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Editorial ............................................................................................... 7
Dossier
1. Asesinos, faites y bandoleros: cuando el vals peruano
cantaba la trasgresión y la norma
Killers, crooks and bandits:
When Peruvian waltzes sang of social transgression
Gérard Borras................................................................................. 11
Artículos
9. Sebastián Salazar Bondy y la utopía del socialismo
mágico: revisitando El rabdomante
Sebastián Salazar Bondy and the utopia of magical socialism:
revisiting El rabdomante
Carlos Vargas Salgado................................................................. 201
RESUMEN
Este trabajo pretende rescatar del olvido las cancio-
nes cuyo tema es la trasgresión social en el Perú de inicios
del siglo XX. Bandidos y criminales de todo orden fueron
retratados en las letras de canciones, de tal manera que
quedaron inmortalizados en los archivos, pero no alcanza-
ron más que a raspar la memoria colectiva en momentos
posteriores. Muchas de estas obras fueron recogidas en El
Cancionero de Lima, cuyo público era mayormente de los
sectores populares urbanos letrados, de Lima y provincias.
Estas canciones aparecían mezcladas con las letras de los
éxitos del momento y refrescaban con su lenguaje festivo
la vida cotidiana de la población peruana. La preocupación
por tratar temas de este tipo se puede inferir de la atmós-
fera vivida en el cambio de siglo, cuando estas ciudades
expresaron los cambios propios de un proceso de moder-
nización que repercutió directamente en el tejido social
urbano.
PALABRAS CLAVE
Lima, Perú, música popular, cancioneros, criminales y
bandidos del siglo XX
ABSTRACT
This work aims to rescue from oblivion the songs
whose underlying theme is social transgression in Peru
during the early 20th century. Bandits and criminals of all
kinds were portrayed in song lyrics, causing them to be
immortalized in the nation’s archives while remaining all
but lost to the collective memory of subsequent gene-
rations. Many of these works were collected in the Lima
Songbook, which mostly attracted a public composed of
literate urban residents, either in Lima or beyond the ca-
pital. These songs influenced the hits of the time, bringing
pleasure and entertainment through their witty language
to the daily lives of ordinary Peruvians. The issues touched
upon by such songs reflect the atmosphere of turn-of-the-
century urban Peru, with cities undergoing the changes
inherent in the process of modernization, and their effects
upon the social fabric.
KEYWORDS
Lima, Peru, folk music, songbook, criminals, 20th cen-
tury bandits
Asesinos y criminales
Entre los temas privilegiados por El Cancionero de Lima figuraban los
asesinatos. Poco a poco las ocho páginas del pequeño semanario se trans-
formaban en verdadera crónica roja. Basta con hojear los primeros núme-
ros de la serie 300 para darnos cuanta de que este género de canciones
tenía éxito y que inspiraba a los compositores y autores.
El nuevo Caín
Otro crimen nos deja
este terrible verano:
un malvado que por celos
apuñala a su hermano.
En el curso de la lucha
Palomino algo entendido
le dio feroz puntapié
que lo dejó sin sentido.
Al sitio de la pelea
condujeron al malvado,
donde todavía estaba
su pobre hermano, privado.
La originalidad del tema radica en este crimen que involucra a dos her-
manos que pelean por el amor de una misma mujer. La ruptura del orden
es doble: los vínculos fraternales no son suficientes para representar valo-
res morales supremos que hubieran podido impedir el conflicto. Por otra
parte, el fratricida llevado por la Policía en el lugar de la pelea, muy lejos
de apiadarse, saca la navaja que escondía y se ensaña con su hermano.
Las 10 cuartetas de octosílabos ofrecen la narración de la escena y sus
diferentes momentos según un esquema muy conocido, pero la última es-
trofa concluye mostrando que la moral y el orden social se han preservado.
Esta referencia al «buen comportamiento» estaba ya presente en la can-
ción cuando el autor rendía un señalado homenaje a las fuerzas del orden:
La captura de Cata
Cata, que es un gran malvado,
a una pobre anciana
en barranco estranguló,
y por no ser denunciado
a la infeliz muchacha
también él la hirió.
Ya encerrado está
entre rejas el bandido,
que pronto recibirá
el castigo merecido.
y su dinero le dio;
disgustáronse los dos
y la venganza surgió.
Los celos la hicieron presa
de un desprecio que sufrió,
revestida de maleza
por asesinarlo optó,
Buscó cómplice, a Castillo
que de Goldz fue su empleado,
y que por ser algo pillo
de la casa fue expulsado.
Durán guardaba rencor
por el que fue su patrón,
y aprovechó la ocasión
al demostrar su valor.
Como lo es de suponer,
tuvieron una entrevista
entre el hombre y la mujer,
quedó la venganza lista.
Ella para apoderarse
de la persona de Goldz,
simuló reconciliarse
y en paz quedaron los dos.
Para practicar su infamia
esta a Durán ocultó
por debajo de la cama
donde el momento esperó.
Muy pronto Goldz se durmió
caneado de sus labores,
y entonces, pues, comenzó
el crimen con sus horrores.
Yolanda una ficha empuñó
que una tal Cruz le llevara,
y el primer golpe asestó
a Goldz que estaba en la cama.
Ella al punto se aterró
y el hacha pasó a Durán
con la que a Goldz victimó
coronando el negro plan.
Durán las joyas robó
del dueño de la pensión,
presto a la fuga se dio
Una vez más estamos más allá de la norma, ya que no solo el asesino
está fuera de la ley, sino que además es loco: «padece de un grave mal».
Aparece entonces la dimensión ideológica de este tipo de producción; se
trata de validar una forma de orden social y de dibujar, bajo diferentes
formas y modalidades, mensajes cuya meta es, a la larga, convencer a am-
plios sectores sociales de que la «buena conducta» pasa por la aceptación
de cierto statu quo social. Es una de las lecturas propuestas por Steve Stein
en su artículo sobre los valores de la clase obrera en Lima a principios del
siglo XX. Varias de las afirmaciones de Stein hubieran merecido más pru-
dencia; sus generalizaciones descansan en un corpus demasiado reduci-
do, pero es uno de los primeros en señalar la dimensión ideológica de la
canción popular de la costa y del vals criollo en la Lima de aquel entonces.
Si los ejemplos que acabamos de presentar solo bosquejan la temá-
tica, el que vamos a analizar ahora la hacen aún más evidente. En 1916,
un joven criado asesinaba a sus patrones, los esposos Ibarra. La temprana
edad del criminal, el hecho de que matara a dos personas con cuchillo y
la total ausencia de remordimientos tuvieron un eco considerable en la
prensa y la sociedad limeña. Como muchas veces en casos similares, la
musa popular creó una canción para relatar y comentar el acontecimien-
to, y El Cancionero de Lima la publicó en el número 269, pero es, no cabe
duda, la nueva edición de una composición más antigua, ya que semanas
antes el número 249, cuya portada presentamos en estas páginas, había
dado mucha importancia al acontecimiento con la publicación de varias
canciones. Este vals no se presenta bajo la forma de una requisitoria; in-
tenta más bien dar una primera explicación al crimen:
Alejandrino Montes3
Alejandrino Montes
el joven criminal
que mató a sus patrones
haciéndose fatal;
él lo hizo por venganza,
según lo declaró,
al repetir el crimen
cómo los victimó.
Es un chico degenerado,
Ambicioso y sin temor
Es un desequilibrado
Digno de justo temor.
Faites y bandoleros
Muchas otras canciones del pequeño cancionero limeño hacen el rela-
to y comentan varios de los acontecimientos que perturban el orden so-
cial. Pero, a diferencia de las situaciones anteriores, los actores tienen una
identidad y un estatuto específico en la sociedad peruana. Sus funciones,
sus acciones y sus biografías les han conferido una fama que la tradición
oral y la canción popular contribuyeron también a construir. Podríamos
oponer dos grupos de individuos dentro de los que vamos a hablar. Por
una parte, los bandoleros que viven su existencia fuera de la ciudad; por
otra parte, los faites que, al contrario, hacen de la ciudad y del barrio el
lugar privilegiado de sus actividades. La realidad es sin ninguna duda mu-
cho más compleja y las fronteras no son tan estrictas, sobre todo en lo que
concierne a los bandoleros que tenían sus espacios en las ciudades. Pero
el teatro de sus acciones estaba muy claramente identificado.
Los faites o faiteman son personajes que ofrecen un parentesco evi-
dente con el guapo porteño. El faite es un individuo más bien susceptible,
siempre dispuesto a sacar su chaveta; a veces vive de la protección que
ofrece a ciertas damas y, en algunos casos, a ciertos personajes políticos.
Pertenece al mundo de la delincuencia, en el que las reglas del honor y de
la valentía sustituyen a las que se aplican a los demás.
El nombre y la existencia de estos personajes han dejado en Lima mu-
cho menos recuerdos que en Buenos Aires, donde el tango y la milonga
se encargaron de crearles presencia y memoria. Sobreviven solamente a
través un episodio del que la canción supo guardar el recuerdo. El 2 de
mayo de 1915, dos famosos faites se citan para ajustar cuentas pendientes
con la punta y el filo de sus chavetas. La talla, fuerza y bravura (y una «hoja
de servicios») de Tirifilo lo convierten en el más famoso y temido faite de
Malambo, barrio predilecto del hampa limeño. Carita, mucho más joven
y de estatura mucho más modesta, parece disponer únicamente de su
arrojo y su habilidad en el manejo de su arma. La suerte estaba echada y
muy pocos apostaban a favor de Carita. Sin embargo, lo que ocurrió fue
lo improbable. A pesar de las profundas heridas recibidas en el combate,
Carita hundió su arma en el corazón de su rival, que murió al instante.
6 «El conformismo es una fuente inagotable de felicidad; los grandes retrocesos en la vida
no vulneran los corazones de aquellos que saben conformarse; la conformidad ofrece los ma-
yores beneficios, porque le permite a uno evitar inquietantes preocupaciones y tenebrosas
irritaciones». Frase extraída de un periódico de tendencia anarcosindicalista, El Obrero Textil,
del 1 de mayo de 1925. El autor criticó ese comportamiento. Citado por Stein, 1986.
No era cosa nueva que dos malandrines ajustasen sus cuentas de tal
forma; el episodio no es original. Tuvo, sin embargo, un eco muy potente
en los medios populares de donde habían salido los dos contrincantes y
en los periódicos destinados más bien a las élites de la capital. ¿Qué cosa
tan excepcional tenía este combate? En realidad, presenta una serie de
elementos que contribuyen a la fabricación de una leyenda. Los dos «hé-
roes» son excepcionales, uno por su fuerza y su fama, el otro por su bra-
vura, que le permite enfrentarse con el más temido de los faites de Lima.
¿Pertenecen a los márgenes de la sociedad y no usan ni obedecen los có-
digos y valores del ciudadano común? En eso también son excepcionales
y, por lo tanto, despiertan miedo y admiración. Viene después el aspecto
teatral del combate, que simbólicamente se desarrolla a orillas de la ciu-
dad (en uno de los muladares de la capital), cerca de la vía de trenes, cuyos
rieles dibujan los límites del espacio urbano. La hora tampoco es común:
el combate se realiza en plena noche después que la luna aparece en el
cielo limeño. A pesar del origen plebeyo de los actores, el combate se de-
sarrolla según un ritual en el que los códigos del honor se respetan. Perci-
bimos entonces este juego permanente entre lo social y la parte marginal
de lo social. Por fin tenemos en combate en sí mismo y su resultado: Carita
recibe tantas heridas como el cuento necesita etapas para desarrollarse,
y asistimos en el sentido más puro de la palabra al coup de théâtre: el más
débil, el que tiene menos experiencia, el que nadie o casi nadie veía salir
vencedor, asesta un golpe mortal a su adversario.
Podemos leer este relato en algunas canciones populares que reco-
gimos gracias a los cancioneros y a la revista Variedades: «La muerte de
Tirifilo (a)», «La muerte de Tirifilo (b)» y «Sangre criolla». Podemos subrayar
el parentesco del primer texto en particular con los viejos romances espa-
ñoles de la Reconquista:
Ya en el sitio designado
la pelea comenzó
Wilman casi desmayado
varios cortes recibió;
acosado Tirifilo
con un riel se tropezó
tras Wilman le asestó
una feroz puñalada
que el pulmón le atravesó.
Es un enemigo menos
de la pobre humanidad
que lleva a la eternidad
el estigma que sabemos.
en el Perú y Jean Piel nos dejó testimonios que no dejan dudas sobre la
violencia y la crueldad con las cuales podían actuar estos personajes8.
Sin embargo, a pesar de estas fechorías, la figura del bandolero tiene
una dimensión sorprendente. Si bien se lo presenta como un ladrón que
vive al margen de la sociedad y despoja a sus víctimas, no es por lo tanto
un individuo sin normas y valores. A semejanza de Robin Hood o de El
Tempranillo, se lo presenta a menudo como a un ser generoso que ampa-
ra a la viuda y al huérfano y reparte su botín. Numerosas canciones han
cantado las acciones de tal o cual bandolero, pero a principios del siglo XX
se cantó y publicó en Lima un vals que muy pronto ocultó a todos los que
cantaban temas similares. «El canto de Luis Pardo» o «La canción de Luis
Pardo», a menudo conocida como «La andarita», tuvo un «ruidoso éxito»,
para emplear la terminología del Cancionero.
Esta canción empieza a conocerse en 1909, después de la muerte, o
más exactamente la ejecución, del bandolero que había alborotado el de-
partamento de Áncash a principios del siglo XX. Publicada en cancione-
ros, en la prensa de la alta sociedad, grabada por la Víctor TM en los años
19209, viene a ser bastante rápidamente un clásico de la canción popular
de la costa peruana y sigue siendo un clásico del repertorio contemporá-
neo de los cantores criollos. Jorge Basadre señala que en 1927 se hizo una
película que celebraba el famoso bandolero10. ¿Cómo entender el impac-
to y el éxito de esta canción en la sociedad de la época? Sin duda porque
era mucho más que el relato de las fechorías de un salteador de caminos.
«El canto de Luis Pardo» está compuesto de 11 décimas cuya historia
es un tanto misteriosa. Fueron publicadas por primera vez el 23 de se-
tiembre de 1909 en la revista Integridad, dirigida en aquel entonces por El
Tunante Abelardo Gamarra, figura legendaria del criollismo, pero que en
ningún momento reconoció ser el autor de estos versos. Varios rumores
8 «A veces este bandolerismo viene acompañado con actos de impresionante crueldad que
lo acerca al fenómeno del bandidaje. En junio de 1834, una pandilla detiene a un chasqui
indio en el camino de Huacho a Lima. Lo despojan de su cartera y de manera totalmente gra-
tuita le revientan los ojos con una navaja y lo abandonan ciego en medio del desierto. Si una
víctima de un robo intenta cualquier resistencia, es ejecutada acto seguido, a quemarropa.
Estas violencias exasperadas pero frecuentes son la señal evidente de una ruptura total con
las instituciones dominantes: los que cometen semejantes fechorías no tienen nada que per-
der. Desarraigados, sin estatuto jurídico o económico, los bandoleros detenidos por la policía
o el ejército no esperan sino la tortura durante el sumario y la muerte» (Piel, 1982, p. 8).
9 «Luis Pardo»: Gamarra y Marini (autor: L. Yerovi). VTM nro. 73633-A. Por razones de dura-
ción, el valor registrado no consideró las 11 décimas. Solo se canta la primera, la quinta, la
novena y la undécima estrofa.
10 Enrique Cornejo Villanueva, propietario de la fábrica nacional de calzado Record, tuvo
en 1927 la iniciativa de producir una película nacional sobre la leyenda del bandolero Luis
Pardo. Se estrenó el 27 de octubre de 1927 en el Teatro Excelsior y fue repuesta dos días en
funciones dobles (Basadre, 1980, p. 4656).
A mi padre lo mataron,
mi madre murió de pena;
ella, tan buena, ¡tan buena!
¡Ellos que tanto me amaron!
La parte que concierne la defensa del indio tiene que ver con este
periodo en el que el indigenismo desde González Prada empezó a ganar
espacios es la sociedad peruana. Poco a poco, vemos cómo la narración
Conclusión
Las canciones sobre asesinos, truhanes y bandoleros han existido
efectivamente en la cultura popular de la costa peruana: las páginas de El
Cancionero de Lima lo evidencian. Pero se publican y difunden sobre todo
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Recepción: 22/02/2018
Aceptación: 29/03/2018
RESUMEN
Ocupada Lima por el Ejército chileno y puesto en fuga
el dictador Nicolás de Piérola, emerge un Gobierno de
«notables» en la capital, bajo la presidencia de Francisco
García Calderón. Cuenta este con la anuencia de Chile, por-
que se cree que aceptará la paz con la cesión de Tarapacá.
Pero el nuevo mandatario, que representa al grupo perua-
no interesado en el salitre, realmente busca preservar esa
riqueza. Se esperanza en la intervención norteamericana
y negocia con el Crédit Industriel de Francia un emprés-
tito que condujera a la obtención de la paz a cambio de
una crecida indemnización. A la vez, paga un considerable
cupo al invasor valiéndose de un préstamo e incrementa
así la deuda interna peruana. El examen de algunos de
sus discursos lo revela como líder de la clase dominante.
Considera «ciudadanos» a los miembros de su grupo y
toma distancia del «pueblo trabajador», aunque le exige
apoyo a cambio de retornar al «orden». Esto supone termi-
nar con la resistencia que ha surgido allende la cordillera,
pero fracasa en ello estrepitosamente. A la postre, el alto
mando chileno entiende que García Calderón no sirve a
sus intereses, al tiempo que descubre la trama secreta so-
bre el salitre de Tarapacá y pone entonces fin a la farsa de
La Magdalena. Parte de la información sobre estos hechos
procede de la prensa coetánea, peruana y extranjera.
PALABRAS CLAVE
Guerra del Pacífico, salitre, diplomacia norteamericana,
Francisco García Calderón, resistencia, Andrés Cáceres
ABSTRACT
With Lima occupied by the Chilean army and the dictator
Nicolás de Piérola on the run, a government of «notables»
emerged in Lima, under the presidency of Francisco
García Calderón. This government received the support of
Chile, because it was believed that it would accept peace
and the ceding of Tarapacá. But the new president, as a
representative of those Peruvians with an interest in saltpeter,
sought to hold on to that wealth. He placed his hope in US
intervention and negotiated with France’s Crédit Industriel
a loan through which he would be able to sue for peace in
exchange for massive compensation. At the same time, he
paid a considerable sum to the invader, thereby increasing
Peru’s internal debt. Studies of some of his speeches reveal
him to be a leader from the ruling class. He considered
those from his own class «citizens» and distanced himself
from the «working class», while at the same time calling
for their support in exchange for «a return to order». This
supposed an end to the resistance movement which had
spread beyond the highlands, a demand destined to fail
resoundingly. Eventually, the Chilean high command saw
that García Calderón did not serve their interests, and at the
same time the secret Tarapacá saltpeter deal was uncovered,
and the La Magdalena farce was brought to an end. Part of
the information contained in this article is taken from the
Peruvian and foreign presses of the time.
KEYWORDS
War of the Pacific, nitrates, American diplomacy, Fran-
cisco García Calderón, resistance, Andrés Cáceres
2 Los pormenores de este negocio pueden revisarse en Compañía Salitrera del Perú (1912).
si tardaban en llegar adhesiones del resto del país era porque la trababa
la burocracia pierolista de provincia que quería mantenerse en sus car-
gos: «Si no fuera por la presión que ejercen las autoridades y empleados
esparcidos por el país, deseosos de retener sus destinos, no habría ciu-
dad ni aldea que no votara por el señor García Calderón con el objeto de
obtener la paz»4. Aseveraciones casi todas absolutamente alejadas de la
verdad, sobre todo por la mención a Huancavelica, porque en vez de ad-
hesiones lo que llegó del interior del país fue una protesta generalizada,
no solo con cientos de pronunciamientos de cabildos con miles de firmas
que exigían la prosecución de la guerra, creyendo en el mensaje demagó-
gico de Piérola, sino, lo que es más importante, con la patriótica condena
de los que en el interior presentaban ya resistencia armada al invasor.
4 Ídem.
5 Esta hoja impresa fue publicada por Zoila Aurora Cáceres en su obra citada, pp. CX-CXI.
Constituye un testimonio de la prensa informal, al igual que la hoja impresa que los plutócra-
tas hicieron circular en Lima en febrero del mismo año.
6 Carta al ministro de Gobierno, Yonán, 14 de marzo de 1881, publicada por Cáceres, op. cit.,
cap. 3, anexo 36.
7 Carta de Montero al teniente coronel Julio Octavio Reyes, Cajamarca, 7 de marzo de 1881,
publicada por Cáceres, op. cit., cap. 5, anexo 35.
8 Oficio del comandante Eduardo Dávila al jefe político y militar de los departamentos del
norte, dechado en Ascope el 15 de marzo de 1881, publicado por Cáceres, op. cit., pp. 132-
133.
9 Carta fechada en Lima el 4 de abril de 1881, en Palma, 1979, p. 34.
10 Carta fechada en Lima el 4 de abril de 1881. Biblioteca Nacional. Archivo Piérola, caja 59.
14 Debemos a Zoila Aurora Cáceres, la hija del jefe de La Breña, el conocimiento de este
singular documento que insertó en su obra ya citada, pp. LIX-LXI.
15 Volante firmado por Errázuriz y Riquelme, imprenta de La Actualidad, calle de la Rifa 58,
Lima.
19 «Lima, 29 de marzo de 1881. En el Perú reina gran anarquía. El nuevo presidente pro-
visional, señor García Calderón, sigue gobernando el pueblo llamado La Magdalena, que
tiene 50 vecinos, porque en el resto de la república gobierna Piérola», escribía desde Lima
el corresponsal de La Vanguardia de Barcelona, despacho que se publicaría el 9 de mayo de
aquel año.
FUENTES PERIODÍSTICAS
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Recepción: 10/1/2018
Aceptación: 14/3/2018
RESUMO
Este artigo faz parte da tese2 de doutorado em edu-
cação intitulada «A política pública educacional de Simón
Rodríguez para Peru e Bolívia (1824-1854)», (Mazilão Filho,
2017), que analisa a atuação de Rodríguez como ministro
da Educação nos governos de Simón Bolívar e de Sucre
no Peru e na Bolívia (1825-1826). A principal caracterís-
tica desta política educacional foi seu caráter anticlerical
radical, na medida em que «aplicou» ao financiamento da
«beneficência pública» a maior parte do patrimônio do
clero regular, transformando conventos e monastérios em
escolas, colégios, hospitais e hospícios, e os sacerdotes em
professores. Contudo, o clero tratou de resistir e sabotar a
atuação de Rodríguez, acusando-o de «inimigo do trono e
do altar» que pretendia destruir a religião católica. O foco
deste artigo, portanto, é a atuação de Rodríguez durante a
ditadura de Bolívar no Peru, em 1825.
PALAVRAS-CHAVE
Simón Rodríguez, Simón Bolívar, Política Pública, Edu-
cação Pública Peruana, História da Educação.
ABSTRACT
This article forms part of my doctoral thesis in educa-
tion, titled «The public education policies of Simón Rodrí-
guez for Peru and Bolivia (1825-1854)», which analyzes
the contribution of Rodríguez as Secretary of Education to
the governments of Bolívar and Sucre in Peru and Bolivia
(1825-1826). The defining characteristic of this educatio-
nal policy was its radical anti-clericalism, expressed in the
redirecting of the clergy’s income into «public welfare»,
and the transforming of convents and monasteries into
schools, colleges, hospitals and hospices. Nevertheless,
the clergy did all it could to resist and sabotage the po-
licies of Rodríguez, condemning him as an «enemy of the
throne and the altar» determined to destroy the Catholic
Church. It is in this context that this article focuses upon
the contribution of Rodríguez to the Bolívar dictatorship
in Peru, in 1825.
KEYWORDS
Simón Rodríguez, Simón Bolívar, public policies, public
education, Peruvian education, history of education.
Introdução
Durante a ditadura de Simón Bolívar na república peruana, quando
foi simultaneamente presidente das repúblicas da Grã-Colômbia e da Bo-
lívia, o Libertador encarregou em organizar a educação pública peruana
e boliviana ao seu amigo e ex-ayo Simón Rodríguez de 1825 a 1826. Si-
món Rodríguez foi um professor venezuelano exilado por mais de vinte
anos na Europa, quando utilizou o pseudônimo «Samuel Robinson», onde
se reencontrara com Bolívar na França napoleônica. Com os sucessos de
Bolívar na guerra de Independência e sua ascensão ao governo colom-
biano, Rodríguez retornou à América do Sul estabelecendo-se em Bogotá
em 1824, quando abriu uma «Casa de Indústria Pública» onde os meni-
nos aprendiam ofícios mecânicos, além de leitura e cálculo. Todavia, nes-
te momento o Libertador se encontrava em Lima, onde se reencontraria
com seu antigo preceptor em janeiro do ano seguinte.
Contudo, antes do retorno de Rodríguez, Bolívar contratou Lancaster
para implementar seu sistema na Grã-Colômbia, e apoiou seu represen-
tante no Peru, o missionário protestante Diego Thomson, que tentava ali
implementar esse sistema desde o protetorado de San Martín. É preciso
notar, contudo, uma relação de interesse político para a adoção do sis-
tema mútuo pelos «libertadores da América do Sul»: «Esta actitud estaba
prática originária dos países protestantes, que tinham, por esse e por
outros motivos, maiores níveis de alfabetização, na medida em que essa
habilidade se tornou uma necessidade para o fiel desejoso de conhecer,
pela própria leitura e em língua vernácula, a mensagem das escrituras sa-
gradas. Finalmente, cabe destacar a relação de Thomson com líderes que
tinham em comum a participação na maçonaria:
Los líderes del movimiento independentista, que auspiciaron Thom-
son en varios países, eran, en su mayoría, masones. Ejemplos de ello
son: José de San Martín, Bernardo O´Higgins, Bernardo Monteagudo,
Simón Bolívar, Vicente Rocafuerte, entre muchos otros. La afiliación
masónica no preveía, sin embargo, fuertes diferencias políticas, tales
como las expresadas en la polémica entre republicanos y monarquis-
tas (en última instancia, entre liberales y conservadores). En Perú, la
Logia Lautaro fue fundada por San Martín en 1821. Sus raíces se en-
contraban en la Gran Reunión Americana, fundada por Francisco de
Miranda, quien había sido iniciado en una logia a la cual Washington
y Franklin habían pertenecido. (Bruno-Jofre, 1990, pp. 87-88).
Simón Rodríguez foi acusado de «inimigo do Altar» pelos padres ca-
tólicos. Porém, em sua Defensa de Bolívar (1830), posicionou-se contra a
adoção, naquele momento, da liberdade de cultos, o que na prática be-
neficiaria o culto romano já instalado. Sendo um ilustrado ao estilo fran-
cês, Rodríguez preferiu a difusão da razão à introdução de missionários de
novos cultos, daí outro motivo para sua resistência ao método de ensino
mútuo que era implementado por missionários protestantes interessados
na conversão religiosa. Era contrário, portanto, não a algum culto ou reli-
gião em si, mas à concorrência de cultos e sua perniciosa influência e do-
minação, ao fanatismo religioso em geral e à superstição. Portanto, para
Rodríguez, já bastava para a América hispânica a presença católica, cujo
devocionário devia ser reformado; outro culto apenas reproduziria o que
o romano já fazia, além do potencial de promover a divisão e o conflito
social. «Muchos jóvenes liberales afirmaban que la moral es independiente
de la religión [...] Pero otros discípulos del siglo XVIII creían, como su maestro
Voltaire, que esas religiones todavía eran útiles para mantener los lazos so-
ciales» (Weill, 2006, p. 41). Sua proposta foi formar cidadãos republicanos
unidos pelo bem comum, e não fiéis desunidos por crenças diferentes;
nesse sentido, a histórica presença católica pelo menos serviria para unir
a população, o que teria sua utilidade, segundo uma percepção compar-
tilhada, também, pelos enciclopedistas, que consideram que «a concór-
dia é o grande suporte das repúblicas federativas» (Jaucourt In: Diderot &
d’Alembert, V. 4, 2015, p. 299).
FIGURA 1. Retrato de Simón Rodríguez, óleo original de 1825 existente no palácio La Magdalena, onde
funcionou o Quartel General de Bolívar, em Lima, e que abriga atualmente o Museo Nacional de Arqueo-
logía, Antropología e Historia del Perú.
FIGURA 2. Niño vagabundo y guardia civil. Fotografía de Martín Chambi, plaza Regocijo, Cusco, 1922.
Conclusão
Para concluir este artigo, mas não o problema, colocamos a seguin-
te questão: seria do próprio Simón Rodríguez a autoria intelectual da le-
gislação sobre instrução pública? Tal legislação foi decretada enquanto a
comitiva do exército libertador percorreu as províncias do sul do Peru, em
direção ao Alto Peru, onde foi estabelecida a República da Bolívia, que
também receberia legislação semelhante. Neste sentido, na ausência de
Bolívar, teria sido Simón Rodríguez identificado pelos religiosos atingidos
pelos decretos educacionais como o autor intelectual dessa legislação
anticlerical, tornando-se, portanto, o alvo do ressentimento daqueles?
Em carta a Bolívar, de 10 de julho de 1826, Sucre afirma, sobre Rodríguez,
«que los decretos fueran revisados y casi redactados por él antes de publicar-
se [...] Pero, lo que más alarma causó, fue que dijo que o él había de poder
poco, o que antes de seis años, él destruiría en Bolivia la religión de Jesucristo»
(Sucre In: O’Leary, 1919, pp. 48-49). Tal relato do presidente da Repúbli-
ca nos fornece um importante fio condutor para e a compreensão deste
episódio e sua análise realizada ao longo da tese onde é aprofundada a
investigação baseada em outras fontes históricas. A legislação educativa
bolivariana entre 1825 e 1826 nos dá indícios de sua autoria ideológica,
e fornece elementos para se entender a oposição católica ao anticlerica-
lismo liberal agressivo de Simón Rodríguez. Nossa análise vai no sentido
de tentar compreender o momento da produção dessa lei, no caso, a lei
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Recepción: 20/1/2018
Aceptación: 9/3/2018
RESUMEN
El artículo tiene como objetivo conocer la visión de Gui-
llermo Billinghurst en su faceta de estudioso del desarrollo
de la industria salitrera de Tarapacá en la etapa peruana,
especialmente entre 1872 y 1876, años en que gobernó
Manuel Pardo y se vio una gran expansión de la produc-
ción y exportación del salitre, así como de la intervención
del Estado a través del estanco (1873) y la expropiación
(1875) de la industria. Billinghurst publicó importantes
trabajos que se ocupan de la formación de las empresas
salitreras y fue un crítico de la política salitrera del Gobier-
no civilista.
PALABRAS CLAVE
Industria salitrera, Tarapacá, Guillermo Billinghurst, es-
tanco, expropiación
ABSTRACT
The focus of this article is the position of Guillermo Bi-
llinghurst in his role as a scholar of the development of the
Tarapacá saltpeter industry during its Peruvian phase, par-
ticularly from 1872 to 1876, during the government of Ma-
nuel Prado, which saw a massive expansion in the produc-
tion and exporting of saltpeter, and intervention by the
state in the form of government licensing (1873) and expro-
priation (1875) of the industry. Billinghurst published ma-
jor studies concerned with the development of saltpeter
KEYWORDS
Saltpeter industry, Tarapacá, Guillermo Billinghurst, go-
vernment licensing, expropriation
Introducción
Históricamente, Guillermo Billinghurst es un personaje situado en la
segunda década del siglo XX, especialmente cuando, entre 1912 y 1914,
fue elegido presidente de la República y su mandato terminó con un gol-
pe militar dirigido por Óscar R. Benavides. Su Gobierno llamó la atención
por la inspiración de orden «populista» que algunos historiadores le han
atribuido y por expresar una temprana ruptura en la llamada Republica
Aristocrática. Sin embargo, en las tres últimas décadas del siglo XIX, en
la plenitud de su juventud, resulta siendo un personaje desconocido. Los
diccionarios históricos-biográficos peruanos solo le dedican unas cuantas
líneas.
Jorge Basadre (1983, t. VIII) elaboró una breve biografía destacando los
momentos más importantes de la vida de Guillermo Billinghurst: salitrero,
escritor y político. El estudioso chileno del mundo salitrero tarapaqueño
Sergio González (2000 y 2011) y el sociólogo peruano Osmar Gonzales
(2009) coinciden en reconocer que Billinghurst fue un hombre de «fron-
tera» («transfronterizo») y «multifácetico», ya que reunió cualidades de
político, empresario, escritor y que sus obras son fundamentales para la
historia y geografía regional peruano-chilena del siglo XIX: Tarapacá y su
industria salitrera. El reconocido historiador chileno del salitre Óscar Ber-
múdez (1963) se ocupa de la etapa en que nuestro personaje enfrentaba
la política salitrera del Gobierno de Manuel Pardo (1872-1876), contras-
tando el liberalismo de ambos respecto al estanco y la expropiación.
En 2011, en Chile se publicó Los capitales salitreros de Tarapacá, de Gui-
llermo Billinghurst, acompañado de un notable estudio de Sergio Gon-
zález Miranda en la Biblioteca Fundamentos de la Construcción de Chile.
En estos últimos años la historiografía económica y social peruana, si
bien no estudia el papel de Billinghurst en la industria salitrera, ha reali-
zado importantes contribuciones sobre el impacto del salitre en la econo-
mía pública, sobre todo los alcances de la política salitrera del Gobierno
de Manuel Pardo, expresado en el estanco y la expropiación. Entre ellos,
tenemos trabajos de Carmen Mc Evoy (1994, 1997), Carlos Flores (2000),
Rory Miller (2011), Miriam Salas (2010, 2011), Javier Tantaleán (1983, 2011),
Carlos Contreras (2004, 2012), entre otros.
FIGURA 1. Zonas salitreras y puertos en Tarapacá. Fuente: Bermúdez, 1963, pp. 124-125.
3 De 1878 a 1879 fue diputado por Tarapacá. De 1886 a 1890 se desempeñó como cónsul
general del Perú en Chile. Fue miembro del Partido Demócrata y acompañó a Piérola en la
toma de Lima en 1895 para derrocar al Gobierno del general Andrés A. Cáceres. En 1895
fue electo primer vicepresidente de la Republica y, a la vez, senador de Moquegua. En 1896
presidió el Senado y el Congreso de la República. En 1898 fue presentado ante el Gobier-
no chileno como ministro plenipotenciario especial para arreglar la cuestión Tacna y Arica.
Negoció el protocolo denominado Billinghurst-Latorre. En 1899 lanzó su candidatura a la
presidencia, pero renunció por discrepancias con miembros del pierolismo. Fue alcalde de
Lima en 1909 y 1910. En setiembre de 1912 asumió funciones como presidente del Perú y fue
derrocado por Óscar R. Benavides en febrero de 1914.
4 También participó en la revuelta del Yacango y en la aventura del Huáscar de 1877.
5 Para Gonzales (2009), la historiografía peruana no ha sido generosa con Billinghurst. Jorge
Basadre, en su Historia de la República (1983, t. VIII), lo considera como un demagogo que
pretendió cerrar el Congreso violentando la legalidad establecida. En ninguna lectura de
la realidad peruana aparece como personaje importante, a pesar de que con él se iniciaron
varios procesos políticos y sociales en el Perú del siglo XX (p. 41).
6 El nitrato de soda es conocido también con los nombres de salitre sódico, salitre cúbico,
nitrato sódico, salitre de Tarapacá y salitre de Chile (Le y Dagnino, 1893, p. 5).
7 Conglomerados de detritus unidos por un cemento de sales y que contienen la mayor
cantidad de nitrato en relación con las capas anteriores (Bermúdez, 1963, p. 408). Para Eche-
varría (1934, p. 10), el caliche es una «mezcla de sales y sustancias insolubles en agua, en la
que predomina el nitrato de sodio mezclado con cloruros y sulfatos, de la que se extrae el
salitre; se presenta cementada en mantos o capas horizontales».
8 Billinghurst (1889a, p. 11) anota: «Por aquellos años, de octubre de 1812 a febrero de
1813, la producción llegó a la cantidad de 23 160 quintales [y] 31 libras. Para esa misma
fecha, Ugarrisa envió al Callao siete cargamentos de nitrato de soda por un total de 22
723,49 quintales, y el precio pagado fue de $ 35 585,25 y el flete de las oficinas a la costa
fue de $ 10 329,50».
9 Según Bermúdez (1963, p. 416), la palabra oficina se encuentra en los documentos ad-
ministrativos de los asientos mineros de entonces. Parece que la asociación de oficina y sa-
litrería determinó el nombre de oficina salitrera que terminó por reemplazar al de minas de
salitre.
12 Juan Gildemeister nació en 1823. Era natural de Bremen (Alemania) y a mediados del siglo
residía en Lima. Se interesó por el salitre a comienzos de 1860 y se convirtió en habilitador
de salitreros. Después del terremoto de 1868 se dedicó a la producción del nitrato. De 1870
a 1874 adquirió las oficinas Huanza, Argentina, San Pedro y San Juan (Centro de Estudios
Miguel Enríquez, s/f, p. 3).
13 Citado por Antonio Raimondi en 1875, p. 6. Luis Benjamín Cisneros fue un destacado inte-
lectual, poeta y político de la época, vinculado a los civilistas.
14 La denominación de parada se difundió en Tarapacá de 1810 a 1830. Parada y paradero
designan un lugar en que se hace estación en un viaje y puesto que allí se para. Los primi-
tivos lugares en que se explotó el salitre, como Zapiga y Pampa Negra, eran paraderos en
el escaso tráfico que hacía entonces por la pampa Tamagural. Pero el nombre de paradas
puede estar asociada asociado también a la técnica elaborada. Los interesados en explotar
salitre iban a la pampa a parar sus fondos para elaborar. Los fondos eran puestos de a pa-
res, uno a cada lado de la hornilla. Aplicado el nombre primeramente solo al conjunto de
aparatos con que se elaboraba, luego se hizo extensivo a toda la explotación y se decía «las
aradas» en el sentido de «oficinas salitreras» (Bermúdez, 1963, p. 416). Según el Vocabulario
salitrero (1934), de Aníbal Echevarría y Reyes, paradas «es un conjunto de fondos o calderos
de fierro, que se colocaban sobre hornillos, en los que, primitivamente, se lixiviaba el caliche,
por medio de fuego directo» (p. 25).
15 Según Billinghurst, las acciones de Smith y de Clark estaban representadas por los terre-
nos salitrales de ambos industriales, que representaban un aporte del capital netamente
nacional. La participación de Smith en esta sociedad se extendió hasta el 6 de diciembre de
1871, fecha en que sus testadores traspasaron en Londres los derechos de las tres acciones
a la Casa Gibbs; igualmente, Clark traspasó sus dos acciones el 31 de octubre de 1872 a la
citada casa, valorizada en 28 233,19,5 libras esterlinas.
en Londres que se llamó The Peruvian Nitrate Company. El capital con que
se formó esta nueva sociedad fue de 250 000 soles, y, de acuerdo con Bi-
llinghurst, algunos comerciantes de Arequipa fueron sus accionistas (Bi-
llinghurst, 1889a, p. 33).
Lima también fue el escenario de la formación de algunas compañías
interesadas en participar de la industria salitrera de Tarapacá. De 1870 a
1873, años del despegue de la gran demanda de salitre, se formaron en
Lima varias sociedades que contribuyeron en el crecimiento de la pro-
ducción salitrera. La Compañía Salitrera Barrenechea se constituyó en no-
viembre de 1871 con un capital de 1 000 000 de soles, con el propósito de
explotar los terrenos salitrales de La Unión y Argentina. Se aplicó para ello
una tecnología denominada «método de solución en frío y transporte de
los caldos por cantería hasta el puerto» (Billinghurst, 1889a, p. 34).
La Compañía Salitrera Esperanza se formó el 14 de setiembre de 1870.
El capital originario fue de 50 000 soles y se incrementó en diciembre de
1872 a 210 000 soles. También el Banco de Lima le prestó la cantidad de
1 000 000 soles. Buscaba explotar 408 estacas de terreno salitral ubicadas
en el punto conocido como Lagunas (Billinghurst, 1889b)16.
Para diciembre de 1871 se formaba la sociedad llamada Alianza, cuyo
capital pasó de 200 000 soles a 320 000 soles. Esta compañía tuvo el pro-
pósito de comprar las propiedades salitreras de Ángel Custodio Gallo,
quien desde 1852 las poseía en Cantón del Sur. Estos terrenos estaban
compuestos por 204 estacas, situadas unas en Bellavista, algunas en el
sur viejo y otras en Challacollito. El 11 de enero de 1872, por la suma de
$ 200 000 (pesos chilenos), cantidad pagada por el Banco de Chile, Gallo
transfirió sus derechos a la sociedad Alianza (Billinghurst, 1889a, p. 34).
Años después se formaron otras sociedades: La Peña, La Providencia
y Rímac. La siguiente tabla resume la formación de las sociedades men-
cionadas:
TABLA 8. Capital peruano de las compañías salitreras
Nombre Capital en $ %
Compañía Salitrera Peruana 520 000 12,3
Compañía Salitrera Sacramento 500 000 11,8
Compañía Salitrera Solferino 450 000 10,7
Compañía Salitrera Pisagua 400 000 9,5
Compañía Salitrera América 400 000 9,5
Compañía Salitrera Nueva Carolina 400 000 9,5
Compañía Salitrera Chucumata 400 000 9,5
Compañía Salitrera San Carlos 350 000 8,3
Compañía Salitrera Negreiros 300 000 7,1
Compañía Salitrera Valparaíso 300 000 7,1
Compañía Salitrera California 200 000 4,7
$ 4 200 000 100
Fuente: Billinghurst, 1889a, pp. 37-38.
% = porcentaje de participación $ = pesos chilenos
A modo de conclusión
Los escritos de Guillermo Billinghurst resultan fundamentales para
comprender la formación de la industrial del salitre en Tarapacá durante la
llamada Era Peruana. La elaboración del salitre requirió de capital, tecno-
logía, mercados, fuerza de trabajo y, sobre todo, de una materia prima que
se encontraba en un medio geográfico árido y rico. Contradicciones de la
naturaleza, escribió la historiadora Miriam Salas. Billinghurst dio cuenta
de la participación de los capitales peruanos, chilenos e ingleses y de otras
nacionalidades en el despegue de la industria salitrera. Con ello, ofreció
una arista de esa historia que se desarrolló en el sur del país. Sin embargo,
hay muchas historias que se entretejieron al compás de la importancia
que fue adquiriendo el salitre en Tarapacá e Iquique.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Recepción: 13/2/2018
Aceptación: 21/3/2018
RESUMEN
La aparición y el desarrollo de la tecnología de la radio,
en las primeras décadas del siglo XX, motivaron los inte-
reses de los gobernantes de los Estados sudamericanos,
entre ellos el Perú, en utilizarlo como un medio de difusión
de los valores nacionales en función de los intereses políti-
cos. En este contexto y cercanos al plebiscito de 1929, que
decidió la suerte de Tacna y Arica, se construyó un nuevo
espacio de negociación y, tras un breve periodo de control
del medio por parte de grupos de aficionados y particu-
lares, la producción radial pasó a ser controlada por el Es-
tado en el auge del Oncenio, mediante la creación de una
emisora de radio, la Radio Nacional, como institución esta-
tal. Ello obligó a elaborar una programación de emisiones
radiales de carácter nacional que permitieran construir
una identidad ciudadana y un nuevo consumidor como
parte del proyecto modernizador del Estado.
PALABRAS CLAVE
Radio, nacionalismo, Patria Nueva, ciudadanía
ABSTRACT
The emergence and development of new radio
technology, during the first decades of the twentieth
century, awoke interest among the rulers of South
American countries, including Peru, who saw it as a
means of popularizing national values founded upon
political interests. In this context, and on the eve of the
1929 plebiscite which would decide the fate of Tacna
and Arica, a new medium for negotiation emerged, and
following a brief period of control on the part of amateurs
and individuals, radio production would be controlled by
the state during the Oncenio period, through the creation
of the radio station Radio Nacional as a public institution.
This took the form of radio broadcasts with an emphasis
on national character, designed to encourage the
development of a civic identity and a new consumerism,
as part of the state’s modernization project.
KEYWORDS
Radio, nationalism, New Homeland, citizenship
Introducción
En la segunda década del siglo XX, la naciente tecnología de la radio
despertó el interés de gobernantes como Augusto B. Leguía, quien rápida-
mente comprendió su potencial social y su importancia política, y la sus-
trajo del primigenio control de radioaficionados y particulares, mediante
su conversión, gracias al control estatal, en un instrumento de construc-
ción de una identidad nacional frente al cercano plebiscito de 1929 y en
un dinámico nuevo espacio de negociación política y social bajo el impul-
so de la Patria Nueva (Klaren, 2012).
El uso político de la radio —y la construcción de un discurso radial na-
cional— por parte del régimen de Leguía llevó a la creación de una emiso-
ra de radio en 1926, sobre la base de la Peruvian Broadcasting Co. (primera
estación que emitió una señal de radio comercial en el Perú, establecida
en 1925 como un proyecto empresarial privado), esta vez supeditada al
control estatal y de acuerdo con los fines políticos del Oncenio. Esta emi-
sora sustraía su frecuencia radial de aquellas usadas por las bandas de ra-
dioaficionados, entre quienes deben incluirse a los que habían construido
o comprado sus equipos (receptores y transmisores) utilizando partes, es-
quemas y diagramas constructivos de diferentes procedencias.
Al respecto, cabe formularnos las siguientes interrogantes: ¿cómo reci-
bió la población urbana este nuevo medio? ¿Se convirtió en un medio de
El paradigma radial
Los rápidos avances técnicos de comienzos del siglo XX ampliaron
las posibilidades de la radio como un medio de comunicación no solo de
aplicaciones y usos militares, sino también civiles. Ya en la Primera Gue-
rra Mundial se había generalizado el uso de la comunicación inalámbrica
(Equipo Fénix, 1996, p. 14) entre los ejércitos y armadas de los países en
conflicto.
En 1906, se descubrió que algunas sustancias minerales como la ga-
lena, un sulfuro de plomo, tenían la capacidad de detectar las transmisio-
nes radiales mediante el uso de circuitos simples y sencillos de construir,
lo que dio origen al receptor de cristal. Entre los primeros radioaficiona-
dos se difundió prontamente un circuito básico, de receptor de cristal de
galena (comprado o elaborado localmente), que contaba con una gran
ventaja: podía ser elaborada con materiales fácilmente asequibles. Es-
tos primitivos receptores, básicamente detectores de ondas de radio sin
Radio News, editada por Hugo Gernsback4, una de las primeras publica-
ciones dedicadas al radioaficionado amateur que circuló en Sudamérica.
En 1908, la estación construida por Charles Herrold comenzó a emi-
tir, de manera regular, información meteorológica privada destinada a los
campesinos de California (Equipo Fénix, 1996). En 1920 se puso en fun-
cionamiento la primera emisora con programación regular del mundo: la
estación KDKA de Pittsburg y, hacia 1925, la emisión de noticias fue el tipo
de programa radial más difundido en las estaciones de radio.
Para el decenio de 1920, la radio como medio se desarrollaba rápi-
damente gracias al uso de las primeras válvulas termoiónicas comercia-
les, que desplazaron a los sencillos circuitos detectores de los primeros
años, y terminaron estableciéndose «definitivamente con la supremacía
del bulbo sobre otros tipos de generadores o detectores» (Anda y Ramos,
1997, p. 47). La recepción y la selectividad fueron mejorándose continua-
mente y se pasó de los primitivos circuitos a base de cristal de galena a
receptores con mayor selectividad y capacidad de amplificación, equipa-
dos con las primeras válvulas termoiónicas: los audiones, dispositivos in-
ventados y comercializados por Lee De Forest, que, en esencia, derivaban
de las válvulas diodos inventadas algunos años antes por J. A. Fleming5,
asesor científico de la compañía Marconi. A estos siguieron los receptores
regenerativos, rápidamente desplazados por los receptores heterodinos y
superheterodinos, que permitían una mayor selectividad de las emisoras
(De Fleur, 1976, p. 92). De esta manera, quedaron definidas la forma y la
función predominante de la radio en los siguientes decenios:
La «caja de música radiotelefónica» estaría provista de bulbos am-
plificadores y un altoparlante, todo ello prolijamente acondicionado
en la misma caja. Ubicada sobre una mesa en la sala o en la estancia,
haciendo girar la perilla se escucharía la música trasmitida (Anda y
Ramos, 1997, p. 45).
Siguiendo tal descripción, un elemento indispensable e icónico que
hace su aparición en este periodo es el dial o cuadrante de emisoras,
elemento distintivo de los aparatos radiofónicos analógicos, unido me-
cánicamente a un circuito formado por un condensador variable y acopla-
miento capacitivo, inventados por Charles S. Franklin mientras trabajaba
para la compañía Marconi.
4 Véase: Gernsback, 1919, y Gernsback, 1922. Fue el editor de la primera revista de electró-
nica: Modern Electric, aparecida en 1908.
5 J. A. Fleming, inventor de la válvula diodo, trabajó en la compañía Marconi, establecida
en julio de 1897 como Wireless Telegraph and Signal Co. Ltd. En 1900, la empresa cambió
su nombre a Marconi Wireless Telegraph Co. El término diodo fue creado por William Henry
Eccles.
La construcción de lo auditivo
El fonógrafo, el gramófono y el teléfono, desarrollados en el último
cuarto del siglo XIX, fueron, junto al telégrafo, los medios de comunica-
ción que antecedieron a la aparición de la radio10 y sociabilizaron los nue-
vos medios de comunicación11. El telégrafo Morse fue el primer medio de
comunicación introducido en el Perú en el siglo XIX, aunque no transmitía
el sonido, sino una codificación de puntos y rayas. Sin embargo, «[e]l te-
légrafo y el teléfono se deben considerar como uno de los antecedentes
tecnológicos e industriales directos de la radiodifusión» (Anda y Ramos,
1997, p. 24), y formaron parte del proyecto modernizador del siglo XIX.
Fonógrafos y gramófonos de los más afamados fabricantes se vendían
en Lima a fines del siglo XIX y prepararon el escenario propicio para la in-
troducción de la radio: «El fonógrafo primero y el gramófono después ya
habían creado el hábito de escuchar música» (Anda y Ramos, 1997, pp. 23-
24). Comerciantes e importadores de fonógrafos, como la Casa Bacigalupi
de Lima, representante de los fonógrafos de la Casa Edison que utilizaban
cilindros de cera, prepararon al público limeño para la llegada de la radio.
Los fonógrafos de cilindros Edison y los fonógrafos Berliner de disco
plano, vendidos como fonógrafos de gabinete, permitieron su introduc-
ción en los hogares y espacios sociales. Cada uno garantizaba ser cada
uno ser el «más fiel reproductor de la voz humana» (El Comercio, 6 de fe-
brero de 1925, p. 9) y prometía al usuario la mayor fidelidad musical. En
Lima, la Casa Zoffner promocionaba, en 1925, la calidad de los fonógrafos
Sonora y los presentaba como un novedoso artefacto que, a diferencia de
otros, «no grita ni chilla» (El Comercio, 19 de febrero de 1925), en respuesta
a la distorsión sonora originada con el desgaste mecánico por la fricción
de la aguja contra la superficie del disco.
10 «La radio es un medio de comunicación tan joven y actual como pueda serlo el cine o la
televisión» (Equipo Fénix, 1996, p. 12).
11 «Los usos sociales de los nuevos medios de comunicación modificaron gradualmente la
experiencia de oír música» (Fernández, 2008).
La construcción de lo radiofónico
En este periodo se produjo el cambio tecnológico de los receptores de
galena hacia los receptores regenerativos, desplazados, en pocos años,
por los receptores heterodinos y superheterodinos. El concepto de ra-
diofonía se construyó en el periodo comprendido en el primer lustro de
los años 20: «En términos generales, hay acuerdo en que en el periodo
1920-1935 se construye eso que denominamos como lo radiofónico y se
produce el pasaje de una sociedad sin radio a una sociedad con radio»
(Fernández, 2008, p. 36). La aparición de las primeras válvulas termoióni-
cas al vacío comerciales permitió la fabricación y comercialización de los
primeros receptores a válvulas, cuyas primeras series y modelos utilizaban
los audiones elaborados y vendidos por la empresa de Lee De Forest. Los
primeros receptores comerciales a válvulas utilizaban los frágiles audio-
nes tipos 32 y 33, que eran, en esencia, válvulas triodos. Por lo tanto, los
fabricantes y los distribuidores comercializaban los radiorreceptores por
la cantidad de tubos o válvulas que incluían, a despecho de las series.
Contribuyen en la construcción de lo radiofónico el telégrafo, que en-
viaba mensajes en series de puntos y rayas; el código Morse, la telegrafía
sin hilos o radiotelegrafía, con la capacidad de enviar código Morse. Este
desarrollo tuvo un gran impulso cuando se comprobó que se podía en-
viar información audible montada en una onda portadora y, a su vez, que
esa onda de radio podía ser sintonizada y detectada. Un circuito detector
separaba la señal portadora, modulada en amplitud, de la señal de audio,
que, dependiendo de su capacidad de amplificación, sería luego aplicada
a un amplificador y un transductor de salida o conectado a unos sencillos
auriculares de uso personal:
A esta altura, hablar de la construcción de lo radiofónico implica
poco más que advertir que nos referimos a un proceso complejo que,
12 «El fonógrafo Introdujo cambios muy importantes en los usos y costumbres de las clases
medias y altas» (Anda y Ramos, 1997, p. 23).
13 En Nueva York, contratados por la casa comercial Holding, Eduardo Montes y César Manri-
que grabaron 172 canciones de música criolla, marineras, valses, y tonderos, que representan
los gustos de la población limeña, y no necesariamente nacional, de principios del siglo XX.
14 «En términos generales, hay acuerdo en que en el periodo 1920-1935 se construye eso
que denominamos como lo radiofónico y se produce el pasaje de una sociedad sin radio a
una sociedad con radio» (Fernández, 2008, p. 37).
una búsqueda intensa de cables, alambres y partes diversas por las ferre-
terías de Lima. En el caso de no conseguir los accesorios principales, solo
quedaba la posibilidad de adquirir las piezas y partes directamente de la
empresa monopolizadora del nuevo medio, naturalmente ofrecidas por la
entonces OAB, que promocionaba las ventajas del receptor, su fácil mane-
jo (figura 1) y sus posibilidades:
Toda la base está hecha de ebonota15 [sic], moldeada en forma para
ocultar y defender la inductancia (arrollamiento de alambres) que
hay en el interior. Para oponerse a tono con la estación trasmisora,
basta mover el muelle que se divisa junto al dedo pulgar de la mano
que sostiene el aparato. Ese muelle corre por la ranura, que es la línea
oscura que va de derecha a izquierda, y mediante ese movimiento
se pone en circuito mayor o menor cantidad de alambre. Los bornes
destinados a la antena y tierra están a la derecha y los que corres-
ponden a los fonos a ala izquierda. Al centro está el detector. Abajo
el recipiente para el cristal, que es un trocito de galena (sulfuro de
plomo) y arriba el pivote que actúa el muelle o pequeña espiral de
alambre que hace contacto.
Todas esas partes están defendidas del polvo y del contacto de los
dedos por un pequeño cilindro de vidrio (El Comercio, 20 de febrero
de 1925).
FIGURA 1. El Crystophone, una radio a galena similar a la ofrecida por la Peruvian Broadcasting. Tomado
de Harris, 1922, p. 23.
16 En 1922, Gersback publicó Radio for All, un libro que incluía diagramas y planos para los
aficionados.
17 «Esta historia de nacionalismo compulsivo comienza a escribirse hacia 1910, con la expul-
sión de los curas peruanos en las provincias ocupadas por Chile, lo que tuvo como conse-
cuencia la ruptura de relaciones diplomáticas entre ambos países. 1910 era el año del cente-
nario en Chile y el nacionalismo era un sentimiento que emergía desde todos los rincones y
20 «Durante su primer año, OAX fue una radio que solo trasmitía tres horas diarias. Entre las
21:00 y 23:00 horas se mezclaba música, charlas, narraciones de personajes y los primeros
teatros radiales» (Merayo Pérez, 2007, p. 330).
21 En el discurso inaugural, Leguía declaraba que «la inauguración de este servicio de radio-
difusión es la prueba más concluyente de que el progreso del Perú marcha a grandes pasos»
(Alegría, 1988, p. 31).
22 «Como el nacimiento de la radio en el Perú fue producto de un trabajo empresarial, la
Peruvian Broadcasting Company abrió una tienda de receptores e hizo los primeros intentos
de comercializarlos» (Merayo Pérez, 2007, p. 330).
Conclusiones
La radio en el Perú, como medio, y al igual que lo que sucedía en los
demás Estados sudamericanos, requirió de un proceso de adaptación que
se vio facilitado por los antecedentes tecnológicos tempranos de la radio-
difusión. La Patria Nueva, el proyecto modernizador del Oncenio, tuvo en
cuenta este nuevo medio y no dudó en utilizarlo para la difusión de los
valores de un recién descubierto nacionalismo criollo y andino, cuya raíz
radicaba en el indigenismo. La proximidad del plebiscito de 1929 aceleró
la construcción de este nuevo espacio de negociación. La producción ra-
dial pasó a ser controlada por el régimen leguiista, mediante la creación
de la emisora Radio Nacional como institución estatal. Las primeras emi-
siones y las primeras programaciones radiales tuvieron, a instancias del
régimen, un marcado carácter nacional, con el fin de construir una nueva
identidad nacional.
La radio como nuevo espacio de negociación permitió construir una
nueva identidad nacional a partir de un imaginario de lo que debía ser la
música nacional peruana, partiendo de los gustos y expresiones musica-
les urbanas, especialmente y originalmente limeñas. En cuanto a los usos
sociales de la radio durante el Oncenio, músicos criollos como los Montes
y Manrique ya habían penetrado en la esfera doméstica mediante los ci-
lindros y discos de los fonógrafos y gramófonos presentes en Lima desde
fines del siglo XIX, y consolidaron, en el imaginario popular, a la música
criolla como representativa de una música identitaria nacional peruana.
23 Siendo modelos construidos por aficionados, una búsqueda más intensa en los archivos
permitiría descubrir las características y limitaciones técnicas. En Latinoamérica, Argentina
tiene una vida técnica de la radio más temprana: en la década de 1920 ya se fabricaban y
comercializan receptores hechos en el país.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Recepción: 22/02/2018
Aceptación: 29/03/2018
RESUMEN
Este artículo estudia un periodo poco investigado de la
vida de Clorinda Matto de Turner: los años de su apoyo al
Gobierno de Andrés A. Cáceres y su actividad intelectual
durante su vida en Lima.
Durante estos años Clorinda Matto fue víctima de ex-
comuniones, censuras y críticas de sus detractores. Todas
las actitudes hacia ella nos van dibujando una imagen a
partir de los estereotipos que afectaban a las mujeres es-
critoras de la época y que se encuentran presentes en la
prensa periódica.
El caso de Clorinda Matto nos ayuda a comprender
cómo eran percibidas las mujeres que se dedicaban a la
política en los años finales del siglo XIX.
PALABRAS CLAVE
Clericalismo, género, Lima, mujeres, prensa
ABSTRACT
This paper focuses on a little-known period of Clorinda
Matto de Turner’s life: her years of support for the gover-
nment of Andrés A. Cáceres and her intellectual activity
during the time she spent in Lima.
During those years, Clorinda Matto fell victim to ex-
communication, censorship, and the criticism leveled by
her detractors. The positions taken against her paint a
picture of the stereotypes affecting women writers of the
time, which were reflected in the press of the period.
KEYWORDS
Clericalism, gender, Lima, women, press
Introducción
En el siglo XIX hicieron aparición en la escena las primeras generacio-
nes de escritoras peruanas. Clorinda Matto de Turner fue una de ellas. Sus
novelas tuvieron gran acogida; sin embargo, generaron gran polémica en
el mundo intelectual del siglo XIX. Su posición frente a la Iglesia católica,
su abierto apoyo al Gobierno de Andrés A. Cáceres y su enfrentamiento
con escritores de la época le trajeron muchas dificultades que finalmente
la condujeron al autoexilio en Argentina, donde falleció en 1910.
Los años en Lima fueron los más intensos en su vida política y literaria,
pero también los menos estudiados. En este artículo abordaremos algu-
nos aspectos de su vida entre 1890 y 1895, tratando de comprender cuál
fue su situación como escritora en un ambiente dominado por hombres.
2 Biblioteca Nacional del Perú, Archivo Ricardo Palma. Carta de Clorinda Matto a Ricardo
Palma.
La Equitativa (1892-1895)
A pesar del escándalo ocasionado por el cuento «Magdala», Clorinda
Matto de Turner continuó con sus proyectos. La formación de la primera
imprenta administrada y gestionada por mujeres fue uno de sus nuevos
anhelos. Así nació La Equitativa.
Circula la noticia de que, de la imprenta La Equitativa que gira bajo
la razón social Matto Hermanos, saldrá próximamente, convertido en
diario, el semanario o bisemanario titulado El Deber que publicaba en
los últimos años el presbítero, doctor don Alejandro Belando y Ban-
dini. No sabemos si el diario continuará la numeración del periódico
anterior o comenzará una nueva.
Según afirman otros, el doctor Belando ha vendido su propiedad so-
bre la cabeza o título El Deber a una empresa particular que se pro-
pone suprimir de dicho periódico la parte religiosa, al transformarlo
en diario, para dejarle solo el carácter político y literario que también
tenía antes.
Pequeñeces
En Los Andes, nos dice un suscritor, que leyó esta frase del discurso
del joven (de 40 años) Garrido Mendivil:
¡Aca... chisun!
Al oírla, recordó conmovido el general, el olorcillo de los soldados
de la Breña...
Quechua, por quechua, ilustre escritora realista!
(La Idea, 24 de noviembre de 1892).
Pequeñeces
Futura novela realista de la señora Matto:
La servilleta de la Rábida.
(La Idea, 22 de diciembre de 1892).
Pequeñeces
Nueva novela realista de la señora Matto:
El gran proceso de la legislatura de 1892.
Ni Aves sin nido, ni Índole, ni La servilleta de la Rábida.
(La Idea, 14 de enero de 1893).
Romero y flores
Tú siempre serás, querida,
por tu cara estrafalaria,
farolillo de botica;
por tu cuerpo, boticaria;
por eso todos conocen,
al saber tu afán nocturno,
que no eres torno, Clorindia,
sino Clorindia de Turno.
(La Cachiporra, 15 de diciembre de 1892).
En El Leguito Frai José, una de las secciones más satíricas de este perió-
dico era «Cordonazos». Allí se criticaba a los partidarios de Cáceres. Al re-
ferirse a Los Andes, se le señaló como un periódico escrito por ignorantes.
Cordonazos
Un literato de a ciento en carga consultaba a otro ídem.
—Hasta con h, ¿qué parte de la oración es?
—Sustantivo, contesta el interrogado.
—¿Y asta sin h?
—Adverbio, ¡hombre!, ¿qué, no lo sabía usted?
Después de un momento, rascándose la cabeza dice el mismo:
—Pienso escribir para Los Andes de doña Clorenda Mato.
(El Leguito Frai José, 19 de mayo de 1893).
A destajo
La de las Aves sin nido
Buscando siempre alguna ave...
Al compás de ese quejido
Con que destroza el oído
Desde que le falta clave...
(La Tunda, 4 de marzo de 1893).
Chismografía
Clorinda la de las aves
Tiró... con el general
Un cachito. Ya lo sabes,
La Equitativa
Con este nombre se ha abierto un nuevo establecimiento tipo-
gráfico en la calle de los Desamparados, en la misma en que mo-
ran, residen o despachan los pobrecitos que componen el Poder
Ejecutivo, que como ustedes saben se mueren de toda clase de
desamparo.
Hasta aquí no hay nada de particular.
Y aún podríamos decir con el otro, aludiendo a la nueva imprenta:
¡que haya un cadáver más que importa a Lima!
Pero es el caso que, según el prospecto y un muestrario de im-
prenta como de 20 páginas que se han repartido al público, el
nuevo plantel de rechinar va a ser servido por... señoras.
Instintivamente hemos echado mano al frac y los guantes, lo que
va a ser un embarazo para los marchantes que carezcan de estos
adminículos, o que no estén de humor de ponérselos al ir a con-
tratar una impresión.
Las otras imprentas se llamarán ahora, lógicamente servidas por
señores.
Lo que va a desterrar de los talleres los géneros hombre y mujer.
Desde que oímos hablar del proyecto de establecer una imprenta
servida por mujeres... eso será en parte.
Clorinda Matto quiso entablar una polémica con Juan de Arona, pero
sus amigos le aconsejaron que no le hiciera caso. Sobre esto comentó la
escritora con Ricardo Palma en una de sus cartas de 18933.
Aquí no falta perro que ladre de envidia. Juan de Arona ha estado
machacándolo en El Chispazo. Yo le quise contestar, pero los amigos
me han dicho que es darle suma importancia, porque el tal Chispazo
no pasa de las murallas de Lima donde tanto conocen a Arona, el
maldiciente por temperamento.
La escritora también fue acusada por sus detractores de haber plagia-
do obras de otros autores. En La Tunda se mencionó este tema.
A destajo
Y ya que hablo de esta poetisa.
3 Biblioteca Nacional del Perú. Colección Ricardo Palma. Carta de Clorinda Matto de Turner
a Ricardo Palma.
Pequeñeces
Exclaman Los Andes:
«¡Tacna! la tierra de Vigil, de Zela, de Cáceres...».
¿Comería fuerte el redactor, macho o hembra?
(La Idea, 7 de enero de 1893).
Pequeñeces
La prima del 10 de noviembre
Madama la directora
del periódico Los Andes,
de mole... demoledora
y de propósitos... grandes:
esa Prima, aunque uste gima
la pena que llaman negra,
no tuvo nada de prima,
pero sí mucho de suegra.
(La Idea, 1 de diciembre de 1892).
«Manos blancas no hierran»: esta frase encierra una doble moral ma-
chista. Se ataca a una escritora como si fuera un varón y se le niega la
facultad de responder bajo los mismos términos masculinos, a riesgo de
perder su femineidad.
Si bien Clorinda Matto fue tratada con el respeto que se merecía una
señora, el hecho de intervenir en un espacio predominantemente mascu-
lino en cierta forma la masculinizaba. Como ha señalado Carolina Ortiz:
«En este tránsito, mujeres como Clorinda Matto fueron apropiándose del
saber que pertenecía básicamente al mundo masculino» (Ortiz Fernán-
dez, 2007. p. 383).
Esta era una gran limitación que tuvieron las primeras escritoras de
esta época como Mercedes Cabello y Clorinda Matto. Sobre esto Fanny
Arango ha señalado:
Durante su vida, Matto de Turner es sujeto de una triple discrimina-
ción dentro del espacio público: una por ser provinciana, otra por ser
mujer y escritora y la tercera por ser un sujeto crítico dentro de la so-
ciedad peruana patriarcal del siglo XIX (Arango-Keeth, 2012, p. 197)
También ha opinado sobre esto Emma María Mannarelli.
Mi impresión es que en la destrucción de las imprentas que poseían
y dirigían las mujeres se expresan los amenazados poderes privados,
en la medida en que estas simbolizaban la ampliación de las fronte-
ras de la cultura pública, lo que a su vez suponía una redefinición de
los poderes patriarcales (Mannarelli, 2002, p. 82).
Cordonazos
¡Lo que es el fenómeno psicológico de la asociación de las ideas!
Por doña Fabiana me acuerdo de doña Clorinda.
Hablo de la señora Matto de Turner, la que andaba por Los Andes.
¿Aprendería esta el inglés que estaba estudiando para emigrar a
los Estados Unidos si Cáceres perdía?
Tengo curiosidad por saberlo.
(El Leguito Frai José, 25 de abril de 1895).
Cordonazos
Dícennos que en los últimos días de la dictadura se entregó dos
mil soles a la señora Matto de Turner como subvenciones adeuda-
das por la publicación de Los Andes.
Con razón se llevó el diablo al dictador.
Gastaba en periódicos lo que debía servir para dar de comer a su
tropa.
¡Qué bárbaro!
(El Leguito Frai José, 10 de abril de 1895).
Otro de los rumores propalados por El Leguito Frai José acusaba a Clo-
rinda Matto y su hermano el doctor David Matto de haber ayudado a los
caceristas durante el ataque contra las tropas de la coalición en marzo de
1895.
Cordonazos
De la casa de los hermanos Matto (doña Clorenda y el médico)
hicieron, como todo Lima sabe, nutrido fuego sobre los coalicio-
nistas.
Esos hermanos hicieron subir a sus altos (calle de Calonje) a varios
soldados caceristas, que, sin ser vistos, por las ventanas que dan
al techo y agazapados en este, disparaban sobre la vecina torre
de San Agustín y demás posesiones inmediatas, ocupadas por los
restauradores.
Terminado el combate, una comisión fue a indagar quiénes ha-
bían sido los autores de tanto fuego, y, en pago de la cortesía y
buenos modales de los comisionados, el doctor David Matto ha
forjado la torpe e increíble especie de que estos le robaron 160
soles (El Leguito Frai José, 4 de mayo de 1895).
Durante el ataque a la iglesia de San Agustín, una de sus torres, que es-
taba siendo construida, fue seriamente afectada por disparos de artillería.
Se ha mencionado muchas veces que la casa de Clorinda Matto fue
atacada por las tropas de la coalición nacional por haber sido colabora-
dora de Cáceres. Si lo que afirma El Leguito Frai José era cierto, entonces el
ataque a la casa de la escritora y la destrucción de su imprenta también
fue motivado por haber sido utilizada para atacar a las tropas pierolistas.
Luego de la caída del Gobierno de Cáceres y sus seguidores, nadie de-
fendió a la escritora. Incluso su amigo Ricardo Palma, en una carta a Lola
Rodríguez de Tió, se refirió a la situación de su amiga Clorinda:
Clorinda Matto, después de la caída del Gobierno de Cáceres de
quien era ella muy partidaria, ha creído que le convenía emigrar y
hoy se encuentra en Buenos Aires. Mucho aconsejé a mi queridísima
comadre Clorinda que no se mezclara en política. Pero me desaten-
dió. Editó un periódico para defender algo que no admitía defensa
(Palma, 1968, p. 31).
Palma creía que Clorinda Matto podría volver al Perú luego que la si-
tuación política se tranquilizara con la llegada de Nicolás de Piérola a la
presidencia. Sin embargo, se equivocó y Clorinda Matto moriría lejos de
su país en 1910.
Desde su exilio en Buenos Aires, Clorinda Matto vivió una vida holga-
da, donde pasó momentos difíciles; a pesar de eso, siguió con sus tareas
literarias. Lejos de su tierra, lo que más extrañaba era a sus sobrinos y a su
hermano, el doctor David Matto. Su visión acerca de la situación del Perú
era pesimista y creía que la crisis del Perú continuaría con la llegada de
Nicolás de Piérola al Gobierno. En una de sus cartas4 a Ricardo Palma, de
mayo de 1895, la escritora comenta:
Bien me decía usted en una carta que ni Cristo compondrá nuestro
país. La descomposición social es tan grave como la degeneración de
la sangre. Desde esta distancia veo las cosas más claras y no cosecho
más que la tristeza porque el futuro de nuestro país es peor que el
de la Polonia.
Reflexiones finales
Las escritoras peruanas del siglo XIX fueron mujeres que tuvieron
grandes obstáculos para dedicarse a este oficio. La vida de Clorinda Matto
en Lima nos muestra cuáles fueron los prejuicios y dificultades que la ro-
dearon por ser mujer.
4 Biblioteca Nacional del Perú. Colección Ricardo Palma. Carta de Clorinda Matto de Turner
a Ricardo Palma.
ANEXO 1. MAGDALA
Un gong vibró afuera, en el jardín, entre los mirtos en flor, las sama-
ritanas dejaron caer los Kinnors, los abanicos y los incensarios pararon,
todas las miradas volviéronse hacia la sombra: Magdala llevando la mano
al pecho, inclinose ansiosamente para ser la primera en divisar al amado...
Hízose un silencio grave, solo lo interrumpió el eunuco que vigilaba entre
las dos columnas, agitando por tres veces su largo alfanje y diciendo con
una voz gangosa como la de los fariseos:
—El tetrarca!
—¡No! ¡No! —gritó imperiosamente Magdala—. ¡No lo recibo! ¡No!
¡Corran las cortinas! Corran las cortinas! No lo recibo! No lo recibo!
En el mismo instante, desenrollose del techo una onda solferina raya-
da de oro, y el pórtico cerrose por una gruesa cortina bordada en relieve
con un paisaje de Moab, campo, río y un cielo sin color por donde volaba
una bandada de águilas.
—¡No...! ¡No...! —continuó la Magdala—. No lo recibo.
Y nerviosa y frenética, dejose de nuevo caer en su espacioso lecho,
ordenando con un gesto a las jóvenes de Samaria y a las esclavas que vol-
viesen a empezar. Sonaron los kinnors y los abanicos y los incensarios pu-
siéronse de nuevo en movimiento.
María de Magdala no pudo contener sus lágrimas —la luna estaba
muy alta, y se había extinguido las voces en el vecino campo— la ciudad
se había cerrado... y él, su amado, lejos tal vez en un sitio inculto o entre la
plebe que habitaba la margen del lago de Generzareth.
Iba a levantarse, para salir tal vez, sin destino, sola, por medio de los
prados, en busca del preferido de su corazón, cuando el gongo vibró de
nuevo.
Irguiose, el cendal que cubría su vientre aflojó y cayó enrollado a sus
pies, formando un pequeño pedestal de gasa, y ella desnuda, firme, con la
mirada fija en la pesada cortina, esperó que el eunuco acudiese, y anun-
ciase al recién venido.
No fue larga su espera. La cortina onduló, y la cabeza negra del cen-
tinela, surgió de entre las franjas, lanzando hacia el gineceo él anunció:
—¡Jesús!
El pudor la venció. Inclinose rápida para coger la gasa y se envolvió en
un instante y riendo se dejó caer en los cendales del ancho lecho y enco-
giéndose cubriose dejando apenas la cabeza libre en la que se manifesta-
ba la ansiedad y cuyos ojos brillaban con fulgor de astros.
Volvió a ondular de nuevo el pesado paño de peristilo y Jesús se pre-
sentó entre las blancas columnas de mármol de Pharos.
ANEXO 2
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Recepción: 26/1/2018
Aceptación: 2/3/2018
RESUMEN
La libertad de cultos, objeto de controversia a inicios
del siglo XX, fue una conquista que liberales y evangélicos
consiguieron el 11 de noviembre de 1915 ante el Congre-
so de la República del Perú. Sin embargo, este proceso se
fue gestando en toda la época republicana, desde que los
protestantes y evangélicos empezaron a tener presencia
significativa en el Perú. El avivamiento protestante del si-
glo XVII en Norteamérica fue el detonante principal para
el inicio del proyecto misionero y de labor espiritual en
América. Para el caso del Perú, esta labor se inicia en 1822,
con la presencia del misionero Diego Thomson. El proceso
del establecimiento de evangélicos y protestantes conti-
nuó durante todo el siglo XIX y la prédica del pensamiento
anticlerical latinoamericano se fue expresando paulatina-
mente en varias regiones del Perú, hasta lograr tener se-
guidores que buscaban la igualdad frente a la presencia
casi total de los católicos. La libertad de cultos se convirtió
así en un objetivo central del pensamiento liberal de ini-
cios del siglo XX y transformó la mentalidad recalcitrante
católica en aras de permitir la prédica evangélica en todo
el territorio peruano.
PALABRAS CLAVE
Libertad de cultos, tolerancia religiosa, anticlericalis-
mo, protestantes y evangélicos, liberales, misioneros
ABSTRACT
Religious freedom, still the subject of controversy at the
beginning of the 20th century, was a victory extracted by
liberals and evangelicals from the Congress of the Repu-
blic of Peru on November 11th 1915; however, the process
had begun during the early years of the republic, as the
presence of protestants and evangelicals began to grow.
The protestant revival of the 17th century in North Ame-
rica was the main catalyst for the launch of a missionary
project and spiritual work in the Americas; in the case of
Peru, such work began in 1822, with the arrival of the mis-
sionary Diego Thomson. The establishment of evangelical
and protestant communities continued throughout the
19th century, and the preaching of Latin American anticle-
rical thought spread gradually throughout several regions
of Peru, gaining a following who sought equality with the
overwhelming presence of the «Catholics». It was in this
context that religious freedom became a central tenet of
liberal thought during the first years of the 20th century,
leading to a transformation in hardline Catholic thinking
and the permitting of evangelical teaching throughout
Peruvian territory.
KEYWORDS
Religious freedom, religious tolerance, anticlericalism,
protestants and evangelicals, liberals, missionaries
Introducción
¡Nacimos indios, esclavos del cura, esclavos del gobernador, esclavos del
cacique, esclavos de todos los que agarran la vara del mandón!
Clorinda Mattos de Turner, Aves sin nido
tuvieron que esperar décadas para tener cierta libertad real en el país
(Alomía, 1998).
De modo paralelo con el trabajo de educación, Thomson llevó a cabo
una gran labor misionera distribuyendo las Escrituras, primero como vo-
luntario y luego como agente de la Sociedad Bíblica Británica (SBB), y
extendiendo la evangelización en el Perú mediante la labor educativa,
durante más de 30 años. Contó con el apoyo paulatino de otros misione-
ros como Juan Ritchie, quien señala que «Thomson no era primeramente
pedagogo sino misionero» y su mensaje era la afirmación del cristianismo.
Continuando con la labor de Thomson, la SBB estableció un grupo de-
nominado «Colportores de la Biblia» integrado por Lucas Matthews (1828)
y A. J. Duffiel (1857), quienes intentaron continuar con el trabajo de co-
locación de Biblias y porciones del Nuevo Testamento. Este esfuerzo fue
continuado por el misionero metodista William Taylor, quien llega al Perú
en 1877 e intenta desarrollar una estrategia de evangelización y servicio
social a través de la apertura de templos y escuelas para niños, tanto ex-
tranjeros como peruanos.
Las facilidades que tuvieron estos misioneros para la prédica protes-
tante se enmarcó en las constantes diatribas en la legislación peruana y
las pugnas existentes entre liberales y conservadores. Así, el primer pro-
yecto de ley sobre religión en el Perú se presentó en el primer Congreso
Constituyente (donde 26 congresistas de los 79 eran clérigos) y proponía
el siguiente artículo: «La religión del Estado es la católica, apostólica y ro-
mana».
Si bien el artículo propuso la protección de la Iglesia católica, no men-
cionó la exclusividad del catolicismo y dejó la puerta abierta a la liber-
tad de cultos, posición respaldada por el clero liberal. Sin embargo, esta
postura inicial no prosperó y se organizó un movimiento entre católicos y
conservadores que favoreció el cambio del texto del artículo con el agre-
gado: «La religión de Estado es la católica, apostólica y romana, con exclu-
sión de cualquier otra».
En este contexto la prédica anticlerical solo fue posible mediante la
labor misionera anclada en la repartición de las Escrituras, pero la cam-
paña contra el clero continuó hasta llegar a su momento cumbre en la
Asamblea Constituyente de 1855-1856, cuando se eliminaron los diezmos
y el fuero eclesiástico, lo que provocó el rechazo de muchos católicos y
sirvió para legitimar la sublevación de Manuel Ignacio Prado en Arequipa
en 1855. Sin embargo, debido a la posición fuertemente conservadora, en
1860, el presidente Ramón Castilla convocó un nuevo Congreso Constitu-
yente encabezado por Bartolomé Herrera, donde se aprobó nuevamente
estos años, publicó su renombrada novela Aves sin nido (1889), Bocetos al lápiz de americanos
célebres (1890) y escribió un vasto número de ensayos, tradiciones y leyendas en los que
resaltan las preocupaciones de su producción global.
4 Aves sin nido relata la historia de Lucía Marín, joven de buena familia, que, junto con su
marido, un ingeniero metalúrgico, se establece en Killac, pueblecillo andino. Lucía, extran-
jera, se ve horrorizada ante la corrupción que observa en Killac, donde el gobernador y el
sacerdote del pueblo consienten gran explotación contra los indígenas. Figura aquí una des-
cripción de las instituciones que esclavizan y empobrecen a los indios, así como una serie
de ejemplos del abuso de poder. Una de estas instituciones es la Iglesia católica dirigida
por el sacerdote, don Pascual, quien se preocupa exclusivamente por su bienestar físico, su
avaricia, su debilidad, su sensualidad desbordada y sus negativas a prestar ayuda a los nece-
sitados con objetos de constantes críticas.
5 A pesar de que la ley del 26 de noviembre de 1855 prohibía el establecimiento en el Perú
de la Compañía de Jesús, a partir de 1886 se produjo una serie de debates por la llegada de la
Compañía, que desencadenó que los padres jesuitas se establecieran en Huánuco e iniciaran
nuevamente una labor evangelizadora, contando con el apoyo del Gobierno.
Conclusiones
En la larga lucha por conseguir la ley de la libertad de cultos, resaltan
varios momentos en los que se desencadenan pugnas internas entre di-
versos sectores de la sociedad, en un primer momento, después de la in-
dependencia, amparados en la enseñanza lancasteriana, los predicadores
evangélicos introdujeron por primera vez la enseñanza protestante, ma-
terializando una prédica de igualdad y unidad en torno a la obra salvífica
llevada a cabo por Jesucristo para la salvación de las almas. A esta prédica
se unió el colportaje, mediante la difusión y venta de biblias.
Desde mediados del siglo XIX se sintieron con mayor fuerza las pugnas
entre la Iglesia católica y el avance de la obra evangélica. En un primer mo-
mento destacó la prédica liberal en torno a la tolerancia religiosa y luego
la obra llevada a cabo por Penzotti, con quien se fundó la Iglesia metodis-
ta y se avanzó en la igualdad de matrimonios, que sin embargo tuvo una
dura reacción por parte de la Iglesia católica mediante la publicación de
El Amigo del Clero.
En la primera década del siglo XX existió una clara tendencia anticle-
rical manifestada en diversas posiciones, como el rechazo a la Compañía
de Jesús por parte de la Sociedad de Librepensadores, las continuas de-
nuncias en contra del abuso de los curas por la Asociación Proindígena o
los sucesos de Platería, que fueron los indicadores de que el campo para
la promulgación de la libertad de cultos había llegado. En este momento
se presentó la ley ante el Congreso de la República y en 1913 se amparó la
libertad de cultos. No obstante, las pugnas no habían terminado y apenas
se iniciaba un camino distinto.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Ramos, C. (2006). Historia del derecho civil peruano. Siglos XIX y XX. Tomo V,
Los signos del cambio, vol. 2, Las instituciones. Lima: Fondo Editorial de la
Pontificia Universidad Católica del Perú.
Recepción: 27/1/2018
Aceptación: 16/3/2018
RESUMEN
En el presente artículo se presentará la vida del distin-
guido doctor masón Christian Dam, cuya obra se encuen-
tra inmersa en una vertiente de nuestra tradición liberal:
el radicalismo anticlerical. El aporte principal de nuestro
personaje es el haber formado la primera organización
anticlerical en el Perú, denominada la Liga de Librepensa-
dores del Perú (1897-1904). El accionar anticlerical fue una
línea tenue y existió sin ser institucionalizada. La aproxi-
mación histórica a los aportes de Dam se realizará utilizan-
do el método comparativo propuesto por el historiador
Plutarco. En tal sentido, nuestro personaje a comparar será
González Prada. La vida de ambos personajes transcurre
en los años finales del siglo XIX e inicios del siglo XX. Fi-
nalmente, el argumento transversal del presente trabajo
es mostrar la intersección de las vidas de Dam y González
Prada en diversos espacios públicos que compartieron, y
los cambios ideológicos que van desde el liberalismo has-
ta el anarquismo.
PALABRAS CLAVE
Librepensamiento, Christian Dam, liberalismo, radica-
lismo, anticlericalismo, anarquismo
ABSTRACT
In this article we present the life of the distinguished
freemason Dr. Christian Dam, whose works are imbued
with a particular aspect of Peru’s liberal tradition: anticleri-
cal radicalism. Dam’s main contribution was the formation
of the first anticlerical organization in Peru, known as the
League of Free Thinkers of Peru (1897-1904). Previously,
anticlerical activism had remained non-institutionalized.
Our historical approach to the work of Dam will employ
the comparative method proposed by the historian Plu-
tarch, through a comparison of Dam’s work with that of
González Prada. The lives of these two figures bridged the
final years of the 19th century and the early years of the
20th century. Finally, this article will trace the intersections
in the lives of Dam and González Prada across the different
public spaces they shared, as well as tracing an ideological
journey from radicalism to anarchism.
KEYWORDS
Freethinking, Christian Dam, liberalism, radicalism, an-
ticlericalism, anarchism
Introducción
Lo que buscamos en este artículo es estudiar la vida política del médi-
co (odontólogo) y activista social del siglo XIX e inicios del siglo XX Chris-
tian Dam, quien tuvo por esos años una destacada participación. Sin em-
bargo, al igual que él, otros personajes, como Francisco Bilbao, Mariano
Amézaga, Glicerio Tassara, Carlos del Barzo, Pedro Pablo Astete, Leopoldo
Urmachea, Alfredo Baldasari, entre otros, no han sido seleccionados2 por
nuestros historiadores contemporáneos para ser parte de la historia repu-
blicana peruana oficial.
Para este acápite utilizaremos la metodología de Plutarco3: Vidas pa-
ralelas4. Esto consiste en exponer la biografía de dos personajes de una
2 Esta idea de selección tiene que ver con la denominada objetividad. Según entiendo, esta
neutralidad en las ciencias sociales y en la historia no existe. Al respecto, Nelson Manrique
(2010) indica: «No somos pues un sujeto cognoscente situado fuera e independientemente
del objeto que estudiamos, sino somos su hechura. El idioma que hablamos, la identidad
social que nos define (nacional, étnica, religiosa, de clase, etc.), las categorías con las que in-
tentamos conocer el mundo, las ideologías, imaginarios, representaciones que adscribimos,
etc., son hechos sociales que existen desde antes de nuestro nacimiento.
3 Plutarco nació en la región griega de Beocia, probablemente durante el Gobierno del em-
perador romano Claudio. Realizó muchos viajes por el mundo mediterráneo. Su trabajo más
conocido son las Vidas paralelas.
4 Para el presente artículo tomaré como referencia la vida paralela de Demóstenes y Cicerón
hecha por Plutarco, ya que considero la más adecuada para nuestro trabajo. El propio Dam,
en el trascurso de su agitada vida pública en el Perú, escribió con el seudónimo de Demós-
tenes en varios periódicos limeños. Además, nos parece que la vida de Cicerón se puede
acercar a la González Prada, en parte, principalmente, por su origen nobiliario.
5 Un trabajo orgánico sobre el González Prada liberal es el libro de Hugo Pereyra Plasencia,
Manuel Prada y el radicalismo peruano.
8 Estas logias fueron Orden y Libertad, Orden y Libertad del Gran Oriente, Virtud y Unión,
Partenón, Alianza y Firmeza.
9 Según la relación de masones ilustres, publicada como parte del libro de Carlos López
Albújar (Masones y masonería en el Perú), Antonio Arenas (1808-1891) fue abogado de profe-
sión, fundador y primer gran maestre de la Gran Logia del Perú (1882-1885), rector del Con-
victorio de San Carlos, ministro de Estado (1863 y 1872), vocal de la Corte Suprema (1870) y
presidente de la Asamblea Constituyente (1883).
10 Esto es afirmado por el masón Carlos López Albújar en Masones y masonería en el Perú y
por el propio Christian Dam en Breve reseña sobre la historia de los jesuitas.
11 Ricardo Palma fue un liberal y masón connotado durante largos años. Según lo indica
Oswaldo Holguín, Palma ingreso a la Logia Concordia Universal el 4 de julio de 1855. Luego,
pasó la a logia limeña Virtud y Unión Nro. 3, donde tuvo el grado de maestro masón (Holguín
Callo, 1994, p. 629).
Avelino Cáceres no quiso firmar su expulsión. «Se reunió con los supe-
riores de la orden en la provincia y acordaron que lo mejor era el retiro
temporal del Perú, hasta que los ánimos y animadversiones contra esta se
aquietasen. Los jesuitas partieron con dirección a Bolivia y Ecuador, para
que luego algunos marcharan a España» (Torrejón, 2014, p. 80).
Para 1891, las fuerzas del radicalismo liberal, formarían el Partido
Unión Nacional, encabezada por la figura de Manuel González Prada. Es-
taba integrado por un grupo heterogéneo: estudiantes, profesionales de
Lima y otras regiones del país. En la lista del comité (Sánchez, 1986, p.
143) se observan algunos nombres que nos interesa resaltar, ya que se-
rán parte de la Liga de Libre Pensadores del Perú: Christian Dam (cirujano
dentista), Alberto Químper (abogado), Francisco Mostajo (orador y pole-
mista arequipeño), Benjamín Pérez Treviño12 (periodista y masón), José B.
Ugarte (abogado).
Paralelamente al apoyo que Dam entregó al Partido Unión Nacional,
continuó su gestión dentro de las filas de la masonería. De esta manera,
luego de casi 20 años de vida en la masonería, Christian Dam fue elegido
en marzo de 1896 el gran maestre de la Gran Logia de los Antiguos Libres
y Aceptados Masones de la República del Perú.
Producto del trabajo realizado durante un año dentro de la Gran Logia
del Perú, el doctor Dam fue reelegido para el cargo de gran maestre en el
periodo 1897-1898. En su segunda gestión, sus decretos de mayor impac-
to dentro de la masonería fueron cambiar la bíblica de aras masónica por
la Constitución Masónica y cambiar la palabra biblia por Constitución la
Gran Logia del Perú en los rituales.
La reacción no se hizo esperar. Varias facciones opositoras organiza-
das en sus respectivas logias desacataron el proyecto de Dam y pusieron
en tela de juicio, incluso, la soberanía de Gran Logia de Perú si se ponían
en práctica las reformas. Fue el caso de la fuerte oposición liderada por
la logia de Kosmos Nro. 7 y secundada por otras logias limeñas. Al final,
la renuncia de Christian Dam del cargo de gran maestre generó el apar-
tamiento de otros hombres de la masonería. Estos personajes buscarían
desarrollar un nuevo espacio que cobijaría sus intereses por difundir las
ideas liberales radicales con esencia anticlerical. De esta manera, apareció
la Liga de Librepensadores del Perú.
La gran huella liberal dejada por Christian Dam, a finales del siglo XIX e
inicios del siglo XX, fue la Liga de Librepensadores del Perú, fundada el 30
12 Según Carlos López Albújar, perteneció a la Respetable Logia Virtud y Unión Nro. 3 y fue
gran maestre (1924-1928).
de octubre de 1897. ¿Qué fue? Una institución que generó un nuevo es-
pacio alternativo de sociabilidad moderna, y anticlerical. Además, por pri-
mera vez en nuestra historia republicana, se dio la institucionalización del
anticlericalismo en nuestro país. Su labor se adscribe de 1897 a 1904, año
en que fue cerrada por el Gobierno aristocrático de José Pardo y Barreda.
La Liga de Librepensadores, como institución que difunde y propaga
ideas liberales, tuvo su sede en Lima; sin embargo, a poco tiempo de su
creación, descentralizará sus acciones y organización al interior del país.
Así lo demuestran las páginas de El Libre Pensamiento:
La feliz iniciativa en virtud de la cual queda constituida en Lima la
Liga de Librepensadores empieza a tener eco en las demás circuns-
cripciones de la república. No hace 15 días que se llevó a cabo la idea;
sin embargo, dentro de poco la veremos germinar en todas partes.
Así lo demuestra el entusiasmo con que se viene acogiendo, entu-
siasmo de que es una muestra la actitud asumida en Yauli por un gru-
po de patriotas liberales, que han querido ser los primeros en orga-
nizarse, manifestando así la nobleza de sus propósitos que lo anima.
Para ellos no tenemos más que palabras de gratitud y elogio (El Libre
Pensamiento, 11 de diciembre de 1897).
Al comenzar el siglo XX, la inversión capitalista trajo problemas eco-
nómicos y sociales, que comenzaron a acentuarse en nuestro país: el en-
ganche, la falta de derechos laborales, la situación de la mujer, etc. En-
tonces, esta coyuntura generaría nuevas reflexiones en nuestro país bajo
los ideales anarquistas. Así, la vida del doctor Dam daría un viraje hacia el
anarquismo.
Para seguir refiriéndonos al anarquismo como ideología y su vínculo
con el doctor Dam, sería necesario plantearnos la siguiente interrogante:
¿fue original el pensamiento anarquista peruano? En realidad, los docu-
mentos doctrinarios eran traducidos o reproducidos de otras revistas o
libros, y los anarquistas peruanos básicamente eran prácticos e inmersos
en la lucha social. No obstante, aquí hubo algunos ideólogos; entre los
intelectuales estaban González Prada, Glicerio Tassara, Christian Dam, Is-
mael Gacitúa, entre otros; y también los obreros Manuel Caracciolo Léva-
no y su hijo Delfín, Eulogio Otazu, Nicolás Gutarra, etc. En realidad, ellos
pensaron y criticaron a partir del modelo ideológico antiautoritario que
llegaba de Europa; no obstante, cuando teorizaban, lo hicieron desde los
problemas propios de nuestra realidad. A pesar de esto, creemos que es
justo decir que un aporte original de este movimiento es la enorme vita-
lidad artística y literaria, el intento sin precedentes en nuestro país por
crear una cultura nueva, revolucionaria, una cultura popular inspirada en
la libertad y en la justicia social» (Lévano y Tejada, 2006, p. 49).
Programa
1. Himno «Los trabajadores» por la orquesta
2. Discurso del doctor Christian Dam
3. Tema «La esclavitud del salario» por el compañero Ricardo Cas-
tañeda Pozo
4. Pieza musical
Muerte de Dam
Las decisiones y las acciones que nuestro ilustre liberal y anarquista
tomó en su vida le trajeron múltiples opositores y detractores. La visión
negativa de un sector de la masonería persistía todavía en algunos. Esta
perspectiva se puede apreciar, claramente, en la obra del masón Carlos
López Albújar La historia de la masonería en el Perú, muy citada en nuestro
medio. López Albújar indica que el retiro de Christian Dam de la Gran Lo-
gia del Perú fue la causa principal del decaimiento de esta organización.
Indudablemente, los miembros de la Iglesia católica en el Perú en su mo-
mento anatematizaron su obra, su periódico y a la Liga de Librepensado-
res del Perú.
16 En la página oficial de la Gran Logia del Perú existe una visión positiva de la obra como
gran maestre del doctor Christian Dam.
17 Sobrevilla, David y Manuel Zanutelli afirman que durante mucho tiempo la fecha de su
natalicio fue errada. Se pensaba que era el 6 de enero de 1848, hasta que se consignó la
partida original de nacimiento del propio González Prada.
18 Sobrevilla hace referencia a la entrevista (1916) de Félix del Valle al señor González Prada,
donde se anota de su paso de la literatura a la vida política: «Que en realidad no me subyuga
que como ideal detesto. A tantos y a tan insistentes requerimientos del compacto grupo de
mis amigos accedí organizando el partido que usted acaba de nombrar [la Unión Nacional]
[...] Y añade [...] ese partido debió ser radical. Yo había formulado un programa, a base de
radicalismo que conservo. Nunca lo hice público, sin embargo» (Sobrevilla, 2005, p. 39).
19 Basadre indica que González Prada es la figura más descollante tanto del Círculo Literario
como del partido Unión Nacional, por su agitada actividad intelectual crítica. «Sus discursos
y artículos de marmóreo estilo fustigaba no solo al vencedor de la guerra de 1879, sino a
todos los políticos peruanos y a la viejo generación» (Basadre, 2005, tomo X, p. 176).
De regreso al Perú
En 1898, cuando González Prada retorna a Lima, un nuevo núcleo diri-
gía el «alicaído» partido Unión Nacional, bajo la presidencia del ingeniero
José Balta. También González Prada se encontró con una robustecida insti-
tución liberal anticlerical denominada la Liga de Librepensadores del Perú.
y la esencia misma del Estado, más allá de todos los matices jurídicos
y constitucionales (Cappelletti, 1990, p. 151).
Su relación con el anarquismo se estableció como redactor del periódi-
co ácrata Los Parias, donde contribuyó durante nueve años, y del periódi-
co anarquista La Protesta. Para el filósofo David Sobrevilla, se observaban
ya los nuevos elementos anarquistas en la producción literaria de Manuel
González Prada. «Ya en Minúsculas (1901) aparecen versos que revelan su
nueva doctrina con que había remplazado el radicalismo político y religio-
so de su juventud: “Cosmopolitismo” y “Rondel” son una muestra de lo que
decimos» (La Protesta, agosto de 1923). Para Sobrevilla, el poema «Cosmo-
politismo» de González Prada muestra claramente un carácter anarquista.
En 1905, la Federación de Obreros Panaderos del Perú invitó a Gonzá-
lez Prada a reflexionar sobre el 1 de mayo. Para esta actividad el Apóstol
Ácrata preparó un discurso que tituló «El intelectual y el obrero». Su refe-
rente fue el anarquista Kropotkin20.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Recepción: 30/1/2018
Aceptación: 5/3/2018
RESUMEN
Este artículo explora la última obra escrita por el ex-
taordinario dramaturgo peruano Sebastián Salazar Bondy
(1924-1965). En El rabdomante, un país de «miserables»
que enfrentan la opresión y la injusticia son guiados por
una especie de chamán capaz de encontrar agua y con ella
la independencia política. Leída frecuentemente como
una alegoría a la violencia social en el Perú, El rabdomante
también es una meditación sobre los vicios y las virtudes
de los proyectos socialistas en la década de 1960 en países
como el Perú. Esta obra teatral revela con claridad los inte-
reses estéticos y políticos que dominaron la obra completa
de Salazar Bondy, y debería recibir mayor atención al calor
de las actuales discusiones sobre el pensamiento decolo-
nial en América Latina.
PALABRAS CLAVE
Sebastián Salazar Bondy, literature peruana, teatro pe-
ruano, socialismo en Latinoamérica
ABSTRACT
This article explores the final play written by Sebastián
Salazar Bondy (1924-1965), the prominent Peruvian pla-
ywright. In El rabdomante («The Water Diviner») a country
KEYWORDS
Sebastián Salazar Bondy, Peruvian literature, Peruvian
drama, socialism in Latin America
2 Desde estudios sobre su obra en conjunto como el del francés Hirschhorn, Sebastián Sa-
lazar Bondy. Pasión por la cultura (2005), o la reciente edición (2004) que hizo la Universidad
Nacional Mayor de San Marcos de la labor periodística de Salazar Bondy. Tampoco es menor
el asunto de que la Universidad de Concepción en Chile haya reeditado y debatido Lima la
horrible (2002).
4 Para una discusión sobre estas posiciones encontradas en la experiencia de escritura, ver
mi trabajo Autores o dramaturgos (2015).
6 Salazar Bondy milita en el Movimiento Social Progresista desde 1955. Su inclinación iz-
quierdista le había granjeado no pocas polémicas y dificultades. Una exposición detenida de
su pensamiento social y político se encuentra en Escritos políticos y morales, editada por la
Universidad Nacional Mayor de San Marcos en 2003.
los que Salazar Bondy leía con suma dedicación7. Si el rabdomante acusa
la influencia de los absurdistas europeos, ello sería más apreciable en el
antirrealismo de la obra, y resultaría más problemático defender la idea al
discutir el contexto social de opresión que la obra describe.
En una perspectiva radicalmente diferente se expresa Sara Joffré (1993,
p. 21) cuando asevera que El rabdomante acusa el impacto e influencia de
Brecht y el teatro dialéctico. Sin duda, Brecht era parte de las lecturas de
Salazar, y es claro, a la luz de sus escritos críticos sobre teatro, que conocía
de cerca la obra del autor alemán (quizás en francés), gracias a su viaje
a Europa. Pero el teatro brechtiano como tal no influyó inmediatamente
la obra de Salazar Bondy. Cuando regresa de Europa, la mayor parte de
sus obras creadas enseguida se acercan más al realismo norteamericano
(Williams, pero sobre todo Miller). Por otro lado, como demuestra Joffré
en otro trabajo (1999), la poética brechtiana llega a los escenarios limeños
solo iniciando la década de 1960.
Ciertamente, y a pesar de las abiertamente opuestas interpretaciones
al texto final de Salazar Bondy, este interés constante por iluminar la gé-
nesis de El rabdomante se justifica plenamente. Es quizás de uno de los
textos más representativos de la dramaturgia peruana del siglo XX8, más
interesante aún si se piensa que se trata de una obra no realista. Se trata,
por el contrario, de una historia acerca de un mago capaz de descubrir
agua con una varita, que aparece como visitante inusual de un lugar in-
definible que debe recordarnos “remotamente a los Andes”, y quien se ve
enfrentado a autoridades abusivas e ignorantes claramente inspiradas en
el abusivo control que ejerce el Estado en zonas rurales del Perú. Ante la
incomprensión del Estado, el rabdomante encuentra a los miserables, per-
sonajes oprimidos (hasta la supresión de su capacidad lingüística) quie-
nes resultan beneficiados cuando el rabdomante es capaz de encontrar
el agua. Lo que sucede después es una secuela de violencia incontrolable
en que los miserables, fortalecidos por el agua, matan a las autoridades y
al propio rabdomante.
El simbolismo de la pieza es suficientemente sugerente y complejo,
pero también suficientemente crudo como para que la aplicación a la rea-
lidad circundante opere de forma automática, y es tal vez por ello que
esta obra breve (representada probablemente en 35-40 minutos) también
puede ser reclamada como una de las imágenes teatrales más cabales
que se haya escrito sobre la peruanidad. Así, El rabdomante comienza con
una secuencia de búsqueda del agua por parte de los miserables. Una ne-
cesidad mayor y su propio beneficio les da su agencia; unas autoridades
ladronas, excluyentes, se instalan de inmediato en las antípodas de los mi-
serables. Estos poseen certeza y esperanza, pero desconocen los medios
para lograr su causa y, por ello, fracasan constantemente. La búsqueda de
agua es, sin dudas, el anhelo central. Mientras tanto, las autoridades (de-
nominados genéricamente como gobernador, ingeniero y portapliegos)
irrumpen en la escena para reprobar la búsqueda: “No solo de agua vive
el hombre”. Ocupados en mantener su propio poder, y ayudados por la
ciencia como extensión de ese poder (ingeniero), se instalan en la escena
como el bando de los poderosos dominando a los débiles personajes del
inicio. En mi lectura, el dilema se muestra con claridad: ante una necesi-
dad y un problema sin solución, solo tenemos estructuras de poder ancla-
das en discriminación y opresión.
El momento detonante será la insólita aparición del rabdomante.
Mago, santón, portando una varita, el rabdomante se propone como la al-
ternativa de resolución del problema. Apoyado sin energía por las autori-
dades y, luego, urgido por los miserables, el mago rastrea el agua con una
varita. La ubica al fin, la percibe, aunque finalmente fracasa: no es capaz
de hacerla aflorar. Es apresado y abandona la varita.
Son los miserables, nuevamente solos, quienes al encuentro del obje-
to mágico se hacen fuertes para dominar al agua. Comienza entonces una
espiral de violencia en contra de los opresores del pasado, que culmina
con la muerte del gobernador y la persecución de propio rabdomante. La
violencia es ciega, no tiene oponentes. El rabdomante espera calmado el
fin de su propia vida.
La estructura del drama es lineal y los hechos se suceden con relativa
calma. Solo hacia el final se dan saltos en el tiempo y asistimos a la esce-
na final de forma algo precipitada. Los personajes aparecen contrastados,
notoriamente, en la forma de usar el español.
En El rabdomante se despliegan una serie de símbolos que conviene
examinar más detenidamente. Quiero enfocarme en tres elementos dis-
cursivos que considero esenciales en la construcción de la pieza: la alegó-
rica imagen del agua y sus multifacéticas implicancias; la reveladora ca-
racterización del personaje protagónico como un mago ajeno al tiempo y
el espacio; y el sistema del tiempo que el relato plantea.
En primer lugar, aunque el signo propuesto como objeto de búsque-
da, el agua, no impide una rápida interpretación referida a la realidad so-
cioeconómica concreta del Perú —realidad que aparece detenida en el
9 Estoy aludiendo aquí al concepto de pieza didáctica siguiendo la estética brechtiana, las
piezas breves para adoctrinar con una intención moral o política. Para una discusión detalla-
da del tema, ver Jameson, Brecht and Method.
Por otro lado, en esta utopía mágica, extraña aún para casi todos, com-
plejamente metafórica, quedará todavía por revelar la praxis misma, que
deberá ser un hecho mítico y real al mismo tiempo, o un reencuentro con
la experiencia de lo posible. Esa utopía del cambio social es también un
exigido y sugerente encuentro de dos visiones aparentemente opuestas
de la realidad: una visión dialéctica occidental concordada esta vez, con
una visión del mundo inasible y mágico proveniente de la autoctonía an-
dina. No serán suficientes una u otra por separado y, a la vez, la utopía no
se enunciará ya solo como lo que no ha de suceder, sino, sobre todo, como
aquello que aún no ha sucedido. Solo entonces, una suerte de rabdoman-
cia podrá encontrar su lugar en estas tierras.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Recepción: 19/2/2018
Aceptación: 23/3/2018
RESUMEN
El presente estudio pretende expandir la categoría de
sujeto migrante propuesta por Antonio Cornejo Polar rea-
lizando dos operaciones. La primera consiste en definir la
migración como un proceso tanto físico como inmaterial
por el cual el sujeto entra en contacto con una cultura dife-
rente. Existiría un desplazamiento espiritual o interior que
ha sido estudiado previamente por Homi Bhabha respec-
to a las migraciones físicas para describir la aparición de
los sujetos transculturales en la sociedad norteamericana.
Asimismo, Appadurai ha analizado la expansión de la mo-
dernidad o globalización de la cultura que hace posible
entrar en contacto con otras semiosferas sin necesidad del
desplazamiento físico. La segunda operación consiste en
definir cómo esta migración abre la puerta para el ingreso
del sujeto a una nueva cultura mundial en la cual predomi-
nan los postulados profetizados por los fundadores de los
estudios culturales de la Escuela de Fráncfort. La categoría
de sujeto migrante quedaría entonces lista para ser em-
pleada en el contexto mayor de la literatura-mundo y su
aplicabilidad constituiría un aporte al estudio de cualquier
sistema literario.
PALABRAS CLAVE
Sujeto migrante, transculturación, literatura-mundo,
posmodernismo, posmodernidad
ABSTRACT
The aim of this study is to expand the «migrant
subject» category proposed by Antonio Cornejo Polar, by
employing two methods. Firstly, by defining migration as
both a physical and immaterial process, through which
the subject enters into contact with a different culture.
This implies a spiritual or internal displacement, studied
previously by Homi Bhabha, who has focused upon phy-
sical migration to account for the emergence of transcul-
tural subjects in US society. For his part, Appadurai has
analyzed the expansion of modernity, or the globalization
of culture, which has enabled contact with other semios-
pheres without the need for physical displacement. The
second method consists of defining how migration opens
the door for the subject to the new global culture foreseen
by the founders of the field of cultural studies who emer-
ged from the Frankfurt School. In this way, the «migrant
subject» category might be applied to the larger context
of world literature, with its application serving as an aid to
the study of any given literary system.
KEYWORDS
Migrant subject, transculturation, world literature,
postmodernism, postmodernity
investigación son siempre los más adecuados, pero no por ello pueden
catalogarse como excluyentes, es decir, son una literatura peruana, habría
otras no necesariamente indigenistas que no son el foco de la reflexión
teórica de Cornejo, aunque en algún momento llega a dedicarle algunas
reflexiones más que interesantes4.
La porción más conflictiva de este grupo de elementos constitutivos
del pensamiento de Cornejo Polar es, a nuestro juicio, la del productor
del texto. A él dedica Cornejo Polar sus últimos textos, prefigurando una
línea de reflexión llamada a ser más fructífera de lo que su muerte tem-
prana impidió que fuese. Esta categoría es la del «sujeto migrante», la cual
Cornejo descubre como un eje semántico en El zorro de arriba y el zorro de
abajo al señalar que:
En este orden de cosas pretendo examinar, primero, la configuración
de un sujeto que no sustituye pero sí reposiciona a los hasta ahora
privilegiados, el indio o el mestizo, e indagar en el tejido de una red
articulatoria multicultural que, desde este punto de vista, no obede-
ce más que parcialmente a los códigos de la transculturación. Se trata
de la figura del migrante y del sentido de la migración (1995, p. 102).
Esta línea implica una reflexión menos histórica y algo más socioló-
gica-antropológica, supone ingresar en el ser humano; por lo tanto, nos
encontramos ante un culturalismo más humanista que fenomenológico,
una reflexión más cercana a la línea de Edward Said5 que a la de Ángel
Rama, para graficarlo de alguna forma.
Bajo el parámetro de la aplicabilidad, o universalidad del aporte, las
reflexiones de Cornejo Polar implican una mirada hacia dentro de nuestra
literatura nacional (o hacia dentro de nuestras literaturas nacionales) para
generar un andamio teórico propio y que rinda mejor cuenta de nuestras
peculiaridades generadas históricamente. En este sentido, la conquista y
posterior establecimiento del régimen colonial en el Perú son el punto
central del nudo gordiano que es el origen de nuestro trauma fundacio-
nal6. Para Cornejo, las peculiaridades que se dan al interior de la totalidad
que llamamos literatura peruana, son extrapolables a la literatura latinoa-
mericana en cuanto se ajusten a las características de una literatura na-
cida del cruce entre la cultura del conquistador y la del conquistado. La
4 Nos referimos a los autores «de la otra margen» de los narradores urbanos como Salazar
Bondy, Ribeyro, Zavaleta, Vargas Llosa.
5 Principalmente en El mundo, el texto y el crítico (Said, 2008).
6 Cornejo menciona a la conquista como «la primera y más profunda escisión» en nuestra
historia, porque condiciona la imposición y la resistencia cultural. «Es esta tensión social,
hecha de conquista y resistencia, la que soporta históricamente la existencia de los sistemas
literarios que dibujan con trazos étnicos su alteridad» (Cornejo 1983, p. 45).
para todo efecto). Para Quijano, la noción de raza es inexistente hasta poco
después de la conquista de América. Surge de la necesidad de justificar
teóricamente el dominio sobre la población local y el establecimiento de
un sistema de explotación que dio origen a la gran acumulación de capital
que devino en la globalización del sistema capitalista bajo la forma de su
etapa tardía, estudiada por Jameson (2012) con el nombre de tardocapi-
talismo, y por Inmmanuel Wallerstein (1974-1989) como sistema-mundo.
Un sistema de dimensión global, mundial, que se expresa bajo diversas
formas; una de ellas es la literatura mundo.
El establecimiento de razas inferiores definidas como negra, amarilla,
cobriza, y su correspondencia con diferentes etapas de desarrollo del ser
humano que encuentran su meta y objetivo en el hombre blanco euro-
peo justifican la inserción de estas razas bajo un tratamiento diferente en
la división del trabajo. El indígena de América Latina es empleado en la
extracción bajo el sistema de servidumbre aprovechando las antiguas es-
tructuras de las culturas locales7, mientras el negro es insertado como es-
clavo. Por consiguiente, la explotación de la riqueza de América Latina se
optimiza disminuyendo el costo de mano de obra, ya que, a diferencia de
las otras razas, al hombre blanco europeo le corresponde la condición de
asalariado, persona a la cual se le reconoce el valor de su tiempo laboral.
Esta acumulación de riqueza origina las bases del mercado moderno de
capitales y tipifica la inserción de América Latina dentro del sistema mun-
do: una condición que finalmente genera la coexistencia de múltiples eta-
pas de este en un mismo tiempo. Entramos en la modernidad siendo pos-
modernos y en la posmodernidad sin haber sido del todo modernos. Del
dominio político, queda entonces una forma de dominio comercial. Bajo
la óptica de una nueva etapa histórica en la cual todo es mercado, este do-
minio comercial está en la base de la circulación de bienes culturales. Para
todo efecto, se constituye una nueva colonialidad8, que es una forma de
persistencia del régimen colonial primigenio. Los constituyentes de esta
nueva colonialidad son los mismos de la antigua: raza, fetichización del
trabajo y división internacional del trabajo.
La globalización en curso es, en primer término, la culminación de
un proceso que comenzó con la constitución de América y la del
9 Reflexionemos sobre los últimos autores peruanos, por ejemplo, para ver hasta qué punto
el éxito comercial está ligado a la producción física del bien libro en la antigua metrópoli y
por las editoras que participan de la mayor participación de mercado en la actualidad. Rama
menciona un elevado número de productores de literatura, pero anota que «Tales cifras no
guardan relación con los potenciales consumidores [...] para esos productos no existía un
mercado económico» (1984, p. 26). ¿Hasta qué punto tal panorama se reedita hoy en día?
10 Aunque resulta conocida la creación del término Weltliteratur por Goethe, es la Escuela de
Fráncfort la primera en anunciar la globalización de las artes por la reproducción mecánica y
la magnificación de la cultura de masas.
11 En el sentido que le da Badiou: «un inexistente que adquiere un valor existencial máximo»
(2010, p. 87). Es decir algo previamente no existente que se genera por una mutación en
exceso.
12 A este respecto cabe notar cuánto se parecen entre sí un joven de clase media educado
en Lima y uno norteamericano (también de clase media) y otro holandés o turco o israelita,
(también de clase media), y cómo comparten el gusto por música muy similar, arte muy
similar, literatura muy similar.
Conclusiones
1. La posmodernidad implica la formación de una matriz estético-cultu-
ral global que fue anticipada en los escritos de los fundadores de la
Escuela de Fráncfort.
2. La condición hegemónica de la estética-cultura posmoderna es sus-
tentada por el colonialismo del saber y en el campo literario asume la
forma de literatura-mundo.
3. La posmodernidad configura un nuevo sujeto migrante cultural para
el cual no es requisito excluyente la migración física; basta con inte-
grarse a la estética dominante para devenir un migrante cultural.
4. La novelística de ciertos autores que se integran a la literatura-mundo
demuestra cómo el proceso de migración cultural supone una trans-
culturación que hace posible reconocer huellas de la estética original
en las obras que participan de la estética posmoderna.
5. En el caso de Mario Vargas Llosa, existe un periodo de su narrativa sig-
nado por la asimilación de la estética posmoderna.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Recepción: 10/03/2018
Aceptación: 9/04/2018
Ricardo Falla
Poesía abierta
Lima, Fondo Editorial de la Universidad Nacional
Mayor de San Marcos, 2017
Eduardo Huarag Álvarez
El sueño es efímero
Efímeras son las horas.
Los días son efímeros.
Efímeros son los hombres.
(Falla, 2017, p. 107)
poesía
territorio libre de los siglos
tus límites no tienen espacio
(Falla, 2017, p. 29)
Pero es el tiempo lo que más le angustia. Ese transcurrir del que que-
dan el recuerdo, la desazón, las imágenes:
¿Dónde te encuentras?
¿Es posible recordar la primera lágrima de un niño?
(Falla, 2017, p. 118)
La revolución es un derecho
y un deber hacerla.
Matriz de mi tiempo
Oh José Carlos
la vida está en pie.
Álzanos como una espada
para cortar la miseria.
(Falla, 2017, p. 139).
reducciones, pues los sermones y la lectura en voz alta apoyan que el pro-
yecto cristiano de catequización tome cuerpo y sea asimilado. Considera
que la tensión entre la memoria oralizada y la escritura puede rastrearse
en los escritos de los jesuitas misioneros del Paraguay colonial. Luego de
la breve introducción, continúa el segmento «Replanteando la oralidad»,
que inicia con una aseveración que puede llegar a resumir esta primera
parte: «Sea como fuere, estamos delante de una revalorización de las ex-
presiones orales frente a la hegemonía de la escritura». A continuación, el
autor expone que las comunidades mantenían sus vínculos por medio de
palabras y charlas, y considera que se podían manifestar distintos niveles
de oralidad, como se dio en la España Moderna, donde un grupo podía
participar del teatro y otro se limitaba a escuchar la lectura de textos en
voz alta. El autor considera «evaluar el impacto de la alfabetización entre
los guaraníes de las reducciones, [...] bajo la definición oral escrita». La pe-
dagogía utilizada por los jesuitas se centró en el desarrollo de la lectura y
la escritura. No existía la intención de ser impuestas a los indígenas para
controlar los contenidos; fueron la bisagra entre lo oral y lo escrito, pero
manteniendo bajo su control la tradición oral.
La segunda parte, «El Tratado de Madrid: entre las reacciones y los ru-
mores indígenas», muestra la reacción por parte de los guaraníes hacia
la transmigración, que termina en un conflicto. El autor muestra que los
temas de mayor impacto no se comunicaban por escrito sino oralmente.
De la misma manera, la negociación se realizaba de manera oral, por re-
conocer la fuerte presencia que mantiene la vocalidad sobre la escritura.
El autor menciona también que se comunicaba por medio de cartas a los
indígenas, para evitar que luego el mensaje se llegara a distorsionar. En
la tercera parte y en la conclusión, menciona el caso de la india Felícitas,
que tiene como objetivo ejemplificar lo mencionado en la segunda parte:
cómo el rumor puede extenderse y crear gran inquietud en los poblado-
res, pues la anciana Felícitas augura que muchos funestos acontecimien-
tos sucederán en esas tierras. Nusdorffer, confesor de la anciana, escribió
un informe acerca de lo manifestado por Felícitas para mantener el testi-
monio real y enfrentar las distorsiones que se hicieron sobre él. Lo curioso
de todo esto es que las catastróficas profecías se cumplieron y tuvieron
una gran difusión. El autor quiere resaltar que fue por el medio oral que la
profecía llegó a ser tan conocida y tener influencia muchos años después,
mostrando así el desencuentro existente entre la oralidad y la escritura.
El artículo del autor muestra una tensión existente hasta nuestros días.
Podemos tomar como ejemplo el caso de las lenguas que hasta nuestros
días conviven con el español en el Perú, pues se llevó aquí un proyecto
similar de traducir a lenguas indígenas los catecismos para cumplir con el
personas con apoyo de sus familiares, que pagan los servicios del centro.
El grupo B está integrado por personas con trastornos mentales y el grupo
C lo integran personas con adicción a distintas sustancias y juegos. Como
todo establecimiento disciplinario, cuenta con un horario definido para
realizar las tareas.
La segunda parte, titulada «La locura como una forma más de discur-
so», sostiene que la locura es un discurso desplazado por el discurso do-
minante en el poder, golpeado y considerado carente de racionalidad por
tener una estructura distinta que el oficial.
La siguiente parte contiene las entrevistas, las historias y los relatos de
familiares o personas cercanas a los internos, así como testimonios de los
pacientes. El propósito del trabajo, mencionan los autores, no es antipsi-
quiátrico, pues ellos creen que las experiencias de estas personas también
deben ser tomadas en cuenta por ser únicas y que conforman la verdad.
Sentencian también que no existe una verdad, sino verdades y saberes
diferentes.
El tomar el discurso y analizar en ellos las verdades que ellos contienen
no es el problema principal de la obra de Foucault, como tampoco de la
penosa realidad que afrontan muchas personas con estos problemas psi-
quiátricos y adicciones. Creemos que la exclusión y la falta de atención del
Estado es el verdadero problema. Los autores mencionan que el centro de
salud donde realizan su investigación es el único en la zona sur. El abando-
no en los departamentos de la zona sur del Perú es alarmante, pues se ve
que el Estado y la sociedad realmente han excluido a estas personas, que
se encuentran a suerte y muchas veces sobreviven gracias a la caridad.
El tema del poder parece estar ausente. Creemos que analizar el poder
y la caracterización que se hace a estas personas como consecuencia de
una normalización que los considera inferiores, anormales, prácticamente
deshumanizándolos, es de vital importancia para entender por qué hasta
hoy no se hace nada ni parece que exista la mínima intención de hacer
algo. El interés que se enfocó en entender sus discursos bien pudo tratar
de ver sus verdaderos problemas. Mucho de lo que se manifestó en líneas
anteriores pertenece a un autor conocido por los autores, que es Foucault,
que en el Collège de France, de 1973 a 1975, dictó cursos sobre el poder
psiquiátrico y los anormales, que sin lugar a dudas enriquecerían lo ma-
nifestado por los autores. El problema de la exclusión de estos grupos de
personas es un problema que aqueja al Perú en su totalidad. Creemos que
debe ser tomado en cuenta y no silenciado, ni minimizado.
El presente libro tiene, como mencionamos variedad de artículos y te-
mas que muchas veces no se quieren tratar por muy distintas razones, por
I. Criterios formales
1. Todo artículo enviado a la revista deberá estar redactado en idioma
español, inglés o portugués. Deberá tratar de temas relacionados con
la investigación en todas las áreas de ciencias humanas y ciencias so-
ciales.
2. Los artículos deberán ser completamente originales e inéditos. Al en-
viar el texto a nuestra revista, el autor se compromete a no someterlo
simultáneamente a la evaluación de otra revista científica, cualquiera
sea el idioma.
3. Los artículos serán remitidos por vía electrónica al correo desdeelsur@
cientifica.edu.pe o a través del Open Journal System (http://revistas.
cientifica.edu.pe/desdeelsur).
4. El texto deberá estar redactado en el programa Microsoft Word para
Windows 97/2000 o XP. El tipo de letra es Arial, a espacio simple, tama-
ño de fuente 12.
5. Si el texto incluye gráficos o figuras, deben estar en formato TIFF a una
resolución mayor de 500 DPI. Se considera figuras a los dibujos, mapas,
fotografías o gráficos, ordenados con números arábigos. En el caso de
que sean fotografías convencionales o dibujos, en la parte posterior
de cada una se debe anotar su número, que debe ubicarse arriba y a la
derecha, así como el autor y el título del artículo.
6. La revista Desde el Sur incluye las siguientes secciones:
a. Estudios de investigación
Ética en publicación
Siguiendo las recomendaciones de COPE:
• La investigación debería haberse conducido de una manera ética y
responsable.
• La investigación debe ser presentada de manera clara, honesta, sin fa-
bricación, falsificación o manipulación de data.
• Los métodos deben ser presentados de manera clara, sin ambigüeda-
des con la finalidad de que sus hallazgos puedan ser confirmados por
otros (en el caso de estudios de investigación).
• Las investigaciones deben ser originales, sin plagio y no haber sido
publicadas en algún otro lugar previamente.
Autoría
La autoría debería reflejarse con precisión en la contribución que cada
uno aportó al momento de la realización de la investigación y la redac-
ción del artículo. Cuando se considere que la autoría solo corresponde
a aquellos que realizaron aportes mayores al trabajo y no a aquellos que
realizaron otras actividades «menores» (puramente técnicas, revisiones
de texto, etc.), este acuerdo debería haberse realizado al inicio del proyec-
to de investigación. La revista alienta la aplicación de criterios adecuados
de autoría; sin embargo, en ningún momento asume el rol de juez ante
disputas de autoría. Queda de parte de los autores la toma decisión final.
Se considera como: autoría honoraria, aquella persona que no cum-
ple con los criterios de autoría, pero que es incluida por su reputación,
influencia o antigüedad; autoría regalada, aquella que no cumple con los
criterios de autoría pero que es incluida a modo de favor o en retorno de
un pago; autoría fantasma, aquella que cumple los criterios de autoría
pero que no es incluida en la lista de autores.
De los revisores
a. Los textos que se someten a revisión por pares gozarán de carácter
de confidencialidad durante este proceso. Los revisores no podrán
divulgar o comentar sobre los textos que se encuentren en escruti-
nio.
b. Deberán reconocer la información que se encuentra en los textos y
dar fe de su autenticidad y originalidad.
c. Si se encontrasen vicios en los textos, estos deberán ser presenta-
dos en el informe de revisión. De no hacerlo, el revisor incurre en
falta grave.
I. Formal criteria
1. All articles submitted to the journal must be written in Spanish, English
or Portuguese. They must address issues associated with research into
areas of the humanities and social sciences.
2. Articles must be completely original and unpublished. By submitting
their text to our journal, authors undertake not to submit it simulta-
neously for evaluation by another journal, in any language.
3. Articles must be submitted by electronic means, to the email address
desdeelsur@cientifica.edu.pe, or via the Open Journal System (http://
revistas.cientifica.edu.pe/desdeelsur).
4. Texts must be written in the program Microsoft Word for Windows
97/2000 or XP. The font required is Arial, single space, size 12.
5. If the text includes graphics or figures, these must be submitted in TIFF
format at a resolution greater than 500 DPI. Figures are considered to
be drawings, maps, photographs or graphics, ordered with Arabic nu-
merals. In the case of conventional photographs or drawings, on the
back of each of these, their number must be included, in the top right
corner, together with the author and title of the article.
6. The journal Desde el Sur contains the following sections:
a. Research studies
b. Essays
c. Book reviews
d. Letters to the editor
All submissions must include: 1) Sworn statement that all the authors
agree to the submission of their article to the journal’s editorial process,
2) List of authors, correctly filled out, 3) Article following the guidelines
outlined in these instructions.
1. Article structure
General guidelines
1. Regardless of the section for which the article is submitted, the first
page must contain:
a. Title of the article: This must be written in Spanish or English. It
must be brief and clear and reflect the main idea behind the re-
search.
b. Authors’ identity:
i. Name and surname of all the authors: The author or authors
may suggest the form in which they wish their name to appear
in the publication, in order to ensure correct citation; otherwise,
the first name and first surname will be cited.
ii. Affiliation: Authors must state their institutional affiliation, as
well as the city and country.
iii. Profession and degree: Authors must include their profession
and highest academic qualification.
iv. Authorial contribution: In cases of multiple authors, informa-
tion must be included concerning the individual contribution
of each author during the writing of the article.
v. Financing sources: Authors must name the institution which fi-
nanced the study, or indicate that the work was self-financed.
vi. Possible conflicts of interest: Authors must include information
concerning any relationship or condition, either institutional or
financial, which might affect the objective interpretation of the
article.
vii. The corresponding author must include contact information
(email, telephone).
All articles which have been submitted previously to a scientific event
or which form part of a thesis must include relevant information (in the
form of a citation).
Publishing ethics
In accordance with the recommendations of COPE:
• Research must have been conducted in an ethical and responsible
manner.
• Research must be presented in a clear, transparent manner, without
fabrication, falsification or manipulation of data.
• Methods must be presented in a clear manner, without ambiguities,
in order to ensure that the findings can be confirmed by others (in the
case of research studies).
In the event that any ethical breach is detected, during the revision
process or after publication, the journal will take action in accordance
with the recommendations of COPE (https://publicationethics.org/files/
Spanish%20%281%29.pdf ). The decisions adopted by the journal may
include the retraction of the article or the future prohibition of the pu-
blication of articles by the sanctioned authors. Additional measures may
include communication with the relevant authorities and the notifying of
other journals.
Authorship
Credited authorship should reflect accurately the contribution of each
of the authors during the research and writing stages of the article. Cre-
dited authorship should only include those individuals who made ma-
jor contributions and not those who engaged in other “lesser” activities
(merely technical, text revisions, etc.). Any such authorship issues should
have been addressed during the earliest stages of the research project.
The journal welcomes the application of appropriate authorship criteria;
however, under no circumstances will it assume the role of judge in the
event of authorship disputes. The final decision is the responsibility of the
authors.
Honorary authorship is defined as any individual who does not meet
the criteria for authorship but who is included by virtue of their reputa-
tion, influence or seniority; gifted authorship is that which does not meet
the criteria of authorship but which is included as a favor or in return for
payment; ghost authorship is that which does meet the criteria of author-
ship but which is not included in the list of authors.