede ser objeto de ningún examen, de ninguna
88). Foucault ya no dice que esta relación es con- evaluación, ya que no depende él mismo de ningu-
tradictoria sino que es "ambigua", porque reposa na "condición"? Este mito es el de la locura esen-
en la confusión, históricamente instituida al co- cial que persiste en su naturaleza originaria, de
mienzo, entre determinaciones extrañas una de este lado de los sistemas institucionales y discursi-
la otra y cuya coincidencia no depende ni de un vos que alteran la verdad primera o la "confis-
fundamento natural ni de una justificación racio- can", según una expresión ya comentada. Un
nal. "Toda la estructura epistemológica de la psi- mito semejante, el de una esencia humana desa-
cología contemporánea está enraizada en este lienada, ocupa el lugar que tenía en el texto publi-
acontecimiento que es más o menos contemporá- cado en el 54, como si la referencia implícita a
neo con la Revolución, y que concierne a la rela- Nietzsche y Heidegger, a lo largo de toda la Mala-
ción del hombre consigo mismo" (id). El discurso die mentale et psychologie, se pudiera sustituir por
de la psicología saca su legitimidad de un aconte- la referencia al joven Marx, que por su lado es una
cimiento que le comunica su necesidad, y de la obsesión en el texto Maladie mentale et personna-

47
lité. Esta representación de una relación definitiva de lo normal y lo anormal. Un análisis semejante
del hombre consigo mismo, que precede todas sus brota de dos presupuestos. Por una parte al situar
experiencias históricas y las relativiza al juzgarlas las investigaciones de la psicología --o más bien lo
en comparación con su propia verdad fundamen- que Foucault un poco antes llamaba "la verdadera
tal, constituye de alguna manera lo teórico impen- sicología" (p. 110) en su libro del 54, es decir, de
sado, a partir del cual Foucault escribe la Historia una sicología finalmente liberada de los prejuicios
de la locura, a comienzos del 60. Captamos enton- que le son impuestos por la alienación de la socie-
ces los límites en los que se inscribe la rectificación dad --en las márgenes de la explicación histórico-
que él hace en el 62 a su texto del 54: al desplazar social, a fín de mostrar cómo la contradicción ge-
la idea de una verdad psicológica de la enferme- neral de la sociedad puede interiorizarse por con-
dad mental, a la de una verdad ontológica de la lo- ciencias individuales a modo de conflicto, este
cura, deja intacto el presupuesto de una naturale- análisis se mantiene en la perspectiva de un realis-
za del hombre, incluso si ésta depende de una evo- mo psicológico, pues fija profundamente en la
cación poética más que de un saber positivo. ciencia los fenómenos de la enfermedad mental y
los liga a ella incluso por la misma razón de que re-
Se comprende entonces que en su libro del 62 duce esa conciencia a un conjunto de procesos, so-
Foucault haya podido retener las páginas que ser- lidariamente psíquicos y orgánicos, cuyo mecanis-
vían de conclusión al capítulo quinto del texto del mo regido por determinismos objetivos accede de
54 (p. 84-87), al trasladarlas al final de ese capítu- esta manera a una especie de necesidad material.
lo sexto consagrado a "la locura estructura glo- Por otra parte el examen de estos procesos al ha-
bal". ¿Por qué este traslado? Porque al rechazar cer ver que todas las conductas están sometidas a
como conclusión consideraciones sobre las condi- las mismas leyes, a partir de la relación fundamen-
ciones históricas y sociales del encierro, considera- tal de excitación e inhibición, las hace depender
ciones que por el hecho de su insersión en un nue- de una fisiología general que es también al mismo
vo contexto adquieren en otras partes una signifi- tiempo una patología: dependiendo la enferme-
cación sensiblemente diferente, Foucault podía dad de los mismos principios de explicación que
eliminar lo que bajo el título "la psicología del los comportamientos normales, se presenta en-
conflicto" daba su contenido al capútulo sexto de tonces como un fenómeno de adaptación, es de-
Maladie mentale et personnalité. La supresión cir, como el sistema más o menos coordinado de
pura y simple de este capítulo es ciertamente la ra- las respuestas a estímulos venidos de un medio ex-
zón esencial de la refundición de la obra, luego de terior, en el que se encuentran en última instancia
su reedición, pues es claro que nada, ni en el con- las causas de los conflictos de los que no es más
tenido ni en el detalle de sus formulaciones, co- que la manifestación. "Hay enfermedad cuando el
rrespondía ya a la concepción que Foucault se ha- conflicto en lugar de llevar a una diferenciación en
cía de las relaciones entre la enfermedad mental y la respuesta provoca reacción difusa de defensa;
la psicología después de sus trabajos sobre la his- en otros términos, cuando el individuo no puede
toria de la locura. En efecto, ese capítulo sexto del dominar a nivel de sus reacciones las contradiccio-
libro publicado en el 54, al apoyarse en datos y nes de su medio, cuando la dialéctica psicológica
conceptos tomados en préstamo de la psicofisiolo- del individuo no puede encontrarse en la dialécti-
gía pavloviana, vuelve a dar lugar, aliado de un ca de sus condiciones de existencia" (Maladie
análisis del condicionamiento social ordenado mentale et personnalité, p. 102). A nivel de indivi-
bajo la rúbrica general de "alienación", a un estu- duo la alienación es una apariencia porque es una
dio propiamente psicológico de comportamientos realidad al de aquellas condiciones de existencia
reconocidos como patológicos por efectos de ese colectiva: y no era menos necesaria que una psico-
condicionamiento. Se trata entonces de mostrar logía materialista y dialéctica para confirmar y
cómo resuenan las formas colectivas de la aliena- precisar esta objetivación de los fenómenos pato-
ción sobre las conductas individuales para impri- lógicos cuyo carácter efectivo es desplazado así
mir a unas un carácter de normalidad y reserván- del individuo a su medio, donde se encuentra su
dole a las demás la orientación catastrófica de fundamento real. "Con ese contenido nuevo la
comportamientos desviados, sancionados como alienación ya no es una aberración psicológica
tales por un diagnóstico médico. Esto implica que sino que es definida por un momento histórico: es
la enfermedad mental surge de dos clases de con- solamente en él como se hizo posible".
diciones: condiciones generales comunes a los
comportamientos sanos y a los identificados como Pero es evidente Foucault ya no puede razonar de
patológicos, y condiciones específicas de la perso- esta manera después de haber escrito La historia
nalidad del individuo a cuyo nivel se opera el corte de la locura. Primeramente porque una explica-

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ción objetiva semejante restituye a una psicología Hay por lo tanto una verdadera inversión de pers-
la función de dar cuenta de la enfermedad mental, pectiva entre las dos versiones sucesivas de la mis-
mientras tanto se ha hecho claro que legitima ma obra, de Maladie mentale etpersonnalité a Ma-
solamente a posteriori las prácticas de las que ladie mentale et psychologie. Esta inversión es la
depende su discurso. Luego y sobre todo porque que nos permite precisar las condiciones en las
al mismo tiempo que liga los fenómenos patológi- que Foucault, en ruptura con orientaciones ante-
cos con el momento histórico que los hace posi- riores, se comprometió en la Historia de la locura,
bles, esta explicación les retira los caracteres que su primera gran construcción teórica. Sin embar-
los hacen reconocer en un contexto histórico bien go, una inversión es un movimiento que de cierta
preciso como patológicos, inclusive antes de iden- manera conserva porque supone también una per-
tificarlos como "hechos". Se ha hecho esencial manencia. Al aportar una rectificación decisiva a
para Foucault en el 62 hacer aparecer que el alie- los análisis precedentes de la enfermedad mental,
nado no es solamente un desadaptado, es decir, hizo posible un trabajo de investigación histórica
un desecho de los mecanismos de adaptación de liberado de los a priori que le imponía un dogma
los que por otra parte ya no se sabe muy bien si de- explicativo preestablecido y sobre todo del presu-
penden de un estudio psicológico o sociológico. puesto teleológico de un sentido de la historia: se
Pues de hecho es algo muy diferente: es el produc- comprende en lo sucesivo que Foucault después
to de un régimen institucional dentro del cual hay de haberlo experimentado él mismo, haya huído
lugar para el enfermo precisamente en la medida como de la peste de todo lo que venía del "mate-
en que no hay ninguno para el loco. En su primer rialismo dialéctico". ¿Pero esto significa que en
texto, Foucault concluía que la anormalidad era este género de ruptura llegó a establecer definiti-
efecto de la alienación, siendo ésta el principio ob- vamente el nuevo pedestal teórico sobre el cual
jetivo a partir del cual puede ser explicada la en- iba a reposar el estudio de una historia devuelta a
fermedad. "Por lo tanto no es porque se está en- sus condiciones exactas y a sus auténticos oríge-
fermo que se está alienado sino en la medida en nes? Nada es menos cierto. Y para convencerse de
que se está alienado, se está enfermo" (Maladie que esta rectificación misma no tiene más que un
mentale et personalité, p. 103). Y escribía todavía valor limitado y no definitivamente fundador o
esto: "Tratar de definir la enfermedad a partir de instaurador de un acto discursivo que se inserta en
una distinción de lo normal y lo anormal es inver- el movimiento de conjunto de un dispositivo de
tir los términos del problema; es hacer una condi- conocimiento del que la Historia de la locura no es
ción de una consecuencia, con el fín, sin duda im- más que el primer jalón, basta leer la conclusión
plícito, de ocultar la alienación como verdadera de Maladie mentale et psychologie, pues en esas
condición de la enfermedad" (id. p. 105). Por el páginas aparecen de manera brillante el carácter
contrario, en su libro del 62, Foucault muestra heurístico y también los límites de la nueva pro-
que el concepto de enfermedad mental no tiene blemática que Foucault definió a comienzos de los
sentido más que en el campo de este procedimien- años sesenta y que debía servir de punto de parti-
to de exclusión, cuyos orígenes o razones no hay da, pero solamente de punto de partida para sus
que buscarlos en una forma cualquiera de saber investigaciones ulteriores. Es esbozada allí una
positivo, procedimiento que inclusive antes de re- interpretación de la historia como proceso de
conocerla y describirla como alienación instala ocultación de la verdad, indiscutiblemente de ins-
una frontera infranqueable entre la enfermedad y piración heideggeriana: si no hay verdad psicoló-
las otras formas de existencia humana, separación gica de la locura -no siendo el horno psychologi-
ésta que por sí sola le confiere a los fenómenos pa- cus más que una invención tardía de nuestra cultu-
tológicos su realidad de objetos abiertos al saber. ra-, es porque la locura misma en su verdad esen-
Es verdad que Foucault al mismo tiempo transfie- cial e intemporal desgarra la historia de sus deste-
re de la alienación a la locura ese carácter de he- llos que por ser intermitentes (Holderlín, Nietzs-
cho objetivo del cual la enfermedad mental es el che, Artaud ... ), no son menos los signos indiscuti-
sustituto más que el síntoma o la manifestación, bles de su inalterable permanencia. Por lo tanto la
ya que en las condiciones de una experiencia his- historia de la locura no es la locura como historia o
tórica ella llega a ocultar casi completamente su la locura en cuanto brota de una constitución his-
naturaleza primordial, pero también entonces ya tórica que la produce en la forma de sus diversas
no se trata de proponer una explicación psicológi- experiencias, sino que es esa historia que le suce-
ca de la enfermedad al nivel que sea, pues es evi- dió a la locura porque se la hicieron, historia a
dente que ninguna psicología jamás podrá llegar a propósito de la cual surge una sospecha, la de su
dar cuenta del fenómeno del que justamente debe inautenticidad, y también la esperanza de que
hacer olvidar las condiciones de aparición. como ha sido hecha, así mismo pueda ser deshe-
49
cha de manera que por fín haga volver esa verdad
primera de la que solamente manifiesta su ausen-
cia. "Hay una buena razón para que la psicología
jamás pueda gobernar la locura y es la de que la
psicología no fué posible en nuestro mundo más
que una vez dominada la locura y excluída ya del
drama "(Maladie mentale et psychologie, p. 103).
La locura dominada o confiscada es en el fondo la
locura desnaturalizada al mismo tiempo que es so-
cializada. La pregunta que plantea la lectura de
las grandes obras ulteriores de Foucault, de esa
arqueología del saber como son las Palabras y las
cosas hasta la Historia de la sexualidad, es la de sa-
ber si mantienen esa separación entre historia y
verdad que finalmente remite a una distinción
abstracta entre el orden de la naturaleza y el de la
cultura, o si bien a su vez no aportan nuevas recti-
ficaciones a esta problemática.

P1erre Macherey. Filósofo francés. Profesor de la U nivérsidad de Pa-


rís 1. Autor de Pour une théorie de la production littéraire y Hegel ou
Spinoza.

50
Chaucer, Geoffrey (1340-1400)
Poeta Inglés

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Grabado en Madera
Ilustración para Los cuentos de Canterbury (c. 1386)

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