La comunicación oral es una herramienta, representa pensamientos, sentimientos. La palabra en la construcción social tiene una enorme carga simbólica, ya que se transforma en acciones; así también en una lucha de poderes, en este sentido se habla de autoridad entonces el lenguaje representa a la autoridad. Por ejemplo en la biblia (discurso religioso) la frase que dice “hágase la luz y la luz se hizo”, hay una autoridad que socialmente la acepto y legitima, tiene una posición; por lo tanto un argumento es eficaz cuando existe una relación entre lo que se dice, quien lo dice y quien autoriza decirlo. El acto performativo requiere de un contexto, ejemplo la figura de un sacerdote de religión católica cumple con las características descritas, en este caso el sacerdote puede llevar a cabo el rito de un matrimonio o un bautizo, después de la ceremonia la pareja de recién casados ya están unidos o el bautizado ya está libre del pecado original porque una autoridad reconocida lo dijo, el rito es eficaz todos los que los acompañaron así lo aceptaron. La magia del ritual funciona porque el encargado de hacerlo actúa como el grupo a través de él obra sobre la eficacia del rito. El acto de institución como acto solemne produce lo que designa, entonces dicho acto es un acto de comunicación porque notifica con autoridad. Todos los actos de institución tienen su magia encerrada en la intención con la que se hace y crea el efecto en el que está instituido; se cree lo que se le instituye. Como por ejemplo aquel que se gradúa de una institución de prestigio que piensa que su éxito se debió a las aspiraciones que la sociedad reconoce de esa institución o aquel que fue investido por la banda presidencial se convirtió en lo que le asignaron socialmente oficialmente; sin embargo cualquiera que sea el ejemplo cumplen con una función social y ya sean positivos o negativos, consagrados o no, dice Bourdieu que son fatales porque los que son instituidos se quedan atrapados en los límites que se les asigna y ellos así lo reconocen; estos límites son la frontera sagrada. El autor menciona la muralla china como ejemplo que tenía la función de impedir a los extranjeros que entraran en el país así como también la de impedir a los chinos que salieran. En los ritos de igual manera existen fronteras mágicas que impiden que los que están dentro de la línea puedan salir, pero existen excepciones como cuando un sacerdote cuelga los hábitos, un bautizado en una religión se cambia a otra o alguien que renuncie a un cargo. Esta magia en los actos de institución se inculca en forma de hábitos y se reproduce sin ser consciente, se imparte en las prácticas sociales, incluso hay en algunos ritos llamados negativos algún sufrimiento corporal para producir personas fuera de lo común. Como dice Durkheim “se ha demostrado que hay personas que se mantienen fieles a una institución que les impuso ritos severos más allá de su límite arbitrario cultural para inducirlos a mantener un estatus y guardar distancias con otros y a los otros a contentarse con lo que son y con lo que tienen y de este modo marcar barreras sociales. Los que siguen este juego no pueden olvidar este orden ya que perderían el lugar que la institución les asignó a excepción del que se arriesga cuando está seguro de salir ileso cuando se atreve por ejemplo un aristócrata millonario a tener un noviazgo con alguien que no es de su nivel socio-económico y solo queda en eso sin pensar en formar un matrimonio con la persona. Este tipo de ritual tiene la eficacia simbólica que un grupo de personas legitima: tienen la creencia de que un título, un uniforme o un apellido los define y es su realidad garantizada por la institución. En conclusión, la eficacia del ritual solo funciona a los que se ha sometido a ellos, mientras no se comprenda la magia de las palabras no desaparecerá el milagro de la eficacia. Bourdieu menciona las cuestiones de la función social del ritual y el límite que el ritual establece entre lo lícito y la transgresión. Hay una separación entre los que lo han sufrido de quién no, llama a estos ritos de consagración o ritos de legitimación o ritos de institución. Entonces se comprende a los rituales sociales como ritos de institución. Estos ritos de institución refiriéndose a cualquier rito que consagre o legitime es reconocer es legitimar un límite arbitrario solo por estar aprobado dentro de los límites del orden social. En el ejemplo del matrimonio cuando la pareja simplemente se van a vivir juntos, esto no es bien visto por algunos miembros de la sociedad mientras que si llevan a cabo la ceremonia del matrimonio entonces sí se reconoce como matrimonio sin embargo la línea que cruzan del antes y el después es la misma (rito de paso). Un acto de poder tiene que tener un discurso de poder para que sea legítimo y para que sea eficaz como cuando a un niño que no ha sido bautizado y se enferma constantemente la familia lleva a cabo el ritual y resulta que el niño ahora es más sano. La consagración actuó de manera mágica, simbólicamente la familia así lo cree. La institución es un acto de magia social que puede crear la diferencia (Bourdieu p.p. 80) También asignar una esencia, una competencia una definición social, una identidad es instituir como un título de nobleza, insultar a alguien, hacer un nombramiento político, etc. Los milagros que producen los actos de institución es hacer creer a las personas que su existencia es necesaria para que su vida valga la pena. En conclusión la teoría del rito de paso como fenómeno social y la carga simbólica que ejerce en las personas que lo practican, es necesario para el orden social y mental que reproducen de generación en generación.