¿Cuántas vidas necesitaría, para poder aprender todos los conocimientos, que el universo

tiene para mostrarnos? Tal vez no fue exactamente así la pregunta pero sí recuerdo mi
duda por cómo sería ser inmortal, como el hombre de aquella película y serie, Highlander el
inmortal, un hombre que había absorbido culturas y conocimientos a lo largo de cientos de
años, caminando, luchando por otros y en otros momentos apartándose de todo para solo
ser él, dejando de existir y renaciendo en diferentes sitios, épocas y culturas, obteniendo
más y más conocimiento, por estos días tuve dos lecciones, que tan valioso es el
conocimiento ya que nadie te puede quitar lo aprendido y también, en ese momento aprendí
que no me alcanzaría una vida de 100 años para lograr saber cómo funciona el mundo,
ahora cerca de 20 años después sigo haciéndome ese cuestionamiento mucho menos
soñador, más realista, ya sé que no me alcanzará el tiempo para obtener el conocimiento
sobre el mundo, menos el universo, ahora pienso que era muy inocente al pensar en solo
este pequeño planeta, ahora en el contexto del basto universo realmente no puedo pensar
en cuántas años de vida necesitaría para tan solo aprender a apreciarlo y en ese punto
pienso que tal vez la respuesta es que el conocimiento total no está en un # infinito de años,
ni de vidas, es algo más, que en el mejor de los casos en menos de 100 años deberíamos
poder alcanzar la respuesta. Ya no quiero ser inmortal y por ahora solo aprendo a navegar
en un mar de dudas desaprendiendo y aprendiendo constantemente que es vivir.

Y en ese camino de entender cómo funciona todo, ocurren muchas historias que marcan
momentos decisivos para el forjar quien soy, se llega a esa parte donde la carretera se
divide en varios caminos y debes escoger uno, solo con una condición, no hay marcha
atrás, no hay chance de arrepentimiento, es emocionante no tener la opción de retractarse,
en todo caso queda el alivio que posiblemente cada una de las opciones fue realidad en el
multiverso, me gusta apoyar esa teoría.

“Tantas respuestas, todas diferentes pero todas ciertas…” 11:36pm

Y comencé a ser consciente de uno de mis demonios, un día había frente a mí tanto de
enojo cómo amor, tanto ego como humildad y justo en ese momento en que tuve ese
equilibrio que no quería que mi enojo creciera más porque comenzaba a herir al sentimiento
de amor pude ver lo que sentía objetivamente desde afuera pude observar como temblaba
el orgullo al no poder imponerse y querer ser terco hasta el final pero ahí estaba

Madurez rebelde…