Conceptos de Cultura:
Los antropólogos culturales han presentado diversas teorías complejas, las cuales se caracterizan por
sus presunciones, hipótesis, axiomas y acentos particulares.
Es importante realizar una distinción entre los teóricos que consideran la cultura como parte
integrante del sistema sociocultural y aquellos que la ven como un sistema independiente de
formación de ideas. En la primera (sistema sociocultural) la cultura integra junto con lo social un
único sistema sociocultural y entre ambos dominios existe armonía, coherencia e isomorfismo. Lo
cultural está contenido en lo social y viceversa; el comportamiento es la expresión concreta
resultante de ese sistema sociocultural. Mientras que en el sistema independiente de formación de
ideas se parten de una diferenciación conceptual y analítica de los 2 sistemas. Lo social trataría las
relaciones e interacciones de las personas constituidas en comunidades concretas; en tanto el sistema
cultural se ocuparía principalmente de los esquemas de importancia tales como valores, normas,
creencias, formas de expresión; es decir, códigos de ideas que conectan y permiten explicar los
acontecimientos.
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Sistemas Socioculturales:
Los clásicos de la teoría organizacional suponen que los aspectos sociales y estructurales están
integrados, sincronizados y cohesionados con las dimensiones ideacionales y simbólicas de la
organización.
Las organizaciones se consideran como sistemas socioculturales ya que sus componentes
ideacionales se funden y no se pueden separar de sus componentes estructurales, formando así un
todo integrado, según una concepción holística de la organización.
Pueden ser sincrónicos o diacrónicos. Los primeros se focalizan en el estudio de la cultura en
momentos históricos precisos y en lugares bien definidos; mientras que los segundos se preocupan
especialmente por la dimensión temporal y los procesos esenciales para el desarrollo de culturas
particulares.
1. Sincrónicos: tenemos 2 escuelas:
a. Escuela Funcionalista de Malinowski: consideran al hombre como un “hombre social”, es
decir que busca la satisfacción de sus necesidades mediante el trabajo y la participación en la
vida organizacional. En consecuencia, la cultura aparece como un mecanismo utilitario que
le sirve al hombre para resolver los problemas específicos que se le presentan durante la
búsqueda de su satisfacción personal. Si no contribuye a satisfacer las necesidades de los
individuos tiende a desaparecer. Todo lo que representa la cultura se interpreta en función de
su utilidad para la satisfacción de necesidades fundamentales.
En este esquema, la organización se constituye en un sistema sociocultural que refleja las
necesidades de sus integrantes en su forma, estructura y procedimientos gerenciales. La
organización llega a ser la expresión social de las necesidades de sus miembros.
Ésta escuela sostiene que si las instituciones sociales y las manifestaciones culturales no
atienden los intereses de los individuos y no satisfacen las necesidades de sus miembros
tiende a desaparecer.
El eco de ésta teoría lo encontramos orientado hacia las necesidades de satisfacer en el
voluminoso cuerpo de escritos que tratan sobre necesidades humanas y su influencia sobre la
vida organizacional. Las organizaciones como sistemas socioculturales deben reflejar en sus
formas, estructuras, políticas y procesos, el hecho de que el hombre tiende hacia la
satisfacción de sus necesidades por el trabajo y la participación en la vida organizacional.
Las organizaciones sirven como “teatros” para la escenificación de las necesidades humanas.
Por lo tanto, si las organizaciones desean prosperar, deben tener en cuenta los deseos de sus
miembros a la hora de elegir sus estructuras y procedimientos.
En conclusión, las organizaciones son sistemas socioculturales que reflejan o deberían
reflejar las necesidades de sus miembros en sus formas, estructuras y procedimientos
gerenciales, ya que la organización llega a ser la expresión social de las necesidades de sus
miembros.
b. Escuela Funcionalista - Estructuralista de Radcliffe - Brown: toma a la cultura como un
mecanismo de adaptación que permite a las personas constituirse en una comunidad bien
definida en un lugar preciso. Las organizaciones como sistemas socioculturales deberían
estar necesariamente en armonía con el macrosistema al que pertenecen, dado que las
mismas se definen como “subsistemas” de un sistema social más amplio y por lo tanto
subordinado a éste.
En éste sentido, la cultura es la adquisición de características mentales y hábitos que
capacitan para participar en una vida social, para mantener un orden social estable, y
mantener el equilibrio entre la comunidad y su ambiente físico.
Ésta escuela sostiene que las organizaciones son sistemas que tienen metas, intenciones y
necesidades, y cuyas relaciones con su medio pueden definirse como interacciones
funcionales. También sostiene que las organizaciones como sistemas socioculturales
funcionales están en armonía con el microsistema en el plano cultural.
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Parsons dice que el sistema de valores de una organización debe ser un sistema subordinado
a otro sistema de orden superior, puesto que la organización se define como subsistema de
un sistema social más amplio.
Según Meyer y Rowan, las organizaciones podrían llegar a ser manifestaciones dramáticas
de los mitos racionalizados difundidos en las sociedades modernas.
Se concluye que las organizaciones están profundamente infiltradas por los valores del
sistema social ambiental y que este vinculo es muy estrecho y necesario para la organización
a fin de legitimar sus metas y sus actividades.
2. Diacrónicos: tenemos 2 escuelas:
a. Escuela Ecológica - Adaptacionista: considera a la cultura como un sistema de esquemas de
comportamiento transmitidos por el medio social, los cuales sirven para integrar las
comunidades humanas a sus medios ecológicos. Entre los sistemas socioculturales y sus
ambientes hay una interacción dialéctica, o sea un proceso de causalidad recíproca. No se
dan el medio ni la cultura porque a cada uno de ellos lo define el otro. El medio desempeña
un papel activo de selección en la orientación de la evolución cultural que influye en las
características del ambiente.
La cultura es un sistema de esquemas de comportamientos transmitidos socialmente y que
sirven para unir las comunidades humanas con sus medios y las diversas teorías de
contingencia o de ecología demográfica que tratan el problema de la supervivencia y la
atribución en las organizaciones.
Las organizaciones son sistemas socioculturales que toman formas variadas a medida que se
adaptan al ambiente, influyen en los ambientes, y nacen y mueren a merced de las
circunstancias ecológicas.
Como productos de la interacción dialéctica con su ambiente, las organizaciones reflejan en
diversos grados los valores y la cultura de la sociedad. Si la influencia de los valores de
contingencia distintos a los valores y la cultura de la sociedad es poderosa, posiblemente los
valores, creencias y sistemas importantes de la organización sean un poco diferentes a los de
la sociedad de la cual es producto.
Para ésta escuela, la cultura de la sociedad no es más que uno de los numerosos valores de
contingencia que pueden influir en los procesos organizacionales.
Concluimos que las organizaciones como sistemas socioculturales pueden crear y alimentar
subsistemas culturales que difieren considerablemente de los de la sociedad ambiente, hasta
el punto de constituir subculturas dentro de esa sociedad. Se presupone que el sistema
cultural de la organización y su estructura social son sincronizados y concordantes.
b. Escuela Histórico - Difusionista: considera la cultura como configuraciones o formas
temporales interactivas, superorgánicas y autónomas nacidas de circunstancias y de procesos
históricos. Se interesas especialmente por las migraciones de rasgos culturales de un sistema
a otro y de un sitio a otro, así como los cambios que se producen en un sistema que sigue
procesos de aculturación y de asimilación.
Explica las transformaciones culturales en función de los factores históricos. Se trata de
estudiar configuraciones culturales dinámicas y de comprender los procesos de aculturación
y difusión.
Para ésta escuela, las formas estructuras y los procesos propios de estos sistemas reflejan el
origen particular y las circunstancias históricas del desarrollo de cada organización.
Desde el punto de vista teórico, quedan sin responder un gran número de preguntas
relacionadas con el surgimiento, el cambio y la difusión de las formas organizacionales a
través del tiempo y del espacio.
Rumelt dice que la estructura sigue la moda, une la posibilidad de la aplicación de los
procesos de difusión con el estudio de la propagación de las formas organizacionales.
Se debe comprender que la génesis e historia de las organizaciones constituyen también una
contingencia que orienta y restringe el funcionamiento y la evolución de las organizaciones
toman formas diversas, según el reflejo y reflujo de las circunstancias históricas.
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Las organizaciones se pueden concebir como actualizaciones de sus orígenes y de sus
transformaciones históricas.
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mapas cognoscitivos compartidos por los miembros. Son la expresión de un espíritu
colectivo, el cual es más que la suma de los espíritus individuales que lo componen.
b. Escuela Estructuralista de Levi Strauss: la cultura se compone de sistemas simbólicos
colectivos que son productos acumulativos del espíritu, los fenómenos culturales son la
consecuencia de procesos mentales subconscientes. Todas las culturas son construcciones de
la mente humana y tienen características comunes aun cuando se manifiestan bajo formas
muy diversas. Levi Strauss cree que existen elementos universales que sólo se pueden
distinguir al nivel de la estructura subconsciente y en ningún caso al nivel de los casos
manifiestos.
Con Levi Strauss, la antropología cultural tiene el aspecto de una búsqueda de estructuras
universales inmanentes y subconscientes. Se inspiró en la fascinación lingüística rusoniana,
la lingüística estructural y la sociología durkheimiana. Estos factores se encontrarían en la
estructura y los procesos mentales. Los productos culturales se deben considerar como
claves que pueden servir para descifrar el código universal encerrado en el cerebro humano.
Una adaptación de los conceptos de Levi Strauss al estudio de las organizaciones podría ser
que las formas, las estructuras y los procesos organizacionales, a pesar de las
manifestaciones aparentes muy variadas, son en realidad sólo permutaciones y
transformaciones de los mismos procesos universales y subconscientes asociados al
funcionamiento mental de los gerentes, o para ser más universal, del cerebro humano.
March y Simon dicen que las características fundamentales de la estructura y del
funcionamiento de la organización reciben la influencia de las características y límites
cognoscitivos del proceso humano de resolución de problemas.
c. Escuela de Equivalencia Mutua: define a la cultura como un conjunto de procesos
cognoscitivos estandarizados que crean un marco general para la predicción del
comportamiento entre los individuos interactuantes en un medio social dado. Consiste en
políticas elaboradas de manera tácita y gradual por grupos de individuos con miras a
promover sus intereses, así como en contratos establecidos por el uso entre individuos que
buscan transformar sus esfuerzos de cooperación en estructuras de equivalencia mutua.
Wallace dice que la cultura es un sistema de cogniciones que permite a los empleados
predecir mutuamente sus comportamientos y así funcionar en sociedad, a pesar de las
motivaciones y de las metas tan divergentes. Rechaza el concepto de mito de las metas
comunes, de las percepciones, de las creencias y de los significados colectivos compartidos.
Weick dice que las estructuras colectivas provienen de un ciclo repetido de comportamientos
vinculados. Los individuos se comprometen en la elaboración de estructuras colectivas, no
porque tengan fines comunes sino porque eso corresponde a sus intereses personales.
Las organizaciones constituyen el punto de intersección y de sincronización de las funciones
de utilidad individuales, y constituyen herramientas con las cuales los participantes tratan de
alcanzar sus metas personales.
Selznick divide las organizaciones en dos grupos: las que son herramientas racionales que
exigen poca inversión personal y que son siempre fáciles de dejar; y aquellas con las cuales
los miembros llegan a institucionalizarse porque la organización exige de ellos una gran
consagración y una gran identificación.
2. Producto de la mente (significados y símbolos compartidos): tenemos 1 escuela:
d. Escuela Simbólica: sostiene que la cultura es un sistema de significados y símbolos
colectivos. Además, exige que las culturas sean productos del espíritu, sistemas colectivos
importantes.
Geertz dice que el hombre es un animal suspendido en lienzos de significados que él mismo
ha tejido, a los lienzos los llamó cultura. Seria inútil buscar la cultura en el espíritu humano,
es mejor examinar los significados y las ideaciones colectivas. También considera que el
análisis de la cultura no es una ciencia experimental en busca de la ley, sino una ciencia
interpretativa en busca de significados.
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Los enfoques simbólicos de la cultura organizacional difieren en cuanto a la importancia
relativa que conceden en la elaboración de sistemas simbólicos, en la historia y en los líderes
anteriores de la organización en relación con el papel de los actuales líderes contemporáneos.
La escuela accionalista y la escuela institucionalista consideran que una organización puede
crear y mantener su propio sistema de símbolos y significados en gran parte compartido por
los miembros de la organización. Sin embargo, éstas escuelas no opinan lo mismo en cuanto
al grado de influencia ejercido por la historia y los líderes anteriores de la organización sobre
el desarrollo de su cultura.
Pettigrew considera que el fundador de la organización y las circunstancias que rodean su
fundación desempeñan un papel primordial en la elaboración de la cultura organizacional.
Las organizaciones se caracterizan por niveles diferentes de compartir valores, las normas y
las expectativas, lo que Silverman denomina “estructuras de importancia”. Estas estructuras
forman un tejido cuya trama está constituida por el pasado de la organización, las
definiciones de la situación impuestas por los actores dominantes, y por las interpretaciones
de los miembros.
Esquema Conceptual
De las escuelas mencionadas, podemos extractar un esquema conceptual según el cual una
organización tiene tres componentes íntimamente ligados:
1. Un sistema socio-estructural conformado por las interacciones de las estructuras formales,
estrategias, políticas y procesos gerenciales, así como de los demás elementos de control,
sistemas de motivación y recompensas, procesos de selección, reclutamiento y formación, etc.
2. Un sistema cultural que reúne los aspectos expresivos y afectivos de la organización en un
sistema colectivo de significados simbólicos: mitos, ideologías y valores. Integrado también por
los demás elementos culturales: ritos, costumbres, leyendas, metáforas, etc. Este sistema está
directamente influenciado por el medio social que lo rodea, la historia de la organización y demás
factores contingentes y evoluciona bajo la acción de los funcionarios predominantes actuales.
3. Los empleados particulares que tienen personalidad, experiencia y talento propio; quienes de
acuerdo a su status y jerarquía contribuyen a la elaboración y modificación de significados.
Todos los integrantes de la organización independientemente de su función específica tienden a
elaborar una imagen coherente de la realidad con el fin de comprender el conjunto
organizacional.
Entre el sistema socio-estructural y el sistema cultural existe una relación de apoyo y sustentación
mutua, generalmente compleja, que entra en crisis y genera tensiones y presiones cuando la
organización debe ajustarse rápidamente a situaciones nuevas.
Durante los procesos de cambio, tratamos de adaptarnos al nuevo entorno modificando el sistema
socio-cultural formal; no obstante, éstos cambios suelen no encontrar sentido en el sistema cultural.
Las consecuencias de la desincronización entre los 2 sistemas pueden ser más o menos graves, y van
desde una pérdida de eficacia hasta la decadencia o el cambio cultural.
Comunicación oral: Por la vida útil de la palabra es como los gerentes pueden explicar y analizar las
causas y los efectos de los acontecimientos y así influir, convencer y manejar. Ellos pueden legitimar
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y justificar sus actividades, haciendo énfasis en el pragmatismo, la necesidad o los objetivos a largo
plazo, según el caso. Así es como se establece el sentido colectivo muy eficazmente mediante el
empleo de la comunicación oral.
Saber Organizacional: La palabra contiene y transmite la cultura de una empresa, le presta una forma
tangible. La cultura corporativa es el resultado de un proceso de experimentación y de
descubrimiento, y permite la transmisión de una generación de gerentes a otra con la ayuda de
prácticas diferentes.
Ideología organizacional: Las organizaciones no se pueden expandir sin una identidad organizacional
bien definida, ni confiar en un sistema equívoco de creencias. Ellas deben tomar medidas precisas y
hacer declaraciones que puedan justificarse frente a los diversos grupos y en diferentes contextos.
Cuando está integrada a un sistema de creencias, el conocimiento se transforma en ideología, y es
ésta la que sirve para crear, justificar y explotar las empresas.
La ideología es un sistema de valores que implica ciertas ideas y sus aplicaciones derivadas. Llega a
ser organizacional cuando un conjunto de ideas representacionales está ligada a un conjunto de
consecuencias operacionales (prácticas) y el todo forma un sistema dominante de creencias que sirve
para definir y mantener la organización.
Pero la ideología trata de mantener una lealtad doble: una a la pureza de los principios morales y otra
a las exigencias de las situaciones concretas que se presenten.
Ritos organizacionales: es toda actividad emprendida con el fin más o menos consciente de
comprender mejor el carácter mismo de la organización y el contexto en el cual ella se sitúa. Los
ritos están ligados a la vitalidad y al desarrollo de la organización. Las actividades rituales casi
siempre tienen lugar con la participación de algunos individuos solamente, pero se dirigen a la
colectividad.
Ceremonias organizacionales: las ceremonias son acontecimientos colectivos que, con ayuda de las
costumbres, tradiciones y convenciones, facilitan la expresión emotiva. Son actitudes primitivas que
concentran la emoción en el instante presente.
Las ceremonias establecen y mantienen la lealtad para con el grupo o la organización, fortificando el
sentimiento colectivo de pertenencia.
Las ceremonias con frecuencia tienen un carácter ritual. Son medios de vivir la experiencia emotiva
de la colectividad, de participar en la mística del grupo.
Totemismos corporativos: es el símbolo racional universal alrededor del cual se desarrolla un sistema
de valores y de significados que establece una relación entre naturaleza y cultura. El tótem puede
simbolizar la negación (rechazo ritual) o el reconocimiento respetuoso, la adoración de la cultura o
de algunos de sus aspectos.
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Keneddy:
Carácter corporativo:
Los valores compartidos definen el carácter fundamental de la organización, la actitud que la
distingue de todas las demás. Crean 1 sentido de identidad en el personal y hacen que se sientan
mejor. Los “valores medulares” son la filosofía de la empresa. Están ligados a conceptos básicos de
la empresa, y proporcionan directrices a seguir.
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Influencia de valores corporativos:
Los valores afectan a la empresa en todos sus aspectos, ya que indican que asuntos se atienden más
asiduamente. Desempeñan un papel importante para determinar hasta donde uno puede ascender,
también en la comunicación al mundo de lo que puede esperarse de una empresa. Los actos de la
gerencia deben ser congruentes con los valores.
Afectan al desarrollo de una organización actuando como un sistema informal de control que indica a
los empleados lo que se espera de ellos. Afectan al desempeño de 3 maneras: primero que los
gerentes y otras personas prestan extraordinaria atención a cualquier asunto enfatizando en el sistema
de valores de la empresa; segundo que los gerentes de menor nivel toman mejores decisiones como
promedio porque se dejan guiar por su percepción de valores compartidos; y tercero que los
empleados trabajan más porque están dedicados a una causa.
Impacto que producen los héroes: los héroes refuerzan los valores de la cultura de la siguiente
manera:
Logran que el éxito sea alcanzable y humano
Suministran modelos de los papeles a desempeñar
Fingen como símbolo de la empresa
Conservan lo que hace que la empresa sea especial
Establecen una norma de desempeño y motivan a los empleados.
Ejercen una influencia duradera dentro de la empresa, inspiran a los empleados distribuyendo un
sentido de responsabilidad, hay más tolerancia para asumir riesgos, por lo tanto, más innovación,
más aceptación del valor a largo plazo, más persistencia y más responsabilidad.
Héroes Natos: algunos héroes nacen como tales, los llamamos “visionarios”, y cuya influencia dura
generaciones ya que sus visiones modifican la forma en que operamos nuestros negocios y su
influencia aún persiste en todas partes, tiene un gran valor simbólico y mítico para las culturas.
Características:
Tenían razón: acerca de un nuevo producto, de una nueva forma de manejar un negocio, etc.
Son persistentes: muchas ideas van en contra de la cordura convencional.
Tienen un sentido de responsabilidad personal respecto del éxito duradero del negocio.
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Héroes Creados: son los héroes “situacionales” ya que surgen de situaciones específicas dentro del
negocio, son héroes del momento o del día, aunque pueden durar varios años. Los visionarios
iluminan el camino de los empleados, mientras que los situacionales inspiran a los empleados con el
ejemplo.
Las empresas con cultura vigorosas son muy aptas para reconocer y crear a héroes situacionales, y
también fomentan el desarrollo de diversas tipos de personas como héroes. Éste tipo de héroes es
necesario cuando la empresa requiere cierto grado de creatividad para desafiar los valores.
Héroe Brújula: la buena práctica gerencial indica que hay que buscarlos, situarlos en la empresa y
convertirlos en héroes.
Héroes Obstinado: es el opuesto al brújula, ya que la persistencia es una característica que la mayor
parte de las empresas tienen en muy alta estimación.
Heroísmo, no carisma: Los héroes tienden a ser carismáticos, son duros, insensibles y a menudo
desagradables, se interesan en una serie de creencias y valores que tienen y de asegurarse que sean
inculcados. No se les permite fallar, son los principales actores de una cultura vigorosa.
Necesidad de los rituales: Sin acontecimiento que la exprese, la cultura muere. Toda buena empresa
debe conocer el alcance completo de las oportunidades disponibles para crear una gama de
ceremonias y rituales que ejemplifiquen la cultura.
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Las comunicaciones y los rituales sociales: Si a las reglas tácitas de la comunicación personal se las
elimina, nadie sabría como comportarse. Permiten que los empleados sepan donde están y refuerzan
la identidad del individuo en la empresa.
Los rituales de intercambio social rigen las relaciones entre jefes y trabajadores. Especifican cuan
formal o informal es el trato entre las personas.
Las culturas vigorosas tienen rituales que dirimen dificultades antes de que surja el conflicto.
Rituales de trabajo: No producen resultados directos, pero son valiosos porque proporcionan un
sentido de seguridad y de identidad común, su importancia se comprueba si se eliminan. Indican al
mundo externo lo afectiva que es la cultura, especialmente si su producto es tangible.
Rituales administrativos: El ritual gerencial más importante sigue siendo la “junta”, y todas las
empresas lo realizan pero de formas variadas según el ambiente del lugar donde se realiza, la forma
de la mesa, el número y composición de asistentes, el comportamiento, etc. No hay una sola forma de
realizar la junta y es solo un reflejo de la cultura. No siempre producen decisiones, no las producen
ni siquiera con frecuencia, pero proporcionan la ocasión para la expresión, el desarrollo y celebración
de una cultura.
Rituales de reconocimiento: Las empresas con culturas vigorosas hacen alharaca cuando alguien se
desempeña bien y ejemplifica los valores que la empresa quiere preservar.
Las ocasiones más importantes merecen un tratamiento especial, y las empresas frecuentemente
escenifican los ritos de transición. Si no se ritualiza los sucesos importantes en una ceremonia
pública, el resultado es casi siempre la incertidumbre y la confusión.
Espectáculo cultural: Las culturas vigorosas exaltan las ceremonias hasta un punto exagerado:
grandes festivales en los cuales no se escatiman en gastos ni en tiempo.
Rituales gerenciales: Los buenos gerentes dedican mucho tiempo a establecer rituales bajo la
apariencia de diseñar y armonizar los procesos gerenciales.
El verdadero problema es que no son lo suficientemente osados cuando intentan influir en el
comportamiento que los rodea.
Establecimiento de normas:
Normas de lenguajes: comunicación entre personas, al establecer las normas que determinen
como deben hacerlo, se ejerce una vigorosa influencia en la cultura.
Decoro público: los gerentes deben decidir lo que quieren y luego apegarse a ello.
Comportamiento interpersonal: los rituales de conducta determinan quién se siente estimado y
quién se siente atropellado.
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empresa a los nuevos empleados. Si bien los narradores se encuentran en puestos que le dan gran
acceso a la información, no poseen el papel de “líder”.
Sacerdotes: son los designados para que se preocupen por la empresa, y son los guardianes de los
valores de la cultura, requiere la mayor cantidad de responsabilidad en la red y también madurez.
Ayudan a sus compañeros en caso de derrota, frustración y desaliento.
Murmuradores: son poderes detrás del trono, se encuentran enterrados en un oscuro puesto, en el
anonimato. La fuente de poder reside en el hecho de que el jefe lo escucha, cuando alguien quiere
que se haga algo se dirigen a ellos. Deben poseer 2 habilidades: ser capaces de adivinar el
pensamiento de los jefes con rapidez y precisión; y deben tener que estructurar un vasto sistema
de apoyo de contactos con toda la organización. Los murmuradores son figuran atemorizantes
con los que nadie quisiera tener problemas.
Chismosos: saben todo lo que sucede dentro de una empresa, los sucesos intrascendentes y
cotidianos son transmitidos por éstos, de ellos se espera diversión. Su papel en el reforzamiento
de la cultura es vital, ya que ayudan a que se desarrolle el proceso de creación de héroes, pueden
disimular las noticias con mayor rapidez, tienen capacidad para penetrar en todos los niveles de la
empresa y no están cerca del poder.
Fuentes Secretariales: son empleados de oficina y a menudo muy observadores. Para obtener
información sobre la red, debes necesariamente conectarte con ellos porque son los únicos que
nos dicen como es realmente la empresa y lo que está pasando en ella, además son imparciales.
Espías: es una persona bien pagada y escondida entre los demás, alguien leal para mantener al
gerente informado, los mejores son los individuos agradables que tienen acceso a muchas
personas. Los espías saben que aunque no van a progresar más en la empresa, estarán protegidos
mientras mantengan abiertos los canales de información. Los recién llegados son espías efectivos
aunque involuntarios, ya que tienen una perspectiva fresca y objetiva, y no saben lo suficiente
para filtrar información.
Cábalas: es una palanca útil para elevar nuestra posición, y además es importante como
mecanismo de protección. En las culturas vigorosas, las personas crean y nutren
inconscientemente las cábalas que refuerzan sus ideas y posiciones.
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conseguirlo de la “noche a la mañana”, y son temperamentales. Los héroes proscriptos son la
norma de esta cultura.
La oportunidad juega un papel primordial, los empleados diseñan rituales que tienden a
protegerlos de los caprichos del ambiente.
El énfasis en la rápida retroalimentación desvía los recursos de inversiones a largo plazo, por lo
tanto, no se conoce valor a la persistencia. La competencia es tan intensa de que se olvidan las
virtudes de la cooperación.
Cultura trabaje mucho, juegue mucho: (departamentos de venta)
Las reglas son la acción y la diversión, y los empleados asumen pocos riesgos, todos con una
rápida retroalimentación.
La actividad es todo, ya que el éxito es producto de la persistencia. Los riesgos son pocos ya que
el sistema está lleno de puntos de verificación y equilibrio, los valores primordiales se centran en
el cliente y en sus necesidades.
Los héroes son los supervendedores, y miden el valor de sus actividades por el volumen. El
equipo es el que vence al mundo, ya que produce mayor volumen. La cultura goza de juegos y el
lenguaje es una parte importante de los rituales del negocio.
Éste ambiente es ideal para personas activas que operan con una retroalimentación rápida y
tangible.
Muchas veces, ésta cultura se deja engañar por el éxito, cuando están en problemas buscan
soluciones rápidas, y tienden a tener una perspectiva a corto plazo.
Cultura apueste la compañía: (departamento de investigación y desarrollo)
Las decisiones ponen mucho en fuego, y tienen que pasar muchos años antes de que los
empleados sepan si las determinaciones fueron buenas. Es un ambiente de alto riesgo y
retroalimentación lenta. La lentitud no significa menos presión, al contrario, significa invertir
mucho en un proyecto que necesita años para desarrollarse. Se arriesga el futuro de la empresa.
Las figuras heroicas tienden a ser héroes refrenados, personas a quienes se ha despedido, pero
que siguieron trabajando en un proyecto hasta que se convierte en realidad.
Ésta cultura no tolera la inmadurez, y posee una perspectiva a largo plazo que la hace vulnerables
a las fluctuaciones a corto plazo de la economía.
Cultura del proceso: (seguros, bancos)
Es una cultura donde hay poca o ninguna retroalimentación, y en el que los empleados encuentran
difícil evaluar lo que hacen, por lo tanto se concentran en cómo se hace.
El riesgo también es menor, sucesos insignificantes asumen importancia, las personas desarrollan
una mentalidad de “protegerse la espalda”. El deseo de protegerse y la precaución son reacciones
naturales cuando no hay retroalimentación.
Como éstas empresas son con frecuencia vulnerables a caprichos políticos, la habilidad para
sobrevivir a una o más “tormentas” se convierten en una característica heroica.
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Shein:
Capítulo 1: Cultura Empresarial: una definición
Las culturas empresariales son creadas por líderes y una de las funciones más decisivas del liderazgo
puede ser la creación, conducción y la destrucción de la cultura
Niveles de cultura:
1. Nivel 1: Producciones: el nivel más visible de una cultura es el de sus producciones y creaciones,
que viene dado por su entorno físico y social. Resulta fácil la observación de artefactos, pero
difícil es captar el significado de los mismos.
2. Nivel 2: Valores: todo aprendizaje cultural refleja los valores propios del individuo, su idea de lo
que debe ser, a diferencia de lo que es. Cuando un grupo se enfrenta a una nueva tarea, situación
o problema, la primera solución que se proponga tendrá la jerarquía de un valor.
Si la solución prospera, el valor pasa por un proceso de transformación cognoscitiva hasta
volverse creencia y posteriormente presunción, o sea pasan a ser inconscientes y automáticos.
Pero no todos los valores experimentan esta transformación. En primer lugar, las soluciones
pueden no dar resultados, o sea, únicamente los valores susceptibles de validez física o social
llegarán a convertirse en presunciones. En segundo lugar, porque determinadas clases de valores
presentan menos controladores del entorno.
Los valores que se integran en la ideología o filosofía de una empresa pueden servir de guía o
recurso que permita actuar ante la incertidumbre. Tales valores predecirán buena parte de la
conducta que puede observarse en el nivel de los artefactos.
3. Nivel 3: Presunciones subyacentes básicas: cuando la solución a un problema sirve
repetidamente, queda asentada. Las presunciones básicas son distintas de lo que algunos
antropólogos llaman orientaciones de valor dominante, ya que reflejan la solución preferida entre
varias alternativas básicas.
Si una presunción básica se encuentra firmemente arraigada en un grupo, sus miembros
considerarán inconcebible una conducta basada en cualquier otra premisa.
Lo que se denomina como presunciones básicas coinciden con las “teorías en uso”, esto es, las
presunciones implícitas que realmente orientan la cultura y enseñan a los miembros del grupo la
manera de percibir, pensar y sentir las cosas. Las presunciones básicas, al igual que las teoría en
uso, tienden a ser inconfrontables e indiscutibles.
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Capítulo 2: La Cultura debe entenderse mejor
Hay tres razones por las que el concepto de cultura empresarial debe ser entendido mejor:
a. Las culturas empresariales son perfectamente visibles y tangibles.
b. El rendimiento individual y empresarial, y las opiniones que los miembros de una empresa tienen
sobre ella, se comprenderán tan sólo si se considera la cultura de la empresa.
c. La cultura empresarial como concepto ha sido malinterpretada y confundida con otros conceptos
como clima, filosofía, ideología, estilo, entre otros.
Efectos de los fenómenos culturales sobre la efectividad empresarial y la satisfacción del individuo:
El mal conocimiento de la cultura puede ser causa de guerras y de hundimientos de sociedades, como
cuando la presencia de subculturas sólidas provoca que la cultura principal pierda su capacidad
centralizadora y de integración.
Efectos de la cultura sobre la estrategia: muchas compañías han descubierto que pueden concebir
estrategias nuevas válidas desde el punto de vista financiero, productivo o mercantil, pero que no
pueden implementarlas porque las presunciones, valores y métodos de trabajo que requieren para
ello no guardan ninguna correspondencia con las presunciones de la empresa.
Fracasos de fusión, adquisición y diversificación: cuando la dirección de una empresa decide
fusionarse con otra compañía o comprarla, son pocas las veces que se revisan los aspectos que
puedan ser considerados culturales. Ahora bien, si la cultura determina y delimitan las estrategias,
en toda adquisición o fusión, la disconformidad cultural representa un riesgo similar al de una
mala situación financiera, de producción o de mercado.
Fracasos en la adopción de nuevas tecnologías: la introducción de cualquier tecnología nueva
puede ser apreciada como un problema de cambio cultural, ya que la nueva tecnología arrastra
consigo su propia cultura profesional.
Conflictos intergrupales en el seno de la empresa: los grupos pueden formarse sobre la base de la
proximidad física, de un destino compartido, de una profesión común. Desde que un grupo tiene
un pasado, tiene una cultura. La comparación, la rivalidad y/o los conflictos intergrupales sirven
para edificar y mantener la cultura intergrupal.
Reuniones infructuosas y desavenencias en las relaciones personales: la incomprensión entre las
personas debería ser siempre tratada inicialmente como una cuestión cultural, más que como un
asunto de personalidad individual.
Fracasos en la socialización: si el nuevo empleado no puede aprender las presunciones
fundamentales o centrales de la empresa, lo normal es que se sienta segregado, incómodo e
improductivo. Esos sentimientos pueden incluso dar lugar a que empleados competentes
abandonen la empresa. Por otro lado, puede ocurrir que el empleado aprenda elementos de una
subcultura contrarios a las presunciones fundamentales, que puede originar un sabotaje activo o la
disminución del ritmo de trabajo de la empresa.
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Interpretaciones y análisis erróneos de la cultura:
Consecuencias dinámicas: la más importante consecuencia dinámica de la cultura consiste en que
estabiliza las cosas para los miembros del grupo.
Mayor énfasis en el proceso que en el contenido: generalmente, carecemos de información sobre
el contenido de la cultura de diversas clases de empresas, al igual que carecemos de categorías
teóricas para el análisis de dicho contenido.
Confusión de las partes con el todo: implica el peligro de que se atienda a algo trivial y se le
conceda excesiva importancia.
Confusión de los síntomas con las esencias: los datos superficiales pueden ser, obviamente, del
todo precisos.
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La formación de un grupo supone el desarrollo y afianzamiento de las relaciones entre un grupo de
individuos que hacen algo juntos; y la realización efectiva de lo que están haciendo. Lo que hace que
un grupo se mantenga unido, o lo que se denomina su función de adaptación externa.
Las cuestiones internas con las que todo grupo debe enfrentarse son:
a. Formación de un lenguaje común y de categorías conceptuales: los individuos asociados deben
establecer un sistema de comunicación y un lenguaje que les permita interpretar lo que ocurre.
Casi todos los problemas de comunicación entre la gente son el resultado de su inconsciencia del
hecho de que cada uno tiene, ante todo, distintas presunciones sobre las categorías significativas.
Los creadores del grupo son quienes, por lo general, elaboran el sistema común de categorías.
Los grupos deben desarrollar un lenguaje propio no sólo para establecer su consenso y sobrevivir,
sino además como un modo de diferenciarse y lograr un sentido de identidad por medio de la
jerga técnica.
b. Consenso sobre los límites del grupo: es indispensable que exista un consenso pleno en el
entendimiento de quién está “dentro” del grupo y quién está “fuera”, así también sobre cuáles son
los criterios para determinarlo. Los que están “dentro” obtienen beneficios especiales, mientras
que los que están “fuera” no sólo no obtienen beneficios y premios, además pierden identidad
específica.
El consenso sobre los criterios para integración es un medio válido para determinar la existencia
de una unidad cultural dentro del grupo.
c. Estratificación (consenso sobre los criterios para delimitar la influencia y el poder): el problema
crucial en todo grupo nuevo es la manera de repartir la influencia, el poder y la autoridad. Son los
fundadores del grupo los que determinarán este proceso aplicando sus propios criterios y
procurando otorgar poder a los miembros de su elección.
d. Relación entre iguales (consenso en los criterios sobre la intimidad, la amistad y el amor): los
problemas de intimidad y relación entre iguales se derivan en última instancias de la necesidad de
hacer frente a los sentimientos de afecto, amor y sexualidad. Uno de los métodos con que nos
presentamos en cualquier nueva situación de grupo es nuestro propio modelo familiar.
e. Consenso en los criterios sobre el reparto de los premios y castigos: para poder cuestionar, todo
grupo debe desarrollar un sistema de sanciones para la obediencia o desobediencia de las reglas.
Los premios y castigos específicos deben figurar entre las características culturales más
importantes de las nuevas empresas.
El sistema de recompensas debe ser entendido como un sistema dinámico, que comprende
horizontes temporales de corto como de largo alcance. El horizonte temporal de corto alcance se
desarrolla para extremar el rendimiento de cada miembro del grupo. Mientras que el horizonte de
largo alcance guardan relación con la trayectoria, la capacidad y otros aspectos ventajosos que se
consideran fruto de un rendimiento alto.
Es de suma importancia estudiar el sistema de recompensas ya que revela algunas reglas y
presunciones de esa cultura.
f. Religión e ideología (consenso sobre la manera de gobernar lo ingobernable y de explicar lo
inexplicable): la religión explica lo “inexplicable” y da orientaciones sobre la manera de actuar en
situaciones ambiguas, inciertas y amenazantes. Esas orientaciones por lo general definen y
refuerzan lo que se considera heroico y deseable, al igual que lo que se juzga pecaminosos e
indeseable, con lo cual crea una “ideología” que abarca en un todo coherente las distintas
presunciones.
La ideología puede entenderse como una serie de valores comprendidos capaces de percibir la
manera en que se debe actuar ante otros grupos y en el entorno, especialmente en ámbitos de
difícil explicación y gobierno. En una sociedad dominada por la religión, la ideología se fusiona
con la religión.
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La cultura no sirve únicamente para resolver los problemas de supervivencia externa e integración
interna, sino que, una vez adquirida, reduce además la ansiedad inherente a cualquier situación nueva
o inestable.
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Capítulo 4: Contenido y niveles de la cultura
Los niveles más profundos de presunciones son los más generales y tratan de cuestiones definitivas,
a partir de las cuales pueden ser deducidas las más superficiales. La cultura no puede ser realmente
entendida si no se logra captar los niveles más profundos.
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En la mayor parte de las empresas los mejores panoramas y ubicaciones están reservados a los
individuos de mayor jerarquía.
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Capítulo 5: Cómo descubrir presunciones culturales en una empresa
La fijación definitiva de la esencia cultural debe ser fruto de un esfuerzo conjunto por dos razones
fundamentales:
1. Para evitar los enfoques subjetivos: lo que el recién llegado aprende de entrada pertenece a los
estratos superficiales de la cultura, sólo después de atravesar los límites interno, el miembro
consigue hacerse con la realidad y entenderla.
2. Para evitar la incertidumbre interna: el sujeto no puede decirle al tercero cuáles son las
presunciones básicas ni cómo se hallan esquematizadas las mismas.
Conclusión:
La cultura de una empresa no es fácil de definir, ya que el vigor de una cultura varía en función de
distintas circunstancias. Cuando debemos definir la cultura, es necesario que identifiquemos que no
existan presunciones constituidas como paradigmas profundos de funcionamiento, o que los
subgrupos de la empresa posean paradigmas distintos los cuales pueden o no estar en conflicto entre
sí.
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