Hay especialmente cinco nombres que piden una breve discusión en este lugar.
Son parcialmente descriptivos de las naturalezas de Cristo, parcialmente
descriptivos de su posición oficial, y parcialmente descriptivos de la obra que El
vino a hacer en el mundo.
EL NOMBRE JESÚS
El nombre Jesús es la forma griega del hebreo Jehoshua, Joshua, Josué 1: 1; Zac.
3: 1, o Jeshua (la forma regular usada en los libros históricos post-exílicos), Esd.
2: 2. La derivación de este nombre común del Salvador está velada en la oscuridad.
La opinión generalmente aceptada es que se deriva de la raíz yasha', que se cambió
en hoshia', salvar, pero no es fácil explicar cómo Jehoshua' se convirtió en Jeshua'.
Probablemente Hoshea', se derivó del infinitivo que era la forma original (compárese
Núm. 13:8, 16; Deut. 32: 44), que expresa únicamente la idea de redención. La
letra yod, que es el signo del imperfecto, debe haber sido añadida para expresar la
certidumbre de la redención. Esto concordaría muy bien con la interpretación que
se da al nombre en Mat. 1:21. Para otra derivación de Jeho (Jehová) y shua, que
es ayuda (Gotthilf) compárese el Diccionario Dogmático de Kuyper.
El nombre nació de dos bien conocidos tipos de Jesús en el Antiguo Testamento.
EL NOMBRE CRISTO
Si Jesús es el nombre personal, Cristo es el nombre oficial del Mesías. Es
equivalente al Mashiach del Antiguo Testamento (derivado de mashach, ungir), y
de este modo significa "uno ungido". Los reyes y los sacerdotes, regularmente,
fueron ungidos en la antigua dispensación, Ex 29 : 7 ; Lev. 4 : 3, Jueces 9 : 8 ; I
Sam 9 : 16 ; 10 : 1 ; II Sam 19 : 10. Al rey se le llamaba "el ungido de Jehová", I
Sam 24: 10. Hay un solo ejemplo de un profeta que fue ungido según se relata en
I Reyes 19: 16, pero seguramente hay referencias a ello en el Sal 105: 15 y en Isa.
61: 1. El aceite usado para la unción de estos oficiales simbolizaba el Espíritu de
Dios, Isa. 61: 1; Zac. 4: 1-6, y la unción representaba la transferencia del Espíritu
a la persona consagrada, I Sam 10: 1, 6, 10; 16: 13, 14. La unción era un signo
visible de:
1. Una designación para el oficio
3. Una comunicación del Espíritu para el que había sido ungido, I Sam 16: 13,
compárese también II Cor. 1: 21, 22. El Antiguo Testamento se refiere a la unción
del Señor en Sal 2: 2; 45: 7; y en el Nuevo Testamento, en Hech. 4: 27 y 10: 38.
Anteriormente se encontraron referencias a esto en Sal 2: 6 y Prov. 8: 23. Pero los
actuales hebraístas aseguran que la palabra nasak, usada en estos pasajes,
significa "establecer" más bien que "ungir". No obstante, compárese también Isa.
11: 2; 42.
Cristo fue establecido o designado para sus oficios desde la eternidad, así lo indica
la palabra que señala a la realidad de la primera cosa simbolizada en la unción,
pero históricamente su unción tuvo lugar cuando El fue ungido por el Espíritu
Santo, Luc. 1: 35, y cuando recibió al Espíritu Santo, especialmente a la hora de
su bautismo, Mat. 3: 16; Mar. 1: 10; Luc. 3: 22; Juan 1: 32; 3: 34.
Sirvió para capacitarlo para su gran tarea. El nombre "Cristo" se aplicó por vez
primera al Señor como nombre común acompañado del artículo, pero por grados
se desarrolló en la forma de nombre propio, y fue usado sin el artículo.
EL NOMBRE HIJO DEL HOMBRE
En el Antiguo Testamento se encuentra este nombre en Sal 8: 4; Dan 7: 13, y
frecuentemente en la profecía de Ezequiel. Se Te encuentra también en los libros
apócrifos, en Enoc 46 y 62, y II Esdras 13. En la actualidad se admite casi por lo
general que el uso que el Nuevo Testamento hace de este nombre depende del
pasaje de Daniel, aunque en aquella profecía es sólo una frase descriptiva y todavía
no se considera como título. La transición desde la frase descriptiva hasta el
nombre tuvo lugar en tiempo posterior y parece que ya era un hecho cumplido
cuando fue escrito el libro de Enoc. Este nombre fue el que Jesús usó más
comúnmente para designarse. Se aplicó el nombre en más de 40 ocasiones, en
tanto que otros se eximieron por completo de dárselo a Él. La única excepción en
los evangelios se encuentra en Juan 12: 34, en donde aparece como una cita
indirecta de lo que dice Jesús; y en el resto del Nuevo Testamento solamente lo
emplean Esteban y Juan, Hech.7: 56; Apoc. 1: 13; 14: 14.
El Dr. Vos, en su obra titulada Self-Disclosure of Jesús, divide en cuatro clases los
pasajes en donde el nombre ocurre
1. Pasajes que claramente se refieren al regreso escatológico del Hijo del Hombre,
por ejemplo, Mat. 16 : 27, 28; Mar. 8 : 38 ; 13 : 26; etc., y paralelos
2. Pasajes que hablan particularmente de los sufrimientos y la muerte de Jesús, y
(algunas veces) también de su resurrección, como por ejemplo, Mat. 17 : 22 ; 20:
18, 19, 28; 12 : 40, etc. y paralelos
3. Pasajes del Cuarto Evangelio, en los que se acentúa el lado celestial sobre-
humano y la preexistencia de Jesús, por ejemplo, 1: 51; 3: 13, 14; 6: 27, 51, 62; 8:
28, etc.
4. Un corto número de pasajes, en los que Jesús revela su naturaleza humana,
Mar. 2: 27, 28; Juan 5: 27; 6: 27, 51, 62. Es difícil determinar por qué prefirió
Jesús este nombre como designación propia. Originalmente el nombre se
consideró, por lo general, como un título de significado oculto, por medio del cual
Jesús intentó velar más bien que revelar su carácter mesiánico. Esta explicación
se desechó cuando se prestó más atención al elemento escatológico de los
Evangelios, y al uso del nombre en la literatura apocalíptica de los judíos. Dalman
revivió la idea y consideró una vez más al título como "una manera intencional de
velar el carácter mesiánico bajo un título que afirmara la humanidad de Aquel que
lo llevaba".156 La supuesta prueba de esto se encuentra en Mat. 16: 13; Juan 12:
34. Pero la prueba es dudosa; el último de estos pasajes hasta demuestra que el
pueblo entendía el nombre en sentido mesiánico. El Dr. Vos es de opinión que
Jesús probablemente prefería el nombre, porque estaba del todo alejado de toda
posible prostitución judía del oficio mesiánico. Llamándose Hijo del Hombre, Jesús
impartía a su carácter mesiánico su propio espíritu centrado en el cielo. Y la altura
a la que de esta manera elevó su persona y obra pudo haber tenido que ver con los
titubeos de sus primeros seguidores para nombrarlo con el más celestial de todos
los títulos.
EL NOMBRE HIJO DE DIOS
El nombre "Hijo de Dios" se aplicó de diversos modos en el Antiguo Testamento:
1. Al pueblo de Israel, Ex 4: 22; Jer. 31: 9; Oseas 11: 1
4. Al pueblo piadoso en general, Gen 6: 2; Sal 73: 15; Prov. 14: 26. En Israel
adquirió el nombre un significado teocrático. En el Nuevo Testamento encontramos
a Jesús apropiándose el nombre, y a otros que también se lo concedieron a Él.
1. En el sentido oficial o mesiánico, como una descripción del oficio más bien que
de la naturaleza de Cristo. El Mesías pudo ser llamado Hijo de Dios como heredero
y representante de Dios. Los demonios claramente entendieron al nombre en
sentido mesiánico, cuando se lo dieron a Jesús. Parece haber tenido este sentido
también en Mat. 24: 36; Mar. 13: 32. Aun cuando el nombre, tal como fue
pronunciado por la voz que se oyó en el bautismo de Jesús y en su transfiguración,
Mat. 3: 17; 17: 5; Marc. 1: 11; 9: 7; Luc. 3: 22; 9: 35, puede interpretarse así, con
toda probabilidad, tiene un sentido más profundo. Hay varios pasajes en los que el
sentido mesiánico se combina con el sentido trinitario, compárese lo que sigue.
2. En el sentido trinitario. El nombre se usa algunas veces para denotar la deidad
esencial de Cristo. En este sentido señala el derecho de hijo desde la preexistencia,
lo que trasciende absolutamente de la vida humana de Cristo y de su llamamiento
oficial como Mesías. Encontramos ejemplos de esto en Mat. 11: 27; 14: 28-33; 16:
16, y paralelos; 21: 33-46, y paralelos; 22: 41- 46; 26: 63, y paralelos. En algunos
de estos ejemplos la idea del derecho de hijo como idea mesiánica entra también
en mayor o menor grado. También encontramos en pasajes juaninos, entretejidas,
la idea ontológica y la mesiánica de derecho de hijo, en los que Jesús declara con
autoridad que Él es el Hijo de Dios, aunque no haga uso del nombre, por ejemplo
en 6: 69; 8: 16, 18, 23; 10: 15, 30 ; 14 : 20, etc. En las epístolas se designa
frecuentemente a Cristo como el Hijo de Dios en el sentido metafísico, Rom. 1: 3;
8: 3; Gal 4: 4; Heb. 1: 1; y muchos otros pasajes. En la moderna teología ancha es
costumbre negar el derecho metafísico de Hijo que tiene Cristo.
Naturalmente este significado del nombre también lo niegan los modernos teólogos
anchos, que no creen en el nacimiento virginal ni en la concepción sobrenatural de
Cristo.
4. En el sentido ético religioso. En este mismo sentido el nombre "hijo" o "hijos de
Dios" se aplica a los creyentes en el Nuevo Testamento. Es posible que tengamos
un ejemplo de la aplicación del nombre "Hijo de Dios" a Jesús en ese sentido ético
religioso en Mat. 17: 24-27. Esto dependerá de saber si Pedro está aquí
representado como exento también del tributo del templo. Especialmente en este
sentido la teología ancha moderna atribuye el nombre a Jesús. Encuentra que el
derecho de Hijo correspondiente a Jesús es únicamente un derecho de hijo en el
sentido ético religioso, algo que en realidad es elevado pero que esencialmente no
es diferente del derecho que tenían sus discípulos.
EL NOMBRE SEÑOR (KURIOS)
El nombre "Señor" se aplica a Dios en la Septuaginta
1. Como el equivalente de Jehová
2. Como la traducción de Adonaí
3. Como la traducción de un título honorífico humano aplicado a Dios (el principal,
Adon), Jos. 3: 11; Sal 97: 5.
3. En los sinópticos. Algunos sostienen que los sinópticos son los únicos que nos
proporcionan un verdadero retrato de Cristo. Dicen que ellos dibujan al Jesús
humano y en verdad histórico tal como se le contrasta con la figura idealizada del
cuarto evangelio. Pero es de perfecta evidencia que el Cristo de los sinópticos es
tan verdaderamente divino como el Cristo de Juan. Sobresale como una persona
por completo sobrenatural, Hijo del Hombre e Hijo de Dios Su carácter y obras
justifican lo que dice ser. Nótense en particular los siguientes pasajes: Mat. 5: 17;
9:6; 11: 1-6, 27; 14: 33; 16: 16, 17; 28: 18; 25: 31 y siguientes; Marc. 8: 38, y
muchos pasajes similares y paralelos. La obra del Dr. Warfield, The Lord of Glory,
proporciona mucha luz sobre este punto.
4. En la conciencia misma de Jesús. En años recientes ha habido una tendencia a
regresar a la conciencia propia de Jesús, y a negar que él fuera consciente de ser
el Mesías o el Hijo de Dios. Naturalmente, no es posible tener conocimiento alguno
de la conciencia de Jesús, sino es por medio de sus palabras, tal como están
consignadas en los Evangelios; y siempre es posible negar que expresan en forma
correcta el pensamiento de Jesús. Para aquellos que aceptan el testimonio del
evangelio no puede caber duda del hecho de que Jesús fue consciente de ser el
verdadero Hijo de Dios. Los pasajes siguientes dan testimonio de esto : Mat. 11 :
27 (Luc. 10 : 22) ; 21: 37, 38 (Marc. 12 : 6 ; Luc. 20: 13) ; 22 : 41-46 (Marc. 13 :
35- 37; Luc. 20: 41-44) ; 24: 36 (Marc. 13 : 32) ; 28: 19. Algunos de estos pasajes
testifican la conciencia mesiánica de Jesús; otros al hecho de que era consciente
de ser el Hijo de Dios en el sentido más eminente. Hay varios pasajes en Mateo y
Lucas en los que El habla de la primera persona de la Trinidad como "mi Padre",
Mat. 7: 21; 10:32, 33; 11:27; 12:50; 15:13; 16:17; 18:10, 19, 35; 20:23; 25:34;
26:29, 53 ; Luc. 2: 49; 22: 29; 24: 49. En el Evangelio de Juan la conciencia de ser
el verdadero Hijo de Dios resalta mucho más en pasajes como los siguientes: Juan
3:13; 5: 17, 18, 19-27; 6: 37-40, 57; 8: 34-36; 10: 17, 18, 30, 35, 36, y otros
pasajes.
b. Soportara la ira de Dios con propósito redentor, es decir, para liberar a los otros
de la maldición de la ley y
c. Pudiera aplicar todos los frutos de su trabajo cumplido a aquellos que lo
recibieran a El mediante la fe. El hombre con su vida deshecha no puede pagar el
castigo del pecado, ni prestar obediencia perfecta a Dios. Puede soportar la ira
divina, y si no fuera por la gracia redentora de Dios, la tendría que soportar
eternamente, pero no podría sobrellevarla de una manera tal que pudiera abrirse
una vía de escape, Sal 49: 7-10; 130: 3.
PREGUNTAS PARA AMPLIAR EL ESTUDIO
2. ¿Se encuentra alguna vez en el Antiguo Testamento el título a secas '¿el Mesías’,
sin un genitivo o un sufijo pronominal?
3. ¿Cómo explica Dalman que este título ocurre en la literatura judía apocalíptica?
4. ¿Tienen el mismo significado en el Antiguo Testamento los términos 'el ungido
de Jehová, 'su ungido', y 'mi ungido'?
5. ¿De dónde viene la idea de que los creyentes participan de la unción de Cristo?
6. ¿Qué dice usted acerca de la idea de que el nombre 'hijo del hombre', reducido
a su probable original aramaico significa simplemente 'hombre'?
7. Qué dice usted acerca de la idea de Weiss y Schweitzer de que Jesús empleó
elnombre únicamente en un sentido futurista?
8. ¿Lo usó Jesús antes de la confesión de Pedro en Cesarea de Filipo?
9. ¿Cómo armonizan los de la teología ancha su concepto de Jesús como Hijo de
Dios, únicamente en sentido religioso y ético, con los datos que proporciona la
Escritura?
10. ¿Cuál es el concepto común del origen del título Kurios?
11. ¿Qué teoría fue divulgada por Bousset y otros eruditos anchos?
12. ¿Cómo se explica la oposición a la doctrina de las dos naturalezas?
13. ¿Es una doctrina necesaria o hay otra que puede tomar su lugar?
14. ¿Qué objeciones hay a la doctrina adopcionista: a las teorías Kenóticas: a la
idea de una encarnación gradual; a la teoría Ritschiliana; y a la teoría de Sanday?