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María Cristina Morales Reyes

Facultad de Antropología

Lenguaje autorizado: Eficacia del discurso ritual


La comunicación oral es una herramienta, representa pensamientos, sentimientos.
La palabra en la construcción social tiene una enorme carga simbólica, ya que se
transforma en acciones; así también en una lucha de poderes, en este sentido se
habla de autoridad entonces el lenguaje representa a la autoridad. Por ejemplo en
la biblia (discurso religioso) la frase que dice “hágase la luz y la luz se hizo”, hay
una autoridad que socialmente la acepto y legitima, tiene una posición; por lo tanto
un argumento es eficaz cuando existe una relación entre lo que se dice, quien lo
dice y quien autoriza decirlo.
El acto performativo requiere de un contexto, ejemplo la figura de un sacerdote de
religión católica cumple con las características descritas, en este caso el sacerdote
puede llevar a cabo el rito de un matrimonio o un bautizo, después de la
ceremonia la pareja de recién casados ya están unidos o el bautizado ya está libre
del pecado original porque una autoridad reconocida lo dijo, el rito es eficaz todos
los que los acompañaron así lo aceptaron. La magia del ritual funciona porque el
encargado de hacerlo actúa como el grupo a través de él obra sobre la eficacia del
rito.
El acto de institución como acto solemne produce lo que designa, entonces dicho
acto es un acto de comunicación porque notifica con autoridad. Todos los actos de
institución tienen su magia encerrada en la intención con la que se hace y crea el
efecto en el que está instituido; se cree lo que se le instituye. Como por ejemplo
aquel que se gradúa de una institución de prestigio que piensa que su éxito se
debió a las aspiraciones que la sociedad reconoce de esa institución o aquel que
fue investido por la banda presidencial se convirtió en lo que le asignaron
socialmente oficialmente; sin embargo cualquiera que sea el ejemplo cumplen con
una función social y ya sean positivos o negativos, consagrados o no, dice
Bourdieu que son fatales porque los que son instituidos se quedan atrapados en
los límites que se les asigna y ellos así lo reconocen; estos límites son la frontera
sagrada. El autor menciona la muralla china como ejemplo que tenía la función de
impedir a los extranjeros que entraran en el país así como también la de impedir a
los chinos que salieran. En los ritos de igual manera existen fronteras mágicas que
impiden que los que están dentro de la línea puedan salir, pero existen
excepciones como cuando un sacerdote cuelga los hábitos, un bautizado en una
religión se cambia a otra o alguien que renuncie a un cargo.
Esta magia en los actos de institución se inculca en forma de hábitos y se
reproduce sin ser consciente, se imparte en las prácticas sociales, incluso hay en
algunos ritos llamados negativos algún sufrimiento corporal para producir
personas fuera de lo común. Como dice Durkheim “se ha demostrado que hay
personas que se mantienen fieles a una institución que les impuso ritos severos
más allá de su límite arbitrario cultural para inducirlos a mantener un estatus y
guardar distancias con otros y a los otros a contentarse con lo que son y con lo
que tienen y de este modo marcar barreras sociales. Los que siguen este juego no
pueden olvidar este orden ya que perderían el lugar que la institución les asignó a
excepción del que se arriesga cuando está seguro de salir ileso cuando se atreve
por ejemplo un aristócrata millonario a tener un noviazgo con alguien que no es de
su nivel socio-económico y solo queda en eso sin pensar en formar un matrimonio
con la persona.
Este tipo de ritual tiene la eficacia simbólica que un grupo de personas legitima:
tienen la creencia de que un título, un uniforme o un apellido los define y es su
realidad garantizada por la institución.
En conclusión, la eficacia del ritual solo funciona a los que se ha sometido a ellos,
mientras no se comprenda la magia de las palabras no desaparecerá el milagro de
la eficacia.
Bourdieu menciona las cuestiones de la función social del ritual y el límite que el
ritual establece entre lo lícito y la transgresión. Hay una separación entre los que
lo han sufrido de quién no, llama a estos ritos de consagración o ritos de
legitimación o ritos de institución. Entonces se comprende a los rituales sociales
como ritos de institución.
Estos ritos de institución refiriéndose a cualquier rito que consagre o legitime es
reconocer es legitimar un límite arbitrario solo por estar aprobado dentro de los
límites del orden social. En el ejemplo del matrimonio cuando la pareja
simplemente se van a vivir juntos, esto no es bien visto por algunos miembros de
la sociedad mientras que si llevan a cabo la ceremonia del matrimonio entonces sí
se reconoce como matrimonio sin embargo la línea que cruzan del antes y el
después es la misma (rito de paso).
Un acto de poder tiene que tener un discurso de poder para que sea legítimo y
para que sea eficaz como cuando a un niño que no ha sido bautizado y se
enferma constantemente la familia lleva a cabo el ritual y resulta que el niño ahora
es más sano. La consagración actuó de manera mágica, simbólicamente la familia
así lo cree.
La institución es un acto de magia social que puede crear la diferencia (Bourdieu
p.p. 80)
También asignar una esencia, una competencia una definición social, una
identidad es instituir como un título de nobleza, insultar a alguien, hacer un
nombramiento político, etc.
Los milagros que producen los actos de institución es hacer creer a las personas
que su existencia es necesaria para que su vida valga la pena.
En conclusión la teoría del rito de paso como fenómeno social y la carga simbólica
que ejerce en las personas que lo practican, es necesario para el orden social y
mental que reproducen de generación en generación.

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